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EUCARISTÍA DÍA DE REPARACIÓN

Monición de entrada
La Madre María Encarnación Rosal, nuestra fundadora,
escuchó cómo Jesús le pedía consuelo ante todo su dolor
y por eso ella se dedicó amorosamente a servir a los
demás. A muchos niños y jóvenes que educaba con
ternura y a todas las personas que se acercaban a ella, los
trataba con compasión. Ella comprendió que en esos niños
necesitados estaba también Jesús pidiéndole consuelo.
En este día especial de reparación, como Bethlemitas nos acercamos al
banquete del amor para elevar junto al pan y el vino, el deseo de reparar con
nuestra vida y testimonio, por el dolor de Cristo que también sufre porque el
mundo está deshecho, las familias se destruyen y las personas se sienten
abandonadas. Hoy Jesús se acerca a nosotros como amigo y con amor nos pide
que lo consolemos, ayudando a nuestros hermanos, a nuestros compañeros y a
todo aquel que padece adversidades.
Agradezcamos la vida de nuestra Madre Encarnación y que la devoción
reparadora se convierta para nosotros en un estilo de vida que haga más
cordiales nuestras relaciones y más misericordiosas nuestras acciones.
Celebremos con entusiasmo y alegría esta Eucaristía.

Peticiones
A cada invocación respondamos: Señor, amigo nuestro, escúchanos.
1. Por el Papa Francisco y por todos los Obispos y Sacerdotes, para que
sepan orientar a la Iglesia por caminos de santidad y justicia y se vean
siempre fortalecidos por la poderosa ayuda del Señor. Oremos.

2. Por el Instituto de Hermanas Bethlemitas para que, siguiendo el ejemplo


de nuestra Madre Encarnación sepan cada día transmitir consuelo y
esperanza a todas las personas y así ser fieles a la misión reparadora en
la Iglesia. Oremos

3. Por los Maestros de nuestra Institución para que, a ejemplo de nuestra


Madre Encarnación, nos sepan orientar con amor y entrega a todos que
estamos en las aulas del saber, para contribuir así a la construcción de
una sociedad más justa. Oremos

4. Por todos nosotros, estudiantes Bethlemitas, para que nos veamos


siempre protegidos por la ayuda de Nuestra Madre Encarnación y seamos
ciudadanos de bien que respetemos y cuidemos la vida. Oremos

5. Por toda la humanidad, para que cada día reconozcamos el amor de Dios
por nosotros y nos acerquemos a él dejando a un lado el odio y la
violencia. Especialmente pidamos por los que sufren para que encuentren
consuelo y apoyo. Oremos
Pan y Vino
Queremos Señor presentarte en este pan y vino la vida de cada uno de nosotros
tus hijos Bethlemitas que hoy con gozo agradece la espiritualidad de la
reparación herencia de nuestra Madre Encarnación y que con gran propósito
deseamos vivirla cada día en actitudes concretas de amor.
Lámparas
El ejercicio de las diez lámparas compuesto por nuestra Madre Encarnación,
honra los Dolores Internos del Sagrado Corazón, revelación hecha a nuestra
Madre y que hoy recordamos con amor, devoción y esperanza.
Ofrecemos en estas lámparas el deseo y anhelo de siempre mantener la luz de
la alegría, la misericordia, el amor, la bondad y gratitud a ti Nuestro Señor y a las
personas que nos rodean.
Por eso queremos tener: (sube el estudiante con la lámpara)
Un corazón nuevo. Un corazón de carne como el tuyo. Un corazón sensible
y generoso, que sepa conmoverse con el dolor de todos los que sufren.
Un corazón alegre, que cante cada día tu amor y tu alabanza. Un corazón de
fuego que transmita la belleza de conocerte y amarte.
Un corazón sencillo, un corazón de niño que lo ve todo bello. Un corazón
eternamente agradecido, porque se sabe amado por el tuyo.
Un corazón nuevo. Un corazón que sepa que Tú eres el único Camino, la
Verdad que está en el fundamento, la Vida que palpita, el Amor que cobija, y la
Paz que anuncia la alegría y llena de esperanza.

ACCIÓN DE GRACIAS
En esta fiesta de los Dolores Internos del Corazón de Jesús, te damos gracias
por el legado de amor reparador que hemos recibido de nuestra Madre
Encarnación Rosal.
Gracias Jesús por ser un Corazón paciente, amigo, que espera y que perdona,
que conoce nuestras vidas y habita en nuestro ser, que cura nuestras heridas y
nos da las gracias que necesitamos para hacer de nuestra vida un acto
reparador.
Gracias Corazón de Jesús sufriente, a quien nuestra Madre María Encarnación
contempló en toda su pasión, y que a nosotros nos llamas también a un amor
reparador desde la fe y la vivencia de los valores y principios que nos distinguen
como estudiantes Bethlemitas.
Queremos cada día vivir la autenticidad del amor y contribuir a la construcción
de un mundo más humano y cercano a Ti, Señor.

“La reparación no puede reducirse a consolar el Corazón de Jesús, ni mucho menos a la


búsqueda del dolor con una actitud de resignación. La reparación hoy, en un mundo tan
complejo, es el terreno en el que estamos llamados a dar testimonio y vivir” Suour Sabina

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