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Expediente: CB-66-15-S
Partes: Elizabeth Apaza Yucra y Silvia Corina Apaza Yucra. c/ Lucio Peña, Bertha
de Peña, Luis Alberto Goitia, Ana Litzie Peña de Goitia, Jaime Brianson
Distrito: Cochabamba.
CONSIDERANDO I:
Contra la referida Sentencia, Silvia Corina Apaza Yucra y Elizabeth Apaza Yucra,
interpusieron Recurso de Apelación cursante de fs. 115 a 118.
En merito a esos antecedentes, la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Cochabamba, emitió el Auto de Vista REG/S.CII/ASEN.006/20.01.2015 de
fecha 20 de enero de 2015, cursante de fs. 181 a 184 vta., confirmando la Sentencia pelada
con costas.
interpuesto por Silvia Corina Apaza Yucra y Elizabeth Apaza Yucra, cursante de fs. 188 a
192 y vta.; el que se pasa a considerar y resolver.
CONSIDERANDO II:
En el fondo:
Acusan que tanto el Auto de Vista como la Sentencia son contradictorias, porque el
defensor de oficio no habría opuesto ninguna excepción perentoria, sino únicamente
excepciones previas, tal como cursaría en el memorial de fs. 60-61.
Refieren que pese a que sus personas cumplieron con todos los requisitos de procedencia de
la usucapión decenal, de manera extraña el Juez en dos exiguas líneas ausentes de
fundamento legal y respaldo, declaró improbada la demanda, apoyando su determinación
en una confusa, incompleta y nunca demostrada excepción previa resuelta como perentoria
que es la falsedad, al margen de señalar que tampoco se habría motivado conque medio
probatorio se habría demostrado la referida falsedad.
Refieren no ser evidente lo señalado por el Juez A quo de que el justo título sería uno de los
requisitos para la procedencia de la usucapión decenal, pues la posesión ininterrumpida,
publica, pacífica y continuada cubriría cualquier vicio de títulos de buena fe.
Asimismo, señala que el trámite de subinscripción que hubiesen realizado los propietarios
del bien inmueble no constituye un acto de posesión real o física, pues el mismo no
perturbó su pacifica posesión.
Continuando, arguyen que las excepciones interpuestas por el defensor de Oficio no fueron
debidamente fundamentadas, reiterando que el Juez A quo en dos líneas carente de
motivación y fundamentación resolvió la excepción de falsedad sin realizar una valoración
correcta.
En virtud a lo expuesto solicita se anule obrados hasta el vicio mas antiguo, es decir hasta
que se tramite la excepción previa de falsedad.
CONSIDERANDO
III: FUNDAMENTOS DE LA
RESOLUCIÓN:
Del análisis del recurso de casación, corresponde a este Tribunal Supremo de Justicia
ingresar a considerar previamente los reclamos que fueron interpuestos en la forma.
En la forma
Respecto al primer reclamo donde acusan que el juez A quo habría resuelto la excepción
previa de falsedad como si fuese perentoria y que tal hecho constituiría vulneración del art.
338 del Código de Procedimiento Civil, corresponde señalar que de la revisión de obrados,
se advierte que si bien es evidente que el Defensor de Oficio, mediante memorial cursante
de fs. 60 a 61, se apersona al proceso y opone excepciones de falsedad, ilegalidad,
obscuridad, contradicción e imprecisión en la demanda, refiriendo que las mismas serían
previas, sin embargo por Auto de fecha 06 de marzo de 2012 cursante a fs. 61 vta., el Juez
A quo tuvo por opuestas las excepciones perentorias de falsedad e ilegalidad, empero no
admitió las excepciones de oscuridad, contradicción e imprecisión, toda vez que consideró
que las mismas están catalogadas como previas y no así como perentorias.
Dicho Auto fue puesto en conocimiento de la parte recurrente, tal cual consta en la papeleta
de notificación de fs. 62, sin embargo el mismo no mereció observación o impugnación
alguna, pues las actoras continuaron con la tramitación del proceso. En ese sentido y en
virtud a los principios procesales que rigen las nulidades procesales, que establecen que la
misma es procedente cuando la infracción da origen a un daño que no puede ser reparado si
no es por esta vía excepcional, corresponde referirnos de manera puntual al principio de
preclusión, que establece que si la parte que se siente agraviada con una determinada
resolución, no reclama oportunamente, este su derecho precluye, no pudiendo ser activado
en etapas posteriores; consecuentemente y toda vez que las recurrentes pese a tener la
oportunidad de reclamar en tiempo y forma oportuna el Auto por el cual el Juez A quo
admitió la excepción de falsedad como perentoria, no activaron recurso alguno, al contrario
continuaron con la tramitación de la causa, se concluye que dejaron precluir este derecho
convalidando el mismo, razón por la cual no resulta evidente la vulneración del art. 338 del
Código de Procedimiento Civil.
Otro aspecto reclamado, es el hecho de que pese a que el Defensor de Oficio no habría
fundamentado debidamente las excepciones que interpuso, el Juez A quo declaró probada
la excepción de falsedad sin la debida motivación y fundamentación, sin realizar una
valoración correcta; de esta acusación debemos señalar previamente que el Tribunal de
Alzada que confirmó la Sentencia de primera instancia, refirió que al no existir congruencia
entre los datos proporcionados por las demandantes en su demanda principal y los
informes y/o certificaciones emitidas por la oficina de Derechos Reales, se generó
confusión, poniendo en duda si efectivamente la pretensión de las actoras recae sobre las
superficies señaladas en su demanda o no; fundamento en base al cual concluyó que la
determinación asumida por el Juez A quo de declarar improbada la demanda principal y
probada la excepción de falsedad, fue la correcta y conforme a derecho. De esta manera
resulta pertinente referirnos a la Sentencia de primera instancia, que respecto a la excepción
de falsedad, de manera puntual señaló que: “FALSEDAD.- La falsedad es la falta de verdad
o autenticidad, falta de conformidad entre las palabras, las ideas y las cosas, es cualquiera
de las ocultaciones de la verdad, en el presente caso y con referencia a la acción de
usucapión se encuentra acredita la misma, por cuanto este juzgador no creó convicción
plena, en sentido de que la extensión superficial a usucapir no forma parte del inscrito en
Derechos Reales, así como que los propietarios ahora demandados, dejaron o abandonaron
el ejercicio de su derecho propietario; por lo que la interposición de la presente acción
resulta ser falsa.”
En el fondo:
De los extremos acusados en el recurso de casación en el fondo, se deduce que los mismos
se encuentran centrados a cuestionar que pese a que las recurrentes cumplieron con los
requisitos de procedencia de la usucapión decenal, la misma, de manera extraña fue
declarada improbada y contrariamente fue acogida la excepción perentoria de falsedad, que
el justo título no sería requisito de la usucapión decenal y que la subinscripción en
Derechos Reales no constituiría un acto de posesión real o física, pues no perturbó su
pacifica posesión.
Sin embargo, debido al doble efecto que produce la usucapión decenal, adquisitivo para el
usucapiente y extintivo para el usucapido, con la finalidad de que este último efecto se
produzca de forma valida y eficaz, resulta imprescindible dirigir la demanda, contra la
persona o personas que figuren en el Registro de Derechos Reales como titulares del bien
inmueble que se pretende usucapir, puesto que de ser acogida la pretensión, será el o ellos
los que se vean afectados, deduciéndose de esta manera, que al margen de los ya citados,
otro requisito que debe cumplir quien pretenda usucapir decenalmente, es la identificación
correcta del sujeto o sujetos pasivos, es decir de los titulares del bien inmueble, por lo que
resulta necesario adjuntar a la demanda, la certificación o documento que acredite tal
extremo (documentación autorizada expedida por la Oficina de Registro de Derechos
Reales e inclusive la codificación catastral que informe sobre el uso de suelo expedida por
el Gobierno Municipal), de esta manera se otorgará seguridad jurídica a las partes
evitándose consecuentemente cualquier reclamo que pudiera invocar el verdadero titular del
derecho propietario. De igual forma, otro requisito de importancia, es la identificación y
ubicación exacta del bien que se pretende usucapir, para que de esta manera no se afecte el
derecho propietario de personas ajenas al proceso.
En el caso de autos, mediante memorial cursante de fs. 29 a 30, Elizabeth Apaza Yucra y
Silvia Corina Apaza Yucra, interpusieron demanda de usucapión decenal, aduciendo que
tanto ellas como sus hermanas Lilian Cristina Apaza Yucra y Lourdes Apaza Yucra, desde
hace más de 10 años, se encuentran en posesión continuada, pacifica e ininterrumpida del
bien inmueble ubicado en la zona Oeste Villa Bush, de la ciudad de Cochabamba, Distrito
3, sub distrito 27, contando con una superficie de 490,33 mts2, siendo sus colindancias al
Norte con la Familia Peña Matienzo, al Sud con Av. Blanco Galindo, al Oeste con Zacarías
Saavedra y al Este con Manolo Quiroga; añaden que dicho inmueble fue entregado a sus
padres por los esposos Lucio Peña y Bertha de Peña, como agradecimiento por los servicios
prestados, empero estos habrían fallecido sin poder entregarles los papeles o indicarles el
estado de los papeles de propiedad; señalaron además que en dicho inmueble realizaron
mejoras consistentes en construcciones de habitaciones y cuartos de servicio, así como la
realización de cultivos y el establecimiento de un puesto de comida, es decir que actuaron
como verdaderas propietarias sin que nadie haya cuestionado su posesión.
Sin embargo señalan que el inmueble cuenta con registro catastral, donde Luis Alberto
Goitia A., Ana de Goitia Peña y Jaime Brianson Arnez figuran como propietarios del
inmueble que pretenden usucapir. Antecedentes por los cuales interpusieron la presente
demanda contra Lucio Peña, Bertha de Peña, Luis Alberto Goitia A., Ana de Goitia Peña,
Jaime Brianson Arnez y contra presuntos interesados.
Empero, en virtud a las observaciones realizadas por el Juez A quo, y como emergencia de
la certificación emitida por Derechos Reales, la demanda fue ampliada contra Elizabeth
Analía Matienzo Valderrama y Ana María Quiñones Rojas, y se rectificó el nombre de la
demanda Ana de Peña Goitia por Ana Litzie Peña de Goitia.
Consiguientemente, y toda vez que la parte actora señaló desconocer el domicilio de los
demandados, todos estos fueron citados mediante edictos cursantes de fs. 48 a 50, y como
no se apersonaron al proceso, se les designó defensor de oficio en la persona de Dr. Roberto
Ángel Barrios Díaz, quien se apersonó al proceso, contestando negativamente a la demanda
principal señalando que ante la falta de justo título de la parte actora la demanda de
usucapión no debe ser declarada probada, asimismo interpuso excepciones, siendo
admitidas las de falsedad e ilegalidad en calidad de perentorias (fs. 60 a 61 y vta.)
De dichos extremos, y conforme a lo acusado por las recurrentes, debemos hacer hincapié
en establecer si la parte actora cumplió o no con los requisitos que hacen viable la
usucapión decenal, los cuales ya fueron desarrollados anteriormente.
De esta manera, en lo que respecta a la identificación y ubicación del bien inmueble que se
pretende usucapir, en base a la certificación cursante a fs. 4, emitida por el Departamento
de Servicios Catastrales dependiente de la Dirección de Información Geográfica y Catastro
del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba, basado en los datos de solicitud y el
informe topográfico de la casa Comunal Molle, se comprobó que el bien inmueble se
encuentra ubicado en el Distrito 03, Sub Distrito 27 (zona Villa Bush, manzano 247 y que
el mismo cuenta con el Código Catastral de referencia Nº 00-27-247-027-0-00-000-000
(ubicación física), extremos corroborados con la certificación del Registro Catastral de fs. 5
y con el informe realizado emergente de la inspección (fs. 8 y 9), así como por el informe
topográfico (fs. 10 a 12) realizado por funcionarios de la Comuna de Molle Dist. 3-4
dependiente del Gobierno Autónomo Municipal de Cercado Cochabamba, documentales
estas en las cuales coincide la ubicación del bien inmueble objeto de la litis.
Respecto a la superficie que se pretende usucapir, diremos que si bien resulta evidente que
la certificación del Registro Catastral de fs. 5, al igual que las certificaciones emitidas por
Derechos Reales cursantes de fs. 34 a 36, refieren que el inmueble en cuestión tendría una
superficie según título de 1942, 69 mts2., empero de acuerdo a los informes técnicos de fs.
8 a 13, señalados en el párrafo anterior, y en base a los argumentos vertidos por las actoras
en su memorial de demanda, se advierte que las mismas únicamente pretenden la usucapión
decenal de 490,33 mts2, superficie que fue determinada en base a la mensura realizada
para dichos informes, no siendo requisito de procedencia de dicha acción, que quien
pretenda usucapir lo haga sobre la totalidad de la superficie registrada en Derechos Reales,
sino solo sobre la superficie en la cual se encuentra efectivamente en posesión.
De los legitimados para ser demandados, es menester señalar que en razón a los
fundamentos expuestos anteriormente, la parte actora de manera correcta interpuso y
amplió la presente demanda, no solo contra quienes refieren que habrían entregado el
inmueble a sus padres como compensación por los trabajos que ellos habrían realizado, sino
que la misma fue interpuesta contra quienes figuran tanto en el Registro de Derechos
Reales como en el Registro de Catastro Municipal, como titulares del derecho propietario
del bien inmueble objeto de la litis, de igual forma, y con la finalidad de evitar indefensión,
la demanda también fue interpuesta contra los que figuran como vendedores del inmueble a
los actuales titulares así como a posibles interesados; quienes fueron citados mediante
edictos. Al margen, corresponde señalar que en cumplimiento al art. 131 de la Ley
Orgánica de Municipalidades, la presente demanda también fue puesta en conocimiento del
Gobierno Municipal de Cochabamba, quienes refirieron que el inmueble que se pretende
usucapir no es propiedad municipal.
Ahora bien, respecto a la posesión del bien inmueble, conforme lo señaló el Juez A quo, las
actoras demostraron que tanto ellas como sus dos hermanas, se encuentran en posesión real
y efectiva del bien inmueble, extremo que fue constatado con la inspección judicial de
fecha 28 de mayo de 2012 (fs. 83 y vta.) y con las declaraciones testificales de fs. 88 a 94,
quienes de manera conteste y uniforme refirieron que las mismas se encuentran en posesión
del inmueble desde hace más de 10 años y que no fueron perturbadas en su posesión por
ninguna persona, es decir que se encontraban en posesión pacifica, tal y como lo refleja la
certificación de fs. 21, donde el Jefe de Plataforma de Atención al Usurario Externo del
Consejo de la Judicatura, señaló que contra Silvia Corina Apaza Yucra y Lilian Cristina
Apaza Yucra, no existe registro de procesos civiles, penales u otros.
De igual forma, respecto a la interrupción del tiempo para el computo de los diez años para
usucapir, la cual señalan los jueces de instancia que habría operado en virtud a la Sub
inscripción en Derechos Reales en las gestiones 2010 y 2011, que habrían realizado los
titulares del Derecho Propietario del inmueble objeto de la litis; sobre este punto resulta
pertinente referirnos a la interrupción de la prescripción adquisitiva, en ese sentido el Auto
Supremo Nº 257/2013 de fecha 23 de mayo de 2013, estableció que: “Lo que si resulta
conveniente diferenciar, es la interrupción de la posesión respecto de la interrupción de la
prescripción. Como señala el Autor Néstor Jorge Musto, en su obra Derechos Reales, no se
debe confundir la interrupción de la posesión con la interrupción de la prescripción. Se
entiende esto porque la primera supone la pérdida de la cosa, mientras que la segunda
supone la pérdida del tiempo anterior de la posesión, el mismo que se refuta ineficaz para la
prescripción. La interrupción de la prescripción adquisitiva según Planiol, citado en la obra
“Tratado de Los Derechos Reales” de Arturo Alessandri R. y otros, supone: “Todo hecho
que destruyendo una de las dos condiciones esenciales de la prescripción adquisitiva
(permanencia de la posesión, inacción del propietario), hace inútil todo el tiempo
transcurrido. Al respecto en la citada obra se hace referencia a dos tipos de interrupción de
la prescripción: la natural y la Civil. La interrupción natural de la prescripción, tiene
sustento en la pérdida de la posesión y en los casos en que dicha pérdida genera efectos
interruptivos de la prescripción, pues, no toda pérdida o interrupción de la posesión
conlleva necesariamente la interrupción de la prescripción, así por ejemplo el caso del
poseedor privado de la posesión que dentro del término de un año propone demanda para
recuperar la posesión y esta es recuperada como consecuencia de aquella, en cuyo caso,
según prevé el art. 137 parágrafo II del Código Civil, la interrupción de la prescripción se
tendrá por no ocurrida, aunque materialmente hubiera ocurrido la pérdida de la posesión.
La interrupción Civil de la prescripción, no está ligada a la pérdida o interrupción material
de la posesión, sino más bien a la actividad del que se pretende verdadero dueño de la cosa,
que sale de su pasividad y expresa, ante el poseedor y por medios legales, su inequívoca
intención de no abandonar el derecho de propiedad que afirma tener.”.
De lo expuesto, diremos que la Sub Inscripción que habrían realizado los titulares del
derecho propietario del bien inmueble, en las gestiones 2010 y 2011, no se adecua a
ninguno de los requisitos en virtud a los cuales si se hace efectiva la interrupción civil,
consiguientemente al no operar la misma, se advierte que la posesión ejercida por las
recurrentes no fue interrumpida como erradamente se estableció en la Sentencia de primera
instancia y en el Auto de Vista.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por los arts. 41 y 42.I num. 1) de la Ley del Órgano
Judicial y en aplicación a lo previsto en los arts. 271 num. 4) y 274 del Código de
Procedimiento Civil, CASA el Auto de Vista REG/S.CII/ASEN.006/20.01.2015 de fecha
20 de enero de 2015, cursante de fs. 181 a 184 vta., pronunciado por la Sala Civil Segunda
del Tribunal Departamental de Justicia de Cochabamba, y deliberando en el fondo, declara
probada la demanda de usucapión decenal interpuesta por Elizabeth Apaza Yucra y Silvia
Corina Apaza Yucra, sobre el bien inmueble ubicado en la Zona Villa Bush Norte, Distrito
03, Sub Distrito 27, Manzano 247, Av. Blanco Galindo, de 490,33 mts2., de superficie,
cuyos límites y colindancias cursan en el informe topográfico emitido por la División de
Atención al ciudadano de la Comuna de Molle Distrito 3-4 del Gobierno Autónomo
Municipal de Cercado Cochabamba, cursante de fs. 10 a 12 de obrados, para lo cual el Juez
de la causa en ejecución de sentencia deberá librar las correspondientes ejecutoriales de ley,
tomando en cuenta que el efecto extintivo y adquisitivo simplemente comprende la
superficie de 490,33 mts2., que corresponde a la matricula 3.01.1.02.0022592 relativa a una
superficie de 1942,69 mts2., sin que esto implique copropiedad entre las partes, debiendo
generarse una nueva matricula emergente de la nombrada con la superficie y colindancias
señaladas supra, y en consecuencia rectificarse la superficie de la primera matricula
3.01.1.02.0022592.