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SUNIVERSIDAD DE LA CAPITAL FACULTAD DE CIENCIAS MEDICAS sot a > . ea LAS — GUARENTENAS Y LAZARETOS ENTRE NOSOTROS Sap TESIS PRESENTADA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUIA [Aros Ponce 105914 BUENOS AIRES Imprenta LA UNIVERSIDAD de J. N. Klingelfuss, Calle Venezuela N. 234 ENTRE LAS CALLES PERU Y CH&CABUCO. MDCCCLXXXVIII _ ESCUELA DE MEDICINA ASTGNATURAS Anatomia descriptiv. Anatomia topografica Histologia tebrico-préctica.. Fisiologia jeneral y humana ... Patologia jeneval y efercicios clinicos... Materia Médica y Terapiutica Higiene piblica y privada. Patologia esterna Medicina operatoria. Enfermedades de mujeres y clit Patologia interna. ‘Clinica Quiriirgica ‘Clinica Médica ‘ca respective -ftalmologia y Clinica respectior Enfermedades de nities y clinica respectiva.. Medicina legal y Toxicotogia... Obstetricia y Clinica respectiva: Farmacia y practica farmactutica.. Quimica farmactutica. Enfermedades nerviosas. Anatomia Pataligica. Patalogia mental Quimica apticada d la medicina.. Anatomia description... Histologi Fisiologia general y humana Patologia general y efercicios clinti Materia Médica y Terapintica... Higiene piiblica y privada Patologia esterna. Clinica Quirirgica Patologia interna E Oftalmologia y Clinica respectiva. Clinica Medica. Medicina legal y Toxicologia Obstetricia y Clinica respectioa. Farmacia y préctica farmactutica «. Quimica farmacéu enfermedades de mujeres y su clinica. Fnfermedades de ni Patalogia mental: Medicina eperatoria. : Padrino de Tésis: 1s 9 su elinica.. DOCTOR D. Dew CATEDRATICOS * Mauricio Gonzalez Catan * Francisco A Tamini * José M. Astigueta » José T. Baca * Pedro A. Mattos. » Antonio F. Crespo * Leopoldo Montes de Oca * Bartolomé Novaro * Jacob de T. Pinto * Manuel Arauz » Ignacio Pirovano » Manuel P, de Peralta—Juan B. Gil * Cleto Aguirre » Manuel Blancas * Eduardo Wilde * Samuel A. Molina * Martin Spuch * Domingo Parodi » José M. Ramos Mejia * Telémaco Susini * Lucio Melendez - D, Juan J. Naon—J. Arce (enejer.) * Andrés F. Llovet (en cjercicio) > Cérlos Villar » Claudio Benitez — Roberto Wernicke * Enrique del Arca (en cjercicio) —Justiniano Ledesma * Meliton G, del Solar—Enrique Revilla, * G. Udeondo (en ejerci » Julian Aguilar (en cjercicio) Antonio Gandolfo id » José Penna * Pedro Lagleyze — Eduardo Obejero * Bufemio Uballe: » Eduardo Perez (en ejercicio) » J. R. Fernandez—Luis F. Villa * Atanasio Quiroga » Miguel Puiggari (en ejercicio) * Bnrique Bazterrica * Pacundo Larguia—A. Pifiero * Domingo Cabred * Adalberto Ramaugé. MANUEL ARAUZ io) — 10 — menes de enfermedades exdticas, cuyos” fatales efectos hemos podido palpar ya desgraciada- mente. Tenemos pues una ancha puerta abierta a su im- portacion, Por otra parte, falta mucho para que el sanea- miento de nuestras ciudades y puertos, nos permi- ta esperar sin recelo esos funestos presentes que con el nombre de fiebre amarilla y célera, se han constituido en nuestra perpétua amenaza; y mien- tras tanto, no tenemos otra arma de defensa que las cuarentenas, tales como la ciencia moderna las acons La salud de los habitantes, por un lado, los inte- reses econdmicos, por otro, se imponen y dan al objet» de nuestro estudio una importancia legi- tima. Sentimos realmente que la falta de tiempo ysu- perficial estudio de la materia, nos impidan darle el desarrollo que se merece. Sabemos bien que pa- ra encarar cuestiones de esta naturaleza se re- quiere otra preparacion pero quedaremos satiste- chos si conseguimos que la atencion se despierte, provocando trabajos completos que vengan allenar un vacio que aun existe en esta parte tan importan- te de nuestra Higiene Nacional. En el breve estudio que presenté 4 vuestra con- sideracion, me ocuparé primeramente, como ante- cedente obligado, de la historia de nuestro régimen cuarentenario, hasta la organizacion definitiva del sistema sanitario; haciendo un rapido andlisis Historia El establecimiento y consolidacion de la Repu- blica como nacion independiente, dejaron 4 nues- tros padres poco tiempo para preocuparse de los asuntos relativos ala Higiene Internacional. A esa época de lucha y sacrificio que precedié 4 la inde- pendencia sucedieron épocas de organizacion y re- forma, y los anales de nuestra corta historia no se- alan ley ni decreto alguno que reglamentase el servicio sanitario del Puerto, A la sazon la Higiene Publica Internacional atra- vesab. por su periodo embrionario, (la primera con- vencion sanitaria internacional data del afio 1851) dominando la materia principios empiricos como el siguiente: «El pais que no se preserva 6 lo efecttita de un modo deficiente é insuficiente, por esponer la salud 13 — publica de los que mantienen relaciones comercia- lescon él, debe ser sujetado 4 cuarentena,. Esta maxima precaucional de la época oblig6 4 nuestros constituyentes 4 ponerse en guardia, y un servicio sanitario fué establecido, malo como todo lo que se hace dtientas sin obedecer 4 principio, cientifico alguno. La entrada de un buque era seguida de una visita de inspeccion superficial, que Ilenaba escasamente las apariencias; no habia autoridad auténoma que velase por la salud publica 4 la entrada de los ma- les exdticos. Un bergantin de guerra estacionado en el] canal esterior, conservaba la policia maritima del Puerto y sus funciones eran mas bien en servicio del co- mercio que delasanidad. El Resguardo y la Capi- tania se encargaban indistintamente de la visita; y asi mareharon las cosas hasta el afio 1822 en que producido un conflicto entre ambas autoridades so- bre mejor derecho para el reconocimiento de los bu- ques llegados 4 esta ciudad, dicto el Ministerio de Guerra el primer decreto que conozcamos sobre la materia, decreto ainbiguo que dejaba 4 las dos repar- ticiones la facultad de hacer dicho reconocimiento, pero que solo concedia el derecho de levantar la in- comunicacion, en los casos de habe! hecho efec tiva por sospechas de mal epidémico, 4 la sanidad de la Capitania del Puerto ('). Guerra.—Ha resuelto el los buques que entren de la’ Capitania del (1) ; en este caso solo debe incomunicado como el buque, hasta que llegue lade Sanidad_y le alce la in- comunieacion: mas si sucediera lo contvario, este permaneceré todo el tiem- po que dure la citada incomunicacion. Tunio 24 det Manuel 8. Garcia hs entrada y por este solo hecho, deberian pedir la visita de sanidad izando bandera amarilla al tope mayor, coadyuvar con todos los medios 4 su aleance para hacer efectiva y séria la visita, permanecien- do completamente aislados hasta quelaSanidad les diese su libre entrada y establecia que dichos ca- pitanes quedarian sujetos 4 las leyes del pais en caso de faltar 4 la verdad en las interrogaciv- nes etc. En una adicion al anterior decreto se esceptuaba de estas medidas 4 los buques de guerra de todas las naciones, dejandolos sujetos 4 las leyes de las cuarentenas, debiendo izar bandera amarilla en el caso de arribar con sintomas de infeccion. Con fecha 24 de Marzo se dictaron las disposi- ciones relativas & la visita misma, creandose los médicos de puerto y fijandoles sus atribuciones. La llegada de un buque era seguida mas 6 menos inmediatamente, de la visita y he aqui como se es- presa el art. 86 que a esto se refiere. «Llegado el barco de la visita al habla del bu- que que debe ser visitado, sin atracar a él, el médico hard las preguntas siguientes: 1*;De qué puerto procede?—2* ;Cual es el tiempo de su navegacion?—3* Si ha hecho escala 6 atribadas, ai qué puerto, porqué causa 6 qué motivo.—Si ha comunicado con algun buque en el mar.—Cual es el nitmero de guarnicion, de tripulantes y pasageros del buque en visita, Si el buque en visita trae facultativo 4 su bordo, éste deberd asociarse al capitan para contestar 4 las preguntas relativas 6 ee informaciones. Si por la contestacion dada al presente interrogaturio, no resultase sospecha, pe- dira el médico que toda persona existente 4 bordo se presente sobre cubierta, examinara sus semblan- tes y movimientos. ordenando se hagan los que estime necesarios, para formar juicio sobre el estado de salud. No resultando tampoco sospecha de este examen, se inspecionara la patente de sanidad y reconocida por legitima, el médico del puerto montara solo al buque y ratificara su anterior examen por todos los medios que estime convenientes, y no encontrando que impida la comunicacion lo declarara asi al ofi- cial que manda la visita del puerto, y quedara el bu- que en libre comunicacion. La visita era pues, hasta cierto punto, completa, el interrogatorio no dejabanada que desear, y en todas estas disposiciones aunque embrionarias, no podemos menos de reconocer un gran paso dado en el sentido de la Higiene Ptblica, que llama verda- deramente la atencion dada aquella época de incesante labor administrativa y de relativo atraso de la ciencia al respecto. Los articulos siguientes se ocupaban de los casos en que, por la procedencia, escalas 6 examen inter- no 6esterno del buque arribado, habia lugar a te- mores de enfermedades contagiosas. Si 4 juicio del médico que efectuaba la visita el buque era de- clarado infecto, despues del interrogatorio y primer examen hecho 4 la distancia, el capitan del Puerto deberia tomar todas las medidas tendentes 4 poner- lo enentera incomunicacion, ando asuvezen el acto Say es parte al Gobierno; y el médico al Tribunal de Medicina, que debia en todo caso proceder nombrando co- misiones de su seno, en las que tomaria parte el mé dico de policia, cuya comision practicaria una segun- da visita al buque en cuestion. Esta comision debia declarar la cuarentena, y en caso de disidencia entre los miembros era al Tribunal de Medicina 4 quien correspondia determinar la naturaleza del mal y las medidas para cortarlo, dictando las reso- luciones oportunas. El médico del puerto tenia la obligacion de prac- ticar una visita prolija 4 bordo, en el caso de que su interrogatorio é inspeccion no le hubiesen suminis- trado ensefianza alguna, debiendo permanecer inco- municado si descubria indicios de enfermedades sospechosas. Los buque salientes eran portadores de boletas de sanidad, firmadas por los medicos de puerto y poli- cia. Estos, el Capitan del Puerto y el Tribunal de Medicina, tenian pues facultades perfectamente deli- mitadas y debian marchar de acuerdo en el ejercicio de sus atribuciones, contribuyendo 4 formar un servicio sanitario incompleto pero espeditivo, que refleja un periodo de reaccion contra el empirismo reinante, tanto mas admirable cuanto que ninguna epidemia habia venido hasta entonces 4 mostrar- nos las deficiencias del servicio sanitario y 4 traer- nos surudo contigente de ensejianza. Pero entre estas disposiciones no hay ninguna que especifique las enfermedades que serian objeto 18 — de medidas sanitarios permanentesyhé aqui su defi- ciencia fundamental. Esta omision debié ser fuente de innumerables inconvenientes en la practica, pues- to que se dejaba al criterio del médico del puerto el determinar la interpretacion 4 darse las palabras contagio y gérmenes epidémicos. Tampoco hay disposicion alguna que se refiera & la hijiene de los buques anclados en la rada, limpie- za, alimentos, etc: estas omisiones de los decretos que analizamos han permanecido tales durante mas de treinta afios de vigencia de los mismos, puesto que ninguna modificacion 6 ampliacion ha venido A Henar estas lagtnas en tan largo lapso de tiempo. En restimen, Rivadavia por estas disposiciones regularizé hasta donde era posible el servicio sani- tario y estadia delos buques en el puerto, atento & provocar losmen res obstdculos al movimiento ma- ritimo y comercial; reglamenté las cuarentenas y, creé una corporacion y servicio técnicos para velar por los intereses de la salud ptiblica. No pasaremos adelante sin rendir nuestro justo tributo de admiracion hécia el gran estadista que tan protundas huellas ha dejado de su personalidad en todas las ramas de la organizacion nacional, echando las sélidas bases de casi todas nuestras ins- . tituciones Sociales. —El progreso creciente de la Reptblica no al- canzo en los afios subsiguiente hastael sistema cua- rentenario. La tranquilidad de los animos engen- drada por la creencia fantastica de que nuestro , Lege suelo no era apto para el desarrollo de epidemia al- guna, mantuvo la inaccion denuestras autoridades, Bajo otro respecto, los tiempos no eran propicios para reformas admitrativas. ¢Qué podia esperarse de aquella época de barbarie en que las pasiones y losodios politicos enlutaron y cubrieron de sangre el suelo de la patria? Despues de la tirania el tra- bajo de reconstruccion de la nacionalidad argenti- na aplazé aun la era de la reforma. Se necesitaba una causa poderosa que desper- tara la atencion y pusiera de manifiesto las deficien- cias de nuestra legislacion sanitaria. Sin embargo, | ja epidemia de fiebre amarilla del 58’ nada produjo. Las cuarentenas de qnince dias impuestas alas pro- cedencias del Brasil, el mayor celo desplegado en el servicio sanitario, el Gobierno que habilita un La- ~zareto en la Ensenada y crea médicos de seccion en la ciudad, discusiones cientificas y muchos proyec- tos en incubacion: tales fueron, en resultado final, las consecuencias del azote. Bien pronto volvié 4 reinar la desidia 5 con la desaparicion del mal vuelven los vicios antiguos, exajerados si se quiere, con la inaccion de la calma que deja tras si el peligro. Las medidas sanitarias se cumplieron mal 6 no se cumplieron, y hasta el aio de 1869 nos encontramos en un verdadero stato quo. El Dr. Mallo dice en sus «Lecciones de Higie- - ne»: «Nombrado 4 principios del afio 1869, médico de Sanidad del Puerto, tuve por primera tarea que organizar las medidas procaucionales que debian = 20 2s regirnos de conformidad con el estado de la ciencia en los momentos en que nos encontrabamos. » «Renuncio 4 disefar el estado de abandono, la falta de Reglamentos, de plan precaucional y de personal sanitario, en los los momentos en qué en- tré 4 ocupar dicho puesto.» (') Esto basta para hacernos ver la situacion bien triste por la que atrabesaba nuestro régimen cua- rentenario. El distinguido higienista que hemos citado traté pues de introducir mejorasreales y sus esfuerzos fue- ron coronados de feliz resultado. A su iniciativa se debe la creacion de la Junta de Sanidad, teniendo por Presidente al Capitan del Puerto, que, como autoridad maritima, debia concurrir al mejor éxito de las medidas 4 tomarse en su jurisdiccion; com- pletaban la Junta los dos médicos del puerto, cer- tificando sus actas publicas el Escribano de Gobier- no. Designdbase al Consejo de Higiene como autoridad consultiva, en la resolucion de los casos que como Tribunal Superior 6 de apelacion debe conocer en el ejercicio de sus funciones. El Doctor Mallo continuando su tarea, presenté poco despues un proyecto de Reglamento de Sani- dad, caleado sobre el Reglamento de la Conven- cion Sanitaria de Paris de 1851 y 1852, y las con- clusiones del de Constantinopla, Este reglamento sefiala su paso definitivo hacia la reforma; desde enténces data la verdadera orga- nizacion de nuestro Sistema Sanitario. (1) Lec. de Higiene pig. 426 I El reglamento de Policia Sanitaria-Maritima—Su importancia—Primera Convencion Sanitaria Sud Americana—Convenio Argentino-Uruguayo para la creacion de lazaretos internacionales—Resul tados. Podemos decir que es desde el afio 1870 que cuenta el pais con un plan precaucional cientifico, que, como hemos visto, era el éco de los que origi- naron las convenciones de Paris y Constantinopla. Pero del proyecto dereglamento del Dr. Mallo solo se pusieron en vigencia lostitulosI, VI y VII que se refieren alas Juntas de Sanidad, las Cuarentenas y los Lazaretos. Vamos 4 trascribir estos titulos que aun nos rigen en parte y que serén modificados a medida que se lleven al terreno de la prac- tica las disposiciones del ultimo Convenio Sani- tario. TITULO I, JUNTAS DE SANIDAD Art. 1°--Quedan establecidas en los puertos ha- bilitados de la Republica, Juntas de Sanidad Mari- tima, que tendran su asiento enlas Capitales6 Sub- delegaciones de Puerto. Art. 2°—Dichas Juntas serdn compuestas, por ahora del modo siguiente: 1° del Capitan 6 Subde- , legado del Puerto, como Presidente. 2° del Médico 6 Médicos del Puerto; y en caso de no existir este funcionario, del Médico 6 Médicos de Policia, 4 quienes se asignara un sobre-sueldo por este servi- cio; 3° del Administrador de Rentas Nacionales; 4° del empledo subalterno dela Capitania, mas idéneo, que actuardé como secretario. Art. 3°—Son atribuciones de las Juntas; 1° Lievar prolijamente un libro de Acuerdos, en que consten las decisiones que se tomen en los casos no previs- tos en este Reglamento, y para salvar las dudas que puedan ocurrir. 2° Velar por el cumplimiento de las disposiciones de este Reglamento de cuya observancia son responsables. 3° Firmar y sellar Patentes de Sanidad de los buques que salgan de los puertos respectivos. 4° Pasar en consulta 4 la Junta de Sanidad del Puerto Central la exposicion de las dudas y casos no previstos en este Reglamento, que ocurriesen, ee con los sumarios y demas datos concernientes 6 que les fueren pedidos; para ser remitidos al Consejo de Higiene Publica, que por intermedio dela Junta Central comunicaraé su decision. 5° En caso de arribo al puerto de algun bu- que infestado, tomar las medidas convenientes, de acuerdo con este Reglamento; comunicando el suceso 4las Juntas de Sanidad de los puertos inmediatos de la Reptblica, al Gobierno de la Provincia respectiva y 4 la Junta del Puerto Cen- tral, para que lo eleve 4 conocimiento del gobierno nacional. 6 Tanto en el caso anterior, como en el de desa- rrollo en el puerto de su jurisdiccion 6 en sus cer- eanias, de alguna epidémia 6 epizodtia, al dar salida 4 un buque, verificar escrupulosamente con la inspeccion ocular las varias circunstancias especificadas en las Patentes de Sanidad adopta- das en la Repiiblica, y lo que sobre el particular se ordena en este Reglamento. 7 Vijilar el aseo del puerto y sus inmedia- ciones. Art. 4° Las Juntas establecidas en los demas puertos de !a Reptiblica, deberan entenderse con la Junta de Sanidad del Puerto Central, para todo lo que se relacione con la salubridad publica. Art. 5° En caso de duda, disidencia, reclama- cion 6 protesta, sea de parte de las Juntas, sea de particulares, la Junta de Sanidad del Puerto Cen- tral, poniendo todo en conocimiento del Gobierno, debera ocurrir al Consejo de Hijiene Publica, como 5. ogee tribunal consultivo 6de apelacion, de acuerdo con lo dispuesto por la superioridad con fecha 14 de Julio de 1869, el que comunicard al gobierno su decision, para resolver lo que estime por conve- niente. Art. 6° Queda 4 la resolucion de las Juntas de Sanidad, el tomar todas las precauciones conve- nientes respecto de los buques que traigan, 6 én que se presenten casos de enfermedades liamadas indijenas, como la fiebre tifoidea, la viruela,u otra que revista un cardcter pernicioso, que ponga en peligro la vidade dichos enfermos 6 que pueda to- mar un caracter epidémico énel mismo buque 6 en la localidad: debiendo cireunscribirse estas medidas al buque y enfermos, pero en ningun caso 4 los sa- nos y al cargamento, 4 menos que circunstancias especiales exijan lo contrari Art. 7° En casos de existir una epidemia en el puerto de salida 6 en sus cercanias, las Juntas no permitiran que los buques que conducen pasageros admitan un ntimero que no guarde proporcion con las comodidades de los mismos buques. Art. 8° Encaso de reinar 6 de haber reinado una epizodtia en los puertos de salida 6 en sus cer- canias, las Juntas prohibirén el embarco de frutos que no hayan sufrido una desinfeccion prévia, su- ficiente a su juicio, la que debera ser certificada, . Art. 9° En caso de que los pasajeros sean mu- chos y el viaje sea largo haran presente 4 los Ca- pitanes la conveniencia de Hevar 4 bordo un facul- tativo. Art.10, Las Juatas prohibiran el embarco de cargas putrexibles, y de sustancias inflamables 6 esplosibles, cuando los buques lleven pasajeros. Art. 11. Las atribuciones de las Juntas de sa- nidad respecto 4 los buques surtos en el puerto 6 prontos 4emprenden viaje son estensivas 4 cuanto se relacione en el aseo, limpieza y conservacion de lasalud 4 bordo de los mismos. Con este objeto, cnidaran de que la alimentos sean frescos, buenos y abundantes. Art. 12. Es deber de las Juntas de Sanidad, cuando un buque esta en cuarentena, prestarle los auxilios que reclame su situacion. - Art. 15. En caso de epidemia 4 bordo de un bu- que, de las enfermedades llamadas exéticas (célera, fiebre amarilla, pestede Oriente,) las Juntas dispon- dran si el buque ha de permanecer en el puerto, 6 pasar al Lazareto de la Ensenada, dando al efecto las 6rdenes convenientes. Art. 14. En cuanto al modo de pasar la visita sanitaria, se recomienda 4 las Juntas que eviten el ridiculo, empleando sin embargo todas aquellas pre- cauciones que sean del caso con los buques de pa- tente sticia; aproximdnd»se en lo posible al modo siguiente: Llegada la embarcacion con la visita al habla del buque que debe ser visitado sin atracar si el es- tado del rio lo permite, pedira la patente sanitaria del punto de salida y la del ultimo punto en que haya hecho escala, si viene del extranjero. Entre- gada 6 arrojada la patente, el médicv 6 encargado Se OG de pasar la visita se impondra con cuidado de to- das las circunstancias y observaciones que en ella consten, averiguara si ha hecho cuarentena en al- gun puerto y por cuant s dias?—si tiene enfermos a bordo y en que ntimero—si ha tenido defuncio- nes entre la tripulacion 6 pasajeros durante el via- je y de que enfermedad, segun su entender? y pe- diré al Capitan y al médico, si lo hay 4 bordo, un certificado de las novedades sanitarias que hayan ocurrido durante el viaje. Por el juicio que forme la autoridad sanitaria, en vista de los documentos que se les presenten y por las contestaciones Alas preguntas que juzgare con- veniente hacer para mayor esclarecimiento, resolve- ra si el buque debe permanecer en cuarentena de observacion 6 pasar al Lazareto, y dara acto con- tinuo parte ala Junta de Sanidad por el telégrafo 6 verbalmente de las novedades que oeurran y de la determinacion que haya tomado, para que esta resuelva lo que deba hacerse en dicho caso. Si el estado del rio lo exije, po:lra el Médico, su- bir 4 berdo del buque, debiendo entonces mante- nerse lo mas aisladamente posible de los pasajerus y tripulacion: no siendo un obstaculo para su reem- barco dicha subida. Si resultase duda 6 sospecha de ocultacion de en- fermos en el buque, debera, acompafiado del oficial que mande la embareacion, subir 4 bordo, registrar las cdmaras del buque, é inspeccionar la tripula- cion y pasajeros. IRgual conducta observara toda vez que haya enfermos & bordo segun declaracicn, éignorase la clase de enfermedad. i Siel buque debe permanecer en observacion hastasegunda érden, pedira la correspondencia, pa- ra someterla 4 las precauciones hijiénicas que se crean convenientes. Queda al buen juicio del médico que pase la vi- sita, la conducta que deba observar en casos im- previstos, la variacion en el interrogatorio, y la adopcion de medidas contorme 4 las circunstancias, debiendo de todo dar cuenta 4 la Junta de Sanidad, la que en caso de duda, ordenara que el otro Mé- dico de Sanidad pase en consulta con el Médico de servicio 4 bordo del buque, & reconocer, dando cuen- ta de la resolucion que tomasen 4 la Junta, pa- ra que esta lo comunique 4 la Junta del Puerto Cen- tral que lo elevara 4 conocimiento superior. Igual comunicacion se hard. toda vez que se ponga un buque en cuarentena de observacion 6 se envie al Lazareto. Art. 15. Las Juntas de Sanidad deberan pro- nunciarse siempre sobre la existencia de las enfer- medades Ilamadas exéticas. La duda, sera inter- pretada en el sentido de la mayor prudencia, y la patente sera sucia. En este caso consultara Consejo de Hijiene Publica, cuyo dictamen hara de- cision. Art. 16. Ademas de las medidas especificadas en este Reglamento, las autoridades sanitarias estan en el deber, en presencia de un peligro inminente y fuera de toda prevision, de prescribir bajo su respon- sabilidad las medidas que juzguen indispensables para la conservacion de la salud publica, solicitan- RSG, a do el concurso de las demés autoridades locales, si fuera preciso, y debiendo dar cuenta oportuna- mente 4la Junta de Sanidad del Puerto Central. Art. 17. Las Juntas de Sanidad pasaran anual- mente a la Junta de Sanidad del Puerto Central un informe detallado de las medidas extraordinarias no incluidas en el presente Reglamento que haya sido , preciso tomar, proponiendo las mejoras que 4 su juicio y por la esperiencia deben ponerse en vijencia enlos puertos bajosu jurisdiccion, asi como darian cuenta tambien de las demas novedades que hayan ocurrido, delos beneficios que hayan resultado del establecimiento de las instituciones sanitarias y del numero de patentes de sanidad que se hayan es- pedido, clasificadas segun su categoria. La Junta de Sanidad del puerto Central pasaré al Superior Gobierno un informe en las mismas con- diciones, y con los datos estadisticos que las de- mas Juntas de Sanidad le hayan trasmitido. TITULO VI DE LAS CUARENTENAS Art. 91. Todo buque que Iegue 4un puerto de la Republica sin patente 6 con patente sucia, to- cada 6 sospechosa, serd declarado en cuarentena, asi como aquel que tenga algo que lo coloque en las condiciones de la patente sucia 4 saber: en- fermos 4 su bordo, casus de defuncion durante el — eee viaje de cualquier enfermedad, 6 carga en putre- faccion 6 descomposicion. Art. 92. Habra dos clases de cuarentena: la de observacion y la de rigor. La cuarentena de observacion que sera notifica- da en el acto de comunicar un buque con el esta- cionario, y ratificada en las primeras veinte y cuatro horas siguientes 4 la llegada de dicho buque, si el tiempo lo permite, durara tres dias que empezaran 4 contarse desde el momento de la notificacion al Capitan. Los dias se contaran de veinte y cuatro horas completas. La cuarentena de rigor se efectuara en el La- zareto. Art. 93. La duracion de la cuarentena de observacion seré la misma para el buque, las personas y la mercaderias que en él estén. Art. 94 La cuarentena de observacion se ha- rd en el fondeadero que al buque se sefale por la autoridad, que se procurard sea en el punto mds aislado de la rada, separado del mayor nimero posible de buques, cuya comunica- cion sera castigada, conforme 4 las circunstancias que medien. Art. 95. La cuarentena de observacion se limi- tara 4 tener bajo vigilancia durante los tres dias sefialados, al buque, la tripulacion y pasajeros, no permitiendose la descarga de las mercaderias, ni la platica con las demas embarcaciones surtas -en el puerto, pero no obligara 4 la descarga de Jas mercaderias en el Lazareto. — 30 — Art. 96. En caso de que un buque en cuarentena de observacion tenga 4 su bordo sustancias ani- males 6 vegetales en putrefaccion, 6 contenga comestibles 6 bebidas sofisticadas, sera obligado 4 arrojarlas mar afuera, debiendo para el efecto ir a su bordo un delegado de Sanidad para constatar el hecho. Art. 97 Desde el momento en que un buque sea puesto en cuarentena de observacion, su capitan comenzara 4 poner en ejecucion las medidas de precaucion, 6 purificacion que le ordenen con res- pecto al buque, la tripulacion y pasajeros y si en el curso de la cuarentena ocurre 4 bordo algun caso de enfermedad 6 defuncion, su capitan Iamaradel estacionario 6 Capitania poniendo su bandera ama- rilla 4 media asta. Art. 98. Una cuarentena de observaccion empe- zada abordo podra siempre ser continuada en el Lazareto, a pedimento de la tripulacion, de los pa- sajeros 6 del capitan, asi como cuando las circuns- tancias particulares de seguridad del buque lo de- manden, 6 la confirmacion del estado sanitario de la carga, tripulacion 6 pasajeros lo requieran. En todos estos casos se tendré en cuenta los dias que haya estado en observacion, pero si ha habido enfermedad 6 defuncion 4 bordo no se descontara el tiempo trascurrido. Art. 99. Cuando en un buque que se halle en cuarentena de observacion sobrevenga algun caso de enfermedad exética, o haya otros motivos para que contintie por inayor tiempo la observacion y — See vijilancia, la cuarentena se hard de rigor, y el bu- que pasara al Lazareto a purgarla. Art. 100. La cuarentena de rigor datara desde el momento en que el buque entre al Lazareto y sera para las personas de quince dias de duracion, para el buque de veinte, tiempo necesario para su lim- pieza y purificacion despues de desembarcar sus ob- jetos; y para las mereaderias de treinta dias, con- tados desde el momento de su desembarco, en que empezara su purificacion y demiés medidas que se crean necesarias, como las de desinfeccion que la autoridad sanitaria determine, de acuerdo con. la Junta de Sanidad del Puerto. Art. 101. Las cuarentenas de rigor solo podran ser purgadas en un puerto con Lazareto, y sera obligatorio el desembarco de los pasajeros, limpieza y fumigacion del buque, y desembarco de las mer- caderias con Jas demas medidas que en vista de estas drdenes la autoridad de acuerdo con la Junta de Sanidad determinen. Art, 102. Si ocurriere entre los pusajeros 6 tripulantes de un buque que estuviera en el La- zareto, caso 6 casos de enfermedad 6 defuncion de enfermedades exdticas, se volveran & contar de nuevo los dias de cuarentena, desde la con- valecencia del entermo 6 de la defuncion. Art. 103. Todo buque proveniente de puerto infestado (con patente sucia) que haya efectuado cuarentena en puerto intermedio, presentando la _ constancia de ello, podra ser admitido a4 libre platica, si se considera que ha sido suficiente esa = 82 cuarentena, si no ha habido novedad en la salud de los pasajeros y tripulantes en el intérvalo, y si han trascurridos mas de quince dias de su salida del puerto infestado.. En caso contrario, supri- mira la cuarentena de observacion 6 de rigor, segun la apreciacion que haga de las cireunstan- cias que medien, la Junta de Sanidad, la que en caso de duda 6 incertidumbre, optara por lo mas rigoroso. Art. 104, El tiempo de travesia de un buque se contara desde el dia de su salida de un puerto, cons- tatada por el libro de bordo, 6 atestiguado por la declaracion del capitan 6 patron del buque. Art. 105. Todo buque que haya tenido en su tra- vesia algun caso de enfermedad exdtica (cualquiera que sea su patente) pasara al Lazareto 4 purgar su cuarentena de rigor. Art. 106. Un buque con patente limpia, cuyas con- diciones fueran evidentemente malas y comprome- tedoras para la salud ptblica, podra ser equiparado por medida de hijiene, 4 un buque con patente sucia y serdé en consecuencia sometido al- réjimen cua- rentenario, Art, 107. Salvo la presencia 4 bordo de un caso de peste, fiebre amarilla 6 célera, en cuyo caso se deberé pasar al Lazareto 4 purgar cuarentena de rigor, un buque tendra siempre el derecho de volver a hacerse 4 la mar, sea antes de ser puesto en cua- rentena, sea en el curso de ésta, siempre que se di- rija 4 otro punto de la Republica. En caso de que se quiera hacer 4 la mar le sera =— eta 830 levnelta la patente y la autoridad sanitaria mencio- nara cn ella el tiempo que hubiere estado en cua- rentena y lasdemds circunstancias, de su estadia asi como las condiciones en que vuelva 4 partir, Art. 108. Siun buque en cuarentena, con enferme- dades ordinarias 4 su bordo quiere hacerse 4 la mar, la autoridad sanitaria deberé asegurarse para permitirle la salida, de que los enfermos puedan ser convenientemente cuidados durante la navegacion; yen caso de que dichos enfermos prefieran quedar- se en el Lazareto, 6 no puedan ser admitidos 4 bor- do, se ordenaré su desembarco, si su estado lo permite. Art. 109. Las cartas y papeles, delos buques en -cuarentena, serdn sometidos 4 las medidas hij cas que se consideren necesarias, pero consideran- dose cerradas las cartas, y procurando no alterar la letra de unos y otros. Art. 110. Todo buque que no tenga patente de ‘Sanidad, cuando en atencion al punto de proceden- cia, debiera estar provisto de ella, podra segun las cireunstancias, ser sometido 4 un cuarentena de ob- servacion 6 de rigor. En el mismo caso estaran comprendidos los que alegen pérdida fortuita de la patente. Las Juntas de Sanidad fijaran la duracion de estas cuarentenas. ‘ Art. 111. Toda patente raspada 6 enmendada, cuyaenmendadura 6 raspadura no venga certificada, sera considerada para todos los efectos como paten- ste sucia. Art. 112. Cuando un buque esté en cuarentena no podra atracar 4 su bordo embarcacion alguna, salvo si el buque en cuarentena pide socorro; en cuyo caso se le prestaranlos auxilios que fueren del caso. Fuera de esta circustancia, solamente la Sanidad podria. llegar a su bordo, tomando las precauciones, que con- sidere necesarias. Toda otra embareacion que atra- care, al buque en cuarentena quedara en cuarentena a su vez y pagarad una multa de cincuenta pesos tuertes. Art. 113. El capitan de todo buque que tenga averias y que vaya & ser puesto en cuarentena, pon- dra dicha cirecunstancia en conocimiento de la Junta de Sanidad, la que en dicho caso ordenara. que el buque pase al Lazareto, y una vez verificado esto, tomaré los medidas necesarias de seguridad, en cuya adopcion podra ir hasta la descarga com- pleta del buque y demas medidas que fueren con- venientes, de acuerdo al efecto con la Administra- cion de Rentas Nacionales. Art. 114. Toda vez que estando un buque en cua- rentena de observacion, necesite viveres ti otras co- sas, los pediré 4 sus cosignatarios por conducto de Ja Sanidad, y para la remision de los pedidos 4 bordo del buque en cuarentena se le pedira permiso y se ordenaré que vaya un delegado para dirigir el cumplimiento y ejecucion de las siguientes medidas precaucionales. Una vez al habla del buque en cuarentena, se or- denara que se heche al agua un bote sin tribulantes, el que permanecera & merced de la corriente,

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