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Descripción
Banco Agropecuario (Agrobanco) es una entidad estatal peruana de apoyo
financiero creada en 2001 para desarrollar el sector agropecuario en
Latinoamérica; con énfasis en actividades agrícolas, ganaderas, forestales,
acuícolas y agroindustriales, y la transformación, comercialización y
exportación de productos naturales y sus derivados. Agrobanco diseña y
provee productos y servicios financieros que ayudan a la producción, los
negocios y prácticas agronómicas y ambientales; y productos bancarios, tales
como créditos agropecuarios, forestales y acuícolas, seguros agrícolas y de
desgravamen. En 2018, Agrobanco emitió una solicitud de $450M de soles en
ayuda del gobierno, $250M de los cuales se utilizarán para escindir la cartera
de préstamos incobrables del banco.
“Entonces, vamos a plantear medidas de corto y mediano plazo que nos ayuden a
resolver el problema (de Agrobanco) de raíz”, manifestó, “pues los desembolsos
crediticios de Agrobanco tenderán a desaparecer al irse todo el dinero a
provisiones (por la cartera crediticia deteriorada)”.
De esta manera, informó que activarán una ventana crediticia de bajo costo, sobre
todo para los 53,000 hombres del campo que dependen de la oferta crediticia de
Agrobanco. “A ellos hay que asegurarles el financiamiento en el corto plazo”, dijo.
“Tenemos entre 900 a 1000 millones de soles de deuda con los acreedores, la cual
hay que honrar, sin implicar recursos adicionales (al fisco)”, dijo hoy en la Comisión
de Agraria del Congreso de la República.
También informó que en el primer trimestre del 2018 prevén emitir una normativa
que garantice y asegure el rol subsidiario del Estado. “Tenemos que llegar a los
agricultores que no tienen acceso al sector financiero privado y si lo tienen, es a un
costo de financiamiento alto”, dijo.
Cooper señaló que se tiene que empezar una estrategia que haga sostenible el
financiamiento al agro y ello pasa por incrementar la productividad en el
agro para reducir su riesgo. “El MEF tiene que trabajar de cerca con el Ministerio
de Agricultura y Riego (Minagri) para definir esa estrategia de financiamiento
sostenible”, dijo.
“No hubo un adecuado manejo de pasivos y se captó dinero sin una real
eficiencia”, dijo.
“En el 2012, 2013 y 2014 vimos un excesivo crecimiento del banco y no tenía
capacidad para crecer en colocaciones de esa manera”, señaló.
Esta situación, aunada a los algos gastos en planilla, generó una contracción del
financiamiento de Agrobanco porque llegó el momento en el que esta entidad
financiera no conseguía recursos monetarios y por tanto, no tenía dinero para
prestar, señaló.
Hacia la reestructuración
(FIN) MMG
Publicado: 6/2/2018
RCR, 14 de febrero 2018.- En las últimas semanas ha salido a la luz información diversa en
torno a la actual situación del Banco Agropecuario (Agrobanco), sintetizada en la posibilidad
de su cierre “como consecuencia de una cartera de crédito irrecuperable, créditos entregados
a agricultores medianos y grandes, en suma, cartera explicada más por corrupción que por
cualquier otro componente o análisis técnico”. Argumentos lejanos a la realidad, como se
verá más adelante.
Las operaciones crediticias, cuya configuración se ha descrito –sería bueno conocer la calidad
y nivel de garantías asociadas a éstos créditos- explican una cartera de 200 millones de soles,
pero otorgada en dólares americanos mayoritariamente-, con una configuración de garantía
sólida para que en caso de quiebre de pagos de la parte corriente, el pago del año, el banco
pudiera activar sus mecanismos de cobranza y cobrarse.
No es posible pensar que no haya habido especial preocupación por parte de la
administración, de contar con todas las seguridades para situaciones extremas –que sólo se
explicarían por un afán de hacer “perro muerto” al banco-, más allá de los flujos de caja,
medio de pago natural de las obligaciones. Se debe recibir una explicación puntual de cada
préstamo, y finalmente de toda la cartera, para entender qué ha pasado. Cada crédito otorgado
debe ser explicado, y no caer en una generalización interesada, a través de listados difundidos
en diversos medios y foros.
En esa línea, una compañía puede tener una deuda importante, la que se compromete a pagar
en el tiempo siguiendo un calendario de pagos establecido por la entidad financiera, en
acuerdo mutuo. Lo que se espera es que se pague es la parte corriente, con el flujo de
campañas anuales agrícolas. Eso es lo que se programa.
Además, es posible que también se haya acordado efectuar “retanqueos” o nuevos créditos
para capital de trabajo, luego de cumplirse con la obligación programada.
Alterar este programa de pagos, unilateralmente, por cualquiera que sea la motivación –
inclusive explicada por una eventual incapacidad de conocer las finanzas corporativas de un
banco, y en especial del Agrobanco; o por decisiones políticas del tipo “no a los grandes”- va
a conducir irremediablemente a un quiebre de pagos.
Si alguien, más grave aún si es una administración bancaria, va a interrumpir un plan de pagos
unilateralmente, debe necesariamente contar con una alternativa financiera, y no
precisamente diciendo que “se prestaron tantos millones de soles” (que no lo fueron, sino
fueron dólares) en un marco de corrupción, y que el banco esta “fregado por la gestión de tal
administración”.
La conclusión: El banco podría estar fregado por “decisiones estratégicas” mal tomadas, de
manera errónea, hoy. No se puede pedir que se pague en el corto plazo, lo que se ha
programado pagar en el mediano plazo. No hay forma sin exponer a la caja de banco y de la
empresa a presiones de flujos no generados.
¿Qué era el Banco Agropecuario el 2016?
Primero: Un banco que había capitalizado utilidades por casi S/. 80 millones, saliendo de una
pérdida acumulada histórica de S/. 19 millones, perteneciente al estado peruano y con grado
de inversión. Y fue notable la gestión de todos los funcionarios y empleados del banco para
que, en un año difícil como el 2015 en todo el sistema financiero nacional, se logre mantener
ese óptimo nivel de riesgo.
Segundo: Un Banco con capacidad de endeudamiento internacional, que recibió préstamos
de importantes entidades financieras extranjeras.
Tercero: Un Banco que había logrado colocar papeles comerciales en el mercado de capitales
del país, por casi 200 millones de soles. Eso y mucho más.
Agrobanco hasta el 2016 era un socio adecuado y buscado por todo el sector agrícola,
ganadero, forestal, etc.. Hermano de muchas comunidades nativas y campesinas, a quienes
apoyaba con crédito efectivo. También aportaba recursos a productores cafetaleros,
cacaoteros, algodoneros, maiceros, con muchas dificultades y contratiempos, por tratarse de
un banco de fomento con un riesgo mayor a la media del sistema financiero. Para muestra un
botón: el impacto del clima en el 2015-2016 en la zona de Villacurí.
Indicadores de desempeño.
Más allá de una cartera de alto riesgo –por el carácter propio de sus clientes- que venía
creciendo por una cartera refinanciada vencida, pero, problema para el cual se contaba con
una estrategia y una estructura sólida de normalización de créditos; los indicadores de
solvencia, liquidez y rentabilidad, eran todos positivos. En particular, el banco contaba con
una ratio de capital global a un nivel del 20 %, el doble del requerido por el regulador.
Además, tenía como política un ratio de cobertura, o provisiones por mala deuda, de 175%
por cada sol en cartera vencida. Liquidez en soles y en dólares por encima de los niveles
requeridos por la SBS, en un contexto prudencial. No obstante que contaba con un amplio
margen para hacer negocios, vía ratio de capital global, el 2015 el banco solicitó a su
accionista un incremento de capital de S/. 150 millones, para reforzar su posición económica
y financiera.
Ese aporte de capital se efectivizó el 2016, con lo cual el capital del Banco bordeó los S/. 500
millones de soles. Una verdadera fortaleza.
Cabe mencionar que en el primer trimestre del 2016, se venía evaluando la emisión de bonos
corporativos por US$ 200 millones en la Bolsa de Valores de Nueva York; y también que
hasta el tercer trimestre de ese año presentó resultados positivos.
Sin embargo, el aporte de capital de julio 2016 fue tomado por la nueva administración como
parte de una gestión para cambiar el enfoque estratégico del Banco, poniendo el foco, según
ellos, más en agricultores de base. Ello era reiterativo, porque si había algo que se trabajó
bien, era la presencia efectiva del Banco en el segmento de pequeños agricultores, a lo largo
y ancho del país.
Ello se evidencia mirando el número de clientes agricultores individuales y en asociatividad,
los cultivos financiados, las localidades donde atendía, para entender que el Banco había
logrado tener una presencia efectiva, ya sea con recursos propios, provenientes de deuda, o
recursos del Fondo Agroperú. Como grandes números, el banco a mayo de 2016 registraba
colocaciones directas por casi S/. 1,700 millones de soles, con un patrimonio de menos de S/.
400 millones.
Se ha dicho que por atender a grandes agricultores el banco había dejado de hacerlo en la
base. En cuatro años desde el 2012 hasta el 2015 el Banco había crecido de 20 mil a casi 80
mil agricultores con créditos. Sumaba a estas cifras otros S/. 400 millones de soles de cartera
gestionada para el fondo Agroperú, con 20,000 productores con crédito.
Reestructuración de pasivos
Desde principios del año 2016 el banco venía trabajando intensamente para reestructurar sus
pasivos, vía créditos con la banca extranjera, mercado de capitales local y emisión de bonos
corporativos. De manera planificada, con la anticipación necesaria. Todos los actores
externos e internos relacionados a estas operaciones de finanzas corporativas estaban
convencidos de las fortalezas del Banco Agropecuario para lograr las metas financieras
propuestas.
Más de cuatro años de trabajo intenso, de un equipo de profesionales peruanos provenientes
de universidades nacionales, con una superlativa capacidad para conocer la dura realidad de
un sector que siempre será percibido como de alto riesgo, con trabajo comprometido para
asegurar los flujos de pagos, en condiciones climáticas adversas.
Necesaria explicación
¿Qué ha pasado con Agrobanco? ¿Corrupción? ¿Incompetencia? Sería bueno conocer las
decisiones que se tomaron desde el año 2016. El Perú agrario se merece una muy buena
explicación. Repetimos: Lucha contra la corrupción con todo, y todas las de la ley. Pero frente
a la mala gestión también debe haber una valoración. No es posible que en términos prácticos
en un año se haya tirado por la borda todo el trabajo de un equipo comprometido con la
realidad agraria peruana.
Se deben más explicaciones. En especial, de las administraciones recientes, más que listados
de créditos a grandes agricultores. Se empezó diciendo S/. 800 millones, hoy ya bajó a menos
de S/. 500 millones.
Finalmente, por ahora, debe indicarse que los créditos mayoristas otorgados lo fueron
siguiendo todos los procesos, procedimientos, políticas de apetito y tolerancia al riesgo. Y
todo ello se refleja en Planes Estratégicos Institucionales y en Planes Operativos Anuales.
Nada sustantivo o estructural se hizo como consecuencia de la brillantez de iluminados, que
pensaron que dirigir al Banco Agropecuario era fácil. Aquellos que estuvieron en la época de
crecimiento del banco, hoy muchos desvinculados por las administraciones recientes, pueden
dar fe de lo contrario. Se trata de un tremendo reto, permanente.
¿Por qué se le hizo daño al banco? Hacia finales del 2016, insólitamente, la propia entidad
saca una nota diciendo que había empezado la purga en el Agrobanco por manejos irregulares.
Nota que ignoraba por completo las reglas de un banco que operaba en el mercado de
capitales. Ciertamente, al día siguiente, el propio banco tuvo que desmentir con una
comunicación oficial dirigida al regulador tamaño despropósito, indicando que no era cierto
lo que se decía y que, además, las finanzas corporativas estaban sólidas. Señal de nuevos y
raleados vientos.