Вы находитесь на странице: 1из 2

HOTEL RUANDA, UNA REALIDAD CLÁSICA Y UNA HISTORIA QUE NO PERDONA

1. El periodismo y los medios de comunicación has desempeñado un papel fundamental y


diferente en cada uno de los conflictos bélicos que han ocurrido a lo largo de la historia, que
van desde informar los acontecimientos hasta manipular a las masas. En el caso de la
película vemos la participación de los medios de comunicación en dos bandos
completamente diferentes y con propósitos opuestos. Por un lado, está la radio local que
incita a la violencia y el odio hacia la comunidad Tutsi, que hasta la fecha había sido
favorecida por la élite política. Por otro lado, los medios de comunicación extranjera entran
en el panorama como el ente encargado de informar los acontecimientos ocurridos en la
Ruanda de 1994 a la comunidad internacional. Este es un claro ejemplo de la polarización
que pueden tomar los medios de comunicación y una muestra de su responsabilidad en un
conflicto. Este panorama hace evidente la importancia de la ética periodística y de cómo el
enfoque que se le dé puede representar un cambio significativo en el resultado no solo de
un conflicto, sino de cualquier interacción multitudinaria.
2. Como se mencionaba en el apartado anterior, la postura de la prensa era diferente en
función del organismo encargado de actuar. Partiendo de la definición de hipocresía que
estipula que ésta es la inconsistencia entre lo que se define y lo que se hace, no se puede
establecer una condición de hipocresía de forma general pues, analizándolo objetivamente,
ninguna de las partes participantes en el conflicto se utilizó para un fin parecido. En cambio,
se puede condenar al uso indebido que se le dio a la radio como infame y perverso.
3. Como organismos no gubernamentales, su función de intervención era bastante limitada,
sin embargo, los protagonistas a cargo de ambas organizaciones hicieron todo lo que estaba
a su alcance, mostrando la difícil y desinteresada tarea que cumplen los voluntarios que
deciden poner su vida a servicio de dichas causas. Superando sus limitaciones de capacidad
de acción por cuestiones políticas en el caso de la ONU y por falta de recursos y voluntarios
en el caso de la cruz roja, contribuyeron en el rescate de no solo de personas sino de una
cultura de forma desinteresada arriesgado sus propias vidas, mostrando así la nobleza con
la que deben trabajar organizaciones de este tipo.
4. En la actualidad y a pesar de los conflictos bélicos que han manchado la historia de la
humanidad, el hombre es partícipe de su propia destrucción por el afán desenfrenado de
riquezas y poder. Como dice William Ospina en su ensayo “¿y dónde está la franja
amarilla?”, tenemos una deuda con el pasado, con nuestra historia. Y es que parece que esa
deuda no solo no nos permite avanzar a un estado de civilización, sino que parece que es
algo inherente de sociedades que han pasado por un duro proceso de transculturación.
Quizá sea por eso que acontecimientos relativamente recientes (siglo XX) y sucesos de
nuestros días hayan desencadena catástrofes humanitarias de un nivel igual y quizá superior
que el relatado en la película. Masacres como la de las bananeras, desapariciones y
ejecuciones políticas como las ocurridas en Argentina y Chile en las épocas de dictadura,
persecución a líderes sociales en nuestro país, sucesos como los ocurridos recientemente
en países africanos y asiáticos, atentados como los ocurridos en EEUU, Francia y otros
reflejan la incapacidad del hombre por evolucionar a un estado de civilización que impida la
ejecución de actos tan atroces como los anteriormente mencionados. Así que si, a pesar de
toda una historia manchada de odio y sangre, en la actualidad parece que sigue de moda la
autodestrucción.
5. Existen ciertos parámetros que el ser humano no puede controlar y que hacen parte de su
ser. Características hereditarias tanto cultural como genéticamente no deben ser tenidas
en cuenta a la hora de realizar distinciones o categorizaciones. Una persona no es más que
otra por pertenecer a una dinastía, sociedad, nacionalidad o religión determinada o por
tener ciertos rasgos físicos, porque estos son factores hereditarios y que el individuo en
cuestión no puede controlar. Es vez de esto, el integrante de un grupo determinado tiene
más mérito por su empeño, responsabilidad o constancia en lo que hace, puesto que estos
factores están ligados a la individualidad de la persona y esos, en términos generales,
dependen de aspectos modificables gracias al libre albedrío. De esta manera, cualquier
privilegio otorgado a un grupo de personas por ítems diferentes a los anteriormente
mencionados no deben ser aceptados.
6. Es una escena narrativa bastante desgarradora, no solo por el contenido sino también por
su contexto. La niña, dentro de su inocencia, renuncia a una condición hereditaria con la
finalidad de sobrevivir. Renuncia a una herencia que la ha condenado a una violenta
ejecución, una ejecución llena de odio e ignorancia. Una escena que, aunque no es explícita,
es tan visceral que nos obliga a reflexionar sobre los prejuicios que tenemos y la validez de
los mismos.
7. Sin argumentos científicos suficientes para sustentarlo, me atrevo a decir que gran parte de
los problemas de corrupción, no solo en Ruanda sino en países considerados de tercer
mundo o en vía de desarrollo, es la falta de una cultura propia por la cual luchar. Analizando
el panorama internacional, gran parte de los países mal llamados tercermundistas tienen
una historia manchada de sangre y violencia por parte de potencias modernas que buscaron
aprovechar sus avances científicos con el fin de apropiarse de los recursos disponibles en
los territorios pertenecientes a dichas naciones, arrebatándoles no solo estos bienes sino
también su propia cultura.

Así, los nativos fueron expropiados y condenados a alejarse de sus raíces sintiendo la
necesidad de buscar un método para sobrevivir. Eso conlleva a una especie de camuflaje
con el extranjero obligándose a dejar atrás lo que por derecho les pertenecía. Esta
fragmentación genera un odio de clases que, poco a poco, irá deteriorando el estrecho
vínculo que tenían tanto cultural como socialmente. Entonces, para asegurar un puesto en
una élite que gobierna un país que no le pertenece, el sujeto en cuestión se ve obligado a
trabajar para ellos aceptando o bien sobornos o eliminando de sí la conciencia colectiva que
le unía con sus pares. Esto se repite creando un círculo vicioso, un problema histórico que
no perdona y una seria deuda cultural. Es así como los procesos de transculturación generan
de forma directa o indirecta respuestas incorrectas a necesidades inexistentes tales como
el poder, las riquezas y el simple hecho de pertenecer, de hacer parte de una pirámide social
construida con odio y sangre.

LUIS FELIPE FORERO PEÑALOZA


ESTUDIANTE FACULTAD DE INGENIERÍA
INGENIERÍA MECÁNICA
ÉTICA Y DEONTOLOGÍA
2018

Вам также может понравиться