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El estelar papel de la víctima frente a la ley penal.

Es un fenómeno que nos está golpeando la puerta, y cada vez más fuerte. El papel de la
víctima en el derecho penal; tanto en su faceta procesal como en la de ejecución de la pena.
Entendiendo a la víctima como quien fue en un momento confiscada por el Estado en esta
especie de expropiación del conflicto, es traída de alguna manera por los legisladores yendo
al caso en los proyectos de reforma tanto del código penal de nación como el código
procesal penal de la provincia de buenos aires, y como también fue incorporada en lo que
ya dejo de ser un proyecto para convertirse en ley en el año 2017 con la temática de la
ejecución penal. ¿De qué clase de victima hablamos ?¿Una víctima mediática? O acaso una
víctima que ha sido desprotegida por el Estado y ahora es empoderada para, por sus propios
medios, llegar a la idea de “hacer justicia” o de por lo menos lograr modos de protección
eficaces. ¿Qué es esto de la victimología? Sabemos que es algo nuevo por asi decirlo pero
tampoco es que fue inventado por estas reformas en puerta que mencionábamos. ¿Es una
manera que tiene el Estado de desentenderse de la misma? Mencionar programas que
existen en la actualidad para la victima desde el Estado y desde las ONG.

Análisis duro de la normativa. Reflexiones.

Justicia restaurativa y víctima. Reparación del daño.

Comenzamos por el principio; qué se entiende por víctima? Según la Real Academia
Española pueden darse cinco definiciones de lo que se entiende etimológicamente por la
palabra víctima;

1. Persona o animal sacrificado o destinado al sacrificio.


2. Persona que se expone u ofrece a un grave riesgo en obsequio de otra.
3. Persona que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita.
4. Persona que muere por culpa ajena o por accidente fortuito.
5. Persona que padece las consecuencias dañosas de un delito.
Consideramos que el punto 1 no nos arroja nada relacionado con nuestro análisis
pero luego observamos que toda la restante numeración contiene puntos en común.
En tanto la víctima es una persona expuesta, que padece un daño llegando a poder
morir incluso y que en definitiva, podemos considerar que es el punto 5 el cual
cuadraría más perfectamente en los motivos que nos llevan esta exposición. Persona
que padece las consecuencias dañosas de un delito, sea porque es quien sufre el
delito, me represento el caso de un robo, una violación a la propiedad, una estafa. O
mismo también es víctima la persona que muere, trasladándose esa victimicidad por
así llamarlo a quien tenía vínculos afectivos con la persona fallecida, léase familia,
amigos, pareja, etc.
Siguiendo en la línea de las definiciones ahora vamos a indagar en la línea
normativa. Para la reciente sancionada Ley de Derechos y Garantías de las Personas
Víctimas de Delitos la víctima está definida en el artículo segundo; “Se considera
víctima:
a) A la persona ofendida directamente por el delito;
b) Al cónyuge, conviviente, padres, hijos, hermanos, tutores o guardadores en los
delitos cuyo resultado sea la muerte de la persona con la que tuvieren tal
vínculo, o si el ofendido hubiere sufrido una afectación psíquica o física que le
impida ejercer sus derechos.”

Abandonemos entonces las definiciones y pasemos a relacionar los conceptos vistos con los
saberes que nos ocupan, es decir, las cuestiones o conflictos delictivos. Originariamente
sabemos, desde que comenzamos el estudio de una ciencia criminal, que el Estado es por
excelencia expropiador del conflicto, y con ello es confiscador de la víctima. Así ha nacido
de hecho el sistema inquisitorial.

Pero que queremos decir con esto ( MANUAL ZAFFA ALAGIA SLOKAR ) , en
resumidas cuentas se trata de que el Estado encargado de alguna manera de mantener la paz
social, ante un hecho generador de conflicto en materia penal, será el encargo de
adjudicarse la resolución del mismo a través de un procedimiento acusatorio, buscando la
aplicación del castigo “justo” a quien genero o infracciono la ley. En las sociedades
modernas ese castigo se traduce generalmente en una pena privativa de la libertad. Por el
otro lado, dándose esta expropiación del conflicto se confisca a la víctima. Es decir, se la
anula. Se la borra del mapa por así decirlo y el proceso entonces se centra en la pena a
aplicársele o no al infractor y a la necesidad de restablecer una especie de orden social
estipulado o idealizado. El derecho penal en todas sus vertientes se ocupa del delincuente,
de imputarle o no la comisión del hecho, de estudiarlo criminológicamente hablando en su
sentido de como se lo criminaliza por ejemplo, analizar las etapas que atraviesa para llegar
o no a una posible condena, e incluso incursiona en su tratamiento penitenciario, en miras
de su reinserción a la sociedad.

Llegamos a la denominada victimología que no es más que el estudio científico de la


víctima. No estamos hablando de una ciencia vieja, añeja, sino todo lo contrario. Es una
ciencia considerada como nueva, muchísimas veces relacionadas por muchos autores con la
criminología. Puedo inferir que si consideramos que la criminología estudia de alguna
manera al delincuento y sus contextos, un pronóstico significaría determinar cuál es el
grado de delincuencia o la posibilidad de que la persona vuelva a cometer un nuevo delito.
De todos modos considero que tanto la ley vieja como la reformada debieran especificar el
contenido del informe más allá de la sola indicación de la indicación de los factores que
inciden en la producción de la conducta criminal y las modificaciones a lograr en la
personalidad del interno para dar cumplimiento al tratamiento penitenciario.

El planteo nace entonces de una simple pregunta; ¿Quiénes?¿Quienes son las victimas?¿Quienes
son las victimas qué propone el proyecto de nuevo código procesal penal ? La sociedad exige mano
dura; los medios de comunicación dirigen a su vez ese querer o esa voluntad de masas.

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