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Congresos de las Naciones Unidas

1. Primer Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

Este Primer Congreso de las Naciones Unidas sobre Delito se realizó en 1955 en el ‘Palais
des Nations’, en Ginebra, Suiza. Para entonces, las discusiones giraron en torno a las
graves consecuencias de la recién terminada Segunda Guerra Mundial. Preocupó de
manera especial a los países asistentes la urgencia de crear un sistema de normas y
estándares para el tratamiento de prisioneros. Fueron también, temas predominantes, la
administración de la justicia criminal y la necesidad de encontrar respuestas a la
creciente delincuencia juvenil. Después de una consideración de estándares aprobados
anteriormente por la Liga de Naciones, el Primer Congreso culminó con la adopción del
Acta de Reglas Mínimas para el Tratamiento de Prisioneros.

2. Segundo Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

El Segundo Congreso se llevó a cabo en Londres en 1960 y se dio relevancia a la


delincuencia juvenil. Se trataron, además, otros temas relacionados con las nuevas
formas de delincuencia, sus orígenes, prevención, y tratamiento. Se examinaron,
igualmente, la posibilidad de desarrollar servicios especiales de policía para prevenir
delitos juveniles, el impacto de los medios de comunicación y el papel de los organismos
de planeación nacional de cada país en la prevención del delito.

Un paso importante dado en el Segundo Congreso fue el de haber modificado la


aproximación europea del Primer Congreso, hacia una dirección más amplia que cubriera
las preocupaciones de los países recientemente adheridos al sistema de las Naciones
Unidas. Ello dio lugar a un nuevo análisis sobre la relación entre la prevención del delito y
el desarrollo nacional de cada una de las naciones participantes.

También es importante resaltar la adopción de dos informes cobijados bajo el título


"Prevención de Ciertos Tipos de Delincuencia como Resultado de Cambios Sociales que
Acompañan el Desarrollo Económico de los Países Menos Desarrollados". Estos informes
examinaron la relación entre el nivel de desarrollo socioeconómico y la prevención del
delito.

Tal vez una de las conclusiones más importantes fue haber recomendado que la
problemática de la delincuencia empezara a ser enfrentada a partir de la planeación
racional de las políticas sociales.

3. Tercer Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

El Tercer Congreso se llevó a cabo en Estocolmo, Suecia en 1965, con la idea de analizar
el ambicioso tema de la "Prevención del Delito". Los temas de la agenda incluyeron la
continuación de la discusión sobre el cambio social y la delincuencia, las fuerzas sociales
y la prevención del delito, las acciones comunitarias preventivas, la reducción de la
reincidencia, las políticas aplicables en períodos de prueba, otras medidas especiales de
prueba y el tratamiento de menores y jóvenes delincuentes.
Así mismo fueron examinados los efectos que tiene la urbanización, la opinión pública, la
educación y las migraciones en el incremento de la delincuencia y se concluyó que los
países en vía de desarrollo no deben limitarse a seguir los modelos de la justicia criminal
del mundo industrializado, sino adaptar las experiencias exitosas a sus necesidades
individuales.

4. Cuarto Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

Este Congreso se realizó en Kioto en 1970, bajo el lema de "Delito y Desarrollo". Algunos
de los temas tratados fueron la planeación, desarrollo e incorporación de políticas de
prevención a nivel nacional y la investigación acerca de políticas de defensa social. En
aquella oportunidad los participantes expresaron la necesidad de controlar el delito y de
adoptar medidas de prevención conocidas como ‘políticas de defensa social’. Durante
este Congreso se ampliaron las discusiones sostenidas anteriormente sobre prevención a
nivel comunitario y Japón fue presentado como un ejemplo exitoso en la lucha contra el
delito por su propuesta sobre una estrategia conocida como "intervención cívica". Así
mismo, este Congreso se encargó de investigar, país por país, qué tan efectiva había sido
la implementación del Acta de Reglas Mínimas para el Tratamiento de Prisioneros.
Finalmente, las deliberaciones sostenidas dieron lugar a la reorientación del programa de
Prevención del Delito de las Naciones Unidas y a la subsecuente creación del Comité para
la Prevención y Control del Delito en 1977.

5. Quinto Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

En 1975, año en que se celebró el Quinto Congreso en Ginebra, el número de miembros


de las Naciones Unidas hubo aumentado considerablemente y ello dió pié para que
fueran exploradas las nuevas manifestaciones y dimensiones del delito nacional y
transnacional. Por ello se trataron temas como la violencia, el papel del delito organizado
en empresas aparentemente legales, la delincuencia derivada del tráfico de drogas y del
abuso de alcohol y, el terrorismo. Tras la consideración de estas nuevas realidades, este
Congreso recomendó la adopción de dos documentos importantes que servirían como
pautas para la práctica de la justicia criminal: la "Declaración para la Protección de Todas
las Personas que Puedan Ser Sujetas a Tortura y Otros Tratos Crueles, Inhumanos, o
Degradantes o Castigos", adoptada más tarde por la Secretaría General en la resolución
3452 (XXX) del 9 de diciembre de 1975; y el "Código de Conducta para la Ejecución de
Leyes Oficiales". Se aprobó, así mismo, la Declaración en Contra del Uso de la Tortura,
finalmente adoptada por la Asamblea General en 1987.

Las conclusiones generales se centraron en el papel determinante que las políticas de


justicia social juegan dentro del marco de la prevención del delito y en la importancia de
coordinar los programas de justicia penal con las políticas sociales de nivel nacional.

6. Sexto Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

En 1980, Venezuela se convirtió en el primer país en vía de desarrollo, anfitrión de uno


de los Congresos sobre Delincuencia de las Naciones Unidas. Su tema principal fue "La
Prevención del Delito y la Calidad de Vida". Nuevamente surgió como tema relevante la
delincuencia juvenil, la aplicación de sanciones a delincuentes juveniles y la creación de
una justicia social para niños. Producto de este Congreso fue la Declaración de Caracas,
en la que se hizo una detallada compilación de la información sobre delito enviada por 65
Estados miembros de las Naciones Unidas. Este estudio reveló que la gran mayoría de los
países, tanto desarrollados como en vía de desarrollo, estaban siendo afectados por una
escalada de violencia y delincuencia, que el delito estaba presentando nuevas formas y
dimensiones, y por lo tanto, que las medidas tradicionales de prevención y control eran
obsoletas. Ante ello, las recomendaciones formuladas en materia de delincuencia juvenil
se pueden resumir así: la necesidad de una mayor participación por parte de la
ciudadanía para la prevención de delito, el mejoramiento de las estadísticas relacionadas
con delitos y delincuentes, y la erradicación de la práctica de ejecuciones extra-legales.
La Declaración de Caracas se convirtió en el primer documento que permitió relacionar la
prevención del delito con el amplio espectro de preocupaciones sociales. Se hizo énfasis,
igualmente, en que el éxito del sistema de justicia penal y de las estrategias de
prevención del delito dependían, en gran medida, del progreso de las condiciones
sociales y el mejoramiento de la calidad vida de todos los ciudadanos.

El Grupo de Expertos de Latinoamérica y el Caribe en Política Penal y de Desarrollo,


contribuyó con la presentación de un informe innovador que respondía a la pregunta de
cuáles conductas deberían ser consideradas como delitos y cuáles no. El Grupo Laboral
de Expertos expuso la necesidad de dar un mayor alcance a los códigos y leyes
criminales proponiendo penalizar las acciones premeditadas que afectaran las riquezas
naturales y el bienestar nacional y recomendó la creación de un cuerpo encargado de
asegurar la cooperación internacional de cada uno de los países miembros.

7. Séptimo Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

El tema particular de este Congreso, realizado en Milán en 1985, fue la "Prevención del
Delito para la Libertad, Justicia, Paz y Desarrollo". El Octavo Congreso fue autor del Plan
de Acción de Milán, en donde se expresó la necesidad de brindar una respuesta concreta
que permitiera abordar los factores socioeconómicos de los que se deriva la delincuencia.

Además del Plan de Acción de Milán, este Congreso también aprobó cinco instrumentos
internacionales que marcaron nuevos estándares: "Guía de Principios para la Prevención
del Delito y la Justicia Penal dentro del Contexto del Desarrollo", "Acta de Reglas Mínimas
de las Naciones Unidas para la Administración de la Justicia Juvenil", "Declaración de
Principios Básicos de Justicia para Víctimas de Delitos y Abuso de Poder", "Principios
Básicos para la Independencia de la Rama Judicial", y "Acuerdo Modelo para el
Intercambio de Prisioneros Extranjeros y Recomendaciones para el Tratamiento de
Prisioneros Extranjeros".

8. Octavo Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

El Octavo Congreso se reunió en el Palacio de Convenciones de La Habana, Cuba en


1990, bajo el lema de "Prevención del Delito Internacional y la Justicia Penal en el Siglo
Veintiuno". En aquella oportunidad, además de la agenda tradicional, se incorporaron
nuevos temas como el robo de tesoros arqueológicos, el desecho de basuras y
contaminantes en los océanos, el incremento del comercio internacional de drogas, las
conexiones fatales entre el abuso de drogas y el contagio de SIDA en las cárceles, las
nuevas técnicas de aplicación de la ley y la utilización de redes de sistemas para el
intercambio de información penal.
Al finalizar el Congreso se adoptaron un Tratado Modelo sobre Transferencia en la
supervisión de delincuentes sentenciados condicionalmente o puestos en libertad de
manera condicional; unas Reglas Mínimas Estándar para la aplicación de medidas que no
implican custodia del delincuente; unos Principios Básicos para el tratamiento de
prisioneros; otros principios básicos para el uso que los funcionarios encargados de hacer
cumplir la ley hacen de la fuerza y las armas; y unos Lineamientos que guíen la actividad
de los fiscales y abogados. Así mismo, se sugirió la elaboración de tratados modelo sobre
extradición, asistencia judicial, intercambio de delincuentes, y Prevención de Delitos que
atenten contra las herencias culturales de la humanidad; y se recomendó a la Asamblea
General, la adopción de una Guía para la Prevención de la Delincuencia Juvenil y Reglas
para la Protección de Jóvenes Privados de su Libertad.

De gran valor fueron también las resoluciones diseñadas en temas tan diversos como la
computarización de las operaciones de justicia penal, la violencia doméstica, el uso de
niños como instrumentos para actividades criminales, el papel de las leyes criminales en
la protección el medio ambiente y la naturaleza, la corrupción de los gobiernos, y las
medidas para prevenir el contagio de prisioneros con el virus del SIDA. Así mismo, se
elaboró una lista de otras preocupaciones particulares, que incluían la violación de
tratados internacionales, el abuso de inmunidad diplomática, la falta de regulación
internacional sobre el tráfico de armas, los inadecuados mecanismos internacionales para
la resolución pacífica de conflictos y las violaciones contra los derechos humanos.

Finalmente, las conclusiones plantearon el eventual remplazo del Comité para el Control
y la Prevención del Delito por la nueva Comisión para la Prevención del Delito y Justicia
Penal.

9. Noveno Congreso sobre la Prevención del Delito y el Tratamiento de


Delincuentes

Celebrado en El Cairo, Egipto en 1995. En ésta ocasión se acordaron nuevas medidas para
combatir el terrorismo, los crímenes ecológicos, la violencia contra de la mujer y la corrupción de
funcionarios públicos, así como para aprehender a los sindicados de delitos internacionales.

En una de sus resoluciones, el Congreso instó a los Gobiernos, facilitar las investigaciones sobre
delito transnacional mediante mecanismos como la extradición, el intercambio de pruebas y la
cooperación para localización de personas. Se hizo también un llamado para que se crearan leyes
más estrictas en cuanto al registro de vehículos con el fin de combatir eficientemente el tráfico
de autos robados.

Igualmente relevante fue el diseño de una resolución en la cual se instó a los Estados a tomar
medidas urgentes encaminadas a restringir el tráfico de armas y regular su porte a nivel interno.
Todo ello, en respuesta a una preocupación sobre la participación del crimen organizado en el
tráfico de armas. Una resolución más, hizo un fuerte llamado a los Gobiernos para que adoptaran
leyes en contra de actos de violencia contra la mujer y sancionaran el abuso sexual y la violencia
familiar.

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