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ALMA [FILOSOFÍA GRIEGA]

LAS DOS FORMAS PRINCIPALES DE CONCEBIR EL ALMA EN EL MUNDO GRIEGO FUERON EL ALMA
ENTENDIDA COMO PRINCIPIO DE VIDA, COMÚN A TODOS LOS SERES VIVOS (PLANTAS, ANIMALES Y
HOMBRES) Y EL ALMA ENTENDIDA COMO PRINCIPIO DE RACIONALIDAD, CON CARÁCTER DIVINO E
INMORTAL, EXCLUSIVA SÓLO DEL SER HUMANO.

En castellano hay cuatro términos con un significado muy próximo: alma, psíque, espíritu y mente.
El término castellano alma proviene del término latino anima, el cual, a su vez, deriva del griego
ánemos, viento. En el mundo griego, como en muchas culturas primitivas, se entendía el alma
fundamentalmente como el principio de vida de todo ser viviente. Este hálito, soplo o principio vital se
encuentra en todos los seres vivos (incluidos también los animales y las plantas) y desaparece cuando el
cuerpo muere. La concepción del alma como algo distinto del cuerpo, inmaterial e inmortal empieza a
tener importancia con el orfismo, Platón y más tarde con el cristianismo, pero no se encuentra en el
mundo griego antiguo. Por ejemplo, en Homero no está clara la idea de la inmortalidad, y mucho menos el
carácter inmaterial del alma: Homero utiliza fundamentalmente las palabras psyché y thymós para
referirse al alma. Thymós es el alma entendida como fuerza vital, como aquello que vivifica el cuerpo, pero
que desaparece tras la muerte de éste. Lo único que parece sobrevivir a la destrucción del cuerpo es la
psyché entendida como sombra, imagen, espíritu o fantasma de la persona que tras la muerte del cuerpo
habita en el mundo de las sombras, el Hades. Cuando Ulises en sueños baja al Hades y se encuentra con la
psyché de sus amigos muertos en Troya, los ve tristes, apagados, sin apenas actividad, y eso porque les
falta la thymós o fuerza vital.
Los filósofos presocráticos concibieron el alma como el principio vital que determina las actividades de
los seres vivos, pero no alcanzaron una comprensión del alma como una realidad independiente del
cuerpo, divina e inmortal. Así por ejemplo, los atomistas aceptaron su existencia, pero la consideraron
compuesta de átomos más perfectos que el resto pero materiales, la concibieron formada de átomos
esféricos y lisos, y por tanto mortal.
Dada la importancia de este vocablo y de sus equivalentes, puede ser útil la siguiente tabla con sus más
relevantes significados:

GRIEGO CASTELLANO LATÍN CASTELLANO


viento, aire *, alma como principio soplo, aire, aliento, principio
ánemos anima
vital vital, vida, alma
alma entendida como aliento o fuerza alma, espíritu, principio vital,
thymós animus
vital mente, pensamiento, ánimo
soplo de aire, aire, hálito,
soplo, viento, aliento, respiración, spiritus
pneuma aliento, estado de ánimo,
vida, alma, espíritu
espíritu, alma
soplo, hálito, aliento vital, fuerza mente, espíritu, razón, alma,
psyché mens
vital, alma, vida, espíritu intelecto
inteligencia, espíritu, mente,
noûs
pensamiento, razón, intelecto, alma
* los términos en cursiva son la traducción más habitual

Ver “espíritu” y “mente”, y también "alma" en el Diccionario filosófico de Voltaire y en el


Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano.

Los dos conceptos de alma en Grecia: «psyché» y «thymós»


Los griegos consideraban que tenemos dos tipos distintos de alma: «psyché» y «thymós» y por
lo tanto un destino dual. Por una parte, «thymós» és –según R.B. Onians: «cálida, emocional y vigorosa»,
mientras que «psyché» es «más fría, profunda e impersonal.» [1] La primera tiene un carácter claramente
social, en la medida que se muestra y se valida ante la comunidad, la segunda tiene algo de percepción
personal y subjectiva y tien tendencia a transportarnos más allá del mundo físico.
Desde la perspectiva de la «psyché» nuestro mundo es irreal, mientras que en el Hades que es
llamado «Plutón» [“Plutos”: Rico] es el ámbito de los tesoros de la imaginación. En palabras de Patrick
Harpur en EL FUEGO SECRETO DE LOS FILÓSOFOS: «Las sombras no son oscuros fantasmas para
psyché, sino imágenes míticas que irrumpen desde el mundo subterráneo.»
La frase de Heráclito «Hades y Dionisio son uno» significaría así que el alma en tanto que
«psyché» no se ha hecho para el mundo de las cosas, para el carácter recio de lo real y autosubsistente,
sino que se encuentra como todo lo que no puede contenerse en el mundo físico (es decir: la mente, la
imaginación, los arquetipos inconscientes, etc.) en un mundo que es el del “más allá”. En palabras de
Harpur, una vez más: «El dios de la vida creadora tiene una afinidad secreta con la muerte.»
«Thymós», palabra que puede traducirse también a veces como “carácter”, se identificaría con la
«robusta consciencia del hombre occidental», equilibrada, calculadora, etc. Pero desde un punto de vista
neoplatónico sería una forma de inconsciencia profunda, porque elimina lo creador de la imaginación. Si
el Cosmos en realidad es infinito, lo que se necesita es la percepción más profunda que ofrece «psyché» y
que nos permite una contemplación del Otro Mundo, cuya captación sólo resulta posible cuando nos
ponemos mentalmente en otra perspectiva de contemplación.
Efectivamente para el alma que es «thymós» este mundo resulta sensual y exaltante, por lo que
Otro Mundo sólo puede ser frío y triste. Y a la inversa, si la mediante la «psyché» conocemos que éste es
un mundo de sufrimiento, de incertidumbre, etc, entonces el Más Allá ha de parecernos una perspectiva
deseable. Aquiles dijo a Odiseo que la vida del Hades era miserable y que deseaba volver al mundo de los
vivos, pero «Psyché» mantiene, por el contrario, que lo tristes y desaagrable es el mundo en que vivimos y
lo que no exalta es la perspectiva de ir más allá, a lo absoluto que sólo llega tras la muerte –una muerte
que no es “lo contrario de la vida”, sino una vida más plena.
Para comprender esta perspectiva convendría ver que la mentalidad que distingue entre
«thymós» y «psyché» no es dualista, sino que se sustenta en una doble visión. El mundo de las culturas
tradicionales es, a la vez, metafórico y literal. Es decir que considera tan metafórico este mundo como el
otro y que literalmente de lo que se trata es de establecer modelos de conocimiento que funcionan
correctamente sólo porque alguien accede a un determinado tipo de visión o de conciencia, es decir a un
«eidos» en vocabulario platónico.
Este planteamiento de los dos tipos de almas está en la base de una lectura neoplatónica y órfica
del Mito de la Caverna platónico. La confusión de las sombras de la caverna con la luz solar y el logro de
una percepción mejor y más auténtica vendría al acostumbrarnos a contemplar el Otro Mundo que se nos
abre por el cultivo de la «psyché». Como dice Harpur: «La alegoría expresa la oscuridad mental en que
vivimos normalmente, sin distinguir las sombras de la realidad, ignorantes de la sustancia de las cosas,
confundiendo la luz con la imaginación, ignorantes del mundo real presidiso por el único Iluminador
divino.»
La concepción neoplatónica de la existencia de una Gran Alma del Mundo deriva de la
comprensión de la «psyché» como el punto de vista de la totalidad Por es la divindidad que nos permite
acceder a la Gran Alma será Hermes «psychopompos» [conductor de las almas al Hades[ (hermano menor
de Apolo y protector del Dionisio niño y en consecuencia puente entre ambas cosmovisiones).

Notas para un debate [R.A.]


[1] R. B. Onians: The Origins of European Thought about the Body, the Mind, the Soul, the
World, Time and Fate; Cambridge, 1981. Citado por Patrick Harpur: El Fuego Secreto de los
Filósofos, Atalanta; Vilaür – Girona, 2006.

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