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NOTA

CURSO:DERECHO PENAL
DOCENTE: Mag. EDWARD VARGAS VALDERRAMA

DATOS DEL TRABAJO ACÁDEMICO PRESENTADO:


TIPO DE TAREA ACÁDEMICA Nº FECHA
TRABAJO MONOGRAFÍCO 01 03 09 2018
TEMA:
TRABAJO PRÁCTICO
TEMA:
ACTIVIDAD FORMATIVA:
TEMA:

DATOS DEL ALUMNO:


NOMBRE : Alessandra Maritza Alvarado Cruz
CÓDIGO :
AULA : “A” CICLO: IV

OBSERVACIONES DEL DOCENTE:

1
Agradecimiento

El agradecimiento de este trabajo

va dirigido a dios y a mis padres

ya que sin la bendición y su amor

todo hubiera sido un total

fracaso, al elaborar este trabajo.

2
Resumen

El presente trabajo consiste en Un parte elemental de la materia del derecho, la cual es

encargada de determinar aquellas conductas humanas que sean moralmente indebidas y ser

clasificadas como delitos, así como dictar el castigo que merecen, a esta área se le conoce

como Derecho Penal.

El derecho penal proporciona los principios y reglas jurídicas que fijan las penas o sanciones

para las violaciones a las leyes establecidas por el Estado (Gobierno), y está dividido en dos

partes fundamentales: sustantivo u objetivo y adjetivo, también conocido como procesal

penal (subjetivo).

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Introducción

En el presente trabajo hablaremos sobre el derecho penal un conjunto de

normas dadas por el estado que asocian un castigo, la pena, a un comportamiento, el delito,

para reprimir el comportamiento indeseable (delito). El principal objetivo del derecho penal

es promover el respeto a los bienes jurídicos (todo bien vital de la comunidad o del

individuo). Para esto, prohíbe las conductas que están dirigidas a lesionar o poner en peligro

un bien jurídico. Lo que no puede hacer el derecho penal es evitar que sucedan ciertos efectos.

En la Historia del Derecho Penal la organización de los pueblos en ciudades-estados, estados

o imperios, no se puede hablarse propiamente de la existencia de un Derecho Penal, pero sí

existía la venganza, siendo ésta algo parecida a la pena y que se cumplía su función.

4
Tabla de contenido
Agradecimiento ................................................................................................................................. 2
Resumen ............................................................................................................................................. 3
TITULO 1 .......................................................................................................................................... 6
Derecho penal .................................................................................................................................... 6
Objetivo general ................................................................................................................................ 6
1.2. Historia del Derecho penal: .................................................................................................. 7
2.1. Historia del derecho penal en el Perú ..................................................................................... 13
Título lll ............................................................................................................................................ 14
El Delito ............................................................................................................................................ 14
3.1. El concepto de delito: ............................................................................................................... 14
Conclusiones: ................................................................................................................................... 20
Bibliografía ...................................................................................................................................... 21

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TITULO 1

Derecho penal

Objetivo general

 Como inicio la historia del derecho penal y cuanta importancia tiene el delito en el
Derecho Penal.

1.1.Concepto:

Sabemos que el derecho se encarga de regular las actividades de los hombres que viven

en sociedad y que mantienen relaciones con el resto de los hombres. De esta forma, el

derecho busca proteger la paz social con normas que son impuestas por la autoridad,

quien, a su vez, tiene el monopolio del uso de la fuerza. El Derecho penal es el conjunto

de disposiciones jurídicas que regulan la potestad punitiva del Estado relacionando

hechos, estrictamente determinados por la ley con una pena, medida de seguridad o

corrección como consecuencia de realizar un determinado acto, su objetivo de asegurar

los valores elementales para la sana convivencia de los individuos de una sociedad. Este

conjunto de normas jurídicas se refiere siempre al delincuente, al delito y a las penas.

El principal objetivo del derecho penal es promover el respeto a los bienes jurídicos (todo

bien vital de la comunidad o del individuo). Para esto, prohíbe las conductas que están

dirigidas a lesionar o poner en peligro un bien jurídico. Lo que no puede hacer el derecho

penal es evitar que sucedan ciertos efectos. El Estado dispone de dos herramientas para
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reaccionar frente al delito: las medidas de seguridad (que buscan la prevención) y las

penas (que suponen el castigo). La pena, por lo tanto, implica una restricción a los

derechos del responsable. Como ha ocurrido en la mayoría de los aspectos de la

organización social, para que el derecho penal llegara a convertirse en lo que hoy en día

conocemos fue necesario que existiera un proceso bastante lento, a través del cual se

pusieron a prueba diferentes metodologías e ideas y se fue buscando la forma en la que

quedaría finalmente constituido.

1.2.Historia del Derecho penal:

En una época primitiva, anterior a la organización de los pueblos en ciudades-estados,

estados o imperios, no se puede hablarse propiamente de la existencia de un Derecho

Penal, pero sí existía la venganza, siendo ésta algo parecida a la pena y que se cumplía

su función.

1.2.1. Prehistoria

En las sociedades prehistóricas toda norma de conducta tenía carácter

consuetudinario, basado en la repetición de los usos y costumbres seguido por

cada comunidad, y se presentaba de forma indiferenciada, entremezclándose

normas jurídicas con las religiosas, morales y las del trato social. Las normas

penales se enfocaban sobre todo a sancionar las conductas que resultaban

lesivas para el grupo tribal, que reaccionaba mediante una declaración de

guerra ante la ofensa cometida por otra tribu. La responsabilidad, por tanto,

era colectiva. Dentro del propio grupo la sanción se aplicaba al individuo,

quien, en caso de transgredir las normas sociales establecidas, podía

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enfrentarse a un castigo físico e incluso a la expulsión (que equivalía a la pena

de muerte, ya que no tendría un grupo que lo protegiese).

1.2.2. Antigüedad

Cuando las sociedades empezaron a organizarse en estructuras políticamente

más sofisticadas, en las que confluían los elementos de autoridad, población y

territorio, nació la noción del Estado. Se hizo entonces necesaria una

regulación de las distintas relaciones interhumanas a fin de facilitar la

convivencia social, lo que significaba reglamentar las sanciones y dar

publicidad al castigo para evitar futuras infracciones. Las primeras

codificaciones de este tipo provienen de Asia, en especial de Mesopotamia,

siendo la más destacada el Código de Hammurabi. Se trata de una recopilación

de leyes y costumbres anteriores que, según las últimas investigaciones, fue

promulgada por el rey babilónico Hammurabi en el siglo XVIII a. C. En ella

regía la “ley del talión”, un principio de justicia retributiva que identificaba el

castigo con el crimen cometido, de forma que al ofensor se le infringía un daño

igual al que causó (“ojo por ojo, diente por diente”). Fue la primera forma

histórica de punición que suponía la existencia de un poder público que

limitaba la venganza y se encargaba de aplicar las penas.

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Otras expresiones legislativas procedentes de Asia fueron el Código de Manú,

cuyo origen se sitúa en el valle del Ganges (India) entre los siglos VI y III a.

C., y el código impulsado por la dinastía Zhou en la China del año 223 a. C.

(aunque apenas dos años después fue sustituido por otro). En el norte de África

y Medio Oriente también son destacables, por una parte, la legislación de los

egipcios, respecto de los cuales no faltan evidencias de una práctica elaborada

del derecho desde el reinado de Seneferu (unos 3500 años a. C.); y por la otra,

el derecho de los antiguos hebreos, que se encontraba recogido en la Biblia,

particularmente en el Levítico y el Deuteronomio. Al igual que el Código de

Hammurabi, estas legislaciones imponían un sistema talional, y en todas ellas

perduraba una concepción teocrática del derecho (aunque no en la misma

medida). El delito aparecía siempre como un atentado a lo divino, y el fin de

la pena era la expiación. Fueron los griegos quienes empezaron a separar lo

jurídico de lo divino. A través de las obras de autores como Sócrates y Platón,

de las que solo se conservan algunos fragmentos, sabemos que la legislación

penal griega se alejó de la divinización del derecho propia de las culturas

anteriores. El delito ya no se consideraba una afrenta a los dioses, sino una

afrenta a la sociedad y al Estado, que aplicaba la pena con el fin de corregir al

delincuente y prevenir el delito. Esa separación adquirió su máxima expresión

en el derecho romano, religioso en su origen pero secularizado a partir de la

Ley de las XII Tablas (siglo V a. C.). Dicho texto establecía una distinción

entre delitos públicos (delicta pública), perseguidos por el Estado en interés

del mismo, y delitos privados (delicta privata), perseguidos por los

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particulares en su propio interés. No obstante, con la llegada del Imperio el

derecho penal en su integridad adquirió carácter público.

En el siglo VI de nuestra era, el emperador Justiniano mandó a elaborar el que

sin duda es el cuerpo legal más importante de la historia del derecho romano,

el Corpus Iuris Civilis. Se trata de una compilación dirigida por los juristas

más destacados de la época (entre los que destaca Triboniano), y está

compuesta por cuatro obras:

a) El Digesto, que recoge fragmentos de las obras de jurisconsultos

anteriores.

b) las Instituciones, obra destinada a la enseñanza del derecho;

c) el Nuevo Código, una recopilación de constituciones imperiales pre

justinianeas.

d) las Novelas, que contienen las constituciones imperiales promulgadas

por Justiniano hasta su muerte. La importancia del Corpus Iuris

Civilis reside haber servido de base para gran parte de los sistemas

jurídicos modernos que pertenecen a la tradición continental europea.

1.2.3. Edad Media

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El declive del Imperio romano de Occidente, marcado por la pérdida de

control político sobre su vasto territorio, dio paso a la soberanía de los pueblos

invasores bárbaros (en su mayoría de origen germánico), que se extendió

desde el siglo V al XI d. C. Durante ese tiempo, el derecho penal germano fue

evolucionando por el contacto con la cultura romana, llegando a perder su

carácter privatístico e individualista para adquirir, poco a poco, un carácter

más público.

En la etapa anterior a la conquista, los bárbaros se regían por un derecho de

tipo consuetudinario, propio de los grupos tribales primitivos. La organización

social giraba entorno de la Sippe (el grupo familiar), que tenía el deber, que

no el derecho, de vengar cualquier ofensa cometida contra uno de sus

miembros. Esta obligación era la llamada Blutrache o “venganza de sangre”,

y no solo se podía obtener a través de la muerte o lesión del ofensor, sino

también con la celebración de un acuerdo de composición que consistía en

pagar una multa (Busse) al ofendido o su familia. El fin último era reestablecer

el equilibrio entre las familias enfrentadas.

Tras asentarse en suelo del antiguo imperio, los bárbaros convivieron con la

población romana y paulatinamente fueron aceptando su derecho, sobre todo

en las provincias de Hispania, Italia y las Galias. Así, el derecho romano

sobrevivió, aunque de forma vulgarizada, en las codificaciones romano-

germánicas elaboradas por los bárbaros, siendo algunas de las más

importantes el Código de Eurico o Codex Euricianus (480) Edicto de

11
Teodorico (503), el Breviario de Alarico o Lex Romana Visigothorum (506),

la Liber Papiensis o Lex Romana Burgundiorum (516), y el Libro de los

Jueces o Liber Iudiciorum (654).

Durante los siglos IX a XI florecieron en la Europa occidental los sistemas

feudales, en los que la jurisdicción de la Iglesia católica, que hasta ahora solo

se limitaba a cuestiones de organización y jerarquía dentro de la propia Iglesia,

empezó a ir más allá para abarcar también ciertos aspectos de la vida secular,

entre ellos el derecho penal. De este modo, a la Iglesia se le atribuyó la

competencia penal exclusiva en materia de delitos religiosos, así como una

competencia concurrente con los tribunales seculares en los llamados delitos

mixtos, que violaban tanto el orden humano como el divino.

El derecho penal canónico limitó la venganza de sangre germana permitiendo

el asilo en los templos, y exigió la igualdad ante la ley por considerar que

todos eran hijos de Dios. No obstante, supuso una regresión respecto de la

laicidad del derecho romano al volver a introducir un elemento religioso en la

legislación penal, ya que no distinguía entre delito y pecado. La pena se

concebía como una penitencia que redimía del pecado, lo que llevó a la

Inquisición a introducir la prisión mediante la reclusión en celdas monásticas

(de aquí se deriva la palabra “penitenciaría”).

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2.1. Historia del derecho penal en el Perú

El Perú es un país subdesarrollado. Esta situación es el resultado de un largo proceso

histórico, iniciado por la Conquista española. La Conquista fue el inicio de un largo

proceso de destrucción de las relaciones sociales de los grupos que, unificados por la

dominación inca, constituían el Imperio y, al mismo tiempo, significó su reorientación

conforme a los cánones europeos

Durante el período colonial las estructuras y normas de los conquistadores se

desarrollaron en continuo proceso de interrelación y oposición recíproca. La

incorporación de la sociedad indígena al sistema socioeconómico europeo, no en el

sentido de "integración social' significó la imposición de patrones sociales y

culturales, le que determinó el cambio y modificación del proceso cultural aborigen.

Junto a su lenguaje, religión, sistema económico y político, los españoles trajeron e

impusieron su derecho". La Independencia produjo la ruptura de los lazos político-

administrativos coloniales con España; pero no la quiebra de la relación de

dependencia económica con la Metrópoli. Así, la colonización española, primero, y

la República, después, ligaron el desarrollo del Perú al sistema económico-cultural

occidental, lo que determinó su condición de colonia, de región proveedora de

materias primas, de país subdesarrollado

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Título lll

El Delito

3.1. El concepto de delito:

La idea del delito toma su origen en la ley penal. Entre la ley penal y el delito existe

un nexo indisoluble, pues el delito es propiamente la violación de la ley penal o, para

ser más exactos, la infracción de una orden o prohibición impuesta por la ley; en

consecuencia, delito será todo hecho al cual el ordenamiento jurídico penal le adscribe

como consecuencia una pena, impuesta por la autoridad judicial por medio de un

proceso.

En el delito, para su existencia, deben de incidir dos sujetos: el sujeto activo y el sujeto

pasivo, en ocasiones intervienen otros en conjunción con el activo, ya sea antes o

después de la comisión o realización del delito, que para los efectos de este estudio

no revisten mayor relevancia, por el momento.

El sujeto activo del delito será toda persona que, en términos generales, infrinja la ley

penal, ya sea por su propia voluntad o sin ella; es decir, el delito puede ser cometido,

por el sujeto activo, con pleno conocimiento de la acción que va a realizar, esperando

el resultado de ése, o, en caso contrario, sin la voluntad de ese sujeto, cuando la

acción, que da origen al delito, no es deseada y se comete por imprudencia o sucede

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por un accidente. Sin embargo, este sujeto será el que realice la acción de la conducta

o la omisión de la misma que están previstas y sancionadas por la ley penal. En el

caso del sujeto pasivo del delito, éste será toda persona que resienta el daño que

ocasiona la comisión del delito, la consecuencia de la conducta delictiva, ya se trate

de su persona, en sus derechos o en sus bienes. La persona a quien se le afecta en su

esfera personal de derechos e intereses.

El delito formal se perfecciona con una simple acción u omisión, haciendo

abstracción de la verificación del resultado. Los delitos de lesión o daño y de peligro.

Según el objeto o fin que persiguen, la perturbación, daño, disminución o destrucción

del bien jurídicamente protegido, son delitos contra la cosa pública o el Estado mismo

o sus Instituciones y delitos contra las personas privadas, delitos políticos y no

políticos. Según los sujetos que los realizan, los delitos individuales y colectivos,

comunes y especiales según la ley que los contenga; y ocasionales y habituales según

la constancia con que delinque el sujeto que los realiza. Según los requisitos para la

procedibilidad o persecución de los delitos, conforme al bien jurídico protegido que

afecta, de acuerdo a la naturaleza del daño afectación del bien, los delitos son de

acción pública (denuncia) o de acción privada (querella).

La teoría del delito a los fines del siglo XIX y bajo la influencia de las ideas

científicas, imperantes por entonces, los juristas se preocuparon de identificar los

"elementos naturales" del delito. Las nociones utilizadas fueron de naturaleza síquica

o biológica. De ser necesario fijar una fecha para indicar -más o menos

arbitrariamente- el origen de la "teoría del delito", debemos referirnos, sin duda, a la

publicación del Lehrbuch de Franz von Liszt, realizada diez años después de la

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entrada en vigencia del Código Penal alemán de 1871. En esa ocasión, el jurista

germano formula la distinción entre las nociones de culpabilidad y antijurídicidad.

En 1906, Ernest von Beling propone, en su obra Lehre von Verbrechen, un tercer

elemento: la tipicidad. Desde entonces, el delito es concebido como un

comportamiento humano (controlado por la voluntad), típico, ilícito y culpable. Por

típico, se entiende de "conforme a la descripción contenida en la disposición penal"

(Tatbestand). Esta última, llamada entre nosotros tipo legal, fue considerada un

descubrimiento revolucionario.

La culpabilidad fue vista como el aspecto subjetivo del comportamiento (evento físico

exterior) que consistía en la relación psicológica existente entre el autor y su acción.

El carácter ilícito del acto fue explicado recurriendo al positivismo jurídico que

reducía al derecho a un conjunto de normas dictadas por el legislador. El acto

realizado era, en consecuencia, considerado ilícito cuando contradecía el derecho

positivo. La descripción naturalista de la infracción deviene -apoyada en el sistema

conceptual del positivismo jurídico- la base de las investigaciones penales. Su

esquema (acción, tipicidad, antijuricidad y culpabilidad) ha sobrevivido hasta ahora.

Se puede sostener que esta concepción clásica del delito proviene del positivismo que

se caracteriza, en el ámbito del derecho y en la resolución de problemas penales, por

la utilización exclusiva de nociones jurídicas (p. ex. Begriffjurisprudenz).El inicio del

presente siglo fue marcado, en el dominio penal por la pérdida de crédito por parte de

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la concepción Liszt-Beling. El progresivo abandono de sus ideas fue consecuencia de

las críticas formuladas, primero, desde la perspectiva filosófica.

Esta fue obra de la corriente de ideas denominada "teoría neokantiana del

conocimiento".

La idea central consistía en separar, radicalmente, la realidad (Sien) del mundo

normativo (Sollen).El primer efecto de esta idea fue la constatación que del análisis

empírico de la realidad no es posible extraer criterios normativos que nos permitan

apreciar axiológicamente esta realidad. La noción de delito es, entonces, revisada de

acuerdo a los fines axiológicos de derecho penal que no son -contrariamente a lo

admitido por el positivismo jurídico- previsto completamente en la ley. La nueva

definición del delito, denominada neoclásica o teológica, se funda en tres

"descubrimientos" esenciales:

 Primero: En el dominio de la tipicidad, aquel de la identificación de los

elementos normativos del tipo legal.

 Segundo: La constatación que la antijuricidad es tanto material (violación de los

bienes jurídicos) como formal (violación de las normas).

 Tercero: El reconocimiento del carácter normativo de la culpabilidad que

consiste en un reproche formulado contra quien obra libremente, contra el orden

jurídico. Las insuficiencias de la concepción neoclásica fueron criticadas por la

teoría finalista. A la idea de distinguir, con nitidez, el mundo normativo y la

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realidad concreta (defendida por los neokantianos), Hans Welzel opone, de un

lado, la idea de las "estructuras lógico-objetivas" previas a toda regulación

jurídica y, de otro lado, la idea de la "naturaleza de las cosas". Según Welzel, el

comportamiento humano debe ser comprendido desde una perspectiva ontológica.

Este elemento fáctico no puede ser ignorado ni alterado por el legislador al

elaborar las normas legales. La base de la concepción de Welzel es, precisamente,

el comportamiento humano, caracterizado, esencialmente, por su estructura

finalista.

Esto presupone que el individuo tiene la capacidad de proponerse diferentes objetivos

y de orientar su comportamiento en función de uno de estos fines. Su capacidad esta

en relación con las posibilidades que tiene de prever las consecuencias de su acción

y del conocimiento que posee respecto a la causalidad. La aceptación de los criterios

de Welzel comporta una modificación profunda de la sistemática del delito. La

tipicidad no puede ser más considerada como la descripción objetiva de la acción.

Debe comprender, igualmente, la estructura finalista del comportamiento. Resulta así

necesario, con la finalidad de tener en cuenta el aspecto esencial del comportamiento,

establecer al lado del tipo legal objetivo, otro de naturaleza subjetiva. En las

infracciones intencionales, la finalidad de la acción -que no es diferente del dolo o

intención- constituye el elemento central del tipo subjetivo. Los elementos subjetivos

que caracterizan la finalidad de la acción y que eran considerados extraños al tipo

legal, se transforman en partes intrínsecas de la tipicidad. Los cambios en el dominio

de las infracciones culposas han sido también fundamentales. La nueva estructura de

la tipicidad hace necesario separar, claramente, las infracciones dolosas de las

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culposas. El carácter ilícito de estas últimas no puede ser reducido al hecho de causar

un daño a terceros. Para corregir esta deficiencia, los finalistas colocan en primer

plano la violación del deber de cuidado destinado a evitar dicho perjuicio. De esta

manera, el finalismo logra depurar a la culpabilidad de los elementos psicológicos

conservados por la concepción neokantiana. La culpabilidad es, por tanto, definida

como un puro reproche dirigido contra el autor del acto típico. De otra parte, el

finalismo ha conducido a explicar, separadamente, las infracciones omisivas; pues,

su peculiar estructura requiere un análisis especial. Así, se afirma la diferencia

substancial entre las infracciones de comisión y las de omisión. Estas últimas

constituyen siempre la no realización de una acción exigida por el orden jurídico. Los

elementos del delito omisivo deben ser entonces revisados tomando en cuenta este

aspecto normativo Las "innovaciones" del finalismo han permitido la rectificación

global de las imprecisiones y contradicciones propias al neoclasicismo. En los últimos

años, se ha producido una renovación de la teoría del delito. Se caracteriza,

principalmente, por el abandono del procedimiento axiomático-deductivo del

finalismo. Autores -como Roxin tratan de innovar el análisis del delito mediante

criterios que estarían en la base de un sistema, penal racional y liberal. Con este

objeto, recurre a los innegables aportes de los modernos trabajos en el ámbito de la

política criminal y de la criminología. Definición de delito de acuerdo al principio de

la legalidad, nadie puede ser penado si no ha cometido un acto descrito previamente

en la ley. Se designa a tal acción con el nombre de delito (lato sensu) y a la parte de

la disciplina jurídica que lo estudia se llama teoría del delito. Tradicionalmente, el

delito ha sido definido como la acción u omisión penada por la ley. Esta definición

puramente formal figura frecuentemente en los antiguos códigos penales. Como lo


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venimos de constatar, las diferentes concepciones doctrinales hacen referencia a un

esquema básico de la infracción acción típica, ilícita y culpable.

Conclusiones:

 Si bien es cierto que solamente las conductas que prevé la ley penal pueden ser

consideradas como delitos, la preparación de esas conductas, no obstante que no

constituyan propiamente un delito, sí son la tentativa del mismo, la que será penada

cuando se pretenda afectar un bien jurídico que trascienda a la seguridad de la sociedad,

además del individuo que sufre la lesión causada por el delito.

 Por lo tanto se obtuvo una respuesta satisfactoria de este trabajo ya que se conoció la

historia del derecho penal y en que se relaciona con el Delito, el derecho penal es muy

importante ante la sociedad e indispensable .

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Bibliografía

 https://definicionlegal.blogspot.com/2012/02/ramas-del-derecho-de-caracter-

juridico.html

 https://www.institutoroche.es/legalnociones/2/ii_ramas_del_derecho

 https://libros-revistas-derecho.vlex.es/vid/concepto-elementos-basicos-derecho-

penal-235127

 https://derecho-ii.webnode.mx/news/dentifica-los-elementos-fundamentales-del-
derecho-penal-/

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