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Los reglamentos :

El reglamento es la fuente específica del Derecho Administrativo. Es una norma


de carácter general, dictada por la Administración y subordinada a la Ley.

Como norma dictada por la Administración, se diferencia de la Ley que procede


del Poder Legislativo, y sólo puede referirse a materias propias de la
administración, bien de su organización o del desarrollo de su actividad.
Los reglamentos son semejantes a las leyes en su aspecto material, por la
naturaleza del acto jurídico, por el cual se exteriorizan, pero tienen como diferencia
característica que carecen de vida propia y están condicionados a la vigencia de la
Ley reglamentada; de tal suerte; que cuando se deroga, cesa automáticamente la
vigencia de los reglamentos que a ella se refieren.

La función del reglamento no es únicamente la de complementar la Ley, sino que


también crea situaciones jurídicas generales, lo que en la esfera administrativa
hace posible afrontar los problemas que se presentan. Es conveniente resaltar que
los reglamentos son de aplicación general y no únicamente para el área
administrativa.

Las formas de exteriorización del reglamento son diversas:

Decreto, orden ministerial, resolución, ordenanza, circulares, instrucciones,


etcétera. El decreto, la orden o resolución no son sino la forma de exteriorización
jurídica que asumen los actos de los órganos estatales, independientemente de
que sean actos administrativos, reglamentos administrativos, actos generales o
individuales, actos normativos o no.

1. Es una declaración.

Una manifestación o declaración de voluntad, conocimiento o juicio.

Así, se distingue el reglamento de los hechos administrativos, que conciernen a la


actuación material de la Administración. El reglamento importa un proceso de
exteriorización intelectual en este aspecto.

2. Unilateral.

Por oposición a bilateral, ya que falta la declaración de voluntad común, propia de


los contratos de la Administración. Es decir, nace y se perfecciona por la sola
voluntad de los órganos públicos competentes. No se requiere la conformidad, ni
siquiera el asentimiento de las personas a las cuales alcanza.

3. Efectuada en ejercicio de la función administrativa.

La competencia reglamentaria es inherente a la función administrativa y por


consiguiente a la propia Administración; ésta tiene a su cargo múltiples cometidos,
para cuyo cumplimiento eficiente necesita realizar operaciones materiales, emitir
actos administrativos y también dictar normas generales. La competencia
reglamentaria radica, pues, en la naturaleza misma de la función administrativa.

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