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El sistema de suspensión

El sistema de suspensión de un coche es el conjunto de elementos que intermedia


entre las ruedas del coche y el chasis, absorbiendo las irregularidades del firme.
Asegura que las ruedas están siempre en contacto con el suelo. Un sistema
de suspensión en mal estado – ya sea por un desgaste excesivo o por alguna
avería puntual – es muy peligroso: una simple esquiva a velocidad de carretera
secundaria con los amortiguadores en mal estado puede provocar un accidente
grave. Estos 5 síntomas te dirán si la suspensión de tu coche está en mal estado.

1) El coche rebota en exceso


Empuja la carrocería de tu coche hacia abajo con tu cuerpo. La suspensión no
debería rebotar cuando sueltes el coche.
Podría decirse que hay coches más “rebotones” que otros. La dureza de la
suspensión y sus reglajes varían de coche a coche, pero en ningún caso un rebote
excesivo es una buena señal. Si vives en una población con multitud de resaltos,
circulas habitualmente por zonas con el asfalto en mal estado – o ha pasado
mucho tiempo desde que los has cambiado – tus amortiguadores podrían acusar
un desgaste excesivo. Ese desgaste se evidencia en un rebote excesivo. Apóyate
cerca de la rueda de tu coche y empuja la carrocería hacia abajo.

El coche debería volver a su posición original. Si rebota una o varias veces, tus
amortiguadores están desgastados en exceso y tendrás que cambiarlos. En
función de tu coche y su carga habitual, podría haber un desgaste más acusado
en el tren delantero o el tren trasero. Es el momento de pasar por el taller y solicitar
que te cambien los amortiguadores. Su importe no es excesivo en las marcas
generalistas, y es una operación muy rutinaria que cualquier taller puede llevar a
cabo sin problemas.

2) Tu coche está desnivelado


Si tu coche está desnivelado – compruébalo en terreno llano – hay problemas
graves en el sistema de suspensión.
Con independencia del sistema de suspensión del coche – ya sea convencional,
de aire o neumática – un coche desnivelado es un síntoma claro de problemas.
Puede que esté inclinado hacia un lado, o más hundido por delante o por detrás.
Puede que haya fugas en uno de los amortiguadores o esferas – en el caso de
coches con suspensión hidroneumática, como algunos modelos fabricados por
Citroën. Lo mismo ocurre si un coche con suspensión de aire o neumática no se
“levanta” una vez arrancado.

En casos extremos, podría deberse a que uno de los brazos de la suspensión –


brazos metálicos que conectan las ruedas al chasis – se haya doblado o partido.
En este caso el coche presentará un ángulo extraño en una de las ruedas o estará
completamente hundido. Conducir el coche en ese estado es extremadamente
peligroso y puede dar lugar a averías más graves en otros componentes. Es un
caso extremo, que sólo se da en caso de accidentes o tras haber pasado por
zonas muy rotas a velocidad excesiva – no es habitual.

3) El coche hace extraños en curva o en apoyos fuertes

Respeta los intervalos de cambio de amortiguadores recomendados por el


fabricante. Según el uso del coche, incluso tendrás que adelantarlo.
Un síntoma claro de problemas en la suspensión – normalmente un desgaste
excesivo de los amortiguadores – es que el coche hace extraños. En frenadas
fuertes el coche flanea, y demanda correcciones con la dirección que no
deberían existir. En un apoyo fuerte, por ejemplo en una salida de autopista
cerrada, el coche se inclinará más de la cuenta o tenderá a ir recto. La sensación
general es que el coche va “suelto”, desconectado de la carretera. Sobra decir
que nuestra seguridad se ve más que comprometida en este caso.

Una suspensión muy desgastada incluso hará que nuestras ruedas pierdan el
contacto con la carretera en zonas bacheadas. Imaginad que tenéis que esquivar
una piedra que ha caído en la carretera, tras una curva cerrada. Un fuerte
volantazo podría desestabilizar por completo al coche, y ni siquiera el ESP nos
salvará de un trompo si la suspensión está en mal estado. Cada fabricante
recomienda intervalos de reemplazo de amortiguadores, averigua cuáles son los
de tu coche y respétalos al máximo. Tu vida va en ello.

4) Hay un desgaste anormal en los neumáticos

Aprovechamos este punto para recordaros unos consejos para el cuidado de los
neumáticos, que tu cartera agradecerá.
Si revisas habitualmente la presión de los neumáticos, aprovecha para fijarte en el
desgaste de la banda de rodadura de los neumáticos. Un desgaste excesivo del
neumático por los extremos o el centro de la banda de rodadura evidencia
problemas de presión, pero si el neumático presenta un desgaste anormal – por
ejemplo, sólo uno de sus lados – el problema es de otro tipo. Tu coche puede
necesitar un simple paralelo, en el mejor de los casos, pero este desgaste también
nos da pistas acerca de otro tipo de problemas.

Unos amortiguadores desgastados en exceso, un brazo de suspensión ligeramente


doblado o un cojinete en mal estado, sin ir más lejos. Acude a un taller, o revisa el
coche en un elevador. Incluso una simple inspección visual permite descubrir
fugas de aceite en un amortiguador o problemas en alguna rótula. Interven antes
de que el problema vaya a más, y recuerda igualmente que un neumático con
desgaste anormal no pasa una ITV. Y con motivo, su integridad estructural se ha
visto afectada de forma considerable.
5) Escuchas ruidos extraños en baches o en curvas

Si tu coche hace ruidos extraños al pasar por encima de un bache o en plena


curva, hay problemas que demandan tu intervención. La lista de fallos posibles no
es pequeña, pero una de las causas más habituales son cojinetes en mal estado.
Estos componentes de goma se desgastan y pueden llegar a romperse, en cuyo
caso escucharás golpes metálicos cada vez que pases por encima de un bache.
No son caros y tu coche agradecerá su reemplazo. En cualquier caso, la ayuda de
un buen profesional siempre es recomendable.

Mi coche va bien, ¿debo cambiar los amortiguadores?


Estoy cansado de ver coches con más de 100.000 km en los que nunca se han
cambiado los amortiguadores. Algunos casos son verdaderamente pavorosos:
vehículos que van dando botes en autopistas en perfecto estado, auténticos
peligros rodantes. La vida media de unos amortiguadores ronda los 60.000 km,
aunque podría ser inferior en caso de una conducción agresiva o si el coche
circula habitualmente por zonas con muchos badenes. Se recomienda la revisión
de los amortiguadores cada 20.000 km en cualquiera de los casos.

Como funciona la suspensión de un auto.

Hay varias maneras de unir las ruedas del auto para que se puedan mover hacia
arriba y abajo en sus resortes y amortiguadores, y hacerlo con el menor cambio
posible en la distancia entre las ruedas adyacentes o en el ángulo casi vertical de
los neumáticos a la carretera.

Las ruedas delanteras deben estar libres para moverse sobre sus uniones
de dirección. Las ruedas de tracción, ya sean delanteras o traseras, también
deben ser libres de girar con los ejes de transmisión.
Un auto con tracción en las ruedas traseras a menudo cuenta con un árbol de
transmisión, un caño que contiene tanto los ejes de transmisión (semiejes) y los
engranajes diferenciales. Un auto con tracción en las cuatro ruedas puede tener
también un eje rígido delantero.

Un eje rígido se utiliza ahora solamente en la parte delantera de furgonetas y


camiones. Algunos autos con tracción delantera tienen un eje rígido trasero.

Un eje rígido tendrá resortes y uniones para prevenir movimientos laterales.

Suspensión independiente

Suspensión con espoleta


Suspensión con doble espoleta. Las espoletas se montan en sus extremos exteriores
con la parte superior e inferior del elemento de giro de la dirección. Las dos
horquillas de cada espoleta se extienden hacia dentro para pivotar sobre el chasis.
Una barra de ajuste (una barra estabilizadora) se conecta entre el chasis y la
espoleta inferior.

En vez de compartir un eje común, cada rueda en un auto con suspensión


independiente está unida de forma independiente a la carrocería o subchasis.
Diferentes combinaciones de resortes pueden ser utilizadas.
Cuando las ruedas a tracción están suspendidas independientemente, el
diferencial se fija al chasis y acciona las ruedas por medio de los ejes de
transmisión articulados.

Hay cinco tipos de sistemas de suspensión de uso común.

Espoletas dobles se utilizan principalmente en la parte delantera. Hay dos


espoletas, una encima de la otra, para mantener la rueda en posición vertical ya
que ésta sube y baja.

La suspensión MacPherson puede ser utilizada tanto en la parte delantera como


en la trasera. La taza se fija rígidamente a un puntal tubular vertical (catalejo), que
tiene su extremo superior anclado al chasis o a un ala reforzada.

En las ruedas delanteras, todo el puntal gira para permitir la dirección. Brazos
giratorios se extienden hacia dentro y hacia afuera del chasis, con el fin de
mantener la rueda en posición vertical y que resista a la aceleración y a la fuerza
de frenado.

Un brazo de remolque está unido a la taza en un extremo y se extiende hacia


adelante hasta un pivote en el chasis.

El brazo puede ser ampliado en forma de V con dos pivotes, tanto lado a lado o
con el pivote interno ligeramente detrás del delantero (un brazo de semi-
remolque). Los brazos de remolque se encuentran generalmente sólo en el trasero.

Suspensión con brazo de remolque


Una suspensión con brazo de remolque en un auto con tracción trasera. El brazo se
une al buje trasero de la rueda y se ensancha en una V, cuyos dos brazos se
extienden hacia adelante al pivote sobre el chasis. El diferencial se fija al chasis y
los ejes de transmisión cuentan con juntas universales.

Un brazo principal, se utiliza sólo en la parte delantera y es lo opuesto a un brazo


de remolque, con la rueda delante del pivote.

Los ejes oscilantes pueden estar en la parte delantera o trasera. El sistema es como
un eje de viga cortado al medio y unido a los pivotes en el chasis.

Por lo general, el medio eje se amplía en una V con pivotes delanteros y traseros
para evitar que se tuerza.

Barras estabilizadoras

Barra estabilizadora
Los pivotes permiten que la barra se tuerza para poder controlar la estabilidad,
aunque de manera limitada.

Para evitar que los autos se balanceen (inclinándose en las esquinas) se utiliza una
barra estabilizadora, a menudo en la parte delantera, a veces en la parte trasera y
en otras oportunidades tanto en el frente como en la parte trasera.

Se trata de una barra de torsión que cruza al auto a través de dos pivotes en lados
opuestos del chasis.

Fuera de los pivotes, la barra se dobla hacia atrás y un extremo se une a cada
rueda, generalmente a través de uno o dos casquillos flexibles de goma.

Cuando una rueda se mueve hacia arriba, se levanta un extremo de la barra y el


otro extremo levanta la otra rueda, manteniendo al auto estable.
Un balanceo limitado es permitido
por medio de la torsión de la barra.

Elementos de suspensión simples


En las suspensiones simples se
utilizan como elementos de unión,
unos resortes de acero elástico en
forma de:

 ballesta,
 muelle helicoidal
 barras de torsión

Estos elementos, como todos los muelles, tienen excelentes propiedades elásticas
pero poca capacidad de absorción de energía mecánica, por lo que no pueden
ser montados solos en la suspensión; necesitan el montaje de un elemento que
frene las oscilaciones producidas en su deformación. Debido a esto, los resortes se
montan siempre con un amortiguador de doble efecto que frene tanto su
compresión como expansión..

Ballestas
Las ballestas están constituidas (fig. inferior) por un conjunto de hojas o láminas de
acero especial para muelles, unidas mediante unas abrazaderas (2) que permiten
el deslizamiento entre las hojas cuando éstas se deforman por el peso que
soportan. La hoja superior (1), llamada hoja maestra, va curvada en sus extremos
formando unos ojos en los que se montan unos casquillos de bronce (3) para su
acoplamiento al soporte del bastidor por medio de unos pernos o bulones.
El número de hojas y el espesor de las mismas está en función de la carga que han
de soportar. Funcionan como los muelles de suspensión, haciendo de enlace entre
el eje de las ruedas y el bastidor.
En algunos vehículos, sobre todo en camiones, además de servir de elementos de
empuje, absorben con su deformación longitudinal la reacción en la propulsión.
Existe una abundante normalización sobre ballestas en las normas UNE 26 224-5-6-7
y 26 063.

Montaje de las ballestas


El montaje de las ballestas puede realizarse longitudinal o transversalmente al
sentido de desplazamiento del vehículo.

Montaje longitudinal: montaje utilizado generalmente en camiones y autocares, se


realiza montando la ballesta con un punto "fijo" en la parte delantera de la misma
(según el desplazamiento del vehículo) y otro "móvil", para permitir los movimientos
oscilantes de la misma cuando se deforma con la reacción del bastidor. El enlace
fijo se realiza uniendo directamente la ballesta (1) al soporte (2) y, la unión móvil,
interponiendo entre la ballesta (1) y el bastidor un elemento móvil (3), llamado
gemela de ballesta.

El montaje de la ballesta sobre el eje (4), puede realizarse con apoyo de la ballesta
sobre el eje (figura superior) o con el eje sobre la ballesta (figura inferior); este
último montaje permite que la carrocería baje, ganando en estabilidad. La misión
se realiza por medio de unas abrazaderas que enlazan la ballesta al eje.
Montaje transversal: utilizado generalmente en turismos, se realiza uniendo los
extremos de la ballesta (1) al puente (2) o brazos de suspensión, con interposición
de elementos móviles (3) (gemelas) y la base de la ballesta a una traviesa del
bastidor o carrocería.

Muelles helicoidales
Estos elementos mecánicos se utilizan modernamente en casi todos los turismos en
sustitución de las ballestas, pues tienen la ventaja de conseguir una elasticidad
blanda debido al gran recorrido del resorte sin apenas ocupar espacio ni sumar
peso.
Constitución
Consisten en un arrollamiento helicoidal de acero elástico formado con hilo de
diámetro variable (de 10 a 15 mm); este diámetro varía en función de la carga
que tienen que soportar; las últimas espiras son planas para facilitar el asiento del
muelle sobre sus bases de apoyo (fig. inferior).

Características
No pueden transmitir esfuerzos laterales, y requieren, por tanto, en su montaje
bielas de empuje lateral y transversal para la absorción de las reacciones de la
rueda. Trabajan a torsión, retorciéndose proporcionalmente al esfuerzo que tienen
que soportar (fig. inferior), acortando su longitud y volviendo a su posición de
reposo cuando cesa el efecto que produce la deformación.

La flexibilidad de los muelles está en función del número de espiras, del diámetro
del resorte, del paso entre espiras, del espesor o diámetro del hilo, y de las
características del material. Se puede conseguir muelles con una flexibilidad
progresiva, utilizando diferentes diámetros de enrollado por medio de muelles
helicoidales cónicos (figura inferior), por medio de muelles con paso entre espiras
variable o disponiendo de muelles adicionales.
Usando muelles adicionales se puede obtener una suspensión de flexibilidad
variable en el vehículo. En efecto, cuando éste circule en vacío, sólo trabaja el
muelle principal (1) (fig. inferior) y cuando la carga es capaz de comprimir el
muelle hasta hacer tope con el auxiliar (2) se tiene un doble resorte, que,
trabajando conjuntamente, soporta la carga sin aumentar la deformación, dando
mayor rigidez al conjunto.

En la figura inferior puede apreciarse de forma gráfica las tres posiciones del
muelle: sin montar, montado en el vehículo y el muelle bajo la acción de la carga.
Las espiras de un muelle helicoidal no deben, en su función elástica, hacer
contacto entre sus espiras; es decir, que la deformación tiene que ser menor que el
paso del muelle por el número de espiras. De ocurrir lo contrario, cesa el efecto del
muelle y entonces las sacudidas por la marcha del vehículo se transmiten de forma
directa al chasis.

Barra de torsión
Este tipo de resorte utilizado en algunos turismos con suspensión independiente,
está basado en el principio de que si a una varilla de acero elástico sujeta por uno
de sus extremos se le aplica por el otro un esfuerzo de torsión, esta varilla tenderá a
retorcerse, volviendo a su forma primitiva por su elasticidad cuando cesa el
esfuerzo de torsión (fig. inferior).

Disposición y montaje de las barras de torsión. El montaje de estas barras sobre el


vehículo se realiza (fig. inferior) fijando uno de sus extremos al chasis o carrocería,
de forma que no pueda girar en su soporte, y en el otro extremo se coloca una
palanca solidaria a la barra unida en su extremo libre al eje de la rueda. Cuando
ésta suba o baje por efecto de las desigualdades del terreno, se producirá en la
barra un esfuerzo de torsión cuya deformación elástica permite el movimiento de
la rueda.
Las barras de torsión se pueden disponer paralelamente al eje longitudinal del
bastidor o también transversalmente a lo largo del bastidor
En vehículos con motor y tracción delanteros se montan una disposición mixta con
las barras de torsión situadas longitudinalmente para la suspensión delantera y
transversalmente para la suspensión trasera.

Barras estabilizadoras
Cuando un vehículo toma una curva, por la acción de la fuerza centrífuga se
carga el peso del coche sobre las ruedas exteriores, con lo cual la carrocería
tiende a inclinarse hacia ese lado con peligro de vuelco y la correspondiente
molestia para sus ocupantes.

Para evitar estos inconvenientes se montan sobre los ejes delantero y trasero las
barras estabilizadores, que consisten esencialmente en una barra de acero
elástico cuyos extremos se fijan a los soportes de suspensión de las ruedas; de esta
forma, al tomar una curva, como una de las ruedas tiende a bajar y la otra a subir,
se crea un par de torsión en la barra que absorbe el esfuerzo y se opone a que
esto ocurra, e impide, por tanto, que la carrocería se incline a un lado,
manteniendola estable. El mismo efecto se produce cuando una de las ruedas
encuentra un bache u obstáculo, creando, al bajar o subir la rueda, un par de
torsión en la barra que hace que la carrocería se mantenga en posición horizontal.
En caso de circular en linea recta y en condiciones normales la acción de la barra
es nula.
Silentblocks y cojinetes elásticos
Son aislantes de caucho u otro material elastómero que se encargan de
amortiguar las reacciones en los apoyos de la suspensión. Su mision es amortiguar
los golpes existentes entre dos elementos en los que existe movimiento. Suelen
montarse a presión o atornillados. Su sustitución debe realizarse cuando el caucho
esté deteriorado o exista holgura en la unión.
Los cojinetes elásticos son elemento de caucho que permiten la unión de los
componentes de la suspensión facilitando un pequeño desplazamiento. Su
montaje suele realizarse mediante bridas o casquillos elásticos. Estos cojinetes son
muy utilizados para el montaje de las barras estabilizadoras.

Rótulas
Las rótulas constituyen un elemento de unión y fijación de la suspensión y de la
dirección, que permite su pivotamiento y giro manteniendo la geometria de las
ruedas.
La fijación de las rótulas se realiza mediante tornillos o roscados exteriores o
interiores.
Su sustitución debe realizarse si existe en estas algun daño como por ejemplo, si
esta deformada a causa de algún golpe, o cuando existen holguras (figura
inferior).

Mangueta y buje
La mangueta de la suspensión es una pieza fabricada con acero o aleaciones que
une el buje de la rueda y la rueda a los elementos de la suspensión, tirantes,
trapecios, amortiguador, etc.
La mangueta se diseña teniendo en cuenta las características geométricas del
vehículo. En el interior del buje se montan los rodamientos o cojinetes que
garantizan el giro de la rueda.
Trapecios o brazos de suspensión
Son brazos artículados fabricados en fundición o en chapa de acero embutida
que soportan al vehículo a través de la suspensión. Unen la mangueta y su buje
mediante elementos elásticos (silentblocks) y elementos de guiado (rótulas) al
vehículo soportando los esfuerzos generados por este en su funcionamiento.

Tirantes de suspensión
Son brazos de acero longitudinales o transversales situados entre la carroceria y la
mangueta o trapecio que sirven como sujección de estos y facilitan su guiado.
Absorben el desplazamiento y esfuerzos de los elementos de la suspensión a través
de los silentblocks o cojinetes elásticos montados en sus extremos.
Topes de suspensión
Estos topes pueden ser elásticos o semirigidos en forma de taco o en forma de
casquillo. Su función es servir de tope para el conjunto de la suspensión, de
manera que en una compresión excesiva esta no se detiene. El montaje de este
elemento es muy diverso dependiendo de la forma del taco. Por ejemplo, en las
suspensiones McPherson se monta en el interior del vástago del amortiguador,
mientras que en las suspensiones por ballesta se suele montar anclado en la
carrocería.

Amortiguadores
Estos elementos son los encargados de absorber las vibraciones de los elementos
elásticos (muelles, ballestas, barras de torsión), convirtiendo en calor la energía
generada por las oscilaciones.
Cuando la rueda encuentra un obstáculo o bache, el muelle se comprime o se
estira, recogiendo la energía mecánica producida por el choque, energía que
devuelve a continuación, por efecto de su elasticidad, rebotando sobre la
carrocería. Este rebote en forma de vibración es el que tiene que frenar el
amortiguador, recogiendo, en primer lugar, el efecto de compresión y luego el de
reacción del muelle, actuando de freno en ambos sentidos; por esta razón reciben
el nombre de los amortiguadores de doble efecto.
Los amortiguadores pueden ser "fijos" y "regulables", los primeros tienen siempre la
misma dureza y los segundo pueden variarla dentro de unos márgenes. En los más
modernos modelos este reglaje se puede hacer incluso desde el interior del
vehículo.
Marcas conocidas de fabricantes de amortiguadores serian: Monroe, Koni, Bilstein,
Kayaba, De Carbon, etc

Tipos de amortiguadores
Los mas empleados en la actualidad son los de tipo telescópico de
funcionamiento hidráulico. Dentro de estos podemos distinguir:

 Los amortiguadores hidráulicos convencionales (monotubo y bitubo). Dentro


de esta categoría podemos encontrar los fijos y los regulables.
 Los amortiguadores a gas (monotubo o bitubo). No regulables
 Los amortiguadores a gas (monotubo). Regulables
Amortiguadores hidráulicos convencionales
Son aquellos en los que la fuerza de amortiguación, para controlar los movimientos
de las masas suspendidas y no suspendidas, se obtiene forzando el paso de un
fluido a través de unos pasos calibrados de apertura diferenciada, con el fin de
obtener la flexibilidad necesaria para el control del vehículo en diferentes estados.
Son los mas usuales, de tarados pre-establecidos (se montan habitualmente como
equipo de origen). Son baratos pero su duración es limitada y presentan pérdidas
de eficacia con trabajo excesivo, debido al aumento de temperatura. No se
suelen utilizar en conducción deportiva ni en competición.

Estos amortiguadores de tipo telescópico y de funcionamiento hidráulico están


constituidos (fig. inferior) por una cilindro (A) dentro del cual puede deslizarse el
émbolo (B) unido al vástago (C), que termina en el anillo soporte (D), unido al
bastidor. Rodeando el cilindro (A) va otro concéntrico, (F), y los dos terminan
sellados en la parte superior por la empaquetadura (E), por la que pasa el vástago
(C), al que también se une la campana (G), que preserva de polvo al
amortiguador. El cilindro (F) termina en el anillo (H), que se une al eje de la rueda y
se comunica con el cilindro (A) por medio del orificio (I). El cilindro (A) queda
dividido en dos cámaras por el pistón (B); éstas se comunican por los orificios
calibrados (J y K), este último tapado por la válvula de bola (L).
Así constituido el amortiguador, quedan formadas las cámaras (1, 2 y 3), que están
llenas de aceite. Cuando la rueda sube con relación al chasis, lo hace con ella el
anillo (H) y, a la vez que él, los cilindros (A y F), con lo cual, el líquido contenido en
la cámara (2) va siendo comprimido, pasando a través de los orificios (J y K) a la
cámara (1), en la que va quedando espacio vacío debido al movimiento
ascendente de los cilindros (A y F). Otra parte del líquido pasa de (2) a la cámara
de compensación (3), a través del orificio (I). Este paso forzado del líquido de una
cámara a las otras, frena el movimiento ascendente de los cilindros (A y F), lo que
supone una amortiguación de la suspensión.

Cuando la rueda ha pasado el obstáculo que la hizo levantarse, se produce el


disparo de la ballesta o el muelle, por lo que (H) baja con la rueda y con él los
cilindros (A y F). Entonces el líquido de la cámara (1) va siendo comprimido por el
pistón y pasa a la cámara (2) a través de (J) (por K no puede hacerlo por
impedírselo la válvula antirretorno L), lo que constituye un freno de la expansión de
la ballesta o el muelle. El espacio que va quedando vacío en la cámara (2) a
medida que bajan los cilindros (A y F), se va llenando de aceite que llega de la
cámara (1) y, si no es suficiente, del que llega de la cámara de compensación (3)
a través de (I). Por tanto, en este amortiguador vemos que la acción de frenado es
mayor en la expansión que en la compresión del muelle o ballesta, permitiéndose
así que la rueda pueda subir con relativa facilidad y que actúe en ese momento el
muelle o la ballesta; pero impidiendo seguidamente el rebote de ellos, que
supondría un mayor número de oscilaciones hasta quedar la suspensión en
posición de equilibrio.
Según el calibre del orificio (J), se obtiene mayor o menor acción de frenado en los
dos sentidos; y según el calibre del orificio (K), se obtiene mayor o menor frenado
cuando sube la rueda. En el momento que lo hace, el aceite contenido en la
cámara inferior (2) no puede pasar en su totalidad a la superior (1), puesto que
ésta es más reducida, debido a la presencia del vástago (C) del pistón; por ello se
dispone la cámara de compensación (3), para que el líquido sobrante de la
cámara inferior (2) pueda pasar a ella. Todo lo contrario ocurre cuando la rueda
baja: entonces el líquido que pasa de la cámara superior (1) a la inferior (2) no es
suficiente para llenarla y por ello le entra líquido de la cámara de compensación
(3).
Este tipo de amortiguador se ha visto que es de doble electo; pero cuando la
rueda sube, la acción de frenado del amortiguador es pequeña y cuando baja es
grande (generalmente, el doble), consiguiéndose con ello que al subir la rueda,
sea la ballesta o el muelle los que deformándose absorban la desigualdad del
terreno y, cuando se produzca la expansión, sea el amortiguador el que lo frene o
disminuya las oscilaciones.

La energía desarrollada por el muelle en la "compresión" y "expansión" es recogida


por el amortiguador y empleado en comprimir el aceite en su interior. La energía,
transformada en calor, es absorbida por el líquido.
Como el amarre de los resortes se realiza entre el elemento suspendido y el eje
oscilante de las ruedas, los amortiguadores se montan también sujetos a los mismos
elementos, con el fin de que puedan frenar así las reacciones producidas en ellos
por los resortes. Esta unión se realiza con interposición de tacos de goma, para
obtener un montaje elástico y silencioso de los mismos.
La temperatura ambiente y el calor absorbido por el aceite en el funcionamiento
de los amortiguadores hidráulicos, influyen sobre la viscosidad del líquido,
haciendo que el mismo pase con más o menos dificultad por las válvulas que
separan las cámaras, resultando una suspensión más o menos amortiguada. Por
esta razón, en invierno, en los primeros momentos de funcionamiento, se observa
una suspensión más dura, ya que el aceite, debido al frío, se ha hecho más denso;
en verano, o cuando el vehículo circula por un terreno irregular, el aceite se hace
más fluido y se nota una suspensión más blanda.
Amortiguador hidráulico presurizado
Un avance en la evolución de los amortiguadores consiste en presurizar el interior
de los amortiguadores, esto trae consigo una serie de ventajas.

No presurizados
Tienen la pega de que se puede formar en ellos bolsas de aire bajo las siguientes
condiciones.

 El amortiguador se almacena o transporta horizontal antes de ser instalado.


 La columna de aceite de la cámara principal cae por gravedad cuando el
vehículo permanece quieto durante mucho tiempo.
 El aceite se contrae como consecuencia de su enfriamiento al final de un
viaje y se succiona aire hacia la cámara principal.

Como consecuencia de ello, en especial en días fríos, algunos amortiguadores


pueden padecer lo que se conoce como "enfermedad matinal".

Presurizados
Es un tipo de configuración empleada hoy en día en la mayoría de vehículos
cuando se busca mejorar las prestaciones de los amortiguadores de doble tubo
convencionales. La solución consiste en añadir una cámara de gas de baja
presión (4 bares) es una presión suficiente, ya que la fuerza amortiguadora en
compresión la sigue proporcionando el aceite en su paso por las válvulas del
émbolo.

De esta forma la fuerza de extensión realizada por el amortiguador en su posición


nominal es baja. Esto permite utilizar esta solución en suspensiones McPherson en
las que se requieren diámetros de amortiguador mas elevados.

Sus ventajas respecto de los no presurizados son las siguientes:

 Respuesta de la válvula mas sensible para pequeñas amplitudes.


 Mejor confort de marcha
 Mejores propiedades de amortiguación en condiciones extremas (grandes
baches).
 Reducción de ruido hidráulico.
 Siguen operativos aunque pierdan el gas

Respecto a los amortiguadores monotubos, los de doble tubo presurizados tienen


la ventaja de tener una menor longitud y fricción para las mismas condiciones de
operación.
Amortiguadores a gas
Estos amortiguadores a gas trabajan bajo el mismo principio básico que los
hidráulicos, pero contienen en uno de sus extremos nitrógeno a alta presión
(aproximadamente 25 bar).
Un pistón flotante separa este gas del aceite impidiendo que se mezclen. Cuando
el aceite, al desplazarse el vástago, comprime el gas, esté sufre una variación de
volumen que permite dar una respuesta instantánea y un funcionamiento
silencioso. Los amortiguadores a gas además de amortiguar también hace en
cierto modo de resorte elástico, es por ello que este tipo de amortiguadores
vuelven a su posición cuando se deja de actuar sobre ellos.
 Amortiguadores de gas no regulables: suelen ser amortiguadores monotubo
o bitubo, muy resistente a golpes, de alta duración y de alta resistencia a la
pérdida de eficacia por temperatura de trabajo. Aunque el precio es mayor,
se ve compensado por su durabilidad y fiabilidad. Es un tipo de
amortiguador de muy alta calidad. Su uso es ciertamente recomendable
para los vehículos de altas prestaciones.

 Amortiguadores de gas regulables: Son amortiguadores monotubo, con o sin


botella exterior, con posibilidad de variación de tarados. Es un tipo de
amortiguador de alta tecnología, con precio alto pero proporcional a su
eficacia, por eso es el mas usado en conducción deportiva, en los vehículos
de competición y de altas prestaciones.

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