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Miles de personas protestan en Valencia

contra la “miserable” subida de las


pensiones
La capital valenciana convoca las protestas unos días
después que el resto de España por las Fallas

Miles de personas se han manifestado este jueves en Valencia en defensa de las pensiones.
EFE/JUAN CARLOS CÁRDENAS

Los pensionistas han salido a la calle en Valencia días después de las multitudinarias
protestas convocadas en el resto de España en defensa de un sistema público digno y para
protestar contra la "miserable revalorización" del 0,25% ejecutada por el Gobierno español.
La protesta tuvo que postergarse hasta hoy en la capital valenciana al coincidir el 17 de
marzo con uno de los días centrales de las fiestas de Fallas, en que la ciudad está
prácticamente paralizada por los cortes de calles y de tráfico.

"Que sí, que sí, que sí hay dinero", han coreado los pensionistas convocados por la
Coordinadora Valenciana en Defensa de las Pensiones Públicas, con el apoyo de sindicatos
como UGT-PV, CC OO-PV, Intersindical Valenciana o CGT; de colectivos como los
Yayoflautas; o de formaciones políticas como Comprimís, PSPV o Podem. Son más de 40
organizaciones las que sustentan la convocatoria de este jueves.

"Deja las pensiones en paz", en referencia al Partido Popular, o "Montoro [ministro de


Hacienda] nos nos quites la pensión" son algunos de los mensajes que se podían leer esta
mañana en las improvisadas pancartas que portaban algunos de los manifestantes durante
una marcha que ha colapsado el centro de la capital durante unas horas.
El arranque de la manifestación ha sido caótico por el apoyo masivo a una protesta en la
que la coordinadora pedía por megafonía una y otra vez a los asistentes que no llenasen de
banderas y pancartas de organizaciones concretas la cabecera de la marcha.

Las organizaciones convocantes han pedido que se restablezca la edad de jubilación a los
65 años, recuperar el subsidio para los mayores de 52, una pensión mínima de 1.080 euros
y la revaloración automática de las pensiones conforme al Índice de Precios al Consumo
(IPC).

El responsable de CC OO-PV, Arturo león, ha reivindicado un "gran consenso social" para


garantizar las supervivencia del sistema público y acabar con un mercado de trabajo
precario, derogar las normas laborales que han hecho posible esa caída de los salarios y
mejorar los ingresos del sistema. Su homólogo de UGT-PV, Ismael Sáez, ha defendido una
"política justa: que quien más tiene, más pague y que las pensiones de los jubilados y
pensionistas estén garantizadas".

ampliar foto Uno de los carteles contra la revalorización de las pensiones de este año. EFE/
Juan Carlos Cárdenas

Al inicio, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha mostrado su "apoyo y solidaridad" con los
pensionistas: "Es terriblemente intolerable que un Gobierno del PP se haya cargado la bolsa
de las pensiones. También es intolerable que no se aplique el crecimiento del IPC a las
pensiones", ha dicho.

La vicepresidenta del Gobierno valenciano, Mónica Oltra, ha denunciado que haya dinero
"para rescatar bancos, autopistas, para la corrupción, y no para que nuestras personas
mayores pensionistas no se empobrezcan cada año". El consejero valenciano de Hacienda,
Vicent Soler, ha recordado los esfuerzos del Ejecutivo valenciano para eliminar el copago
farmacéutico. "Todos tenemos que hacer cosas", ha subrayado.
Borracho escandaloso y agresivo tiene
atemorizada a toda una cuadra en el norte
de Bogotá
Por:
Noticiascaracol.com

En el más reciente incidente intentó pegarles a varios vecinos y hasta rompió los vidrios de
una casa. Afectados piden que se aplique Código de Policía.

“La mayoría de las veces es por la noche. Una o dos de la mañana, o medianoche, uno está
durmiendo, tranquilo en su casa, hasta que escucha ese escándalo”, declaró Flor Hilarión,
vecina del hombre.

“Vino a decir palabras soeces, a amenazar, a llamar a mi hijo, a mi esposo, a decirles malas
palabras”, dijo Fanny Jiménez, otra afectada.

Noticias Caracol consultó a la Policía sobre las sanciones a las que se vería expuesto el
vecino problemático.

“Tomar licor en sitios públicos y además molestar a sus vecinos o transeúntes, acarrea una
sanción que alcanza los 200 mil pesos”, dijo el comandante operativo de la institución,
coronel Darío Puentes.

Según los residentes perjudicados, pese a que han ido a la Fiscalía, aún no se tiene
respuesta. “Tuvimos una conciliación y nunca se presentó. El proceso está quieto”, recalcó
Jiménez.
Organizaciones civiles piden seriedad en la Ley de Propaganda
Organizaciones civiles demandaron propuestas innovadoras para normar la
publicidad oficial

Bertha Becerra y Gabriel Xantomila

Las organizaciones ciudadanas demandaron que se legisle con seriedad la Ley de


Propaganda Gubernamental, porque las audiencias son parte del proceso de la sentencia que
estableció la Suprema Corte de Justicia de la Nación; debe contener propuestas innovadoras
sino se corre el riesgo de caer en la simulación, demandaron los activistas.

Así lo señalaron Justine Dupuy, de Fundar y Ricardo Luévano, de Artículo 19 México, en


las Audiencias Públicas sobre la Ley en materia de Propaganda Gubernamental en el
Senado de la República.

Luévano advirtió que hay iniciativas que pretenden perpetuar las malas prácticas, no se
contempla un mecanismo de rendición de cuentas; no se impide que la Secretaría de
Gobernación quede en el centro de la ley y no se consideran sujetos obligados a personas
físicas y morales que reciben recursos públicos asociados a la publicidad oficial.

Mariana Campos, de México Evalúa, dijo que el actual proceso legislativo tiene 3
complicaciones fuertes: fechas, formas y fondo.

El tema de fondo es el control de los gastos públicos. Consideró que el Sistema de Control
Presupuestario está fracasado. Es opaco. “Y las iniciativas no contemplan estas
deficiencias”.

En San Lázaro

Mientras tanto, el coordinador de los diputados del PAN en San Lázaro, Marko Cortés,
adelantó que su grupo parlamentario presentará esta semana una segunda iniciativa sobre la
ley de publicidad gubernamental, que debe aprobarse a más tardar el próximo 30 de abril.

El también presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) expresó su expectativa


de que la nueva propuesta de su bancada sea considerada para la elaboración del dictamen
por parte de la Comisión de Gobernación.
Tenemos que elegir. La democracia va tanto de escoger
ganadores como de definir quién va a salir perdiendo

Concentración de pensionistas, por unas pensiones dignas, ante el Ministerio de Hacienda.


Uly Martín

Prácticamente cualquier política pública que se nos pueda ocurrir tiene ganadores y
perdedores. Si, por ejemplo, subimos todas las pensiones, tendremos menos dinero para
otros gastos. O, si decidimos financiarlas con más impuestos, entonces alguien tendrá que
pagarlos y, por tanto, sus ingresos serán menores.

Esto, que puede parecer una obviedad, es algo que nos cuesta bastante asumir. Aunque
cuando el CIS nos pregunta afirmamos (con algo de timidez, pero mayoritariamente) que sí
estaríamos dispuestos a pagar más impuestos si mejorasen los servicios, en el debate
público es una posición habitual la de afirmar que como los servicios son deficientes o
mejorables, no queremos pagar por ellos hasta que no mejoren.

Es un dilema de compromiso razonable, más después de que hayamos comprobado que la


corrupción es un problema estructural en España. Sin embargo, este argumento también
encierra una trampa, o un espejismo: aunque tuviésemos las instituciones más eficientes y
los procesos más limpios del mundo, ello no bastaría para cubrir todo aquello que demanda
cada grupo social. Ni en las estimaciones más optimistas (que son eso: optimistas) alcanza
para subir pensiones, mejorar el seguro de desempleo, pagar una red de escuelas infantiles,
subvencionar pymes.

Tenemos que elegir. La democracia va tanto de escoger ganadores como de definir quién va
a salir perdiendo. Y lo que es innegable es que en la España de la última década (y más)
unos han perdido más a menudo que otros. No son los jubilados con pensiones
contributivas, ni las clases medias, ni los hombres con contratos indefinidos, ni los
empresarios (o “emprendedores”, me da igual). No. Son los jóvenes, los inmigrantes, las
mujeres con contratos precarios, los que se retiraron sin apenas cotización, los hogares en
riesgo de pobreza y exclusión.

Ahora debemos preguntarnos: aparte de terminar con la corrupción y los supuestos


privilegios de la clase política, ¿qué más estaremos dispuestos a hacer cuando veamos que
eso no basta? ¿Nos atreveremos, por una vez, a sustituir unos perdedores por otros? ¿O
seguirán perdiendo los mismos?

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