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Libro de caja
Un libro de caja es un documento en el que los contadores corporativos y,
principalmente los auxiliares y los contadores junior, registran todas las
transacciones en efectivo. Éstos incluyen el dinero que entra en las bóvedas de
las empresas a partir de fuentes tan diversas como los clientes, cuentas de
ahorro bancarias y proveedores, a través de programas de descuento, por
ejemplo. El efectivo saliente fluye desde los proveedores y servicio de remesas
de proveedores para el pago de sueldos y de los impuestos. Un libro de caja es
similar a un diario de caja. En una economía moderna en la que la tecnología
es un elemento básico en la contabilidad de las empresas, esta revista se
asemeja más a un registro electrónico de las operaciones de liquidez que un
libro clásico físico.
Importancia
Un libro de liquidez ayuda a la dirección de una empresa a determinar la
cantidad de dinero que la empresa tiene en un momento dado, ya sea al final
de un día o de una semana. Con esta información, los altos ejecutivos pueden
acallar las dudas que los comentaristas financieros podrían tener sobre el
estado de liquidez de la empresa y la capacidad operativa superior de
liderazgo. Por ejemplo, la empresa puede apuntar a su estado de flujos de
efectivo para aliviar las preocupaciones de los prestamistas y para garantizar al
público que está lidiando efectivamente con un tedio competitivo. También
conocido como un informe de liquidez, un flujo de caja describe el viaje
operacional de una empresa, centrándose en el dinero que el negocio gasta en
operación, inversión y financiación.
Cómo funciona
Las transacciones en efectivo pasan por varios procesos antes de acabar en un
informe de liquidez. Por lo general, un contador registra las entradas y salidas
de dinero haciendo un débito y un crédito en la cuenta de efectivo. La práctica
de la contabilidad es distinta a la del uso bancario y debitar el dinero en efectivo
significa un aumento del dinero corporativo. Por ejemplo, el contador auxiliar
registra las remesas de clientes debitando la cuenta de efectivo y acreditando
la cuenta por cobrar de clientes. Luego, las entradas de efectivo caen en el
balance de comprobación, un informe que ayuda a los contadores a verificar
que los créditos totales sean iguales al total de débitos. El tercer paso en el
proceso de información financiera conduce a la revelación del efectivo en el
balance corporativo, también conocido como un estado de situación financiera
o estado de condición financiera.
Controles de efectivo
En el ámbito corporativo, los jefes de departamento adoptan políticas eficaces
en efectivo, especialmente las relativas a la supervisión del libro de caja, para
fomentar la presentación de informes precisos y evitar el robo de activos. Esto
es importante porque los casos de fraude y malversación de efectivo
representan una profunda traición a la confianza y los jefes de segmento saben
que dichos actos pueden tener consecuencias regulatorias al final del camino.
La gestión de caja es hoy día muy sencilla gracias al diverso software especializado en
el mercado. Utilizar un libro de caja digital no solo reduce el trabajo administrativo,
sino que también ofrece una mayor seguridad de cara a las inspecciones fiscales. Lo
más importante en este sentido es que el libro de caja, sea del programa que sea, cumpla
con las exigencias legales de cada estado.
Con todo, se esté obligado por ley o no, el libro de caja evita dolores de cabeza
especialmente en el caso de las empresas cuya mayor parte de ingresos se da en
efectivo, precisamente porque permite obtener la foto fija de su estado financiero.
Gestión de caja: cómo llevar un libro de caja
La caja, que incluye los cheques sin cobrar, y los depósitos bancarios constituyen la
tesorería de una empresa, que es todo el efectivo y equivalente de efectivo del que la
empresa puede disponer para hacer frente a sus obligaciones. La gestión de la caja física
se basa en el libro donde se registran las entradas y salidas de efectivo en tiempo real
que más tarde se pasarán al Libro Diario y posteriormente al Mayor. Todas las
operaciones deben contar con su justificante documental (recibo, factura, etc.) y al final
de cada jornada se lleva a cabo el recuento y el arqueo de caja. El primero consiste
sencillamente en inventariar el efectivo físico y registrar el saldo total. El arqueo de caja
consiste en comprobar que la suma total obtenida coincide con el saldo de libro de caja
y con el resultante de los justificantes.
Si cuentas con el modelo de libro de caja adecuado puedes empezar ya mismo a llevar la
gestión de tu caja. Solo tienes que introducir cuidadosamente los datos en los campos
correspondientes. Ten en cuenta los siguientes consejos con el fin de llevar tu libro de
caja correctamente:
El Código de Comercio indica, asimismo, que los empresarios, incluso en caso de cese
o cierre, están obligados a conservar toda la documentación contable (libros,
justificantes, cartas, etc.) de la empresa durante seis años, lo que quiere decir que la
Agencia Tributaria podría exigir una inspección fiscal en este plazo. Y es que la
contabilidad que el Estado exige al empresario o al autónomo es un instrumento para
calcular sus obligaciones fiscales, por lo que cualquier extrañeza podría hacer saltar las
alarmas de la Agencia Tributaria con buenos motivos incluso tiempo después, lo que
significa ser víctima de sanciones o penalizaciones.