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1. GESTION ACTIVA
La gestión activa pretende conseguir el máximo rendimiento posible para un nivel
de riesgo determinado, por ello cuando el horizonte de inversión es largo o la
tolerancia al riesgo es grande, la gestión activa suele ser la estrategia preferida por
los gestores de fondos1
Los fondos de gestión activa utilizan diferentes estilos en su afán de batir a sus
respectivos benchmarks. Dos de las técnicas más utilizadas son la del “top-Down”
y la del “bottom-up”. Los gestores top-Down empiezan por analizar el escenario
macroeconómico de las áreas en las que invierte el fondo. En base al análisis de la
situación actual de los mercados y de las posibles tendencias futuras, deciden la
distribución de activos para el fondo. Por el contrario, los gestores bottom-up -
también llamados “stockpickers” - invierten esencialmente eligiendo directamente
los valores que les parecen más atractivos. No les importa tanto los factores
macroeconómicos o el conseguir un justo equilibrio entre los diferentes sectores.
Ahora bien estos gestores pueden utilizar diferentes técnicas para elegir sus títulos
preferidos. Los hay que se basan en el “análisis fundamental” de las compañías,
examinando sus cuentas de resultados o la fortaleza de sus balances. Pero también
los hay que emplean el “análisis técnico”, análisis que se basa en el estudio de los
movimientos de los precios o gráficos.
2. GESTION PASIVA
La gestión pasiva consiste en construir una cartera de inversión que su objetivo sea
replicar la composición de un índice de referencia y el gestor solo tendrá que
comprar o vender activos dependiendo de su presencia dentro del índice. Los
vehículos de inversión de gestión pasiva o indexada deberán obtener la misma
rentabilidad que el índice menos los costes asociados a ellos.
1
Mascareñas J. (1991). La gestión activa de las carteras de renta fija.
Aunque la literatura ha definido la gestión pasiva como una estrategia de comprar y
mantener, desde que los fondos de índices cotizados (ETFs) fueron introducidos su
definición ha cambiado. Aunque la estrategia sigue estando implícita, la industria ha
catalogado las inversiones pasivas como aquellas que se caracterizan por seguir un
índice de referencia. Es decir son fondos mutuos, carteras colectivas o portafolios
cuyo objetivo es replicar una estrategia. Por eso comprar y mantener es una
condición necesaria más no suficiente para replicar una estrategia.
a. En cuanto a costes
Esta es una de las ventajas de la gestión pasiva. El equipo gestor no requiere
de un equipo de analistas sobredimensionado. Los gestores pueden ser
matemáticos encargados de la réplica del benchmark, lo que implica unos costes
menores en personal, que se traduce en menores costes para el inversor. Así,
la comisión de gestión será muy inferior a la de la gestión activa. Por el contrario,
2
Mascareñas J. (2006). La gestión pasiva de las carteras de renta fija. Madrid
en la gestión activa, ya sea tradicional o alternativa, el equipo de gestión es
mucho mayor. La gestión se encarga de analizar muchas empresas y de
elaborar diferentes estrategias para conseguir los objetivos. Al requerir más
personal y altamente cualificado, las comisiones de gestión son mayores.
b. En cuanto a rentabilidad
La rentabilidad de la gestión pasiva tratará de ser prácticamente igual al índice
de referencia menos los costes, ya sean la comisión de gestión y los costes de
corretaje o custodia que puedan aplicar los diferentes brókeres y depositarios
con los que trabaje cada gestora. En el caso de la gestión activa tradicional, el
objetivo de rentabilidad consiste en superar sistemáticamente al mercado o
índice de referencia. La gestión activa alternativa tratará de obtener rentabilidad
positiva ante cualquier escenario de mercado
4. CUAL ELEGIR
Dependerá del estilo de inversión que se siga así como de la capacidad analítica
que se tenga. Además si se busca una gestión más cómoda, barata y sin
complicaciones, la Gestión Pasiva es la mejor opción.
En ambos tipos de gestión es muy importante el análisis macroeconómico, así como
el estudio de las políticas monetarias y fiscales y su implicación en la economía.
Este análisis macroeconómico tiene especial importancia en la gestión pasiva, en
este caso la selección del mercado donde invertir es fundamental para el éxito
futuro. En cambio, en la gestión activa, también tendrá un peso relevante, pero en
este caso la selección de activos tendrá una gran influencia en el resultado final.