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en el Banquete de Platón
Danielle Arnoux
Traducción del francés por Lucía Rangel
Los personajes
aquella reunión con Agatón, Sócrates, Alcibíades y otros que hace un tiempo estu-
vieron presentes en el famoso convite, y saber también sobre los discursos de tema
erótico que hubo entonces, (172b).2
1
Jacques Lacan, Le transfert dans sa disparité subjective, sa prétendue situation, ses ex-
cursions techniques, séance du 7 décembre 1960, versión stécriture, p. 47. [En español:
Jacques Lacan, La transferencia, tr. Juan Granica y Enric Berenguer, Padiós, Buenos Aires,
2003, sesión del 7 de diciembre 1960, p. 65].
2
Platon, Le Banquet, traduccción inédita, introducción y notas de Luc Brisson, París, G-F
—Flammarion, 1998. Véase asimismo el texto establecido por Léon Robin, Les belles
81
El tercer hombre en el Banquete de Platón
Desde la introducción del diálogo, los tres del antepenúltimo acto fueron nom-
brados. Este trío hacia el cual se dirige esta vez el proyector, va a interesar a Lacan.
Podría también apodarlos el bueno, la bestia y el vagabundo, Agatón, su nombre
lo indica (agathos, bueno; agathon, el bien); Sócrates, calificado en innumerables
ocasiones como hybristés (la hýbris es la desmedida, se traduce por insolente, pero
hybristés es mucho más fuerte); Alcibíades, el que acabó mal. En el momento del
Banquete este magnífico truhán, que dejó desde hace tiempo de frecuentar a Sócra-
tes y que tiene ya una notoriedad un poco crispada, está en vísperas de emprender
una cuestionable expedición a Sicilia y va a estar implicado en los escándalos que
conmocionaron la historia de Atenas.
Symposion
lettres, 1929. [En español: Platón, Banquete, Introducción, traducción y notas Victoria
Juliá, Losada, Buenos Aires, 2004, p. 34].
3
Copains en español se traduce por compañeros, pero se pierde el juego de palabras que
implica la palabra en francés pain/pan. [N. del T.].
4
Ocasionalmente traducido erróneamente por “flauta”, el aulos es un instrumento de
viento de lengüeta, un tipo de doble oboe.
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teresante está ahí, en eso que Sócrates pone en evidencia por medio del ejemplo
y de su método en el tiempo real del banquete, si se puede decir así (a causa del
artificio de la narración). “Así hablaba Sócrates”, es decir, él cuestionaba más que
pronunciar discursos. Las características así subrayadas son las mismas justa-
mente con las cuales Alcibíades va a testimoniar enseguida al efectuar su elogio
de Sócrates. Esta estructura de redoblamiento se encuentra de muchas maneras a
lo largo de la obra, en toda la escritura del Banquete.5 Redoblamiento, repetición
o rebote,6 por mi parte diré que es una forma de pleonasmo: “la cosa” tuvo lugar,
luego se dice, o a la inversa, se anuncia de entrada. No es suficiente que una acción
se desarrolle delante de uno para que la veamos, sino que la misma cosa, o casi la
misma, va a ser el objeto de un relato que se repite.
5
Esta estructura fue señalada por Leo Bersani, “Socialité et sexualité”, L’Unebévue, n° 15,
Epel, París, primavera 2000. [En español: Leo Bersani, “Socialidad y Sexualidad”, trad.
del inglés por Cristina Fangmann, Litoral N° 30: Las comunidades electivas. I- ¿Nuevos
modos de subjetivación?, Edelp, Córdoba, Argentina, julio 2000, pp. 7-38.]
6
Jean-Louis Sous, L’enfant supposé, «Ce que Jacques a dit du hoquet», Epel, París,
2006.
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Para llegar, Sócrates se refugió en el vestíbulo de los vecinos y allí se quedó quieto,
entregado a alguna meditación (175a). Agatón (que no comprendía nada) ordena
ir a buscarlo “en varias ocasiones” (175b,c) mientras que Aristodemo (discípulo
advertido) sabía que no se le debía perturbar. Una escena análoga se describe en el
relato de Alcibíades (220c,d): sucede durante la guerra, y los soldados que miraban
desde lejos quedan estupefactos, tal como Agatón.
Sócrates llega entonces a mitad de la comida, Agatón lo invitó a que se sentara
junto a él sobre el último lecho, con el objeto, dice él, de aprovechar gracias al con-
tacto, el saber que acaba de obtener en el vestíbulo (175d). Respuesta irónica:
Bien estaría Agatón, si la sabiduría fuera de índole tal que, al ponernos en contacto,
fluyera del más lleno al más vacío de nosotros, como el agua en las copas, que drena
de la más llena a la más vacía a través de una hebra de lana. Si efectivamente también
así se comporta la sabiduría, en mucho aprecio el estar (175e) reclinado junto a ti,
pues creo que yo seré colmado de tu abundante y bella sabiduría. La mía, por su
parte, vendría a ser un saber torpe, o incluso dudoso, como un sueño; en cambio la
tuya es brillante y muy prometedora, al menos la que anteayer, a pesar de ser tú un
jovencito, tan intensamente resplandeció y se hizo evidente ante los más de treinta
mil griegos presentes como testigos.
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Tercera lección
7
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 7 décembre 1960, stécriture, op. cit., p. 57.
[Jacques Lacan, La transferencia, sesión del 7 de diciembre 1960, Paidós, op. cit., p. 76].
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Según Agatón, el dios Eros es el más joven y el más delicado, fluido, vive entre
las flores. No comete ni soporta la injusticia, la violencia no lo afecta, atempera-
do, valiente, sabio, poeta, el más bello y el mejor, yo paso, la copa está llena.
Agrega, incluso, puesto que el dios le inspira versos irónicos, muy pobres,8 y Lacan
observa que Agatón, el poeta trágico, se divierte, se mofa, inventa un mapa de
Tendre9 irónico. Le hace al romancero cómico. Se burla y al final dice que mezcló
el juego y la seriedad. (197e).
Mientras que todos aclaman al joven varón, Sócrates parodia su estilo e ironiza
sobre la sofística de Gorgias presente en el discurso de Agatón, el cual le produce
el mismo efecto de petrificación que la Gorgona. Sócrates no se ríe. Finge partir, no
puede rivalizar con un tal kalon logon dice él, ya que eso no es su concepción del
elogio. Las palabras y las frases estuvieron muy bien dispuestas, la forma fue bella,
pero fue un simulacro, el fondo fue inconsistente, ninguna verdad le corresponde;
por el contrario, él va a apegarse a la verdad (199b).
Por tanto Sócrates va a retomar la discusión, el elenkhos, con Agatón, es decir,
su cuestionamiento coercitivo, es más, su interrogatorio refutatorio, en suma su
crítica devastadora.
Cuarta Lección
¿El amor es amor de algo o de nada? ¿Le falta aquello de lo cual es amor y deseo?
El amor es erôn.
Antes de proseguir sobre lo que tiene que decir, Sócrates quiere obtener el
acuerdo de Agatón sobre dos puntos: primeramente, en lo concerniente a la natu-
raleza del amor, que el amor no es absoluto sino relativo a alguien o a algo, que es
amor de… y toma como ejemplo el amor de un padre o de una madre (199c,d,e);
y segundo, que aquello de lo que el amor es amor está desprovisto, le falta. Y ahí,
al introducir la cuestión de la falta, Sócrates emplea el verbo epithymein, que se
ha traducido por anhelar o desear, e integra amar y desear (epithymei te kai era
(200a)) amor y deseo (epithymia te kai erôs (200e)), son lo mismo. Lacan habla a
este respecto de sustitución.10
8
Mirliton se tradujo como “aleluya” que según el Diccionario del uso del español Maria
Moliner en Cd-rom hace referencia a versos muy malos, fáciles, sin ninguna ambición
poética. [N. del T.]
9
Carte du Tendre alude a un “mapa de Ternura”. El reino Tendre, fue concebido por Scu-
déry, quien imagina el mapa de este reino Tendre. Es una referencia a los sentimientos
y a las emociones tiernas. [N. del T.]
10
“La forma en que el amor se articula en el deseo no está propiamente articulada aquí
como sustitución, esto se puede objetar legítimamente en nombre del método mismo,
que es el del saber socráctico. Tenemos derecho a observar que la sustitución es en este
caso un poco rápida”. Jacques Lacan, Le transfert… séance du 18 janvier 1961, stécriture,
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Lo cual no quiere decir, sin embargo, que en lo que a esto se refiere esté en falta,
porque en torno a la articulación del eros-amor y del eros deseo, ciertamente, girará
de manera efectiva toda la dialéctica que se desarrolla en el conjunto del diálogo.11
La argumentación comienza con una analogía, que parece abusiva, entre la re-
lación de parentesco y la noción de deseo como falta, sin embargo aflorará que el
amor, tal como Sócrates lo practica con su erómenos en el momento en que Alci-
bíades intentó seducirlo, es por supuesto idéntico al de un padre o de un hermano
mayor (219d).
Si el amor desea eso de lo cual es amor, es porque no lo tiene: “es necesario
que así sea” (200b). Así, por ejemplo, si desea la belleza, es porque no es bello,
para el bien, lo mismo, y así con todas sus cualidades que le fueron atribuidas
en el discurso de Agatón. El edificio se desmorona, Agatón recapitula: “Me temo
Sócrates, que ya no sé nada de lo que entonces dije” (201b). Lacan confirma: “ha
hablado como un loro”.12 Agatón renuncia: “Yo, Sócrates —dijo Agatón—, no podría
contradecirte”, enseguida Sócrates le clava la última daga: “No puedes contradecir
a la verdad, querido Agatón —dijo Sócrates—, porque contradecir a Sócrates no es
nada difícil”. Por fin, Sócrates deja de contrariar a Agatón e introduce a Diotima.
La estructura de repetición radica ahora en que Sócrates pretende estar frente a
Diotima en la misma posición como en la que estuvo anteriormente Agatón. Ella
lo inició en los misterios del amor, dice él, en otro tiempo, y ella lo refutó con los
mismos argumentos. No es rigurosamente exacto, pero qué importa. Ella explicita
la fuente de su error, la misma que la de Agatón hace un instante.
Tú pensabas, según me parece a juzgar por tus palabras, que Eros es el amado, no
el amante. Por eso, creo, Eros se te antojaba bellísimo, pues el objeto de amor es
realmente algo bello (204c).
op. cit., p. 104. [Jacques Lacan, La transferencia…, sesión del 18 de enero 1961, Paidós, op.
cit., p. 139.]
11
Ibid.
12
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 25 janvier 1961, stécriture, op. cit., p. 118. [Jac-
ques Lacan, La transferencia … sesión del 25 de enero 1961, Paidós, op. cit., p. 158. Se
modificó la traducción que aparece en Paidós de “pavo” por “loro” ya que en francés
“sansonnet” se refiere a un pájaro que repite sonidos.]
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[…] la mano ha ido ya hacia el objeto lo bastante lejos, si del fruto, de la flor, del
leño, surge entonces una mano que se acerca al encuentro de esa mano que es la
tuya y que, en ese momento, es tu mano que queda fijada en la plenitud cerrada del
fruto, abierta de la flor, en la explosión de una mano que se enciende —entonces, lo
que ahí se produce es el amor. […] cuando eres tú quien al principio era erómenos,
el objeto amado y, de pronto, te conviertes en el erastés, el que desea. […].13
Irrupción de un tercero
13
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 7 décembre 1960, stécriture, op. cit., p. 48. [En
español: Jacques Lacan, La transferencia, sesión del 7 de diciembre 1960, op. cit., p. 65].
14
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 25 janvier 1961, stécriture, op. cit., p. 118. [En
español: Ibid., p. 158].
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Pero por cierto, no a mí solo, sino también a Cármides, hijo de Glaucón, y a Eutidemo,
de Diocles, y a muchísimos otros a quienes éste engatusa como si fuese un amante,
y más bien se instala él como amado en lugar de amante. De veras, Agatón, también
a ti te lo advierto, para que no seas engatusado por éste, sino para que, por haber
aprendido de nuestras experiencias, estés precavido y no aprendas, al decir el refrán,
padeciendo como un tonto (222b).
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(222d) porqué tú piensas que yo sólo debo amarte a ti y a ningún otro, y que por su
parte Agatón debe ser sólo amado por ti y por ningún otro.
Comentario de Lacan:
Pues bien, en cuanto se trata de hacer intervenir al otro, este experto director de
escena ya no puede hacer que haya sólo uno —hay dos otros. Dicho de otra manera,
como mínimo son tres. A Sócrates no se le escapa este hecho notable en su respuesta a
Alcibíades, cuando, tras esa extraordinaria confesión, esa confesión pública, esa salida
a medio camino entre la declaración de amor y casi, uno diría, la difamación de Só-
crates, éste responde —No es para mí para quien has hablado, sino para Agatón.15
15
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 1er février 1961, stécriture, op. cit., pp. 120-121.
[En español: Jacques Lacan, seminario La transferencia, sesión del 1 de febrero 1961,
op. cit., p. 162.]
16
Como lo dice Brassens en una canción: “Cuando se es pendejo, se es pendejo”. Lacan insiste
a lo largo de sus seminarios en calificar a Agatón como “el más pendejo de todos”. Así
el 28 de junio 1961: “al pendejo entre los pendejos, el más pendejo de todos, el único
pendejo integral”; 28 de febrero 1962: “le déconnographe” “deconografo” [N. del T.
Neologismo que viene de déconnaissance (“Neologismo en forma de sustantivo por la ne-
gativización introducida por el prefijo dé- al sustantivo connaissance (conocimiento) y la
condensación con el verbo déconner, con lo que se implica no sólo desconocimiento sino,
además, tontería o, más fuertemente, pendejada, […]) y graphe (grafo). Véase: Marcelo
Pasternac y Nora Pasternac, Comentarios a neologismos de Jacques Lacan, Epeele, México,
2003]; 13 de junio 1962: “el pendejo fundamental”; 17 de junio 1964: “fútil absurdo casi
bufón”; 3 de febrero 1965: “este imbécil de Agatón”. Véase también un estudio de la fun-
ción connerie en su relación con la verdad en el “Prólogo” de la primera edición de Jean
Allouch, 132 bons mots avec Jacques Lacan, Toulouse, Erès, 1988; reeditada en —Allô,…
Lacan? —Certainement pas, EPEL, París, 1998. [En español: Jean Allouch, —Hola… ¿Lacan?
—Claro que no, tr. Marcelo Pasternac y Nora Pasternac, Epeele, México, 1998.]
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Agatón
Alcibíades
Sócrates
Alcibíades
Sócrates
Agatón
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Pero ¿qué es esto? Es precisamente agalma, el objeto que hemos aprendido a circuns-
cribir en la experiencia analítica. Trataremos la próxima vez, de situar este objeto
en la topología triple del sujeto, del otro con minúscula y del Otro con mayúscula, y
de reconstruir el punto en el que interviene. Y veremos cómo Alcibíades, igual que
cualquiera, sólo quiere darle a conocer a Sócrates su amor a través del otro y para
el Otro.17
¿Cómo entender este “a través del otro y para el Otro”. A través del otro ¿es
el otro con minúscula, figura imaginaria, representada por Agatón? ¿y para el
Otro, si se establece como acabo de proponerlo en la cita anterior, el gran Otro…
se trata entonces de la figura de Sócrates que puede ocupar el lugar simbólico?
Lacan intenta, en efecto, hacer entrar esta triplicidad en sus categorías de real,
imaginario y simbólico.
Aquí, de pronto, [la temática del Bien Supremo] queda sustituida por otra cosa —la
complejidad y, más precisamente, la triplicidad que se ofrece a entregarnos aquello
en lo que hago residir lo esencial del descubrimiento analítico, a saber, la topología
de la que resulta, en su fundamento, la relación del sujeto con lo simbólico como
esencialmente distinto de lo imaginario y su captura.18
Otro argumento a favor de la elección (a través del otro y para el Otro) se en-
cuentra el 1° de marzo en donde Lacan va a decir que el objetivo de Alcibíades en
este asunto era la caída del Otro (A mayúscula) en otro (a minúscula). Esta cita nos
evoca una precedente, citada anteriormente, y que pertenece a la misma sesión (1°
de febrero), sobre la cual no comenté la escritura del término otro, en donde Lacan
menciona: “Pues bien, en cuanto se trata de hacer intervenir al otro, ya no puede
hacer que haya sólo uno —hay dos otros. Dicho de otra manera, como mínimo son
tres”. Ahí posiblemente están designados el gran Otro, el otro con minúscula y el
tercero es la agalma, que falta localizar en esta configuración, pero en tanto obje-
to parcial no es un otro con minúscula. No se trata de intersubjetividad. Y sobre
17
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 1er février 1961, stécriture, op. cit., p. 131. [Ja-
cques Lacan, seminario La transferencia (1960-1961), op. cit., sesión del 1° de febrero
1961, p. 175. En la versión stécriture se propone para el Otro y por el Otro. Jacques-Alain
Miller en la versión Seuil corregida (Seuil, 1991, p. 178) tomó otra opción: “para el otro
y por el otro”. [En Paidós en español: “a través del otro y para el otro”. El subrayado en
esta cita fue introducido para hacer notar que la autora propone esta modificación aun
en su cita original del francés. N. del T.]
18
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 1er février 1961, stécriture, op. cit., p. 121. [En
español: Ibid., sesión del 1° de febrero 1961, p. 162].
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Puedes amar a aquel a quien voy a elogiar, porque elogiándolo sabré hacer pasar,
yo Sócrates, tu imagen amando en tanto es mediante la imagen tuya amando como
entrarás en la vía de las identificaciones superiores que traza el camino de la be-
lleza.22
Esta formulación podría dar cuenta de una localización del yo ideal (la imagen
tuya amando i(a)) y la del ideal del yo (I) representada por la posición de Sócrates
en (su declaración: ouden ôn, yo no soy nada). Cuando Lacan insiste en señalar que
Alcibíades quería un signo, tenía en la cabeza la novedad que acababa de introducir
en el esquema óptico o más bien en el estadio del espejo generalizado, el gesto
del giro de la cabeza del niño. El niño se voltea hacia el adulto que lo sostiene
19
Ibid., p. 121. [En español: Ibid., p. 163. En la versión Paidós en lugar de intrasubjetiva
tal como está en Seuil se tradujo intersubjetiva. Dado que tanto en la versión stécriture
y en Seuil está “intrasubjective” se modificó la cita de Paidós para respetar la cita en
francés de la autora y se dejo “intrasubjetiva”. N. del T.]
20
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 8 février 1961, stécriture, op. cit., p. 142. [En
español: Jacques Lacan, La transferencia, sesión del 8 de febrero, op. cit., p. 188].
21
Ibid., p. 143. [En español: Ibidem.]
22
Jacques Lacan, Le transfert… séance du 8 février 1961, stécriture, op. cit., p. 142. [En es-
pañol: Jacques Lacan, La transferencia… sesión del 8 de febrero 1961, op. cit., p. 187].
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En suma […] Sócrates los estaba forzando a reconocer que es propio de una misma
persona saber componer comedia y tragedia, y que quien con arte (tékhne) es autor
de tragedia, es también comediógrafo (223d).
23
Una etapa definitiva ha sido superada en ese momento por Lacan en lo que concierne
a la elaboración del yo especular. Véase Guy Le Gaufey, Le lasso spéculaire, une étude
traversière de l’unité imaginaire, Epel, París, 1997, especialmente las páginas 81 a 106.
[En Español: Guy Le Gaufey, El lazo especular. Un estudio transversal de la unidad ima-
ginaria. Epeele, México, D.F., 2001. Especialmente las páginas 104-128].
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