Algunas fronteras éticas particulares de las

aplicaciones tecnológicas

las fronteras de la ética son aquellas hasta donde el ser lo permite, un límite, no todas las razas del
mundo manejan el mismo pensamiento y es muy relativo decir los límites son estos. Las fronteras
varían de acuerdo a las necesidades humanas, ya que no es lo mismo el pensamiento de la raza
africana, sus creencias y gastronomía que el pensamiento de la raza occidental.
Las aplicaciones tecnológicas hoy en día se han convertido en casi todo el mundo una necesidad,
por la fácil comunicación, transporte, facilita la obtención de alimentos, etc.

Tomemos en cuenta que tecnología es el conjunto de conocimientos técnicos, ordenados

científicamente, que permiten diseñar y crear bienes y servicios que facilitan la adaptación al medio
ambiente y satisfacer tanto las necesidades esenciales como los deseos de las personas.
Las aplicaciones tecnológicas son precisamente la aplicación de tecnología en diferentes áreas.
Desde la elaboración o fabricación de un jabón para lavar ropa, de los modernos que gracias a la
tecnología permiten detectar manchas, o resaltar colores, o tener enzimas que destruyen
determinado tipo de suciedad. Gracias a la tecnología médica tenemos nuevas medicinas,
instrumentos y aparatos que permiten diagnosticar enfermedades. En la vida cotidiana tienes miles,
algunos evidentes como todos los aparatos que usamos en casa y otros que pasan inadvertidos,
como una simple pasta de dientes, o alimentos que podemos consumir gracias a los adelantos
tecnológicos.
Las fronteras éticas en algunas aplicaciones tecnológicas se puede decir que es un límite
establecido por cada sociedad para la utilización de la tecnología. Muchas veces establecido por
manera de pensar, religión, la ubicación geográfica, etc. La ética ha tomado una nueva dimensión
en el contexto mundial actual, donde el uso y la manipulación de información ha revolucionado los
métodos establecidos, La investigación y desarrollo de nuevas aplicaciones tecnológicas ha crecido
de forma exponencial en el último siglo. Esto ha permitido un incremento en la calidad de vida para
la población en general, lo que conlleva un mayor bienestar humano, así como una esperanza de
vida mayor, entre otros. Sin embargo, a pesar de que este desarrollo tecnológico puede facilitar la
vida del ser humano, es necesario que se defina sobre una frontera o límite ético que garantice que
se obtenga el mayor beneficio en general, con el menor coste o daño posible.