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Hola amigos taringueros. Este es mi primer post, es un trabajo que tuve que hacer para la facultad.
Considero que está bastante completo y lo quería compartir con todos ustedes que tanto me
brindan día a día.
Antecedentes
El papel fundamental de Argentina desde el auge del modelo agroexportador y luego de adherir a la
División Internacional del Trabajo es ser el proveedor de divisas para financiar las importaciones y
los pagos de los servicios de la deuda.
Esta etapa comienza alrededor de 1880 y termina con la crisis de 1930 y el comienzo del período
sustitutivo de importaciones.
•La Revolución de Mayo de 1810, que abre el comercio sin el monopolio de España, sino utilizando
la Flota Inglesa.
•Desde el punto de vista económico, al comienzo del período teníamos una economía, pero de
condiciones de subsistencia, produciéndose un cambio a partir de éste modelo. Para ello se dieron
factores externos e internos que permitieron este gran desarrollo agropecuario que tuvo la
Argentina en éste período. Las condiciones externas fueron los adelantos tecnológicos que
permitieron la construcción de buques de gran porte, que podían transportar mercaderías de mucho
volumen, la construcción de puertos, el tendido de vías férreas que posibilitaron llevar la producción
desde el interior del país hacia el puerto de salida, el puerto de Buenos Aires.
La distribución de las tierras estuvo muy concentrada, grandes extensiones fueron entregadas a
unos muy pocos estancieros que, en principio, se dedicaban fundamentalmente a la ganadería,
porque era la forma de producir con poca mano de obra; luego al llegar trabajadores por las
inmigraciones, comenzó a aumentar la agricultura.
El modelo fue:
•Abierto
Se adoptó el librecambio (favorecido con las normas aduaneras de 1877 y 1906) que impuso una
apertura general de la economía y desalentó la actividad manufacturera e industrial.
•Dependiente
El endeudamiento internacional se agravaba por la asimetría cada vez mayor del comercio
internacional. Argentina exportaba productos de escaso valor agregado, a excepción de la carne
enfriada, mientras las importaciones eran cada vez de mayor valor.
•Vulnerable
Esta vulnerabilidad se manifiesta a través de la "coyuntura inversa", ya que las etapas de crecimiento
económico de los países industrializados coincidían con las de Argentina, mientras que las recesiones
de esas economías generaban las crisis del modelo.
•Enormes superficies de tierras fértiles, mejora en las condiciones del transporte mundial que bajan
los costos de los fletes, aparición del mercado internacional de productos agropecuarios.
•La Revolución Industrial que trajo aparejada la División Internacional del Trabajo, concentrando la
producción agropecuaria en los países sin producción manufacturera, adhiriendo Argentina como
proveedor de materias primas agropecuarias.
•Gran inmigración entre 1857 y 1930, de alrededor de cuatro millones de inmigrantes, en donde el
90% se radicó en la región pampeana.
•El ordenamiento jurídico-político del país que unifica a las provincias y nos constituye como Nación,
indispensable para tomar los compromisos de endeudamiento con el exterior, que fue necesario
para crear la infraestructura.
•La conquista del desierto que anexa alrededor de treinta millones de hectáreas para ser explotadas.
Todo este período agroexportador podemos decir que fue una "época de oro de la Argentina", en el
sentido de que nace un país pujante, en el que se veían en ese momento grandes perspectivas de
desarrollo, alcanzando nada menos que el sexto puesto del PBI mundial en 1928. Cuando termina
este período, el PBI por habitante era alrededor del 70% del PBI por habitante de EEUU.
Entre 1919 y 1929 el PBI de la Argentina creció al 3.61% anual, superando considerablemente a
Canadá (2.65%), Estados Unidos (2.16%) y Australia (1.64%). También el aumento del PBI per cápita
argentino fue el más alto de los cuatro países, promediando el 1.75% anual.
Entre 1852-1914 se produjo un crecimiento económico y una modernización que coloco al país
dentro de las principales economías mundiales, este crecimiento se relacionó con el aumento de las
exportaciones agropecuarias. La demanda de cueros y lanas proporcionó la ocupación de la zona del
litoral pampeano, las estancias eran la unidad productiva dedicada a la actividad ganadera, los
nuevos territorios incorporados luego de la conquista del desierto también fueron ocupados por
estancias.
Muchos capitales llegaron a la región pampeana para dotarla de los medios de trasporte y de la
infraestructura portuaria para poder despachar la producción agropecuaria. Así obtenía importantes
ganancias como la construcción y administración de esta infraestructura. Algunos beneficios que el
país obtenía por la venta de productos agropecuarios permitían pagar la importación de los bienes
manufacturados que se consumían.
Este modelo se basó en un recurso natural: las tierras fértiles de la llanura pampeana.
Hacia 1914 el éxito del modelo era evidente, todo el país funcionaba en torno a la economía
pampeana. Las economías del interior decayeron por la competencia de las manufacturas
importadas y de los alimentos pampeanos más baratos, sólo los acuerdos políticos consiguieron
algunas protecciones y fue posible seguir produciendo (Mendoza con respecto al vino).
El grueso de la explotación agropecuaria se destinaba a la exportación, y el cambio de relevancia de
los productos exportables, de ganaderos a agrarios, también provocó un cambio en la utilización de
la tierra. El mayor auge de las ventas externas del ganado vacuno sobre el ovino, obligó a la
adecuación de la actividad, quedando la explotación del ganado ovino en las regiones con tierras
menos fértiles.
Alrededor de 1915, las tierras más aptas para la producción agropecuaria estaban casi totalmente
ocupadas y en uso, por eso el área cosechada prácticamente llega a su máximo en esa época. Una
vez ocupada plenamente la superficie cultivable, la única manera de incrementar la producción total
era aumentando el capital invertido, pero esto no se hizo y se llegó a fines de la década de 1920 con
la misma tecnología que a fines del siglo pasado.
Como ya no había nuevas tierras para ser incorporadas a la actividad agropecuaria, y el mercado
interno consumía una parte cada vez mayor de la producción, provocaba la disminución del saldo
exportable. La crisis de 1929 tuvo efectos negativos irreversibles sobre el modelo económico, ya que
a partir de ésta, las grandes potencias cerraron sus economías para tratar de recuperarse. Los
precios de los productos primarios disminuyeron, mientras que las manufacturas aumentaron, lo
que deterioró los términos de intercambio del país que no pudo asegurar los niveles de
importaciones.
El comercio se organizó entre los países que mantenían vínculos esenciales (Inglaterra y sus ex-
colonias) y el resto quedo marginado.
Esto significó que aún si no se hubiera producido la gran crisis de 1929, el sector agropecuario en la
Argentina ya no podría ser el motor del desarrollo.
Hacia el siglo XIX el desarrollo de la industrialización en Europa y en los Estados Unidos definió una
nueva división internacional del trabajo. Los centros industrializados comenzaron a demandar
nuevos productos de los países periféricos: materias primas que necesitaban como insumos para sus
industrias y alimentos para su población.
La Argentina se insertó entre los países proveedores de materias primas y alimentos y receptores de
capitales, manufacturas e inmigración. Nuestro país produjo y exportó, en ciclos sucesivos, lana,
trigo, carne y cereales.
En Argentina los grupos sociales con mayor poder económico y político comenzaron a organizar la
economía como complemento de la de los países industrializados, particularmente de la sociedad
inglesa.
A partir de 1880 los grupos dirigentes impusieron su modelo de desarrollo económico basado en las
exportaciones crecientes de cereales y carnes. Esto generó transformaciones en la sociedad
argentina.
Los productos ganaderos preponderantes continuaron siendo las lanas, los cueros y el tasajo,
aunque en los años '80 comenzaron ya las exportaciones de ganado en pié y se enviaron las primeras
partidas de carne enfriada (especialmente ovino).
Por su parte las importaciones de bienes destinados al consumo sufren una gradual pero continua
disminución (en términos relativos) hasta 1884 (pasan de un 85% del total en 1875 a un 34% en
1884), y a partir de allí se estabilizan. Esta caída se debió al gran incremento de bienes reproductivos
importados como consecuencia de las inversiones en capital social básico que tuvieron lugar durante
el período.
Por último, hay que recordar que la inversión masiva de capital británico consolidó definitivamente
la posición del Reino Unido como primer país exportador, aunque Alemania, Estados Unidos e Italia
también aumentaron su participación (esta última como consecuencia de la demanda de sus
productos creada por los inmigrantes). Francia, en cambio, disminuyó el monto de inversión en
nuestro país.
Gran Bretaña también incrementó en gran medida sus compras de productos argentinos, aunque
Bélgica y Francia se mantuvieron como los principales compradores de nuestra producción rural.
Productos exportables:
•1890: aumento del precio internacional del trigo, éste desplaza al maíz.
En el último cuarto del siglo XIX se inició un proceso de ocupación efectiva del territorio,
incorporando nuevas tierras a la producción.
Dos elementos fueron esenciales para que el proyecto político-económico fuese viable, y ellos son:
la llegada de capitales extranjeros y la de inmigrantes. Los capitales tuvieron un rol fundamental en
la valorización de los recursos productivos y, especialmente, en la circulación de la producción. La
mayor parte de los capitales extranjeros procedían de Gran Bretaña y se radicaron principalmente
en la región Pampeana. Si bien no tuvieron una participación directa en la producción agropecuaria,
su papel fue decisivo en el tendido de la red ferroviaria, en la industria (frigoríficos y molinos) y en
los puertos.
El Estado argentino tomó ciertas medidas para favorecer la llegada de capitales e inmigrantes para
así llevar a cabo este modelo y poder insertarse en el mercado mundial como proveedor de materas
primas.
Alrededor del 1880 el capital extranjero intervino con más fuerza para financiar ciertos aspectos de
la economía de exportación.
Uno de los más importantes indicadores del crecimiento de esta economía argentina del momento
está dado por el volumen y el valor de las exportaciones.
Entre 1880 y 1914 (duración de este ciclo), el valor de las exportaciones se multiplicó diez veces: de
50 millones a 500 millones de pesos oro, siendo el Reino Unido el principal comprador de las
mismas.
El crecimiento de las exportaciones favoreció el hecho de que se extienda el tendido férreo, que
crezca la población y aumenten las importaciones. Éste crecimiento se debe a que la demanda de
alimentos superó a la de textiles. Así nuestro país aprovechó la oportunidad y puso en marcha el
desarrollo de los rubros cereal y carne. El trigo fue el máximo exponente de exportación a partir de
que en 1870 se produjeron excedentes del mismo; su radio de expansión geográfica fue más amplio
que la lana, abarcó a Buenos Aires, sur de Santa Fe y Córdoba y nordeste de La Pampa. En esa zona
no solo se generaba la producción exportable sino que también se invirtió el grueso de capitales
(nacionales y extranjeros), lo que trajo aparejado un acelerado crecimiento urbano.
En este ciclo, la Argentina, pasó a ser uno de los mayores abastecedores de maíz del mundo, el
principal exportador de lino, de carnes enfriadas, en conserva y congeladas y de avena. La elevada
tasa de exportación de trigo y la harina del mismo hicieron llamarse a la Argentina “ el Granero del
mundo”.
Desde 1880 aparecieron en el país las innovaciones tecnológicas para conservar la carne y también
trasladarla, fueron los modernos buques con cámaras de frío; se aplicaron en las estancias técnicas
de mestizaje para mejorar las razas y se optimizaron las pasturas, así se combinó el agro y la
pecuaria, o lo que es igual se conjugó la cría bobina y los cereales.
El ferrocarril, estos "caminos de Hierro" financiados casi todos por empresas británicas ayudaron a la
integración de todo el territorio productor y más tarde se homogeneizó a casi todas las provincias,
creando así también un importante intercambio cultural en la población.
A pesar del aumento del volumen comercial el déficit de la balanza comercial Argentina no se
corrigió.
En 1914 las dificultades que generaba la agricultura extensiva llegan al límite de la expansión
horizontal, a esto se le suma el comienzo de la Primera Guerra Mundial, que apareja competencias y
dificultades para disponer de bodegas en el embarque de granos.
El Estado implementó también, medidas de emergencia, como una feria bancaria y cambiaria,
moratoria por 30 días, suspensión de la ley de conversión y la prohibición de importar oro.
Hasta 1921 descendió el área sembrada por la dificultad para comercializar los cereales. Se inicia la
desaceleración del crecimiento en la economía argentina que se prolonga hasta la superación de los
ribetes más agudos de la crisis estructural y orgánica de 1930.
Hacia 1918 la "cuestión social" es irreversible, ya como fenómeno que afecta a la ciudad y al campo.
Los chacareros se asocian al movimiento anarquista para presionar al Estado y así obtener la Ley de
Arrendamientos Rurales, que rige las pautas de contrato para superficies arrendadas que no
excedan las 300 has.
La Primera Guerra Mundial trae aparejada la crisis ganadera de posguerra y desde el Estado se
intenta retomar el camino de preguerra con resultados oscilantes, introduciendo las menores
reformas posibles al sistema vigente.
El congelado de la carne vuelve a dar paso al enfriado. Los sectores vinculados al congelado no
pueden colocar el stock ganadero acumulado y los precios caen precipitadamente. La Sociedad Rural
Argentina reclama protección al Estado nacional, pero el presidente Irigoyen no adopta resoluciones
sobre el asunto, en cambio Alvear toma una acción decisiva frente al problema y responde a las
demandas de la Sociedad Rural Argentina.
Desde la Sociedad Rural se levanta hacia 1927 el lema "comprar a quien nos compra", en directa
alusión a su rechazo hacia los nexos comerciales con Estados Unidos, los ganaderos argentinos
refuerzan así su estrecha e histórica conexión con el mercado y los inversores ingleses.
Durante los años siguientes debido a los conflictos entre el Estado y las distintas producciones
regionales; el Estado toma el perfil de un Estado intervencionista que avanza y se consolida.
El sistema económico liberal mundial, enfrentó entre 1873 y 1876 una grave crisis que puso en duda
su eficacia, en el caso de Argentina, por la excesiva dependencia a los mercados extranjeros.
En 1873 Francia terminó de pagar la indemnización que anualmente entregaba a Alemania como
consecuencia de la Guerra Franco - Prusiana. Esto originó la disminución del capital que Alemania
destinaba a la compra de productos. El comercio internacional sufrió una restricción de la demanda
que afectó a los países industrializados y repercutió en Argentina por su dependencia por las
exportaciones y por su calidad deudora a las grandes potencias. Entonces las grandes potencias
disminuyeron sus importaciones, lo cual produjo una baja generalizada de precios que afectó a las
lanas y cueros.
A consecuencia de esta crisis, en Argentina renacieron los proyectos proteccionistas con una forma
de diversificar la producción y liberar a la economía de la dependencia externa que la hacía
vulnerable en momentos de crisis internacional.
La oportunidad se dio en 1875, al presentar el presidente Avellaneda el proyecto que dio origen a la
Ley de Aduanas; la ley proponía un aumento de los derechos de importación y una disminución de
los de exportación. Apuntaba a reducir la importación y a tornar favorable la balanza comercial para
poder superar la crisis.
El sector proteccionista vio la oportunidad para implementar un sistema de producción industrial. El
proyecto fue modificado elevando los derechos de importación al 20% para la generalidad de los
productos y al 40% para los que se producían en el país. La Ley de Aduanas fue aprobada según el
proyecto de Diputados.
Como consecuencia disminuyeron las importaciones y la balanza comercial registró en 1866 un saldo
comercial favorable; la actividad industrial tuvo un sensible aumento.
Las industrias se vieron influenciadas por la economía agropecuaria, por esto se desarrollaron:
•industrias que procesaban materias primas para la exportación, como molinos harineros;
•frigoríficos;
La Ley de Aduana favoreció a las industrias nacionales, sin embargo, con la llegada del ferrocarril al
interior, decayeron las tejedurías tradicionales que no pudieron competir con el bajo costo de los
textiles europeos.
La relación económica que existía entre Argentina y Gran Bretaña se remontaba a los tiempos de la
colonia y consistía en un intercambio, en el cual Argentina exportaba materia prima como lo hacían
los demás países periféricos hacia Gran Bretaña y luego importaba las manufacturas producidas por
este. La Primera Guerra Mundial puso en evidencia los límites y vulnerabilidades de este modelo.
El presidente argentino de ese entonces, Victorino De La Plaza, declaró la neutralidad del país ante el
conflicto bélico; medida que continuaría Irigoyen durante su presidencia.
La Guerra traerá a Argentina la falta de muchos productos importados y una drástica baja en los
ingresos aduaneros, con graves consecuencias fiscales. Entonces, el presidente, Victorino De La
Plaza, ordena el cierre de la caja de conversión, evitando así la evasión del oro, y crea la Dirección de
Industrias para promover la fabricación de las mercaderías que ya no vendrán de Europa.
Sin embargo, la apenas insinuante industrialización por sustitución de importaciones que promueve
la Primera Guerra Mundial en nuestro país no alcanza a modificar nuestro perfil agroindustrial.
La guerra obligó a Gran Bretaña a priorizar sus necesidades domésticas por sobre sus compromisos
externos. Indirectamente, esto benefició a Estados Unidos al permitirle posicionarse como el
principal proveedor de manufacturas y capital para la Argentina. Entonces nuestro país necesitó
cada vez más de los Estados Unidos para la colocación de sus exportaciones y para la provisión de
manufacturas y capitales.
Sobreviene la Crisis del '30 que comienza en EEUU. Su manifestación inmediata fue la caída en la
cotización de las acciones en Wall Street, rápidamente se nota una disminución en el nivel de
actividad de alrededor del 25%, entre 1929 y 1933 en EEUU el PBI cae en un 25% y el nivel de
desocupación está por encima del 25% de la PEA. Esta depresión se va a ir trasladando al resto del
mundo, donde los países para protegerse de ese impacto exterior, comienzan a cerrar sus
economías a través de altos aranceles y con producción destinada fundamentalmente para el
mercado interno.
Argentina no es ajena a esa corriente de crisis internacional, donde se ve muy afectada, porque
realmente era una economía que dependía del comercio internacional. Entre la baja de la cantidad
exportada y del nivel de precios, el valor de las exportaciones se reduce a la mitad, lo que generó
una caída en la entrada de divisas, disminuyendo también su capacidad de importar.
Si dijimos que el modelo agroexportador fue la época de oro para el país y para el sector, el
sustitutivo fue todo lo contrario, por lo menos para el sector agropecuario, porque todo el esfuerzo
estaba puesto en desarrollar la industria, de que ésta absorba el personal desocupado por el agro,
entonces el agro sufrió durante todo este período y la producción prácticamente se mantuvo
estancada durante cuarenta años ya que de 20 millones de toneladas que se producían en 1930
cuando finaliza el período agroexportador y comienza el sustitutivo y hasta el fin de éste a mediados
de la década del '70, se siguió produciendo lo mismo, esto es 20 millones de toneladas; o sea que
transcurren cuarenta años y la producción del sector agropecuario siguió siendo la misma.
•la caída de los precios internacionales de las materias primas y cierre de las economías debido a la
crisis internacional;
La forma en que fueron contraídos los préstamos disparó especulaciones que llevaron al
desencadenamiento de crisis monetarias, fiscales y de balance de pagos, como en 1873, 1885 y
1890.
El endeudamiento externo se origina con el empréstito Baring, entre cuyos destinos se encontraba la
construcción del puerto. El pago del préstamo estaba garantizado por el Estado de Buenos Aires con
sus bienes, rentas y tierras. De todas formas, no se cumplieron ninguno de los objetivos
programados.
http://www.altillo.com/examenes/uba/economicas/ciclogeneral/histecargentina/histecargentina20
10modeloagroexportador.asp
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