Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Entrées d’index
Keywords :
Gobernabilidad, gobernability, public action discourse, democratic transition
Palabras claves :
relatos de acción pública, transición democrática
Haut de page
Plan
Introducción
Agentes exportadores e importadores de la noción de gobernabilidad
La “gobernabilidad” en Chile: usos y sentido
Estudios de caso: la detención de Pinochet en Londres y la firma del TLC con los
Estados Unidos
Conclusión
Haut de page
e intégral
PDFSignaler ce document
Introducción
1La ciencia política no esperó a Ulrich Beck para librarse del “nacionalismo
metodológico1”: sociólogos y politólogos se interesan desde hace más de una década en
la circulación transnacional de las ideas y en su impacto en la alteración o incluso la
transformación de las políticas de Estado. En la medida en que, como lo ironiza Thomas
Risse-Kappen, las “ideas no flotan libremente2”, este enfoque condujo a identificar las
redes de actores implicadas en su elaboración y su difusión. “Coaliciones
transnacionales3”, “comunidades epistémicas4”, “advocacy networks ”: una 5
2Más allá de las estrategias de posicionamiento de esos actores en el campo del poder del
Estado, nos enfocaremos aquí en la recepción de las ideas por los actores políticos y en
el papel de los marcos cognitivos en su apropiación/traducción de los modelos
importados. El análisis del increíble éxito de la noción de “gobernabilidad” en los
discursos científicos, mediáticos y políticos en Chile, desde el inicio de los años 1990,
nos parece constituir un estudio de caso particularmente fecundo para entender esos
procesos ¿Cómo explicar en efecto que esta terminología – originalmente ligada a una
corriente conservadora de la ciencia política estadounidense de los años 1970 – haya
conocido tal inflación más allá de los círculos académicos chilenos? ¿Cómo y por qué la
noción de gobernabilidad ha circulado de tal modo que ocupa un lugar central en los
registros de legitimación de la clase política chilena?
4El concepto de relato (o narrativa) apareció a principios de los años 1990 en el análisis
de las políticas públicas. Aporte tardío del giro constructivista en la ciencia política,
participa del interés más general por el papel de los discursos en la actividad política.
Retomando en particular los trabajos de Emery Roe8 y Claudio Radaelli9, usaremos el
concepto de relato para referirnos a narraciones causales y secuenciales. La relación de
causalidad y el orden temporal de los eventos son, en efecto, esenciales para que el relato
tenga sentido: las historias tienen un principio, un desarrollo y un fin, y cuentan algo que
nos hace comprensible la realidad social. Esta producción de sentido (“meaning making”)
es la principal función de las narrativas según David Barry y Michael Elmes10. Para
reconstituir y situar los diferentes relatos alrededor de la noción de gobernabilidad, nos
basamos sobre textos referentes11 en el ámbito de la experticia política chilena, y sobre
la prensa chilena, esencialmente El Mercurio, desde el año 1990. Se trató de analizar, a
partir del registro de las principales declinaciones temáticas de la noción, por qué y de
qué forma los actores integraban el término en sus discursos.
7Para entender el uso del término y los motivos de su importación en el debate chileno,
es preciso recomponer su genealogía intelectual. El concepto de “gobernabilidad” aparece
por primera vez en la ciencia política en 1975 en una publicación de la Comisión Trilateral
– fundación privada creada apenas dos años antes por David Rockefeller e integrada por
numerosas personalidades políticas y empresarios de los Estados Unidos, Japón y Europa
Occidental. En el documento titulado Informe sobre la gobernabilidad de las
democracias16, sus autores Crozier, Watanuki y Huntington plantean que las
democracias de los países desarrollados atraviesan una profunda crisis provocada por la
excesiva intervención del Estado en la economía de mercado. Solicitado por sectores cada
vez más amplios de la sociedad, el Estado se habría visto obligado a responder con
medidas de carácter social, precipitándose de esta manera en una espiral de gasto público
y de pérdida de autoridad gubernamental. El Informe concluye cuestionando
vigorosamente el modelo de “Estado de Bienestar”. Entre sus principales “disfunciones”
identifica los siguientes problemas:
10En Chile, el registro de la “gobernabilidad” aparece desde las tempranas horas del
proceso de transición democrática. Una de sus primeras ocurrencias se encuentra así en
un texto de 1989 de Ángel Flisfisch titulado “Gobernabilidad y consolidación
democrática: sugerencias para la discusión21”. El artículo forma parte de un proyecto
sobre democratización en Chile elaborado por el CED (Centro de Estudios del
Desarrollo), influyente think tank creado en 1981 por el demócrata-cristiano Gabriel
Valdés22. Pocos años después, Edgardo Boeninger, entonces Ministro Secretario
General de la Presidencia de la República y figura clave de la transición chilena también
ligada al CED23, participa en 1993, en Washington, en un seminario del BID con una
ponencia titulada “La gobernabilidad: un concepto multidimensional”. En 1997,
publicará un libro referencia, Democracia en Chile: lecciones para la gobernabilidad24.
Ambos autores son diplomados en ciencia política de universidades estadounidenses:
egresados de la Universidad de Michigan en 1973 y de la Universidad de California en
1975 respectivamente, Ángel Flisfisch como Edgardo Boeninger están familiarizados con
los debates en la ciencia política americana – aunque no la citen nunca entre sus
referencias bibliográficas, la tesis de Huntington forma indudablemente parte de su
capital intelectual – y circulan entre agencias multilaterales, think tanks e instituciones de
Estado.
12En 1992, el BID organiza uno de sus seminarios en Chile. El evento, realizado en el
Senado chileno en Valparaíso, tiene como tema “Un Gobierno para el Desarrollo
Humano”; concurren más de 60 personalidades de América Latina entre las cuales destaca
Fernando Henrique Cardoso30, quien modera el taller sobre “Gobernabilidad en
América latina y el Caribe, cambios posibles en la década del noventa”. Gabriel Valdés,
entonces Presidente del Senado, expone lo que son, según él, las enseñanzas obtenidas de
la “experiencia” histórica chilena:
“En Chile tuvimos una larga democracia entre 1830 y 1973. Se nos
quebró por culpa de nosotros los políticos. […] Y cuando hay vacíos
de poder llegan los militares. Muchos casos en América Latina
muestran que llegan por incapacidad de los políticos para concitar
legitimidad y conformar mayorías aceptables.
13Este cuadro ilustra los principales elementos que conforman la narrativa chilena de la
“gobernabilidad”. Como en el libro de Edgardo Boeninger, la trama se entrelaza con la
historia chilena; interpretación historiográfica de un pasado traumático, de ella se
desprende una “conclusión moralizadora32”. La confrontación “ideológica”, la
polarización y la fragmentación parlamentaria son identificadas como los peores vicios
políticos. Según esta lectura, el destino de la Unidad Popular aparece como
intrínsecamente incompatible con la conservación de la democracia. “La estabilidad
política, el progreso económico y la paz social33” exigen consensos. En el pensamiento
de E. Boeninger, los “acuerdos básicos” no son, sin embargo, el producto de una
deliberación política amplia – como podría serlo en una perspectiva habermasiana de la
democracia34 – sino su condición previa. Negociados entre las cúpulas de los partidos,
los consensos han por lo tanto de ser tecnocráticos. Por cierto, el consensuar entre élites
ha sido analizado por la “transitología” como una secuencia clave de los procesos de
democratización; el “restablecimiento de la legitimidad
del procedimiento democrático35” y el mantenimiento del “orden económico”
establecido durante el gobierno militar36 conforman así los pilares de los acuerdos
logrados en el camino hacia el plebiscito de 1988. La imposición de los consensos
tecnocráticos tenderá, sin embargo, a normalizarse en Chile como regla imperiosa de la
estabilidad democrática. Verdadero dogma de los años 1990, todos los mecanismos
institucionales capaces de suscitar – o de forzar – los consensos son percibidos como
positivos en sí. Según quien hable, los desacuerdos y conflictos políticos son evacuados
a su vez como resurgencia nefasta de la polarización del pasado o como prueba de la falta
de autoridad del Ejecutivo. De esta manera y por una causalidad casi mecánica, se
requiere la conformación de amplias mayorías para controlar la tendencia centrífuga del
multipartidismo. En este esquema, la evicción en esa “transición con todos” de un PC
(Partido Comunista) declarado “anacrónico” por el mismo Gabriel Valdés37 no es más
que un mal menor. Así, sutilmente, lo que aún podía ser interpretado como deficiencias
de la joven democracia chilena – las falacias de su sistema electoral, la despolitización de
su ciudadanía – se ve transformado en virtudes. El relato confiere una coherencia global
a la arquitectura institucional y justifica la “forma de hacer” de los políticos chilenos en
la fábrica de los consensos “desde arriba”.
15La observación de Emery Roe según la cual, las “narrativas, son de manera explícita,
más programáticas que los mitos42”, aplica cabalmente: además de legitimar un orden,
se prescribe una agenda de acción pública. La “gobernabilidad” tal como es entendida por
los agentes políticos chilenos, no sólo da sentido al orden institucional heredado de la
Constitución del 1980, sino que lo exige como necesidad, en oposición al caos: la
referencia a un pasado socavado por la polarización ideológica o la comparación regional
describiendo la inestabilidad de las democracias vecinas sirven así para construir la
imagen de un sistema institucional intocable. Asistimos de esta manera a la “imposición
de un referencial” de acción pública en el sentido definido por Pierre Muller, es decir un
marco de interpretación del mundo “frente al cual los actores tienen un margen de
maniobra limitado43”. Todo lo que queda fuera del relato se convierte en un impensable.
18Dos casos de distinta índole nos llamaron la atención y nos parecen finalmente merecer
un examen más detallado de los efectos “performativos” del relato de la “gobernabilidad”.
El primero es el “caso Pinochet” desde su detención en Londres, en octubre 1998, hasta
su primer desafuero en Chile en mayo 200046; el segundo, la firma en diciembre de 2002
del Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos.
20En un esfuerzo para encontrar una postura consensuada con la oposición, el Gobierno
decide rápidamente abogar por el retorno del General a Chile. La protección de la
soberanía está al centro de la argumentación. Algunos diputados de la bancada socialista,
contrarios a la posición oficial, resuelven -sin embargo- enviar una carta a Jack Straw
para apoyar la extradición de Pinochet a España. El acto desata instantánea y
previsiblemente las reacciones de los dirigentes de la Concertación:
“En todo caso, sigue siendo evidente que la prolongación del arresto
del general en Londres mantiene una cuña dentro de la Concertación
y sigue sirviendo para cohesionar a la opositora Alianza por Chile. El
tema de la gobernabilidad, que parecía ser un activo de la primera,
comienza a ir pasando paulatinamente a manos de la segunda, en la
medida en que aquélla es, cada vez más, "una casa dividida"52.
24Más sorprendente, porque sin vínculo con la historia chilena reciente, encontramos
semejante retórica a la hora de firmar el Tratado bilateral de Libre Comercio (TLC) con
los Estados Unidos. En 2002, tras varios años de negociaciones, el Presidente Ricardo
Lagos está a punto de lograr un acuerdo con sus contrapartes. Sin embargo, en el segundo
semestre, las discusiones se complican por el contexto de crisis en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas por la probable intervención estadounidense en Irak.
La administración del Presidente Bush presiona a Chile y se teme un chantaje sobre la
firma del TLC. Mientras que la presidencia chilena rechaza un ataque a Irak, las críticas
de los sectores ligados al empresariado y a la derecha política llueven bajo el argumento
que esta posición pondría en riesgo el Tratado que tramitan ambas naciones. La
incertidumbre que rodea la conclusión del acuerdo provoca una cierta angustia entre sus
partidarios. El registro de la “gobernabilidad” servirá entonces para disciplinar las
“turbulentas53” voces que discrepan con la línea librecambista de la política
comercial54. Pocos meses antes ha circulado un documento redactado por quince
connotados políticos55 - entre los cuales el Senador Ricardo Núñez - criticando al
modelo económico del gobierno. El tema del TLC hace parte de las preocupaciones; se
advierte que la desigualdad de las partes no facilita la firma de un acuerdo justo y se cita,
entre otros, los importantes subsidios que recibe la agricultura estadounidense. Apenas
abierto, el debate se ve sin embargo cerrado, tanto por la oposición como por el gobierno,
en nombre de la “gobernabilidad” del país. Dramatizada una vez más por la comparación
regional y el recuerdo de un pasado “obsoleto”, la discusión se elude mientras que
el llamado a la unidad se hace solemne:
Conclusión
26Como lo muestran los estudios de caso y tal como ha sido subrayado por Claudio
Radaelli, los relatos de acción pública constituyen a la vez un instrumento retórico de los
actores políticos (un recurso al servicio de sus intereses) y el marco cognitivo dentro del
cual se desenvuelven sus acciones (la estructura)61. En Chile, el relatode la
“gobernabilidad” ha consistido en legitimar con un lenguaje tecnocrático importado, una
visión verticalista del poder político en la cual los consensos se imponen “desde arriba”,
y eso a pesar de la creciente referencia a la “participación ciudadana”.
Haut de page
Bibliographie
Des DOI (Digital Object Identifier) sont automatiquement ajoutés aux références par
Bilbo, l'outil d'annotation bibliographique d'OpenEdition.
Les utilisateurs des institutions abonnées à l'un des programmes freemium d'OpenEdition
peuvent télécharger les références bibliographiques pour lesquelles Bilbo a trouvé un
DOI.
John L. Austin, How to Do Things with Words, (1 ed.: 1962), Harvard University Press,
2nd edition, 2005, 176 p.
Michael Barnett, Martha Finnemore, Rules for the World: International Organizations in
Global Politics, Cornell University Press, Ithaca, 2004
David Barry, Michael Elmes, “Strategy Retold: Toward a Narrative View of Strategic
Discourse”, The Academy of Management Review, Vol. 22, No. 2, Apr. 1997, p. 429-452
DOI : 10.5465/AMR.1997.9707154065
Samuel P. Huntington, Michel Crozier, Joji Watanuki, The Crisis of Democracy: Report
on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, 1975, 224 p.
Alfredo Joignant, “La politique des "transitologues" : luttes politiques, enjeux théoriques
et disputes intellectuelles au cours de la transition chilienne à la démocratie”, Politique et
sociétés, 2005, vol.24, n°2/3, p.33-59
DOI : 10.7202/012690ar
Pierre Muller, “Esquisse d’une théorie du changement dans l’action publique. Structures,
acteurs et cadres cognitifs”, Revue Française de Science Politique, vol.55, n°1, février
2005, p.171
Joan Prats i Catala, “Gobernabilidad democrática para el Desarrollo Humano. Marco
conceptual y analítico”, Instituciones y Desarrollo, Oct.
2001, http://www.iigov.org/id/article.drt?edi=187384&art=187477
Claudio Radaelli, “Logiques de pouvoir et récits dans les politiques publiques de l'Union
européenne”, Revue française de science politique, 2000, Vol. 50, n°2, p. 255-276
DOI : 10.3406/rfsp.2000.395467
Emery Roe, Narrative Policy Analysis: Theory and Practice, Duke University Press,
1994, 199 p.
Jean-Claude Toenig, L'ère des technocrates: le cas des ponts et chaussées, L'Harmattan,
Paris, 1987
Haut de page
Notes
1 Ulrich Beck, Qu’est-ce que le cosmopolitisme?, Paris, Aubier, 2006, 378 p.
2 Thomas Risse-Kappen, “Ideas do not Float Freely: Transnational Coalitions, Domestic
Structures, and the End of the Cold War”, International Organization, Vol. 48, No. 2
(Spring, 1994), p. 185-214
3 Ibid.
4 Peter M. Haas. “Introduction: epistemic communities and international policy
coordination”. International Organization, v. 46, n. 1, winter 1992, pp. 1-35
5 Margareth Keck, Kathrin Sikkink, Activists beyond borders: advocacy networks in
international politics, Ithaca, Cornell University Press, 1998, 227 p.
6 Yves Dezalay, Bryant Garth, La mondialisation des guerres de palais : la
restructuration du pouvoir d'Etat en Amérique latine, entre notables du droit et "Chicago
boys", Seuil, paris, 2002, 504 p.
7 Jean-Claude Toenig, L'ère des technocrates: le cas des ponts et chaussées, 1987, Paris,
L'Harmattan.
8 Emery Roe, Narrative Policy Analysis: Theory and Practice, Duke University Press,
1994, 199 p.
9 Claudio Radaelli, « Logiques de pouvoir et récits dans les politiques publiques de
l'Union européenne », Revue française de science politique, 2000, Vol. 50, n°2, p. 255-
276
10 David Barry, Michael Elmes, “Strategy Retold: Toward a Narrative View of Strategic
Discourse”, The Academy of Management Review, Vol. 22, No. 2, Apr. 1997, p. 429-452
11 Usando un indicador bibliométrico de visibilidad (el “factor impacto”), llamamos
“textos referentes” los textos los más citados por la literatura académica (libros y
artículos). Para delimitar el campo de los “textos referentes”, seleccionamos los autores
chilenos y sus publicaciones en español.
12 Alfredo Joignant, "La politique des "transitologues" : luttes politiques, enjeux
théoriques et disputes intellectuelles au cours de la transition chilienne à la
démocratie", Politique et sociétés, 2005, vol.24, n°2/3, p.33-59
13 John Austin caracteriza así los enunciados cuyo efecto sobre el referente coincide con
su enunciación (ejemplo: El enunciado “Le autorizo a irse” constituye simultáneamente
una autorización). John Langshaw Austin, How to Do Things with Words, (1 ed.: 1962),
Harvard University Press, 2nd edition, 2005.
14 “Preferencia mayoritaria: los chilenos favorecen una agenda de consenso”, El
Mercurio, 01 de Agosto de 2003
15 El papel de los organismos financieros internacionales en la « centralidad creciente »
de las cuestiones de gobernanza y gobernabilidad ya fue observado por A. Joignant. Ibid.
p. 35
16 Samuel P. Huntington, Michel Crozier, Joji Watanuki, The Crisis of Democracy:
Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission, 1975, 224 p.
17 Samuel P. Huntington, Michel Crozier, Joji Watanuki, op.cit., p. 161 La traducción al
español es de Joan Prats i Catalá.
18 Rodrigo Contreras Osorio, “Los principios del modelo neoconservador de
gobernabilidad aplicado en América Latina durante los 90”, Nueva Sociedad, n. 205,
Septiembre-Octubre 2006, p.24-29
19 Joan Prats i Catala, “Gobernabilidad democrática para el Desarrollo Humano. Marco
conceptual y analítico”, Instituciones y Desarrollo, Oct.
2001, http://www.iigov.org/id/article.drt?edi=187384&art=187477
20 Fernando Zumbado, “La gobernabilidad y la modernización del estado democrático”,
in Luciano Tomassini (editor), ¿Qué espera la sociedad del gobierno?, Centro de
Análisis de Políticas Públicas y Asociación Chilena de Ciencia Política, 1995
21 Ángel Flisfisch, “Gobernabilidad y consolidación democrática: sugerencias para la
discusión”, Revista Mexicana de Sociología, Vol. 51, No. 3, Jul.-Sep. 1989, p. 113-133
22 El CED nació en 1981 y contribuyó eficazmente a realizar un diagnóstico del Chile de
1980, muy lejano al del quiebre democrático de 1973. El CED fue dirigido por Ernesto
Tironi, Edgardo Boeninger, Alfonso Santa Cruz, John Biehl, Eduardo Dockendorff, Raúl
Troncoso, Eduardo Palma y Eduardo Saffirio. Recibe financiamiento de la Fundación
Ford.
23 Boeninger fue Director del CED de 1984 a 1987.
24 Edgardo Boeninger, Democracia en Chile: lecciones para la gobernabilidad, Ed.
Andrés Bello, Chile, Santiago, 1997, 526 p.
25 “Informe del BID: Chile pasará de prestatario a contribuyente”, El Mercurio, 22 de
Noviembre de 1994
26 Michael Barnett, Martha Finnemore, « International Organizations as
Bureaucracies », in: Michael Barnett, Martha Finnemore, Rules for the World:
International Organizations in Global Politics, Cornell University Press, Ithaca, 2004,
p.16-44
27 Michael Barnett, Martha Finnemore, op.cit.
28 Martha Finnemore, Kathryn Sikkink, “International Norm Dynamics and Political
Change”, International Organization, Vol. 52, No. 4, Autumn 1998, p. 893
29 “Chile encabeza el ranking de gobernabilidad del Banco Mundial en
Latinoamérica”, La Tercera, 11 de Julio de 2007. Notase que en el lenguaje mediático y
de las organizaciones internacionales, “gobernanza” y “gobernabilidad” son sinónimos.
30 Fernando Henrique Cardoso fue Presidente de Brasil por dos mandatos (1995-1999;
1999-2003). Sociólogo de formación, es el co-fundador del PSDB (Partido da Social
Democracia Brasileira) y fue uno de los principales actores de la transición brasileña a la
democracia.
31 Gabriel Valdés, “Un Gobierno para el Desarrollo Humano”, PNUD y Senado de
Chile, p. 31
32 Claudio Radaelli, op.cit., p.257
33 Edgardo Boeninger, op.cit., p.26
34 Jürgen Habermas, “Three Normative Models of Democracy”, Constellations, 1 (1),
1994, p.1-10
35 Edgardo Boeninger, op.cit., p.372. Nosotros subrayamos.
36 “Enrique Correa: el mercado no tiene ideología”, El Mercurio, 01 de Diciembre de
1996
37 “Rechazó críticas a Mijail Gorbachov: Gabriel Valdés calificó de anacrónico al Partido
Comunista”, El Mercurio, 1 de diciembre de 1992
38 El Estado chileno asumirá este papel de ejemplaridad sobre todo a partir del Gobierno
de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien propone la “gobernabilidad democrática” como eje
central de la VI Cumbre Iberoamericana de Presidentes y Jefes de Estado organizada en
Viña del Mar en 1996. El evento dará lugar a una publicación: Eduardo Frei Ruiz-
Tagle, Gobernabilidad democrática: presente y futuro de la política en Iberoamérica,
Ed. Andrés Bello, Chile, Santiago, 1997, 254 p.
39 “Rechazó críticas a Mijail Gorbachov…”, op.cit.
40 Sobre las 1164 ocurrencias del término “gobernabilidad” registradas por el motor de
búsqueda del Mercurio, 428 aparecen en las páginas internacionales en relación a la
región latinoamericana.
41 “Entrevista a presidente electo de Perú: Admiro la madurez política de los
chilenos”, El Mercurio, 5 de junio de 2001
42 Emery Roe, op.cit., p.36
43 Pierre Muller, “Esquisse d’une théorie du changement dans l’action publique.
Structures, acteurs et cadres cognitifs », Revue Française de Science Politique, vol.55,
n°1, février 2005, p.171
44 Gabriel Salazar, “Introducción crítica a la memoria política oficial”, inConstrucción
de Estado en Chile (1760-1860), Democracia de “Los Pueblos”, Militarismo ciudadano,
Golpismo Oligárquico, Ed. Sudamericana, Santiago, 2006, p.15
45 Ver por ejemplo: “Acusaciones entre tendencias: Crecen los roces internos en el
socialismo”, El Mercurio, 24 de Septiembre de 2003; “Comisión política: RN analiza
nombrar un presidente interino”, El Mercurio, 15 de Marzo de 2004; “Comentarios en la
DC: Pizarro desmiente que Alvear siga si pierde las primarias”, El Mercurio, 27 de
Febrero de 2005
46 211 ocurrencias
47 Alfredo Joignant, op.cit.,
48 “Londres pone a Pinochet rumbo a España”, El País, 10 de Diciembre de 1998
49 “Tema será tratado por presidente Frei y Andrés Zaldivar: Consideran convocar al
consejo de seguridad nacional”, El Mercurio, 22 de octubre de 1998
50 “Acusa Insulza en caso Pinochet: Carta de socialistas afectó la estrategia del
gobierno”, El Mercurio, 03 de Diciembre de 1998
51 “Criticas socialistas”, El Mercurio, 23 de Diciembre de 1998
52 “El telón de fondo. Beneficios y costos políticos”, El Mercurio, 28 de marzo de 1999
53 “Impacto del acuerdo comercial: TLC distancia a Lagos de las turbulencias
internas”, El Mercurio, 13 de Diciembre de 2002
54 “Acuerdo con EE.UU.: Lagos alinea a congresistas frente al TLC”, El Mercurio, 14
de Diciembre de 2002
55 “Senador Núñez. "Los 15" y las críticas al modelo económico: "Lagos debe tener mis
mismas dudas"”, El Mercurio, 10 de Octubre de 2002
56 “Alianza: TLC exige clima de gobernabilidad”, El Mercurio, 14 de Diciembre del
2002
57 Oscar Arias ganó las elecciones de febrero del 2006 con un estrecho margen de 1.1%
sobre su inmediato seguidor, Ottón Solís Fallas. El principal tema de controversia de la
campaña fue la firma del TLC con los Estados Unidos, apoyada por Arias pero que
provocó en su contra una de las mayores movilizaciones sociales de la historia
costarricense. Finalmente el Tratado se aprobó por referendo el 7 de octubre de 2007, con
un resultado de 51% a favor y 48% en contra.
58 “Presidente Arias ve en Chile modelo a seguir”, La Nación (San José), 08 de
Noviembre de 2006
59 “Arias inició visita a Chile en busca de apoyo para el TLC”, La Nación (San José), 06
de Noviembre de 2006
60 “Presidente Arias ve en Chile modelo a seguir”, op.cit
61 Claudio Radaelli, op.cit., p.272
Haut de page
Auteur
Cecilia Baeza-Rodríguez
Doctoranda en Ciencia Política, Instituto de Estudios Políticos de Paris (Sciences
Po)/CERI
Haut de page
Droits d’auteur