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i4
REVISTA
CONTEMPORÁNEA
D 1 RECTOR
ÍDKEECHOS EESERVADOS)
/T"
^ . ! ' • '
y
DIRECCIÓN ADMINISTRACIÓN
Travesía de San Mateo, 1« pral. Pizarro, núm. 17, principaL
MADRID
MADRID, 1901
TirOGRAFÍA DE LOS HIJOS DE MANUEL GINÉS HERNÁNDEZ
Libertad^ 16 duplicado, bajo
U Liet MlRillMl, EL PlíS V Ll Minim MERCINTE
ARTURO LLOPIS,
Capitán de fragata.
DE
JUAN M. VILLERGAS
A MIS AMIGOS
l'^e5-14'75
«Doña Isabel por la gracia de Dios Reina de Castilla & & &
Concejo alcaldes alguaciles Regidores Caballeros Escuderos
Oficiales e omes buenos de la muy noble cibdad de Avila sa-
lud e gracia. Sepades que el domingo postrimero pasado en
la noche que fueron once dias deste presente mes de Diciem-
bre plogo á nuestro seSor de llevar desta presente vida al
muy alto e muy poderoso el Rey mi señor hermano cuya ani-
ma haya santa gloria de lo cual yo ove aquel sentimiento que
es debido e la religión quiere por que no solamente tenia á
su señoría por hermano mas en reputación de padre lo cual
acorde de vos facer saber por que hayáis encargo de rogar á
nuestro señor por su anima como buenos e leales e naturales
de asi facer Otro si vos fago saber que después de fechos los
obsequios e honras como a su real persona pertenecían los ca*
balleros y perlados que a la sazón conmigo se fallaron en esta
muy noble y muy leal cibdad de Segovia juntamente con el
concejo justicia regidores della en uno faciendo la fidelidad y
lealtad que dichos mis reynos e la dicha cibdad me deven
6o REVISTA CONTEMPORÁNEA
MANUEL DE FORONDA.
ALGUNAS CONTESTACIONES
PARA
ni
204.— f Esq^airols.»
87.—Arerígñelo T a r c a s .
. 448.—^1900 e n n ú m e r o s r o m a n o s .
Varias contestaciones ha alcanzado la pregunta, trivial a!
parecer, hecha por D. Camilo de Lelis, de Madrid, para sa-
ber cómo debe escribirse, en números romanos, el año
1900; si
______ MDCCCC ó MCM
(I) Libro segando, 3 * parte: t La picara romera*, cap. i.
72 REVISTA CONTEMPORÁNEA
Unos se han inclinado instintívamente por la primera forma,
mientras que otros se han pronunciado por la segunda, apo-
yándose tan sólo en los tratados de Aritmética.
Es cierto que en algunas aritméticas se dice, hablando de
los números romanos, que las letias que los constituyen no
pueden usarse más de tres veces seguidas en un número ó
cantidad y que, por lo mismo, debe escribirse IV y no IIII,
XL y no XXXX, CU y no DCCCO
Claro está, pues, que, en atención á lo' dicho, el año 190a
ha de escribirse MCM y no MDCCCC, con lo cual parece ga-
nada ya la batalla y que ha de ser letra mueita cuanto se diga
después del presente párrafo.
Mas sabido es que toda medalla tiene dos caras y que,
mientras nos fijamos en una, se nos oculta la otra. Esto mis*
mo ha sucedido á mis predecesores al responder con cierta
ligereza á la pregunta que nos ocupa y, para no incurrir aho-
ra en igual pecado, he decidido estudiar esta cuestión al tra-
vés de la Historia, puesto que de historia y no de otra cosa
se trata. Ella es, pues, la que ha de solventar la duda y no la
loca de la casa.
Los números romano?, formados con siete letras de su pro
pió alfabeto: I, V, X, L, C, D y M (r),'Cuyo valor respectiva-
mente es: I, s, 10, 50, 100, 500 y 1.000 unidades, sustitu-
yeron á la sencilla numeración griega, consistente, de un prin-
cipio, en íHs letras, con las cuales formaban las cantidades
los helenos; después emplearon las letras de su alfabeto según
su orden, conforme se hallan en los libros de Homero; y úl-
timamente dividieron sus letras en tres clases: las primeras
servían para las unidades, las segundas para las decenas y las
terceras para las centenas. Pero todos esos sistemas numéri-
cos sucumbieron al presentarse la clara y breve numeración
arábiga, cuyo origen es, por desgracia, bastante obscuro. Lo
(1) Ai piiDcipio, los romanos se servían sólo de las cinco letras primeras
para formar cantidades 7 escribían i.oco, de este modo: CI3, y 500, de es-
totro: I^
En ana hermosa edicidn en 4.0 De les namtret de Mito, de Fray Luis de
Ledn, impresa en Valencia por Benito Monfoit, el afio qne lleva en la porta-
da está así eecrito: Cío IQCC L X X , (1770).
CONTESTACIONES PARA Et AVERIGUADOR POPULAR 73
< ^ —
I 2 3 4 5
1 2 3 4 5
6 7 8 9 0
6 7 8 9 0
se introdujo en España con la invasión sarracena principiada
por Tarik el año 711 y, poco á poco, vino á sustituir ala an-
tigua numeración romana, que es la que nos ocupa.
El Rey Don Alfonso el Sabio, que empuñó el cetro de Cas-
tilla desde el año 1252 al 1284, fué quien ordenó á sus matemá-
ticos el uso de los números arábigos para la formación de las
Tablas astronómicas llamadas también Alfonsinas, números que
desde entonces se extendieron por toda España, pasando luego
á Francia y corriendo hasta Grecia, donde el primero que los
empleó fué el monje Máximo Planude, por los años de 1270,
en su obra Del arte de contar según los indios, puesto que se
supone que esos números tomaron su origen en la India.
Pero aún cuando, el uso de los números arábigos principió
en detrimento de los números romanos con las mencionadas
74 REVISTA CONTEMPORÁNEA
DIS, M
BRVTTIA
PROCVLEIA. H
SIT. E
AN. XXXX
IMP. NERVA
CAESAR. AVG
TRAIANVS
GER. PONT
MAX. TRIB
POT. IIII. P. P
COS. II. RESTI
TVIT. A. COMPL
XIIII
C. P. CLA. NVMI
AN. LXXXX. H. S. E
POMPEIA. ASTEROE
PATRONO. B. M
F. C. S. T. T. L
D. M. S
L. RVFINVS. PRIMVS. ITALICVS
D. REGINENSIS. AN. XXXX
FABIA; CAMPANA. VXOR. M. M
F. H. S. E. S. T. T. L
D. M. S
Q. ANTONIO, SEVERO
VAMENSI
AN. XXXXVII
Q. ANTONIVS. SEVERIANVS. FILIVS
PATRI. PIISSIMO. F. G
76 REVISTA CONpMPORÁNEA
D. M. S
M. FABIVS. PROBVS. AVRIG
FLAM. M. FA. F. PONT. PERP
AVG. ANN. XXXVim. PIVS
IN. SVOS. HIC. SITVS. EST. SIT
T I B Í . TERRA. LEVIS.
L. TROBA
NO. RVFO
AN. X X I I I I
LABEO. A
VVNCVLVS
D. M. S
L. AEMILI
VS. CARIO
CLVNIE
NSIS. AN
xxxxv
H. S. E
SIT TIBÍ. T E R
RA. LEVIS
FLAVIA. RVFINA
AVGVSTOBRIG
ANN. XXIIII
H. S. E. S. T . T . L
PAR. HONORINA
ET. C. RVSTENVS. DETIANVS
FILIAE. FECE
CCCC.. 400
Dó lo 500
DCCCC .• 900
MMMM 4000
(I) En nn balcón del hotel de San Martín de Vesabie hay una lípid* de
mármol blanco qoe ostenta esta inscripclóa:
FÉLIX FAURE
GALLIC^ REIPUBLIC^ PRESES
HIC MORAVIT
DIE XVII « APRILIS MDCCCLXXXXVIII
(a) El inteligente editor Firmin-Didot, en la excelente obra MoralUtes
/ranfaií,—yai TOI. en 4.° de 770 páginas, París, 1883,—al numerar las máxi-
mas de La Rochefjncaald y de Vaarenargue?, lo hace en números romanos y
escribe siempre el ndmero 400 y su centenar: CCCC.
CONTESTACIONES PARA EL AVERIGUADOR POPULAR Si'
M.DCCCC
MDCDI
Pedralbes, MDCCCCI.
EL CURIOSO BARCELONÉS.
U S OBRAS PllBlICllS EN ESPAÑA'"
*
* *
*
* *
(Concluirá.)
P. FABRÍ Y OLIVER.
LA MANCHA DE SANGRE"
EPISODIO MATRITENSE
CAPÍTULO v n
CAPÍTULO VIII
CARLOS CAMBRONERO.
{Concluirá.)
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
R e T i s t a de A r c h i v o s , B i b l i o t e c a s y M u s e o s . —
Febrero y Marzo iffoi, Madrid.
Oír o erasmista español: Diego Gradan de Alderete. por An-
tonio Paz y Melia.—«La veneración de Gracián porErasmo—
dice el Sr. Paz y Melia continuando su precioso estudio—no
se desmiente un punto. No sólo consagió parte de su tiempo
á traducir algunas de sus obras, sino que, animado de fervien-
te proselitismo, sirvió de intermediario para que los espaSoles
doctos que aún no le conocían le escribiesen y fuesen sus
amigos, como hizo, entre otros, con el Arcediano del Alcor,
á quien califica de probo y erudito.» El Sr Paz y Melia refie-
re á continuación las relaciones epistolares mantenidas por
Gracián de Alderete con los célebres hermanos Alfonso y
Juan Valdés En las caitas que escribió al primero ocupábase
de asuntos de erudición; en las que dirigía al segundo solía
entretenerse con relatos graciosos (por lo general á costa de
los frailes), que eran pagados en igual moneda por su amigo.
Copia el Paz y Melia algunos de estos chistes de Gracián y
Valdés, y ciertamente que no tienen nada que envidiar ni en
donaire, ni en punzante sátira contra el estado religioso á los
más celebrados del autor del Enchiridibn. Son muy curiosas
las noticias que contienen las cartas de Gracián acerca de la
iluminada de Salamanca, Francisca Fernández, y del fraile
Ortiz, y no lo son menos las que se refieren al saco de Roma
y á las pretensiones de los franceses en sus guerras con Car-
los V. El Sr. Paz y Melia, que se ha propuesto hacer un estu-
dio completo del hasta ahora desconocido Gracián, reprodu-
ce en su artículo muchas de estas noticias, donde no chispea
menos la gracia en el decir que cierta burlona socarronería pe
culiar de Erasmo y de su escuela.—Por la soltura y amenidad
con que está escrita, y por las preciosas observaciones que
contiene, merece, citarse la Carta del Archivo de Simancas al
Histórico Nacional y á los de Indias y Alcalá, por Claudio.
*
* *
I08 REVISTA CONTEMPORÁNEA
* *
Lia Q u i n z a i n e . — 1 6 Febrero i^or, París.
A propósito de una palabra nueva, por Hubert Menffeis.—De
algunos años á esta parte nótase entre los cultivadores de la
ñlosofia una dirección nueva, que de dia en dia va contando con
mayor número de prosélitos y que trata de resolver los pro-
blemas filosóficos aprovechando las enseñanzas del escolasti-
cismo tradicional, pero evitando sus defectos y perfeccionan
dolo con los modernos adelantos de las ciencias. La palabra
neo-escolástica es la que designa esa nueva dirección, indican-
do claramente en los dos términos de que se compone cuál
es su significación y carácter. Hubeit Menffeis llama la aten
ción de los lectores acerca de la importancia de esta direc-
ción filosófica y de las simpatías que va adquiíiendo en todas
partes. De aquí deduce el creciente desarrollo que ha de ad-
quirir en el porvenir y los provechosos resultados que de ello
puede prometerse la ciencia.—Mr. Fonscgrive continúa su in-
teresante estudio de números anteriores, en el que señala el
criterio con que deben leerse los periódicos.
*
* if
E. B.
GIBRALTAR
*
* *
*
* *
JosÉ-G. ACUÑA.
II
ARTURO LLOPIS,
Capitán de fragata.
P R Ó L O G O <^'
peón en rey; pero los dolores y las necesidades son las mis-
mas y aumentan ó disminuyen, no por ley natural, sino por
injusta imposición.
¿Qué tiene de extraño que el inmenso número de los que
son víctimas del transitorio destino humano se desesperen?
No saben de dónde han salido; ignoran dónde van á parar; no
conocen más horizontes que los de la vida presente; notan
que el rico consume en una hora lo que al pobre le bastaría
para toda la vida, y, como es natural, se desesperan y desean
tomar sitio y empuHar cubierto en el gran banquete social.
Saben que son el mayor número, se someten á la fuerza,
sin el freno de fe, devorados por crueles penas, preparan las
grandes reivindicaciones y una serie de desdichas sin cuento.
La ley de la expiación es la ley de la Historia, y así como
son hojas que el viento arrebata y polvo informe los grandes
imperios de la antigüedad que tanto pecaron, así como la aris-
tocracia murió á manos de la clase media en Inglaterra y en
Francia, de la propia sueite la clase media, ahita de riquezas,
ensoberbe<^da, que se ha apoderado de los grandes medios
de trabajo y de toda la riqueza, la mayor parte de las veces
sin reparar en los medios; que en nada cree, que nutre las cá-
tedras del monismo positivista, será triturada, maltrecha, pul-
verizada por lo que se llama despreciativamente el cuarto es-
tado, teniendo la sociedad para regenerarse que sufrir el cas-
tigo de tantas culpas.
• • * :
* *
*
* »
vengan desde las raíces del árbol para nutrir las más aparta»
das hojas. Dice un ilustre pensador contemporáneo que, de
la misma manera que no hay movimiento sin algo que se
mueva, no cabe progreso sin tradición. Nosotros tenemos
tradición científica, como lo ha demostrado de gallardo modo
Menéndez y Pelayo, y lo que conviene es seguirla, recorrien-
do el camino por los jalones puestos en él en virtud de los
estudios de varones eminentes. Muchos pudieran citarse para
comprobación de este aserto; algunos he recordado en el
transcurso de esta conferencia, y si es cierto que no hemo»
tenido un Newton, descubridor de las leyes de gravitación
universal, ni un Abel que desentrañase los profundos secretos
de la ciencia matemática; ni un Galileo que sienta el movi-
miento de la tierra bajo sus pies, ni un descubridor del vapor,
ni un aplicador de su fuerza á la locomoción, no olvidemos
que acaso entre nuestros sabios hay algunos que han sido pre-
cursores de estos descubrimientos científicos; así el P , Ar-
teaga fué precursor en estética del gran Lessing; el P. Sar-
miento se adelan*'ó á Voltaire al determinar el sentido moderno
de la historia; Huarte inició la psicofísica en el siglo XVI con su
libro Examen de ingenios; el P. Mariana hablaba en su tratado
De re rustica de las limitaciones del derecho de propiedad ea
sentido socialista, y sin embargo, merced a aquel fanatismo
ignorante de los siglos XVI y XVlI, nada de esto repercutía
ni se estudiaba, porque el espíritu de nuestro país, hoy como
ayer, no comprende la utilidad del cultivo de la ciencia cuan-
do no se la aplica inmediatamente á las necesidades de la
vida; por eso no comprende al jurisconsulto sino despachan-
do pleitos, al médico si no es curando enfermos y al químico
vendiendo drogas. Semejante en esto á las organizaciones
cerebrales radas de los hombres primitivos, no concibe la
actividad que no tenga una aplicación inmediata, por lo cual
es preciso que el Estado estimule, premie y proteja al inves-
tigador profundo cuyos estudios le impiden la práctica de una
profesión que le asegure la vida. No desmayemos, seSores
Académicos, en la labor; apliquemos nuestra actividad al es>
tudio, pero no limitemos sus esferas á los libros, sino á otros
medios, como la observación, los viajes y, sobre todo, el
LAS OBRAS PÚBLICAS EN ESPAÑA 183
CAPITULO V
iraUensteln.
(Continuará.)
FR. FRANCiSCO DE LÜRCA
pues fueron muchos sus milagros en vida y de5paes de muerto. Día sábado 17
de Marzo de 1736. A las dos de la mañana».
( I ) Fr. Lorca y su hermano Marcos eran hijos de D. Juan Martínez Cha-
barría, natural de Vizcaya, y de D,^ María Mellinas, de Lorca. Marcos cas<5
cun Antonia María Pérez Pelegrín, de quien tu70 un varón, Manuel, quien al
mediar el siglo XVIIl maichó á Yucatán, ingresando en la Compañía de Dra-
gones de la guarnición de Mérida (Méjici:); allí casó con Tcmasa Castellanos,
y el hijo que tuvieron (MANDIL MARTÍNEZ CASTILIAKOS), fué en el claustro
J^r. Manuel del Sacramento, célebre frasciscauo yncateco, reclamado Vene-
rable, y cuya Vida, m y bien editada y con grabados, publicó en 1883 el señor
Carrillo Azcona, Obispo de Yucatán, á cuya attnción debemos un ejemplar.
De forma que nuestro paisano era hermano carnal del abuelo de este Vene-
rable.
FR. FRANCISCO DE LORCA 197
F. CÁCERES PLA.
CAPITULO III
{Continuará).
LA MANCHA DE SANGRE ( • )
:PISODIO MATRITENSE
CAPÍTULO IX
CARLOS CAMBRONERO.
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
La Crónica Troyana.
P. V.
II
III
IV
¡Qué noche tan fría y tan larga!... ¡Qué oscuridad tan den-
sa la del cielo!... jQué silencio tan pavoroso el de la tierra!
Todo contribuía á hacer más triste el dolor y la soledad de
Araceli. Y eso que tenía ella bien arraigada la consoladora
idea de que su madre al morir no había hecho sino cambiar
át forma y de si/io, y por consiguiente, seguía existiendo, aun-
que harto distante del cariño de donde él la llamaba á voces.
Que la buena mujer (una santa en vida) estaba en el cielo, era
evidente para la muchacha, quien, considerando que, si hasta
el cielo llegan las oraciones de la tierra, llegarían de igual
modo los ayes de dolor, se decía á la vez que ahogaba en su
pecho los sollozos:
—^Cótr.o las madres, al oir llorar á los hijos que dejan aban-
donados en el mundo, no han de padecer terrible martirio,
aun en pleno goce de todos los deleites celestiales?
Por eso con doble afán trataba de acallar al pequeñuelo, y
así le repetía como si él pudiese comprenderla:
—No llores, monín, no llores, que te oye madre.
Por un momento creyó que efectivamente el llanto del niño
había llegado hasta el otro mundo, y debido á un milagro, la
madre bajaba á consolar á los hijos de su alma. De repente y
en sileucio habíase abierto la entornada puerta, dando paso á
una mujer que por su edad y figura hizo más viva la ilusión
de Araceli.
—[Ahí... ¡Es usded, señora Amparo!—exclamó la pobre
CHIRIGOTA 2.H5
VI
Vil
VIII
JX
MARÍA DE BELMONTE.
Toledo 4 1901.
DISCURSOS
LEÍDOS EN L \
ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA
POR LOS SRE3. MARQUÉS DEL VADILLO, MORET Y VILLAVERDE,
EN HONOR DE D. AUGUSTO ;COMAS
SEÑORES ACADÉMICOS:
* *
*
* *
*
* *
Volvamos al punto de partida, ¿Qué es csea powei?»
Digámoslo de una vez si acertamos con la frase. cSea p o -
wer» no es poder del mar, porque esta traducción implica
transferir á la última frase un espíritu de que carecen las pa-
202 REVISTA CONTEMPORÁNEA
*
* *
PATRIA Y «SEA POWER» «63
* *
* *
PATRIA Y «SEA POWER» 269
MANUEL ANDÜJAR,
Teniente de navio.
LOS ALBORES DE LA «ONARQDlA ESPAÑOLA
II
III
IV
VI
*
* *
FEDERICO BUESA.
(Continuará.)
EL TEATRO DE SCHILLER'"
atrepella por todos los medios para realizar ese buen fin.
«Según el concepto genera!, es un hombre bastante rec-
to» (I); contesta á su hijo, que le reprocha responder á la
confianza de Wallenstein con el engaño, por no haberle ex-
presado franca y resueltamente su aversión por los planes
que le descubría: «No siempre es factible en la vida conser-
var la pureza nativa de la infancia, como lo dicta la voz de
la conciencia. En continua lucha con la malignidad, deja
también el espíritu recto de permanecer sincero. En esto pre-
cisamente consiste la maldición del acto malo, en que se re-
produce y siempre ha de engendrar maldad. No intrigo,
cumplo con mi deber. (Es ist nicht immer moeglich, im Le-
ben, sich so kinderrein zu halten, wie's uns die Stimme lehrt
im Innersten. In steter Notwehr gegen arge List bleibt auch
das redliche Gemüt nicht wahr. Das eben ist der Fluch der
boasen Th'at, dass sie fortzeugend immer Boeses muss ge»
baeren. Ich klügle nicht, ich thue meine Pflicht)» (Piccolo-
mini, V, I ) .
Max, sin embargo, representante de la moral estricta, no
se convence: «¡El duque, dices, te abrió legalmente su cora-
zón para un fin malo, y tú pretendes haberle engañado con
un fin bueno! ¡Calla! te lo suplico.—¡No conseguirás quitar-
me el amigo—no me hagas, en cambio, perder al padre!
¡Oh! ¡maldito sea ese artificio político! Con él le impulsaréis
todavía á dar un paso que, sí, lograréis aún hacerle culpa-
ble, porque queréis que lo sea... Mi camino ha de ser recto».
Conforme á esta última declaración, va derecho á Wallens-
tein (Wallenstein, II, 2), y cuando, convencido por su propia
boca del criminal atentado, de la inmensa desgracia, vuelve
á ver á su padre (Wallenstein, II, 7), es para seguir lamen-
tando el torcido proceder de Octavio: «¡Oh! ¡Si hubieres
sido veraz y recto, le dice, jamás habrían llegado las cosas
á este punto, todo estaría de otro modo! No hubiera come-
tido lo monstruoso; los buenos hubiesen conservado imperio
sobre él, no habría caído en la red de los malos...»
Wallenstein se queja amargamente á Max de la felonía de
(Continuará).
LA flüGAmCION DEL TRABAJO"*
III
IV
VI
MANUEL G I L MAESTRE.
(Continuará.)
ESTUDIOS MIDTARES
EL ARTE DE LA GUERRA'"
CANTO 1V.°
Ataque y defensa de l a s p l a z a s
se halla en el admirable
Poeta celebrado
á quien las Musas loor eterno han dado.
Ve á Marcelo valiente
quantos ardides usa
para tomar por fuerza á Siracusa,
y Archimedes sagaz é inteligente
como se burla del esfuerzo vano
del sitiador Romano.
Á Cesar se resisten de Marsella
los muros invencibles hasta entonces
y no hallando aquel héroe medio alguno^
se vale del amparo de Neptuno.
Lo largo de ios sitios de aquel tiempo
, la suerte suspendia y vacilaba
del General mas diestro
que á una plaza atacaba.
Después en nuestros tiempos casualmente
se sacó el ingrediente
de cuyo mixto es tal la fuerza extraña,
y explosión repentina,
que ya ahora la maña
vale mas que la fuerza del soldado
y el Arte es quien domina.
Con este mixto hallado
despide el bronce esferas infernales
de compuestos metales
que adquiriendo en el ayre mucha altura
por la curba que forman,
con tal fuerza descienden
que los templos abisman
y las Ciudades hienden.
Mas aun no satisfechas del estrago,
quando la fuerza de los mixtos obra,
rebientan, por mil partes divididas,
causando quando menos mil heridas.
Desde el sitiado muro
la bala sale de broncínea boca
y su tino seguro
el enemigo blanco no equivoca.
Con estas mismas balas formidables
los golpes redoblados
siendo bien apuntados
hacen las brechas luego practicables.
Después de aqueste invento
EL ARTE DE LA GUERRA 327
el militar talento
descubrió no servian
los altos torreones
á defender las plazas,
pues los fieros cañones
todo lo destruían al momento.
Inventáronse entonces terraplenes
con su revestimiento
los quales se colocan de tal modo
que queda el muro todo
de suerte y de manera flanqueado
que le respeta el enemigo osado.
Tú, célebre Vauban, tú sin segundo
renombre gozas en el ancho mundo.
Tú el primero inventaste
la muralla moderna,
y las plazas de Francia resguardaste
en los siglos tu fama haciendo eterna.
Ciñen la plaza los espesos muros
dispuestos en baluartes y cortinas.
Aquellos suelen ser de flancos curbos
y con sus orejones
los quales cubren hasta dos cañones
que no son descubiertos,
hasta que el enemigo al foso llega.
Levantanse altaneros
sobre los baluartes caballeros,
y delante en el foso contraguardias
ó si es en las cortinas rebellines,
cuyos muros mas baxos é inferiores
disputan los terrenos exteriores.
Rodéalo todo, esto un ancho foso
que en la estrada encubierta se termina
la qual por la estacada
señorea y domina
la espaciosa esplanada
en suave declive terminada.
¿Qué frutos no acarrea
el talento del hombre en toda ciencia,
y quién no habrá que crea
que agotada está ya la inteligencia
al mirar de las plazas de la Francia
la soberbia defensa y arrogancia?
¿Pues qué diremos si debaxo mismo,
de la pisada tierra
3*8 REVISTA CONTEMPORÁNEA
dexando á su deseo
que tale, pille y mate, es un tirano
cuya frente en la vida debe ornarse
con la hoja de aquel árbol, respetado
del mismo Jove ayrado,
y debe el universo
en vez de celebrarle las victorias
y publicar sus glorias
cantar que fue perverso
y que su tiranía
la humanidad clamando maldecía.
El bárbaro Tilli deste retrato
es el mas fidedigno
original indigno
cuyas negras maldades
serán en las edades
aborrecidas y en extremo odiadas.
Las voces desdichadas
é infelices clamores
de los Magdeburguenses,
gritarán los horrores
que padecer les hizo, y deshonrado
será su nomjre mas que celebrado.
Este monstruo su fin disimulando
les ofrece una tregua cauteloso,
y ellos en su palabra confiando
en los brazos se entregan del reposo.
Va Morfeo los parpados cerrando,
disfruta la consorte del esposo,
y en los cuerpos de guardia quietamente
crédula duerme la canSádá gente.
Todo yace en silencio, todo calla,
y en toda la muralla
no se encuentra dispierta
centinela ninguna que esté alerta.
De esto Tilli valido
avanza con sus tropas á la plaza,
y de su falsa traza
y de la obscuridad favorecido
el" muro escala sin que sea sentido.
¡Ay pobre ciudadano,
tú que no recelando ni temiehd!oP'
el proyecto inhumano _ ;./..•.
encontrarás durmiendo '-'ní:! ••- asi
la afilada cuchiltó''del Germano!
Et.AETE. DE ¿AGUSBRA 33!
P. V.
II
III
IV
baña, da cabal ncticia el siguiente párrafo de uua ciicalar suscriti por el en-
tonces Ministro de Hacieod!", Sr. F. ViUaverde. «Por lo que hace á la riqueza
urbana, se da el caso de que, estando ordenada la confección da los registros
fiscales, ha venido en desaso el camplimiento de las prescripciones reglamen-
tarias á tal fin encaminada!!, sin que al presente se ocupen las Delegaciones de
Hacienda en llevar á debida ejecución dicha rtf' rmat.
( I ) Instituto Geográfico y Estadístico, Reseña gtográfica y estadística de
España, pág?. 491 y siguientes.
(2) El Economista ha denunciado el hecho, y como éste existen machos,
de que da Compañía del tranvía del Norte de Madrid nc pagó nada por con-
tribución indmtrial en el primer semestre de 1S98 á 1899; la Compañía del
Este sólo pagó en dicho semestre 2.032,44 peseta», y la Compañía de Esta-
ciones y Mercados no pagó más que 840,28 pesetas».
(3) En 1900.
(4) Intervención general de la Administración del Estado, Estadística de
los presupuestos genera'es del Ettado y de los resultados que ha ofrecido su
liquidación en los años 1850 á 1990-9', píg'- 37, 38 y 39. Madrid, 1891.
358 REVISTA CONTEMPORÁNEA
VI
DAMIÁN ISERN.
ESTUDIOS SOBRE EL CANAL DE NICARAGUA
(i) El más grave incon-veDiente con que tropieza ía (onítrocciÓD del canal
de Panamá son las inundaciones casi periódicas del tío Chagies, cuyas aguas
se elevan en pocas horas á un nivel de 50 pies sobre el urdinario, produciendo
verdaderos cataclismos la anegación del muelle desde las colinas al mar. Esto
ha motivado la construcción de dos canales artificiales y suplementos íe
bastante caprcidad que recojan las aguas y las cinduican al mar; empresa
costosíima con la cual no se había coatado y que casi lleva agotados los rt»
cursoi de la Compañía, sin que esto sea una completa seguridad de remedio.
Las destracciones de Us obras y el cegado de lo excavado, efecto todo de es-
tas inundaciones, con el adherente de una administración deficiente, han dado
por resultado el colocar á la Compañía en una situación harto más que pre-
caria.
(2) El ingeniero capitán Eads fué el que abrió el tí o Mississipí á la nave-
gación de buques de gran calado.
366 REVISTA CONTEMPORÁNEA
II
ARTURO LLOPIS,
Capitán de Fragata.
(Concluirá.)
(•)
AGUAS, MINAS, MONTES
II
III
Aguas.
Lo fundamental de la materia está comprendido en el ley
de 7 de Mayo de 1880 y en la de 13 de Junio de 1879, á que
hace referencia y que parcialmente transcribe nuestro vigente
Código civil (l).
Ante todo, nuestro sistema legislativo se apoya en la siguien-
te distinción: hay aguas de dominio publico y aguas de domi-
nioprivado. Son de dominio público: i." Los ríos y sus cau-
ces naturales. 2.° Las aguas continuas ó discontinuas de
manantiales y arroyos que corran por sus cauces naturales, y
estos mismos cauces. 3.° Las aguas que nazcan continua ó
discontinuamente en terrenos del mismo dominio público.
4.° Los lagos y lagunas formados por la naturaleza en terre-
nos públicos y sus álveos. 5.° Las aguas pluviales que discu-
rran por barrancos ó ramblas cuyo cauce sea también del
dominio público.'6." Las aguas subterráneas que existan en
terrenos públicos. 7." Las aguas halladas en la zona de traba-
jos de obras públicas, aunque se ejecuten por concesionario.
8.^° Las aguas que nazcan continua ó discontinuamente en
predios de particulares, del Estado, de la Provincia ó de los
pueblos, desde que salgan de dichos predios. 9.° Los sobran-
tes de las fuentes, cloacas y establecimientos públicos.
Son de dominio privado: i." Las aguas continuas ó discon-
tinuas que nazcan en predios de dominio privado, mientras
discurran por ellos. 2." Los lagos y lagunas y sus álveos for-
mados por la naturaleza en dichos predios. 3.° Las aguas
subterráneas que se hallen en éstos. 4.° Las aguas pluviales
que en los mismos caigan, mientras no traspasen sus linde-
*
» *
Minas.
L o s principios que anteriormente hemos sentado con apli-
cación á las aguas han de servirnos de base para lo que di-
gamos respecto á las minas.
Sabido es que la legislación á estas últimas relativa está
constituida fundamentalmente por el decreto-ley de 29 de Di-
ciembre de 1868, con los precedentes de la ley de 6 de Ju-
lio de 1859 y del reglamento de 24 de Junio de 1868.
La teoría legal vigente acerca de las minas puede conden-
sarse en las consideraciones siguientes:
A) Las minas pertenecen privativamente al Estado, y no
son de uso común mientras no se otorgue su concesión.
B) En todos los terrenos que contengan sustancias mine-
rales se considerarán siempre dos partes distintas: i." El suelOy
que comprende la superficie propiamente dicha, y además t\
espesor á que haya llegado el trabajo del propietario, ya sea
para el cultivo, ya para solar y cimentación, ya con otro obje-
t5 cualquiera distinto del de la mineria. 2.* El subsuelo, que se
extiende indefinidamente en profundidad desde donde el suelo
termina.
AGUAS, MINAS, MONTKS 39I
* *
Montes.
Las fuentes legales de la materia administrativa referente á
montes están representadas principalmente por la ley de 24
de Mayo de 1863, el reglamento de 17 de Mayo de 1865, la
ley de I I de Julio de 1877 y el Real decreto de 8 de Mayo
de 1884.
Prescindiremos de la prolija exposición de las disposiciones
legislativas acerca del dominio, clasificación, aprovechamien-
to, administración y policía de los montes públicos. Siguiendo
el mismo método que anteriormente, nos limitaremos á tratar
de aquellas cuestiones fundamentales é importantes que afec-
tan á este orden de materias.
¿Cuáles son las íuncíones propiamente administrativas que
al Estado competen respecto á los montes?
Ante todo, debe regular su aprovechamiento (tratándose,
por supuesto, de los montes públicos) á fin de evitar su des-
cuaje, operación á que tan inclinados suelen estar los particu
lares.
Los beneficios que los montes producen son considerables
y bien conocidos. Son un medio eficaz para combatir las
inundaciones, favorecer la producción de los manantiales y
regularizar el régimen de las aguas. En su Descripción física,
( I ) Bibliografía:
Los tratados geoerales de Derecho administratiTO de los Sres. Santamaría
de Paredes y Posada,—Primo trattato completo di Diritto amministrativo
italiano, a cura di V. E. Orlando. Milano, Societá editrice librarin, Vol IX,
- páginas 48 y 49.—Annuaire de PEconomie politigue et de la Statistique.
París, Guillaumip, 1899—L' aliétiation des forets de i'Etat devant I'opinión
publique. París, J. Rothschild, 1865.—Los montes españoles bajo el punto de
vista de su desamortización y administración, por Un Máscara sin careta.
Gerona, Do'ca, /862.—Proyecto de ley de montes. Dictamen formulado por
el ponente D. Lucas Olazáial en la suprimida Comisión de Legislación fo-
restal. Madrid, Ginesta, 1877.—Montes y plantas, por D. Máximo Laguna.
Madrid, Moreno y Rojas, 1891.—/-ÍJ desamortización forestal y la Memoria
del Sr. CflWiaí/ií', por Rafael Alvarez Sereix. Madrid, 1883.—Estudios con
temporáneos, fot el mismo, Madrid, 1889.—La producción forestal en la
Exposición universal de Viena, por F. de P. Arrillaga. Madrid, 1875 (pre-
cioso trabajo).— Conferencias agrícolas de la provincia de Madrid, recopila-
das i impresas en virtud de orden de I." de Mayo de 187S. Madrid, 1878.—
Contestación á los artículos de D. fosé María de Madar\aga, en que impufna
el proyecto de ley para enajenar las minas del Estado, por D. Lino Peñu-las.
Madrid, 1866.—Historia de los impuestos mineros en España, por D. Julián
de Pastor y Rodríguez y D. Ramda de Pastor y Rodríguez. Madrid, Tello,
1878.— Tratado de aguas y riegos, por D. Andrés Llanradd. Madrid, Moreno
y Roja?, 1884 (dos tomos).—Manual del abOf;adoy del ingeniero de minas,
por D. Ramón Sánchez de Ocafi»y D. Máximo Sínthez de Ocaüa. Madrid,
Maroto, 1890. — Colección legislativa de minas, foimuda pot la Junta Supe-
rior Facultitiva de Minería. Madrid, 1889 1892.—Manual del minero espa-
ñol, por V. Manuel Malo de Molina, Madrid, Morales, 1863.—Manual del
minero, por D. José María de Cuéllar y D Pedro Mendo de Figueroa. Grana-
da, sin año.—Proyecto de ley de Minas, arreglado por D. Ramdn de Silva Fe-
rro. Londres, Clayton, 1874. — Consideraciones tuerca dehs establecimientos
y minas del Estado, por D. Federico de Botella. Madrid^ Lipaente, 1868.
l i EXPOSICIÓN IRTERMCIOML DEL FOTO-CLÜB
DE P A R Í S
L . GARCÍA-RAMÓN.
SONETO
J .PoNs SAMPBR.
Diciembre.
U fiXPOSIClto DE BELUS i\liTIS
FEDERICO BUESA.
{^Continuará?)
EL TEATRO DE SCHILLER"'
CAPÍTULO VI
María Staart.
(i) Schiller utilizó como fuentes: David Hume, History 0/ England, Ra-
pin de Thoyras. WíUiam Kamden: Annales rerum anglicarum; Buchanan y
Duchesne. Estudio de Ardienholz: Historia de la Reina leahelde Inglaterra.
Estadio de Geni: María Stuart. Y acaso también la Histarla de Escocia, de
'Robertson y los escritos de UrantSme.
(2) «El cadalso—dice Mignet,—tal fiíé el término de aquella rida comen-
zada con la expatriación, sembrada de vicisitudes, llena de falta-, casi siempre
acompañada de dolor, y un momento culpable, pero adornada con tantos en-
cantos, inspirando compasión por tantos infortunios, parificada por tail largas
expiaciones, concluida con tanta grandez».»
6H REVISTA QONTEMPORANEA
*7
418- REVISTA CONTEMPORÁNEA
(O Ved I, 6 y II, 3.
(2) «La Seina cola ada se maeitra indecisa (dice Mortimmei á María), no
púr sentimiento de humanidad y de clemencia, sino por tefinada astucia.»
(3) Ved Hume, pág. 289, y María Siuart, V, 15.
(4) Hume, pág. 289, y Marte Stuart, I, 8.
EL TEAÍRO DE SCHILLER 419
wider sie ist mir das Herz, es fltehen alie guten Gedanken^
und die Schlangenhaare schüttelnd umstehen mich die fins-
tern Hoellengeister.
(Nada vive en raí en este instante sino la sensación abrasa-
dora de mis sufrimientos. De odio mortal contra ella late mi
corazón, se desvanecen todos los buenos pensamientos y,
agitando su cabellera de serpientes, siniestros rae rodean los
espíritus infernales) (III, 3.)
Terrible es la explosión de animosidad que sigue. Sin em-
bargo, María hace un esfuerzo supremo, heroico, sobre sí
misma por olvidar su dignidad lesionada y postrarse suplí
cante, humillada, á los pies de su enemiga; pero excitada,^
exasperada por la ironía despreciativa y mordaz con que la
despiadada rival se goza en zaherirla, se rebela todo su .ser
contra el ignominioso sarcasmo y, agolpándose su sangre
noble y generosa en el dolorido corazón, con la vehemencia
que le presta la indignación y la natural impetuosidad de su
carácter, derrota á su cobarde antagonista, que se aleja
furiosa y con el alma abrasada por el despecho y el ren-
cor (III, 4),
María se siente aliviada de un peso enorme, respira más li-
bremente, la embriaga su victoria: «O, wie mir wohl ist, Han-
nal Endiieh, endlich, nach langen Jahren der Erniedrigung^
der Leiden, ein Augenblick der Rache, des Triumphes! W i e
Berges Lasten faellt's vom meinem Herzen, das Messer stiess
ich in der Feindin Brust». (¡Oh, qué bien me siento, Hannaí
¡Por fin, por-fin tras largos anos de humillación, de sufrimien-
to, un momento de venf/anza, de triunfo! Del corazón se me
quita un peso como el de una montaña; he hundido el hierro
en el pecho de mi enemiga.) (III, 5).
En la escena con Isabel, María revela una fuerza de la per-
sonaHdad y un valor ingénito que despiertan nuestra admira-
ción por esta mujer que, á pesar de sus infortunios, se man-
tiene digna y fuerte y prefiere perder la existencia á soportar
una ignominia. Y nuestra simpatía sube aún de punto cuanda
asistimos á la augusta serenidad, á la tranquila y heroica gran-
. deza de sus últimos momentos.
Su vida desventurada, marcada de pasiones y faltas, eDno~
EL TEATRO DE SCHILLER 423
blecida por la entereza que mostró en todo su cautiverio y en
el instante supremo de la muerte, es un ejemplo, tipo de la
fuerza de los caracteres en el siglo XVI: las pasiones eran
violentas, pero á ellas contrapuestos, se ven rasgos grandes,
sublimes.
(Continuará.)
RAFAEL OCHOA
RAFAEL OCHOA
S O I S T E T O S
RAFAEL OCHOA 427
Ó si se publican todos sus Irabajos en verso: Poesías de Ra-
fael Ochoa, será aliciente seguro para que sus admiradores,
sus amigos, y en general todos los amantes de lo bueno y de
lo bello, se apresuren á adquirir el volumen que ofrecerá la
labor artística «leí sonetista celebrado, que fué en vida un ca-
ballero excelente, un compaSero leal y un político honrado y
consecuente como hay pocos en estos tiempos en que con
tanta facilidad se pasan los hombres de uno á otro bando, sin
otra mira que el medro personal, aunque para conseguirlo
haya que prescindir de las convicciones y de los principios.
CAPÍTULO IV
II
III
IV
{Continuará.)
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
La insuilciencia hepática.
Tal es el tema del discurso que el doctor D. Nicolás Rodríguez
Abaytua leyó en su recepción de académico de la Real de Medi-
cina, el día 25 de Noviembre de 1900,
Trabajo de loi páginas en folio el del nuevo académico, y
de 34 el de contestación, del Sr. Espina, forma un voluminoso
conjunto, donde se trata una cuestión de tanto interés médico con
verdadera brillantez.
No siendo esta revista un periódico técnico de medicina, sólo á
título de información bibliográfica consignaremos algunas impre-
siones de tan útil estudio, ya juzgado con el éxito que merece,
primeramente por la ilustre corporación ante quien se leyó y des-
pués por la prensa y el público médicos.
La complejidad de funciones que tiene el hígado en el organis-
mo hace que su estudio ofrezca á los ojos del médico un interés
privilegiado, si ha de atender á las muchas manifestaciones mor-
bosas originadas por deficiencias de esta viscera, cuyo papel en la
vida es de primer orden, de tal suerte que aparece justificada la
idea del ilustre médico francés Pomel al decir que el hígado es á
la vida vegetativa lo que el cerebro á la de relación
Las diferentes funciones de la viscera, comprendidas con los
nombres de biligenia, g/icogenia, urtogenia, adipogenia, termoge-
nia, cromatogenia y aníitoxia, se tratan con lucidez en el extenso
trabajo del Sr. Abaytua, aportando datos clínicos y consideracio-
nes múltiples, de tal modo que puede decirse que representan la
última palabra de la ciencia en tan ardua cuestión.
La secreción de la bilis, que tiene lugar incesantemente, puede
considerarse como un proceso de oxidación y, cuando disminuye^
ó se extralimita de las proporciones regulares, acaecen disturbios
de consideración, que perturban de un modo manifiesto la salud
y acarrean gravísimas dolencias.
Su carácter aséptico, los grandes descubrimientos fisiológicos
debidos á la química de la bilis, cuya parte del estudio de esta
secreción ha iluminado como potente foco los oscuros horizontes
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 44,5
*
* *
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO 447
A.
III
IV
Conservación
Ingresos. y trabajos. Administración.
ARTURO LLOPIS,
Capitán de fragata.
DISCURSO
LEÍDO EN LA
ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA
POR El. SR. MORKT, EN HONOR DE D. AUGUSTO COMAS
SEGISMUNDO MORET.
EL TEATRO DE SCHILLER '
CAPITULO VII
« n l l l e r m o Tell.
(1) «Wer iich des Kindes Hauj^t zum Zleie setze, der kann aach treffcn in
EL TEATRO DE SCHILLER 485
das Herí des Feinde?. (Qaien se puso por blaaco la cabeza de su propio hijo,
puede tambiéi apuntir al coiczáa del enemigo) (IV, 3).»
486 REVISTA CONTÜMPOHANEA
EPILOGO
*
* *
Casi todas las revistas- de la Exposición general de Bellas
Artes de 1901^ han consagrado algunas lineas al lugar donde
aquélla se verifica. La historia de la trasformación tuvo el
mismo origen y desarrollo que tienen la mayoría: la voluntad
de un Ministro.
Se necesitó cierto día alojar un tercio de la guardia civil, y
LA EXPOSICIÓN DE BELLAS ARTES 495
FEDERICO BUESA.
SERIICIOS P! BLICOS DE AliMÓl'ILES
32.000
Gastos en u n día.
70,02
II
Automóvil 4. ruedas.
Diámetro de las ruedas de delante 90 centímetros.
ídem id. de atrás 1,10 metros.
Ancho de las llantas de delante, 10 centímetros.
{dem id. de atrás 11 »
Carga sobre el eje de delante, director 2.000 kilogramos.
ídem id. de'atrás, motttr 4.000 »
Éeso con carga completa 6.000 t
Velocidad media por hora 1$ kilómetros.
Carromato 2 ruedas.
Diámetrt) de lafe ruedas, . i . . . . 1,70metros.
Ancho de las llantas 8 centímetros.
500 REVISTA CONTEMPORÁNEA
Peso con carga completa 5 • ' 7° kilogramos.
Carga sobre el eje 5 170 »
Velocidad media por hora 3.500 metros.
Vilouriz, Amariz,
Vilastriz, Jabariz,
Beariz, Gondoriz.
Eiriz, Mouriz, Meriz,
Ariz, Rciriz, Boimiz,
Rairiz, Rodiz, Distriz,
Buriz, Uriz, Toiriz,
Turiz, Fraiz, Gerdiz,
Armariz, Villaguiz,
Viariz, Gomariz,
Trasaiiz, Villafiz,
' Villaiz, Astariz.
Luego el uso corriente, constante, el hecho de la costum-
bre general, pública, no contradicha por nadie, refuerza, co-
rrobora, el anterior documento de derecho filológico, puesto
que, según nos lo enseña Horacio en su Epístola ad Pisones:
Licuit semper licebit
Signatum presente nota producere nomen.
si volet usus
QMcm penes arbitrum est, et jus, et norma loquendt.
Será lícito usar, escribir y pronunciar las palabras que lle-
ven impreso el sello del uso cerriente, porque el buen uso,
el uso lundado en la razón, es el arbitro, el juez, la norma del
lenguaje; que es lo mismo que si dijéramos jurídicamente
hablando: Diuturna consueludo pro jure et lege in his qum non
ex scripío descenduní observari solet. La costumbre, fuera de
la ley, decide los casos que no han sido previstos por la ley,
aunque en nuestro caso, en la cuestión MONDARIZ, como hay
ley, regla gramatical vigente, moribus utentiiim ipsa lex confir-
maUír, esa ley se confirma por la costumbre.
Ergo, queda evidentemente demostrado con argumentos
de autoridad, de hecho, de derecho y de razón, que no debe
escribirse y pronunciarse MONDÁRIZ sino MONDARIZ.
D R . RIGUERA MONTERO.
L.a i m p r e n t a STuaranitica.
II
¿ E x i s t i ó la i m p r e n t a g-aaranítica? ,
III
I n c n a á b n l o s s:naranitlco8.
IV
¿Habo v a r i a s i m p r e n t a s graaranitlcas?
JLs i m p r e n t a c o r d o b e s a .
VI
L<a i m p r e n t a e n B u e n o s A i r e s .
VII
A d m i n i s t r a c i ó n de l a I m p r e n t a b o n a e r e n s e .
VIII
Lios p r i m e r o s Impresos b o n a e r e n s e s .
IX
IJS I m p r e n t a e n n o n t e r i d e o .
. B.-il¡TOLOMÉ MlT»E.
U ORGUmClOíi DEL TRABAJO"'
CAPÍTULO V
II
III
Por último, expresa que dicha protección *va mupho más le-
jos de la económica, pues sirve á la persona y á la libertad
del trabajador en lo referente á su educación é instrucción, á
su aprendizaje, á s% vida social, á su^ relaciones de familia y
á su salud, abarcando además todo el trabajo industrial, lo
mismo el de las fábricas que el de los talleres domésticos,
minas, etc., pero ao á la agricultura ni á los empleos, porque
se requerirían condiciones may especiales y todavía lejanas».
Pero ¿cuáles son los particulares que ha de comprender est^
protección, realizable en todos los pueblos por medio de le-
yes internacionales, y de otras exclusivas á cada país, siendo
más bien de considerar estas últimas como de desarrollo re •
glamentario de aquéllas para su adaptación á las condiciones
particulares de cada país, ó sea al medio ambiente? Schaeffle
las determina, y de su conjunto resulta un muy completo sis-
tema de organización. Entiende que deben comprender:
«i.°, la prohibición del trabajo de los niños, la limitación del
de los muchachos y las mujeres, descansos suficientes y, por
último, la fijación de una jornada máxima; 2.°, la seguridad
de la vida contra los riesgos que la amenazan, como de la sft-
lud y la moralidad; 3.°; la intervención en los contratos para
evitar la presión de los patronos»; y manifiesta que esta pro-
tección debe ser ordinaria y extraordinaria, y < abrazar casi
todos los órdenes de la vida, salud, moraÜdad, libertad, edu-
cación y cultura».
«Ninguna de esas medidas—prosigue diciendo—basta por
sí sola para reintegrar al trabajador en su dignidad de hom-
bre, en su condición civil, én su libertad moral, en su familia:
se necesitan todas juntas, porque cada una de ellas obra á su
manera. La jornada máxima asegura al padre, á la madre, á
los hijos, á los camaradas, el descanso de la tarde, y el del
domingo les permite intervenir libremente en la vida social,
aunque no sea más que un día por semana, y satisfacer sus
sentimientos piadosos; la prohibición del trabajo nocturno
contribuye á la vez á todo ello, y esta conjunción hace posi-
bles los deberes de la familia, déla pattia y de la humanidad >
Nada más racional y factible, hemos dicho, que esta, parte
de las teorías y del sistewa del distinguidísimo sociólogo ale-
LA ORGAÍIIZACIÓN DEL TRABAJO 54$
IV
CAPITULO VI
ifiontinuará^
LOCURA DE AMOR
EPISODIO NOVELESCO
. I
CARLOS CAMBRONERO.
{Coníinuará.)
BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO
Otfas publicaciones.
Apéndice al Manual de reclutamiento y reemplazo del ejército
por D. Manuel Serrano y Perea, aplicable a todas las obras pxi-
blicadas sobre esta materia, por Adolfo Sanz de Ojirando, licen-
ciado en derecho, etc.—Comprende la legislación posterior á la
Novísima ley y reglamento.—Madrid. En 8.°, 127 páginas, 1,50
pesetas.
Condiciones que debe reunir una buena nodriza, por Manuel Se-
galá y Estalella. doctor en medicina, secretario general de la
Academia de Higiene, de Cataluña. Memoria laureada en concur-
so público.—Barcelona, igoo. En 4.°, 56 páginas.—Trabajo muy
bien pensado y escrito, en el cual se estudia un tema de extra-
ordinario interés.
Bibliothique d^ Histoire el de Géographie universelles. Les rigions
boreales, por E. Richet.—París, librería C. Reinwald Schleicher
fréres, éditeurs, 15. rué des Saints-Péres, igioo.—En 8.°, 212 pá-
ginas, con II figuras en el texto y 4 mapas, 2 francos.—Es un li-
bro tan instructivo como ameno, que se lee de un tirón; tanto
acierta á cautivar el ánimo.
BJLETÍN BIBLIOGRÁFICO 559
P. V.
PABLO DE ALZÓLA.
*
* *
*
* •
LA PSNALIDAD OE LAS HUELGAS 5/7
*
* *
Y si se me dice que éstas están defendidas en las reuniones
y las asociaciones, por la libertad de la palabra y exposición,
de las ideas, diré que no considero ilegales ni penales las ideas
en su exposición abstracta; pero que, cuando se forman agru-
paciones ó partidos para tratar de plantearlas y preparar con
ellas hechos contrarios al Código, entonces ya son actos y no
ideas, y que recaen bajo la acción penal; y eses actos, y esas
agrupaciones, y esos partidos, se convierten en ilegales, y
delincuentes y penables.
Los señores académicos recordarán que en la sesión de
apertura de 1883 de la Academia de Jurisprudencia y Legisla-
ción leyó en sesión regia el Sr. Romero Robledo un discurso,
que llamó mucho la atención, en presencia de nuestra Corte
y del entonces heredero del imperio alemán. Titulábase este
discurso cLa penalidad de la palabra», y apoyándose su au-
tor en la frase latina qut male dicit male faeit, y poniendo por
ejemplo la difamación y la blasfemia, opinaba que la palabra
pierde su inviolabilidad desde que se materializa en el sonid»
ó en la prensa; con lo cual era más autoritario que yo, que
opino que sólo la pierde cuando trata de que se cometan ac-
tos contrarios al Código penal; por más que aquel elocuente
orador exceptuaba de la violabilidad el libro, el Parlamento,
las Academias y los periódicos no políticos.
II
*
* •
*
* *
ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA
POR EL SR. FERNÁNDEZ VILLAVERDE,
SEÑORES ACADÉMICOS: *
tantos títulos grata del llorado maestro, con premios, con cer-
támenes, con sesiones necrológicas como la que celebramos.
Le Academia de Jurisprudencia debía adelantarse á tribu-
tarle esos honores: siendo con él la más obligada, es bien que
se muestre la más agradecida.
BnseQó la verdad, amó á la juventud, profesando el dere-
cho con tanto brillo que, lejos de pensar cuando dejó este
mundo en la fría sentencia jurídica que con razón apartaba de
su recuerdo el Sr. Marqués del Vadillo, morsomnia solvit,
pudo decir como el gran lírico romano, non omnis tnoriar, se-
guro, al pasar á otra vida mejor, de que aun en ésta vivirá para
la posteridad en sus obras, y señaladamente para cuantos guar-
damos: sus enseBanzas en la mente, sus beneficios en el co-
razón, sus virtudes y sus ejemplos en la memoria.
RAIMUNDO F . VILLAVERDH,
ALGUNAS CONTESTACIONES
PARA
IV
194.—Gramática parda,
adquirir
aprender
atesorar
conocer
enseñar mucha gramática parda.
poseer
saber
tener, etc.
«LECCIÓN PRIMERA
AI volver la cabeza
Vio muy cerca de sí, sobre una rama,
A un/art/t; caracol.
SAMANIEGO.
4 6 — £ 1 S a s t r e del Campillo.
LEY X
4 ( 7 . —El p r i m e r r e l o j d e K s p s ñ a (i).
*lo qtfe «e lufiere la época anterior de tres aScw del Rélox pú-
«blíbo de Barcelona al de la Catedral de Sevilla, qae hasta
»aquí se había ponderado entre nuestros historiadores como
»el pirímeto de torre que se había conocido en EspaQa; cuya
«colocación presenció como cosa maravillosa el rey de Cas-
iitilla D . Enrique III, en 1396.»
Si realmente Capmany padeció equivocación de cuatro
años al ñjar la fecha en la que dice se colocó el. reloj de k
Giralda, y esa fecha resulta ser la de Julio de 1400, como
dice ^a Guía arriba citada, entonces serían «siete» los aSós
que el reloj de Barcelona se hubiese anticipado al de Sevilla.
Mas no es tampoco el reloj de la catedral de Barcelona el
pritiaer reloj público de España; hay otro aún más antiguo eñ
Cataluña misma: el de la torre de la catedral de Vich.
La torre ó campanario de la catedral de Vich es muy anti-
gua, como lo sbn la mayoría de las que existen e a el prin-
cipado catalán; data del siglo XI y se tiene tioticia de que la
catedralfué consagrada en 1038. Certifica la antigüedad déla
citada torre el trovador provenzal Guillermo Bergadán, nacido
á mediados del siglo XII, al cantar la siguiente estrofa:
• « Otanson ai comentada
Que será loing chantada
En est son veill antic
Que fetz N'Ot de Moneada
Ainz que peira pouzada
Pos élcloquer de Vic» (i).
EL GuBiosb-BARCELONÉS.
( I ) Vich, su historia, sus monumentos, sus hijos y sus glorias, por Joa-
quín SaUruh.—Un Tol. ea 4.0, de sao págs., Vich, 1854,
SERVICIOS PÚBLICOS DE iUTOUÓVILES
III
Tota/. 7-238
Peso del automóvil de 14 asientos 6.000
Diferencia i .238
Total. 9.800
Peso del automóvil de 20 asientos 8.000
Diferencia 1.800
opinan que la música del suo tempo era altra cosa, xñ át.\o%
que, nuevos Don Quijote, la emprenden con las obras de es-
tos tiempos á tajos y mandobles, cual el héroe manchego 11
emprendiera con las repletas odres, no; tampoco soy délos que,
encariñándose con la idea, á la idea lo supeditaa todo y todo
lo sacrifican por la idea, ni milito en las filas de los que, escla-
vos de la realidad, nada encuentran fuera de lo material y lo
tangible: en asuntos de arte opino que el valor de las obras no
lo acrecienta la época de su creación, y que la forma debe
responder, sí, á la idea, pero que ni ésta todo lo absorba, ni
aquélla pretenda, avasallarlo todo. En el primer caso, de abs-
tracción en abstracción, se aspira á representar la belUza de
modo tan distante de la verdad que es dado concebir á nues-
tro ser material, que se cae en absurdas manifestaciones, y en
el segundo, tanto y tanto quiere darse á la verdad, que se
abandona la belleza, reproduciendo tan sólo lo material y
grosero de la vida. Por, aquellos senderos se llega al trasno-
chado idealismo; los últimos derroteros coaducen al realismo
repugnante.
Bacon ha dicho que el arte es el hombre ayudado por la
naturaleza, y esta definición parece tanto más exacta cuanto
que siendo el espíritu humano tan limitado, cuando llega á
concebir las abstracciones de lo infinito, tiene que hacerlas
patentes necesatiamente con relación á lo exterior y material.
De aquí que las manifestaciones gráficas de esag concepciones,
objeto primordial de la pintura, necesiten de esa misma reali-
dad, de esa forma tangible, de esa naturaleza que ayuda al
artista: de aquí que la pintura se acerque más que otra rama
del arte al realismo y de él necesite para su existencia y des-
arrollo. ^Compréndese hoy, en que el espíritu investigador y
fHosófico de la época nos arrastra más á lo terreno que nos
levanta á elevadas regiones; com[)réndese, repito, aunque
otra cosa se diga en contrario, las doradas crenchas de las
Madonas y querubines de Fra Giovanne de Fresólo? ¿Pene-
tra nuestro limitado entendimiento en los luminosos nimbos
de los pintores de los siglos XIV y XV? No; esas manifesta-
ciones que los partidarios de tales tendencias glorifican, sos-
teniendo que se acercan más que otra alguna á la belleza
él6 REVISTA C O N T E X Í P O R A N S A
SiLVERio MORENO.
Junio 1901.
EXPOSICIÓN
<IVE ELEVÓ EL DÍA 3 DE MAYO DE l 8 0 2 EL SEÑOR ALCALDE COSKE-
<;iDOR DE LA CIUDAD DE LORCA, DON TOSCOATO ANTONIO COLLADO,
Á S. M. EL REY DON CARLOS IV, DÁNDOLE CUENTA DETALLADA UK
LA ESPANTOSA CATÁSTROFE OCURRIDA EL DÍA 3 0 DE ABRIL AN-
TERIOR, CON MOTIVO DE HABER REVENTADO EL PANTANO DE
PUENTES
jor deseo con que las he dictado de llenar los objetos del ser-
vicio de Dios, el de mi Rey y el de mi pueblo.
Nuestro Señor guarde L. C. V. P. de V. M. los muchos
años que la monarquía necesita para su consuelo.
Lorca 3 de Mayo de 1802.—Señor: A L. R. P. de V. M.,
Torcuata Antonio Collado.
PABLO DE CÉSPEDES
*
* *
Tal vez no presumí al tomar la pluma para componer estas
cuartillas haber dedicado tantas á Céspedes literato, pero pa-
sar sin consignar lo mucho que á él deben las letras patrias
hubiese sido omisión lamentable. Por su mucho talento, por
sus profundos y vastos conocimientos,- por su amor al trabajo
y por su fecunda imaginación. Céspedes brilló en cuantas ra-
mas de las ciencias y de las artes se dedicó. Pero confesamos
ingenuamente que Céspedes como dibujante no ha tenido nin-
guno, ó muy pocos, que con él pudiesen competir. La ele-
gancia en el dibujo da carácter y gallardía á los personajes,
el conocimiento de la anatomía le sirve para imprimir carácter
á las figuras y verdad en los acentos de expresión; en la se-
guridad de la línea confía y triunfa al dibujar los escoizos, y
el modelado, que con rojo y negro, colores de los lápices con
que generalmente dibujaba, le dan lugar preferente entre los
dibujantes de todo el mundo. Y si Durero es en los Países
Bajos el maestro del dibujo, aquí en España Céspedes se ha-
634 REVISTA CONTEMPORÁNEA
FEDERICO BUESA.
Ll ORGWIZiClON DEL TRABAJO'"
II
III
IV
CAPITULO VII
Juicio de Mr. Ivés Gayot respecto á Mr. Benito Malón y sus ideas. —ExposicidD
y análisis del sistema colectÍTlsta de organizacida del trabajo formulado por
dicho escritor socialista.—Exposicidn del sistema de Mr. Jorge Renard
—^Juicios refarentes al mismo de Mr. D'Eichthal.—Mr. Liebknecht y 1> <w»
ganización colectivista del trabajo.
I
«Mr. Benito Malou murió en Noviembre de 1893, habiendo
sufrido algunos meses antes en Cannes una operación de
igual género que la del Emperador Federico; respiraba por
medio de una cánula. Hubiese deseado morir tranquilamente
en el litoral del Mediterráneo, pero los socialistas no querían
persuadirse de que se extinguía silenciosamente. Querí^i te-
ner el cadáver en París é hicieron regresar al moribundo,
aunque se les advirtió de que el viaje anticiparía el fin Benito
Malou era más considerado que querido en su partido. Fué
648 REVISTA CONTEMPORÁNEA
II
(Continuará.)
ESTUDIOS MILITARES
EL ARTE DE LA GUERRA'"
CANTO V."
Cuarteles de blblerno.
castigará la necia
y loca confianza en que yacia
el imprudente Xefe y se dormía.
Bournonville confiado
en los refuerzos que le habian llegado
del caudaloso Rhin la ancha ribera
creyéndose seguro atravesaba.
Delante del Turena
huyéndole, ganaba
los empinados montes de Lorena.
Bournonville sin consejo y sin prudencia
apresurando asi la diligencia
del destino infeliz que le aguardaba,
esparce y acantona
sus fuerzas muy temprano,
antes que de Pomona
el fruto soberano
pudriese el tiritante viejo cano.
Mientras asi abandona
Bournonville satisfecho
el águila imperial y su persona,
el ligero francés que aviso tiene
de como Bournonville su mal previene,
atraviesa otra vez veloz los montes
y á la llanura asoma, en donde ufano
3.1 incauto Germano
á su placer derrota y desbarata,
ahuyenta, prende ó mata,
y de ignominia Heno
le hace segunda vez el Rheno.
Es el hibierno tiempo en que sucede
verse lo mucho que el arrojo puede.
Consigúese esto enviando un numeroso
cuerpo, que valeroso
ataque á las partidas separadas,
pues el ser sorprendidas
es lo mismo que verse derrotadas.
Quando se hallan unidas
KL A h í t DE LA ÜÜfcKkA 66$
II
CARLOS CAMBRONERO.
(Continuará.)
ÍNDICE DEL TOMO CXXII
15 ÜE ABRIL OE 1901
Página».
30 DE ABRIL
Gíbraltar: Rl problema inglés y la irresolución eapafiola,
por J o s é Cr. A c u ñ a — i 113
A vaela pluma por el mapa, por A r t u r o L l o p í s 131
Nociones de .s.uiulugia, por J o s é E s p a f i a L l e d ó 163
Las obras piiMiois en Espafia (coatinuación), por F e d e -
rico López González '. 171
£1 teatro d>- Ki: 11 u r (continuación), por Enrique Lioke-
íettyEnglish 184
Fr. Francisco ilt- Lorua, por F . C á o e r e s P í a • 196
La organizítc n'n di-l trabajo (continuación), por M a n u e l
GilMaestre 202
La niancUa Ue nungre (conclusión), por C a r l o s C a m b r o -
nero. . . -. 2i3
Boletfn bibliográfico, por A . L P e l á e z y por P . V 2ÍÍ
Ptgiaa».
15 DE MATO
30 DE MATO
España después de la guerra, por D a m i á n I s e r n 337
Estudios sobie el canal de Nicaragua, por A r t u r o L l o p i s . 360
Aguas, minas, montes, por Adolfo Bonilla y San
Martin «80
La Exposición internacional del Foto-Club de París, por
L. García-Ramón..... 889
El crimen, por J. P o n s S a m p e r 407
La Exposición de Bellas Artes (continuación;, por F e d e -
rico Buesa 408
El teatro de Schiller (continuación), por E n r i q u e L i c -
kefett y E n g l i s h . . . 414
Rafael Ocboa, por Gabriel María Vergará y Martin. 434
La organización del trabajo (continuación), por M a n u e l
Gil Maestre, i 438
Boletín bibliográfico, por J, O l m e d i l l a , E. y A 444
15 DE JUNIO
30 DE JUNIO
Contratación de Obras públicas, por P a b l o d e A l z ó l a . . 661
La penalidad de las huelgas, por el V i z c o n d e d e C a m -
po Grande j7ú
Discurso leído en la Academia de Jurisprudencia, por
Raimundo F. Villaverde 68G
Algunas contestaciones para El Averiguador popular de El
Liberal, por £ 1 C u r i o s o B a r c e l o n é s 693
Servicios públicos de automóviles (conclusión), por J o s é
Mesa y Ramos 608
Modernismo y moderni tas, por S i l v e r i o M o r e n o 614
Exposición que elevó el día 8 de Mayo de 1802 el Sr. Alcal-
de Corregidor de la ciudad de Lorca, D. Torcuato Antonio
Collado, á S . M. el Rey D. Carlos IV 621
Pablo de Céspedes, por F e d e r i c o B u e s a 628
La organización del trabajo (continuación), por M a n u e l
Gil Maestre 686
Estudios militares: El arte de la guerra (continuación), por
Jenaro Figueroa ese
Locura de amor (continuación), por C a r l o s C a m b r o -
nero 666
S'
•> ' " i