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La disciplina de la Comunión (Koinonia)

ROMPIENDO EL HIELO
¿Ya imaginó estar una semana sin comunicarse con alguien; sin teléfono, celular, e-mail y sin redes sociales?
¿Cómo sería?

INTRODUCCIÓN:
Vivimos en la era de la comunicación. Hay más de 1.6 billones de personas conectadas en el planeta, según
International Data Corporation (IDC). Pero es impresionante notar que las relaciones cada vez están más frágiles,
hay un individualismo creciente que está afectando la comunión entre las personas.
La comunión entre los cristianos y Dios está cada vez más frágil debido al ajetreo de la vida. Las personas están
más interesadas en satisfacer sus deseos que fortalecer su espiritualidad. La Palabra de Dios dice: “Buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

TEXTO PARA ESTUDIO: Juan 15:1-17

I. CONOCIENDO EL TEXTO
Discuta en grupo:
1. ¿Qué es comunión según la Biblia? ¿Cuál es la diferencia entre comunicación y comunión?
Para pensar: El texto nos enseña que no basta estar conectado a Cristo, necesitamos producir frutos. La
comunión con el Salvador tiene por objetivo comunicar la gracia al pecador, fortalecer la naturaleza espiritual y
la relación entre los hermanos. “Pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros
y la sangre de Jesucristo, su Hijo, nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).Muchos dicen que son cristianos, pero
infelizmente, viven lejos de la verdad. “Si decimos que tenemos comunión con Él y andamos en tinieblas,
mentimos y no practicamos la verdad” (1 Juan 1:6).

II. INTERPRETANDO EL TEXTO


Discuta en grupo:
1. ¿Por qué Jesús eligió la vid para ilustrar la relación del creyente con Dios?
Para pensar: En vez de escoger un árbol fuerte y frondoso, como el roble, Jesús eligió la vid. La vid necesita de
apoyo para crecer, fortalecerse y dar frutos. Así como Jesús dependía del Padre para cumplir su misión, nosotros
dependemos de Jesús para nuestra salvación. “[…] porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
2. ¿Cuáles serían los frutos de una comunión con Cristo?
Para pensar: “Se regocijaban en la dulzura de la comunión con los santos. Eran compasivos, considerados,
abnegados, dispuestos a hacer cualquier sacrificio por la causa de la verdad. En su asociación diaria, revelaban
el amor que Cristo les había enseñado. Por medio de palabras y hechos desinteresados, se esforzaban por
despertar ese sentimiento en otros corazones”
3. ¿Usted está de acuerdo que el verdadero cristiano debe tener disciplina en la comunión con Dios y con su
prójimo? Hable de las características de una persona que tiene disciplina en la comunión.
III. APLICANDO EL TEXTO
Discuta en grupo:
1. ¿Qué acciones pretende adoptar para ejercer disciplina en la comunión?
2. ¿Qué espera como resultado de esta comunión?
Para pensar: “Para el obrero consagrado es una maravillosa fuente de consuelo el saber que aun Cristo durante su
vida terrenal buscaba a su Padre diariamente en procura de nuevas provisiones de gracia necesaria; y de esta
comunión con Dios salía para fortalecer y bendecir a otros” (Hechos de los apóstoles, p. 45). Si permanecemos en
Cristo a través de una comunión disciplinada, seremos bendecidos y bendeciremos a quienes nos rodean
Compañerismo

¿Qué es la comunión o el Compañerismo?


La mayoría de los cristianos los asociamos con reunirse con otros cristianos para disfrutar de unos momentos de
oración, culto, canto, lectura de la Biblia o escuchar un sermón, conversar, comer y por lo general interactuar en un
ambiente edificante y que eleva el espíritu. Si bien esas actividades son parte integral de la fraternidad cristiana, hay
un concepto bíblico más amplio de la confraternidad y el compañerismo que nos ofrece una comprensión más cabal
de su significado.

Dios y la humanidad en unión fraternal


Empezamos antes del principio. Antes que fuera creada cosa alguna, Dios existía a modo de trinidad: el Padre, el Hijo
y el Espíritu Santo. Por medio de Su Palabra Dios nos ha revelado que Él consiste en un ser divino, una sola esencia,
compuesta por tres entes o personas distintas. El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios; no obstante,
solo hay un Dios. Esta es una de las creencias fundacionales de nuestra fe. Las tres personas distintas —Padre, Hijo y
Espíritu— coexisten en amorosa relación interpersonal. Se podría decir que han vivido juntos en eterna comunión.

Cuando Dios creó a Adán, y luego a Eva, los hizo a Su propia imagen. Fueron creados como seres relacionales. Además
de la relación que mantenían entre sí, disfrutaban también de amistad y comunión con Dios. Al desobedecer a Dios,
se avergonzaron y se ocultaron de Él, con lo que se quebró el compañerismo que habían tenido con Él. Sin embargo,
a pesar de la desobediencia de Adán y Eva y la consiguiente caída de la humanidad, Dios se ha esforzado
permanentemente por comunicarse con ella y no ha cesado de anunciar Su plan de redención. Dios ha estado
buscando el camino para que la humanidad pudiera restablecer confraternidad con Él.

Lo vemos promover Su plan a lo largo del Antiguo Testamento, para lo cual se valió de personajes destacados que
hicieron las veces de eslabones en Su plan de salvación. Entre ellos, caben mencionar Enoc y Noé, que «caminaron
con Dios»;[1]Abraham, que fue llamado «amigo de Dios»;[2] Moisés, con quien Dios «hablaba cara a cara» en el monte
del Sinaí, «como lo hace uno con un amigo»;[3] David, de quien Dios dijo que era «un hombre conforme a Su
corazón»,[4] y el pueblo de Israel, al cual adoptó y lo hizo Su pueblo.[5]

Al momento de la muerte y resurrección de Cristo, Dios modificó la esencia del compañerismo al cual tiene acceso la
humanidad y estableció Su morada permanente en los corazones de los que creen. Respondió Jesús y le dijo: —El que
me ama, Mi palabra guardará; y Mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada con él. Juan 14:23

La Comunión con Dios se centra ahora en la unión espiritual que tenemos con Jesús. Comprenderán que Yo estoy en
Mi Padre; ustedes en Mí y Yo en ustedes. El que acepta Mis mandamientos y los cumple, es el que Me ama de verdad;
y el que Me ama será amado por Mi Padre, y también Yo lo amaré y me manifestaré a él. Juan 14:20,21

4. ¿Cuál es el aspecto más importante de la comunión Cristiana?


Es nuestra comunión o conexión individual con Dios a través de Su Hijo Jesús. El factor primordial de la disciplina
espiritual del compañerismo es nuestra comunión con Dios. El apóstol Juan escribió acerca de la vida de Jesús, que
hemos visto y oído, para que también ustedes tengan comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y
con Su Hijo Jesucristo. 1 Juan 1:3

La relación y compañerismo que el creyente tiene individualmente con Dios es lo que hace posible la confraternidad
entre los creyentes; es lo que sustenta el concepto de compañerismo entre los cristianos. En primera medida, Dios
restablece la comunión con nosotros gracias al sufrimiento de Jesús y a la muerte que padeció por nosotros; luego, al
encauzar nuestra vida de tal manera que coincida con Su Palabra, se hace posible la hermandad con otros creyentes.
Juan escribió: Si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros 1 Juan 1:7.

Copartícipes con nuestros compañeros en la fe

(koinonía).Expresan el concepto de participar de algo con otra persona y se han traducido al Nuevo Testamento con
los términos asociación, comunión, compañerismo, comunicación, ser partícipes, íntima armonía, generosidad, señal
de compañerismo, donativo, contribución y participación. En el uso de estos términos en el Nuevo Testamento se
acentúa más el sentido de participar en algo que con alguien.
Por ejemplo, congregarse con otros creyentes. Sin embargo, en el contexto bíblico las palabras de la
familia koinonía se usan generalmente en el sentido de ser partícipes de algo o participar de ello

Tito, es mi compañero y colaborador; 2 Corintios 8:23.


yo, Juan, hermano de ustedes y compañero en el sufrimiento, en el reino; Apocalipsis 1:9
siendo hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones, y compañeros de los que eran tratados así;
Hebreos 10:33
sabemos que así como participan de nuestros sufrimientos, así también participan de nuestro consuelo; 2 Corintios
1:7
tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia
del olivo; Romanos 11:17.
esto hago por causa del Evangelio, para hacerme copartícipe de él; 1 Corintios 9:23
todos ustedes participan conmigo de la gracia; Filipenses 1:7
por medio de estas cosas nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas lleguéis a ser participantes
de la naturaleza divina. 2 Pedro 1:4

En estos versículos vemos expresado el concepto de hermandad y compañerismo en el sentido de ser partícipes,
conjuntamente con otras personas, de diversos aspectos de nuestra labor y vida cristianas.

En otros versículos vemos que koinonía se emplea en el sentido de compartir, aludiendo a ser generosos con nuestras
contribuciones y ayudar a otros cristianos.

Ellos honrarán a Dios por la generosa contribución (koinonía) de ustedes para ellos; 2 Corintios 9:13
porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en
Jerusalén; Romanos 15:26.
han dado conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas, pidiéndonos con muchos ruegos que les
concediéramos el privilegio de participar (koinonía) en este servicio para los santos; 2 Corintios 8:3,4.
ninguna iglesia compartió (koinonía) conmigo en cuestión de dar y recibir, sino solamente ustedes. Filipenses 4:15
el que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña. Gálatas 6:6

¿Qué es Kononia?
Como hemos visto, el sentido más amplio de compañerismo o confraternidad (koinonía) tiene que ver con una
participación en el amplio espectro del Evangelio: participar de las bendiciones, las pruebas y tribulaciones, la
consolación y la gracia. Es ser partícipes colectivamente de la naturaleza divina por medio de la verdad que nos
reveló Dios. El concepto también está vinculado a una vivencia del Evangelio expresada por medio de la generosidad
y la entrega de donaciones.

Si bien la confraternidad implica reunirse con otros cristianos, va más allá de asistir a un oficio o un evento. Incluye
tu participación en el Evangelio, trabajar de algún modo con otras personas que estén difundiendo el mensaje de Dios,
orar por ellas, solidarizar por cualquier vía posible con la misión que realizan.

Donald Whitney escribió:

Cualquiera que sea el entorno social en que tenga lugar el compañerismo, debe llevar aparejado participar de
la vida de Cristo así de palabra como de hecho. Al vivir en semejanza a Cristo cuando estamos juntos, nos
alentamos unos a otros en la conducta cristiana. Al hablar como Cristo de asuntos espirituales, nos estimulamos
unos a otros a llevar una vida agradable a Dios.

La disciplina espiritual del compañerismo y la confraternidad implica dedicar tiempo para reunirnos con otros
cristianos con miras a participar juntos en nuestra vida de fe, nuestra relación con el Señor, nuestros momentos de
culto y nuestra vida de oración, y fortalecernos mutuamente en Cristo. El autor de la epístola a los Hebreos dice:

Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras, no dejando de congregarnos, como
algunos tienen por costumbre... Hebreos 10:24,25

¿Cómo practicamos la disciplina del compañerismo?


Empieza con nuestra comunión con Dios, ya que a raíz de ello podemos mantener verdadera comunión con nuestros
hermanos.

Conlleva esforzarse por cultivar una fértil relación con Dios y con otros cristianos. El compañerismo como disciplina
consiste en aplicar los principios orientadores de la Escritura a nuestras interacciones entre compañeros en la fe. He
aquí algunos de ellos:

Permanezca el amor fraternal. Hebreos 13:1

No hagan nada por egoísmo o vanidad; más bien, con humildad consideren a los demás como superiores a
ustedes mismos. Cada uno debe velar no sólo por sus propios intereses sino también por los intereses de los
demás. Filipenses 2:3,4

Lleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo. Gálatas 6:2

Hermanos, aun si alguien es sorprendido en alguna falta, ustedes que son espirituales, restáurenlo en un
espíritu de mansedumbre. Gálatas 6:1

Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros
con él se gozan. 1 Corintios 12:26.

Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos. Efesios 6:18

Nuestra comunión con Dios y con nuestros semejantes es parte primordial del ejercicio de nuestra fe y contribuye
sustancialmente a que llevemos fruto en nuestra vida personal y en la vida de los demás. Siendo miembros del cuerpo
de Cristo debemos esforzarnos por andar en la luz, así como Él está en la luz a fin de lograr una unión fraternal más
plena y profunda los unos con los otros.

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