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COMO INTERVENIR ANTE LAS INTERFERENCIAS PARENTALES Mª

ASUNCIÓN TEJEDOR HUERTA ESPAÑA


Posted on November 30, 2009 | Category: CONFERENCIAS
COMO INTERVENIR ANTE LAS INTERFERENCIAS PARENTALES
Mª ASUNCIÓN TEJEDOR HUERTA
Abstract / Resumen
El objetivo de esta comunicación es acercarnos y hacer un planteamiento efectivo a la
necesaria intervención cuando nos encontramos con un Síndrome de Alienación
Parental (SAP) y debido al alarmante aumento de casos sobre todo presentados por
“padres y madres” que solicitan ayuda para resolver su problema porque no encuentran
ninguna salida y en ocasiones se sienten doblemente alienados, por el progenitor
alienante y por la justicia. Partimos de los conflictos que surgen entre los padres y los
hijos cuando están inmersos en un proceso legal de separación o divorcio, identificando
los rasgos característicos y los distintos métodos de intervención, y la mediación
familiar como una posible alternativa a los casos menos graves de SAP. Nuestra
intervención puede estar llena de dificultades que tenemos que ir resolviendo hasta
conseguir el objetivo deseado. Al mismo tiempo es necesario diferenciar si nuestra
intervención está apoyada por una orden judicial, lo que posibilitaría la Intervención con
toda la unidad familiar, o si vamos a intervenir en calidad de terapeutas conocedores del
SAP, con los consiguientes problemas de acercamiento a alguna de las partes y por
tanto con las dificultades para conseguir los objetivos propuestos. Al mismo tiempo se
proponen distintos acercamientos terapéuticos para la intervención con los casos de
SAP.
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN
El proceso por el que un progenitor actúa intencionadamente para provocar el rechazo
de sus hijos hacia el otro progenitor es uno de los más insidiosos y destructivos que una
familia puede experimentar.
A menudo produce consecuencias más graves, tanto para los hijos como para los
progenitores, que patologías psiquiátricas serias o incluso que el abuso sexual o físico.
Por lo tanto no es extraño encontrar autores que consideran el SAP como una patología
familiar destructiva porque se le atribuye una cualidad “malvada” sin motivo ni
fundamento, hacia un progenitor que anteriormente se había ocupado y protegido el
mismo hijo que ahora le rechaza.
Es importante el nombramiento de un psicólogo por parte del juzgado que sea experto
en las leyes de familia, temas de custodia y SAP o interferencias parentales, y que sea
capaz de identificar la causa del rechazo de un progenitor por parte de un hijo y
determinar si es o no un caso de SAP.
El terapeuta debe ser directivo y estar dispuesto a utilizar las armas que le ofrece el
juzgado, advirtiendo de las consecuencias de desobedecer sus directrices a nivel legal.
Lógicamente el terapeuta no puede ser la misma persona que el perito, por
incompatibilidad de papeles y por la posible animadversión surgida en la parte
manipuladora tras el peritaje. Debe contar con una orden del juzgado que le investirá de
autoridad ante el programador.
La intervención ante la interferencia de las visitas tiene que hacer frente a tres
dificultades importantes: la absoluta determinación del progenitor alienador de interferir
o sabotear el régimen de visitas, la no disponibilidad de programas específicos y bien
supervisados y, finalmente, la ausencia de penas adecuadas.
Turkat (1997) propone como estrategia de intervención una Orden Judicial
Multidireccional. Esta medida judicial, que trata de atajar o de prevenir el problema de
la interferencia, debe reunir unos requisitos fundamentales.
En primer lugar, tiene que contener las fechas y tiempos precisos de inicio y
terminación de las visitas, sin posibilidad de doble interpretación, aunque sujetas a las
modificaciones oportunas.
Para la entrega y recogida del menor es necesario precisar un lugar neutral que evite
posibles enfrentamientos o ventajas para uno de los progenitores.
La transferencia de los menores debe estar supervisada por un profesional nombrado
por mutuo acuerdo o, en último extremo, por el juzgado.
En prevención de posibles incumplimientos, la policía ya debe contar con una
autorización judicial que le permita intervenir y asistir al progenitor víctima de la
interferencia.
El juez también debe cursar una orden al centro escolar especificando el acceso del
progenitor sin la custodia de los hijos.
El juez debe autorizar a los profesionales responsables de cualquier actividad en la que
esté implicado el niño (médica, recreativa, religiosa) para que proporcionen al
progenitor no custodio acceso e información.
Cuando las actividades coincidan con el horario de visitas, el juez debe intervenir
mediante una orden dirigida al profesional prohibiendo la participación del menor.
La orden deberá contemplar claramente las penas a imponer, de acuerdo con una
jerarquía y su inmediata ejecución.
También debe contener una cláusula por la que el juzgado se reserve la potestad de
modificar sus contenidos cuando así lo estime oportuno.
En definitiva, la Orden Judicial Multidireccional se basa en que para evitar la
interferencia en las visitas se debe controlar la estructura del programa, las
transferencias, los intermediarios y las penas.
Se trata de eliminar todos los pretextos que el progenitor con la custodia pueda alegar,
de ordenar a las personas con algún tipo de responsabilidad en el tema que no participen
en la interferencia y, por último, de instituir, sin que haya lugar a dudas, las penas que
corresponderán a las transgresiones.
Mediación familiar y SAP
Actualmente ya estamos viendo que los métodos que proponen diversos autores para la
solución de estos conflictos es la mediación. Mediante este método son los miembros de
la pareja, con ayuda en su caso de los mediadores, los que llegan a acuerdos, valorando
la situación y estudiando las posibles alternativas.
Si el conflicto parental está muy arraigado y los hijos están totalmente manipulados por
uno de los progenitores en contra del otro, no considero que la mediación sea una
alternativa válida. El progenitor alienador no va a querer cooperar, sentirá que tiene el
poder y no dará ningún paso para solucionar el rechazo de los hijos, pero en casos leves
puede ser una alternativa útil y efectiva.
Como con todos los casos de SAP y de otras perturbaciones emocionales, la
intervención en las fases tempranas son las que gozan de mejor probabilidad de triunfar.
Cuanto más se prolonga la alienación, más difícil resulta deshacer el daño.
Apreciación en el contexto forense:
Muchas de las suposiciones de la terapia tradicional no pueden extenderse al tratamiento
en los casos forenses. En un tratamiento ordenado por un juez o motivado por la
involucración del cliente en litigios, algunos o todos de los elementos voluntarios de
participación son eliminados.
En este contexto un progenitor puede (intencionadamente o no) alterar o distorsionar la
información presentada al terapeuta con la esperanza de persuadirle y conseguir ponerle
de su parte en el conflicto por la custodia de los hijos.
La participación de los progenitores en el tratamiento, o la cooperación con el terapeuta
de los niños, puede ser contingente con la buena voluntad del terapeuta para apoyar la
postura de ese progenitor.
Generalmente el progenitor que se somete a terapia puede ser por buscar a alguien que
apoye su causa. Normalmente rehusan implicarse en una terapia impuesta por orden
judicial, pueden mostrar cierto interés pero no ser nada cooperativos, e incluso harán
todo lo posible por sabotear la misma. Encontrar un aliado para ayudarles a seguir la
terapia suele ser bastante difícil.
De forma específica, cuando la información viene directamente del niño, puede parecer
genuina y ser extraordinariamente persuasiva. A menudo, sin embargo, las percepciones
de los niños, sentimientos y declaraciones están profundamente influenciadas por su
exposición al conflicto por la custodia. Esto puede ocurrir mediante una presión directa
en un niño para que haga unas declaraciones específicas al perito, exponer directa o
indirectamente al niño a la información y preocupaciones de los adultos, o la respuesta
del niño a las necesidades emocionales de sus progenitores.
El comportamiento de un niño puede diferir marcadamente dependiendo del progenitor
que lleva al niño al perito y de las circunstancias que preceden a la sesión (por ejemplo,
si el niño es llevado directamente a la consulta del perito después de un día de escuela o
si ha pasado algo de tiempo en compañía de un progenitor justo antes de acudir a la
sesión).
Debe tenerse en cuenta que, mientras que para el profesional es importante mantener
una alianza con su cliente incluso en el contexto judicial, ambos progenitores y los
niños pueden ser mal atendidos por un terapeuta que es reacio a desafiar los
comportamientos disfuncionales o las interpretaciones de una de las partes sobre el
comportamiento del otro.
Si un progenitor falla al poner límites a los comportamientos inapropiados de los hijos,
el trabajo del terapeuta puede ser crítico para ayudar a la adquisición de las habilidades
necesarias para solucionar los problemas que surgen por la separación o divorcio de sus
padres.
Cuando se recomienda que haya un tratamiento posterior en el ambiente judicial, se
debe entender y ser capaz de articular la forma en la que el litigio puede afectar al
proceso de tratamiento y a la información que se da al terapeuta por uno de los
progenitores o por los niños.
Esto requiere que el terapeuta sea consciente de la investigación sobre el ajuste de los
niños en los casos de divorcio, el impacto de los conflictos en los hijos y los estudios
sobre la sugestionabilidad y susceptibilidad por influencia externa en los niños.
También requiere que el terapeuta mantenga su objetividad profesional y sea consciente
de las posibles fuentes de prejuicios en la información que obtiene durante el
tratamiento.
Tratamiento ordenado por el juez. La posibilidad de que el juez ordene a las partes o a
los niños una terapia si considera que la disputa por la custodia supone un peligro
sustancial para el mejor interés de los menores, puede facilitar la comunicación, reducir
el conflicto y mejorar las aptitudes parentales, de forma conjunta o separada. El
seguimiento de las relaciones familiares es importante para asegurar la continuidad de
las relaciones de los hijos con ambos progenitores.
Estructuración de las órdenes de tratamiento.
Cuanto más alto es el nivel de conflicto en una familia, más importante es tener una
orden cuidadosamente estructurada de tratamiento centrado en el menor.
Mientras que con familias con un bajo nivel de conflictividad se puede obtener un
consentimiento voluntario al tratamiento y ayudar a la intervención del terapeuta, los
progenitores que presentan un alto nivel de conflicto son a menudo incapaces o no están
dispuestos a seguir un tratamiento obligado y a cooperar con el mismo para ayudar a las
necesidades de los niños.
Un progenitor muy confrontado a menudo seguirá el tratamiento sólo si cree que el
terapeuta está ayudando a sus intereses en el conflicto por la custodia.
Participantes en el asesoramiento: la intervención de los niños y su familia de forma
conjunta es más efectiva si ambos progenitores están involucrados en el proceso.
Incluso cuando el propósito establecido de tratamiento es facilitar la relación entre un
niño y un progenitor alejado o alienado, la cooperación del otro progenitor puede ser
necesaria para el éxito de la intervención.
Alcance y objetivo de la intervención: un terapeuta necesita flexibilidad para establecer
la estructura y condiciones del tratamiento. Es útil, sin embargo, tener una orden
judicial para el tratamiento que clarifica la intención de la medida.
Los objetivos de los tratamientos comunes pueden ser establecidos marcando las pautas
de intervención, entre las cuales podemos citar: mejorar la relación parental con los
hijos, ayudar a los niños a resolver los problemas emocionales o de comportamiento,
reducir el conflicto respecto a las custodia o visitas, ayudando a los progenitores a
mejorar sus habilidades parentales o señalando los problemas de comportamiento
específicos identificados en la evaluación por la custodia.
Cooperación con el tratamiento:
Muchos progenitores son capaces de cooperar con el tratamiento para ayudar a los hijos,
pero los que mantienen unos altos niveles de conflicto son a menudo incapaces o no
están dispuestos a cooperar sin la intervención exterior.
El compromiso obligado con el tratamiento puede ser necesario para asegurar que los
padres y los niños que acuden a las sesiones cooperen incluso con las más básicas
intervenciones. En algunos casos puede ser necesario requerir la intervención del
juzgado para lograr el cumplimiento del tratamiento mediante citaciones o sanciones al
progenitor que no coopera.
Técnicas de intervención
Para poder establecer un programa de intervención debemos conocer el proceso por el
que los miembros de una familia han llegado a desarrollar estos conflictos y tener en
cuenta todas las personas que de una u otra manera han podido intervenir en el
desarrollo de este trastorno.
A menudo tiene otras consecuencias más graves a largo plazo, tanto para los niños
como para los padres, y para otros miembros de la familia y su futura relación.
Desarrollar una estrategia efectiva de intervención no es nada fácil. Una de las
dificultades es que no hay un acercamiento que funcione en todos los casos. Si el
tribunal ordena la terapia, será este poder el que posibilitará el trabajo del terapeuta.
Hacer frente al SAP en un reto y no hay garantías de que los esfuerzos tengan
recompensa.
Intervención familiar
No es necesario repetir que los profesionales que vayan a intervenir en casos de SAP
necesitan tener una formación adecuada y experiencia con familias complejas y con
múltiples problemas, y trabajar dentro del sistema legal.
Un terapeuta que trabaja con un caso de SAP a menudo tiene sólo una posibilidad para
ser efectivo. Incluso el terapeuta más avezado con una orden judicial no tiene el poder
de cambiar la alienación con una aproximación frontal. Las estrategias deben ser
cuidadosamente estudiadas y planeadas.
El estilo y orientación del trabajo de un terapeuta familiar puede variar de acuerdo a su
formación, orientación y recursos personales. Sin embargo, los siguientes objetivos son
fundamentales para trabajar con familias son SAP:
- Cuestionar los límites de una familia con SAP. Mientras que los límites del
sistema familiar con SAP permanezcan cerrados a la retroalimentación e intervención,
los esfuerzos del terapeuta serán nulos. Escuchando su historia, sin juzgar ni intervenir,
puede permitir, aunque sea brevemente, entrar en su sistema que normalmente está
totalmente cerrado. Una vez dentro de sus límites, es importante no desafiar o
interrumpir su poder, ya que si lo hace no se le permitirá entrar de nuevo.
- Continuar invitando a miembros de la familia de origen a alguna sesión.La
presencia de abuelos, tíos y primos de la familia del alienador actúa de forma sutil
ensanchando los límites del sistema del alienador.
- Utilizar intervenciones sutiles para bloquear o reformular los mensajes
alienadores, si es posible. Un terapeuta que desafía los mensajes frontalmente crea una
situación de confrontación sin salida con respecto al sistema de poder. En tales casos,
los límites de protección del sistema se cierran inmediatamente y el terapeuta se vuelve
impotente contra este sistema de poder, incluso aunque tenga la ayuda de una orden
judicial.
- Divide y ganarás. Cuando el nivel potencial de hostilidad en una familia es
demasiado intenso e intervenir con todos los miembros de la familia al mismo tiempo
puede suponer un gran riesgo, deberemos dividir estratégicamente a la familia en
subsistemas.
La primera elección será observar a los hermanos juntos y determinar la fuerza de su
alienación. Esta intervención es un reto directo sobre el control que el progenitor
alienador mantiene, así como una potencial amenaza al sistema del alienador. Cualquier
acción que aleje a los niños de un control físico directo del alienador puede ser
percibido como una amenaza, y no es infrecuente que se hagan esfuerzos para sabotear
o cancelar estas sesiones.
Otro método de intervención podría ser ver a los progenitores en sesiones conjuntas
unas cuantas veces. Aunque esto puede exacerbar el conflicto y la animosidad puede
también servir para calmar el proceso alienador. Algunos progenitores pueden utilizar
estas sesiones para identificar y procesar viejas heridas que podrían no haber sido nunca
tratadas antes de su separación o divorcio.
- Usar los recursos de las familias extensas para abrir los lazos y desactivar la
alienación. Otro nivel de intervención es juntar a las familias de origen en una variedad
de posibles sesiones.
Una elección podría ser programar una sesión con tres generaciones que incluyera al
progenitor alienador, sus padres y los niños.
Otra intervención posible puede ser iniciar una sesión el progenitor alienado, sus padres,
sus hermanos (si es posible) y los niños.
Otro tipo de intervención intergeneracional sería involucrar a los dos grupos de abuelos.
- Evitar trabajar de forma aislada con el niño alienado y el progenitor alienado.
Desafortunadamente, trabajar con esta pareja es la forma más común de intervención y
el modelo que las órdenes judiciales suelen sugerir. Se tiene la incorrecta idea que si
ponen a los miembros del problema en la misma habitación, ellos podrán solucionar sus
diferencias.
- Considerar apartar al niño de la influencia del alienador. En muchos casos de
SAP, incluso la mejor intervención y los esfuerzos para utilizar los recursos familiares
pueden fallar. En estos casos el único camino razonable para lograr el cambio puede ser
apartar al niño de la influencia del alienador. Aunque esta técnica puede ser vista como
una intervención traumática, y por ello en ocasiones los órdenes judiciales no quieren
contemplarla, puede ser la única forma de romper esta dinámica familiar.
Intervención con niños alienados.
La primera tarea para el terapeuta es crear oportunidades para que el niño pase tiempo
con el progenitor alejado para poder experimentar de primera mano que no es una
persona peligrosa como al niño le han hecho creer.
Identificar la presencia del SAP: el primer paso del terapeuta es determinar si el SAP es
la causa de los sentimientos extraños o negativos de los niños hacia un progenitor. Para
determinar si el SAP es la causa del rechazo el terapeuta debe ver a ambos progenitores
y basándose en las entrevistas con la unidad familiar podrá concluir si el SAP está
presente y si los sentimientos y actitudes del niño hacia un progenitor son producto de
los sentimientos y actitudes del otro progenitor, que aparentan ser del propio niño.
Intervención clínica: el objetivo de la terapia será ayudar al niño a reconocer y trabajar
dentro de la realidad. El terapeuta deberá tener en cuenta continuamente la influencia
parental en el niño y la probabilidad de un cambio de custodia.
Los aspectos que hay que trabajar con los niños son:
Recuperar al niño cuando es coactivo: enseñarle que coacción no es una forma
apropiada para tratar a otras personas, confrontando al niño con su propio
comportamiento. Si un niño es manipulativo, puede ser apropiado que el terapeuta llame
la atención del niño en este aspecto y le enseñe cómo enfrentarse a alguien que se
comporta de ese modo. De esta forma se anima al niño a cuestionar al alienador sin
criticarlo directamente.
Sesiones con el niño y el alienador: esto debiera permitir al terapeuta la observación del
nivel de interacción con el niño, el grado en que el niño habla por sí mismo y las
inconsistencias entre lo que el niño dice y hace cuando el progenitor alienador está o no
presente. La inclusión del alienador en el tratamiento tiene un beneficio añadido al
permitir al niño observar al alienador ser poco honrado o falso en lo que dice al
terapeuta.
Trabajo del sistema familiar: el SAP representa un sistema disfuncional de familia, lo
que puede ser dirigido trabajando con varios subsistemas en la familia (el niño con el
progenitor alienado, el niño con el progenitor alienador, etc…).
Ayudar al niño a controlar la toma de conciencia del SAP mientras vive con el
alienador: a no ser que haya un progenitor alienado disponible con el que el niño tiene o
puede desarrollar una cercana y querida relación, el objetivo de la terapia con un niño
con SAP puede no ser necesariamente sacar al niño de la influencia del alienador. Esto
es necesario ser considerado desde el inicio de la intervención.
Intervención con progenitores alienados.
La intervención con los progenitores alienados permite ayudarles a soportar la dolorosa
experiencia del SAP. La pérdida de un hijo (sea completa o parcial, física o emocional)
es devastadora y pueden sentirse perdidos y abrumados por el súbito cambio en sus
hijos y por la intensidad de la campaña de denigración contra ellos.
Trabajo con el alienado. Es necesaria una intervención efectiva del SAP para sentar las
bases para trabajar con los implicados en estos casos, obteniendo y aportando
información sobre el mismo, sobre aspectos de la personalidad del otro progenitor que
les pueda proporcionar un camino para interactuar de forma más efectiva con el
alienador, explorar si hay aspectos en la familia de origen que nos indiquen algún tipo
de alienación, trabajar los aspectos parentales que hayan podido contribuir al conflicto
con sus hijos y mejorar la relación con el progenitor alienador. Por otro lado, merece la
pena explorar en la terapia los puntos discrepantes para eliminarlos o evitarlos.
Educación sobre el SAP: los progenitores alienados que no conocen el SAP pueden
beneficiarse de la información y recursos para ayudarles a entender lo que está
sucediendo a sus hijos. De esta forma pueden determinar si es aconsejable una acción de
la justicia para cambiar las visitas y la custodia o solicitar tratamiento.
Educación sobre trastornos de personalidad: si tienen la posibilidad de acceder a algún
libro básico sobre trastornos de la personalidad, podrían ayudar a determinar si algún
tipo de trastorno de la personalidad pudiera ser aplicable al otro progenitor o al niño.
Conocer con lo que están tratando puede proporcionales algunas pistas a como
interactuar de forma más efectiva con el alienador. Sin embargo, no es recomendable
usar etiquetas tales como narcisista o psicópata con el alienador o el niño ya que eso
puede considerarse difamatorio y despectivo.
Exploración de la transmisión intergeneracional del SAP: es conveniente explorar si hay
aspectos en la familia de origen que nos indiquen algún tipo de alienación.
Educación parental: los progenitores alienados deben considerar trabajar los aspectos
parentales que hayan podido contribuir al conflicto con sus hijos. El propósito no es
condenar o criticarles sino ayudarles a mejorar sus cualidades parentales dentro de lo
posible.
Mejorar la relación con el progenitor alienador: en muchas ocasiones no es posible
mejorar la relación, sobre todo si estamos ante un progenitor “obsesivo” que está
completamente centrado en destruir la relación de los hijos con el otro progenitor.
Leer historias sobre SAP: la pérdida de control es una respuesta frecuente al SAP. Una
manera de reducir la frustración y la sensación de no ser entendido y sentirse solo, es
leer novelas de ficción y no ficción sobre las batallas por la custodia, dentro de la
terapia.
Relación con el niño alienado. Los progenitores alienados necesitan un gran estímulo
para continuar involucrados en la vida de sus hijos. Los progenitores alienados deben
descartar la imagen de ser unos villanos y ofrecer experiencias e información al niño
incongruente con la información que han recibido del alienador.
Los progenitores alienados necesitan ser conscientes de las consecuencias de sus
acciones en el contexto de la alienación y de los posibles procedimientos legales.
Pueden no tener control sobre lo que el alienador dice sobre ellos pero tienen control
sobre cómo se comportan con sus hijos, por lo que deberán evitar proporcionar al
alienador la munición que pueden usar contra ellos.
Estar presente: lo que los niños recuerdan es el sentimiento del tiempo que pasaron
juntos. El tiempo con los niños no es ilimitado, los niños crecen y la última cosa que un
progenitor quiere sentir es que el tiempo pasado con sus hijos fue malgastado debido a
la preocupación por el futuro (el desgaste por los casos judiciales pendientes u otros
obstáculos del alienador) y la desilusión por el pasado (reviviendo frustraciones y
heridas tempranas).
No disuadir al niño de sus sentimientos: cuando un niño dice algo que no es verdad
sobre el progenitor alienado, puede sentirse tentado a responder con ira, frustración y un
deseo de cambiar la opinión del niño. Juntos, el progenitor alienado y el terapeuta
pueden trabajar con estrategias para tratar la frustración y humillación que aparece en el
SAP.
Mantener el amor por el niño: un aspecto complicado en el SAP es no tener una realidad
que compartir con el hijo. Los progenitores alienados tienen que aprender a vivir con su
frustración y no caer en la tentación de presionar a los hijos, lo que es corriente en el
SAP porque el trabajo del alienador es insidioso y virtualmente invisible. El niño lleva
el mensaje y la postura del alienador dentro y a veces es muy duro separar al niño de la
influencia del SAP. Los progenitores alienados necesitarán ayuda para conseguir
equilibrio entre sus sentimientos de amor por sus hijos y la negatividad que sienten por
el mensaje del SAP presente en el niño.
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