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La Ley de Empresas Sociales

La Asamblea Legislativa Plurinacional ha sancionado la Ley de Creación de Empresas


Sociales, cuyo objetivo es regular la forma de su constitución, para los casos de quiebra,
liquidación, concurso preventivo, cierre y abandono injustificado, permitiendo que los
trabajadores puedan reorganizarlas y reactivarlas.

Esta norma, elaborada sin consensos, es esencialmente confiscatoria porque no garantiza el


ejercicio del derecho a la propiedad privada, establecida en la Constitución Política y que no
solo otorga la posibilidad de ejercer posesión sobre un determinado bien, sino también
engloba la facultad de ejercer actos de disposición, gestión, administración y liquidación
sobre ese bien.

Evidentemente el derecho a la propiedad privada está supeditado al cumplimiento de un fin


social. Sobre ello, es importante destacar que un empresario provee bienes o servicios para
la sociedad; ingresos para el Estado y empleo para los trabajadores, y ese conjunto de valores
constituye la función social.

La Ley de Empresas Sociales no solo desconoce la posibilidad de ejercer el derecho a la


propiedad privada en sus dimensiones integrales, sino que además desconoce la función de
los emprendimientos como fuentes generadoras de valor para la sociedad. Esta propuesta
regulatoria no entiende que la empresa es una persona jurídica constituida como activos y
pasivos que se explican unos con otros y que no pueden desmembrarse como parcialidades.

También incide negativamente en la relación del trabajador con el empleador. Cuando el


empleador define incorporar a un trabajador a su emprendimiento, lo hace en atención a sus
necesidades y a las cualidades personales, técnicas y profesionales de ese trabajador y, en la
comprensión que está constituyendo una relación jurídica, basada en el respeto y la mutua
cooperación. El emprendedor provee al trabajador los beneficios inherentes a la relación
laboral, además de estabilidad, autoestima e incluso dignidad; pero, de ninguna manera,
puede cederle la posibilidad de definir sobre su propiedad.

La Ley de Empresas Sociales entiende que la relación entre trabajadores y empleadores es


eminentemente antagónica. La posibilidad que un emprendimiento tenga la calidad de fuente
generadora de valor, tiene mucho que ver con la viabilidad de contar con una relación fluida
y eficiente entre el empleador y sus trabajadores.

Esta ley parte de la idea de que el emprendedor, deliberadamente, desea fracasar o que,
intencionalmente, va a acudir a un proceso de quiebra, incidiendo en una extensa y abundante
regulación de los mecanismos de protección de los trabajadores, incluso a costa de otros
acreedores de la empresa.

La norma prescinde de los problemas estructurales de nuestro sistema de justicia que no


pueden ser desconocidos; pues allí se ventilarán los
procedimientos para la creación de estas empresas sociales y no considera la falta de
conocimiento y formación de los juzgadores, sobre temas financieros, mercado, provisiones,
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cadenas de pago, entre otros, con los que se mueven las empresas. Desconoce los derechos
de los restantes acreedores de las empresas, perjudicándolos y afectando a las cadenas de
pago que existen en el país, sobre las que se sustenta también el movimiento económico.

En suma, la preocupación trasciende hacia las connotaciones de la aplicación de esta norma


en un espacio económico específico, advirtiendo sus impactos sobre relaciones, derechos y
prerrogativas y, sobre todo, atentos a preservar el espacio mínimo y pacífico de la
convivencia en nuestra sociedad.

En esta perspectiva, la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, asume que la Ley


de Empresas Sociales, en su actual redacción, constituye una peligrosa herramienta para
afectar los derechos a la propiedad privada y la libertad de empresas, por lo que se ha decidido
impugnar su contenido ante las instancias jurídicas que corresponden.

Un juez civil o laboral, dependiendo del caso, serán los responsables al final de determinar
el paso de una firma a los trabajadores. En La Paz hay cinco empresas que pasaron a los
trabajadores como Polar, Cerámica Victoria, Punto Blanco y dos empresas textiles, una de
ellas se ha cerrado porque los trabajadores no pudieron mantenerla, reveló.

Ahora el objetivo de la norma es generar facilidades y procurar que los trabajadores cuenten
con “recursos (económicos) extraordinarios para operar la firma. “Ésta ley, además les
facilita que acreencias por ejemplo con proveedores de luz, gas y otros puedan seguir
facilitándoles”

CEPB presentó diez observaciones


jurídicas al Proyecto de Ley de Empresas
Sociales en reunión con Gonzales

El Presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB) Ronald


Nostas, consultado sobre la reunión que sostuvo con el titular del Senado José Alberto
Gonzales el pasado viernes 19, informó que en esa oportunidad presentaron diez
observaciones al Proyecto de Ley de Creación de Empresas Sociales. “Nuestro equipo
especialista expuso diez observaciones, sustentadas jurídicamente, que demuestran los
vacíos, inexactitudes e incongruencias de artículos del Proyecto, que contradicen a leyes
vigentes y, en algún caso, a la propia Constitución”, señaló.

Según explicó, además de su carácter confiscatorio, el Proyecto de Ley no considera los


derechos de otros acreedores que pudiera tener una empresa que esté en proceso de quiebra,
liquidación, cerrada o abandonada de forma injustificada, pero tampoco toma en cuenta los

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derechos del propio empresario propietario, ya que presupone su culpa y su responsabilidad
completa en cualquiera de estas situaciones

Otra de las falencias jurídicas de la Propuesta se refiere, según Nostas, a que solo legisla
sobre el traspaso de los activos en favor de los trabajadores y no así de los pasivos. “No puede
permitirse la transferencia de la empresa sin que los trabajadores garanticen el pago del total
de los pasivos que deben traspasarse conjuntamente los activos”, afirmó.

A criterio del dirigente, el redactor de la propuesta ignora principios esenciales del derecho
como son la razonabilidad y la proporcionalidad. En este último caso, según el empresario,
resulta desproporcionado que un retraso en el pago de sueldos de tres meses pueda ser
sancionada con la expropiación de su bien patrimonial. “No solo es desmedido, sino injusto
e irracional y reñido contra todo principio de justicia y derecho”

Explicó que, según el Código de Comercio, las sociedades de responsabilidad limitada y las
sociedades anónimas se fundan sobre el principio de la limitación de la responsabilidad de
los socios, hasta el monto de sus aportes. “La Propuesta de Ley de empresas sociales destruye
este principio y posibilita la persecución de los deudores y el despojo de su propiedad, lo que
implica otra contradicción con la norma”.

Adicionalmente aclaró que actualmente, una empresa puede liquidarse por ocho causas
totalmente justificables, y ser sometida a proceso establecidos que reconocen acreencias y
extinguen la persona jurídica, sin mayores derivaciones, ni consecuencias, como el acuerdo
de socios, vencimiento del término de la sociedad, cumplimiento de la condición a la cual se
supeditó su existencia, fusión de la sociedad, entre otros.

Asimismo señaló que resulta en una distorsión de los principios jurídicos, asumir que la
disminución de la producción sea una causal para definir que una empresa ha sido
abandonada injustificadamente. “Hay decenas de causas, incluso por temas climáticos,
comportamiento de mercados, falta de control del contrabando por parte del Estado, y otros,
por las que la producción puede bajar incluso de manera sistemática; asumir que eso es causal
para que le arrebatan la empresa resulta en un despropósito”, dijo

Nostas reiteró su propuesta que primero se apruebe el nuevo Código de Comercio y que allí
se incluya a las empresas sociales, definiendo su naturaleza y alcance y, en base a estas
orientaciones, se promulgue una norma específica que sea justa, equilibrada y legítima “para
que responda a la Constitución Política del Estado que garantiza la propiedad privada y la
libertad de empresa y que funda el modelo económico boliviano sobre principios como la
igualdad, seguridad jurídica, equilibrio, justicia y transparencia”, señaló.

El Presidente de la CEPB consideró además que este Proyecto es un retroceso respecto al


Decreto Supremo 1754 de Octubre de 2013, que, a su criterio, establecía “mecanismos más
racionales como la oferta de venta preferente y la determinación que los trabajadores que
constituyan empresas sociales, asuman la responsabilidad y el riesgo de controlar y organizar
la administración del patrimonio de forma colectiva”.

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Finalmente indicó que están a la espera que la Cámara de Senadores les haga llegar la
respuesta a sus observaciones y al planteamiento de fondo, es decir la postergación del
tratamiento hasta que se apruebe el nuevo Código de Comercio. “No hay ninguna razón
conocida o lógica por la que los fabriles tengan tanta prisa en aprobar esta norma; creo que
es mejor esperar para hacer las cosas bien y sin consecuencias que todos lamentemos”,
recalcó.

Mirtha Arce: La Ley de Empresas Sociales


es el acabose del empresariado privado en
Bolivia
mayo 3, 2018 Miguel Atiare 0 comentarios
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MARIELA QUIROGA

La senadora Mirtha Arce que la reciente promulgación de la Ley de Empresas Sociales es el


“acabose del empresariado privado”, sumado a otras medidas que lanza el Gobierno nacional,
como el pago de un doble aguinaldo para esta gestión.

“Creo que ese es el acabose del empresariado privado en Bolivia. Yo lo lamento, porque hace
3 meses atrás que se han cerrado 2.000 unidades productivas sólo en la ciudad de El Alto, es
decir, que si se multiplica por tres o más, son alrededor de 6.000 familias que se han quedado
sin trabajo, sin una fuente de ingreso”, explicó.

Arce considera que en el contexto actual ninguna persona se animaría a iniciar una empresa
considerando la vigencia de esta ley y por otro lado, medidas como el pago del doble
aguinaldo para esta gestión.

“Es un golpe durísimo al empresariado privado. Hoy en día quién se va a animar a abrir una
empresa, con el riesgo de que el día de mañana por x o y motivo, se liquida un
empresariado, el riesgo es inminente”, aseguró.

La legisladora considera que el Gobierno nacional no está asumiendo las decisiones más
adecuadas. Por lo que cree, que el presidente Evo Morales está siendo mal asesorado en temas
productivos y empresariales, y necesita un cambio de timón.

El secretario Permanente de la Central Obrera Departamental de Tarija, Rufino Gómez, opina


que esta nueva ley no afectará a los empresarios.

“Consideramos que es una medida adecuada, en el sentido de que, si bien algunas empresas
que se consideran afectadas económicamente por la política gubernamental, seguramente los

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compañeros trabajadores no van a querer quedarse en la calle y tendría que asociarse y asumir
esta oportunidad que les da el gobierno”, aseveró.

En ese sentido, considera que más bien es una medida beneficiosa porque ante el riesgo de
quiebra de una empresa, los trabajadores tienen la oportunidad de organizarse y evitar el
cierre de la empresa y así conservar sus fuentes laborales.

El presidente Evo Morales promulgó el martes la Ley de Empresas Sociales, medida que fue
cuestionada por los empresarios y microempresarios, quienes consideran que pone en riesgo
al sector.

Para Morales, esta nueva ley no es una medida en contra de los empresarios, sino un
mecanismo para garantizar el trabajo.

“La creación de empresas sociales no es para quitar sus empresas o industrias a los
privados… Si ese privado no puede o abandona o está en déficit, ahí los trabajadores se
organizan para tener una empresa social”, dijo tras la promulgación de la norma.

Opinión
2 de mayo de 2018 09:28

Cuando hacer empresa social no cuesta

En Bolivia el ser emprendedor y decidirse por hacer empresa se convierte en una verdadera odisea
digna de admirar, según afirma Ronald Nostas, presidente de la Confederación de Empresarios
Privados de Bolivia (CEPB) al señalar que en nuestro país se requiere de 14 pasos burocráticos para
abrir una empresa legalmente establecida que involucran tramites en notaria, Impuestos
Nacionales, FUNDEMPRESA, Sistema Financiero, Gobierno Municipal, Ministerio del Trabajo, AFP,
Caja de Salud, entre otros.

Cumplir con las obligaciones tributarias propias de una empresa requiere de un total de 1.025 horas
por año para un empresario boliviano, comparativamente elevado frente a la realidad de Colombia
donde solo se necesitan 239, o Chile 293, o Perú 291 o Uruguay 321 horas respectivamente.

Ahora bien, las empresas privadas bolivianas realizan por año 42 pagos por concepto de impuestos
a las utilidades, aportes patronales, seguridad social y otros mientras que sus pares en Chile realizan
7 pagos, Ecuador 8 pagos y Argentina 9 pagos anuales.

Si a este se suma que Impuestos Nacionales asume una actitud “bravucona” con los empresarios
privados con multas, sanciones y fiscalizaciones por demás excesivas que salen de toda lógica y
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comprensión, se configura un clima por demás desalentador para los emprendedores.

Este 1ro de mayo el presidente Evo Morales promulgó la Ley de Creación de Empresas Sociales a
pesar de las disidencias y severas críticas desde la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia
(CEPB), analistas económicos y académicos entendidos en la materia.

La ley en líneas generales establece la opción de que los trabajadores puedan “heredar” una
empresa que se encuentren en proceso de concurso preventivo, quiebra o liquidación, lo cual será
determinado por un juez a simple trámite solicitado por representantes acreditados del gremio de
trabajadores con la firme intención de conformar una empresa social para preservar y salvaguardar
sus fuentes de empleo.

No existen muchos condicionamientos para que se pueda establecer la viabilidad de la nueva


empresa privada, salvo el dictamen de un juez en base a un peritaje del cual se desconocen los
criterios e indicadores sujetos a valoración. Entonces de los 14 pasos burocráticos detallados por
Nostas, pasamos a un par de pasos que en teoría beneficiarían a los trabajadores empresarios para
poder iniciar una nueva empresa de los remanentes de la anterior, ¿existe lógica?

Bien lo describe Gonzalo Chávez, reconocido analista económico, cuando señala que el ciclo natural
del mercado hace que el cierre de empresas está dado por un sinfín de causales, es algo que pasa
en todas las economías a nivel mundial, sin que esto deba ser motivo de intervención del Estado
para tomar medidas de salvataje para mantener a los trabajadores en sus fuentes laborales.

Las empresas no son eternas y es justamente ese ciclo de apertura-cierre que dinamiza una
economía que incentiva a la competitividad y diversificación en la producción de bienes y servicios
no solo mirando exclusivamente el mercado local sino perfilarse a posicionarse en mercados
internacionales.

El Gobierno Nacional asume la promulgación de la Ley de Creación de Empresas Sociales con un


trasfondo claramente político para reconducir su relación con la Central Obrera Boliviana (COB) esto
con miras a recomponer una alianza de cara a las elecciones del 2019.

Lanzar empresas sociales a la economía nacional, sin capital, sin capacidad real de poder
reinventarse y adaptarse a las cambiantes condiciones de mercado, sin visión más allá de sostener
fuentes de empleo aun siendo insostenible e inviable da cuenta del manoseo en las políticas de
Estado en materia económica.

¿Soluciones? Están ahí, en cancha del Gobierno Nacional, abolir el pesado sistema burocrático de
14 pasos y rediseñar un marco institucional más eficiente que permita crear nuevas empresas sin
mayores costos en tiempo y dinero, alivianar la carga impositiva para que más bolivianos salgan de
la informalidad y se decidan por crear una empresa legalmente constituida que aporte al desarrollo
del país, generando fuentes de empleo y por ende mejorar las condiciones de vida de los bolivianos
a partir de mayores oportunidades.

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No basta con subvencionar el empleo, los causales del subdesarrollo de Bolivia yacen simplemente
en la satanización de la empresa privada cuando este es un aliado innegable del progreso y
crecimiento económico de un país.

La ANP advierte: Ley de Empresas Sociales


alentará el sabotaje y apropiación forzada
de empresas
27 abril, 2018 59 Views

Un análisis realizado por la organización que representa a diarios, revistas, semanarios y


una agencia de noticias concluye que la aplicación de la norma impulsará la creación de
empresas informales que no otorgan estabilidad laboral y eluden el pago de obligaciones
sociales a sus trabajadores.

ANP

La Asociación Nacional de la Prensa de Bolivia (ANP) advierte que el proyecto de Ley de


Creación de Empresas Sociales que se debate en la Asamblea Legislativa Plurinacional
alentará el sabotaje y la ineficiencia de los trabajadores de unidades productivas y de
servicios con la finalidad de apropiarse de las empresas privadas.
Un análisis realizado por la organización que representa a diarios, revistas, semanarios y una
agencia de noticias concluye que la aplicación de la norma impulsará la creación de empresas
informales que no otorgan estabilidad laboral y eluden el pago de obligaciones sociales a sus
trabajadores. El empleo de calidad caerá y será reemplazado por ocupaciones temporales al
margen de las normas de protección social.
La propuesta genera condiciones adversas a la inversión privada y un ambiente de
inseguridad para la creación o fortalecimiento de empresas a cargo del empresariado
boliviano. En particular el inciso c) del Artículo 4 de esta nueva norma que impulsa el cierre
de las empresas, fomentará la mediocridad, el sabotaje y la baja productividad para que pasen
a manos de los trabajadores. Con este tipo de normas comienza la destrucción de una cultura
y práctica de la actividad económica en armonía entre empleadores y trabajadores, mediados
por un orden jurídico que ahora sufre ruptura.
El parágrafo II del artículo 4 del proyecto concentra su atención en el “cierre o abandono
injustificado de una empresa privada” y excluye las otras formas de organización, tales como
la comunitaria, estatal y social cooperativa, reconocidas en el artículo 306 de la Constitución
Política del Estado (CPE). Ello denota un propósito explícito de afectar a un sector que genera
actividad económica, tributa, crea empleo, ofrece capacitación a sus dependientes y es el
sustento económico del país.
La Carta Magna en el artículo 311 expresa que “todas las formas de organización
económica…gozarán de igualdad jurídica ante la ley”, pero el proyecto derriba este principio.
La norma en debate violenta el artículo 308 de la Constitución que “reconoce, respeta y
protege la iniciativa privada”, “garantiza la libertad de empresa y el pleno ejercicio de las

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actividades empresariales”. Este principio constitucional se interpreta como un
reconocimiento a la libertad del empresario de crear o cerrar una empresa cuando los
resultados no garantizan la continuidad de una actividad económica.
La ANP convoca a la ciudadanía a preservar las fuentes de empleo generadas por el sector
privado y el respeto a la Constitución que garantiza toda forma de actividad económica
promovida por empresarios que creen en la construcción de una sociedad de justicia, con
respeto al trabajo honesto y las normas que protegen las libertades y la democracia.
Convoca a los trabajadores a preservar sus fuentes de empleo y rechazar toda acción
oportunista de una dirigencia sindical animada por una voracidad de poder a cualquier costo.

Creación de empresas sociales


En mayo de 2017 publiqué el artículo Confiscación solapada, con relación a un proyecto de
ley de creación de empresas sociales que contenía más interrogantes preocupantes que
posibles soluciones reales y efectivas. Hoy resurge el tema, con un texto en proceso de
aprobación que casi no ha tenido modificaciones sustanciales con relación al proyecto
anterior, por lo que las preocupaciones e interrogantes se retoman con fuerza porque es
inminente su aprobación, a pesar de los tardíos reclamos de la empresa privada, que es la
directa afectada.

El artículo 2 del proyecto de ley de creación de empresas sociales define a estas como las
constituidas por los trabajadores activos de una empresa privada en proceso, en curso o
finalizado, de quiebra, concurso o liquidación; cerrada o abandonada de forma injustificada,
cuya finalidad es reactivar la producción, reorganizar y absorber la mano de obra,
incursionando en el mismo mercado que la empresa original u otro similar, en defensa de sus
fuentes de trabajo.

A diferencia de lo que ocurre en otros países es el Estado el que se preocupa de establecer


políticas de empleo que eviten la desocupación y la subocupación y precautelar el
funcionamiento de las empresas económicas para que mantengan las fuentes de trabajo. La
ecuación es sencilla: el empresario crea empresas con fuentes de trabajo y genera ingresos al
trabajador y, obviamente, procura recuperar la inversión realizada.

Las empresas pueden caer en cesación de pagos, insolvencia y en el consiguiente mecanismo


forzoso de ingresar a una liquidación, concurso o quiebra, por muchos factores. Como
ejemplo, uno de los principales factores que aprietan la vida económica de una empresa es la
exigencia tributaria más allá de lo razonable y posible, generando situaciones de
incumplimiento forzoso en las obligaciones que perjudican al empresario y a los trabajadores.
Otros factores que afectan el funcionamiento y crecimiento empresarial, son las inauditas
disposiciones legales de limitar exportaciones, con lo que se pierde mercados en el exterior,
y así podríamos seguir detallando las piedras y obstáculos que el mismo Gobierno pone al
funcionamiento económico empresarial.

Si una empresa entra en proceso de liquidación, concurso o quiebra, no es que lo haya


buscado intencionalmente, es efecto de muchos factores. Y pensar que los trabajadores,
precautelando sus fuentes de trabajo, pudieran crear sobre las cenizas de la empresa fallida
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una empresa social, que, por arte de birlibirloque, empezaría a producir, a funcionar y
mantener los sueldos de los nuevos dueños, parece más cerca a la ilusión que a la realidad.

Es un asunto muy delicado, con el agravante de que para retomar el funcionamiento normal
de la empresa social, el Estado va a tener que entregar los fondos necesarios para su
funcionamiento, desviando dineros públicos para actividades privadas que tampoco tendrán
garantía de funcionamiento y de obtención de utilidades, se estaría causando expectativas
falsas de corte político y ausencia de conceptos económicos y jurídicos mínimos
indispensables que se requieran para que funcionen empresas con creación de fuentes de
empleo.

Obreros observan Ley de Empresas


Sociales y dudan de su aplicabilidad
Economía

Trabajadores fabriles en una marcha que se realizó en Cochabamba (foto de archivo).


| José Rocha

Roger Medina Candia

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Publicado el 04/05/2018 a las 0h32
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Aunque la Ley de Empresas Sociales, promulgada por el presidente Evo Morales el 1 de


mayo, permite que los empleados de empresas quebradas o cerradas asuman la
administración de las mismas bajo tres causales, no resuelve los problemas administrativos,
las dificultades financieras ni la coyuntura adversa para el sector industrial y de servicios,
observaron algunos trabajadores de Cochabamba consultados por Los Tiempos.

La norma fue duramente cuestionada por la Confederación de Empresarios Privados de


Bolivia (CEPB), que realizó 10 observaciones en 2017 al proyecto tratado en la Asamblea
Legislativa Plurinacional (ALP) y reiteró su postura cuando la norma fue replanteada este
año.

“El contenido de la norma mantiene su carácter confiscatorio, enfrentando a trabajadores y


empleadores”, señaló anteriormente la CEPB a través de un comunicado.

Para el trabajador de una fábrica de calzados de Cochabamba Marcelo Duarte (nombre


ficticio), la nueva ley otorga mayor seguridad laboral a todos los operarios porque frena las
“amenazas” de los dueños de grandes empresas que recurren a la mala situación financiera
de las compañías como estrategia para vulnerar derechos.

“Estábamos esperando desde hace tiempo una ley así, gracias a Dios salió. Creo que a la ley
se olvidó que una empresa que pasa a manos de los trabajadores necesita de administradores,
todo tipo de conocimiento a nivel empresarial”, observó Duarte.

Contrariamente, el empleado del sector de administración de una fábrica de insumos para la


construcción Raúl Choque (nombre ficticio) afirmó que la ley no brinda seguridad laboral al
obrero, porque sostuvo que si una empresa se declaró en quiebra es porque no tuvo la
capacidad financiera suficiente para pagar los beneficios sociales de sus trabajadores.

“Si se ha declarado la quiebra, como trabajadores, cómo podemos hacer para reactivar
económicamente la empresa, no lo veo coherente. Ese riego me hace pensar que la empresa
va a desaparecer, es un riesgo innecesario”, explicó Choque.

Añadió que se deben evaluar los factores que llevaron al cierre y señaló que no hay mercados
para la venta de insumos en Bolivia.

Por otro lado, la operaria de la línea de producción de una fábrica de calzados María González
(nombre ficticio) señaló que estaría dispuesta a asumir la responsabilidad de administrar una
empresa social para evitar el cierre de las fuentes laborales.

“Para que esto se encamine, habría que ver hasta dónde los trabajadores tendríamos la
capacidad de hacer que la fábrica empiece a producir, prácticamente desde cero. Más aun en
este contexto, no hay materia prima, no hay cuero. Son muchos problemas”, indicó.

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HAY OCHO EMPRESAS QUE ESTÁN EN LA MIRA

El secretario ejecutivo de la Confederación General de Trabajadores Fabriles de Bolivia


(Cgtfb), Vicente Pacosillo, informó que al menos ocho empresas en quiebra están en la mira
de los trabajadores, tras la promulgación de la nueva Ley de Empresas Sociales, cuatro de
ellas establecidas en La Paz .

Señaló que, en Cochabamba, la empresa Curtiembre de América, que se dedicaba la


elaboración de material de cuero, quebró hace siete meses

“El empresario la cerró y los compañeros están en la calle”, lamentó.

MINEROS VEN GARANTÍAS DE ESTABILIDAD EN LA NORMA

ABI

El secretario ejecutivo de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia,


Orlando Gutiérrez, defendió ayer la Ley de Empresas Sociales y afirmó que garantizará la
estabilidad laboral de los obreros ante los constantes cierres de empresas que se declaran en
quiebra para no pagar beneficios sociales a sus empleados.

El dirigente rechazó que la Ley de Empresas Sociales sea atentatoria contra la propiedad
privada, como advirtieron los empresarios privados, que se declararon en emergencia ante la
vigencia de la norma.

“Para nosotros, no es atentar a la propiedad privada; para nosotros es garantizar la estabilidad


laboral de los trabajadores con la responsabilidad de cada uno de los empresarios en todos
los rubros del país”, dijo.

A su juicio, algunas empresas abren y cierran “en cualquier momento” bajo el argumento de
que no hay productividad, dejando a sus trabajadores a la deriva, sin el pago de beneficios
sociales. “En un par de semanas vuelven a abrir esas mismas empresas y contratan de cero a
los mismos trabajadores con bajos sueldos”, añadió.

Contrariamente, el presidente de la Confederación Nacional de la Micro y Pequeña Empresa


(Conamype), Néstor Conde Apaza, dijo que las pequeñas unidades productivas son las que
presentan mayor riesgo con la aplicación de la ley, ya que en caso de entrar en quiebra pueden
perder hasta sus viviendas.

“Los trabajadores, que van de cinco hasta 15, se apropien de nuestras viviendas, entonces es
un peligro para el sector”, argumentó

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Bolivia: Teoría y práctica de las empresas
sociales
(Por Alfredo Rada Vélez) ¿Una empresa industrial en manos de los trabajadores? La sola
idea alarmó a los empresarios, que propagaron a los cuatro vientos su particular versión de
que se estaba poniendo en peligro las inversiones productivas por un proyecto gubernamental
“confiscatorio”. Esas fueron las exaltadas palabras del señor Ronald Nostas, presidente de la
Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), entidad que representa los
intereses generales de la burguesía. Varios medios de comunicación se sumaron
inmediatamente a la campaña tergiversadora buscando generar incertidumbre en el ámbito
de los negocios particulares.

Salieron al paso los dirigentes obreros de la Confederación General de Trabajadores Fabriles


de Bolivia (CGTFB), organización afiliada a la COB que propuso la idea de legislar sobre
las empresas privadas declaradas judicialmente en quiebra fraudulenta, en las que el proceso
productivo pasa a control de los trabajadores. Esos dirigentes defendieron su proyecto y
desmintieron las falaces versiones de Nostas.

Salió así a la luz pública que desde el 7 de octubre del año 2013 está en vigencia el Decreto
Supremo 1754, cuyo objeto es: “Facilitar la constitución de empresas sociales de carácter
privado, en el marco de lo establecido en el artículo 54 de la Constitución Política del
Estado”.

El parágrafo III del mencionado artículo 54 de la CPE dispone que: “Las trabajadoras y los
trabajadores, en defensa de sus fuentes de trabajo y en resguardo del interés social podrán,
de acuerdo con la ley, reactivar y reorganizar empresas en proceso de quiebra, concurso o
liquidación, cerradas o abandonadas de forma injustificada, y conformarán empresas
comunitarias o sociales. El Estado podrá coadyuvar a la acción de las trabajadoras y los
trabajadores.”

Nótese que la redacción de este artículo constitucional expresa con nitidez el modelo
económico social comunitario que los sectores indígenas, obreros y populares representados
en la bancada del Movimiento al Socialismo (MAS) postularon durante la Asamblea
Constituyente el año 2006.

El modelo social comunitario parte de la premisa de que es posible trascender la estructura


jurídica burguesa que sólo reconoce dos formas de propiedad: la privada y la pública estatal.
En la mayoría de las formaciones económicas sociales contemporáneas el capitalismo
privado coexiste con el capitalismo de Estado, lo que a su vez explica por qué las
nacionalizaciones o estatizaciones no necesariamente conducen al socialismo, dependiendo
dicha transición de cuál bloque histórico (clases sociales) está en el poder.

La lucha por el reconocimiento de las formas colectivas, sociales y comunitarias de acceso y


control de los factores productivos como del propio proceso de producción define si un
proyecto político es o no es consecuentemente socialista comunitario.
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Modificar el régimen de propiedad, pasando de una privada a otra social, es la condición
necesaria para comenzar la transformación de las relaciones sociales de producción
capitalistas, ya que de esa forma se resuelve la contradicción entre el carácter social de la
producción y la apropiación individual del excedente económico. Aquí radica la importancia
estratégica de apoyar, desde el Estado, la conformación de empresas sociales a cargo de los
propios trabajadores.

Sin embargo, se debe dejar en claro que el Decreto 1754, que es la base sobre la que se
elaboró el proyecto de Ley de Empresas Sociales aprobado por la Cámara de Diputados en
la Asamblea Legislativa Plurinacional, tiene un alcance limitado. No aplica a toda empresa
capitalista sino únicamente a aquellas en las que emerja alguna de las siguientes causales: 1)
Cuando existan empresas en proceso de quiebra, concurso o liquidación conforme a lo
previsto en el Código de Comercio; 2) Cuando los procesos de quiebra, concurso o
liquidación hubieren concluido, conforme lo previsto en el Código de Comercio; 3) Cuando
exista cierre o abandono injustificado de una empresa privada.

La vigencia por más de tres años del Decreto 1754 derrumba por la base aquel argumento
patronal de que el proyecto de Ley de Empresas Sociales es anticonstitucional. Si así fuera…
¿por qué nunca se presentó ningún recurso de inconstitucionalidad contra el decreto que le
dio origen?

Pero además y entrando ya en el análisis práctico, ¿dónde están las terribles consecuencias
de la aplicación de ese decreto sobre la actividad industrial? No existen. Lo que si se ha dado
son varios intentos de preservar las fuentes laborales ante el abandono empresarial de algunas
industrias, especialmente en el sector textil.

Se pueden citar tres casos: 1) En la ciudad de La Paz la empresa “Punto Blanco”, cuyos
anteriores dueños incurrieron en prácticas fraudulentas que pusieron a la planta industrial en
situación de colapso, obligando a los trabajadores a tomar el mando productivo y comercial
desde hace más de un año. 2) También en la urbe paceña la empresa “Polar”, a cargo de
empresarios que huyeron del país dejando un tendal de pasivos corrientes, tributarios y
laborales; los obreros se hicieron cargo hace más de un semestre. 3) En la ciudad de El Alto
la empresa “Cerámicas Victoria”, abandonada a raíz del fallecimiento de su propietario, hoy
con medidas cautelares judiciales y bajo control obrero.

La burguesía clama por seguridad jurídica para sus propiedades e inversiones, a esto se debe
responder que ambas están garantizadas constitucionalmente en tanto cumplan una función
social. ¿Pero qué hay de la seguridad jurídica para los obreros? Esta es una pregunta muy
pertinente en un contexto en que los dueños del capital serán siempre más fuertes que los
trabajadores.

El debate se ha abierto respecto al retraso por más de tres meses continuos en el pago de
salarios, así como del aporte laboral para la jubilación (seguro de largo plazo) y el aporte
patronal para la atención de salud (seguro de corto plazo). Los tres constituyen obligaciones
empresariales cuyo incumplimiento puede dar lugar a una práctica fraudulenta: retrasar el
pago de las nóminas de personal o no depositar el ahorro laboral descontado en las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), para utilizar ilegalmente esos dineros como
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capital de operaciones. Estas aberraciones eran cotidianas en la época neoliberal, pero no
pueden permitirse en este nuevo tiempo en que el Estado garantiza el cumplimiento de los
derechos laborales.

No basta con definir el régimen de propiedad, modificando también el Código de Comercio


que hasta aquí no permitía la inscripción de “Empresas Sociales” y que ahora aprobando esta
ley se podrá hacerlo. Debe también abordarse el tema del financiamiento de las empresas
gestionadas por los propios trabajadores. Al respecto debemos recordar que el modelo
económico social comunitario tiene entre sus objetivos originales la transferencia de
excedentes económicos desde el sector estatal hacia el sector social comunitario de la
economía para la diversificación industrial y la ampliación de nuestra base productiva.

(*) Fuente: Tiempo de Crisis

¿QUÉ ES UNA EMPRESA SOCIAL?

La empresa social es una empresa que contribuye de una forma determinada a la sociedad y
que, a su vez, le resulta rentable para generar negocio y obtener éxito empresarial.

No obstante, los emprendedores sociales, como cualquier otra empresa, busca obtener un
beneficio y que su negocio sea rentable. Ella no quita que lo pueda hacer a través de acciones
sociales donde la prioridad no sea únicamente lograr mayor cifra de ventas.

La empresa social es un modelo de empresa innovador, a través del cual se busca la


resolución de un problema social y, a su vez, obtener beneficios, generar empleo y tener
grandes consecuencias en la sociedad.

En palabras de Muhammad Yunus, emprendedor social, banquero y economista: “Los


negocios sociales son empresas creadas para resolver problemas”.

Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz de 2006, es una gran figura a seguir en lo que se
refiere al ámbito de las empresas sociales. Su mayor aportación: el Banco Grameen y la
creación de los microcréditos y microfinanzas.

Características de la empresa social

Uno de los objetivos principales de cualquier empresa social es lograr un fin social, como
puede ser, por ejemplo, la construcción de escuelas en aldeas pobres. Una nueva forma de
entender el ámbito empresarial, donde la empresa se muestra mucho más colaborativa,
participativa y solidaria.

A continuación detallamos las características de la empresa social:

a. Carácter participativo, fomentando e incentivando la participación de uno o varios grupos


de ciudadanos.

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b. Beneficiar a la comunidad como principal objetivo. La prioridad principal de una empresa
social no es la obtención de beneficios y su propio lucro. Su mayor interés pasa por la
satisfacción y obtención de un beneficio pero para un grupo concreto de la sociedad.
c. Distribución de beneficios limitada. Los beneficios no son el principal objetivo de las
empresas sociales.
d. Garantizan la igualdad de oportunidades, evitando cualquier tipo de discriminación, ya sea
por sexo, raza, religión, etc.
e. La empresa social se basa, sobretodo, en la fuerza del trabajo, más que en el capital.
f. Promueven la innovación económica y social.
g. Se basan en financiamiento mixto, siendo su objetivo prioritario el de la autofinanciación y
reducir, de esa manera, la dependencia económica.

¿Se pueden conseguir beneficios con la empresa social?

Una empresa social mejora las condiciones de vida de la comunidad, por encima de cualquier
beneficio económico. Todo el excedente fiduciario que obtengan gracias a su actividad, se
reinvertirá en función de las necesidades de la comunidad.

Pero, entonces, ¿cómo obtiene beneficios una empresa social? La tendencia en el marco
empresarial de hoy en día gira en torno a la creación de empleo estable, sostenible y tener un
fin ético y comprometido con el entorno (ya sea a nivel medioambiental, cultural, social, …).

Uno de los beneficios de la empresa social es la ventaja competitiva que obtiene gracias a,
precisamente, ese compromiso social de generar riqueza y empleo. La empresa, de manera
más o menos directa, contribuye a la sostenibilidad social, diferenciándose así con creces de
sus competidores. Un gran plus para los clientes reales y potenciales de la empresa social,
que ante dos productos o servicios iguales, se decantarán por el de dicha empresa.

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