Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Este acercamiento está muy relacionado con el interés creciente por desarrollar
estudios integrales de las áreas naturales, cuya expresión exterior es el paisaje, o
al menos los elementos más evidentes y fácilmente .El estudio del paisaje va, por
lo tanto, muy ligado al de las áreas naturales, y por supuesto al de su evolución y
transformación, bien como consecuencia de procesos naturales o como resultado
de la intervención humana sobre ellos.
Las áreas polares, las selvas y los desiertos son esas zonas, inhabitables por sus
lejanías y condiciones cuestión que las convierten en las menos pobladas. Los fríos
intensos, la humedad y la fauna autóctona de las selvas, y la aridez de los desiertos
hacen que el hombre no pueda manipular el territorio.
Caso contrario ocurre con las zonas templadas, estas brindan condiciones óptimas
para la población humana, habitan más del 70 % de las poblaciones mundiales,
convirtiéndolas en las más pobladas de la tierra. Esto es gracias a las moderadas y
las lluvias abundantes generan un lugar propicio para el ser humano y sus
actividades de sustento. Por eso estos paisajes se ven alterados por la función del
hombre y los que quedan suelen ser protegidos como tales y son de pequeña
proporción. Podemos conocer algunos parques nacionales, reservas ecológicas,
parque recreativos, entre otras.
Las poblaciones en su mayoría se ven concentradas en uno 500 metros de alto, por
lo que deja a las zonas montañosas relegadas de esta ocupación. A esto se le suma
que el clima no es muy adecuado, debido al frio constante y los vientos habituales
y la forma del piso hacen que no se vea en las zonas más recomendadas. Tampoco
se pueden usar como sustento, ya que no se puede practicar la agricultura y las
comunicaciones se tornan difíciles. Estas áreas también suelen ser reservadas
como paisajes naturales.
Pero en los últimos años se arrimó una gran cantidad de gente a las zonas costeras
haciendo generando una escasez de los paisajes naturales en estás zonas.
CONCLUSION
El paisaje ha de ser considerado como un recurso natural que ha sufrido una fuerte
transformación como consecuencia de los cambios en los usos del suelo. Es un
recurso natural escaso, fácilmente depreciable y difícilmente renovable. Su
deterioro supone una pérdida de calidad del medio perceptual, y por lo tanto incide
negativamente en el grado de bienestar humano y la calidad de vida, al romper la
relación del individuo con su entorno.
Por ello, el paisaje ha de ser considerado un bien digno de ser protegido. Llevar a
efecto esta protección tiene una serie de dificultades, algunas derivadas del propio
carácter dinámico del paisaje. La protección del paisaje no es una congelación de
sus formas, sino que supone el entendimiento de las relaciones geográficas de
causa - efecto, la comprensión de los procesos de cambio, de las demandas de
usos, de las posibilidades de mantenimiento espontáneo de las formas, etc. Es
necesario, por lo tanto, establecer fórmulas posibles y viables para su funcionalidad,
pues si los paisajes no están vivos, difícilmente pueden mantenerse.
Paisajes vivos y con unas poblaciones asentadas en íntima y estrecha relación con
ellos que no tienen que renunciar a un legítimo desarrollo y bienestar, y para
conseguirlo no han de ver en la conservación de su entorno un obstáculo, sino un
aliado. Esta conservación debe fundamentarse tanto en los valores naturales de
algunos territorios, como en los estéticos, dos criterios que pueden coincidir pero no
tienen por qué hacerlo.