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"Sentí placer y no pude detenerme", fue uno de los titulares más escalofriantes que alguna vez

haya leído y motivo de estas líneas. Estas fueron las confesiones de José María Málaga Morla
al Departamento de Investigación Criminal (Depincri) el 29 de mayo del presente año en Lima;
tras violar a Emily Monja Pacheco, su pareja , joven estudiante de derecho y madre soltera. ¡Sí¡,
un caso más que corroboran datos estadísticos como el del Observatorio de Igualdad de Género
de América Latina (OIG), el cual señala a nuestra nación como el segundo país más violento
contra las mujeres. Así mismo informes como el de UNICEF que indican que el problema del
feminicidio es,ya, un problema mundial. Problema demasiado conocido. Pero, la mirada del
feminicidio trasciende ,o por lo menos debería ser así, más allá de estadísticas y cifras muertas.
El femicidio, además de representar un alarmante problema, es un grito que llama a prestar
atención al entorno en el que crece una persona que comete estos crímenes de odio hacia la
mujer,¿Te has preguntado qué es lo les lleva a matar a sus “supuestos” seres queridos?. Y qué
es lo que pasa por la mente de un psicópata al decir : "Sentí placer y no pude detenerme".

Es en este contexto donde novelas como “Un aliento en el Ocaso”, además de poner en mesa
de discusión un problema tan frecuente en nuestro país como el del feminicidio, tratan de dar
respuesta a los problemas psicológicos por el que pasa una persona que asesina al supuesto
ser que más ama en el mundo, exponiendo así un panorama familiar muy hostíl y violento donde
crece el verdugo de Luciana Valverde, victimario y al mismo tiempo víctima de un entorno de
violencia familiar, maltrato físico y psicológico, lo que autoconstruye su personalidad y estructura
mental distorsionada como respuesta a ese contexto. Un contexto social no muy alejado de cada
uno de nosotros donde tenemos muy arraigada la concepción del hombre como ser superior
respecto a la mujer y la sumisión a la que está condenada. Del mismo modo, el maltrato por el
que puede estar pasando una conocida, tu amiga o quizá tu madre pre-requisito para la pre-
muerte por la acumulación de odio. Estereotipos con los que muchas personas crecen tomando
dicha situación como normal y alimentan con más de lo mismo a su entorno. Bajo la errónea idea
de la cual aún no nos hemos sacudido y que es transmitida hasta hoy, el que la mujer es un ser
“inferior” y el macho el “dominante”. Situación que me lleva a preguntar: ¿Qué es lo que
esperamos de la conducta de una persona si este patrón cultural se ha venido transmitiendo y
perpetrado de generación en generación por nosotros mismos producto de nuestras
concepciones culturales violentas y así mismo de nuestro actuar y expresar energúmeno, salvaje
y brutal contra las mujeres?. ¿No es acaso el comportamiento violento hacia las mujeres un
reflejo de esto?.

Declaraciones como : "Sentí placer y no pude detenerme" no es más que el resultado de todo
comportamiento violento en casa, pensamientos crueles y machistas al cual estamos
acostumbrados, maltrato hacia el género femenino y de perpetuación de roles estereotipados
que operan como verdades en la mente de las personas asi mismo por la poca presencia de
más “Alientos en los ocasos” que ayuden a desenmascarar nuestros entornos familiares y
sociales y mirar este problema conocido desde adentro.

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