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120 Los MILAGROS DE JESÚS

nacimiento de su queja, y a la vez la autoridad de Jesús le da fuerza para 4


liberarse de la opresión del grupo, dándole unas referencias distintas que EXORCISTAS Y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS
le permitan soportar un cierto grado de discrepancia con el grupo. Porque
la curación de este hombre no supone que ahora acepte las clasificaciones
sociales, sino que tiene otro marco de referencia -frente a la anterior au- Juan Chapa
sencia de cualquier marco-. La enseñanza y el grupo de Jesús son ese nue- Facultad de Teología
vo y liberador marco de referencia con el que es enviado a enfrentarse con Universidad de Navarra
los problemas: es enviado a lo cotidiano, a su casa. Jesús no le permite que
se quede con él, haciéndole dependiente de su persona y de su poder, sino
que le envía a hacer su camino, siendo, a su vez, portavoz de las posibili-
dades abiertas por la buena noticia del Dios que ha descubierto con Jesús.
El antiguo poseso posee ahora un marco de referencia nuevo desde el que
moverse y situarse, y debe aplicarlo en la vida.
El miedo en los que observaron el caso era una actitud normal ante
quienes podían manejar los espíritus, pues se pensaba que lo mismo que I. LA TRADICIÓN BÍBLICA SOBRE EL EXORCISMO
los había expulsado podía dirigirlos contra otros, y en concreto, contra En los libros más antiguos del AT no se habla propiamente de posesiones
ellos. y exorcismos, aunque no faltan referencias a la actividad de los espíritus ma-
Pero quizá también se indica que existe miedo ante las consecuencias léficos ("de Dios": 1 S 16,14ss.; 18,10; 19,9) o de seres demoniacos (Is
de lo que ha producido la curación, una nueva actitud y un nuevo orden 13,21; 34,14), ni las burlas a los encantamientos y sortilegios de los pueblos
que supondría cambios con consecuencias económicas, sociales y religio- vecinos (Is 47,9.12)'. Pero a partir del destierro, con toda probabilidad por
sas, difíciles de aceptar por muchos de los que escuchaban. influencia babilónica 2, toma fuerza la personificación de unos seres enemi-
La discrepancia entre el mandato de "ir a su casa (a su grupo familiar) gos de Dios y se va difundiendo la convicción de que los ángeles malos y los
a contar lo que el Señor había hecho con él" (v. 19), y la acción del anti- demonios eran los causantes del dolor, de las angustias y de la muerte 3• Es
guo poseso que comienza a "proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús por ello bastante probable que, a partir de esta época, se fueran extendiendo
había hecho con él" (v. 20), se entiende por la reelaboración del final del (si es que antes no estaban ya muy difundidas) algunas técnicas para hacer
exorcismo primitivo que deja ver la situación de la comunidad que ha co-
menzado su misión a los gentiles saltando barreras étnicas y ve, en la ac-
I La demonología del AT es de difícil sistematización. Para una visión de conjunto se
tividad de Jesús, el reflejo de su actividad.
puede ver J.K. Kümmerlin-McLean, "Demons", enABD II, 138-140 YW. Foester, LlcdjJwv,
La palabra poderosa y liberadora de Jesús y su poder están por encima en TWNTII, 10-12. Más bibliografía en O. Bocher, LlaLjJóvLOv, en DENTI, 815-825.
de cualquier otro poder y división. La frontera, y el otro lado de la fronte- 2 En Babilonia la tradición del exorcismo se remontaba a tiempos muy antiguos. Entre

ra, ya no constituyen un peligro sino una posibilidad. La verdadera divi- los babilonios magia y medicina iban juntos, no así la brujería, que estaba prohibida. De
los innumerables espíritus malignos que poblaban la religión babilónica y que eran capa-
sión no está entre el lado judío y el gentil, entre la parte pura e impura, si-
ces de transformarse de mil maneras, se creía que algunos se esforzaban en hacer mal a los
no que la división se está dando entre lo que Jesús propone en Galilea y lo hombres. Por eso, parece que ya desde el segundo milenio antes de Cristo los exorcismos
que las autoridades judías proponen e imponen en Jerusalén. Pero eso se- constituían, junto con la adivinación, parte esencial de la religión asirio-babilónica. No
rá la continuación del Evangelio. De momento Jesús ha relativizado la obstante, la mayor parte de los datos que tenemos hoy en día al respecto proviene del pri-
frontera, ha mostrado, y lo seguirá haciendo, que ésta más que peligros e mer milenio. Los exorcismos se utilizaban contra fuerzas maléficas, dioses irritados, de-
impureza abre posibilidades y que la salvación la ha cruzado. monios y hechicerías, y servían también para librar a los enfermos de la carga de los ma-
les físicos y psíquicos, o para propiciar el éxito social, la prosperidad o las relaciones
amorosas. En casos graves se requería la intervención de un ashipu, un exorcista, que in-
tervenía mediante complicados rituales (cf. K. Thraede, "Exorcismus", en RACVII [1969]
45-47 YH. Limet, "Exorcismo", en Diccionario de las Religiones, Barcelona: Herder 1987,
595-596).
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frente a estos espíritus, semejantes a las usadas entre los egipcios o babilo- Pero la relación entre Salomón y su poder de expulsar demonios no se
nios pero con elementos propios de la religión hebrea 4. Al menos así parece reduce a esa obra apócrifa. La fama de Salomón como exorcista segura-
deducirse de las tradiciones en épocas cercanas al NT sobre Salomón, David, mente estuvo muy extendida. De hecho, Flavio Josefa la comparte y la
Noé o Abrahán, a quienes se les atribuía poderes sobre los espíritus del mal 5. confIrma con la historia de Eleazar, exorcista judío que libera a un hom-
bre poseído por un demonio, utilizando para ello un anillo que tenía bajo
Aunque no sabemos en qué momento se originó, en el siglo 1 existía
su sello una de las raíces prescritas al respecto por Salomón:
una tradición popular según la cual Salomón había recibido de Dios el po-
der de expulsar demonios. La obra que mejor lo atestigua y que presenta "[Salomón] compuso encantamientos para aliviar las enfermedades, y de-
de manera más desarrollada la leyenda del rey sabio es El Testamento de jó la manera de usar los exorcismos (É~opKwaEwv) mediante los cuales se ale-
Salomón (compuesta originalmente en griego por un cristiano del siglo ID jan los demonios para que no vuelvan jamás. Este método curativo se sigue
usando mucho entre nosotros hasta el día de hoy; he visto a un hombre de mi
d.C., pero a partir de una composición judía del siglo 1 d.C.) 6. Salomón es
misma patria, llamado Eleazar, librando endemoniados (i.ma ;:wv liaq.wví.wv
aquí retratado como alguien con poder sobre los demonios (y no tanto co- la[lpavo[lÉvour;) en presencia de Vespasiano, sus hijos y sus capitanes y toda la
mo un exorcista), tal como queda reflejado en el título de la recensión B: multitud de sus soldados. La forma de curar fue la siguiente: acercó a las fo-
"Testamento de Salomón, hijo de David, que reinó en Jerusalén, dominó y sas nasales del endemoniado (liaL[lOvL(O[lÉVOu) un anillo que tenía en el sello
subyugó a todos los espíritus aéreos, terrestres y subterráneos". Sin em- una raíz de una de las clases mencionadas por Salomón, lo hizo aspirar y le
bargo, de manera indirecta la obra ilustra profusamente aspectos relacio- sacó el demonio por la nariz. El hombre cayó inmediatamente al suelo, y él
nados con los exorcismos: recoge varias conversaciones entre Salomón y conjuró al demonio a que no volviera nunca más, mencionando a Salomón y
los demonios -sin que dé la impresión de que estos diálogos resultaran a recitando el encantamiento que había compuesto. Como Eleazar quería con-
los lectores algo extraño; más bien parece que reflejan lo que era normal vencer y demostrar a los espectadores que poseía ese poder, puso a cierta dis-
en un exorcismo, como veremos que también sucede en las historias de tancia una copa o una palangana llena de agua y ordenó al demonio que, al sa-
Apolonio y de otros personajes 7_, y menciona el recurso a los amuletos, la lir del interior del hombre, la derramara, haciendo saber de este modo al
público que había abandonado al hombre. Hecho esto, quedaban claramente
cuestión clave en torno al conocimiento del nombre del espíritu maligno,
expresadas las habilidades y la sabiduría de Salomón" 8.
el uso de pociones y nombres adecuados en los encantamientos empleados
por un exorcista, etc. Es decir, el repertorio de elementos característicos a El pasaje muestra lo difundida que estaba la tradición sobre Salomón
la hora de realizar un exorcismo. como alguien poderoso contra los espíritus del mal, y la existencia de per-
sonas contemporáneas a Josefa que eran capaces de expulsar demonios en
su nombre. Parece que estos métodos no eran ocasionales sino que, como
3 W. Foester, o. C., 15. atestigua el historiador judío, se seguían "usando mucho" en su tiempo y
4 La familiaridad de los judíos con prácticas de exorcismo babilónicas queda reflejada eran antiguos (la expresión "hasta el día de hoy" así lo sugiere)9.
en Tb 3,8; 8,1-3. Se ha conjeturado también que las mujeres a las que se refiere Ezequiel
en Ez 13,17-23 practicaban exorcismos (W.H. Brownlee, "Exorcising the Souls from Eze-
Pero, además de Salomón, también David (en menor medida) era con-
kiel 13: 17-23", en JBL 69 [1950]367-373). siderado con poder sobre los demonios. Es igualmente Flavio Josefa quien
5 Para un tratamiento sistemático de estas tradiciones así como de muchas de las cues- lo atestigua. En Ant. 6,166-9, al volver a narrar la historia de Saúl de 1 S
tiones que se tratan en estas páginas ver G.H. Twelftree, Jesus the Exorcist. A Colltribution 16,14-23, indica que David echaba (emplea el verbo EXPá.UW) los demo-
to the Study 01 the Historical Jesus, Tübingen: J.C.B. Mohr (Paul Siebeck) 1993; repr. nios y los espíritus malignos con el arpa. Esta tradición viene confIrmada
Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers 1993.
6 Se trata de un escrito cuya preocupación principal es la de ofrecer a la humanidad los

conocimientos convenientes sobre los demonios, sus actuaciones y el modo de combatir- s AIlt. 8,46-9. Ver también D.C. Duling, "The Eleazar Miracle and Salomon's Magical

los (cf. introducción de A. Piñero al Testamellto de Salomón, en /7.. Díez Macho [ed.], Apó- Wisdom in FIavius Josephus's Antiquitates Judaicae 8.42-49", en HTR 78 (1985) 1-25; J.P.
crifos del Antiguo Testamento, V, Madrid: Cristiandad 1987, 325-333). Ver también J.P. Meier, o. C., 542.
Meier, Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico, IIII: Juan y JeslÍs. El reino de 9 Es también ilustrativa la referencia de Flavio Josefa a las virtudes de la Barra (peo-

Dios, Estella: Verbo Divino 1997,482. nia), una planta que crecía en los alrededores de Maqueronte y que "con sólo acercarla en-
7 De todas formas, hay que tener en cuenta que resulta problemático determinar hasta seguida expulsa de los enfermos los llamados demonios, es decir, los espíritus de los hom-
qué punto estas narraciones pueden haber estado inspiradas en el NT. No hay acuerdo al bres malvados que se introducen en los vivos y los matan" (Bell. lud. 7,185). Es difícil no
respecto. imaginarse tras estas palabras antiguas tradiciones sobre conjuros para expulsar demonios.

I
.~
124 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 125

por un salmo hallado en Qurnrán (llQPs"). El texto muestra que la comu- espíritu. Abrahán rezó, puso sus manos en la cabeza del faraón y el espíri-
nidad consideraba a David como alguien con habilidad para controlar de- tu maligno se fue del faraón y vivió 13.
monios, pues se dice de él que compuso cuatro canciones para los "gol- A estas tradiciones podemos añadir otros testimonios de este mismo pe-
peados" por Satanás. En otro manuscrito (11 QPsAp") se contienen tres riodo que muestran la extensión del uso de conjuros contra espíritus ma-
composiciones atribuidas a David, como conjuros contra los malos espíri- lignos. Además de los ya mencionados con relación a David, otros textos
tus. En ellas se invocaba el tetragrarnma y se interpelaba a Belial y a los encontrados en Qurnrán reflejan que el recurso a esas fórmulas no debía
demonios a los que se quería neutralizar 10. El libro de las Antigüedades bí- de ser excepcional 14. Así se desprende de los Cánticos del Sabio (4Q51O-
blicas del Pseudo-Filón, obra que refleja de forma genérica la teología ju- 511), una colección de cánticos destinada a alabar a Dios y a expulsar a los
día del siglo 1 d.C., contiene la misma idea, incluyendo el salmo con el que malos espíritus, y de los Conjuros contra los demonios (4Q460), frag-
David ahuyentaba el mal espíritu que atormentaba a Saúl ll . mento arameo con lo que parece que son fórmulas para protegerse contra
Como a Salomón y a David, también a Noé y a Abrahán se les atribu- los malos espíritus. Cabe también mencionar 4Q242, la Oración de Nabó-
yeron poderes sobre los demonios. Del primero lo refleja el Libro de los nido, narración sapiencial y apologética escrita en arameo sobre los años
Jubileos (ca. 130 a.c.). Refiere cómo los demonios seducen a los hijos de pasados por el rey Nabónido en Teimán (leyenda relacionada con Dn 4) 15,
Noé y, por la intercesión de éste, Dios deja sólo a algunos espíritus malig- en la que se cuenta que el rey enferma y es curado por un 1iJ. Algunos tra-
nos en la tierra y ordena a los ángeles que le comuniquen a Noé su medi- ducen este término como "exorcista", pero hay quienes propugnan que de-
cina para que los demonios no pudieran hacerles daño a sus hijos 12. De be traducirse simplemente como "adivino" 16.
Abrahán tenemos el testimonio del Génesis Apócrifo hallado en Qurnrán En definitiva, es posible afirmar que entre algunos judíos que vivieron en
(lQapGen), en el que se relata un ejemplo de exorcismo realizado por el un tiempo cercano a Jesús había tradiciones que reconocían en grandes fi-
patriarca. El faraón se queda con Sara como su mujer, y un espíritu malo guras del pueblo hebreo el poder de expulsar demonios. Si existían estas tra-
se apodera de él y de toda su casa. Finalmente se entera de quién es Sara, diciones, era sin duda porque de alguna manera se recurría a estos pesona-
la despide y suplica a Abrahán que rece por él y los suyos para expulsar al jes para expulsar o evitar a los malos espíritus. Por eso, resulta bastante
plausible pensar que los exorcismos, en sus diversos tipos, no eran algo ex-
traordinario. Así parece deducirse de los testimonios de Qurnrán y Ant. 8,46-
10 Ver E. Puech, "IIQPsAp': Un Ritual D'Exorcismes. Essai de Reconstruction", en RQ
9. Con todo, también es cierto que, fuera de la referencia que nos da Josefo
14 (1990) 377-408; W. Kirchschlager, "Exorcismus in Qumran?", en Kairos 18 (1976) 135-
sobre Eleazar, no tenemos datos extrabíblicos sobre exorcismos realizados
153; J.P. Meier, o. C., 481-2 con notas 22-24.
11 Ant. Mbl. 60,1-3 (A. De la Fuente Adánez [trad.], en A. Díez Macho [ed.], Apócrifos
por personas concretas en la Palestina del siglo 1. Es probable que en buena
del Antiguo Testamento, JI, Madrid: Cristiandad 1983, 309). Ver también las matizaciones
de J.P. Meier, o. C., 481 Y n. 20.
12 10,1-13: "En el tercer septenario de este jubileo comenzaron los demonios impuros a 13 Col. XX,9-29: "La vio y se maravilló de toda su belleza y la tomó para sí como mu-

seducir a los nietos de Noé, haciéndolos enloquecer y perderse. Se llegaron los hijos a su jer. Intentó matarme, pero Sara dijo al rey: 'Es mi hermano', para que yo pudiera benefi-
padre, Noé, y le hablaron de los demonios que seducían, extraviaban y mataban a sus nie- ciarme a cuenta suya. Yo, Abrahán, fui perdonado por su causa. Lloré yo, Abrahán, aque-
tos. Oró así Noé ante el Señor, su dios: 'Dios de los espíritus que están en toda carne, que lla noche (oo.). Esa noche recé, supliqué, imploré (Oo.). Esa noche, le envió Dios Altísimo un
tuviste misericordia de mí, me salvaste con mis hijos de las aguas del diluvio (... ). A estos espíritu castigador, para afligirlo a él y a todos los miembros de su casa. Y no pudo acer-
espíritus que están ahora en vida enciérralos también y sujétalos en lugar de suplicio; no cársele (oo.). Y mandó llamar a todos [los sabios] de Egipto, y a todos los magos, junto con
destruyan a los hijos de tu siervo, Dios mío, pues son perversos y para destruir fueron crea- todos los curanderos de Egipto, por ver si podían sanarlo de aquella plaga [a él] y a los
dos' (... ). Entonces el Señor, nuestro Dios, nos ordenó apresar a todos. Pero llegó Maste- miembros de su casa (Oo.). Yo recé por [Oo.] e impuse mis manos sobre su cabeza. La plaga
ma, príncipe de los espíritus (... ). Ordenó Dios entonces que quedara con Mastema una dé- fue removida de él; fue expulsado [de él el espíritu] maligno y vivió" (F. García Martínez
cima parte, y que las otras nueve descendieran al lugar de suplicio. A uno de nosotros dijo [ed. lit.], Textos de Qunnán, Madrid: Trotta 41993,283-4).
que enseñáramos a Noé toda su medicina (... ). Y comunicamos a Noé los remedios de las 14 F. García Martínez, "Textos de Qurmán", en G. Aranda Pérez, F. García Martínez, M.

enfermedades, juntamente con sus engaños, para que curase con las plantas de la tierra. Pérez Femández, Literatura judía intertestamellfaria (Introducción al estudio de la Biblia
Noé escribió todo como se lo enseñamos en un libro, con todas las clases de medicina, y 9), Estella: Verbo Divino 1996, 185-7.
los malos espíritus quedaron sin acceso a los hijos de Noé" (trad. F. Corriente - A. Piñero, 15 Ibíd., 169-70.

en A. Díez Macho [ed.], Apócrifos del Antiguo Testamento, JI, Madrid: Cristiandad 1983, 16 G H. Twelftree, o. C., 17-8; J.P. Meier, Unjudío marginal. Nueva visión del Jesús his-

107-108). tórico, IIJ2: Los milagros, Estella: Verbo Divino 2000, 682.
126 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 127

parte pesase la estrecha relación entre exorcismo y magia, esta última prohi- del destierro) y los datos que tenemos relativos a personas que realizaron al-
bida para los judíos. De todas formas, será útil acudir a lo que otras fuentes guna clase de conjuros contra espíritus malignos en un periodo de tiempo
(aunque sean escasas y en su mayor parte posteriores al siglo 1) nos dicen cercano al que nos ocupa apuntan a pensar que la práctica del exorcismo (en
sobre exorcismos y exorcistas en el mundo mediterráneo. Esos testimonios sentido amplio y no sólo como expulsión de un demonio de una persona po-
podrán ilustrar los datos que nos transmiten los evangelios sobre Jesús co- seída por éste) debía de estar extendida en el mundo mediterráneo del siglo
mo exorcista y los exorcismos que él realizó, así como las referencias a los 1, Palestina incluida. Los datos que así parecen indicarlo son los siguientes:
exorcistas judíos de Mt 12,27/Lc 11,19 ("Y si yo expulso los demonios por
Beelzebul, vuestros hijos ¿por quién los expulsan?") o al exorcista desco- l. Sacerdotes, filósofos, curanderos itinerantes
nocido de Mc 9,38-39/Lc 9,49-50 ("Maestro, hemos visto a uno que expul-
saba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no viene con Dada la estrecha relación entre lo natural y lo sobrenatural, especial-
nosotros"). En primer lugar presentaremos los testimonios existentes sobre mente en el ámbito de la salud y de la enfermedad, y la relación entre en-
exorcistas, y a continuación los ritos empleados en los exorcismos. fermedad y espíritus maléficos, es difícil marcar una línea clara de sepa-
ración entre taumaturgo, mago y exorcista 20. Por eso no es de extrañar que
desde la más remota antigüedad hubiera sacerdotes con poderes de exor-
n. EXORCISTAS
cistas y curanderos vinculados a los templos de dioses salutíferos 21. Pero
Como observación previa, conviene precisar que el primer testimonio seguramente no eran los templos los únicos lugares en los que se podía en-
que conservamos de la palabra "exorcista" (E~OpKLOT~t;;) en la literatura contrar a los taumaturgos-exorcistas. Algunos textos muestran que existían
griega aparece precisamente en Hch 19,13. Aunque el término está tam- sacerdotes peripatéticos, que no estaban vinculados a un santuario o a un
bién atestiguado en autores no cristianos cercanos en el tiempo a las obras lugar y que poseían cierto control sobre los seres espirituales. Así se en-
del NT, nunca fue un vocablo corriente, ni siquiera entre escritores cristia- cuentra en un texto de Platón:
nos de lengua griega 17. Deriva del verbo E~OpKl(W, que en un principio sig- "Sacerdotes mendicantes y adivinos llegan a las puertas del hombre rico
nificó "jurar", pero que pasó a utilizarse también como "conjurar" 18. De la con una historia del poder que ellos tienen por un don del cielo para reparar
misma manera, E~ÓpKWalt;; y E~OPKLOIlÓt;;, "toma de juramento", se emplea- por cualquier ofensa que él o sus antepasados hayan cometido con encanta-
ron posteriormente en el sentido actual de "exorcismo". mientos y sacrificios, acompañados de buena gana con un banquete. Si él de-
sea hacer daño a un enemigo, puede, a poco precio, hacerle daño con igual fa-
Si bien no hay datos fehacientes de que en tiempos de Jesús existiera la cilidad, independientemente de que él sea un hombre honesto o no, por medio
"profesión" específica de exorcista, hay indicios que sugieren que la activi- de ciertas invocaciones y conjuros que, como ellos manifiestan, prevalecen so-
dad de "conjurar demonios" no debía de ser extraña y que, como se verá, bre los dioses para hacer su petición""".
los "magos" la practicaban. La tradición babilónica sobre los exorcismos 19
Estamos, pues, ante un caso de sacerdotes mendicantes que ofrecían
(sin duda lejana, pero que debió de ser conocida por los judíos en y después sus servicios a domicilio realizando también conjuros para hacer daño a

17 Se encuentra en un epigrama atribuido a Luciano y en Claudius Ptolemaeus (s. II

d.C.), Apotelesmatica 4,4,11. Con todo, es un ténnino que en griego es muy poco utiliza- 19 Ver arriba n. 2.
do por autores cristianos (cuatro veces en toda la patrología griega, sin contar los comen- 20 En este sentido, la obra de L. Gil, Therapeia. La medicina popular en e/mundo clá-
tarios a los textos de Hechos), pero frecuente en autores latinos (cristianos). sico, Madrid: Guadarrama 1969 (especialmente pp. 249-280), muestra cómo desde muy
18 Se entiende por "conjurar" el empeñar a uno mediante juramento a hacer alguna co- antiguo toda clase de enfennedad podía concebirse como castigo de un demon trascenden-
sa. El sentido de conjurar puede estar ya presente en la versión griega del AT con el verbo te a ella, o como asentamiento en una comunidad o en un individuo de un demon encama-
ÓpKl(W (1 R 22,16; 2 Cro 18,15; Ct 2,7), mientras que E~OpKl(W sólo aparece como hacer ción suya, y lo muy extendida que estaba entre las clases populares esta mentalidad. La
jurar (Gn 24,3). En el NT ÓpKl(W aparece en Mc 5,7 y Hch 19,13 en el sentido de conju- obra clásica es O. Weinreich, Antike HeillllzgslVunder, Giessen: Topelmann 1909. Ver tam-
rar en relación al demonio y E~OpKl(W como hacer jurar (Mt 26,63). El uso de E~OpKl(W co- bién más recientemente el estudio de J.Z. Smith, "Towards Interpreting Demonic Powers
mo "conjurar" (pero no en relación con expulsión de demonios) está atestiguado en los pa- in Hellenistic and Roman Antiquity", en ANRW II.16.1 (1978) 425-439.
piros griegos del siglo 1 a.C. (BGU 4,1141). No hay testimonios de su uso en prácticas 21 J. Leipoldt - W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento, vol. 1: Estudio histó-
mágicas hasta fechas posteriores. Sobre estos ténninos ver J. Schneider, 'E(opKÍ(w rico-cultural, Madrid: Cristiandad 1973, 76-80.
(É(opKLonÍl;), en TWNT V, 465-466. '2 Rep. 364b-364c. Cf. G.H. Twelftree, o. c., 27-30.
128 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 129
otras personas. Aunque carecemos de evidencia al respecto, pudiera ser de Cesarea ofrece algunos pasajes de la obra de otro cínico de la región,
que en su repertorio se incluyeran los exorcismos. En cualquier caso, el Enomao de Gadara (siglo n d.C.)27. Pero de estos datos sólo se puede afIr-
texto atestigua la antigüedad de sacerdotes itinerantes, distintos de los es- mar que en Palestina propiamente dicha únicamente desarrolló su actividad
tablecidos en los santuarios. un cínico itinerante llamado Peregrino, casi 100 años después del tiempo de
En la misma línea cabe mencionar también a los taumaturgos cínicos, a Jesús. Con todo, tampoco se puede descartar la posibilidad de que fIlósofos
cuya presencia quizá estuvieran acostumbrados los habitantes del mundo cínicos itinerantes recorrieran las ciudades y aldeas de esta región durante el
mediterráneo en tiempos de Jesús. El fundador de la escuela cínica había si- siglo I. Lo que no parece por el momento posible es determinar si fueron co-
do Antístenes de Atenas (ca. 455-ca. 360 a.c.), discípulo de Sócrates. Según nocidos por tener ciertos poderes sobre los espíritus ni que realizaran cura-
afIrma Diógenes Laercio (siglo III d.C.) en su Vitae philosophorum, los que ciones o exorcismos.
seguían esta doctrina habían dejado la lógica y la física y se habían concen- Pero, con independencia de los sacerdotes y de otros sabios itinerantes
trado en la ética y en especial en la virtud 23. Este autor incluye entre los cí- con poderes curativos, parece que los casos de posesión eran tratados por
nicos a Menedemo (siglo III a.c.), fIlósofo de Asia Menor, que tenía fama los "magos" (si es que podemos distinguir con claridad entre sacerdotes,
de hacer cosas asombrosas (rEpa:rELu), entre las que se le atribuía el conoci- curanderos y magos)2s. En este sentido es ilustrativo el testimonio de Plu-
miento de los pecados de la gente. Por eso se piensa que durante el periodo tarco en sus Quaestiones conviva les (Charlas de sobremesa) (MOl: 706E),
helenista, y después en época romana, otros cínicos podrían haber estado do- escritas a fInales del siglo 1 d.C. o principios del siglo n, que refIere, a
tados de poderes semejantes a los suyos. Sin embargo, es discutida la pre- modo de comparación y como algo bien conocido, el hecho de que los
sencia del cinismo en la Palestina del siglo P. Diógenes Laercio habla de magos (lleXYOl) hacen repetir' E<jJÉOlU YPeXIlIlU-ru, fórmulas mágicas, a los
dos cínicos de los alrededores de Galilea: Menipo de Gadara (primera mitad 8UllloVl(OIlÉvou~ (el mismo término que emplea el NT y Josefa en el rela-
del siglo III a.c.) y Meleagro de Gadara (primera mitad del siglo I a.c.), que to de Eleazar para referirse a los poseídos por el demonio) contra ellos
recibió la influencia del primero, y creció y fue educado en Tiro. Por su par- mismos. Las "letras efesias" eran palabras cuya derivación les resultaba
te, Luciano de Samosata (s. n d.C.), además de testimoniar las prácticas de ya enigmática a los antiguos y que en su origen estaban vinculadas a la
un exorcista sirio que venía de Palestina 25, refIere la existencia de Peregrino diosa Artemisa, adorada en Éfeso y asociada entre otras cosas con la cu-
(ca. lOO-ca. 165 d.C.), cínico de Misia (Asia Menor) que se exilió a Palesti- ración 29. Curiosamente, es en esta ciudad donde encontramos el primer
na y allí pasó un tiempo con cristianos hasta que fue expulsado 26. Y Eusebio testimonio claro sobre exorcistas itinerantes (Hch 19,13-19):

23 "Sostienen que hay que vivir frugalmente, comiendo comida sólo para nutrirse y lle-
pués de la otra, para asegurar al hombre a quien todavía adoran, aquel que fue crucificado
vando un sencillo vestido. Ellos desprecian la riqueza, la fama y la nobleza de nacimiento. en Palestina porque introdujo este nuevo culto en el mundo" (Luciano, Peregr. 10-1I). Pa-
Algunos son siempre vegetarianos y sólo beben agua fría y se contentan con cualquier cla- ra la obra de Luciano en castellano, J. Alsina Clota (pr.) y A. Espinosa Alarcón, J.L. Nava-
se de refugio y baños" (Diógenes Laercio, Vit. philos. 6,104). De todas formas, la opinión rro González, J. Zaragoza Botella (trads.), Luciano de Samosata. Obras (BCG 42, 113, 138
que Diógenes tenía de ellos no era en absoluto positiva, pues los calificaba de "charlatanes Y 172), Madrid: Gredas 1981-1992. Sobre Luciano ver también D. Clay, "Lucian of Sa-
que en las plazas públicas ostentan sus artes más abominables y hacen su agosto" (3,50). mosata: Four Philosophical Lives (Nigrinus, Demonax, Peregrinus, Alexander, Pseudo-
24 Autores que defienden la presencia de filósofos cínicos en Palestina y su relación con
mantis)", en ANRWII.36.5 (1992) 3406-3450.
la enseñanza de Jesús son EG. Downing, "Cynics and Christians", en NTS 30 (1984) 584; 27 Prep. Ev. 5 y 6.
Jeslls and the Threat 01 Freedom, London: SCM 1987; B.L. Mack, A Myth olInnocence: 28 "El término flÚYOL se deriva del nombre de una tribu médica que en la religión persa
Mark and Christian Origins, Philadelphia: Fortress 1988; The Lost Gospel: The Book 01 Q desempeñaba funciones sacerdotales y se ocupaba del estudio de la astronomía o la astro-
and Christian Origins, San Francisco: Harper 1993. Otra información en G.H. Twelftree, logía. Por eso, en la antigüedad, los astrólogos, intérpretes de sueños y adivinos venidos
o. C., 28-30. principalmente de Oriente se llamaban magos, realzándose de esta manera sus conoci-
25 Philops. 16 (ver más abajo nota 62).
mientos secretos y su capacidad para practicar la magia. Hay textos judíos que reconocen
26 "Cuando el asunto [la acusación de haber estrangulado a su padre] se extendió, se
el saber de los magos (Filón), mientras que entre los rabinos predomina el criterio de que
exilió y estuvo errando de un país a otro. Fue entonces cuando supo del asombroso cuento los magos son embaucadores y charlatanes" (H. Balz, Máyor;, en DENTII, 112-113). Más
de los cristianos, al entrar en contacto con sus sacerdotes y escribas en Palestina. (... ) [Lle- información en G. Delling, Máyor;, en TWNT IV, 360-362.
gó a ser] profeta, maestro de culto, cabeza de la sinagoga y todo lo demás, todo en su per- 29 Cf. Clemente de Alejandría, Strom. 1,73,1; 5,45,2. Para más detalles A. Le Boulluec,
sona. Interpretó y explicó algunos de sus libros e incluso llegó a componer muchos, y le Clément d'Alexandrie. Les Stromates, V,II (SC 279), París: Cerf 1981, 175-177. Cf. tam-
adoraron como dios, le hicieron legislador, y le convirtieron en su protector, una cosa des- bién J. Leipoldt - W. Grundmann, o. C., 87, n. 60.

1
130 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 131

"Algunos exorcistas ambulantes judíos intentaron invocar el nombre del "Celso identifica las obras de Jesús con las de los hechiceros que, según él,
Señor Jesús sobre quienes tenían espíritus malos diciendo: 'Os conjuro por 'prometen cosas aún más maravillosas, y con las que realizan lo que han
ese Jesús que Pablo predica'. Hacían esto siete hijos de un tal Esceva, sumo aprendido en Egipto; gentes que, en las plazas públicas, venden por unos óbo-
sacerdote judío. Pero el espíritu maligno les replicó: 'Conozco a Jesús y sé los tan venerables enseñanzas, arrojan de los hombres a los démones, exuflan
quién es Pablo, pero vosotros ¿quiénes sois?' Y el hombre en quien estaba enfermedades y evocan las almas de los héroes, ponen ante los ojos los ban-
el espíritu maligno, abalanzándose sobre ellos, dominó a unos y otros y pu- quetes espléndidos, mesas, pasteles y platos que no existen, mueven como si
do con todos, de tal forma que huyeron de aquella casa desnudos y heri- fueran animales cosas que no lo son, sino que aparecen tales en la fantasía'"33.
dos" 30.
El testimonio es posterior al siglo 1, pero no deja de ser útil por cuanto
Aunque lo narrado sucede en Éfeso, los exorcistas son judíos, por lo puede reflejar una práctica anterior.
que el episodio podría también ilustrar lo que pasaba en Palestina. El pa-
saje no implica que fueran hijos de un sumo sacerdote, como el texto dice 2. lanina ben Dosa
en griego (apXLEpÉUlt;) referido a Esceva 31. Tampoco es necesario pensar
que los "siete hijos de Esceva" fueran hermanos. Podrían ser miembros de En la literatura rabínica se encuentra la figura de lanina ben Dosa, pia-
una hermandad 32. En cualquier caso, el episodio señala la existencia de doso taumaturgo anterior al año 70 d.C., que desarrolló su actividad en Ga-
exorcistas itinerantes, distintos de los que podían estar en el templo de Ar- lílea. Está en relación con Yojanan ben Zakkay y Gamaliel II, pero no fue
temisa de Éfeso. un fariseo o un Rabbí 34 • Aunque no conservamos historias de exorcismos
del periodo talmúdico asociadas con él, hay una tradición que muestra que
Finalmente, Orígenes, citando a Celso (ca. 177-80), refiere cómo en los
tenía cierto poder sobre los demonios. Se trata del relato de un encuentro
mercados había hechiceros que expulsaban demonios, echaban al viento
con Agrat, la reina de los demonios, escrito para ilustrar el precepto: "No
enfermedades e invocaban las almas de los muertos:
salgas solo de noche", y que está recogido en el Talmud babilónico:
"Una baraita enseña: No hay que salir solo de noche ni al atardecer del
30 G.H. Twelftree, o. c., 30-34. El texto occidental difiere un poco. Hch 19,14 dice así: día cuarto de la semana, ni las tardes del sábado, porque Agrat, hija de Mah-
"Entre ellos [o, más probable, con relación a esto] los rsiete] hijos de un cierto sacerdote lat, acompañada de dieciocho miríadas de ángeles destructores, se mani-
llamado Esceva deseaban hacer lo mismo (tenían costumbre de exorcisar a tales personas). fiesta esas tardes, y cada uno de ellos tiene libertad de hacer daño por sí so-
y ellos se llegaron donde estaba el endemoniado y empezaron a invocar el Nombre, di- lo. Originalmente se corría el peligro de encontrarse con ellos todos los días.
ciendo: 'Te ordenamos a ti, por Jesús a quien Pablo predica, que salgas"'. Sobre esta cues- Un día, ella se encontró con Rabbí Janina, hijo de Dosa, y le dijo: 'Si uno
tión se puede ver É. Delebecque, "La mésaventure des fils de Sévas selon ses deux versions
no hubiera proclamado en el cielo: Guardaos de tocar a Janina y (al mismo
(Actes 19,13-20), en RSPT 66 (1982) 225-232; w.A. Strange, "The Sons of Sceva and the
tiempo a) su Torá, yo te habría hecho daño'. Él le dijo: 'Puesto que estoy tan
Text of Acts 19:14", en ITS 38 (1987) 97-106. Sobre el relato, J.A. Fitzmyer, '''A certain
Sceva, a Jew, a chief priest' (Acts 19:14)", en C. Bussmann - W. Radl (eds.), Der Trelle
bien considerado en el cielo, te ordeno que no pases nunca por ningún lugar
Gottes Trallen. Beitrage ZlIIn Werk des Lukas, Freiburg-Basel-Wien: Herder 1991,299-305, habitado en el mundo'. Ella le dijo: 'Porfavor, déjame un poco de sitio'. En-
Y EE Bruce, The Acts of the Apostles (NICNT), Gran Rapids: Eerdmans 1992, 368. Ver tonces él le dejó las tardes del sábado y las tardes del cuarto día de la se-
también W.A. Garrett, The Demise ofthe Devil: Magic and the Demonic in Luke's Writings, mana" 35.
Minneapolis: Fortress 1989.
31 De hecho Esceva no fue sumo sacerdote en Jerusalén, pues su nombre no se encuen-

tra nunca en las listas. Aunque el término podría referirse a sacerdotes destacados o de al- 33 Contra Celso 1,68; cf. también 3,50.
to rango, ni siquiera parece que fuera miembro de una familia con conexiones con el sumo 34 H.L. Strack - G. Stemberger, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica (ed.
sacerdocio judío. Quizá simplemente adoptó ese título para ejercer de exorcista (cf. W. M. Pérez Femández) (Biblioteca Midrásica 3), Valencia: Institución San Jerónimo para la
Ward Gasque, "Sceva", en ABD V,1004). Para más datos B.A. Maston, "Scaeva the chief Investigación Bíblica 1988, 116, con bibliografía, esp. B.M. Bokser, "Wonder-Working and
priest", en ITS 27 (1976) 405-412 Y "A Note on Acts 19: 14", en Bib 59 (1978) 97-99. the Rabbinic Tradition. The Case of Hanina ben Dosa", en ISI 16 (1985) 42-92; G. Ver-
31 En este sentido parece más lógico que las palabras de Mt 12,27 ("y si yo expulso los mes, "Hanina ben Dosa. A Controversial Saint from the First Century of the Christian Era",
demonios por Beelzebul, vuestros hijos ¿por quién los expulsan? Por eso, ellos serán vues- lIS 23 (1972) 28-50; 24 (1973) 51-64; G.H. Twelftree, o. c., 3. Añádase S. Freyne, "The
tros jueces") se refieran también a los miembros de un grupo y no literalmente a los hijos Charismatic", en G.W.E. Nickelsburg - J.J. Collins (eds.), Ideal Figures in Anciellt ludaism
de quienes critican a Jesús. La expresión puede tener su paralelo en el Talmud jerosolimi- (SBLSCS 12), Chico: Scholars Press 1980,230. Ver también J.P. Meier, o. c., ll/2, 677-681.
tano, donde a un grupo de sumos sacerdotes que oficia la ceremonia de la vaca roja se le 35 Peshim 112b-1l3a (H. Cousin, Relatos de Milagros en los textos judíos y pagO/lOS
llama "hijos del sumo sacerdote" (j. Seqal. 4,48a) (G.H. Twelftree, o. C., 31-32). [DTB 17], Estella: Verbo Divino 1989, n° 29).
132 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 133

El texto muestra la autoridad del maestro sobre ella, pues la reina re- 4. Apofonio de Tiana
conoce el poder de Janina, y se somete a las limitaciones que le impone
por "estar tan bien considerado en el cielo", es decir, por su relación con Un personaje de mayor envergadura es Apolonio de Tiana 40 • Se trata de
un sabio itinerante neo-pitagórico, al que se le atribuyen numerosos mila-
Dios. No hay exorcismo, pero sí una tradición sobre su autoridad sobre los
gros y exorcismos. Muere cerca del 96-98 d.C. y su fama se debe a la bio-
demonios. De hecho existe otra tradición, ausente en la literatura talmúdi-
grafía de Flavio Filóstrato (ca. 170-ca. 245 d.C.), que en el 217 d.C. escri-
ca, pero que está recogida en la obra de un sabio asquenazí del siglo XII,
be la Vida de Apofonio por sugerencia de la emperatriz Julia Dornma,
en la que Janina libera a una mujer poseída por el demoni0 36 .
mujer de Septimio Severo, en cuyo círculo de amistades se movía el es-
critor. No obstante, en taina a esta obra se plantean serios problemas de
3. Simón ben Yoja)'
historicidad, sobre todo por los anacronismos históricos y geográficos. La
Más tardía es la figura de Elazar ben Simón (ben Yojay) (4a generación Vida está escrita a partir de las memorias de Damis, de quien se duda in-
tanaítica, siglo II d.C.)37, de quien se relata un exorcismo en el tratado cluso de su existencia histórica.
Me'ila del Talmud babilónico. El relato pone en escena a este rabino co- Según el testimonio de Vito Apol. 7,39 y 8,7, Apolonio es un filósofo
nocido por sus dotes místicas (la tradición esotérica posterior se referirá a pobre, que no engaña a la gente, ni busca recompensa por sus actividades.
él), que, acompañado de R. Elazar ben Yosé, se dirige a Roma para obte- Además hace milagros (Vit. Apol. 1,2). Filóstrato quiere mostrar que los
ner la anulación de un decreto promulgado por el gobierno, que "prohibía que atacan y desprestigian a Apolonio son crédulos que aceptan las histo-
a los israelitas observar el sábado y circuncidar a sus hijos, mandándoles rias de Anaxágoras de Olympia, difusor de los ataques contra el filósofo,
tener relaciones sexuales con las mujeres durante su periodo de impureza". y se creen que el de Tiana realizaba prodigios no por su sabiduría sino por
Se señala que Ben Temalión, un demonio en la tradición judía, también fue magia. La finalidad de Filóstrato es rehabilitar la reputación de Apolonio
con ellos. y defenderle de la acusación de haber sido un charlatán o un mago adicto
"Ben Temalión se les adelantó y se introdujo en la hija del César. Cuando al mal y a las prácticas mágicas. En consecuencia, describe al filósofo co-
llegó R. Simón (al palacio del emperador), exclamó: '¡Ben Temalión, sal! mo alguien más bien escéptico, para que sus milagros parezcan así más
¡Ben Temalión, sal!'. Apenas lo interpeló, (el demonio) dejó (a la hija del em- creíbles. Quiere también alinearle con los grandes filósofos taumaturgos
perador). Éste dijo (a los dos rabinos) que podían pedir lo que quisiesen y les
del pasado, y quizá por eso presenta sus obras como espectaculares.
hizo ir a la sala del tesoro para que se llevaran cuanto deseasen. Encontraron
el documento, lo cogieron y lo desgarraron"3s. Entre los prodigios que se cuentan de Apolonio se encuentran los exor-
En este caso parece que sí hay exorcismo. El relato muestra el poder cismos. Es bien conocido el que realiza al muchacho que le insulta duran-
te un discurso en Atenas:
del rabino con autoridad sobre los demonios, como se dice un poco antes
en el mismo texto, por "entender de milagros", es decir, por su capacidad "Un día que Apolonio discutía de la cuestión de las libaciones, vino a asis-
carismática. Parece que esta tradición continuó entre algunos rabinos 39. tir a la conversación un joven elegante que tenía tal reputación de libertino que
había llegado a ser objeto de coplas licenciosas ... El joven interrumpió esta
conversación con una risotada indecente; Apolonio lo miró y dijo: 'No eres tú
el que así me insultas, sino el demonio que te empuja sin tú saberlo'. De he-
36 Cf. M. Bar-llan, "Exorcism by Rabbis. Talmud Sages and Their Magic", en Da 'at 34
cho, el joven estaba sin saberlo poseído por el demonio. Porque se reía ante lo
(1995) 17-31 (en hebreo; existe un resumen en inglés en http://faculty.biu.ac.il/
~barilrnlexorcism.html [8.11.1999]). Contiene muy útil información sobre exorcismos y
que no hacía reír a nadie y de pronto se ponía a llorar, sin motivo alguno, y ha-
magia entre los rabinos, además de una discusión sobre el significado social y liderazgo
que puede desprenderse del recurso a estas prácticas.
37 Ver B.L. Strack - G. Stemberger, o. e., 129. 40 Sobre Apolonio se puede consultar la introducción de A. Bemabé Pajares (trad.), Fla-

3S Me'ila 17b (B. Cousin, Relatos... , n° 41). Se conserva también en una colección de vio Filóstrato. Vida de Apolonio de Tiana (BCG 18), Madrid: Gredos 1979 (reimpr. 1992).
sermones con algunas variantes (M. Bar-llan, o. e.). Sobre esta historia se puede consultar En relación con el cristianismo G. Petze, Die Traditionen iiber Apollonills van Tyana IInd
también W. Bacher, "La legende de l'exorcisme d'un demon par Simon B. Yohai", en RE} das Nelle Testament, Leiden: Brill, 1970. Ver además E.L. Bowie, "ApoIlonius of Tyana:
35 (1897) 285-287. Tradition and Reality", en ANRWII.16.2 (1978) 1652-99; M. Dzielska, Apollonills ofTya-
JO M. Bar-llan, o. e., recoge la tradición sobre el exorcismo de una fuente de agua que na in Legend and HistOl)', Roma: Lérma 1986; G.B. Twelftree, O. e., 23-27 y J.P. Meier,
hizo Yossi Man de Zeitur, personaje del siglo IV d.C. O. e., lU2, 667-672.
134 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 135

bIaba consigo mismo y cantaba a solas. La gente creía que era el ardor de la der a tirar con el arco, ni siquiera quedarse en casa; lo lleva por los lugares de-
juventud lo que le arrastraba a todo ello, pero realmente no era más que intér- siertos, y el pequeño no habla ni siquiera con su propia voz; tiene una voz sor-
prete del demonio, y pensaba que su presente extravagancia era el resultado de da, cavernosa, como la de los hombres ya hechos, y su mirada parece ser más
la embriaguez; así pues, cuando lo miró Apolonio, el demonio lanzó gritos de bien la de un extraño que la suya propia. Todo esto me hace llorar; me desga-
terror y de cólera, como los que lanzan los atormentados cuando los queman rro las mejillas, reprendo a mi hijo, como podéis pensar, pero él no me reco-
o los azotan, y juró que abandonaría al joven y no volvería a poseer a ningún noce. Cuando pensaba venir acá, como lo llevaba proyectando ya desde hace
ser humano. Pero Apolonio, hablándole como un amo a un esclavo astuto, vi- un año, el demonio me habló, sirviéndose para expresarse de la persona de mi
cioso y desvergonzado, con voz irritada le ordenó que mostrase con un signo hijo, y me dijo que era el fantasma de un hombre que había muerto antigua-
visible que había salido realmente; y el demonio respondió: 'Voy a derribar mente en la guerra y que, cuando murió, estaba enamorado de su mujer, pero
esa estatua', señalando a una de las del Pórtico Real ante la que sucedía aque- que ésta había insultado a su marido casándose con otro hombre tres días des-
lla escena; cuando la estatua empezó a moverse y cayó luego en tierra, ¿quién pués de su muerte; esto lo había llevado a odiar el amor de las mujeres y a ele-
podría describir el tumulto que se produjo y los aplausos maravillados de la gir su domicilio en aquel niño. Pero prometió que, si no le acusaba ante voso-
gente? El joven se frotaba los ojos como si acabara de despertarse y miró la tros, le daría a mi hijo grandes y muy buenas cualidades. Su promesa no me
luz del sol; y se ganó la consideración de todos los que volvían ahora los ojos dejó indiferente, pero hace tiempo que me hace esperar, y él es el único due-
hacia él, porque no tenía un aspecto de libertino y su mirada no era como an- ño de mi casa, sin tener ninguna intención honesta y verdadera'. El sabio le hi-
tes, sino que había vuelto en sí, como si hubiera sido tratado con una droga; zo una nueva pregunta sobre si el niño estaba allí; ella dijo que no, a pesar de
renunció a sus vestidos ligeros, a sus túnicas finas y a toda su vida sibarítica y que había hecho todo lo posible por traerlo. 'Pero el demonio me amenaza con
se enamoró con pasión de la austeridad y de la vida filosófica, adoptando en precipicios, con barrancos, y me dice que matará a mi hijo si lo hago venir
adelante la forma de vivir de Apolonio" 41. aquí'. 'Ánimo, le dijo el sabio, no matará a tu hijo cuando haya leído esto', y
¿Es la historia reflejo de lo que vieron los que estaban allí? La ense- sacando una carta de su vestido, se la dio a la mujer; aparentemente, la carta
ñanza final de la historia está en línea con el objetivo que tenía Filóstrato iba dirigida al fantasma y contenía amenazas terribles"42.
de defender la fama de Apolonio (así lo refleja que el que antes estaba en- El relato está escrito con el fin de aumentar la fama de Apolonio, pues
demoniado pide seguir el modo de vida del filósofo). Pero la conmoción el incidente tiene lugar en medio de una discusión entre el filósofo y unos
del endemoniado y la sencilla técnica de Apolonio son elementos que en- sabios indios. La historia, en resumen, trata de un exorcismo hecho a dis-
contramos asociados a las historias de otros exorcismos de la época. Por tancia por un carismático itinerante: hace referencia a demonios que ha-
ejemplo, la destrucción de la estatua se parece mucho a Act. Peto 2,4.11 blan y al uso de un encantamiento escrito para librar al chico del espíritu
(ver más abajo), y el hecho de que el demonio no quiera entrar en ningu- maligno. Estos dos elementos debían de ser bien conocidos en el mundo
na otra persona recuerda a Mc 9,25 y a Ant. 8,47 de Flavio Josefo, relatos antiguo. No parece, por tanto, que Filóstrato haya tenido que cambiar la
que probablemente no han influido en esta historia. De ahí que se piense historia. Si esto es así, podría constituir un testimonio indirecto de lo que
que quizá el pasaje pueda representar sin más una visión común de lo que se hacía también en otros lugares de la cuenca mediterránea en el siglo I
sucedía en un exorcismo. de nuestra era.
Otro texto célebre es el que narra el exorcismo que realiza Apolonio Aun así, todas estas referencias no prueban que en la Palestina de los
durante un viaje por la India. Una madre intercede ante Apolonio por su tiempos de Jesús hubiera quienes practicaran exorcismos. Con todo, ilus-
hijo de 11 años que lleva dos poseído por un demonio: tran 10 que, por influencia cristiana o no, se había extendido en la zona.
"En medio de esta conversación, llegó un mensajero conduciendo a los sa-
bios indios que tenían necesidad de ayuda. Hizo entrar a una pobre mujer que III. RITOS DE EXORCISMOS
suplicaba por su hijo; contó que éste tenía 11 años y que, desde hacía dos años,
estaba poseído por un demonio, y que la naturaleza de ese demonio era bur- Los ritos que se solían emplear en los exorcismos eran muy variados,
larse y mentir. Y como uno de los sabios le preguntase qué le hacía decir esas porque se suponía que era también mucha la variedad de los encantamien-
cosas, ella respondió: 'Como el niño es muy hermoso, el demonio se ha ena- tos. Aquí presentamos sistemáticamente los elementos constitutivos, como
morado de él y no le permite conservar su razón, ni ir a la escuela, ni apren- modo de ilustrar lo que debía de ser característico en los rituales emplea-

" Vit. Apol. 4,20 (H. Cousin, Relatos... , n° 80). " Vit. Apol. 3,38 (H. Cousin, Relatos... , n° 78).
136 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 137

dos por los exorcistas, sin que sea posible establecer el tiempo o el lugar ro sabemos poco de esa época sobre exorcismos propiamente dichos, sin
en que pudieron haber sido utilizados. que esto implique que no se practicaran 44. En cambio, desde el periodo he-
Como trasfondo, y porque es posible que ejerciera una gran influencia, lenista, son muchos los testimonios de cómo lo divino, con sus deidades y
puede ser útil recordar de nuevo que la tradición babilónica había desarro- démones, había calado en la vida cotidiana, en los pensamientos, en las pa-
llado abundantemente la práctica de los exorcismos. De hecho, se han con- labras y en las acciones de la gente ordinaria. Egipto es el país del que más
servado algunos manuales que contienen recopilaciones de textos sobre conocemos lo que ocurría a nivel popular gracias a la gran cantidad de ós-
cómo practicarlos. Los tratados preveían diversos ritos: por ejemplo, pre- traca y papiros que allí se han encontrado. Por ellos nos han llegado abun-
parar con cañas una hoguera, esparcir harina a su alrededor, prender una dantes pruebas de esa faceta de la vida religiosa que se refleja en el uso de
antorcha sulfurosa y encender con ella una hoguera, etc. Simultáneamen- amuletos, conjuros, maldiciones, oráculos, horóscopos, fórmulas mágicas,
te era necesario manipular en el momento adecuado un racimo de dátiles, etc. Se han conservado numerosos amuletos de piedra con mensajes o sím-
una cebolla, una mata de pelos de cabra y un hilo rojo. Durante estos pre- bolos apotropaicos (es decir, como ritos para evitar el mal anunciado por
parativos se decían las palabras apropiadas y se invocaba a los dioses, ex- un presagio), así como textos en papiro que podían enrollarse y llevarse
poniéndoles los motivos por los que se invocaba su ayuda, buscando así para alejar la enfermedad o el mal de ojo. Las invocaciones a los dioses y
las causas del mal que tenía el paciente. El exorcismo propiamente dicho el recurso a los oráculos para lograr algún beneficio estaban también am-
se realizaba después con palabras y gestos. Se basaba a menudo en la si- pliamente difundidos. Era el modo de controlar los poderes divinos por
militud o en la transferencia por simpatía: la víctima debía ser liberada de aquellos que no tenían acceso a lo más sagrado de los templos o al oficio
la misma manera que se quitaban las capas de la cebolla o se arrancaban sacerdota1 45 • En este contexto se encuentran los papiros mágicos (abrevia-
las briznas de lana o los pelos de la cabra. En otras ocasiones se destruía dos de ahora en adelante como PGM). En general son de época bastante
una figurita de cera que representaba al adversario. El mal se podía tam- tardía (siglos IV-V d.C.) y tienen su paralelo y continuidad en papiros cap-
bién combatir mediante hierbas, fumigaciones y piedras mágicas. A veces tas. Destacan el gran papiro de Berlín, el griego-capto del Louvre y otros
se devolvía el hechizo al brujo que lo había lanzad0 43 • conservados en Londres, Berlín y Oslo, recogidos todos ellos en la edición
de Preisendanz 46 • Estos papiros contienen prescripciones y descripciones
Estas prácticas tienen elementos comunes con las que encontraremos
de prácticas mágicas o de fórmulas de peticiones para obtener alguna co-
más tarde en el mundo helenístico. La fuente principal para nuestro cono-
sa (éxito en el amor, la salud, la venganza sobre el enemigo, victoria, fa-
cimiento sobre los rituales de exorcismo de esta época, además de algunos
vores y curaciones) y acopian la antiquísima tradición de Egipto y los ele-
relatos procedentes de obras griegas, latinas o judías, son los papiros má-
mentos griegos, hebreos, cristianos, siriacos y caldeas que se le añaden.
gicos griegos encontrados en Egipto. En este país, como en los otros pue-
Aunque los ritos de exorcismo que en ellos se recogen son de una época
blos de la antigüedad, el recurso a la actividad de los espíritus malignos
posterior a la de Jesús y presentan claros préstamos de la religión judía,
como explicación de las desgracias y miserias humanas era también habi-
hay quienes piensan que el influjo hebreo se pudo haber dado en una épo-
tual. Los egipcios creían en la eficacia de los encantamientos y de los ritos
mágicos para librarse de ellos. De especial utilidad resultaban a la hora de
realizar el viaje al más allá. En el antiguo país del Nilo los exorcismos co- .. Cf. K. Thraede, "Exorcismus", en RAe VII [1969] 44-45 Y W. Westendorf, "Heil-
rrespondían al sacerdote que ejercía también de médico. Y era él quien se kunde und Heilmethoden", en Lii II [1977] 1097-99.
45 Cf. A.K. Bowman, Egypt after the Pharaons, Oxford: Oxford University Press 1990,
tenía que dirigir a los espíritus de las sombras con órdenes o amenazas. Pe-
188-190. En este sentido, las populares visitas a los templos, donde la interpretación de
sueños y las artes médicas eran practicadas por sacerdotes, hacen también razonables los
rituales encaminados a expulsar espíritus malignos.
43 Cf. S.H. Hooke, Babylonian and Assyrian Religion, Oxford: Basil Blackwell 1962, 4. K. Preisendanz, Papyri Graeeae Magieae. Die grieehisehen Zallberpapyri, 3 vols.,
esp. 71ss. Ver también A.H. Sayce, Leetures on the Religion of the Babylonians (Hibbe/1 Leipzig: Teubner 1928, 1931, 1941; K. Preisendanz - A. Henrichs (eds.), Papyri Graeeae
Leetures for 1887), London 1887; L.w. King, Babylonian Magie and Soreery, London Magieae, 2 vols., Stuttgart: Teubner '1973-4. Ver también H.D. Betz (ed.), The Greek Ma-
1896, y nota 2 más arriba. Un ejemplo de conjuro es el siguiente: "El demonio (poseedor) gieal Papyri in Translation, Chicago: Chicago University Press 1986. Para más informa-
que se apodera del hombre, el demonio (ekimmll) que se apodera de un hombre; el demo- ción sobre papiros y magia ver también o. Montevecchi, La Papir%gia, Milano: Vita e
nio que hace daño, el demonio maligno. Te conjuro, oh espíritu del cielo; te conjuro, oh es- pensiero '1988, 276ss y H.A. Rupprecht, K/eine Einfiihrung in die Papyrllskllnde, Darms-
píritu de la tierra" (A.H. Sayce, o. e., 441s). tadt: Wissenschaftiliche Buchgesellschaft 1994, 199-202.
138 Los MILAGROS DE JESÚS EXORCISTAS y EXORCISMOS EN TIEMPOS DE JESÚS 139

ca anterior a la era cristiana, y que en lo sustancial muy probablemente las tacto tenía lugar por medio de la imposición de manos (como ocurre por
prácticas descritas se remontan a varios siglos antes. Prueba de ello es el ejemplo en el relato de 1QapGen arriba citado), escupiendo sobre el pa-
recurso a las "letras efesias" que los magos utilizaban en sus exorcismos ciente 52 , untándole la propia saliva o bien soplando sobre él. Cada una de
(ver más arriba) y que aparecen también en estos textos, confundidas con estas acciones tenía una eficacia operativa propia: la saliva se consideraba
los nomina barbara 47 • un excelente portador de fuerzas, además de ser bien conocidas sus pro-
La estructura clásica del exorcismo era como sigue 48: piedades curativas 53, y el soplo venía a ser como una emanación del espí-
ritu del oficiante del exorcismo: "Al realizar el exorcismo sopla una vez,
a) Epíclesis o invocación de un poder-autoridad. Incluía fórmulas tales llevando el soplo desde la punta de los pies hasta la cara" (PGM IV 3081-
como: "Te conjuro por el nombre del Temible y Terrible ..." (PGM TI 2). Se transmitía así al endemoniado el1TvEullCi del mago, que previamen-
365)49, Y el interés del exorcista por conocer la identidad del espíritu ma- te debía haberse abstenido de comer carne de cerdo y de todo comercio
ligno que quiere dominar. Para impresionar al demonio, el exorcista solía carnal. De esta forma buscaba lograr una concentración de espíritu puro,
prescribir descripciones e historias. A veces el exorcista iba tan lejos como necesaria para la expulsión de un endemoniado.
identificarse a sí mismo con otro individuo poderoso, por ejemplo Hermes
o Moisés, o el dios al que se invocaba. El contactus mediante plantas (olivo, laurel) o metales y minerales sim-
páticos eran instrumentos coadyuvantes al exorcismo. El aceite ocupaba
b) Apopompe o expulsión mediante invocación y amenazas. Ésta cons- un lugar destacado, en parte por ser también muy empleado en la terapéu-
tituye la parte fundamental del exorcismo y se expresaba con palabras co- tica hebrea (cf. PGM IV 3010). Así 10 señala también Test. Salomo 18,34:
mo: E~EA.eE, recede, "sal", epEUyE, fitge, "escapa"50. Normalmente el exor- "Si se echan granos de sal en aceite, y se unge al enfermo diciendo: 'Que-
cista recurría al nombre de un dios para expulsar el demonio o llamaba al rubines Serafines, Ayudad', al punto se retira (el demonio)". Más tarde, en
dios para realizar la expulsión, con fórmulas como por ejemplo (KPEÍ,WV) la literatura cristiana su uso es mencionado frecuentemente 54.
OE cSLWKEL, "te persigue un ser superior", (o Iuppiter te fitgat, Salomo te
sequitur, etc.), preparando así el apopompe o despido. Como se ha dicho, Asimismo, se recurría a otro tipo de ayudas físicas o actuaciones cúlti-
para que fuera más eficaz era importante conocer el nombre del demonio. cas: pronunciar sonidos de vocales o palabras misteriosas (como por ejem-
Pero sobre todo se proferían amenazas contra el demonio, como refiere plo "Abrasax"), llevar un anillo como amuleto para controlar los demonios
Filóstrato en la Vito Apol. 3,38: "La carta iba dirigida al fantasma y conte- (como se lee en Test. Salomo 1,6 y 2,9), o emplear algún tipo de incienso
nía amenazas terribles". (como 10 sugiere el hecho de que este mismo apócrifo [5,9-10] también ha-
ga referencia al libro de Tobías y al uso de hígado de pez y hiel quema-
c) Praxis mágica concomitante. El exorcismo requería normalmente dos). Pero existían otras muchas combinaciones de acciones concomitan-
conjugarse con ciertos actos y gestos. Normalmente era un modo de esta- tes, tal como se puede observar a lo largo de Test. Salomo (especialmente
blecer un contacto con el endemoniado. Éste se realizaba mediante algu- el cap . 18) y los papiros mágicos.
nas plantas o ciertos minerales, pero en ocasiones bastaba la fuerza del
exorcista. La fuerza (cSúvcq. w;;), era un elemento fundamental, especial-
mente si el exorcista era considerado un eELOC;; &.v~p 51. En este caso el con- 1936. Para un buen resumen sobre el estado de la cuestión y más bibliografía ver J. Leipoldt
- W. Grundmann, o. e., 81ss, y para una valoración reciente J.P. Meier, o. e., II12, 690-696.
" Varrón, Re rusto 1,2,27.
"' Cf. K . Wessely, Eplzesia Grammata al/S Papyrusrollell, lllselzriftell, Gemmell ...... , Wien 5] Plinio, Hist. Ilat. 28,4,7; Suet. Vesp. 72. El rell!rSO a la saliva aparecerá especialmente

1886 . en narraciones cristianas de curaciones de ojos y de piel (PL 71,1090; cf. Jn 9,6).
"' Empleamos gran parte de la información proporcionada por L GiL o. e., 326-333, y ,.. Así, los médicos que asistieron a Herodes en su enfermedad le recetaron, además de
su esquema que se estructura conforme al desarrollo regulado de toda acción mágica (cf. J. la balneoterapia con aguas termales, unciones de aceite para calentarle el cuerpo (cf. Fla-
Leipoldt - W. Grundmann, o. e., 89). vio Josefa, Bell. ll/d. 1,657, Am. 17, I 72). En el NT el aceite es mencionado con fines tera-
"' La fórmula: "Te conjuro por" es la más habituaL Ver PGM 1lI, 36; IV, 289; VII, 242 péuticos en la parábola del buen samaritano, pero además en conexión al exorcismo (cf.
Ypassim. Mc 6,13 y St 5,14). Paladio narra algunos casos en los que emplea aceite para un exorcis-
50 Otros ejemplos en PGM IV 1243, 1245,3013; V, 158. Cf. también PGM IV, 86, 1244; mo (Hist. Lal/. 18); San Juan Crisóstomo alude a esta terapia como un hecho de todos co-
V, 125, 130, 133, 164. nocido y que da excelentes resultados (Hom. ill Mt 32/33, 6 = PG 57,384); Celso reco-
" La obra clásica en tomo a esta cuestión es la de L Bieler, Tlzeios alla Das Bild des mienda la unción oleosa como eficaz remedio contra la posesión. En la Edad Media esta
gottlielzell Mellsehell ill Spiitalltike l/Ild Friihelzristeml/lll, Wien: Oskar HOfels 1935- práctica se extendió enormemente (L Gil, O. e., 331-332).
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d) Acción profiláctica. Una vez expulsado el demonio del cuerpo del violenta, de que la fuerza que poseía a la víctima era realmente un demo-
enfermo, se debía procurar que no volviera a instalarse en él, lo que se con- nio y que ha dejado su anterior morada en el cuerpo de la víctima. Ese ac-
seguía por medio de un amuleto, o con una práctica transferencial (epi- to es en ocasiones requerido por el exorcista, como una prueba de su con-
pompe). Es este último procedimiento el que se consideraba más seguro, trol; a veces las narraciones lo representan como un acto de desprecio
por cuanto que, transferido el demon maligno a un animal, objeto, lugar le- malvado por parte del demonio. Veamos con un poco más de detalle estos
jano, o a la tierra, ya no había temor alguno (ver abajo). En estos casos el puntos.
demonio podía dejar constancia de su partida con un acto de violencia fí- 1) El demonio debe hablar. En PGM XIII 242-4 se da una fórmula en
sica. la que se indica: "Si a un endemoniado le dices el nombre poniéndole en
Por poner un ejemplo ilustrativo de lo que se requería en un exorcismo la nariz azufre y asfalto, al momento hablará y se marchará"57. Y en PGM
se podría citar este texto recogido en PGM IV 1229-1262: IV se recoge la receta de Pibeques, que, a pesar de sus referencias judías,
"Acción excelente que expulsa los demonios: parece que es un rito de exorcismo pagano: "Te conjuro a que hables, tú,
Oración que se pronuncia sobre la cabeza (del endemoniado). Echa de- demonio, quienquiera que seas, porque te conjuro con el sello que Salo-
lante de él ramas de olivo y colocándote detrás di: 'Salud, Dios de Abraham, món puso sobre la lengua de Jeremías"58.
salud, Dios de Isaac, salud, Dios de Jacob, Jesucristo, Espíritu Santo, Hijo del Hay además pasajes en los que es posible suponer que el silencio del
Padre, que está debajo de los Siete y entre los Siete está. Trae a las Sabaoth; demonio presenta un especial obstáculo para el exorcista. Quizá haya que
que venga vuestra fuerza sobre Fulano, hasta que expulséis a este demon im-
incluir en este grupo algunos de los relatos de los milagros de Jesús en los
puro, a Satán, que está sobre él. Te conjuro, demon, quienquiera que seas, por
que se menciona a un endemoniado mudo 59. Si esto es así, el silencio no
este Dios: Sabarbarbathioth, Sabarbarbathiouth, Sabarbar-bathioneth, Sa-
barbarbaphai. Sal, demon, quienquiera que seas, y apártate de Fulano, pron- sería consecuencia de una enfermedad originada por un demonio, sino ma-
to, pronto, ahora, ahora. Sal, demon, porque te ato con cadenas de acero, nifestación de que el demonio no quiere hablar. Se trataría más bien de una
irrompibles, y te entrego al negro Caos en la perdición' . dificultad añadida para el que realiza el exorcismo. En cualquier caso, la
Acción. Toma siete ramas de olivo, y ata seis por la punta y el final, una idea de un demonio mudo era familiar en el pensamiento popular antiguo,
por una; con la otra golpéale durante el exorcismo. Manténlo en secreto: está como aparece claramente en un pasaje de Plutarco (De defectu orac.
ya comprobado. Después de la expulsión, ata a Fulano, como amuleto, que ha 438B), que se suele citar en conexión con Marcos 9,25 60 •
de ponerse después de la expulsión del demonio, en una plancha de plomo, lo
siguiente: 'voces magicae: Protege a Fulano'" 55.
57 Viene ilustrado por la tradición sobre Yojanan ben Zakkay (primera generación rabí-
Así pues, la estructura básica de un exorcismo requería normalmente la
nica tanaítica) del que se cuenta que en una ocasión preguntó a un pagano lo sfguiente:
invocación, la expulsión mediante palabras o amenazas, acompañadas de
"'¿Has vist~ alguna vez a un hombre en el que ha entrado el demonio?' Él dijo: 'Sí'. '¿Qué
gestos o acciones, y la práctica transferencial. Sin embargo, de los textos le hacen?' El respondió: 'Toman raíces, y hacen humo debajo del hombre y asperjen el
también se desprende que el trabajo del exorcista se llevaba a cabo más agua sobre él y el demonio huye volando de él''' (NlIm.Rab 19.8). Cf. también el exorcis-
cuidadosa y eficazmente cuando el demonio no abandonaba simplemente mo de Eleazar narrado por Josefa, y J.P. Meier, o. c., IIIl, 482 con nota 26.
al poseído, sino que antes de hacerlo era obligado a hacer una o más de es- 58 La "Prescripción de Pibeques" se encuentra en PGM IV 3007-3086. Para un comen-

tas cosas 56: tario ver A. Deissmann, Liclzt vom Osten, Tübingen: J.C.B. Mohr (Paul Siebeck) 41923,
216-225.
1) Hablar en respuesta a los conjuros del exorcista; 2) decir el nombre 59 Mt 9,32-33: "Cuando se habían marchado, le presentaron un endemoniado mudo. Ex-

o al menos su naturaleza, es decir, la clase de demonios a la que pertene- pulsado el demonio, habló el mudo, y la multitud se quedó admirada diciendo: 'Jamás se
ce junto con la descripción de la clase de obras malas que acostumbra a ha visto cosa igual en Israel'''; 12,22: "Entonces le presentaron un endemoniado ciego y
hacer; 3) y, en ocasiones, una prueba visible, en forma de alguna acción mudo. Y lo curó, de manera que el mudo hablaba y veía". Mc 9,25 (niño lunático): "Al ver
Jesús que aumentaba la muchedumbre, increpó al espíritu inmundo diciéndole: '¡Espíritu
mudo y sordo, yo te lo mando, sal de él y ya no vuelvas a entrar en él!"'.
55Se encuentra también en J. Leipoldt - W. Grundmann, o. C., 76. 60 Cf. también W. Bauer, Grieclzisclz-Delltsclzes Worterbuclz zu den Sclzriften des Nellen

56Para esta sección seguimos fundamentalmente a C. Bonner, "The Technique of Exor- Testalllellts lIIzd der übrigen llrclzristliclzen Literatllr, s. v. a.,].aAO(, y Orígenes (Hom. in Jos.
cism", en HTR 36 (1943) 39-49. Ver también su artículo anterior "Traces ofThaumaturgic 24,1): "si adlzibeantur alltelll multae orationes, mlllta ieilllzia, IIlllltae exorcistarlllll invo-
Technique in the Miracles", ibíd. 20 (1927) 171-181. cationes, et ad Izaec omnia sllrdlls daemon in obsesso cO/pore pel7lzaneat, etc ... ". El que el
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2) El demonio dice su nombre, o su naturaleza y sus obras malas. En En El aficionado a la mentira o el incrédulo de Luciano encontramos
la antigüedad estaba extendida la idea de que el conocimiento de un nom- otro ejemplo. En esta obra se relata que un célebre exorcista, el sirio de Pa-
bre permitía un control sobre el que lo tenía 61. Esta idea, que es un lugar lestina, tenía fama de que preguntaba al demonio que había tomado pose-
común, se aplicaba también en los exorcismos. Su sentido queda claro en sión de una persona de dónde procedía; y el demonio contaba cómo y de
Test. Salomo 11,5. El rey pregunta al demonio su nombre y éste contesta: dónde había venido, hablando griego o el lenguaje del país de origen:
"Si yo te cuento su nombre, yo me pongo en cadenas y la legión de "¿Qué pensáis de los que liberan a los endemoniados de sus terrores y que
demonios bajo mf''' (aunque es probable que en este texto haya influido Mc conjuran públicamente a los fantasmas? (... ) Todo el mundo conoce al sirio de
5,9). En 3,6, del manuscrito D (antiguamente llamado TIEpL "Coí) Palestina, tan experto en esta clase de curas, que cuando se encuentra al pa-
~WAOf.LWV1:Q(;; [sic]), una expansión sobre lo que pudo ser la base original de sar, en ciertas épocas de luna, con personas que caen en epilepsia, rodando
la obra, después de que todos los demonios han sido convocados por el po- con los ojos desencajados y la boca llena de espuma, las levanta y las despi-
der del sello de Salomón, se dice: "El rey preguntó a cada uno de los de- de, mediante un salario considerable, libres de su enfermedad. Cuando está
con los enfermos, les pregunta cómo entró el demonio en su cuerpo; el pa-
monios su nombre, actividad y el ángel que los hacía impotentes". Ya lo
ciente guarda silencio, pero el demonio responde, en griego o en bárbaro, y
largo del libro se va narrando con detalle el examen de cada demonio, a dice quién es, de dónde viene y cómo entró en el cuerpo de aquel hombre. Es
quienes Salomón les pregunta el nombre, el lugar donde habitan y la na- el momento que él escoge para conjurarle a que salga; si se resiste, le amena-
turaleza de sus obras malvadas. Un exorcista puede compensar su igno- za y acaba por echarlo. Yo mismo he visto salir a uno totalmente negro y con
rancia del nombre del demonio usando una cláusula general como en PGM la piel tiznada" 62.
IV 1239ss ("Te conjuro a ti, demonio, quienquiera que seas ... ") o en Act. En esta línea tenemos también textos de autores eclesiásticos en los que
Pet1: 11 ("Tú, quienquiera que seas, que te has reído ... "). se muestra que era normal y parte esperada de un exorcismo que el demo-
El mismo concepto encontrarnos en Act. Thom. 31-32: "Dicho esto, una nio reconociera su naturaleza y sus obras malas 63.
gran serpiente negra salió fuera de su nido ... Entonces Tomás le interrogó 3) El demonio seiiala su partida mediante un acto de violencia física.
diciendo: 'Dime la semilla de la que procedes'. La serpiente le respondió: Ya se han citado el exorcismo narrado por Flavio Josefo, en el que Elea-
'Yo soy un reptil, de la naturaleza del reptil e hijo nocivo del padre noci- zar, al final, para demostrar su poder, arroja al demonio al agua, y la his-
vo de aquel que hirió y mató a los cuatro hermanos que se levantaron: Yo toria del joven curado por Apolonio, en la que el demonio derriba una es-
soy hijo para el que se está sentado en un trono sobre toda la tierra"'. tatua al abandonar su víctima para demostrar que se había marchado. Otro
Por este motivo las respuestas de los demonios son descritas con ver- tanto ocurre en los Hechos de Pedro:
bos como Óf.LOAOyÉw, confiteor. Así ocurre en Vito Apo!. 4,25. Después de "Se volvió entonces a la muchedumbre circunstante y vio a uno que se reía;
que Apolonio ha detectado y puesto al descubierto a la Lamia o Empusa, estaba poseído por un pésimo demonio. Pedro le dijo: 'Quienquiera que seas,
que había seducido al joven Menipo, el demonio le pide "que no le ator- que te has reído; ponte delante de todos los presentes'. Ante tal intimación, el
mentase ni le obligase a confesar quién era". Como Apolonio insistiera, el joven se precipitó en el atrio de la casa, gritando a grandes voces y lanzándo-
espíritu reconoce que era una Empusa y que al final tenía la intención de se contra el muro (... ). Pedro, sin embargo, le contestó: 'Pero tú, demonio,
devorar al joven. Algo semejante ocurre en 3,38, citado arriba, donde la quienquiera que seas, en el nombre del Señor Jesucristo, sal de este joven, sin
mujer cuyo hijo está poseído por un demonio refiere cómo éste "confesó hacerle ningún mal; ponte delante de todos los presentes'. Entonces el joven
(E~r¡yópEuaEv), sirviéndose para expresarse de la persona de mi hijo, y me
se puso delante y agarrándose a una gran estatua de mármol, que estaba situa-
da en el centro de la casa, la hizo pedazos. Era ésa la estatua del César. Al ver-
dijo que era el fantasma de un hombre que había muerto antiguamente en
lo Marcelo, tapándose la cara dijo a Pedro: 'Se acaba de cometer un terrible
la guerra". delito' (... ) Pedro dice: ' ... si tú eres un verdadero penitente, toma de esa agua
que corre allí, ora al Señor, derrámala en su nombre sobre los fragmentos de
demonio rehúse ceder a las oraciones e invocaciones del exorcista parece que implica por
su parte no querer hablar.
61 En este sentido cabe mencionar la discusión sobre Mc 5,9. Cf. G.H. Twelftree, o. c.,

84; C. Bonner, o. C., 44; W.S. Green, "Palestinian Holy Men: Charismatic Leadership and 62 Philops. 16 (H. Cousin, Relatos... , na 78). Sobre Luciano ver nota 25.
Rabbinic Tradition", en ANRW Il.19.2 (1979) 635; D.E. Aune. "Magic in Early Christia- 6J Minucio Felix, Octal'. 27,5-7; Teófilo de Antioquía, Ad Autol. 2,8; Lactancio, DilO.
nity", ibíd., 11.23.2 (1980) 1546. insto 2,16; 5,22; Tertuliano, De anima 57; Cipriano, Ad Donat. 5.
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la estatua y volverá al estado de antes' (... ) Derramó el agua sobre los frag- muy distintas en otros lugares del Imperio. Más bien, de los pocos datos
mentos y la estatua volvió intacta a estar como antes"64.
que conservamos al respecto -como son las prácticas de los n:agos sobre
El acto de violencia física que acompaña al exorcismo testimonia, por los poseídos por demonios y la existencia de sacerdotes mend~cantes: los
tanto, la realidad de la expulsión, como sucede, por ejemplo, en Mc 5,13 filósofos cínicos, los hijos de Esceva, los relatos sobre ApololllO de TIana
con el ahogarse de los cerdos, o en Mc 1,26 y 9,26 con la convulsión. En y de algunos rabinos, los hechiceros conocidos por Celso-, da la impresión
el pensamiento de la época la convulsión final era interpretada como el úl- de que los exorcistas eran personajes con los que los habitantes del mun-
timo acto despreciativo del demonio cuya violencia era una señal que se do mediterráneo estaban familiarizados.
había ido para no volver.
De cómo realizaban los exorcismos no hay más que algunos datos dis-
persos. Lo que sí es seguro es que había variedad de fo~as. Algunas: sin
IV. CONCLUSIÓN duda, derivadas de la personalidad-autoridad que tuVIera el exorCIsta,
Hay suficientes pruebas para afirmar que en la cuenca del Mediterrá- otras, del rito empleado. Así pues, había exorcistas que se pensa~a que
neo gran parte de los habitantes del siglo I de nuestra era consideraba que eran capaces de realizar exorcismos con éxito por ser quie~es eran .. Ese h~­
el mundo estaba infestado de seres hostiles al hombre, contra los que ha- bía sido el caso de los personajes bíblicos, como Saloman, DaVId, Noe,
bía que buscar protección y alivio. En este sentido Palestina no era una ex- Abrahán, a los que se les consideraba con poder sobre los demonios por su
cepción, con independencia de cuáles fueran las creencias específicas de especial relación con Dios. Fue el caso también de Apolonio, cuya pre-
aquella época sobre la naturaleza y actividad de esos espíritus. sencia carismática implicaba una especial habilidad para discernir la pre-
sencia de un espíritu maligno, o de rabinos como Janina ben Dosa o Rab-
Los conjuros y los exorcismos, por tanto, no debían de ser algo insóli-
bí Simón, a quienes su cercanía a Dios les otorgaba un poder sobre estos
to. Aún más, es probable que a nivel popular hubiera numerosos recursos
espíritus. Otros, en cambio, tenían éxito como exo~cistas por las cos~~ par-
contra los espíritus malignos, como se desprende de los textos de Qurnrán
ticulares que decían o hacían. Así parece dedUCIrse de la actua~lOn .de
y las tradiciones sobre personajes bíblicos -en especial Salomón-, y que
Eleazar, narrada por Josefa, y de lo que se desprende de los exorCIstas JU-
se acudiera a personas especializadas en conjurar espíritus malignos en ca-
díos mencionados en MtlLc, del exorcista desconocido de MclLc, de los
sos de especial dificultad. El episodio narrado por Josefa sobre Eleazar, así
hijos de Esceva, de Test. Salomo y de los "magos" que empleaban las ~éc­
como los datos evangélicos sobre el exorcista desconocido de Mc 9,38-
nicas testimoniadas por los papiros mágicos. En estos casos era muy Im-
9ILc 9,49-50 y la referencia a los exorcistas judíos de Mt 12,271Lc 11,19
portante el conocimiento por parte del exorcista del demonio q~e quería
lo confirman. No parece, por otra parte, que la presencia de quienes reali-
combatir y el dios o el poder en el que se basaba su ayuda. Adem~s, se ~e­
zaran estas tareas fuera considerada excepcional ni que las cosas fueran
bían pronunciar palabras y sonidos especiales para que el demomo pudIe-
ra ser persuadido de dejar a la persona. Habitualmente las palabras ~el
f>.I Act. Pet¡: 11. Es muy posible que la historia de Apolonio y Act. Petr. deriven de la
exorcista iban acompañadas de algún tipo de acción, como quemar In-
misma fuente pagana o cristiana. Por otra parte, conviene señalar que los milagros que im- cienso, hervir una especial poción, ayudarse de plantas o minerales, etc.
plican la restauración de objetos rotos, como aparece también en este episodio, eran ya co- En ocasiones se requería también la imposición de un amuleto.
nocidos en la antigüedad clásica. Es el caso de Asclepio en Epidauro que restaura una co-
pa rota (Relato la de la primera estela): "Un esclavo portador de provisiones, que se El breve recorrido sobre exorcismos y exorcistas en tiempos de Jesús
dirigía al santuario, cuando llegó al límite del 100 estadio, se cayó al suelo; cuando se le- muestra que estas prácticas debían de ser relativamente comunes. Sin ~n­
vantó, mientras examinaba sus cacharros hechos añicos, al ver que se había roto también trar en detalles, lo que revelan a un conocedor del NT es que las expulsIO-
el jarro en que su amo solía beber se apuró mucho e intentó sentarse y arreglar los trozos. nes de demonios que realizó Jesús participan de algunos elementos carac-
Un viajero que pasaba por allí le sorprendió y le dijo; '¿Qué haces, infeliz, esforzándote en
terísticos de los exorcismos de la época, y que sus discípulos y testigos los
vano en arreglar ese jarro? Ni el mismo Asclepio, el dios de Epidauro, sería capaz de arre-
glarlo'. El esclavo, al oír esas palabras, puso los fragmentos en el saco y vino al santuario. pudieron reconocer verdaderamente como tales. No .obstante, ~n los exor-
Al llegar, abrió el saco y sacó el jarro totalmente reparado; entonces le contó a su amo lo cismos de Jesús hay también muchos rasgos propIOS, espeCIalmente en
ocurrido y las palabras del viajero. Éste, al oírlo, consagró al dios el jarro" (H. Cousin, Re- relación con el poder-autoridad con que los realizó, su número y los
latos... , na 56,X). Para la totalidad de los textos ver R. Herzog, Die WlIIlderheilllngen von métodos empleados (su palabra bastaba), que le distinguen de los otros
Epidallros, Leipzig: Deitrich 1931.
exorcistas y le sitúan en una categoría diferente. Pero hay todavía algo
146 Los Mll..AGROS DE JESÚS

esencialmente peculiar. Lo que por encima de todo caracteriza los exor-


cismos de Jesús es la finalidad con que los realiza. Jesús no obra exorcis-
mos como una autoexaltaciÓn. Él hace presente el Reino de Dios. Y la ve-
nida del Reino de Dios es la derrota del reino de Satanás. Sus exorcismos
son señales de que en él Dios ha manifestado su poder de salvar al hom-
bre del mal que amenaza al alma. Anticipan la gran victoria de Jesús sobre
"el príncipe de este mundo" Un 12,31).

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