Quiero llorar y no puedo,

quiero reír, y tampoco,

quiero pensar y
de tanto pensar, me quebranto
suspirando..., por un instante sólo.

Presente y futuro...
Pasado...
ya ha transitado.
Lo que hubo en mí,
sigue en mí,
no lo devuelvo.
Es...,
lo que yo he caminado
¡Mi pasado!

En recuerdo de él
sigo buscando,
¡aquello hallado!

Aunque se fuera,
en mi corazón vive
como el olor a jazmín
ayer sembrado...

Junto al recuerdo aún está

aquello, que fui buscando...,
aquello que no encontrara
y, con el paso del tiempo
la vida aún..., no me lo ha regalado.

Ese trocito de paz,

donde yo me diera vueltas
como en ¡La Mar!,
vueltas daba.
Que hermosa, estaba la mar...

Libre, satisfecha, ¡Plena!

¡Qué horas, el mar regalaba!
Así me sentía yo.
Libre, satisfecha, ¡Plena!
Si el mar, generoso es,
la tierra, creí que fuera
rumbosa, amándola tanto
como la puedo querer.

¿Confianza en ella?
Siempre mi energía
en ella, tornará y volverá a creer.

Libre, satisfecha, ¡Plena!

¡Como en el mar!
Quiero sentirme...
¡EN TIERRA TAMBIÉN!

Maruxa Oñate Español

27 de agosto de 2018

A veces me pregunto ¿Qué

enseña más en la vida, el dolor
o el amor? Siempre me
respondo: ¡Tonterías! Lo
importante es cómo hacer para
que las personas seamos
vitales, cómo hacer para
desarrollar el instinto de vida
en el ser humano? Buena
respuesta, aunque sin ningún
argumento. No sé cómo. Sólo
sé que a veces somos como
vasos comunicantes.
-De frases maruxianas de ha
mucho-