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Universidad Politécnica de Chiapas

Nombre: Edduin Clímaco Hernández

Catedrático: Patricia Guadalupe Ruiz


Gómez

Nombre del trabajo:


Motivación y Emoción.

07 de Marzo del 2018 Suchiapa,


Chiapas
Introducción.

Los seres humanos somos seres sumamente evolucionados y con capacidades de


adaptación y superación. Sin embargo el hecho de ser inteligentes y superiores,
dentro de nuestra conciencia mostramos ciertas características las cuales
determinan nuestros comportamientos diarios, estos son afectados gracias a las
emociones.

Cuando hablamos de emociones las describimos como es un estado afectivo que


experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de
cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la
experiencia.

Comúnmente llegamos a asociar a los sentimientos con las emociones llegando a


pensar que son lo mismo, sin embargo esto no es así, una emoción es definida
como la respuesta del cuerpo hacia estímulos exteriores y los sentimientos son
experiencias mentales. Esto nos da a entre que las emociones crean a los
sentimientos.

Cuando nácenos lo primero que hacemos es llorar, pues percibimos un entorno


totalmente desconocido, lo primero que sentimos es el miedo (emoción) y luego
nuestra respuesta es llorar.

Por tal razón las emociones tienden a controlar muchas de las acciones que
realizamos diariamente, dentro de esta investigación se aclara las ideas a las cuales
se considera a las emociones, sus dimensiones a las que se relacionan y las teorías
de cómo funcionan.
Bases neuropsicológicas de las emociones.

Las bases neuropsicológicas de las emociones se refieren a las reacciones que se


producen en diferentes sectores del cerebro por un estímulo externo, y son la raíz
de las emociones. Como sabemos ya, todo pasa primero en el cerebro y después
se muestra en lo externo.

El sistema límbico del cerebro, es el encargado de regular las emociones, la lucha,


la huida, la evitación del dolor y en general todas las funciones de conservación del
individuo y de la especie esto destacan la teoría de Sigmund Freud acerca del
miedo.

“Aun no resulta posible dibujar un cuadro de las bases neuropsicológicas de las


emociones lo suficientemente definido” Tamorri (2004). Si bien ya hace varias
décadas se ha reconocido la importancia del sistema límbico, ese basto conjunto de
estructuras cerebrales dispuesto en la cara medial de cada hemisferio cerebral en
la regulación de la vida emocional, parece menos clara la contribución de los centros
que lo componen y las modalidades con que estos interaccionan. No existe un
acuerdo unánime de cuáles son las estructuras que deben incluirse en este conjunto
de estructuras y relaciones específicas entre el cerebro y el comportamiento.

Muchos rasgos de personalidad o muchas características de las conductas


emocionales de los pacientes con lesiones cerebrales, se observan en sujetos sin
daño cerebral conocido. Esto llevó a varios científicos a reflexionar sobre qué
diferencias en la organización cerebral o genética forman la base de las diferentes
personalidades humanas, por ejemplo: se han planteado hipótesis que “las
personas que son hipercríticas ,o sea que son rigurosas en muchos aspectos
excesivamente, tendrían lóbulos frontales relativamente más pequeños que las
personas que no lo son, o que las personas sin demasiada expresión facial
presentan lóbulos frontales más pequeños o menos activos que lo normal” Bryan
Kolb (2006).
Un principio solido de la organización neural es que múltiples sistemas controlan
cada conducta. “La información sensorial penetra en la corteza cerebral a través de
canales sensoriales diferentes”. Rains (2002) Una vez procesados los estímulos la
información pasa a través de varios sistemas paralelos que facilitan diferentes
funciones.

“En 1930 los psiquiatras empezaban a estudiar el sistema límbico incluyendo (la
amígdala) y la corteza pre frontal que se consideran como regiones cerebrales
relacionadas con la emoción”. Bryan Kolb (2006) Al igual que la corteza pre frontal,
la amígdala recibe información de todos los sistemas sensoriales y, de la misma
manera que la corteza pre frontal las células de la amígdala requieren estímulos
complejos (por ejemplo, rostros) para excitarse. Además muchas células de la
amígdala son multimodales, en efecto algunas neuronas responden a estímulos
visuales, auditivos, olfatorios, semánticos y gustativos. Creando una imagen de tal
manera esta es especialmente sensible a estímulos que pueden ser amenazantes
o peligrosos.

El mecanismo que desata el miedo se encuentra, tanto en personas como en


animales, en el cerebro, que se encarga de regular acciones esenciales para la
supervivencia como comer y respirar, Rains (2002) afirma que “el sistema límbico
revisa de manera constante (incluso durante el sueño) toda la información que se
recibe a través de los sentidos, y lo hace mediante la estructura llamada amígdala
cerebral, que controla las emociones básicas, como el miedo y el afecto, y actúa
como un sistema de alarma al localizar la fuente del peligro”.

Dimensiones de la emoción.

Las emociones funcionan como un motor que todos llevamos dentro, es una energía
codificada en circuitos neuronales localizadas en zonas profundas de nuestro
cerebro (para ser más explícito el sistema límbico) que nos hace interactuar de
diversas maneras ante las situaciones cotidianas.
Mientras estamos despiertos las emociones están siempre activas y alertas ante
cualquier acontecimiento. De manera que las emociones son reacciones
conductuales y subjetivas que se producen por alguna detonante del mundo externo
o interno (memoria).

Las emociones funcionan como defensores: Las emociones cumplen un papel


que vela por la salud mental del ser humano. De alguna manera las emociones nos
defienden de estímulos nocivos (enemigos). Es decir que una emoción nos puede
empujar a evitar un daño o conseguir un beneficio. Aquí radica la importancia del
manejo y control de emociones para tomar las decisiones correctas en momentos
difíciles.

Las emociones funcionan como amortiguadores: Un amortiguador de un


automóvil tiene la función de hacer flexible al auto para que no reciba un daño
certero. De la misma manera funciona una emoción, ya que al ver el peligro
reacciona para ayudar a encontrar una respuesta a determinado estimulo (funciona
como un reflejo) enviándolo a un repertorio fuera de la consciencia, por ejemplo: la
emoción puede enviar la situación problemática a los sentimientos, en donde es
más fácil reír, llorar o gritar. Cuando cumple esta función la emoción protege de
manera alguna al YO de la persona.

La emoción funciona como una alarma: Cuando un ladrón entra a una casa y
esta tiene alarma, de pronto la alarma suena para alertar a toda la comunidad vecina
que algo está pasando en el interior de la casa.

De la misma manera funciona la emoción, cuando la emoción ve el peligro sucede


una activación de múltiples sistemas cerebrales (sistema reticular, atencional,
mecanismos sensoriales, motores, procesos mentales), endocrinos (activación
suprarrenal medular y cortical y otras hormonas), metabólicos (glucosa y ácidos
grasos) y en general la activación de muchos de los sistemas y aparatos del
organismo (cardiovascular, respiratorios, etc.)
La emoción como un agente de seguridad: Al ingresar a un banco, existe un
agente de seguridad que revisa todo lo que llevamos para ver si no tenemos algo
que pueda ocasionar algún problema dentro del banco, esta medida la utilizan los
bancos por prevención.

Así como los bancos tienen medidas de prevención, las emociones también tienen
medidas de prevención: las emociones mantienen la curiosidad y el interés por
descubrir algo nuevo. De esta manera, se ensanchan el marco de seguridad para
la supervivencia del individuo.

Las emociones como un lenguaje de comunicación: Una de las funciones


extraordinarias de las emociones es que cumplen una función de comunicación. La
comunicación de una emoción es rápida y efectiva. Por ejemplo: cuando alguien
está gritando y altercando con todo mundo, en el lenguaje emocional nos dice que
está enojado y que algo le está afectado a tal grado de hacer explotar sus
emociones.

Las emociones como almacenes de memoria: Las emociones sirven para


almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se le escapa
que todo acontecimiento asociado a un episodio emocional, tanto si este tuvo un
matiz placentero o de castigo (debido a su duración como a su significado), permite
un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido. Ello, de nuevo, tiene
claras consecuencias para el éxito biológico y social de la persona.

Las emociones crean procesos cognitivos: Las emociones y sentimientos son


mecanismos realizan proceso cognitivos en general, crean tareas de asociación en
la corteza cerebral con información que ya viene impregnada de colorido emocional,
sea bueno o malo.

De manera que las emociones juegan un papel importante en la toma de decisiones


de la persona. Por eso me vi en la necesidad de explicar que las emociones
funcionan como siete pilares básicos sobre los que descansan casi todas las
funciones del cerebro.
Por lo tanto, las emociones son necesarias pero también es necesario el manejo y
control de las mismas para poder tomar las decisiones correctas en momentos
cruciales de la vida.

Dimensiones más importantes.

1. Cognitiva.
2. Somática.
3. Relacional.

Las dos primeras son del individuo, la tercera, la relacional, es social y se apoya en
la dimensión somática, es decir no posee ningún mecanismo específico.

Cognitiva: La primera de estas dimensiones pertenece a la interioridad de la


persona y es la que acapara la atención de su mente. Se trata de una dimensión
que solo es determinable por la persona que lo experimenta. La dimensión cognitiva.
Si ponemos como ejemplo un miedo agudo, por ejemplo, porque una pitón aparece
en la sala de estar, la dimensión cognitiva de la emoción va a provocar que la
persona busque inmediatamente refugio, seguridad. Aunque en este ejemplo
incluso va a reaccionar de modo tan inmediato que primero va a actuar y solo en un
segundo momento va a darse cuenta que ha actuado. En este caso concreto, vía
amígdala, el sistema emocional, dada la gravedad del peligro percibido, bloquea el
paso a la corteza cerebral e impele a una actuación inmediata. En los casos más
habituales la emoción, su evaluación de la situación, pasa por la corteza y es
evaluada a su vez por el sistema racional. A esta dimensión, que en cualquier caso
acapara la atención de la mente de la persona es lo que se denomina dimensión
cognitiva de la emoción.

Somática: A la vez que se produce la evaluación cognitiva se produce una


activación corporal (energetización), el cuerpo se prepara para la acción. Esta
activación es diferente según cada emoción, es decir es una activación específica,
diferente para miedo, enfado, alegría, sorpresa, etc.

La activación recorre dos vías, la neuronal y la hormonal por la que todo un grupo
de sustancias inunda la circulación sanguínea. Hay una activación de todo el
cuerpo, tanto vísceras como sistema muscular. En el ejemplo del miedo del párrafo
anterior, se activa el sistema notorio de la persona, de modo, esta se puede
encontrar subida en un alto sin saber cómo ha llegado hasta allí. Esta activación
afecta a la musculatura voluntaria y pone a todo el cuerpo en condiciones de
utilizarla: se altera la respiración, la frecuencia cardíaca, etc. Se manifiesta
especialmente en el rostro en el que se refleja la emoción y todo lo que está
sucediendo a la persona. Esta dimensión es interna a la persona, pero es
observable externamente, especialmente en el rostro.

La persona se hace consciente de este aspecto somático en un segundo momento,


cuando el desencadenante de la emoción (el peligro percibido en nuestro ejemplo
de la pitón) baja.

Relacional: La tercera dimensión es la relacional. En nuestro ejemplo significa que


todas las demás personas de la habitación detectan especialmente en el rostro,
también en los gritos, etc., que hay un peligro, no hace falta que la persona lo
exprese verbalmente. Este aspecto es externo a la persona, y esta es solo
consciente de él cuando esté en condiciones de observar a los otros y sus distintas
reacciones (también emocionales), es decir a través de un feedback. Sin embargo
este aspecto es fundamental y señala de nuevo la importancia de lo social en el ser
humano, de modo que las señales sociales de un peligro (miedo) ya están inscritas
en el mismo momento de su detección y no precisan que se envíe un mensaje
posteriormente.

Las emociones humanas.

Una emoción es un proceso que implica una serie de condiciones desencadenantes


o estímulos relevantes (lo que nos produce la emoción), la existencia de
experiencias subjetivas o sentimientos, diversos niveles de procesamiento cognitivo
(lo que pensamos), cambios fisiológicos o activación (los cambios en el
organismos), patrones expresivos y de comunicación, que tienen efectos
motivadores, es decir, movilizan para la acción, y una finalidad: la adaptación de la
persona que siente esa emoción al ambiente en continuo cambio.
Teoría de James-Lange (1884-87). Se intenta explicar el origen de uno de los
componentes de la emoción: las experiencias subjetivas o sentimientos, que serían
una consecuencia de los cambios fisiológicos, otro de los componentes de la
emoción, como por ejemplo los temblores, el sudor, o el aumento de la frecuencia
cardíaca. Se propone que después de la percepción de un estímulo (una mala
noticia, un imprevisto diario, recibir un regalo,…) se generan unas respuestas
fisiológicas y motoras que son las que producen la experiencia del sentimiento, y no
al contrario. La activación fisiológica es una condición necesaria para la existencia
de una respuesta emocional, que tendría un patrón fisiológico específico. Esto
implica también que elicitar algún patrón característico de una emoción haría que
se produjese una experiencia emocional.

El sentimiento emocional se produciría cuando el cerebro recibe y procesa (lo que


se llama retroalimentación) la información de los órganos y músculos que producen
las respuestas fisiológicas. Entonces serían estas respuestas junto con las
expresiones de las emociones las que originarían los sentimientos emocionales.
Esta es la base de terapias como la risoterapia: si comenzamos a reir y a hacer
expresiones de alegría se pueden producir los sentimientos emocionales de la
alegría.

Una de las pocas comprobaciones de esta teoría es la de Hohman (1966), en la que


se obtuvieron datos de personas con lesiones en la médula espinal para comprobar
si efectivamente la intensidad de los sentimientos variaba según la lesión estuviera
localizada más arriba o más abajo, (mientras más arriba menos sentimientos)
comprobándose que sí era cierto: entre el grupo de personas que estudió (soldados
con lesiones medulares) los que tenían la lesión localizada en un zona más alta sólo
tenían sentimientos que se expresan con las zonas de la parte superior del cuerpo,
del cuello para arriba ( como el llanto, ojos llorosos, o nudos en la garganta), los que
la tenían decían tener, por ejemplo, ira mental o fría, ya que no sentían el típico calor
en el cuerpo.
Teoría de Cannon-Bard.

Según esta teoría los estímulos emocionales tienen dos efectos excitatorios
independientes: provocan tanto el sentimiento de la emoción en el cerebro, como la
expresión de la emoción en los sistemas nerviosos autónomo y somático. Es decir,
tanto la emoción como la reacción ante un estímulo serían simultáneas.

La teoría de James-Lange proponía que primero venían las reacciones fisiológicas


y luego las emociones, la de Cannon-Bard superaba esta idea acercándose a lo que
hoy en día se piensa que es, más allá de la simultaneidad, una interacción entre
estos mecanismos.

Cannon y Bard creían que los estímulos externos procesados por el tálamo se
dirigían hacia la corteza cerebral y hacia el hipotálamo. El hipotálamo, a su vez,
envía información a los músculos, a los órganos del cuerpo y a la corteza.

La acción recíproca de la información de la corteza sobre lo que es el estímulo y


sobre su significación emocional tiene como consecuencia la experiencia
consciente de la emoción (sentimientos). Según esta teoría, las respuesta
emocionales y los sentimientos ocurren al mismo tiempo.La información del
estímulo emocional va primero al tálamo, y de ahí la información simultáneamente
es transmitida a la corteza cerebral (experiencia consciente de la emoción) y al
hipotálamo y SNA (donde se da la activación fisiológica).
Teoría de Schachter y Singer.

Schachter y Singer proponen que las emociones se producen tanto al interpretar las
respuestas fisiológicas periféricas como por la evaluación cognitiva del hecho que
origina esas respuestas fisiológicas. La forma de interpretar las respuestas
periféricas determinará la intensidad de las emociones que sintamos (alta, media o
baja intensidad); mientras que la forma de evaluar cognitivamente las situaciones
determinará la cualidad de la experiencia emocional (si es alegría, tristeza, miedo,
sorpresa, etc.)

En el año 1962, Schachter y Singer publicaron los resultados de un experimento


con el que pretendían comprobar la validez de su concepción del funcionamiento
emocional del ser humano. Administraron a un grupo de voluntarios una inyección
de epinefrina (también conocida como adrenalina, una hormona que producen de
manera natural la corteza de las glándulas suprarrenales y que activa la división
simpática del sistema nervioso autónomo, produciendo aumento del ritmo cardíaco
y aumento de la tensión arterial). Después distribuyeron a dichas personas al azar
en cuatro grupos experimentales de igual tamaño. En dos de ellos se les informó de
que la inyección que habían recibido causaría ciertos efectos fisiológicos; a los otros
dos grupos no se les dio información sobre dichos efectos. Además, a uno de los
dos grupos de sujetos informados se le puso en una situación que les inducía a
sentirse contentos, mientras que al otro de los grupos con sujetos informados sobre
los efectos de la inyección se le puso en una situación que les inducía a sentirse
enfadados. Por otra parte, se hizo lo mismo con los dos grupos de sujetos no
informados: a uno de dichos grupos se le puso en una situación que les inducía a
sentirse contentos, y al otro a sentirse enfadados.

En líneas generales, los resultados del experimento confirmaron las hipótesis de los
investigadores, ya que los sujetos informados de los posibles efectos de la inyección
no fueron proclives a sentirse particularmente contentos o enfadados, porque
atribuyeron su reacción fisiológica a los efectos de la inyección. Su sistema cognitivo
encontró en la información que se les proporcionó sobre los efectos de la inyección
la explicación de las reacciones fisiológicas de su organismo. Por el contrario, los
sujetos no informados experimentaron la misma activación fisiológica que los
informados, pero no la atribuyeron a los efectos de la inyección (pues no fueron
informados de ellos). Estas personas no informadas, al intentar encontrar una
explicación a su actividad fisiológica (mayor latido del corazón, etc.) concluyeron
que debía estar causada por una emoción; al buscar una emoción disponible (la
situación de alegría o enfado inducida por los experimentadores), encontraron una
explicación, y ajustaron su emoción a la situación en cuestión (los sujetos no
informados en situación de alegría, se comportaron de esa manera alegre, y dijeron
sentirse así, mientras que los no informados en situación de enfado, se enfadaron
y dijeron sentirse enfadados).
Conclusión.

Las consecuencias de llevar una vida reprimiendo nuestras emociones nos llevaran
a una laguna de pensamientos reprimidos. Anteriormente las emociones eran
reprimidas y no eran tan consideradas ni estudiadas con tanto detalle.

Estamos a la tendencia de reprimir las emociones, sobre todo las negativas, pues
lo que menos queremos cuando estamos en una situación es perder la calma y caer
en malos pensamientos, esto aunque sea algo muy acertado a la larga llega a ser
contraproducente. Pues una situación que logre quebrar nuestra voluntad nos
llevara al borde y la frustración, reprochando todo aquello que hemos reprimido.

Si quisiéramos fortalecernos y tener un mejor control de nuestras emociones


entonces no deberíamos reprimirlas, sino aprender a dominarlas. La meditación es
una excelente técnica de relajación y autocontrol. El desarrollo de la autodisciplina
es una otra manera de ocuparnos y darnos mejores resultados para lograr nuestros
objeticos y controlar nuestros impulsos.

La autodisciplina es la clave para poder llevar un mejor control de nuestras


emociones, llevando al individuo a llegar a tener un mejor panorama de las
situaciones y las ideas ante una adversidad.

Nuestro entorno es sumamente importante pues los vínculos sociales tienen una
gran influencia dentro de nosotros. Por tal razón si nuestro círculo social es toxico
nuestros pensamientos serán negativos y no darán emociones negativas haciendo
actos negativos, llevando a traer a otros individuos inconscientemente.

Por tales razones para poder dominar nuestras emociones es necesario no


reprimirlas, desarrollar buenos hábitos y rodearnos de pensamientos positivos y de
personas que realmente nos quieran o emitan buenos pensamientos.
Bibliografías.

https://sites.google.com/site/portafoliopsicoenfermeria/unidad-3-motivacion-
emociones-y-estres/3-1-emociones/3-1-1-teoria-de-schachter-y-singer

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2011686.pdf

https://elteologillo.com/2016/03/09/teoria-de-cannon-bard/

https://psicologiadelaeducacion1.wordpress.com/2015/05/10/teoria-de-cannon-
bard/

http://ipsicologo.com/2013/06/las-emociones-la-teoria-de-james-lange.html

http://elpsicoasesor.com/las-7-dimensiones-de-las-emociones/

http://www.educacionemocionalescuela.com/emociones-resumen-en-3-
dimensiones/

https://sites.google.com/site/1emocionesbasicas/bases-neuropsicologicas-de-las-
emociones

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