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La dignidad humana: fundamento de

los derechos humanos


Human dignity: a foundation for human rights
Juan David Velásquez Monsalve*

Resumen
La reflexión sobre el fundamento de los derechos humanos ciertamente no es fácil. A lo complejo y delicado
del tema se le suma la cantidad de cosas que se han dicho. Parece inútil hablar sobre la necesidad de
fundamentar los derechos humanos, no solo por todo lo que se ha escrito, sino además porque muchas
corrientes actuales de pensamiento abogan por desechar cualquier tipo de fundamentación: ¿Para qué
entonces hablar de fundamento si este no existe?
La desconfianza y la desilusión frente a la razón, consecuencia de su endiosamiento por los pensadores
racionalistas del siglo XVI, llevan a sostener, que el ser humano no puede conocer y no puede fundamentar
nada, pues en definitiva todo se sostiene en el consenso y en la decisión de la mayoría. Ante tal postura, se
hace necesario afirmar y tratar de demostrar lo contrario: el ser humano tiene la capacidad de conocer,
de llegar a la verdad y de descubrir el fundamento de las cosas. La reflexión sobre el fundamento de
los derechos humanos es una tarea urgente para todos aquellos que buscan la real protección del ser
humano, de sus derechos fundamentales y de su dignidad.

Palabras clave: Derechos humanos, dignidad humana, dignidad intrínseca, persona humana, funda-
mento del derecho.
Human dignity: foundation of human rights

* Abogado.Docente. Universidad Católica de Oriente. A.A. 008. Rionegro (Antioquia), Colombia. E-mail: juandvelasquezm@gmail.com

Recibido: 24 de junio 2010 Revista Universidad Católica de Oriente l N.º 31 l PP. 73-82
73 Aprobado: 26 de octubre 2010 Enero-Junio 2011 l Rionegro - Antioquia - Colombia
Juan DavidVelásquez Monsalve

Abstract
The reflection concerning human rights is certainly not easy. Besides being a delicate and complex matter,
one also has to consider the amount of things that have been said concerning this subject. It seems useless
to talk about the need of giving a foundation to human rights, not only because all the things that have
been written about it, but because a lot of currents of thought defend the posture that refuses any type
of foundation: why, then, could we talk about a ground for human rights, if such a basis does not exist?
Mistrust and frustration towards reason —as a consequence of deifying reason by 16th century rationalist
thinkers— lead us to believe human beings are unable to know or understand or explain anything, for
everything finds its explanation in consensus and the decisions taken by the majorities. Facing such a
declaration, it is evident the need to state the opposite: human beings have the ability to know and under-
stand, to reach truth and discover the foundation and essence of things. The reflection concerning human
rights is an urgent task to all who seek an authentic protection for humankind, its rights and its dignity.

Key words: Human rights, human dignity, intrinsic dignity, human person, foundation of right.

1. ¿Es necesaria una reflexión sobre como fundamento del orden político y de la
el fundamento de los derechos paz social” (España, 1978). En la misma línea,
la constitución francesa proclama su “adhesión
humanos? a los derechos humanos y a los principios de la
Es opinión de algunos que de poco sirve
soberanía nacional tal y como fueron definidos
preocuparse por reflexionar acerca del funda-
por la Declaración de 1789, confirmada y com-
mento de los derechos humanos, básicamente
pletada por el Preámbulo de la Constitución de
porque ya están “más que fundados” en la De-
1946”. Y la constitución sudafricana, redactada
claración Universal de los Derechos Humanos
después de abolido el apartheid, funda su esta-
de 1948 (ONU, 1948), sin contar los muchos
do soberano y democrático sobre los valores
documentos internacionales que versan sobre
de “dignidad humana, el logro de la igualdad
estos derechos. De manera que el problema de
y la promoción de los derechos humanos y la
la fundamentación sería una cuestión innecesa-
libertad”. Podríamos seguir citando las consti-
ria, pues aparte de lo anterior basta darle una
tuciones de los más diversos estados y el resul-
mirada a las constituciones políticas del siglo
tado sería muy parecido: la dignidad humana y
XX para reconocer como uno de sus rasgos
los derechos humanos como bases del Estado
más importantes la elevación de la dignidad
y del orden jurídico.
del hombre a principio fundamental. Así, por
Sin embargo, a pesar de este reconocimiento
ejemplo, la Constitución Política de Colombia
de la dignidad humana y de los derechos hu-
de 1991 reconoce como principio fundamen-
manos, no se puede afirmar que ahondar en la
tal que Colombia se constituye en un Estado
fundamentación de tales derechos sea cuestión
social de derecho “fundado en el respeto de
de poca monta ni que la reflexión sobre este
la dignidad humana” (República de Colombia,
tema esté superada. Compartiendo el parecer
1991, artículo 1º). Igualmente, la constitución
de la doctora Ilva Myriam Hoyos, podríamos
española de 1978 establece: “La dignidad de la
afirmar que esta superación es ilusoria, como lo
persona, los derechos inviolables que le son in-
explica a continuación:
herentes, el libre desarrollo de la personalidad, Porque no puede decirse que la reflexión
el respeto a la ley y a los derechos de los demás” sobre el fundamento, en cuanto de índole

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filosófica, sea innecesaria ni que sobre ella no desde una perspectiva filosófico-jurídica. Con-
pueda ni deba volver a plantearse pregunta siderar a la persona y la dignidad humana como
alguna [...] Es cierto que el hecho de estar términos vacíos, carentes de significado real,
puesto el fundamento en la norma presupone y que por lo tanto pueden ser “llenados” de
una respuesta a la pregunta por la legitimación diversa manera según la ideología dominante,
y la racionalidad del derecho y no elimina sino
es consecuencia directa del relativismo actual,
que, por el contrario, implica una reflexión por
que se reconoce en la incapacidad para funda-
su porqué: argumentar porqué esa realidad
objetiva, al estar puesta en la norma, es el mentar sólidamente el pensamiento. Aunque
fundamento real. El hecho de que el funda- con conclusiones que no comparto, Norberto
mento esté puesto en la norma no explica Bobbio hizo referencia a esta “crisis de funda-
la razón de su obligatoriedad, porque si ésta mento” diciendo:
se explicara por sus positividad, se incurriría Que exista una crisis de los fundamentos es
en una verdadera falacia, la falacia positivista innegable. Es necesario ser consciente de
(Hoyos, 2005, p. 129). ella, pero no intentar superarla buscando otro
No es razón suficiente para pretender clausurar fundamento absoluto para sustituir el perdido.
el debate sobre la fundamentación de los dere- Nuestra tarea, hoy, es mucho más modesta pero
chos humanos argüir que su consagración posi- también más difícil. No se trata de encontrar
el fundamento absoluto —empresa sublime
tiva hace innecesario el asunto. Al fin y al cabo
pero desacertada— sino, cada vez, los varios
dicha consagración ha sido fruto del consenso
fundamentos posibles. Sin embargo, también
de una época determinada. Así como en la ac- esta investigación de los fundamentos posibles
tual constitución sudafricana se consagra positi- —empresa legítima y no como la otra destinada
vamente la dignidad humana sin importar la raza al fracaso— no tendrá ninguna importancia
de sus habitantes, no podemos olvidar que hace histórica si no es acompañada por el estudio
tan solo unos pocos años el apartheid era una evi- de las condiciones, de los medios y de las
dencia de lo contrario; por tanto, la posibilidad situaciones en las que este o aquel derecho
de que por consenso la dignidad humana de un puede ser realizado. Tal estudio es la tarea de
determinado grupo humano en un futuro sea las ciencias históricas y sociales.
irrespetada no es algo alejado de la realidad. El problema filosófico de los derechos
Fundamentar los derechos humanos no está humanos no puede ser disociado del estudio
de los problemas históricos, sociales, econó-
de más, no es algo superfluo ni mucho menos
micos, psicológicos, inherentes a su propia
irrisorio; al contrario, es una reflexión de gran
realización: el problema de los fines y de los
importancia y nunca pasada de moda. Aún más, medios. Esto significa que el filósofo no está
podríamos afirmar más bien que “la constan- solo. El filósofo que se obstina en permanecer
te violación de los derechos humanos es una solo termina por condenar a la filosofía a la
manifestación evidente de la falta de difusión esterilidad. Esta crisis de los fundamentos es
de esas pretendidas convicciones generales o, también un aspecto de la crisis de la filosofía
lo que es peor, de una postura que considera (Bobbio, 1966).
a la persona y la dignidad humanas como tér- Para Bobbio, entonces, la crisis del fundamento
minos equívocos, carentes de significado” (Ho- de los derechos humanos de ninguna manera
yos, 2005, p. 132). De ahí que la temática del debe ni puede solucionarse buscando un funda-
fundamento de los derechos humanos sea una mento absoluto. Tal posición, sin embargo, por
cuestión que debe ser abordada urgentemente más actual que parezca nos lleva a una inmensa

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contradicción, pues ¿cómo proclamar la exis- de la tolerancia (mal entendida) se vende como
tencia de un grupo de derechos que son para principal valor de nuestra sociedad, la reflexión
todos los humanos y, por ende, universales, si sobre el fundamento de los derechos humanos
se los supedita a variables como los fines y los no solo es conveniente, sino que se presenta
medios? Lo que sigue a la lógica de Bobbio es como una responsabilidad ineludible.
dejar a los derechos a merced del consenso y
al arbitrio del pacto, que, como la historia nos 2. ¿Qué se entiende por
muestra, puede prestarse para múltiples abusos. fundamentar?
Frente a esto, muy acertadamente el profesor Etimológicamente, fundamento proviene de
argentino Carlos Ignacio Massini Correas se la palabra latina fundamentum, que aunque al
pregunta: comienzo solo hacía referencia al cimiento o
¿Cuál sería la función ético-jurídica de unos
soporte de una construcción cualquiera, pos-
derechos “débiles”, no absolutos y fácilmente
sobrepasables por consideraciones de utilidad
teriormente fue trasladando su sentido físico al
o conveniencia? —Y responde— Es bien orden ético, y de esta manera pasó a significar
claro que unos derechos considerados desde también “el principio que otorga justificación
el principio como meramente relativos y racional a una afirmación, a un razonamien-
subordinados en su exigibilidad a conside- to, una ley o una institución”, es decir, a las
raciones de diverso tipo tienen muy pocas razones que sostienen intelectualmente a una
posibilidades de ser tomados en serio por afirmación o grupo de afirmaciones. Según
aquellos a quienes se dirige el reclamo de su el diccionario de la Real Academia Española,
cumplimiento. Por más giros retóricos que se por fundamento se entiende el “principio o ci-
utilicen, si finalmente el proceso justificador miento en que estriba y sobre el que se apoya
de los derechos termina en un principio un edificio u otra cosa”. Esta noción tiene dos
dependiente o subordinado, existen pocas
aspectos que vale la pena señalar: uno de ca-
razones —en rigor ninguna— que puedan
constreñir justificadamente al sujeto obligado
rácter más estático: servir de apoyo y otro más
a llenar los contenidos de los derechos, sobre dinámico: base sobre la cual se construye un
todo cuando ello contraría sus intereses más edificio. Ambos aspectos son muy sugerentes
inmediatos. Esto explica claramente el porqué cuando de fundamentar los derechos humanos
de la absolutidad con que se presentan los se trata; por un lado, se busca una “piedra angu-
derechos en el discurso sobre este tema, y ello lar” sobre la cual se puedan apoyar, y por otro,
no sólo en los textos de las declaraciones, sino el aspecto dinámico al que nos remite la defini-
también en el lenguaje cotidiano (Massini, ción nos muestra que esa construcción del edi-
2005, p. 136). ficio exige siempre una acción, en nuestro caso
Para que los derechos humanos no se convier- una búsqueda constante y un esfuerzo decidido
tan en meros edictos revocables y manipulables de preguntarnos el porqué y el para qué. Por
es necesario afirmarlos en bases sólidas y pe- esta razón, la pregunta por el fundamento es
rennes. En nuestra época de crisis del funda- una cuestión siempre vigente.
mento y de la filosofía, como la llamó Bobbio, Cuando hacemos referencia al fundamento de
de crisis de la metafísica y del ser, donde lo úni- los derechos humanos, de lo que se trata es de
co absoluto que se defiende es el relativismo, encontrar ciertas afirmaciones o principios que,
donde el mal y el bien han pasado a depender en razón de aparecer como evidentes o directa-
de la opinión y del gusto de cada cual y don- mente cognoscibles, justifiquen racionalmente,

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por la vinculación lógica necesaria con ellos, las unos derechos que aparecen como absolutos e
afirmaciones acerca de la existencia y la exten- inviolables?; ¿qué principio justifica que a los
sión de los derechos humanos. Dicho de otro seres humanos se les reconozca una serie de
modo, y: prestaciones sin más título que el de pertenecer
recurriendo a la analogía originaria entre los al género humano?
cimientos y la construcción, el proceso de fun- ¿Será posible fundamentar los derechos huma-
damentación consiste en establecer, partiendo nos en posturas relativistas e inmanentes? A
del supuesto de la casi universal aceptación de esta pregunta, muchos juristas y filósofos del
la existencia de algo denominado “derechos derecho han respondido afirmativamente. Así,
humanos” —que jugarían en la analogía el
durante los siglos XIX, XX y lo que va del XXI
papel de la construcción— la ubicación y la
calidad de los cimientos, así como su aptitud
son numerosas las corrientes que han pretendi-
para soportar — en este caso racionalmente do (infructuosamente, a mi parecer) fundar los
— el edificio conceptual de los derechos derechos humanos en teorías positivistas, rela-
humanos (Massini, 2005, p. 131) tivistas y contrarias a la posibilidad de la exis-
o en palabras de Mauricio Beuchot: “funda- tencia de fundamentos verdaderos, objetivos,
mentar los derechos humanos puede implicar cognoscibles o con algún sustento en la reali-
por lo menos contestar dos preguntas: a) por- dad. Se enunciarán en este trabajo, de manera
qué los aceptamos para cumplirlos y porqué muy escueta, algunas de estas propuestas:1
esos y no otros; b) en qué presupuestos mo- a. Corrientes utilitaristas: la moral utilitarista
rales o éticos, epistemológicos y hasta ontoló- fue desarrollada primero por Jeremías Bentham
gicos descansa su aceptación” (Beuchot, 1999, y luego por John Stuart Mill. Ellos sostuvieron
p. 23). En resumidas cuentas: ¿qué es lo que se que el fin de todas las aspiraciones del hombre
“debe” respetar incondicionalmente y en justi- es el placer y que lo bueno es lo que es útil y nos
cia en todo hombre? y por otro lado, ¿por qué proporciona placer. Las corrientes utilitaristas
se “debe” hacerlo? pretenden fundar los derechos humanos en su
Tenemos, entonces, que fundamentar el de- utilidad, ya sea la personal o la de la mayoría.
recho en general o los derechos humanos en b. Corrientes subjetivistas e individualistas:
particular significa “determinar la realidad en fundan los derechos humanos en la posibilidad
la que se sustentan y respecto de la cual se de elaborar y realizar “planes” o “proyectos”
hace exigible su reconocimiento. Es interro- de vida de manera autónoma, quedando su
garse de manera análoga por el mismo ser de contenido librado en absoluto al arbitrio
los derechos humanos por su porqué y su para puramente subjetivo de cada individuo. Uno de
qué; es relacionar el fundamento con lo fun- los principales exponentes de estas ideas fue el
damentado” (Hoyos, 2005, p. 156); o también, alemán Friedrich Nietzsche, quien oponiéndose
dicho de otro modo, al tratar de fundamentar a las corrientes igualitarias, humanistas y
los derechos humanos no hacemos otra cosa democráticas afirmó su pensamiento en la
que esforzarnos por responder: ¿cuál es la ra- individualidad poderosa, rechazó la ética
zón por la cual debemos respetar los derechos kantiana del deber, la ética utilitarista, así como
de otros?; ¿por qué todos los hombres tienen la moral cristiana, y sostuvo que lo bueno era

1 Esta breve exposición está basada en la hecha por el profesor Massini (2005, pp. 149-150).

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únicamente la vida sana, fuerte, impulsiva y con elemento relativo que proponen como base para
voluntad de dominio. Nietzsche, al parecer de “fundar” los derechos. Entre ellos encontramos
Julián Marías distingue dos tipos de moral: a Robert Nozick, quien como representante de
La moral de los señores es la de las indivi- la postura relativista sostiene, como lo señala
dualidades poderosas, de superior vitalidad, Luis Fernando Figari, “todo es punto de vista”,
de rigor para consigo mismas; es la moral todo es doxa (opinión) y nada es epistéme
de la exigencia y de la afirmación de los (conocimiento) y por lo tanto no existe verdad
impulsos vitales. La moral de los esclavos, absoluta alguna (claro está, salvo la verdad
en cambio, es la de los débiles y miserables, absoluta de que todo es relativo). Luis Figari
la de los degenerados; está regida por la falta (1988) se opone a este punto de vista y sostiene
de confianza en la vida, por la valoración de que para este intelectual de Harvard: “el discurso
la compasión, de la humildad, de la paciencia, orgánico y probatorio que busca expresar un
etc. Es una moral, dice, de resentidos que se pensamiento como verdadero y contundente es
oponen a todo lo superior y por eso afirman
calificado como “poseedor de una coercitividad”
todos los igualitarismos (Marías, 1968, p. 353).
que resulta semejante metafóricamente a los
c. Corrientes consensualistas: estas corrientes gritos violentos y descorteses que se lanzan
se esfuerzan por justificar racionalmente dos interlocutores debatiendo” (Figari, 1988,
los derechos mediante distintas formas de p. 17). Otro conocido representante de esta
consenso. Estos consensos pueden ser: el de corriente es el italiano Gianni Vattimo, profesor
un “auditorio universal” como el planteado de la universidad de Turín, quien ha acuñado
por el filósofo del derecho de origen polaco la categoría de “pensamiento débil” (pensiero
Chaïm Perelman, creador de la llamada “nueva debole). Vattimo defiende la desarmonía entre
retórica” y quien sostenía que como lo razonable el ser y el mundo objetivo, pues para él lo
va cambiando de acuerdo a determinadas verdadero no posee una naturaleza metafísica ni
sociedades y épocas, el consenso al que se llega ontológica, sino tan solo retórica.
debe ser fruto no de una verdad pura, sino de una e. Corrientes procedimentalistas: sostienen la
verdad social. Otro de estos consensos es el de viabilidad de una fundamentación estructurada
“la comunidad de naciones civilizadas” sostenido sobre la única base de ciertas reglas del
por Norberto Bobbio, así como el planteado por razonamiento práctico, sin referencia alguna a
Jürgen Habermas, que es el que resulta de una puntos de partida o principios extradiscursivos.
“acción comunicativa libre de dominio”, realizada Entre los defensores de estas posturas tenemos
en la situación ideal de diálogo. De acuerdo a John Rawls y a Carlos Santiago Nino.
con esta concepción idealizada del lenguaje y la Muy agudamente, Massini evidencia la incapaci-
comunicación, Habermas supone que el acuerdo dad de estas corrientes para justificar los derechos
al que llega todo diálogo tiene por sí mismo la humanos, señalando que la única manera cohe-
capacidad de llevar a la verdad de los asuntos que rente como estas posturas pueden pronunciarse
son materia de discusión. en la defensa de los derechos sería estableciendo
d. Corrientes relativistas: defienden la justificaciones relativas, como las siguientes:
posibilidad de fundamentar los derechos de Todo hombre tiene derecho a no ser torturado
manera meramente provisional o “débil”. En si existe —y mientras exista— un consenso al
última instancia, lo que une a estos autores respecto”; o bien: “Todo hombre tiene derecho
relativistas es su rechazo radical a todo tipo de a no ser muerto si —y en la medida en que—
objetivismo ético, diferenciándose entre sí en el ello haya sido establecido por un estado de-

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mocrático de derecho”; o bien: “Todo hombre Munich, tiene un ensayo muy sugerente sobre
tiene derecho a formar una familia si —y sólo este tema titulado “Sobre el concepto de dig-
si— ello resulta conveniente para la utilidad del nidad humana”. En dicho ensayo, el profesor
mayor número”; o bien: “Todo hombre tiene Spaemann, entre otras cosas, afirma lo siguiente:
el derecho de ejercer su capacidad cognoscitiva En la discusión acerca de la fundamentación
si ello se sigue del estado actual de las fuerzas de los derechos humanos tenemos que
productivas”, y así sucesivamente. Pero es bien ocuparnos de una alternativa que parece
claro que unos derechos fundados de ese modo insuperable. Para unos, los derechos humanos
son entendidos como una reivindicación
no pueden ser “tomados en serio” ni ser consi-
que corresponde a cada hombre en razón
derados como “cartas de triunfo”, frente a las
de su ser, de su pertenencia a la especie
pretensiones del poder político o del resto de homo sapiens, es decir, de una determinada
los factores de poder social, ni proclamados — actualización de características propias a partir
como lo hacen las declaraciones de derechos de la naturaleza. Para otros, los derechos
del mundo contemporáneo— como propios humanos son reivindicaciones que nosotros
de todos los hombres y en todo tiempo y lugar nos concedemos recíprocamente gracias a
(Massini, 2005, p. 151). la creación de sistemas de derechos, con lo
El comentario del profesor argentino evidencia cual depende del arbitrio del creador de tal
con sencilla claridad lo que en ocasiones se hace sistema de derecho en qué consistan estos
difícil ver detrás de los extensos y muchas veces derechos y cómo se delimite el ámbito de
no claros argumentos esgrimidos por quienes las reivindicaciones legítima, es decir, quién
pretenden fundar los derechos humanos en es hombre en el sentido de la ley y quién no
(Spaemann, 1999, p. 89).
posturas que como hemos visto —y obviamen-
El problema que señala el catedrático berlinés
te sin querer juzgar ninguna de las intenciones
versa entonces sobre la siguiente antinomia: Los
con que han sido planteadas— son incapaces
derechos humanos encuentran su fundamento y
de lograrlo, pues en la práctica no solo resul-
nos corresponden en razón de nuestro ser, o nos
tan poco convincentes y nada coherentes, sino
son concedidos por otros de manera arbitraria.
que además evidencian su fragilidad intrínseca
En esta discusión el iusnaturalismo optará por
y su gran incapacidad de proteger real e inte-
la primera opción, mientras que el iuspositi-
gralmente no al “individuo” abstracto de los
vismo preferirá la segunda. Para Spaemann,
libros, sino a la persona humana, a la que sufre
si no se fundamentan los derechos humanos
los abusos, a la que se le vulneran sus derechos
en el ser, es decir, sin la “pre-positividad” que
fundamentales, a la que se le niega lo que le es
implican, no tiene ningún sentido hablar de
suyo y lo que en justicia le pertenece.
derechos humanos, porque un derecho que
puede ser anulado en cualquier momento por
3. La dignidad humana y el aquellos mismos para los que ese derecho es
fundamento de los derechos fuente de obligaciones, “no merecería en abso-
humanos luto el nombre de derecho. Los derechos hu-
manos entendidos de modo positivista no son
3.1 El fundamento de los otra cosa que edictos de tolerancia revocables”
derechos humanos (Spaemann, 1999, p. 90).
El catedrático alemán Robert Spaemann, quien Podemos afirmar que el cimiento de todo el
fuera profesor de filosofía de la universidad de edificio de los derechos humanos se encuentra

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en el ser, es decir, en la dignidad de la persona desde la perspectiva del respeto y de la valora-
humana. En relación con ello el profesor Mas- ción moral eminente y única que implica. Esta
sini Correas sostiene también que la “razón, vinculación de la dignidad y lo “ontológico” es
causa o fundamento radica en la especial digni- indispensable para no confundirla con la noción
dad personal que compete a todo hombre, que funcional de dignidad, aquella que la persona
lo hace acreedor, sólo por esa dignidad, a un tiene en virtud a la eminencia de un cargo, es
cierto respeto y colaboración por parte de los decir, la que hace referencia a quien tiene un es-
demás sujetos” (Massini, 2005, p. 133). Se hace pecial merecimiento por los papeles o funciones
entonces necesaria una reflexión sobre lo que que desempeña o por las acciones que realiza en
significa “dignidad humana”. la sociedad. Así, por ejemplo, “se habla de las
dignidades que corresponden a un hombre que
3.2 Diversas maneras de entender la ostenta la máxima magistratura del Estado. Su
dignidad humana merecimiento frente a otros se explica porque
Ya habíamos señalado que el término “digni- posee unos méritos que lo hacen digno del oficio
dad humana” no puede ser una expresión “va- que le otorga la sociedad” (Hoyos, 2005, p. 162).
cía” con posibilidad de ser “rellenada” al antojo La dignidad vinculada al ser nos permite tam-
de la ideología más fuerte ni por la corriente de bién diferenciarla de la noción kantiana de dig-
pensamiento que esté de moda. Hablar de “dig- nidad ligada a cierta autonomía; por esa auto-
nidad humana” nos remite a esa perfección en nomía, el ser racional se convierte en legislador
el ser humano que supone una cierta superio- universal, no en virtud de ningún motivo prác-
ridad, un rango eminente y un mérito especial. tico o en vista de algún provecho futuro, “sino
Como ilustra Massini: por la idea de la dignidad de ser un ser racional,
Este término, que tiene sus orígenes en la el cual no obedece a ninguna otra ley salvo la
palabra latina dignitas, se relaciona “con las que se da simultáneamente él mismo” (Hoyos,
nociones de “respeto”, de ser “merecedor 2005, p. 165). De esta manera, la dignidad hu-
de” o “acreedor a” ciertas prestaciones, como mana de la que hablamos cuando buscamos
cuando se calificaba a alguien como summa
fundar sólidamente los derechos humanos será
laude dignus, queriendo significarse que era
aquella que tiene cada persona por el hecho de
acreedor a, o merecedor de, los mayores
elogios. Esto explica que a esa perfección
ser tal, sin necesidad de ningún adjetivo extra.
o superioridad de la persona humana se En consecuencia, cuando decimos que la dig-
vinculará, ya desde el origen de la palabra, nidad tiene una referencia directa e indesliga-
la noción de que algo le es debido al sujeto ble del ser, estamos asumiendo lo que afirma el
humano en razón de esa misma superioridad profesor Chávez-Fernández:
(Massini, 2005, p. 134). Todo ser humano es ontológicamente digno
La dignidad nos remite a cierta excelencia que al ser teleológicamente libre, al ser criatura
posee el ser humano por encima de los demás relacional, perfectible y teologal desde sus dina-
seres del universo y sobre la cual descansa un mismos de permanencia y de despliegue, al ser
dueño y deudor, y en tanto tal —como veremos
“catálogo” de cosas que le son debidas por el
enseguida— sujeto, por naturaleza, de derechos
solo hecho de pertenecer al género humano.
naturales, de cosas justas naturales. La dignidad
Hablar de dignidad humana como lo venimos humana, manifestación de su condición ontoló-
haciendo, es decir, referida al ser, manifiesta la gica personal, puede ser aprehendida, sin duda,
condición ontológica de cada persona humana, por la razón natural. La experiencia universal e

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histórica —a veces crítica— del valor singular de persona física y moral tiene derecho al respeto
la vida humana y de su despliegue así lo atestigua de sus bienes” y que “nadie puede ser privado
(2006, pp. 383-401). de su propiedad”. Es muy diciente el uso de
Podemos decir entonces que la dignidad hu- los adjetivos cuantificadores “toda” y “nadie”
mana no es otra cosa que la condición onto- que suponen e indican que esos derechos son
lógica de la persona vista desde la perspectiva universales y, por lo tanto, que no son, por
de su singular valor moral. Por esta condición principio, excepcionables. Y así sucesivamente
todo ser humano es dueño de sí —titular de sus podríamos citar muchos más documentos en
derechos—, y por esta razón, moral y jurídica- los que se afirma con total claridad que los
mente deudor de los derechos de los demás. derechos humanos son absolutos.
Por otro lado, también la evidencia existencial
El carácter absoluto de la dignidad nos muestra que todos aquellos que reclaman
humana por la violación de un derecho humano lo ha-
En la Suma Teológica, Santo Tomás de cen con la seguridad de que lo que se les debe
Aquino afirmó que “la dignidad es algo o se les hubiera debido les corresponde inex-
absoluto y pertenece a la esencia” (I, q. 42, cusablemente y no solo de modo condicional
a.4). Dicha postura, un tanto escandalosa o relativo. En otras palabras, “que el derecho
para nuestro tiempo, es posible sostenerla aún que alegan es, supuesto que se den todos los ex-
a pesar de las voces en contra. Los derechos tremos requeridos para su titularidad, exigible
humanos tienen un carácter absoluto, es sin excepción alguna” (Massini, 2005, p. 135)
decir, exigen una observancia sin excepción. y dicha actitud se ve tanto en quienes afirman
Tal afirmación rechazada de plano por los la absolutidad de los derechos humanos como
relativistas es corroborada cuando de manera en los relativistas más recalcitrantes. Frente a
imparcial y desapasionada se analizan los más esto, se puede decir, que no se puede preten-
importantes documentos modernos sobre los der que unos derechos que se plantean como
derechos humanos. Así, en el preámbulo de la “absolutos” —en el sentido de “inexcepciona-
Declaración de independencia de los Estados bles”—, tengan una fundamentación última y
Unidos de Norteamérica se dice “que todos definitiva en un principio “excepcionable”, en
los hombres son creados iguales; que son consecuencia, la argumentación justificadora
dotados por su Creador de ciertos derechos de derechos que se presentan como absolutos
inalienables; que entre éstos están la Vida, la no puede sino originarse en una proposición
Libertad y la búsqueda de la Felicidad”, en la —en este caso, en un principio normativo—
Declaración de los Derechos del Hombre y del de carácter absoluto, es decir, no excepcionable
Ciudadano se habla de los “derechos naturales, y universalmente válido y esto es así, agrega el
inalienables y sagrados del hombre”, ya hemos profesor Massini:
visto que en la Declaración Universal de los en virtud de una regla lógica universalmente
Derechos Humanos se afirma que “la libertad, aceptada, según la cual la conclusión de un
razonamiento válido no puede ser más “fuerte”
la justicia y la paz en el mundo tienen por base
que las premisas” y lo ejemplariza diciendo que
el reconocimiento de la dignidad intrínseca
“de este modo, v. gr., de la premisa mayor “las
y de los derechos iguales e inalienables de
tormentas que viene del sudoeste generalmente
todos los miembros de la familia humana”, tren lluvia” y de la menor “esta tormenta viene
para finalizar, en el Protocolo Adicional a la del sudoeste”, no puede seguirse “esta tormenta
Convención Europea, se declara que “toda traerá (implícito: “necesariamente”) lluvia”,

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Juan DavidVelásquez Monsalve
sino sólo la afirmación “esta tormenta traerá Legislacion/1445.pdf [Consultado: 11 de
probablemente lluvia; en este caso, el carácter octubre de 2011].
probable de la mayor traslada ese carácter a la España (1978). Constitución española de 1978
conclusión del razonamiento (2005, p. 137).
[en línea]. Disponible en: http://es.wikisource.org/
Para concluir podemos también afirmar que la wiki/Constituci%C3%B3n_espa%C3%B1ola_
dignidad humana es absoluta, porque el ser hu- de_1978/T%C3%8DTULO_I:_De_los_
mano es un todo y porque la persona es un fin
derechos_y_deberes_fundamentales [Consultado:
en sí misma, no un simple medio para lograr
11 de octubre de 2011].
algo. Así mismo, dice Javier Hervada, la digni-
dad absoluta es: Estados Unidos de América (1776).
Una condición propia e inherente del ser huma- Declaración de Independencia de los Estados
no: la eminencia o excelencia ontológica, que le Unidos de Norteamérica [en línea]. Disponible
otorga su dimensión espiritual o racional. Pero en: http://www.archives.gov/espanol/la-
absoluto no significa aquí inmanente y desvin- declaracion-de-independencia.html [Consultado:
culado y, por tanto, ilimitado. El hombre tiene el 11 de octubre de 2011].
ser por participación, es una participación creada Figari, Luis Fernando (1988). Lenguaje,
del Ser Subsistente. Por lo tanto, el hombre es homogeneización y globalización. Humanitas,
digno absolutamente, pero por participación 12. Revista de Antropología y Cultura
(1992, p. 450). Cristiana de la Pontificia Universidad Católica
de Chile [En línea] Disponible en: http://
Referencias humanitas.cl/html/biblioteca/articulos/
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teológica. España: Biblioteca de autores Hervada, J. (1992). Lecciones propedéuticas
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