Seguimos inmersos en una sociedad agraria, donde el patrón de producción,
consumo y reproducción es la familia nuclear compuesta por una pareja y sus hijos, es decir, dos generaciones, que sólo eventualmente incluye a la tercera, lo que da una media de cuatro miembros por fuego con una tendencia a alcanzar los cinco en el campo y descender a tres y medio en la ciudad. La adopción y mantenimiento de este sistema va ligado a los factores sociales y culturales que podemos denominar «feudales». La formación de un hogar campesino implica que el cabeza de familia debe disponer de recursos; es decir, tierras, para mantenerlo, lo cual, dada la limitación de espacio en explotación, solía conseguirse por sucesión; en lamayoría de las ocasiones, sólo lamuerte de los padres abría la posibilidad de independencia de los hijos. Esta regla se mantenía muy rígida en las familias del estrato socioeconómico alto, donde la autoridad paterna era muy fuerte y hasta la muerte del padre se respetaba la unidad del patrimonio. En el ámbito urbano también se observa un comportamiento similar, pues en los niveles superiores hay un mayor control y se protege la unidad patrimonial para conservar el estatus social, imponiendo limitaciones a la hora de formar nuevas familias. Sin embargo, en el grupo artesanal de las ciudades el acceso almatrimonio, y la consiguiente creación de una nueva unidad de producción y familiar, dependía de la adquisición de capacidad técnica y de la posesión de un sencillo instrumental de trabajo, condiciones más fáciles de alcanzar y que permitían, en general, el acceso temprano al matrimonio. Por ello, existe en las ciudades mayor número de núcleos encabezados por parejas jóvenes. El análisis comparativo efectuado sobre una gran muestra rural y urbana en Arezzo ha permitido llegar a observaciones concretas muy elocuentes: los dos tercios de los hogares urbanos estaban dirigidos por un matrimonio (el resto viudos o solteros de ambos sexos), mientras que en el área rural la proporción era de los tres cuartos. Es decir, en la ciudad no es necesaria lamuerte del padre para que los hijos formen su propia familia, mientras que en el campo, la mayor parte de las propiedades está dominada por parejas u hombres mayores.