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EDUARDO GRILLO FERNÁNDEZ


(1938 - 1996)

Un subvertor

Antonio Rengifo Balarezo

Lima, Unidad Vecinal N°3,


Enero 03 del 2017
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EDUARDO GRILLO FERNÁNDEZ


(1938 - 1996)

Los verdaderos revolucionarios,


no proceden nunca
como si la historia empezará con ellos.
Mariátegui, J.C.:
Heterodoxia de la Tradición
(1927)

Aunque se desprofesionalizó, daré como referencia que fue


ingeniero agrónomo con Postgrado en Fitomejoramiento. Cursó
estudios superiores en la Universidad Nacional Agraria La Molina
de Lima. Los estudios secundarios en el Colegio Nacional Dos de
Mayo del Callao. Nació 3 de enero de 1938 en el distrito de Salas
del Departamento de Lambayeque. Falleció súbitamente el 23 de
abril de 1996 en el distrito de Chucuito del Departamento de Puno
Fue inhumado en Lima bajo ritual andino.

Desde joven tomó distancia y se enfrentó a las modas


académicas y posiciones acomodaticias. Valiente y sencillo como
para navegar de bolina en la vida y transitar a contracorriente.
Irradiaba una simpatía innata y tenía sentido del humor. Con esa
configuración de su personalidad, los que discrepaban con Eduardo
sabían que estaban ante un hombre digno, sin dobleces.
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En concordancia con sus impulsos vitales y viajes al interior


de nuestro país, iba escribiendo; sus artículos; textos que están
dispersos en cualquier publicación que quisiera acogerlos, sin
recibir remuneración alguna. Sabía escribir de la manera más
difícil; es decir, con sencillez y profundidad.

Ha colaborado en “La Revista Peruana de Epidemiología” de


diciembre de 1994 con el artículo: Sabiduría Andino-amazónica y
Conocimiento Científico. También colaboró en la revista
“Cuadernos Médico-sociales” con El hambre en el Perú (Nos. 11 y
12, correspondiente a los años 1980 y 1981, respectivamente), y con
¿Es el suelo agrícola en el Perú, un recurso natural? (No. 10, año
1980) y Acerca de Nuestra Comunidad Indígena y el reformismo
Político e intelectual. Nota con motivo de la segunda edición de
“Nuestra Comunidad Indígena" de Hildebrando Castro Pozo. (No. 8,
año 1980). Igualmente ha publicado en las revistas “AgroNoticias”,
“Revista Andina”, “Perú Indígena”, etc.

Resultó justificable contar con la colaboración de Eduardo


Grillo en una revista médica, pues, -con un "jalón de orejas"- nos
hacía perceptibles y comprensibles el efluvio de las entrañas de
nuestra tierra. Dicho en otras palabras, nos mostraba el
etnocentrismo de la formación universitaria y lo útil de las
despreciadas "cosas de indios". Así como el sociólogo, el urbanista,
el epidemiólogo y aún el dedicado a la llamada -"epidemiología
molecular" deben poseer una actitud mental abierta, capacidad de
asociación de ideas y capilaridad intelectual para traspasar
fronteras académicas y, de esta manera, explicar, conjurar o
prevenir situaciones problemáticas de salud.

Desde joven tuvo ideas originales y se identificó con las causas


populares. Cuando estudiaba en la entonces exclusiva Universidad
Agraria La Molina, lo expulsaron en junio de 1961; la comisión
investigadora nombrada por el consejo universitario lo sindicó como
autor intelectual y material del comunicado aparecido en la vitrina
de los estudiantes en el que “difamaba” a los profesores y
autoridades. Al año fue reincorporado.
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Ya de agrónomo, trabajó en la Administración Pública un


buen tramo de su historia ocupacional. Llegó a ser Director Adjunto
Técnico de la Dirección General de Informática y Estadística del
Ministerio de Alimentación en enero de 1975. Director General de la
Oficina de Biometría y Diseños Experimentales del Instituto de
Investigación Agraria (INIA) en 1979. Director General de
Planificación del INIPA. En agosto de 1987, cuando ocupaba el
puesto de asesor de la Jefatura del INIPA, solicitó su cese. Con
Grimaldo Rengifo Vásquez y Francis Greslou constituyeron la ONG
Proyecto Andino de Tecnologías Apropiadas Campesinas (PRATEC).

En la Administración Pública trató creativamente las técnicas


y procedimientos estadísticos para aplicarlos con la participación
campesina y, de esta forma, sirvan de utilidad para ellos mismos.
En su labor trataron de neutralizarlo, ya que de no haber contado
con cierto apoyo de algunos personajes con reconocimiento
científico, lo hubieran defenestrado.

Recién en PRATEC pudo hacer lo suyo, concuasar con la vida


campesina; unimismar en su persona trabajo y vida, evitar la
disociación esquizoide entre el pensar y el sentir. Eduardo se
comprometió con la vigorización de la cultura andina y sus
prácticas.

En un estilo testimonial escribió críticas a la ciencia y a la


epistemología occidental moderna, a las ideas y conceptos del
desarrollo. Estas críticas son escasas en Latinoamérica, mas no así
en La India o China. También criticó la currícula de las facultades
de agronomía, pues son funcionales para la agricultura de zonas
templadas, cultivos europeos o cultivos híbridos; y para
organizaciones agrarias ajenas a las del campesinado andino.
Escribió para recuperar o prevenir a los estudiantes de origen
campesino al profesionalizarse y ser "agentes del desarrollo". Así
continuó su peregrinaje por el Perú hasta siempre. Finalmente,
para apreciar el modo de pensar y sentir de Eduardo lo citaremos:
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En estas condiciones, propias exclusivamente del occidente moderno, se


hace imprescindible la "autoestima" porque allá la cotidianidad es el
continuo negociar entre individuos, es el enfrentarse en el afán de
imponer los propios fines convirtiendo a todos los demás en meros
medios para alcanzar los propósitos de uno. En este ambiente en el que
uno está desamparado y en competencia con los demás, es
imprescindible la autonomía de acción, esto es, el depender
exclusivamente de las propias decisiones, siendo entonces la autoestima
la que lleva al fortalecimiento de la condición del individuo frente a los
demás. La autoestima es el recurso desesperado en la búsqueda de la
afirmación en sí mismo del solitario. El que se autoestima lo hace
porque no tiene quien lo estime. La autoestima es un sucedáneo de la
estimación de los demás hacia uno. La autoestima es síntoma de la
degradación a que han llegado las relaciones entre los seres humanos
en el occidente moderno.

El fragmento expuesto más el que se suma ahora nos aproxima al


conocimiento de la tesitura de la voz de Eduardo. Nos referimos a la
Presentación del libro Cultura andina Agrocéntrica editado en Lima el
año 1991 por el Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas
(PRATEC):

Este libro reúne algunos trabajos de los miembros del Pratec.


Tratamos de mostrar, a quienes viven en los Andes; pero han sido
educados según los preceptos de la cultura occidental, algunas
cualidades relevantes de la cultura andina. Rechazamos así las
pretensiones de universalidad y de superioridad de aquella.
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Aquí no se pide para el “indio” oportunidades de acceso a las


ventajas de los “avances” de occidente mediante la educación ni se trata
de demostrar que la sabiduría de los pueblos andinos “también” es
científica. No estamos interesados en reivindicar lo andino en términos
de occidente. Nos esforzamos, más bien, por marcar la diferencia
cualitativa entre ambas culturas; así como por mostrar la vigencia de
la cultura andina en la vida cotidiana de las grandes mayorías
poblacionales de nuestro país.

El Pratec asume esta difícil tarea de esclarecimiento porque


considera que es su deber impostergable. Presentamos aquí nuestros
primeros avances en el tratamiento de las diferencias sustanciales de las
culturas andina y occidental moderna en temas tan centrales como
saber, organización, lenguaje, religiosidad, política, arte,
agroastronomía, visión endógena del desarrollo de la cultura andina, y,
vigorización de las colectividades andinas. Volveremos sobre estos
asuntos tantas veces como nos sea posible, para fortalecer nuestras
posiciones y asimilar las críticas que se nos hagan, pero desde ahora
mismo queremos iniciar el debate inédito de contrastar lo andino con lo
occidental moderno.

Nuestros intelectuales y técnicos por lo general aceptan como


única verdad el modo de vivir propio del Occidente moderno. No se
atreven a criticarlo. Si nuestra realidad no cabe en los moldes que
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manejan, entonces asumen que ello se debe tan sólo a un problema de


procedimiento y que, por lo tanto, hay que mejorar los métodos de
extensión y comunicación. No admiten que la dificultad se pueda
deber a que están tratando con una realidad diferente a la contenida en
sus libros de consulta.

Nuestros intelectuales y técnicos no quieren (quizás porque no


les conviene) darse cuenta que en nuestro medio toda introducción de
tecnologías –ya sea “de punta” o la “apropiada”, ya sea en ámbitos
tan disímiles como la política o la agricultura, pasando por la
comunicación y la medicina- no responde a necesidades endógenas sino
al interés del capital trasnacional, a la necesidad de la expansión del
mercado mundial.

El capital trasnacional a través de las entidades trasnacionales


que han creado con tal propósito, se empeñan en administrar a todo el
mundo dentro de un orden único que esté al servicio del afianzamiento
de su poder. Los intereses hegemónicos de Occidente son oficializados
y convertidos en normas universales por sus testaferros: El Fondo
Monetario Internacional, el Banco Mundial, las Naciones
Unidas. Consecuentemente, nuestros intelectuales y técnicos consideran
que su deber es “alinearse” acríticamente con esa normatividad y
consagrarse a su aplicación y cumplimiento. Igual ocurre con
nuestras instituciones de la modernización. Así, pues, toda la
oficialidad está al servicio de los intereses del capital trasnacional.
~7~

Pero, por el contrario, el modo de ser y vivir del pueblo andino y


de su propia cultura es la heterogeneidad, la variabilidad, la
dinamicidad. Nada más lejano que las pretensiones de
homogenización y normalización universales. De ahí la
incompatibilidad de nuestros intelectuales y técnicos; así como de
nuestras instituciones oficiales (estatales o no) con el pueblo andino y
su cultura.

El Pratec presenta este libro en cumplimiento de su obligación de


participar en la discusión acerca de la caracterización de la cultura
andina y de sus propias posibilidades para hacer florecer la vida en los
Andes, así como en su cumplimiento de su obligación de rechazar toda
forma de intromisión imperialista.
Eduardo Grillo Fernández

Esta Presentación a Cultura Andina Agrocéntrica constituye


el pórtico del PRATEC. De ahí se infieren lineamientos de política
institucional.
En la actualidad se comprueba la certidumbre de las profecías
panteístas de Eduardo Grillo. Profecías inducidas por su
compenetración con la agricultura campesina milenaria.
Ha quedado atrás la época en que acuñaron el apodo:
Pratecos, para injuriar y desacreditar a los miembros de la
institución que integraba Eduardo.

NOTA.- La presente publicación del 03 de enero del 2017 es una edición


revisada y ampliada. Originalmente se publicó en la Revista Peruana de
Epidemiología - Vol. 9 Nº 2 Lima, diciembre de 1996; pp. 60 y 61.- Antonio Rengifo
Balarezo
http://sisbib.unmsm.edu.pe/Bvrevistas/epidemiologia/v09_n2/Eduardo%20Grillo.htm

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