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ARTICULO

LA LIBERTAD DE ESCOGER

PRESENTADO POR

WALTER GARRIDO CORREDOR

ID 477276

PRESENTADO A

ROSELIA RODRIGUEZ AREVALO

CORPORACION UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS

PROGRAMA DE ADMINISTRACION DE EMPRESAS

RESOLUCION DE CONFLICTOS

OCTAVO SEMESTRE

BARRANQUILLA ABRIL 24 DE 2018


INTRODUCCION

Cuando hablamos del mal no podemos evitar referirnos al bien ya que no existe uno sin

el otro. Esto nos lleva a un problema en el que se juegan cuestiones éticas, morales y de

cómo se construye la subjetividad. Es indudable que se trata de un término en el que vamos

a encontrar una serie de fenómenos personales, sociales e históricos donde aparecen

asesinatos, violaciones de toda índole, guerras, genocidios y todos aquellos actos que se

caracterizan por poner en juego lo siniestro; es decir, la perversidad propia del ser humano.

Históricamente se ha abordado la cuestión del mal tratando de fundamentarlo desde una

fuerza diabólica sobrenatural o, por lo contrario, formando parte de nuestra estructura

genética.

Sin embargo el mal y el bien todavía siguen teniendo resonancias teológicas asociados

con la fuerza del Demonio y de Dios, permitiéndome con este artículo resaltar como

involucran al ser humano en sus decisiones y que caminos optar para no vernos

involucrados.
Dios nos ha dicho por medio de Sus profetas que somos libres de escoger entre el bien y

el mal. Podemos elegir la libertad y la vida eterna al seguir a Jesucristo; también somos

libres para elegir el cautiverio y la muerte como resultado de seguir a Satanás. Al derecho

de escoger entre el bien y el mal, y de actuar según nuestra voluntad se le llama albedrío.

Una de las verdades eternas sobre los seres humanos es que mentimos con frecuencia y, por

lo general, sin darle mayor importancia. De hecho, si hemos de creer las recientes

afirmaciones de muchos psicólogos, el impulso de engañar reside en lo más profundo

de nuestros genes, una característica fundamental de nuestra humanidad colectiva. En

palabras de un experto del engaño, “mentir no es algo excepcional; es algo normal y, con

frecuencia, es más espontáneo e inconsciente que el pensamiento analítico cínico y frío.

Nuestras mentes y nuestros cuerpos segregan engaño”. Numerosos estudios confirman que

pocas personas pueden pasar todo un día normal sin mentir. En uno de esos estudios, se

pidió a los sujetos que llevaran un diario de sus conversaciones y se llegó a la conclusión

de que decían mentiras entre el 30% y el 50% del tiempo sobre temas que incluían sus

sentimientos, sus acciones, sus planes y su paradero. El 60% de los individuos que acaban

de ser presentados se mienten al cabo de unos minutos simplemente para producir una

impresión favorable y, según parece, las parejas se mienten incluso más. Según las

estimaciones más conservadoras sobre los directivos de recursos humanos, el

25% de todos los currículos contienen mentiras importantes. Es más, los comportamientos

conductuales de engaño comienzan a una edad temprana (por lo general,


a los tres o cuatros años).

Por consiguiente, no debe resultar extraño que, cuando se trata de negociaciones, el proceso

se vea con frecuencia salpicado de falsedades y engaños. Al igual que el jugador de póquer,

un negociador espera que su adversario sobrestime el valor de su jugada... La principal

diferencia entre los que tienen éxito como negociadores y los que no lo tienen reside en su

capacidad tanto para llevar a engaño como para no dejarse engañar”. Por tal razón puedo

deducir que la no libertad de escoger entre el bien y el mal, está condicionada según lo

afirma el psicólogo Philip Zambardo al entorno en que haya nacido y se haya desenvuelto

el ser humano.

Si alguien nace en un entorno rico sabe lo que le va a deparar el futuro, es decir, cosas

buenas, puesto que todo lo que le rodea es bueno y no hace falta que piensen en el futuro

porque saben que va a ser bueno. Sin embargo, alguien que haya nacido en un entorno

pobre, tiene que pensar en el futuro, en ser mejor que lo que ahora tiene; algo muy paralelo

a una cita Bíblica que dice “No se extravíen. Las malas compañías echan a perder los

hábitos útiles” 1 Corintios 15:33 (casi como refiriéndose al entorno personal, de quien se

asocia bien así mismo le ira y tomara excelentes decisiones alejadas de la falsedad).

¿Cuál es aprendizaje obtenido en la elaboración del artículo?

Como ser humano poseo fallas y errores y soy consecuente con el hecho de que por ligereza

aun conociendo ciertos principios de buen proceder nos dejamos influenciar de personas

que consideramos intachables, admitiendo sus conceptos y procederes y dudando de

nuestras capacidades sin verificación alguna de las circunstancias en las cuales nos

veamos comprometidos.
CONCLUSION

La mejor manera de no experimentar la mentira es no caer en ella, ni dar pie para vernos

comprometidos en medios o entornos en los que se pueda desarrollar, siendo siempre

transparentes.

Nunca podremos asegurar que nosotros ni nadie, estamos libres de esas conductas

crueles o malvadas, porque aunque ahora estemos muy seguros de que no podemos llegar a

comportarnos de esa manera, nunca sabemos las situaciones que se nos presentaran en la

vida y cómo reaccionaremos ante casos extremos… Como dice P. Zimbardo es el entorno

el que cambia a las personas, no las personas por sus propios principios.

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