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Ana Buzzi
Sin dudas, el Arbitraje Deportivo es una actividad sumamente compleja. Baste decir que la tarea ha de ser
ejercitada en décimas de segundos y a veces, llevada a cabo en condiciones de presión.
El percibir-observar se construye, obviamente, sobre un sustrato biológico a través de los sistemas sensoriales,
fundamentalmente la vista y el oído.
Para interpretar, en cambio, entran en juego los criterios de medición y/o valoración de los hechos observados.
Una de las cuestiones que más dificultad presenta en todos los deportes es, justamente, lograr un criterio
unificado. Es decir, interpretar lo mismo en la comparación de la acción percibida con el reglamento.
Para ello es necesario el conocimiento profundo del reglamento. Esto conlleva un aprendizaje. Pero además, ser
competente en su aplicación. Son cosas diferentes. No debe presuponerse que de la primera deriva
automáticamente la segunda.
Por esto es importante que, las comisiones técnicas, intenten unificar los criterios de sus colectivos arbitrales, de
manera que los mismos hechos sean percibidos e interpretados de la misma manera.
Contando con la imposibilidad práctica de abarcar toda la casuística de eventos, situaciones y contextos, se trata
de unificar para que aparezca lo menos posible, la apreciación, que es el aspecto más subjetivo en la
interpretación del juez.
Sería interesante que el juez se maneje con la idea de un reglamento vivo, que cambia, que se “construye” todo
el tiempo, que necesita ser repensado y del cual debe apropiarse a su manera pero, a la vez, con un criterio lo
más unificado posible con sus pares. El consenso es necesario.
A fin de seguir pensando, he aquí algunas de las condiciones que aparecen en árbitros destacados son:
Liderazgo
Seguridad en sí mismo
Energía
Espontaneidad y adherencia a normas sociales
Disfrute del trabajo
Valoración de la camaradería entre sus colegas
Capacidad de trabajo “en equipo” con su par.
Autocrítica-Formación permanente.
1
Imparcialidad
Consistencia
Resistencia psíquica
Toma de decisiones rápida y acertada
Buena comunicación con los deportistas y entrenadores
Calma y comportamiento eficaz en situaciones difíciles
Psicológica:
Área psicológica:
Una buena actuación implica, por parte de los árbitros, control, seguridad y confianza en sí mismos, coherencia
en sus actuaciones, habilidades sociales, ajustes a los principios de la Ética y la deontología1 profesional,
transmitir sensación de credibilidad y desempeñarse con profesionalidad y compromiso.
Estas características están inscriptas en forma particular según la historia personal de cada sujeto y es esperable
que influyan en su rendimiento. Cada árbitro tendrá su estilo propio. Pero, a través de la ayuda del conocimiento
personal, este árbitro podrá “ajustar” algunas cuestiones que afectan su desempeño.
A modo de ejemplo:
La activación general del organismo es una respuesta en la que intervienen el sistema nervioso central y el
sistema neurovegetativo. Básicamente, al aumentar la activación general, aumentan el estado de alerta, la
actividad somática y la actividad simpática. Esto supone, por ejemplo, que al aumentar el nivel de activación
general de un árbitro durante un partido, su atención estará más alerta respecto a determinados estímulos (en
detrimento de otros), aumentará su tensión muscular y se incrementará su tasa cardíaca.
Debería ser esperable que un árbitro, a través del tiempo, conozca su grado óptimo de activación, en el que
puede desempeñarse muy bien. Así, poder “activarse” cuando llega a un partido con un bajo estado de vigilia y
al contrario, poder bajar cuando la activación es desmedida.
Se puede trabajar cada área. Así como los deportistas aprenden a mejorar las zonas de mayor dificultad, también
los árbitros pueden y deben “entrenar” las cuestiones que más resistencias despiertan.
Reconocer las limitaciones. Cuando no se está en condiciones psicológicas para dirigir, se debe prescindir de
hacerlo.
Y saber que el error es parte del ejercicio de la función. Que se convivirá con él, sin ser esto el fin.
1
Tratado de los deberes y derechos
2
La función educativa del árbitro deportivo en la etapa de Iniciación deportiva
“Nuestro objetivo no es sólo servir de jueces… sino también servir como educadores de los miles de niños y
jóvenes con los que interactuamos utilizando el deporte como medio”
“Tiro Libre”2
El deporte de iniciación se puede considerar el marco ideal para llevar a cabo la educación de los miembros de la
comunidad deportiva: dirigentes, padres, profesores, árbitros y niños.
Las condiciones que se dan cuando se comienza a practicar una actividad deportiva son las ideales para procurar
el enfoque educativo. El deporte educativo apunta a que:
Los niños que comienzan a competir tienen ante sí una situación completamente novedosa, en la que el árbitro se
percibe como la autoridad (desde un punto de vista positivo) que ayudará al buen desarrollo del juego. En estas
categorías los participantes no suelen rebatir las decisiones arbitrales y creen fielmente en las mismas, por lo que
es “ideal” para crear una base sólida para la percepción del árbitro. Serán algunos de sus objetivos:
No limitarse única y exclusivamente a que los jugadores cumplan las normas, tiene que ser educador.
Demostrar cualidades individuales y sociales que desee en los deportistas (predicar con el ejemplo)
Ayudar a comprender los valores internos del deporte, con la finalidad de que los interioricen y
transfieran a otras situaciones de su vida.
Propender al aprendizaje correcto de las reglas, buscando un mayor conocimiento y una mayor difusión
de ese deporte.
Garantizar el juego limpio.
Utilizar una señalización sencilla, adaptada y de ser necesario, explicada.
La tarea de un árbitro escolar o de niños es ayudar a crear un entorno deportivo para el niño, donde éste vaya
adquiriendo los conocimientos más básicos sobre el deporte que practica. También desterrar cualquier acto de
violencia, tanto verbal como física. Cuidar la integridad física.
Cuando no se comprenda la falta, hay que explicar clara y concisamente y en lo posible, para
todos.
Veamos3:
2
Revista del Club de Árbitros de Puerto Rico
3
Tabla extraída de la Comisión Australiana para Deporte Infantil
3
Nivel de conocimiento atleta infantil Que esperar del arbitro
Aprender la mejor manera de hacer las cosas Mantener las instrucciones simples y cortas
No pueden procesar demasiada información Esperar un tiempo en lo que se entiende la
No hacen cosas de forma automática (son información
procesos y toman tiempo) Refuerza y alaba algo bien hecho
Por todo ello, el árbitro es una pieza clave para ayudar a que el niño, en esta etapa, siga jugando, colaborando
con que deje la competencia para más adelante, cuando esté realmente preparado.
Desde su conducta, como autoridad del certamen, puede acompañar a ese novel deportista en el aprendizaje de
las reglas que lo incluirán en una actividad social, y cuyas premisas puedan ser una guía en el resto de las
situaciones de su vida.
No olvidar que la principal tarea será la de ser educador dentro de la escena deportiva.
Bibliografía:
García Guillén, Félix “Psicología del Arbitraje y Juicio Deportivo”, Barcelona, Ed. Inde.
Caracuel, J.C. “Análisis Psicológico del Arbitraje y Juicio Deportivo”, En Motricidad (US). Vol. I
-N°1, Mayo 1999
Riera, J. “Introducción a la Psicología del Deporte”, Barcelona, Ed. Martínez, 1985.
Betancor León, M. Ángel, “El Árbitro de Baloncesto. Principios y Bases Teóricas sobre su
Formación”, Las Palmas, Artículo. Enero 2002.
Buceta, J.M. y Bueno, A.M. “Intervención Psicológica y Salud: Control del Estrés y Conductas de
Riesgo”, Madrid: Ed. Dykinson. 2001
Cruz, J. Asesoramiento Psicológico en el arbitraje y juicio deportivo en “Psicología del Deporte”,
Madrid, Ed. Síntesis. 1997