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IL GESÙ DE ROMA

La chiesa del Sacro Nome di Gesú, popularmente conocida como “Il Gesù”, se
ubica en la plaza de su nombre en Roma y es la iglesia madre de la Compañía
de Jesús, fundada en 1540 con la autorización del papa Pablo III, y sede de
su General Superior hasta la supresión de la Orden en 1773.

El transepto y el presbiterio desde la nave


Aunque la idea de construir una iglesia partió del propio Ignacio de
Loyola en 1551, incluso con diseños dados por Nanni di Baccio Bigio
modificados en 1554 por el propio Miguel Ángel, la falta de presupuesto
hizo que el inicio de las obras, con el fundador ya fallecido y siendo ya
su General Francisco de Borja, tuviera lugar en 1568 gracias al apoyo
financiero del cardenal Alessandro Farnese y con trazas dadas por Jacopo
Barozzi "el Vignola", que dirigió las obras hasta su muerte en 1575, cuando
le sucede Giacomo della Porta hasta 1580, encargado de reelaborar el
proyecto de la fachada de Vignola, cuyas trazas se conservan gracias a un
grabado de 1573, y de rediseñar la cúpula. De todos modos, los arquitectos
jesuitas Giovanni Tristano y Giovanni de Rosis tuvieron una importante
determinación en el proyecto, verdaderos directores de la construcción.

Bóveda de la nave

Finalmente, la iglesia fue consagrada el 25 de noviembre de 1584,


conformada como el templo más grande y el primero de nueva construcción en
la ciudad tras el Sacco de Roma en 1527 por parte de las tropas imperiales
de Carlos V.
Los requisitos fundamentales impuestos por la Compañía fueron que la
iglesia fuera de nave única, con púlpito lateral para facilitar la
predicación y con un altar central para la celebración de la Eucaristía,
dejando así establecido un modelo de iglesia jesuita que se fue repitiendo
en posteriores fundaciones y que también se convirtió en canónica para
toda iglesia contrarreformista, pues seguía a la perfección los preceptos
aprobados en el Concilio de Trento, celebrado durante veinticinco sesiones
entre 1545 y 1563 buscando, fundamentalmente, reafirmar los preceptos de la
Iglesia Católica en defensa de la Reforma Protestante.

Púlpito lateral entre las capillas segunda y tercer del Evangelio


En la segunda mitad del siglo XVII Giovanni Battista Gaulli “el
Baciccia” realizó la decoración interna, destacando la bóveda de la nave
central, la cúpula y las capillas de los transeptos y las bóvedas del
presbiterio.

Decoración de la bóveda del presbiterio

Aunque con la supresión de la Orden en 1776 el templo fue despojado de


muchas riquezas, en 1814 fue devuelto a la Compañía, a mediados del siglo
XIX se construyó la tribuna y un nuevo altar y a fines de la década de 1850
el príncipe Alesandro Torlonia financió el revestimiento de mármoles de la
nave.

La fachada parte del diseño de Vignola pero modificado por della Porta.
Muestra dos grandes cuerpos organizados con dobles pilastras de orden
corintio salvo las que flanquean la puerta central, que son una semicolumna
y una pilastra a cada lado. El cuerpo bajo presenta cinco calles y el
segundo tres, dejando adivinar la disposición interior de distintas alturas
entre la nave central y las capillas laterales, con aletones laterales para
conectarlos, según ya había hecho Alberti en la fachada de Santa Maria
Novella de Florencia, y frontón de remate.
Comparación entre los proyectos de la fachada de Vignola y de della Porta (1)
Fachada definitiva (2)

Della Porta también enfatiza la verticalidad sobre la horizontalidad


adelantando ligeramente las tres calles centrales de los dos cuerpos y
concentrando en ellos la escasa decoración escultórica, conforme a los
nuevos preceptos contrarreformistas, simplemente resaltando la entrada
mediante las mencionadas semicolumnas que la flanquean en vez de pilastras,
con un gran escudo de la orden por encima y mediante sendos nichos
laterales con las esculturas de bulto de los santos Ignacio y Francisco
Javier.
Detalle de la calle central de la fachada
San Ignacio y San Francisco Javier (3)

La iglesia no tiene nártex porque se consideraba un ámbito que distraía de


lo esencial y presenta un interior despejado, con nave longitudinal única
buscando que la congregación permaneciera junta, tres capillas laterales a
cada lado abiertas a la nave mediante arcos de medio punto flanqueados por
dobles pilastras que soportan un arquitrabe continuo decorado y sobre el
que se eleva la cubierta de bóveda de cañón con lunetos y ventanas.
Nave de la iglesia
La nave desde el crucero hacia los pies

Las capillas, de planta octogonal y cubiertas con bóvedas vaídas, están


separadas de la nave por balaustradas pero conectadas entre sí para
permitir cultos privados evitando interrumpir el rito que pueda celebrarse
en la nave central.

Capillas del Evangelio


Conexión entre las capilla de la Epístola

La bóveda de cañón de la nave central fue decorada por Giovanni Battista


Gaulli el Baciccia con estuco dorado y una quadratura de extraordinario
efecto de perspectiva con la escena del Triunfo del Nombre de Jesús. En el
centro aparece el anagrama IHS, el acróstico de Iesus Hominum
Salvator además de las primeras letras del nombre de Jesús en griego,
IHSOUS, y está rodeado de santos, santas otros personajes destacados en
defensa de la Iglesia, representada en un papel preponderante, para
proclamar la doctrina de su Fe, gracias a la que caen vencidos los Pecados
Capitales, con alegorías de la Ira, la Lujuria, la Avaricia, la Gula, la
Soberbia, la Envidia y la Pereza y al propio Satanás, además de la Simonía
y la Herejía, representados precipitándose desde el Cielo.
Decoración de la bóveda de la nave
Planta de la iglesia (4). Las indicaciones son mías

En el lado del Evangelio, la primera de las capillas, aunque su primera


advocación fue a los Apóstoles, pronto se convirtió en la Cappella di San
Francesco Borgia, IV duque de Gandía y Grande de España que renunció a su
título para ingresar en la Compañía, donde llegó a ser el tercer Padre
General. El retablo muestra a San Francisco de Borja en oración de Andrea
Pozzo al que después Gagliardi le añadió algunos mártires de la Compañía.
Capilla de san Francisco de Borja

El fresco de la bóveda muestra la escena de Pentecostés, con las Virtudes


Teologales, Fe, Esperanza y Caridad, además de la Religión, en las
pechinas. En cuanto a los lunetos, representan el Martirio de san Pedro y
el Martirio de san Pablo, todas obras de Nicolò Circignani “el Pomarancio”,
que tanta importancia tiene en el ciclo de martirios de Santo Stefano
Rotondo.
Bóveda con Pentecostés

En las paredes están San Pedro en la cárcel bautizando a los santos Proceso
y Martiniano y la Conversión de san Pablo de Pier Francesco Mola. Además,
por debajo de ambos hay cuatro monumentos funerarios de mármol de la
segunda mitad del siglo XIX de la familia Marchesi Ferrari.

San Pedro en la cárcel bautizando a los santos Proceso y Martiniano


Conversión de san Pablo

A continuación está la Cappella della Sacra Famiglia, patronato del


cardenal Cerri desde el siglo XVIII. El retablo mayor cuenta con un cuadro
de Giovanni Gagliardi con una Sagrada Familia de fines del siglo XIX que
sustituyó al original, una Natividad del Pomarancio de fines del siglo XVI,
advocación a la que estaba dedicada la capilla y que se corresponde con el
resto de la decoración, que también fue de este artista tan apreciado por
la Compañía.
Capilla de la Sagrada Familia, antes de la Natividad

En la bóveda se representa la Celebración celestial de la Natividad de


Cristo sobre pechinas con David, Isaías, Zararías y Baruc. El luneto
derecho tiene una Anunciación a los pastores y el izquierdo una Matanza de
los Inocentes, y el ciclo se completa en las paredes con una Epifanía y
una Presentación en el templo.

Monumentos funerario de la Familia Cerri y Presentación en el templo flanqueada por dos Virtudes

También cuenta con cuatro esculturas representando las Virtudes cardinales,


con la Templanza y la Prudencia a la derecha y la Fortaleza y la Justicia a
la izquierda, y cuatro sepulturas parietales de miembros de la familia
Cerri.
Igual esquema que en el lado del Evangelio pero con una Epifanía

La tercera es la Cappella della Santissima Trinità, un encargo de Pirro


Taro. La decoración, realizada a fines de la década de 1580, se atribuye
a Francesco Bassano el Joven y su taller, con un retablo con un lienzo de
la Santísima Trinidad atribuido al maestro y la Transfiguración y Dios
Padre rodeado de un coro de ángeles sobre en el muro del Evangelio
el Bautismo de Cristo y Abraham y los tres ángelesen el de la Epístola. En
el altar también se conserva un relicario con el brazo derecho del jesuita
polaco san Andrés Bobola, martirizado en 1657 y canonizado en 1939.
Capilla de la Santísima Trinidad

Transfiguración
Bautismo de Cristo

La primera capilla del lado de la Epístola es la Cappella di Sant'Andrea,


que recibe ese nombre porque la iglesia que hubo que demoler para construir
Il Gesù estaba bajo la advocación de san Andrés, protagonista del retablo,
aunque verdaderamente toda la capilla es una exaltación del martirio en un
momento en el que la contrarreforma utiliza este tipo de iconografías como
ejemplo, más, si cabe, en la Compañía.

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