Análisis sobre las clases de formas de terminación contrato trabajo
La terminación de la relación de trabajo por iniciativa del empleador está
condicionada por la estabilidad en el empleo, que supone la continuidad o permanencia del mismo, a menos que exista una justa causa relacionada con la capacidad y el desempeño del trabajador o basada en la permanencia en la empresa y las necesidades del servicio. Estas distinciones, importantes para el logro de la estabilidad laboral, hace que la doctrina distinga entre la estabilidad absoluta o propia, que niega al empleador la facultad de terminar la relación de trabajo y la estabilidad relativa o impropia, que reconoce varios grados de autorizaciones al empleador para terminar la relación como un acto unilateral sujeto a las consecuencias de su decisión. Por estabilidad debe entenderse “todas aquellas normas, que tienen como objetivo evitar o restringir la extinción del contrato de trabajo en cualquiera de sus modalidades. Así la estabilidad en términos generales representa un freno a la extinción del contrato de trabajo” El derecho al trabajo trae como consecuencia la garantía de la estabilidad laboral. Sin embargo, a pesar del carácter fundamental del derecho al trabajo, esta garantía de estabilidad laboral no implica, por sí sola, un derecho constitucional fundamental a permanecer en un puesto de trabajo determinado, ni puede en principio, ser amparada mediante la acción de tutela, pues no es un derecho de aplicación inmediata. La estabilidad laboral, como garantía constitucional, es objeto de un desarrollo legal y convencional. Es dentro de tales fuentes de derecho que se determinan los alcances concretos y los mecanismos para proteger la garantía constitucional de la estabilidad laboral. En la primera norma mencionada la estabilidad en el empleo era muy limitada, y los trabajadores eran despedidos frecuentemente, ya que la obligación de reconocer una pensión de jubilación estaba a cargo de los empleadores, cuando el trabajador cumpliera veinte o más años de servicios, y, para evitar que los trabajadores cumplieran dicho tiempo de servicios, eran despedidos. Era más económico cancelar una indemnización por terminación del contrato, que reconocer una pensión vitalicia de jubilación, entre otras razones. En caso de terminación del contrato indefinido, sin justa causa, el trabajador tendría derecho a una indemnización que se calculaba así: 45 días de salario, por el primer año de servicios, más 15 adicionales por año servido, si el trabajador tenía entre uno y cinco años; 20 días adicionales, por año servido, si el trabajador tenía entre cinco y diez años, y 30 días adicionales por año servido. Si el trabajador tenía más de diez años de servicios, sólo podía ser despedido sin justa causa, y si lo era, el juez del trabajo podía optar por ordenar el reintegro, o el pago de la indemnización correspondiente, si encontraba que el reintegro era incompatible Con la ley 50 de 1990 empezó a desmoronarse la estabilidad como principio rector de las relaciones laborales. El papel desempeñado por las Empresas de Servicios Temporales había abonado el camino hacia la flexibilización mientras que el nuevo clima ideológico creado con los procesos de liberalización y de apertura de la economía le otorgaba un mayor apoyo a este principio. Con la reforma laboral, el principio que entraba a regular las relaciones laborales era el de la flexibilidad. La flexibilización de los mercados de trabajo – que entraña la flexibilidad del salario real y del empleo – se constituyó en el gran objetivo de esta reforma. Sin embargo, sus regulaciones se concentraron en gran medida en la superación de las condiciones que imponían una gran rigidez al empleo. Y con la ley 789 de 2002 en términos generales se prevé la posibilidad del empleador de dar por terminado unilateralmente y sin justa causa el contrato de trabajo. En estos casos, además de la indemnización por lucro cesante y daño emergente efectivamente causados, aplicables a cualquier contrato, procede la indemnización consagrada en el artículo 28 (Esta indemnización ha sido concebida como un mecanismo para disuadir al empleador de hacer uso de su facultad de dar por terminados los contratos a sus trabajadores sin justa causa). Así mismo, mediante regímenes convencionales particulares se pueden establecer indemnizaciones u otros mecanismos de protección de la estabilidad laboral. Esta forma de garantizar la estabilidad laboral, armonizándola con el derecho a la libertad de empresa o con los otros posibles bienes jurídicos enfrentados es lo que la Corte ha denominado una estabilidad laboral imperfecta. Las causales de terminación del contrato de trabajo se encuentran contenidas en los artículos 159, 160, 161 y 163 del Código del Trabajo, siendo éstas las siguientes: Causales del artículo 159 1.- Mutuo acuerdo de las partes. 2.- Renuncia del trabajador. 3.- Muerte del trabajador. 4.- Vencimiento del plazo convenido en el contrato. 5.- Conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato. 6.- Caso fortuito o fuerza mayor. Causales del artículo 160 1.- Alguna de las conductas indebidas de carácter grave, debidamente comprobadas, que a continuación se señalan: a) Falta de probidad del trabajador en el desempeño de sus funciones; b) Conductas de acoso sexual; c) Vías de hecho ejercidas por el trabajador en contra del empleador o de cualquier trabajador que se desempeñe en la misma empresa; d) Injurias proferidas por el trabajador al empleador, y e) Conducta inmoral del trabajador que afecte a la empresa donde se desempeña. f) Conductas de acoso laboral. 2.- Negociaciones que ejecute el trabajador dentro del giro del negocio y que hubieren sido prohibidas por escrito en el respectivo contrato por el empleador. 3.- No concurrencia del trabajador a sus labores sin causa justificada durante dos días seguidos, dos lunes en el mes o un total de tres días durante igual período de tiempo; asimismo, la falta injustificada, o sin aviso previo de parte del trabajador que tuviere a su cargo una actividad, faena o máquina cuyo abandono o paralización signifique una perturbación grave en la marcha de la obra. 4.- Abandono del trabajo por parte del trabajador, entendiéndose por tal: a) la salida intempestiva e injustificada del trabajador del sitio de la faena y durante las horas de trabajo, sin permiso del empleador o de quien lo represente, y b) la negativa a trabajar sin causa justificada en las faenas convenidas en el contrato. 5.- Actos, omisiones o imprudencias temerarias que afecten a la seguridad o al funcionamiento del establecimiento, a la seguridad o a la actividad de los trabajadores, o a la salud de éstos. 6.- El perjuicio material causado intencionalmente en las instalaciones, maquinarias, herramientas, útiles de trabajo, productos o mercaderías. 7.- Incumplimiento grave de las obligaciones que impone el contrato. Causales del artículo 161 - Necesidades de la empresa, establecimiento o servicio. - Desahucio escrito del empleador. Causal del artículo 163 bis - Por haber sido sometido el empleador, mediante resolución judicial, a un procedimiento concursal de liquidación de sus bienes.