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La reforma constitucional de seguridad y justicia

Rebeca Elizabeth Contreras López *

RESUMEN: En este ensayo se señala, ABSTRACT: This essay points out, in a


someramente, el sentido de la reforma nutshell, the direction of the constitutional
constitucional de seguridad y justicia en reform regarding security and justice in
México, aprobada en marzo de 2008. Mexico, which was approved in March
Abordando los artículos 16 a 22 2008. Constitutional articles 16 to 22 are
constitucionales para, en posteriores described so that, in future contributions,
colaboraciones, abundar en su contenido. their content can be analyzed in depth.
Palabras clave: Reforma constitucional en Key words: Constitutional reform in
México. Justicia penal. Seguridad pública. Mexico. Criminal justice. Public security.
Proceso penal. Criminal process.

SUMARIO: Introducción. 1. El texto constitucional reformado. 1.1 Artículo 16


constitucional. 1.2 Artículo 17 constitucional. 1.3 Artículo 18 constitucional. 1.4
Artículo 19 constitucional. 1.5 Artículo 20 constitucional. 1.6 Artículo 21
constitucional, 1.7 Artículo 22 constitucional. Reflexión preliminar. Bibliografía.

Introducción

En diciembre de 2007 se aprobó, en el Senado de la República, la reforma


constitucional en materia de seguridad y justicia que, desde el sexenio pasado, se
anunciaba. En mi opinión, son reformas indispensables para enfrentar la crisis
sistémica del poder judicial, en todos sus niveles, no es que se trate de la mejor
reforma pero es un cambio que pone en evidencia el grave déficit con que
funcionan los sistemas de justicia federal y estatales.

Una primera reflexión es en el sentido de si efectivamente se trata de una


reforma (un cambio estructural) o simplemente de medidas aisladas que no serán
significativas en el tema de la impunidad, la corrupción y la eficacia judicial. Un

* Doctora en Derecho Público. Investigadora nacional. Profesora de derecho penal y política


criminal. Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana.
Rebeca Elizabeth Contreras López

elemento adicional es la existencia de ámbitos diferenciados (y ya no tanto) para la


investigación y procesamiento de la delincuencia organizada, lo que lleva a
considerar la existencia de un derecho punitivo de doble vía y una legislación de
excepción. 1

En la gaceta del Senado de la República, del jueves 13 de diciembre de 2007


número 176, se publicó el decreto de fecha 10 de diciembre de 2007 con el que se
reforman diversas disposiciones de la Constitución federal mexicana en materia de
seguridad y justicia, posteriormente, se discutieron algunos puntos y se modificó la
redacción original de un párrafo del artículo 16.

Actualmente (abril 2008), se encuentra en discusión en las legislaturas locales


para su aprobación y eventual puesta en vigor. Dichas reformas contemplan
diversas figuras que son indispensables para la vida democrática del país, como es
la presunción de inocencia, los juicios orales, formas alternativas de solución de
conflictos, que me parece son un acierto, siempre que su implementación sea
acorde con su espíritu democrático, porque otro grave problema que hemos
sufrido es la adopción “legal” o discursiva de figuras que jamás se llegan a
concretizar en la realidad. Lo que pone de relieve, nuevamente, la existencia de
una legislación simbólica que no resuelve los problemas sino que únicamente
busca la aprobación pública y mediática, a través de medidas aceptadas
popularmente pero sin los recursos (humanos y materiales) necesarios para
llevarlas a cabo.

En el tema de las garantías procesales la reforma mantiene un régimen de


excepción, fundamentalmente para la criminalidad organizada que es
peligrosamente flexible y que puede ser utilizarlo en distintos ámbitos.

Por los límites de este trabajo, por ahora únicamente me referiré a las
adiciones o modificaciones más significativas (que se encuentran en cursivas) y en
otro momento, me detendré en aspectos más específicos como las formas
alternativas de solución de conflictos y la justicia restaurativa. 2 Que es una de las
principales novedades de la reforma pero que implica una reflexión de fondo para
que su aplicación no sea la “cuña” en el zapato pues, en mi opinión, ésta puede ser
una fortaleza pero también la mayor debilidad de la reforma, si no va acompañada
de un esquema operativo claro y un cambio de cultura en la aplicación a los casos
concretos.

1 Cfr. SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, La expansión del derecho penal (aspectos de la política criminal en

las sociedades postindustriales), 2ª ed., Ed. Civitas, Madrid, 2001.


2 Cfr. NEWMAN, Elías, La mediación penal y la justicia restaurativa, Ed. Porrúa, México, 2005, p. 43 y

ss.

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

1. El texto constitucional reformado

1.1 Artículo 16 constitucional

Originalmente, el artículo 16 alude a los requisitos para librar una orden de


aprehensión por la autoridad judicial, se conserva la necesidad de denuncia o
querella de un hecho que la ley señale como delito, sancionado con pena privativa de
libertad y obren datos que establezcan que se ha cometido ese hecho y que exista la
probabilidad de que el indiciado lo cometió o participó en su comisión. Desaparece la
denominación cuerpo del delito y, al parecer, se flexibilizan los requisitos al dejar
un amplio espectro de interpretación de la existencia de “datos” sobre el hecho
cometido. Una flexibilización que si no va aparejada del conocimiento y
capacitación adecuados de las autoridades ministeriales y judiciales va a producir
problemas en el corto plazo.

Cualquier persona puede detener al indiciado en el momento en que esté cometiendo


un delito o inmediatamente después de haberlo cometido, poniéndolo sin demora a
disposición de la autoridad más cercana y ésta con la misma prontitud, a la del Ministerio
Público. Existirá un registro inmediato de la detención. Desaparece la denominación
“delito flagrante” y se anexa la necesidad de un registro inmediato de la detención.

La autoridad judicial, a petición del Ministerio Público y tratándose de delitos de


delincuencia organizada, podrá decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de
lugar y tiempo que la ley señale, sin que pueda exceder de cuarenta días, siempre que sea
necesario para el éxito de la investigación, la protección de personas o bienes jurídicos, o
cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga a la acción de la justicia. Este
plazo podrá prorrogarse, siempre y cuando el Ministerio Público acredite que subsisten las
causas que le dieron origen. En todo caso, la duración total del arraigo no podrá exceder los
80 días. Se eleva a rango constitucional la figura del arraigo, lo que de ninguna
manera significa que se dejen de violar derechos y garantías cuando una persona
es privada de su libertad sin que exista una orden de aprehensión o un auto de
vinculación a proceso.

Por delincuencia organizada se entiende una organización de hecho de tres o más


personas, para cometer delitos en forma permanente o reiterada, en los términos de la ley de
la materia. Es más, ahora la Constitución mexicana se convierte en ley penal, al
incluir un tipo penal en su redacción, lo que por supuesto sale de toda técnica
legislativa constitucional y penal.

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Rebeca Elizabeth Contreras López

En toda orden de cateo, que sólo la autoridad judicial podrá expedir, a


solicitud del Ministerio Público…, se agrega la solicitud del Ministerio Público que
era más bien una omisión de la redacción anterior.

La policía podrá ingresar sin orden judicial a un domicilio cuando exista una
amenaza actual o inminente a la vida o a la integridad corporal de las personas, así como en
el caso de flagrancia cuando se esté persiguiendo materialmente al inculpado, en los
términos del párrafo cuarto de este artículo, debiendo informar de inmediato a la autoridad
competente. Este párrafo causó amplia polémica y se eliminó la primera parte: que
la policía pudiera ingresar sin orden judicial a un domicilio cuando existiera una
amenaza para la vida o integridad corporal. Una polémica sin sentido porque
recurriendo a la figura de la legítima defensa dicha posibilidad es legal e incluso
resulta en una exigencia para la autoridad (cumplimiento de un deber).

Respecto de las comunicaciones privadas no serán sancionada penalmente la


persona que las proporcione en el siguiente caso: excepto cuando sean aportadas de
forma voluntaria por alguno de los particulares que participen en ellas. El juez valorará el
alcance de éstas, siempre y cuando contengan información relacionada con la comisión de
un delito. En ningún caso se admitirán comunicaciones que violen el deber de
confidencialidad que establezca la ley. Esto tiene que ver, en mi opinión, con la
posibilidad que establece la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada de
negociar la responsabilidad penal con quienes están vinculados a este tipo de
delincuencia y aporten datos para procesar a otros miembros de la organización. 3

Los Poderes Judiciales contarán con jueces de control que resolverán, en forma
inmediata, y por cualquier medio, las solicitudes de medidas cautelares, providencias
precautorias y técnicas de investigación de la autoridad, que requieran control judicial,
garantizando los derechos de los indiciados y de las víctimas u ofendidos. Deberá existir un
registro fehaciente de todas las comunicaciones entre jueces y Ministerio Público y demás
autoridades competentes. Aparece la figura del juez de control que tiene un papel
fundamental para garantizar el respeto a los derechos y garantías de los
involucrados en una investigación penal.

1.2 Artículo 17 constitucional

Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de controversias. En la materia


penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación del daño y establecerán los casos en
los que se requerirá supervisión judicial. Este aspecto es fundamental porque al

3 Cfr. CONTRERAS LÓPEZ, Rebeca Elizabeth y CONTRERAS LÓPEZ, Miriam Elsa, Derecho penal y

globalización ¿un cambio de paradigma?, CONACYT- UV-Arana editores, Xalapa, México, 2007.

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

introducir los juicios orales la mayoría de los conflictos serán resueltos por estas
vías alternativas.

Las sentencias que pongan fin a los procedimientos orales deberán ser explicadas en
audiencia pública previa citación de las partes. Esto permite concluir esa parte del
procedimiento con la obligación de que la autoridad tenga contacto directo, y
público, con las partes.

La federación, los estados y el Distrito Federal garantizarán la existencia de un


servicio de defensoría pública de calidad para la población y asegurarán las condiciones para
un servicio profesional de carrera para los defensores. Las percepciones de los defensores no
podrán ser inferiores a las que correspondan a los agentes del Ministerio Público. La
adición a que se refiere este párrafo era indispensable para fortalecer la garantía de
audiencia y, además, se agrega el compromiso de que dicha asesoría sea de
calidad, asimismo se homologan las percepciones de los defensores públicos a las
del Ministerio Público.

1.3 Artículo 18 constitucional

En el artículo 18 se cambia la denominación de pena corporal por “pena privativa


de libertad”. Además, se corrige un error ancestral en la Constitución pues ya no
hace referencia al sistema penal, sino “al sistema penitenciario”, que es lo correcto.
Asimismo, se utiliza la denominación de sentenciado, en lugar de reo.

El sistema penitenciario se organizará sobre la base del trabajo, la capacitación para el


mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del
sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios
que para él prevé la ley. Aquí hay dos aspectos relevantes, incluir la salud y el
deporte como ejes del tratamiento penitenciario y cambiar la denominación de
readaptación social por “reinserción” lo que teóricamente tendrá repercusiones
muy interesantes pero que, a nivel operativo, podría ser sólo un cambio de
denominación.

La federación, los estados y el Distrito Federal podrán celebrar convenios para que los
sentenciados por delitos del ámbito de su competencia extingan las penas en
establecimientos penitenciarios dependientes de una jurisdicción diversa. Se hace más
amplia esta posibilidad y se deja abierta a todas las autoridades y jurisdicciones
involucradas en el sistema penitenciario.

Más adelante se agregan medidas de excepción para el caso de delincuencia


organizada. Refiriéndose a la posibilidad de que las penas se cumplan en lugares

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Rebeca Elizabeth Contreras López

cercanos al domicilio del sentenciado, se señala que: esta disposición no aplicará en


caso de delincuencia organizada y respecto de otros internos que requieran medidas
especiales de seguridad.

Para la reclusión preventiva y la ejecución de sentencias en materia de delincuencia


organizada se destinarán centros especiales. Las autoridades competentes podrán restringir
las comunicaciones de los inculpados y sentenciados por delincuencia organizada con
terceros, salvo el acceso a su defensor, e imponer medidas de vigilancia especial a quienes se
encuentren internos en estos establecimientos. Lo anterior podrá aplicarse a otros internos
que requieran medidas especiales de seguridad, en términos de la ley. Es importante
llamar la atención de las graves consecuencias que pueden tener estas excepciones
que, sin duda, chocan con el principio de presunción de inocencia y el respeto a los
derechos humanos y que, además, se dejan al arbitrio de la autoridad.

1.4 Artículo 19 constitucional

Se cambia la denominación de auto de formal prisión por “auto de vinculación a


proceso” que expresará el delito que se impute al acusado; el lugar, tiempo y
circunstancias de ejecución, así como los datos que establezcan que se ha cometido un
hecho que la ley señale como delito y que exista la probabilidad de que el indiciado lo
cometió o participó en su comisión. La redacción es más flexible desaparece la
denominación cuerpo del delito, ya no se recurre a elementos del tipo y me parece
que ello es deplorable porque en lugar de trabajar en la capacitación de los
funcionarios públicos se hace, aparentemente, más sencilla la redacción pero ello
puede resultar en una reducción de las garantías de los involucrados en las
investigaciones y procesos penales.

El Ministerio Público sólo podrá solicitar al juez la prisión preventiva cuando otras
medidas cautelares no sean suficientes para garantizar la comparecencia del imputado en el
juicio, el desarrollo de la investigación, la protección de la víctima, de los testigos o de la
comunidad, así como cuando el imputado esté siendo procesado o haya sido sentenciado
previamente por la comisión de un delito doloso. El juez ordenará la prisión preventiva,
oficiosamente, en los casos de delincuencia organizada, homicidio doloso, violación,
secuestro, delitos cometidos con medios violentos como armas y explosivos, así como delitos
graves que determine la ley en contra de la seguridad de la nación, el libre desarrollo de la
personalidad y de la salud. La reforma busca disminuir drásticamente la prisión
preventiva aquí se establecen los candados para dicha medida y su necesidad en
ciertos casos.

La ley determinará los casos en los cuales el juez podrá revocar la libertad de los
individuos vinculados a proceso. Se refiere, por supuesto, a las leyes secundarias que
se derivan de estas disposiciones constitucionales.

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

Para delincuencia organizada se establece otra medida de excepción. Si con


posterioridad a la emisión del auto de vinculación a proceso por delincuencia organizada el
inculpado evade la acción de la justicia o es puesto a disposición de otro juez que lo reclame
en el extranjero, se suspenderá el proceso junto con los plazos para la prescripción de la
acción penal.

1.5 Artículo 20 constitucional

Lo que ha resultado la mayor novedad de la reforma es lo relativo al


establecimiento de un proceso acusatorio y oral que se regirá por las siguientes
bases:

El proceso penal será acusatorio y oral. Se regirá por los principios de publicidad,
contradicción, concentración, continuidad e inmediación. El espíritu de la reforma es dar
transparencia y celeridad a la solución de los juicios. Asimismo, se agrega un
apartado relativo a los principios generales del proceso que muchos códigos
penales ya han adoptado, de antemano y respecto de los cuales será necesario
realizar, posteriormente, un análisis detallado.

A. De los principios generales:

I. El proceso penal tendrá por objeto el esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente,
procurar que el culpable no quede impune y que los daños causados por el delito se
reparen;

II. Toda audiencia se desarrollará en presencia del juez, sin que pueda delegar en
ninguna persona el desahogo y la valoración de las pruebas, la cual deberá realizarse
de manera libre y lógica.

III. Para los efectos de la sentencia sólo se considerarán como prueba aquellas que hayan
sido desahogadas en la audiencia de juicio. La ley establecerá las excepciones y los
requisitos para admitir en juicio la prueba anticipada, que por su naturaleza requiera
desahogo previo.

IV. El juicio se celebrará ante un juez que no haya conocido del caso previamente. La
presentación de los argumentos y los elementos probatorios se desarrollará de manera
pública, contradictoria y oral;

V. La carga de la prueba para demostrar la culpabilidad corresponde a la parte acusadora,


conforme lo establezca el tipo penal. Las partes tendrán igualdad procesal para
sostener la acusación o la defensa, respectivamente.

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Rebeca Elizabeth Contreras López

VI. Ningún juzgador podrá tratar asuntos que estén sujetos a proceso con cualquiera de
las partes sin que esté presente la otra, respetando en todo momento el principio de
contradicción, salvo las excepciones que establece esta Constitución;

VII. Una vez iniciado el proceso penal, siempre y cuando no exista oposición del
inculpado, se podrá decretar su terminación anticipada en los supuestos y bajo las
modalidades que determine la ley. Si el imputado reconoce ante la autoridad judicial,
voluntariamente y con conocimiento de las consecuencias, su participación en el
delito y existen medios de convicción suficientes para corroborar la imputación, el
juez citará a audiencia de sentencia. La ley establecerá los beneficios que se podrán
otorgar al inculpado cuando acepte su responsabilidad.

VIII. El juez sólo condenará cuando exista convicción de la culpabilidad del procesado;

IX. Cualquier prueba obtenida con violación de derechos fundamentales será nula; y

X. Los principios previstos en este artículo, se observarán también en las audiencias


preliminares al juicio.

Respecto a las garantías del inculpado que ahora son consignadas en el


apartado B), se alude a “los derechos de toda persona imputada” que serán:

I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su responsabilidad mediante


sentencia emitida por el juez de la causa.

II. A declarar o a guardar silencio. Desde el momento de su detención se le harán saber


los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado
en su perjuicio. Queda prohibida y será sancionada por la ley penal, toda
incomunicación, intimidación o tortura. La confesión rendida sin la asistencia del
defensor carecerá de todo valor probatorio.

III. A que se le informe, tanto en el momento de su detención como en su comparecencia


ante el Ministerio Público o el juez, los hechos que se le imputan y los derechos que le
asisten. Tratándose de delincuencia organizada, la autoridad judicial podrá autorizar
que se mantenga en reserva el nombre y datos del acusador.

La ley establecerá beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado que preste
ayuda eficaz para la investigación y persecución de delitos en materia de delincuencia
organizada;

V. Será juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal. La publicidad sólo


podrá restringirse en los casos de excepción que determine la ley, por razones de

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

seguridad nacional, seguridad pública, protección de las víctimas, testigos y menores,


cuando se ponga en riesgo la revelación de datos legalmente protegidos, o cuando el
tribunal estime que existen razones fundadas para justificarlo.

En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase de investigación


podrán tener valor probatorio, cuando no puedan ser reproducidas en juicio o exista
riesgo para testigos o víctimas. Lo anterior sin perjuicio del derecho del inculpado de
objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra.

VI. El imputado y su defensor tendrán acceso a los registros de la investigación cuando el


primero se encuentre detenido y cuando pretenda recibírsele declaración o
entrevistarlo. Asimismo, antes de su primera comparecencia ante juez podrán
consultar dichos registros, con la oportunidad debida para preparar la defensa. A
partir de este momento no podrán mantenerse en reserva las actuaciones de la
investigación, salvo los casos excepcionales expresamente señalados en la ley cuando
ello sea imprescindible para salvaguardar el éxito de la investigación y siempre que
sean oportunamente revelados para no afectar el derecho de defensa. En las
fracciones V y VI se restringe, por diversas razones, la publicidad del proceso
aunque se hace la salvedad que no podrá afectar, dicha restricción, el derecho
de defensa.

VIII. Tendrá derecho a una defensa adecuada por abogado, al cual elegirá libremente
incluso desde el momento de su detención. Se elimina la posibilidad de que sea
defendido por persona de su confianza y al defensor de oficio se le denomina
ahora “defensor público”.

La prisión preventiva en ningún caso será superior a dos años, salvo que su
prolongación se deba al ejercicio del derecho de defensa del imputado. Si cumplido
este término no se ha pronunciado sentencia, el imputado será puesto en libertad de
inmediato mientras se sigue el proceso, sin que ello obste para imponer otras medidas
cautelares.

Con relación a los derechos de la víctima u ofendido, el apartado C) indica


que podrá intervenir en el juicio e interponer los recursos en los términos que
prevea la ley. Además la reparación del daño, podrá solicitarla directamente.

Se agrega íntegramente la siguiente posibilidad: V. Al resguardo de su identidad


y otros datos personales en los siguientes casos: cuando sean menores de edad;
cuando se trate de delitos de violación, secuestro o delincuencia organizada; y cuando
a juicio del juzgador sea necesario para su protección, salvaguardando en todo caso
los derechos de la defensa.

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Rebeca Elizabeth Contreras López

El Ministerio Público deberá garantizar la protección de víctimas, ofendidos, testigos


y en general todas los sujetos que intervengan en el proceso. Los jueces deberán
vigilar el buen cumplimiento de esta obligación;

VI. Solicitar las medidas cautelares y providencias necesarias para la protección y


restitución de sus derechos;

VII. Impugnar ante autoridad judicial las omisiones del Ministerio Público en la
investigación de los delitos, así como las resoluciones de reserva, no ejercicio,
desistimiento de la acción penal o suspensión del procedimiento cuando no esté
satisfecha la reparación del daño. Los derechos de la víctima se fortalecen
aunque, en esencia, son los que ya estaban consignados en este artículo,
ahora como apartado C).

1.6 Artículo 21 constitucional

El artículo 21 constitucional establece una división de funciones en el proceso


penal, la cual se conserva, aunque se adiciona la posibilidad de que los particulares
puedan ejercer la acción penal ante la autoridad judicial, sin intermediación del
Ministerio Público. Los alcances de esta disposición deberán ser precisados en la
legislación secundaria. La investigación de los delitos corresponde al Ministerio Público y
a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio de esta
función.

El ejercicio de la acción penal ante los tribunales corresponde al Ministerio Público.


La ley determinará los casos en que los particulares podrán ejercer la acción penal ante la
autoridad judicial.

La imposición de las penas, su modificación y duración son propias y exclusivas de


la autoridad judicial.

Como sanción administrativa se adiciona “el trabajo a favor de la


comunidad”.

El Ministerio Público podrá considerar criterios de oportunidad para el ejercicio de la


acción penal, en los supuestos y condiciones que fije la ley. Esta adición resulta
sumamente interesante porque se adopta el criterio de oportunidad que implica,
no iniciar o continuar una investigación, a pesar de que existan elementos para
ello, cuando a criterio de la ley, o de la autoridad, sea más gravoso realizar el
procedimiento que no hacerlo. En otras legislaciones esto se realiza en los llamados
“delitos de bagatela” o infracciones.

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

Otro aspecto sustancial de este numeral tiene que ver con el sistema nacional
de seguridad pública y la delimitación de los alcances de la misma. Al respecto se
indica que dicha seguridad comprende la prevención de los delitos; la investigación y
persecución para hacerla efectiva, así como la sanción de las infracciones administrativas,
en los términos de la ley.

Se agrega, entre los principios por los que se regirán las autoridades de
seguridad pública el respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución.

Además se establecen las bases mínimas con las cuales funcionará el Sistema
Nacional de Seguridad Pública, lo que desde luego requiere un análisis más
detallado.

Las instituciones de seguridad pública serán de carácter civil, disciplinado y


profesional. El Ministerio Público y las instituciones policiales de los tres órdenes de
gobierno deberán coordinarse entre sí para cumplir los objetivos de la seguridad pública y
conformarán el Sistema Nacional de Seguridad Pública, que estará sujeto a las siguientes
bases mínimas:

a) La regulación de la selección, ingreso, formación, permanencia, evaluación,


reconocimiento y certificación de los integrantes de las instituciones de seguridad
pública. La operación y desarrollo de estas acciones será competencia de la federación,
el Distrito Federal, los estados y los municipios en el ámbito de sus respectivas
atribuciones.

b) El establecimiento de las bases de datos criminalísticos y de personal para las


instituciones de seguridad pública. Ninguna persona podrá ingresar a las
instituciones de seguridad pública si no ha sido debidamente certificado y registrado
en el sistema.

c) La formulación de políticas públicas tendientes a prevenir la comisión de delitos.

d) Se determinará la participación de la comunidad que coadyuvará, entre otros, en los


procesos de evaluación de las políticas de prevención del delito así como de las
instituciones de seguridad pública.

e) Los fondos de ayuda federal para la seguridad pública, a nivel nacional serán
aportados a las entidades federativas y municipios para ser destinados
exclusivamente a estos fines. La parte declarativa es adecuada, no se hace
referencia a la intervención del ejército en los temas de seguridad pública y se
plantean necesidades apremiantes como la prevención y la organización de

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Rebeca Elizabeth Contreras López

bases de datos. El problema aquí es hacer operativo, eficazmente, este


sistema.

1.7 Artículo 22 constitucional

Toda pena deberá ser proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado. Este
principio es sustancial, dentro de los principios del derecho penal democrático, lo
interesante será retomarlo al legislar y juzgar en materia penal.

Respecto del decomiso de bienes se establecen una serie de requisitos que,


sobre todo tienen que ver con las necesidades surgidas en la persecución del
crimen organizado, aquí lo importante será que se fortalezcan estas disposiciones
con investigaciones fuertemente cimentadas y acordes a las reglas penales y
procesales porque de lo contrario se tomarán bienes que, después habrá que
devolver cuando fracasen las indagatorias.

… la aplicación a favor del Estado de bienes asegurados que causen abandono en los
términos de las disposiciones aplicables, ni la de aquellos bienes cuyo dominio se declare
extinto en sentencia. En el caso de extinción de dominio se establecerá un procedimiento
que se regirá por las siguientes reglas:

I. Será jurisdiccional y autónomo del de materia penal.

II. Procederá en los casos de delincuencia organizada, delitos contra la salud, secuestro,
robo de vehículos y trata de personas, respecto de los bienes siguientes:

a) Aquellos que sean instrumento, objeto o producto del delito, aún cuando no se
haya dictado la sentencia que determine la responsabilidad penal, pero existan
elementos suficientes para determinar que el hecho ilícito sucedió.

b) Aquellos que no sean instrumento, objeto o producto del delito, pero que hayan
sido utilizados o destinados a ocultar o mezclar bienes producto del delito, siempre
y cuando se reúnan los extremos del inciso anterior.

c) Aquellos que estén siendo utilizados para la comisión de delitos por un tercero, si
su dueño tuvo conocimiento de ello y no lo notificó a la autoridad o hizo algo para
impedirlo.

d) Aquellos que estén intitulados a nombre de terceros, pero existan suficientes


elementos para determinar que son producto de delitos patrimoniales o de
delincuencia organizada, y el acusado por estos delitos se comporte como dueño.

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La reforma constitucional de seguridad y justicia

III. Toda persona que se considere afectada podrá interponer los recursos respectivos para
demostrar la procedencia lícita de los bienes y su actuación de buena fe, así como que
estaba impedida para conocer la utilización ilícita de sus bienes.

Reflexión preliminar

Este breve panorama únicamente nos permite visualizar el esquema general de las
reformas constitucionales que, en mi opinión, era necesaria e impostergable. Que,
además, recoge un interés evidente por modernizar y fortalecer la justicia y la
seguridad en México.

A pesar de ello, dicha reforma tiene objeciones importantes, sobre todo


porque concibe un régimen de excepción que, cada vez más, se afianza en nuestro
país y que, desafortunadamente, lleva un sello autoritario de marginalidad y
exclusión.

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Rebeca Elizabeth Contreras López

Bibliografía

CONTRERAS LÓPEZ, Rebeca Elizabeth y CONTRERAS LÓPEZ, Miriam Elsa,


Derecho penal y globalización ¿un cambio de paradigma?, CONACYT, UV,
Arana editores, Xalapa, México, 2007.
NEWMAN, Elías, La mediación penal y la justicia restaurativa, Ed. Porrúa, México,
2005.
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María, La expansión del derecho penal (aspectos de la política
criminal en las sociedades postindustriales), 2ª ed., Ed. Civitas, Madrid, 2001.
Gaceta del Senado de la República, del jueves 13 de diciembre de 2007,
número 176, donde se publicó el decreto de fecha 10 de diciembre de 2007.
Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, 1996.

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