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Eduard Seler (editor)

Los cantos religiosos


de los antiguos mexicanos
Miguel León-Portilla (prólogo)
Johanna Malcher, Zarah Larissa Dawirs, Carmen Macuil,
América Malbrán, Alma Delia Flores, Gerardo Hernández
Medina, Osiris González (traductores)

Ciudad de México
Universidad Nacional Autónoma de México
Instituto de Investigaciones Históricas
2016
180 p.
Ilustraciones
(Cultura Náhuatl: Fuentes, 13)
ISBN 978-607-02-8088-7

Formato: PDF
Publicado en línea: 19 de agosto de 2016
Disponible en:
http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/publicadigital/libros
/cantos_religiosos/antiguos_mexicanos.html

DR © 2016, Universidad Nacional Autónoma de México-Instituto de


Investigaciones Históricas. Se autoriza la reproducción sin fines lucrativos,
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la institución. Dirección: Circuito Mtro. Mario de la Cueva s/n, Ciudad
Universitaria, Coyoacán, 04510. Ciudad de México
primera parte, cantos 1 a 10 33

Y está declarado de manera similar en el décimo libro de Sahagún,


donde leemos que los espíritus de los reyes muertos y princesas muertas se
convertían en dioses. El siguiente discurso era dirigido a los difuntos des-
pués de morir. Cuando el difunto era un hombre, era considerado como un
dios con el nombre Cuecuextzin (brazalete enjoyado); y cuando la persona
muerta era una mujer, era llamada con el nombre Chamotzi (oscura pluma
ornamental). Y decían: “Ma xiça ca otlameçalevac. ca otlavizcalli moquetz
ca ye tlatoa yn cueçalpaxitl yn cueçalcuicuitzcatl ca ye nemi yn cueçalpa­
palotl. / Despierta, ya el día comienza, ya rompe el alba, ya el día comien-
za, ya las gallinas de fuego y las golondrinas de fuego cantan y ya las
mariposas de fuego vuelan” (Despierta que ya comienza á amanecer, ya es
alba, pues ya empiezan á cantar las aves de plumas amarillas, ya andan
volando las mariposas de diversos colores).20
El sentido es obvio: el cielo de la mañana es brillante donde los sacri-
ficados deben tomar su morada.

II.7. El sentido y el contenido de la estrofa anterior simplemente son repe-


tidos en ésta.
Tocuilitla teuaqui ═ Tocuillan teouâ. De esto deducimos que Tocuillan
(lugar de gusanos o de la gente de gusano), el Ocuilteca —que es sabido
era el nombre de una tribu de gente que vivió sobre la cuesta del sur de la
sierra del Nevado de Toluca— debe haber sido el segundo templo principal
de Tezcatlipoca en México.

iii. tlaloc icuic / canto del dios de la lluvia

1. Ahvia mexico teutlaneviloc ama- 1. México se ha dirigido al servicio


panitla, ānauhcanpa, yemoquetz- del dios, las banderas de papel están
quetl, aoyequena ychocaya. izadas en los cuatro puntos cardina-
les, ya no es tiempo de llanto.

20 En el original de Seler se encuentra primero el texto en náhuatl de Sahagún, seguido de


la traducción al alemán. Después de esto, Seler decidió colocar entre paréntesis la traduc-
ción al español que el mismo Sahagún realizó. Por ello aparecen dos traducciones al es-
pañol, la primera de Seler y la segunda de Sahagún. Nota de los traductores.

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q. n. Esto es:
Avia mexico teutlaneviloc. q. n. yn Avia mexico teutlaneviloc, esto es:
mexico onetlaneviloc in tlaloc. Ama- México está endeudado con el dios
pamitl āānauhcanpa yemoquetzquetl. de la lluvia. Amapamitl ānauhcan­
q. n.amapamitl nauhcanpa omo- pa ye moquetzquetl, esto es: la
quequetz. aoyequena ichocaya. bandera de papel está izada en los
id.est. itlaocuyaya. cuatro puntos cardinales. Aoye­
quena ichocaya, esto es: el tiempo
de llanto.

2. Ahuia annevaya niyocoloc anno- 2. ¡Oh! Yo (el dios de la lluvia) he


teva eztlamiyaval aylhuiçolla nicya- sido creado (esto es: mi estatua ha
vicaya teutivalcoya. sido erigida sobre el templo), mi
dios (o mi sacerdote) ha sido colo-
reado de rojo oscuro por la sangre
(de los sacrificados). Se ha dedicado
el día entero a hacer la lluvia, en el
patio del templo.

q. n. Esto es:
Ahuia annevaya niyocoloc. q. n. Ahvia annevaya niyocoloc, esto es:
Ynehuatl nitlalloc oniyoculoc. An- yo, el dios de la lluvia, he sido crea-
noteua eztlamiyaval. q. n. noteu ez- do. Annoteua eztlamiyaual, esto es:
tlamiyavaltitiuh. Aylhuiçolla. q. n. mi dios está coloreado de rojo oscu-
yn ompa ilhuiçololo. inic yavicaya. ro por la sangre. Aylhuiçolla, esto
teuitvalcoya. q. n. in teuitvaloc. es: donde se dedica uno el día ente-
ro, inic yavicaya (a hacer lluvia).
Teuitvalcoya, esto es: en el patio del
templo.

3. Ahuia annoteqivua navalpilli 3. Oh, mi jefe, el príncipe de magia,


aquitlanella motonacayouh tic­ en verdad son tus alimentos, tú los
yachiuhquitla catlachtoquetl, çan creas cuando algo (brota) primero,
mitziyapinavia. (y aún) ellos sólo te ofenden (ellos
no muestran gratitud hacia ti, no te
brindan ofrendas).

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q. n. Esto es:
Ahuia annoteqivua navalpilli. q. n. Ahuia annoteqivua navalpilli, esto
in tinoteuh navalpilli. id est. tlalloc. es: tú mi dios, príncipe de la magia;
aquitlanella motonacayouh. q. n. ca esto es, Tlaloc. Aquitlanella moto­
nelli tevatl ticmochivilia in motonac- nacayouh; esto es: en verdad tú eres
ayuh. ca tlachtoquetl. q. n. tevatl tic­ quien produce tus alimentos (el
mo­chivilia auh in aquin mitzpinavia. maíz). Catlachtoquetl, esto es: tú
eres quien los crea, aunque alguien
te ofende (retiene tus ofrendas).

4. Ahuia canacatella nechyapinavia. 4. Pero ellos me han ofendido (rete-


anechyayca velmatia, anotata, yno- niendo mis sacrificios), no me apa-
quacuillo ocelocoatlaya. ciguan (por hacerles este beneficio),
mis padres, mis antiguos sacerdotes,
la serpiente jaguar.

q. n. Esto es:
Ahuia canacatella nechyapinavia. q. n. Ahuia canacatella nechyapinavia,
ca tel nechpinavia camonechvelma- esto es: pero ellos me ofenden (rete-
ti. annotata ynoquacuillo ocelocoat- niendo mis sacrificios), ellos no me
laya. q. n. yn notava ioan ynoqua- apaciguan. Annotata ynoquacuillo
cuiloa yn oceloquacuili. ocelocoatlaya, esto es: mis padres y
mis antiguos sacerdotes, el sacerdo-
te jaguar.

5. Ahuia tlallocana, xivacalcoaya 5. Oh, del Tlalocan, de la casa de


quizqui aquamotta, acatonalaya. turquesa (la casa azul) vino tu padre
Acatonal.

q. n. Esto es:
Ahuia tlallocana xivacalco q. n. in Ahuia tlallocana xivacalco, esto es:
tlalocan xiuhcalco. id.est. acxoyacal- Tlalocan, la casa de turquesa; esto
co. ayaquizqui. q. n. ompa valquiz- es, la casa de pinos. Aya quizqui,
que. aquamotta, acatonala ya. q. n. esto es: de allí vinieron. Aquamotta
ynotavan ynoquacuiloan acatonal. acatonalaya, esto es: mis padres,
mis antiguos sacerdotes, Acatonal.

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6. Ahvia xiyanovia, nahuia xiyamo- 6. Oh vayan, establézcanse en la


tecaya ay poyauhtla, ayauh chica- montaña de Poyauhtlan, con las so-
vaztica, ayavicalo tlallocanaya. najas de niebla, desde el Tlalocan
[el reino del dios de la lluvia] el
agua ha sido traída.

q. n. Esto es:
Ahvia xiyanovia navia xiyamoteca- Ahvia xiyanovia navia xiyamoteca­
ya q. n. xivian ximotecati, ay po- ya, esto es: vayan, establézcanse. Ay
yauhtlan. q. n. in vmpa poyauhtlan poyauhtlan, esto es: ahí en la mon-
tepeticpac, ayauhchicavaztica aya- taña de Poyauhtlan. Ayauhchica­
vicalo tlalocana. q. n. ayauhchica- vaztica ayavicalo tlalocana, esto es:
vaztica in avicalo tlallocan. con la sonaja de niebla el agua es
traída desde el Tlalocan.

7. Avanacha tozcuecuexi niyayaliz- 7. Oh mi hermano mayor Tozcue-


qui aya ychocaya. cuex, yo iré, ésta es una ocasión
para que él llore.

q. n. Esto es:
Avanach tozcuecuexi niyayalizqui. Avanach tozcuecuexi niyayalizqui,
q. n. ynach tozcuecuex yyeniauh ni- esto es: mi hermano mayor Tozcue-
man ye choca. cuex, yo iré, pues él llora.

8. Ahviya queyamica xinechivaya, 8. Oh, al lugar, cuya naturaleza es


temoquetl aitlatol aniquiya ilhui- desconocida ¡envíame! descendió su
quetl. tetzauhpilla niyayalizqui aya palabra, yo le dije a Tetzauhpilli, yo
ychocaya. iré, esa era la causa de su llanto.

q. n. Esto es:
Ahuia queyamica xinechivaya. q. n. Ahuia queyamica xinechivaya, esto
quenamican yyeniauh açoanechte- es: al lugar, cuya naturaleza es des-
mozque. aniquiya ilhuiquetl, tetza- conocida, ahora iré, quizás ellos no
pilla niyayalizqui aya ichocoya.q. n. me buscarán. Aniquiya ilhuiquetl,
oniquilhui yn tetzapilli ye niyauh tetzapilla niyayalizqui aya ichocaya,
niman ye choca. esto es: le hablé, a Tetzapilli, yo iré
ahora, por eso él llora.

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9. Ahuia nauhxiuhticaya itopaneca- 9. Después de cuatro años fue traído


viloc ayoc ynomatia, ay motlapoalli, sobre nosotros, ya no lo he vivido,
aya ximovaya yequetzalcalla nepa- tú lo cuentas, el lugar del estar hun­
navia ay yaxcana teizcaltequetl. di­do,21 la casa de pluma de quetzal,
el lugar de abundancia, y ahora él se
ha convertido en un dispensador de
riquezas.
q. n. Esto es:
Ahuia nauh xiuhticaya aitopanecai- Ahuia nauh xiuhticaya aitopanecaui­
loc q. n. nauhxiuhtica in topanecavi- loc, esto es: en cuatro años él será
loz. id.est. in topan mochivaz. Ayoc traído sobre nosotros; esto es, vendrá
inomatia aymotlapoalli. q. n. aoc- sobre nosotros. Ayoc inomatia ay
mo nomatia in iquin motlapoalpan motlapoalli, esto es: ya no lo he vivi-
ca oximoac yequetzalcalla nepana- do, el tiempo cuando, según tu cuen-
via. q.n qualcan ye netlamachtilo- tas, todos se hundieron. Ye quetzalca­
yan ynemoa. Ayyaxcana teizcalti- lla nepanavia, esto es: se vive en un
quetl q. n. in iaxca inic oteizcalti. buen lugar, en un lugar de riquezas.
Ay yaxcana teizcaltiquetl, esto es: su
propiedad, con la cual él hace que la
gente crezca (él enriquece a la gente).
10. Ahvia xiyanovia: ahvia xiyamo- 10. Oh vayan, establézcanse en Po-
tecaya ay poyauhtla, ayauhchica- yauhtlan, con la sonaja de niebla, el
vaztica aya vicallo tlalloca. agua es traída desde Tlalocan.
q. n. Esto es:
Ahvia xiyanovia. q. n. xivia, Avia Ahvia xiyanovia, esto es: ¡vayan!
xiyamotecaya ay poyauhtlan. q. n. Ahvia xiyamotecaya ay poyauhtlan,
ximotecati yn vmpa poyauhtla. esto es: establézcanse (tomen su
Ayauh chicavaztica avicallo tlalo- morada) en Poyauhtlan. Ayauh chi­
can. q. n. ayauhchicavaztica in avi- cavaztica avicallo tlalocan, esto es:
callo in vmpa tlallocan. el agua es traída del Tlalocan con la
sonaja de niebla.
21

21 Aquí hemos respetado al pie de la letra la traducción propuesta por Seler: “el lugar del
estar hundido” (Ort des Versunkenseins), para Ximoayan. Nota de los traductores.

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Comentario

Tlaloc, “El que hace que las cosas broten”, el dios de la lluvia. El nombre
está asociado sobre todo con la cadena montañosa que se extiende desde
el Itztacciuatl hacia el Norte y que es cruzada sobre el camino de Tetzcoco
a Huexotzinco. Un antiguo ídolo de este dios se levantaba allí, hecho de
tezontle blanco, con un tazón sobre su cabeza en el cual toda clase de se-
millas y frutos del campo, que el país producía, eran colocados cada año.
En Huei tecuilhuitl, cuando la estación lluviosa estaba en su apogeo, y el
maíz estaba en flor, los reyes de las ciudades y pueblos a ambos lados de
la montaña se reunían ahí con grandes séquitos, para hacer una ofrenda
ceremonial al dios de la lluvia. Eran ofrecidos niños al dios de la lluvia. Ya
que se suponía que los dioses de la lluvia, que al mismo tiempo eran los
dioses de la montaña, eran enanos. Y los obsequios que les presentaban
eran prendas de plumas, prendas de papel manchado con hule —cortado
y pintado de diferentes formas, según el carácter de la montaña a la cual
eran ofrecidas—, cuentas de piedras preciosas y alimentos.
Una descripción completa de este dios y su apariencia está en mi co-
mentario al Códice Borgia (v. I, p. 107-112).

III.1. Teutlaneviloc. Como el comentarista explica, el impersonal del verbo


simple tlaneuia está aquí para el verbo combinado con el reflexivo, y el
objeto está puesto en la forma verbal. Tlaneuia usado de forma reflexiva,
combinado con el objeto personal, es traducido en Molina como “putañear
el varón”, “perseguir a rameras”, en el sentido de “entrar en una relación
de servicio vergonzoso”. Pero la idea de desgracia no está claramente pre-
sente en la palabra. El reflexivo tlaneuia, nino quiere decir “entrar en una
relación de deuda” (“tomar algo prestado para volverlo en la misma espe-
cie, arrendar viña”, etcétera.) Esto combinado con un objeto personal en
consecuencia debe significar “entrar en una relación de deudas o en una
relación de servicio (que probablemente es la misma cosa en este caso) con
una persona”. La relación de la gente con el dios de la lluvia siempre pa-
rece haber sido considerada como una relación de deuda. Cuando ellos
traían ofrecimientos al dios de la lluvia pagaban su deuda. El mago, que

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sabe si va o no a llover, le decía a la gente:22 “xicmocaquitican, ca oqua­


lanque in tlaloque, ma nextlavalo, ma tictlatlauhtican in tlalocantecutli /
¡escúchen[me]! Los dioses de la lluvia están enojados, la deuda debe ser
pagada (Las ofrendas deben ser traídas), déjennos orar al Señor del Tlalo-
can”. Los sacrificios de niños al dios de la lluvia eran llamados nextla­valli
(deuda pagada).
Amapanitla = amapamitl (bandera de papel). Los postes de banderas
colgados con diferentes tipos de papel, que eran recortados y pintados con
hule de un modo especial, eran clavados en lo alto de las casas y por todas
partes en la primera fiesta anual de Quauitl eua, como ofrendas para las
diversas montañas y santuarios del dios de la lluvia, y luego eran lleva-
das en una procesión solemne a varias montañas y santuarios para los
cuales eran requeridas, junto con un niño que debía ser sacrificado en
honor al dios de la lluvia o de la divinidad de aquel santuario. Véase la
descripción de esta fiesta en las publicaciones del Museo Real de Etnología
1899,_ v. VI, p. 68-76).
Anauhcampa, marcado en el texto con una línea sobre la ā, es decir,
como una inicial larga a, es repetida en el comentario simplemente con
nauhcampa. Parece estar usada aquí en lugar del número naui (cuatro) una
forma más antigua, más completa (ānaui), tal como la antigua forma,
completa anauatl, con el significado “anillo”, está conservada para nauatl,
“boca, apertura redonda”, en las descripciones de los atavíos que pertene-
cen a los dioses. Las palabras anauatl y anauac “disco” y “globo”, de las
cuales el nombre del país Anauac y la palabra cemanauac (el mundo ente-
ro), derivan, también parecen remitirse a la forma más antigua anauatl.
Moquetzquetl, otra vez con el artículo, en el lugar de moquetzqui =
omoquetz, “ha sido establecido”.
Aoyequena. A es la negación, o el signo de preterito, yequena = ye­
quenê, “ahora ya”.
Ychocaya (con lo cual uno llora). Está explicado en el comentario por
itlaocoyaya (con lo cual uno llora) = “signo de aflicción o “el lugar o el
tiempo donde o cuando uno llora.

22 Sahagún, Ms. Academia de la Historia, f. 56, Berlín, Publicaciones del Museo Real de
Etnología, v. vi, p. 40.

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III.2. Annevaya. Está explicado en el comentario con ynehuatl nitlalloc


(yo, el dios de la lluvia), esto es, an está usado en el lugar del demostrativo
in; neva = neuātl (yo); y la partícula ya está insertada.
Niyocoloc (he sido erigido), yo, esto es, el dios de la lluvia; es decir,
una estatua del dios ha sido erigida sobre el templo en su fiesta.
Annoteva. El comentarista lo explica con noteu, esto es, noteouh (mi
dios). Así an está aquí otra vez para el demostrativo in, y la forma noteuh
o noteouh con el prefijo posesivo debería haber sido usada aquí sin el ar-
tículo, pero añadiéndosele a = ya. Es más probable, sin embargo, que an­
noteva esté aquí como in noteouâ (mi sacerdote).
Eztlamiyaval. Miauatl es la florescencia masculina del maíz, que es de
un color violeta oscuro del color de las anteras cuando está maduro. De
ello deriva el verbo tlamiaua, “dar a un objeto el color de la florescencia
masculina del maíz, esto es, un color rojo oscuro”, que parece haber sido
usado en particular en referencia a la tinta roja oscura de los dientes, que
fue utilizada por las mujeres de la nobleza mexica en imitación de una
costumbre huaxteca (?). Así está declarado acerca de las elegantes mujeres
mexicas en el manuscrito de Sahagún de la Academia de la Historia: “mo­
tlan­tlamiava, motlannochezvia, tziquaquatinemi / ellas colorean sus dien-
tes rojos, ellas colorean sus dientes con carmín, ellas tienen dientes afilados
en punta”. Y casi la misma declaración está hecha en el capítulo etnográ-
fico de Sahagún en la referencia a los cuexteca, esto es, los huaxtecos:23
“Mo­tlantzicuatiliaya motlamiava tlapaltica anoço tlamiavaltica / ellas afi-
lan sus dientes en punta y los colorean con pintura roja o violeta oscuro.”
Eztlamiaualtitiuh significa en la misma medida “(el dios o el sacerdote)
está pintado de rojo oscuro con sangre”, esto es, él ya ha recibido varios
sacrificios (o muchos sacrificios han sido realizados).
Aylhuiçolla es ay-ylhuiçolla = an-ylhuiçolla, in ilhuiçolla. El comen-
tarista explica esto con in ompa ylhuiçololo, “donde uno mantiene la
fiesta el día entero”. De esto surge que el sufijo -tla debe ser asumido en el
ylhuiçolla, que expresa el lugar (o el tiempo) en que algo se encuentra o
sucede, ilhuiçoloa significa “hacer el día o la fiesta viejos y andrajosos”,
esto es, “para dejar que el día se vuelva viejo”, “para pasar el día entero

23 Sahagún, Ms. Academia de la Historia, libro 10, cap. 29.

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con algo”. Compárese con el siguiente pasaje de la descripción dada en el


manuscrito de Sahagún acerca de la ceremonia de Tlacaxipeualiztli:24 “cui­
catoque ayacachotoque yc ovetzi cemilhuitl yc tlace milhvitiltitique yc
tlalvihnextitoque tlalviçultitoque ylhui çolotoque yc veuetzin cemilhuitl /
ellos cantan, ellos sacuden la sonaja, pasan el día entero de esta forma,
dejan que el día comience de este modo, dejan que se vuelva viejo de la
misma manera, de modo que el día entero así se llene (estaban cantando
y tañían sonajas todo un día en el dicho templo)”.
Nic yavicaya. Esto es: inic yavicaya, como lo explica el comentarista.
Esta forma contiene el verbo auica, “traer agua (de acá para allá)”, esto
es, “hacer llover por arte de magia”. La forma, pienso, es aquella del ins-
trumental i-auica-ya, “con lo que se produce el agua”.
Teutivalcoya, por metátesis de teuitvalcoya, esto es, teoitualco (en el
patio del templo). El teuitvaloc del comentarista, pienso, es un error de
escritura para teuitvalco.

III.3. Annotequiva = in notequiuâ (tú mi jefe).


Navalpilli (príncipe de magia, jefe de magia). Está dado en el comen-
tario simplemente como el nombre de Tláloc. La magia consiste, como las
palabras que siguen a continuación claramente muestran, en el hecho de
que el dios causa que la vegetación y el maíz crezcan y maduren. El nombre
Naualpilli, además, era el de una de las cuatro divinidades honradas por el
gremio de los lapidarios pertenecientes a Xochimilco.25 La primera de estas
cuatro divinidades es la diosa de fuego Chicunaui Itzcuintli (Nueve perro),
también llamada Papaloxaual (Diosa con mariposas pintadas) o Tlappapa-
lo (Ella la de la mariposa roja). La segunda divinidad es Naualpilli, la ter-
cera es el dios Macuilcalli (Cinco casa), un dios representado con la insignia
de pluma de Macuilxochitl, quien en su ser está probablemente a la par con
este dios del juego, el baile, y el placer. Finalmente, el cuarto es Cinteotl, el
dios de maíz, que fue representado con la máscara turquesa, el jubón de
azul claro, el pectoral enjoyado del dios de viento y su sombrero en forma

24 Sahagún, Ms. Biblioteca del Palacio, libro 2, cap. 22.


25 Sahagún, Ms. Academia de la Historia, libro 9, cap. 17.

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de cono con orejeras de maíz encima. El segundo de estos dioses, Naualpi-


lli, se dice, ha sido ataviado como un cuextecatl, un Huaxteco.

Auh in yehoatl navalpilli çan iuhqui Y Naualpilli fue vestido como un


cuextecatl yc mochichiuaya moqua- huaxteco, con cabello largo colgan-
tzitzintiaya quatatapatic, quatzo- do enredado, despeinado y separado
matic, quapaçoltic, moquaxelolti al medio, con un disco de oro sobre
yoan teocuitlatl yn ixquatechimal su frente y con orejeras de oro y un
yxquac manca yoan ynacazpilol báculo de plumas y un escudo deco-
teocuitlatl yoan yhuitopil yoan rado en sus cuatro esquinas con
ychimal yhuichachapanqui nauh- borlas de plumas y un jubón que,
canpa yoan yxicol çanno tlappo- como la ropa de Chicunaui Itzcuin­tli,
yauac tenchayauac yoan chichiltic está coloreada de diferentes som-
yn icac [...] breados de rojo y deshilachada en la
parte inferior, y con sandalias rojas.

Los huaxtecos fueron connotados como magos, “artistas de la


sugestión”.26 Podemos imaginarnos que el modelado, la creación, la ac-
tividad de estos canteros era considerada, por decir algo, como magia,
una ilusión de seres animados o irreales no presentes, y Naualpilli era la
personificación de esta actividad. De la misma manera debemos conside-
rar al Naualpilli de nuestro himno a Tlaloc, no simplemente como el dios
de la lluvia, sino como el dios de la lluvia en el papel especial de produc-
tor de vegetación, creador de los frutos del campo.
Aquitla nella está explicado por el comentarista simplemente con ca
nelli (verdaderamente, en verdad).
Motonacayouh. Tonacayotl (nuestra carne), denota provisiones en
general y el maíz en particular.
Ticyachiuhqui .Ya está nuevamente insertada después del pronom-
bre, y el sufijo adjetivo -qui ha sido añadido a la forma verbal en preté-
rito, lo que no pasa comúnmente en el lenguaje cotidiano.

26 Sahagún, libro 10, cap. 29, §12. Véase Seler, “Zauberei und Zauberer im Alten México”,
p. 37.

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Tlacatl achtoquetl. Las palabras están combinadas y divididas de este


modo, aunque no parezca haber sido muy claro para el comentarista. Aquí
tlacatl está otra vez para in ca tleuatl (cuando alguien, cuando algo), y achto­
quetl, que encontraremos otra vez abajo en el himno a Xipe, es el adver-
bio achto (primero), con el sufijo adjetival -qui y el artículo -tl, y por lo
tanto significa “lo que llegó a ser primero”.
Çan mitziyapinavia. Aquí ya otra vez está insertada después del
pronombre. Las palabras parecen referirse a lo que sigue en la próxima
estrofa.

III.4. Canacatella. Explicado en el comentario simplemente con ca tel =


“pero”.
Nechyapinavia. La palabra pinauia o pinauhtia, que es traducida por
Molina como “avergonzar, ó afrentar á otro”, “avergonzar á otros, ó
tachar y parecerme mal los defectos agenos”, sobre todo parece en estos
himnos ser usada en el sentido de “retener las ofrendas para un dios”.
Los pronombres objeto varían con frecuencia en estos cantares, ya que
el dios es presentado como convocado a escuchar y otra vez como hablan-
do él mismo. Así en la estrofa precedente nosotros teníamos mitziyapina­
via (ellos retienen las ofrendas vuestras) y aquí tenemos nechyapinavia
(ellos retienen los sacrificios míos). En ambos casos ya está insertada
después del pronombre objeto.
Anech ya yca velmatia. El comentarista explica esto con camo nech­
velmati. Pero aquí un causativo especial uelmatia debe ser asumido. Uel mati
quiere decir “estar contento con algo”, “saborear algo”, y aquí el causativo
ica uelmatia, nite, al parecer quiere decir “encantarlo (al dios) por esta razón
(porque él hizo este favor)”, “que él pueda saborear algo como una recom-
pensa”. Como es habitual en estos cantares, la negación es la simple a. La
partícula ya otra vez está insertada después del pronombre objeto.
Anotata es an notata, esto es, in notauan (mis padres), es decir, “mis
sacerdotes”.
Ynoquacuillo. Es in noquacuiluan (mis viejos sacerdotes). Los viejos
sacerdotes eran llamados por el nombre notable de quacuilli:27 “yoan yn

27 Sahagún, Ms. Biblioteca del Palacio, libro 2, cap. 20.

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quaquacuilti yehvan yye vevetque tlamacazque / y los quaquacuiltin, ellos


son los viejos sacerdotes”. En la gran procesión de sacerdotes en Etzal­
qualiztli ellos la antecedían con la sonaja (ayochicauaztli) sobre el hom-
bro.28 Ellos cortaban y desollaban los cuerpos de los sacrificados,29
asistían las oblaciones.30 El nombre quiere decir quizás “el que es esco-
gido como la cabeza”.
Ocelocoatl aya es traducido en el comentario con oceloquacuilli (sacer-
dote jaguar). Ocelocoatl, como está escrito aquí, debe significar “serpiente
jaguar”. Pero no es imposible que ocelocoatl sea sólo una ortografía infre-
cuente para oceloquātl u oceloquāitl (cabeza de jaguar), y esta podría ser
una expresión para el sacerdote supremo. Por otra parte, sin embargo,
recuerdo que la cabeza de serpiente, que es llevada por la diosa del agua
como casco-máscara en el Códice Fejérváry-Mayer, siempre tiene orejas de
jaguar. Es por lo tanto también concebible que “la serpiente jaguar” sea un
nombre de carácter mítico que denota al agua o al dios de las lluvias, con el
cual entonces aquí el sacerdote supremo del dios de la lluvia sería designado.

III.5. Tlallocana = Tlalocan, el reino del dios de la lluvia, en la cumbre


de las montañas. La a está insertada a causa del ritmo o la melodía, como
la frecuentemente mencionada ya o el aya en el final de las dos líneas de
esta estrofa.
Xivalcalcoaya = xiuhcalco (en la casa de turquesa). Una a está inser-
tada después de xiuh- y un aya después de calco. El comentarista ha unido
este aya con el siguiente quizqui, pero claramente de forma equivocada.
Xiuhcalco (la casa de turquesa); el comentarista lo explica con acxoyacal­
co (la casa de pino), esto es, hay una clara referencia aquí a las cadenas de
montañas boscosas que eran la casa y la morada del dios de la lluvia.
Quizquia. La a me parece que corresponde al ritmo, con el quizqui.
Esto es una inserción, como la a en tlallocana, xivacalcoaya. Quizqui es
otra vez el pretérito con la terminación adjetival. El comentarista da para
esto la forma plural ompa valquizque.

28 Sahagún, libro 2, cap. 25.


29 Sahagún, libro 2, cap. 21.
30 Sahagún, libro 2, cap. 25.

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Qua motta traduce el comentarista como ynotavan (mis padres).


Motta es singular y quiere decir (tu padre). No puedo explicar qua. Qui-
zás debe ser leído yeua (él). Esto también encajaría mejor en el ritmo:
“áhuia tlállocana, xíva cálcoaya / quízquia yéuamotta, áca tónalaya”.
La u en yeua es consonante similar a la w del inglés, por lo que la
palabra tiene dos silabas.
Acatonal. El “signo de caña”, pienso, debe ser considerado el nombre
de un individuo. Torquemada (Monarquía indiana, libro 1, cap. 27) men-
ciona a un individuo con este nombre quien fue designado Señor de Coua-
tépec por el fundador de la dinastía chichimeca de Tezcoco, el “gran
Chichimeca Xolotl”: “El gran Chichimeca Xolotl nombró por Señor de la
Ciudad, y Provincia de Cohuatepec, al Chichimeca Acatonale, que era uno
de sus más queridos; y la de Mamalhuazco, à Cohuatlapal y Cozcaquauh­
tli; y la de Tepeaca, à lztacmitl, que era el aio, que avia criado al príncipe
su hijo llamado Nopaltzin; y la de Mazahuacan, con las que corren àcia à
aquellos partes, entregò su Govierno à Tecpa è lztacquauhtli.”

III.6. Ahvia xiyanovian. No obstante la escritura en el canto, las palabras


deberían ser combinadas de esta manera. El comentarista explica xivian
(van). Así, ya está otra vez insertada después del prefijo imperativo xi- de
la segunda persona. Pero además tenemos aquí, en lugar del simple ui (ir),
noui, que quizás corresponde a un on-ui (marcharse).
Ahvia xiyamotecaya = ximotecati, como lo explica el comentarista.
Aquí ya también está insertada después del prefijo imperativo xi-, y un
segundo ya está añadido a la forma verbal completa.
Ay poyauhtlan. Ay o aya, que ocurre de modo similar en otros sitios,
pienso, es ay-ya = anya, esto es, la partícula demostrativa in con el afijo
ya. Poyauhtlan o Poyauhtecatl es un nombre usado para montañas dife-
rentes. Por un lado es el nombre de la cadena montañosa del Pico de
Orizaba. Véase Torquemada, Monarquía indiana (libro 3, cap. 11): “los
Teuchichimecas [...] fueron marchando adelante hacia la otra Sierra Ne-
vada que los Naturales llaman Poyauhtecatl, y nosotros los Españoles
Sierra de Perote”. Esto está fuera de cuestionamientos aquí. Por otro
lado, este nombre también lo lleva una montaña que Sahagún (libro 2,
cap. 20) designa como una montaña en el distrito de Tlaxcala (“que està

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acullà en los terminos de Tlaxcala”) pero que parece coincidir esencial-


mente con la cordillera al Norte del Iztaccíuatl, descrita más arriba y
también llamada Tlalocan, sobre la cual el camino pasa de Texcoco a
Huexotzinco. Así Torquemada en el noveno capítulo del tercer libro de
su Monarquía indiana, en una sección que tomó de la Historia de Tlax­cala
de Diego Muñoz Camargo (libro I, cap. 3), habla de los “Llanos de Po-
yauhtlan” “entre la ciudad de Tetzcuco y pueblo de Chimalhuacan (que es
à la vera de agua de esta laguna Mexicana, casi dos leguas de la misma
ciudad de Tetzcuco) à las faldas de la sierra y montaña de Tetzcuco.” Esta
última montaña claramente es la que está indicada aquí en nuestro himno.
Ayauh chicavaztica (con la sonaja de niebla). En la descripción de la
fiesta de Etzalcualiztli, en el capítulo veinticinco del libro segundo de Sa-
hagún, un ayochicauaztli se dice, ha sido llevado delante de la procesión
de sacerdotes. La palabra claramente significa lo mismo que ayauh-chi­
cauaztli, de la cual deriva por un leve cambio de la pronunciación. Como
puede verse a continuación, el instrumento fue usado en los hechizos para
atraer las lluvias.
Ayavicalo es avicalo, con ya insertada, como el comentarista correc-
tamente explica. “Ayauhchicauaztica in avicalo tlallocan / el agua es traída
del reino del dios de la lluvia mediante la sonaja de niebla.” Es decir, un
encantamiento es ejercido sobre la lluvia con la sonaja de niebla. Así se
entiende por qué Xipe, el dios de la primavera, que significa la renovación
de la vegetación, así como las divinidades de la lluvia, la tierra, y del maíz
en general, aparecen comúnmente con este chicauaztli entre sus manos.

III.7. Tozcuecuexi, “quien tiene un brazalete de plumas amarillas”, es un


nombre propio. El historiador Chimalpáin menciona a un individuo con
este nombre como uno de los caciques de los mexicas en el momento de
su migración, y en verdad como el séptimo de la serie que comienza con
Huitzilton o Huitzilopochtli en Tollan. Él, se dice, fue escogido cuando los
mexicas todavía moraron en Apazco, se dice, gobernó cuarenta años, y
condujo a los mexicanos a Couatitlan. Su sucesor, se dice, fue Hueue-
Huitziliuitl, Huitziliuitl el mayor, que del lado de su madre descendía de
la casa real de Tzompanco, y quién después con su gente fue hecho prisione-
ro por los colquaque. Desde luego, soy incapaz de decir si el mencionado

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Tozcuecuextli de esta tradición está relacionado de algún modo con el


Tozcuecuexi de nuestra estrofa.
Niyayalizqui es una forma notable. El comentarista la explica con yye
niauh. Al parecer es una forma de futuro, con el sufijo adjetival -qui, que
de vez en cuando también es añadido al futuro en el discurso cotidiano, al
menos como los gramáticos sostienen. El primer ya puede ser considerado
la partícula insertada mencionada muchas veces. Entonces hemos dejado
yaliz- como la raíz del tiempo futuro para el yaz- del náhuatl clásico. Esto
nos lleva a deducir que la familiaridad de los sustantivos abstractos que
terminan en -ztli y -liztli se derivan de tal raíz del futuro.
Aya es otra vez, pienso = an ya, esto es, equivalente al demostrativo in.
Ychocaya, la forma instrumental, como la de arriba en la primera estrofa.

III.8. Queyamica el comentarista lo explica correctamente según pienso,


con quenamican, que puede traducirse así: “en alguna manera” (literal-
mente, “lugar del como”). Quenamican es uno de los eufemismos para el
otro mundo. Se dirige al muerto:31

ca otonmovicac in quemanjcan xi- tú has ido al lugar, de cuya natura-


movaian in vilovaian in opochquj- leza nada sabemos, el lugar del olvi-
iavaiocan in atlecalocan do, el lugar a donde todos van donde
todas las puertas están a la izquierda
(esto es, cerradas, bloqueadas), don-
de no hay callejones (sin caminos a
los hogares humanos) = os fuisteis
al lugar obscurisimo, que no tiene
luz, ni ventanas

Xinechivaya el comentarista no lo explica, y su siguiente explicación


es evidentemente incorrecta. Xinechivaya es la forma imperativa, y parece
derivar del verbo iua (enviar), aunque el significado es oscuro.
Temoquetl a itlatol a. De esta manera creo que las palabras deben
estar conectadas, mientras identifico la a con la insertada ya. Temoquetl

31 Sahagún, Ms. Biblioteca Laurenziana, libro 3, apéndice, cap. 1.

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es el pretérito de temo (descender), con el sufijo adjetivo -qui y el artículo


-tl, como en achtoquetl, moquetzquetl, y otras formas similares. Itlatol es
claramente “su palabra”. La explicación dada por el comentarista no está
basada en la redacción del texto.
Niquiya ilhuiquetl también es una forma interesante y está explicada
correctamente por el comentarista con oniquilhui. Éste es el pretérito de
ilhuia, nite (hablarle a alguien), con el sufijo adjetivo -qui y el artículo -tl,
y la partícula ya que se introduce después del objeto.
Tetzauhpilla es Tetzauhpilli o Tetzappilli, que sugiere el comentarista.
Éste al parecer es el nombre de una persona. La palabra denota “Príncipe
del augurio del mal.” Tetzauitl o Tetzauhteotl (augurio fatal o dios del
augurio desastroso) es el nombre que se le da a Huitzilopochtli, el dios de
los mexicas. Chimalpáin da el nombre de Tetzauhquacuilli (Sacerdote del
augurio del mal) a un príncipe de Tlalmanalco.
Niyayalizqui. Véase la discusión de esta palabra en la estrofa anterior.

III.9. Nauhxiuhticaya = nauhxiutica (por cuatro años o en cuatro años,


desde hace cuatro años). Esta afirmación de tiempo evidentemente se re-
fiere, según Brinton, a los cuatro años durante los cuales el espíritu del
muerto pasa por un estado preliminar, antes de alcanzar su lugar de des-
canso final en el inframundo, en la casa del sol, en el cielo, o en el paraíso
del dios de la lluvia.
Itopanecaviloc está escrito en el comentario in topanecaviloz, y por
tanto considerado en tiempo futuro. Por consiguiente, la última c en el
texto debe escribirse con cedilla ç. El comentarista explica el significado
con in topan mochivaz (vendrá sobre nosotros). En esta forma se oculta
el causal de èco (venir): ecauia (provocar que venga sobre uno), como
tlèco (ascender en lo alto), tlècauia (provocar que ascienda en lo alto,
traer en lo alto). Así tenemos in topan ecauiloc (ellos provocaron que
viniera sobre nosotros), o in topan ecauiloz (ellos provocarán que venga
sobre nosotros).
Ayoc ynomatia ay motlapoalli el comentarista lo explica con aocmo
nomatia iniquin motlapoalpan. Aquí y en lo que sigue el comentarista no
parece tener una comprensión correcta del significado. Ayoc ynomatia es
aocmo in nomatian (ya no está en mi conocimiento o mi experiencia), esto

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es, “ya no lo he experimentado”. Y entonces lo siguiente está correctamen-


te conectado con este: ay motlapoalli = motlapoal (eso, lo que tú cuentas),
aquí, difiere del uso del náhuatl clásico, el sustantivo con el prefijo posesi-
vo de nuevo permanece con el artículo. Pero en lo siguiente —que el co-
mentarista conecta con las palabras ca oximoac (de acuerdo con tu cuenta)
así “se hundió”— parece significar algo diferente, como vemos directamen-
te. Sin embargo, desde esta línea, yo creo debemos concluir que en la pri-
mera línea de la estrofa, el pretérito itopanecaviloc, dado en el texto de la
estrofa, es correcto y no debería remplazarse por el futuro, como lo escribe
el comentarista.
Ay ximovaya ye quetzalcalla nepanavia. En mi opinión estas palabras
deben permanecer juntas. Y por supuesto, pienso, ximovaya aquí es xi­
mouayan, que hemos aprendido como una designación del inframundo, el
reino de la muerte (véase el comentario sobre queyamica en la estrofa
anterior). La palabra es traducida en la Crónica mexicana de Tezozómoc
una vez (cap. 55) como “en lo profundo del contento y obscuridad” y otra
vez (cap. 60) como “en el lugar donde nadie sabe, en eterno olvido”. El
significado verdadero de ximo, que es el verbo definitivo al cual pertenece
ximoua como impersonal, sin embargo parece ser “descender”. Como
prueba de ello cito el siguiente pasaje de la Historia tolteca-chichimeca, un
manuscrito de la colección Aubin-Goupil: los chichimecas dicen: vámonos
por el campo, el desierto, no trabajaremos como esclavos: “niman ye ic
hualximohua mocochitito in Cilman / entonces ellos bajaron —de las mon-
tañas— después durmieron en Cilman”. Por lo tanto la idea del olvido,
parece haber sido primero una forma derivada de “estar hundido” o “es-
tar sumergido”. Entonces el ximouayan es explicado más acertadamente
como el quetzalcalla (casa de pluma de quetzal, casa verde de preciosida-
des) o como explica el comentarista, ye qualcan ye netlamachtiloyan (el
buen lugar, el lugar de riquezas). Al parecer significa el Tlalocan, el paraí-
so del dios de la lluvia, a donde van aquellos muertos por Tlaloc. Y creo,
ahora podemos concluir que las dos personas mencionadas en las dos es-
trofas anteriores, Tozcuecuex y Tetzauhpilli, fueron victimados por Tlaloc
e ingresaron al paraíso del dios de la lluvia.
Nepanavia es una forma causativa de neponoa, “juntar una cosa con
otra”. Tal vez un nombre verbal nepanavian o nepanauiayan, está pre-

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sente, el cual puede traducirse como “donde se acumulan cosas”, “lugar


de riquezas”.
Ay yaxcana teizcaltiquetl. Éste, el comentarista lo toma como el sus-
tantivo axcaitl (posesión, riqueza), pero el adverbio axcan (ahora) al pa-
recer permanece aquí teizcaltiquetl (el que hace a la gente crecer), esto es,
“el que enriquece” —otra vez un pretérito con sufijo adjetival -qui y el
artículo -tl parece haber sido dicho del alma del difunto, del que ha lle-
gado a ser el dios Tlaloc, y ahora puede dispensar riquezas como el dios
de la lluvia—. Tal desarrollo del espíritu de quien era victimado por Tlaloc
era ciertamente supuesto, según la descripción que Sahagún nos brinda de
Tepeilhuitl, la fiesta de los dioses de la montaña. En esta fiesta eran recons-
truidos los eecatotontin (enanos del viento), esto es, a semejanza de las
montañas y de los familiares difuntos que fueron victimados por Tlaloc, y
las ofrendas eran ofrecidas a ambos, arregladas en filas.

III.10 = III.6. El comentario no introduce absolutamente nada nuevo aquí.


Esta repetición de la estrofa es una prueba de que las tres estrofas inter-
medias, las cuales parecen tratar de los destinos de Tozcuecuex y Tetzauh­
pilli, se refieren a personas quienes entraron y viven en Tlalocan. Aquí
son claramente invocados, como se puede ver en las dos últimas estrofas,
como ayudantes para producir la lluvia proveniente de Tlalocan, su lugar
de morada.

iv. teteu ynan ycuic / himno a la madre de los dioses

1. Ahuiya coçavic xochitla oyacue- 1. La flor amarilla ha brotado, ella,


ponca yeva tonana teumechave mo- nuestra madre, la que tiene el rostro
quiçican tamoanchan, avayye, ava- adornado con la piel del muslo de la
yya, yyao, yya yyeo, aye aye, ayy diosa, ha venido desde Tamoanchan.
ayyaa.

q. n. Esto es:
in tonan ocueponia vmpa oalquiz nuestra madre ha florecido, vino
yn tamoanchan. desde Tamoanchan.

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