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1. Aleaciones y soluciones sólidas.

Hay, aproximadamente, 90 elementos naturales en nuestro planea, y la mayoría de ellos son metales. Sin
embargo, no suelen ser óptimos para muchas de las aplicaciones en las que pueden ser utilizados. Por
ejemplo, el hierro es muy duro pero fácilmente quebradizo o el aluminio es muy ligero pero muy frágil. Es
así que los materiales utilizados, que solemos llamar “metales”, son más bien aleaciones; es decir, combi-
naciones de metales1 con otros elementos o sustancias que los hacen más fuertes o más resistentes o más
ligeros, y que, en general, mejoran sus propiedades físicas. Por ejemplo, está el hierro fundido que es una
mezcla de un metal, hierro, con un no-metal, carbono, y que es muy resistente y ligero.

Una aleación está definida por enlaces metálicos y puede ser obtenida de dos formas diferentes: como una
solución sólida con elementos metálicos (en donde se encontrará una sola fase) o por una mezcla de metales
de distinta fase (lo que equivaldría a formar dos o más soluciones sólidas), llamadas fases intermetálicas.
Compuestos como las aleaciones tienen una estequiometría definida y una estructura cristalina.

Aleaciones por solución sólida


En una aleación por solución sólida, la parte más significativa, aproximadamente un 90 % del material, es
el metal base o referencia, y los demás componentes, llamados agentes de aleación, pueden ser metales o no
metales, dispuestos en cantidades mucho más pequeñas (menos del 1 % del total). Y aunque las aleaciones
pueden formarse como compuestos (la unión química de elementos), usualmente se obtienen por soluciones
sólidas (donde los átomos de los elementos están mezclados).

Un metal visto desde microscopía electrónica muestra un arreglo periódico estructural de red cristalina.
En una aleación, además de los átomos provenientes del metal unidos en red, también está la presencia de
átomos de los agentes de aleación a lo largo de toda la estructura cristalina. La presencia de los átomos
externos distribuidos en el metal base de la aleación puede darse de dos formas, llamadas mecanismos de
solución sólida:

a) Aleaciones en solución sólida por sustitución: si los átomos de los agentes de aleación reemplazan a
átomos propios del metal base, se dice que se obtiene una aleación por sustitución atómica. Este tipo de
aleaciones sólo se presentan cuando los átomos del metal base y los átomos de los agentes de aleación
tienen dimensiones similares; por lo mismo, los elementos constituyentes de ambas partes están muy
cercanos en la tabla periódica. Por ejemplo: el latón es un tipo de aleación por sustitución entre el
cobre y el zinc (donde la diferencia de tamaños es entre [10 − 35] %).
b) Aleaciones en solución sólida intersticiales: si los átomos de los agentes de aleación son mucho más
pequeños que los propios del metal base, entonces los primeros se acomodan en los espacios disponibles
entre los átomos base (en espacios intersticiales). Por ejemplo, el acero el es un tipo de aleación inters-
ticial, en donde un número pequeño de átomos de carbono se colocan entre los espacios disponibles de
las redes formadas por los átomos gigantes (en comparación con el carbono) del hierro.
1 Las aleaciones no son combinaciones de metales sino un sólo metal combinado con otros materiales no-metales.

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Figura 1: A la izquierda, se observa una representación gráfica de átomos substitucionales que entran en las posiciones
de los átomos originales de la red cristalina. A la derecha, se observa una representación gráfica de átomos intersticiales
que se acomodan en espacios disponibles o vacíos de la red cristalina original.

Aleaciones por mezclas de metales


El método tradicional para mezclar dos metales en una aleación es calentando y fundiendo los componentes
metálicos hasta formarlos líquidos, mezclarlos y dejarlos enfriar para que vuelvan a tomar su rigidez. Otra
forma es transformar barras sólidas de metales en polvo, mezclarlos y después fusionar la combinación
a altas temperaturas y presiones para su condensación. También existe un método que consiste en crear
“bolas iónicas de fuego” que consisten en implantar metales ionizados (átomos que tienen menos o más
electrones de su valencia neutra) sobre otro metal y dejar que el proceso de acomodo de iones a nivel
atómico se encargue de producir la aleación.
2. Mecanismos de soluciones sólidas.
Una solución sólida se forma cuando, al adicionar átomos de soluto a un material disolvente, la estructura
cristalina se mantiene y no se forma ninguna otra estructura. Una solución también es composicionalmente
homogénea; los átomos de impurezas se dispersan libre y uniformemente dentro del sólido.

En las soluciones sólidas aparecen defecto puntuales, debido a las impurezas, de dos tipos: sustitucionales
e intersticiales. En los sustitucionales, los átomos de impurezas o soluto reemplazan o sustituyen a los
átomos del disolvente. Existen varias condiciones entre átomos de disolvente y de soluto que determinan
el grado de solubilidad. Una condición es el factor tamaño: cantidades apreciables de soluto pueden aco-
modarse en un disolvente sólido sólo si la diferencia entre los radios atómicos de ambos tipos de átomos es
menor del ∓15 % (en el caso de los metales). Si los átomos del soluto crean grandes distensiones en la red,
aparece una nueva fase. Otra condición es el denominado factor electroquímico: cuanto más electropositivo
es un elemento y más electronegativo el a otro, mayor es la probabilidad de que formen un compuesto
intermetálico, o una solución sólida sustitucional.

En la soluciones sólidas intersticiales, los átomos de las impurezas llenan los vacíos o intersticios atómicos
del disolvente. Las posiciones intersticiales son relativamente pequeñas en los materiales metálicos que
tienen factores de empaquetamiento relativamente elevados. Por consiguiente, los diámetros atómicos de
las impurezas intersticiales es bajo (menor al 10 %. A veces, átomos muy pequeños de impurezas exceden
del número de lugares intersticiales, lo que provoca deformaciones de red en los átomos vecinos.

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Bibliografía
[1] Callister, William D. Jr., Introducción a la Ciencia e Ingeniería de los Materiales. Edición en español,
Reverté, S.A., Barcelona, (2002).

[2] Budinski, Kenneth G., Budinski, Michael K., Engineering Materials: Properties and Selection. 1st
Edition, Prentice Halles, United States of America, (2010).

[3] Courtney, Thomas H., Mechanical Behavior of Materials. 2st Edition, Waveland Press, United States
of America, (2000).

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