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‘ ‘are GLORIA ANZALDUA fe eee ee Cémo domar una lengua salvaje —yVamos a tener que controlar tu lengua —dice el dentista, sacando todo el metal de mi boca. Pedacitos plateados hacen jplaf! y tintinean al caer en el lavabo. Mi boca es una veta madre. El dentista esta limpiandome las raices. Me llega un tufo mientras respiro con dificultad. —Todavia no puedo taparte ese diente, atin esta drenando —dice él—. Vamos a tener que hacer algo con tu lengua. —Noto la furia subir en su voz. Mi lengua sigue expulsando las tiras de algodén, empujando los tornos, las agujas largas y delgadas—. Nunca he visto algo tan fuerte o tan terco —dice él. Y pienso, gcomo domas una lengua salvaje, la entrenas para que guarde silencio, como Ia embridas y la ensillas? (Como haces para tumbarla? Quitn dice que robar a un pueblo de su idioma es menos violento que la guerra? —Ray Gwyn SMITH a voces © Recuerdo cuando me sorprendieron Lie espaol en g seve me valia tres Teglazos 68 Jos nudillos. Recuerdo gy, 7 al rincon del salon de clases por “contestar” |, ana cuando todo lo que yo intentaba hacg, ciar mi nombre. “Si quieres ser cae ‘American’, Si no te parece, regré A Pi Brésate a recre! me mandaron tra angloameric era decirle cmo pronunt cana, entonces debes hablar México de donde viniste - ; “Quiero que hables inglés. P. hallar un buen trabajo tiene, ue saber hablar el inglés bien. Qué vale toda tu educacién s "me decia mi mamé, mortif, todavia hablas inglés con un ‘accent”” : cada de que yo hablara inglés como una mexicana. En Pan Am University era obligatorio que Yor al igual que todos los estu. diantes chicanos, tomara dos clases de oratoria. Su propésito; quitarnos el acento. Los atentados en contta de la forma de expresién propia con Ia intencién de censurar son una violacién a la Primera Enmienda constitucional de los Estados Unidos. El anglo con cara de inocente nos arrancd la lengua. Las lenguas salvajes no se pueden domar, sdlo se pueden cortar. maes SUPERANDO LA TRADICION DEL SILENCIO Abogadas, escupimos el oscuro. Peleando con nuestra propia sombra al silencio nos sepulta. “En boca cerrada no entran moscas” es un dicho que escuché muchas veces cuando era nifia. Ser habladora era ser una chis- moss y una mentirosa, hablar demasiado, Las muchachitas bien ‘ i . .° sms & tne falta de respeto contestar a la madre en hen ewe de los pecados que solia reci- epiperonnnir ario las pocas veces que me fui a con é a mi madre, hablar pa’ ‘tras, repelar. Hocicona, EMT A ANZALOUA 33 repelona, chi pelona, chismosa, ser una bocona, cuestionat, contar histori cs Sofa de ser una maleriada, En mi cultura todas ells son pee = ras despectivas cuando se aplican a las mujeres: nunce he chado que se les apliquen a los hombre, “— La primera vez que escuché ; ché i ae q se a dos mujeres, una puertorriquefia y : " decir la palabra “nosotras”, me quedé impactada, No sabja que existiera esa palabra. Las chicanas usamos “nosotros” amos j yas amo hombres © mujeres. Nos roban nuestro ser femenino con el plural masculino. El lenguaje es un discurso masculino. Y nuestras lenguas se ban secado el desierto nos ba secado la lengua hemos olvidado el habla. —Trena Kueprisz Aun nuestra propia gente, otros hispanohablantes, nos quie- ren poner candados en la boca. Quisieran reprimirnos con sus reglas de la academia. OYE COMO LADRA: EL LENGUA|E DE LA FRONTERA Quien tiene boca se equivoca. —-DICHO MEXICANO “Pocha, traidora cultural, al hablar inglés estas hablando el idioma del opresor, estas arruinando el idioma espafiol”, me han acusado varios latinos y latinas. El espafiol chicano es conside- rado por el purista y por la mayoria de los latinos como defi- ciente, una mutilacién del espafiol. / Pero el espafiol chicano es una lengua fronteriza que tuvo un

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