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a los apóstoles el día de Pentecostés, sino sólo el alcanzando la salvación. Dice un autor moderno: "La
Espíritu Santo. Finalmente, tampoco fue la Trinidad referencia a la encarnación y a la cruz, y, con ella, a la
quien pronunció las palabras acerca de Jesús en su resurrección, es para san Agustín el punto de partida
bautismo y en su transfiguración en el monte, sino indispensable para nuestro retorno a Dios; esto vale
sólo el Padre. tanto en el plano del conocimiento como también en el
plano de la salvación. Pues, en estos acontecimientos,
b. Pero estas divinas personas, que son distintas, son
se produce la sorprendente humillación de Dios (lo que
a la vez inseparables: el Padre, el Hijo y el Espíritu
con toda seguridad podría haber ocurrido de otro mo-
Santo, "como son inseparables, actúan también
do), la salvación de los pecadores y la revelación de
inseparablemente. Ésta es también mi fe, porque
toda la grandeza de su humilde amor" (Courth, F., Dios,
es la fe de la Iglesia católica" (La Trinidad 1, 4, 7).
amor trinitario, p. 182).
San Agustín, que siempre es pastor, expone la doctrina
trinitaria con la finalidad principal de atraer a la Iglesia a EL ESPÍRITU SANTO EN LA ACCIÓN SALVÍFI-
los herejes que han negado diversos aspectos en un CA DE LA TRINIDAD
tema tan principal y de tanta dificultad.
1. La salvación operada por Cristo se aplica a cada
PARA EL DIÁLOGO persona por la acción del Espíritu Santo. Se ha opi-
nado que san Agustín es "el mayor tratadista del
¿Cómo divide san Agustín su obra La Trini-
Espíritu Santo de la teología occidental" (Schütz,
dad?
C.).
¿En qué Concilio está formulada la fe sobre
Esto se debe, sobre todo, a que ha desarrollado su
la Trinidad?
doctrina intratrinitaria del Espíritu Santo en estrecha
¿Qué aspectos fundamentales hay que pre- conexión con la concepción de la Iglesia y de la gracia.
cisar al hablar de la Trinidad? San Agustín no entiende la vida de la Iglesia y la exis-
tencia cristiana sólo en referencia a Cristo, sino que
también entiende una y otra como animadas por el
II. LA TRINIDAD SE REVELA EN LA HISTO- Espíritu Santo, y a éste y a Cristo enlazados con el
misterio trinitario de Dios.
RIA DE LA SALVACIÓN
2. Para san Agustín la característica especial del Espí-
LA FUNCIÓN CENTRAL DE CRISTO EN LA RE- ritu Santo consiste en ser el vínculo de amor que
VELACIÓN DE LA TRINIDAD une al Padre y al Hijo: "El Espíritu Santo es, pues,
una cierta comunión inefable del Padre y del Eli-
El camino por donde san Agustín avanza para entender jo. Quizás su nombre sea debido a que el mismo
el misterio trinitario, en lo que es posible, es la historia término se puede aplicar al Padre y al Elijo. En
de salvación, que tiene su plenitud en Cristo. Los filóso- efecto, en el Espíritu Santo se nombra en senti-
fos, en la búsqueda de Dios, sólo se apoyaron en su do propio lo que en el Padre y el Elijo se nombra
conocimiento racional, lo que les llevó a grandes erro- en sentido general. También el Padre es cierta-
res. San Agustín, por el contrario, parte de Cristo según mente espíritu; también el Hijo es espíritu; santo
aparece en los Evangelios, para con Él y desde Él ba- es el Padre; y santo es el Elijo. Al utilizar, pues,
rruntar el misterio de un Dios que se presenta único en un nombre que es común al Padre y al Elijo y
el Antiguo Testamento y trino en el Nuevo. Por eso, en que, por ello, es apropiado para indicar al Espíri-
la obra La Trinidad se contiene abundante doctrina tu Santo como comunión entre ambos, se indica
sobre Cristo. Dice Agustín: "Así pues, nuestra ciencia el don mutuo que es el Espíritu Santo" (cf. La Tri-
es Cristo; nuestra sabiduría es igualmente el mismo nidad 5, 11, 12-16).
Cristo. Él nos implanta la fe respecto a las cosas Lo que es el Espíritu Santo dentro de la Trinidad -
temporales; él nos ofrece la verdad sobre las cosas don entre el Padre y el Hijo- se prolonga en la histo-
eternas. Por él avanzamos hacia Él; por medio de la ria de la salvación, en la cual el Espíritu Santo es el
ciencia de las cosas humanas tendemos a la sabi- don que Dios nos otorga. Existe, pues, una corres-
duría de las cosas divinas. No nos hemos de apar- pondencia entre la noción intratrinitaria del Espíritu
tar del único y mismo Cristo, en quien se hallan Santo, considerado en su eternidad, con su función
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y de la como don salvador para los fieles, que se produce
ciencia (Colosenses 2, 3)" (La Trinidad 13, 19, 24). en el tiempo y en la historia: "El Padre y el Hijo
Cristo es el que nos revela que Dios no es un ser solita- quieren fundar una comunidad entre nosotros y
rio, sino que vive en sociedad, en la compañía de tres con ellos, con lo que les es común; mediante
personas. La revelación mediadora de Cristo aparece aquel don que les une (el Espíritu Santo) quieren
así como el rasgo característico de la concepción agus- llevarnos a nosotros a la unidad; es decir, me-
tiniana de la Trinidad. Por medio del papel central de diante el Espíritu Santo, que es Dios y don de
Cristo, esta teología trinitaria está firmemente anclada Dios; por él nos reconciliamos con Dios, y por él
en el Antiguo y el Nuevo Testamento, donde aparecen somos colmados de gozo" (Sermón 71, 18).
las tres divinas personas interviniendo en la historia de Como dice el P. Congar: "Para Agustín, el Espíritu es el
la salvación de la humanidad. principio de toda la vida según la gracia. Y no cesó de
Pero hay más: Gracias a Cristo, no solamente conoce- predicar, de exponer, de promover este principio" (El
mos al Dios Trinidad, sino que además nos unimos a Él Espíritu Santo, Barcelona 1983, p. 532). Para corrobo-
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
rar esta idea, entre tantos textos de san Agustín se locan en posturas extremas y contrapuestas. El
podría citar el siguiente: "Pues Dios Espíritu Santo, que modalismo no distinguía realmente las divinas per-
procede de Dios, al ser dado al hombre, enciende en él sonas. Decía: No hay más que un solo Dios, una
el amor a Dios y al prójimo; y él mismo es amor. Real- realidad divina, pero nosotros, según las circuns-
mente, ningún hombre puede amar a Dios, si no es por tancias y nuestro modo de hablar, a esta realidad
Dios" (La Trinidad 15, 17, 31). única e indivisible le damos tres nombres.
3. Para eso el Espíritu Santo desarrolla una continua Otra solución inadecuada de la cuestión trinitaria es el
actividad dentro de la Iglesia: "Lo que respecto al arrianismo. Proclama que, propiamente, sólo el Padre
organismo humano es el alma, lo es el Espíritu es Dios, porque sólo el Padre es eterno, no engendra-
Santo respecto al Cuerpo de Cristo, la Iglesia; el do. El Hijo ya no sería igualmente eterno y sin principio,
Espíritu hace en toda la Iglesia lo que hace el sino una criatura perfectísima de distinta naturaleza que
alma en todos los miembros de un mismo cuer- el Padre. Así amonesta san Agustín a sus fieles comen-
po... Por eso, un cristiano católico vive mientras tando el Evangelio de san Juan: "Fíjate en las perso-
permanece unido al cuerpo de la Iglesia" (Ser- nas, no las confundas. Distínguelas con la inteli-
món 267, 4) gencia no las separes pérfidamente, no sea que por
huir de un extremo caigas en otro. Estabas a punto
La caridad fraterna nos garantiza la posesión del Espíri-
de ser devorado por las fauces de los sabelianos, si
tu Santo, por lo que en ese hecho se fundamentan las
decías que el Padre era el mismo que es el Elijo.
continuas exhortaciones de san Agustín a los fieles
Ahora ya lo sabes: No estoy solo, sino yo y el Pa-
para que practiquen la concordia, la unidad en la cari-
dre, que me envió (Jn 16,32). Sabes que el Padre es
dad al servicio de la paz, así como la humildad: "Si,
el Padre y que el Elijo es el Elijo. Esto lo reconoces,
pues, queréis vivir del Espíritu Santo, guardad la
pero no digas que el Padre es mayor y el Hijo es
caridad, amad la verdad, mantened la unidad, para
menor; que el Padre es el oro y el Hijo es la plata.
llegar a la eternidad" (Sermón 267, 4). Y en otro pasa-
Sólo hay una sustancia, una divinidad, una coeter-
je: "Si quieres saber si has recibido el Espíritu San-
nidad, igualdad perfecta; no hay diferencia alguna.
to, pregunta a tu corazón, no sea que tal vez tengas
Pues si solamente crees que Cristo es otro distinto
el sacramento (de la confirmación) pero no su fuer-
del Padre, pero no de la misma naturaleza, habrás
za. Pregunta a tu corazón si hay amor al prójimo, y,
salvado el peligro de un extremo, pero te has estre-
entonces, no te preocupes, pues el amor no puede
llado contra el otro extremo. Navega por el medio
existir sin el Espíritu de Dios" (Tratados sobre la
huyendo de uno y otro extremo... El Hijo es otro,
primera Carta de San Juan, 6, 10). Esta caridad frater-
porque no es el mismo que el Padre, y el Padre es
na suscitada por el Espíritu Santo, construye la unidad
otro, porque no es el mismo que el Hijo. Pero no es
de la Iglesia causada por ese mismo Espíritu: "Porque
otra cosa, porque la misma cosa son el Padre y el
si se recibe el Espíritu cuando se está juntos, no es que
Hijo. ¿Qué es esa misma cosa? Un solo Dios" (Tra-
haya un solo Espíritu porque hay un solo cuerpo, sino
tados sobre el Evangelio de San Juan 36,9).
que hay un solo cuerpo porque hay un solo Espíritu de
Cristo" (Congar, Y., El Espíritu Santo, p. 219). La doctrina sobre la Trinidad de san Agustín se va con-
figurando frente a estas dos herejías contrapuestas, y
PARA EL DIALOGO
le dará oportunidad de precisar con exactitud algo tan
¿Por qué en el tratado La Trinidad se con- misterioso como la tripersonalidad y la unidad esencial
tiene abundante doctrina sobre Cristo? o sustancial en Dios a la vez.
Relación de lo que es el Espíritu Santo den- b. Su trabajo pastoral también le impulsa a elaborar
tro de la Trinidad y su función dentro de la su doctrina trinitaria. Son los mismos fieles, más
Iglesia. preocupados que hoy día sobre las cosas de la fe,
los que le hacen preguntas muy comprometidas.
El Espíritu Santo y la caridad. No entendían que Agustín pudiera decir que "el Pa-
dre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu Santo es
Dios; y con todo, esta Trinidad no son tres dioses
III. LA POSIBLE EXPLICACIÓN TEOLÓGICA sino un solo Dios" (La Trinidad 1, 5, 8).
DEL MISTERIO DE DIOS-TRINIDAD Otra pregunta que le hacían los fieles se refería al Espí-
ritu Santo: a éste no le ha engendrado ni el Padre ni el
SENTIDO Y FINALIDAD DE LA TEOLOGÍA TRI-
Hijo, ni ambos juntos; y no obstante, es el Espíritu del
NITARIA AGUSTINIANA Padre y del Hijo. San Agustín trata de darles respuesta
Para san Agustín, la teología trinitaria tiene un triple como pastor que se siente gravemente obligado a ex-
sentido: plicar la fe católica a sus fieles. "Estimulado por tales
preguntas, San Agustín trató de darles respuesta según
a) Apologético. sus posibilidades. Puesto que él ya llevaba tiempo ocu-
b) Pastoral. pado con estas mismas preguntas, quería hacer a los
fieles partícipes en su búsqueda de la verdad. Desde
c) Teológico. ese momento, su deseo y oración era avanzar él mismo
a. Su esfuerzo apologético o de defensa de la fe se con ellos en el conocimiento de Dios" (Courth, F., Dios,
desarrolla, por un lado, frente al modalismo, y por amor trinitario, Valencia 1994, p. 179).
otro, frente al arrianismo. Una y otra herejía se co-
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
c. Como teólogo busca entender y explicarse la doc- (san Basilio, san Gregorio Nacianceno, san Grego-
trina sobre la Trinidad para glorificar a Dios, para in- rio de Niza) para explicar la Trinidad. Pero la apli-
troducir más y mejor este misterio en su vida espiri- cación sistemática, profunda y pormenorizada del
tual de cristiano, que después comunicará a sus fie- concepto de relación al misterio de la Trinidad es
les, para satisfacer sus íntimos deseos de conocer una de las características más importantes y uno
a Dios: "Buscarle para encontrarle y encontrarle de los mayores méritos de la doctrina agustiniana
para seguir buscándole" (Tratados sobre el trinitaria que dejó como precioso legado a la teolo-
Evangelio de San Juan 63, 1; La Trinidad 9,1,1). Se gía occidental. El P. Congar, gran teólogo dominico
puede decir, por tanto, que el esfuerzo intelectual francés ya citado, considera la doctrina agustiniana
de Agustín es un continuado ejercicio de amor a de la relación respecto del misterio de la Trinidad
Dios. como "simple, grandiosa y satisfactoria" (El Espíritu
Santo, 524). Escribe también un teólogo español
Podemos decir, pues, que como teólogo, la motivación
contemporáneo: "Un paso decisivo en la conexión
de su especulación trinitaria no radica ni en la vanidad
más explícita entre las nociones de persona y rela-
ni en una auto satisfacción intelectual, sino que está
ción se dará en la contribución de san Agustín"
motivada por la búsqueda de Dios desde el amor, la
(Ladaria, L. F., La Trinidad, misterio de comunión,
oración y el estudio. Esta plural actitud es la que ha
Salamanca 2002, p. 71).
presidido e impulsado su magna obra La Trinidad. Lo
indica Agustín al intentar comunicarnos la intención de 2. El problema está en cómo puede ser Dios uno en
su obra: "Me inflamo en el amor de la verdad a inda- naturaleza y trino en personas. San Agustín en-
gar (la Trinidad), y me siento obligado por los que cuentra un concepto que permite ver a las personas
me asedian con el derecho de la caridad a que les como distintas, pero sin que se rompa la unidad del
indique las soluciones encontradas... Dónde me ser divino: es el concepto de relación.
encuentro en este caminar, adonde he llegado y
En todas las cosas hay accidentes, es decir, cosas
cuánto me falta para alcanzar el fin, es lo que
secundarias, como ocurre, por ejemplo, en el ser hu-
desean saber de mí aquellos de quienes la caridad
mano cuando nos referimos a la altura, el color, la mu-
libre me hace humilde servidor. Es menester, y Dios
cha o poca fuerza, la habilidad, el peso, etc., de una
me lo otorgará, que yo mismo aprenda enseñando a
persona; todo eso es accidental o secundario para que
mis lectores, y al desear responder a otros, yo
tengamos o no un ser humano. Pues bien, en Dios no
mismo encontraré lo que voy buscando. Tomo so-
hay accidentes, todo en Él es sustancial: lo que podría
bre mí este trabajo por mandato y con el auxilio del
en Él ser accidental se identifica con su sustancia, con
Señor, nuestro Dios, no con el afán de discutir au-
su mismo ser, porque Dios es un ser simplicísimo, de-
toritariamente, sino con el anhelo de conocer lo que
bido a lo cual no se puede descomponer o destruir.
ignoro discurriendo con piedad" (La Trinidad 1, 5, 8).
Dice san Agustín: "Y en ese ser simplicísimo no es el
Esta es la actitud de "amador de Dios" (La ciudad de vivir diferente del entender, como si pudiera vivir
Dios, 8, 1), que impregna toda su filosofía y su teología. sin entender; ni es el entender diferente del ser fe-
Es su gran lección a los teólogos de todos los tiempos: liz, como si pudiera entender sin ser feliz; sino que
no se trata de conocer a Dios como si este conocimien- su ser es precisamente el vivir, el entender, el ser
to fuera un fin en sí mismo, menos aún como un intento feliz" (La ciudad de Dios 8, 6).
de adquirir fama y alabanzas de los demás o de domi-
Por lo tanto, cualquier cualidad que se aplique a Dios
nar a otros creyentes con las propias ideas, sino utilizar
no será en grado accidental o secundario, sino que
el conocimiento como un medio para amar a Dios y
todo en Él es tan grande y perfecto que se identifica
ayudar a fortalecer la fe y aumentar la caridad de los
con su ser divino. Sin embargo -dice san Agustín- no
hermanos en la fe. Mucho mejor irían las cosas en la
todo lo que se aplica a Dios se dice en sentido sustan-
Iglesia si los teólogos hicieran suya esta humilde y su-
cial, sino que a veces se le aplica alguna realidad en
blime oración agustiniana que encontramos en el trata-
sentido relativo. Cualquier cosa que se diga de las co-
do de La Trinidad: "Dame la fuerza de buscarte, tú
sas creadas se refiere a su sustancia o a algún acci-
que te dejas encontrar y que me has dado la espe-
dente. Incluso las relaciones de amistad, parentesco,
ranza de poder encontrarte cada vez más. Ante ti
semejanza, igualdad, posición, etc., son cosas acciden-
esta mi fuerza y mi debilidad; conserva aquélla,
tales o secundarias para un ser humano, pues sin ellas
sana ésta. Ante ti está mi saber y mi ignorancia. Allí
sigue siendo ser humano, pero tratándose de Dios todo
donde tú me has abierto, acoge a quien entra; allí
es sustancial, pues nada en él es cambiable y nada le
donde has cerrado, abre a quien llama. Haz que me
puede faltar sin dejar de ser Dios; pero, sin embargo, el
acuerde siempre de ti, te comprenda, te ame. Haz
ser Padre, Hijo y Espíritu Santo, aun siendo sustancial
crecer todo esto en mí hasta que me transformes
a Dios, se dice en sentido relativo con respecto a cada
totalmente" (La Trinidad, 15, 28, 51).
uno de los otros dos.
LAS RELACIONES NOS HACEN VER LA DIS- Concretando: en Dios lo que se dice en sentido relativo
TINCIÓN DE LAS TRES DIVINAS PERSONAS, no es accidental, porque nada hay mudable en él; y, a
SIN MENOSCABO DE LA UNIDAD DE SU la vez, no todo lo que se le aplica se dice en sentido
ESENCIA O SUBSTANCIA sustancial: "Se habla a veces de Dios según la rela-
ción. El Padre dice relación al Elijo, y el Elijo dice
1. El concepto de relación fue mencionado de una relación al Padre, y esta relación no es accidente,
manera más bien incidental por los Padres griegos
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
porque uno siempre es Padre y el otro siempre es una designación relativa, pues, el Espíritu
Elijo" (La Trinidad 5, 5, 6). Santo está referido al Padre y al Hijo. Asi-
mismo, Elijo es una expresión relacional
3. Todos los autores ponen de relieve la importancia
como verbo e imagen"". (Auer, J., Dios, uno y
del concepto de relación, utilizado a fondo por san
trino, Barcelona 1982, p. 321).
Agustín, en la explicación de la distinción de las
personas sin destruir su unidad en una sola esencia d. A la vez que todo lo dicho, hay que recordar
o sustancia. Vamos a ver ahora algunos pasajes de siempre que, a pesar de la distinción de las
distintos teólogos que nos van a ir permitiendo personas, se mantiene la unidad del ser divino,
comprender la función de la relación en la Trinidad. ya que esas relaciones, en cuanto distintas, no
a. La relación, dice el teólogo alemán Seeberg, ci- se dicen según la sustancia del ser divino, sino
tado por Courth (o.c., 186), es "la línea más según la relación, y por eso esta sustancia se
suave y delicada que se puede encontrar para mantiene sin división y la misma (cf. La Trini-
marcar de algún modo las diferencias en el ser dad 5, 5, 6).
divino, sin alterar con ello su unidad con pesa-
das categorías". En efecto, la noción de las LAS SEMEJANZAS DE LA TRINIDAD EN EL
personas divinas como relaciones nos hace ver ESPÍRITU HUMANO
que son distintas: "Pues ninguno de ellos es
por sí mismo Padre o Elijo, sino que lo son 1. Otra característica fundamental de la teología trini-
el uno para el otro" (La Trinidad 5, 5, 6). Y taria de san Agustín la constituyen las llamadas
aplicando también esto al Espíritu Santo, que analogías o semejanzas por él descubiertas de ca-
recibe el ser divino del Padre y del Hijo, nin- da una de las personas divinas con diferentes di-
guno de los dos es por sí mismo dador o recep- mensiones de la interioridad del ser humano.
tor, sino que lo son ambos para el otro; ya que Ahora no se trata ya de ver cómo se distinguen las
no puede haber un dador sin receptor, ni éste personas sin menoscabo de la unidad del ser divino,
puede existir como tal receptor sin el primero. sino de hacernos una idea, aunque sólo sea aproxima-
Todo esto se concretó en la célebre fórmula da, de lo que son cada una de las personas divinas y
agustiniana que se ha hecho clásica: "En Dios su característica diferencial con respecto a cada una de
todo es uno, excepto lo que se dice de cada las otras. Para ello san Agustín busca semejanzas en
persona con relación a las otras" (La ciudad las cosas creadas, especialmente en la estructura tri-
de Dios 11, 10, 10). San Agustín, pues, identifi- dimensional de la vida interior del ser humano. San
ca las relaciones con las personas divinas. Él Agustín parte de que en la Biblia se nos dice que el
tiene la capacidad "para entender estas sutiles hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios
diferencias como realidades objetivas e identifi- (Génesis 1, 26). Desde ese supuesto, y en consecuen-
carlas con las personas" (Scheffczyk, L., Myste- cia, se lanza a indagar las profundidades de la interiori-
rium Salutis, II, Madrid 1969, 240). dad espiritual humana para encontrar en qué radican y
b. Courth dice también: "Así, pues, los conceptos en qué consisten esa imagen y semejanza del Dios uno
relacionales de Padre e Hijo permiten a san y trino constituidas en la naturaleza de su espíritu.
Agustín entender sobre todo a las personas tri- Ya en las Confesiones nos hace ver el sentido circular
nitarias como relaciones. El Padre sólo lo es en de la vida del alma, que nos permite hablar de tres di-
relación con el Hijo, y éste sólo es Hijo en rela- mensiones fundamentales distintas, pero que forman
ción con el Padre. Lo específico del Espíritu una unidad indivisible: "Ser, conocer y querer. Porque
Santo en este nudo de relaciones es el ser don yo soy, y conozco, y quiero. Soy sabiendo y que-
mutuo del Padre y el Hijo, el vínculo amoroso riendo; sé que soy y quiero; y quiero ser y conocer"
que une a ambos" (o. c., 187). (Confesiones 13, 11, 12). En cada círculo he subrayado
c. Finalmente, otro autor moderno nos describe la el primer elemento de la tríada para que sea vea que,
importancia de la relación introducida con todas por ser circular la vida espiritual humana, cada uno de
las consecuencias por san Agustín en la teolo- sus tres elementos fundamentales se refiere a los otros
gía acerca de la Trinidad: "Donde llega a adqui- dos, formando una unidad indivisible, a la vez que son
rir una importancia decisiva el concepto de re- distintos. En lo cual estaría la imagen y semejanza de
lación es en la teología latina de Occidente. la Trinidad, que es una e indivisible, pero que contiene
Aquí hay que mencionar a Agustín, que en su tres personas distintas. Agustín considera que todos
libro V, capítulos 6-13, de su obra La Trinidad, podemos hacer esa introspección dentro de nosotros y
aplica ese concepto, cuando escribe: "Como el descubrir esa imagen y semejanza con la Trinidad.
Elijo se relaciona con el Padre, así se rela- Pero, sin embargo, advierte: "Cada uno está delante
ciona el ser engendrado con el ser ingénito de sí; atienda por tanto a sí mismo y háblame des-
... En su relación al Padre se llama Elijo ... pués. Y cuando hubiere hallado algo en esas cosas
Engendrado (el Elijo), no engendrado (el y hubiese hablado, no por eso piense ya haber ha-
Padre)..., ambos conceptos se mueven den- llado aquello que es inconmutable sobre todas las
tro del modo de ser de la relación ... La Tri- cosas, y existe inconmutablemente, y conoce in-
nidad puede llamarse Espíritu Santo (refi- conmutablemente, y quiere inconmutablemente"
riéndose al ser divino), mas cuando aplica- (Ibídem). El misterio del Dios uno y trino siempre se
mos la expresión como nombre propio es mantiene y supera toda capacidad intelectual humana.
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
En la obra La Trinidad encuentra san Agustín otras posee tres facultades, es una persona; mas no así
analogías en el espíritu humano un tanto diferentes. en la Trinidad, donde existen tres personas: el Pa-
Tenemos la trilogía mente- conocimiento-amor, de la dre del Elijo, el Hijo del Padre y Espíritu del Padre y
que afirma: "Es una cierta imagen de la Trinidad la del Elijo" (La Trinidad 15, 23, 43).
mente o intelecto, el concepto o idea que es su hijo
Ya antes, en el libro V de la misma obra, nos hace ver
y su palabra; y, en tercer lugar, el amor; y estas tres
el misterio trinitario en su sublime superioridad sobre la
cosas son una sola sustancia" (La Trinidad 9, 12,
inteligencia. El misterio en la Trinidad consiste y está en
18). En la mente o intelecto estaría la semejanza del
que todo lo que sustancialmente se dice de Dios se
Padre, en el concepto estaría la del Hijo, y en el amor,
dice en singular de cada una de las personas y también
la semejanza del Espíritu Santo.
de la Trinidad: "Así decimos que el Padre es Dios, el
También tenemos la tríada memoria- inteligencia- Hijo es Dios y el Espíritu Santo es Dios, y nadie
voluntad. Las tres constituyen una unidad esencial y duda que Dios sea sustancia; sin embargo, no hay
una trilogía relativa. La memoria es la semejanza del tres dioses, sino un solo Dios, que es la Trinidad" (La
Padre, la inteligencia lo es del Hijo y la voluntad lo es Trinidad 5, 8, 9). Por consiguiente, el Padre es Dios
del Espíritu Santo (cf. La Trinidad 10, 11, 17-19). entero y total, el Hijo es Dios entero y total, y el Espíritu
Santo es Dios entero y total; y, sin embargo, no son
Por eso se dice que el Hijo procede del Padre por vía
tres dioses, sino uno solo, que es la Trinidad.
de conocimiento, mientras que el Espíritu Santo proce-
de del Padre y del Hijo por vía de amor. Dicho de otra forma: estas semejanzas encontradas en
el espíritu humano nunca son las mismas en la realidad
2. Las analogías o semejanzas que encuentra san
de la Trinidad. Ya que en ésta, al contrario de aquellas
Agustín en la interioridad del ser humano con res-
semejanzas, cada una de las personas divinas se iden-
pecto a la Trinidad le permiten describir mejor las
tifica con el ser divino. Es decir, el Padre no es una
características personales que definen a las perso-
parte del ser de Dios, sino todo el ser de Dios, el Hijo
nas divinas y las distinguen entre sí. Apoyándonos
tampoco es una parte del ser de Dios, sino todo el ser
en la explicación de la doctrina trinitaria de san
de Dios; y el Espíritu Santo, asimismo, tampoco es una
Agustín, elaborada por un importante teólogo ac-
parte del Dios, sino todo el ser de Dios. Y, sin embargo,
tual, vamos a ver esto referido al Espíritu Santo,
son tres personas realmente distintas. En todas estas
que es la persona divina más difícil de describir: "El
afirmaciones verdaderas a la vez radica el misterio de
Espíritu Santo es algo común al Padre y al Hijo, y
Dios uno y trino.
este algo común es, en definitiva, la comunión eter-
na identificada con la caridad. Se ha indicado pre- Ese misterio es lo que pretende poner de relieve la
viamente que el Espíritu Santo es aquel en el que célebre leyenda del niño encontrado por Agustín en la
uno y otro se unen, en el que el Padre ama al Hijo y playa, que quería meter toda el agua del mar en un
el que ha sido engendrado ama al que lo engendra pequeño pozo que había hecho con sus manos: ni si-
(La Trinidad, 6, 5, 7). Así el Padre y el Hijo no se quiera en la gran inteligencia de Agustín, apostilla el
unen por uno de ellos dos, tampoco por una autori- ángel en forma de niño, cabe el misterio de la triunidad
dad que les sea superior, sino por el Espíritu que divina.
no les es ajeno (La Trinidad, 6, 5, 7). La donación
de este Espíritu en común, que para Agustín, como
sabemos, lleva a la idea de la procesión en común, RESUMEN DOCTRINAL: HUMILDAD ANTE
propicia también la concepción del Espíritu como
EL MISTERIO Y PLEGARIA
comunión y amor de los dos, una comunión que só-
lo en esta procesión puede realizarse. El Espíritu LO que está escrito al final del tratado agustiniano so-
Santo es común a los dos, y en cuanto es de los bre la Trinidad son tres cosas: a) un resumen de la
dos es llamado propiamente amor, caritas, que une doctrina trinitaria; b) el humilde reconocimiento de que
al Padre y al Hijo (La Trinidad 15, 19, 37)" (Ladaria, el misterio le sobrepasa; c) una hermosa oración.
L. D., La Trinidad. Misterio de comunión, Secreta-
a. Un resumen del dogma de la Trinidad, Dios uno y
riado Trinitario, Salamanca 2002, pp. 225-226).
trino, y sus principales bases bíblicas: "Señor y
Dios mío, en ti creo, Padre, Hijo y Espíritu San-
to. No diría la Verdad: Id, bautizad a todas las
QUEDA EL MISTERIO gentes en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
EL misterio de Dios como uno y trino siempre se man- Espíritu Santo (Mateo 28, 19), si no fueras Trini-
tiene a pesar de todas las explicaciones. El libro XV, dad. Y no mandarías a tus siervos ser bautiza-
último de su obra La Trinidad, lo dedica san Agustín, en dos, mi Dios y Señor, en el nombre de quien no
gran parte, a poner de manifiesto la abismal diferencia es Dios y Señor. Y si tú, Señor, no fueras al
entre las imágenes que hay en el alma humana y la mismo tiempo Trinidad y un solo Dios y Señor,
realidad de la divina Trinidad. Recogemos un texto: "En no diría la palabra divina: Escucha, Israel; el
la Trinidad excelsa, incomparablemente superior a Señor, tu Dios, es un Dios único (Deuteronomio
todas las cosas, es tan acentuada la inseparabilidad 6, 4). Y si tú mismo fueras Dios Padre y fueras
que, mientras una trinidad de hombres no se puede también Hijo, tu palabra Jesucristo, y fueras
llamar un hombre, en ella se dice y es un solo Dios, también el mismo el Espíritu Santo vuestro Don,
y la Trinidad no existe en un Dios sino que es un no leeríamos en las Escrituras canónicas: Envió
Dios. En esta imagen que es el hombre, aunque Dios a su Hijo (Gálatas 4, 4; Juan 3, 17); y tú, !oh
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
Unigénito!, no dirías del Espíritu Santo: Que el por ejemplo, el Hijo se ofrece al Padre por medio
Padre enviara en mi nombre (Juan 14, 26); y: del Espíritu Santo. Ya desde el comienzo se invoca
Que yo os enviaré de parte del Padre (Juan 15, a la Trinidad, y las oraciones se dirigen al Padre por
26)" (La Trinidad 15, 28, 51). intercesión del Hijo y con la fuerza del Espíritu San-
to.
b. La humildad ante el misterio. Dialogando consigo
mismo dice: "No puedes, lo sé no puedes fijar tu "En la liturgia de la Iglesia, la bendición divina es ple-
pupila en este misterio, ni percibirle con clari- namente revelada y comunicada: el Padre es reconoci-
dad y distinción. Digo la verdad; me la he dicho do y adorado como la fuente y el fin de todas las bendi-
a mí mismo, sé que no puedo... Mas ¿cuál es la ciones de la Creación y de la Salvación; en su Verbo,
causa sino tu flaqueza, de que no puedas mirar encarnado, muerto y resucitado por nosotros, nos col-
de hito en hito la luz? ¿De dónde te viene tan ma de sus bendiciones y por él derrama en nuestros
extremada miseria, sino de tu culpa? Y ¿quién corazones el don que contiene todos los dones: el Espí-
sana todas tus dolencias, sino aquél, que es ritu Santo.
propiciación por tus pecados? Cerraré, pues, Se comprende, por tanto, que en cuanto respuesta de
este libro con el broche de la plegaria, no con la fe y de amor a las bendiciones espirituales con que el
discusión" (La Trinidad 15, 27, 50). Padre nos enriquece, la liturgia cristiana tiene una do-
ble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida a su Se-
a. Agustín recurre a la oración, consciente de que sólo
ñor y "bajo la acción del Espíritu Santo" (Lc 10, 21),
con la ayuda de Dios ha podido decir algo no del
bendice al Padre "por su don inefable" (2 Co 9, 15)
todo indigno de Dios: "Fija la mirada de mi aten-
mediante la adoración, la alabanza y la acción de gra-
ción en esta regla de fe, te he buscado según
cias. Por otra parte, y hasta la consumación del desig-
mis fuerzas y en la medida en que tú me capaci-
nio de Dios, la Iglesia no cesa de presentar al Padre la
taste, y anhelé ver con mi inteligencia lo que
ofrenda de sus propios dones y de implorar que el Espí-
creía mi fe; y mucho especulé y me afané. Señor
ritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma,
y Dios mío, mi única esperanza, óyeme para que
sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que
no sucumba al desaliento y deje de buscarte;
por la comunión en la muerte y en la resurrección de
ansié siempre tu rostro con ardor. Dame la fuer-
Cristo-Sacerdote y por el poder del Espíritu estas ben-
za de buscarte, tú que te dejas encontrar y que
diciones divinas den frutos de vida "para alabanza de la
me has dado la esperanza de poder encontrarte
gloria de su gracia" (Ef 1, 6)". (Catecismo de la Iglesia
cada vez más. Ante ti están mi fuerza y debili-
Católica, nn. 1082-1083).
dad; conserva aquélla, sana ésta. Ante ti esta mi
saber y mi ignorancia. Allí donde tú me has 2. En cuanto a la espiritualidad, es la más elevada la
abierto, acoge a quien entra; allí donde has ce- que a lo largo de la historia, y ciertamente en los
rrado, abre a quien llama. Haz que me acuerde casos más exquisitos, ha convertido en vida la doc-
siempre de ti, te entienda y te ame. Haz crecer trina trinitaria, que así se hace eco de los pensa-
todo esto en mí hasta que me transformes to- mientos de los grandes teólogos, especialmente de
talmente" (La Trinidad 15, 28, 51). san Agustín. Sería equivocado, por tanto, pensar
que la Trinidad es un misterio frío, un intento impo-
Las últimas palabras de la ingente obra son las siguien-
sible por asomarse a la intimidad de Dios, un estre-
tes: "Señor, Dios uno y Dios Trinidad, cuanto con tu
llarse ante lo incomprensible. Todo lo contrario, la
auxilio queda dicho en estos mis libros conózcanlo
Trinidad es la vida de Dios y la vida es comunica-
tus fieles; si algo hay en ellos de mi cosecha, per-
ción. Dios es un absoluto de amor, es el amor total.
dóname tú. Señor, y perdónenme los tuyos. Así
Ama eternamente, se comunica eternamente, habla
sea" (La Trinidad 15, 28, 51). Podrá sorprender que
eternamente.
san Agustín pida perdón por si hay en la obra algo de
su cosecha. Se entiende que pide perdón porque con- Así han entendido los santos a Dios y el modelo trinita-
sidera que todo lo que viene de él mismo no vale nada; rio ha servido de referencia ejemplar en sus vidas. Te-
sólo vale lo que, de una manera u otra (la Escritura, la nemos el caso, de notable actualidad, de la beata sor
Tradición, la iluminación de la gracia), viene de Dios. Isabel de la Trinidad. Su vida, en conformidad con su
San Agustín, después de haber hecho una ascensión nombre, fue un intento, en gran medida conseguido, de
dialéctica hasta la cima del espíritu, donde brilla la ima- presencia, diálogo y unión con Dios uno y trino. Como
gen de Dios, experimenta su limitación, la distancia que exponente de esa vida trinitaria tenemos la siguiente
le separa del misterio. oración, llena de sublime devoción:
LA TEOLOGÍA DE LA TRINIDAD Y LA VIDA "¡Oh Dios mío, Trinidad a quien adoro! Ayúdame a olvi-
darme totalmente de mí, para instalarme en Ti, inmóvil
CRISTIANA y serena, como si mi alma estuviera ya en la eternidad.
1. Se suele pensar que la revelación bíblica acerca de Que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de Ti,
Dios Trinidad y la teología que intenta explicarla, mi Dios inmutable, sino que cada momento me sumerja
por su dificultad y elevación, no influye ni puede in- más adentro en la profundidad de tu Misterio. Pacifica
fluir en nuestra vida de cristianos. Sin embargo, la mi alma, haz en ella tu cielo, tu morada más querida y
espiritualidad cristiana, que se basa en la liturgia, el lugar de tu descanso... ¡Oh mis Tres, mi Todo, mi
está impregnada de Dios Trinidad. La administra- eterna Bienaventuranza, Soledad infinita, Inmensidad
ción o confección de todos los sacramentos está donde me pierdo! Me entrego a Ti como víctima. Abís-
presidida por la Trinidad divina. En la Eucaristía, mate en mí para que yo me abisme en Ti, hasta que
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Revelación del Dios único como Trinidad
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
Iglesia, predicadores incansables de la divina pa- de responsabilidad eclesial que él mismo denomi-
labra y maestros insignes en la fe y celosos guar- na en otro lugar como "apremio": "la caridad de
dianes de la tradición. San Agustín y la Iglesia en Cristo nos apremia [Caritas Christo urget nos]" (2 Corin-
concreto, igual que san Agustín y el ecumenismo, tios 5, 14). En el ecumenismo apremia tanto la
son asuntos cuya reconocida actualidad es posi- caridad como la verdad. Se completan.
ble probar por múltiples razones, que aquí van a ir
"Todos los hombres -dejó dicho el Vaticano II- están
por vía de resumen bajo tres titulares, a saber:
obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo referente
por su apasionado amor a la verdad, por su teolo-
a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y
gía de la unidad y por su teología de la catolici-
practicarla. [...] Por razón de su dignidad, todos los
dad. La controversia librada con el Cisma, tam-
hombres [...] son impulsados por su propia naturaleza a
bién llamado Partido, inclusive Iglesia donatista,
buscar la verdad, y además tienen la obligación moral
le sirvió a nuestro inmortal neoplatónico de caña-
de buscarla, sobre todo la que se refiere a la religión.
mazo para elaborar la hermosa y por tantos títulos
Están obligados, asimismo, a adherirse a la verdad
plausible teología de la unidad. Hablar entonces
conocida y a ordenar toda su vida según las exigencias
de san Agustín y el ecumenismo resulta más que
de la verdad [...]. Ahora bien, la verdad debe buscarse
legítimo; se hace de todo punto conveniente y
de modo apropiado a la dignidad de la persona humana
hasta diría yo que necesario.
y a su naturaleza social, es decir, mediante la libre in-
PARA EL DIÁLOGO vestigación" (Dignitatis humanae. Declaración sobre la
libertad religiosa 1.2.3). Esta imperiosa búsqueda, y
¿Sabrías distinguir entre la aspiración de la
el consiguiente logro y su íntima vivencia, es
Iglesia a la unidad cristiana y qué implica la
cuanto ya san Agustín acertó a exponer de modo
gracia del ecumenismo suscitada por el Es-
admirable en sus obras.
píritu Santo?
El amor a la verdad resulta casi obsesivo en sus
¿Puedes precisar convergencias y diver-
escritos de puro volver y volver a ella, a su influjo,
gencias entre ecumenismo, diálogo interre-
a su protagonismo. Acaba siendo cuestión de ta-
ligioso y diálogo con la increencia? Apura
lante; estilo de vida; actitud, querencia; algo defi-
los matices a la hora del análisis.
nitorio del personaje de marras. Lo que más reful-
¿Tiene sentido hablar de san Agustín en el ge de su camino hacia la conversión y de su
ecumenismo actual? Razones a favor o en quehacer apostólico -a fin de cuentas ininterrum-
contra. Ilustra su servicio a la unidad desde pido proceso de conversión en clave de búsque-
la polémica donatista. da- es siempre, de modo invariable, su ansia de
verdad, su amor a la verdad, su desposorio con la
verdad. Había tenido antes san Justino análogos
II. AMOR A LA VERDAD deseos, y después del hijo de Mónica, el de tan-
tas lágrimas, será un numeroso ejército de santos
EL Concilio Vaticano II apostó por el movimiento y pensadores el que se apunte a la cita. El famo-
ecuménico en una época de cambios convertida so cardenal Newman la cantó y amó y glosó con
con el correr del tiempo en mercancía de toma y resonancias agustinianas. Vive Agustín de Hipo-
daca, en moneda de globalización y postmoderni- na, sí, en sostenido afán de búsqueda, antes y
dad. Obispos y teólogos trabajaron entonces sin después de convertido, consciente de que "nues-
darse un punto de sosiego, y aquel momento por tra ocupación, no leve ni superflua, sino necesaria y
tantos conceptos esperanzador y profético lo vi- suprema, es buscar con ahínco la verdad" (Contra
vieron muchos corazones alegres como un nuevo los académicos 3, 1, 1) llevando, como indispensa-
Pentecostés. Circunstancias de mil colores se ble requisito, una vida digna y ordenada, pues "se
encargaron luego de ir reduciendo la esplendoro- equivoca -dirá-, quien piensa que puede encontrar
sa llama de aquel cirio pascual a este pábilo vaci- la verdad viviendo desordenadamente" (El combate
lante, a este fuego mortecino y sin calor de nues- cristiano 13, 14).
tros días. La frustración, es natural, cunde hoy en
no pocos espíritus antes entusiastas y ahora, por Nada desea el alma tanto como la verdad. Así nos
el contrario, empeñados en ver por el horizonte lo viene a decir él con su inconfundible estilo:
sólo nubes y desesperanza. "¿Ama algo el alma con más ardor que la verdad?
¿Para qué el hambre devoradora? ¿Para qué el de-
No es cuestión de analizar ahora las raíces del seo de tener sano el paladar interior, capaz de des-
fenómeno, pero sí de asegurar que cuantas veces cubrir la verdad, sino para comer y beber la sabidu-
la navecilla de la Iglesia intente hacerse a la vela ría, y la justicia, y la verdad, y la eternidad?" (Tra-
de una nueva singladura renovadora poniendo al tados sobre el Evangelio de San Juan 26, 5). Pero
día estructuras e instituciones, tendrá que ser a como la verdad no sólo es algo, sino ante todo
base de volver al céfiro blando del Espíritu septi- Alguien, de ahí que su aserto y exhorto hagan
forme. Animado de pneumatología, ya san Pablo recaer el acento mayormente en Dios, suprema
había escrito la famosa frase a los efesios, com- Verdad. Con hondura de pensamiento predicará:
pendio de sublime ecumenismo: "obramos la verdad "El Padre es, pues, para el Hijo verdad, origen ve-
en el amor" [Veritatem autem facientes in caritate] (Efe- raz; el Hijo es la verdad, nacida del Padre veraz"
sios 4, 15), y lo hizo tocado de ese diáfano sentido (Sermón 14, 9). Están en ella la verdadera vida y
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
la libertad sin condicionantes ni paliativos, y de El ardiente deseo de llegar a la verdad, por tanto,
ahí que los mártires, "que no quisieron abandonar da por supuesta la sincera práctica de la caridad.
la verdad por la vida, muriendo por la verdad, vivie- Lo dejó expuesto san Agustín en la sonora frase
ron" (Comentarios a los Salmos 118, sermón 21, 1). "me inflamo en el amor de la verdad a indagar" [ra-
pimur amore indagandae veritatis], dice en un sonoro
Para cuanto afecta al ecumenismo importa mucho
latín (La Trinidad 1, 5, 8) por cuyo medio el filósofo
convencerse de que la verdad no es monopolio de
y teólogo juntos que en él había vienen a dejarnos
nadie. Tiene nuestro Hiponense al respecto una
entrever que la voluntad de aquel inquieto busca-
frase que, en el asunto aquí tratado, valdría para
dor de verdades es que, cuanto dicha bella frase
lema de cualquier semana o congreso: "No sea la
comporta, reine siempre en el compartir. Sólo de
verdad ni mía ni tuya para que sea tuya y mía"
ese modo la verdad será común por el amor. "Tu
(Comentarios a los Salmos 103, 2, 11): además del
verdad -confiesa delante de Dios- no pertenece ni
gran mensaje que sustenta, es también, si bien se
a mí ni a cualquier otro, sino a todos nosotros, y tú
mira, expreso modo de recordarnos el apremio de
nos llamas públicamente a participarla, con este
compartir. Porque la verdad, como el amor, como
terrible aviso, de no pretender la posesión privada
la teología y la misma gracia incluso, es difusiva;
para no ser privados de ella. Aquel que exige como
es decir, transitiva; o sea, comunicable. Es preci-
propio aquello que has puesto a disposición de
so amar la verdad, sí, pero el modo mejor de ha-
todos, viene rechazado del patrimonio común hacia
cerlo será siempre compartiéndola, lo que denota
lo suyo, es decir, de la verdad a la mentira" (Confe-
que es preciso comunicarla. Quien está alegre,
siones 12, 25, 34). Se requiere, primero, "hacer la
trata siempre de comunicar su alegría al entorno.
verdad en el propio corazón" (ib. 10, 1, 1), porque
Si de la fe ha dicho Juan Pablo II, y lo repite a "todo cristiano bueno y verdadero (ecumenista y
menudo, en frase feliz por cierto, que crece dán- ecumenólogo, hubiera escrito ahora) comprende
dola, y ésta, podríamos añadir nosotros ahora con que la verdad en cualquier sitio en que se descubra,
espíritu agustiniano, como mejor se da es dándo- es del Señor" (La doctrina cristiana 2, 18, 28).
se uno mismo al darla, algo parecido cabría decir
Urge llevar a este mundo tecnológico, distraído e
de la verdad. No es posible vivirla de forma inhi-
indiferente, pero tan necesitado de evangeliza-
bida, egoísta, negadora y retráctil; hay que probar
ción, el mensaje ecuménico total. Y es que el
más bien a enriquecerse comunicándola. Fue X.
ecumenismo no se reduce, en contra de lo que
Zubiri quien llegó a introducir -emplear por lo me-
algunos opinan, a sólo promover la restauración
nos- un neologismo, de corte filosófico si se quie-
de la unidad cristiana. Aspira también a dilatarla,
re, pero de indudable adaptabilidad a otros cam-
comunicarla, fomentarla y enriquecerla una vez
pos del saber y que pudiera servir en lo que ahora
conseguida. Y aquí es donde brilla la faceta, si
expreso, cuando se despachó diciendo que la
cabe, más impresionante y aleccionadora del ma-
verdad verdadera. Así como se debe aceptar la
gisterio agustiniano en lo que a evangelización
corrección de los hermanos y, si dicen verdad,
ecuménica concierne: "Aquel a quien hay que en-
hasta de los mismos adversarios (La Trinidad 2, 9,
contrar — dice refiriéndose a Dios (principio váli-
16), cumple también amar la verdad allí donde
do también para la Verdad y para la Unidad)- está
esté y, justo por eso, compartirla con quienes la
oculto, para que le sigamos buscando; y es inmen-
tengan.
so, para que, después de hallado, le sigamos bus-
Ahora bien, compartirla es tanto como propagarla cando [...] Porque llena la capacidad de quien le
por doquier al objeto de que los que no la tienen, busca y hace más capaz a quien le halla, para que,
buscándola, la encuentren y, una vez encontrada, cuando pueda recibir más, torne a buscarle para
aspiren a seguir buscándola, porque la verdad, verse lleno" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan
misterio de Dios al fin, siempre resulta susceptible 63, 1).
de mayor conocimiento y, por tanto, de inagotable
Se impone, por eso, conquistar a diario la verdad
posesión. Lo cual es proyecto y programa y quin-
para no acabar perdiéndola a fuerza de creer uno
taesencia de la actitud que ha de exhibir el verda-
que la tiene conquistada. Su archirrepetida frase:
dero ecumenista. Es eso -esto es, ecumenista y
"Se le busca [a Dios] para que sea más dulce el
ecumenólogo de raza-, quien aspira a vivir despo-
hallazgo, se le encuentra para buscarle con más
sado con ella. Amar la verdad, pues, y desenten-
avidez" (La Trinidad 15, 2, 2) denota, al bies de un
derse del ecumenismo son dos conductas antagó-
reposado análisis teológico — místico, incesante
nicas. Porque el ecumenismo dista mucho de re-
proceso de búsqueda y de enriquecimiento. En
ducirse a parafernalia de gestos espontáneos,
clave ecuménica dista toto coelo de significar que
palabras amables, frases elegantes y delicadas.
la unidad no se termine de conseguir nunca. Quie-
No. Es eso el ecumenismo, sí, pero siempre y
re decir, más bien, que su logro conlleva un pro-
cuando todo ello sea trasunto del Evangelio y re-
ceso de apasionada y mantenida búsqueda de
fleje disponibilidad al llamado diálogo teológico, que
Dios, la cual será más fácil, dulce, sublime si
es el propio de la fe. Sólo cuando se haga comu-
quienes aspiran a ello proceden unidos. Algo así
nional y abierto a las realidades humanas, sensi-
acontece con esta actitud suya: "Quien esto lea, si
ble a los problemas de la teología, el mencionado
tiene certeza, avance en mi compañía; indague
cúmulo de gestos podrá denominarse con razón
conmigo, si duda; pase a mi campo cuando reco-
diálogo de la caridad.
nozca su error, y enderece mis pasos cuando me
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
extravíe" (La Trinidad 1, 3, 5). Hoy es buscar juntos Willebrands, J. Card., Una sfida ecumenica, Veruc-
la unidad. Mañana, unidos (¡Dios lo quiera!), vivir chio 1995, pp. 39-55). Parece de sentido común
la Verdad en y desde la Unidad. Pero antes habrá recordar que las dos naturalezas de Cristo consti-
que acabar con el escándalo de las divisiones tuyen uno de los ejes de fuerza en la cristología,
eclesiales. la cual destaca la profundísima unidad en Cristo,
cuyas dos naturalezas conviven, actúan, se
Entre los valientes pasos del Papa Juan Pablo II
acompasan regidas por una sola Persona. Fue
en el ecumenismo de estos albores trimilenarios
argumento básico de la patrística, en Éfeso y Cal-
destaca el que posiblemente se lleve la palma, o
cedonia. Todo lo que Jesucristo hace, dice, pade-
sea, la petición de perdón, algo, si bien lo entende-
ce, vive de y en esta unidad orientado a que todos
mos, que arraiga en lo más íntimo de la condición
sean uno (Juan 17, 21). A causa de la unidad Jesús
humana, pecadora de suyo, pero, gracias a la
acepta la muerte de cruz, de modo que podemos
redención de Cristo, también santificadora, glorifi-
afirmar con Pablo que por la sangre de su cruz se
cadora y salvadora. El Papa no se cansa de repe-
establece la paz unificante (Colosenses 1, 20). La
tir que es preciso primero, en el camino de la re-
unidad, pues, está en el signo de la cruz de Cristo.
conciliación ecuménica, purificar la memoria,
Así lo subrayaba también el Consejo Ecuménico
echar un vistazo al pasado, reconocer la propia
de las Iglesias en Evanston, allá en 1954: "La Igle-
culpa y reconciliarse los hermanos entre sí para
sia encuentra su unidad en su Señor crucificado y resu-
hacerlo todos con Dios [Langa, P., "Memoria, Re-
citado, al introducirse en su padecer por la redención
conciliación y Ecumenismo", Pastoral Ecuménica,
de un mundo pecador y desgarrado" (González Mon-
51 (2000), 39-56]. Purificar la memoria, pues, re-
tes, A., Enchiridion Oecumenicum, Salamanca 1986,
dunda en bien de la verdad; es hacer la verdad.
I, n. 756). Unidad, en suma, a precio de sangre,
Hay que mecer a esa verdad en el regazo de la
de raíz cristológica, con alcance eclesial.
memoria. Sólo entonces las Iglesias sabrán depo-
ner posturas preconcebidas que, a la postre, im- Y viene a cerrar el argumento la pneumatología:
piden dar pasos adelante en la urgente y difícil Agente de la unidad, Persona del Amor en el seno
carrera del ecumenismo. trinitario, el Espíritu Santo es el artífice del ecu-
menismo justo porque es él quien la centra, reali-
za y fomenta. La unidad tiene en él a su más su-
III. TEOLOGÍA DE LA UNIDAD blime, misterioso y cualificado autor, al más cum-
plido y soberano protagonista. El punto de unidad
EL Concilio Vaticano II emplazó la teología de la de la Iglesia, al cabo, no lo constituyen cosas,
unidad en la estructura misma de la Iglesia, visi- hechos, ideas, sino Alguien, es decir, Dios Padre
ble Pueblo de Dios a la vez que misterio. No po- y Jesucristo, hacia el que en cuanto origen, curso
día ser de otra manera después de haberlo hecho y meta el Espíritu ordena, asigna y promete a to-
así Jesús en la memorable tarde del Jueves Santo dos y a todo. Empuja suave y enérgico el Espíritu
durante la sacerdotal plegaria del que todos sean a los creyentes para que sean uno en Dios al ha-
uno (Juan 17, 21). Y es que la unidad, para empe- cerse en él cada vez más uno, y al saberse en él
zar, arraiga en el misterio mismo de la Trinidad, y a él unidos. Así resulta que Pentecostés supone
fuente aborigen de la eclesiología según deja en- a la postre para la Iglesia el gran signo de que el
tender el Decreto de ecumenismo cuando dice: Señor cumple sus promesas. Viene a ser garantía
"Éste es el misterio sagrado de la unidad de la Iglesia, de que también cumplirá esa promesa de unidad
en Cristo y por Cristo, obrando el Espíritu Santo la va- en su Iglesia. De modo que se puede afirmar,
riedad de las funciones. El supremo modelo y supremo concluyendo, que el Espíritu Santo es el motor, el
principio de este misterio es en la trinidad de personas alma, la energía, inclusive la Persona de la Uni-
la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu dad. Unidad, en resumen, con sabor trinitario,
Santo" (Unitatis redintegratio, Decreto sobre el ecu- cristológico y pneumatológico que expone y cuida
menismo 2). También lo recordó años atrás Juan con mimo el Obispo de Hipona.
Pablo II a los obispos europeos de diversas Igle-
sias: "Por su unidad en la misma Iglesia, los discípulos A ellas cumple añadir todavía la apostólica y la
de Cristo permitirán descubrir a sus hermanos el miste- eclesial. Aquella unidad de la magna Iglesia, em-
rio de la Santísima Trinidad, comunión perfecta de pezando por los tiempos apostólicos, le fascina.
amor" (L'Osservatore Romano, n.° 13/23-03- 98, pp. Ello explica que, de puro tenerla en el corazón y
6 y 12). La Trinidad adorable, pues, resulta ser proferirla con los labios, la colocase como refe-
inagotable manantial de unidad. Cuanto más in- rencia obligada en el dintel mismo de la Regla
tensa sea entonces la cercanía de los creyentes escrita para los monjes. Tampoco extrañe por eso
al Dios Trino, tanto más fuerte será el vínculo de que un argumento así de sustancial y básico recu-
su fraterna unión en cuanto individuos e Iglesias rra en el contencioso que libra contra los donatis-
[cf. Langa, P., "Dios Trinidad, vida compartida. tas. A fin de cuentas, la unidad de los hermanos
Reflexiones desde san Agustín", Religión y Cultura es un gozo muy grande, y el salmista sabe reco-
46/ 213 (2000), 273-299]. nocerlo. Agustín, basado en el salmo 132, ponde-
ra la unidad de la Iglesia a la luz de la que reinó
Pero la teología de la unidad pasa también por el en la Comunidad de Jerusalén: "Reconoce, pues,
misterio cristológico. Ecumenismo y cristología que es bueno y agradable vivir los hermanos en la
son argumento inmenso para encerrarlo aquí (cf. unidad, reconoce la barba de Aarón, reconoce la
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
orla del vestido espiritual. Pregunta a la misma Es- gunta martillea sobre el yunque de la obcecación
critura dónde comenzó a tener lugar esto: hallarás cismática: "¿porqué consumasteis el cisma?" (Car-
que fue en Jerusalén. A partir de esta orla del vesti- ta 87, 10). No hay causa que justifique un cisma
do se teje la unidad a través de todas las gentes" en la Iglesia. Se opone éste a la unidad de Cristo
(Réplica a las cartas de Petiliano 2, 239). y, en consecuencia, jamás podrá atribuírsele sen-
tido cristiano. Separarse de la unidad de Cristo,
Del movimiento ecuménico suele decirse que es
permanecer en una separación así es mal, un
gracia encaminada a restaurar la unidad. No fue
grande y grave mal. Semejante división no puede
otro el fin que el de Hipona se propuso en aque-
obedecer más que a los hombres, y hombres car-
llos casi cuarenta años de controversia con el
nales, "en sentido animal, ya que el hombre animal
Cisma. Todo el rico vocabulario acerca de la
no percibe las cosas del Espíritu de Dios (1Cor 2,
reunión, con verbos como accedere, communicare,
14), es el que produce todas las disensiones y cis-
reconciliare, transire, etc., tiene por seguro puerto
mas" (El bautismo 1, 15, 23).
de forma permanente la unidad eclesial (cf. Lami-
rande, E., La Situation ecclésiologique des Donatistes San Agustín emplea palabras muy duras contra
d'après saint Augustin, Ottawa 1972, pp. 182-184; las divisiones en la Iglesia, a su entender siempre
C. Madrid, T., La Iglesia católica según san Agustín. reprobables. Se le hace inadmisible que una Igle-
Compendio de Eclesiología, Madrid 1994). Y luego sia fundada por Jesucristo para ser católica, esto
está la disposición unionista, que le venía de es, universal en la unidad de todos sus miembros,
temperamento, de juventud. Todavía presbítero, prefiera, aduciendo no sé qué razones (ninguna lo
escribe al cismático prelado Maximino, quien aca- justifica), la división a la unidad. Por eso mismo,
baría por cierto convirtiéndose a la católica: "Bien cualesquiera iniciativas que cultiven la unidad de
sabe el Señor no sólo que te amo, sino que te amo la Iglesia, que trabajen por la unidad de la Iglesia,
como a mí mismo, puesto que sé muy bien que te que propicien su restauración si ésta se hubiera
deseo los bienes que apetezco para mí" (Carta 23, roto, eso, en resumen, que hoy predomina en las
1). Un sentimiento análogo debió nutrir Juan XXIII aspiraciones ecuménicas de Unitatis redintegratio,
cuando mandó retirar lo de pérfidos judíos del será siempre muy de aplaudir. Se comprende,
Viernes Santo, y dispuso el lenguaje cordial de pues, que cuanto se haga, se escriba o se diga
hermanos separados (hoy ya superado). por vencer este obstáculo le sepa siempre a poco.
Esta dureza contra las divisiones eclesiales, por
otra parte, revela en nuestro autor el convenci-
IV. GLORIAS DE LA CATOLICIDAD miento de cuanto implica el anverso de la meda-
DEL escándalo de la división habló el Concilio y lla, o sea, el bien de la unidad, los beneficios que
sobre su inerte y rugosa realidad han venido pro- ésta reporta. Tan estrechamente juntas están ca-
nunciándose después ecumenistas y ecumenólo- ridad y unidad, y tan íntimamente vinculadas una
gos. Es éste un problema que todo teólogo que de y otra con la paz, que quien tiene la caridad no
ello se precie deberá encarar y esforzarse por puede ser cismático o hereje. La unidad por anto-
resolver. Con los matices diferenciadores y el nomasia es nombre de la Iglesia. También se lla-
sentido diacrónico del caso, se puede asegurar mó unidad a la única Paloma perfecta, y es distin-
que la doctrina agustiniana consigue aquí uno de tivo de la verdad. Pero esto no es todo. De lleno
esos puntos donde resulta de modo particular metido en la unidad, san Agustín la ensalza gozo-
insistente y reiterativo. Todo el afán de san Agus- samente y glosa sus efectos.
tín cuando la controversia dicha se centró en des- Los de la unidad son siempre formidables: en
enmascarar la monstruosidad inherente a cual- quienes la viven en medio del mundo, ella misma
quier cisma en cuanto cisma (cf. Langa, P., «Intro- hace que sean lumbreras y portadores de la pala-
ducciones y notas a los Escritos antidonatistas», bra de vida, porque la unidad sana a los miem-
en Obras completas de san Agustín, BAC, XXXII, XXIII bros enfermos. Comienza en ella a ser provecho-
y XXXIV, Madrid 1988, 1990 y 1994, respectiva- so lo que fuera resultaba inútil. Cubre el error de
mente). la flaqueza humana, con ella cualquier bien apro-
Estima nuestro Hiponense que ayudarse los pas- vecha, incluso en herejes y cismáticos. De ahí
tores de ambas Iglesias, católica y donatista, en que sea preciso saborear su dulzura; soportarlo
suprimir el error sería tanto como prestarse un todo antes que romperla. Bien muy grande, in-
recíproco servicio a base de obrar con buena in- menso, incomparable el de la unidad de la cari-
tención "para liquidar -dice él- esta calamidad de la dad, la que debe reinar en la Iglesia, tanto que
discordia" (Carta 33, 1). Distingue de manera podemos ver en ella el mismo don del Espíritu.
inequívoca entre la persona y el error, y demues- Estar en comunión con la unidad de la Iglesia re-
tra hasta la saciedad que hay que acabar con el porta señalado provecho y constituye imperiosa
error para salvar a la persona: "yo no estimo digno obligación de predicarla de forma ininterrumpida y
de honor alguno el error del cisma (de la separa- por doquier. Así lo declara al ilustre gramático
ción diríamos hoy), del que deseo curar a todos los Cresconio: "Predicamos en verdad con el auxilio
hombres, en lo que esté de mi parte" (Carta 33, 1- del Señor nuestro Dios la utilidad de la unidad (uni-
2). Absurda, condenable y escandalosa de veras tatis utilitatem), la piedad, la santidad; predicamos a
le parece la división eclesial. Tanto, que su pre- tiempo a los que lo quieren, a destiempo a los que
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
se resisten, y mostramos con todas nuestras fuer- mismo toda la fuerza de un axioma. La conclusión
zas que este asunto entre nosotros y el partido de podría resumirse en esta inquietante pregunta:
Donato ha quedado resuelto ya hace tiempo a favor ¿aman la unidad de la Iglesia quienes se desen-
y en contra de quienes lo ha sido" (Contra Cresconio tienden de asunto tan grave como el de la división
1, 8). de los cristianos?
La túnica inconsútil de Cristo, a la que tanto se Ya en las fechas patrísticas, pues, san Agustín se
alude hoy día desde un ecumenismo moderno, preocupó de lo que hoy podemos entender como
arranca de nuestro protagonista el siguiente co- evangelización ecuménica, comprendidos los cali-
mentario: "No tiene costuras para que se descosa, ficativos de pastoral urgente, necesaria, prioritaria
y se la lleva uno solo, porque reúne a todos en una e irreversible. Es muy cierto que el ecumenismo
unidad [...] Si esto lo referimos a lo que ella signifi- de ahora dista mucho del ecumenismo de enton-
ca, nadie que pertenece al todo está fuera de él, y ces, y sería por tanto ilusorio, amén de anacróni-
de este todo, según lo indica la lengua griega, le co, el querer constituir a san Agustín poco menos
viene el nombre de católica a la Iglesia" (Tratados que en uno de sus profetas. Pero no es menos
sobre el Evangelio de San Juan 118, 4). Porque sale verdad, a pesar de lo dicho, que en su doctrina se
fuera de cuestión que "no tienen la caridad de Dios palpa el esfuerzo, la valentía, el aliento y un re-
los que no aman la unidad de la Iglesia" (El bautismo doblado interés por las tesis nodulares del ecu-
3, 16, 21). Ya se ve, pues, qué alcance pudieran menismo de nuestros días. Así como genialidad e
tener para él, si hoy viviera, las actuales divisio- intuición. Y actitud abierta, distendida, conciliado-
nes intereclesiales, cuando tanto y tanto contradi- ra para dialogar y tender la mano, para crear es-
cen a la voluntad santísima de Cristo. pacios de comprensión y de entendimiento.
Comentando "para que el mundo crea", célebre apó- "Colocada la doctrina de la verdad en la cátedra de
dosis de Ut unum sint (Juan 17, 21), san Agustín, la unidad" (Carta 105, 16), con las Escrituras Sa-
de cuyo magisterio nunca se cansa uno de apren- gradas en común, ¿por qué en ellas no retenemos
der, lleva el acento a la fuerza de la fe: "Seremos en común a Cristo y a la Iglesia? Con un solo
una cosa -dice- no para creer, sino por haber creído Dios, una Iglesia, un bautismo en común, ¿por
[...] Que todos sean una sola cosa es lo mismo que: qué seguimos divididos? Dicen que la verdad es
Que el mundo crea, porque creyendo se hacen una la primera víctima de las guerras. La frase es
sola cosa" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan aplicable al campo ecuménico. Pero precisamente
110, 2). Precisión agustiniana, dicho sea con pro- por eso podemos añadir de igual modo que la
pósito de mayor claridad, que no parece baladí victoria es siempre de la verdad, jamás de los
para afrontar, por ejemplo, el problema de la hombres. El ecumenismo no tiene ni vencedores
communicatio in sacris u hospitalidad eucarística. Él ni vencidos; sólo un sencillo mensaje trimembre
explica seguidamente: "porque quienes con Él es- dirigido al corazón de la eclesialidad: predicar,
tuvieron entonces, predicaron a otros lo que escu- honrar y amar a la Iglesia. Así lo dijo un día san
charon de su boca; y su palabra, por dondequiera Agustín a propósito de la entrega del símbolo:
que la Iglesia se halle, llegó hasta nosotros para "Honrad, amad, pregonad también a la Iglesia santa,
que creyésemos, y ha de llegar a cuantos poste- vuestra madre, como a la ciudad santa de Dios, la
riormente han de creer quienesquiera que sean y Jerusalén celeste. Ella es la que fructifica en la fe
dondequiera que se hallen" (ib. 109, 1). Estupendo que acabáis de escuchar y crece por todo el mun-
protagonismo ecuménico de la fe, en todo caso. do: la Iglesia del Dios vivo, la columna y sostén de
la verdad" (Sermón 214, 11).
El de la caridad lo evidencia con el mandato nue-
vo de Jesús en la última Cena: "Este amor -aclara- Juan Pablo II se prevalió de la doctrina agustinia-
nos renueva para ser hombres nuevos [...] también na en la encíclica más ecuménica de todas las
ahora renueva a las gentes; y (es) el que de todo el suyas, la que trata «ex profeso» del empeño ecu-
género humano, difundido por todo el orbe, forma y ménico, la Ut unum sint (25.5.1995), al abordar
congrega un pueblo nuevo, cuerpo de la nueva Es- nada menos que el ministerio de unidad del Obis-
posa del Hijo unigénito de Dios" (ib. 65, 1) y el que po de Roma, o sea el punto acaso más conflictivo
hace que "seamos el cuerpo de tan excelente Ca- del ecumenismo de esta hora. Suena la cita, como
beza" (ib. 65, 2). Y aunque es cierto que "pocos siempre, certera, cordial, precisa: "Después de
son los que se aman con la fe que Dios sea omnia haber mostrado que Cristo es 'el único Pastor, en
in omnibus (1Cor 15, 28)" (ib. 83, 3), "no nos queda el que todos los pastores son uno', San Agustín
mas que decir -concluye en otro lugar- que el que concluye: Que todos se identifiquen con el único
ama tiene consigo al Espíritu Santo, y que teniéndo- Pastor y hagan oír la única voz del Pastor, para que
le merece tenerle más abundantemente, y que te- la oigan las ovejas y sigan al único Pastor, y no a
niéndole con mayor abundancia es más intenso su éste o a aquél; sino al único y que todos en él ha-
amor" (ib. 74, 2). Pocas luces hacen falta para gan oír la misma voz, y que no tengan cada uno su
colegir de aquí que la división de la Iglesia es un propia voz [...]. Que las ovejas oigan esta voz, lim-
bloqueo a esta maravillosa obra del Espíritu lla- pia de toda división y purificada de toda herejía
mada unidad. O sea, que su citada frase "no tie- [Sermón 46, 30]. La misión del Obispo de Roma en el
nen la caridad de Dios los que no aman la unidad grupo de todos los Pastores consiste precisamente en
de la Iglesia" (El bautismo 3, 16, 21) reviste por eso 'vigilar' (episkopein) como un centinela, de modo que,
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y el ecumenismo
gracias a los Pastores, se escuche en todas las Iglesias presente en los demás, a comunicarlo todos los
particulares la verdadera voz de Cristo-Pastor. Así, en días como gloriosa luz sobre nuestro camino. De
cada una de estas Iglesias particulares confiadas a la conversión de san Agustín, afirma Juan Pablo
ellos se realiza la Iglesia una, santa, católica y apostóli- II, se derivan múltiples y útiles enseñanzas, "no
ca. Todas las Iglesias están en comunión plena y visi- sólo para los creyentes, sino también para todos
ble porque todos los Pastores están en comunión con los hombres de buena voluntad" (Augustinum
Pedro, y así en la unidad de Cristo" (n. 94). Hipponensem, II. El Doctor).
No quisiera haber dado la impresión de intentar a Con su estupenda doctrina de la unidad y su ecle-
toda costa meter a san Agustín en el rollo del ac- siología de servicio a la misma, contribuyó de
tual ecumenismo. Muy otro ha sido mi propósito modo notable al progreso de la eclesiología de
en todo caso. De sobra sé que el de san Agustín siempre y también, por supuesto, al ecumenismo
no es el de hoy. Tampoco lo es el del cardenal que despunta por el horizonte de esta aurora tri-
Newman, aquel aristócrata del espíritu y ya Siervo milenaria. Es indudable que la suya fue sobrema-
de Dios; ni el de León XIII, de quien se cumple el nera eclesiología de catolicidad frente a la del
20 de julio de 2003 el centenario de su muerte, Cisma, que prefería el criterio de integridad. Él,
Papa éste de extraordinaria clarividencia para su precisamente, acuñó lo de Católica para denomi-
época y muy sensible a la Unidad; ni siquiera el nar a la Iglesia de Cristo presente en África, o
del beato Juan XXIII, a quien tanto debe la causa sea, la que en las tierras africanas vive en comu-
ecuménica dentro y fuera de la Iglesia católica; y nión con la Iglesia universal o, como él mismo
puede que, apurando, apurando, ni el de Pablo VI, repite a menudo, transmarina; pero no lo es me-
con haber superado en este campo a los anterio- nos que trabajó esta nota eclesiológica en función
res. Existen analogías en tales visiones del ecu- de una Iglesia más robusta y sólida y para mejor
menismo, es cierto. También grandes parecidos. probar frente a sus adversarios del Partido lo que
Pero no coincidencia ni tampoco identidad, por nunca dejó de considerar como la niña de sus
supuesto. ojos, esto es: la unidad.
Ahora bien, esto dicho, procede completar el pa- Se ha dicho y escrito mucho sobre san Agustín en
norama añadiendo, y apreciándolo en lo que vale, el Concilio Vaticano II. Los argumentos con qué
que para su tiempo fue más que mucho aquel corroborarlo abundan y son de variada índole:
esfuerzo agustiniano por considerar válidos, en cristología, eclesiología, antropología, y por ahí
contra de las tesis del Partido, los sacramentos seguido. También el ecumenismo, por supuesto.
dentro y fuera de la Católica. No se olvide que Sirva de colofón, a la vez que de prueba, esta cita
forma parte de una patrística en la que se regis- con resonancias agustinianas, eclesiológicas y
tran figuras ecuménicas de relieve: san Policarpo ecuménicas: "Las condiciones de nuestra época ha-
y más tarde san Ireneo tienen que hacer de mode- cen más urgente este deber de la Iglesia, a saber, el
radores a propósito de la Pascua en el contencio- que todos los hombres, que hoy están más íntimamen-
so de Roma con las iglesias de Asia. Luego tene- te unidos por múltiples vínculos sociales, técnicos y
mos el grupo de los conocidos como Padres Ecu- culturales, consigan también la unidad completa en
ménicos, a cuya cabeza está san Basilio, gran Cristo" (Lumen gentium, Constitución sobre la Igle-
pacificador y unificador de las Iglesias del Ponto. sia 1). Es, justo, ni más ni menos, lo que el ecu-
menismo se propone con su noble y saludable
Las páginas de san Agustín frente al Cisma dan
empeño intereclesial, o sea: la unidad completa
pie a magníficas reflexiones con la mismísima
en Cristo.
unidad eclesial como telón de fondo. Sería por
eso injusto dar al olvido, y esto sí que se antoja PARA EL DIÁLOGO
inamovible y transhistórico, su hermosa doctrina
Importancia del enfoque agustiniano de la
de la comunión, de la unidad, de la catolici-
verdad en el ecumenismo actual, y más en
dad/universalidad y del ministerio de servicio que
concreto para el llamado diálogo teológico.
hoy se lleva y que Juan Pablo II ha puesto de re-
lieve en la Ut unum sint. En estos y otros puntos ¿Pueden ayudar san Agustín y su doctrina
eclesiológicos, Agustín de Hipona sigue siendo en el actual diálogo de la caridad? ¿Qué
maestro incomparable de ecumenólogos y pasto- puntos del antidonatismo agustiniano serían
res, y autor digno de mejor conocimiento y mayor ecuménicos hoy y cuáles no?
estima.
¿Qué aspectos de la doctrina agustiniana
Un asunto suyo aquí apenas aducido -no es posi- podrían tener hoy más incidencia en los tra-
ble abordarlo todo-, pero que tiene, sin embargo, bajos emprendidos dentro del movimiento
gran alcance ecuménico es, por ejemplo, el de la ecuménico?
conversión. Todo buen ecumenista sabe que el
movimiento ecuménico es proceso de conversión,
catarsis, abajamiento, reconciliación. El llamado
ecumenismo interno se nutre precisamente de
eso, de la conversión interior del corazón. Pues
bien, Agustín convertido aprendió a seguir convir-
tiéndose, o sea, a reconocer al Señor y recordarlo
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
misericordia" (Confesiones 10,32,48). O: "Toda una cargo de este desafío. Sólo el Espíritu de Dios, que
esperanza radica en la grandeza inmensa de tu mi- vence toda desesperación, nos hace experimentar la
sericordia. Dame lo que mandas y manda lo que "compasión" de Jesús hacia la multitud que no tiene
quieras" (Ib. 10,29,40). pastor (cf. Mateo 6,34); nos acompaña y nos apoya
cuando tomamos parte, con amor y simpatía, en las
dificultades y dramas de tantos hombres y mujeres
II. DEL SI AL NO carentes de salud, de casa, de familia, ignoradas y
pisoteadas en sus derechos fundamentales... Iluminado
EN la andadura de tantas personas que a nuestro lado por la fe en Jesucristo, el cristiano tiene que anunciar
se encuentran bastante resentidas, enfermas de cuerpo una esperanza que también hoy es posible y posible
y de alma, sumidas en la soledad más profunda, las para todos. Dios, en su amor paterno y materno, no
palabras de esperanza ni siquiera resultan fáciles. El priva a nadie de esta posibilidad porque quiere que
sufrimiento es un argumento en contra de la esperanza todos seamos felices. Por ello mismo, con la alegría de
que sólo puede compensar quien es testigo de la tras- quien se sabe discípulo de Jesús y continuador históri-
cendencia y es capaz, al mismo tiempo, de compasión co de Cristo vivo, se convierte en testigo y embajador
y de ternura. del Evangelio en un lenguaje de esperanza: "Busque-
La historia, con su sucesión de acontecimientos y el mos nosotros una esperanza que no nos engañe,
intercambio de situaciones muchas veces incomprensi- sino que satisfaga todos nuestros deseos, de modo
bles por su falta de lógica, hace que se respire un aire que no pueda darse otro bien mayor. ¿Cuál es,
de desilusión e impotencia, aunque no de derrota: "Al pues, la cosa que, al venir a nuestro alcance, hará
parecer vas fluctuando en el mar, pero te recibe el cesar toda otra esperanza, porque será la plenitud
puerto. Tú procura, antes de entrar en el puerto, no de lo deseable? ¿Qué será ello? ¿Será la tierra? No.
desasirte del ancora. Zozobra la nave amarrada a ¿O algo que de ella nace, como el oro, la plata, las
las áncoras, pero es arrojada cerca de la tierra; plantas, las mieses, el agua? Nada de estas cosas
tampoco su agitación durara siempre, pues es tem- que nos deleitan, porque son hermosas y útiles. Tú
poral. A esta agitación se refieren las palabras ante- busca al Creador, porque Él es tu esperanza; ahora
riores: he padecido tristezas y turbación en mi lo esperamos, después lo poseeremos; ahora la
prueba. Esperaba al que me salvase de la cobardía esperanza del que cree, después será el gozo de la
y de la tempestad. Hablé en medio de la fluctuación, visión" (Sermón Denis 22,2-3).
pero ésta tendrá su fin, porque está sujeta al ancora No somos personas ciegas y la esperanza nos lleva a
que es la esperanza" (Comentarios a los Salmos analizar el sentido de la existencia. El creyente, que
54,24). camina consecuentemente en la fe, percibe si quienes
La esperanza en sí es un buen anuncio, como también están con él tienen o no esperanza; intuye dónde hay
lo es la vida cristiana. Esto pide acertar a hablar de esperanza y dónde falta. La esperanza nos hace abrir
Jesucristo viviente en la Iglesia y en el mundo y fuente los ojos y escuchar atentamente lo que nuestros oídos
de esperanza para la humanidad. Pero no es fácil hacer oyen. Nada de cuanto sucede es desastroso para el
bien el anuncio y la reafirmación de que Cristo es el hombre esperanzado, aunque haya que contar con el
único que puede dar una esperanza sólida a todo hom- mal, el fracaso y los fallos: "Toda peregrinación, por
bre y mujer, a todo pueblo y nación. Sólo las personas su misma naturaleza, es dura y cansada. Sólo se
llenas de esperanza llegan a decir y a anunciar ade- emprende con ánimo por la esperanza de llegar a la
cuadamente que Cristo es nuestra esperanza y que la meta" (Comentarios a los Salmos 85,11).
utopía evangélica es la única alternativa a la pragmáti-
ca social, económica, política y hasta religiosa del mo-
mento. Es un anuncio tan difícil como urgente. En me- III. ESTILO Y TALANTE
dio de los silencios en los que la verdad, el amor, la
PARA ser un "crítico" en esperanza hay que acertar a
libertad, la paz, la alegría aparecen enmudecidos, hay
mirar lo que ocurre en torno a nosotros (cf. Lucas
que seguir esperando y afirmar que es posible otro
24,13- 14), a conversar y a discutir sobre lo mismo. Hay
mundo, otra tierra; en una palabra, es posible salir del
que descubrir y tomar nota de las cruces que pesan,
caos. Es posible pasar de la desesperación a la espe-
darse cuenta y descubrir quiénes son los que "espera-
ranza. La vida siempre vuelve, renace, rebrota. En el
ban que sería Él quien libraría a Israel" (Lucas 24,22) y
fondo de cada creyente permanece la semilla de la
entrar en su compañía. Los dos de Emaús son el sím-
esperanza y es la única manera de que lleguen frutos
bolo de tantos hombres y mujeres confusos, perplejos y
abundantes: "Mirad que la esperanza nos amamanta,
descarriados. Pero, para esto, es importante leer los
nos nutre, nos robustece, y en esta vida trabajosa
signos de los tiempos, los signos de Dios, e interpretar
nos consuela; esa misma esperanza nos hace can-
con criterio sobrenatural de esperanza que sabe "en
tar el aleluya. Mirad cuánto gozo nos da" (Sermón
quién ha confiado" y cómo, desde ahí, se convierte en
255,5).
testigo de esperanza.
El cristiano no puede vivir sin esperanza: su vida, con-
El talante de la esperanza tiene que ser auténtico. Hay
denada a la insignificancia, se convertirá en insoporta-
quienes se ponen máscaras de esperanza. Pero su
ble. Pero esta esperanza es debilitada, atacada, des-
esperanza no es consistente. No han conseguido in-
truida cada día por muchas formas de sufrimiento, de
teriorizar el auténtico movimiento de la esperanza y, por
angustia y de muerte que atraviesan el corazón de mu-
tanto, engañan. Quitarse la máscara de la desespera-
chas personas. El cristiano no puede evitar hacerse
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
ción y acertar a confiar en los demás, en sí mismo, y en ce desinteresadamente, ofrece antes su corazón que
Dios les produce hasta pánico, ya que pone en eviden- las manos llenas. Es feliz porque sabe compartir, por lo
cia lo que realmente somos y deseamos. La esperanza que es, y, por supuesto, no escatima nada de lo que
cristiana es tan radical y tan rica que debe dar un vuel- tiene, ya que el ser y el tener son puro don que se ha
co a nuestra personalidad para que quede marcada con recibido. Es cierto que el camino de la vida se torna
una constelación de actitudes nuevas. Todo ello es, a la largo y sinuoso, donde proliferan las justificaciones.
vez, reflejo y estímulo de la esperanza: "Entre gemi- Puede que en un futuro queden atrás pequeños jirones
dos peregrinamos de aquella Jerusalén celeste y de esperanza y una interminable lista de argumentos
oramos con el deseo. Allí habita Dios. Allí levantó caídos. Esto no supone perder la ilusión.
este salmista su fe, allí subió con el corazón en alas
En un tiempo como el nuestro, también el de san Agus-
de los deseos; y estos mismos deseos expelen del
tín, marcado por el contraste entre la opulencia de una
alma la impureza de los pecados, limpiándola de
parte de la humanidad y las condiciones miserables de
toda mancha, para que ella misma se haga cielo
una inmensa multitud de personas que sufren el aban-
porque alzó los ojos al que habita en el cielo" (Co-
dono más grande, es penoso un suplemento de espe-
mentarios a los Salmos 122,4).
ranza que sacuda las conciencias e impulse a las per-
La esperanza del creyente es teologal: viene de Dios, sonas de buena voluntad a abrirse a las exigencias de
es don suyo. No se identifica con el optimismo propio la solidaridad: "Has hallado en el camino un pere-
del que cree que lo puede todo por sí y llega a realizar grino que suspira; únete a él, será tu compañero;
todo aquello por sus propias fuerzas. Ni tampoco se corre con él si tú también tienes los mismos senti-
identifica con la confianza en la bondad natural de las mientos" (Tratado sobre la primera Carta de San Juan
personas o el estímulo que de ellas nos llega. Es una 10,2). Vivir en este mundo y en las situaciones reales,
esperanza que cuenta con el cansancio, el fracaso, el propias y ajenas, pero sabiendo y queriendo trascen-
riesgo... Pero es una esperanza puesta en Dios y, so- der, siendo signo de esperanza.
bre todo, en Cristo resucitado, presente misteriosamen-
En este sentido, cabe pensar que la esperanza cristia-
te entre nosotros: "Confía en Dios: Él siempre da lo
na es un compromiso para entablar relaciones interper-
que promete. Sabe lo que promete porque es la
sonales desde el autodominio personal y el respeto al
Verdad. Puede otorgarlo porque es la omnipotencia.
otro. Es un compromiso para luchar eficazmente contra
Dispone de ello porque es la Vida misma. Ofrece
el dolor; es desarrollar en sí la capacidad de disolver,
todas las garantías porque es la eternidad" (Ib.
mediante la misericordia, la opacidad del egoísmo hu-
35,13).
mano; es ser transparente y auténtico frente a toda
La esperanza teologal es una esperanza histórica. forma de falsedad y de doblez. En cada momento histó-
Quiere decir que la historia humana está abierta al pro- rico, y muchas veces sin presentir sus causas, se pro-
yecto divino y a la creatividad humana, y que es posible ducen en las personas y en la sociedad transiciones
soñar con un mundo diferente donde todos puedan bruscas entre el desánimo y la vitalidad más holgada,
gozar de las condiciones básicas de la vida y, sobre entre la corrupción y la estabilidad. Siempre hay ebulli-
todo, puedan luchar para que sean una realidad: "La ción en la vida como conflicto permanente, que luego
fidelidad del hombre consiste en creer a Dios que se estabiliza en evolución hacia formas más transac-
promete. La fidelidad de Dios es dar al hombre lo cionales de convivencia. Poco a poco se van logrando
prometido" (Ib. 32,2,19). Las personas de esperanza algunas formulaciones que, en su momento, parecían
tratan de juntarse a las personas de esperanza. Esto se imposibles, luego discutibles y, en un momento deter-
comunica por contagio. No dura mucho en los francoti- minado, van dando paso a una metodología de la vida
radores porque la esperanza es virtud de los que cami- que se traduce en forma de ser, de actuar, de corres-
nan juntos y se orientan siempre para compartir con ponsabilidad: "Toda la vida del buen cristiano es un
otros las metas y los caminos. Por eso mismo, las per- santo deseo. Mas lo que deseas, no lo ves; pero
sonas de esperanza logran introducirse en un grupo deseando, das anchura a tu alma para que se man-
más amplio que el inmediato, el que nos rodea. Así tenga henchida cuando llegue el tiempo de la vi-
confiesa Pablo cómo la esperanza de Israel le aprisio- sión. Es como si pretendieras llenar algún almacén
naba (cf. Hechos 28,20). La historia de las personas y sabes lo mucho que te van a dar, y lo vas am-
con esperanza es una historia de vencedores sin ven- pliando; sabes lo que vas a poner allí y te viene
cidos, que libera y crea comunión, ya que se dedica a pequeño, y lo haces mayor. Así Dios, aplazando el
"recordar las maravillas que Dios ha hecho" (Salmo premio, ensancha el deseo, y extendiéndolo, dilata
105,5). Donde no hay comunión de vida, la esperanza el espíritu y le da mayor capacidad. Cultivemos,
desaparece. Las razones comunes para la esperanza pues, el deseo en espera de su plenitud" (Ib. 5,6).
reúnen a las personas y animan los proyectos humanos
más diversos: "Cuando el gozo es compartido por
muchos es más intenso en cada uno en particular, IV. ESTA Y LA OTRA ORILLA
pues el afecto y el entusiasmo son contagiosos"
(Confesiones 8,4,9). HAY una opresión diaria y muy significativa a lo que
supone vivir mirando hacia o desde la otra orilla; consi-
Cada uno recoge lo que siembra. Y la luz es una fuerza guientemente, son muy distintos la vida y los objetivos
dinámica que ilumina el camino y estimula a obrar el de la misma. Se habla diariamente de buscar y de vivir
bien. Los creyentes estamos llamados a dejarnos sem- en equilibrio, garantizado todo él por un mutuo respeto
brar en el corazón y sembrar gozosa y generosamente, al modo de pensar tan horizontal en la sociedad. A
ya que son muchos los dones recibidos. Quien se ofre-
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
veces, el límite está solamente condicionado por una la utopía del don recibido, un don que nos viene otor-
actitud permisiva en todo, para lo cual no hacen falta gado y en el que las fuerzas propias poco tienen que
modelos trascendentes, sino sólo aquellos que pueden decir. De otra manera, en mayor o menor número, es-
entretener aunque sea engañando. tamos creando -¡ahí la falta de la verdadera esperanza!
- unos pobres dioses autodivinizados que sintetizan los
¿Cómo disipar las nubes del escepticismo en esta hora
aconteceres del mundo en sus personas, como si cu-
que parece tan esplendorosa por tanto descubrimiento
pieran totalmente otras referencias posibles y reales.
y, sin embargo, tiene a la vista el mapa de la intrascen-
Pero ¿quién construye el mundo y la historia? La espe-
dencia? Estamos siempre ante un tiempo de la inteli-
ranza de tantas personas en sus estrecheces y proble-
gencia del hombre y ante un fracaso de su voluntad;
mas, aunque no tengan eco interesante; son el verda-
estamos con las razones en la mano. La esperanza...,
dero soporte de la sociedad, de una vida...: "Aprended
¿dónde está? En esta hora de optimismo aparente por
y retened cuál es la esperanza de los cristianos, por
la sucesión de novedades, ante tanto mundo fatuo y un
qué somos cristianos. No lo somos por buscar una
servilismo tan fuerte, no podemos como creyentes ce-
felicidad terrena, que no falta muchas veces a los
rrar los ojos. Estamos obligados a señalar los peligros
ladrones y criminales. Somos cristianos por otra
que podría suponer el manejo inhumano de tantas noti-
felicidad que recibiremos cuando haya pasado to-
cias que dejan tan vulnerable a la humanidad que, a
talmente la vida presente" (Ib. 62,6).
duras penas, puede sostener el ritmo, bastante cansino
de por sí, por la magnitud y la multiplicidad de los pro- La esperanza se enfrenta a la tentación más frecuente
blemas. Con toda honradez recordaba Agustín a sus y más perniciosa, aunque no figure siempre en la lista
oyentes: "Esto es lo que ante todo he aprendido en de las normales tentaciones: el cansancio. Es fácil
la Iglesia: no poner la esperanza en el hombre" cansarse de intentar vivir siempre lo mismo. Resulta
(Sermón 3,4). monótono y poco divertido y, en consecuencia, se bus-
ca afanosamente el cambio como una forma de alivio.
Es cierto que siempre nos encontramos ante la aventu-
Y son muchas las personas que ceden a los primeros
ra de vivir; lo malo es no caer en que son posibles otros
combates de esta tentación. Viven el ritmo caprichoso y
enfoques, menos llamativos pero sí más verdaderos.
cambiante de la moda. Son volubles, frívolas, se que-
En la Palabra está la suprema posibilidad que Dios nos
dan en la superficie de las cosas, sin llegar a la hondu-
ha dado, y se puede usar incluso como reproche. Job
ra. Buscan y siguen, con entusiasmo adolescente, nue-
dice a Dios cosas terribles, pero delante de Él y espe-
vas orientaciones, nuevos caminos, nuevas experien-
rando respuesta. Lo espiritual está siempre en la prime-
cias... Su "profesión" parece la búsqueda de noveda-
ra razón de la vida aunque no encuentre la Palabra
des. No se cansan de pedir consejos, con la secreta e
para estar en primer plano. El cristiano no es un capítu-
inconsciente esperanza de encontrar un alivio a su
lo de la historia humana, sino que forma parte del ser
cansancio y a su aburrimiento. Ante este fenómeno
humano, es continuador histórico de Jesús. Por ello se
debemos enfrentar el contenido vivencial de la vida
enfrenta al fenómeno de reducir lo religioso no sólo al
cristiana. Ciertamente, la vida cristiana es asombrosa-
estricto campo de la conciencia o el mundo interior de
mente rica y densa en contenido y en significatividad.
la persona, sino también a esa ligereza de opinión que
Nunca se toca fondo y es que se puede profundizar en
se manifiesta con un desparpajo que raya en la frivoli-
ella sin interrupción. Por eso -ojalá-, no es posible ni el
dad. Se supone que el cristiano está siempre en una
aburrimiento ni la rutina cuando se vive la fe en una
"tensión de opción", y no solamente de opción. En el
actitud clara. Es justamente necesario, por ello, vivir en
corazón se dirime muchas veces hacia dónde mirar y
una cierta profundidad. Y el método consiste en ir
desde dónde mirar, y más cuando los incentivos del
ahondando siempre y cada vez más en lo mismo, en
ambiente están siempre puestos a ejercer una influen-
esa viva e inexhausta realidad que es el seguimiento de
cia muy marcada. Valores y contravalores que están
Jesús. Se trata de ir caminando cada vez con más ilu-
presentes, aunque en muchos casos el discernimiento
sión y esperanza junto al Maestro y con Él, sin desvia-
se hace bastante difícil porque no aparece con tanta
ciones y sin rodeos, sin gastar energías, sin perder
claridad como para decir un sí o un no. De todos mo-
tiempo ensayando otros posibles senderos que lleva-
dos, la atención a lo inmediato y sin tipo de postura
rían insensiblemente a la dispersión y, en definitiva, a la
defensiva, sino con la certeza de haber puesto toda la
superficialidad: "Las divinas Escrituras levantan
esperanza en Dios y creyendo siempre que es su gra-
nuestro ánimo para que no nos quebrante la deses-
cia la que va a hacer posible estar atentos a la llamada
peración; por otra parte, nos amedrentan para que
de cada momento: "Hemos recibido tales arras de la
no nos agite el viento de la soberbia. Seguir el ca-
promesa de Dios; tenemos la muerte de Cristo, con-
mino medio, verdadero, recto, que va, digámoslo
tamos con el precio de su sangre. El que a los im-
así, entre la izquierda de la desesperación y la de-
píos les donó la muerte, ¿qué guarda para los jus-
recha de la presunción, nos sería muy difícil si no
tos sino la vida? Levántese, pues, la fragilidad hu-
nos dijera Cristo: 'Yo soy el camino, la verdad y la
mana; no se desespere, no se afloje, no retroceda,
vida'. Como si nos dijera: ¿por dónde quieres ir?'.
no diga: 'para mí no es eso'..." (Ib. 148,8).
Yo soy el camino ¿adónde quieres ir? Yo soy la
Hace falta un discernimiento de lo trascendente, de lo verdad ¿dónde quieres permanecer? Yo soy la vida.
que no podemos demostrar, dado que no es luz todo lo Caminemos, pues, con seguridad por esta vía, pero
que reluce. En el fondo, es buscar y vivir en cada mo- temamos las asechanzas que la amenazan" (Sermón
mento la esperanza. Al fin y al cabo, el cristiano es un 156,1). Se trata, pues, a la luz de Cristo, nuestra verda-
puente entre la tierra y el cielo, y en esta línea se puede dera esperanza, de evitar el dejarnos influir por un am-
orientar gozosamente la existencia cuando se vive con biente que, en la mayoría de los casos, nos cierra los
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
ojos a la realidad. Por encima de todos los fracasos de la esperanza, que es la posesión fruitiva de Dios,
siempre hay hombres y mujeres que, día a día, viven y el medio de lograrla es el mismo Dios, que ha
con esperanza creativa. hecho promesas que deberán cumplirse. En esto
consiste el amor gratuito a Dios: en esperar de Dios
a Dios, en rellenarse y darse un hartazgo de Él.
V. EN LENGUAJE VIVO, LA EXPERIENCIA Porque Él te basta a ti y fuera de Él nada te basta.
¡Qué bien conocía esto Felipe al decir: 'Señor,
AGUSTINIANA
muéstranos al Padre y con ¡esto nos basta!'" (Ser-
LA historia personal de Agustín, también la tuya y la món 334,3).
mía, con su propio peso de herencia, educación y cultu-
En la experiencia interior de Agustín, siempre buscando
ra, con el bagaje de relaciones en que se va desarro-
la luz para responder a la inquietud por encontrar la
llando en el transcurso de los años, con su abismo de
Verdad y el Bien, se expresa su deseo también de res-
dolor y de enigma, es siempre la encarnación de un
ponder a la gracia que recibe de lo alto. En momentos
continuo acto creador. Tomar conciencia de ello, en
concretos Agustín se encuentra en escucha creyente y
constante espera y acogida, es permitir a Dios, único
esperanzada vigilia para dejarse sorprender por la pre-
bien y soberano, que se nos revele en lo cotidiano.
sencia activa de Dios, que quiere ser íntima y creativa:
Dejar a Dios expresarse en nuestra vida, en nuestro
"Dios enseña la suavidad excitando el deleite, la
corazón, sin oponer resistencia. Agustín -¿también,
disciplina disponiendo la tribulación y el conoci-
nosotros?- sabe que en la medida que se entrega a
miento iluminando el camino. Como hay cosas que
estas esperas le llegará, de manera sorprendente, la
debemos aprender para saberlas y otras que debe-
fuerza que en cada momento necesita y que le hará
mos saber para practicarlas, cuando Dios nos en-
vivir un acontecimiento "nuevo" dentro de sí mismo y
seña lo hace en forma tal que, al revelarnos la ver-
como luz que se hace presente en medio de la oscuri-
dad, nos da el conocimiento de lo que debemos
dad y de la duda: "En consecuencia, a la espera de
saber y, al inspirarnos el deleite, nos capacita para
que surgiese algo seguro adonde encaminar mis
hacer lo que debemos" (Comentarios a los Salmos
pasos, tomé la resolución de ser catecúmeno en la
118,17,3). Un creyente da gracias a Dios porque, en su
Iglesia católica, que me había sido recomendada
espera amorosa, estamos ya definitivamente "movidos
por mis padres" (Confesiones 5,14,25).
y elegidos por Él", llamados a que en el momento pre-
En la experiencia agustiniana es constante la idea de la ciso la esperanza se convierta en respuesta, una actua-
espera de Dios y de la espera en Dios como un paso lización del "toma y lee, toma y lee". Agustín, desde su
que se va revelando al hombre en una pedagogía de experiencia personal, nos indica que Dios recrea incan-
corazón compasivo y misericordioso que sólo Alguien sablemente desde el interior del corazón el tiempo y las
que ama infinitamente es capaz de permanecer y se- cosas, estrenando, ensanchando, unificando... en esos
guir esperando a pesar de todas las debilidades huma- procesos lentos y oscuros y, a veces, dolorosos que
nas hasta que se quiera volver libremente a Él. Agustín sólo Él conoce: "¿Cuándo tendré tiempo suficiente
tuvo a lo largo de su vida la posibilidad de los "arreglos para recordar y poner por escrito todos tus grandes
pacíficos", el triste juego de no quererse incomodar por beneficios para con nosotros en aquel período de
dentro mientras se mantiene un tono escéptico en la tiempo, teniendo como tengo prisa para recordar
vida. Pero en un momento providencial se le hace pre- otros mayores? Porque resulta que me vienen a la
sente la luz, pudo mirar hacia otro horizonte: "Acongo- memoria -y me es dulce confesártelo. Señor- los
jado y ardiente de fiebre por la penuria de la verdad, estímulos internos con que me fuiste desbravando,
la buscaba ya no con el discernimiento de la razón, el sistema que te serviste para nivelarme, achican-
sino según el sentido de la carne. Pero Tú estabas do los montes y collados de mis pensamientos,
más íntimo que mi mayor intimidad y más alto que cómo rectificaste mis caminos tortuosos y cómo
lo más alto de mí ser. Y yo, fuera de mí, habitaba en suavizaste mis senderos abruptos” (Confesiones
los ojos de la carne y rumiaba dentro de mí lo que 9,4,7). Esta acción silenciosa y constante de Dios, a la
devoraban mis ojos" (Ib. 3,6,11). Y esta respuesta, que alude Agustín con tanto agradecimiento, nos revela
que será luego constante ejercicio de esperanza, se que la esperanza es saber dejarse sorprender por un
convierte en situación límite, camino exigente hacia la "acontecimiento" que puede cambiar totalmente la exis-
otra orilla. ¿Acaso Agustín no nos descubre que la es- tencia, incluso con su desgarro necesario. La experien-
peranza es vivir siempre en un riesgo de amor, una cia de la cruz es encontrarse con Jesús, que habla
presencia silenciosa, una respuesta que habla desde sobre la necesidad de bajar hasta el fondo. Hay semi-
los hechos que configuran y que expresan un modo llas, como los tiempos o las voces, que al principio bro-
interno y veraz de comprender la existencia? La espe- tan enseguida pero se agostan nada más salir el sol, y
ranza, y mucho más el vivir el arte de la esperanza es que no tienen hondura de espera. La impaciencia, la
cristiana, es ese punto necesario e integrador entre los superficialidad, el desánimo siguen siendo las tentacio-
dones de Dios y la libertad humana, entre los proyectos nes que amenazan con secar las semillas de la vida
de Dios y del hombre. Es lo que va uniendo la distancia depositadas en cada persona y en la hora adecuada;
que aún separa, el hilo que va tejiendo necesariamente tienen que ver con la tentación de apropiarse de la
la encarnación del mundo. Como si, después de salir realidad sin querer entregarse a ella. Y nos asaltan
de las manos del Creador, fuera la esperanza el alfare- cuando no aceptamos los límites, el tiempo y los es-
ro discreto y cotidiano de ese trabajo que encarga el fuerzos necesarios para la maduración de nosotros
Señor, llegar a hacernos conformes a su propia vida: mismos.
"Esperamos a Dios de Dios, de modo que el objeto
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
Parece obvio resaltar que en la experiencia vital de VI. GLOSA AGUSTINIANA DE LA ESPE-
Agustín hay siempre una lección: la aventura inquieta, RANZA EN TRES TIEMPOS
traducida en búsqueda de los cuándo y los cómo. Tam-
bién las concreciones en su trayectoria personal, como
(LEYENDO LAS CONFESIONES)
el espacio cotidiano, donde la esperanza despliega su "Vemos ahora que los hombres esperan muchas cosas
luz y su energía. Y es un camino desde abajo. Descu- terrenas, y según el siglo no hay ninguna vida de hom-
brir cómo se está gestando en lo oculto de mí mismo la bre que esté sin esperanza y hasta la muerte hay siem-
venida silenciosa pero eficaz de la gracia y disponerse pre un aliento de esperanza..." (Miscelánea Agustiniana
luego a dejarse conducir por ella. En el fondo del ser I; Denis 22,2,134).
humano, así nos lo enseña Agustín, laten siempre, de
manera misteriosa, el infinito y la llamada. El ser hu- PRIMER TIEMPO
mano es siempre un ser que tiende a su realización
plena, un ser abierto a OTRO y al compromiso por Él: Esperanza en los niños para que crezcan, para que se
"¡Oh Dios, Padre nuestro, que nos exhortas a la instruyan, para que se formen en la cultura (Ib.)
oración y al mismo tiempo nos concedes lo que se "Te confieso, Señor del cielo y de la tierra, y te ala-
te pide, puesto que, cuando te rogamos, vivimos bo por los preludios de mi niñez de que no hago
mejor y somos mejores!, escúchame a mí que ando memoria y por haber concedido al hombre sacar
agitado en estas tinieblas, y alárgame tu mano. conclusiones de tipo personal basándose en la
Ayúdame con tu luz, líbrame de los errores, para conducta de los demás e incluso creer en muchos
que, guiándome Tú, haga mi retorno en mí y en Ti" detalles en base a las aserciones de algunas mujer-
(Soliloquios 2,6,9). Dios está ahí... llamando, convo- cillas" (Confesiones 1,6,10).
cando, intentando ofrecer un camino de plenitud y de
felicidad. Dios está ahí sosteniendo la sinceridad y la "¿No es cierto que yo, en mi camino hacia la madu-
fidelidad que construyen el interior del hombre cuando rez, pasé de la infancia a la niñez? ¿O fue más bien
éste desea encontrarse consigo mismo y con Dios. ésta la que vino a mí y sucedió a la infancia? Claro
Para desencadenar algo nuevo es necesario implicarse que la infancia no se fue, ¿Adónde iba a ir? Y, sin
críticamente consigo mismo, reactivarse a afirmar un embargo, no existía ya. Yo ya no era un bebé des-
rostro nada encontrado. La Encarnación del Hijo de provisto de habla, sino un niño que hablaba. Me
Dios, después de la espera anunciada de los siglos, es acuerdo muy bien de esto" (Ib. 1,8,13).
una revelación de amor, es el diálogo que mantiene sin
"Pero, por otro lado, hice un descubrimiento: vi que
tensiones una vitalidad y el aprendizaje siempre difícil
había personas que te invocaban. De ellas aprendí,
de la existencia cristiana. Así lo ha experimentado dados mis cortos alcances, que tú eres alguien, que
Agustín: "Mientras tanto, mis años discurren entre eres grande y que puedes escucharnos y apoyar-
gemidos. Tú, Señor, eres mi único solaz y mi Padre
nos, aunque no te manifiestes a nuestros sentidos.
eterno. Pero como yo me dispersé en el tiempo,
Niño como era, comencé a implorarte, auxilio y re-
cuyo orden desconozco, las más íntimas entrañas fugio mío, y al invocarte rompía las trabas de mi
de mi alma son destrozadas por sus vaivenes y lengua..." (Ib. 1,9,14).
tumultos hasta que purificado y fundido en la ho-
guera de tu amor, corra a Ti para tomar consisten- "Señor, escucha mi oración para que mi alma no
cia y logre solidificarme en el crisol de tu Verdad decaiga ante la severidad de tu magisterio, ni yo
como en mi molde" (Confesiones 13,25,27). desfallezca en confesar tus misericordias con que
me libraste de todos mis torcidos caminos, para
Hablar de esperanza tiene en Agustín un lenguaje muy
que sigas siendo para mí más dulce que todas las
propio: "Tenía dentro hambre de alimento interior"
seducciones que yo secundaba, para que te ame
(Ib. 3,1,1). Y, en definitiva, el deseo de un alimento que con todas mis energías, me coja de tu mano lo más
sacie totalmente su inquietud es el comienzo de pensar fuerte que pueda y me saques de toda tentación por
que el verdadero ser no está en lo exterior, sino que
siempre. Porque tú. Señor, eres mi rey y mi Dios.
reside en lo íntimo, como morada de la Verdad, más
Que todo cuanto de útil aprendí en mi niñez redun-
íntimo que la propia intimidad. Comienzan de esta ma- de en servicio tuyo" (Ib. 1,15,24).
nera las intuiciones agustinianas de la esperanza a
expresarse en términos tan sugestivos y tan entraña- "A pesar de todo, te doy gracias, Señor soberano,
bles hasta el punto de fundamentar la "espiritualidad de óptimo, creador y gobernador del universo, aunque
la esperanza": "Llegará el tiempo en que veré aque- hubiera querido que me quedase siempre en niño...
llo que ahora creo sin verlo; y viendo lo que ahora Gracias, dulzura mía, honor mío, confianza mía.
creo, seré feliz. Tendré entonces en realidad lo que Dios mío; gracias por tus dones. Sigue conserván-
ahora sólo poseo en esperanza. Al presente suspiro domelos. De este modo me guardarás a mí, y los
y voy en busca de un asilo seguro para colocarme a dones que me hiciste se verán incrementados y
salvo; estoy enfermo y me dirijo al médico. Vivo perfeccionados. Y yo estaré contigo, porque mi
contento en mi esperanza, porque Tú eres fiel a tus misma existencia es un don tuyo" (Ib. 1,20,31).
promesas; pero, como no te poseo aún, gimo bajo
el aguijón del deseo" (Comentarios a los Salmos SEGUNDO TIEMPO
70,1,7-9).
Esperanza en los adolescentes para casarse y formar
familia (cf. MA 1).
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
"Voy a evocar mis caminos llenos de perversión, "Tendría yo unos veintiséis o veintisiete años
con ese poso de amargura que supone remover cuando redacté aquellos volúmenes, dándole vuel-
estos recuerdos. Los evoco para que tú repitas tus tas en mi cabeza a aquel conglomerado de ficcio-
dulzuras conmigo, tú que eres dulzura sin engaño, nes corporales que aturdían los oídos de mi cora-
dulzura dichosa y garantizada. También espero que zón. Mis oídos, oh dulce Verdad, los tenía bien aten-
recompongas de la fragmentación en que estuve tos a tu íntima melodía en mis meditaciones sobre
escindido al apartarme de ti, que eres la unidad, e ir la belleza y la aptitud. Ansiaba ponerme en pie y
tras mi propia difuminación en el mundo de la mul- oírte y saltar de gozo ante la voz del esposo, pero
tiplicidad" (Confesiones 2,1,1). no podía, porque el alborozo de mi error me arras-
traba hacia fuera y el peso de mi orgullo iba hun-
"Pero, tras abandonarte, continué, pobre infeliz, en
diéndome en el abismo. No me concedías el gozo y
este estado de efervescencia, siguiendo los impul-
la alegría, ni que se alegraran mis huesos, porque
sos de mi dispersión, y pasé por encima de todas
no estaban quebrantados" (Ib. 4,15,27).
tus ordenanzas, aunque sin conseguir zafarme de
tus azotes... Tú siempre estabas a mi lado" (Ib. "Tú, Señor, que eres mi esperanza y mi lote en la
2,2,4). tierra de los vivos, para que yo cambiara de empla-
zamiento geográfico en bien de mi alma, ponías
"¡Ay de mí! ¿Y tengo el atrevimiento de decir que tú
espinas..." (Ib. 5,8,14).
guardabas silencio Dios mío, cuando yo era el que
me iba alejando más y más de ti? ¿Es cierto que te "Esperanza mía, desde mi juventud, ¿dónde esta-
hacías el callado conmigo? ¿Y de quién sino tuyas bas para mí? ¿Adónde te habías retirado? ¿No me
eras aquellas palabras que me venían por conducto habías creado?... Había perdido las esperanzas de
de mi madre, tu sierva fiel, y que tú cantaste a mis encontrar la verdad" (Ib. 6,1,1).
oídos?" (Ib. 2,3,6)
TERCER TIEMPO
"¿Qué le pagaré al Señor por hacer que mi memoria
recuerde todos estos detalles sin que mi alma tema Esperanza en los padres para educar, para alimentar,
por ello? Te amaré, Señor, y te daré gracias y con- hacer hombres a los que acariciaban cuando eran pár-
fesaré tu nombre, porque has personado esas ac- vulos (cf. MA 1).
ciones mías tan malas y perversas. A tu gracia lo
"¿Y qué es, Señor, lo que pretendo decirte? Sólo
atribuyo ya y a tu misericordia, porque desconge-
una cosa: que desconozco de dónde he llegado yo
laste mis pecados como si se tratara de hielo. Tam-
acá, a esta que no sé si llamar vida mortal o muerte
bién atribuyo a tu gracia todo tipo de maldades que
vital. Nada de esto sé. Lo que sí sé es que tuve una
no he cometido. Pero ¿qué no pude hacer yo, que
buena acogida. Me lo brindaron los detalles de tu
llegué a amar el delito en sí mismo y sin nada a
ternura para conmigo. Así se lo oí a los padres de
cambio?" (Ib. 2,7,15).
mi carne, del cual y en la cual me formaste en el
"Gracias a la fe y al espíritu que le habías dado (a tiempo" (Confesiones 1,6,7).
su madre Mónica), veía ella mi muerte. Y tú la escu-
"Con esta finalidad me mandaron a la escuela a
chaste, Señor. La escuchaste y no mostraste des-
estudiar las letras de cuya importancia no tenía yo,
dén por sus lágrimas, que profusamente regaban la
pobre infeliz, ni la más remota idea. Esto no me era
tierra donde hacía oración. Tú la escuchaste. Por-
óbice para que me costara buenos azotes mi falta
que si no, ¿cómo explicar aquel sueño con que la
de aplicación" (Ib. 1,9,14).
consolaste hasta el punto de readmitirme a vivir y
compartir con ella la mesas y el hogar que había "Siendo niño, había oído hablar de la vida eterna
comenzado a negarme ante el horror y aversión que que nos está prometida mediante la humildad del
le provocaban las blasfemias de mi error?" (Ib. Señor Dios nuestro, que descendió hasta nuestra
3,11,19). soberbia. Me señalaron con la señal de la cruz y
saboreé la sal bendita apenas salí del seno de mi
"En aquellos años tenía yo una mujer que convivía
madre, que tuvo una gran esperanza en ti" (Ib.
conmigo no por lo que se denomina matrimonio
1,11,17)
legítimo, sino que yo la había cazado en mi afán
aventurero, carente de juicio. Pero sólo tenía esta "¿Quién no iba a hacerse lenguas de aquel hombre
mujer y le guardaba fidelidad de marido" (Ib. 4,2,2). que era mi padre, que por encima de sus posibili-
dades económicas se gastara en el hijo todo cuanto
"No seas frívola, alma mía, ni aturdas el oído del
fuera necesario tanto para un viaje tan largo como
corazón con el alborozo de tu vanidad. Entérate tú
para los estudios que iba a realizar?... Cierto que
también. Es la Palabra en persona la que te grita
tampoco mi padre tenía especial interés en los pro-
que vuelvas, porque sólo hallarás un lugar de des-
gresos que yo pudiera hacer en tus sendas" (Ib.
canso inalterable allí donde el amor no es objeto de
2,3,5).
abandono si no nos abandona él. Mira, aquellas
cosas se retiran para dar paso a otro tipo de reali- "Ni siquiera aquella mujer que era mi madre... se
dades, y para que de este modo se configure en ocupó de esto para no poner trabas, con el vínculo
todas sus partes el universo inferior. ¿Acaso me conyugal, a las expectativas que en mi persona
retiro yo a alguna parte?', se pregunta la Palabra de tenía cifradas. No me refiero a la esperanza en un
Dios" (Ib. 4,11,16). mundo futuro, que mi madre tenía profundamente
arraigada en ti, sino a la gran ilusión que tenía
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Esperanza en San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
Agustín habla con frecuencia de la observancia servil de la Al Espíritu, en la historia de la humanidad religiosa, se le
ley y la observancia liberal. La primera nace del temor compara con un viento impetuoso o con un suave susurro,
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
que sopla donde quiere y nadie sabe ni de dónde viene ni la revelación del Padre realizada por Jesucristo, nos da la
a dónde va, o con una luz fulgurante. También hoy el Espí- capacidad de comprender la misma Palabra de Dios: "Nin-
ritu Santo sigue soplando, continúa iluminando; por eso gún texto oscuro ofrece dificultad si ayuda el Espíritu"
será necesario estar atentos para escuchar su susurro o (Sermón 152,1). La acción que el Espíritu desarrolla en la
para ver, más allá de la luz, su presencia, descubrirlo ac- historia de la salvación y en la vida de la Iglesia es una
tuante en medio de los hombres. Sin duda, Él quiere ser acción continuadora de la obra de la revelación y de la
guía, quiere seres espirituales, y el máximo deber del misma misión salvadora de Jesús. De hecho, el Espíritu
hombre es dejarse inspirar por Él, estar preparado para Santo es el Espíritu de Jesús; Espíritu que ha mandado al
recibir su influjo y su acción. Agustín lo compara con el mundo desde el Padre, después de su resurrección.
agua, que sólo se detiene en los lugares cóncavos, de la
Como el Hijo ha sido enviado por el Padre, así el Espíritu
misma manera el Espíritu sólo se detiene en los humildes
Santo ha sido también enviado como un don gratuito que
y sencillos y se aleja de todo el que se cree algo en su
procede del Padre eterno y del Hijo muerto y resucitado.
autosuficiencia: "Puesto que el Espíritu Santo nos convier-
Agustín llama al Espíritu don de Dios (cf. Sermón 128, 4).
te de multiplicidad en unidad, se le apropia por la humildad
La gracia por definición es gratuita, pero no siempre el
y se aleja por la soberbia. Es agua que busca un corazón
hombre comprende que todo viene de Dios por su bondad
humilde, como un lugar cóncavo donde detenerse; en
y sin pedir nada a cambio, pues bien, es el Espíritu Santo
cambio, ante la altivez de la soberbia, como la altura de
el que hace comprender esta verdad: "Porque, si com-
una colina, rechazada, va en cascada"(Sermón 270, 6). ¿Y
prendemos que nosotros no hubiéramos conseguido bien
qué es la humildad en este contexto, sino que el hombre
alguno a no ser que nos lo hubiera donado y concedido
reconozca que es criatura, es decir, dependiente en todo
Aquel de quien son todos los bienes, del mismo modo
de Dios y, por tanto, reconocer la propia naturaleza? Está
vemos que no pueden tener nada aquellos a quien Dios no
claro que Dios es la vida del hombre, pero es necesario, y
se lo dio. Este discernimiento nuestro procede del Espíritu
esto es una exigencia del Espíritu, dejar crecer dentro la
de Dios, y, como vemos con él estas cosas, decimos que
vida del hombre nuevo, imagen verdadera de Dios, y como
Dios ve, porque hace que nosotros veamos" (Comentarios
consecuencia, empeñarse en dar muerte al hombre viejo,
a los Salmos 52,5). Perfeccionar la inteligencia de los que
acostumbrado a sus vicios. Agustín invita a obrar bien para
pertenecen a Cristo es una de las tareas más importantes
poder acoger al Espíritu, que es la verdadera vida: "Si
del Espíritu.
temes la muerte, ama la vida. Tu vida es Dios, tu vida es
Cristo, tu vida es el Espíritu Santo. Obrando mal no le Es en este don de Dios, que es el Espíritu Santo, donde es
agradas. No habita en un templo que amenaza ruina, ni posible descansar para siempre: "Se nos promete el des-
entra en un templo sucio" (Sermón 161, 7). Dar vida al canso eterno en el Espíritu Santo, esto es, en el don de
hombre nuevo sólo es posible si el resucitado vive dentro, Dios" (Sermón 9, 6), pero como sólo se descansa en lo
si regala su gracia y anima la propia existencia con su que se ama, el Espíritu sería el amor de Dios: "El don de
muerte y resurrección. Es decir, teniendo al resucitado que Dios, que es el Espíritu Santo, promete el descanso
es fruto del paso de la muerte a la vida, posee el ser hu- eterno... A Dios le tenemos que amar con desinterés; ni el
mano el Espíritu Santo, porque Él lo otorga cuando quiere alma puede descansar sino en aquello que ama. No se le
y derrama la caridad en el corazón, por la que uno se con- dará el descanso eterno sino en el amor de Dios, que es el
vierte en hombre nuevo, que canta el cántico nuevo y vive único eterno" (Sermón 33,3). Lo que Agustín quiere decir
la vida nueva del Reino. es que el Espíritu Santo no sólo es el que da el amor para
que el hombre pueda amar, sino que Él mismo no es otra
El Espíritu Santo es el amor absoluto de Dios, de aquí que
cosa que el Amor de Dios: "Por lo cual, también el Espíritu
"el Espíritu de Dios es el Espíritu de caridad" (Sermón 283,
Santo subsiste en esta unidad e igualdad de sustancia.
3), o mejor dicho, "el Espíritu Santo es el autor de la cari-
Ora se le llame unión, santidad o amor de ambos; ora uni-
dad" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 87,1), por
dad, porque es amor, o amor, porque es santidad... El
eso, se le puede llamar "amor sumo" (La Trinidad 7, 3, 6).
Espíritu Santo es algo común al Padre y al Hijo, sea ello lo
Dios ha enviado el Espíritu Santo y con Él da la posibili-
que sea. Mas esta comunión es consustancial y eterna. Si
dad, da la capacidad para recibir su amor y con él poder
alguien prefiere denominarla amistad, perfectamente; pero
amar a Dios; ésta es una de las principales obras que rea-
juzgo más apropiado el nombre de caridad" (La Trinidad 6,
liza el Espíritu Santo en el alma de los fieles: "Y ¿qué bien
5, 7). Hablando a los obispos reunidos en Hipona, siendo
nos trajo el Espíritu Santo? Óyeselo al Apóstol: El amor de
Agustín aún sacerdote, les recuerda cómo algunos en la
Dios, dice, se ha derramado en nuestros corazones. ¿De
Iglesia han llamado al Espíritu Santo comunión, es decir, la
dónde, ¡oh mendigo!, te vino ese amor de Dios derramado
deidad del Padre y del Hijo, y por eso conciben al Espíritu
en tu corazón? ¿Cómo ha podido este amor divino ser
como caridad mutua (cf. La fe y el Símbolo de los apósto-
derramado en el corazón del hombre? Tenemos, dijo el
les 9,19).
Apóstol, este tesoro en vasos de barro. ¿A qué fin en va-
sos de barro? Para que resalte la fuerza de Dios... Luego El paso del concepto de don al de caridad es bastante
para que tú ames a Dios es necesario que more Dios en ti, sencillo, ya que el don mayor es el amor: "Luego el Espíri-
que su amor te venga de Él; o sea, que recibas su moción, tu Santo hace que permanezcamos en Dios y Dios en
ponga en ti su fuego, te ilumine y levante a su amor" (Ser- nosotros, y esta obra es del amor. Por consiguiente. Él es
món 128, 4). Por tanto, sólo podemos amar a Dios desde el Dios-Amor... Por consiguiente, el Dios- Amor es el Espí-
Dios, es decir, amar a Dios mediante el Espíritu Santo, que ritu Santo. Cuando este Espíritu, Dios de Dios, se da al
es el que nos da el amor para poder amar. hombre, le inflama en amor de Dios y del prójimo, pues Él
es amor. No puede el hombre amar a Dios si no es por
La presencia del Espíritu nos permite ir descubriendo el
Dios" (La Trinidad 15,17, 31). El Espíritu Santo, porque es
misterio de Dios, posibilita en nosotros la comprensión de
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
la Comunión, constituye la comunión de los fieles en la El Espíritu es llamado el otro consolador, el Paráclito; esto
Iglesia; su acción vivifica todo el cuerpo de Cristo: "Luego significa que es el abogado que intercede ante el Padre en
el Espíritu Santo es como una inefable comunicación del favor de los discípulos de su Hijo. Sin el Espíritu difícilmen-
Padre y del Elijo; y es muy verosímil se llame así por con- te el hombre va a poder realizar su gran empresa: amar a
venir dicha denominación al Padre y al Hijo. Es, en aquél, Dios y, a la vez, el amar es la prueba que garantiza que se
nombre propio; en éstos, común; pues el Padre es espíritu posee el Espíritu Santo: "Si no tenemos al Espíritu Santo,
y espíritu el Hijo, y santo es el Padre y santo es el Elijo. Y no podemos amar a Dios ni guardar sus mandamientos...
para expresar en el nombre esta conveniencia y mutua El que ama tiene consigo el Espíritu Santo" (Tratados so-
comunicación se llama al Don de ambos Espíritu Santo" bre el Evangelio de San Juan 74, 1-2). El Espíritu Santo
(La Trinidad 5,11,12). Es el Espíritu Santo el que habita en tiene también la misión de ser el consolador de los creyen-
el hombre y ha hecho de todos y de cada uno su templo: tes y el que los estimula a que perseveren en la fe y vivan
"La santificación, por la que individualmente somos consti- sólo para Dios: "Pensad que en Pentecostés ha de venir el
tuidos templos de Dios, y todos juntos formamos un templo Espíritu Santo... Él nos inspirará la caridad, que nos hace
de Dios, no se realiza sino en los que han renacido, y és- arder para Dios y despreciar el mundo" (Sermón 227).
tos tienen que haber nacido. Y nadie acabará bien la vida Todo cristiano tiene que hacer la experiencia de Pentecos-
en que nació si no renace antes de acabarla" (Carta 187, tés, es decir, la experiencia del paso del miedo de la muer-
32). te a la valentía y firmeza de la resurrección por el Espíritu.
El Espíritu Santo une a los fieles entre ellos y con la misma PARA EL DIÁLOGO
Trinidad: "Así, lo que es común al Padre y al Hijo, quisie-
ron que estableciera la comunión entre nosotros y con • ¿Torno conciencia de que el Espíritu vive en mí
ellos; por ese 'don' nos recogen en uno, pues ambos tie- y le doy gracias por su don?
nen ese uno, esto es, el Espíritu Santo, Dios y don de • ¿Quién es el Espíritu para mí?
Dios. Mediante él nos reconciliamos con la divinidad y
gozamos de ella. ¿De qué nos serviría conocer algún bien • ¿Estoy atento a la actividad del Espíritu en el
si no lo amásemos? Así como entendemos mediante la mundo, en su Iglesia, en mi interior?
verdad, amamos mediante la caridad, para conocer más • ¿Me esfuerzo por poner las condiciones para
perfectamente y gozar felices de lo conocido. Y la caridad que Él esté siempre actuando?
se ha difundido en nuestros corazones por el Espíritu San-
to, que se nos ha donado" (Sermón 71,18).
En realidad es el amor, que es obra del Espíritu, el que II EL ESPÍRITU, CONTINUADOR DE LA OBRA
nos introduce en la verdad, en los secretos de Dios: "Por el DE CRISTO
mismo hecho de que nos reconciliamos con Dios por me-
dio del Espíritu Santo (por lo que también es llamado don EL Espíritu es continuador de la obra salvadora de Cristo,
de Dios), piensan que es bastante claro que el Espíritu pero es, sobre todo, Espíritu de la verdad que responde a
Santo es el amor de Dios, pues no nos reconciliamos con las funciones de enseñar y hacernos recordar lo que Jesús
Dios sino por el amor, por el que también somos llamados dijo y nos inicia en la verdad plena. Por otra parte, el Espí-
hijos, de modo que ya no estamos bajo el temor como los ritu Santo asegura la presencia indefectible de Cristo en su
esclavos, porque el amor consumado aleja el temor, y Iglesia, porque es el continuador de la obra de Cristo.
recibimos el espíritu de libertad por el cual clamamos ¡Ab- Hablando en términos temporales, podemos decir que el
ba! ¡Padre! Y como, una vez reconciliados y llamados a la Espíritu sustituye a Jesús junto a sus fieles en el tiempo
amistad por el amor, podremos conocer todos los secretos que va entre la partida de Jesús y su regreso. Su misión
de Dios, por esto se dice del Espíritu Santo: El os conduci- es guiar, animar y hacer comprender el misterio de Cristo y
rá a toda la verdad... Por eso también se llama don de convertir a los fieles en testigos del Evangelio. Según
Dios, porque nadie goza de aquello que conoce a no ser Agustín, el Espíritu Santo, además de continuar la obra de
que también lo ame. Pero gozar de la sabiduría de Dios no Cristo, tiene como función abrir las puertas que introducen
es otra cosa que estar unido a Él por el amor, y nadie en el mismo Cristo, es decir, incorporar al hombre en la
permanece en aquello que percibe sino por el amor" (La fe realidad misma de Cristo, que es la Verdad de Dios: "El
y el Símbolo de los Apóstoles 9, 19). propio Señor dice acerca del Espíritu Santo a sus discípu-
El Espíritu Santo nos conduce y nos orienta para que po- los: Él os enseñará toda la verdad. ¿Quién es la puerta?
damos construir la obra de Dios. Realizando lo que Dios Cristo. ¿Qué es Cristo? La Verdad. ¿Quién abre la puerta
quiere, podemos dialogar con el mundo actual y entender sino el que enseña toda la verdad?" (Tratados sobre el
mejor la problemática que nuestro mundo padece; de esta Evangelio de San Juan 46, 4). Los apóstoles necesitaban
manera podremos introducirnos en el plan de Dios sobre la un consolador o, mejor, un espiritualizador, porque esta-
humanidad. Pero es imprescindible que nos dejemos ilu- ban demasiado pendientes de la vida temporal del Señor.
minar por el Espíritu para poder ver las cosas tal como las Esto es lo que Agustín dice poniendo en boca de Jesús
ve Dios, de lo contrario los problemas, las dificultades... estas palabras: "Os conviene que esta forma de siervo se
pueden ahogarnos. El diálogo con el mundo, desde el separe de vosotros: como Verbo, hecho carne, vivo entre
Espíritu Santo, es el que produce el Reino de Dios, pero el vosotros, pero no quiero que continuéis amándome con
Espíritu siempre necesita, para realizar su obra, corazones amor carnal, y, contentándoos con esta leche, queráis ser
dóciles como el de María, que estén disponibles a su ac- siempre como niños... Si no os quitare los tiernos manjares
ción y estén vacíos de sí mismos. con que os he alimentado, no apeteceréis los manjares
sólidos; si carnalmente estáis apegados a la carne, nunca
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
seréis capaces del espíritu" (Tratados sobre el Evangelio dad de entender: "El Espíritu Santo enseña ahora a los
de San Juan 94, 4). fieles todas las cosas espirituales de que cada uno es
capaz; pero también enciende en sus pechos un deseo
El Espíritu vive dentro de nosotros. Todos y cada uno so-
más vivo de crecer en aquella caridad que les hace amar
mos su templo: "El Espíritu de Dios habita en el alma y, a
lo conocido y desear lo que no conocen" (Tratados sobre
través del alma, en el cuerpo, para que también nuestros
el Evangelio de San Juan 97,1).
cuerpos sean templos del Espíritu Santo, don que nos
otorga Dios" (Sermón 161, 6). La condición para tener el El amor es el don de los dones del Espíritu Santo: "Los
Espíritu de Cristo es ser fieles, es decir, ser hombres de fe dones del Espíritu Santo son la caridad, y luego, como
y amar la justicia: "Ele aquí que en virtud de la misericordia emanados de esta fuente y en íntima conexión con ella,
poseemos el Espíritu de Cristo. Sabemos que habita en enumera los otros, que son, el gozo, la paz, la firmeza del
nosotros si amamos la justicia y mantenemos la integridad alma, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la
de la fe católica" (Sermón 155,14). castidad. Y, en verdad, ¿quién puede tener gozo si no ama
el bien del cual se goza? ¿Quién puede tener verdadera
Es necesario tomar conciencia de que somos templos del
paz si no la tiene con aquel a quien ama de verdad?
Espíritu y, al mismo tiempo, cultivar esta presencia, permi-
¿Quién puede tener firmeza de ánimo para permanecer en
tir que Él nos posea, dejarle hacer su obra en nosotros
el bien si no es por el amor? ¿Quién es benigno si no ama
porque somos posesión suya: "Cuando el Espíritu de Dios
al que socorre? ¿Quién se hace bueno si no es por el
comience a habitar en tu cuerpo, no expulsará de él a tu
amor? ¿De qué provecho puede ser la fe que no obra por
propio espíritu; no tengas miedo... Al venir, habita en ti y
la caridad? ¿Qué utilidad puede haber en la mansedumbre
éste es su don. Hazte suyo, que no te abandone ni se
si no es gobernada por el amor? ¿Quién huye de lo que
aleje de ti; sujétale de todas todas y dile: Señor, Dios
puede mancharle si no ama lo que le hace casto? Con
nuestro, poséenos" (Sermón 169,15). Para Agustín, sin
razón, pues, el buen Maestro recomienda la caridad, como
duda alguna, el Espíritu es Dios y merece ser tratado co-
si sólo ella mereciese ser recomendada, y sin la cual no
mo tal. Lógicamente, si el Espíritu habita en nosotros, es
pueden ser útiles los otros bienes ni puede estar separada
necesario que le prestemos atención y que le rindamos el
de los otros bienes que hacen bueno al hombre" (Tratados
homenaje que se merece como Dios que es: "Si, pues, los
sobre el Evangelio de San Juan 87, 1).
miembros de Cristo son templo del Espíritu Santo, no es
criatura el Espíritu Santo; porque desde el momento en Por otra parte, y éste es otro don que regala la presencia
que nuestros cuerpos se transforman en morada del Espí- del Espíritu, nos da la paz. El Espíritu nos proporciona esa
ritu Santo es menester que le rindamos el homenaje debi- serenidad que nos ayuda a vivir en toda circunstancia
do a Dios" (La Trinidad 1, 6,13). desde una paz interior profunda. Su presencia siempre es
una presencia activa que restaura al ser humano desde
Esta presencia del Espíritu solamente se puede compren-
sus raíces más profundas. Junto con el Padre y el Hijo, el
der desde y en el amor. Él, habitando en nosotros, nos
Espíritu es nuestro descanso y nuestra felicidad plena:
hace participar de su plenitud y nos inunda con sus rique-
"Este Espíritu Santo se dice Espíritu de verdad, que el
zas abundantes. Pero no es un huésped invasor porque
mundo no puede recibir. Nuestro gozo será plenitud al
respeta la libertad humana: "El Espíritu Santo ha comen-
deleitarnos en el Dios Trinidad, a cuya imagen hemos sido
zado a habitar en vosotros. ¡Que no tenga que marchar!
creados" (La Trinidad 1, 8, 18). Como don de Dios, es el
No lo excluyáis de vuestros corazones. Es buen huésped:
que proporciona la gracia y la paz, que son la manifesta-
si os encuentra vacío, os llena; si hambrientos, os alimen-
ción primaria del don: "El mismo don de Dios es el Espíritu
ta; finalmente, si os halla sedientos, os embriaga..." (Ser-
Santo; pues la gracia y la paz, ¿qué otra cosa son sino el
món 225, 4).
don de Dios? Luego de ningún modo puede darse a los
El Espíritu visita las mentes y su visita es iluminante de los hombres la gracia, por la que nos libramos del pecado, y la
caminos de los hombres. El Espíritu Santo es llamado por paz, con la que nos reconciliamos con Dios, a no ser que
Agustín "Doctor interior, por cuya gracia sois lo que sois" se dé en el Espíritu Santo"(Exposición incoada de la Carta
(Carta 184 bis, 1). Él ilumina toda vocación y descubre los a los Romanos 11). Entre las muchas funciones que reali-
designios eternos de Dios sobre cada uno. Ha puesto en za en el hombre una de las más importantes es la de sos-
nuestros corazones la inquietud de la llamada y la genero- tener a los fieles para que crean en Jesús, ayudarles a que
sidad de la respuesta y, sin duda, producirá en los tiempos deseen llegar a Él y después purificar los ojos para que
oportunos sus frutos. Es el gran consolador, suscita en puedan ver en el Hijo encarnado su forma divina (cf. Ser-
nosotros la palabra adecuada para el momento que tene- món 143, 3).
mos que pronunciarla. La gran misión del Espíritu es reve-
Otra de las funciones, no menos importante que la ante-
lar al mundo la gloria de Cristo Jesús, y lo que más desea
rior, es ayudar al hombre a ser más y mejor, invitándole a
es que, a través de los fieles, el mundo conozca que Jesús
entrar en sí mismo y haciéndole pasar de lo creado a lo
es el enviado del Padre.
increado: "Va, pues, el hombre a menos cuando se derra-
Con relación a los discípulos, la función que tiene el Espíri- ma hacia lo exterior y arroja sus intimidades en su vida...
tu es la de ser Maestro. Jesús, nos confiesa, tiene mucho Por eso, el Espíritu Santo traslada la semejanza de lo visi-
que decirnos todavía, pero dado que en este momento no ble a lo invisible, de lo corporal a los sacramentos espiri-
tenemos la suficiente madurez, deja que el Espíritu conti- tuales" (Carta 55, 9). El Espíritu Santo, por otra parte, ani-
núe su obra. Será el Espíritu el encargado de guiar a los ma al hombre para que se esfuerce en el camino y aspire
discípulos y de darles inteligencia para comprender cada siempre a la plenitud, pero sabiendo que esto es una con-
una de las palabras y acciones de Jesús. Pero el Espíritu quista que hay que desear (cf. Carta 92,1). Para llegar a la
no violenta nunca, sino que se acomoda a nuestra capaci- plenitud, para ser justos y buenos, no basta con el esfuer-
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
zo, es necesaria la ayuda del Espíritu: "Orad, pues, por mí, Santo está dentro de la Iglesia que habla las lenguas de
para que sea justo. Es cierto que eso no lo logrará el hom- todos. Quienquiera que se halle fuera de ella, carece del
bre si no conoce y quiere, y lo logrará si quiere plenamen- Espíritu Santo... Considerad nuestros miembros. El cuerpo
te. Pero no querrá plenamente si el Espíritu no le sana con consta de muchos miembros, y una sola alma da vigor a
la gracia y le ayuda para que pueda" (Carta 145, 8). Es todos ellos. Ved que, gracias al alma humana por la que
más, el Espíritu nos prepara para la conversión y alegra el yo soy hombre, mantengo unidos todos los miembros... Se
corazón de los hombres (Comentarios a los Salmos 18, 2, reconoce el miembro de que se trata: es un dedo, una
8-9). mano, un brazo, una oreja; fuera del cuerpo tienen sola-
mente la forma, pero no la vida. Lo mismo sucede al hom-
bre separado de la Iglesia... Si el espíritu no te vigoriza
III EL ESPÍRITU SANTO, ALMA DE LA IGLESIA interiormente, en vano te glorías externamente del rito"
(Sermón 268, 2). Y es que, como dice Agustín: "Vale más
LA experiencia de Pentecostés fue de trascendental impor- ser dedo y estar en el cuerpo, que ojo y estar separado de
tancia en la implantación de la Iglesia y en la vida de los él" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 13,17).
primeros cristianos, y sigue siendo vital para todo el que
quiera ser fiel al Señor Resucitado y vivir su mismo espíri- La Iglesia, nacida por el amor del Padre hacia el Hijo en el
tu. En los Hechos de los Apóstoles se nos presenta el Espíritu Santo, es una comunidad de amor. Por la fuerza
Espíritu como el constructor de la primitiva comunidad, el creadora del Espíritu Santo nace la Iglesia y resultan fe-
alma de la Iglesia (cf. Hechos 1, 4-8). Los Hechos de los cundas las comunidades de los creyentes. Pero la Iglesia
Apóstoles dan especial relieve a la escena de la venida del es ante todo común-unidad y, por tanto, se puede conocer
Espíritu del día de Pentecostés. El Espíritu se da a cada que se posee el Espíritu Santo si se permanece en la uni-
uno de los miembros de la comunidad para construir con dad: "Poseemos, sin duda, el Espíritu Santo si amamos a
ellos un nuevo Pueblo de Dios. Todo lo que es y todo lo la Iglesia. Se la ama si se permanece en su unidad y cari-
que tiene la Iglesia se lo debe al Espíritu Santo, es el que dad" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 32, 8).
fecunda y da alma al ser y al hacer eclesial. Para Agustín es evidente que el Espíritu Santo es pieza
clave para vivir en la unidad de la Iglesia, y, a la vez, co-
El Espíritu asegura la permanencia de la Iglesia, que es la noceremos que tenemos el Espíritu Santo si vivimos para
depositaría de la verdad de Dios y la sostiene para que no la unidad; si somos enemigos de la unidad, por lo mismo,
sucumba en medio de las adversidades que le toca vivir. somos enemigos del Espíritu Santo: "Por el Espíritu Santo
Está en el origen mismo de la Iglesia, es su inspirador, su somos recogidos en la unidad y no nos separamos de la
guía, su luz y su alma. El Espíritu Santo que se nos ha unidad... Y quien no vive en la unidad de Cristo y ladra
dado es nuestro amor y nuestra santidad dentro de la Igle- contra la unidad de Cristo, hemos de entender que no
sia, pero a condición de que estemos en el cuerpo de Cris- tiene el Espíritu Santo... Recordad que los que se oponen
to. Esto lleva consigo un compromiso de unidad, un estar a la unidad no tienen el Espíritu Santo" (Sermón 8,17-18).
unidos vitalmente a este cuerpo y vivir de Él y para Él,
pero dado "que el Cuerpo de Cristo no puede vivir sino del Es constante en Agustín la doctrina que para poseer el
Espíritu de Cristo"(Tratados sobre el Evangelio de San Espíritu Santo es necesario amar a la Iglesia y permanecer
Juan 26, 14), sólo el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, en su unidad, porque el que no está dentro de la Iglesia no
puede dar vida a la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo. puede contar con la presencia del Espíritu; es más, si se
Agustín pone el ejemplo del cuerpo humano, y recuerda separa de la Iglesia, que es el lugar de recepción del Espí-
cómo en el cuerpo humano si hay que cortar un miembro, ritu, tiene que renunciar a dicho Espíritu: "También noso-
ese miembro, después de cortarlo, ya no tiene vida. Para tros recibimos el Espíritu Santo si amamos a la Iglesia, y si
recibir la vida del Espíritu es necesario estar en la caridad, estamos unidos por la caridad, y nos gozamos del nombre
en la verdad, en la unidad: "El Espíritu Santo obra en la y fe católicos. Creámoslo así, hermanos; en el mismo gra-
Iglesia lo mismo que el alma en todos los miembros de un do que ama alguien a la Iglesia, en ese mismo grado po-
único cuerpo. Mas ved de qué debéis guardaros, qué te- see el Espíritu Santo" (Tratados sobre el Evangelio de San
néis que cumplir y qué habéis de temer... Por tanto, si Juan 32,7-8). Por tanto, pertenecer a la Iglesia, ser miem-
queréis recibir la vida del Espíritu Santo, conservad la ca- bros vivos del cuerpo de Cristo y poseer el Espíritu Santo
ridad, amad la verdad y desead la unidad para llegar a la son realidades que se implican mutuamente.
eternidad" (Sermón 267, 4). El cristiano tiene la obligación de permanecer en el cuerpo
El alma y la vida de la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, de Cristo, es decir, de estar unido a la cabeza en la Iglesia
no es otro que el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo. y así será vivificado por el Espíritu; de lo que se trata es de
Quien no tiene el Espíritu de Cristo no puede pertenecer a poder morar en Él y Él en nosotros. Esto lo podemos reali-
la Iglesia, porque la Iglesia es la continuación de Cristo en zar si estamos unidos al cuerpo por medio de la caridad;
la tierra, es su Cuerpo. Según Agustín, se puede hacer así el Espíritu nos vivifica, nos da vida. Separarse del
una comparación entre lo que es el Espíritu Santo para la cuerpo es no tener vida y, como consecuencia, es renun-
Iglesia y lo que es el alma para el cuerpo humano. El Espí- ciar a ser miembro vivo y actuante (cf. Tratados sobre el
ritu unifica a todos los miembros del Cuerpo y, a la vez, es Evangelio de San Juan 27, 6). El Espíritu Santo renueva la
la misma vida del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Sin Iglesia comunicándola el amor, pero esto no lo hace de
Él no es posible ser miembros vivos. Si alguien no tiene la una vez para siempre, sino progresivamente y orientándo-
fuerza del Espíritu, aunque se crea dentro de la Iglesia la hacia la contemplación. Pero esto exige e implica un
porque cumpla externamente con los ritos, no pertenece a ejercicio de purificación para llegar a la contemplación; es
la Iglesia. Es fundamental poseer el Espíritu para disfrutar decir, necesitamos quitar los obstáculos que frenan la ex-
de la vida del cuerpo: "Por tanto, quien tiene el Espíritu pansión de la caridad: "La mente racional, una vez purifi-
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
cada, debe aplicarse a la contemplación de lo eterno; pero El Espíritu nos hace gemir, es decir, nos hace comprender
la que aún necesita del baño de la purificación ha de fijar nuestra propia situación y suplicar a Dios que nos ayude.
su vista en lo temporal mediante la fe" (La Trinidad 4, 18, Es tanto como decir que el Espíritu por el que clamamos
24). Evidentemente, para conocer a Dios es necesario ¡Abba, Padre!, es el mismo que nos hace pedir a quién,
superar las cosas corpóreas y ser puros de corazón, pero deseamos recibir, nos hace buscar al que deseamos en-
el conocimiento más alto de Dios se consigue por el amor: contrar y Él mismo nos hace llamar al que nos propone-
"En esta cuestión que versa sobre la Trinidad y el conoci- mos llegar, porque es la meta de nuestros deseos (cf. Co-
miento de Dios, nos interesa principalmente saber qué es mentarios a los Salmos 118,s.14,2). El Espíritu nos enseña
el amor verdadero, o mejor, qué es el amor... Consiste el a gemir y a suspirar por la patria hacia donde peregrina-
amor verdadero en vivir justamente adheridos a la verdad mos como lugar de reposo y de permanencia. El Espíritu
y en despreciar todo lo perecedero por amor a los hom- Santo nos enseña a vivir inquietos en esta vida y nos ani-
bres, a quienes deseamos vivan en justicia" (La Trinidad 8, ma en nuestro itinerario (cf. Tratados sobre el Evangelio
7, 10). de San Juan 6,2).
PARA EL DIÁLOGO La misma oración es gracia del Espíritu Santo que otorga
gratuitamente y, por tanto, sin que la merezca el hombre
• ¿Soy consciente de que es el Espíritu el crea- en absoluto: "Con lo que se nos da a entender que es don
dor de toda auténtica espiritualidad y cultivo de Dios, a fin de que con corazón sincero y animados por
su presencia y su acción en mí? su Espíritu oremos a Dios nuestro Señor. Vean, pues,
• Con la presencia del Espíritu se comienza a cómo se engañan los que piensan que pedir, buscar y
conocer, sentir y meditar lo divino. ¿Hago lo llamar a la puerta son efectos de nuestra voluntad y no de
posible por garantizar su presencia y dejarle el la gracia de Dios, y que estos primeros movimientos por
timón de mi vida? los que recibimos lo que pedimos, encontramos lo que
buscamos y se abre al que llama, preceden a la gracia, y
• ¿Soy dócil a las inspiraciones del Espíri- no quieren comprender que pedir, buscar y llamara la
tu?*¿Me mantengo unido a la Iglesia para ser puerta, en una palabra, orar, es dádiva gratuita del Señor"
vivificado por el Espíritu? (El don de ¡a perseverancia 23, 64).
Él hace que la verdad penetre en el ser humano, hace
amar esa verdad y da el gusto por la sabiduría. Él ayuda a
IV. EL ESPÍRITU ORA EN NOSOTROS Y NOS
descubrir el sentido de la vida y facilita que los miembros
ENSEÑA A ORAR de Cristo participen de la misma vida divina (cf. Tratados
EL Espíritu es quien nos enseña a orar, o mejor, quien ora sobre el Evangelio de San Juan 27, 6). Dios quiere que los
en nosotros: "Es decir, que inspira a los santos el acento y seguidores de Jesús estén llenos del Espíritu hasta que
los deseos de la oración. Es el mismo Espíritu que Dios sean como fuentes que lo rebosan, que lo dan a conocer y
envió a nuestros corazones el que clama: ¡Abba, Padre!, y transmiten su presencia. La actitud que deben tener los
en el cual clamamos nosotros: ¡Abba, Padre! Con ambas seguidores de Jesús ante el Espíritu es de docilidad; escu-
expresiones... el Apóstol quiso hacernos comprender en char esa voz que suena dentro de ellos y colaborar con un
qué sentido clama el Espíritu en nosotros, es decir, que es sí inmediato a sus insinuaciones.
Él el que nos hace clamar" (Naturaleza y origen del alma La santificación -que es la plenitud de la obra de Dios en
4, 9,13). De lo que se trata es de que el Espíritu clama por nosotros- es obra del Espíritu: "No hay ninguna santifica-
nosotros y en nosotros, porque somos nosotros los que ción divina y auténtica sino por la gracia del Espíritu Santo.
necesitamos, los que somos pobres e indigentes: "Certísi- No en vano se llamó propiamente Espíritu Santo" (Sermón
mo indicio de indigencia sería interpelar con gemidos, y no 8,17). Agustín está convencido que donde está el Espíritu
hemos de creer que el Espíritu Santo sea indigente de Santo ahí está la santidad: "allí está la santificación, pues
ninguna cosa. Dice que interpela porque nos hace interpe- ahí está el Espíritu de Dios" (Sermón 8, 6). Por tanto, ser
lar, porque nos inspira el afecto de gemir e interpelar, se- santos es la tarea del Espíritu en nosotros, sólo Él puede
gún se ve en aquel pasaje del Evangelio" (Carta 194, realizarlo y, en consecuencia, ningún hombre puede serlo
4,17). De todas las maneras, el que clama con gemidos es por esfuerzo personal, aunque con el esfuerzo personal
el Espíritu, aunque es en ayuda de nuestra debilidad; ha- podamos preparar el campo para la obra del Espíritu.
bla en nosotros y hace que nosotros clamemos (cf. Carta Nuestra colaboración con el Espíritu consiste en preparar
194,4,16). Pero también el gemir es don del Espíritu, lo el terreno interior, dado que "Dios sólo ayuda a quien se
mismo que la inspiración de la palabra a pronunciar en la ayuda a sí mismo" (Carta 147, 2). Ser santos, por tanto, es
súplica: "Es palabra del Espíritu de Dios, porque si Él no la ser espirituales de veras, en el sentido más pleno de la
hubiera inspirado no la pronunciaríamos nosotros; no es palabra. Es decir, vivir en el Espíritu y del Espíritu, y dejar
palabra suya, porque Él no es indigente ni sufre... También que Él plasme su sello en nuestro interior: "En esto consis-
el gemir es un don del Espíritu" (Comentarios a los Salmos te la perfecta santidad..., nosotros somos santificados en
26,s.2,1). Agustín quiere dar a entender que es el Espíritu el Espíritu Santo" (Sermón 33, 3).
el que nos hace orar como es debido y, para ello, dice que
el Espíritu clama en nosotros, aunque es mejor decir que El Espíritu es el que nos hace nacer a la vida nueva, una
el Espíritu nos hace clamar, pone en nuestros corazones vida que tiene su sede en el interior: "Nacemos, pues,
el deseo y la realización de lo que más necesitamos (cf. espiritualmente, y este nacimiento en el Espíritu es en
Carta 130, 15, 28). virtud de las palabras y del sacramento. El Espíritu está
presente para que nazcamos. El Espíritu de donde naces
está invisiblemente presente, porque invisiblemente naces
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Espíritu Santo y sus Frutos
tú. Sigue hablando: 'No te extrañes que te haya dicho: Es El Espíritu Santo comunica al hombre interior santidad y
necesario que nazcas de nuevo; el espíritu sopla donde alegría: "De aquí se deduce también que hablaba del río
quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene y del Espíritu Santo al decir: 'Las avenidas del río alegran la
adonde va'. No hay quien vea al Espíritu; ¿cómo, pues, se ciudad de Dios'. ¿Qué sigue? 'Santificó su morada el Altí-
oye su voz? ¿Se oye un salmo? Es la voz del Espíritu. ¿Se simo'. Luego, si a continuación se consigna la palabra
oye el Evangelio? Es la voz del Espíritu. ¿Se oye la pala- santificación, es evidente que aquellas avenidas del río
bra divina? Es también la voz del Espíritu. Se oye su voz y han de entenderse del Espíritu Santo, con el que se santi-
no se sabe de dónde viene ni adónde va. Y si tú naces del fica toda alma piadosa que cree en Cristo para hacerse
Espíritu serás tal que quien no ha nacido aún del Espíritu moradora de la ciudad de Dios" (Comentarios a los Salmos
no sabrá de ti ni de dónde vienes ni adónde vas. Esto es lo 45, 8). Donde está el Espíritu de Dios, allí está la santidad,
que añade el Señor: Así es todo el que ha nacido del Espí- allí está la vida en plenitud, pero el Espíritu sólo se posa
ritu" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 12,5). El sobre el humilde, de tal forma que en él descansa: "Ahí
Espíritu nos renueva cada día y nos enseña a gustar las está la santificación, pues ahí está el espirito de Dios. Ved
delicias de Dios (cf. Sermón 70, 2). esa vocación, esto es, esa quietud, al decir: ¿Sobre quién
descansa mi espíritu? Sobre el humilde, quieto y temeroso
de mis palabras'. Los inquietos se desprenden del Espíritu
V LA VIDA ESPIRITUAL ES VIDA EN EL ESPÍ- Santo, son amadores de peleas, sembradores de calum-
RITU nias, más amigos de la discusión que de la verdad, y por
su inquietud rechazan el descanso del sábado espiritual...
EN la vida interior el protagonista principal siempre es el Él descansa en el hombre humilde y sosegado como en su
Espíritu. Él suscita y alimenta en nosotros la vida interior, sábado" (Sermón 8, 6 y 17).
haciéndonos morar en Dios: "Luego el Espíritu Santo hace
PARA EL DIÁLOGO
que permanezcamos en Dios y Dios en nosotros, y esta
obra es del amor. Por consiguiente. Él es el Dios-Amor. • ¿Escucho su voz? ¿Dialogo con Él que habita
Por fin, al repetir poco después que Dios es caridad, aña- en mí?
de a continuación: El que permanece en el amor, en Dios
permanece y Dios en él. Poco antes había dicho: Cono- • ¿Cuál es mi actitud ante su voz? ¿Soy dócil a
cemos que permanecemos en Él y Él en nosotros porque sus inspiraciones? ¿Me esfuerzo por seguir
nos dio de su Espíritu. Por consiguiente, el Dios-Amor es esas inspiraciones?
el Espíritu Santo. Cuando este Espíritu, Dios de Dios, se • ¿Vivo del Espíritu y por el Espíritu?
da al hombre, le inflama en amor de Dios y del prójimo,
pues Él es amor. No puede el hombre amar a Dios si no es
por Dios. Por esta causa dice San Juan: Amemos a Dios,
porque Él nos amó primero. Y el apóstol San Pablo: La
caridad de Dios se ha derramado en nuestros corazones
por el Espíritu Santo que nos ha sido dado... La caridad
que viene de Dios y es Dios, es propiamente el Espíritu
Santo, por el que se derrama la caridad de Dios en nues-
tros corazones, haciendo que habite en nosotros la Trini-
dad" (La Trinidad 15, 17, 31-18, 32).
El Espíritu Santo es el que realiza en nosotros la unidad
recogiéndonos de la dispersión, porque Él, en el seno de
la Trinidad, representa la comunidad (cf. Sermón 71, 18).
Probablemente la pneumatología agustiniana de la comu-
nión sea la contribución más original de Agustín a la teolo-
gía trinitaria. Este Espíritu Santo, que habita en el interior
del hombre y le hace cuerpo de Cristo, anima la oración
del creyente mediante la caridad, ya que toda súplica que
no nace de la caridad es vana: "Él es el Espíritu de adop-
ción de los hijos, en el que clamamos Abba, ¡oh Padre!,
para que podamos decirle: 'Perdónanos nuestras deudas',
y también, en esto conocemos, como dice el apóstol Juan,
que Cristo permanece en nosotros por el espíritu que nos
dio. El mismo Espíritu da testimonio a nuestro espíritu de
que somos hijos de Dios. Porque a Él pertenece la unión
por la que nos constituimos en el único cuerpo del único
Hijo de Dios... Clamamos nosotros, pero en Él, es decir,
porque Él difunde la candad en nuestros corazones, sin la
cual clamaría en vano todo aquel que clama. Y por eso
dice: Tero quien no tiene el espíritu de Cristo, no le perte-
nece'. ¿A quién pertenecerá dentro de la Trinidad la co-
munión de esta sociedad, sino a aquel espíritu que es
común al Padre y al Elijo?" (Sermón 71, 28-29).
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
b) Cisma entre el sacramento del altar y el sacra- San Pablo llama a la Eucaristía "Cena del Señor" (2Cor
mento del hermano. Por una parte, va la piedad euca- 11, 20). También "Mesa del Señor". En el libro de los
rística en la Iglesia, y por otra, la vida social. Este di- Hechos de los Apóstoles es conocida como "Fracción
vorcio entre la piedad y la vida esteriliza toda la piedad del Pan" (Hechos 2, 42). No hay duda de que la Euca-
eucarística. Siempre corremos el riesgo de pretender ristía, celebrada en nuestras asambleas litúrgicas,
comulgar con Cristo en la más estricta intimidad, sin arranca de las cenas que Jesús celebró en su vida
preocuparnos de comulgar con los hermanos. itinerante. Como advierte J. Jeremías, la última Cena
es la última de una larga cadena de comidas y cenas
c) Anestesia qué sirve de tranquilizante para nuestra que Jesús ha celebrado a lo largo de su vida. Pode-
conciencia. La misa dominical como cumplimiento se mos decir que la Eucaristía parte de la comensalidad
puede convertir en objeto de consumo, sin manifestar- de Jesús y echa sus raíces en la praxis de Jesús de
nos las exigencias de justicia y de amor que entraña. celebrar comidas con toda clase de personas (J. Jere-
La rutina y la actitud consumista de lo religioso nos mías, La última Cena. Palabras de Jesús, Ed. Cristian-
sitúan en una situación de imposible conversión. Ya no dad, 1983). La Eucaristía es verdadero banquete, don-
es la Eucaristía la que nos transforma a nosotros y a la de Cristo se ofrece como alimento: "En verdad, en
sociedad, sino que la sociedad y nosotros mismos verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del
acomodamos y configuramos la Eucaristía a nuestro Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en
gusto e interés. vosotros" (Juan 6, 53).
d) Aburrimiento en la misa. El mundo juvenil ha A lo largo de los años, la cena eucarística ha ido evo-
abandonado nuestras celebraciones eucarísticas. lucionando. El banquete fue adquiriendo un carácter
Después de recibir el sacramento de la Confirmación, cada vez más ritual, a la vez que se desatendía la di-
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
Frecuentemente, los sermones de Agustín son prolon- (Sabiduría 16, 20). Qué maravilla de equilibrio en esta
gación de sus confesiones, de su experiencia de Dios doctrina agustiniana entre la disposición del fiel y el
en la vida. Ante la pregunta: ¿Dónde está tu Dios? del valor inapreciable de la Eucaristía (cf. G. Madec, Le
salmo 42, sobre El ciervo que anhela las fuentes, Saint Augustin. La Patrie et la Voie, París 2001, pp. 82-
Agustín confiesa: "Me lancé en busca de mi Dios, no 840).
sólo para creer en él, sino también, en la medida de
PARA EL DIALOGO
mis fuerzas, para contemplarlo, pues veo las obras de
Dios, pero no veo a mi Dios, que es su autor". La fun- ¿A qué llamas participar en la Eucaristía?
ción del sermón es preparar nuestro ánimo para recibir
al Maestro interior y discernir el Espíritu, que instruye ¿Cuáles son las disposiciones para comul-
gar bien?
al predicador y al público. Agustín intenta llevar su
público aguas arriba, hacia la fuente, para introducirlo ¿Concibes más la Eucaristía como remedio
en el misterio de Dios. Por eso su predicación es bíbli- o como premio?
ca, litúrgica y pastoral.
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
rística. "Los verdaderos sacrificios son las obras de Del mismo modo, el vino del cáliz simboliza también la
misericordia realizadas para con nuestros hermanos y unidad de corazón y de alma que Hechos (4, 32) des-
orientadas hacia Dios. Pues estas obras tienen como cribe como don para los creyentes, porque muchas
fin librarnos de la miseria y concedernos la felicidad, uvas diversas fueron prensadas en el lagar y llegaron a
que se obtiene como dice el salmo: 'Mi bien es estar formar en la copa un solo vino de excelente sabor.
junto al Señor' (Salmo 72, 28). He aquí el sacrificio de Agustín, refiriéndose a los neófitos recién bautizados,
los cristianos: lograr la unidad por la caridad. 'Muchos les dice que ellos están ahora sobre la mesa y se en-
formamos un solo Cuerpo en Cristo Jesús" (La Ciudad cuentran unidos en la copa con el resto de los creyen-
de Dios 10, 6). La Eucaristía, por la mediación de Cris- tes, citando así a 2Cor 10, 17: "Puesto que el pan es
to, es el acto único y total de la religión verdadera que uno, nosotros -que somos muchos- somos un cuerpo;
asegura a la humanidad la felicidad, personal y comu- pues todos participamos de ese pan", y 12, 27: "Voso-
nitaria, en la unión con Dios. tros sois el Cuerpo de Cristo, y cada uno individual-
mente un miembro de él" (Sermón 229, 1).
Éste es el sacrificio que la Iglesia celebra en la liturgia
eucarística, "donde se muestra a la Iglesia que ella El misterio que los cristianos ven sobre el altar es el
misma es ofrecida en las ofrendas que ella presenta a misterio que los comprende y significa a ellos mismos.
Dios" (La Ciudad de Dios 10, 6). Añade Agustín: Cristo, Cuando los fieles escuchan "el Cuerpo de Cristo" y
"en la forma de Siervo" prefiere ser el sacrificio a reci- contestan AMÉN, entonces están asintiendo a lo que
birlo. Cristo no sólo es el Sacerdote que ofrece, sino ellos son, rubricándolo con la propia firma. Agustín los
también la Oblación ofrecida. Él dio a la Iglesia este insta a ser lo que vosotros veis, y a recibir lo que voso-
sacramento memorial de su sacrificio: "porque la Igle- tros sois (Sermón 272). La unidad del Cuerpo sa-
sia, al ser el Cuerpo del que él (Cristo) es la cabeza, cramental de Cristo se refleja y resplandece en la
aprende a ofrecerse a sí misma por medio de él" (La unidad del cuerpo eclesial. ¿Cómo aparece la unidad
Ciudad de Dios 10, 20). El santo doctor afirma la efica- en la asamblea eucarística? Desde Levantemos el
cia de este sacrificio del Mediador por los difuntos. Así corazón (¡sursum corda!) hasta el intercambio de la
fue ofrecido el sacrificio de nuestra redención por Mó- paz, los corazones están unidos y levantados hacia
nica en su entierro. Y en el propio entierro de Agustín Dios. Cristo es Sacerdote, Víctima y está realmente
se ofreció por su eterno descanso el sacrificio eucarís- presente sobre el Altar. Es nuestro lazo de unión por
tico (A. D. Fitzgerald, Diccionario de San Agustín, Bur- medio de su Espíritu, es precio de nuestro rescate, y
gos 2001, pp. 544-546). se nos da como alimento, haciendo que nos transfor-
memos en él, cuando observamos el mandamiento del
PARA EL DIALOGO
amor (Sermón 228 B, 1-5).
¿Por qué Jesús es el único y verdadero Sacerdo-
Agustín afirma que no importa el número de hogazas
te?
de pan que haya sobre los altares de todo el mundo.
¿Cuáles son las diferencias entre la Antigua y la Por muchas que sean, seguirán siendo "un solo pan",
Nueva Alianza? porque todos los cristianos del mundo forman el único
Cuerpo de Cristo (Sermón 229 A, 1). La participación
¿Qué tipo de sacrificios son agradables al Pa- de los fieles en la Eucaristía realiza la unidad de este
dre? único Cuerpo. El pastor de Hipona instruye así a los
creyentes: "Para no estar dispersos y separados, co-
med lo que a todos nos une" (Sermón 288 B, 3). La
unidad es la característica de la Eucaristía, "para que
agregados a su Cuerpo, hechos miembros suyos,
VI SACRAMENTO DE UNIDAD seamos lo que recibimos" (Sermón 57, 7). Advierte, sin
ECLESIAL embargo, Agustín que es necesaria la preparación
para recibir dignamente el Cuerpo y Sangre del Señor.
Puesto que el Señor instituyó el sacramento de la paz
Desde el comienzo de la tradición cristiana, en los (Sermón 227), y la unidad. "Los que reciben el sacra-
mento de la unidad y no mantienen el vínculo de la
escritos de los Padres Apostólicos, tenemos la imagen
paz, no reciben el sacramento para la propia edifica-
de los numerosos granos de trigo reunidos en un solo
ción, sino como testimonio de su condena" (Sermón
pan ofrecido en la eucaristía y que simbolizan la uni-
272). Unidad en la paz por la caridad. Según san
dad de la Iglesia. Agustín emplea y amplía esta imagen
en sus homilías (Sermón 227, 229 A, 272). Dice a sus Agustín, pues, la celebración de la sagrada Cena ca-
pacita a los bautizados a integrarse en el ofrecimiento
fieles que ellos son los numerosos granos que fueron
trillados por bueyes cuando se les predicó el Evange- que Cristo hizo de sí mismo al Padre. Al recibir el
lio, y que fueron almacenados en graneros cuando, cuerpo sacramental de Cristo, los fieles se fortalecen
como cuerpo eclesial de Cristo.
siendo catecúmenos, no se les permitía participar en la
celebración eucarística. Luego fueron molidos, con
ayunos y exorcismos, mezclados con agua y llegaron a
formar una sola masa en el bautismo, siendo cocidos VII la eucaristía, vínculo de co-
en la crismación por el fuego del Espíritu Santo para
formar la hogaza del pan del Señor (Sermón 229, 1). munión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
La unidad entre Cristo y sus miembros se realiza en la mala puede beneficiar, comparando lo acontecido a
Eucaristía por obra y gracia del Espíritu Santo. Unidad Judas y a Pablo: Con el bocado que comió Judas en
y comunión entre el Señor resucitado y su Iglesia, que la última cena entró en él el maligno; en cambio el
es íntima unión entre sus santos y elegidos, y también aguijón de la carne que sentía Pablo le sirvió para su
entre sus fieles. Comer este alimento y beber este purificación. Una cosa buena ha perjudicado al malo
refrigerio implica morar en Cristo y poseerlo plenamen- (Judas), mientras que una cosa mala ha beneficiado al
te. Esta participación en él, no quiere decir ser igual a bueno (Pablo)" (Sermón 62, 1). Realmente, Judas no
él, sino participar de la gracia del Mediador (Sermón permaneció en Cristo y Cristo no permaneció en él.
26, 19). La prueba de haber comido y bebido con él, es "Besó con sus labios a Cristo, pero le traicionó con su
permanecer en él y él en nosotros (Sermón 27, 1). El corazón" (Sermón 229, 1-3). No obstante, el futuro de
alimento eucarístico es participación en la intimidad y este apóstol está en las manos de Dios, pues Jesús,
destino de la persona de Cristo, Salvador. En la misma así como es Cordero de la Nueva Alianza y alimento
persona de Cristo resucitado, presente en la Eucaris- de vida eterna, es también remedio para todos los
tía, se nos da el Hijo de Dios y el Hijo del Hombre, en males de la humanidad.
toda su humanidad y divinidad, y en su dimensión his-
PARA EL DIÁLOGO
tórica y eterna. ¿Quién es el que realiza esta unión
entre ambas dimensiones? Según Agustín, es el Espí- * Describe la actitud de Pedro, Pablo y Judas res-
ritu Santo quien realiza esta unión de las dos naturale- pecto a Jesús como pan de vida.
zas de Cristo, así como también la unión y comunión
* ¿Cuál es la condición esencial para recibir con
de Cristo con sus fieles en la Eucaristía (Sermón 27,
provecho la Eucaristía?
5). El Espíritu Santo es el artífice de toda la vida espiri-
tual en la Iglesia. Es el Espíritu quien da la vida, la * ¿Mi comunidad tiene conciencia viva de lo que
carne no vale nada. Unidos en el Espíritu de Cristo celebra y recibe en la Misa?
Jesús, tenemos la vida; separados, nos alcanza la
muerte.
La Eucaristía alimenta la vida en Cristo siempre que el
cristiano sea iluminado con la fe e inteligencia del Espí-
ritu. El Doctor de la gracia interpreta la unión con Cristo VIII presencia del resucitado en
como una vida de fe, que se abre a la inteligencia y se la eucaristía
desarrolla en el seguimiento comprometido con la cau-
sa del Reino. Después del discurso de Jesús sobre el Las "comidas" de Jesús, como señal del Reino anun-
"pan de vida", muchos de los discípulos le abandona- ciado, son una constante en su vida, antes y después
ron, porque no creyeron, ni entendieron de qué estaba de la resurrección. Después de resucitado, Jesús se
hablando. Y ante la pregunta de Jesús dirigida al grupo aparece a sus discípulos en el marco de una comida
de discípulos más cercanos: ¿También vosotros que- (Lucas 24, 41; Juan 21,9- 13; Marcos 16, 14). Los
réis marcharos? Pedro se adelantó y dijo: ¿A quién apóstoles, discípulos y discípulas, comieron y bebieron
iremos, Señor? Tú tienes palabras de vida eterna. No- con Jesús después que él resucitó de entre los muer-
sotros creemos firmemente y reconocemos que tú eres tos (Hechos 10, 41). Es particularmente significativo el
el Santo de Dios (Juan 6, 67- 69). Es necesario creer relato de Emaús, que constituye una especie de transi-
para entender y poder vivir. Por eso, en la Eucaristía ción entre la presencia pascual del Resucitado y su
tenemos que comulgar antes con la mente, por medio presencia sacramental en la Eucaristía. Jesús se da a
de la fe, para recibir la fuerza del sacramento en la conocer en el gesto convivial de la "fracción del pan"
comunión. "Si de verdad creíste, ya comulgaste", llega (Lucas 24, 35). No sólo se hace presente y se da a
a decir san Agustín. No podemos comer y beber sólo conocer en "la fracción del pan", sino que, cada vez
el sacramento visible, como los malos e incrédulos, más, la comunidad va descubriendo la presencia de
sino abrirnos al Espíritu, para permanecer en el Señor, Jesús en el pan y el vino consagrados y distribuidos
como miembros vivos de su Cuerpo. La Eucaristía es entre los comensales. Los cristianos sienten la presen-
el alimento de los fuertes y los mártires (Sermón 27, cia de Jesús resucitado en la celebración comunitaria
12). de la Eucaristía.
Para recibir con provecho este sacramento de comu- En este sentido, Agustín habla con gran realismo de la
nión es preciso estar en comunión con el Señor y con presencia verdadera y personal de Cristo Jesús en la
los hermanos. Pues, como dice el apóstol, quien come Eucaristía. "Llamo Cuerpo y Sangre de Cristo... al fruto
el cuerpo de Cristo indignamente come la propia con- formado de la semilla terrena, consagrado por la ora-
denación (1Cor 11, 29). Comer el pan vivo es creer en ción mística, siendo para el que lo recibe salud del
Cristo. Quien cree, come y queda saciado. Todos los alma y memorial de la pasión del Señor. Sacramento
fieles comen el sacramento visible. Pero una cosa es hecho visible por la intervención de los hombres, pero
el sacramento y otra la gracia del sacramento (Sermón santificado por la acción invisible del Espíritu Santo
26, 1). Judas, uno de los apóstoles, recibió el mismo de Dios" (La Trinidad 3, 4, 10).
pan que Pedro. Pedro, para la vida, Judas para la En sus homilías dice a los recién bautizados que lo
muerte; y "no porque lo que recibió fuera malo, sino que ellos reciben en el sacramento del altar es el
porque él (Judas), siendo malo, recibió malamente el Cuerpo y la Sangre de Cristo, derramado para el per-
mejor bien" (Sermón 26, 11; 50, 10). "Así, -prosigue, dón de los pecados. Y les encarece que deben "reco-
Agustín,- una cosa buena puede perjudicar y una cosa nocer en el pan lo que colgó de la cruz, y en la copa lo
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
que brotó de su costado" (Sermón 228 B, 2). Agustín donde la vida se encuentra amenazada por el hambre,
hace referencia al Cuerpo de Cristo como "ofrecido y la guerra, la injusticia. El "gesto de Dios Padre", resuci-
servido a los participantes" en la Eucaristía (La Ciudad tando a Jesús nos abre a la esperanza en la victoria de
de Dios 17, 20). "El Pan de vida, Cuerpo de Cristo, es la justicia de Dios por encima de las injusticias de los
su carne, que nadie come sin antes adorarlo" (Comen- hombres. El Espíritu Santo infunde vida en los crucifi-
tario al Salmo 98, 9). En las Confesiones escribe que cados de nuestros días, alentándoles en una perspec-
la Sangre de Cristo, precio de la redención, está siem- tiva de dignidad, vida, y resurrección. Y la Eucaristía es
pre en sus pensamientos: "Yo lo como y lo bebo y lo un banquete de fiesta de quienes, ya en la esperanza,
administro a los otros. Siendo pobre, deseo saciarme celebran el triunfo y la victoria del Reino de Dios.
de él, junto con todos los que con él se alimentan y
quedan saciados. Alabarán al Señor todos los que le
buscan" (Confesiones 10, 43, 70). Y como obispo de
Hipona anima a su comunidad a seguir buscándole:
"Corre, busca a Jesús resucitado y encuéntrale en la X EL DOMINGO, DÍA DE LA
Eucaristía" (Sermón 235, 3). Como los discípulos de
COMUNIDAD
Emaús, hay que abrir el corazón al huésped, al desco-
nocido, al necesitado, para reconocer al Resucitado. San Agustín, celoso pastor del rebaño de Cristo, cele-
Comentando este relato de Lucas dice Agustín: "Acoge bra cada domingo el día del Señor y explica su signifi-
al huésped, si deseas reconocer al Salvador". Y conti- cado: "En los días de la semana, en efecto, el primero
núa: "Lo que no alcanzó la incredulidad lo consiguió la y el octavo día son idénticos. Se celebra a Jesús
hospitalidad. El Señor se hizo presente en la fracción resucitado. La resurrección del Señor nos ha prometi-
del pan. Aprended dónde buscar al Señor. Aprended do el día eterno y nos ha consagrado -dedicado- el día
dónde poseerlo. Aprended dónde reconocerlo cuándo dominical. Este día, llamado dominical, pertenece
lo coméis. En esta ocasión, los fieles conocen algo que propiamente al Señor, puesto que es el día en que el
entienden mejor que aquellos que no le conocen" Señor resucitó" (Sermón 169, 2, 3).
(Sermón 235, 3). El domingo es el día en que actuó el Señor, sea nues-
tra alegría y nuestro gozo. Como enseña el Concilio
Ecuménico Vaticano II: "Este día del Señor es el fun-
IX La eucaristía renueva EL mis- damento y el núcleo de toda la vida litúrgica (Sacro-
santo Concilio, 106). La comunión fraterna es uno de
terio pascual los motivos de la importancia de la Misa dominical
(Juan Pablo II, El día del Señor, nn. 31-51). Asimismo,
en la Carta papal En el inicio del nuevo Milenio, decla-
La Eucaristía hunde sus raíces en la experiencia del ra que la Eucaristía dominical "es el lugar privilegiado
encuentro vivo con Cristo Jesús, muerto y resucitado. donde la comunión es constantemente anunciada y
Los cristianos no celebran un mero recuerdo de la fomentada. Mediante la participación eucarística, el día
Última Cena de Jesús en el Jueves Santo con tristeza del Señor se convierte también en el día de la Iglesia,
y amargura, sino que el mismo Jesús, muerto en la la cual podrá desempeñar de modo eficaz su misión de
cruz, ahora se abre paso entre sus discípulos y se sacramento de la unidad" (n. 36). El domingo es el
hace presente en este banquete de amor entre ami- día de la asamblea cristiana. Durante la semana vivi-
gos. El Señor, glorificado por el Padre, vuelve al en- mos dispersos, atendiendo cada uno sus propios tra-
cuentro de los suyos para animarles y enviarles para la bajos y obligaciones. Pero en el octavo día, o también
misión. Es la resurrección de Jesús por el Espíritu del día primero de la semana para los cristianos, porque
Padre lo que hace posible su presencia real, viva y es conmemoración de la resurrección del Señor, deja-
operante en la comunidad reunida en torno a la mesa. mos otros compromisos para encontrarnos como Igle-
Al mismo tiempo, es necesaria la comunidad cristiana sia y celebrar la presencia de Jesús resucitado. El
reunida con fe y amor en torno a la mesa, para que el domingo es el día del Pueblo de Dios, es nuestro día.
Señor renueve y actualice el misterio pascual en favor En torno a la Mesa de la Palabra y de la Eucaristía el
de la humanidad. Señor nos congrega, nos ilumina, nos alimenta, nos
renueva en la fe y en el amor, nos consolida en la uni-
La tradición cristiana ha designado la Eucaristía como
dad y nos abre a la esperanza. Así invita a sus fieles
celebración del misterio pascual. Jesús resucita para
san Agustín a saciar su hambre y sed con este manjar
nosotros sacramentalmente en la cena eucarística. La
celeste: "¡Misterio de piedad! ¡Símbolo de unidad!
Eucaristía es el memorial de la muerte y resurrección
¡Vínculo de caridad! Quien quiere vivir, tiene dónde
de Jesús. Esta esperanza de resurrección es la que
vivir, tiene de que vivir. Se aproxime, crea, se incorpo-
alienta a los fieles a seguir a Cristo crucificado. Cristo
re y tendrá la vida. No desdeñe pertenecer a la catego-
resucitado se ofrece hoy como pan compartido para la
ría de miembro, no sea un miembro infectado que me-
vida eterna. "El que come mi carne y bebe mi sangre
rezca ser amputado, no sea un miembro deforme que
tiene vida eterna" (Juan 6, 54). La experiencia pascual
se deba avergonzar. Sea hermoso, sea apto, esté bien
exige una posición inequívoca y práctica en favor de
unido al Cuerpo, viva de Dios y para Dios; trabaje aho-
una vida digna y plena para todos. Quien participa en
ra en la tierra para reinar después en el cielo" (Tratado
la Eucaristía se compromete a hacerse presente allí
sobre el evangelio de Juan, 26, 13).
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Eucaristía, Vínculo de Comunión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
• ¿Qué estamos haciendo ante la "indiferencia II, las palabras "evangelio" y "evangelizad suman 188
religiosa" de los muchos que viven "como si Dios veces. ¡Y pensar que hay tantos evangelizadores que
no existiera o se conforman con una religión va- siguen actuando como si el Vaticano II no hubiera exis-
ga?" (n. 36) tido!
• "¿En qué medida los cristianos estamos afecta- PARA EL DIÁLOGO EN GRUPO
dos por la atmósfera de secularización y relati- ¿Por qué, en la evangelización, es necesario
vismo ético?" (n. 36) conocer el pasado?
• "La vida espiritual atraviesa en muchos cristia- ¿Cuál es la dificultad más grande que encuen-
nos un momento de incertidumbre que afecta no tras en la actualidad?
sólo a la vida moral, sino incluso a la oración y a
la misma rectitud teologal de la fe" (n. 36). ¿Es- ¿Qué trascendencia ha tenido en la Iglesia el
tamos nosotros entre esos cristianos? Vaticano II?
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
El vocabulario que utiliza es muy variado: evangelizar, Este es uno de los ejes principales, sino el principal, de
pastorear, proclamar, anunciar, predicar, enseñar, la doctrina pastoral agustiniana: la unión inseparable
hacer discípulos, ser testigos, etc. Por el contexto, es entre Cristo, la Iglesia y el evangelizador. Las afirma-
fácil deducir que no se queda en la palabra", sino que ciones son claras: "Cristo se predica ("evangeliza") a sí
incluye el testimonio (vivir lo que se anuncia) y la ac- mismo; ya hable la Cabeza, ya hablen los miembros,
tuación (anunciar lo que se vive). Cristo es el que habla" (Comentarios a los Salmos 74,
4). Por eso, el evangelizador debe mirar continuamen-
Según san Agustín, evangelizar es:
te a Cristo, porque es el Modelo en todo; debe ser el
• anunciar a Cristo (Sermón 99, 11) hombre, o la mujer, del amor, como lo fue Cristo. Y la
Iglesia debe comenzar por ser evangelizada: "Evange-
• anunciar la salvación (Sermón 163, 5) lizadora, la Iglesia comienza por evangelizarse a sí
• comentando el pasaje de la samaritana, dice misma... siempre tiene necesidad de ser evangelizada,
que evangelizar equivale a anunciar o comunicar si quiere conservar su frescor, su impulso y su fuerza
lo que Cristo hizo en ella (conversión y testimo- para anunciar el evangelio" (El anuncio del evangelio
nio). Y añade: aprendan los que deseen evange- 16).
lizar (Tratados sobre el Evangelio de san Juan
15, 30) 3. POR QUÉ SE LLAMA "NUEVA"
Las palabras "evangelio", "evangelización" y "evangeli-
• habla de "traficantes del evangelio", porque al-
zar" comenzaron a recobrar fuerza en América Latina,
gunos no dan gratis lo que recibieron gratis
a mediados del siglo pasado. Fueron los obispos del
(Comentarios a los Salmos 103, 3, 13). También
"nuevo" continente los que trajeron esa preocupación
que no debemos evangelizar para comer, sino
al concilio Vaticano II y, con más insistencia, al sínodo
comer para evangelizar; pues si evangelizamos
convocado por Pablo VI y celebrado en el año 1974. El
para comer, el aumento valdría más que el
Papa recogió la iniciativa y añadiendo sus reflexiones
evangelio. Hay que evangelizar por amor, no por
personales sobre el tema, publicó al año siguiente la
necesidad (El Sermón de la Montaña 2, 16, 54).
exhortación apostólica El anuncio del evangelio, uno
El evangelio no es un libro, sino la buena nueva"
de los documentos más importantes de los publicados
(Sermón 133, 6).
después del Vaticano II. Su lectura es casi imprescin-
Pablo VI afirma que "no hay evangelización verdadera dible si se quiere llevar a cabo una auténtica evangeli-
mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, zación.
las promesas, el Reino, el misterio de Jesús de Naza-
Juan Pablo II recogió el hilo y comenzó a hablar de
ret Hijo de Dios" (El anuncio del evangelio 22). Y la
una "nueva evangelización". Primero, para América
define del modo siguiente: "La evangelización es un
Latina, con motivo del Quinto Centenario de la evange-
proceso complejo, con elementos variados: renovación
lización de América. Luego, para Europa, con motivo
de la humanidad, testimonio, anuncio explícito, adhe-
de la nueva Europa que se está formando. Y finalmen-
sión del corazón, entrada en la comunidad, acogida de
te, para toda la Iglesia, en la exhortación apostólica
los signos; iniciativas de apostolado" (ib. 24).
Los fieles laicos, publicada en 1988. En este documen-
2. EVANGELIZAR. MISIÓN DE JESÚS Y DE LA to el Papa dice que "la Iglesia advierte y vive la actual
IGLESIA urgencia de una nueva evangelización" (ib. 35).
Evangelizar es la palabra que resume toda la actividad La "nueva evangelización" es tan importante para el
pública de Jesús: "Principio del evangelio de Jesucris- Papa que algunos autores han escrito, y con razón,
to..." (Marcos 1, 1). Y también el contenido o mensaje que no es una tarea de la Iglesia, sino la tarea de la
de su predicación: "Cuando arrestaron a Juan, Jesús Iglesia. Otros, que es "el primer plan de pastoral orgá-
se marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios; nica de toda la Iglesia". Y otros, que es "la consigna
decía: se ha cumplido el plazo, el Reino de Dios está central del Papa para los próximos años". Por eso,
cerca, convertíos y creed en el evangelio" (Marcos 1, hablar hoy de evangelización es hablar de "nueva
15). "Debo anunciar también en otras ciudades el evangelización". ¿Por qué? Por dos razones principa-
evangelio del Reino de Dios, porque para esto he sido les.
enviado" (Lucas 4, 43). La primera se refiere a la realidad. Juan XXIII, al con-
La Iglesia continúa la obra de Jesús. Por eso, "evange- vocar el concilio Vaticano II, había hablado de "un or-
lizar constituye la dicha y vocación propia de la Iglesia, den nuevo que se está gestando". El mismo concilio, al
su identidad más profunda. Ella existe para evangeli- describir la sociedad contemporánea (GS 4-10), pre-
zar, es decir, para predicar y enseñar, ser canal del senta una nueva situación del hombre y del mundo:
don de la gracia" (El anuncio del evangelio 14). Y más según este documento, estamos viviendo una "nueva
adelante: "La Iglesia nace de la acción evangelizadora etapa". Juan Pablo II afirma que aquella realidad ha
de Jesús y de los Doce" (ib. 15). Fue la misión que el cambiado en los últimos años. En consecuencia, de-
Maestro encomendó a sus discípulos: "Id y proclamad bemos hablar también de un nuevo modelo de Iglesia,
que el Reino de Dios está cerca" (Mateo 10, 7; Lucas comunidad, parroquia, etc., si queremos no quedar
10, 9). Y a todos sus seguidores: "En la misión de la rezagados. El Vaticano II introdujo muchas novedades
Iglesia... a nadie le es lícito permanecer ocioso... No y habló de renovación a todos los niveles de la Iglesia
hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que a todos y de la sociedad. El terreno, pues, estaba preparado.
espera en la viña del Señor" (Los fieles laicos 3). Precisamente, una de las expresiones que mejor re-
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
sumen el contenido y la dirección a seguir hoy día es proyectos. La necesidad de programar es uno de los
"nueva evangelización". apartados sobresalientes de la carta apostólica El nue-
vo milenio (nn. 29 y 42). También nos impulsa a revisar
La segunda está relacionada con el anuncio del men-
las estructuras y actuaciones, a adquirir nuevas actitu-
saje. ¿Por qué se llama "nueva" si la evangelización en
des y a vivir en una situación de continua conversión.
su contenido no cambia? Las respuestas forman un
auténtico abanico. Para unos, es un adjetivo innecesa- En concreto, la "nueva evangelización" nos invita:
rio, ya que toda evangelización, si es auténtica, es de
por sí nueva. Para otros, sin embargo, es lo que habría • a mirar al evangelio
que acentuar, pues haría referencia a otras evangeli- • a leerlo y meditarlo más
zaciones, pertenecientes a épocas pasadas.
• a entenderlo como "Buena Noticia"
Aquí me parece suficiente la explicación de Juan Pablo
II, que habla de nueva en su ardor, en sus métodos y • a descubrir en él a Jesús, que viene a anunciar
en su expresión". Lo primero se refiere al entusiasmo, el Reino de Dios
lo segundo a la metodología y lo tercero al lenguaje. • que el centro del Reino es tener a Dios como
Padre y vivir todos como hermanos
4. QUÉ ES LA "NUEVA EVANGELIZACIÓN"
Son muchos los documentos de Juan Pablo II en los • que el Reino se encarna en Jesús, una persona
que hace alusión a la nueva evangelización. Una prue- más que una doctrina
ba de su importancia. • que lo central en la vida de Jesús, es, como
• "Una grande, comprometedora y magnífica em- escribe san Pablo, su pasión, muerte y resurrec-
presa ha sido confiada a la Iglesia: la de una ción: "Esto es lo que predicamos" (1 Corintios
nueva evangelización, de la que el mundo actual 15, 11). Jesús ha resucitado; nosotros resucita-
tiene una gran necesidad" (Los fieles laicos 64). remos también. ¿Hay noticia mejor que poda-
"Esta nueva evangelización... está destinada a la mos anunciar? Jesús es el centro, el foco de luz
formación de comunidades eclesiales maduras" que ilumina la vida del evangelizador. Por eso
(ib. 34) mirar al evangelio significa también, mirar al
hombre. En el evangelio no sólo encontramos a
• "El momento que estamos viviendo es más bien Jesús, sino también a nosotros mismos.
el de un formidable desafío a la nueva evangeli-
Descubrimos:
zación" (El esplendor de la verdad 106). "La
evangelización -y por tanto la "nueva evangeli- • cómo somos y cómo debemos ser
zación" - comporta también el anuncio y la pro-
puesta moral" (ib. 107) • la dignidad de la persona humana
en el evangelio descubrimos también a Jesús evange- El mirar al evangelio y a los cristianos de los primeros
lizando no sólo con la palabra, predicando. Lo hacía siglos nos ha dado como resultado el Vaticano II, con
también con: un modelo nuevo de Iglesia que parte del bautismo, el
cual nos hace a todos iguales, aunque con distintos
• sus gestos (haciendo signos en el suelo) servicios y funciones. Los pastores tienen la misión de
• su silencio (ante Herodes y Pilato) "unir, construir e incrementar el pueblo de Dios con el
poder de enseñar; santificar y pastorear". Los religio-
• su mirada (el "sermón" a Pedro) sos "contribuyen a la misión salvífica de la Iglesia sien-
• sus lágrimas (ante la tumba de Lázaro) do testigos del Absoluto... y preanuncio de la vida futu-
ra". Y los laicos "edifican la Iglesia desde su carácter
• sus acciones (lavando los pies a los apóstoles, secular...son levadura que transforma el mundo desde
abrazando a los niños) dentro del mundo, son sal y luz allí donde sólo ellos
pueden serlo".
• su descanso (venid a un lugar tranquilo a des-
cansar) La participación de los laicos ha aumentado conside-
rablemente, pero todavía "hacen falta evangelizadores"
Y una observación importante: Jesús no es solamente
(Los fieles laicos 35). Difícilmente la "nueva evangeli-
el modelo. Es también el agente principal (la escena de
zación" se podrá llevar a cabo sin ellos; especialmente
la pesca milagrosa). Uno de los peligros más grandes
sin la mujer (La vida consagrada 57). Ellas deben ocu-
y de consecuencias graves es que al hablar de pasto-
par un puesto especial, como lo hicieron al principio.
ral (de las ovejas) nos olvidemos del Pastor. Sin él,
San Agustín hace la observación de que ellas evange-
como insiste san Agustín, no podemos hacer nada.
lizaron a los discípulos, "anunciaron a los mismos
6. LA INCULTURACIÓN Y LOS LAICOS anunciadores quién era Jesús" (Sermón 236A, 4).
Estos dos temas merecen un trato especial. Son dos La Iglesia es comunión y participación. Y lo que se nos
de los apartados en que más se detienen los estudio- pide a todos es trabajar unidos. El modelo que se sue-
sos al hablar de la "nueva evangelización". le proponer (también el Vaticano II) es el de san Agus-
tín: "con vosotros soy cristiano, para vosotros obispo"
La cultura abarca toda la vida de cada persona y de (Sermón 340, 1)
cada pueblo. La "nueva evangelización" trata de llegar
a ella, a sus valores más profundos y, si fuera necesa- • con vosotros soy cristiano: todos participamos
rio, renovarlos. Lo decía ya san Agustín. "el evangelio en la construcción de la Iglesia; todos somos
trata de penetrar hasta el fondo del alma y busca el "fieles", discípulos, hermanos, testigos;
quicio del corazón" (Sermón 301A, 1). Y Pablo escribe: • para vosotros soy obispo: preocupación por los
"El evangelio y, por consiguiente, la evangelización no demás, servicio a los demás. La finalidad de los
se identifican ciertamente con la cultura y son inde- ministerios es servir;
pendientes con respecto a todas las culturas. Sin em-
bargo, el Reino que anuncia el evangelio es vivido por • aplicaciones: dignidad de las personas, respetar
hombres profundamente vinculados a una cultura, y la a todos, necesidad de escuchar, compartir, ad-
construcción del Reino no puede por menos de tomar mitir las limitaciones, la autoridad es servicio,
los elementos de la cultura y de las culturas humanas. importancia del testimonio, etc.
Independientes con respecto a las culturas, evangelio Es el mismo significado de la palabra "condiscípulos",
y evangelización no son necesariamente incompatibles que tanto le gustaba repetir al obispo de Hipona: so-
con ellas, sino capaces de impregnarlas a todas sin mos condiscípulos, es decir, todos estamos en la mis-
someterse a ninguna. La ruptura entre evangelio y ma escuela, con un solo maestro: Cristo. Lo resume en
cultura es, sin duda alguna, el drama de nuestro tiem- una frase lapidaria y dinámica: todos unidos, alrededor
po" (El anuncio del evangelio 20). de Cristo, caminando hacia el Padre" (Comentarios a
La evangelización, pues, implica un diálogo entre fe y los Salmos 147, 28). Es una sencilla definición de Igle-
cultura. El problema está en averiguar hasta dónde sia, parroquia, comunidad y movimientos cristianos.
llega una y otra. El modelo de toda inculturación es la PARA EL DIÁLOGO
Encarnación, pero en la práctica no es fácil saber dón-
de se encuentran los límites (cfr. La vida consagrada ¿Hasta qué punto los cristianos somos res-
79, 80 y 89; Los fieles laicos 44). ponsables de la descristianización actual?
Dentro de este tema hay otros que el evangelizador no ¿Estamos preparados para llevar a cabo la
debe olvidar: la evangelización en la ciudad, la influen- "nueva evangelización"?
cia de la política, la sociedad de la imagen en que vi- ¿Nos creemos suficiente mente evangelizados
vimos, etc. para evangelizar?
El apartado de los laicos es uno de los más importan- ¿Estamos fomentando la cooperación de los
tes de la "nueva evangelización". Habría que comenzar laicos por la escasez de sacerdotes y religiosos
por admitir que la Iglesia se había clericalizado dema- o porque tienen derecho a participar?
siado. El clero y los religiosos habíamos "acaparado"
muchas de sus funciones. Esto se debía a una menta-
lidad que comenzó a formarse hace muchos siglos y
que llegó a un modelo piramidal de Iglesia.
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• Pastores: unión con Cristo y con la Iglesia: deber DECÁLOGO DEL EVANGELI-
de anunciar el evangelio, orar por los fieles, co-
rregirlos, buscar a Dios por Dios, conocer las ZADOR AGUSTINIANO
ovejas, caminar delante de ellas (dar buen
ejemplo), etc. 1. Alimentarse de la palabra de Dios. La Biblia
debe ser la fuente principal; el libro del evange-
• Predicación: que el contenido sea el evangelio: lizador. En ella encontrará abundantes mode-
preparación, perseverancia, etc. los tanto de personas como de exposiciones
del mensaje. La metodología a seguir: la histo-
• Los fieles: "somos Iglesia", las ovejas no son de
ria de la salvación, etc.
Pedro, sino de Cristo; unión, participación, etc.
2. Conocer la realidad. En primer lugar, al sujeto
• Medios: oración, diálogo, buscar juntos, lenguaje
de la evangelización. Este conocimiento inclu-
sencillo, utilizar ejemplos, etc. ye las necesidades, aspiraciones, medios, etc.
PARA EL DIÁLOGO Para ello, el evangelizador necesita escuchar,
dialogar, admitir la colaboración de los demás,
La Iglesia, hoy, cuenta con más agentes y me- etc.
dios de evangelización que nunca antes. ¿En
qué estamos fallando? ¿Hay suficiente coordi- 3. Planificar las actuaciones. Proyectos hay mu-
nación? ¿Faltan proyectos viables? ¿Ponemos chos. Pero es conveniente que cada comuni-
el esfuerzo necesario? ¿Vivimos de verdad lo dad o grupo haga el suyo. Fijar unos objetivos,
que anunciamos? disponer de unos agentes, contar con unos
medios, etc.
4. Evangelizar desde la comunidad. El centro de
la fe es Dios-Trinidad. La fe cristiana se vive en
comunidad. Nadie debe ir por lo libre.
5. Formar comunidades. Es uno de los objetivos
principales. Las comunidades o grupos de Ca-
siciaco y Tagaste pueden servir de ejemplo. En
ellas sobresalen el diálogo, la participación,
respeto, oración, trabajo, animación, etc.
6. Participar todos. Cada uno en supuesto; como
lo hacen los componentes de un coro o una
orquesta. Fomentar la participación y forma-
ción de los laicos.
7. Actuar por amor y con amor. Como decía el
mismo san Agustín: predicar siempre el amor
de Dios y practicar siempre el amor al prójimo.
Unir predicación y testimonio. Acentuar la mo-
tivación más que la argumentación, etc.
8. Dar preferencia a los más necesitados. El cen-
tro es el evangelizando. Hay que respetar a to-
dos. Y no rechazar a nadie.
9. Acentuar lo profético y lo escatológico. Lo pri-
mero quiere decir tratar de descubrir la volun-
tad de Dios, la vocación personal, el camino a
seguir. Y acentuar lo escatológico, mirar hacia
el futuro. La vida es algo más de lo que pue-
den ver nuestros ojos.
10. Reconocer las limitaciones y los errores. No
sabemos responder a todas las preguntas ni
podemos solucionar todos los problemas. Co-
mo seres humanos, cometemos errores. Pero
al creyente, lejos de desanimarle, le invitan a
intensificar la búsqueda, a consolidar la humil-
dad y a pedir ayuda a Dios
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SE ha dicho y escrito que el XX pasará a la historia Ella en definitiva, la Iglesia, seguirá siendo hasta el fin
como el siglo de la Iglesia. También del Vaticano II, de sus días paradigma, norte, pauta, referencia de
concilio que fue de la Iglesia sobre la Iglesia. Tenemos fundaciones monacales primero, de actuaciones pres-
acerca de esto probada constancia, desde los estudios biterales después, de solicitudes episcopales siempre,
del obispo evangélico Otto Dibelius, allá en el período ya al principio como auxiliar de Valerio, ya más tarde, a
de entre guerras, hasta el mencionado concilio y la partir del 397, como titular sede plena de Hipona [cf.
actual eclesiología de comunión, pasando por el buen Langa, P., "La ordenación sacerdotal de san Agustín",
hacer en esta materia de Romano Guardini (castillo de Revista Agustiniana, 33 (1992) 51-93; id.: "Valerio de
Rothenfels), Henri De Lubac (Fourvière), Hans Urs Von Hipona", Avgvstinvs, 38 (1993), 303-327]. Su respira-
Balthasar (Basilea) e Yves Congar (Saulchoir), amén ción y la de aquella Madre y Maestra, luz de sus ojos y
de un nutrido grupo de eclesiólogos eminentes y de la aire de su alma, discurrieron isócronas, acompasadas,
inestimable ayuda prestada en este saludable proceso rítmicas, convergentes. Su ministerio de la palabra y
renovador y aperturista por el movimiento teológico del sacramento, lo mismo en Hipona que en Cartago, y
que desde 1948 empezó a llamarse Nouvelle théolo- por toda la provincia de África del Norte a la redonda,
gie. es el propio de un Padre y Doctor de la Iglesia sin ape-
nas parangón (cf. Juan Pablo II: "Carta Apostólica Au-
Que los Padres de la Iglesia, liturgos ellos de cátedra y gustinum Hipponensem", esp. III. El Pastor).
pastoral juntas, celosos pastores de almas, fidelísimos
servidores del divino Verbo y maestros insignes en la Ningún testimonio de contemporáneos mejor para co-
fe, guarden relación con la eclesiología moderna es rroborarlo que el de san Posidio, su dulce y fiable Po-
argumento trabajado de un tiempo a esta parte a base sidio, amigo del alma, confidente durante media vida y
de monografías científicas y tesis doctorales muy biógrafo de cuerpo entero, quien afirma: "Dejó a la
puestas. Que ocurra eso de modo particular en san Iglesia clero suficientísimo y monasterios llenos de
Agustín, la voz eclesial más potente y mejor timbrada religiosos y religiosas, con su debida organización, su
del armonioso coro patrístico, es cuanto pretendo aña- biblioteca provista de sus libros y tratados y de otros
dir en el reducido espacio de estas páginas. Agustín de santos; y en ellos se refleja la grandeza singular de
Hipona y la Iglesia son, desde luego, argumentos de este hombre dado por Dios a la Iglesia, y allí, los fieles
actualidad. Sobre los dos existen publicaciones de lo encuentran inmortal y vivo" [VA 31 : Obras comple-
mucho respiro y ambos, asimismo, cuentan con des- tas de san Agustín 1, BAC, Madrid 1969, p. 363]. Con-
bordante bibliografía en estos albores trimilenarios, suela mucho para nosotros hoy, por tanto, beneficiar-
siendo la suya, en consecuencia, realidad a no preterir nos de este estupendo regalo de Dios a la Iglesia con
ni rebajar en cualquier estudio que se precie de riguro- sólo acudir a sus escritos, sencillamente deliciosos y
so. completos ya, por fortuna, en español.
El obispo de Hipona constituye una intensa biografía Decir que san Agustín fue hombre de Iglesia no basta,
eclesial de 76 años: fue hombre de Iglesia en el senti- claro que no. Es preciso añadir que lo fue como siervo,
do más genuino de la palabra, igual en cuanto laico hijo, pastor y teólogo. Qué diré teólogo, el teólogo de la
que de monje y obispo. Diríase que su vida hubiera Iglesia según ha escrito alguien, o sea, el diligente
discurrido en, para y con la Iglesia. Antes y después de servidor de la Palabra y fiel custodio de la fe y riguroso
la conversión, en efecto, sintió lo eclesiológico de tal expositor de las verdades eclesiales a la luz de la teo-
suerte que sería en adelante clave, diapasón y penta- logía. Un agudo análisis eclesiológico, recostado en la
grama para interpretar su partitura de conversión y ternura, centró siempre su entero pensamiento, desde
bautismal. Desde entonces hasta la feliz hora de las la doctrina cristológica a la pneumatológica, sin des-
fundaciones, su espíritu va decantándose entre gozoso cuidar tampoco ni la monástica ni la de la Gracia, ya en
y esperanzado con la eficiente ayuda de la madre Igle- disputas doctrinales, ya en exposiciones serenas y sin
sia por Casiciaco, Milán, y la región del Lazio, acogido ímpetu polémico [cf. Langa, P., "La Iglesia en la vida
al calor mistérico de las liturgias ambrosiana y romana religiosa agustiniana", Confer 97 (1987), 79-105, 86-
(cf. Langa, P., "San Agustín y su 'conversión pascual' 91; Congar, Y., "Eclesiología. Desde San Agustín has-
del año 387", Aa.Vv., Jornadas Agustinianas, Vallado- ta nuestros días", Schmaus, M. (y otros), Historia de
lid 1988, pp. 89-116). La Iglesia, por su parte, irá tam- los Dogmas, III, 3c- d, Madrid 1976, p. 2-10].
bién determinando su pasos de catecúmeno, radiante Siervo de Dios, dirá más de una vez de sí mismo alu-
neófito, joven monje, presbítero recién ordenado. Su diendo a la vida monástica. Servus Christi - Servus
vivir será siempre un suspiro eclesial, esto es, un vivir Ecclesiae, agregará otras para subrayar actitudes pas-
en ella, con ella, por ella y para ella, bien desde las
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torales al servicio de la Católica. Siervo, en suma. himnos y tus cánticos, fuertemente conmovido con las
Siempre siervo. Rendido a la finura de aquella Madre voces de tu Iglesia, que dulcemente cantaba!" (Confe-
hasta en el oficio de amor (amoris officium) del ministe- siones 9, 6, 14). Fueron las suyas, entonces, lágrimas
rio, que él desempeñó en la plural condición de mon- de contestador arrepentido, de futuro Padre de la Igle-
je/pastor. Siervo de Dios y de la Iglesia, según felices sia enamorado, de Doctor de la Gracia comprometido;
expresiones suyas de aquella hermosa vocación al llanto y suspiros, mezcla de aleluyas y cánticos pas-
munus de servicio. El encabezamiento de algunas cuales, los típicos de una juventud renacida.
cartas -"Agustín obispo, siervo de Cristo/siervo de Cris-
Y esa Iglesia que en aquella noche santa le sonríe y
to y de los siervos de Cristo"- deja traslucir este preciso
acoge y mece en su regazo maternal, no tardará en
y precioso matiz. El mismo ejercicio pastoral no ha de
llamar delicadamente a las puertas de su generoso
ser otra cosa, en su opinión, que mantenida disponibi-
corazón ahora neófito. Lo hará por boca del anciano
lidad servicial. En modo tal "presidir es servir" que,
Valerio, necesitado de un presbítero que exponga en
puntualiza desde el acostumbrado malabarismo retóri-
latín la Palabra al pueblo de Dios que peregrina en
co, "presidimos si servimos": praesumus, sed si pro-
Hipona. Sonará entonces la hora del ministerio: monje
sumus (Sermón 340 A,3; cf. Langa, P., "Llamado a
presbítero primero, y obispo auxiliar y en sede plena
presidir sirviendo", Jornadas de Filosofía Agustiniana
después; pastor de almas en uno y otro caso. Ya antes
XI, Caracas 1996, pp. 29-43).
había modelado él sus fundaciones monásticas por los
PARA EL DIÁLOGO pagos africanos, a ejemplo de la koinonía eclesial de la
primera Comunidad de Jerusalén, disponiendo en la
* Matices y argumentos con que argüir para mejor pro-
Regla vivir todos los miembros bajo un mismo techo,
bar el actual interés que los estudios sobre la Iglesia
unánimes y concordes, a base de tener "una alma sola
vienen suscitando desde el siglo xx y el Vaticano II.
y un solo corazón orientados hacia Dios" (Regla 1, 3.
* ¿Qué notas especiales concurren en san Agustín 9). Pero cuando todo parecía encarrilado, contento de
para poder afirmar que fue hombre de Iglesia? Resál- ser el último en la casa del Señor, llegó suplicante la
talas desde su condición de monje, presbítero y obis- Iglesia necesitada.
po.
Lágrimas le cuesta aceptar el presbiterado, sí, pero la
* El beato Juan XXIII recuperó la bella definición siervo solicitud de una Iglesia menesterosa se le hace irresis-
de los siervos de Dios. ¿Serías capaz de recomponer tible y compulsiva. Él mismo no se recatará en escribir
su contexto con las referidas de san Agustín? a san Paulino de Nola: "He temido mucho el excusar-
me, porque estimo que ésa es la voluntad de Dios, por
II HIJO Y SIERVO A DE LA MADRE IGLESIA la gran caridad y solicitud por el pueblo que Valerio
LA célebre conversión del Tolle, lege ("Toma y lee") no tiene" (Carta 31, 4). Es de suponer que, algún tiempo
fue, en realidad, un retorno a Cristo como suele repe- después, este momento biográfico flotara en su espíri-
tirse hasta la saciedad, sino a la Iglesia católica, por- tu al recodarle al abad de Cabrera, Eudosio, que la
que el dispersivo itinerario hacia el error había hecho misericordia exige que los pobres sean evangelizados
del joven retórico de Tagaste no tanto un púnico anti- y la copiosa mies del Señor no se pierda por falta de
cristiano cuanto un númida anticatólico, es decir, ver- segadores. La exhortación en todo caso es clara y sin
dadero contestador de la Iglesia de su niñez, cuyo paliativos: "No antepongáis vuestro ocio a las necesi-
maternal influjo va a notarse hasta en la escena del dades de la Iglesia, pues si no hubiese buenos minis-
jardín: Monica da gracias a Dios gozosa y llorosa y tros que se determinasen a asistirla, cuando ella da a
esperanzada por haberle devuelto el hijo de sus entra- luz, no hubiésemos encontrado medio de nacer" (Carta
ñas al regazo de la madre Iglesia católica y no haberlo 48, 8). Vino también a cumplirse entonces lo que san
dejado entre los fríos brazos de la mujer procaz llama- Posidio escribiría más tarde: "Comunicaba a ¡os de-
da maniqueísmo, que lo tenía retenido en sus mallas más lo que del cielo recibía con su estudio y oración,
sectarias, ni abandonado a su suerte allá entre los enseñando a presentes y ausentes con su palabra y
zarzales y breñales arrianos, o quién sabe si flotando escritos" (Vida 3). Porque comunicaba, aceptó. Y por-
en la espesa negrura del paganismo, o hundido tal vez que aceptó, comunicaba, es decir, seguía comunican-
en la ciénaga materialista, o en el confuso tirón excép- do. Y en ambos casos, a causa de permanente estudio
tico, ni tampoco, en fin, presa de las fanáticas manías y oración.
de los obispos del Cisma. No. Había vuelto al calor de Cuando sea ya obispo de altos vuelos, habrá de ilus-
la Católica. trar con ricas imágenes el misterio de la Iglesia madre.
Durante la sugestiva ceremonia de aquella Vigilia ma- Serán famosas las destinadas a expresar la estrechí-
dre de todas las vigilias, celebrada la noche del 24 al sima unión -sólo inferior a la hipostática- entre la Igle-
25 de abril del año 387, cuando el sacramento del sia madre y maestra universal y su Esposo. La fórmula
agua que san Ambrosio le administra regenera su alma Ecclesia Mater, que viene como préstamo de una pa-
de aguerrido contestador, siente de pronto que renace trística anterior, llena de contenido y presta cabal sen-
dentro de sí la ternura, nota que resucita por dentro tido a la eclesiología agustiniana, sin cuyo concepto,
como el hijo de la viuda de Naín, y que la luz del Cristo por cierto, quedaría manca. Ninguna idea le conmueve
pascual ilumina su corazón. Siente, además, que la tanto. A sus escritos llegan la madurez y la perfección,
Iglesia católica, tiempo atrás combatida y ultrajada, le el profundo análisis teológico-dogmático y la oportuna
deja en el alma limpia la dulce caricia de un beso. Ya vertiente pastoral; en una palabra, la exacta dimensión.
Obispo de Hipona, seguirá recordándolo en un
desahogo memorable con Dios: “Cuánto lloré con tus
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El argumento reviste particular relieve durante la dispu- (A los fieles de la Iglesia de Cesarea, 8; cf. Palmero,
ta donatista, trabajado desde una perspectiva histórica, R., "Ecclesia Mater", en San Agustín, Madrid 1970;
geográfica y visible. Suyo es el mérito de haber defini- Langa, P., n.c. 58, "Ecclesia Mater", "filius sum Eccle-
do las relaciones mutuas entre las cuatro realidades siae", Obras completas de san Agustín, 33, pp. 681-
esenciales de la salvación: la fe, la Iglesia, los sacra- 684).
mentos y la caridad, consiguiendo una síntesis, pauta
"Mirad a aquellos de quien sois miembros; poned los
de la teología posterior. Es, como digo, en el epicentro
ojos en aquella de quien sois hijos" recuerda para en-
católico- donatista donde analiza de cerca este miste-
joyar luego a la madre con las mejores galas: "Merece
rio: en cuanto Iglesia madre de la verdad, madre espiri-
ser descrita, alabada, recomendada, amada como
tual, madre solícita, madre de la caridad, es decir, del
madre por todos nosotros, pues es esposa de un solo
amor a los hijos congregados en la unidad de una sola
marido [...] Es eminente, célebre, gloriosa, ataviada,
familia, madre vigilante, atenta, dolorida, siempre aco-
brillante; para decirlo brevemente, extendida por toda
gedora. Madre única. Fecunda gracias a Cristo y por el
la tierra" (Sermón 37, 2). Maternidad y filiación, pues,
Espíritu, pues "la predicación evangélica y la adminis-
interrelacionadas. Da él por supuesta en la fraternidad
tración de los sacramentos están en el centro mismo
la filiación, consecuencia de haber nacido de la misma
de la actividad maternal de la Iglesia, puesto que los
madre: "A vosotros, pues, hermanos; a vosotros, hijos;
hombres nacen a la vida de la gracia, recibiendo, en
a vosotros, retoños nuevos de la madre Iglesia, os
una comunidad de vida, estos beneficios" (Réplica a
ruego, en nombre de lo que habéis recibido [el bautis-
las cartas de Petiliano 3,56, 68).
mo, pues predica a los neófitos], que pongáis vuestros
Por la fe indefectible, íntegra que la Iglesia conserva ojos en quien os llamó, en quien os amó, en quien os
en Cristo, sigue ésta siendo virgen. Por su indisoluble buscó cuando estabais perdidos, os iluminó una vez
unión con el Esposo, esposa. Y, fecundada por la do- encontrados, para no seguir el sendero de los que se
nación de sí misma en la unidad, madre. Conocida es pierden, en quienes desentona el nombre de fieles. No
la expresión de san Cipriano Ecclesia Mater-Deus Pa- se les preguntará por el nombre que llevan, sino por la
ter. San Agustín la enriqueció luego con numerosos concordancia entre vida y nombre" (Sermón 228, 2).
textos. Sirvan de ejemplo dos: "Nadie puede tener Concibe y alumbra la madre Iglesia, y exhorta a morir
propicio a Dios Padre si desprecia a la Iglesia madre" por Aquél de quien los concibe y alumbra (cf. Sermón
(Sermón 255 A). "Amemos al Señor nuestro Dios; 301, 1). Es la Iglesia, pues, madre de incesante fecun-
amemos a su Iglesia; a él como a Padre, a ella como didad.
madre [...] Este matrimonio se halla unido por un gran
Tampoco la dimensión diaconal de la Iglesia escapa a
amor; nadie que ofenda a uno de ellos puede merecer
su perspicacia. Rendido a su amor de sierva y él mis-
al otro" (Comentarios a los Salmos 88; Sermón 2, 14).
mo siervo entre los siervos de Dios (monjes), cuando
La sugestiva eclesiología del Vaticano II brilla con lu- llegue el ministerio vencerá su inicial reluctancia, con-
ces hiponenses, la de Ecclesia Mater entre ellas. Tiene siderándose así: "Mas, como dije, el siervo no debe
esta conciencia de ser pueblo reunido en la unidad del contradecirá su Señor" (Sermón 355, 2). Y el Señor, en
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, pero también de la efecto, dispone que sea siervo también de la Iglesia,
tensión hasta convertirse en madre celeste. Lejos de compaginando la vocación de monje con la de presbí-
rechazar a los pecadores, los busca con materno amor tero: ambas de servicio. Al servicio, pues, del otium
para purificarlos. La originalidad agustiniana estriba en sanctum (vida monástica) viene a sumarse el del nego-
haber sabido, bebiendo a sorbos en la tradición, con- tium iustum (vida apostólica) de la sarcina pastoral. "Si
trastar aquí sus puntos de vista con la situación históri- nadie nos impone esta carga (sarcina) debemos apli-
ca de entonces. A consecuencia de ello, la tradición carnos al estudio y al conocimiento de la verdad. Y si
eclesial resultó notablemente enriquecida. se nos impone debemos aceptarla por la urgencia de
la caridad" (La ciudad de Dios 19, 19). He aquí una
Con Ecclesia Mater discurre correlativo Agustín hijo
clave decisiva de su ministerio.
(filius sum Ecclesiae), de uso ya menos corriente. La
Iglesia se dirige a los donatistas como a hijos malos, PARA EL DIÁLOGO
perdidos, desertores de la madre. Ella, sin embargo,
¿Podrías precisar la incidencia eclesial que tuvieron en
espera recobrarlos luchando contra el Cisma herético
san Agustín los sacramentos de la iniciación cristiana y
un poco a la manera de David con su hijo Absalón,
la posible repercusión de sus vivencias hoy?
aunque con esta diferencia: que los donatistas que se
pierden no perecen como Absalón por un accidente * Destaca los principales conceptos de análisis y el
bélico, sino por su propia contumacia. Buen inciso para papel eclesial de un teólogo presentando la Iglesia al
mejor conocer una actuación agustiniana, malinterpre- mundo del siglo XXI con el estilo de san Agustín.
tada no pocas veces por no incluir estos detalles de la
Sagrada Escritura. He aquí una muestra: "¿No voy a * ¿Qué alcance eclesiológico puede tener el sentimien-
to agustiniano de filiación y de servicio dentro de la
perseguir -se pregunta- a quien blasfema de la Iglesia?
Sí -responde- lo perseguiré abiertamente, porque soy Iglesia para este mundo del nuevo milenio?
miembro de la Iglesia; lo perseguiré abiertamente,
porque soy hijo de la Iglesia (quia filius sum Ecclesiae).
Me sirvo de la voz de la misma Iglesia, que dice por mí III TEÓLOGO Y PASTOR DE LA IGLESIA
en el salmo: Perseguiré a mis enemigos y les daré TEÓLOGO de la Iglesia, en efecto, lo fue, y perspecti-
alcance, y no cesaré hasta que desfallezcan (Sal 17, vas con que probarlo no faltan en sus escritos y en su
38). Desfallezcan en su mal, progresen hacia el bien" vida. Se revela teólogo, por ejemplo, exponiendo la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
maternidad eclesial -maternidad y filiación son térmi- concretamente la del rebautismo, cuya problemática
nos correlativos en su doctrina-, también la catolicidad san Agustín analiza en el Tratado sobre el bautismo.
y unidad eclesiales, facetas una y otra, por cierto, muy
Las tesis eclesiológicas donatistas se encadenaban
bien desarrolladas frente al Cisma, de las que existen
así: El donatismo es la verdadera Iglesia; la de los
vestigios perceptibles en el Vaticano II; y, en fin, teólo-
mártires; la santa y pura. El verdadero sujeto de la
go del ministerio dentro y fuera de la Iglesia, sobre
acción sacramental es, pues, la Iglesia; su validez está
todo gracias a conceptos y expresiones como in do-
condicionada a la santidad del ministro; con lo cual, el
mo/ex domo, los falsos hermanos, los malos hijos de la
bautismo administrado por cismáticos o herejes es
Iglesia y el delicado amor filial que él, celoso pastor de
inválido, y, en consecuencia, quienes así estén bauti-
almas, siempre nutrió por la Iglesia.
zados deberán ser rebautizados (tesis del rebautismo).
Otra prueba de su teología es la catolicidad de la Igle- Las católicos, en cambio, propugnaban que: La Iglesia
sia, muy socorrida y detectable por los vestigios de la de Cristo es una y única; santa y pura; católica y apos-
vera Ecclesia, la eclesiología de integridad, malinter- tólica. Y en cuanto a los sacramentos: Su valor objetivo
pretada por los del Partido, y la de universalidad, predi- dimana de Cristo, no de la Iglesia; su eficacia, inde-
lecta suya frente a éstos. Reclama la catolicidad ser pendiente del ministro; y su plena eficacia sacramental,
acompañada de unidad: "La Iglesia es solamente una, sólo en la unidad católica. Esquema preferentemente
por nuestros antepasados llamada Católica para de- subjetivo, en suma, el donatista. Más bien objetivo, al
mostrar por el solo nombre que está en todas partes". menos en la praxis sacramental, el católico. Porque
Será su pensamiento constante. También premisa de unos y otros respondían a una eclesiología africana,
la que partir y, a la vez, conclusión a la que llegar. ¿De enfrentada tiempo atrás a las tesis romanas del Papa
qué serviría si no ser universal de espaldas a la uni- Esteban I.
dad? Una catolicidad sin unidad va camino del caos.
En Cartago-411 salen más o menos a relucir estos
Lo prueba el donatismo. Sus cismáticos ofrecieron al
principios. Los de Donato pretendían a toda costa iden-
principio la peregrina tesis de una integridad excluyan-
tificar la causa de los católicos con la de Ceciliano. Y
te, hasta que se impuso su carácter inviable. Bajo pre-
san Agustín, que advirtió al vuelo la trampa, hubo de
texto de salvaguardar la unidad en aras de la integri-
replicar distinguiendo entre causa de la Iglesia (de
dad -sólo la Iglesia íntegra, sin mancha ni arruga, pue-
Cristo, de la Iglesia en sí, santa y pura) y causa de
de llamarse Iglesia de Cristo, argüían ellos-, termina-
Ceciliano (es decir, del hombre, cualquiera que éste
ban recluidos en África, cargándose la catolicidad. De
sea) [cf. Langa, P., n.c. 57. "El objetivo de los católicos
ahí luego la comunidad montense fundada en Roma,
en la Conferencia de Cartago del 411", en Obras com-
aunque aquello no pasó de ser un leve maquillaje.
pletas de san Agustín, 32, 1988, pp. 923 y s.; n.c. 65.
Brilló el argumento de la catolicidad en la célebre Con- Causa de la Iglesia y causa de Ceciliano, pp. 932 y s.].
ferencia Ecuménica de Cartago del año 411, convoca- Obviamente, la Católica no era la Iglesia de Ceciliano,
da por el emperador Honorio, presidida por el conde sino la Iglesia de Cristo difundida por todo el mundo
Marcelino, celebrada por ambos episcopados con el fin (toto orbe diffusa), es decir, católica. Los del Cisma,
de encontrar la vía de solución al contencioso católico- empeñados en radicalizar la interpretación de la Iglesia
donatista. Lo debatido allí fue, en el fondo, cuestión santa y pura, tenían que saber de la diferencia agusti-
eclesiológica. En tan magna cumbre intereclesial con- niana entre Iglesia de ahora (Ecclesia quae nunc est) e
fluyen dos modos de entender la Iglesia. El católico, Iglesia del futuro (Ecclesia qualis futura est) (cf. Bor-
cuyo enfoque será el propio de una Iglesia de los Pa- gomeo, P.: L'Église de ce temps dans la prédication de
dres, flexible de medio a medio y abierta, plural, enri- saint Augustin, París 1972, pp. 32-34; Langa, P.: "In-
quecida con elementos escriturísticos, históricos, dia- troducción", en Obras completas de san Agustín, 32,
lécticos y tradicionales. Y el donatista, anclado en la 1988, pp. 72-86).
Iglesia de los mártires, inflexible de todo punto y cerra-
La eclesiología católico-donatista de Cartago-411 par-
da, integrista y rigorista a ultranza, es decir, opuesta a
te, pues, de un mismo presupuesto: el principio pau-
cualquier atisbo de novedosa iniciativa.
lino, que ya san Cipriano había también compartido: un
Ambos planteamientos dimanan de la misma eclesio- Dios -una Iglesia — un Bautismo (Efésios 4, 5). No
logía africana, basada en san Cipriano, sinodal por cabía, siendo así, salvación sin bautismo. Ni bautismo
ambos lados. Aunque común, el esquema eclesiológi- sin Iglesia. Ni Iglesia sin Espíritu. De modo que bien en
co de tales grupos registra luego una interpretación Roma, bien en África, bien en la Iglesia universal a la
pragmática de la realidad completamente diversa en postre, la compartida tesis paulina consistía en relacio-
desarrollo y, de especial manera, en las consecuen- nar a la vez Espíritu Santo- Iglesia, remisión de los
cias: porque es en los sacramentos donde más se deja pecados por el bautismo-salvación. Pero compartir
sentir el desacuerdo, propio de conceptos distintos de premisas, claro es, no quiere decir sin más hacer otro
Iglesia. San Cipriano, maestro de católicos y donatis- tanto en conclusiones. Si se perciben matices diferen-
tas, no lo es en los mismos términos. Para los católicos ciales y diferenciadores ya entre Tertuliano y Cipriano,
lo será por su manera de concebir la unidad eclesial; mucho más entre católicos y donatistas.
no, desde luego, del bautismo, pues llega al rebautis-
Pretenden demostrar unos y otros con la Sagrada Es-
mo de herejes. Para los donatistas, en cambio, tam-
critura que admiten y utilizan en sus escritos y en su
bién respetable autoridad, lo será no en el modo de
culto, sobre todo mediante la llamada Biblia de san
plantear la unidad de la Iglesia, cuyos postulados les
Cipriano, es decir, la que el santo mártir de Cartago
son desfavorables, sino en las tesis bautismales, y
había usado en su tiempo, no ya la autoridad de la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
Iglesia, sobre la que unos y otros están de acuerdo, clero, con el que se mostró, a la vez, paternal y severo;
evidentemente, sino las dotes de su autenticidad, visi- la organización de los monasterios masculinos y feme-
bilidad y catolicidad. Mas como lo que importa es el ninos; la visita a los enfermos, la intervención a favor
modo de interpretar, de ahí el decisivo papel de la de los fieles ante la autoridad civil (apud saeculi potes-
exégesis (en la que no hay figuras donatistas desco- tates); la administración de los bienes eclesiásticos.
llantes, a excepción de Ticonio, ausente de Cartago-
En cuanto a las extraordinarias, fueron, si cabe, más
411). Habrá que echar mano de la Tradición. Y a me-
intensas y lógicamente de mayor magnitud que las
nudo, en este contencioso intereclesial de los archivos,
ordinarias: numerosos y largos viajes para tomar parte
o sea de la Historia. Y en no pocas ocasiones, inclusi-
en frecuentes concilios -no se olvide el carácter emi-
ve de la Dialéctica. Comprobar el intercambio de agu-
nentemente sinodal de la Iglesia africana-; o para
deza dialéctica entre sus dos máximos exponentes en
atender las peticiones de sus colegas; el dictado de
este contencioso, y muy concretamente durante la
cartas y más cartas en respuesta a las numerosas
Conferencia de Cartago- 411, como fueron el obispo
demandas que a diario le llegaban de las más diversas
Petiliano, de parte del Cisma, y su adversario el obispo
clases sociales y desde los más apartados rincones
de Hipona, por parte de la Católica, es una verdadera
del orbe entonces conocido; la ilustración y defensa de
delicia intelectual y, para el estudioso de la Teología
la fe, que le llevó a intervenir sin tregua contra mani-
patrística, una experiencia de veras apasionante.
queos, donatistas, pelagianos, arrianos y paganos.
Pero además de teólogo de la Iglesia, san Agustín de Como orador -él había entrado en la jerarquía de la
Hipona fue ante todo Pastor de la Iglesia. Corren por Iglesia para ser ministro, es decir, dispensador de la
ahí títulos genuinamente eclesiales, como el de Pastor Palabra y del Sacramento- supo combinar la hondura y
de almas, que bien está y mejor sabe. ¿Quién no re- precisión dogmática del doctor, la elevación lírica del
cuerda la obra ya clásica de F. Van der Meer? Lo cier- poeta, la inefable finura del místico y la proverbial sen-
to, sin embargo, es que Pastor de la Iglesia es el que a cillez evangélica del pastor que se hace todo para to-
san Agustín corresponde de lleno, dada su condición dos. Fue pastor, en fin, en el pleno sentido evangélico
de Padre y Doctor el más grande, sin duda, de la Igle- de la palabra. El sermón 46 sobre los pastores puede
sia latina, y en él, por tanto, queda, diríase, como com- suministrar muchos datos autobiográficos.
pendio toda la extraordinaria riqueza ministerial de uno
Se dice y vuelve a decir eso de con vosotros, cristiano
de los genios más grandes del cristianismo. Presupone
y para vosotros, obispo sin calibrar el alcance. En
los anteriores, sobre los que ya se dijo algo arriba, y en
realidad es idea sobre la que insiste en varios sermo-
los que, si bien se repara, no está necesariamente
nes: 46, 2; 47, 2; 176 A; 301 A, 8. No era, pues, inquie-
implicado éste. Porque se puede ser todo lo que los
ta mariposa voladora que pasaba por allí. La tenía bien
precedentes títulos significan sin, por ello, ser pastor
arraigada. Veámosla rica de matices en el primero de
de la Iglesia. Pero lo que de ningún modo cabe, al
los sermones citados, todo él certera glosa de Ezequiel
menos en san Agustín, es ser pastor de la Iglesia,
34, 1-16: "Nosotros, pues -dice de sí mismo-, a quie-
obispo de la Iglesia sin ser o sentirse al mismo tiempo
nes el Señor nos puso, porque así él lo quiso, no por
hombre, hijo, siervo de la Iglesia.
nuestros méritos, en este puesto del que hemos de dar
Y fue un pastor de Iglesia, además, activo y contem- cuenta estrechísima, tenemos que distinguir dos co-
plativo, facetas ambas que supo encarnar dichosamen- sas: que somos cristianos y que somos superiores
te, y armonizar, y vivir. Extraordinario genio a la postre, vuestros. El ser cristianos es en beneficio nuestro; el
llevó hasta las más airosas cumbres de la espirituali- ser superiores es en el vuestro. En el hecho de ser
dad mistérica su vocación de teólogo en la pastoral y cristianos, la atención ha de recaer en nuestra propia
de pastor en la teología, mas sin crispación, sin aspa- utilidad; en el hecho de ser superiores, no se ha de
vientos, sin sobresaltos, con suavidad, con armonía, pensar sino en la vuestra. Son muchos los que, siendo
con apasionado amor a la Iglesia, eso sí. San Posidio cristianos, sin ser superiores, llegan hasta Dios, quizá
lo califica de "principal miembro del Cuerpo del Señor, caminando por un camino más fácil y de forma más
siempre solícito y vigilante por el bien de la Iglesia rápida, en cuanto que llevan una carga menor. Noso-
universal" (Vida 18). Sólo así se explica que al morir tros, por el contrario, dejando de lado el hecho de ser
dejase su Iglesia repleta de clero, de monjes y de sa- cristianos, y según ello, hemos de dar cuenta a Dios de
biduría hablada y escrita como incondicional servicio a nuestra vida; somos también superiores, y según esto
la comunidad cristiana desde la explanación de las debemos dar cuenta a Dios de nuestro servicio. Si os
Sagradas Escrituras. Por eso los autores de todas las digo esto es para que, compadeciéndoos de nosotros,
razas y pueblos no dudan hoy en considerarlo acabado oréis por nosotros" (Sermón 46, 2).
modelo de obispos y predicadores, ornamento y deco-
¡Qué delicia de pensamiento el de Agustín de Hipona
ro de la santa Iglesia.
comentando la estrecha relación de fieles y pastores!
Sus actividades episcopales, digamos, ordinarias -el Se advierte la gracia, se nota el acento, se siente la
episcopado fue para él más una carga que un cargo- vida, se intuye al Señor de por medio. Se marca tam-
comprendían el ministerio de la palabra (predicó sin bién límite a competencias y deberes: "Quienesquiera
interrupción dos veces por semana, sábado y domingo; que seamos los obreros que el Señor puso en su cam-
a menudo, varios días seguidos; y aun dos veces al po, a nosotros corresponde exponeros estas cosas:
día); la audiencia del obispo (audientia episcopalis), en sembrar, regar, cavar alrededor de algunos árboles y
la que atendía a todos y entendía de las causas más echarles algún cesto de abono. Toca a nosotros hacer-
dispares, y que a veces le ocupaba la jornada entera; lo con fidelidad y a vosotros recibirlo con la misma
el cuidado de los pobres y huérfanos, la formación del fidelidad; al Señor toca ayudarnos a nosotros a trabajar
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
y a vosotros a crecer, a todos a pelear y a vencer con dimensión vertical que la horizontal de la Iglesia, lejos
él al mundo [...] Mas yo pienso que es mucho mejor de verse como contrapuestas o simplemente en un
que en recíproca y mutua caridad nos pertenezcamos paralelo discurrir, aparecen complementarias.
todos" (Sermón 101, 4). ¡Qué diversas estampas mi-
El lenguaje y teología patrísticos permanecen fieles, in
nisteriales ésta de san Agustín y la que algunas veces
extenso, a este empleo del término en la Escritura
observa uno en la Iglesia de nuestros días, cuando
Sagrada. La noción irá diversificándose y tomando un
desdichadamente distancia, interpuesto, un denso
lenguaje más técnico, según progresen los estudios
vacío entre obispo y fieles!
teológicos, pero la bilateral interdependencia de su
Precisamente con la Iglesia de fondo bajo la bella me- contenido jamás decrece. Es cuanto permiten concluir
táfora familiar -la Iglesia, se ha dicho, es la gran familia la "comunión de los santos", esto es, comunión a la
de Dios- así prosigue Agustín de Hipona trabajando la vez "en las cosas santas", o sea la Eucaristía, y "de los
estrecha relación entre obispo y fieles: "Ciertamente, santos", o sea de los creyentes. Asimismo inconfundi-
pertenecéis a una familia y nosotros somos los admi- bles expresiones suyas como societas sanctorum (o
nistradores de esa misma familia; todos pertenecemos congregatio sanctorum) y communio sacramentorum.
a un único Señor. Lo que doy no lo doy de mi propia La palabra koinonia, en latín communio (más a menu-
cosecha, sino de la despensa de Aquél de quien tam- do en san Cipriano communicatio), también a veces
bién yo recibo" (Sermón 101, 4). A fin de no confundir pax, concordia, societas, unitas, designa la comunión
ni confundirse sobre el puesto del obispo en la Iglesia entre Iglesias, y conserva siempre un lazo interior con
de Dios, y el peso de su ministerio, Agustín será más la Eucaristía. Pero igual sucede a la inversa, esto es:
explícito aún predicando en Hipona: "De donde saco que su empleo eucarístico remite de modo invariable a
para alimentaros a vosotros, de allí saco para alimen- la comunión intereclesial. De este supuesto cumple
tarme yo; soy un siervo, no un padre de familia. Os partir al estudiar los principales aspectos de koinonîa
sirvo de lo mismo de lo que yo vivo: del tesoro del Se- en la Iglesia antigua. Y en la communicatio in sacris u
ñor, del banquete de aquel padre de familia que, sien- hospitalidad eucaristica del moderno ecumenismo.
do rico, se hizo pobre por nosotros para que nos enri-
Entre todos los Padres de la Iglesia, es san Agustín,
queciésemos con su pobreza (2 Corintios 8, 9). Si os
quizás, el que expresó de manera más explícita y radi-
sirviera pan, habría que partirlo; cada uno tomaríais un
cal, también aguda y profunda y sutil, este lazo de
pedazo, y, por mucho que sirviese, no llegaría mas que
amor entre Eucaristía (cima de la iniciación cristiana) e
una mínima porción a cada uno. En cambio, lo que
Iglesia. Desdichadamente algunas afirmaciones suyas
digo lo tienen todo todos y cada uno en particular"
de indiscutible acento ecuménico resultan hoy, pese a
(Sermón 339, 4).
ello, lastimosamente "ignoradas de la mayor parte de
Es, pues, la idea del pastor de la Iglesia y en la Iglesia, los teólogos ortodoxos, y olvidadas a menudo del Oc-
administrador y no dueño (el amo es Cristo), obligado cidente protestante" (Tillard, J. M. R.: Chair de l'Église,
a dar de lo que recibe: el pan de la Eucaristía una ve- chair du Christ. Aux sources de l'ecclésiologie de
ces, o el multiplicado y recién horneado de la palabra, communion, París 1992, p. 53; cf. también su Église
como aquí, que llega generosa, y total y plenamente, a d'Églises. L'écclésiologie de communion, París 1987).
cada uno sin dividirse en sílabas para que toque a más El P. Tillard, recientemente desaparecido, se hizo con-
o a menos, como podría suceder con el pan material. sumado especialista de esta eclesiología, de tanta
Subyace aquí también la bella imagen del Cirio pas- trascendencia para el ecumenismo de esta hora del
cual, que expande su luz a todos sin gastarse, y que a nuevo milenio, y, lejos de perderse por las ramas, supo
todos llega plena y compartida. Canta solo su exhorto: cavar en su tierra hasta dar con las hondas raíces pa-
Expóngase la palabra de Dios por el pastor, de modo trísticas y, sobremanera diría yo, con el estilo genui-
que "quien te escucha, escuchando crea, creyendo namente agustiniano de las mismas.
espere, esperando ame" (La doctrina cristiana 4, 8).
La Iglesia, por eso, no es la suma de los bautizados, ni
Basta con acercarse a los decretos Christus Dominus,
mera reunión asamblearia desprovista de alma, sino su
sobre el oficio pastoral de los obispos, y Presbyterorum
vida de comunión en el indivisible Espíritu de Cristo,
ordinis, sobre el ministerio y vida de los presbíteros,
que nos adentra hasta Dios y nos sumerge en Dios.
del concilio Vaticano II, para intuir presente en ellos la
Ese requisito de pertenencia total a la Iglesia que lla-
señera figura de Agustín de Hipona
mamos comunión fue tema nuclear en la disputa con
IV ECLESIOLOGÍA DE COMUNIÓN los donatistas. Nada extraño, por lo demás, si se pien-
sa que su mayor aspiración monástica fue, como al
EN el servicio incansable del hiponense a la unidad
principio indico, hacer de sus comunidades verdaderas
eclesial cabe destacar, entre otras aportaciones de
eclesiolas -o pequeñas Iglesias- en las que vivir el
relieve a mayor mérito y justicia, la de comunión, muy
espíritu de la Comunidad apostólica de Jerusalén a
empleada en la teología de esta aurora trimilenaria.
tope, con amor de plenitud, es decir, en comunión.
Heredada en cierto modo de la patrística, sobremanera
de san Cipriano de Cartago, la afronta san Agustín En la doctrina agustiniana diríase que dicho concepto
acudiendo, como quien busca el manantial, a lo que de alcanza el ápice de su expresividad en los sectores
ella dice el Nuevo Testamento, donde las dos relacio- monástico y antidonatista. "El verdadero sacrificio es
nes constitutivas de la esencia de la Iglesia (comunión toda obra hecha para unirnos a Dios en santa alianza"
del creyente con Dios y comunión de los creyentes (La ciudad de Dios 10, 6). Sus famosas palabras al
entre sí) se designan con una sola y misma palabra: principio de la Regla ilustran de maravilla la faceta
koinonia. De tal suerte es ello así, que lo mismo la eclesial de la vida monástica: "Vivid en la casa unáni-
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Evangelización nueva en un mundo nuevo
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
nos y reconocernos como somos, reconocernos como San Juan 57, 3). Es desde la humildad desde donde se
hombres. No equivale a rebajarse, sino valorarse en la puede elevar uno hasta la divinidad, pero eso es obra
medida justa: "Oculta el Hijo de Dios su venida en el del mismo Dios: "Yo dije todos sois dioses e hijos del
hombre y se hace hombre. Se te manda a ti que seas Altísimo. Dios nos llama para que dejemos de ser
humilde, no se te manda que de hombre te hagas hombres. Esta dichosa transformación no se verifica si
bestia. El que era Dios se hace hombre; tú, hombre, antes no reconocemos nuestra condición de hombres.
reconoce que eres hombre. Toda tu humildad consiste Hay que partir de la humildad para elevarse a aquella
en que te conozcas" (Tratados sobre el Evangelio de altura. Si, por el contrario, nos persuadimos de que
San Juan 25, 16). Pero es un hecho que el conoci- somos algo, cuando en realidad no somos nada, co-
miento real del hombre está estrechamente unido a la rremos el peligro no sólo de no recibir lo que nos falta,
mediación de Cristo: "La humildad del hombre es su sino de perder lo que somos" (Tratados sobre el
confesión, y la mayor elevación de Dios es su miseri- Evangelio de San Juan 1, 4)
cordia. Si, pues, viene Él a perdonar al hombre sus
A la pregunta ¿qué significa ser humilde?, responde
pecados, que reconozca el hombre su miseria y que
Agustín: "No ser jactancioso (es decir, no alabarse a sí
Dios haga brillar su misericordia' (Tratados sobre el
mismo). Quien quiere jactarse es soberbio. El que no
Evangelio de San Juan 14, 5). De lo que se trata, por
es soberbio es humilde. ¿No quieres ser soberbio?
tanto, es de conocernos y de aceptar nuestra propia
Para que puedas ser humilde, di lo que se escribió: Mi
situación de seres humanos: "A ti no se te dice: 'Sé
alma se gloriará en el Señor; oigan los humildes y
algo menos de lo que eres', sino: conoce lo que eres'.
alégrense. Los que no quieren gloriarse en el Señor no
Conócete débil, conócete hombre, conócete pecador,
son mansos, sino fieros, hoscos, envanecidos, sober-
conoce ser Dios quien justifica, conócete manchado"
bios" (Comentarios a los Salmos 33, s. 2, 5). La hu-
(Sermón 137, 4). Por tanto, la humildad es una actitud
mildad garantiza la verdad porque una de sus funcio-
vital que nos impulsa a controlar la propia autosufi-
nes es eliminar la mentira: "La humildad habla de la
ciencia y aparecer como lo que somos. Al mismo
verdad, y la verdad de la humildad; es decir, la hu-
tiempo, ser sinceros con nosotros mismos es reco-
mildad, de la verdad de Dios, y la verdad, de la hu-
nocernos débiles, humanos, pecadores y, a la vez,
mildad del hombre" (Sermón 183, 4).
seguros de que Dios nos da su gracia, porque "la
flaqueza que se da en la humildad es la mayor forta- I. HUMILDAD Y VIDA CRISTIANA
leza" (Comentarios a los Salmos 92, 6).
SIN la humildad que nos enseñó Cristo, no hay posi-
La humildad es el camino hacia la verdad de nosotros bilidad alguna de recibir los efectos de la salvación,
mismos, que nos abre al encuentro con Cristo, médico porque si algo amenaza con destruir la vida cristiana,
humilde y doctor de la humildad. ese algo es la soberbia: "Si poseéis la santidad, temed
Sólo quien se reconoce enfermo, el que no presume perderla. ¿Cómo? Por la soberbia. La castidad del
de sí mismo, siente la necesidad de ser curado y casto puede perderse de dos formas: o convirtiéndose
puede acoger la salvación del Hijo de Dios. La humil- en adúltero o haciéndose soberbio. Y me atrevo a decir
dad es el camino de la misericordia y del perdón; nos que quienes viven la vida conyugal, si son humildes,
pone frente al hermano con una mirada de compren- son mejores que los castos soberbios...
sión y de aceptación y nos hace recobrar la unidad: El soberbio no puede carecer de envidia, que es la hija
"¡Cuan numerosos son los que, conscientes de haber de la soberbia. Esta madre no conoce la esterilidad; allí
ofendido a sus hermanos, rehúsan decir Perdóname! donde se halla, pare inmediatamente" (Sermón 354,
No se avergonzaron de pecar y se avergüenzan de 4-5).
pedir perdón; no sintieron vergüenza ante la maldad, y
la sienten ante la humildad" (Sermón 211, 4). Verda- El signo de los seguidores de Jesús es la humildad e
deramente el hombre es un ser débil y, aunque abierto imitar a Cristo es ser manso y humilde de corazón (cf.
al infinito, es una criatura limitada, llena de necesida- Comentarios a los Salmos 90, 1). La grandeza del
des. Agustín está convencido que andar en verdad hombre consiste en la humildad; el camino de la in-
tiene su punto de arranque en la humildad: "¿Qué es fancia espiritual a la que se promete el Reino comienza
practicar tú la verdad? No halagarte, ni acariciarte, ni en la humildad y se recorre desde y con la humildad: "A
adularte tú a ti mismo, ni decir que eres justo, cuando ella os exhorto, pues de los tales es el reino de los
eres inicuo. Así es como empiezas tú a practicar la cielos, es decir, de los humildes, de los párvulos en el
verdad; así es como vienes a la luz, para que se espíritu. No la despreciéis, no la aborrezcáis. Esta
muestren las obras que has hecho en Dios" (Tratados sencillez es propia de los grandes; la soberbia, en
sobre el Evangelio de San Juan 12, 13). cambio, es la falsa grandeza de los débiles, que,
cuando se adueña de la mente, levantándola la de-
Lo propio de la humildad es confesar la verdad y huir rriba; inflándola la vacía, y de tanto extenderla, la
de la apariencia: "Como la soberbia presume, la hu- rompe. El humilde no puede dañar; el soberbio no
mildad confiesa. Como es presuntuoso el que quiere puede no dañar. Hablo de aquella humildad que no
aparecer lo que no es, así es confesor el que no oculta quiere destacar entre las cosas perecederas, sino que
aparecer lo que es y ama aparecer lo que es" (Co- piensa en algo verdaderamente eterno, adonde ha de
mentarios a los Salmos 121, 8). Según Agustín, sólo llegar no con sus fuerzas, sino ayudada... Así, pues, si
escuchando, y escuchando la verdad, se puede ser guardáis esta piadosa humildad que la Escritura Sa-
humilde, porque la verdad no nos deja gloriarnos de grada muestra ser una infancia santa, estaréis seguros
nosotros mismos (cf. Tratados sobre el Evangelio de
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
de alcanzar la inmortalidad de los bienaventurados" primacía en la vida cristiana, es su nota más caracte-
(Sermón 353, 1). rística y el mejor resumen de la enseñanza de Cristo:
"Esta es la doctrina cristiana, el precepto y la reco-
La humildad es el cimiento de la construcción espiritual
mendación de la humildad; no gloriarse a no ser en la
y, en nuestro caso, no es otro que el propio conoci-
cruz de nuestro Señor Jesucristo. Pues no tiene nada
miento, la verdad del ser humano visto en su propia
de grande gloriarse en la sabiduría de Cristo, pero sí lo
indigencia y la imitación de nuestro Maestro: "¿Quién
es hacerlo en su cruz" (Sermón 160, 5). Se explica
entra por la puerta? Quien entra por Cristo. Y ¿guíen
porque la humildad es una disposición unida a todas
es éste? Quien imita la pasión de Cristo, guíen conoce
las virtudes y "por la humildad volvemos al interior"
la humildad de Cristo; y pues Dios se hizo por nosotros
(Tratados sobre el Evangelio de San Juan 25, 15) y
hombre, reconozca el hombre que no es Dios, sino un
reconocemos la necesidad que tenemos de la mise-
mero hombre. Quien, en efecto, quiera dárselas de
ricordia de Dios (cf. Comentarios a los Salmos 38, 18).
Dios no siendo más que hombre, no imita ciertamente
al que, siendo Dios, se hizo hombre" (Sermón 137, 4). Para llegar a la perfección es necesario comenzar por
la humildad porque la humildad es el fundamento
Conocerse a sí mismo es una verdadera ciencia, la
sobre el que se construye el edificio de la caridad; ella
gran ciencia que el hombre está llamado a aprender:
es el medio para conquistar y para custodiar la caridad.
"Este es el perfecto y excelso conocimiento: conocer
En definitiva, la humildad es la virtud que hace bueno
que el hombre por sí no es nada; y todo lo que es lo
al hombre y construye la ciudad de Dios: "Soy cons-
recibe de Dios y por Dios" (Comentarios a los Salmos
ciente de la fuerza que necesito para convencer a los
70, 1, 1). Por eso Agustín nos recomienda que
soberbios del gran poder de la humildad. Ella es la que
aprendamos lo pequeño, la humildad de Dios: "Lo que
logra que su propia excelencia, conseguida no por la
habéis, hermanos, de aprender, ya lo estáis viendo, es
hinchazón del orgullo humano, sino por ser don gra-
lo pequeño. Nosotros apetecemos las cumbres; para
tuito de la divina gracia, trascienda todas las eminen-
ser grandes aprendamos lo pequeño. ¿Quieres
cias pasajeras y vacilantes de la tierra" (La ciudad de
aprehender la excelsitud de Dios? Aprende antes la
Dios 1, prólogo). Por eso Agustín nos exhorta:
humildad de Dios. Dígnate ser humilde en bien tuyo,
"Aprendamos, o mejor, tengamos la humildad. Si aún
puesto que Dios se dignó ser humilde también por ti.
no la tenemos, aprendámosla. Si la tenemos, no la
Aduéñate de la humildad de Cristo, aprende a ser
perdamos. Si no la tenemos, cobrémosla para ser
humilde, no seas orgulloso. Confiesa tu enfermedad,
injertados; si la tenemos, retengámosla, para no ser
déjate con paciencia tratar del Médico. Cuando hayas
amputados" (Sermón 77, 15).
hecho tuya la humildad suya, te levantarás con Él; no
digamos que se levante Él en su calidad de Verbo, sino PARA EL DIALOGO
que te levantarás tú para que más y más sea el Verbo
presa tuya... Observad el árbol: echa primero hacia • ¿Crees que en tu entorno se entiende y se
abajo para crecer después hacia arriba, clava su raíz valora adecuadamente la virtud de la hu-
en lo humilde para lanzar al cielo su picota. ¿Dónde si mildad?
no en la humildad se afianza?" (Sermón 117, 17). • ¿Qué consecuencias se derivan de la
concepción agustiniana de la humildad y
Para Agustín, "donde está la humildad, allí está Cristo" cómo podemos ayudarnos a practicarla?
(Tratado sobre la primera Carta de San Juan, Prólogo). • Para conocerse es importante un ejercicio
Cristo y la humildad son inseparables. Como conse- de interioridad y un tiempo diario de refle-
cuencia, donde está la humildad hay posibilidad de xión ¿Crees que las circunstancias nos
fruto, mientras que donde está ausente y se asienta la favorecen para ello y qué medios podemos
soberbia, todo se convierte en desierto: "¿Qué hizo utilizar para conseguir esta interioridad y
Dios resistiendo a los soberbios y dando gracia a los reflexión?
humildes, al cortar los ramos por la soberbia e injertar
el acebuche por la humildad? ¿Qué hizo Dios? Oíd II. LA SOBERBIA Y SUS CONSECUENCIAS
estas dos cosas; primero cómo Dios resiste a los
PARA Agustín el contenido más profundo del pecado
soberbios; después cómo da gracia a los humildes...
de Adán es la soberbia, el querer ser como dioses al
Ved cómo resiste a los soberbios. Oye cómo da gracia
margen de Dios y por encima de Él. Con lo cual, la
a los humildes: convirtió los desiertos en estanques de
soberbia parece identificarse con vivir desde la propia
agua, y la tierra sin agua, en manantiales de agua. E
autonomía y sin contar con nadie. Agustín, de hecho,
hizo morar allí a los hambrientos... “(Comentarios a los
nos dice que el primer pecado es un pecado de so-
Salmos 106, 13).
berbia, pero también está presente todo el mal que nos
Una regla elemental para el que quiera entender algo podamos imaginar (cf. Manual de fe, esperanza y
de la ciencia de Dios, es la humildad: "Se hallaba caridad 45). Es cierto que el pecado podemos verlo
sentada a los pies de nuestra cabeza, y cuanto más desde distintas perspectivas, pero la más clara es la
humildemente estaba sentada, tanto más comprendía. soberbia, que es un alejarse de lo que Dios pide por
El agua afluye a la profundidad del valle, deslizándose puro capricho y por aparentar que son sus propios
desde los encumbrados collados... Esto hacía María: dueños y casi dioses: "Los soberbios se alejan de los
se humillaba y el Señor la llenaba" (Sermón 104, 3. 5). mandamientos de Dios. Una cosa es no cumplir los
mandamientos de Dios por flaqueza o ignorancia, y
En alguna ocasión parece que Agustín identifica doc-
otra apartarse de ellos por soberbia, como lo hicieron
trina cristiana con humildad y es que la humildad tiene
los que nos engendraron mortalmente para estos
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
males. Pues les deleitó el seréis como dioses, y así por expensas de las buenas obras. Por la misma causa, no
la soberbia se desviaron del precepto de Dios, que no sea que, atribuyéndose a sí mismos los dones de Dios,
ignoraban habérselo puesto el Señor... “(Comentarios y ensoberbeciéndose perezcan con más grave caída
a los Salmos 118, 9, 1). La soberbia puede calificarse que si nada hiciesen, se amonesta a los soberbios...
como el mal de los males del espíritu humano, la peor porque a esos tales hay que bajarles el tumor del
de las enfermedades del alma: "Reconocieron que orgullo con dolores" (La naturaleza y la gracia 27, 31).
aquel que descendió del cielo para sanar con el
Otra de las consecuencias de la soberbia es que se
ejemplo de su humildad el gran mal del alma humana,
convierte en el principal obstáculo para poder estar
es decir, la soberbia, eligió a los débiles del mundo
con Dios. Por la encarnación, Cristo elimina este
para confundir a los fuertes, a los necios de este
obstáculo y nos une íntimamente a Dios: "Hay en la
mundo para confundir a los sabios". (Sermón 51, 4).
encarnación de Cristo otros muchos bienes... Otro
Las consecuencias de la soberbia son desastrosas; no bien: la soberbia humana, obstáculo principal para la
es fácil medirlas todas, pero sí se pueden poner de unión con Dios, fue corregida y medicada por la hu-
relieve las más destacadas. Por una parte, es el origen mildad profunda de Dios. Por ella conoce el hombre
de la mala voluntad y lleva al ser humano a alejarse de cuánto se había alejado de Dios y puede apreciar
la única realidad que puede agradarle y saciar sus mejor el valor terapéutico del sufrimiento en el camino
inquietudes y deseos: "El principio de todo pecado es de su retorno" (La Trinidad 13, 17, 22). La soberbia nos
la soberbia. Y ¿qué es la soberbia sino el apetito de un lleva a arrojar fuera lo mejor que tenemos, la presencia
perverso encumbramiento? El encumbramiento per- de Dios y su gracia, y nos hace vivir en la dispersión,
verso no es otra cosa que dejar el principio al que el sin poder apreciar y gustar todo el caudal de riqueza
espíritu debe estar unido y hacerse y ser, en cierto que Dios ha depositado en nuestro interior: "Ya que en
modo, principio para sí mismo. Tiene esto lugar su vida arrojó las cosas más caras e íntimas (es decir a
cuando se complace uno demasiado en sí mismo. Y se Dios). ¿Qué otra cosa es la soberbia sino abandonar el
complace así cuando se aparta de aquel bien inmuta- ámbito privado de la conciencia y querer aparentar
ble que debió agradarle más que él a sí mismo" (La exteriormente lo que uno no es?" (Comentario al Gé-
ciudad de Dios 14, 13, 1). nesis en réplica a los maniqueos 2, 5, 6). Evidente-
mente, no es bueno presumir de lo que uno hace; las
Por otra parte, la soberbia es el origen de todas las
obras buenas del hombre se deben a la gracia de Dios.
enfermedades morales: "El manantial de todas las
Lo mismo hay que afirmar de lo que uno posee, sobre
enfermedades es la soberbia, porque la soberbia es el
todo cuando son cosas materiales. Dirá Agustín que
manantial de todos los pecados... ¿Cuál es el origen
"son dignos de risa los que se jactan de las cosas
de todas las iniquidades? La soberbia. Cura la sober-
perecederas, de las cuales muchas veces son aban-
bia y ya no existirá iniquidad alguna. Es para curar la
donados mientras viven o necesariamente tendrán
causa de todas las enfermedades, que es la soberbia,
ellos que abandonar al morir" (Comentarios a los
por lo que bajó y se hizo humilde el Hijo de Dios. ¿Por
Salmos 58, 2, 5). En definitiva, "todo lo que se halle a
qué te ensoberbeces tú, oh hombre? Dios se humilló
tu alrededor o en ti por lo que puedas presumir, arró-
por ti. Tal vez te ruboriza imitar a un hombre humilde;
jalo lejos de ti. Sea Dios toda tu presunción. Sé indi-
imitar al menos, al humilde Dios" (Tratados sobre el
gente de Él para que seas colmado de ÉL Todo lo que
Evangelio de San Juan 25, 16). Es más, la soberbia
tuvieres sin Él te servirá de inmenso vacío" (Comen-
hace que el hombre resista a la verdad y se quede
tarios a los Salmos 85, 3).
encerrado en sus propios deseos: "Luego, por ser
soberbios, fueron dignos de ser entregados a los de- PARA EL DIALOGO
seos de su propio corazón, y así se convirtieron en
• A la luz de los distintos textos de Agustín
abismo profundísimo no sólo pecando, sino también
obrando con dolo, para no entender su iniquidad y ¿qué actitudes tendríamos que cultivar
odiar" (Comentarios a los Salmos 35, 10). La soberbia para evitar la vanagloria y el presumir fal-
separa de la Iglesia y es la madre de todas las here- samente?
jías: "Considerad ya que es lo que ha engendrado • ¿Es Dios tu única riqueza o presumes de
todas las herejías; no hallaréis ninguna otra madre a tus cualidades, conocimientos y posesio-
no ser la soberbia. Pues cuando los hombres presu- nes?
men mucho de sí mismos, llamándose santos y que- • Cuando Agustín dice: "cura la soberbia y
riendo arrastrar a las masas tras de sí, sólo por so- ya no existirá iniquidad alguna", está for-
berbia dieron origen a las herejías y a los cismas, útiles mulando un principio importante de ac-
ambos. Mas como a la Iglesia católica no la vencen los ción: ¿Cómo lo entiendes y qué trabajo
hijos de la soberbia, es decir, todas aquellas herejías y interior llevaría consigo esta cura?
cismas, por eso mismo se predijo: Y las puertas del III LA LECCIÓN DE LA HUMILDAD
infierno no la vencerán" (Sermón 346 B, 3).
EN la doctrina agustiniana la humildad es la medicina
Todavía es peor cuando la soberbia corrompe el
apropiada para todo pecado, principalmente para el
mismo bien. Agustín parece indicarnos que las buenas
pecado de la soberbia, origen de todos los demás. Sin
obras son el alimento propio de la soberbia, de tal
la humildad difícilmente se puede cumplir con los
manera que se desarrolla a expensas de ellas. Llega a
requisitos mínimos de la vida cristiana: "Quien, en
calificarla como tumor: "Porque los demás vicios pre-
efecto, se hizo por nosotros camino, clama: Entrad por
valecen en la maldad, pero el orgullo se desarrolla a
la puerta estrecha. Hace conatos para entrar, mas la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
hinchazón se lo impide; y cuanto más la hinchazón se Dios: "¿A esto se han reducido los tesoros de la sa-
lo impide, tanto más perjudiciales le resultan los es- biduría y de la ciencia escondidos en ti? ¿A qué ven-
fuerzos. Porque, para un hinchado, la estrechura es un gamos a aprender como una cosa grande de ti que
tormento, que contribuye a hincharle más; y si aún eres manso y humilde de corazón? ¿Tan excelsa cosa
aumenta de volumen, ¿cómo ha de poder entrar? es ser pequeño, que, si tú no nos lo enseñaras, siendo
Tiene, pues, que deshincharse. ¿Cómo? Tomando el tan excelso, no sería posible aprenderla? Con segu-
medicamento de la humildad; que beba esta pócima ridad. No podrá encontrar de otra suerte su paz el alma
amarga, pero saludable, la pócima de la humildad" si no es reabsorbiendo esa inquieta hinchazón, por la
(Sermón 142, 5). La humildad es el camino adecuado que se antojaba grande a sí misma mientras para ti
para hacernos gratos a Dios y el ambiente en el que se estaba todavía enferma" (La santa virginidad 35, 35).
practica la vida cristiana. Parece claro, por tanto, que
La humildad nos acerca a Dios y es que Dios se ma-
todo cristiano debe ser humilde, y más si tiene un
nifiesta a los humildes y les invita a disfrutar de la
servicio en la comunidad. Pero la humildad es nece-
visión. Los sencillos y humildes son los más capaci-
sario cultivarla y custodiarla en lo cotidiano y no dar por
tados para escuchar la buena noticia de Dios: "Lo
supuesto que se tiene como si fuese una conquista
escondiste a los soberbios y lo revelaste a los humil-
para siempre (cf. La santa virginidad 33, 33).
des. ¿Qué es lo que somos, por mucho que seamos?
Agustín está convencido de que la humildad es el Si somos humildes, mereceremos gozar de la plena
fundamento imprescindible para edificar una vida de visión de Dios si merecemos ser contados entre los
plenitud porque es la morada de la caridad y el edificio pequeños" (Sermón 68, 7).
de la caridad no puede tener otro fundamento: "Cava
Sólo los humildes pueden recibir el Espíritu Santo,
en ti ese cimiento de humildad y llegarás a la cúspide
porque sólo ellos tienen la capacidad de poseerle.
de la caridad" (Sermón 69, 4). Sin humildad nadie
Agustín compara a los humildes con un cuenco vacío
puede soñar con adquirir la caridad, y la caridad, a su
que puede recibir todas las riquezas que Dios está
vez, es custodiada por la humildad: "Contra la sober-
dispuesto a conceder: "El Espíritu Santo nos convierte
bia, madre de la envidia, es contra guíen lucha singu-
de multiplicidad en unidad, se le apropia por la hu-
larmente toda la disciplina cristiana. Ésta nos enseña
mildad y se le aleja por la soberbia. Es agua que busca
la humildad para adquirir y custodiar la caridad, de la
un corazón humilde, como un lugar cóncavo donde
que está escrito: la caridad no es envidiosa" (La santa
detenerse; en cambio, ante la altivez de la soberbia,
virginidad 31, 31). En la caridad está la clave de la vida
como altura de una colina, rechazada, va en cascada.
cristiana, pero este camino no se puede recorrer si no
Por eso se dijo: Dios resiste a los soberbios y, en
se es humilde: "Luego llamó a la caridad camino ex-
cambio, a los humildes les da su gracia. ¿Qué significa
celentísimo. Este excelso camino, hermanos, es ma-
les da su gracia? Les da el Espíritu Santo. Llena a los
ravilloso. Este camino, porque es encumbradísimo, es
humildes, porque en ellos encuentra capacidad para
también excelentísimo, pues sobresale lo que es ex-
recibirlo" (Sermón 270, 6).
celente. Ninguna cosa hay más excelente que el ca-
mino de la caridad, y sólo andan por él los humildes" IV. UN ESPEJO DONDE MIRARSE: CRISTO
(Comentarios a los Salmos 141, 7).
EN el mundo pagano la humildad es desconocida.
La humildad es el fundamento del edificio humano y Ningún filósofo, ningún sabio de los antiguos enseña
cristiano. Cuanto más grande sea el edificio, más esta virtud. Sólo Cristo es el doctor de la humildad, es
necesario es -aunque no sea visible- el cimiento de la algo exclusivo del reino de Dios, de la región de Cristo
humildad: "¿Quieres ser grande? Comienza por lo y del ámbito divino, y sólo desde ahí se puede com-
ínfimo. ¿Piensas construir una gran fábrica en altura? prender adecuadamente y practicar en su justa me-
Piensa primero en el cimiento de la humildad. Y cuanta dida: "Esta agua de la confesión de los pecados, esta
mayor mole pretende alguien imponer al edificio, agua de la humillación del corazón, esta agua de la
cuanto más elevado sea el edificio, tanto más profundo vida de salud, que se considera despreciable a sí
cava el cimiento. Cuando la fábrica se construye, sube misma, que no presume de sí misma, que no se atri-
a lo alto; pero guíen cava fundamentos se hunde en la buye con soberbia nada a su propio poder; esta agua
zanja. Luego la fábrica se humilla antes de elevarse y no se encuentra en ningún libro de los extraños, ni en
después de la humillación se remonta hasta el remate. los de los epicúreos, ni en los de los estoicos, ni en los
¿Cuál es el remate de la fábrica que intentamos de los maniqueos, ni en los de los platónicos. En todos
construir? ¿Adónde ha de llegar la crestería del edifi- ellos se hallan óptimos preceptos sobre las costum-
cio? Pronto lo digo, hasta la presencia de Dios" bres y la disciplina; sin embargo, no se encuentra esta
(Sermón 69, 2-3). humildad. La vena de esta humildad brota de otro
"Nuestra perfección está en la humildad" (Comentarios manantial; emerge de Cristo. El origen dimana de
a los Salmos 130, 14). Sin la humildad no se daría aquel que, siendo excelso, vino humilde. ¿Qué otra
crecimiento en la vida espiritual, porque la humildad cosa enseñó humillándose, haciéndose obediente
hace que el hombre reconozca que es Dios el que nos hasta la muerte, y muerte de cruz? ¿Qué otra cosa
da todos los bienes y nos obliga a trabajar para que enseñó pagando lo que no debía, para librarnos a
fructifiquen los dones recibidos. Toda la ciencia que el nosotros de la deuda? ¿Qué otra cosa enseñó bauti-
cristiano debe tener consiste en aprender la humildad, zándose el que no tuvo pecado, dejándose crucificar el
y sólo se aprende entrando en contacto con Cristo, que no tenía culpa? ¿Qué otra cosa enseñó, si no es
porque en Él están contenidos todos los tesoros de esta humildad? Con razón dice: 'Yo soy el camino, la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
verdad y la vida'. Con esta humildad se acerca a Dios, hombre siguiendo la soberbia del engañador, siga,
porque el Señor está junto a los que se atribulan en su después de hallado, la humildad del Redentor" (Tra-
corazón" (Comentarios a los Salmos 31, 2, 18). tados sobre el Evangelio de San Juan 55, 7).
El misterio de la Encarnación es el punto concreto en Cuando habla de la humildad de Cristo, Agustín utiliza
el que Agustín centra su atención para hablarnos de la todos los recursos para que lleguemos a entender y
humildad de Cristo y para recomendarnos a nosotros nos llenemos de admiración. Nos presenta a Cristo en
la humildad. Piensa Agustín que sólo con un ejemplo relación con el pueblo judío y a Dios como médico que
como el de Cristo puede el cristiano entusiasmarse oculta su divinidad para que nosotros reconozcamos
con la humildad: "Luego, porque el Señor te enseña la nuestra fragilidad: "Tenía de qué vanagloriarse el
humildad, por eso dijo: No he venido a hacer mi vo- pueblo judío; pero por esa soberbia sucedió que no
luntad, sino la voluntad del que me envió. Esta es la guiso humillarse ante Cristo, autor de la humildad,
mejor recomendación de la humildad. La soberbia cortador del tumor, Dios médico, que por eso se hizo
hace su voluntad, la humildad hace la voluntad de hombre siendo Dios, para que el hombre se recono-
Dios" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 25, ciese hombre. ¡Qué gran medicina! Si con esta medi-
16). De hecho, "es excelso el mismo que es humilde cina no se cura la soberbia, no sé qué podrá curarla.
para hacernos excelsos a nosotros, que somos hu- Es Dios y se hace hombre; margina la divinidad, la
mildes" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 21, secuestra en cierto modo, esto es, oculta lo que era
7). Por eso insistirá Agustín: "Tal es el camino: camina suyo y aparece lo que ha recibido. Se hace hombre,
por la humildad para llegar a la eternidad" (Sermón siendo Dios, y el hombre no se reconoce hombre, esto
123, 3). es, no se reconoce mortal, frágil; no se reconoce pe-
cador y enfermo, para buscar, ya que está enfermo, al
En la doctrina de Agustín el primer significado de la
médico. ¡Y lo que es más peligroso, todavía se cree
Encarnación es la humildad. Era necesario que el Dios
sano!" (Sermón 77, 11). La humildad de Dios es la
humilde se acercase al hombre engreído para sanar su
medicina adecuada para curar la hinchazón de nuestra
enfermedad y liberar al hombre de la desesperación:
soberbia (cf. La Trinidad 8, 5, 7).
"El Dios humilde descendió hasta el hombre soberbio.
Reconózcase el hombre como hombre y manifiéstese Agustín, con frecuencia, pone en contraposición lo que
Dios al hombre. Si Cristo vino para que el hombre se hizo el hombre y lo que hizo Dios, e invita al hombre a
humillara y a partir de esa humildad creciera, convenía que, entrando en la dinámica divina, aprenda la asig-
que cesara ya la gloria del hombre y se encareciese la natura de la humildad: "Considera, ¡oh hombre!, lo que
de Dios, de modo que la esperanza del hombre radi- vino a ser Dios por ti; aprende la doctrina de tan gran
case en la gloria de Dios y no en la suya propia... humildad de la boca del doctor que aun no habla. En
Confiese, pues, el hombre su condición de hombre; otro tiempo, en el paraíso fuiste tan fecundo que im-
mengüe primero para crecer después" (Sermón 380, pusiste el nombre a todo ser viviente; a pesar de ello,
6). Es decir, para purificar al hombre soberbio vino por ti yacía en el pesebre, sin hablar, tu creador; sin
Cristo humilde: "Por la humildad de Cristo somos llamar por su nombre ni siquiera a su madre. Tú,
limpiados, ya que, si no se hubiese humillado a sí descuidando la obediencia, te perdiste en el ancho
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte de cruz, jardín de árboles fructíferos; Él, por obediencia, vino en
su sangre no hubiese sido derramada para la remisión condición mortal a un establo estrechísimo, para
de los pecados" (Tratados sobre el Evangelio de San buscar, mediante la muerte, al que estaba muerto. Tú,
Juan 119, 4). siendo hombre, quisiste ser Dios, para tu perdición; Él,
siendo Dios, quiso ser hombre, para hallar lo que
Cristo es, para Agustín -como ya se ha subrayado-,
estaba perdido. Tanto te oprimía la soberbia humana,
maestro de humildad. Esta es la gran asignatura, la
que sólo la humildad divina te podía levantar" (Sermón
que siempre tendremos pendiente en el curso de la
188, 3).
vida, por no estar suficientemente aprendida. Cristo ha
venido para que nadie se gloríe de sí mismo, de tal La herida que nos produjo la soberbia era herida de
manera que la gloria de Dios sea la que va en au- muerte, y sólo la humildad nos podía hacer recuperar
mento: "Antes de la venida del Señor Jesús, el hombre la vida. Es decir, el Dios humilde es la única solución
se jactaba de sí mismo. Viene aquel hombre para que para el hombre contaminado por la soberbia, que no es
la gloria del hombre mengüe y vaya en auge la gloria una mancha que se limpie con un mero lavado super-
de Dios. Porque viene Él sin pecado y nos halla a ficial, porque está siempre latente: "Por la soberbia
todos con pecados" (Tratados sobre el Evangelio de caímos, llegando a esta mortalidad. Y como la sober-
San Juan 14, 5). La humildad nos viene de Cristo, que bia nos hirió, la humildad nos salva. Por eso vino hu-
se hizo hombre para hacernos dioses en Él y por Él. milde Dios para curar al hombre de la inmensa herida
Agustín parece indicar que una de las razones para de la soberbia. Vino porque el Verbo se hizo carne y
que el Hijo se hiciera hombre es, precisamente, en- habitó entre nosotros... ¿Te hiciste soberbio? Pronto te
señarnos con su propia vida lo que era la humildad: arruinará el que persuade el mal. Afiánzate humilde en
"Tan grande es la utilidad que reporta al hombre la Dios y no te preocupes grandemente de lo que se te
humildad, que no dudó en recomendarla la divina diga" (Comentarios a los Salmos 35, 17).
Majestad. Para siempre hubiese perecido el hombre
Cristo "por guíen nos reconciliamos con Dios por el
por su soberbia si no le hubiese hallado Dios con su
sacramento de su humildad" (Sermón 341, 4), asumió
humildad. Por eso vino el Hijo del hombre a buscar y
la debilidad que lleva consigo la humildad y así nos
poner a salvo lo que había perecido. Había perecido el
señaló el camino que todo cristiano debe seguir:
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
"Donde hay humildad, allí hay debilidad; pero la debi- El verdadero camino de la vida es Cristo humilde. Por
lidad de Dios es fortaleza para los humildes. Su ex- este camino el hombre puede ir seguro y confiado de
celsitud creó el mundo y su humildad venció al mun- que llegará a la meta. Es cierto que la aspiración del
do... Se anonadó a sí mismo, tomando la forma de cristiano es llegar a Dios, pero no es menos cierto que
siervo. Esto es lo que hoy celebramos. Muchos des- es necesario, para no fracasar en el intento, utilizar el
preciaron la humildad de Cristo, y no llegaron a su camino adecuado: "Aunque sea Cristo la verdad y la
excelsitud. Quienes, en cambio, lo adoraron humilde, vida, el excelso y Dios, el camino es Cristo humilde.
lo encontraron excelso" (Sermón 198 B). Además, Andando sobre las huellas de Cristo humilde, llegarás
Cristo ha venido para enseñarnos, pero las grandes a la cumbre; si tu flaqueza no se desprecia de sus
lecciones que quiere que aprendamos, tienen el humillaciones, llegarás a la cima, donde serás inex-
preámbulo de la humildad: "Yo he venido humilde, yo pugnable. ¿Cuál fue la causa de las humillaciones de
he venido a enseñar la humildad, y yo soy el maestro Cristo sino la debilidad tuya? Tu flaqueza te asediaba
de la humildad. El que se llega a mí, se incorpora a mí; rigurosa y sin remedio, y esto hizo que viniese a ti un
el que se llega a mí, se hace humilde, y el que se Médico tan excelente. Porque si tu enfermedad fuese
adhiere a mí, será humilde, porque no hace su volun- tal que, a lo menos, pudieras ir por tus pies al médico,
tad, sino la de Dios. Esa es la causa de que no se le aún se podría decir que no era intolerable; mas como
arroje fuera: estaba arrojado fuera cuando era sober- tú no pudiste ir a él, vino él a ti; y vino enseñándonos la
bio" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 25, 16). humildad, por donde volvamos a la vida, porque la
Es evidente que, según Agustín, humildad y obedien- soberbia era obstáculo invencible para ello; como que
cia van unidas y pertenecen al mismo dinamismo de la había sido ella la que había hecho apartarse de la vida
vida cristiana. Cristo, para enseñarnos la humildad y el corazón humano levantado contra Dios" (Sermón
así poder redimirnos, ha tenido que encarnarse, ha- 142, 2).
cerse semejante a nosotros y hacerse obediente hasta
Agustín nos dice que abrazados a Cristo "reconoz-
la muerte en cruz, aunque sin perder su divinidad (cf.
camos la humildad de nuestro Señor y no nos aver-
Tratados sobre el Evangelio de San Juan 51, 3).
goncemos de ella. No nos avergoncemos de Él"
El ejemplo de humildad de Cristo durante toda su vida (Comentarios a los Salmos 46, 2), porque esa humil-
culmina con el acto de servicio que es el lavatorio de dad es considerada por Agustín como el remedio
los pies, proponiéndolo a sus discípulos y a cada uno apropiado para toda enfermedad del alma, especial-
de nosotros como gesto a realizar: "Y cuando estaba mente el orgullo: "La humildad del Señor es la medi-
para dar comienzo a su pasión, lavó los pies de sus cina de la soberbia del hombre. El hombre no habría,
discípulos y les amonestó de forma clara que hicieran en efecto, perecido de no haberse ensoberbecido...
con sus condiscípulos y consiervos lo que con ellos Siendo, por tanto, la soberbia principio de todo pecado,
había hecho su Señor y Maestro. ¡De qué modo tan ¿qué medicina podría sanar la hinchazón del orgullo, si
práctico nos recomendó la humildad! Para lo cual Dios no se hubiera dignado hacerse humilde? ¡Aver-
escogió aquel tiempo en que estaba próximo a morir, y güéncese de ser soberbio el hombre, pues humilde se
en el que los discípulos ponían en él los ojos con hizo Dios! Se le dice al hombre sé humille, y lo tiene a
grande anhelo, para que retuvieran en la memoria con menos; y ese querer los hombres vengarse cuando se
más solicitud lo que veían ser la última voluntad del les afrenta, ¿no es obra de la soberbia? Tienen a
Maestro modelo. Pudo recomendarles esto muchos menos abajarse, y quieren vengarse, como si alguien
días antes, en cualquiera de los que había estado sacara provecho del mal ajeno. El ofendido e injuriado
conversando con ellos, pero lo hizo entonces porque, quiere vengarse; hace del daño ajeno su medica-
aunque antes les hubiese dicho lo mismo, no lo hu- mento, cuando lo que gana es un cruel tormento. Por
bieran de recibir como en este preciso momento" (La eso, el Señor Cristo se dignó humillarse a todas las
santa virginidad 32, 32). cosas, para mostrarnos el camino; ¿nos desprecia-
remos por andarlo?" (Sermón 123, 1). El hombre
A MODO DE CONCLUSIÓN puede enfermar, pero no está en su poder la curación,
Se puede ver con claridad que "Cristo el Señor se de aquí que Cristo, con su humildad, levante al hombre
humilló para que nosotros aprendiéramos a ser hu- que estaba caído y no tenía posibilidad de levantarse:
mildes" (Sermón 272 A), Por lo tanto, uno de los "Considera cómo te levantó a ti tu Señor. Te levantó
grandes retos que tenemos planteados para ser cris- con su humildad, hecho obediente hasta la muerte y
tianos es vivir desde la humildad, porque "¿cómo humillándose a sí mismo. ¿Es humilde tu emperador y
podemos ser soberbios teniendo el corazón levantado eres tú soberbio? ¿Es humilde la cabeza y soberbio el
hacia quien se hizo humilde por nosotros para que no miembro? En ningún modo: guíen ama la soberbia no
continuásemos siendo soberbios?" (Sermón 261, 1). quiere pertenecer al cuerpo que tiene una cabeza
Quien quiera entrar en el Reino ha de entrar por Cristo, humilde" (Sermón 354, 9).
ha de aprender y practicar la humildad: "Cristo nuestro Los seguidores de Cristo han de seguir a Cristo sobre
Señor es puerta baja; quien quiera entrar por esta todo por el camino de la humildad. Así se lo reco-
puerta ha de agacharse para entrar con la cabeza mienda Agustín a las vírgenes. El libro que Agustín
sana. Quien, en vez de humillarse, se enorgullece, escribe sobre la virginidad, más de la mitad del texto
quiere entrar por el muro, y quien sube por el muro, está dedicado a la humildad: "Por tanto, ¡oh vírgenes
sube para caer" (Tratados sobre el Evangelio de San de Dios!, haced esto, hacedlo y seguid al Cordero
Juan 45, 6). dondequiera que vaya. Pero antes venid y aprended
de Él que es manso y humilde de corazón, y después
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Conocerse, la Humildad en el pensamiento de San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
el hombre conocer la verdad sobre sí mismo" en el corazón. La "dignidad interior no es fruto del azar
(Comentarios a los Salmos 52, 2). ni de la improvisación, sino de una atención continua al
misterio interior y un esfuerzo continuado de querer ser
PARA EL DIÁLOGO
uno mismo. Podría traducirse en una sencilla plegaria:
En el anuncio con que se abre este tema, "Señor, ayúdame a caminar para llegar donde necesito
¿cuál sería tu spot sobre la ser". Y, así, es posible creer en la contemplación, ese
INTERIORIDAD? arte de aprender de Dios a observar con una larga
Analiza y discierne las motivaciones para mirada de compasión y ternura. Una larga mirada
vivir que tiene un pasota, un filántropo, un supone capacidad contemplativa y vida interior,
bien situado, un "veleta", un enfermo... y aprender a ralentizar la velocidad de nuestras vidas,
¿tú? acciones y pensamientos, y adiestrarse en el camino
Sensibilidad con el público (colócate de la serenidad.
delante de los demás): ¿soy actor de vida o
• En el bautismo hemos recibido la fe, y ésta
de palabra?
brota siempre como una confianza cada vez
VIAJE... ¿HACIA DONDE? más viva que Dios mismo va despertando. Por
eso, hacer turismo -sería responder al
LA persona sólo inicia su camino hacia Dios porque, interrogante "Caminar... ¿hacia dónde?"- es
desde el primer momento, Dios está en el fondo de su creer, es ponerse ante Dios. Acoger su amor y
ser atrayéndola hacia su propio misterio. Es la su llamada. Es como escuchar a quien nos
presencia amorosa de Dios la que origina y sostiene su está invitando en el corazón. Es decisivo,
itinerario hacia Dios. Buscamos a Dios a tientas, pero pues, encontrar a Dios en el corazón y en unos
Él no está lejos de ninguno de nosotros, pues en Él momentos de sinceridad ante Él, y esto puede
vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17, 27-28). cambiar el sentido de nuestras personas. Esta
Sin la gracia de Dios nadie podrá buscarle. Sin su escucha a la invitación se llama interioridad.
presencia, percibida oscuramente en el fondo de la • La fe es un don gratuito, no es una conquista,
conciencia, nadie puede dar paso alguno hacia Él: A una posesión, algo exigible a lo que tenemos
Jesús no se llega verdaderamente más que por la fe, a derecho porque nos lo hemos merecido; la fe
través de un camino cuyas etapas nos presenta el nos viene dada, es un regalo de Dios.
Evangelio en la bien conocida escena de Cesarea Recordemos la actitud del fariseo que
(Juan Pablo II en Novo millennio ineunte 19). "presumía" de su fe y de sus buenas obras; se
Todo hombre o mujer, lo sepa o no, está habitado por hace dios a sí mismo, es un soberbio. Este
esta presencia de Dios. También el más indiferente, el hombre no tuvo en cuenta aquel consejo de
más mediocre, el más incrédulo, vive envuelto por la san Agustín: "escucha primero al que habla
gracia de Dios que lo acoge y lo ama sin fin. Dios no dentro y, desde dentro, habla después a los
fuerza, no coacciona a nadie. Sólo se ofrece, sin retirar que están fuera" (Comentarios a los Salmos
nunca su amistad. Ni siquiera el pecado destruye su 139, 15). Y, también, "entrar en lo más interior
presencia; únicamente impide que nos abramos a ella. es desear lo que hay de más íntimo, y lanzar
En realidad, Dios se ofrece y nos busca lejos la intimidad más íntima es salir fuera. Por
permanentemente y de mil maneras a todos y a cada el orgullo salimos fuera, por la humildad
uno de nosotros, a través de los acontecimientos volvemos al interior" (Tratados sobre el
pequeños y grandes de cada día y de toda la vida; son Evangelio de san Juan 25, 15).
acontecimientos que animan nuestra existencia, nos • Andar por dentro es una auténtica experiencia
interpelan y nos atraen hacia Él. Por nuestra parte no de Dios, un regalo, un don que, como emisora
nos queda sino el dejarnos guiar por el dinamismo que siempre abierta, puede ser captada desde la
el Espíritu de Cristo desencadena en el hombre; ese fe y por la fe. Cristo, en su pedagogía con los
Espíritu que siempre afirma y vive abriendo y, por apóstoles, los pone en crisis obligándoles a
consiguiente, ofrece futuro y, con ello, confiere libertad que salgan de ellos respuestas, lo mejor de sí
para estar en el mundo (Olegario G. de Cardedal). mismos para adherirse más a Él. Las crisis
son situaciones de dificultad superables y que
Necesitamos prestar mucha atención a lo que propone ayudan a madurar. Lo que tenemos entre
san Agustín: "los hombres salen a hacer turismo para manos no es ningún detalle o adorno sino
admirar las crestas de los montes, el oleaje proceloso aquello que es lo más grande: es problema de
de los mares, el fácil y copioso curso de los ríos, las "raíz" y que lo hemos dejado de alimentar o no
revoluciones y los giros de los astros. Y, sin embargo, lo alimentamos suficientemente: Les dijo:
pasan de largo delante de sí mismos. No hacen vosotros pasáis por justos ante los hombres,
turismo interior "(Confesiones 10, 8, 15). Quien se pero Dios conoce vuestros corazones. Pues lo
orienta hacia Dios vive una experiencia interior difícil que los hombres exaltan, lo aborrece Dios
de explicar. Busca, pero, sobre todo, es buscado. (Lucas 16, 15).
Llama, pero, sobre todo es llamado. Da pasos, pero es • La interioridad es la experiencia entrañable de
atraído y conducido por Alguien. Nuestra actitud es Quien pasa por la puerta de nuestra pobreza,
más acogida que búsqueda; recibimos la constante que nace del reconocer quién es Aquel que
invitación de la gracia que nos llama a encontrar a Dios pone su mano buena sobre nuestros hombros
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
y nos descubre quiénes somos nosotros. De humana condición y como miran tantas y
ahí que, en este saber caminar, tendrán que tantas personas, desde el corazón limpio, la
sintetizarse sus efectos: descubrir la dicha de historia de las heridas del mundo sin dejar de
ser uno mismo incluso cuando las realidades ensayar acciones audaces en su favor, a
nos lo oscurecen tanto, crear el gusto por vivir pesar del dolor y de la fatiga. Eso significa que
y por ser libres, caminar en la solidaridad estamos siempre en grado de provocar la
compartida, no convertir ni el tiempo ni el dinámica del conocimiento de Dios que no
ambiente en una prisión o en una cárcel para entra por la cabeza sino por el corazón. Es una
sí mismo o para los demás, ser precursores de llamada a reconstruir la experiencia religiosa
nuevos caminos... Podemos así descubrir ese que lleva para los creyentes, desde lo más
Rostro y dejar que su mirada penetre en fundamental y acompañado por un proceso
nuestra vida, esta vida con todo su espesor y religioso que nos dirige a la acogida de Dios
su ambigüedad, pero siempre necesitada de en la experiencia religiosa. Es un proceso de
Amor verdadero: le respondió Simón Pedro. proponer el evangelio y preguntar por una
Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes respuesta para que sea verdaderamente
palabras de vida eterna y nosotros creemos y cristiana la persona, cada uno de nosotros. Y
sabemos que Tú eres el santo de Dios (Juan esto exige un tipo de encuentros mucho más
6, 68-69). allá de lo que ordinariamente conceptuamos y
• La interioridad no puede hacerme fabricante valoramos como una formación cristiana y
de criterios cerrados, reducidos todos ellos a religiosa de vivir la religión. Se trata de una
una privacidad, como si fuera un refugio en el escucha directa de Dios, del análisis de la
cual me aíslo. Debe romper, tiene que propia realidad y del anuncio de un Dios
desplegarse en una caridad verdadera, ya que gratuito y liberador.
una experiencia de Dios me tiene que implicar
Cuando la persona humana no practica ni tiene interés
en el ser humano. Y una relación que se cierra
por caminar desde dentro y hacia dentro, se convierte
entre Dios y yo, y no me abre a la caridad, no
en parte de un mundo de seres humanos tan
sería una auténtica experiencia de Dios. La
satisfechos como mutilados, incapaces de imaginar su
caridad se convierte en control de calidad de
propio presente y de su futuro y sin posibilidad de
mi experiencia con Dios, tanto más cuanto que
gozarlo ni de soñarlo. El silencio tiene aquí una gran
la verdadera respuesta que me pide Dios es
importancia: nos coloca en una actitud de encuentro
en la caridad, en una expresión histórica, real,
con nosotros mismos, con los demás y con Dios. Y
con respuestas en la vida: pues todos han
aunque sea cierto que la vida es un misterio que
echado de lo que les sobraba, ésta, en
desborda nuestro control, que no es fruto por completo
cambio, ha echado de lo que necesitaba, todo
de nuestro esfuerzo y de nuestras habilidades,
cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir
también es cierto que cuando la vida se saborea en el
(Marcos 12, 44).
silencio, se convierte como la tierra generosa que
• Valorar la experiencia de Dios como fuente de devuelve multiplicada la atención que se la presta.
conocimiento (de Dios y del ser humano).
¿Hasta qué punto conocemos la realidad • Lo que se vive ¿cómo se manifiesta? Cuando
desde un vídeo, desde una revista, desde se trata de la experiencia de Dios no comienza
unas imágenes, desde unos a los que desde mí: Él es el autor y el objeto conocido de
llamamos o los tenemos como personas la experiencia. Yo la recibo y, como fruto de la
importantes (VIP)... o desde la verdad pura y transformación en mi interior, se me movilizan
cruda? A veces, uno piensa como que vive en la persona y la misma libertad. Esto es lo que
dos mundos distintos, el de uno mismo dentro pasa en el mundo interior que acoge la
de la sociedad, y el de la sociedad que no está experiencia del amor de Dios. Me toca recibir
dentro de uno mismo. Y a esta contradicción la experiencia de Dios y dejar que me movilice
habrá que darle una respuesta o, al menos, sin saber a dónde me llevará y me convierta
debe tener, por nuestra parte, una toma de en paso de Dios por mí a los demás.
conciencia. Lo cual no quiere decir un control • La Biblia nos enseña que la fe tiene que ver
absoluto de todo, sino tratar de impedir que la con "el corazón": buscarás al Señor tu Dios y
urgencia de las cosas y de las personas nos lo encontrarás si lo buscas de todo corazón
arrastre hacia un torbellino de prisas que (Deuteronomio 4, 29). El corazón es el centro
impida pensar y respirar. Necesitamos de la persona. Ese punto donde todo el ser
aprender a pararnos en las encrucijadas de los queda como unificado y anudado. Desde el
caminos para elegir y amar. O, mejor, elegir es corazón decide la persona la orientación que
amar y el que no elige no ama. quiere imprimir a su vida. Desde el corazón se
• Tengo que ESTAR ahí, en la realidad de mí sitúa ante lo bueno y lo malo, ante lo
mismo y en toda la realidad humana. A Dios le verdadero y lo falso, ante la vida y la muerte.
conocemos por inmersión y no por los libros. Es el corazón del ser humano el que cree en
Contemplar es aprender a mirar la realidad Dios o lo rechaza. Por eso enseñará san
como Dios la mira, como mira Jesús nuestra
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
Agustín: "no andes averiguando cuánto tienes En resumen, el caminar hacia dentro -aquí está toda la
sino qué tal eres" (Sermón 23, 13). cuestión- nos puede ayudar a apreciar mejor la calidad
de nuestro modo de proceder y a corregir desaciertos
La verdadera interioridad tiene su cuna en el deseo
e incluso aberraciones de nuestros planteamientos
hondo de la persona en donde nace la confianza
como creyentes. Jesús, el único Maestro para los
esencial, la auténtica estima de lo que es válido
creyentes, no fue un profesor de virtudes ni sistematizó
siempre, la aceptación confiada de lo bueno y de lo
una doctrina filosófica sobre la perfección. Abrió
hermoso de la vida. Y, para ello, hace falta tener en
caminos inauditos. Nos enseñó, desde sí mismo, a
cuenta algunos aspectos:
llamar a Dios, PADRE, a la vez que nos decía: si me
• la entrada en esos espacios de la vida que conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde
dedicamos a la oración, la celebración de los ahora lo conocéis y lo habéis visto (Juan 14, 7)
sacramentos... porque venimos rotos,
PARA ORAR CON SAN AGUSTÍN
despistados, centrifugados; el ritmo de nuestra
acogida necesita tiempo, toma de conciencia Señor, Tú que nos purificas
con la Persona con la que me voy a relacionar: y nos dispones para la vida eterna:
un lenguaje de vida, el lenguaje del Hijo de escúchame.
Dios que me sitúa en la condición de caer en la
cuenta de cuáles y cómo son las cosas de Te amo, te busco, te sigo: tuyo sólo quiero ser.
Dios, ese Dios que pasa siempre por mi vida... Manda y ordena lo que quieras,
• la gratuidad de esta realidad personal. Es más pero limpia mis oídos
importante lo que debe decirnos Él que lo que para que escuchen tu voz.
decimos nosotros. Él tiene que liarnos y
comprometernos. Prolongar la sensación de Cura mis ojos para que vean tus signos.
discípulos, dejarse remodelar, ser alumnos Aparta de mí toda ignorancia
que se dejan formar en el corazón. Si Dios para que reconozca tus caminos.
entra en mí, algo tiene que moverse dentro.
¿Será que somos muy habladores como Dime dónde debo dirigir la mirada
creyentes y poco escuchadores? ¿Hasta qué para verte a Ti,
punto somos "resonadores" de Dios? y así poder cumplir tus mandamientos.
• estar atentos a resultar, voluntariamente, más (Soliloquios 1, 5-6).
implicados con Dios después de una relación
experiencial con Él, en sus cosas: ¿no sabéis
que lo mío son las cosas de mi Padre? (Lucas PARA EL DIÁLOGO
2, 49). Y es que toda relación personal con
Dios se vuelve misionera. Él tiene voluntad Tu mundo interior ¿dónde se fundamenta?
salvadora, la hace sensible a sus cosas. Lo "Entra en ti mismo": ¿quieres? ¿para qué?
manifiesta expresivamente en el sacramento
de la Reconciliación. ¡Ojalá aprendiéramos a ¿Puedes vivir de otra manera la fe?
ser más flexibles en los juicios y en las
palabras, lejos de la actitud judicial que tantas
veces mostramos en nuestros HACIA LA VERDAD DEL CORAZÓN
comportamientos!
• abrir el campo de la experiencia de Dios: abrir EL que busca a Dios con todo el corazón lo hace con
nuestro horizonte como personas y como vida todas sus facultades y su capacidad: voluntad, mente,
ya que la experiencia no tiene cabida sólo en capacidad de amar, sensibilidad. El creyente presta
los espacios conocidos (textos sagrados), sino atención a lo mejor de sí mismo: "dentro del corazón
que Dios se relaciona también con el hombre soy lo que soy" (Confesiones 10, 4, 4), y es ahí donde
en todas sus cosas: una historia, la nuestra, se formulan las preguntas más radicales: ¿quién soy?,
que debe interpretarse desde Cristo. Esta es ¿hacia dónde camino? Y, dentro de la persona, ese
la clave. Esta historia es una fuente inmensa conjunto de realidades que no podemos olvidar:
de la experiencia de Dios. Por otro lado, toda alegría y sufrimiento, entusiasmo o serenidad,
mi vida se convierte en una fuente auténtica sentimiento de plenitud o indignidad, agradecimiento,
de conocimiento de Dios y de su experiencia, invocación, temor o fascinación... En medio de todo
al estilo de María: conservaba todas estas esto se encuentra la persona inconfundible de Dios y
cosas en su corazón (Lucas 2, 51). Cuando su invitación que reclama respuesta y consentimiento.
hay conciencia de que todo lo que hay en mí Dice san Agustín: "¿qué soy yo?, ¿qué naturaleza es
proviene de OTRO, entonces, todo mi ser la mía? Mi vida es variable, multiforme y llena de
habla con Dios y de Dios: somos tensiones" (Confesiones 10, 17, 25). Cada uno debe
contemplativos en la acción. Y los espacios preguntarse cómo es su respuesta a Dios desde el
que dedicamos a Dios son un servicio al corazón. Si reaccionamos con prontitud a ese mensaje
mundo, y viceversa... de esperanza que es un Dios que nos ama; si
escuchamos el evangelio de Jesucristo y nos sentimos
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
movidos a una respuesta confiada. Si necesitamos Dios e incluye toda la riqueza del mundo creado.
ahondar, ser más sinceros, escuchar a Dios en el Desde esa luz podemos pensar que quien tiene vida
fondo de nuestro corazón y a abrirnos a la acción del interior es una persona que se libera para escuchar y
Espíritu. Dice Agustín: "la voz de la verdad no calla para acoger mejor las voces del entorno en que vive.
nunca. No grita con los labios pero susurra en el Es la persona que escucha todas las voces y hace
corazón. Aplica el oído interior" (Comentarios a los suyos todos los sufrimientos de los otros para abrirse,
Salmos 57, 2). así, al misterio de lo divino. Por lo tanto, posee la
verdad interna y externa, se compromete a expresar
Se vislumbra un panorama: el creyente puede
con intensidad -desde la propia experiencia-, la verdad
comprobar en sí mismo los efectos de una fe
del mundo, su propia verdad humana. Vive en
verdadera, la que nace del corazón: se siente acogido
comunión con todos, pero nadie puede controlarlo.
en medio de la soledad, experimentando el perdón que
Sabe que las cosas pueden ser distintas: lo sabe
le libera del peso del pecado, se ve fortalecido en la
desde el fondo de su libertad, de su encuentro con el
debilidad y estimulado para vivir desde el amor y el
misterio, desde su capacidad de empatía respecto de
servicio, puede situarlo todo en su verdadera
los demás... Por eso puede y quiere actuar iluminando
perspectiva, es capaz de afrontar con esperanza el
todo lo que existe. Cuando no hay verdad en el
sufrimiento y la muerte. El amor, divino y humano,
corazón, nos encontramos con el fariseo que, de pie,
debe ser siempre el centro y el corazón de nuestra
oraba diciendo; Oh Dios, te doy gracias porque no soy
vida. Si actúas siempre por amor haces siempre el
como el resto de los hombres... (Lucas 18, 11).
bien, como enseña san Agustín: "ama y haz lo quieras:
si callas, calla por amor; si clamas, clama por amor; si En el camino de la interioridad se va desvelando
corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por aquello que somos nosotros. El camino lleva hacia el sí
amor. Está dentro de ti la raíz del amor. De esta raíz no mismo de cada uno: hacia su propia realidad, a su
puede salir sino el bien" (Sermón 163B, 3). persona. Al mismo tiempo, el camino se dirige hacia "el
otro", es decir, hacia la verdad divina que llevamos
Hay, pues, y a pesar de todo, una sed de
dentro de nosotros mismos. Esta es la auténtica
trascendencia en nuestra sociedad secularizada:
experiencia agustiniana de la interioridad, la verdad del
"Siguiendo las huellas de los santos, se han acercado
corazón, toda ella vivida en un ámbito de gracia y de
aquí a Roma, ante las tumbas de los apóstoles,
don, y es el camino de capacitación en el asombrarse,
innumerables hijos de la Iglesia, deseosos de profesar
en el admirarse: "Señor, Tú estabas delante de mí pero
la propia fe, confesar los propios pecados y recibir la
yo había desertado de mí mismo. Y como no me
misericordia que salva. Mi mirada en este año ha
encontraba a mí mismo, ¡cuánto menos a Ti!"
quedado impresionada no sólo por las multitudes que
(Confesiones 5, 2, 2). La verdad del creyente implica
han llenado la Plaza de san Pedro durante muchas
confianza, convicción segura, amor. Es atreverse a
celebraciones. Frecuentemente me he parado a mirar
vender todo lo que somos y tenemos porque así se
las largas filas de peregrinos en espera paciente de
experimenta, en algún rincón de la historia, la alegría
cruzar la Puerta Santa. En cada uno de ellos trataba de
del tesoro del Dios que habita en el recóndito campo
imaginar la historia de su vida, llena de alegrías, ansias
de nuestro yo. Ser creyente, personal y eclesialmente
y dolores; una historia de encuentros con Cristo y que
(también, sociológicamente), es un riesgo, pero, antes
en el diálogo con él reemprendía su camino de
de nada, es un regalo de Dios. Y agradecer al Señor
esperanza... Conviene callar y adorar, confiando
este regalo es caer en la cuenta de la llamada a un
humildemente en la acción misteriosa de Dios y cantar
despertar religioso, como personas y como Iglesia,
su amor infinito". (Juan Pablo II en NMI 8). Esta cita del
para vivir y para manifestar la fe mediante el
Papa, tan entrañable por otro lado, lleva a pensar que
convencimiento, sin respeto humano. Nada tiene valor
estos momentos de crisis, tan cargados de
sin libertad. Sólo en la libertad es posible la vida y el
exterioridades y superficialismo, son un contexto
amor. En la medida que creamos de corazón, de
especial para recuperar el núcleo de la esencia
verdad, surgirá una persona y una comunidad cristiana
cristiana. Todos tenemos capacidad de una dimensión
más auténtica, más libre, más arriesgada en abrir
mística (experiencia del misterio) porque el creyente
caminos nuevos: el Espíritu del Señor está sobre mí,
está enraizado en la experiencia de Dios hasta el
porque me ha ungido para anunciar a los pobres la
punto de tener que afirmar: toda mística, es decir,
Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación
experimentar y vivir la búsqueda y la nostalgia de Dios,
a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad
es esencial para el cristianismo: la experiencia de un
a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor
Dios bueno y misericordioso, encontrarse con Él,
(Lucas 4 18-19).
aprehenderle a Él. Dios, nuestro gozo y nuestro sumo
Bien. Saborear a Dios. Vivir la invitación del salmo: La interioridad erosionada se muestra en el desgaste
gustad y ved qué bueno es el Señor (34, 9). de las convicciones, de las resoluciones, de las
utopías. Hace falta, por tanto, despertar a la realidad
Cuando se sondea de verdad el corazón y se descubre
de que nada en nosotros es obstáculo para el
el venero de nuestra vida, nos afirmamos de una
encuentro con Él, que todo deviene lugar de paso para
manera estable y nos vacunamos contra la
dejarnos abrazar por un amor mayor. La alegría nace
inseguridad y la desconfianza. San Agustín concibe la
de la unificación de la vida por el Amor, cuando
interioridad como plenitud de ser y de vida en la que el
tenemos, o queremos tener, el corazón girado en una
conocimiento de sí mismo se abre al conocimiento de
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
única dirección, vuelto hacia el Único necesario. experiencias agustinianas es la pasión por la Verdad:
Concretamente, el camino de la interioridad, "andar tarde te amé hermosura tan antigua y tan nueva; tarde
por dentro", nos exige conocimiento y unificación de te amé" (Confesiones 10, 27, 38).
nosotros mismos, oración y purificación del corazón,
Es posible que casi nunca nos planteemos la pregunta:
silencio y soledad para atender y escuchar a Dios.
¿qué es buscar a Dios? Interesante pregunta para
EN SÍNTESIS: orientar la vida de cada uno. Y la respuesta es muy
sencilla: es MIRAR a CRISTO. Toda la experiencia
• Aceptar la propia realidad como seres creados evangélica: curar a los enfermos, comprender a los
(autenticidad interior). que caen, consolar a los afligidos, compartir lo que
• Querer ser yo mismo y asumir mi vida como somos y tenemos con los que no tienen y ni siquiera lo
proceso que así se realiza: el Camino está dentro de son, elegir el último puesto pudiendo tener el primero,
mí. no ir revestido de filacterias ni esperar que te
reverencien por las calles, tener el corazón lleno de
• Mi vida es un tiempo de espera; por eso, debo paz y limpios los ojos... La verdad es amar al otro como
estar atento y no tratar de "quemar etapas". nos amamos nosotros mismos, arrancar de nosotros la
• Debo acostumbrarme a estar conmigo mismo, avaricia, la lujuria, la soberbia. La verdad es la
descubriendo y aceptando mis propias emociones, sencillez, que no vulgaridad; la rectitud de intención, la
carencias y fracasos. Dejar que la vida se ilumine por firmeza sin imposición...
dentro de verdad: este es el camino y el gesto de la Y eso es lo que nos descubre si estamos cerca o lejos
vida interior. de la Verdad. Digamos con franqueza que estamos
• Contemplar, saber mirar, descubriendo la muy lejos de la Verdad que trajo Cristo al mundo, lo
verdad de aquello que me desborda, haciéndome ser; cual no obsta para pensar que podemos caminar hacia
saberme sostenido y animado (¡lleno el alma!) por delante. Si los creyentes, con todos nuestros fallos,
unos ojos que me envuelven con su luz (eso es vida nos acercáramos un poco más a la Verdad ("Maestro
interior). interior" lo llama san Agustín), nuestra Iglesia daría un
salto cualitativo en algo que todos decimos estar
Esta experiencia en el corazón, vivida con humildad y interesados: una verdadera vida cristiana. Conciencia,
ternura, me lleva a descubrir que me miran con ojos de pues, de ser hijos de Dios y dejarse conducir por el
amor, a aceptar la vida y la vocación cristiana como Espíritu. Al estilo de Agustín y, siempre sin etiqueta,
gracia, como algo que se me ha dado y que se me dispersos por el mundo y en cualquier tiempo hay
sigue dando... Aquí cesan las razones, los méritos y muchas personas que no están censadas oficialmente
todos los posibles privilegios: descubrir y agradecer, en este Reino, pero que pertenecen a él porque creen
día tras día, el regalo de la misericordia divina en cada en el amor y en la misericordia. Son hombres y
momento. Y, al final de este camino, hallarme con la mujeres bautizados en el sacramento de una vida que
certeza de que hay OTRO dentro de mi propio ser. No les ha conducido a una fe en el hombre, en la verdad,
existo por mí mismo. Por eso, cuando dialogo en en la honradez. Tienen el espíritu sano aunque su
dimensión de hondura y transparencia, no me limito a cuerpo sea de barro y quebradizo. Son seres que han
hablar conmigo; estoy escuchando la voz del Otro, dejado espacio en su mente y en su corazón para
recibiendo su luz, dejando que se exprese en mí su seguir siendo humanos, sensibles a la belleza,
gracia. Aceptar con gozo al que me hace ser... Así soy integrados en la realidad y sin necesidad de
persona de fe, como reflejo de lo que Dios realiza en manipularla para defenderse o huir de ella. Porque
mí. Y esto me hace vivir y presentarme siempre como creen en Dios y en los hombres. Son libres e irradian
signo de gratuidad. Experimentar este ajuste alegría y serenidad. No se venden. Sí que se invierten
fundamental, sin el cual todavía estaremos "de oídas" en el servicio con sencillez y generosidad, entendiendo
ante Dios, es haber sido situados en la senda el cumplimiento del deber como servicio, pero sin dejar
felizmente misteriosa de Cristo. de tener espacios y gestos donde sólo rige la gratuidad
Para vivir una experiencia personal en la línea de las y el gozo de hacer el bien por sí mismo, sin el negocio
ideas anteriores, puede ser interesante la lectura de de la recompensa.
las Confesiones de san Agustín, 8, 10-12. Estamos envueltos por la capa de lo externo, de lo
EXPERIMENTAR la REALIDAD bajo OTRA MIRADA. superficial, y tocados por muchas apariencias
Se entiende "en el corazón". De hecho, una deslumbrantes. Y sólo la experiencia de Dios en
experiencia interior transforma y mentaliza de una nuestra vida puede modificar y comprometer nuestro
manera diversa. Y, en un ambiente donde la "débil presente y nuestro futuro. Es cierto que tenemos
inteligencia" se está haciendo ley, una persona especial inclinación por lo misterioso y lo desconocido,
creyente debe demostrar con claridad su identidad y pero ¿somos personas que no claudicamos ante la
cómo vive su propia respuesta. El común denominador realidad de un Dios vivo, que buscamos su rostro a
de masa, gente, anonimato, esconderse... no encaja través del modelo que es Cristo, que queremos ser
en las categorías de una verdadera identidad que a sí testigos de la verdad, de la libertad y de la liberación
mismo debe exigirse: ser signo, distinto y capaz de ser humana? Todos queremos, y más como creyentes,
distinguido por los demás. Una de las más gozosas que la realidad se ilumine pero ¿desde dónde?: "por
todos estos parajes hago mis excursiones, unas veces
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Interioridad: Viaje hacia uno mismo y hacia
Dios
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
causa del error es el desconocimiento que el riqueza, por la verdadera paz, por la mansedumbre, por
hombre tiene de sí mismo. Para conocerse ne- la relación con la tierra y sus bienes, con los hombres y
cesita estar avezado a desconfiar de sus senti- sus Injusticias, por la intranquilidad del corazón hu-
dos y a replegarse y vivir en comunión consigo mano y por su pacificación en Dios: Por eso, en el fon-
mismo" (El orden 1, 1, 3). Claro que, aparte de esta do se trata de una transposición a programa humano
cita, Agustín puede expresar y, por propia experien- de lo que es la experiencia personal de Jesús Hijo ante
cia, lo que es renacer de nuevo: "Dios no te prohíbe el Padre y ante los hombres, entrega de su vida por
amar las cosas, sino amarlas para la felicidad. Por ellos. En realidad, las Bienaventuranzas y todo el ser-
tanto, al aprobar y alabar a las criaturas, no pierdas món de la montaña sólo son legibles e inteligibles a la
de vista al Creador" (Tratado sobre la primera Carta luz de la muerte de Jesús (Olegario G. de Cardedal).
de San Juan 2).
Las bienaventuranzas o "macarismos" tienen tres ele-
• "Si...". Sólo la condicional, con mucho espacio en mentos: la persona de quien se dice el macarismo, la
blanco. Cada uno puede pintar su propia pancarta y causa de la felicidad deseada y el premio prometido al
firmarla. En nuestros días hemos pasado a buscar hombre bienaventurado. Cada una de las bienaventu-
una felicidad tan pequeña que nos obliga a estar ranzas consta de dos partes: en la primera se celebra
siempre sonriendo, a mostrarnos como eufóricos la felicidad de una cierta categoría de personas virtuo-
triunfadores. El "deber de ser felices" nos intimida sas, y en la segunda se anuncia el premio que les está
hasta el punto que, probablemente, somos las pri- reservado. Para entender mejor las bienaventuranzas
meras sociedades de la historia que han hecho a la es necesario tener en cuenta las dos partes. La primera
gente infeliz por no ser feliz (P. Bruckner). Agustín se apoya en el Antiguo Testamento que frecuentemen-
tiene una norma de oro para hacernos caer en la te habla de los pobres, de los mansos, de los persegui-
cuenta de lo que es la realidad: "Es frecuente oír a dos, pero que se ha de interpretar bajo la luz de la doc-
los pesimistas de turno quejarse amargamente trina evangélica. La segunda parte, la que se refiere a
de los tiempos que corremos, aseverando enfá- la recompensa prometida, es sustancialmente idéntica
ticamente que nuestros antepasados vivieron en todas las bienaventuranzas y presupone siempre la
mejores días... Supongamos que se diese a es- misma sublime realidad, el reino de Dios considerado
tos quejicas la oportunidad de volver a los tiem- bajo distintos aspectos: de ellos es el reino de los cie-
pos antiguos. ¿No se dedicarían, también enton- los, poseerán la tierra, etc.
ces, a lamentarse de sus tiempos"? (Sermón 92,
La realidad prometida no es más que el reino de Dios
1).
en sus dos fases, la terrena y la celeste: "Lo que
amarnos y deseamos y pedimos vendrá después; lo
que se nos ordena para llegar a eso que vendrá,
debe ser ahora" (Sermón 53,1).
II. EN TORNO AL MONTE San Mateo presenta las Bienaventuranzas de forma
más general e impersonal: bienaventurados los pobres
de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos. San
“VIENDO la muchedumbre, subió al monte y sus discí- Lucas, en cambio, se dirige directamente a los discípu-
pulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les ense- los: bienaventurados los pobres porque vuestro es el
ñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíri- reino de Dios. Mateo interpreta las bienaventuranzas
tu..." (Mateo 5,1-11; cf. Lucas 6, 20-23). en sentido espiritual: pobres de (en) espíritu, los limpios
de corazón; Lucas, por el contrario, mira más a las
El sermón de la montaña es la exposición nítida y uni-
condiciones materiales y al estado social de sus oyen-
versal de la voluntad de Dios en la línea de la ley de los
tes: los que padecéis, los que ahora lloráis.
profetas. Es decir, tal como fue siempre. En este senti-
do formula las condiciones de admisión en el reino de ¿Quiénes son los destinatarios de las bienaventuran-
Dios: "Con nosotros oísteis cómo, habiéndose lle- zas? El acento está en las disposiciones interiores que
gado los discípulos a nuestro Señor Jesucristo, Él, configuran al hombre con la voluntad de Dios: de las
abriendo su boca, les enseñaba diciendo: ocho bienaventuranzas, hay seis que conciernen direc-
'Bienaventurados los pobres de espíritu porque de tamente a estas disposiciones. Las dos bienaventuran-
ellos es el reino de los cielos', etc. El único verda- zas activas, la de los misericordiosos y la de los que
dero Maestro enseñaba a los discípulos, puestos a trabajan por la paz designan prácticas que manifiestan
la redonda, esto de que hacemos mención breve- igualmente las disposiciones del corazón: las que de-
mente; y vosotros, con su ayuda, os habéis llegado ben inspirar al cristiano en sus relaciones con el próji-
a mí para que os hable y os enseñe ¿Podemos mo. Las otras seis bienaventuranzas cualifican más
hacer algo mejor que deciros lo que un tal Maestro bien la actitud del creyente ante Dios.
expuso y dijo?" (Sermón 11, 1).
Bienaventurados los pobres de espíritu... (Mateo 5,
Con el nombre de "Bienaventuranzas" se pretende 3).
significar no el ideal de felicidad a la que tiende todo
hombre siguiendo la tendencia de su propia naturaleza, Mateo determina mejor el verdadero sentido espiritual
sino la bienaventuranza que Cristo ha venido a traernos de la bienaventuranza, como si quisiera poner de relie-
por medio de su redención y de su gracia. Las biena- ve el aspecto religioso, porque el sermón de la Monta-
venturanzas responden a la pregunta por la verdadera ña constituye para él una catequesis: "El pobre de espí-
ritu es humilde, y Dios que oye los gemidos de los hu-
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
mildes, no desoye sus ruegos. Por ahí, por la humildad, en un lugar bien seguro para no perderlo. Porque cual-
o digamos por la pobreza, comenzó el Señor su ser- quiera que sea quien ame las riquezas, todo su afán,
món. Se hallan hombres religiosos, abundantes de cierto, es no perderlas. Oye un consejo de tu Señor; la
bienes de la tierra, mas no hinchados por el orgullo, y tierra no es lugar sin riesgos, traspásalo al cielo. Si
se hallan menesterosos sin un maravedí, pero también encomiendas lo que juntaste al más leal de tus siervos,
sin resignación; éste no tiene más esperanza que mucho más debes hacerlo a tu fiel Señor; tu siervo, aun
aquél; aquél es pobre de espíritu por ser humilde; este supuesta la fidelidad, puede perderlo contra su volun-
segundo es pobre mas no de espíritu» Por eso, ha- tad; tu Dios no puede perder nada; cuanto en sus ma-
biendo dicho nuestro Señor Cristo "bienaventurados los nos deposites lo hallarás en Él cuando le tengas a Él"
pobres, añadió de espíritu'. Luego los oyentes pobres (Sermón 11, 6).
no debéis ambicionar las riquezas" (Sermón 11, 2).
Bienaventurados los mansos porque ellos posee-
La pobreza que Jesús declara bienaventurada no se rán la tierra (Mateo 5, 4).
refiere, principalmente, a la miseria social, sino que se
relaciona sobre todo con la piedad y la humildad. Los La mansedumbre está relacionada con la propensión a
pobres serán bienaventurados porque Cristo ha sido ser víctima de las acciones violentas de otro. Los anti-
enviado para consolarlos y porque su misión tiene co- guos veían la mansedumbre como contraria a la cólera
mo finalidad el ofrecerles la felicidad del reino de Dios: que, a su vez, era considerada la pasión lógica y nece-
bienaventurados los pobres en el espíritu. Las biena- saria después de sufrir una injuria que pedía venganza,
venturanzas revelan un orden de felicidad y de gracia, pues de no tomarla, el injuriado quedaba expuesto al
de belleza y de paz. Jesús celebra la alegría de los deshonor, la burla y el desprecio de sus vecinos. Pero
pobres a quienes pertenece ya el Reino (cf. Catecismo sería mejor entender la palabra "manso" no como la
de la Iglesia Católica, 2546). Para Jesús, en medio de actitud de aquellas personas que buscan evitar el orgu-
la pobreza y la opresión, sin dejar de sentir todo su llo (como una actitud meramente interior), sino la de
dolor e inhumanidad, se puede vivir un gozo profundo aquellos que no tienen poder ante los ojos del mundo.
porque se siente que está ya irrumpiendo un mundo Algo así como los "humildes". Mateo no desconoce
nuevo que viene del amor de Dios. De ninguna manera este significado (cf. 11, 29 y 21, 5). Estos mansos son
se considera la pobreza, el sufrimiento, el hambre o la los que no oprimen a nadie, ni sacan partido, ni piensan
persecución como realidades positivas, como si tales en la venganza, ni en la violencia para alcanzar sus
situaciones favoreciesen el resurgir de actitudes más objetivos. Son los pacientes y generosos de corazón:
religiosas o de valores morales: "¿Qué dice, pues, "Son mansos los que no resisten a la voluntad de Dios.
nuestro Señor? 'Bienaventurados los pobres de espíritu ¿Quiénes son los mansos? Los que, cuando les va
porque de ellos es el reino de los cielos". Leernos en la bien, alaban a Dios, y cuando mal, no blasfeman de
Sagrada Escritura acerca de la codicia de bienes tem- Dios; en las buenas obras que hacen glorifican a Dios y
porales que "todo es vanidad y presunción de espíritu". en los pecados se acusan a sí mismos. 'Ésos hereda-
Presunción de espíritu quiere decir audacia y orgullo, y rán la tierra' ¿qué tierra sino aquella de la que dice un
así se dice frecuentemente de los soberbios que tienen salmo: Tú eres mi esperanza y mi herencia en la tierra
espíritu fuerte y, con razón, pues la palabra espíritu' de los vivos"? (Sermón 11, 7).
significa también viento, como lo vemos en el salmo Esta bienaventuranza reproduce y repite sustancial-
que dice: 'fuego, granizo, nieve, hielo, espíritu de tem- mente la primera. Jesús promete a los mansos que
pestades'. Mas ¿quién ignora que se dice de los sober- "heredarán la tierra". Expresiones tomadas del Salmo
bios que están hinchados, como si estuvieran inflados 37, 11, en el que las promesas van dirigidas a los po-
de viento? Esto movió al Apóstol a decir: la ciencia bres. Se trata, como en las otras bienaventuranzas, de
infla, la caridad edifica'. Por consiguiente, con razón se la posesión del reino de los cielos: "Pon atención a lo
entiende aquí que son pobres de espíritu los humildes y que sigue: 'Bienaventurados los mansos porque ellos
temerosos de Dios, es decir, los que no tienen espíritu poseerán la tierra'. Ya estás pensando en poseer la
que infle. No podía empezar de otro modo la bienaven- tierra ¡Cuidado, no seas poseído por ella! La poseerás
turanza, porque ella debe hacernos llegar a la suma si eres manso; de lo contrario, serás poseído. Al escu-
sabiduría, pues el principio de la sabiduría es el temor char el precio que se te propone, el poseer la tierra, no
de Dios', mientras que, por el contrario, el primer origen abras el saco de la avaricia, que te impulsa a poseerla
de todo pecado es la soberbia'. Apetezcan, pues, y ya ahora tú sólo, excluido cualquier vecino. No te en-
amen los soberbios el reino de la tierra; 'mas bienaven- gañe el pensamiento. Poseerás verdaderamente la
turados los pobres de espíritu porque de ellos es el tierra cuando te adhieras a quien hizo el cielo y la tierra.
reino de los cielos' (El Sermón de la Montaña 1,1, 3). En esto consiste el ser manso: en no poner resistencia
Cristo acoge la palabra "pobre" con el matiz moral per- a Dios, de manera que en lo bueno que haces sea Él
ceptible ya en Sofonías: Buscad a Yahvé, vosotros quien te agrada, no tú mismo; y en lo malo que sufras
todos, humildes de la tierra, que cumplís sus normas; no te desagrade Él sino a ti mismo. No es poco agra-
buscad la justicia, buscad la humildad; quizá encontréis darle a Él, desagradándote a ti mismo, pues agracián-
cobijo el día de la cólera de Yahvé (2, 3). Es cierto que dote a ti le desagradarías a Él" (Sermón 53, 2).
Cristo se refiere en la bienaventuranza a la pobreza Mateo es el único evangelista que nos habla de la
efectiva, especialmente para sus discípulos. Él mismo mansedumbre que es, fundamentalmente, una disposi-
es ejemplo de pobreza y de humildad: "Esta falsa vida, ción del espíritu. En la entrada triunfal de Jerusalén (cf.
donde las riquezas deleitan, ha de pasar y en pos ven- 21, 1) se cumplió la profecía de Zacarías 2, 9. Cristo es
drá la vida verdadera. Sí amas lo que tienes, deposítalo un rey y un triunfador lleno de mansedumbre. La he-
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
rencia del reino está garantizada por la promesa divina de gozarse en lo que antes les deleitaba. Sus alegrías
y se identifica con el mundo futuro (cf. Mateo 19, 29...). han cambiado de objeto y, por eso, mientras no se
Puesto que la promesa es propia de los hijos (Gálatas inflama su corazón en el amor de las cosas eternas, se
3, 6), entrar en posesión de la herencia divina coincide verán afligidos por alguna tristeza; pero luego los con-
con el hecho de recibir el título de hijos de Dios. Poseer solará el Espíritu Santo que, principalmente por esto,
la tierra llena de delicias representa la posesión del se llama Consolador; el cual, en cambio, de la alegría
reino mesiánico: "Cuando el Señor dice 'bienaventura- pasajera que perdieron, les hará entrar en la posesión
dos los mansos porque ellos heredarán la tierra' nos da de un gozo sin fin" (El Sermón de la Montaña 1, 2, 4).
a entender que se trata de la firme estabilidad de la
La referencia a Isaías 61 es fundamental en esta bie-
herencia eterna, donde el alma, como en su propio
naventuranza: el enviado definitivo de Dios recibirá el
lugar, descansará con santo amor, lo mismo que el
espíritu del Señor en plenitud, que le capacitará para su
cuerpo descansará en la tierra y donde ella encuentra
misión de anunciar a los pobres la buena noticia y con-
su alimento, como el cuerpo en la tierra; esa herencia
solar a los afligidos. El afligido expresa frecuentemente
es el descanso y la vida de los santos. Los hombres
el dolor que siente y lo manifiesta en lágrimas, lamen-
mansos son aquellos que ceden ante los atropellos de
tos y ritos de duelo: "El llanto, hermanos míos, lo es
que son víctimas y no hacen resistencia a la ofensa,
verdaderamente cuando es gemido de penitencia. Todo
sino que Vence el mal con el bien'. Riñan, pues, los
pecador debe ponerse de luto; ¿por quién, en efecto,
carnales e iracundos y peleen por los bienes terrenos y
se lleva luto sino por el muerto? Y ¿quién tan muerto
temporales, mas 'bienaventurados los mansos porque
como el malo? Gran cosa es el llanto; llórese a sí mis-
ellos poseerán la tierra', de la que no podrán ser des-
mo y revivirá; vierta lágrimas de penitencia y hallará el
poseídos" (El Sermón de la Montaña 2, 4).
consuelo de la indulgencia" (Sermón 11,8).
Bienaventurados los que lloran porque ellos serán Agustín de Hipona va desgranando matices auténticos
consolados (Mateo 5, 5). de esta bienaventuranza en su trabajo pastoral. La
Los desgraciados de esta bienaventuranza son aque- tarde del obispo Agustín estaba frecuentemente ocu-
llos que no participan de la felicidad de este mundo. pada en gestiones o visitas. Como pastor de una ciu-
Son excluidos porque son pobres. Pero serán consola- dad hormigueante de gente y de problemas, visitaba a
dos, encontrarán en la vida futura la felicidad de la vida los enfermos, a los huérfanos y a los ancianos que
eterna, Jesús glorifica el sufrimiento por los efectos pedían su bendición. Todas las miserias del cuerpo y,
saludables que de él se derivan. Redimir expiando puri- más todavía, las del corazón le eran confiadas (cf. Vida
fica al despegar el corazón de las cosas de este mundo de san Agustín 26). Confiesa desde su propia expe-
y libera soltándonos de los apegos terrenos. Jesús riencia: "El deber de someterme a tareas que se me
introduce en su reino la gran masa de miserables, es- imponen, no me deja el tiempo de hacer lo que fuera de
trujados por esa minoría de los poderosos ávidos de mi gusto. Estos trabajos devoran los pocos descansos
riquezas (cf. Isaías 29, 20). que me quedan, en medio de los asuntos y llamadas
ajenas. A veces me siento obsesionado, y ya no sé qué
El premio prometido a los que lloran, a los "afligidos", hacer" (Carta 139, 2). "¡Predicar, discutir, amonestar,
se presenta en esta bienaventuranza como la compen- edificar, estar a la disposición de cada cual, qué carga,
sación y la recompensa por todo lo que han sufrido en qué peso, qué trabajo!" (Ib.). "Animar a los buenos,
este mundo: "El llanto designa los trabajos, la consola- soportar a los malos y amar a todo el mundo" (La Cate-
ción designa la recompensa; ¿qué consuelos, en efec- quesis a principiantes 27,55).
to, son los que de quienes lloran carnalmente? Tan
inoportunos como terribles. Porque, al enjugar sus lá- Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
grimas, temen siempre llorar otras nuevas. Un padre, justicia porque ellos serán saciados (Mateo 5, 6).
por ejemplo, llora la pérdida de su hijo y se regocija
Esta bienaventuranza, que se encuentra en Mateo y
cuando nace otro; reemplaza éste al primero, mas el
Lucas, tiene en ambos evangelistas unas diferencias
nacido es para él objeto de temor, como el difunto lo es
bastante grandes. Mateo, con la expresión de "justicia",
de tristeza; ninguno, pues, de los dos le ensancha ver-
quiere recalcar que se trata de un hambre metafórica.
daderamente. Verdadera consolación será la que ten-
Lucas, en cambio, habla del hambre en sentido ordina-
dremos en recibir lo que nunca se perderá. Los que
rio: se trata de hambre de un alimento material para
ahora, por ende, lloran en la peregrinación, alégrense
sustentar el cuerpo. Mateo insiste, pues, en el aspecto
ya de la futura consolación" (Sermón 53, 3).
moral de la bienaventuranza, llevado por su deseo ca-
Los que lloran o se afligen lo hacen por cosas concre- tequético y, por eso, añade la expresión "de justicia".
tas, no se trata de melancólicos ni personas que lloran La expresión de Mateo es evocada, espiritualmente
sus pecados. En el Antiguo Testamento y en el pensa- hablando, porque en la Biblia "hambre y sed" indican
miento judío posterior, la aflicción y la consolación van frecuentemente el deseo de bienes sobrenaturales (cf.
con frecuencia unidas: Dios promete su ayuda a los Isaías 56,1; Jeremías 31, 25; Amós 8, 11) que Dios
atribulados (cf. Isaías 40, 1); este consuelo definitivo, satisfará plenamente: "Tener hambre y sed de justicia
esperado por los pobres de Israel (cf. Lucas 2, 25) se es cosa de la tierra donde vivimos; hartarse de justicia
hace presente, si bien todavía no universal y manifies- lo será donde nadie pecará; un hartarse de justicia
to, en el ministerio de Jesús: "llanto en la tristeza que como se hartan los santos ángeles. Nosotros, ham-
sentimos por la pérdida de aquellos que amarnos. Aho- brientos aun y sedientos de justicia, digámosle a Dios:
ra bien, todos los que se convierten a Dios pierden por hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo"
eso mismo lo que más amaban en este mondo y dejan (Sermón 11, 9).
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
La bienaventuranza de los "hambrientos" tiene el mis- perdone los agravios recibidos, el que sigue los ejem-
mo sentido que el expresado en aquellas palabras de plos de Jesús "compadeciéndose" (cf. Colosenses 3,
Jesús: Yo dispongo el reino en favor vuestro... para que 12) de los miserables, compartiendo y aliviando sus
comáis y bebáis en mi mesa, en mi reino (Lucas 22, 29- dolores físicos y morales, no sólo con la limosna, sino
30). El mismo evangelista refiere la exclamación de un también espiritual y moralmente, "alcanzará misericor-
oyente de Jesús: ¡dichoso el que pueda comer en el dia" divina, entrando en el reino: "Viene a continuación
reino de Dios! (14, 15). Y Jesús anuncia que los llama- 'bienaventurados los misericordiosos porque de ellos
dos al banquete celestial serán los pobres, los tullidos, tendrá Dios misericordia'. Practícala tú y se hará conti-
los ciegos y los cojos (cf. 14, 21). go. Tú eres al mismo tiempo rico y pobre: rico de bie-
nes temporales, pobre de bienes eternos. Ya conoces
De los dos textos de Lucas se deduce que la felicidad
el sonsonete del mendigo; también tú eres mendigo de
del mundo futuro será de los pobres, de aquellos que
Dios. Si el mendigo te pide a ti, también tú pides. Lo
no han podido gozar de los placeres que procuran las
que hicieres con ése que te pide a ti, eso mismo hará
riquezas en este mundo. Éstos serán saciados. Pero la
Dios cuando le pidas tú a Él. Estás lleno de vacío. Lle-
privación de los placeres que ofrecen las riquezas, es
na de plenitud el vacío del pobre y el vacío tuyo será
decir, "el hambre y la sed", ha de ser sufrida por causa
colmado de la plenitud de Dios" (Sermón 53, 5). En
del reino de los cielos. Esta es la relación existente
esta bienaventuranza se expresa, pues, la ecuación
entre los hambrientos y
entre lo que se hace y lo que se recibe, pero el don de
Cristo. La misión de Cristo es predicar el gozoso men- Dios supera inmensamente al mérito humano.
saje de la venida del reino de Dios a los pobres, a los
La misericordia de Dios es una de las ideas fundamen-
afligidos, a los hambrientos. Así había profetizado
tales de la Biblia. Fue ya anunciada en el paraíso des-
Isaías 49, 9-10. Y en otro lugar dirá el mismo profeta:
pués del pecado de los primeros padres (Génesis 3,
Sí, dice Yahvé, mis siervos comerán y vosotros ten-
15), sellada con el solemne pacto de la alianza con Noé
dréis hambre; mis siervos beberán y vosotros tendréis
y con los patriarcas (cf. Génesis 9, 11; 17, 9, Éxodo 19,
sed; mis siervos gozarán y vosotros seréis confundidos
5) y cumplida de modo maravilloso en el éxodo de Is-
(Isaías 65, 13).
rael en Egipto; ¡Yahvé, Yahvé, Dios misericordioso y
El hambre y la sed expresan una necesidad del cora- clemente, tardo a la ira, rico en misericordia y fiel, que
zón y del cuerpo; el hombre que tiene hambre o que mantiene su gracia por mil generaciones y perdona la
tiene sed, está en el límite de la resistencia (cf. Amós iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no les dejó im-
18, 11-14; Juan 6, 35). Y la " justicia" no es la justifica- punes... (Éxodo 34, 6-7).
ción a la que alude Pablo ni la sola justicia social es el
Sobre todo, es en Cristo donde se encarnó la miseri-
veredicto soberano de Dios que libera por fin a los
cordia. Así dice san Pablo: cuando apareció la bondad
oprimidos (Salmos 36,11; 40,11...). Justicia divina que
y el amor hacia los hombres, nuestro Salvador, no por
hace posible una justicia-fidelidad del creyente porque
las obras justas que nosotros hubiéramos hecho, sino
Yahvé es justo, ama la justicia; los hombres rectos
por su misericordia, nos salvó mediante el lavatorio de
contemplan su rostro (Ib. 11, 7). La "saciedad" alude al
la regeneración y renovación del Espíritu Santo (Tito 3,
reino de Dios definitivamente establecido; Dios respon-
4-6). La epístola a los Hebreos afirma también que
derá en él a todas las necesidades legítimas del hom-
Cristo se hizo en todo semejante a sus hermanos, a fin
bre: "Ansias saciarte ¿con qué? Si es la carne la que
de ser Pontífice misericordioso y fiel... para expiar los
desea saciarse, una vez hecha la digestión, aunque
pecados del pueblo (2, 17). El evangelio de Mateo nos
haya comido lo suficiente, 'de esta agua volverá a sentir
habla de la misericordia divina en relación con el hom-
sed' (Juan 4, 13). El medicamento que se aplica a la
bre e insiste en que Dios ha querido limitar el uso de su
herida, si ésta sana, ya no produce dolor; el remedio,
infinita misericordia respecto a nosotros pobres peca-
en cambio, con que se ataca al hambre, es decir, el
dores, a la medida de nuestra relación con los que nos
alimento, se aplica como alivio pasajero. Pasada la
ofenden (cf. Mateo 7, 1-2): "En la Iglesia hay dos clases
hartura, vuelve el hambre. Día a día se aplica el reme-
de misericordia: una es la que no conlleva gasto de
dio de la saciedad, pero no sana la herida de la debili-
dinero ni tampoco fatiga; otra que requiere de nosotros
dad. Sintamos, pues, hambre y sed de justicia, para ser
o bien el servicio de la acción o bien gasto de dinero.
saturados de ella, de la que ahora estamos hambrien-
Lo que no nos exige ni dinero ni fatiga radica en el al-
tos y sedientos. Seremos saciados con aquello de lo
ma, y consiste en perdonar a quien te ofendió. El tesoro
que ahora sentimos hambre y sed. Sienta hambre y
que te permite dar esta limosna lo tienes en tu corazón:
sed nuestro hombre interior, pues también él tiene su
allí te entiendes directamente con Dios. No te dice:
alimento y su bebida. 'Yo soy, dijo Jesús, el pan que ha
saca tu cartera, abre el arca o el granero'; ni tampoco:
bajado del cielo" (Jn 6,41). He aquí el pan adecuado al
'ven, camina, corre, date prisa, intercede, habla, visita,
que tiene hambre. Sea también la bebida correspon-
esfuérzate'. Sin moverte del sitio, arrojaste de tu cora-
diente: en ti se halla la fuente de la vida'" (Sermón 53,
zón las dos cosas que tenías contra tu hermano: hiciste
4).
una obra de misericordia sin ningún gasto, sin ninguna
Bienaventurados los misericordiosos porque al- fatiga, con la sola bondad, con el solo pensamiento
canzarán misericordia (Mateo 5, 7). misericordioso. Si dijera: entregad vuestros bienes a los
pobres', se me podría tachar de exigente. Ciertamente
Esta bienaventuranza tiene como objeto la "misericor- soy blando o indulgente, al menos ahora cuando os
dia". En la carta a los Hebreos (2, 17) Jesús es llamado digo: 'dad sin perder nada; perdonad para que se os
"pontífice misericordioso" y fiel. El que, imitando a Dios, perdone'. Pero digamos también eso: 'dad y se os da-
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
rá'. El Señor unió ambas cosas en un solo precepto, El premio que conseguirán los limpios de corazón será
mencionando estos dos tipos de misericordia: "perdo- el poder "ver a Dios". Es ésta la suprema felicidad pro-
nad y seréis perdonados': la misericordia del perdón. metida a los "los hombres rectos" e "inocentes" (cf.
'Dad y se os dará' (Lucas 6, 37-38): la misericordia del Salmos 12, 17; 18, 15), que constituyen precisamente
generoso" (Sermón 259, 3-4). la parte selecta de Israel, es decir, "los limpios de cora-
zón". Esta visión de Dios caracteriza al reino fundado
Esta bienaventuranza de la misericordia se refiere,
por Jesús (cf. Juan 14, 6-11), que culminará en la gloria
sobre todo, al perdón. Su significado, sin embargo,
eterna: "Muy insensatos son los que buscan a Dios con
puede y debe ampliarse: implica toda forma de caridad
los ojos del cuerpo, sabiendo que sólo se le puede ver
con el prójimo (cf. Mateo 25, 34-36). Por eso, los que
con el corazón. Así está escrito en otro lugar: "buscad a
practiquen esta sublime forma de misericordia obten-
Dios con sencillez de corazón. Porque corazón limpio
drán misericordia, es decir, la salvación, la posesión
es lo mismo que corazón sencillo y como es necesario
gozosa de Dios, el reino de los cielos (cf. Ib. 25, 34):
tener sanos los ojos del cuerpo para ver la luz natural,
"Dios ha establecido una alianza, ha firmado un pacto
así no puede verse a Dios si no está purificado aquello
con nosotros. Si queremos que Él perdone nuestras
con que podemos percibirle" (El Sermón de la Montaña
ofensas tenemos que decirle de corazón: como tam-
1, 2, 8).
bién nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. Si
falla esta condición, queda anulado el contrato" (Ser- "Puro" o " limpio de corazón" es una expresión judía
món 58, 6). Mateo habla, además, de la primacía de la que procede de la espiritualidad del Antiguo Testamen-
misericordia sobre el sacrificio (9, 13) y en los relatos to, especialmente de los salmos. Significa la obediencia
sobre los milagros mostrará que la misericordia del Hijo absoluta a Dios, lejos de todo pecado. El corazón signi-
de Dios coincide con la misericordia exigida al hombre: fica, en lenguaje judío, el centro del querer, pensar y
"Cuando estabas enfermo cargaba contigo tu prójimo; sentir humano. Como la expresión va ligada a un len-
ahora que ya estás sano, carga tú con él. 'Llevad mu- guaje judío establecido, se entiende que es una pureza
tuamente vuestras cargas y cumpliréis la ley de Cristo' del hombre en sentido global. Mateo conoce la pureza
(Gálatas 6, 2)... 'Carga, pues, con tu lecho' (Hateo 9, 6) entendida íntegramente, relativo sin duda al ámbito
y, cargado con él, no te pares, sino camina. Cuando cultural judío, pero que en modo alguno lo anula (cf. 5,
amas al prójimo y cuidas de él, caminas ¿Adonde sino 23; 23, 25). El judaísmo, como el cristianismo primitivo,
al Señor Dios, a Aquel que se debe amar con todo el espera que Dios, que no se hizo visible en este mundo
corazón, con toda tu alma, con todas tu mente? (Ib. 27, ni siquiera a Moisés, pueda ser contemplado cara a
37). No hemos llegado al Señor todavía pero ya tene- cara. Entonces desaparece la lejanía y el enigma de
mos al prójimo con nosotros. Carga, pues, con aquel Dios: "Todo lo que obramos, lo que obramos bien,
con quién andas, para llegar a aquel con quien deseas nuestros esfuerzos, nuestras saludables ansias e in-
quedarte para siempre" (Tratados sobre el Evangelio maculados deseos, se acabarán cuando lleguemos a la
de San Juan 17, 9). visión de Dios. Entonces no buscaremos más ¿qué
puede buscar quien tiene a Dios? 0 ¿qué le puede bas-
Bienaventurados los limpios de corazón porque tar a quien no Se basta Dios? Queremos ver a Dios,
ellos verán a Dios (Mateo 5, 8). buscamos verlo y ardemos por conseguirlo. ¿Quién
Se dirige a aquellos que son rectos y están libres de no? Pero mira lo que se dijo: 'dichosos los limpios de
pecado "en su interior", "en el corazón", por oposición a corazón porque ellos verán a Dios" (Sermón 53, 1-6).
los escribas y fariseos del tiempo de Jesús que se Esta bienaventuranza ha alumbrado una enorme rique-
preocupaban, particularmente, de la legalidad formal, za de esperanza cristiana. La pureza de corazón y la
exterior, pero sin prestar atención a la rectitud interior: visión de Dios no llevan a la felicidad privada del hom-
"Ay de vosotros... (Mt 23, 23-28): tiene limpio el cora- bre religioso, sino que se manifiestan como obediencia
zón quien no pone cara de amigo cuando anida la a Dios en el mundo y como espera de una futura visión
enemistad en su corazón. Dios pone la corona donde la de Dios: "Prepara tu corazón para llegar a ver. Hablan-
mirada, Dios premia lo interior porque mira al corazón. do a lo carnal, ¿cómo es que deseas la salida del sol,
Sea cualquiera el placer que te llame a tu corazón, teniendo los ojos enfermos? Si los ojos están sanos, la
recházalo, no lo lisonjees..., para que actúe la gracia luz produciría gozo; si no lo están, será un tormento.
interiormente y quede limpio ese corazón donde al No se te permitirá ver con el corazón impuro lo que no
mismo Dios se le invoca" (Sermón 53, 11). se ve sino con el corazón puro. Serás rechazado, ale-
En la expresión "limpios de corazón", el término cora- jado; no lo verás. Pues 'dichosos los limpios de corazón
zón se emplea para significar que la realidad ética la porque ellos verán a Dios ¿Cuántas veces he repetido
posee y la vive el justo bienaventurado. No se trata, la palabra "dichosos"? ¿Qué cosas producen esa felici-
pues, de mera apariencia o puro formulismo. Esta bie- dad? ¿Cuáles son las obras, los deberes, los méritos,
naventuranza, además de inculcar la castidad, indica los premios? Hasta ahora en ninguna bienaventuranza
también la inocencia real de la vida y exacto cumpli- se ha dicho 'porque ellos verán a Dios'. Hemos llegado
miento de todas las obligaciones morales que se ha de a los limpios de corazón: a ellos se les promete la vi-
llevar a cabo con sinceridad plena de corazón. El Sal- sión de Dios. Y no sin motivo, pues allí están los ojos
mo 24, 4 exige un corazón puro para el que quiera vivir con que ven a Dios. Hablando de ellos dice el apóstol
cerca del templo donde está el Señor: ¿quién subirá al Pablo: Iluminados los ojos de vuestro corazón' (Ef
monte del Señor, se sentará en un lugar santo? El de 1,18). Al presente, a causa de la debilidad, esos ojos
limpias manos y puro corazón, el que no lleva su alma son iluminados por la fe; luego, ya vigorosos, serán
al fraude y no jura con mentira. iluminados por la realidad misma" (Sermón 53, 1-6).
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
Bienaventurados los que trabajan por la paz porque rigen por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
ellos serán llamados hijos de Dios (Mateo 5, 9). Bienaventurados los pacíficos porque serán llamados
hijos de Dios'. Toda esta lucha que, por nuestra flaque-
Los que trabajan por la paz son los que la construyen y
za, nos fatiga (pues aun no consintiendo en las concu-
establecen cotidianamente en el marco de las relacio-
piscencias, estamos ocupados en esa guerra, todavía
nes humanas. El término griego corresponde etimológi-
no estamos seguros), toda esta lucha cesará cuando la
camente a pacíficos o, mejor, a pacificadores. Es el que
muerte sea absorbida por la victoria (...). Entonces se
ama la paz (tomando ésta en sentido semítico, que
cumplirá la palabra que está escrita: la muerte ha sido
incluye la "salud" y la "salvación"), y el que la fomenta y
absorbida por la victoria'. Se concluyó la guerra, se
la irradia en los suyos. Siendo la paz fruto de la justicia
concertó la paz..." (Sermón 11, 12).
(cf. Isaías 33,17), el "pacífico", que es el verdadero
justo, se opone a la injusticia (Proverbios 10,10). El El Maestro, Cristo, es inseparable de sus seguidores,
reino mesiánico es el reino de la perfecta paz (Isaías de sus discípulos. La Encarnación es el anuncio senci-
9,6-7; Ezequiel 34, 25). Cristo ha inaugurado la paz y llo y místico de la paz, es un orden nuevo en la tierra,
es "nuestra paz" (Efesios 2,14; Colosenses 1, 20), ha una humanidad que caminará en cualquier momento de
traído al mundo el evangelio de la paz: "La perfección la historia con la mirada puesta en el Salvador. El Hijo
está en la paz, donde no hay oposición alguna, y por de Dios es condenado precisamente por instaurar la
eso los pacíficos son llamados hijos de Dios, porque paz en el mundo y por los siglos; es crucificado, y esta
nada en ellos les hace resistencia... Son, pues, pacífi- misma experiencia la vivirán y la superarán tantos "pa-
cos en sí mismos los que ordenan todos los movimien- cificadores" que, al igual que Cristo, prefieran a Dios
tos de su alma y los sujetan a la razón, esto es, a la antes que el agrado a la voluntad humana. ¿Qué pro-
mente y al espíritu, y teniendo dominados los apetitos grama queda para un cristianó?: "¡Amad la paz, amad a
carnales, se hacen reino de Dios" (El Sermón de la Cristo! Si aman la paz, aman a Cristo. Al invitarles a
Montaña 1,4,9). amar la paz, los estamos invitando a amar a Cristo.
¿Por qué? Porque dice de Cristo el apóstol: 'Él es
El premio prometido a los pacificadores será "ser lla-
nuestra paz que hizo de los dos pueblos uno solo' (Ef 2,
mados hijos de Dios". Esta denominación no es algo
14). Si Cristo es la paz por haber hecho de los pueblos
puramente extrínseco, sino algo más bien real según la
uno ¿por qué vosotros hicisteis dos de uno? ¿Cómo,
concepción semítica que identifica el nombre con la
entonces, son pacíficos si, cuando Cristo hace de dos
realidad. Dios es efectivamente el "Dios de la paz"
uno, vosotros hacéis de uno dos? Diciendo esto, somos
(Romanos 15, 30) y el que es " hijo de la paz" se le
pacíficos en medio de los que odian la paz; y, con todo,
asemeja y le pertenece. Los elegidos serán en la vida
al hablarles así, quienes odian la paz, no combaten sin
futura "hijos de Dios" (Lucas 20, 36): "Lo que el Señor
motivo" (Comentarios a los Salmos 119, 9).
añadió al decir 'Yo no os doy la paz como la da el mun-
do" (Juan 14, 27) ¿qué significa sino: yo no os la doy Bienaventurados los perseguidos por causa de la
como la dan los hombres que aman al mundo? Ellos, justicia porque de ellos es el reino de los cielos
en efecto, se dan la paz para gozar, no de Dios, sino (Mateo 5, 10)
del mundo, sin las incomodidades de los pleitos y de
las guerras. Y cuando dan la paz a los justos, cesando Mateo, lo mismo que Lucas, desarrolla esta bienaven-
de perseguirlos, no puede tratarse de una paz verdade- turanza más que las otras (Mateo 5,11ss.; Lucas 6, 22
ra porque están desunidos los corazones. Pues así ss.). En primer lugar, siguiendo a Mateo, se describen
como se llama consorte a aquel que une a otro su suer- las persecuciones que se desencadenarán contra los
te, se llama concorde al que tiene su corazón unido a discípulos de Cristo y después se promete el reino ce-
otro. Nosotros, amadísimos, nosotros a quienes Cristo lestial. La promesa de Jesús a sus discípulos es, al
deja la paz y da so paz, no como la da el mundo, sino mismo tiempo, una profecía: tendrán que sufrir toda
como la da el que hizo el mundo, para lograr la concor- clase de malos tratos a causa del Hijo del hombre. Je-
dia, unamos nuestros corazones en uno solo y levan- sús anunció en diversas ocasiones todas las persecu-
témoslo al cielo para que no se corrompa en la tierra" ciones contra los discípulos (Mateo 23, 34-36). Los
(Tratados sobre el Evangelio de San Juan 77, 3-5). judíos harán lo mismo que sus predecesores habían
hecho con los profetas: "¿Qué mal era para los apósto-
Ser pacificador designa algo activo. Esta bienaventu- les el ser expulsados de las sinagogas de los judíos, si
ranza, junto con la siguiente, se refiere al precepto del se habían de alejar de ellas aunque nadie los expulsa-
amor a los enemigos (cf. Mateo 5,44- 48); también allí se? Quiso dar a entender que los judíos no habían de
se promete la filiación divina (cf. Mateo 5, 41); también recibir a Cristo, del que ellos no se separarían jamás; y,
allí se trata, como en los versículos 10-12, de enemigos en consecuencia, había de suceder que los que no
y perseguidos. Mateo apunta seguramente más allá de querían estar en él arrojarían de las sinagogas junta-
la convivencia de la comunidad. Y, aunque falta la refe- mente con él a aquellos que no podían estar sin él"
rencia cristológica concreta, sabemos que en el curso (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 93, 2).
de la lectura de todo el Evangelio se comprende hasta
qué punto el Hijo de Dios, Cristo, se acredita en la obe- Los discípulos de Jesús son llamados bienaventurados
diencia al Padre, y la obediencia a su voluntad hace no por ser perseguidos, sino porque lo son a causa de
que también sus discípulos puedan llamarse hijos del Jesús. Esta relación con el Señor es la razón verdadera
Padre: "Mas vino quien no tenía pecado a establecer la de su futura felicidad. La desgracia de los perseguido-
paz en nuestras almas y en nuestra carne y se dignó res y la felicidad de los perseguidos provienen del he-
darnos por prenda el Espíritu 'porque todos los que se cho que los tiempos escatológicos han llegado en la
persona de Jesús. Cristo es, en efecto, el Mesías que
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Bienaventuranzas en San Agustín
viene al mundo. Cristo, por el cual han de sufrir los PARA EL DIÁLOGO
apóstoles, es el Hijo del hombre cuya venida marca el
punto final de la gran prueba de los elegidos (cf. Mateo • Quiero ser feliz, pero... ¿cómo?, ¿a qué precio?
24, 29-31). La perseverancia y la fidelidad a Jesús en
medio de todas las persecuciones constituirán el mejor • ¿Creo que las bienaventuranzas están proclamadas
para mí?
título para obtener la salvación eterna: "Un alma resis-
tente, fuerte, estable y fundamentada en consideracio- • Compara el camino de Agustín y el tuyo en la bús-
nes religiosas, se mantiene firme contra todos los terro- queda de la felicidad.
res del diablo y contra todas las amenazas del mundo.
La fe en los bienes futuros, cierta y bien fundamentada,
le da fuerza. La persecución cierra sus ojos, pero se
abre el cielo. El anticristo amenaza, pero Cristo defien-
de; se sufre la muerte, pero sigue la inmortalidad"
(Sermón 303, 2).
DESPEDIDA
El sentido de la última bienaventuranza es esencial-
mente cristológico. Si los perseguidos a causa de Je- "A tenor de mis fuerzas os expuse todas las bienaven-
sús son bienaventurados, la razón es por ser Jesús el turanzas del Señor. Os veo tan animados que aún
Cristo, el Hijo del hombre, aquél que llevará a cabo el desearíais seguir escuchando. Vuestra caridad me
juicio final: "Después de la resurrección se comenzó a provocó a deciros tanto como he dicho; aún pudiera
predicar con toda claridad a Cristo; empezaron a reali- quizá seguir hablando, pero es mejor que rumiéis lo
zarse en Él de modo evidente las predicciones proféti- hablado y hagáis de ello saludable digestión" (Sermón
cas y los mártires a confesar su nombre, invencibles en 11, 14)
su constancia. No hacían sino confesar abiertamente a
quien implícitamente lo hicieron los Macabeos; murie-
ron los unos por Cristo manifestado en el evangelio,
murieron los otros por el nombre de Cristo velado aún
en la ley. Unos y otros le pertenecen, a unos y a otros
ayudó Cristo en sus luchas y a todos los coronó Cristo"
(Sermón 300, 5).
Ayer como hoy, el creyente y la comunidad cristiana
tienen que contar con la injuria y la persecución. Pero
no cualquier persecución es objeto de la promesa sino
aquella que se realiza por causa de Cristo, es decir, por
causa de la justicia (1 Pedro 3, 14). La razón para la
alegría reside en que traerá un futuro mejor: será gran-
de vuestra recompensa en el cielo. Una mirada sobre la
historia del pueblo de Dios muestra que sus testigos
han sufrido siempre. Por eso, los discípulos no pueden
considerar "extraño" lo que les ocurre si en verdad sus
vidas se conviertan en un testimonio profético. La re-
compensa será grande: "Sábete, cristiano, que, sufras
lo que sufras, no es nada en comparación con lo que
has de recibir" (Sermón 305A, 9).
Concluyendo con Agustín: "La octava sentencia vuelve
a la primera, en cuanto que se nombra también el reino
de los cielos, como dándonos a entender el último gra-
do de perfección: 'bienaventurados los pobres de espí-
ritu porque de ellos es el reino de los cielos', que es
cuando pueden ya decir: ¿quién podrá separarnos del
amor de Cristo? ¿Podrá separarnos la tribulación, la
angustia, el hambre, la desnudez, la persecución o el
cuchillo?' Las siete primeras bienaventuranzas son, en
consecuencia, los grados de la vida perfecta. La octava
muestra y esclarece la perfección alcanzada y, como si
empezase de nuevo por la primera, manifiesta que por
estos grados todo los demás se perfecciona" (Sermón
del Monte 1, 3, 10).
8
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
I. LA POSTURA DEL HOMBRE POSMO- Nadie puede poner en duda que muchos sufrimientos
tienen como causa el mal uso de la libertad, esto es, el
DERNO pecado o mal moral por parte del ser humano. El mal
AUNQUE sea una clasificación arbitraria, suele decirse físico, que tiene su origen en la naturaleza del mundo o
que pertenecen a la postmodernidad aquellas personas del mismo ser humano, exige otro planteamiento. En
menores de 40 años, aproximadamente. En general, no efecto, ya en el libro de Job se analiza el llamado mal
les suelen importar demasiado ni las razones ni las físico y se niega, como también lo negó Jesús, que sea
religiones. Son alérgicas a la filosofía y a la teología; un castigo ejecutado por Dios a causa del mal moral.
sólo les interesa la vida como fuente de bienestar en el Del mal moral se dicen muchas cosas a través de la
momento presente, sin pensar ni en el pasado ni el Biblia para subrayar que su causante es el ser humano
futuro, y menos aún en la eternidad. Un hecho incues- con el uso equivocado de su libertad. Admitida esta
tionable, sin embargo, es la realidad del mal con que responsabilidad de la libertad, podemos y debemos
todos los seres humanos tropezamos. hacer toda clase de preguntas, como hizo Job, interpe-
lando y, a la vez, adorando a Dios.
La psicología del hombre postmoderno es muy peculiar
frente al gran problema del mal. La cuestión no es creer Con toda razón, ante las tremendas desgracias y ante
o no en la bondad misericordiosa de Dios. Si es creyen- los espantosos crímenes que con frecuencia nos gol-
te, está convencido del amor misericordioso y de la pean y abruman, podemos y debemos preguntar:
capacidad ilimitada de Dios para perdonar. Como los ¿Dónde está Dios? ¿Por qué calla? ¿Por qué perma-
hijos actuales, son poco agradecidos a sus padres y nece impasible? ¿Por qué no impide, sobre todo, los
consideran todos los beneficios que reciben de ellos crímenes atroces, los genocidios de las guerras pasa-
más como una obligación -casi un derecho- que como das y actuales, las acciones terroristas?
don recibido. El creyente postmoderno ve el perdón y la Ciertos casos de tremendos sufrimientos, incluso de
misericordia de Dios como algo normal y natural, que personas inocentes, especialmente de los niños, nos
no tiene nada de especial, puesto que si Dios es llenan de angustia el corazón y de interrogantes la inte-
Dios, es lo que le corresponde. La misericordia de Dios, ligencia. No obstante, no se deberían provocar acusa-
lejos de ser un regalo, es más bien una obligación de ciones frívolas contra Dios, ya que uno de la divina
su condición de Dios. ¿No se dice que Dios es amor? Trinidad ("uno de la Trinidad" padeció por nosotros,
Pues entonces nada tiene de particular que sea tan según una fórmula proveniente de los Padres, que ha
misericordioso. pasado a la doctrina de la Iglesia: DS 401). El Hijo de
Dios, el Inocente por antonomasia, murió en la cruz
Siguiendo esa postura egoísta, que suele recordar las después de terribles tormentos. Quiero decir que no
posibles obligaciones de los otros y nos las propias, los podemos pretender conocer la razón de nuestros sufri-
derechos de uno mismo y no los de los demás, el hom- mientos, por muy grandes y quizá injustos que sean,
bre postmoderno -incluso el creyente- exige cuentas a cuando son mucho más inexplicables, grandes e injus-
Dios respecto del mal, con una audacia mayor y con tos, los del Hijo de Dios. Aquí se encuadra aquella afir-
una actitud acusatoria desconocidas en épocas anterio- mación de Dietrich Bonhoeffer: "Sólo un Dios sufriente
res. puede salvarnos", o aquella otra de E. Jüngel: "la omni-
El interrogante sobre el problema del mal está justifica- potencia de Dios se manifiesta en la omnidebilidad de
do sobradamente. Todas las afirmaciones acerca de la la Cruz".
bondad de Dios parece se vienen abajo cuando el mal En todo caso, las soluciones al problema del mal, segu-
se hace presente. Pero para que la pregunta se plantee ramente no plenamente satisfactorias, hay que buscar-
de forma correcta, hace falta que tengamos una idea no las a partir de las afirmaciones siguientes: 1) Dios no
equivocada de Dios. Es sorprendente que todavía haya quiere el mal. 2) La causa de muchos males y muchos
muchos cristianos que no se han enterado de que Dios sufrimientos es el ser humano con el uso desordenado
no está al servicio de nuestra felicidad temporal en este de su libertad.
mundo; no se han enterado de que Cristo no nos ha
prometido la felicidad para esta vida. Tampoco nos ha PARA EL DIÁLOGO
prometido una vida feliz en la tierra a cambio de que • ¿Cuál es la postura del hombre postmoderno
vivamos como buenos cristianos. Sus promesas se frente a Dios en el problema del mal?
refieren, principalmente, a una vida posterior a esta
terrena. De todos modos, ninguna otra cuestión mina • Relación del sufrimiento de los inocentes con el
tan a fondo la fe como cuando surge implacable el su- sufrimiento del Hijo de Dios, el Inocente.
frimiento, el fracaso, la catástrofe natural...
• Las dos pistas para buscar la solución del pro-
EL MAL USO DE LA LIBERTAD, CAUSA DE MUCHOS blema del mal.
SUFRIMIENTOS
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
II. QUÉ ES EL MAL sumo bien que es Dios; c) porque es absoluto, es decir,
que siempre, en cualquier circunstancia o condición, es
EL MAL MORAL Y SUS ANÁLOGOS un mal.
1. ¿Qué es el mal moral? Ninguna de esas tres características negativas tiene el
mal físico, que es aquel que consiste en la privación de
Últimamente hay entre los autores cierta resistencia a
un bien en una naturaleza que debería tener ese bien.
definir el mal moral o pecado. Contamos con una defi-
Por ejemplo, la ceguera es un mal físico en los anima-
nición clásica de san Agustín: un hecho, dicho o deseo
les superiores, aunque no en los árboles. Este tipo de
contra la ley eterna (Réplica a Fausto, el maniqueo, 22,
mal no es libremente querido; incluso el hacer o hacer-
27). Hoy parece que no es ya punto de partida de las
se queriendo daño físico es, antes un mal moral, para
explicaciones de lo que es el mal moral o pecado para
ser a continuación, secundariamente, un mal físico.
los creyentes. Otra definición agustiniana, con menos
Tampoco sitúa a la persona humana frente a Dios ni la
apariencia jurídica y menos fondo naturalista, más per-
aparta de Él. Asimismo, tampoco es absoluto, puesto
sonalista y radical en la medida que nos descubre la
que, en ocasiones, no lo es en todos los aspectos y
entraña vital del mal moral, podría ser más aceptable
sentidos. Por ejemplo, una operación quirúrgica, en
teniendo en cuenta las orientaciones de la ética y de la
cuanto al mal físico en el cuerpo, y las dolorosas crisis
moral actuales. El mal moral se podría definir, según
de crecimiento personal, en cuanto al mal en el ámbito
también san Agustín, como aversión a Dios y conver-
psicológico.
sión a las criaturas (El libre albedrío 2, 19, 53).
Así pues, el mal físico es un mal análogo al moral; so-
Dentro de nuestra tradición religiosa, y la mentalidad
lamente coincide con él en que es una privación de una
sociocultural en gran parte derivada de ella, es una
perfección debida a un determinado ser. Y, además,
definición del mal moral bastante acertada, válida inclu-
esa perfección de la que carece es inferior a la perfec-
so para nuestro tiempo. Cuando Pablo dice que la ava-
ción de que nos priva el mal moral; ya que en el mal
ricia es una idolatría (Colosenses 3, 5; Efesios 5, 5),
moral estamos ante una privación debida moralmente y
está indicando lo que en un sentido radical es ese pe-
en el mal físico ante una perfección debida sólo física-
cado y cualquier otro pecado: una orientación, una op-
mente.
ción y un amor desproporcionados, por lo que son tam-
bién desordenados, hacia los bienes creados, que en- 3. El mal metafísico
tran en conflicto con lo que a Dios se debe, e implican
En cuanto al llamado mal metafísico, hay que decir que
una conversión hacia las criaturas con desprecio del
no es un mal. Simplemente consiste en la condición
Creador. Es, en el fondo, sustituir a Dios, a quien úni-
necesariamente imperfecta de toda criatura, debido a la
camente hemos de adorar, por la adoración de los bie-
carencia de alguna cualidad positiva o perfección: sólo
nes creados. Esta visión sigue estando de actualidad
Dios es perfecto.
(cf. D. Lafranconi, "Pecado", en F. Compagnoni, G.
Piaña, S. Privitera, M. Vidal (dirs.), Nuevo Diccionario
de Teología Moral, Madrid 1992, pp. 1353-1361). En
todo caso, esta visión del mal moral estaría en confor- EL MAL MORAL Y EL SER HUMANO
midad con la noción del mal también agustiniana, como El mal moral es libre, no necesario, como hemos visto.
privación de un bien debido (cf. Confesiones, 3, 7, 12; Pero ¿qué probabilidad hay de que el ser humano, de
Comentarios a los Salmos 11, 13), puesto que los hu- hecho, obre mal en el ámbito moral?
manos tenemos como deber el adorar al Creador y no a
las criaturas. Por ser el hombre finito y defectible se puede asegurar
como muy probable que caerá en el mal, pero nunca de
Seguramente que en el hecho pecaminoso se da con una manera necesaria. Aunque pudiéramos llegar a
más fuerza la conversión a las criaturas que la aversión poder afirmar de infaliblemente, sin posibilidad de error,
respecto de Dios. La conversión se da explícitamente, que el ser humano cometerá el mal moral, nunca po-
la aversión sólo implícitamente. Salvo muy raras oca- dremos decir que hará el mal necesariamente, de tal
siones, ahí radica una de las atenuantes del pecado manera que no pueda evitarlo.
humano. Además, hay que distinguir entre cierto tipo de
pecados que se constituyen como voluntad de hacer el Infaliblemente se refiere al ámbito del conocimiento,
mal al otro: odio, rencor, venganza, homicidio, injusti- esto es, que nuestra inteligencia nos dice que con toda
cias, ciertas violaciones de los derechos de las perso- certeza, sin ninguna duda, el ser humano, cada ser
nas, calumnias, etc., y otros pecados que se constitu- humano, hace o hará el mal, según hemos aprendido
yen como amor desordenado a los bienes en los que se de la experiencia.
ceba el egoísmo, aunque sin odio a nadie (la lujuria, las Necesariamente se refiere al ámbito de los constitutivos
drogas o robar sólo por codicia). Es obvia la mayor de la acción misma en el ámbito de la voluntad. Que la
malicia de los primeros respecto de estos últimos. voluntad obra necesariamente quiere decir que no obra
2. El mal moral es el mal en sentido propio y por libremente, que no puede menos de obrar de una de-
antonomasia terminada manera, como es el caso del alcohólico o del
drogadicto ante el objeto de su vicio, el licor o la droga.
Nuestra afirmación se apoya en las siguientes razones:
a) Porque es un mal libremente querido, por lo cual Algunos autores, por el hecho de que se puede afirmar
llega a hacer malo al ser humano; b) porque implica un que el ser humano hace o hará el mal con toda seguri-
contraponerse y apartarse (hacerse desemejante) del dad, sin ninguna duda (infaliblemente), han querido por
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
eso eximirle de responsabilidad y de culpa en la ejecu- mismo" (2 Timoteo 2, 13). En esta última frase paulina
ción del mal, por lo que el responsable sería Dios, que se apoya para desarrollar una doctrina muy ilustrativa
ha hecho al hombre así. La respuesta es que, aunque sobre la omnipotencia de Dios, que nos ayuda a enten-
podamos afirmar que el ser humano obra u obrará el der un poco la conducta de Dios en el tema del mal.
mal infaliblemente, eso no le quita la responsabilidad;
Según Agustín, hay ciertas cosas de las que Dios no
carecería de responsabilidad si obrara necesariamente,
puede ser sujeto pasivo o activo; es decir, que no le
esto es, sin libertad. Ahora bien, la mayoría de las ve-
pueden acaecer o que no las puede hacer, porque de lo
ces el ser humano no obra necesariamente, sino con
contrario no sería Dios. Se trata de afecciones o de
libertad.
acciones de contenido negativo que, de alguna manera,
Obrar necesaria y libremente a la vez se contradicen y son incompatibles con su perfección infinita. Esto, pues,
se excluyen. Cuando el ser humano hace el mal moral, no es una señal de deficiencia, sino muestra, precisa-
salvo excepciones, obra libremente, por lo que es res- mente, de verdadera omnipotencia (Réplica al sermón
ponsable de ese mal. Y si de esa conducta mala pro- de los arríanos 14):
vienen sufrimientos contra uno mismo o contra los de-
1. Algunas cosas no le pueden acaecer porque
más, está claro quién es el responsable de los mismos.
van contra la perfección de su ser: morir, cam-
Evidentemente, no es Dios el responsable.
biar, ser engañado, ser desdichado, ser venci-
do, etc. (Sermón 214, 4).
EL MAL Y DIOS 2. Otras, no las puede hacer porque van contra su
bondad moral y santidad infinita: mentir, come-
El planteamiento más agudo, riguroso e inquietante del
ter injusticias, ejecutar iniquidades o cualquier
problema del mal respecto de Dios lo planteó, ya hace
clase de mal, etc. (Sermón 213, 2).
muchos siglos, el filósofo Epicuro en un argumento que
se compone de tres alternativas: O Dios quiere evitar el 3. Tampoco puede decir o hacer cualquier cosa
mal y no puede, y entonces no es omnipotente; o Dios que vaya contra la perfección de su inteligen-
puede y no quiere, y entonces no es bueno; o ni puede cia: absurdos, necedades, errores, etc. (Ser-
ni quiere, y entonces no es Dios (cf. Gigon O., (edit.), món 214, 4).
Epicurus, Zurich 1949, 80; Lactancio, La ira, 13 (PL 7,
Observemos que, a pesar de lo anterior, la noción de
121).
omnipotencia, "hacer todo lo que se quiere", se mantie-
La respuesta, la adelantamos ya, es que Dios quiere ne en Dios. Pues si es verdad que todas esas cosas no
(por lo tanto, es bueno), pero no puede evitar el mal; las puede hacer, también es verdad que ninguna de
pero ese no poder de Dios no limita en realidad para ellas las quiere ni las puede querer. Por lo que se pue-
nada su omnipotencia, como vamos a ver enseguida. de decir que lo único que no puede el Omnipotente es
lo que no quiere. Se sigue manteniendo, por tanto, la
La omnipotencia en Dios consiste en "hacer todo lo que
identidad de su querer con su poder (La ciudad de Dios
Él quiere": Nuestro Dios en los cielos y en la tierra todo
5, 10).
cuanto quiere lo hace (Salmo 115, 3; cf. 135, 6). Y esto
se debe a que su poder y su querer se identifican. Nun-
ca Dios quiere una cosa que no pueda, debido a que lo
APLICACIONES Y DERIVACIONES
que no se puede no debe ser querido y, de hecho, no
DE ESTA DOCTRINA
es querido nunca por Dios.
Orientados por estas ideas de san Agustín, podemos
Estamos muy acostumbrados a pensar en la omnipo-
decir que se dan, en resumen, dos ámbitos distintos de
tencia de Dios como un poder omnímodo y arbitrario,
los "límites" de la omnipotencia de Dios, configurados
que puede hacer todo lo imaginable, por muy dispara-
por dos tipos de razones diferentes.
tado que sea. Pero esto no es así; puesto que la omni-
potencia de Dios está, y debe estar, sometida a la per- 1°. Lo que no puede hacer la omnipotencia de Dios
fección del ser divino; de lo contrario, sería Dios un ser porque no puede hacerse (crear otro ser infinito, un ser
caótico y al margen de lo razonable, por lo que no sería finito omniperfecto, un ser finito no defectible, un círculo
Dios. cuadrado, que el hombre sea un ser no libre, que el
todo no sea más que cada una de sus partes, que una
cosa pueda ser y no ser a la vez bajo el mismo aspecto,
LOS "LÍMITES" DE LA OMNIPOTENCIA DE DIOS, etc.).
SEGÚN SAN AGUSTÍN
En este ámbito, haciendo aplicaciones a nuestro tema,
Ya san Agustín, que en estos temas es maestro, advier- hemos de excluir por imposible el que Dios hubiera
te que Dios no puede hacer todas las cosas que a no- creado al hombre sin libertad, lo cual es contradictorio,
sotros se nos antoje imaginar. Su omnipotencia, aun- porque entonces no sería hombre. Precisamente lo
que pueda sorprender, tiene "límites". San Agustín, grande del ser humano, lo que le hace superior a los
agudo observador y fino analista de la Palabra de Dios, animales, es la libertad, que es el resultado de la acción
se fija y se apoya para opinar así en un texto de San de la voluntad iluminada por la inteligencia.
Pablo: "Si hemos muerto con Él, también viviremos con
Tampoco se puede admitir, también por ser algo impo-
Él; si nos mantenemos firmes, también reinaremos con
sible, que Dios hubiera creado al hombre como ser
Él; si le negamos, también Él nos negará; si somos
libre, pero que no pudiera hacer el mal. No se puede
infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse a sí
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
admitir esto porque un ser así sería Dios. Solamente el (Galindo Rodrigo, J. A., EL mal, Bilbao 2001, pp. 162-
ser que es el mismo bien no puede apartarse del bien; 168).
cualquier otro ser que no se identifica con el bien se
puede apartar del bien haciendo el mal, precisamente
por eso, porque no es el mismo bien (La ciudad de Dios PARA EL DIÁLOGO
12, 8). Esto es lo que viene a decir Jesús en el Evange-
lio, cuando afirma: "Nadie es bueno, sino sólo Dios" • Explicar la segunda definición de san Agustín
(Marcos 10, 18; Mateo 19, 17; Lucas 18, 19), entendido sobre el mal moral o pecado.
en conformidad con los estudiosos de la Biblia (cf.: • ¿Por qué el mal moral es el mal en sentido pro-
Schimid, J., El Evangelio según san Marcos, Barcelona pio y por antonomasia?
1967, p. 275; Mckenzie J. L, "Evangelio según san Ma-
teo", en Comentario Bíblico "San Jerónimo Madrid • Las tres alternativas de Epicuro sobre el mal
1972, III: Nuevo Testamento, I, 250). Y lo que está claro con respecto a Dios y su respuesta. Los "lími-
es que no puede haber dos seres divinos porque eso tes" de la omnipotencia de Dios según san
supondría la existencia de dos seres infinitos, lo cual Agustín y sus aplicaciones.
repugna a la razón (La ciudad de Dios 22, 30, 3). En
consecuencia, un ser creado de la nada nunca puede
ser igual a Dios (La ciudad de Dios 12, 5). Debido a
esto, decimos en el credo que el Hijo de Dios, que es
Dios, no es creado, sino engendrado.
Por consiguiente, no es acertado plantearse la posibili-
dad de que Dios hubiera creado al hombre libre e impe-
cable a la vez. Sin embargo, el hombre, en la vida bie-
naventurada, previa su opción libre por el bien pudiendo
hacer el mal, recibirá por gracia, no que sea impecable,
sino que de hecho no peque, imitando así la perfección
de Dios que llamamos impecabilidad (La ciudad de Dios
22, 30, 1).
Todos estos imposibles que acabamos de mencionar,
hablando con propiedad, no es que Dios no pueda ha-
cerlos, sino que no pueden hacerse. Por eso no los
quiere, y no los puede querer ni hacer porque no son
susceptibles en sí ni de lo uno ni de lo otro, porque en
realidad no son cosas, son imaginaciones imposibles
de convertirse en realidad (Torres Queiruga, A., Creo
en Dios Padre. El Dios de Jesús como afirmación plena
del hombre, Santander 1986, pp. 119- 126). III. EL OPTIMISMO SOTERIOLÓGICO
2°. Lo que no puede hacer la omnipotencia de Dios, 1. Con todo, no parece que sea necesario un mundo
porque se lo impide la perfección de su ser, de su inte- así, como éste en que vivimos ahora, que con grandes
ligencia o de su voluntad. Además de las cosas que y continuos desastres amenaza permanentemente el
nombra san Agustín, y en esa misma línea, podemos bienestar de muchos de los habitantes del planeta. ¿No
añadir algunas otras que inciden directamente en nues- podría Dios haber creado de otra manera esta misma
tro tema: naturaleza humana, sometida a tantas servidumbres,
dolores y la muerte, así como otro mundo menos in-
a) Dios no puede eliminar la libertad del ser hu-
hóspito, como morada, para los seres humanos hijos de
mano, en ciertos casos, según su voluntad o su
Dios? Aunque estas preguntas son pertinentes y no son
beneplácito (por ejemplo, cuando uno va a ha-
fáciles de contestar, me parece que en este problema
cer el mal), ya que eso sería contradictorio y
del mal se puede defender un optimismo soteriológico
arbitrario en su forma de obrar, al quitarle la li-
esto es, que Dios ha permitido todos los males y sufri-
bertad que por creación le dio. Debido a ello
mientos en orden a nuestra mayor bien, que es nuestra
esa actuación no se puede dar en Dios, y no se
salvación.
da.
b) Tampoco puede impedir las consecuencias que
por la fuerza propia de los hechos y/o de las DESDE LA VIDA A LA VERDAD
cosas se derivan de la conducta buena o mala,
Antes de entrar a exponer este optimismo soteriológico
es decir, como resultado de la acción libre del
es interesante notar, como introducción, que los males
ser humano: acercamiento o alejamiento de
que padecemos los humanos nos causarían menos
Dios (con lo de bueno o de malo que uno y otro
sufrimiento si viviéramos más cerca de Dios, practican-
hecho llevan consigo).
do más intensamente las virtudes cristianas. Es una
En estos casos no es que no haya cosas susceptibles actitud positiva; no sólo porque la bondad siempre lo
de la acción de Dios, sino que su perfección infinita le es, sino porque, en alguna medida, está así en nuestro
impide obrar de esa manera que hemos comentado poder el afrontar el mal, disminuyendo su negatividad y
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
sobreponiéndonos al mismo con la ayuda de Dios. Esto cemos algunas- cuya fe y cercanía de Dios, aunque
ya nos permite un cierto optimismo. tengan sus defectos, les otorga una notable fortaleza
frente a las desgracias de la vida.
Esta nueva humanidad no consideraría tan dramáticos
LA BONDAD MORAL Y LOS MALES FÍSICOS
los acontecimientos que nos privan de la salud, de la
Un teólogo actual, J. A. Estrada, afirma que algunos compañía de los seres queridos o de cualquier otro
males morales son causa de ciertos males físicos (cf. bien, incluso de nuestra vida mortal. Porque conocería
Estrada, J. A., La imposible teodicea. La crisis de la fe de una manera más clara la condición relativa de esos
en Dios, Madrid 1997, p. 133). Quiere decir que los bienes y la posibilidad a nuestro alcance de recuperar-
males morales, el ambiente moral negativo y la lejanía los, aunque como regalo divino, de otra forma y en un
de Dios son causa añadida de algunos males psíquicos grado cualitativamente superior, además de con dura-
o psicológicos, tales como la mayor vulnerabilidad de la ción eterna.
persona ante los males posteriores, que entonces ha-
2. Unidos el conocimiento, el amor y el sentimiento,
cen sufrir más a los humanos. Y al revés: la bondad, el
formando una estructura psicológica unitaria, darían
ambiente moral positivo, la cercanía de Dios aumentan
mayor fortaleza a la persona y la harían no tan vulnera-
la fortaleza y hacen que esos mismos males nos hagan
ble ante los males, físicos o morales. La cercanía de un
sufrir mucho menos, porque la actitud subjetiva es dis-
Dios experimentado como amor sería el mayor consue-
tinta, menos vulnerable frente al mal. Se podría hablar
lo y la mejor fortaleza para el ser humano en cualquier
de un diferente sistema inmunológico espiritual frente al
desgracia por grande que fuera. Además de las virtudes
mal.
teologales, fe, esperanza y caridad, la virtud de la forta-
Así como hay seres humanos que nos llaman la aten- leza adquiriría, frente a todas las situaciones adversas,
ción por su bondad, está claro que toda la humanidad, una función muy importante y un relieve muy especial.
en conjunto, podría ser mejor de lo que es. Sin duda
Es significativo señalar que este estado positivo se
que es posible una humanidad diferente, con una me-
extendería a toda la humanidad en general y en particu-
nor presencia del mal. Una humanidad así sería una
lar. Excepto en el caso de que alguna persona determi-
cosa muy distinta de la actual: no habría guerras, no
nada tomara una posición rotunda contra el bien ha-
habría hambre, no habría terrorismo, etc.; ya lo hemos
ciendo el mal en un grado que la comprometiera como
dicho. Pero interesa mucho señalar ahora una conse-
tal con ese mal, cada uno de los humanos gozaría,
cuencia benéfica de esta bondad y que incide directa-
aunque no tuviera especiales méritos, y debido a la
mente en el problema de los males físicos. Por la vida y
interinfluencia social, de esas consecuencias positivas
experiencia, especialmente de los santos, y no tanto
de la bondad mayor del conjunto de la especie humana.
por lo que enseñan los filósofos y teólogos, junto con lo
que dicen los maestros de la vida espiritual, podemos 3. En este estado de mayor bondad, repito porque aquí
deducir los efectos benéficos de la bondad en la vida de está la clave, ni el dolor físico ni el sufrimiento moral,
cada una de las personas en relación con el tema que por grandes que fueran, según nuestra apreciación
nos ocupa. actual, llegarían a ser subjetivamente ni una tragedia ni
un drama angustioso como lo son actualmente. Los
Por eso, apoyándonos en la realidad de la vida de tan-
mismos males de ahora y de siempre nos harían sufrir
tas personas buenas, podemos pensar que el mundo
mucho menos. Además, no se daría el terrible enigma
podría librarse de los males que ahora le hacen sufrir y
del mal, éste no sería un acuciante problema, tampoco
gozaría de mayor felicidad si la humanidad viviera más
un inquietante misterio.
cerca de Dios y en convivencia pacífica. Cualquier for-
ma de maldad y desequilibrio, por el contrario, ejerce 4. Siendo creyentes, los males físicos no deberían pro-
influencia negativa y hace más infelices a los humanos vocar un sufrimiento tan grande, tan dramático y trági-
(cf. Varone, F., El "dios" sádico. ¿Ama Dios el sufri- co. Si así es se debe, en gran parte, a que no influye en
miento? Santander 1988, p. 232). nosotros, en la debida medida, la vivencia de las gran-
des verdades de la fe. Tenemos conocimiento por la fe
CONSECUENCIAS POSITIVAS DE LA FE Y LA
de que los bienes que nos arrebatan los males físicos
BONDAD MORAL RESPECTO DE LOS MALES FÍSI-
los vamos a recuperar en la vida eterna de una manera
COS
sublimada y acrecentada. Sabemos por la fe que Dios
1. Este nuevo ser humano percibiría y viviría la priva- es amor, que es nuestro Padre, que nos ama entraña-
ción de los bienes inferiores (los bienes materiales) y blemente a cada uno de nosotros; y, no obstante, se
también de los intermedios (los bienes espirituales tem- apodera de nosotros el pesimismo y la angustia, como
porales), causada por los males físicos que nos aque- si no tuviéramos fe ni esperanza. No entran en nuestro
jan, como algo de menor importancia. La pérdida de los corazón de una manera vital e intensa aquellas pala-
bienes de este mundo sólo se vería como algo negativo bras de Pablo, referentes al drama de la muerte, pero
si incidiera desfavorablemente en la adquisición del aplicables a cualquier otro mal físico: Hermanos, no
bien supremo y eterno; lo cual, como todos sabemos, queremos que estéis en la ignorancia respecto de los
no tiene por qué ser así. Debido a ello, los males físi- muertos, para que no os entristezcáis como los demás,
cos, aun siendo los mismos que ahora, perderían viru- que no tienen esperanza (1Tes 4, 13).
lencia a causa de la distinta manera subjetiva de ser
La perspectiva de la vida eterna hace relativos, objeti-
afrontados y vividos. Así los ven y los viven no sólo los
vamente, los males físicos y disminuye el sufrimiento
santos, sino también las personas buenas -todos cono-
causado por ellos. Cuando se vislumbra en el horizonte
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
otra vida, el problema del mal hay que estudiarlo y juz- 3. En contraste con todo esto, tenemos la verdad cris-
garlo con una perspectiva mucho más amplia y más tiana manifestada en la Biblia; que enseña, dentro de la
positiva. Siendo esa vida eterna y buena, entonces el teología de la gracia, que Dios nos ha hecho capaces
mal queda reducido a dimensiones menores y desapa- de Él, nos ha creado para Él, ha inscrito en nuestro ser,
rece su inquietante amenaza de hacer absurda toda la como fin último y definitivo, la participación de su vida
creación. divina. San Agustín reflejó perfectamente estas verda-
des: "Nos hiciste. Señor, para ti" (Confesiones, 1, 1, 1).
De esta manera se abre una puerta muy interesante
Dios nos ha creado para Él, y a nosotros nos es difícil
que disminuye la angustia que produce el mal y que
corresponder a la sublimidad de nuestro destino. Nos
nos pone de manifiesto que Dios no es el causante,
es difícil corresponder al Amor con el debido amor a Él
mucho menos el culpable, de los males y sufrimientos
y a los hermanos.
que aquejan a la humanidad. En todo caso, mientras
que con gran lentitud va mejorando la humanidad en su
conjunto, cada uno de nosotros podemos ya poner en
DIOS PIENSA, ANTE TODO, EN LA SALVACIÓN
práctica la conducta que hemos descrito con las conse-
DEFINITIVA DEL SER HUMANO
cuencias positivas mencionadas.
1. Por eso, quizá la respuesta a la pregunta de por qué
No obstante, sigue en pie la pregunta: ¿no podría haber
no ha creado Dios las cosas y al ser humano de otro
creado Dios de otra manera esta naturaleza humana
modo, con otra naturaleza, pueda encontrarse en que
tan vulnerable?
Dios ha creado este mundo con los niveles de perfec-
ción convenientes para que siga siendo factible, y no
excesivamente difícil; que el hombre como persona,
LOS PLANES DE DIOS RESPECTO A LA CREA-
desde su libertad, alcance el fin para el cual ha sido
CIÓN: EL LLAMADO OPTIMISMO SOTERIOLÓGICO
creado. Este equilibrio de bienes y de males, existente
Es dificilísimo especular sobre lo que Dios podría haber en esta vida y en este mundo, obedece a un plan de
hecho o dejado de hacer. Sin embargo, intentaré pro- Dios. ¿O vamos a pensar que Dios crea a ciegas y sin
poner una posible explicación de la actuación de Dios a un plan perfectamente previsto? ¿Y cuál es ese plan?
modo de hipótesis. Se puede afirmar con cierta seguridad, iluminados por
la fe, que ese plan está preparado de tal manera que
La experiencia nos dice lo difícil y trabajoso que es para las condiciones de vida del hombre en este mundo
el ser humano sustraerse al atractivo de los bienes sean las más aptas para que obtenga el fin preparado
creados, aunque sean relativos, La persona humana
por Dios para Él.
tiene una voluntad cuyo objeto es el bien, y aunque el
designio del Creador al darle esta voluntad es que le Parece que estamos ante un mundo, el nuestro, con el
ame a Él por encima de todas las cosas, resulta que a equilibrio conveniente de males y de bienes para que el
Dios no lo conocemos ni directa ni experimentalmente. hombre opte, con libertad de elección, entre el bien y el
Los bienes de este mundo, sin embargo, los conoce- mal, entre Dios y no Dios. Menos perfecciones y más
mos de un modo directo con nuestro conocimiento sen- males harían poco menos que imposible vislumbrar a
sible e intelectual, por lo que, con gran facilidad y gusto, Dios y optar por Él. Entre otras razones, porque enton-
nuestra voluntad, y toda la persona con ella, va casi ces el problema del mal pasaría a ser el absurdo del
como arrastrada tras esos bienes. Así es el ser hu- mal en el sentido más duro y propio. En el otro extremo,
mano. Y ahora que con los adelantos científico-técnicos si hubiera hecho el mundo con más perfecciones y
puede gozar más de los bienes de este mundo, esta- menos males, entonces las cosas creadas hubieran
mos comprobando en los países del primer mundo que sido demasiado atractivas para una voluntad -la huma-
esta dificultad de tener a Dios como el centro de la pro- na-, seguramente condicionada en esto por la corpora-
pia persona está aumentando. En consecuencia, nos es lidad, con grandes dificultades para elevarse hasta los
muy difícil amar a Dios sobre todas las cosas (Mateo bienes superiores y el bien absoluto, que es Dios. En
22, 36, 40). Por eso se está dando "la pérdida de una este caso, la opción libre por Él hubiera sido también
inmediatez de la presencia divina en la naturaleza y en muy difícil, aunque por distintas razones que en la si-
la historia" (Jossua J. P., "Mal", en Diccionario de con- tuación anterior. Creo, pues, que podemos afirmar,
ceptos teológicos, II; dir., P. Eicher, Barcelona 1990, p. como muy probable, que las condiciones, en general,
23). de vida de la persona humana en el mundo, son como
deben ser en relación con su bien definitivo y total.
No acaban ahí las complicaciones, puesto que cuando
la persona humana toma conciencia viva de los males 2. La creación, más concretamente nuestro planeta y la
de este mundo (y ahora puede hacerlo a escala univer- humanidad, forma un conjunto unitario planeado por
sal a través de los modernos medios de comunicación), Dios en el que todo se concita para el bien de la perso-
fácilmente se siente, y en cierto modo es lógico, impul- na humana: ... el hombre, única criatura terrestre a la
sada hacia una protesta contra el Creador. Como resul- que Dios ha amado por sí misma... (Vaticano II, Gau-
tado de todo ello, se hace muy difícil la creencia en un dium et Spes 24). Esto es lo que nos permite pensar
Dios todopoderoso, y sobre todo bueno, y más aún, en razonablemente que Dios haya establecido el equilibrio
un Dios Amor tal y como nos lo describe la revelación de perfecciones físicas mayores y menores; es decir,
bíblica. La conclusión es que o Dios no es bueno o no de bienes y de males físicos, más conveniente para el
es omnipotente. bien máximo, definitivo y total de este ser humano. Éste
ha sido destinado por Dios a adherirse a Él con la total
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
plenitud de su ser en la perpetua comunión de la inco- de sus bienes; pero si a la vez no progresa en los valo-
rruptible vida divina (Vaticano II, Gaudium et Spes 18). res morales, se cierne sobre él no sólo el peligro de que
le explote el progreso en sus manos, sino que los bie-
A esta vocación de la persona humana, imagen de
nes de este mundo, con más atractivos que antes, pue-
Dios, ha orientado Dios la creación, por lo menos de
dan dificultarnos el amor a Dios y a los hermanos, se-
nuestro planeta y de los astros que en ella influyen.
gún vemos que sucede ahora en amplias capas de la
Todo esto ha sido preparado por Dios para la creación
población en los llamados países del Primer Mundo. La
y salvación de la humanidad. Pienso que ésta es la
solución está en un avance acompasado de la ciencia y
visión de fondo de san Pablo cuando vincula el destino
la técnica, junto con el progreso en la ética y en la mo-
y avatares de la creación a la conducta y salvación del
ral. La creación de Dios está abierta a ambos progre-
ser humano (cf. Romanos 8, 18-27), y que al sintetizar
sos. La creación, incluido el hombre, la quiso Dios de
su exposición nos dice que en todas las cosas intervie-
otra manera, más perfecta. Y en el caso de que el ser
ne Dios para bien de los que le aman; de aquellos que
humano no se hubiera apartado de Dios por el pecado,
han sido llamados según su designio (Romanos 8, 28);
aunque objetivamente la naturaleza sería igual para él,
texto que se ha de completar con aquella proclamación
la hubiera percibido y vivido de modo más amistoso y
fundamental para toda la interpretación de la fe y vida
favorable.
cristianas: Dios quiere que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento pleno de la verdad (1 Timoteo Hacia esa manera más perfecta querida por Dios debe
2, 3-4). Nuestra perspectiva y vivencia han de estar avanzar el género humano, con la inteligencia y la vo-
impregnadas de la confianza en Dios, hasta el punto de luntad puestas en toda clase de verdades y conoci-
que todo lo ha dispuesto para nuestro bien: El que no mientos, así como en todas las dimensiones del bien.
perdonó ni a su propio Hijo, antes bien le entregó por
todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él graciosa-
mente todas las cosas? (Romanos 8, 32).
Estamos, pues, ante lo que podríamos denominar el
optimismo soteriológico, de que ya hemos hablado, y
que se contrapone al optimismo metafísico de Leibniz.
Este filósofo y científico alemán afirma que Dios ha
creado el mundo y la naturaleza humana lo más perfec-
tos que ha podido porque más perfectos no pueden
hacerse. Su teoría tiene el inconveniente de que no se
puede conciliar con la verdadera omnipotencia de Dios.
Pues bien, esta teoría la ideó Leibniz sirviéndose de la
razón, pero nosotros, los cristianos, podemos descubrir,
sirviéndonos más de la fe que de la razón, un optimis-
mo soteriológico apoyado en el Dios revelado por Cristo
como Amor a los seres humanos, a quienes constituye
hijos suyos en su Hijo. Ésta sería, pues, la respuesta al
interrogante antes mencionado, que decía: ¿no podría
Dios haber creado de otra manera esta misma natura-
leza humana sometida a tantas servidumbres, dolores y
la muerte, así como otro mundo menos inhóspito como
morada para los seres humanos, hijos de Dios?
Tal y como Dios ha creado el mundo y la misma natura-
leza humana, es lo más conveniente si tenemos en
cuenta, ante todo el bien sumo de los hombres, que es
su salvación.
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Mal, misterio y escándalo
8
MATRIMONIO Y FAMILIA EN SAN AGUSTÍN
Luis Marín de San Martín, OSA
antes, centrados en tu sierva y en su actitud piadosa madre a las puertas de Roma, donde nunca ha de volver.
frente a ti, a la vez que santamente blanda y
"£/ Evangelio -dice Dolores Aleixandre- enseña a aprender
moriqerada con nosotros, y de la cual me había visto
a renunciar, relativizar, despedirse, no agarrarse
privado de repente. Entonces sentí ganas de llorar en
desesperadamente al tiempo, a las cosas. Pero también a
tu presencia sobre ella y por ella, sobre mí y por mí. Y
abrirse a la vida, estrenar experiencia, no perderse la
di rienda suelta a mis lágrimas reprimidas para que
realidad que llama a la puerta."
corriesen a placer, poniéndolas como un lecho a
disposición del corazón. Éste halló descanso en las
lágrimas. Porque allí estabas tú para escuchar, no un
PARA EL DIÁLOGO
hombre cualquiera que habría interpretado
desconsideradamente mi llanto. ■> Influjo de las amistades y respetos humanos en las
Ahora, Señor, te confieso todo esto en estas páqinas. propias opiniones.
Que las lea el que quiera y que las interprete como -» Desasosiego de Agustín ante la muerte antes de la
quiera. Y si estima pecado el que yo haya llorado conversión: espejo de una muerte sin esperanza.
durante una hora escasa a mi madre de cuerpo
presente, mientras ella me había llorado durante tantos -*¿Qué elementos de ejemplaridad se encuentran en la
muerte de santa Mónica, tanto en la madre como en el
años para que yo viviese ante tus ojos, que no se ría. hijo?
Al contrario, si tiene una gran caridad, que llore
( ACTITUD PASTORAL DE W
también él por mis pecados en presencia tuya, Padre
AGUSTÍN ANTE L.A MUERTE
de todos los hermanos de tu Cristo" (Confesiones, 9,
10,26 - 13,33).
E L misterio de la muerte adquiere nuevas dimensiones en hay forma de evadirse del último día" (Sermón 229 H,
el ministerio pastoral de Agustín. Su visión de la muerte 2).
está directamente inspirada en la Biblia, que habla de dos
"No hay modo de escapar de la muerte. Puesto que no
clases de muerte: la física y la espiritual. Todos los
es posible librarse [...] no queda más remedio que
hombres han de pasar por la muerte del cuerpo. Es su
refugiarse en aquel que ha muerto por nosotros y
destino, cuya fecha sólo Dios conoce. Muerte espiritual es
resucitando nos ha abierto la esperanza [...]
el alejamiento de Dios, que es Vida y fuente de vida.
refuqiémonos en aquel que nos ha prometido la vida
Acaba en ruptura y conduce al alma a una especie de
eterna" (Id.).
muerte, al privarse del principio vivificador, que es Dios.
Agustín presta más atención a la muerte del alma, en la Además de la muerte corporal, hay otra clase de muerte,
que está implicada la responsabilidad de cada hombre, que afecta al alma, a pesar de su condición espiritual e
que a la muerte física, que es un trámite biológico por el inmortal. "Muere el alma cuando es abandonada por
que todos pasaremos. Dios, y muere el cuerpo cuando es abandonado por el
alma" (La ciudad de Dios 13, 2).
Son muchos los textos en los que Agustín afirma que la
muerte se introdujo en la tierra a causa del pecado de El alma vive de Dios cuando vive bien. El cuerpo vive del
nuestros primeros padres. El destino del hombre era alma, aunque ésta no viva para Dios. La vida de los impíos
sereno, feliz e inmortal, pero su actitud desobediente en el cuerpo no es vida del alma, sino del cuerpo; y esa
cambió la suerte de la humanidad. A partir de ese vida se la puede dar el alma, aunque esté muerta, o sea,
momento, el hombre -todos los hombres- quedó sometido en pecado. En la condenación eterna hay como una
a la dura ley de la mortalidad. segunda muerte, pues tiene lugar después de la muerte
del cuerpo. "Por eso se puede decir que la primera
Se trata de una interpretación literal de la Biblia, que
muerte del cuerpo es buena para los buenos y mala
Agustín sigue con gran rigor y convicción. La muerte física
para los malos; pero la segunda [la del alma], como no
es consecuencia del pecado del hombre, como atestiguan,
es propia de ningún bueno, no puede ser buena para
por ejemplo, el relato del Génesis, el libro de la Sabiduría
nadie" (Id.).
(1, 13-14), el Eclesiástico (41, 4), o san Pablo en las cartas
a los Romanos (5, 12-17) y en la primera a los Corintios El obispo Agustín se muestra más preocupado por la
(15, 21- 22. 56). Agustín acepta esta explicación de la muerte del alma, fruto del pecado personal, que por la
muerte física y así lo enseña repetidamente al pueblo. muerte del cuerpo, efecto del pecado original. Las
consecuencias de la primera son mucho más graves y
Además de la vinculación con el pecado, encontramos
duraderas que la pérdida de vida temporal. "No hay
también en Agustín una explicación de la muerte como
muerte más radical ni peor que aquella en que no
consecuencia de estar revestidos de materia que, por su
muere la muerte" (La ciudad de Dios, 6,12).
propia naturaleza, está llamada a desaparecer o
transformarse: Ta muerte es la pena de la carne, y en El pecado es, por tanto, el árbol maldito de donde surgen
ella se halla inherente la misma mortalidad" tanto la muerte espiritual como la corporal. Estos temas
(Comentarios a los Salmos 50,10). son recurrentes en su predicación y escritos, fruto de su
solicitud pastoral. Sólo la resurrección de Cristo, símbolo y
La muerte física, considerada en sí misma, es decir, la
victoria sobre el pecado, resuelve el enigma de la muerte,
separación del alma del cuerpo, a pesar de ser algo
abriendo a cada cristiano un horizonte de inmortalidad.
natural, es traumática. Si se soporta con piedad y con fe,
"Participando de nuestra pena, sin tener culpa,
aunque no elimina el significado de la pena, acrecienta el
deshizo la culpa y la pena" (Sermón 231,2).
mérito y se convierte en provecho para renacer. "Con
relación a los que han muerto, no es absurdo decir que Considerando la desproporción existente entre la muerte
es mala -la muerte- para los malos y buena para los espiritual y la temporal, es comprensible que
buenos" (La ciudad de Dios, 13,8).
Agustín elogie la actitud de los mártires, por ser capaces
En la partida que todo hombre entabla con la muerte, de afrontar la muerte física para no morir espiritualmente.
estamos de antemano condenados a perder: En el caso de los mártires, "la pena del pecado -la
muerte física- se ha trocado [...] en instrumento de
"Nadie quiere morir; y, aunque nadie quiere morir, se
justicia. Pues si entonces se dijo al hombre: Si pecas,
le impele a ello. Hace cuanto puede comiendo,
morirás, ahora se dice al mártir: 'Muere para no pecar'.
bebiendo, durmiendo, procurándose medios de vida,
Si entonces se le dijo al hombre: Si traspasas el
navegando, caminando, corriendo, tomando
mandamiento, morirás, ahora se le dice: 'Si rehüsas la
precauciones: quiere vivir. Con frecuencia sobrevive a
muerte, traspasas el mandamiento' [...] por la inefable
muchos peligros; pero detenga, si puede, su edad; no
misericordia de Dios, la pena de los vicios se
llegue a la vejez. Pasa un día de peligro y se dice el
transformo en arma de virtud, e incluso el suplicio del
hombre: "He evitado la muerte' ¿Cómo es que has
pecador se convierte en recompensa del justo. Se
evitado la muerte? Porque ha pasado el día de peligro.
adquirió la muerte pecando; ahora se completa la
Se te ha dado yo día más; has vivido un día más, y, si
justicia muriendo" (La ciudad de Dios, 13, 4).
hago cuentas, tienes uno menos. Si habías de vivir,
por ejemplo, treinta años, una vez transcurrido este La mayor atención a la muerte espiritual no significa que
día, se resta de Sa cantidad de guien ha de vivir y se Agustín se muestre insensible ante la realidad de la muerte
suma a la de quien ha de morir. Y, con todo, se dice física. Era demasiado humano para situarse al margen los
que le vienen los años al hombre; pero yo digo que se sentimientos. Por eso afirma: "es preferible que el
le van; yo me fijo en la cantidad que le queda, no en la corazón humano tenga necesidad de recibir consuelo,
que ya se fue [...] A medida que vas viviendo, va más bien que, por imposibilidad, se convierta en
menguando el caudal de donde vives, y con el pasar inhumano". Y para demostrar que la expresión de estos
de la vida mengua tanto que deja de existir, pues no sentimientos no es contraria al Evangelio, cita el ejemplo
de María y del Señor, llorando por Lázaro muerto. '¿Por
qué te maravillas del dolor de Haría si lloraba el mismo hermanos, buscáis quien os consuele; mas también yo
Señor?" (Sermón 173, 2). "Es inevitable entristecerse - necesito consuelo; pero ninqün hombre podrá
avisará más adelante- pero cuando te encuentres consolarme, sino sólo quien hizo al hombre, porque
afligido, que te consuele la esperanza" (Id. 3). Clave de quien hace rehace y quien creó recrea. A causa de
ese consuelo es la fe en la resurrección: "Tenga, pues, fin nuestra debilidad no podemos o o sentir tristeza, pero
la tristeza donde es tan grande la consolación; se debe consolarnos la esperanza" (Sermón 396,1). En
enjugue el llanto del alma, la fe aleje el dolor" (Id.). este bellísimo y breve sermón, Agustín habla con profunda
emoción, porque está recordando a un querido amigo,
Jesús nos ha revelado nuestro destino final, que pasa por
hermano en el episcopado. Si comienza anunciando que
el misterio de su resurrección. La resurrección de Cristo
también él necesita consuelo, concluye confesando su
nos libra del temor "La resurrección es la prueba de la
emoción, que apenas le permite hablar y le fuerza a ser
muerte, y la muerte de Cristo significa el fin del temor.
breve: "Quizá pudiera exhortaros con muchas palabras
Nosotros no debemos ya tener miedo de morir: Cristo
a la prudencia fiel si no fuera que el dolor humano
ha muerto por nosotros. Nosotros podemos morir
apenas me permite hablar. Por tanto, puesto que Dios
ahora con la esperanza de la vida eterna: Cristo ha
me concedió asistir momentáneamente al moribundo,
resucitado para que también nosotros resucitemos"
puesto que me concedió conducir su funeral,
(Sermón 375/B, 1).
conducción exigida pore! amor, pero que no añade
En la semana de Pascua predicará: "La resurrección de nada a su felicidad, y me concedió también el ver a
nuestro Señor Jesucristo marca la nueva vida de vuestra santidad y poder diriqiros la palabra para
cuantos creen en Cristo, y este misterio de su muerte y consolaros en Sa medida en que puedo consolar,
resurrección lo debéis conocer en profundidad y suplid con vuestro pensamiento lo que el dolor me
reproducirlo en la propia vida" (Sermón 231, 2). impide decir, y así nuestro ánimo, al recordar a tan
qran varón, aunque experimenta la tristeza humana, no
Invita, por consiguiente, a sus fieles a fijar la mirada en la es presa de la desesperación de quien no cree" (Id. 2).
resurrección: "Te ha enseñado las cosas a que debes
aspirar si deseas ser bienaventurado, dando por Entre estos dos párrafos autobiográficos, Agustín hace una
descontado que aquí abajo no puedes serlo. En la vida lectura pastoral de la temprana edad del finado y da un
presente, de hecho, no podrás conseguir la felicidad. precioso consejo a los fieles y familiares de este obispo
Tu buscas, ciertamente, una cosa buena, pero esta difunto.
tierra no es el lugar donde puedas encontrar lo que
Afirma, en primer lugar, que siempre quisiéramos tener a
buscas. ¿Qué buscas? La vida feliz.
los seres queridos más tiempo a nuestro lado; pero lo
Desgraciadamente, no es de aquí abajo" (Sermón
verdaderamente importante es cómo vivamos: "Todos
231,5).
queremos que los buenos vivan más tiempo con nosotros
La muerte ha muerto en Cristo por su resurrección y morirá y no queremos que los compañeros nos abandonen en
también en nosotros: "¿Dónde está la muerte? Si la esta vida tan áspera; mas, yendo delante quienes han
buscas en Cristo, ya no existe; existió. vivido santamente, nos exhortan con su ejemplo para que,
ya vivamos aquí por largo tiempo, ya salgamos pronto,
pero murió allí. ¡Oh vida, muerte de la muerte! Tened
vivamos de tal manera que lleguemos hasta donde están
buen ánimo, que morirá también en nosotros. Lo que ellos" (Id A).
fue por delante en ia cabeza se repetirá en los
miembros; también en nosotros morirá la muerte'7 Hace luego una reflexión sobre el tiempo vivido por el
(Sermón 233.5). obispo, valorando la calidad e intensidad de su vida,
aunque cronológicamente haya podido ser breve: "Ni
En fin, un consejo de Agustín sobre esta doble dimensión debemos pensar que vuestro obispo, mi hermano,
de muerte de alma y cuerpo: "La muerte es la salió de aquí pronto y vivió poco. En verdad no se vive
separación del alma del cuerpo. Esta separación del poco allí donde, por mucho que se diga, nunca se
alma es la que temen ¡os hombres; pero la muerte acaba. Pues aquí hasta lo que es mucho, una vez
verdadera, la cual no temen los hombres, es la concluido, se tiene por nada. Pero no vivió él poco
separación del alma de Dios. Con frecuencia, al temer tiempo aquí, si consideramos sus obras en lugar de
los hombres la muerte del cuerpo, caen en la muerte contar sus años. \ Cuántos no consiguieron en
dei alma. Y ésta es la verdadera muerte" (Comentarios a muchos años ni la mitad de lo que él logró en tan
los Salmos 48,2,2). pocos!" (Id.).
nombre viene de amor y nunca es fiel sino en ponente de la elocuencia romana', como dijo alguien.
Cristo, en el cual solamente puede ser eterna y Dijo, y con toda verdad, que la amistad es el acuerdo
feliz?" (Réplica a las dos cartas de los pelagianos 1,1). en las cosas divinas y humanas con benevolencia y
Por lo mismo, "nadie puede ser verdaderamente caridad'...
amigo del hombre si no lo es primero de la Verdad
Doy, pues, gracias a Dios porque al fin se ha dignado
misma" que es Cristo.
hacerte amigo mío. Ahora sí que hay entre nosotros
Ahora bien, teniendo en cuenta que la amistad es lo acuerdo en las cosas divinas y humanas con bene-
mismo que "amor mutuo", semejante al que había volencia y caridad en Jesucristo nuestro Señor. El cual
mostrado Jesús a sus Apóstoles, he aquí otro texto recapituló todos los oráculos divinos en dos preceptos,
verdaderamente antológico. La verdadera amistad no diciendo: 'Amarás al Señor tu Dios...; y al prójimo como
sólo es llamada -comenta san Agustín-, sino también a ti mismo'. En el primero hay acuerdo en las cosas
don y regalo del propio Dios: divinas, y en el segundo en las cosas humanas, con
benevolencia y caridad. Si mantienes conmigo fir-
"Nuestro amor mutuo ha de ser tal, que procure-
memente los dos, nuestra amistad será auténtica y
mos por los medios a nuestro alcance atraernos
sempiterna" (Carta 258, 1-4).
mutuamente por la solicitud del amor, para tener a
Dios con nosotros. Este amor nos lo da el mismo Hay que hacer notar que no tiene reparo alguno en
que dice: 'Cómo yo os he amado, para que así utilizar la fórmula ciceroniana para definir la plena
vosotros os améis recíprocamente'. Por esto El amistad, y que el Dios, origen y hacedor de la verda-
nos amó, para que nos amásemos mutuamente, dera amistad, es, -en ese cristocentrismo tan caracte-
concediéndonos a nosotros por su amor el poder rístico suyo- el propio Cristo, que va a ser no sólo
estrechar con el amor mutuo nuestro lazo de fuente y dador de la amistad, sino también garantía de
unión; y así enlazados los miembros con un fidelidad entre los amigos.
vínculo tan dulce, seamos el cuerpo de tan excelsa
Amistad viene de amor. También esta fórmula la
Cabeza" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan
toma Agustín de Cicerón, para quien "el amor, del cual
65,2).
se origina el nombre amistad, es lo primero a la
San Agustín, aceptando siempre las formulaciones hora de practicar la benevolencia" (op. cit., VIII, 26).
clásicas de la amistad, las ha llenado de sentido cris- San Agustín completará el pensamiento clásico, que
tiano, para darnos, finalmente, la que podríamos decir estaba condenado a la frustración por las perspectivas
es su propia definición de verdadera amistad. de finitud e infidelidad, aunque siempre será verdad
que la amistad consiste en el amor mutuo. Así lo re-
Aceptación de las fórmulas clásicas de la amistad
cogen estos dos pasajes, de inspiración ciceroniana,
La conversión a la fe cristiana supondrá en muchos que pueden ser considerados como auténticas defini-
aspectos del pensamiento de Agustín un viraje total. ciones:
Quizá sea en el campo de la amistad donde menos
"La verdadera amistad no se mide por intereses
haya tenido que corregir, tanto en el plano ideológico
temporales, sino que se disfruta con amor gratuito
como en el de la experiencia, puesto que casi todo lo
y trae su origen en aquella república celestial,
que había aprendido sobre la amistad en los viejos
cuyo rey es Cristo" (Carta 155, 1). Y, en otra obra, se
filósofos griegos y romanos y lo que él mismo había
pregunta: "¿qué otra cosa es la amistad, cuyo
vivido a lo largo de su vida, continuaba teniendo plena
nombre viene de amor y nunca es fiel sino en
validez y vigencia en las nuevas perspectivas. Con-
Cristo, en el cual solamente puede ser eterna y
sidera válidas las diversas definiciones clásicas de
feliz?" (Réplica a las dos cartas de los pelagianos
amistad, a condición de que sea el Dios cristiano quien
1,1,1).
les comunique esa plenitud. Recordemos las más
frecuentemente usadas por él. Vida virtuosa y semejanza en las costumbres. Más
que definiciones de amistad, estas dos expresiones
Acuerdo benevolente y amoroso.
han de ser consideradas como condición o funda-
La amistad es definida por Cicerón como "un acuerdo mento de la misma."Son amigos -había afirmado
benevolente y amoroso en todos los asuntos divinos y Aristóteles- los que tienen los mismos sentimientos y
humanos" (op. cit., V, 2). La fórmula que le había viven igualmente una vida virtuosa" (op .cit., VIII,
servido a Agustín, antes de su conversión, para 5,1156b). Cicerón, por su parte, exigirá igualdad en
arrastrar a otros hacia sus creencias, le serviría, una "las costumbres y en la virtud" (op. cit., VIII, 27). Fiel al
vez convertido, para arrastrar a la nueva fe a cuantos pensamiento clásico, afirma Agustín: "La amistad de
habían recorrido con él sus mismos caminos equivo- unas almas con otras se fundamenta en la seme-
cados. Así se lo dice a un viejo amigo que había co- janza de las costumbres" (Comentario literal al Gé-
menzado a serlo "de verdad", al hacerse cristiano y nesis. Incompleto, 16, 59).
compartir con él su misma fe:
El amigo es como otro yo. Esta fórmula es un lugar
"He escapado, o mejor, me he escabullido y en cierto común en todo el pensamiento clásico. Según Cicerón,
mador me he sustraído a mis muchas ocupaciones habría sido Pitágoras el primero que habría definido
para escribirte a ti, viejo amigo mío, a quien no poseía, así al amigo (cf. De officiis, I, 50) Él, a su vez, nos dice
durante el tiempo en que no te poseía en Cristo. Ya que el verdadero amigo es aquel que "es como otro yo"
sabes cómo definió la amistad Tulio, el máximo ex- (Laelius de amicitia, XXI, 80). San Agustín emplea
muchas veces esta expresión, sobre todo, en su co-
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Amistad en San Agustín
rrespondencia epistolar, al dirigirse a sus amigos más continuará siendo amistad, es decir, plena y verdadera
íntimos. Escribe a Profuturo: "Puesto que eres como amistad. Orando, se lo dice al Señor:
otro yo, ¿qué podré decirte con mayor placer que
"En aquellos días, al tiempo en que por vez pri-
lo que me digo a mí mismo?" (Carta 37,1). De Alipio
mera abrí cátedra en mi ciudad natal, adquirí un
afirma, escribiendo a san Jerónimo: "Quien nos co-
amigo, a quien amé sobremanera por haber sido
nozca a ambos diría que somos dos, más que por
condiscípulo mío, de mi misma edad y hallarnos
el alma, por solo el cuerpo, tales son nuestra
ambos en la flor de la juventud. Juntos nos ha-
concordia y fiel amistad" (Carta 28, 1).
bíamos criado de niños, juntos habíamos ido a la
El alma del amigo se hace una con el alma del otro. escuela y juntos habíamos jugado. Mas entonces
La fórmula guarda una estrecha relación con la ante- no era tan amigo como lo fue después, aunque
rior, pero en ésta se va más allá, puesto que ahora se tampoco después lo fue tanto como exige la ver-
expresa una real identificación de las almas de quie- dadera amistad, puesto que no hay amistad ver-
nes se dicen y son amigos. Aristóteles nos la ofrece en dadera sino entre aquellos a quienes Tú unes entre
este pasaje: "¿Qué es un amigo? Un alma en dos sí por medio de la caridad, derramada en nuestros
cuerpos" (Ética a Eudemo, 1240b). Entre los latinos, corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido
Horacio define al amigo como "la mitad de mi alma" dado" (Confesiones, 4,4,7).
(Carmina 1,3). Cicerón dice que "el amigo es otro yo"
El texto es verdaderamente antológico. Sin preten-
(Laelius de amicitia, XXI, 81). Quizá sea ésta, entre
derlo, quizá, san Agustín nos ha dado en las últimas
todas las fórmulas clásicas, la que aflora con más
palabras la definición más hermosa y completa de lo
frecuencia a la pluma de san Agustín.
que él entendía por "verdadera amistad", "amistad
"Yo sentí que mi alma y la suya no eran más que una plena y perfecta" o "amor de amistad", expresión con
en dos cuerpos", dice, refiriéndose al amigo anónimo que la designa otras veces, desde el punto de vista
(Confesiones, 4,6,11)* "De muchas almas se hacía cristiano. Vale la pena hacer un breve análisis de la
una sola", comenta al hablar del grupo de amigos de misma.
Cartago (Ibídem, 4,8,13). "Lo primero por lo que estáis
Anotaríamos, ante todo, el reconocimiento implícito
reunidos es para tener un alma sola y un solo corazón"
que hace de la radical validez de su amistad con aquel
afirma en el primer párrafo de la Regla dedicada a
joven, que, sin embargo, no era "verdadera" (comple-
sus monjes (Regla a los siervos de Dios 1,3).
ta), ya que "no era tan amigo como exige la verdadera
"Siendo tú ^escribe a su amigo Severo- como otra
amistad". Por eso mismo, el adjetivo verdadera del
alma mía o mejor, siendo una tu alma y la mía..."
texto no tiene como antónimo falsa, sino incompleta,
(Carta 110,4).
que será el que le merezcan la mayor parte de sus
Los amigos poseen todo en común. Una vez más amistades de antes de su conversión (Carta 258, 2-4.
los textos clásicos resonaban en su interior, cuando Las Revisiones 1,2); solamente algunas de ellas se-
describía el proyecto laico de vida en común que rían tildadas de amistad enemiga (falsa) (cf. Confe-
pretendió llevar a cabo en Milán, "con unos diez siones, 2,9,17; 3,1,1).
amigos" antes de su conversión: "En virtud de la
El texto, además, nos permite afirmar que, para
amistad no habría cosa de éste ni de aquél, sino
Agustín, los aspectos más humanos y nobles de la
que de lo de todos se haría una hacienda común y
amistad que existieron en su relación amistosa antes
el conjunto sería de cada uno y todas las cosas de
del encuentro con la verdad cristiana no debían quedar
todos" (Confesiones, 6,14,24). Precisamente, cuando
fuera del concepto de la verdadera amistad. Ésta echa
escriba la Regla, tendrá esto muy presente al marcar
sus raíces en lo más humano del hombre, para cobrar
otra de las finalidades de su proyecto monástico:* "... y
dimensión plena y grandeza total cuando el Espíritu
para no considerar nada como propio, sino tener
Santo derrama su amor (ágape) en el corazón de los
todo en común" (Regla a los siervos de Dios, 1,3).
que se dicen amigos. Y es que Agustín no se mueve
¿Cómo no iba a recordar el pasaje ciceroniano de que
en un ambiente artificial, desencarnado o falsamente
"los amigos moralmente perfectos han de poner en
místico, que pudiera haberse creado después de su
común todos sus bienes, proyectos y deseos sin ex-
conversión. No era él hombre de renunciar en el
cepción alguna"? (Laelius de amicitia, XVII, 61).
campo de la amistad a lo que consideraba, y lo era de
La verdadera amistad, según san Agustín verdad radicalmente válido, y que con la sola apertura
a la acción benéfica de Dios, podía pasar a ser autén-
Encontramos la definición de la verdadera amistad
tico valor cristiano. Esto mismo explica, y confirma,
entre las bellas y emocionadas páginas dedicadas al
que no renunciase a ninguna de las definiciones clá-
llamado""amigo-anónimo". Ellas nos transmiten con
sicas, según hemos visto.
fidelidad los más limpios sentimientos que embargaron
a Agustín con motivo de su pérdida y, al mismo tiempo, Así pues, según san Agustín, para vivir la amistad con
la reflexión teológica a que somete los hechos, para plenitud, hay que hacerlo desde la fe en el Dios cris-
concluir diciéndonos lo que es para él la verdadera tiano; lo mismo que para vivir plenamente la fe cris-
amistad. A la luz de Romanos 5,5, la amistad ha de ser tiana hay que hacerlo desde el "amor mutuo" (amis-
entendida, ante todo, en su dimensión transcendente, tad). Agustín, además, nos dice que todo esto es don
sin perder, por ello, nada de su expresión y contenido gracioso del mismo Dios y que al hombre le incumbe la
humanos. Puesto que la amistad cristiana, convertida acogida desde la propia libertad:
en caridad por el "Espíritu Santo que se nos ha dado",
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Amistad en San Agustín
"Nuestro amor mutuo ha de ser tal, que procuremos ladora: "En el hurto amé la compañía de los que
por los medios a nuestro alcance atraernos mutua- conmigo lo hicieron... La verdad es que yo solo no
mente por la solicitud del amor, para tener a Dios con hubiera hecho aquello... ¡Oh amistad enemiga,
nosotros. Este amor nos lo da el mismo que dice: como seducción inescrutable del alma, ganas de hacer
yo os he amado, para que así vosotros os améis^ mal por pasatiempo y juego!" (Confesiones, 2,8,16 y
recíprocamente'. Por esto Él nos amó: para que nos 9-17).
amásemos mutuamente, concediéndonos a nosotros
"Amar y ser amado era la cosa más dulce para mí"
por su amor el poder estrechar con el amor mutuo
(Confesiones, 3,1,1) volverá a repetir al referirse a la
nuestro lazo de unión; y así, enlazados los miembros
segunda etapa de la adolescencia, vivida en Cartago,
con un vínculo tan dulce, seamos el cuerpo de tan
a donde se había trasladado para cursar los estudios
excelsa cabeza" (Tratados sobre el Evangelio de San
superiores. Un "amar y ser amado" que iba más allá de
Juan, 65,2).
los instintos pasionales propios de la pubertad, que le
PARA EL DIÁLOGO llevarían incluso a unir su vida a la de una joven liberta,
a la que, por cierto, guardó absoluta fidelidad. Se
► ¿Qué aspectos o notas de la amistad agusti-
refería también, en efecto, a la imperiosa necesidad de
niana consideras más importantes para hoy?
sentirse rodeado de amigos, que, de hecho, no le
► ¿Es necesario que las personas para que faltaron, aunque con ellos no intimara demasiado.
sean verdaderamente amigas lo sean también de "Andaba con ellos -dice-y me gozaba con sus
Dios? amistades, pero odiaba las cosas que ellos ha-
cían" (Confesiones, 3,3,5).
► ¿Qué puede añadir la fe cristiana a la amistad
humana? Vuelto a su ciudad natal, una vez terminados los es-
tudios, abre una escuela de gramática; los alumnos
serán sus mejores amigos. Entre todos descuella el
III. AGUSTÍN DE HIPONA, UNA VIDA IN- que ya conocemos como "el amigo anónimo", del que
Agustín nos habla larga y emocionadamente en el libro
TERPRETADA EN CLAVE DE AMISTAD
IV de las Confesiones. Las páginas que dedica a este
POCAS personas en la historia de la humanidad ha- "amigo del alma" con motivo de su temprana e ines-
brán vivido más apasionadamente la amistad. No perada muerte, son de un lirismo sin par en la literatura
importa que entre Agustín y nosotros nos separen universal de la amistad. Ya hemos citado anterior-
dieciséis siglos; el mensaje de su doctrina y mucho mente el pasaje inicial en que quedaba engastada la
más el que brota de su vida no ha perdido ni actuali- definición de verdadera amistad. Ello no hace menos
dad, ni vigencia, ni frescura hasta nuestros días. Leer válidos y nobles los sentimientos que expresa a con-
su vida en clave de amistad es descubrir una de las tinuación:
coordenadas que mejor lo definen. Las Confesiones
"¡Con qué dolor-escribe- se entenebreció enton-
constituyen la fuente casi exclusiva de información
ces mi corazón! Cuanto miraba era muerte para mí.
hasta su conversión; después acudiremos, sobre todo,
La patria me era un suplicio, y la casa paterna un
a su epistolario.
tormento insufrible, y cuanto había comunicado
DE LA NIÑEZ HASTA SU CONVERSIÓN con él se me volvía sin él tormento cruel. Le bus-
caban mis ojos y no aparecía... Sólo el llanto me
Es significativo que los primeros recuerdos que guarda
era dulce y ocupaba el lugar de mi amigo en las
de su niñez vayan ligados a los pequeños amigos,
delicias de mi corazón" (Confesiones, 4,4,9).
compañeros de escuela y de juegos. Por la amistad y
por todos los dones que el Señor le regaló en esa Y con una vivísima conciencia de que aquel amigo
edad, dirá, agradecido: "Gracias te sean dadas a ti, había sido para él "la otra mitad de sí mismo", se
Señor, excelentísimo y óptimo creador y gober- maravillaba de que "habiendo muerto él, viviera yo
nador del universo, aunque sólo te hubieses con- que era otro él. Bien dijo alguien que el amigo era
tentado con hacerme niño... Me deleitaba la amis- la mitad de su alma. Porque yo sentí que mi alma y
tad... Todas estas cosas son dones de mi Dios" la suya no eran más que una en dos cuerpos, por
(Confesiones 1,20,31). eso, me causaba horror la vida, porque yo no que-
ría vivir a medias, y al mismo tiempo temía morir,
Sus primeros años de adolescencia se abren con
porque no muriese del todo aquel a quien yo había
estas palabras: "¿qué era lo que me deleitaba, sino
amado tanto" (Confesiones, 4,6,11).
amar y ser amado? Pero no guardaba modo en
ello, yendo de alma a alma, como señalan los tér- Ahora bien, el hecho de que tanto tiempo después de
minos luminosos de la amistad" (Confesiones estos hechos nos diga que "apenas si se han suavi-
2,2,2). Sin embargo, el "no guardar las reglas de la zado las heridas" es una prueba de hasta qué punto
verdadera amistad" en el ansia de "amar y ser amado" esta amistad había penetrado en lo más hondo de su
es lo que desaprobará tras su conversión. En todo ser.
caso, Agustín se define ya desde ahora como un
Roto en lo más íntimo de sus sentimientos por la pér-
buscador de amigos, que en esta primera etapa de la
dida de aquel amigo entrañable, huye de Tagaste a
adolescencia son, sobre todo, compañeros de trave-
Cartago, con el fin de que "sus ojos buscasen me-
suras que él denunciará con vehemencia. Comen-
nos al amigo donde no solían verle" (Confesiones
tando el robo de unas peras hace una reflexión reve-
4,7,12). Precisamente en la gran metrópoli africana
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Amistad en San Agustín
serán los amigos -viejos y nuevos amigos- los que le Agustín, un viraje total. Pero acaso sea en el campo de
ayudarán a superar la profunda crisis. Del grupo que la amistad donde menos haya tenido que corregir. Casi
llegaron a formar trazará este precioso retrato: todo lo que él había aprendido en los grandes pen-
sadores griegos y romanos, y lo que él mismo había
"Otras cosas había que cautivaban más fuerte-
pensado y vivido a lo largo de su vida, continuaba
mente mi alma con ellos, como era el conversar,
teniendo plena validez en la nueva perspectiva cris-
reír, servirnos mutuamente con agrado, leer, jun-
tiana.
tos, libros bien escritos, bromear unos con otros y
divertirnos en compañía; discutir a veces, pero sin Precisamente el proyecto laico de vida en común en
animosidad, como cuando uno disiente de sí clima de amistad, que había fracasado, como aca-
mismo y con tales disensiones, muy raras, con- bamos de ver, tendrá oportunidad de ensayarlo unos
dimentar las muchas conformidades; enseñarnos meses más tarde en la finca de Casiciaco, situada en
mutuamente alguna cosa, suspirar por los ausen- los alrededores de Milán, mientras se preparaba para
tes con nostalgia, recibir con alegría a los que el bautismo, en compañía de un grupo de amigos, de
llegaban. Con estos y otros signos semejantes que su madre y de otros familiares. En aquel rincón apa-
proceden del corazón de los que se aman..., cible todo contribuía a que Agustín y los suyos co-
nuestras almas se derretían y de muchas se hacía menzasen a poner en práctica su acariciado sueño de
una sola" (Confesiones, 4,8,13). vida en común. La oportunidad de ensayar un proyecto
de vida común, iluminado por la verdad cristiana y por
El año 383 Agustín, deseoso de cosechar triunfos en el
su decisión de consagrarse por entero al Señor (cf.
corazón del Imperio, se hacía a la mar rumbo a Roma,
Confesiones, 8,12,30. Véase Soliloquios, 1,1,5), no
y de aquí, no mucho después, a Milán. Pues bien,
podía ser mejor.
hasta allí le iban a seguir también varios de sus amigos
africanos; a ellos se les añadirían otros nuevos en la Por otra parte, los escritos de aquellos días vividos en
capital imperial. Todos querían convivir con él en la Casiciaco, al tiempo que marcan el inicio de su prodi-
más estrecha intimidad. "Tengo-dice refiriéndose a giosa actividad literaria, abundan en pasajes y testi-
aquellos días- numerosos e importantes amigos... monios de lo que continuaba siendo para él la amistad
Sin ellos -añade más adelante- yo no podría sen- y los amigos. Con los amigos presentes, goza en la
tirme feliz... Yo los amaba desinteresadamente y intimidad de su compañía; a los ausentes dirige varias
me sentía amado por ellos con el mismo desinte- cartas o dedica alguna de sus obras. En la dedicatoria
rés" (Confesiones 6,11,19 y 16,26). De hecho, en de una de éstas dice al influyente amigo Manlio Teo-
aquel ambiente amigo, un buen día surgió un hermoso doro: "Quiero decirte que me ames, para que yo a
proyecto de vida comunitaria: mi vez te corresponda con el mismo afecto. Pues
si lo consigo creo que fácilmente alcanzaré la vida
"También muchos amigos, hablando y detestando
feliz" (La vida feliz 1,5). Repárese dónde se encuentra
las turbulentas molestias de la vida humana, ha-
para él el fundamento de la "vida feliz". Y en los Soli-
bíamos pensado, y ya casi decidido, apartarnos de
loquios, escritos también durante su estancia en la
las gentes y vivir en un ocio tranquilo. Este ocio lo
finca del amigo Verecundo, encontramos este pasaje,
habíamos trazado de tal manera que todo lo que
en el que dialogan Agustín y la Razón:
tuviésemos o pudiésemos tener lo pondríamos en
común y formaríamos con ello una hacienda fami- R. -"Y ahora dime: ¿por qué quieres que vivan o
liar, de tal manera que, en virtud de la amistad, no permanezcan contigo tus amigos, a quienes
hubiera cosa de éste ni de aquél, sino que de lo de amas?
todos se haría una cosa, y el conjunto sería de
A. -Para buscar en amistosa concordia el conoci-
cada uno y todas las cosas de todos. Seríamos
miento de Dios y del alma". De este modo, los que
unos diez hombres los que habíamos de formar tal
primero llegasen a la verdad podrían comunicarla
comunidad" (Confesiones, 6,14,24).
sin trabajo a los otros.
¿Qué fue de este proyecto? Añade él a continuación
R. -¿Y si ellos no quieren dedicarse a estas inves-
que, "al discutir si vendrían en ello o no las mujeres
tigaciones?
que algunos tenían ya y otros pretendían tener (era
su propio caso), todo aquel programa se desvane- A. -Los animaré a que se dediquen.
ció entre las manos, se hizo pedazos y fue
desechado" (Confesiones 6,14,24). En todo caso, el R. -¿Y si no puedes lograr tu deseo, ora porque
ellos se creen en posesión de la verdad, ora por-
intento, que llevaba la marca de "la amistad" era su-
mamente revelador y elocuente en orden a mostrarnos que tienen por imposible su hallazgo o andan con
lo que había sido la más intensa de sus vivencias otras preocupaciones?
hasta su conversión, y que, además, iba a estar muy A. -Entonces gozaré de su convivencia y ellos de
presente en la base del más importante de sus pro- la mía, según podamos"
yectos a partir de aquel momento. Es lo que veremos
en el siguiente apartado. (Soliloquios, 1,12,20).
Desde su conversión hasta su muerte En aquellos momentos tanto significaban los amigos
para Agustín que, de las tres cosas que más le afec-
La conversión a la verdad cristiana, junto con la deci- tarían, la primera de todas sería precisamente la pér-
sión de consagrarse por entero al Señor, en el año dida de ellos:
386, suponen, en muchos aspectos de la vida de
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Amistad en San Agustín
A. -En el actual momento sólo tres cosas me alguien que no se atreve a hacerse amigo, porque le
afectarían: el temor a perder los amigos, el miedo asusta nuestro prestigio y dignidad, hay que abajarse
al dolor y a la muerte. hasta él y ofrecerle con afabilidad lo que no osa pedir
por sí mismo" (Ochenta y tres cuestiones diversas,
R. -Amas, pues, la vida de tus amigos y la buena
71,6).
salud y la vida temporal del cuerpo, ya que de lo
contrario no temerías aquellas cosas. Amor amigo que se ofrece y que reclama reciprocidad,
como algo logrado o hacia lo cual se tiende con es-
A. -Confieso que así es.
fuerzo. Una amistad que une en un sentido muy real
R. -Luego ahora el no hallarse presentes algunos las "almas y corazones" de quienes se dicen amigos,
de tus amigos y el no ser satisfactoria tu salud, de tal manera que, en el monasterio, "tu alma no te es
constituye una enfermedad para tu alma, ¿no es propia sino de todos los hermanos, cuyas almas son
cierto? tuyas también, o mejor, cuyas almas con la tuya no son
varias, sino una, la única de Cristo" (Carta 243,4). Así
A. -No puedo negarlo. se lo decía a un joven que quería saber cómo era la
R. -Y si de improviso experimentases una mejoría vida en su comunidad. El gozo que le producía todo
corporal y vieras aquí a todos tus amigos disfru- aquello queda reflejado en el comentario que hace al
tando de tu libre reposo, ¿no te holgarías dando salmo 132, al hacer particularmente suyas estas pa-
rienda suelta a tu alborozo? labras: "¡Cuan bueno y deleitable es habitar los her-
manos en unión!" (Comentarios a los Salmos 132,2).
A. -Con toda certeza. Sobre todo, si, como dices,
todo viene de improviso, ¿cómo podría yo domi- Efectivamente, a sus monjes los quiere viviendo la
narme o dominar mi alegría?" "unión de almas y corazones" ("verdadera amistad") de
un modo especial; es lo que dice al comienzo de la
(Soliloquios, 1,9,16). Regla a los siervos de Dios, que escribe para ellos. En
Pues bien, recibido el bautismo de manos de san ella enlaza esta preciosa joya que expresa el gran
Ambrosio la noche de Pascua del 387, el deseo de objetivo final de su proyecto:
hacer realidad el proyecto de vida en común con sus "Lo primero por lo que os habéis reunido en comunidad
amigos le llevará de vuelta a su ciudad natal, en la que, es para habitar unánimemente en la casa, para tener
efectivamente, lo encontramos en 388 "viviendo en un alma sola y un solo corazón hacia Dios y para no
compañía de los que se le habían unido estrecha- considerar nada como propio sino poseer todo en
mente", en expresión de Posidio, su primer biógrafo y común" (Regla a los siervos de Dios 1).
uno de los que se le unieron desde el primer momento
(Vida de San Agustín, 3). Y como si éste quisiese La triple finalidad aquí apuntada, definición global de la
compendiar lo que fue su propia vida de allí en ade- amistad, constituye el ideal supremo de sus monjes y,
lante, dice al final de su obra: "a él me unió por espacio como valor netamente evangélico, también absolu-
de cuarenta años una amistad concorde y dulce" (Vida tamente necesario en toda vida cristiana, dado que el
de San Agustín según San Posidio, 31). "amaos unos a otros" es norma para los creyentes sin
distinción alguna.
La intensidad con que Agustín vivía la amistad se hace
patente, sobre todo, en su correspondencia epistolar, Por lo demás, son innumerables los pasajes en los que
tanto con quienes habían convivido con él en el mo- san Agustín vuelve, una y otra vez, sobre la amistad,
nasterio, como con otros amigos o conocidos de fuera. como si fuera una auténtica sinfonía en toda su vida y
Así, escribiendo al sacerdote Novato, dice: "los que su obra. Una amistad que le une estrechamente a
conmigo viven me están unidos con una máxima y quienes comparten su mismo proyecto de vida en
dulcísima amistad" (Carta 84,1). A Alipio, compañero común y también a quienes, fuera del monasterio, se
de primera hora en el monasterio y después obispo en cruzaron con él por diferentes caminos. Una cosa
Tagaste, se refiere con expresiones como éstas: "el aparece siempre clara: para ser verdaderamente
hermano de mi corazón", "mi otro yo", "en cuyo amigos suyos quienes aspirasen a serlo, les era ne-
pecho sabes que habito" (cf. Confesiones, 9,4,7; cesaria la fe en Cristo.
Carta 20,1; Carta 28,1,1). A Severo, que ya había sido Concluyendo
amigo de infancia y después miembro de su comuni-
dad monástica, lo llamará un amigo de ambos "la otra Los monjes, los cristianos y todos los hombres, son los
mitad de Agustín" (Carta 270). que san Agustín tiene presente en estos pasajes:
Pero es que, además, todos los miembros de sus "En este mundo hay dos cosas necesarias: la
comunidades monásticas, como hermanos-amigos salud y una persona amiga" (Sermón Denis 1).
que eran, debían recibir en calidad de tales a cuantos "¡Feliz el que te ama a ti, Señor; y ama al amigo en
viniesen a llamar a las puertas del monasterio. Es ésta ti, y al mismo enemigo por ti!" (Confesiones,
una de las instrucciones que aparece en la primera de 2,9,14). En todo caso, este amor heroico al enemigo
las obras que escribe al comienzo de su experiencia (caridad) quiere él que se transforme cuanto antes en
monástica: amistad; la oración tiene el poder de hacerlo: "rezaste
por él, perdiste un enemigo y a la vez conseguiste un
"No se ha de rechazar la amistad de quien quiere amigo" (Sermón 105 A,2). "Amalo-dice en otra oca-
hacerse amigo nuestro... y debe ser tratado de tal sión- para poder ganarlo como hermano y amigo"
manera que pueda ser recibido de hecho... Y si hay
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Amistad en San Agustín
8
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
EL tema del amor se asemeja a un prisma de muchas Traducidos a números, porque hoy las cifras llaman
caras. Tiene, además, la particularidad de que cuando más la atención, darían los siguientes resultados actua-
uno se fija en cualquiera de ellas, comienzan a brillar lizados, ya que son los que suelen aparecer en periódi-
otras muchas más. Por eso la dificultad, o mejor imposi- cos y revistas. Los siguientes corresponden a los prime-
bilidad, de hacer una exposición completa. Si hay algún ros meses del año 2003:
tema del que nunca se pueda decir la última palabra, es
"El hambre se cobra cada día 25. 000 vidas en el
precisamente el amor.
mundo".
De los muchos apartados posibles, hemos seleccionado "Estados Unidos y Europa se gastan, al año, 80.000
tres que corresponden a tres aspectos bastante olvida- millones de dólares en heroína y cocaína".
dos en el mundo actual y que la espiritualidad agustinia- "En algunos países, el 10 por ciento de la población
na podría reavivar. El primero es el amor, hilo conductor. posee el 90 por 100 de la tierra".
Y, como complemento, la pregunta qué es el amor. "Mientras unos países tienen una renta anual de
cerca de 30. 000 dólares, otros no llegan a 500".
Se trata de un comienzo sólido, porque el plan de Dios
"Uno de cada seis niños de los países más ricos vi-
es lo primero que debe tratar de recuperar el hombre
ve sumido en la pobreza".
moderno. Es verdad que intenciones no faltan y tampoco
ensayos. La realidad, sin embargo, es muy distinta. Re- Y lo más sorprendente, y lamentable, es que esto ocu-
petidas veces, y sobre todo después del atentado terro- rre tanto en países que se llaman cristianos como en los
rista a las torres gemelas de Nueva York, se ha hablado que no lo son. Lo cual indica hasta qué punto se han
de la necesidad de establecer un nuevo orden mundial. dejado a un lado los valores fundamentales. ¿Somos
En 1974, por ejemplo, hace ya casi 30 años, las Nacio- todos iguales? En el plan de Dios sí, porque todos he-
nes Unidas aprobaban una resolución titulada "Declara- mos sido creados a su imagen y semejanza. Precisa-
ción del Establecimiento de un Nuevo Orden Económico mente por eso, "toda forma de discriminación en los
Internacional". En ella se puede leer, entre otras cosas: derechos fundamentales de la persona, ya sea social o
"Nosotros, los Miembros de las Naciones Unidas..., pro- cultural, por motivos de sexo, raza, color, condición
clamamos solemnemente nuestra determinación común social, lengua o religión, debe ser vencida o eliminada,
de trabajar con urgencia por el establecimiento de un por ser contraria al plan de Dios" (id. 29). Y más adelan-
nuevo orden internacional basado en la equidad, la te recuerda la Historia de la Salvación, destacando la
igualdad soberana, la independencia, el interés común y persona y la doctrina de Cristo (id. 32).
la cooperación de todos los Estados cualesquiera sean
La Historia de la Salvación fue el método preferido por
sus sistemas económicos y sociales, que permitan co-
san Agustín. Un método en el que el amor (amor ac-
rregir las desigualdades y reparar las injusticias actua-
tuando y no en abstracto) es el contenido más valioso y
les, eliminar ¡as disparidades entre los países desarro-
el principal hilo conductor. Sin amor, los mismos acon-
llados, y garantizar a las generaciones presentes y futu-
tecimientos que constituyen la historia nacerían ya asfi-
ras un desarrollo económico y social que vaya acelerán-
xiados, es decir, sin vida y sin proyección de futuro. ¿No
dose en la paz y la justicia". Esta resolución fue aproba-
es esto lo que está sucediendo con muchos de nuestros
da por todos los países. ¿Cuántos de ellos se darían
proyectos personales y pastorales?
cuenta de que no pasaba de ser un sueño? Sin especifi-
car el cómo ni el cuándo y sin hacer mención de com- Con el amor como principio y motor, el hombre haría
promiso alguno, es natural que terminara en papel mo- una lectura positiva de la historia, de los acontecimien-
jado. tos y de la misma vida. Imitaría más el modo de actuar
de Dios que, siendo amor, actúa siempre por amor y
Nueve años antes, el Concilio Vaticano II había promul-
obrando maravillas. También comprendería que los
gado una constitución, fruto de una lectura más realista
males que existen en el mundo tienen su origen en el
de la situación del mundo. En ella se lee, entre otras
déficit de amor del hombre. Lo cual quiere decir, alar-
cosas: "Mientras muchedumbres inmensas carecen de
gando un poco la conclusión, que si el hombre siguiera
lo estrictamente necesario, algunos viven en la opulen-
el plan de Dios podría evitar la mayor parte de ellos.
cia o malgastan sin consideración. El lujo pulula junto a
la miseria. Y mientras un pequeño número de hombres I EL AMOR: MOTIVO DE LA ACTUACIÓN DE DIOS
dispone de amplísimo poder de decisión, otros están
privados de toda iniciativa y de toda responsabilidad, ES muy significativo el hecho de que Agustín, después
de convertido, vuelva una y otra vez a leer y comentar el
viviendo con frecuencia en condiciones de vida y trabajo
indignas de la persona humana" (Constitución sobre la primer capítulo del Génesis, la "Historia de la actuación
Iglesia en el mundo actual 8 y 63). Dicha constitución de Dios", y el primer capítulo del Evangelio según san
Juan, la "Historia de la Palabra de Dios". Un hombre
señala muchas "contrariedades", "desequilibrios" y "dis-
crepancias". Problemas que, lejos de haber disminuido, como él, dedicado totalmente a la búsqueda de la ver-
dad, sentía la necesidad de revisar la solidez de sus
han aumentado.
hallazgos. En los relatos de la creación y de la redención
Agustín había descubierto no sólo la omnipotencia y
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
grandeza de Dios, sino también su bondad y amor. Un "El amor ('caridad') por el que amamos a Dios y al
amor tan grande que llega a ser el motivo del origen de prójimo, encierra toda la grandeza y profundidad de
las cosas y del mismo hombre. Es lo que repite en sus las palabras divinas, como enseña el único Maestro
escritos: que Dios no creó las cosas por necesidad, sino (Mateo 22, 37-40). Por eso, si no dispones de tiempo
por bondad (Confesiones 13, 4, 5); y que se hizo hombre para escudriñar todas las páginas santas, para qui-
por amor al hombre (Sermón 198, 2). tar todos los velos a sus palabras y penetrar en to-
dos los secretos de las Escrituras, mantén el amor,
Lo primero que llama la atención en el plan de Dios es
del que pende todo; así tendrás lo que allí aprendiste
su belleza y perfección. Comienza con la creación de un
e incluso lo que todavía no has aprendido...
paraíso: un "lugar" bello donde pudiera vivir el hombre,
rodeado de un cúmulo de maravillas para disfrutar. Co- Por consiguiente, hermanos, buscad y abrazad el
mo si Dios hubiera decidido dárselo todo hecho al hom- amor, que es el dulce y saludable vínculo de las
bre. ¡Que no le falte nada! ¡Que no tenga que sufrir! mentes, sin el cual el rico es pobre y con el que el
¡Sólo amar, alabar y gozar! pobre es rico. El amor da fuerza en la adversidad y
moderación en la prosperidad. Es fuerte en las prue-
Sin embargo, al hombre no le gustó este modo de actuar
bas duras, y alegre en las acciones buenas; es segu-
de Dios. Por eso decidió cambiar el plan y realizar el
ro en la tentación y generoso en la hospitalidad; muy
suyo propio. Dios se había propuesto construir un mun-
alegre para los verdaderos hermanos y muy paciente
do de amor y por amor, y el hombre pretendió construir
entre los falsos. El amor es grato en Abel por su sa-
otro desde el egoísmo y para sí mismo. Éste fue el ori-
crificio, seguro en Noé por el diluvio, lleno de fideli-
gen del "otro" amor, "el amor de sí mismo hasta el
dad en las peregrinaciones de Abrahán, suavísimo
desprecio de Dios" (La ciudad de Dios 14, 28). Y el
en medio de las tribulaciones en David. En los tres
origen de las corrupciones, contradicciones, desequili-
niños espera con inocencia las blandas llamas, en
brios, etc., que existen en el mundo.
los Macabeos tolera con fortaleza los fuegos atro-
Pero Dios, que es Padre por bondad (Sermón 213, 2) y ces; es casto en Susana con respecto a su marido,
Madre por ternura (Comentarios a los salmos 26, 2, 18), en Ana después de muerto su marido, en María sin
llama al hombre y dialoga con él: Yo hice todo eso por marido. Es libre en Pablo para argüir, humilde en
amor, porque eras la niña de mis ojos; tú, en cambio, Pedro para obedecer, humano en los cristianos para
quisiste seguir la dirección contraria. Pero ¡mira en qué confesar los pecados, divino en Cristo para perdo-
situación has caído! Le propone una "alianza", y co- nar. Pero ¿puedo yo decir algo mejor y más abun-
mienzan a "caminar juntos en la misma dirección"(eso dante del amor que las alabanzas que le prodiga el
es el amor) con el fin de hacer realidad el proyecto de la Señor por boca del apóstol Pablo, cuando nos mues-
"nueva creación" y del "hombre nuevo". Y pensándolo tra un camino sobre excelente al decir: "Aunque ha-
bien, "¡feliz culpa!", porque el hombre consiguió un au- ble las lenguas de los hombres y de los ángeles..."?
mento de amor y el poder colaborar en su salvación (1 Corintios 13, 1-8).
(Sermón 169, 13).
El amor es el alma de las Escrituras, la fuerza de la
Naturalmente, en esta nueva situación Dios continúa profecía, la salud de los sacramentos, el fundamento
siendo Dios y el hombre sigue siendo hombre. Es lo que de la ciencia, el fruto de la fe, la riqueza de los po-
exige el amor verdadero, el cual no intenta cambiar la bres, la vida de los que mueren... El amor es lo único
identidad del amado, sino ayudarle en su crecimiento. que no se opone a la felicidad ajena, porque no es
Dios sigue empeñado en cumplir su promesa de estar envidioso. Es lo único que no se enorgullece con la
con el hombre, acompañarle y recibirle con un abrazo felicidad propia, porque no es orgulloso. Es lo único
amoroso (eso es la gracia), cada vez que se aleje de él y que no atormenta la mala conciencia, porque no obra
vuelva arrepentido. el mal. En medio de los insultos permanece seguro,
y entre los odios hace el bien; en medio de la ira es
A la luz de tantas "maravillas" de esta historia de amor paciente; entre las insidias, inocente; en medio de la
se comprende que el hombre tenga razones para creer maldad, llora; en la verdad, crece. ¿Hay algo más
en el amor más que en el odio, en la vida más que en la fuerte y más fiel que el amor? Por consiguiente, bus-
muerte, en la salvación más que en la condenación. cad y perseverad en el amor Y pensando en él, pro-
¿Puede existir algún motivo más sólido y valioso para ducid frutos" (Sermón 350, 2-3).
vivir y luchar que el modo de actuar Dios con nosotros?
Esta historia de amor no termina con el último libro de la
La Sagrada Escritura es el libro que nos cuenta esta revelación, el Apocalipsis. Es mucho más larga, porque
historia de amor entre Dios y el hombre. Siendo el amor
Dios continúa obrando maravillas. Es una observación
el tema de fondo y principal hilo conductor, es natural muy importante que hace san Agustín, refiriéndose a la
que en él abunden los encuentros, pruebas, testimonios
instrucción religiosa: el contenido de la catequesis es
y alusiones al amor. Prácticamente llenan todas sus completo cuando empieza por la frase: "Al principio creó
páginas; aunque algunas de ellas encierran tanta vitali- Dios el cielo y la tierra", y termina en el tiempo actual de
dad y profundidad, que pueden considerarse como las
la Iglesia (cf. La catequesis a los principiantes 3, 5). La
vértebras de toda la Biblia. historia de amor continúa entre Dios y su nuevo Pueblo,
San Agustín, tomando como modelo el tan conocido la Iglesia. En consecuencia, los cristianos deberíamos
himno de san Pablo, entona también un cántico al tratar de conocer más a la Iglesia y hablar más de las
amor; pero alargándolo un poco siguiendo los pasos maravillas que Dios obra en sus miembros.
de la historia de las maravillas de Dios:
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
to y otra el cumplimiento. En uno de sus últimos docu- amor conoce el camino de la verdad, felicidad, belleza...,
mentos Juan Pablo II, después de hablar de la necesidad Dios. A ellos se llega sólo por el amor.
de una programación pastoral y señalar algunas priori-
Para completar, Agustín acude a la revelación. Es la
dades, establece un objetivo muy concreto para este
fuente principal, como ya hemos indicado en el apartado
nuevo milenio: "Hacer de la Iglesia la casa y la escuela
anterior.
de la comunión es el gran desafío que tenemos ante
nosotros en el milenio que comienza, si queremos ser 1. ALGUNAS "DEFINICIONES"
fieles al designio de Dios y responder también a las pro-
El amor es un misterio. Con el amor sucede algo pareci-
fundas esperanzas del mundo". Y añade, que para con-
seguirlo es necesario "promover una espiritualidad de la do a lo que el mismo Agustín decía del tiempo: sé lo que
comunión", es decir, una espiritualidad basada en el es, pero si alguien me pregunta, no sabría responder
amor, porque el amor es el "corazón" de la Iglesia; y la (Confesiones 11, 14, 17). Todos sabemos lo que es el
"comunión", fruto del amor, ya que es el amor lo que amor, pero no sabemos cómo decirlo. Esta definición no
trata de esquivar las respuestas, sino de reconocer la
hace de todos nosotros "un solo corazón y una sola al-
ma" (Hechos 4, 21) (El nuevo milenio 42 y 43). Designio trascendencia del amor, por una parte, y nuestras limita-
de Dios, Iglesia, comunión, espiritualidad, unidad, casa ciones, por otra. La pregunta es parecida a la de qué o
(familia), fraternidad, etc., y en lo más hondo: el amor. Es quién es Dios. No en vano san Juan une las dos. En un
contexto de misterio evangélico, Julián Marías afirma
el tema nuclear. Todos los éxitos, también los problemas
que "amar es proyectarse amorosamente hacia otra
y fracasos, directa o indirectamente, tienen relación con
el amor. Por eso, tenía razón san Agustín al reorganizar persona". Una definición muy esclarecedora, si recor-
todo su pensamiento en torno al amor y resumir todas las damos la primera parte sobre el plan de Dios.
preguntas en una sola: “¿Qué es el amor?” (La Trinidad El amor es relación. Hoy se habla de la necesidad de
8, 7, 10). una espiritualidad más relacional. Y con razón, porque
¿Qué es, pues, el amor? Fácil pregunta; muy difícil res- hoy se definen las cosas, y también las personas, como
puesta. Y, sin embargo, todos sabemos algo, porque relación. Lo que en el fondo se busca es más autentici-
dad, intercambio, encuentro, entrega, fraternidad, etc.,
todos amamos. El amor es uno de los pocos temas del
que todos podemos hablar y decir algo que pueda in- es decir, hacer realidad la enseñanza de la parábola del
teresar a los demás. buen samaritano: que la vida espiritual no consiste so-
lamente en el cumplimiento de unas prácticas y unos
Como respuesta a esta pregunta, quizá la más simple y rezos, sino también, y sobre todo, en una relación per-
repetida de todas, se han escrito muchos libros, cantado sonal de amor con Dios y con los hermanos. En este
muchas canciones y compuesto muchos versos. Tantos, sentido, la Santísima Trinidad es el modelo más perfecto
que sería casi imposible enumerarlos. Amor es una de de amor y de comunidad. Para explicarlo, Agustín no
las palabras más ricas y más repetidas, pero también encuentra otro término más apropiado que el de rela-
una de las más equívocas. Inexplicablemente, en nom- ción: el Padre (el "Amante") ama al Hijo (el "Amado") y
bre del amor se hacen muchas cosas contra el amor. de los dos procede el Espíritu Santo (el "Amor") (La Tri-
nidad 8, 10, 14). Es el tema principal de los libros VIII y
San Agustín ha sido una de las personas que más han
IX de La Trinidad; libros que tratan del amor de una for-
hablado y profundizado en este tema. Por eso sus res-
ma muy profunda. Pero libros que es necesario releer
puestas son muchas y de mucho valor. Llegó a ellas por
porque, como dice el Vaticano II, Dios-Trinidad es "la
tres caminos complementarios: la vivencia personal, la
fuente y el origen de toda santidad" (Constitución dog-
búsqueda y la revelación divina.
mática sobre la Iglesia 47).
En el tema del amor la vivencia es fundamental. No es
El amor es don-conquista. Que el amor es don, lo dice
aconsejable hablar de memoria porque enseguida se
san Juan: "el amor procede de Dios" (1 Juan 4, 7), afir-
nota. La experiencia es uno de los rasgos más sobresa-
mación que comenta ampliamente san Agustín (Tratado
lientes de la vida y de la doctrina agustinianas. Por eso
sobre la primera Carta de San Juan 7, 5-6). Y en este
el primer libro que hay que leer y releer para entenderlas
otro texto, también de san Juan: "En esto consiste el
es Confesiones.
amor, no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
La búsqueda es otro de los caminos. En la búsqueda se en que él nos amó primero" (1 Juan 4, 10). Son muchas
incluyen la verdad, la felicidad, la belleza, el amor..., las aplicaciones que se pueden sacar de esta afirma-
Dios. Son como amigos que caminan siempre juntos. ción. Ésta sería la primera: nuestra religión no consiste
Agustín los encontró cuando encontró el verdadero en lo que nosotros hacemos por Dios, sino en lo que él
amor: "Pregunté a la tierra y me dijo: 'Yo no soy'... hace por nosotros. De ahí la importancia de la oración,
Pregunté al mar y a los abismos y me respondieron la gratuidad, la humildad, etc. El amor es un don de
'Nosotros no somos tu Dios, búscalo por encima de Dios. Tanto lo repite y acentúa en el Tratado sobre la
nosotros... Pregunté al cielo, al sol, a la luna y a las primera Carta de San Juan, que llega a decir a los fie-
estrellas, y me respondieron: Tampoco nosotros les: si en vosotros no hay amor, no he dicho nada, no
somos el Dios que buscas... Entonces, me dirigí a mí habéis entendido nada; si lo hay, lo que he estado ha-
mismo..." (Confesiones 10, 6, 9). "Y guiado por ti, ciendo (al predicar durante tanto tiempo) es echar acei-
entré en mi interior... y vi una luz inmutable... una luz te en la lámpara (íd. 8, 11). La gratuidad es uno de los
muy distinta de todas las luces de este mundo... una apartados en que más se detiene el Obispo de Hipona.
luz que sólo el amor conoce" (ib. 7, 10, 16). Sólo el Conviene seguir repitiéndolo porque es uno de los pila-
res de la espiritualidad cristiana. "El amor es un don
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
de Dios, y grande. Busquémosle como nos reco- estrellas, los árboles, las flores... Dios nos está haciendo
mienda el Señor" (Tratados sobre el Evangelio de San señas, invitándonos a buscar y a profundizar en su bon-
Juan 17, 6). "El amor es un don de Dios, hasta el dad.
punto de ser llamado Dios" (Carta 186, 7). Pero el
El amor fuerza. "El amor es una gran fuerza. ¿Quie-
amor es también conquista (Tratados sobre el evangelio
res saber hasta dónde llega? Si por algún motivo no
de San Juan 86, 3). Se podía decir que es como un
puedes cumplir lo que manda Dios, ama al que lo
"intercambio", "cooperación", "comunión". Si estamos
cumple, y en él lo cumples tú" (ib. 121, 10). "Cada
convencidos de que nuestro amor es don, nuestras
uno es lo que ama. Y es tal la fuerza del amor que
actuaciones se desarrollarán en un ambiente de humil-
hace al que ama imagen del amado" (Ochenta y tres
dad, sencillez, dulzura, respeto, hospitalidad, gratitud,
cuestione diversas 35, 1). El amor es la tendencia más
alegría, donación, entrega, etc. Y si lo estamos de que
profunda y la fuerza más poderosa que guía a la perso-
es tarea o conquista, se desarrollarán en un marco de
na. Para saber, pues, cómo eres o cómo es tu amor,
lucha, esfuerzo, búsqueda, diálogo, invitación, aposto-
averigua hacia dónde te conduce.
lado, etc.
El amor raíz. Es otra de las comparaciones preferidas
El amor camino. San Agustín entiende la vida como
por Agustín. "Nuestra raíz es nuestro amor; nuestros
"camino" (Sermón 109, 3). Y al hombre como caminante
frutos, las buenas obras" (Comentarios a los Salmos
("viator") (Comentarios a los salmos 40, 5). "Dios esta-
51, 12). Que esta raíz se mantenga adherida a la piedra,
bleció el camino inmaculado del amor por el que se
a Cristo (íd. 50, 12). El Señor mira a la raíz más que a la
va a él, así como inmaculado es el camino de la fe
flor (Sermón 158, 6). Además, la raíz no sólo alimenta al
por el que él viene a nosotros" (íd. 17, 33). "Ningún
árbol, sino que lo sostiene y da solidez. Así el amor a la
camino es más excelente y maravilloso que el ca-
persona. En este contexto se encuentra la famosa frase,
mino del amor. Pero es un camino elevado. Por eso,
una de las más citadas: "Ama y haz lo que quieras"
sólo los humildes caminan por él" (ib. 141, 7). Por
(Tratado sobre la primera Carta de San Juan 7, 8). Te-
este camino no se anda con los pies sino con el amor.
niendo en cuenta el contexto, dicha frase no significa
Además, él mismo busca a los caminantes. Hay tres
una invitación a disminuir el valor de los mandamientos
clases de personas que detesta: los que se paran, los
y mucho menos a vivir al margen de ellos. Es todo lo
que dan marcha atrás y los que se salen del camino
contrario. Agustín establece ese principio para dar soli-
(Sermón 306B, 1). Naturalmente, alaba y anima a los
dez y vitalidad al cumplimiento de los que el cristiano no
que siguen adelante y con alegría: "Canta como suelen
debe olvidar nunca: el servicio, el respeto, la corrección
hacer los caminantes. Canta, pero camina. Alegra
fraterna, el perdón, etc. En el fondo, "ama y haz lo que
con el canto tu trabajo, no ames la pereza; canta,
quieras" es un resumen del texto famoso de san Pablo.
pero camina. ¿Qué significa caminar'? Avanza, ca-
mina hacía el bien, hacia las buenas obras" (id. 256, El amor peso. "Mi peso es mi amor, él me lleva
3). "El fin de todas nuestras obras es el amor. En él adondequiera soy llevado" (Confesiones 13, 9, 10).
está la meta, por el amor corremos, hacia el amor Al hablar del amor-peso, Agustín se apresura a decir
nos encaminamos, y en el amor descansaremos" que no todo peso tiende hacia abajo, no todo peso
(Tratado sobre la primera Carta de San Juan 10, 4). oprime. Los hay que tienden hacia arriba, como la lla-
ma y el aceite. Por eso el amor verdadero libera y ele-
El amor belleza. Amando a Dios nos hacemos bellos...
va. El amor ilícito nos arrastra hacia el precipicio (Ser-
¿Qué amor es éste que hace bello al amante?... Cuanto
món 65A, 1). El amor es como la ley de la gravedad, la
más crezca en ti el amor, tanto más aumentará tu belle-
más fuerte del corazón humano. Peso ("pondus") equi-
za; porque el amor es la belleza del alma (íd. 9, 9). Yo
vale propiamente a impulso, movimiento, tendencia,
no os digo que no améis. El que no ama se enfría y
etc. Este elemento es tan profundo que se puede con-
puede llegar a congelarse. Amad, pero amad la hermo-
siderar como un existencial del hombre. No hay perso-
sura que buscan los ojos del corazón. Amad la hermo-
na que no ame. Y cada una se distingue por el amor.
sura que enciende los ánimos (Comentarios a los Sal-
mos 32, 2, 1, 6). El amor es luz (Comentarios a los Salmos 54, 8). Pero
no lo es completamente, porque tampoco lo es el hom-
El amor búsqueda. El hombre vive en una búsqueda
bre. Éste es "Adán y Cristo" (íd. 70, 2, 1). De ahí la
continua (Tratado sobre la primera Carta de San Juan
dialéctica: luz- oscuridad, don-conquista, encuentro-
10, 5). El amor es lo que le arrastra en la búsqueda de
búsqueda, etc.
la verdad (La Trinidad 1, 5, 8). Dios ha de ser buscado
siempre, porque siempre debe ser amado (Comentarios Amar es "habitar con el corazón" (íd. 100, 5). Es decir,
a los Salmos 104, 3). Por consiguiente, esta búsqueda preocuparse por los demás, averiguar sus necesida-
no se da sin el amor y sin Dios. "Dios te dice: 'ámame'. des con el fin de ayudar; tratar de conocer la reali-
Amas el oro; tienes que buscarlo y quizá no lo en- dad, y sobre todo de mejorarla.
cuentres. Sin embargo, yo estoy con todo el que me
busca". A Dios sólo llega el que ama. Y todo el que Amar es darse. No solamente dar cosas, sino darse
uno mismo. "No debemos desear que haya necesita-
ama, llega (Tratado sobre la primera Carta de San Juan
dos para ejercer con ellos las obras de misericordia.
10, 4). Nadie tiene excusas porque, hasta por medio de
Das pan al hambriento, pero mejor sería que nadie
las cosas creadas, Dios nos llama y nos exhorta a pro-
tuviese hambre" (Tratado sobre la primera Carta de
fundizar en el amor (íd. 72, 1). El verbo que usa significa
propiamente "hacer una señal con la cabeza", es decir, San Juan 8, 5). Amar no es simplemente dar limosnas.
que cuando contemplamos el mar, las montañas, las Es mucho más. Es hacer lo posible con el fin de erradi-
car las causas que originan las necesidades. Y más
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
todavía: buscar la igualdad, la presencia, la donación y prenda del amor pleno (Sermón 23, 9; Comentarios a
mutua. los Salmos 148, 8).
El amor es una vida que une otras vidas. Dice el texto 3. VUELTA AL EVANGELIO
completo: "¿Qué es el amor que tanto alaban y re-
Pero a pesar de tantas definiciones, comparaciones y
comiendan las Escrituras, sino el amor del bien?
símbolos, Agustín vuelve una y otra vez al evangelio, es
Pero el amor supone un amante y un objeto que se
decir, a tratar de entender el amor desde la vida y las
ama con amor. He aquí, pues, tres realidades: el que
obras. En este sentido hay muchas páginas de los libros
ama, lo que se ama y el amor. ¿Qué es el amor, sino
sagrados que nos describen con toda perfección lo que
una vida que une o ansia unir otras vidas, es decir,
es el amor. Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo,
al amante y al amado?" (La Trinidad 8, 10, 14; 9, 2, 2).
que es un derroche de detalles del amor de Dios a no-
Lo que está en el fondo de este texto es el amor- rela-
sotros; una parábola siempre recordada y vivida por
ción. Un amor que no tiene nada que ver con la soledad
Agustín como suya. Y la parábola del buen samaritano
ni con el aislamiento.
sobre el amor al prójimo. En ésta se dice con una clari-
El amor deseo. "Amar no es otra cosa que desear dad meridiana quién es el prójimo y qué es el amor.
('appetere') algo por sí mismo... El amor es un tipo de Una pausada lectura nos proporcionaría muchas con-
deseo ('appetitus')" (Ochenta y tres cuestiones diver- clusiones para reflexionar. Por ejemplo:
sas 35, 1 y 2). Algunos en lugar de deseo traducen
Que el sacerdote y el levita pudieron rezar y ofrecer
"anhelo". Este es un apartado muy profundo en san
sacrificios por el herido, pero no amaron porque no
Agustín y al que se han dedicado muchas páginas.
hicieron lo que debieron hacer.
Las últimas, en el libro El concepto de amor en san
Agustín, de Hannah Arendt (traducción). Dios ha La denuncia que Jesús hace del divorcio entre la
sembrado en el corazón de cada ser humano el de- fe y la vida, la práctica de una piedad sin amor.
seo de amarle. El deseo es como la sed del alma
(Comentarios a los Salmos 65, 5). Por eso, "cons- Que el herido se encontraba en una situación irrecono-
ciente o inconscientemente", todos buscamos y cible. El sacerdote se paró y el levita miró. Si hubiera
amamos a Dios. sido un amigo o conocido, seguramente le hubieran
ayudado. El samaritano no se detuvo en hacerse pre-
2. ALGUNOS SÍMBOLOS guntas. Inmediatamente, sin saber quién era, comenzó
a socorrerle.
Si las definiciones son muchas, los símbolos no son me-
nos. En san Agustín tienen mucha importancia, porque el Es la conclusión que Jesús quiere que saque el oyente:
símbolo es más que el signo. En el símbolo, el hombre amar a todos sin distinción. Es lo que Dios ha hecho y
experimenta con más viveza la sensación de cercanía- continúa haciendo. Dios actúa siempre por amor. Era lo
lejanía, luz- oscuridad, alegría-tristeza, misterio- claridad. que trataba de hacer también Agustín. Por eso decía a
En el símbolo, la persona se siente más envuelta, más sus fieles: "Yo nunca me canso cuando hablo del
"afectada", más amada. Lo que hay que temer, en este amor" (Tratado sobre la primera Carta de San Juan 10,
apartado, es lo que lamentaba Henri Boucherie, al escri- 7).
bir que, a veces tomamos prestadas de san Agustín sus
imágenes y comparaciones, "pero sin su genio". Y po- PARA EL DIÁLOGO
díamos añadir: y sin su amor. Ahí está realmente el peli-
¿Cómo definirías el amor?
gro.
¿Qué diferencias encuentras entre "cari-
En este tema del amor las comparaciones pueden hablar
dad" y "amor"?
más alto que las definiciones. Agustín habla de la "cari-
dad madre" (Confesiones 13, 6, 7); es uno de los símbo- Si decimos que el amor vale tanto, ¿por
los más repetidos en sus escritos. "Ningún ave se qué en la práctica está tan devaluado?
comporta con sus polluelos como la gallina. Toda
ella se transforma por el amor a sus polluelos; sien-
do ellos débiles, ella se hace débil. Dios también se
hizo débil, porque nosotros somos débiles" (Comen-
tarios a los Salmos 90, 1, 5). "La caridad es como una PARA ORAR CON SAN AGUSTÍN
madre, y una madre muy solícita" (Tratado sobre la LA CREACIÓN, LIBRO DE DIOS
primera Carta de San Juan 1, 11). Otros símbolos que se
encuentran en sus escritos, son: el fruto del olivo, porque Muchos acuden a los libros
no hay ningún líquido que oprima al aceite (íd. 6, 20); el esperando encontrar a Dios en ellos;
pan, por su sabor y dulzura (Sermón 105, 6); el fuego, toda la creación es un gran libro,
porque arde, quema y purifica (Las costumbres de la bellamente escrito con la hermosura de las cosas.
Iglesia 1, 30, 64; Sermón 16A, 8); las alas de las aves, Abre tus ojos y mira
por la libertad: "cualquiera que ama a Dios y al próji- hacia arriba o hacia abajo,
mo tiene dotada su alma de alas, alas libres, y vuela a tu derecha o a tu izquierda,
con santo amor hacia el Señor" (Comentarios a los verás que estás rodeado de cosas bellas;
Salmos 103, 1, 13); el agua, por la vida y la frescura (íd. lee,
103, 2, 3); las arras, porque el amor de aquí es principio medita,
reflexiona.
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, hilo conductor
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
el capítulo 13, versículo 34: "Os doy un mandamiento terminen las guerras, el terrorismo, el hambre, los odios,
nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. las venganzas, las enemistades? Cumplamos el
En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os mandamiento nuevo de Jesús. Más todavía, hoy que nos
amáis unos a otros". lamentamos tanto de la escasez de vocaciones a la vida
sacerdotal y consagrada, ¿queremos que aumenten?
Cada uno deja en su testamento lo que tiene. Jesús no
Entonces, amémonos unos a otros como Jesús nos ama.
tenía casa, ni propiedades, ni dinero (esas cosas que a
veces son origen de tantos problemas entre los El segundo texto es también muy rico en enseñanzas.
herederos). Jesús nos dejó todo lo que tenía y en Jesús les cambia el nombre de "siervos" por el de
abundancia: su amor, que es lo mismo que decir su "amigos" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 85, 2),
persona. Y ¿no es esto lo que más necesita el mundo de insiste en la necesidad de permanecer unidos, les
hoy? Por eso, porque se trata del testamento de Jesús, del recuerda una vez más su mandamiento nuevo y la
mandamiento nuevo, deberíamos leerlo y meditarlo con necesidad de que lo cumplan si quieren permanecer
frecuencia. Tenerlo como un espejo, en el que nos unidos a él. Más todavía, se trata de una unión más
mirásemos todos los días. profunda con el Padre y el Hijo a través del amor; unión
que produce una gran alegría. Es lo que san Juan expresa
"Os doy un mandamiento nuevo". Un día se acercó a
al comienzo del capítulo, en la alegoría de la vid (Juan 15,
Jesús un doctor de la ley y le hizo esta pregunta: Maestro
1-8).
¿cuál es el mandamiento principal de la Ley? Y Jesús le
respondió: amarás al Señor tu Dios... (Marcos 12, 28s.). PARA EL DIÁLOGO
La novedad no consiste en el amor a Dios o en el amor al
prójimo, sino en que Jesús ha encarecido el valor del amor • ¿Hay alguna diferencia entre el mandamiento
al prójimo y al mismo prójimo, es decir, a todas las nuevo y los mandamientos de la Ley de Dios?
personas, no importa la raza, el color, el sexo, la estatura, • ¿Piensas que el mundo de hoy exige a los
etc. Todos somos prójimos, hermanos (Sermón 90, 7). cristianos testimonios más visibles?
Más todavía, en algunos textos, el amor al prójimo parece
tener preferencia; por ejemplo, en éstos de san Mateo, en • ¿Cómo se compaginan con el mandamiento
el capítulo 5°: "Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el nuevo tantas normas, prácticas, devociones, etc.?
altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene
quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete
primero a reconciliarte con tu hermano". Y en el capítulo II. AMOR DE DIOS AL HOMBRE
25, en el que nos recuerda que Dios nos pedirá cuenta de
EN las Confesiones, Agustín habla de Dios y del hombre;
este mandamiento de amarnos unos a otros: tuve
hambre... tuve sed... estuve en la cárcel... pero no por separado, como lo han venido haciendo
muchos de sus estudiosos, sino juntos: caminando,
"Que os améis unos a otros como yo os he amado". dialogando, colaborando. Agustín no tenía miedo de ser
Tenemos el mandamiento, la obligación de amar al "aniquilado" por Dios por acercarse demasiado. ¿Por qué?
prójimo. Pero ¿cómo? Aquí está otra de las novedades del Pues, porque lo que acerca o separa no es la distancia
testamento de Jesús, del mandamiento nuevo. Existen corporal, sino el amor. Es la "lejanía" o "separación" del
muchas clases de amores, pero el cristiano tiene que amar amor (el desamor o amor desordenado) lo que hay que
como nos amó y nos ama Jesús. El amor cristiano tiene un temer.
orden, una dirección, una medida. Son las señaladas por
Jesús en sus actuaciones y en sus enseñanzas. Amar es En este diálogo, no es necesario repetirlo, Dios siempre
"darse"; no tanto dar cosas, sino darse uno mismo. lleva la delantera, y además los interlocutores no se sitúan
en el mismo plano. Pero esto no disminuye ni resta nada
¡Cuántas veces confundimos el amor con las cosas, los
el valor o dignidad del hombre; todo lo contrario. El amor
regalos! A veces, ¡hasta intentamos comprarlo! Son
muchos los cristianos a quienes les gustaría quedarse con verdadero es siempre caminar subiendo. Por eso,
Dios y con el mundo. Quieren amar a Cristo, pero sin mientras más crece el amor, más valor adquiere el
privarse de nada; pretenden amar a Dios, pero no hombre.
queriendo saber nada de las necesidades del prójimo. Así 1. CÓMO ES EL DIOS DE AGUSTÍN
no fue como nos amó Jesús. Es algo curioso, observaba
san Agustín: "Cuando te pisan un pie es la lengua la El punto de partida o arranque del hilo conductor es Dios.
que se queja. Muchos cristianos quieren besar el Según san Agustín, Dios es el valor constitutivo más
rostro de Cristo; pero, no se dan cuenta de que le profundo del hombre, y el fundamento más sólido de
están pisando los pies, es decir, están ofendiendo al nuestra esperanza y grandeza: "más profundo que lo
prójimo, a los hermanos, que son los pies del Señor" más íntimo mío y más elevado que lo más grande mío"
(Sermón 137, 2). (Confesiones 3, 6, 11).
"En esto conocerán todos que sois mis discípulos, en que Dios es el origen, la fuente de todo amor verdadero.
os amáis unos a otros". En nuestra sociedad todo es Hablar del amor y no hacer referencia a Dios es como
correr de reunión en reunión, de consulta en consulta..., hablar de un río sin manantial y sin agua. Por eso Agustín
buscando fórmulas mágicas, que no existen. Olvidamos sacaba la conclusión de que el error sobre el amor es un
que Jesús, hace ya muchos siglos, nos dio la solución: "en error sobre Dios, y viceversa. Y también que en
esto conocerán todos que sois mis discípulos". Éste es el espiritualidad éste es el error de consecuencias más
milagro, y que está a nuestro alcance. ¿Queremos de graves, porque es error de principio que va creciendo. Fue
verdad que el mundo se convierta? ¿Queremos que lo que comenzó a descubrir en su búsqueda: "Lo que
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
pensaba de ti no eras tú, sino un vano fantasma. Mi de la Salvación o historia del amor de Dios a los hombres.
error era mi Dios" (Confesiones 4, 7, 12). Y más La revelación versa principalmente sobre la segunda: Dios
adelante: "La causa principal y casi única de mis se manifiesta en la historia como el que ama al hombre
errores era el tener una idea equivocada de Dios" salvándolo; la reflexión cristiana a través de un constante
(Confesiones 5, 10, 19). Se trata de una observación muy proceso de interiorización ha formulado que Dios es así,
acertada, que revela una vivencia y un gran conocimiento es decir, amor porque siempre se ha manifestado en la
de las personas. Se lo decía a la gente en uno de sus historia de los hombres amando" (Seguimiento de Jesús
sermones: A veces decimos de Dios tales cosas que no en el amor en medio de este mundo, rev. Confer, n. 78,
nos atrevemos a decirlas de nosotros mismos (Sermón abril-junio 1982, pp. 393-394).
113, 2). Al comienzo de las Confesiones encontramos la
Ojeando los muchos textos sobre este tema que se
explicación: El que no conoce a Dios, fácilmente se
encuentran en la obra agustiniana, llaman la atención los
expone a invocar lo que no es Dios (Confesiones 1, 1, 1).
de la segunda vertiente, y que son la mayor parte. Dios es
Es decir, el que no conoce al Dios verdadero, tiende a
Dios para el hombre (el "Dios-con-nosotros"). Y porque es
inventar dioses.
amor, es luz, dulzura, vida, salvación, belleza, alegría, etc.
Las conclusiones que se podían sacar de estas
“Lo propio de Dios es dar (como el amor). A él no le da
afirmaciones, tanto para la espiritualidad como para la
nadie, porque no hay nadie mejor que él" (Sermón 13,
pastoral, son muchas. La primera, y que resume las
3). Con la debida distancia, se podía decir de Dios lo que
demás, es que del concepto que tengamos de Dios, así
Agustín escribe de sí mismo: "mi peso es mi amor,
será el que tengamos de nosotros, de los demás, de la
adondequiera que voy, soy llevado por el amor"
sociedad y también de nuestro modo de actuar (un Dios-
(Confesiones 13, 9, 10).
Juez, un Dios-lejano, un Dios-veleta, un Dios-Amor...).
2. DIOS NOS AMA
No entra en este cuaderno hacer una exposición, pero
considero necesario profundizar un poco, porque en "Dios es amor". Por eso nos ama siempre. Y no de un
cristiano no se puede hablar del amor sin saber quién es modo general o abstracto, sino cuidando de cada uno
Dios. En los escritos de san Agustín se encuentran como si no tuviera más de quien cuidar (íd. 3, 11, 19). Y
muchas respuestas a las preguntas de cómo o quién es no un día o durante una temporada, no hoy mucho y
Dios. Por ejemplo. mañana poco. Dios nos ama siempre y en grado sumo:
"hasta el fin" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 55,
Dios-Belleza. "¡Tarde te amé, Belleza siempre antigua y
2). Para nuestro bien, Dios no puede dejar de amarnos, ni
siempre nueva!" (Confesiones 10, 27, 38). Éste es un
poner límites a su amor. Continúa amándonos, aunque
aspecto muy importante. Dios, que es Belleza, y la belleza
nosotros no le amemos a él.
de lo creado como "esplendor" de la bondad de Dios. Ha
sido un gran acierto el de B. Háring al introducir este Tan importante es este apartado, que Juan Pablo II
apartado en la Moral. Y es que, como escribe al comienzo: escribe: "¡El hombre es amado por Dios! Éste es el
"Una moral situada bajo la ley de la gracia es por su simplicísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es
misma naturaleza una moral de belleza y de creatividad" deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada
(Libertad y fidelidad en Cristo, Ed. Hérder, 1982, II, p. cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio:
120). En el pensamiento agustiniano no es posible ¡Dios te ama!" (Los fieles laicos 34).
entender el amor sin la belleza, la bondad y la verdad. Es
la trilogía que buscaba Agustín. La encontró cuando 3. DIOS NOS HACE AMABLES
encontró a Dios. "Dios es amor" y Dios nos ama. Pero el amor de Dios no
Dios-Misericordia. Dice Agustín que el adelantarse de Dios se reduce a un simple deseo o sentimiento. Llega hasta
donde no puede llegar ningún otro amor: hasta hacernos
se llama misericordia. Es lo que hace el amor
(Comentarios a los Salmos 58, 2, 11). "¿Quieres saber "amables", es decir, hacernos "capaces" de amar y de ser
hasta dónde llega la misericordia de Dios? Ámale" (íd. amados. Esta capacidad no significa solamente
32, II, 2, 28). El amor es el "lugar" correcto para entender "posibilidad", sino también "necesidad" y "creatividad". Yo
la misericordia y la corrección. Así como ha sido un error "puedo", pero también "necesito". El hombre tiene
necesidad de amar y ser amado. Fue una de las primeras
tratar de explicar la gracia al margen del amor, también lo
es con relación a la misericordia, la humildad y la libertad. cosas que descubrió Agustín: que el hombre no puede
vivir sin amar. Es la razón de la búsqueda agustiniana. Y
¿Consecuencias? Unos conceptos muy pobres de gracia,
misericordia, humildad, libertad, etc. En Agustín no es de la amistad.
posible, porque hay que partir del amor. La gracia es el Éste es el fundamento más "original" y más rico de la
amor gratuito de Dios. Y la misericordia, el amor de Dios espiritualidad agustiniana, y me atrevería a decir de todo
curando al hombre. su pensamiento. Naturalmente, aquí me refiero a la
dimensión espiritual. Pero éste es un elemento también
Agustín habla también de Dios- Felicidad, Dios-Verdad,
Dios en sí mismo, Dios-Trinidad, etc. Pero, como hemos imprescindible en la antropología y la gnoseología
afirmado en la reflexión anterior, nos quedamos con Dios- agustinianas. La espiritualidad las supone.
Afortunadamente, muchos teólogos modernos han
Amor. Teniendo como trasfondo un texto agustiniano
(Sermón 34, 1-3), escribe Jesús Ma Lecea sobre la aprovechado este fundamento, llegando hasta hacerlo
punto de partida de sus estudios sobre la gracia (ver, por
afirmación "Dios es amor": "En el amor divino hay una
vertiente interna que muestra lo que Dios es en sí y otra ejemplo, Leonardo Boff, Gracia y liberación del hombre,
externa que se manifiesta en lo que llamamos la Historia Ed. Cristiandad, 1978, p. 227; Piet Fransen, en Mysterium
Salutis, IV/2, p. 887; González Faus, Proyecto de
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
hermano, pp. 501 y 558, y el Catecismo católico para "Dios es amor" es el modelo. Dios es comunión de amor.
adultos, publicado por la Conferencia Episcopal alemana, Su voluntad es que vivamos en comunión, como
BAC, 1989, p. 272). hermanos. El amor fraterno es el camino para llegar a
Dios. Amando a los hermanos, le amamos a él. Y esto
He aquí algunas afirmaciones de san Agustín: Dios nos ha
porque él se hizo "camino" y "hermano". Desde entonces,
hecho "amables" y por eso amamos (La Trinidad 9, 12,
el amor
18); fuiste amado primero para que te hicieras digno de
ser amado (Sermón 142, 5); fuimos amados para que es esencialmente "caminar". Tiende siempre a construir
pudiéramos amar (ib. 74, 4); fuimos amados para que senderos y puentes, a unir y a igualar, pero elevando.
recibiéramos el amor con que amamos a Dios (La gracia ¿Cómo si no podríamos imitar o seguir a quien nos amó
de Jesucristo y el pecado original 26, 27). Y todas las primero, a quien camina delante?
veces que Agustín cita el texto "El amor de Dios ha sido
Por último, partiendo de este comienzo (Dios amor, Dios
derramado en nuestros corazones...", que es uno de los
comunidad de amor), el acento no hay que ponerlo en la
textos bíblicos más citados en sus escritos.
acción, la eficacia, sino en el ser, la intención
Es importante notar que éste es el amor de que más habla (fundamentada), la búsqueda, las actitudes, etc. Lo dice el
Agustín. Un amor que es "don" y por consiguiente no mismo Agustín: "la búsqueda habla más que el hallazgo"
procede de nosotros. Pero que Dios nos lo da para que le (Confesiones 12, 1, 1). La fuerza del cristiano, y sobre
amemos. El hacernos "amables" significa que este amor todo del religioso, no está en predicar ni en hacer cosas,
tiene la fuerza para crecer. Se podía decir que es algo sino en ser y en practicar.
parecido a lo que san Lucas describe en las parábolas del
PARA EL DIÁLOGO
"grano de mostaza" y de la "levadura" (Lucas 13, 18-21),
que ya llevan en sí la fuerza y la vitalidad transformadoras. • ¿Qué concepto o idea tienes de Dios? ¿Quién es
Lo que necesita es la "tierra", la "masa" para crecer y dar Dios para ti?
fruto. Por eso, aunque el amor con que amamos a Dios
nos lo da Dios gratuitamente, también es fruto nuestro • ¿Cuál es la prueba más grande de que Dios nos
(Tratados sobre el Evangelio de san Juan 87, 1). ama? Nuestra existencia, la venida de su Hijo al
mundo, la gracia, la naturaleza...
Este fundamento es clave en espiritualidad. No tenerlo en
cuenta es pretender edificar sobre el vacío. Porque sin • ¿Conoces alguna fuente más abundante que la de
este amor no es posible ni la oración, ni la alabanza, ni el "Dios-amor"?
culto verdadero, ni siquiera la verdadera amistad. Por eso,
si queremos que tengan valor, debemos procurar que
nazcan de este amor y sean alimentados por él. Agustín III. AMOR DEL HOMBRE A DIOS, A SÍ MISMO Y AL
mismo dice que el hombre ha sido creado "laudable" PRÓJIMO
(Sermón 29, 1). Y dice más: que Dios se dignó alabarse a
sí mismo; se hizo amable, se hizo asequible y nos llena de "Un letrado se acercó a Jesús y le preguntó: ¿Qué
su Espíritu para que le alabemos (Comentarios a los mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: El
Salmos 144, 1); nos "asaetea" para hacernos "amantes" primero es: 'Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el
único Señor: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
(íd. 119, 5).
con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser'. El
Como es el fundamento más profundo y más sólido, es segundo es éste: 'amarás a tu prójimo como a ti mismo'.
también la razón más convincente para eliminar toda No hay mandamiento mayor que éstos" (Marcos 12, 28-
sospecha de pesimismo. El que ama de verdad no puede 31).
ser pesimista. Uno no puede amar y ser al mismo tiempo
Para dar más actualidad al texto evangélico, podíamos
"profeta de calamidades", que diría Juan XXIII.
imaginarnos la siguiente ambientación: tiempo de
También se podía considerar como el fundamento más exámenes, de repaso, de preocupación, de incertidumbre
sólido para un auténtico ecumenismo. Partiendo de esta y hasta miedo. En el capítulo 12 san Marcos reúne una
base común, es como mejor se podría apreciar el serie de preguntas que hacen a Jesús los distintos
crecimiento de la semilla. representantes de grupos judíos. Una pregunta sobre
política, un tema tan escurridizo (12, 13-17); otra sobre la
Por consiguiente, y a modo de conclusión:
resurrección de los muertos, un tema tan difícil de
"Dios es amor", "Dios me ama", es el fundamento de la entender (12, 18-27) y una tercera sobre leyes, la red
espiritualidad agustiniana. Y no sólo por lo del amor, sino tejida de tantas normas, ritos y tradiciones de la que era
también por lo de Dios; por los dos, que en realidad es casi imposible escapar (12, 28-34). Se trataba, pues, de
uno. Un amor que no estuviera enraizado en Dios, ¿hacia preguntas difíciles, como las que hacen algunos
dónde nos conduciría? Y un Dios que no fuese amor ¿de profesores que quieren "pillar" a sus alumnos.
qué nos serviría?
¿Cómo respondió Jesús? Según el mismo san Marcos,
"Dios es amor" es la fuente de nuestro amor a Dios, a sorprendiendo a todos (12, 17). Incluso, haciendo una
nosotros mismos y al prójimo. Dios nos amó primero. Y de pregunta, que no supieron responder (12, 35-37). Con ello
su amor brota el nuestro. Si amamos, es porque Dios nos quedaba claro quién era el Maestro y quiénes los alumnos.
ha amado y nos sigue amando. Si buscamos, es porque En el caso que nos atañe, se trata de un maestro de la
Dios nos ha buscado antes. Si oramos, es porque él ha Ley, que había oído las respuestas de Jesús y le habían
prometido escucharnos y ayudarnos. parecido buenas (12, 28). Se acerca a él y le hace la
pregunta: "¿Qué mandamiento es el primero de todos?"
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
(12, 28). En la respuesta no sobra ninguna palabra, y cada San Agustín lo captó perfectamente. Por eso decía a los
una de ellas encierra una lección. fieles: "Recordad siempre, hermanos, estos dos
preceptos. Y no solo cuando yo hablo o hago mención
"Escucha, Israel". Es una cita del Antiguo Testamento.
de ellos. Jamás se deben borrar de vuestros
Con ella quiere decir al que pregunta: la respuesta la
corazones. Pensad siempre, siempre en absoluto, que
tienes en el libro; sólo tienes que leer, "escuchar". ¡La
se debe amar a Dios y al prójimo: a Dios, con todo el
necesidad de escuchar en un examen! Y en la vida
corazón, con toda el alma y con toda la mente, y al
también. ¡Cuántas respuestas equivocadas porque no se
prójimo como a uno mismo'. Esto es lo que hay que
escuchan las preguntas! ¡Cuántos caminos equivocados
pensar siempre, meditar siempre, recordar siempre y
porque no se escuchan los consejos!
cumplir siempre. El amor a Dios es lo primero que hay
"El Señor, nuestro Dios, es el único Señor". Es la verdad que predicar, y el amor al prójimo lo primero que hay
básica. El fundamento de las afirmaciones que siguen. Si que practicar" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan
Dios es el único Señor, sólo él puede exigirlo todo. No hay 17, 8).
lugar para los ídolos, sean de la clase que sean: piedras,
San Marcos cierra el capítulo 12 con dos ejemplos que
personas y hasta vicios. Al hombre siempre le está
simbolizan dos reacciones distintas a las enseñanzas de
acechando la tentación del orgullo, la riqueza, el afán de
Jesús. Por una parte, la reacción de los letrados (fariseos,
poder, etc. Por eso nunca debe olvidar esta verdad
saduceos, maestros), y por otra, la de una viuda (los
fundamental.
pobres, los humildes, los sencillos). La primera es
Este principio es básico también en el apostolado. rechazada por Jesús porque obran por egoísmo, soberbia,
Aplicable al pastor, cuyas ovejas no son suyas, sino de ambición y afán de sobresalir. Las expresiones son claras:
Cristo, como Agustín repetía continuamente; y a los fieles "pasearse con amplio ropaje", "buscar los asientos de
que, a veces, hacen las cosas por las personas y no por honor". La segunda es alabada, por el desprendimiento,
Dios. "El vicio que más deben evitar quienes humildad y pobreza de corazón: "los demás han echado
apacientan las ovejas de Cristo, es buscar sus propios de lo que les sobraba, mientras que ésta dio todo lo que
intereses y no los de Jesucristo, convirtiendo en tenía". Es lo que hace el amor.
utilidad propia a aquellos por quienes derramó su
1. EL AMOR DEL HOMBRE A DIOS
sangre Cristo" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan
123, 5). Si Dios nos hace "amables" y nos ama tanto, ¿qué
excusas puede inventar el hombre para no amar a Dios?
Una vez puesto el fundamento, lo demás se sigue como
Tenemos que admitir que la raíz principal de las
consecuencia:
dificultades y problemas del hombre está en el hombre,
"Amarás al Señor tu Dios". Es más que un mandato y una por no amar a Dios en el orden señalado por el mismo
obligación. Dios nos exige mucho más. "Dios es amor". Y Dios. "Amados, amémonos unos a otros, ya que el amor
el amor propiamente no se manda. ¿Quién puede es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce
obligarnos a amar? A hacer algo externo, sí. Pero amar es a Dios; el que no ama no conoce a Dios, porque Dios es
mucho más. Es darlo todo, incluido uno mismo. Dios lo amor" (1 Juan 4, 7-8). Y comenta san Agustín: "¿qué más
quiere todo... porque nos lo ha dado todo. Y así lo explica puede decirse, hermanos, en alabanza del amor? Si nada
a continuación: más se dijese en todas las páginas de la Escritora, y
solamente oyésemos en voz del Espíritu de Dios: 'porque
− "Con todo tu corazón": todos tus sentimientos; le Dios es amor', nada más deberíamos buscar". Y continúa
amarás más que a todos los seres queridos tuyos. el comentario, sacando esta sorprendente conclusión:
− "Con toda tu alma": con toda tu vida; todo lo que "Ved, pues, que obrar contra el amor es obrar contra Dios"
hagas. (Tratado sobre la primera Carta de San Juan 7, 4-5).
Efectivamente, el amor, como Dios, es uno solo. Es
− "Con toda tu mente": todos tus pensamientos. semilla y fruto. Es fuente y es río. Es don y es tarea. Por
− "Con todo tu ser": con todas tus fuerzas, como eso no podemos amar a Dios si no amamos al prójimo.
traducen otros. Se refiere a lo que uno es y tiene. "No podemos ser buenos si no es por el amor" (Tratados
A Dios hay que amarle totalmente. Es la sobre el Evangelio de San Juan 87, 1).
observación que hace san Agustín al comentar 1. 1. El hombre
este pasaje: las especificaciones tienen la
finalidad de abarcar todo lo que es, tiene y hace la Si en espiritualidad el concepto que tengamos de Dios es
persona; que todo quede incluido en este precepto fundamental y define nuestro estilo de vida, no lo es
del amor (La doctrina cristiana 1, 22, 21) menos el que tengamos del hombre (la antropología). En
el pensamiento agustiniano caminan juntos. El hombre no
"El segundo es éste: amarás a tu prójimo como ti mismo. puede dar un paso sin Dios; pero el conocimiento y el
No existe mandamiento alguno mayor que éstos". El amor de Dios lo tiene que expresar el hombre a su modo y
doctor de la Ley le había preguntado por el primero, pero en su lenguaje (La ciudad de Dios 17, 6, 2).
Jesús añade el segundo. Lo cual quiere decir que el
mandamiento más importante no es uno, sino dos. Esta Tampoco aquí es nuestra intención hacer una exposición
afirmación de Jesús dignifica al hombre, porque aunque de la antropología agustiniana. Solamente anotar algunas
no le ponga en el mismo nivel que a Dios, sí pone el amor, observaciones que puedan ayudarnos a profundizar en la
que viene de la misma fuente. espiritualidad.
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
En la obra agustiniana es fácil darse cuenta de que "Aunque son dos los preceptos, en realidad es uno
Agustín, en este tema, sigue un proceso semejante al que solo: ‘amarás a tu prójimo como a ti mismo'. Fijaos lo
apuntábamos anteriormente con relación a Dios. Lo reducido que está, y todavía somos perezosos. Ved
primero que encontramos es una serie de definiciones del que eran dos y se han reducido a uno. Ama al prójimo,
hombre que podíamos calificar de "clásicas" o heredadas. y ¡te basta! Pero ámalo como te amas a ti mismo, no
Pero esas definiciones le dejan insatisfecho. Por eso no se como te odias a ti mismo. Ama a tu prójimo como a ti
queda en ellas. Agustín profundiza, investiga, se examina mismo, pero lo primero es que te ames a ti mismo" (La
a sí mismo. Y ¿qué es lo que descubre? Pues unos doctrina cristiana 6, 5).
elementos que le conducen a definir y entender al hombre
"Amando a Dios se ama uno a sí mismo, y así puede
de otro modo. Para él el hombre es:
amar con provecho al prójimo como a sí mismo"
− Un ser unitario: "consta de cuerpo y alma", pero (Comentarios a los Salmos 118, 27, 6).
ninguno por separado constituye el hombre.
"El amor al prójimo comienza por el amor a uno mismo"
− Un ser en tensión; "se hace" dentro de una (Sermón 278, 8).
dialéctica existencial. "No hay necesidad de dar un precepto para que el
− Un ser en continua búsqueda; esta dimensión hombre se ame a sí mismo y ame también a su
necesitaría un apartado especial por el lugar cuerpo; es una ley inviolable de la naturaleza" (La
destacado que ocupa en el pensamiento doctrina cristiana 1, 26, 27).
agustiniano y también por las consecuencias El mayor peligro del amor a uno mismo podría ser el
prácticas: si el hombre es búsqueda, quiere decir orgullo. En la práctica es una tentación continua. Y podría
que también lo son la fe, la oración, el amor..., la convertirse en realidad si no se guarda el orden del amor.
espiritualidad. Hablar de "perfección" es hablar de Sin embargo, cuando el hombre está convencido de que
tender hacia la perfección. en la raíz está Dios y le ama, el peligro desaparece. Al
− - Un ser misterioso. Agustín lo define como amor correcto de uno mismo sigue la autoestima,
"pregunta", "problema", "abismo", "capacidad", etc. madurez, pensar positivamente de los demás, disfrute de
la vida, paz, etc. Con la humildad ha sucedido algo
1.2. El hombre es amor parecido. En el pasado se tenía un concepto muy pobre
Pero, sobre todo, es un ser creado a "imagen de Dios". porque se partía de un supuesto equivocado.
Por consiguiente, también se puede decir que es amor, y 3. EL AMOR AL PRÓJIMO
que su misión es ordenar y gobernar lo creado, liberar,
amar, etc. Hablando de Dios Agustín encontraba el También en este mandamiento Agustín parte del Dios-
fundamento de todo en la dimensión del amor: "porque Amor. Por eso se detiene e insiste en la unión del amor a
Dios es amor". Y hablando del hombre, también se podía Dios y al prójimo; en el amor a uno mismo, que es
repetir que el fundamento es: "porque el hombre es amor". propiamente el comienzo; en el amor al prójimo, que es el
No por sí mismo, sino por Dios, que nos ha hecho así. Nos camino para llegar a Dios; en quién es el prójimo; en la
hizo "amables", es decir, abiertos al amor y al diálogo. medida del amor al prójimo; y en que el amor al prójimo es
Hizo al hombre, se atreve a decir Agustín, "capaz de el fundamento de las relaciones humanas, es decir, de la
Dios" (La Trinidad 14, 4, 6). paz interior y exterior. Según Pablo VI, "el signo de los
tiempos es el amor al prójimo" (24 de diciembre de 1974).
2. AMOR DEL HOMBRE A SÍ MISMO Es lo que predicaron san Juan y san Pablo. Y lo que
Es uno de los apartados del pensamiento agustiniano que repetía san Agustín (La disciplina cristiana 5, 5). En el
sorprenden por una doble razón: por ser un tema repetitivo obispo de Hipona la perfección personal y la preocupación
y porque en el pasado apenas se insistía en él. Más bien por mejorar la sociedad (la fraternidad) van unidas. El
había sido un filón olvidado. Hoy aparece hasta en el cristiano no puede encerrarse en sí mismo, pensando en
Catecismo de la Iglesia Católica: "El amor a sí mismo que sólo Dios basta. La razón más convincente es que
constituye un principio fundamental de la moralidad" (n. Dios no piensa ni actúa así. Él, que es Amor, decidió estar
2264). San Agustín lo razona del modo siguiente. Es con los hombres (Dios-con-nosotros).
imposible que el hombre se desconozca totalmente a sí Como el tema es de los más importantes, los textos son
mismo. Y lo mismo con relación al amor: no hay hombre también numerosos:
que no se ame a sí mismo. En lo que insiste es en que
este amor esté enraizado en Dios. Se podía, pues, decir "Si no ves a Dios es porque no tienes amor. Y no lo
que en san Agustín el amor a sí mismo está unido al amor tienes porque no amas al hermano" (Tratado sobre la
al prójimo y que en este sentido el primer prójimo es uno Primera Carta de San Juan 9, 10).
mismo. "Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros"
Los textos son muchos: Veis que ninguna otra cosa se nos manda si no es que
nos amemos unos a otros" (íd. 6, 9).
"La contextura de la mente humana es tal, que
siempre se recuerda, siempre se conoce y siempre se "Cuando el Señor nos manda amar al prójimo como a
ama... El que sabe amarse, ama a Dios, el que no ama a nosotros mismos', no debemos entender por 'prójimo'
Dios aunque se ame a sí mismo, en realidad no se al que está cerca de nosotros por la sangre el
ama" (La Trinidad 14, 14, 18). (parentesco), sino al que está cerca por la sociedad de
la razón, en la cual todos los hombres somos socios"
(Carta 155, 14).
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
"La medida del amor al prójimo es el amor a nosotros pregunta que él se hacía era más bien ¿por qué el
mismos" (Contra la mentira 6, 9). hombre, habiendo sido creado en tanta grandeza, puede
llegar a caer en tanta miseria? (La Trinidad 14, 12, 15-16).
"Cada uno ama al prójimo como a sí mismo si ama a
La respuesta correcta no parece ser otra que ésta: porque
Dios, porque el que no ama a Dios, tampoco se ama a
el hombre ama poco o ama mal. Cuando sucede esto
sí mismo" (Tratados sobre el Evangelio de san Juan 87,
tiene lugar una "ruptura", un "desorden", una
1).
"desobediencia"; es el pecado. Como escribe un autor
"Esto es lo que nos enseña y se aprende en la casa de moderno: "La mayor crisis de nuestro tiempo, que culmina
la disciplina (la Iglesia): a amara Dios y al prójimo" en el final de este segundo milenio, no es primordialmente
(Sermón sobre la disciplina cristiana 3,3). una crisis económica ni política, es nuestro exilio lejos de
nuestras raíces espirituales. Nos ha ocurrido una gran
"El amor al prójimo es como el nido del amor de Dios"
desgracia: hemos expulsado a Dios, Aliento de nuestro
(Las costumbres de la Iglesia católica 1, 26, 5). aliento" (Stan Rougier, ...porque el amor viene de Dios,
"No hay camino más seguro para llegar a Dios, que el Sal Terrae, 1991, p. 47).
amor al prójimo" (íd. 1, 26, 48). En los escritos de Agustín se encuentran muchas
PARA EL DIALOGO "definiciones" de pecado. Algunas son muy conocidas
porque han sido recogidas por los catecismos. Por
• ¿Qué concepto o idea tienes del hombre, de la ejemplo, estas dos: "Pecado es un hecho, un dicho o un
persona humana? deseo contra la ley eterna" (Réplica a Fausto, el
• ¿Cómo podemos demostrar a Dios que le maniqueo 22, 27); pecado es "alejarse de Dios"
amamos? (aversio), que es el Creador supremo, y abrazarse
(conversio) a las criaturas inferiores" (Cuestiones
• ¿En qué sentido se dice que "obrar contra el amor diversas a Simpliciano 1, 2, 18). Lo que ocurre con estas
es obrar contra Dios"? definiciones es que, con frecuencia, se sacan del contexto
• ¿Nos ve la gente hoy día a los cristianos como y se interpretan de un modo externo, casi legalista. Sin
testigos del amor? embargo, en san Agustín las dos se encuentran dentro del
"orden" y del "amor".
En conclusión, que lo primero que habría que tener en
IV. NO SER FIELES AL AMOR cuenta al hablar del pecado es el amor, o mejor, desamor.
El pecado consiste en amar mal o en no amar lo que se
ES conocido por todos lo mucho que san Agustín habla debe amar (omisiones), o en amar menos de lo debido.
del pecado. Es una de las facetas de su pensamiento que Separado del amor, el pecado no tiene sentido.
contrastan con la "modernidad", la cual se caracteriza,
entre otras cosas, por el intento de hacer desaparecer del PARA EL DIÁLOGO
hombre todo rastro de culpabilidad. En los escritos del • La pregunta que el sacerdote hace a los padres y
Obispo de Hipona se encuentra abundante materia sobre padrinos en la celebración del bautismo: "Al pedir
este tema. También una descripción detallada de la vida y el bautismo para vuestro hijo, ¿sabéis que os
del proceso que sigue el pecador. Y lo hace con tanta obligáis a educarlo en la fe, para que este niño,
viveza que, cuando uno lee el número 13 de la guardando los mandamientos de Dios ame al
constitución del Vaticano II, Sobre la Iglesia en el mundo Señor y al prójimo como Cristo nos enseña en el
actual, lo del abuso de la libertad, inclinación al mal, Evangelio?"
ruptura del orden debido, división interior del hombre,
lucha, incapacidad, necesidad de ayuda, etc., y la primera • ¿Por qué muchos cristianos no son fieles al
parte del 19: la vocación del hombre, el diálogo con Dios, compromiso que hicieron el día de su bautismo?
el amor de Dios, etc., parece que está leyendo a san ¿Qué es lo que muchos padres buscan al pedir el
Agustín. bautismo para sus hijos?
Algunos autores se sienten un poco desilusionados por
esta insistencia. Yo también lo estaría si no supiera que
Agustín habla más de Dios, de la gracia y del amor.
Precisamente, porque habla mucho del amor y de la
gracia, habla también del pecado. No porque lo exija la
gracia (no pueden existir juntos), sino porque Agustín es
un pastor y tiene siempre en cuenta la realidad. El que se
decide por el estilo de vida que exige el amor cristiano,
sabe que el camino es "estrecho", que no tiene marcha PARA ORAR CON SAN AGUSTÍN
atrás y que hasta se le puede pedir la vida. El que no ¡Tarde te amé,
comprenda la gravedad del pecado, esto es, del egoísmo, hermosura tan antigua y tan nueva,
la corrupción, la venganza, la violencia, la opresión, la tarde te amé!
injusticia, etc., es porque no ha experimentado la grandeza
del amor de Dios. El caso es que
Tú estabas dentro de mí
Hoy se repite que el hombre es grandeza y miseria. Y y yo fuera,
pocos lo han experimentado como Agustín. Pero la y por fuera te buscaba;
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Mandamiento Nuevo
8
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
para que vivamos por medio de él. En esto consiste el de imponer tiene unas bases muy frágiles (perso-
amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino na-objeto, consumismo, etc.) y aumentaría la distancia
en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propi- entre ricos y pobres, la explotación e incluso "esclavi-
ciación por nuestros pecados. Si Dios nos amó de esta tud" de muchas personas. Éstas estarían cada vez
manera, también nosotros debemos amarnos unos a más a merced del consumo y la eficacia. Como ha
otros... Nosotros amemos (a Dios), porque él nos amó dicho alguien: cuando el hombre se hace más rico,
primero. Si alguno dice: "Amo a Dios" y aborrece a su disminuye su sensibilidad y preocupación por los ne-
hermano, es un mentiroso, pues quien no ama a su cesitados.
hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no
La globalización que debe poner en práctica el cris-
ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien
tiano es la que se fundamenta en los valores cristia-
ama a Dios ame también a su hermano..." (íd. 4, 7-21).
nos, sobre todo el amor y la fraternidad universal. El
El apóstol desciende a la realidad y utiliza un lenguaje plan de Dios, el mandamiento nuevo, el amor como
sencillo. Para él, el amor a los hermanos es el centro; centro de comunión son ya de por sí globalizaciones.
pero la razón es porque Dios nos ha amado primero. Sobre éstas se debe construir la económica y la tec-
La carta termina con una frase muy llamativa y siempre nológica. "La Iglesia tiene que dar hoy un gran paso
actual: "Hijos míos, guardaos de los ídolos". Es posible adelante en su evangelización; debe entrar en una
que literalmente se refiera al culto al emperador, pero nueva etapa histórica de su dinamismo misionero"
no hay que descartar otras interpretaciones. En la vida (Los fieles laicos 35). Esta nueva etapa debería ca-
el cristiano se encontrará con otros "ídolos" no menos racterizarse por la vivencia y anuncio de la "civilización
perniciosos, que le tientan continuamente: el poder, el del amor": "A la crisis de civilización hay que responder
dinero, los puestos de honor, el egoísmo, la comodi- con la civilización del amor, fundada sobre valores
dad, la rutina, la pereza, etc. El comentario de san universales de paz, solidaridad, justicia y libertad, que
Agustín discurre en la misma dirección, pero teniendo encuentran en Cristo su plena realización" (Ante el
en cuenta los problemas de la Iglesia y de la sociedad tercer milenio 52).
de su tiempo.
San Agustín habla de la "anchura del amor" (Sermón
En el prólogo se encuentra la explicación del porqué 163, 1; 165, 4; 358, 4, etc.). Hoy se podría traducir por
de este comentario. Estaban celebrando la semana de la "globalización del amor". En el amor cabemos todos.
Pascua, un tiempo de gozo. Por este motivo desea Por eso las puertas del amor (del corazón) hay que
predicar sobre un tema alegre. Pero la razón principal mantenerlas siempre abiertas; de lo contrario corre-
de escoger esta Carta de san Juan es porque toda ella mos el riesgo de asfixiarnos. No hay nada más global
habla del amor. En los diez sermones hace notar, que el amor. Lo que tenemos que hacer es avivarlo. Es
repetidamente, que el tema que san Juan recomienda el objetivo que se proponía san Agustín. Lo explicaba
en dicha carta es el amor: aunque parezca que habla de una manera sencilla: somos caminantes, peregri-
de otra cosa, siempre vuelve al tema del amor (Tratado nos; nuestra patria es el cielo. En nuestro caminar
sobre la Primera Carta de San Juan, 5, 7). También es encontraremos muchas cosas que tenemos que dejar
digno de resaltar las continuas llamadas al interior. El para los que vienen detrás. Hay otras que tenemos
amor es un tema profundo; por eso, es importante que adquirir y llevar con nosotros si queremos llegar al
discernir: saber si es o no auténtico (íd. 5, 6; 6, 2-4; 8, final. Estas cosas se reducen al amor a Dios y al pró-
9, etc.). jimo. Nadie puede quitárnoslas contra nuestra volun-
tad. Además, son las que nos proporcionan la verda-
En uno de los sermones hace una observación sobre
dera seguridad y los recursos para compartir con los
los términos "dilección" ("dilectio") y amor ("amor"). El
demás. Las otras, las materiales, producen deleite,
primero, dice, se suele usar cuando se refiere a un
pero también pueden ser causa de muchos males.
amor que indica benevolencia, el amor en grado ele-
Agustín termina animando al oyente a "levantar la voz
vado; el segundo se refiere más al amor humano (íd. 8,
contra los que proponen tales deleites" (Tratado sobre
5). Pero no siempre se atiene a esta aclaración. Todo
la Primera Carta de San Juan 10, 6); es decir, contra
el comentario está centrado en el amor ("dilección").
los que proponen una "globalización" exclusivamente
Por eso se podía afirmar que la exposición que hace
económica.
Agustín es toda ella un canto al amor (fraterno). Un
amor que es el lazo de unión con Dios, con Cristo, con PARA EL DIALOGO
el Espíritu Santo y con la Iglesia. Y también el núcleo
de convivencia y fraternidad universal. • Si el amor es lo principal de nuestra vida,
¿por qué escasea tanto?
La carta de san Juan y el comentario de san Agustín
son dos escritos muy actuales. Aunque existan algu- • Del 1 al 10, ¿qué calificación darías a tu
nos problemas nuevos, como los relacionados con la amor fraterno?
técnica, otros muchos, sin embargo, siguen siendo los • ¿Por qué muchos se oponen a la globali-
mismos o parecidos a los de antaño: la libre interpre- zación?
tación de la Palabra de Dios, el tratar de justificarlo
todo, el divorcio entre la fe y la vida, el olvido de los II. EL AMOR, FUENTE INAGOTABLE
principios y valores fundamentales, etc.
SAN Agustín, cuando habla de la perfección, lo hace
Por mencionar uno muy actual, pero de consecuencias partiendo de la unidad. No entiende las virtudes o
muy graves, señalaría la globalización. La que se trata valores como árboles de un bosque, sino más bien
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
como ramas de un solo árbol que se manifiesta de salimos rejuvenecidos (íd. 1, 5). Por último, la libertad
diversas formas. Lo hace hasta el punto de afirmar que como el amor, no es vejez. Nos hacemos mejores o
"el amor es el que ora, el amor es el que busca, el amor peores queriendo (íd. 4, 7). En el amor solamente se
es el que llama, el amor es el que encuentra, el amor crece o se disminuye queriendo (íd. 3, 1). Por eso la
es el que permanece" (Las costumbres de la Iglesia libertad supone un orden y una obediencia (íd. 8, 7).
católica 1, 17, 31).
4. EL TRABAJO
De esta afirmación se concluye que en la definición de
También el trabajo tiene que ver con el amor. Es co-
las virtudes y valores, y de lo que forma parte de la vida
nocida la frase de san Agustín: "El que ama no siente
del cristiano, entra el amor; todo está relacionado con
el trabajo; cualquier trabajo es pesado para el que no
el amor. Y en el fondo con Dios, porque hablar del
ama" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 48, 1).
amor verdadero es hablar de Dios. En el comentario a
En el comentario a la primera carta del apóstol repite el
la primera Carta de san Juan se encuentran muchos
mismo pensamiento: lo que produce trabajo, fatiga y
ejemplos:
preocupaciones es lo que no debemos amar. Por
1. LA ORACIÓN ejemplo, la avaricia. Quizá conseguiste muchas ri-
quezas, pero perdiste la tranquilidad; adquiriste oro,
En realidad, "es el amor el que ora" (Tratado sobre la
pero perdiste el sueño. Son las consecuencias que
Primera Carta de San Juan 6, 8). Aquel en el que
trae consigo la avaricia. Sin embargo, a Dios nadie le
exista la raíz del amor conseguirá de Dios todo lo que
ama con fatiga. Él te dice: ámame. Para llegar a mí no
pida (íd. 6, 4). Pero Agustín se da cuenta del problema:
tienes que recurrir a ningún intermediario ni tienes que
pedimos muchas cosas que no recibimos, ¿será por-
abandonar a nadie. No hay cosa más dulce que este
que no amamos? Y responde: no. Dios, añade, no nos
amor (cf. Tratado sobre la Primera Carta de San Juan
escucha siempre en nuestros deseos, pero sí en orden
10, 4). A los que este amor rechaza es a los perezosos
a la salvación. Y pone el ejemplo de san Pablo, a quien
(íd. 9, 1).
Dios no le concedió lo que pedía (2 Corintios 12, 9) y el
ejemplo del médico: te da todo lo que te ayude a re- 5. LA ALEGRÍA
cuperar la salud, pero te niega lo que pueda empeo-
Es uno de los propósitos del comentario de san Agus-
rarte (Tratado sobre la primera Carta de San Juan 6, 7;
tín. Pero aquí me refiero a que el amor produce gozo y
6, 8). La respuesta es que hay que aprender a pedir.
alegría. Hoy día no hablamos mucho del gozo y de la
Hay que hacerlo como el enfermo al médico: dile la
alegría de Dios; pero el evangelio sí lo hace (íd. 8, 14).
enfermedad; el médico se encargará de hacer todo lo
San Juan dice que fue "testigo" y anuncia lo que "vio y
posible para que recuperes la salud. Tú preocúpate de
oyó". Y comenta san Agustín: "Nosotros hemos oído
amar; Dios sabe de lo que tienes necesidad. Que pida
pero no hemos visto. ¿Somos acaso menos felices
el amor y ahí estarán presentes los oídos de Dios.
que ellos, que le vieron y oyeron?" No, porque somos
Quizá no te conceda lo que tú quieres, pero sí lo que te
"socios", pues tenemos en común la fe. Cuando el
conviene (íd. 6, 8).
amor sea pleno, el gozo será también pleno (íd. 1, 3).
2. LA HUMILDAD Donde no hay amor, tampoco hay alegría (íd. 9, 1).
La humildad consiste en reconocer lo que somos y 6. LA SALVACIÓN
comportarnos como tales ante Dios y ante los hom-
No hay salvación a no ser en la comunión con Dios (íd.
bres. Al reconocer lo que somos, habita en nosotros la
1, 5). Dios es luz; luego para salvarse hay que ser luz.
verdad, que es luz. También la humildad está enrai-
Lo mismo hay que afirmar del amor. Lo que salva no es
zada en el amor. De ahí su valor, pues hace más fuerte
la ciencia, sino la caridad (íd. 2, 8). Tener la raíz de la
al amor (íd. 1, 6). Pero la humildad no es sólo una
caridad es garantía de salvación (íd. 2, 9). Teniendo la
virtud de principio que nos invite a mirar hacia dentro, a
caridad, ni las alabanzas de los hombres te elevan al
la raíz de los valores, hacia la gratuidad. Nos invita
cielo, ni sus reproches te harán bajar de él; sólo el
también a mirar hacia adelante, porque, siendo hu-
amor conduce a la vida (íd. 6, 3). Precisamente, una de
mildes, somos guiados por Dios (íd. 7, 2). De este
las pruebas de que amamos de verdad a los hermanos
modo la humildad resume la doctrina de la interioridad:
es si en ese amor buscamos sólo su salvación (íd. 6,
mirar hacia dentro para ser iluminados, y con esa luz
4).
ver mejor en la vida y alumbrar a los demás.
7. EL APOSTOLADO
3. LA LIBERTAD
Después de encarecer, como san Juan, el amor,
La libertad, en sentido cristiano, está unida al amor. La
Agustín hace una exhortación a poseerlo y extenderlo.
libertad es liberación; espiritual siempre, y a veces
No tenemos, dice, que pagar nada. Es gratis. "Te-
también corporal (íd. 8, 7). La iniquidad oprime, mien-
nedlo, abrazadlo. Nada hay más dulce que el amor. Si
tras la bondad (el amor) libera y produce alegría (íd. 1,
es así cuando se hace mención de él, ¿cómo será
5). El amor libera de muchas preocupaciones porque
cuando se posee?" (íd. 7, 10). De un modo especial
nos "obliga" a dar lo superfluo a los necesitados (íd. 6,
exhorta a practicar la caridad fraterna o amor a los
1). La libertad auténtica está dirigida por y hacia el
hermanos. El amor no puede casarse con la pereza
amor fraterno. Por eso, donde hay amor no hay es-
"No amo a los perezosos" sermoneaba Agustín a los
trecheces; todo es anchura (íd. 10, 6). Esta libertad la
fieles (íd. 9, 1). El amor es vida, es actividad, es fuego,
adquirimos en el bautismo (nacimiento). En él entra-
tiende siempre a crecer. La Iglesia está extendida por
mos siervos y salimos libres, entramos envejecidos y
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
todo el mundo; por eso tu amor debe abarcar a todos difícil. Para los que buscan la patria o corren hacia ella,
(íd. 10, 10). Si de verdad amas a Cristo, extiende su este mundo es como el desierto para el pueblo de
amor por todo el mundo. No te contentes con amar a Israel. Andaba errante, pero no extraviado. Dios los
tus familiares, a los que están cerca de ti. "Prolonga tu ejercitaba. Su "camino" era la ley del Señor (íd. 7, 1). El
amor hasta los desconocidos. Deja atrás también a "camino de la justicia", el "camino del amor" y el "ca-
éstos y llega hasta los enemigos". mino del Señor" es el mismo camino (íd. 1, 9).
Al afirmar Agustín que el amor es como el fuego, Nosotros tenemos el ejemplo de Cristo. Aunque subió
quiere decir que prefiere el apostolado por contagio: al cielo, habita en los hermanos y sigue peregrino. Está
"quemar" primero a los más cercanos y luego ir ex- en el cielo y desde allí habla, porque sus miembros son
tendiéndose hasta los que están más lejos. Éstos pisados en la tierra (íd. 10, 9). De ahí el consejo: "No
serían los pasos o la trayectoria: uno mismo, familia- nos apartemos del camino; mantengámonos en la
res, amigos, conocidos, desconocidos, enemigos, unidad de la Iglesia, tengamos a Cristo, tengamos el
todos (íd. 8, 4). Es la "globalización del amor". amor" (íd. 9, 11).
8. LOS SACRAMENTOS 11. LA SANTIDAD
Lo ideal es la unión entre el amor, la Palabra de Dios y Si los valores tienen por fuente el amor, los santos lo
los Sacramentos. Dicha unión es necesaria para cre- tienen también como fuerza principal. Ella los guía y
cer (íd. 3, 1). Los sacramentos "pueden" recibirlos los impulsa hacia la meta, que es Dios. Los santos son
también los malos; hasta pueden llamarse cristianos. como "prolongación" de Cristo y actúan desde el amor
Lo que no pueden es "ser malos y tener la caridad" (íd. y por amor. Son la mejor representación del amor de
7, 6). En este sentido, los sacramentos, sin el amor, Dios a los hombres.
pueden conducirnos a la condenación (íd. 2, 9).
En el comentario a la primera Carta de san Juan hace
9. LA CORRECCIÓN alusión a los mártires y a la Virgen María. Es de sobra
conocida la afirmación de san Agustín, que "al mártir
El amor es de por sí activo. No se puede guardar como
no le hace la pena sino la causa" (el amor). Y sobre la
si se tratara de algo pasivo, sin vida. Necesariamente
Virgen María, ha dicho que es la llena de amor.
tiende a crecer. La mejor forma de conservarlo es
ejercitándolo; pero siguiendo el camino correcto. Aquí "Los mártires son los testigos de Dios. Dios guiso tener
nace la necesidad de la corrección y hasta del castigo. a los hombres por testigos, para que también ellos
El padre que consiente todo a su hijo y que le permite tengan por testigo a Dios". Son los amigos de Dios, los
caminar en la dirección equivocada, no le ama. Ese testigos del amor de Dios (íd. 1, 2).
comportamiento, más que de amor, es prueba de
Y en el mismo número habla de la Virgen María. Está
abandono y descuido (íd. 7, 11).
comentando la afirmación de Juan: "Vimos y somos
En realidad, el que corrige es el amor. El que ama de testigos". El Verbo no puede ser visto por ojos corpo-
verdad no hace mal a nadie. Algunas veces, llega a rales, pero al hacerse hombre al tomar la carne, se
castigar; pero lo hace por amor. Es extraño, pero a hizo visible. Y ¿quién proporcionó la carne, el cuerpo?
veces, el odio se muestra condescendiente mientas el La Virgen María: "El tálamo de aquel esposo fue el
amor es exigente (íd. 10, 7). Es en este contexto que seno de la Virgen, porque en aquel seno virginal se
se encuentra la famosa frase "ama y haz lo que quie- unieron los dos, el esposo y la esposa, es decir, el
ras": "La bondad de las acciones de los hombres sólo Verbo y la carne...
se discierne examinando si proceden de la raíz del
Y a esta carne se une la Iglesia, dando como resultado
amor. En efecto, pueden realizarse muchas que po-
el Cristo total, cabeza y cuerpo" (íd. 1, 2). María está
seen una apariencia de bondad, pero no proceden de
en el punto de unión entre la divinidad y la humanidad,
la raíz del amor; también las espinas tienen flores.
y entre Cristo y la Iglesia. Nadie mejor que ella para
Otras acciones, por el contrario, parecen duras e in-
servirnos de modelo y de ejemplo en el seguimiento de
humanas, pero se llevan a cabo para imponer la dis-
Jesús, en el amor como distintivo y en el amor como
ciplina bajo el dictado del amor. Así, pues, de una vez
centro.
se te da este breve precepto: ama y haz lo que
quieras; si callas, calla por amor; si gritas, grita por PARA EL DIÁLOGO
amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, per-
dona por amor. Existe dentro de ti la raíz del amor; de • ¿Qué significa vivir la fe en comunidad?
dicha raíz no puede brotar sino el bien" (íd. 7, 8). • ¿Cómo ves la obligación de corregir? ¿Y
10. LA PEREGRINACIÓN su práctica?
EN el apartado anterior el amor fuente inagotable, raíz la caridad? Estáte tranquilo, de ella no puede salir
tratábamos de desarrollar la idea de que el amor (au- nada malo" (íd. 8, 9; 6, 4; 10, 7).
téntico) es como una fuente de la que mana todo lo
- Madre. "Llamo madre a la caridad". Y madre muy
bueno. En este último vamos a intentar exponer la
"solícita" que se preocupa por todos (íd. 1, 11). Sobre
misma idea, pero a la inversa: cómo cualquier tema
esta preocupación habla más adelante refiriéndose a
que investiguemos nos conduce al amor; como los
la división en la Iglesia causada por los donatistas:
afluentes al río principal. Es la otra cara de la "civiliza-
algunos se reparten la Iglesia y tratan de dividir la
ción" y "globalización" del amor.
unidad en facciones; pero la caridad, como una madre
1. QUÉ ES EL AMOR que con dolor da a luz a sus hijos, rasga en cierto
modo sus pechos y llora al ver que le arrebatan a sus
Agustín es un buscador. Aunque se da cuenta de que
hijos e invita a todos a unirse y a amar a Cristo (íd. 2,
el amor es un misterio, él sigue investigando. Sabe que
4).
es algo indefinible, como Dios. Pero también conoce y
pone en práctica la máxima evangélica de "el que 2. AMOR VERDADERO
busca halla". Como resultado, en su comentario a la
La pregunta sobre el amor verdadero está incluida en
primera Carta de san Juan se encuentran algunas
la del amor simplemente. Cuando san Agustín pre-
aproximaciones o hallazgos de su búsqueda:
gunta ¿qué es el amor?, se refiere al amor verdadero.
- El amor es vida (íd. 5, 10); el que no ama está Aquí se podría formular así: ¿cómo podemos saber
como muerto. que nuestro amor es verdadero? Ciertamente no es
fácil; y algunas veces tampoco posible.
- Es "unción" (íd. 6, 12); es como aceite que suaviza
las actitudes y actuaciones de la persona. Agustín, siguiendo el camino del evangelio, repite
hasta la saciedad, que no debemos amar sólo con las
- Es la "perla preciosa" que buscaba el comerciante
palabras sino también con las obras, con la vida (íd. 3,
del evangelio (íd. 5, 7; 5, 8).
8; 6, 13; 6, 14; 7, 2; 8, 14); también a Dios hay que
- Es como el "agua" (íd. 7, 1); vida y limpieza. alabarle con la lengua y la conducta (íd. 8, 1). Agustín
no concibe la separación de esos elementos en la vida,
- Es como un "árbol" (íd. 2, 8; 5, 10); hermosura y porque en la vida es donde hay que ser cristiano (íd. 4,
fecundidad.
4; 10, 1). Serlo de nombre y no en la práctica sería
- Dulce "palabra", pero más dulce "realidad" (íd. 8, como llamarse médico y no curar, vigilante y estar
1). El amor es, ante todo, algo que se nota en la vida. dormido (íd. 4, 4).
En algunas comparaciones se detiene más. Por Quizá la respuesta racional sea más fácil (íd. 6, 5),
ejemplo: pero ¿en la realidad? Agustín responde que lo sabe-
mos si amamos a los hermanos, es decir, si nuestro
- Fuente. Este mundo es como un desierto. "Si no amor produce buenos frutos (íd. 5, 10).
queréis morir de sed, bebed la caridad. Es la fuente
que Dios quiso colocar aquí para que no perezcamos Pero también por este camino permanecen dudas.
en el camino. En ella beberemos con más abundancia Supongamos, dice, el siguiente hecho, citado ante-
cuando lleguemos a la patria" (íd. 7, 1). El Espíritu riormente: la caridad alimenta al hambriento; también
Santo es la fuente del amor; por Él es derramado en la soberbia lo hace (íd. 8, 9). ¿Cómo podemos saber
nuestros corazones (íd. 7, 6). que tal obra está hecha por la caridad o por la sober-
bia? Y responde: por el motivo: las obras de la caridad
- Raíz. "Estar enraizados y fundados en la caridad" y de la soberbia se distinguen no por la flor, sino por la
es una afirmación de san Pablo (Carta a los Efesios 3, raíz (íd. 8, 9); la obra puede ser idéntica, pero el ánimo
17). De ella saca abundante doctrina san Agustín. El o motivo distinto (íd. 9, 6; 10, 1). El ánimo y la voluntad
amor es como una semilla. No se puede sembrar entre con que se hacen las cosas cuenta mucho; según la
la maleza (el amor del mundo), porque no echaría intención, así los actos (íd. 7, 7): el
raíces. Antes hay que dejar el campo limpio (Tratado
sobre la Primera Carta de San Padre entregó al Hijo; también lo entregó Judas.
¿Dónde está la diferencia? En la voluntad, en el amor
Juan 2, 9). La raíz no sólo alimenta a la planta; también (íd. 7, 7).
la sostiene y da solidez. Por eso el mismo árbol la
cuida y la "esconde". Así es el amor (íd. 3, 12). Pero Y en último término, la prueba de que nuestro amor es
¿cómo se distinguen los frutos? Por la intención: verdadero y de que lo que hacemos lo hacemos por
"Considerad en vuestro interior cuan semejantes son amor, es Dios. Dios es el testigo que lo ve todo; el juez
las obras que hace la soberbia y las que hace la ca- que corona las obras buenas (íd. 6, 3; 8, 9).
ridad; son casi iguales. La caridad da de comer al 3. DIOS ES AMOR
hambriento; también la soberbia... La caridad viste al
desnudo; también la soberbia. Ayuna la caridad; la Es una de las afirmaciones más luminosas de toda la
soberbia también... Pregunta a tu conciencia. No Biblia. Agustín comenta así el texto de san Juan: "El
pongas tus ojos en lo que florece fuera, sino en la raíz amor es de Dios; y todo el que ama es de Dios y co-
que está en la tierra. ¿Tiene por raíz cualquier ape- noce a Dios; el que no ama no conoce a Dios ¿Por
tencia mundana? La apariencia puede ser de buenas qué? 'Porque Dios es amor'. ¿Qué más puede decir,
obras, pero no puede haber buenas obras. ¿Tiene por hermanos? Si nada se dijera en alabanza del amor en
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
todas las páginas de esta carta, si nada en absoluto se El amor es el agente constructor de la unidad y de la
dijese en toda la Escritura, y solamente oyésemos por comunión. Es lo que une en la fraternidad (íd. 1, 12). Si
boca del Espíritu Santo: 'Dios es amor', nada más amamos a los hermanos no estamos en tinieblas.
deberíamos buscar" (íd. 7, 4). ¿Cómo lo probamos? Porque no rompemos la unidad,
ya que retenemos la caridad (íd. 2, 3). Agustín se está
Y más adelante, en el mismo sermón, un comentario
refiriendo a la Iglesia. Para él, la unidad es algo sa-
práctico: "Tienes en qué pensar si quieres ver a Dios.
grado. Dividen la unidad los que no tienen la caridad
"Dios es amor" ¿Qué rostro tiene el amor, qué pies,
(íd. 6, 2; 6, 13). La caridad es signo de unidad (íd. 6,
qué manos, qué estatura? Nadie puede decirlo. Sin
10).
embargo, tiene pies, pues ellos llevan hacia la Iglesia.
Tiene manos; ellas socorren al necesitado. Tiene ojos, Uno de los aspectos que más insiste es muy impor-
pues por ellos ve al indigente... Tiene oídos, de ellos tante hoy día: la unión entre Cristo y la Iglesia. Apar-
dice el Señor: "El que tenga oídos para oír, que oiga". tarse de la Iglesia es apartarse de Cristo (íd. 1, 12). Los
No tiene miembros que ocupan lugares, pero el que miembros de Cristo forman la "Iglesia de Dios"; si
tiene amor lo ve todo a un tiempo con el entendimiento. amamos a Cristo, tenemos que amar también a la
Habita en el amor y él habitará en ti; permanece en él y Iglesia (íd. 10, 3). Cristo y la
él permanecerá en ti" (íd. 7, 10).
Iglesia, Cristo y sus miembros es el "Cristo total" (íd. 1,
Y en otro sermón: "No sé cómo se nos podría reco- 2). Agustín sigue sacando conclusiones: el que divide
mendar con mayor sublimidad el amor que diciendo: la Iglesia de Dios no permanece en la comunión con
"Dios es amor". Breve, pero excelsa alabanza; breve Dios; estar en el "todo" es estar en comunión con Dios,
en palabras, excelsa en contenido. ¡Qué pronto se dice estar en una "parte" es división, herejía (íd. 1, 8). El
"Dios es amor"! Pero esto que es breve, si lo cuentas, que ama al Padre, ama al Hijo y ama a los hijos de
es uno; si lo pesas, imponderable... Sea Dios tu casa, y Dios (los miembros de Cristo) (íd. 10, 3).
tú la casa de Dios. Mora en Dios, y Dios morará en ti"
6 SEGURIDAD
(íd. 9, 1).
Todos buscamos seguridad. Pero hay una seguridad
4. CRISTO, EL ÚNICO CENTRO Y MODELO
falsa que es el origen de muchas preocupaciones; es
En el amor, y en todo lo que forma parte del modo de la seguridad del pecador (íd. 1, 7). La auténtica es la
vida cristiano, el centro y modelo de referencia es que nos da el amor, porque viene de Dios. El amor nos
Cristo. En su lugar no se encuentra nadie ni se puede da la libertad; de siervos nos hace libres y más segu-
colocar a nadie, por mucho que se ame. Tanto es así ros, porque caminamos en su luz y estamos en co-
que dice san Juan: "Si pecamos, tenemos un abogado munión con él (íd. 1, 5). El amor hace que Dios habite
ante el Padre". en nosotros. Y esto nos proporciona seguridad. "Dios
es amor, y quien permanece en el amor, habita en
Y comenta san Agustín: "No dijo 'tenéis', ni me tenéis a
Dios, y Dios en él", dice san Juan. Y comenta Agustín:
mí', ni 'tenéis a Cristo', sino que presentó a Cristo, no a
"Habitan uno en el otro, el que contiene y el contenido.
sí mismo, y no escribió 'tenéis', sino 'tenemos'. Prefirió
Habitas en Dios, pero para ser contenido; Dios habita
contarse en el número de los pecadores, para tener
en ti, pero te contiene para que no caigas. No pienses
por abogado a Cristo" (íd. 1, 8). Es también la obser-
que has sido hecho casa de Dios al modo como tu
vación que hace al comentar las palabras de Jesús a
casa lleva tu cuerpo; si se destruye la casa en la que
Pedro: "apacienta mis ovejas": no dijo " 'tus' ovejas,
estás, caes; pero, si tú te retiras, Dios no cae. Cuando
sino 'mis' ovejas".
tú te apartas, él queda intacto; e intacto está cuando
Y lo que movió a Cristo en todo lo que hizo y dijo, fue el vuelves a él" (íd. 8, 14).
amor. Vino por amor (íd. 7, 2). Vino para congregar; el
7. CRECIMIENTO
hereje, lo que hace es dividir (íd. 6, 13; 6, 14).
Agustín afirma con claridad que el amor es de por sí
Cristo es el centro. En uno de los sermones presenta la
activo y que sigue un proceso ascendente. Al nacer no
imagen de Cristo sentado en nuestra mente como en
es perfecto, pero nace tendiendo hacia la perfección.
un trono; las virtudes como "ministros" (sus ejércitos);
Una vez que ha nacido hay que alimentarlo para que
por ellas se mueven los miembros exteriores (se hacen
vaya creciendo y fortaleciéndose (íd. 5, 4). El co-
las obras de misericordia (íd. 8, 1). Y en otro, le pre-
mienzo no es fácil. El amor se nos da como semilla.
senta como emperador (el amor-emperador) (íd. 8, 3)
Por eso lo primero que hay que hacer es preparar la
¿Cómo puedes decir que amas a Dios si odias al
tierra, arrancar las malas hierbas para que pueda
hermano? ¿Cómo puedes decir que amas al empe-
germinar y echar raíces (íd. 2, 9).
rador si no cumples sus leyes? (íd. 9, 11). Porque la fe
se demuestra cumpliendo los mandamientos (íd. 9, 1). Y ¿cómo se nutre? Con el alimento apropiado, es
decir, con la palabra de Dios y con la ayuda a los
Cristo es también "el camino": "Por él corres, hacia él
hermanos (íd. 5, 12; 6, 1). Cuando comienzas a amar,
corres, en él descansas... se alargó el camino hasta
Dios comienza a habitar en ti; comienzas también la
los peregrinos... Tenemos que correr pero dentro del
carrera hacia la perfección (íd. 8, 12). El amor es
camino. Quien corre fuera del camino, corre en vano;
también la meta hacia la que corremos (íd. 10, 4).
es más, corre para mayor cansancio. Y cuanto más
corre, más se aleja" (íd. 10, 1). A la pregunta de cómo uno puede comprobar el cre-
cimiento de su amor, Agustín responde: por la con-
5. UNIDAD - COMUNIÓN
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
fianza que pone en Dios; el amor será tanto más fuerte aquella otra expresión (refiriéndose a los que dividen la
cuanto más sea la confianza en Dios; cuanto más sea Iglesia): la espada de la lengua puede hacer más daño
la cercanía. Por la oración; si cuando oras temes ser que la espada de hierro (íd. 10, 10). Afirmación que se
escuchado, es que no le amas. Por la aceptación de la podía aplicar también a las murmuraciones, quejas
muerte; si la aceptas con serenidad y paciencia, como contra Dios y contra los hermanos.
voluntad de Dios (íd. 9, 2). Por el temor; a menos temor
El amor es indivisible. Con el mismo amor que ama-
más amor; el temor es medicina, mientras que el amor
mos a los hermanos amamos a los enemigos (íd. 8,
es salud (íd. 9, 4).
10). La diferencia está en el motivo, porque al enemigo
Y ¿cuándo llega el amor a su perfección? Cuando se le amamos para que sea hermano (Ib.). Y pone el
está dispuesto a entregar la vida por los hermanos (íd. ejemplo del carpintero: un buen carpintero, al ver un
5, 4; 5, 11; 5, 12; 6, 1). Cuando amamos a los tronco de roble lo ama, pero no como es, sino como lo
enemigos para que se conviertan en hermanos (íd. 1, ve en su mente, es decir, la obra que puede sacar de
9; 10, 7). Cuando podamos decir con san Pablo: "Para él. También el ejemplo del médico. Éste no ama al
mí vivir es Cristo" (Ib. 5, 4). enfermo como enfermo; si lo amase así, querría que
permaneciera siempre enfermo (íd. 8, 11). Así debe-
8 AMOR FRATERNO
mos nosotros amar a los enemigos: "Si al amara tu
Pero la dimensión en la que Agustín se detiene y enemigo deseas que sea tu hermano, amándole, amas
abunda en detalles es en el amor al hermano, de- a tu hermano. Pues no amas en él lo que es, sino lo
mostrado con obras. De otra manera, cualquier pa- que quieres que sea" (íd. 8, 10).
gano podría decirte: te llamas cristiano, pero ¿de qué
Esto es lo que más recomienda el apóstol san Juan:
te aprovecha el nombre si no lo eres en la realidad?
"No ha cesado de mencionar la caridad fraterna; en
(íd. 5, 12). Si das algo, aunque sólo sea de lo que te
cambio, la caridad de Dios, es decir, aquella con que
sobra, el amor comenzará a crecer en ti. Si no das ni
debemos amar a Dios, no la ha mencionado con tanta
eso, es que el amor no ha nacido en ti (íd. 5, 12; 6, 1).
frecuencia, aunque no se puede afirmar que la haya
¿Qué sucede cuando no tienes nada para dar? "Al que silenciado totalmente. Sobre la caridad hacia los
ama le basta la benevolencia sola. No debemos enemigos no habló casi nada en toda la carta. Y
desear que haya pordioseros para ejercer con ellos las cuando nos ordena con tanta vehemencia y nos re-
obras de misericordia. Das pan al hambriento, pero comienda la caridad no nos dice que amemos a los
mejor sería que nadie tuviera hambre, y así no darías a enemigos, sino que amemos a los hermanos" (íd. 8, 4).
nadie de comer. Vistes al desnudo; ¡ojalá tuvieran Lo que Agustín intenta explicar es que el amor es
todos vestido y no existiera tal necesidad!... Todos indivisible y para el que ama de verdad todos son
estos servicios se deben a los necesitados. Quita los hermanos; ama a todos como hermanos o para que lo
indigentes y cesarán las obras de misericordia. Pero, sean. De ahí que exista un orden, pero no un límite. "El
¿acaso se apagará el fuego de la caridad? Más au- que llega hasta los enemigos no pasa más allá de los
téntico es el amor que muestras a un hombre no ne- hermanos. Es necesario que, como fuego, primero se
cesitado a quien nada tienes que dar; más puro es ese apodere de los que están más cerca y después se
amor y mucho más sincero. Porque, si das al indi- vaya extendiendo poco a poco a los que están más
gente, quizá anhelas elevarte frente a él, y quieres que lejos... Extiende el amor a los próximos, aunque quizá
se te someta porque él es el recibidor de tu beneficio" no pueda hablarse de extender. Pues cuando amas a
(íd. 8, 5). aquéllos que son uno contigo es casi lo mismo que
amarte a ti. Extiende tu amor a los desconocidos que
9. AMOR A LOS ENEMIGOS no te han hecho ningún mal. Y llega hasta los enemi-
Agustín, como san Juan, insiste en la necesidad de gos. Es lo que manda el Señor" (íd. 8, 4).
amar a los enemigos; pero sin olvidarse de los her-
10. EL PECADO
manos. Hay que amar a los enemigos con el fin de que
sean hermanos. No amar a los enemigos es malo; La falta de amor no sólo es pecado, sino la raíz de
pero es peor odiar a los hermanos (íd. 1, 11). De ahí todos los pecados (íd. 5, 2). Dios es luz; el pecado es
las duras palabras del apóstol: "el que odia a su her- oscuridad. El amor rejuvenece; el pecado envejece. El
mano es un homicida". amor produce seguridad; el pecado inseguridad y
tristeza (íd. 1, 5). Comenta ampliamente la frase de
Para Agustín los enemigos son como el "bisturí" de san Juan de que no amemos al mundo, entendiendo
Dios. Se sirve de ellos para curarnos (íd. 8, 11; 9, 4). El
por mundo los amadores del mal. El que ama al mundo
amor a los enemigos está justificado por varias razo- no ama al hermano (íd. 5, 9); el que odia a su hermano
nes: es homicida (íd. 5, 10). Pecar contra el hombre es
El amor no tiene límites, abarca a todos los seres pecar contra Dios (íd. 7, 5). Habla de cómo se "viola la
humanos. Cuando se le ponen límites se le divide y la caridad", no creyendo en Cristo, el médico que puede
división trae la separación (íd. 10, 8). Agustín está curar al pecador (íd. 6, 5; 7, 2; 8, 11). Por lo que al
pensando en los donatistas (que dividen la Iglesia). De pecado se refiere, lo mismo que a la enfermedad, es
ahí aquella comparación: querer a Cristo y no a la mejor prevenir que curar (íd. 1, 7).
Iglesia es como querer besar a Cristo en la cara, pero Habla también de cómo el pecador "huye de Dios" (íd.
pisándole los pies. ¡Que me pisas los pies, cómo
6, 3), en lugar de acercarse a él, porque el amor (la
puede gustarme tu beso en la cara! (Ib.). Y también caridad) es lo que perdona (íd. 7, 1; 1,6). ¿Quieres que
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Amor, Centro de la Comunión
espíritus puros son más semejantes a Dios que los de se encuentra su meta- y sus habilidades para la
espíritus encarnados; y, en el hombre, la verdadera escritura, el habla, la sonrisa..., que lo denotan como
semejanza con respecto a Dios, la residencia en su instrumento del alma racional. Se diría -comenta admi-
alma racional: "Que el hombre fue hecho a imagen de rado san Agustín- que, al hacer el cuerpo humano, Dios
Dios se entiende del hombre interior, en el que tiene su tuvo más en cuenta la dignidad que la utilidad. Relativi-
sede la razón y la inteligencia" (Comentario al Génesis za, no obstante, el valor de la vida en la carne mortal,
en réplica a los maniqueos 1,17, 28). expuesta a graves sufrimientos, y la dignidad del cuerpo
terrestre, que supedita a la del espíritu (Comentario
PARA EL DIALOGO
literal al Génesis 6,12, 22; La ciudad de Dios 22, 24, 4).
Compatibilidad del tiempo y la eternidad.
Agustín contempla en el cuerpo humano la distinción de
¿Por qué existe el ser en vez del no ser?
los sexos masculino y femenino: iguales en dignidad,
Límites del acoso del mal al bien. ¿Qué aunque, por prioridad cronológica y causal (puesto que,
margen deja a la libertad el proyecto divino? según el relato bíblico, la mujer fue hecha del varón),
concede al varón una primacía, que ha de tener su
Si el Ser Supremo es espiritual, ¿por qué hi-
plasmación en el orden social, según el cual la esposa
zo seres materiales? debe permanecer sumisa al marido. A pesar de lo cual,
su imagen de la mujer es positiva, aunque moldeada
por la mentalidad patriarcal bíblica y la cultura reinante
en el momento [La ciudad de Dios 14, 22; Comentario
literal al Génesis (incompleto) 3, 6; Comentario al Gé-
II EL HOMBRE, UN SER CORPÓREO- nesis en réplica a los maniqueos 2, 28, 42]. Concibe la
ESPIRITUAL bisexualidad como ordenada en el plan de Dios a la
comunidad conyugal, que Agustín justifica por sí misma,
Con la misma evidencia con que admite que el hombre
como en el caso del matrimonio contraído por esposos
es un ser en el mundo, reconoce también que es un ser
de edad avanzada, aun a sabiendas de su infecundi-
corpóreo viviente, modelado de la tierra y perteneciente
dad, o en el de probada esterilidad de uno de ellos. Sin
al reino animal: participa de la materia inerte, de la vida
embargo, insiste en que la sociedad conyugal no puede
vegetativa y de la sensibilidad de los animales (El libre
disociarse de la generación de la prole, que ha de admi-
albedrío 1,7, 16; La ciudad de Dios 5, 11).
tirse al menos implícitamente: "EL primer vínculo natural
Detecta en el cuerpo humano un sustrato de tierra que de unión de la sociedad humana es el del varón y la
es común a todos los cuerpos terrestres. Pero, configu- mujer... La conexión de tal sociedad tiene su conse-
rado por el alma individual, la porción de barro que lo cuencia en los hijos, que son el único fruto honesto, no
amasa se convierte en carne humana viva, sustancial- de la unión del varón y la mujer, sino de su relación
mente unida a su alma para constituir un hombre, en el sexual. Ya que podría darse otro tipo de unión amistosa
cual no sólo el alma, sino una determinada porción de y fraterna entre ellos, sin el trato sexual" (La bondad del
materia le es inherente: "Aunque la carne ha sido hecha matrimonio 1).
de tierra, no por ello es tierra" (La ciudad de Dios 13, 3).
Pero, además de la realidad corporal, Agustín aprecia
De ahí deduce que los organismos humanos no puedan
en el hombre una dimensión interior, espiritual, prove-
apropiarse de la materia que pertenece a otro ser hu-
niente del soplo divino, que le insufló un principio de
mano; por ejemplo, en el caso de canibalismo; y que,
vida. Concibe el espíritu vital del hombre como criatura
en la resurrección de los muertos, deben ser reconsti-
de Dios, no emanada de su misma sustancia, lo que lo
tuidos con toda la materia que les es propia o les co-
haría igual a Dios; simple en su estructura y, por ello,
rresponde conforme al desarrollo de su edad adulta: "La
inmortal por naturaleza, pues no puede descomponer-
carne le será devuelta al hombre en que primero co-
se; mudable, ya que puede ser más o menos sabia,
menzó a ser carne humana, puesto que el otro la tenía
buena o feliz, y, por tanto, no absolutamente simple ni
como prestada, y, como un dinero ajeno, debe retornar
inmortal por esencia -algo que es exclusivo de Dios-,
a aquel de quien se tomó" (La ciudad de Dios 22, 20,
sino como don divino: "Evidentemente, la naturaleza del
2). En consonancia con el concepto comúnmente admi-
alma no es simple, sino múltiple. Nada simple es muda-
tido de cuerpo, como "una naturaleza dotada de longi-
ble; pero toda criatura es mudable" (La Trinidad 6, 6, 8).
tud, latitud y altura, que ocupa un lugar en el espacio"
(Comentario literal al Génesis 7, 21, 27), Agustín atribu- Entiende que el alma humana es una sola, aunque
ye al cuerpo humano como propiedad sustancial el realice a la vez la función de dotar al hombre de la sen-
ocupar un lugar en el espacio, hasta el punto de afirmar sibilidad del animal y la racionalidad, adaptándolo al
que no prescindirán de ella los cuerpos espirituales de mundo terreno, que puede conocer y transformar, y
la resurrección. Por eso concluye que Cristo, en cuanto conectándolo con el mundo celeste, del que recibe luz
hombre, está tan sólo en el cielo. Esto requiere una para interpretar la realidad y orientación para su propio
explicación por su parte acerca de cómo se encuentra gobierno y destino; también lo capacita para tomar de-
presente en la Eucaristía (Carta 187, 3,10). cisiones libres (Las dos almas del hombre 19; Ochenta
y tres cuestiones diversas 7).
Observa que, por su cuerpo, el hombre se asemeja a
los animales, aunque muchos lo superan por su agilidad No considera que el espíritu del hombre sea un espíritu
o fuerza, la agudeza de sus sentidos o sus habilidades. puro, apto para subsistir por sí mismo, como el de los
Pero, aun en el mismo cuerpo, descuella por la posición ángeles, que habría sido insuflado en un cuerpo animal,
erguida -signo de su trascendencia, que le indica adon- accesorio, sino un espíritu destinado por naturaleza a
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Hombre, Un Dios Creado
unirse a un cuerpo, al que constituye en su ser indivi- eternas. Su endeble contingencia la remite indefecti-
dual, lo configura, vivifica y preserva de la corrupción. blemente al foco de la Verdad, de la que ella percibe un
Ni antes de su unión con el cuerpo existe en su propia reflejo. La mente del hombre no es la Verdad, sino que
naturaleza (Comentario literal al Génesis 7, 25-27) -por juzga según la Verdad: "Ante la sugerencia de aquellos
eso rechaza la preexistencia de las almas-, ni después escritos que me intimaban el retorno a mí mismo, pene-
de su separación del cuerpo, tras la muerte, subsiste tré en mi intimidad, siendo tú mi guía. Fui capaz de
con autonomía, sino en condición precaria, necesitada hacerlo, porque tú me prestaste asistencia. Entré y vi
de la recuperación de su cuerpo (La ciudad de Dios 13, con el ojo de mi alma, tal cual es, sobre el ojo mismo de
19-20; Comentario literal al Génesis 12, 35, 68). Por mi alma, sobre mi inteligencia, una luz inmutable. No
eso se puede deducir de la antropología de san Agustín esta luz vulgar y visible a toda carne ni algo por el esti-
que el alma inmortal postula la persistencia del cuerpo, lo... Tampoco se hallaba sobre mi mente como el aceite
toda vez que la identidad del hombre resulta de la unión nada sobre el agua, ni como está el cielo sobre la tierra.
de una determinada alma con su cuerpo, no con cual- Estaba encima de mí, por ser creadora mía, y yo estaba
quier cuerpo. debajo por ser hechura suya. Quien conoce la verdad,
la conoce, y quien la conoce, conoce la eternidad"
La unión del alma y el cuerpo para constituir al hombre
(Confesiones 7, 10, 16).
la estima natural y, por tanto, buena; la encuentra tan
asombrosa, que se atreve a decir que le resulta más Su capacidad para conocer la verdad hace sabio al
misteriosa que la unión del Verbo con el hombre para hombre, aunque -puntualiza san Agustín- la sabiduría
formar a Cristo, pues en este caso se unen dos sustan- sola no basta para hacerlo mejor que los animales, sino
cias espirituales, mientras que alma y cuerpo son de que, para ello, precisa de la virtud, que lo hace bueno
sustancia heterogénea: espiritual y material: "Resulta (El libre albedrío 1, 8,18; La Trinidad 8, 3, 4). Ontológi-
mucho más difícil creer que el espíritu se mezcle camente, el hombre no sólo es bueno, sino la mejor de
con la carne que lo haga Dios con el hombre; y, sin las criaturas de este mundo, por la inteligencia y la vo-
embargo, ningún hombre sería hombre, si el espíri- luntad, facultades del alma racional: en la voluntad ilus-
tu del hombre no se mezclara con el cuerpo hu- trada por la inteligencia reside la capacidad de autode-
mano" (Sermón 218C, 3). terminarse en libertad, facultad divina que el hombre
posee según un modo humano.
No obstante, aprecia el alma y el cuerpo como los ele-
mentos constitutivos de la única realidad sustancial del En Dios se impone con libertad el Ser necesariamente
hombre, dotada de una vertiente interior y otra exterior, Verdadero, Bueno, Bello y Feliz, pues nada ni nadie
que define como "una sustancia racional, que consta está por encima de Él. En cambio, el hombre, "un dios
de alma y cuerpo" (La Trinidad 15, 7, 11). Para san creado", es decir, una criatura con vocación de Dios,
Agustín, el hombre no es sólo alma, como para los pla- debía asumir y forjar responsablemente su bondad na-
tónicos, sino una sustancia compuesta de las sustan- tural -que integra todas las perfecciones del ser-, enri-
cias incompletas de alma y cuerpo, que tan sólo en la queciéndola como bondad moral o virtud, que es "orden
mutua unión adquieren su cabal naturaleza. en el amor"; es decir, adhiriéndose libremente a la per-
fección del Ser, por la obediencia. En la contribución del
PARA EL DIÁLOGO
hombre al perfeccionamiento de su ser pone Agustín la
El hombre como unidad y dualidad. ¿Los va- razón del mandamiento divino (Confesiones 13, 16, 19;
lores humanos son puramente espirituales? Naturaleza del bien 35; Comentario literal al Génesis 8,
6, 12; La ciudad de Dios 14, 12).
¿Qué tipo de relación debe mantener el
hombre con el mundo (ecología)? Para ello, explica que Dios lo dotó de libre albedrío que
lo libera de la corriente de las causas necesarias y lo
Razón y significado de la bisexualidad hu-
deja en manos de su voluntad, por la que puede dispo-
mana: matrimonio, procreación y homose-
ner de sí mismo con el riesgo de desviación, a pesar de
xualidad. lo cual subraya Agustín que el libre albedrío es un bien
en sí. Dos son las opciones fundamentales hacia las
que la voluntad del hombre puede orientar su amor:
hacia Dios, para gozar de Él por sí mismo y de sí y del
prójimo por Dios, según el orden justo; o hacia el hom-
III EL HOMBRE AUTORREALIZADO bre, inclinado a gozar de sí, del prójimo y de las cosas
Su componente espiritual sitúa al hombre -a juicio de corporales al margen de Dios, suplantando a Dios: "Dos
san Agustín- en posición preeminente sobre los seres amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí
de este mundo, y lo hace apto, no sólo para subsistir mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor
con éxito en el mundo, sino para enfrentarse al mundo, de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera
y aun a sí mismo -por la reflexión-, y plantearse pregun- se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor"
tas últimas sobre el origen, esencia y fin de la realidad (La ciudad de Dios 14, 28).
que lo mantienen en incesante búsqueda. La primera opción se ajusta al plan divino y representa
Percibe en él un afán indeclinable por conocer la ver- para el hombre el logro de su íntimo deseo: ser como
dad, que se muestra fugazmente en las cosas muda- Dios; la segunda acarrea un desbarajuste en la relación
bles, pero que puede aprehender gracias a la configu- del hombre con el Creador, consigo mismo y con el
ración de su mente, apta para rastrearla en las criaturas mundo, y conlleva la frustración de su deseo.
y elevarse, a partir de ellas, a las verdades inmutables y
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Hombre, Un Dios Creado
Si el hombre ejercita responsablemente su libre albe- pleto) 16,61; La ciudad de Dios 11, 26; La Trinidad 15,
drío y ordena rectamente su amor, se hará moralmente 7,12; 15, 23, 43].
bueno, conforme a la voluntad de Dios, y de la plenitud
Nos parece interesante la aportación que hace san
del ser rebosará su felicidad. Siente Agustín, en lo más
Agustín a la antropología desde la teología, al perfilar
íntimo de su humanidad, el anhelo irrenunciable de
su comprensión del hombre como ser personal. Pues lo
felicidad que es inherente a todo hombre, y que sólo
que diferencia las personas divinas no reside en la
puede colmar por la satisfacción de todos sus deseos,
esencia, sino en la relación recíproca, es decir, lo que
tanto corporales como espirituales. Pero, por la desigual
cada una representa para las otras: paternidad, filiación,
calidad de sus elementos, está convencido de que el
espiración (amor). En consecuencia, el ser personal del
orden justo requiere que el hombre se rija conforme a lo
hombre es atribuible al individuo, no a la naturaleza, y
más noble que hay en él, su alma racional, subordinan-
se basa en una relación no circunstancial -con Dios o
do las apetencias corporales a las espirituales, lo cual
los otros hombres-, sino absoluta y constitutiva, como
no se logrará sin lucha, pues en la situación actual la
sólo Dios puede otorgar: "Cada individuo humano ... es
carne y el espíritu se enfrentan entre sí. Y aun la misma
una persona, e imagen de la Trinidad en la mente" (La
alma se conduce desordenadamente cuándo se consti-
Trinidad 15, 7,11). Creemos que de la idea agustiniana
tuye en instancia absoluta, pues su forma, es decir, su
de persona se desprende que el hombre es persona por
ser auténtico, es la sabiduría, que procede de lo alto.
concesión divina, desde el momento en que Dios lo
De este modo, la verdadera sabiduría, inseparable de la
considera su interlocutor, como un "tú" frente a Él. Es el
virtud, lleva a la auténtica felicidad. El hombre es un
preámbulo de la invitación graciosa de Dios a que el
anhelo de infinito que nada creado puede saciar, excep-
hombre entre en su intimidad, como hijo, en el Hijo. Por
to Dios (La ciudad de Dios 19, 14).
ello, el individuo humano deja de ser un número, un
Pero en Adán el hombre desobedeció el mandamiento eslabón en la cadena de la especie humana, como su-
divino y desaprovechó la oportunidad de hacerse impe- cede en las demás especies, para convertirse en un ser
cable e inmortal, como Dios, y en cambio, se convirtió único, irrepetible e insustituible, un fin en sí, convicción
en mortal como los animales. El pecado supuso la rup- que sólo encuentra un suelo firme en la fe religiosa.
tura de la relación prometedora del hombre con Dios, Pues ¿por qué otro argumento habría de merecer tal
vida de su alma, por lo que ésta perdió la prerrogativa consideración irrevocable un ser humano? De aquí
de comunicar su inmortalidad al cuerpo; ocasionó tam- deducimos que lo que convierte al hombre en sagrado e
bién la deformación de la imagen divina en el hombre, inviolable no es la vida humana biológica, que la recibe
que quedó irreconocible como "dios creado" e inhabili- y la debe a la sociedad humana, sino que es su condi-
tado para acceder a la intimidad divina, y, como conse- ción de persona la que lo hace merecedor del más sa-
cuencia, acarreó la inexorable frustración de toda su grado respeto, porque su fundamento descansa en Dios
existencia. mismo.
Quiso ser conocedor del bien y del mal (Génesis 3, 5), y Estimamos que condensa bien la idea que Agustín tiene
experimentó en sus carnes el poder del mal, pues nada del hombre la escueta definición de éste como "un dios
es tan malo y hace tan infeliz al hombre como el estar creado" por la imagen divina que representa, su capa-
alejado de Dios: "Sólo sé una cosa: que me va mal lejos cidad para conocer la verdad absoluta y su ansia insa-
de ti, y no sólo fuera de mí, sino incluso en mí mismo. Y ciable de bien: "Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro
que toda riqueza que no es mi Dios es pobreza" (Con- corazón está inquieto hasta que descanse en ti" (Con-
fesiones 13, 8, 9). La ofuscación lo desvió de su fin fesiones 1,1,1). Una criatura terrestre corpóreo- espiri-
último; la rebeldía de su carne le atrajo la turbación tual, con capacidades abismales y aspiraciones subli-
interior; el egoísmo lo lanzó a la confrontación con el mes; un ser situado en el centro de las cosas: partícipe
prójimo; la debilidad lo inclinó a las criaturas y se vio del espíritu y de la materia; señor del mundo, pero
abocado a saciar su sed de felicidad en los charcos de subordinado a Dios; dios por vocación, pero conseguido
los placeres terrenales. Esta inclinación lo lleva a la como don.
dispersión en las cosas y produce la fragmentación de
PARA EL DIÁLOGO
la imagen de Dios, que ha de recomponer por el reco-
gimiento interior, punto de partida para la unificación de ¿Cuándo sentirá el hombre saciado su de-
la vida en Dios. seo de verdad?
Para san Agustín, la principal gloria del hombre es la de ¿En qué se basa la imagen y semejanza de
haber sido formado según la Imagen y Semejanza per- Dios en el hombre?
fecta de Dios, es decir, el Hijo de Dios, que imprimió en
el alma humana la imagen del Dios uno en esencia y ¿Cómo fundamentaría un no creyente la
trino en personas: de modo semejante la mente del dignidad personal del hombre?
hombre es una sola sustancia, dotada de las facultades
de memoria, inteligencia y voluntad, por las que se hace
presente a sí misma, se conoce y se ama. La diferencia
entre uno y otro estriba en que la única esencia de Dios
se despliega en tres personas distintas: Padre, Hijo y
IV ESTIRPE DIVINA DEL HOMBRE
Espíritu Santo, en tanto que el hombre es trinidad de Si grande es el prestigio del hombre como imagen del
una sola persona [Comentario literal al Génesis (incom- Creador, inimaginable es su grandeza como hijo de
Dios, partícipe de la naturaleza divina. Por su cuerpo
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Hombre, Un Dios Creado
Dios lo situó en este mundo terreno, pero por su espíritu cual da lo que manda cuando ayuda a cumplirlo. Incluso
lo orientó hacia el cielo (morada del Altísimo), cuyas el hombre inocente necesitaba la gracia para permane-
puertas sólo se le franquearían por invitación divina. La cer en comunión con el Creador y lograr la bienaventu-
naturaleza era tan sólo la base del templo sobrenatural ranza, pues el libre albedrío, por sí solo, es insuficiente
de la gracia, destinado a la gloria de Dios. para obrar el bien que produce el fruto de la vida eterna:
"El libre albedrío basta por sí mismo para obrar el mal,
Para san Agustín, el fin último del hombre puede cifrar-
pero es insuficiente para obrar el bien si no lo auxilia la
se en el logro de la plena felicidad, en comunión con su
bondad del Omnipotente" (La corrección y la gracia 11,
Señor, que lo trasciende infinitamente; la paz perma-
31).
nente y suprema, hacia la que lo impulsa el peso del
amor infundido por el Espíritu Santo: "Mi amor es mi Pero llevado de la soberbia, Adán desobedeció el man-
peso; él me lleva adonde soy llevado. Es tu Don el que damiento divino, reivindicando su propia autonomía, a
nos enciende y nos lleva hacia lo alto; nos enardece- imitación del diablo; rechazó la soberanía divina y pre-
mos y avanzamos" (Confesiones 13, 9,10). Dios se tendió igualarse a Dios, arrebatando lo que había de
basta a sí mismo para ser feliz, pero el hombre única- recibir como don.
mente puede conseguir la dicha suprema como don,
Como consecuencia del pecado -señala Agustín- el
por participación de la felicidad de Dios. Lo cual no
hombre se separó de Dios, perdió la vida divina de la
quiere decir que el hombre utilice a Dios como medio
gracia e incurrió en la muerte, en el sentido pleno que
para su felicidad, sino que así como de Él ha recibido el
alcanzará en la muerte segunda y definitiva tras la resu-
ser, y de su adhesión libre a Él espera la perfección de
rrección de los muertos. De inmediato sufrió la muerte
su ser, así también la felicidad del hombre brota de la
del alma, cuya vida es Dios, por lo que el pecador es
comunión con Dios: "Para la criatura racional no hay
como un muerto viviente y se hizo merecedor de la
bien posible que la haga feliz más que Dios" (La ciudad
condenación para sí y sus descendientes, convirtiendo
de Dios 12, 1, 2). En dar alcance a esta meta, le va el
a la humanidad en una masa dañada (La ciudad de
éxito de su existencia, la propia salvación, por cuanto
Dios 13, 12; Cuestiones diversas a Simpliciano 1,2,20).
que el fin del hombre es único, de carácter sobrenatu-
ral. Y puesto que la felicidad plena requiere la certeza El hombre quedó sumido en una condición tan misera-
de no perderla, sólo podrá ser perfecta en la vida futura, ble -recalca Agustín-, que necesitaba la intervención
tras la resurrección. externa de un redentor que descendiera a su misma
carne. De este modo el plan divino de la creación y
En orden a hacer factible la vocación celeste del hom-
divinización del hombre fue completado por la obra más
bre, requiere san Agustín una capacitación intrínseca
increíble aún de la redención. Todos los hombres sin
de su ser. Por eso Dios lo hizo partícipe de su naturale-
excepción necesitaban ser redimidos, salvo Cristo,
za divina por gracia, porque "los dioses creados no son
ajeno al pecado de Adán, formado de la carne tomada
dioses por su verdad, son dioses por la participación del
de María, aunque sin semilla de varón para no ser con-
verdadero Dios" (La ciudad de Dios 14, 13, 2). Hecho el
cebido por medio de la concupiscencia del pecado
hombre en su naturaleza a imagen del Hijo, fue adopta-
(puesto que es inevitable que la generación humana se
do por Dios como hijo y vivificado con la vida de Cristo,
realice por obra de la concupiscencia carnal), y dotado
modelo de su transformación sobrenatural en hijo de
de un alma no derivada de la de Adán (Comentario
Dios. Así como Dios predestinó al hombre Jesús para
literal al Génesis 10, 18, 32-33; 10, 20-21).
que se convirtiera, por pura gracia, en Hijo de Dios, por
su unión con la persona del Verbo, Unigénito del Padre, PARA EL DIÁLOGO
así predestino inmerecidamente a los hombres a con-
vertirse en hijos adoptivos de Dios. No lo son por naci- Fin último del hombre y cómo lograrlo.
miento, sino por su incorporación a Cristo. Éste es Dios ¿Qué añade la gracia a la naturaleza?
verdadero que, al unirse al hijo de María, se convierte
paradójicamente en un Dios creado, sin mengua alguna Vivir como Dios. El pecado, un terrible error
de su divinidad, pero asumiendo una verdadera huma- de cálculo.
nidad, por la que se juntan en Él Creador y criatura. El
hombre, convertido por gracia en hijo adoptivo de Dios,
fue elevado a la condición divina sin eclipsar su huma-
nidad, constituido en criatura divina (La corrección y la
gracia 11, 30; La predestinación de los santos 15, 30-
V. CRISTO, EL DIOS-HOMBRE
31; 18, 37). El Verbo unigénito del Padre -dice san Agustín- se en-
La nueva vida sobrenatural del hombre comportaba un carnó viniendo del cielo para que las almas volvieran
estilo de vida divino, en la obediencia de la fe, vida que sus ojos a la patria, donde habita la verdad, y asumió
es don del Espíritu Santo al hombre. Dios le impuso el íntegramente la naturaleza que venía a redimir, incluida
mandamiento -signo de su soberanía- para que, cum- la carne, lo que demuestra que la carne no contamina a
pliéndolo, se salvara: en coherencia con su posición la divinidad. Cristo, que sirvió como modelo inspirador
media, debía obedecer a su Señor y regir a todo lo que de Adán, es la realización acabada del proyecto divino,
le es inferior; obedeciendo a Dios, administraría sin como Dios hecho hombre: unió Dios y hombre en uni-
codicia las criaturas que Dios puso a su disposición; y, dad personal: "Así como un hombre cualquiera es una
asumiendo su condición de criatura, había de perfec- persona, es decir, alma racional y carne, así Cristo es
cionarse. Para ello, contaba con la ayuda de Dios, el una persona, Verbo y hombre" (Manual de fe, esperan-
za y caridad 36,11).
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Hombre, Un Dios Creado
Según confiesa la fe de la Iglesia, murió una sola vez sólo los predestinados. Éstos reciben la gracia de la
por los pecados y resucitó para la resurrección de las conversión a Cristo por la fe, la regeneración bautismal
almas y como fundamento de la resurrección de la car- (necesaria para los niños, que no pueden creer en Cris-
ne. to) y la perseverancia hasta el fin en el camino que
conduce a la vida, trazado también por la ley mosaica y
El hombre se beneficia de su redención -enseña san
la ley natural. Dios ofrece la gracia a todos (con gran
Agustín- creyendo en Él con fe saludable, la cual, desde
sentimiento, no ve la forma de incluir a los párvulos
su inicio, es don de Dios. Esta fe en Cristo es necesaria
para no dar la razón a los pelagianos, que negaban el
para la salvación, por eso, aun antes de su primera
pecado original y la necesidad universal de la redención
venida, Dios envió profetas dentro y fuera del pueblo de
de Cristo), aunque no todos le corresponden. Al igual
Israel para que a ninguno de los que habían de salvarse
que esperó sinceramente una respuesta positiva de
les faltara el poder salvífico de la religión cristiana, de
Adán a su oferta salvífica, pero no tuvo el resultado
modo que cuantos creyeran en Cristo y vivieran justa-
deseado, así también considera sincera la voluntad
mente, se salvaran por Él: "Desde el principio del
salvífica de Dios hacia todos los hombres. El amor pro-
género humano, cuantos creyeron en Él, cuantos de
vidente de Dios cuida de que a ninguno de los seres
algún modo lo entendieron y vivieron justa y piado-
que creó le falten los medios que le permitan alcanzar
samente según sus preceptos, por Él se salvaron
su fin último: sólo que, mientras las demás criaturas del
sin duda alguna, dondequiera y como quiera que
mundo lo obtienen siguiendo a su naturaleza, el hom-
hayan vivido" (Carta 102, 2, 15). Por lo mismo exhorta
bre, destinado a un fin sobrenatural, lo logra colaboran-
el solícito pastor a predicar el Evangelio para que crean
do libremente con la gracia. La verdad de la libertad del
los infieles.
hombre queda subrayada por la nota de dramatismo
La fe dispone para la gracia de la conversión, que se que aporta el hecho admitido de la condenación de
completa por el bautismo. Éste -señala el defensor de la muchos. Cómo esto no resta un ápice a la trascenden-
gracia- es el único medio de purificación del pecado cia divina y a la absoluta gratuidad de la salvación, es
original, junto con el martirio, y, por tanto, necesario un misterio insondable (cf. La predestinación de los
para la salvación, incluso para los niños, en contra de lo santos y El don de la perseverancia).
que sostenían los pelagianos. Por el bautismo el hom-
Supuesta la decisión del hombre ante la gracia de Dios,
bre es regenerado en Cristo, Adán espiritual, principio
san Agustín contempla el destino eterno e irrevocable
de una nueva humanidad, para vivir en la comunión de
que se abre para el hombre, tras la resurrección de los
su cuerpo por el amor.
muertos y el juicio final, destino de salvación para los
La gracia de Cristo es absolutamente necesaria para la justos y de justa condenación para los réprobos (cf. La
salvación, repite una y otra vez san Agustín. No todos ciudad de Dios 20-22). Éstos, después de la resurrec-
los descendientes de Adán son regenerados, pero na- ción de sus cuerpos, sufrirán la muerte eterna, o vida
die renace espiritualmente, sino por Él. Sin ayuda de la mortal, pues no de otra forma puede calificarse una
gracia el hombre postlapsario pecaría sin remedio, pero existencia en que no brilla la luz de Dios, mortificada
con la gracia el alma puede vencer la concupiscencia por tormentos perpetuos del cuerpo y del alma, que
carnal, que proviene del pecado e incita al pecado: "Pa- cada condenado padecerá con la intensidad correspon-
ra que queramos, actúa [Dios] sin nosotros; mien- diente a sus merecimientos.
tras que, cuando queremos, y de tal manera que
En cambio, los justos resucitarán para la vida eterna,
realicemos, coopera con nosotros: sin embargo, sin
reconstituyéndose el hombre entero: la misma alma y el
Él operante para que queramos, o cooperante
mismo cuerpo en su integridad, transformado en cuerpo
cuando queremos, no somos capaces de realizar
espiritual, según el modelo del cuerpo glorioso de Cris-
las buenas obras" (La gracia y el libre albedrío 17, 33).
to. Recuperado su cuerpo, el alma, que es espíritu des-
Tanto como en la defensa de la gracia se empeñó tinado por naturaleza a animar un cuerpo, logrará su
Agustín en la salvaguarda de la libertad, pues entendía perfección natural, y así el hombre bienaventurado po-
que la gracia no suplanta a la naturaleza, sino que la drá ver al mismo Dios. La visión de Dios hará al hombre
secunda y potencia, atrayéndola con la dulzura del bien semejante a Él y el hombre alcanzará la plenitud de su
que le propone como mandato divino. La acción de la ser, lo que le reportará una felicidad plena, con una
gracia la describe como la inspiración divina que suscita "insaciable saciedad
en la voluntad humana el amor activo a la verdad cono-
El fin de este mundo no representa, para san Agustín,
cida por la inteligencia. Así se conjuga la gracia y la
la desaparición de la tierra en que Dios había puesto al
libertad humana: "Le muestras un ramo verde a la
hombre para que la trabajara sin fatiga (Génesis 1,28).
oveja y la atraes. Le enseñas nueces a un niño y lo
Después del pecado se volvió inhóspita. Pero tras la
atraes... Si, pues, estas cosas que, entre las delicias
consumación de los tiempos, al igual que el cuerpo del
y deleites terrenos se muestran a los amantes, los
hombre no será desechado, sino transformado en un
atraen, pues es verdad el dicho: A cada cual lo atrae
cuerpo espiritual, cielo y tierra no serán aniquilados
su propio gusto, ¿cómo no va a atraer Cristo, reve-
como accesorios, sino transformados en un nuevo cielo
lado por el Padre?
y una nueva tierra (La ciudad de Dios 20, 14).
¿Ama algo el alma con más fuerza que la verdad?"
PARA EL DIALOGO
(Tratados sobre el Evangelio de San Juan 26, 5).
Aun contando con la gracia, constata por la experiencia
y la Escritura que no todos los hombres se salvan, sino
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Hombre, Un Dios Creado
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
terio en que se ha dignado colocarme con promesa del había tratado en mi corazón y pensado huir a la sole-
premio" (Carta 48, 1). dad; mas Tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, di-
ciendo: 'Por eso murió Cristo por todos, para que los
A principios del año 391, Agustín se ve obligado a
que vivan ya no vivan para sí, sino para aquel que mu-
aceptar la carga del ministerio sacerdotal en Hipona, y
rió por ellos" (Confesiones 10, 43, 70).
las cosas se complican aún más. A partir de este mo-
mento tendrá que preocuparse de los problemas de la Deseaba ser liberado de los trabajos de la vida activa:
comunidad católica y el apostolado comienza a ocupar "Por lo que toca a mi comodidad, preferiría mil veces
el primer puesto. No había pensado en esto, aunque lo ocuparme en un trabajo manual cada día y a horas
temía; y así se lo dice unos años más tarde a sus fieles determinadas, y disponer de las restantes horas libres
de Hipona: "Yo, en quien por misericordia de Dios veis para leer, orar, escribir algo acerca de las divinas Escri-
a vuestro obispo, vine siendo joven a esta ciudad. Mu- turas, en lugar de sufrir las turbulentas angustias de los
chos de vosotros lo sabéis. Buscaba dónde fundar un pleitos ajenos acerca de negocios seculares, que hay
monasterio para vivir con mis hermanos. Había aban- que dirimir con una sentencia o hay que arreglar con
donado toda esperanza mundana y no quise ser lo que una intervención..., y, con todo, yo acepto este trabajo,
hubiera podido ser; tampoco, es cierto, busqué lo que y no sin el consuelo del Señor, por la esperanza de la
soy... Hasta tal punto temía el episcopado que, cuando vida eterna y para dar mi fruto con tolerancia. Esclavo
comenzó a acrecentarse mi fama entre los siervos de soy de la Iglesia, máxime de sus miembros más débi-
Dios, evitaba acercarme a lugares donde sabía que no les, sin que importe saber qué clase de miembro soy yo
tenían obispo" (Sermón 355, 2; Carta 21, 2; Vida de mismo" (El trabajo de los monjes 29, 37).
San Agustín escrita por San Posidio 4).
Que Agustín siente una santa envidia por la vida retira-
Aceptado el ministerio, diríamos que la búsqueda agus- da y contemplativa es evidente: "Quisiera alejarme,
tiniana de Dios se convirtió poco a poco en apostólica. pues soy débil, no sea que quedándome acumule pe-
Comienza a comprender de una manera nueva el mis- cados a pecados; o a lo menos quisiera apartarme un
terio de la Iglesia, se percata de sus apremiantes nece- poco del trato de los hombres a fin de sanar por el ejer-
sidades; en este momento Agustín ve que la Iglesia es cicio, no sea que mi vida soporte golpes mayores. Esto
la prolongación del misterio de salvación en la historia, acontece, hermanos, y por eso muchas veces brota, en
es la realidad que desvela el plan divino de salvación: el alma del siervo de Dios, el deseo de la soledad sólo
"De esta realidad quiso que fuera sacramento cotidiano por causa de la infinidad de tribulaciones y tropiezos"
el sacrificio de la Iglesia, que, siendo cuerpo de la mis- (Comentarios a los Salmos 54, 8).
ma cabeza, aprendió a ofrecerse a sí misma por medio
"Con frecuencia, dirá Agustín, el apóstol pide alas de
de Él" (La ciudad de Dios 10, 20).
paloma para poder descansar" (cf. Comentarios a los
Por otra parte, en la Iglesia de la que es pastor, se en- Salmos 54, 8-9). A lo largo de la correspondencia de
cuentra con fieles tibios y clero bastante ignorante. Ha- Agustín vuelve, como una sintonía, la misma queja: "No
lla divisiones por las herejías y los cismas. Agustín tengo tiempo para el estudio y la oración, las ocupacio-
comprende que se necesita una reforma profunda y se nes me desbordan. " Leyendo sus cartas se comprende
ve obligado a abrirse a la eclesialidad. Descubre princi- el sacrificio enorme que hizo este pensador, este con-
pios que serán decisivos para todas las orientaciones templativo, cuando, por orden de la Iglesia, aceptó diri-
posteriores; por ejemplo, que si es verdad que nadie gir la comunidad local y tomó sobre sus hombros las
puede anteponer sus propios intereses a los de Cristo, cargas de la acción (cf. Cartas 189, 1; 224, 1; 258, 1;
tampoco pueden anteponerse a los de la Iglesia que es 147, 1; 261, 1...).
su Cuerpo Místico y su continuación en la historia. Esto
Por temperamento, por formación y por convicción,
supone la entrada del principio eclesial como criterio de
Agustín es un alma contemplativa, pero los dones de su
discernimiento para todo cristiano.
espíritu comunicativo deben ser ofrecidos a los demás,
Después de la aceptación del ministerio, la actividad como se nos demuestra en múltiples momentos y nos
sacerdotal y los afanes apostólicos constituyen, esen- lo confirma su biógrafo (Vida escrita por Posidio 3). Es
cialmente, la vida cotidiana de Agustín y de sus clérigos consciente que sólo comunicando gratis lo que se reci-
(cf. Carta 213, 5; 110; 98, 1). Están consagrados a sus be gratuitamente se entra en el dinamismo divino (cf. La
fieles y son sus siervos, como lo testimonia en numero- doctrina cristiana 1, 1; Confesiones 12, 23, 34; Comen-
sas cartas (cf. Cartas 55, 1; 55, 38; 98, 8; 51, 1; 52, 1; tarios a los Salmos 72, 34). Es decir, encontramos en él
60, 5...). Podemos afirmar que la vida de los clérigos y ciertas actitudes que terminaron por orientarle hacia la
de Agustín fue preferentemente activa. No obstante vida apostólica de forma clara. Entre estas actitudes
toda su actividad, Agustín sigue siendo un alma con- podemos destacar:
templativa. Suspira por el retiro y la contemplación y en
El temperamento de Agustín, en primer lugar, era ex-
esta tensión vive todo su quehacer. Sentirá siempre
traordinariamente comunicativo. Tenía necesidad de los
una gran nostalgia por la vida contemplativa.
amigos como el aire para respirar, su mundo interior le
En los primeros años de su vida activa, Agustín, ante empujaba a la comunicación. De hecho, poco después
los primeros fracasos, piensa seriamente que se ha de la conversión, buscaba el mejor modo de servir a
equivocado y siente la tentación de retirarse a la sole- Dios en la Iglesia; había observado que, dentro de la
dad; si no lo hizo fue porque comprendió que los intere- Iglesia, no todos tomaban el mismo camino. Admiraba a
ses de Cristo están por encima de los propios: "Aterra- los eremitas que dejaban la compañía de los hombres
do por mis pecados y por el peso enorme de mi miseria, para vivir en la soledad del desierto dedicados exclusi-
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
zadas y gozar" (Comentarios a los Salmos 33, s. 2, 6). de sus propios dones, porque Aquel que eligió para sí
La necesidad mayor es comunicar a otros la experien- el pueblo en heredad formó sus corazones uno a uno...
cia del propio encuentro con Dios, es decir, la necesi- Como en nuestros miembros hay obras diversas, y una
dad interior de gritar a todos la alegría del propio en- es la salud, así en todos los miembros de Cristo existen
cuentro con Cristo, para animarles a que también ha- dones distintos, pero un solo amor. El que formó uno a
gan la misma experiencia, o mejor, para que juntos uno los corazones de los hombres" (Comentarios a los
vuelvan a experimentar ese encuentro plenificante que Salmos 32, 2, s. 2, 21).
transforma toda la vida; sólo así la adhesión a la llama-
da de Cristo será plena: "Llama gozo pleno al que hay
en esta sociedad, en esta caridad, en esta unidad" (Tra-
tados sobre la primera Carta de San Juan 1, 3). Por eso
Agustín dice: "Amad a todos los hombres, incluso a III TODOS ESTAMOS AL SERVICIO
vuestros enemigos, no porque algunos ya sean herma- DE LA IGLESIA
nos, sino para que los que no lo son lo sean. Arded
siempre con amor fraterno, ya para con el que es her- ES, o debe ser, a través de la fraternidad, de nuestro
mano, ya para con el enemigo, a fin de que amándole ser comunidad eclesial, cómo ejercemos nuestro apos-
se haga hermano. Siempre amáis al hermano, amáis al tolado. Esto para Agustín es algo tan elemental que, si
amigo. Ya está contigo, ya está unido a ti en la unidad repasamos su itinerario nos daremos cuenta que en
católica. Si vives bien, amas al que de enemigo se con- todas las necesidades apostólicas de la Iglesia que ha
virtió en hermano... Luego todo nuestro amor fraterno tenido que atender, si algo ha mantenido es la vida de
se encamina hacia los hermanos, hacia todos los fraternidad; es más, toda su actividad apostólica la ba-
miembros de Cristo" (Tratados sobre la primera Carta saba en la vida comunitaria.
de San Juan 10, 7-8).
•Arrastrad a todos. La vocación de la Iglesia a la
Se trata de ser transmisores de lo que hemos recibido universalidad es también la vocación de cada uno de
gratis y de ser fieles al principio general que Agustín sus miembros, es decir, todos y cada uno de los fieles
siempre defendió: pensar en los demás. Agustín reco- debemos tener la preocupación de ganar para Dios a
mendaba a sus fieles que no se diesen reposo, que no todos los hombres de todos los pueblos, no podemos
descansaran hasta que ganasen a todos para Cristo: conformarnos con los que ya hemos conocido y acep-
"Si eres frío e indolente, no miras más que a ti mismo y tado la Buena Noticia del Reino. Para Dios, y debe ser
con esto estás contento, y llegas hasta hablar así en tu también para nosotros, los que aún no creen son tam-
corazón: ¿Qué tengo yo que ver con los pecados aje- bién candidatos a la Iglesia: "Siendo tal tú, anuncias a
nos? Tengo bastante con mi alma, y ojalá que la con- Cristo. ¿Qué fiel no anuncia a Cristo? Atienda vuestra
serve incólume para Dios. ¡Vamos!, te digo yo, ¿no se caridad, ¿Pensáis que sólo nosotros, que estamos de
te viene a la mente el siervo aquel que escondía el ta- pie aquí, anunciamos a Cristo y que vosotros no lo
lento y que no guiso negociar con él? ¿Se le condenó anunciáis? ¿Cómo es que vienen a nosotros, queriendo
acaso por haberlo perdido y no por haberlo guardado ser cristianos, aquellos a los que nunca vimos, aquellos
sin fructificar? Entenderlo, pues, hermanos míos, de tal a los que no conocemos, aquellos a los que jamás he-
forma que no os deje descansar. Os voy a dar un con- mos predicado? Pero ¿creyeron sin haberles nadie
sejo, mejor dicho, que os lo dé el que está dentro, por- anunciado la Palabra de Dios? El
que, aunque os lo dé por mí, Él es el que lo da. Sabéis
lo que cada uno de vosotros tiene que hacer en su casa Apóstol dice: ¿Cómo creerán a aquel que no oyeron y
con el amigo, con el inquilino, con su cliente, con el cómo oirán si no hay quien predique? Luego toda la
mayor y con el menor. Pues bien, en la medida que os Iglesia predica a Cristo, y los cielos anuncian su justicia,
da Dios acceso, en la medida que os abre la puerta con porque todos los fieles, para quienes es un deber ganar
su palabra, en esa medida no os deis momento de re- para Dios a los que aún no han creído, si lo hacen por
poso por ganarlos para Cristo, ya que vosotros habéis caridad son cielos... Arrebatad, conducid, arrastrad a
sido ganados por Cristo" (Tratados sobre el Evangelio cuantos podáis. Estad seguros que los lleváis hacia
de San Juan 10, 9). Aquel que no desagrada a los que le contemplan y ro-
gad que los ilumine y que miren bien" (Comentarios a
La vida apostólica tiene su raíz en la doctrina del Cuer- los Salmos 96, 10).
po Místico; mientras unos trabajan en la viña del Señor,
estos mismos reposan en la caridad de los que moran Tenemos que decir con san Agustín que una de las
en el monasterio (cf. Carta 48). Todos cooperamos a la misiones más importantes que tienen los miembros de
edificación del Cuerpo de Cristo, del Cristo Total, pero la Iglesia es conquistar a otros miembros para esta
cada uno en su puesto y todos desde el propio ser: "Él Iglesia, pero esta misión la reciben del mismo Cristo,
que formó uno a uno sus corazones. Por el poder de su porque son enviados por Él para ganar a otros; así he-
gracia, por la obra de su misericordia, formó los cora- mos nacido nosotros (cf. Tratados sobre el Evangelio
zones, modeló nuestros corazones, los formó uno a de San Juan 31, 11). Es la misión del amor, es decir, si
uno, dándonos un corazón particular sin que rompiesen amamos a Dios no podemos por menos de hablar de Él
la unidad. Como todos los miembros se han formado en a todos los que nos encontremos y de llevarlos hasta
particular y tienen peculiar operación... (...) y, no obs- Él: "Ama gratuitamente a Dios. No rehúses llevar a Dios
tante, viven en la unidad del cuerpo... (...) no oponién- a cuantos puedas. Arrastrad a Él a cuantos podáis, a
dose entre sí; del mismo modo, en el cuerpo de Cristo, cuantos le habéis de poseer" (Comentarios a los Sal-
cada hombre de por sí goza como miembro particular mos 72, 34). Cuando decimos que es la misión del
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
amor el comunicar a otros las grandes riquezas encon- dido en tu reposo; ábreme, predícame. ¿Cómo he de
tradas, estamos diciendo que no amamos a nuestros entrar a aquellos que me cerraron la puerta, sin que
hermanos si no les llevamos a que amen a Dios. Y es haya quien me la abra? ¿Cómo han de oír, si no hay
que "nadie ama al prójimo si no quien ama a Dios y quien les predique?" (Tratados sobre el Evangelio de
trata con todas sus fuerzas de que ame también a Dios San Juan 57, 4).
ese prójimo a quien ama como a sí mismo. Si no, no se
PARA EL DIÁLOGO
ama a sí mismo ni al prójimo" (Carta 167, 16).
Evidentemente, esto exige esforzarse: "Tratemos, pues, • El servicio a la Iglesia implica el anuncio mi-
con todas nuestras fuerzas de que lleguen también a Él sionero, ¿cómo lo hacemos nosotros?
aquellos a los que amamos como a nosotros mismos, si • ¿Qué actitudes son hoy más necesarias en
amando a Dios sabemos amarnos a nosotros mismos" la evangelización?
(Carta 155, 14). En la carta que escribe a Leto, Agustín
le habla de la mies del Señor e invita al joven a ser • ¿Cómo ganar a otros miembros para Cristo?
evangelizador de los pobres, superando toda tibieza, ¿Qué gestos son más convincentes apostó-
pero siempre desde el orden en el amor: "Si tienes or- licamente?
denada la caridad, has de saber anteponer lo mayor a
lo menor y dejarte mover por la misericordia, para que
sean evangelizados los pobres, para que no quede a
merced de las aves por falta de segadores la copiosa
mies del Señor, para tener preparado el corazón a se- IV LA IMPORTANCIA DEL EJEMPLO
guir la voluntad de Dios, tanto en los dolores como en PARA UN APOSTOLADO SERIO
los favores que dispensa a su siervo" (Carta 243, 12).
Ser Iglesia. Lo que la Iglesia es para nosotros, debe AGUSTÍN concede mucha importancia al ejemplo, co-
también serlo a través de nosotros: "La Esposa sois mo forma de apostolado. De hecho, para él seguimiento
vosotros mismos, si amáis lo que ama ella; y amáis lo
y evangelizar desde el propio testimonio es la misma
que ama ella si pertenecéis a ella... Os amonesto y
cosa, y es que todos tienen la obligación de transparen-
ruego por la santidad de estas nupcias que améis a
tar lo que han recibido como don. Se sigue más a los
esta Iglesia, y permanezcáis en esta Iglesia, y seáis de
testigos que a los maestros. Es decir, somos más sen-
esta Iglesia. Amad al Buen Pastor, el bello Esposo que
sibles a los ideales que se encarnan, a la coherencia
a nadie engaña, que a nadie quiere ver perdido. Rogad
entre la doctrina y la vida. Agustín sabe por propia ex-
también por las ovejas descarriadas, para que también
ellas vengan a nosotros y reconozcan y amen la ver- periencia que los maniqueos utilizaban como artificio
dad, y no haya sino un solo rebaño y un solo pastor" para seducir a los sencillos y atraerlos a su escuela el
(Sermón 138, 7 y 10). En el fondo, lo que está diciendo presentar "la ficción de una vida pura y de continencia
Agustín es que los miembros de Cristo tienen la obliga- admirable" (Las costumbres de la Iglesia católica 1,1,
ción de comunicar la buena noticia que ellos han recibi- 2). El talante de Agustín con relación a lo que estamos
do y así aumentar los miembros de Cristo hasta llegar diciendo lo podemos descubrir en textos como estos:
al Cristo Total: "Cuando comenzare Cristo a habitar en "¿Qué he de hacer? ¿Cómo he de obrar? ¿Qué puedo
el interior del hombre por la fe y comenzare el invocado decir? ¿Con qué punzadoras amenazas, con qué ar-
a poseer al que confiesa, se constituye el Cristo Total, dientes exhortaciones moveremos los corazones duros,
cabeza y cuerpo, y de todos se hace uno... Cristo se perezosos y helados por el hielo del pasmo terreno
predica a sí mismo, se predica también en sus miem- para que sacudan de una vez la modorra del mundo y
bros ya existentes para atraer a otros, para que asi- se inflamen en el amor de lo eterno? ¿Qué puedo decir?
mismo se acerquen los que aún no eran y se unan a Se me ocurre entre tanto que los mismos aconteci-
sus miembros, por los cuales se predicó el Evangelio; y mientos cotidianos me están advirtiendo y sugiriendo
así se forme un solo cuerpo bajo una sola cabeza, con lo que he de deciros. Pasa, si te es posible, del amor
un mismo espíritu y una sola vida" (Comentarios a los de esta vida temporal al amor de la eterna, la que
Salmos 74, 4). amaron los mártires, que despreciaron esta temporal.
La Iglesia, que es nuestra madre, sufre el acoso y el Os ruego, os suplico, os exhorto, no sólo a vosotros,
ataque permanente de los falsos hijos, por eso pide a sino también a mí mismo, a amar la vida eterna. A
sus hijos auténticos que la defiendan y la ayuden en la pesar de que se merezca mayor amor, sólo pido que la
tarea de cuidar de todos, que superen su estado infantil amemos como aman la vida temporal sus amantes, no
y se pongan a trabajar (cf. Carta 243, 8). Dirigiéndose a ya como la amaron los santos mártires, pues éstos no
sus fieles cualificados que se dedican al ocio santo, les la amaron en absoluto o muy poco y con facilidad la
dice que tiene necesidad de ellos para que la caridad antepusieron a la eterna... Como aman la vida tempo-
se extienda a todos los hombres: "Tú reposas, y la ral los amantes, así hemos de amar nosotros la eterna,
puerta está cerrada para mí; tú te entregas al ocio, que de la que el cristiano se proclama amador" (Sermón
pocos pueden tener, y, mientras tanto, la abundancia 302, 2).
de la impiedad entibia en muchos la caridad. (... )
Ábreme, hermana mía por mi sangre, próxima mía por
mi acercamiento, paloma mía por mi espíritu, perfecta
mía por mi doctrina, que con mayor plenitud has apren-
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
• La coherencia del cristiano. sacramentos de Cristo, que viven de tal manera que
perecen ellos mismos y hacen perecer a otros. Perecen
Para Agustín el problema no está en que los paganos ellos por su mala vida; hacen perecer a otros dándoles
defiendan otras cosas y pongan en tela de juicio las malos ejemplos de vida. Por tanto, vosotros, amadísi-
dimensiones de fe de los cristianos. El verdadero pro- mos, no queráis uniros a ellos. Buscad los buenos y
blema que le preocupa son los cristianos que confiesan juntaos con ellos. Sed buenos" (Sermón 223, 1). Si algo
una cosa de palabra y cumplen otra en la vida práctica; pide a sus fieles es que sean fieles a lo que creen y
es el problema de la mediocridad y la incoherencia, el vivan conforme a ello: "Muchas veces he dicho a vues-
problema, por tanto, del divorcio entre la vida y la fe. tra caridad que de nada sirve dar a conocer la verdad si
Los que se llaman cristianos tienen que demostrarlo el corazón disiente de la lengua y que de nada aprove-
con sus obras, ya que el cristianismo no es una ideolo- cha oír la verdad si a la audición no sigue la obra. Des-
gía, sino una forma de vivir, es decir, una vida, y será de este sitio os hablo como desde un lugar más eleva-
en la vida, en las costumbres, donde tenemos que mos- do; pero Dios, que se hizo indulgente a los humildes,
trar lo que somos: "Quienes se llaman y no son, ¿de sabe cómo estoy, por el temor, a vuestros pies" (Co-
qué les aprovecha el nombre, si no tienen la realidad? mentarios a los Salmos 66, 10).
¡Cuántos se llaman médicos y no saben curar! ¡Cuán-
tos se llaman serenos y se pasan toda la noche dur- • Ser testigos de la propia vocación.
miendo! Así muchos se llaman cristianos y no aparecen
tales en sus obras, porque no son lo que se llaman, es Hay personas que por amor de la vida eterna son capa-
decir, en la vida, en las costumbres, en la fe, en la es- ces de abandonar los placeres de este mundo; éstos
peranza, en la caridad" (Tratado sobre la primera Carta son los que están más preparados para ayudar a los
de San Juan 4, 4). Para Agustín el cristiano ha de serlo demás fieles a comprender esta vida eterna y a amarla
a carta cabal, no puede apostatar de su fe, no puede ir con más intensidad. Se trata de encender la llama del
contra su misma creencia (cf. Anotaciones al libro de amor que arde en el propio corazón en otras muchas
Job 15). personas, y es que el que no arde no puede encender a
otros: "Si el ministro no se inflama al predicar, no en-
Los cristianos materialistas fueron la espada clavada en ciende a quien predica" (Comentarios a los Salmos 103,
el corazón de Agustín. Evidentemente vivir sólo de 2, 4). Es decir, aquel que ama a Dios procura tener las
Dios, vivir contento con su Dios, no es para nada fácil; mismas actitudes de Dios para con los demás hombres,
el cristiano que cumple, parece que no puede gozar de y no puede por menos de trabajar para que todos amen
nada ni poseer nada a no ser su Dios. También hoy se a Dios y se esfuercen por crecer en el amor y en la
piden a la disponibilidad para el servicio: "Porque quien ama a
Iglesia obras externas numerosas, obras sociales, Dios, no puede despreciar su mandato de amar al pró-
apostolados de masa, y no oraciones con promesas y jimo." (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 65, 2).
esperanzas de algo que no se tiene a la mano. ¡Cuida- La necesidad de la caridad puede hacer que uno, aun-
do!, no se puede reducir el plan divino de salvación a que prefiriese vivir en el ocio, tenga que esforzarse en
una obra de promoción social, dejándonos llevar de los las tareas apostólicas, porque lo que cuenta es la cari-
cantos de sirena de una cultura laica y laicista, que dad. La razón profunda de esta orientación es que, de
aprecia esta Iglesia benéfica y filantrópica, con tal que lo contrario, puede estar alimentando el egoísmo y la
se desprenda de su aparato doctrinal y moral. La Iglesia ociosidad: "La vida que se ocupa y afana en la contem-
si renuncia al misterio del que vive, o lo privatiza redu- plación a fin de ver por la inteligencia, con los ojos ro-
ciéndolo a la libre elección de cada conciencia, se de- bustos de la mente, mediante las cosas creadas, las
rrota a sí misma en la medida en que triunfa. Lo impor- realidades no perceptibles por los sentidos, y otear de
tante es que cada uno se ponga en actitud de servicio: forma inefable el poder y divinidad sempiternos de Dios,
"Hermanos, no penséis que el Señor dijo estas pala- quiere desentenderse de toda ocupación y, en conse-
bras: 'Donde yo estoy, allí estará también mi servidor', cuencia, se vuelve estéril" (Réplica a Fausto, el mani-
solamente de los obispos y clérigos buenos. Vosotros queo 22, 54).
podéis servir también a Cristo viviendo bien, haciendo
limosnas, enseñando su nombre y su doctrina a los que El lugar donde habita Dios en la tierra es la Iglesia,
pudiereis, haciendo que todos los padres de familia como la tienda que se tiene en el tiempo de peregrina-
sepan que por este nombre deben amar a la familia con ción: "Aquel que tiene la excelentísima casa en lo es-
afecto paternal. Por el amor de Cristo y de la vida eter- condido, tiene también en la tierra el tabernáculo. Su
na avise, enseñe, exhorte, corrija, sea benevolente y tienda o tabernáculo en la tierra es su Iglesia, todavía
mantenga la disciplina entre todos los suyos ejerciendo peregrina. Pero aquí ha de buscarse, porque en el ta-
en su casa este oficio eclesiástico y en cierto modo bernáculo se encuentra el camino que conduce a la
episcopal, sirviendo a Cristo para estar con Él eterna- casa. Cuando vaciaba sobre mí mi alma para lograr ver
mente" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 51, a mi Dios, ¿por qué hice esto? Porque he de entrar en
13). el lugar del tabernáculo. Pues fuera del lugar del taber-
náculo erraré buscando a mi Dios. Entraré en el lugar
Tal vez por esto Agustín recomienda unirse a los bue- del admirable tabernáculo hasta la casa de Dios. Entra-
nos para progresar juntos, porque los malos ejemplos ré en el lugar del tabernáculo, del admirable tabernácu-
de vida pueden hacer que perezcamos: "Uníos a los lo, hasta la casa de Dios. Pues yo admiro muchas co-
buenos cristianos. Hay también, y esto es lo peor, ma- sas en el tabernáculo. He aquí cuántas cosas contem-
los cristianos. No faltan quienes se llaman cristianos sin plo en él. El tabernáculo de Dios en la tierra son los
serlo. Hay cristianos en quienes padecen ultraje los
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
hombres fieles. En ellos admiro la obediencia de sus ces les acontece lo mismo que a Jacob: Lía, que por sí
miembros, porque no reina en ellos el pecado obede- misma no es amable, debe ser aceptada por razón de
ciendo a sus deseos; ni prestan sus miembros al peca- su fecundidad. Entonces el siervo de Dios tiene que
do como instrumentos de iniquidad, sino que se ofrecen tolerar su propia unión con Lía y servir otros siete años
a Dios vivo en las buenas obras; también observo que por Raquel, que es de quien está enamorado. Viene
los miembros están bajo el dominio del alma para servi- huyendo del siglo en busca de la contemplación, cuan-
rá Dios; asimismo contemplo al alma que obedece a do de repente le hacen víctima de un trueque doloroso:
Dios ordenando las obras de sus actos, refrenando la le obligan a aceptar un ministerio eclesiástico; le impo-
concupiscencia, deponiendo la ignorancia y ofreciéndo- nen un nuevo servicio; le obligan, como si dijéramos, a
se a soportar todas las tribulaciones y molestias, con- casarse con Lía. Entonces el siervo de Dios se entrega
sagrándose ante todo a la justicia y a la caridad. Con- fervorosamente al servicio del apostolado. Las gentes
templo estas virtudes en el alma, pero aún me encuen- ponderan su proselitismo ardoroso, pero... Este siervo
tro peregrino en el lugar del tabernáculo" (Comentarios de Dios lo oye todo, propala afanosamente la buena
a los Salmos 41, 9). fama de los monasterios, y mientras él tiene que con-
tentarse con la compañía de Lía, hace cuanto está de
su parte para que Raquel disfrute la hermosura fragan-
cia de los frutos que apetece" (Réplica a Fausto, el
maniqueo 22, 58). No hay duda de que este texto tiene
V A MODO DE CONCLUSIÓN: SIEM- carácter autobiográfico, y Agustín sufrió, en carne pro-
PRE ABIERTOS A LA ECLESIALIDAD pia, el cambio doloroso que supuso aceptar el ministe-
rio sacerdotal y episcopal cuando pensó siempre en
una vida más dedicada a la contemplación.
PARA Agustín las necesidades de la Iglesia han de En la vida presente se impone la acción apostólica. Es
estar por encima de todos los intereses personales. La más, para poder gozar con María de la contemplación
Iglesia es criterio para saber lo que tenemos que hacer. en la vida futura es necesario empeñarse como Marta
Sus necesidades han de estar también por encima del en las tareas diarias: "Marta, que recibió a Jesús en su
deseo de contemplación y del retiro: "Si la Iglesia re- casa, es la figura de la Iglesia de ahora, que recibe al
clama vuestro concurso -les dice a los monjes de la isla Señor en su corazón. María, su hermana, que estaba
Cabrera-, no os lancéis a trabajar con orgullo ávido ni sentada a los pies de Jesús, del Señor, y escucha su
huyáis del trabajo con torpe desidia... No antepongáis palabra, representa también la Iglesia, pero en el siglo
vuestro ocio a las necesidades de la Iglesia, pues si no futuro, donde, liberada de los cuidados del servicio a los
hubiese buenos ministros que se determinasen a asis- pobres, se dedica exclusivamente a gozar de la sabidu-
tirla cuando ella da a luz, no hubiésemos encontrado ría. Marta se ocupa de numerosas tareas, porque ahora
medio de nacer. Como entre el fuego y el agua hay que la Iglesia debe cumplir sus tareas. Ella se queja de que
caminar sin ahogarse ni abrasarse, del mismo modo su hermana no viene a ayudarla y da ocasión al Señor
hemos de gobernar nuestros pasos entre la cima del a mostrarnos esa Iglesia inquieta y turbada por multitud
orgullo y el abismo de la pereza" (Carta 48, 2). De la de cosas, mientras que una sola es necesaria. Allí se
misma manera, las necesidades de la Iglesia tienen que llega por estos trabajos. Declara que María ha elegido
anteponerse a los vínculos de consanguinidad y de amis- la mejor parte, que no le será quitada, para hacernos
tad, es decir, para Agustín lo importante es la Iglesia, y comprender que es por medio de la primera que se
ante ella no cuentan nuestros gustos y comodidades (cf. llega a la segunda que nunca será quitada. En cuanto a
Carta 84,1). La Iglesia necesita a todos sus hijos para estos trabajos, aunque sean buenos, ya no se harán
transmitir su doctrina y para defenderse de los falsos her- cuando haya desaparecido la miseria que remediaban"
manos (cf. Carta 243, 9). (Varios pasajes de los Evangelios 20).
El enamorado de la contemplación que desprecie el Agustín ve simbolizadas estas dos vidas en Lía y Ra-
camino de la caridad para con el prójimo está amena- quel (Réplica a Fausto, el maniqueo 22, 54-58), en Mar-
zado de esterilidad. Será la caridad la que purifica la ta y María (Sermón 103, y 104), o en Pedro y Juan.
mirada interior y nos dirá si lo que hacemos es lo que Pero lo que Agustín busca es una solución armónica
tenemos que hacer. Cuando los que desean contemplar que evite los dos extremos: el quietismo ocioso que
la verdad en el ocio ven las necesidades de la Iglesia, olvida al prójimo y el dinamismo desenfrenado que
deben aceptar gobernar el pueblo. Así mantendrán la puede llevarnos a un activismo. Será la caridad la que
buena fama de la vida contemplativa ante los fieles, armoniza los extremos y evita la ruptura entre estos dos
pues todos comprenderán que desde esa vida han ba- géneros de vida: "En relación con aquellos tres géneros
jado a dispensar los misterios de Dios, no por propia de vida, el contemplativo, el activo y el mixto, cada uno
voluntad, sino por la necesidad que han descubierto. puede, quedando a salvo la fe, elegir para su vida cual-
Así se describe Agustín a sí mismo y a los que están en quiera de ellos, y alcanzar en ellos la eterna recompen-
una situación semejante: "¿Qué es lo que pretendía en sa. Pero es importante no perder de vista qué nos exige
su corazón el religioso, qué ilusión acariciaba cuando la mantener el amor a la verdad, y qué sacrificar la urgen-
gracia le purificó de sus pecados si no la búsqueda de cia de la caridad. No debe uno, por ejemplo, estar tan
la sabiduría? Los hombres huyen del siglo y corren a libre de ocupaciones que no piense en medio de su
refugiarse en el retiro para alcanzar la contemplación. mismo ocio en la utilidad del prójimo, ni tan ocupado
Quieren desposarse con Raquel (contemplación) y no que ya no busque la contemplación de Dios. En la vida
con Lía (apostolado), lo mismo que Jacob. Pero a ve- contemplativa no es la vacía inacción lo que uno debe
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
terio en que se ha dignado colocarme con promesa del había tratado en mi corazón y pensado huir a la sole-
premio" (Carta 48, 1). dad; mas Tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, di-
ciendo: 'Por eso murió Cristo por todos, para que los
A principios del año 391, Agustín se ve obligado a
que vivan ya no vivan para sí, sino para aquel que mu-
aceptar la carga del ministerio sacerdotal en Hipona, y
rió por ellos" (Confesiones 10, 43, 70).
las cosas se complican aún más. A partir de este mo-
mento tendrá que preocuparse de los problemas de la Deseaba ser liberado de los trabajos de la vida activa:
comunidad católica y el apostolado comienza a ocupar "Por lo que toca a mi comodidad, preferiría mil veces
el primer puesto. No había pensado en esto, aunque lo ocuparme en un trabajo manual cada día y a horas
temía; y así se lo dice unos años más tarde a sus fieles determinadas, y disponer de las restantes horas libres
de Hipona: "Yo, en quien por misericordia de Dios veis para leer, orar, escribir algo acerca de las divinas Escri-
a vuestro obispo, vine siendo joven a esta ciudad. Mu- turas, en lugar de sufrir las turbulentas angustias de los
chos de vosotros lo sabéis. Buscaba dónde fundar un pleitos ajenos acerca de negocios seculares, que hay
monasterio para vivir con mis hermanos. Había aban- que dirimir con una sentencia o hay que arreglar con
donado toda esperanza mundana y no quise ser lo que una intervención..., y, con todo, yo acepto este trabajo,
hubiera podido ser; tampoco, es cierto, busqué lo que y no sin el consuelo del Señor, por la esperanza de la
soy... Hasta tal punto temía el episcopado que, cuando vida eterna y para dar mi fruto con tolerancia. Esclavo
comenzó a acrecentarse mi fama entre los siervos de soy de la Iglesia, máxime de sus miembros más débi-
Dios, evitaba acercarme a lugares donde sabía que no les, sin que importe saber qué clase de miembro soy yo
tenían obispo" (Sermón 355, 2; Carta 21, 2; Vida de mismo" (El trabajo de los monjes 29, 37).
San Agustín escrita por San Posidio 4).
Que Agustín siente una santa envidia por la vida retira-
Aceptado el ministerio, diríamos que la búsqueda agus- da y contemplativa es evidente: "Quisiera alejarme,
tiniana de Dios se convirtió poco a poco en apostólica. pues soy débil, no sea que quedándome acumule pe-
Comienza a comprender de una manera nueva el mis- cados a pecados; o a lo menos quisiera apartarme un
terio de la Iglesia, se percata de sus apremiantes nece- poco del trato de los hombres a fin de sanar por el ejer-
sidades; en este momento Agustín ve que la Iglesia es cicio, no sea que mi vida soporte golpes mayores. Esto
la prolongación del misterio de salvación en la historia, acontece, hermanos, y por eso muchas veces brota, en
es la realidad que desvela el plan divino de salvación: el alma del siervo de Dios, el deseo de la soledad sólo
"De esta realidad quiso que fuera sacramento cotidiano por causa de la infinidad de tribulaciones y tropiezos"
el sacrificio de la Iglesia, que, siendo cuerpo de la mis- (Comentarios a los Salmos 54, 8).
ma cabeza, aprendió a ofrecerse a sí misma por medio
"Con frecuencia, dirá Agustín, el apóstol pide alas de
de Él" (La ciudad de Dios 10, 20).
paloma para poder descansar" (cf. Comentarios a los
Por otra parte, en la Iglesia de la que es pastor, se en- Salmos 54, 8-9). A lo largo de la correspondencia de
cuentra con fieles tibios y clero bastante ignorante. Ha- Agustín vuelve, como una sintonía, la misma queja: "No
lla divisiones por las herejías y los cismas. Agustín tengo tiempo para el estudio y la oración, las ocupacio-
comprende que se necesita una reforma profunda y se nes me desbordan. " Leyendo sus cartas se comprende
ve obligado a abrirse a la eclesialidad. Descubre princi- el sacrificio enorme que hizo este pensador, este con-
pios que serán decisivos para todas las orientaciones templativo, cuando, por orden de la Iglesia, aceptó diri-
posteriores; por ejemplo, que si es verdad que nadie gir la comunidad local y tomó sobre sus hombros las
puede anteponer sus propios intereses a los de Cristo, cargas de la acción (cf. Cartas 189, 1; 224, 1; 258, 1;
tampoco pueden anteponerse a los de la Iglesia que es 147, 1; 261, 1...).
su Cuerpo Místico y su continuación en la historia. Esto
Por temperamento, por formación y por convicción,
supone la entrada del principio eclesial como criterio de
Agustín es un alma contemplativa, pero los dones de su
discernimiento para todo cristiano.
espíritu comunicativo deben ser ofrecidos a los demás,
Después de la aceptación del ministerio, la actividad como se nos demuestra en múltiples momentos y nos
sacerdotal y los afanes apostólicos constituyen, esen- lo confirma su biógrafo (Vida escrita por Posidio 3). Es
cialmente, la vida cotidiana de Agustín y de sus clérigos consciente que sólo comunicando gratis lo que se reci-
(cf. Carta 213, 5; 110; 98, 1). Están consagrados a sus be gratuitamente se entra en el dinamismo divino (cf. La
fieles y son sus siervos, como lo testimonia en numero- doctrina cristiana 1, 1; Confesiones 12, 23, 34; Comen-
sas cartas (cf. Cartas 55, 1; 55, 38; 98, 8; 51, 1; 52, 1; tarios a los Salmos 72, 34). Es decir, encontramos en él
60, 5...). Podemos afirmar que la vida de los clérigos y ciertas actitudes que terminaron por orientarle hacia la
de Agustín fue preferentemente activa. No obstante vida apostólica de forma clara. Entre estas actitudes
toda su actividad, Agustín sigue siendo un alma con- podemos destacar:
templativa. Suspira por el retiro y la contemplación y en
El temperamento de Agustín, en primer lugar, era ex-
esta tensión vive todo su quehacer. Sentirá siempre
traordinariamente comunicativo. Tenía necesidad de los
una gran nostalgia por la vida contemplativa.
amigos como el aire para respirar, su mundo interior le
En los primeros años de su vida activa, Agustín, ante empujaba a la comunicación. De hecho, poco después
los primeros fracasos, piensa seriamente que se ha de la conversión, buscaba el mejor modo de servir a
equivocado y siente la tentación de retirarse a la sole- Dios en la Iglesia; había observado que, dentro de la
dad; si no lo hizo fue porque comprendió que los intere- Iglesia, no todos tomaban el mismo camino. Admiraba a
ses de Cristo están por encima de los propios: "Aterra- los eremitas que dejaban la compañía de los hombres
do por mis pecados y por el peso enorme de mi miseria, para vivir en la soledad del desierto dedicados exclusi-
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
zadas y gozar" (Comentarios a los Salmos 33, s. 2, 6). de sus propios dones, porque Aquel que eligió para sí
La necesidad mayor es comunicar a otros la experien- el pueblo en heredad formó sus corazones uno a uno...
cia del propio encuentro con Dios, es decir, la necesi- Como en nuestros miembros hay obras diversas, y una
dad interior de gritar a todos la alegría del propio en- es la salud, así en todos los miembros de Cristo existen
cuentro con Cristo, para animarles a que también ha- dones distintos, pero un solo amor. El que formó uno a
gan la misma experiencia, o mejor, para que juntos uno los corazones de los hombres" (Comentarios a los
vuelvan a experimentar ese encuentro plenificante que Salmos 32, 2, s. 2, 21).
transforma toda la vida; sólo así la adhesión a la llama-
da de Cristo será plena: "Llama gozo pleno al que hay
en esta sociedad, en esta caridad, en esta unidad" (Tra-
tados sobre la primera Carta de San Juan 1, 3). Por eso
Agustín dice: "Amad a todos los hombres, incluso a III TODOS ESTAMOS AL SERVICIO
vuestros enemigos, no porque algunos ya sean herma- DE LA IGLESIA
nos, sino para que los que no lo son lo sean. Arded
siempre con amor fraterno, ya para con el que es her- ES, o debe ser, a través de la fraternidad, de nuestro
mano, ya para con el enemigo, a fin de que amándole ser comunidad eclesial, cómo ejercemos nuestro apos-
se haga hermano. Siempre amáis al hermano, amáis al tolado. Esto para Agustín es algo tan elemental que, si
amigo. Ya está contigo, ya está unido a ti en la unidad repasamos su itinerario nos daremos cuenta que en
católica. Si vives bien, amas al que de enemigo se con- todas las necesidades apostólicas de la Iglesia que ha
virtió en hermano... Luego todo nuestro amor fraterno tenido que atender, si algo ha mantenido es la vida de
se encamina hacia los hermanos, hacia todos los fraternidad; es más, toda su actividad apostólica la ba-
miembros de Cristo" (Tratados sobre la primera Carta saba en la vida comunitaria.
de San Juan 10, 7-8).
•Arrastrad a todos. La vocación de la Iglesia a la
Se trata de ser transmisores de lo que hemos recibido universalidad es también la vocación de cada uno de
gratis y de ser fieles al principio general que Agustín sus miembros, es decir, todos y cada uno de los fieles
siempre defendió: pensar en los demás. Agustín reco- debemos tener la preocupación de ganar para Dios a
mendaba a sus fieles que no se diesen reposo, que no todos los hombres de todos los pueblos, no podemos
descansaran hasta que ganasen a todos para Cristo: conformarnos con los que ya hemos conocido y acep-
"Si eres frío e indolente, no miras más que a ti mismo y tado la Buena Noticia del Reino. Para Dios, y debe ser
con esto estás contento, y llegas hasta hablar así en tu también para nosotros, los que aún no creen son tam-
corazón: ¿Qué tengo yo que ver con los pecados aje- bién candidatos a la Iglesia: "Siendo tal tú, anuncias a
nos? Tengo bastante con mi alma, y ojalá que la con- Cristo. ¿Qué fiel no anuncia a Cristo? Atienda vuestra
serve incólume para Dios. ¡Vamos!, te digo yo, ¿no se caridad, ¿Pensáis que sólo nosotros, que estamos de
te viene a la mente el siervo aquel que escondía el ta- pie aquí, anunciamos a Cristo y que vosotros no lo
lento y que no guiso negociar con él? ¿Se le condenó anunciáis? ¿Cómo es que vienen a nosotros, queriendo
acaso por haberlo perdido y no por haberlo guardado ser cristianos, aquellos a los que nunca vimos, aquellos
sin fructificar? Entenderlo, pues, hermanos míos, de tal a los que no conocemos, aquellos a los que jamás he-
forma que no os deje descansar. Os voy a dar un con- mos predicado? Pero ¿creyeron sin haberles nadie
sejo, mejor dicho, que os lo dé el que está dentro, por- anunciado la Palabra de Dios? El
que, aunque os lo dé por mí, Él es el que lo da. Sabéis
lo que cada uno de vosotros tiene que hacer en su casa Apóstol dice: ¿Cómo creerán a aquel que no oyeron y
con el amigo, con el inquilino, con su cliente, con el cómo oirán si no hay quien predique? Luego toda la
mayor y con el menor. Pues bien, en la medida que os Iglesia predica a Cristo, y los cielos anuncian su justicia,
da Dios acceso, en la medida que os abre la puerta con porque todos los fieles, para quienes es un deber ganar
su palabra, en esa medida no os deis momento de re- para Dios a los que aún no han creído, si lo hacen por
poso por ganarlos para Cristo, ya que vosotros habéis caridad son cielos... Arrebatad, conducid, arrastrad a
sido ganados por Cristo" (Tratados sobre el Evangelio cuantos podáis. Estad seguros que los lleváis hacia
de San Juan 10, 9). Aquel que no desagrada a los que le contemplan y ro-
gad que los ilumine y que miren bien" (Comentarios a
La vida apostólica tiene su raíz en la doctrina del Cuer- los Salmos 96, 10).
po Místico; mientras unos trabajan en la viña del Señor,
estos mismos reposan en la caridad de los que moran Tenemos que decir con san Agustín que una de las
en el monasterio (cf. Carta 48). Todos cooperamos a la misiones más importantes que tienen los miembros de
edificación del Cuerpo de Cristo, del Cristo Total, pero la Iglesia es conquistar a otros miembros para esta
cada uno en su puesto y todos desde el propio ser: "Él Iglesia, pero esta misión la reciben del mismo Cristo,
que formó uno a uno sus corazones. Por el poder de su porque son enviados por Él para ganar a otros; así he-
gracia, por la obra de su misericordia, formó los cora- mos nacido nosotros (cf. Tratados sobre el Evangelio
zones, modeló nuestros corazones, los formó uno a de San Juan 31, 11). Es la misión del amor, es decir, si
uno, dándonos un corazón particular sin que rompiesen amamos a Dios no podemos por menos de hablar de Él
la unidad. Como todos los miembros se han formado en a todos los que nos encontremos y de llevarlos hasta
particular y tienen peculiar operación... (...) y, no obs- Él: "Ama gratuitamente a Dios. No rehúses llevar a Dios
tante, viven en la unidad del cuerpo... (...) no oponién- a cuantos puedas. Arrastrad a Él a cuantos podáis, a
dose entre sí; del mismo modo, en el cuerpo de Cristo, cuantos le habéis de poseer" (Comentarios a los Sal-
cada hombre de por sí goza como miembro particular mos 72, 34). Cuando decimos que es la misión del
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
amor el comunicar a otros las grandes riquezas encon- dido en tu reposo; ábreme, predícame. ¿Cómo he de
tradas, estamos diciendo que no amamos a nuestros entrar a aquellos que me cerraron la puerta, sin que
hermanos si no les llevamos a que amen a Dios. Y es haya quien me la abra? ¿Cómo han de oír, si no hay
que "nadie ama al prójimo si no quien ama a Dios y quien les predique?" (Tratados sobre el Evangelio de
trata con todas sus fuerzas de que ame también a Dios San Juan 57, 4).
ese prójimo a quien ama como a sí mismo. Si no, no se
PARA EL DIÁLOGO
ama a sí mismo ni al prójimo" (Carta 167, 16).
Evidentemente, esto exige esforzarse: "Tratemos, pues, • El servicio a la Iglesia implica el anuncio mi-
sionero, ¿cómo lo hacemos nosotros?
con todas nuestras fuerzas de que lleguen también a Él
aquellos a los que amamos como a nosotros mismos, si • ¿Qué actitudes son hoy más necesarias en
amando a Dios sabemos amarnos a nosotros mismos" la evangelización?
(Carta 155, 14). En la carta que escribe a Leto, Agustín
le habla de la mies del Señor e invita al joven a ser • ¿Cómo ganar a otros miembros para Cristo?
evangelizador de los pobres, superando toda tibieza, ¿Qué gestos son más convincentes apostó-
pero siempre desde el orden en el amor: "Si tienes or- licamente?
denada la caridad, has de saber anteponer lo mayor a
lo menor y dejarte mover por la misericordia, para que
sean evangelizados los pobres, para que no quede a
merced de las aves por falta de segadores la copiosa
mies del Señor, para tener preparado el corazón a se- IV LA IMPORTANCIA DEL EJEMPLO
guir la voluntad de Dios, tanto en los dolores como en PARA UN APOSTOLADO SERIO
los favores que dispensa a su siervo" (Carta 243, 12).
Ser Iglesia. Lo que la Iglesia es para nosotros, debe AGUSTÍN concede mucha importancia al ejemplo, co-
también serlo a través de nosotros: "La Esposa sois mo forma de apostolado. De hecho, para él seguimiento
vosotros mismos, si amáis lo que ama ella; y amáis lo
y evangelizar desde el propio testimonio es la misma
que ama ella si pertenecéis a ella... Os amonesto y
cosa, y es que todos tienen la obligación de transparen-
ruego por la santidad de estas nupcias que améis a
tar lo que han recibido como don. Se sigue más a los
esta Iglesia, y permanezcáis en esta Iglesia, y seáis de
testigos que a los maestros. Es decir, somos más sen-
esta Iglesia. Amad al Buen Pastor, el bello Esposo que
sibles a los ideales que se encarnan, a la coherencia
a nadie engaña, que a nadie quiere ver perdido. Rogad
entre la doctrina y la vida. Agustín sabe por propia ex-
también por las ovejas descarriadas, para que también
ellas vengan a nosotros y reconozcan y amen la ver- periencia que los maniqueos utilizaban como artificio
dad, y no haya sino un solo rebaño y un solo pastor" para seducir a los sencillos y atraerlos a su escuela el
(Sermón 138, 7 y 10). En el fondo, lo que está diciendo presentar "la ficción de una vida pura y de continencia
Agustín es que los miembros de Cristo tienen la obliga- admirable" (Las costumbres de la Iglesia católica 1,1,
ción de comunicar la buena noticia que ellos han recibi- 2). El talante de Agustín con relación a lo que estamos
do y así aumentar los miembros de Cristo hasta llegar diciendo lo podemos descubrir en textos como estos:
al Cristo Total: "Cuando comenzare Cristo a habitar en "¿Qué he de hacer? ¿Cómo he de obrar? ¿Qué puedo
el interior del hombre por la fe y comenzare el invocado decir? ¿Con qué punzadoras amenazas, con qué ar-
a poseer al que confiesa, se constituye el Cristo Total, dientes exhortaciones moveremos los corazones duros,
cabeza y cuerpo, y de todos se hace uno... Cristo se perezosos y helados por el hielo del pasmo terreno
predica a sí mismo, se predica también en sus miem- para que sacudan de una vez la modorra del mundo y
bros ya existentes para atraer a otros, para que asi- se inflamen en el amor de lo eterno? ¿Qué puedo decir?
mismo se acerquen los que aún no eran y se unan a Se me ocurre entre tanto que los mismos aconteci-
sus miembros, por los cuales se predicó el Evangelio; y mientos cotidianos me están advirtiendo y sugiriendo
así se forme un solo cuerpo bajo una sola cabeza, con lo que he de deciros. Pasa, si te es posible, del amor
un mismo espíritu y una sola vida" (Comentarios a los de esta vida temporal al amor de la eterna, la que
Salmos 74, 4). amaron los mártires, que despreciaron esta temporal.
La Iglesia, que es nuestra madre, sufre el acoso y el Os ruego, os suplico, os exhorto, no sólo a vosotros,
ataque permanente de los falsos hijos, por eso pide a sino también a mí mismo, a amar la vida eterna. A
sus hijos auténticos que la defiendan y la ayuden en la pesar de que se merezca mayor amor, sólo pido que la
tarea de cuidar de todos, que superen su estado infantil amemos como aman la vida temporal sus amantes, no
y se pongan a trabajar (cf. Carta 243, 8). Dirigiéndose a ya como la amaron los santos mártires, pues éstos no
sus fieles cualificados que se dedican al ocio santo, les la amaron en absoluto o muy poco y con facilidad la
dice que tiene necesidad de ellos para que la caridad antepusieron a la eterna... Como aman la vida tempo-
se extienda a todos los hombres: "Tú reposas, y la ral los amantes, así hemos de amar nosotros la eterna,
puerta está cerrada para mí; tú te entregas al ocio, que de la que el cristiano se proclama amador" (Sermón
pocos pueden tener, y, mientras tanto, la abundancia 302, 2).
de la impiedad entibia en muchos la caridad. (... )
Ábreme, hermana mía por mi sangre, próxima mía por
mi acercamiento, paloma mía por mi espíritu, perfecta
mía por mi doctrina, que con mayor plenitud has apren-
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
• La coherencia del cristiano. sacramentos de Cristo, que viven de tal manera que
perecen ellos mismos y hacen perecer a otros. Perecen
Para Agustín el problema no está en que los paganos ellos por su mala vida; hacen perecer a otros dándoles
defiendan otras cosas y pongan en tela de juicio las malos ejemplos de vida. Por tanto, vosotros, amadísi-
dimensiones de fe de los cristianos. El verdadero pro- mos, no queráis uniros a ellos. Buscad los buenos y
blema que le preocupa son los cristianos que confiesan juntaos con ellos. Sed buenos" (Sermón 223, 1). Si algo
una cosa de palabra y cumplen otra en la vida práctica; pide a sus fieles es que sean fieles a lo que creen y
es el problema de la mediocridad y la incoherencia, el vivan conforme a ello: "Muchas veces he dicho a vues-
problema, por tanto, del divorcio entre la vida y la fe. tra caridad que de nada sirve dar a conocer la verdad si
Los que se llaman cristianos tienen que demostrarlo el corazón disiente de la lengua y que de nada aprove-
con sus obras, ya que el cristianismo no es una ideolo- cha oír la verdad si a la audición no sigue la obra. Des-
gía, sino una forma de vivir, es decir, una vida, y será de este sitio os hablo como desde un lugar más eleva-
en la vida, en las costumbres, donde tenemos que mos- do; pero Dios, que se hizo indulgente a los humildes,
trar lo que somos: "Quienes se llaman y no son, ¿de sabe cómo estoy, por el temor, a vuestros pies" (Co-
qué les aprovecha el nombre, si no tienen la realidad? mentarios a los Salmos 66, 10).
¡Cuántos se llaman médicos y no saben curar! ¡Cuán-
tos se llaman serenos y se pasan toda la noche dur- • Ser testigos de la propia vocación.
miendo! Así muchos se llaman cristianos y no aparecen
tales en sus obras, porque no son lo que se llaman, es Hay personas que por amor de la vida eterna son capa-
decir, en la vida, en las costumbres, en la fe, en la es- ces de abandonar los placeres de este mundo; éstos
peranza, en la caridad" (Tratado sobre la primera Carta son los que están más preparados para ayudar a los
de San Juan 4, 4). Para Agustín el cristiano ha de serlo demás fieles a comprender esta vida eterna y a amarla
a carta cabal, no puede apostatar de su fe, no puede ir con más intensidad. Se trata de encender la llama del
contra su misma creencia (cf. Anotaciones al libro de amor que arde en el propio corazón en otras muchas
Job 15). personas, y es que el que no arde no puede encender a
otros: "Si el ministro no se inflama al predicar, no en-
Los cristianos materialistas fueron la espada clavada en ciende a quien predica" (Comentarios a los Salmos 103,
el corazón de Agustín. Evidentemente vivir sólo de 2, 4). Es decir, aquel que ama a Dios procura tener las
Dios, vivir contento con su Dios, no es para nada fácil; mismas actitudes de Dios para con los demás hombres,
el cristiano que cumple, parece que no puede gozar de y no puede por menos de trabajar para que todos amen
nada ni poseer nada a no ser su Dios. También hoy se a Dios y se esfuercen por crecer en el amor y en la
piden a la disponibilidad para el servicio: "Porque quien ama a
Iglesia obras externas numerosas, obras sociales, Dios, no puede despreciar su mandato de amar al pró-
apostolados de masa, y no oraciones con promesas y jimo." (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 65, 2).
esperanzas de algo que no se tiene a la mano. ¡Cuida- La necesidad de la caridad puede hacer que uno, aun-
do!, no se puede reducir el plan divino de salvación a que prefiriese vivir en el ocio, tenga que esforzarse en
una obra de promoción social, dejándonos llevar de los las tareas apostólicas, porque lo que cuenta es la cari-
cantos de sirena de una cultura laica y laicista, que dad. La razón profunda de esta orientación es que, de
aprecia esta Iglesia benéfica y filantrópica, con tal que lo contrario, puede estar alimentando el egoísmo y la
se desprenda de su aparato doctrinal y moral. La Iglesia ociosidad: "La vida que se ocupa y afana en la contem-
si renuncia al misterio del que vive, o lo privatiza redu- plación a fin de ver por la inteligencia, con los ojos ro-
ciéndolo a la libre elección de cada conciencia, se de- bustos de la mente, mediante las cosas creadas, las
rrota a sí misma en la medida en que triunfa. Lo impor- realidades no perceptibles por los sentidos, y otear de
tante es que cada uno se ponga en actitud de servicio: forma inefable el poder y divinidad sempiternos de Dios,
"Hermanos, no penséis que el Señor dijo estas pala- quiere desentenderse de toda ocupación y, en conse-
bras: 'Donde yo estoy, allí estará también mi servidor', cuencia, se vuelve estéril" (Réplica a Fausto, el mani-
solamente de los obispos y clérigos buenos. Vosotros queo 22, 54).
podéis servir también a Cristo viviendo bien, haciendo
limosnas, enseñando su nombre y su doctrina a los que El lugar donde habita Dios en la tierra es la Iglesia,
pudiereis, haciendo que todos los padres de familia como la tienda que se tiene en el tiempo de peregrina-
sepan que por este nombre deben amar a la familia con ción: "Aquel que tiene la excelentísima casa en lo es-
afecto paternal. Por el amor de Cristo y de la vida eter- condido, tiene también en la tierra el tabernáculo. Su
na avise, enseñe, exhorte, corrija, sea benevolente y tienda o tabernáculo en la tierra es su Iglesia, todavía
mantenga la disciplina entre todos los suyos ejerciendo peregrina. Pero aquí ha de buscarse, porque en el ta-
en su casa este oficio eclesiástico y en cierto modo bernáculo se encuentra el camino que conduce a la
episcopal, sirviendo a Cristo para estar con Él eterna- casa. Cuando vaciaba sobre mí mi alma para lograr ver
mente" (Tratados sobre el Evangelio de San Juan 51, a mi Dios, ¿por qué hice esto? Porque he de entrar en
13). el lugar del tabernáculo. Pues fuera del lugar del taber-
náculo erraré buscando a mi Dios. Entraré en el lugar
Tal vez por esto Agustín recomienda unirse a los bue- del admirable tabernáculo hasta la casa de Dios. Entra-
nos para progresar juntos, porque los malos ejemplos ré en el lugar del tabernáculo, del admirable tabernácu-
de vida pueden hacer que perezcamos: "Uníos a los lo, hasta la casa de Dios. Pues yo admiro muchas co-
buenos cristianos. Hay también, y esto es lo peor, ma- sas en el tabernáculo. He aquí cuántas cosas contem-
los cristianos. No faltan quienes se llaman cristianos sin plo en él. El tabernáculo de Dios en la tierra son los
serlo. Hay cristianos en quienes padecen ultraje los
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
hombres fieles. En ellos admiro la obediencia de sus ces les acontece lo mismo que a Jacob: Lía, que por sí
miembros, porque no reina en ellos el pecado obede- misma no es amable, debe ser aceptada por razón de
ciendo a sus deseos; ni prestan sus miembros al peca- su fecundidad. Entonces el siervo de Dios tiene que
do como instrumentos de iniquidad, sino que se ofrecen tolerar su propia unión con Lía y servir otros siete años
a Dios vivo en las buenas obras; también observo que por Raquel, que es de quien está enamorado. Viene
los miembros están bajo el dominio del alma para servi- huyendo del siglo en busca de la contemplación, cuan-
rá Dios; asimismo contemplo al alma que obedece a do de repente le hacen víctima de un trueque doloroso:
Dios ordenando las obras de sus actos, refrenando la le obligan a aceptar un ministerio eclesiástico; le impo-
concupiscencia, deponiendo la ignorancia y ofreciéndo- nen un nuevo servicio; le obligan, como si dijéramos, a
se a soportar todas las tribulaciones y molestias, con- casarse con Lía. Entonces el siervo de Dios se entrega
sagrándose ante todo a la justicia y a la caridad. Con- fervorosamente al servicio del apostolado. Las gentes
templo estas virtudes en el alma, pero aún me encuen- ponderan su proselitismo ardoroso, pero... Este siervo
tro peregrino en el lugar del tabernáculo" (Comentarios de Dios lo oye todo, propala afanosamente la buena
a los Salmos 41, 9). fama de los monasterios, y mientras él tiene que con-
tentarse con la compañía de Lía, hace cuanto está de
su parte para que Raquel disfrute la hermosura fragan-
cia de los frutos que apetece" (Réplica a Fausto, el
maniqueo 22, 58). No hay duda de que este texto tiene
V A MODO DE CONCLUSIÓN: SIEM- carácter autobiográfico, y Agustín sufrió, en carne pro-
PRE ABIERTOS A LA ECLESIALIDAD pia, el cambio doloroso que supuso aceptar el ministe-
rio sacerdotal y episcopal cuando pensó siempre en
una vida más dedicada a la contemplación.
PARA Agustín las necesidades de la Iglesia han de En la vida presente se impone la acción apostólica. Es
estar por encima de todos los intereses personales. La más, para poder gozar con María de la contemplación
Iglesia es criterio para saber lo que tenemos que hacer. en la vida futura es necesario empeñarse como Marta
Sus necesidades han de estar también por encima del en las tareas diarias: "Marta, que recibió a Jesús en su
deseo de contemplación y del retiro: "Si la Iglesia re- casa, es la figura de la Iglesia de ahora, que recibe al
clama vuestro concurso -les dice a los monjes de la isla Señor en su corazón. María, su hermana, que estaba
Cabrera-, no os lancéis a trabajar con orgullo ávido ni sentada a los pies de Jesús, del Señor, y escucha su
huyáis del trabajo con torpe desidia... No antepongáis palabra, representa también la Iglesia, pero en el siglo
vuestro ocio a las necesidades de la Iglesia, pues si no futuro, donde, liberada de los cuidados del servicio a los
hubiese buenos ministros que se determinasen a asis- pobres, se dedica exclusivamente a gozar de la sabidu-
tirla cuando ella da a luz, no hubiésemos encontrado ría. Marta se ocupa de numerosas tareas, porque ahora
medio de nacer. Como entre el fuego y el agua hay que la Iglesia debe cumplir sus tareas. Ella se queja de que
caminar sin ahogarse ni abrasarse, del mismo modo su hermana no viene a ayudarla y da ocasión al Señor
hemos de gobernar nuestros pasos entre la cima del a mostrarnos esa Iglesia inquieta y turbada por multitud
orgullo y el abismo de la pereza" (Carta 48, 2). De la de cosas, mientras que una sola es necesaria. Allí se
misma manera, las necesidades de la Iglesia tienen que llega por estos trabajos. Declara que María ha elegido
anteponerse a los vínculos de consanguinidad y de amis- la mejor parte, que no le será quitada, para hacernos
tad, es decir, para Agustín lo importante es la Iglesia, y comprender que es por medio de la primera que se
ante ella no cuentan nuestros gustos y comodidades (cf. llega a la segunda que nunca será quitada. En cuanto a
Carta 84,1). La Iglesia necesita a todos sus hijos para estos trabajos, aunque sean buenos, ya no se harán
transmitir su doctrina y para defenderse de los falsos her- cuando haya desaparecido la miseria que remediaban"
manos (cf. Carta 243, 9). (Varios pasajes de los Evangelios 20).
El enamorado de la contemplación que desprecie el Agustín ve simbolizadas estas dos vidas en Lía y Ra-
camino de la caridad para con el prójimo está amena- quel (Réplica a Fausto, el maniqueo 22, 54-58), en Mar-
zado de esterilidad. Será la caridad la que purifica la ta y María (Sermón 103, y 104), o en Pedro y Juan.
mirada interior y nos dirá si lo que hacemos es lo que Pero lo que Agustín busca es una solución armónica
tenemos que hacer. Cuando los que desean contemplar que evite los dos extremos: el quietismo ocioso que
la verdad en el ocio ven las necesidades de la Iglesia, olvida al prójimo y el dinamismo desenfrenado que
deben aceptar gobernar el pueblo. Así mantendrán la puede llevarnos a un activismo. Será la caridad la que
buena fama de la vida contemplativa ante los fieles, armoniza los extremos y evita la ruptura entre estos dos
pues todos comprenderán que desde esa vida han ba- géneros de vida: "En relación con aquellos tres géneros
jado a dispensar los misterios de Dios, no por propia de vida, el contemplativo, el activo y el mixto, cada uno
voluntad, sino por la necesidad que han descubierto. puede, quedando a salvo la fe, elegir para su vida cual-
Así se describe Agustín a sí mismo y a los que están en quiera de ellos, y alcanzar en ellos la eterna recompen-
una situación semejante: "¿Qué es lo que pretendía en sa. Pero es importante no perder de vista qué nos exige
su corazón el religioso, qué ilusión acariciaba cuando la mantener el amor a la verdad, y qué sacrificar la urgen-
gracia le purificó de sus pecados si no la búsqueda de cia de la caridad. No debe uno, por ejemplo, estar tan
la sabiduría? Los hombres huyen del siglo y corren a libre de ocupaciones que no piense en medio de su
refugiarse en el retiro para alcanzar la contemplación. mismo ocio en la utilidad del prójimo, ni tan ocupado
Quieren desposarse con Raquel (contemplación) y no que ya no busque la contemplación de Dios. En la vida
con Lía (apostolado), lo mismo que Jacob. Pero a ve- contemplativa no es la vacía inacción lo que uno debe
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana El Apostolado: Contemplativos en la Misión
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
Agustín, de hecho, se sirve del texto sagrado para pro- puede encontrar sino desde la humildad" (Sermón
porcionar el bálsamo que necesitaban los hombres de 51,6). Buscar adecuadamente se convierte en un abrir
su tiempo y curar las enfermedades que existían: "No el corazón para acoger con sinceridad lo que se nos
me miréis a mí, sino mirad a la Palabra de Dios" dice en la Escritura con humildad. En el fondo, Agustín
(Sermón 9,11). Esta Palabra nunca puede quedar infe- se sentía imposibilitado por su orgullo para acercarse
cunda, como mínimo, consuela: "Son muchos los que adecuadamente a la Escritura y al misterio que encie-
producen consuelo y satisfacción, puesto que la rra. El encuentro con las cartas de san Pablo en víspe-
Palabra de Dios no queda infecunda en quienes la ras de su conversión, es un encuentro de luz que le
escuchan con fe" (Sermón 301,4). Se ha dicho de él ayuda a resolver el problema del escepticismo y del
que más que un exegeta es un eisegeta (cf. Manrique, naturalismo (cf. Confesiones 7,21,27). Después de la
"Interpretación y utilización de la Biblia en san Agustín", gracia de la conversión, la Escritura fue para Agustín el
en La ciudad de Dios 182, pp. 157-174; Salas, A., San alimento, el pan cotidiano: "¡Qué voces te di, Dios
Agustín: "¿Exégeta o eisegeta?", en Pensamiento agus- mío, cuando, todavía novicio en tu verdadero amor
tiniano VI, Caracas 1992; Salas y Manrique, Evangelio y y siendo catecúmeno, leía descansado en la quinta
Comunidad. Raíces bíblicas de la consagración a Dios los salmos de David...! i Qué voces, sí, te daba en
en San Agustín, Madrid 1978). Es decir, uno que ha aquellos salmos y cómo me inflamaba en ti con
buscado en los textos bíblicos un aval a sus propias ellos y me encendía en deseos de recitarlos, si me
convicciones religiosas, que tenía ya elaboradas de fuera posible, al mundo entero, contra la soberbia
antemano. Esto, con frecuencia, dice mucho a favor de del género humano!" (Confesiones 9,4,8).
Agustín, ya que ha tenido intuiciones importantes ante-
Al poco tiempo de su ordenación sacerdotal, en el 391,
riores a su contacto con la Biblia, aunque, por otra par-
escribe una carta confidencial, llena de veneración y
te, se ha acercado a la Biblia con un cierto prejuicio, es
ternura, dirigida a su anciano obispo Valerio. En esta
decir, no ha ido abierto a recibir lo que ella le dijese,
carta se pueden percibir los sentimientos íntimos que
sino buscando argumentos a su favor.
tiene en este momento y el alto concepto del ministerio
Para Agustín los buenos cristianos son "los que cono- clerical, pero, a la vez, los graves peligros que rodean al
cen las Escrituras divinas, los que asiduamente sacerdote. Por eso le pide a su obispo unos meses de
concurren a esta escuela, los que no odian al maes- preparación, sobre todo leyendo, meditando y estu-
tro como alumnos desesperanzados y prestan aten- diando las Sagradas Escrituras: "Sé de cierto que
ción a los lectores en la Iglesia y abren completa- debo estudiar todas las medicinas contenidas en
mente el recipiente de su corazón a lo que fluye de sus Escrituras y dedicarme a la oración y a la lectu-
la Escritura divina..." (Sermón 32,2). Para ser buenos ra. Debo adquirir para tan peligroso puesto la opor-
cristianos Agustín nos presenta un camino desde el tuna salud de mi alma. No la adquirí antes porque
acercamiento a la Escritura donde encontramos las no tuve tiempo para ello. Fui ordenado justamente
lecciones impartidas por el mismo Cristo a través de la cuando buscaba ocasión y espacio para meditar la
Iglesia. Sagrada Escritura; ya me estaba dando traza para
buscarme el ocio con esa finalidad. Aún no conocía
bastante mi deficiencia en ese aspecto, y ahora me
atormenta y aterra. Mas, ya que los hechos me han
dado experiencia de lo que necesita un hombre para
I LA ESCRITURA EN LA EXPERIEN- distribuir al pueblo el sacramento y la palabra de
CIA DE AGUSTÍN Dios, no me es posible en la actualidad adquirir lo
que reconozco que me falta" (Carta 21,3).
EN el primer encuentro de Agustín con la Biblia se sintió
desilusionado por el estilo poco brillante que tenía el Desde el primer momento, Agustín quiere realizar el
texto (cf. Confesiones 3,5,9). No obstante, durante todo modelo de sacerdote de Cristo y se da cuenta que lo
su período maniqueo, se ocupó intensamente de los fundamental es prepararse seriamente. El sacerdote es
problemas bíblicos, entre otras cosas porque lo necesi- el hombre de Dios que tiene la misión de dispensar a
taba en su confrontación con los católicos. La mentali- sus hermanos los tesoros que Dios le ha encomendado:
dad agustiniana es radical y profundamente bíblica por el Evangelio, los sacramentos, la gracia, y dispensarlos
sus contenidos; es más, sus concepciones, por ejem- con generosidad y dedicación: "Me atrevo a confesar
plo, del hombre como imagen de Dios, tienen su origen que conozco lo que atañe a mi propia salud. Mas
en la Biblia, es decir, la experiencia bíblica ha marcado ¿cómo he de administrarlo a los demás sin buscar
profundamente su pensamiento. mi propia utilidad, sino la salvación de los otros?
Quizá haya ciertos consejos en los Sagrados Libros
En su propia experiencia, Agustín ha aprendido que es (y no cabe duda de que los hay), cuyo conocimiento
necesario acercarse a la Escritura con humildad, man- y comprensión ayudan al hombre de Dios a tratar
sedumbre y paciencia: "Os hablo yo que, engañado con mas orden los asuntos eclesiásticos, o por lo
en otro tiempo, siendo aún jovenzuelo, quería acer- menos a vivir con sana conciencia entre las manos
carme a las divinas Escrituras con el prurito de dis- de los impíos, o a morir por no perder aquella vida
cutir, antes que con el afán de buscar Yo mismo por la que suspiran los corazones cristianos, hu-
cerraba contra mí la puerta de mi Señor con mis mildes y mansos. ¿Cómo puedo conseguir eso sino
perversas costumbres: debiendo llamar para que se pidiendo, llamando y buscando, es decir, orando,
me abriese, empujaba la puerta para que se cerrase. leyendo y llorando, como el mismo Señor precep-
Me atrevía a buscar, lleno de soberbia, lo que no se tuó?" (Carta 21,4).
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
Agustín no pretende adquirir la ciencia sagrada, lo que mucho de él porque lo veo como un libro an-
a él le preocupa es que no tiene una sólida formación tiguo?
espiritual y está buscando una intensa vida interior, esto
¿Cómo me sitúo ante la revelación viviente
es lo que él aconseja más tarde: "Te exhorto con to-
que es Jesucristo y ante la revelación escri-
das mis fuerzas a que no te duela entregarte de
ta que es la Biblia? ¿Como hombre religio-
lleno al estudio de las Letras auténticas y cierta-
so, como curioso crítico... etc.?
mente santas. Es una realidad auténtica y sólida, no
fascina al alma con palabras seductoras ni repite
una vana cantinela velada con los celajes de la len-
gua. Impresiona mucho al que está ávido de reali-
dades y no de palabras. Mucho aterra al que vive
seguro de su conducta. Te exhorto a que leas con
II EXCELENCIA Y PROFUNDIDAD DE
preferencia las Epístolas apostólicas, pues por ellas LA ESCRITURA
te animarás a leer los profetas, de cuyo testimonio
LA Escritura es una tierra virgen e inexplorada que es-
usan los apóstoles" (Carta 132).
conde tesoros siempre nuevos. Nos ayuda a entrar
Cuando Agustín se propone un estudio más a fondo de dentro de nosotros mismos y a confrontarnos con nues-
la Escritura, lo que intenta conseguir se puede resumir tra vida. Nos invita a estar en las cosas del Padre que
en tres objetivos: colmar las exigencias personales, las es un programa de vida para todos. Probablemente
exigencias doctrinales y las exigencias pastorales. Las cada uno de nosotros puede recordar muy bien el lugar,
exigencias personales porque después de la conversión el acontecimiento en el que hemos comprendido que
era necesario profundizar en la vida cristiana y clarificar Dios se nos manifestaba y nos comunicaba un rayo de
muchos aspectos que sin duda la Biblia se los podía luz de su misterio. En cierta ocasión, Agustín está co-
proporcionar. Las exigencias doctrinales, porque en el mentando un texto de la Epístola a los romanos (11,33),
contacto con los maniqueos, había almacenado dema- y exclama: "¿Crees que nosotros podemos escrutar
siados prejuicios con relación a ciertos pasajes de la esto que llenó de tanto terror al Apóstol? Estreme-
Escritura, pero además se sentía con la responsabilidad ciéndose al considerar tan gran profundidad y su-
de desenmascarar las doctrinas maniqueas para que blimidad, exclamó: ¡Oh abismo de riquezas de la
otros incautos como él no se viesen arrastrados y en- sabiduría y ciencia de Dios!... Tú buscas una razón
gañados. Las exigencias pastorales le venían impues- y yo me estremezco ante la sublimidad... Tú buscas
tas por su nueva posición en la Iglesia de Dios y la exi- razones; yo me quedaré en la admiración. Disputa
gencia de responder no sólo de sí mismo, sino también tú; a mí me basta creer. Veo la profundidad, pero no
de los que le habían encomendado. Como guía del puedo llegar hasta el fondo... Por lo tanto, que nadie
Pueblo de Dios se veía obligado a orientarle en todos me exija a mí los motivos de cosas tan ocultas. Dice
los aspectos. él: Insondables son sus juicios, ¿y vienes tú a exa-
minarlos? Dice él: Inescrutables son sus caminos,
Además, Agustín es un pastor y tiene que predicar a su ¿y has venido tú a investigarlos? Si has venido a
pueblo. La lectura de la Biblia hecha en la asamblea investigar lo insondable y a escudriñar lo inescru-
litúrgica es el punto de partida único de la predicación table, cree, pues, que has perecido" (Sermón 27,7).
de Agustín; quiere decir que el contacto de Agustín con
la Escritura es casi continuo. Predicaba habitualmente Agustín considera la Biblia como la expresión inmediata
todos los días, e incluso algunos días dos veces. Co- de la voluntad y la inteligencia de Dios. La Escritura no
mentaba lo leído o cantado, que en algunos tiempos es un libro de historia, sino una oferta divina que se
litúrgicos eran lecturas fijas, mientras que en los días brinda al hombre de fe para descubrirle lo que Dios le
ordinarios las elegía el mismo celebrante. Con frecuen- pide en cada momento y qué es lo que tiene que hacer
cia Agustín comentaba un libro seguido. No obstante, para agradarle. Es la carta que Dios nos ha escrito a los
Agustín aspira a la paz del monasterio e, incluso en hombres: "De aquella ciudad a la que nos dirigimos
medio de la mayor actividad apostólica, seguía soñando nos fueron enviadas cartas, las santas Escrituras,
con la posibilidad de dedicarse al estudio de la Biblia, a que nos exhortan a vivir bien" (Comentarios a los
trabajar en algún momento señalado y dedicarse a la Salmos 90,2,1). Y en otro lugar: "nos llegaron cartas
oración: "Pero pongo por testigo sobre mi alma a Jesu- de nuestra patria; os las leemos" (Comentarios a los
cristo, en cuyo nombre os digo estas cosas sin vacilar; Salmos 149,5). Lo que hace Dios enviando sus cartas
por lo que toca a mi comodidad, preferiría mil veces es hacer crecer en nosotros el deseo de la patria, de
ocuparme en un trabajo manual cada día y a horas volver a nuestro auténtico hogar: "Nuestro Padre nos
determinadas, y disponer de las restantes horas libres envió unas cartas desde allí. Dios nos proporcionó
para leer, orar, escribir algo acerca de las divinas Escri- las santas Escrituras; con tales cartas excitó en
turas..." (El trabajo de los monjes 29,37). nosotros el deseo de volver, ya que, amando nues-
tra peregrinación, mirábamos de cara al enemigo y
PARA EL DIÁLOGO dejábamos de espaldas a la patria" (Comentarios a
¿Qué actitud adopto ante la Escritura: leo y los Salmos 64,2). El valor de la Escritura es inmenso:
reflexiono sobre ella o la dejo de lado? "La palabra, que supera todas las cosas, no tiene
precio absolutamente alguno" (Sermón 117,1). ¿En
¿Me acerco a la Escritura con una actitud de qué manifiesta principalmente su fuerza la Palabra de
escucha, de deseo de aprender o no espero Dios? En que es una carta que Dios nos ha remitido
para que conozcamos sus deseos.
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
La Palabra de Dios, cuando es leída en un contexto el Antiguo desvelado... Desaparece, pues el velo
eclesial, es, según Agustín, como un manuscrito de para que pueda comprenderse lo que estaba oscu-
Dios, donde se encuentran narradas todas las prome- ro. El Antiguo Testamento estaba cerrado porque
sas del Señor (cf. Comentarios a los Salmos 144,17). aún no había llegado la llave de la cruz" (Sermón
La Biblia es verdad porque viene de Dios. Su autor 300,3). Leer la Escritura es entrar en el corazón mismo
principal es Dios que habla a los hombres: "¡Oh Se- de Cristo Jesús que nos ha dejado por escrito lo que
ñor!, ¿acaso no es verdadera esta Escritura tuya, tenemos que hacer para que nuestra vida sea grata a
cuando tú, veraz y la misma Verdad, eres el que la Dios. Agustín hizo de la Escritura el alimento de su vida
has promulgado?" (Confesiones 13,29,44). En ella se cotidiana, y fue capaz de repartirla también como pan a
descubre la voluntad de Dios, por eso debe ser estu- su pueblo.
diada con profundidad: "En todos estos libros, los
En las Escrituras habla el Espíritu de Dios, pero por
que temen a Dios y los mansos por la piedad bus-
medio de los hombres (cf. La Ciudad de Dios 18,43).
can la voluntad de Dios. Lo primero que se ha de
Tal vez por esto, la Biblia, según Agustín, está colocada
procurar en esta empresa es, como dijimos, cono-
como en un trono para que cada creyente la obedezca,
cer los libros, si no de suerte que se entiendan, a lo
en ella se manifiesta la verdad y no se puede equivocar
menos leyéndolos y aprendiéndolos de memoria o
el que la pone en práctica: "Se ha establecido como
no ignorándolos por completo. Después se han de
en cierta sede, a la que ha de servir toda inteligen-
investigar con gran cuidado y diligencia aquellos
cia fiel y piadosa. Si algo crea dificultad en estos
preceptos del bien vivir y reglas de fe que propone
libros, no está permitido decir: el autor de este libro
con claridad la Escritura, los cuales serán encon-
no dijo verdad, sino o el códice está equivocado, o
trados en tanto mayor número en cuanto sea la ca-
se equivocó el traductor, o tú no entiendes" (Réplica
pacidad del que busca... Después, habiendo adqui-
a Fausto, el maniqueo 11,5). Cuando en la Escritura
rido ya cierta familiaridad con la lengua de las divi-
hay cosas que no están claras o no las entendemos, es
nas Escrituras, se ha de pasar a declarar y explicar
para que sigamos buscando con mayor empeño: "Por
los preceptos que en ellas hay oscuros, tomando
tanto, no entiendes, entiendes poco, no llegas a
ejemplo de las locuciones claras con el fin de ilus-
percibir; venera la Escritura de Dios, honra la Pala-
trar las expresiones oscuras" (La doctrina cristiana
bra de Dios, aun la que no es patente; pospón la
2,9,14). Agustín siempre realza el factor divino, porque
inteligencia a la piedad. No seas insolente censu-
pretende poner de relieve la autoridad de la Biblia. Ha-
rando de oscuridad o malignidad a la Escritura.
bla de ella como documento divino compuesto por el
Nada hay en ella injusto; y, si hay algo oscuro, no
dedo de Dios (cf. Comentarios a los Salmos 8,8), pero
es para que se te niegue su entendimiento, sino
también resalta el factor humano: "Aquí se insinúa
para hacer desear lo que ha de recibirse. Luego, si
que los profetas de Dios nos dicen las cosas que
hay algo oscuro, el Médico lo recetó de este modo
oyen de parte de Dios y que el profeta de Dios no es
para que llames; quiso que te ejercitases llamando.
mas que el anunciador de las palabras de Dios a los
Lo quiso así para abrir al que llama" (Comentarios a
hombres, los cuales o no pueden o no merecen oír
los Salmos 146,12).
a Dios" (Cuestiones sobre el Heptateuco 2,17). La Bi-
blia es, pues, humana y divina tanto por su origen como Evidentemente, si la Escritura contiene el pensamiento
por su contenido: "Es un hombre el que habla de de Dios, tiene una gran profundidad, por eso sólo pue-
Dios, Dios le inspira, es verdad, pero no dejaba de de entenderla adecuadamente aquel que la ama y que
ser un hombre. La inspiración le hizo decir algo; sin ama a aquellos que la explican, porque en los libros
ella, del todo hubiera enmudecido. Porque recibió la bíblicos se encierra doctrina divina a la que sólo se
inspiración un hombre, no dijo todo lo que el miste- puede llegar con amor: "Créeme, todo lo que se en-
rio es, sino lo que puede decir el hombre" (Tratados cierra en esos libros es grande y divino: ahí está la
sobre el Evangelio de San Juan 1,1). verdad absoluta y ahí la ciencia más a propósito
para alimento y medicina de las almas, y tan a me-
Cada página de la Escritura está llena de enseñanzas
dida de todos, que nadie que se acerque a beber de
en torno a Cristo y a la Iglesia: "Casi en cada página
ella según lo exige la auténtica religión, queda insa-
no suena otra cosa que Cristo y la Iglesia extendida
tisfecho" (Utilidad de la fe 6,13). Ella es una fuente
por todo el orbe" (Sermón 46,33). Viene de Dios y es
perenne y siempre nueva de enseñanzas, que no se
necesario descubrir en ellas a Cristo: "Sí, de Dios son
repite, y para comprenderlas se necesita toda la vida:
aquellas Escrituras, pero no saben a nada si no se
"Porque es tal la profundidad de las Escrituras cris-
ve en ellas a Cristo" (Tratados sobre el Evangelio de
tianas, que mi adelantamiento no tendría fin, aun-
san Juan 9,5). Por eso Cristo es la luz para entender la
que me ocupara en estudiarlas a ellas solas desde
Escritura, o mejor, la luz nos viene de la pasión del
la primera infancia hasta la decrépita senectud, con
Señor: "La Escritura estaba cerrada, nadie la enten-
holgura completa, con extremo afán y con mayor
día; fue crucificado el Señor y se licuó como cera, a
ingenio. No es tanta la dificultad cuando se trata de
fin de que todos los débiles entendiesen la Escritu-
saber las cosas que son necesarias para la salva-
ra. De aquí es que se rasgó el velo del templo, pues-
ción. Pero una vez afianzada la fe, sin la cual no se
to que lo que estaba oculto se reveló" (Comentarios
puede vivir piadosa y rectamente, quedan para los
a los Salmos 21,2,15). Es en Cristo donde encuentra su
eruditos tantos problemas, tan velados entre múlti-
unidad de fondo la Escritura, un Cristo anunciado en el
ples sombras misteriosas; hay tan profunda sabidu-
Antiguo Testamento y realizado en el Nuevo: "El Anti-
ría no sólo en las palabras en que los problemas se
guo Testamento es el Nuevo velado, y el Nuevo es
presentan, sino también en los problemas reales
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
que se pretenden desvelar, que a los más vetera- hombre a su alcance es la Biblia: "Pondere cada uno
nos, agudos, ardientes en el afán de conocer, les en sí mismo cuánto valga la palabra de Dios para
sucede lo que la misma Escritura dice en cierto corregir nuestra vida, para esperar el premio y te-
lugar: Cuando el hombre termina, entonces empie- mer las penas" (Comentarios a los Salmos 49,1).
za" (Carta 137,1,3).
El estudio de la Biblia pone al hombre siempre delante
del modelo que es Cristo y le lleva a un continuo exa-
minarse a la luz de la Palabra. El que tiene el coraje de
III LA ESCRITURA, FUENTE DE mirarse en la Escritura como en un espejo puede des-
ALEGRÍA Y MAESTRA DE VIRTUD cubrir la propia deformidad, y de ese modo puede entrar
en el camino de la corrección: "Sea para ti la Sagrada
PARA Agustín, entender la Escritura es comenzar a Escritura como un espejo. El espejo tiene un res-
disfrutar de la verdadera alegría del Espíritu, porque el plandor que no miente, ni adula ni ama a unas per-
Señor con el alimento de su Palabra nos concede dis- sonas con exclusión de otras. Eres hermoso; her-
frutar de su inteligencia para poder continuar trabajan- moso te ves allí; eres feo, feo te ves allí. Pero si te
do: "Por eso el Señor nos alimenta a nosotros, que acercas siendo feo, y como tal allí te ves, no acuses
estamos trabajando, con estos signos de las Escri- al espejo. Vuelve a tu interior; el espejo no te enga-
turas Santas. Si se nos sustrae esta alegría de la ña; no te engañes a ti mismo. Júzgate, entristécete
inteligencia de estos signos sacramentales, desfa- de tu fealdad, para que al marchar y alejarte triste,
llecemos en el trabajo y no habrá quien pueda llegar corregida la fealdad, puedas retornar hermoso"
a la recompensa" (Tratados sobre el Evangelio de San (Sermón 49,5).
Juan 17,5).
Como cristianos, tenemos necesidad de saborear la
Las delicias de la Escritura no se pueden comparar con Escritura para adentrarnos en el misterio de Cristo y de
ninguna otra delicia, es más, las otras no proporcionan su Iglesia y para crecer en la propia vida cristiana:
verdadera alegría al espíritu (cf. Comentarios a los "Como no deben permanecer siempre ásperos y
Salmos 38,2). Agustín quiere llegar al alma de la Biblia, como sin condimento estos alimentos, por eso ha-
y esto sólo se puede conseguir activando la fe desde el blamos en la Iglesia de Dios, en nombre de Cristo, a
amor. Sólo así llegamos a la sabiduría bíblica: "Los los alimentados y a los que lo deben ser, pues no
aquí reunidos comamos de los manjares divinos, y deben los cristianos abstenerse de saborear este
nuestra alegría sea su palabra. Nos convida con su alimento de las Santas Escrituras, de las cuales el
Evangelio. Él es nuestro manjar, más dulce que mundo se halla apartado. Si las cosas que con fre-
ninguno, pero con tal de que se tenga sano el pala- cuencia oísteis las rumiasteis con gozo en el pala-
dar del corazón" (Tratados sobre el Evangelio de San dar del pensamiento y no las echasteis por olvido
Juan 7,2). como en saco roto, vuestro mismo recuerdo y la
Lo que nos mantiene en el trabajo es la alegría profun- memoria nos podrá ayudar sobremanera para no
da que nos otorga el Señor. Él siempre nos alimenta hablar largamente, como a incultos, al exponer las
con su Palabra si nosotros nos trabajamos a nosotros cosas que sabemos conocéis. Recuerdo que habéis
mismos y esto produce la alegría del corazón y de la oído muchas veces lo que ahora os repito: que ape-
inteligencia, es decir, también nuestro conocer recibe nas encontraréis un salmo que no hable de Cristo y
luz y satisfacción en contacto con la Escritura y ánimo la Iglesia, o Cristo solo, o la Iglesia sola, la cual en
para seguir en el esfuerzo por clarificar toda la vida. El parte somos también nosotros" (Comentarios a los
estudio de la Biblia es fuente de consolación y medio Salmos 59,1). Aunque utiliza un lenguaje accesible a
adecuado para reavivar las virtudes teologales: "¿Dón- todos, no obstante, será bueno que para acercarse a la
de, pues, encontrar las tres virtudes que el artificio Escritura adoptemos una actitud de sencillez y humil-
de los Libros Santos tiende a edificar en nuestras dad. La Escritura siempre recomienda la humildad (cf.
almas, fe, esperanza y caridad, sino en el alma de Carta 137,5,18).
aquel que cree lo que intuye y espera y ama lo que PARA EL DIÁLOGO
cree?" (La Trinidad 8,4,6).
¿Cómo profundizar más en el conocimiento
Comprender la Biblia está íntimamente conectado con de las Escrituras? ¿Qué medios utilizar?
la vida ordenada. Es cierto que en la Escritura es todo
armonioso, pero eso sólo lo descubre el que goza de ¿Puedo afirmar que soy asiduo lector y me-
armonía interior: "En las Escrituras todo es armonía dito diariamente la Escritura y eso me pro-
y orden, y no hay allí contradicción alguna. Elimina duce alegría y felicidad?
tú también toda contradicción de tu corazón y pene- ¿Me preocupo por examinar mis comporta-
tre tu inteligencia la armonía de las Escrituras" (Tra- mientos a la luz de la Palabra?
tados sobre el Evangelio de San Juan 19,7). El que vive
ya las virtudes teologales tiene concentrada dentro toda
la Escritura: "El hombre que está firme en la fe, en la
esperanza y en la caridad y que las retiene inaltera-
blemente no necesita de las Sagradas Escrituras si IV LA BIBLIA, MEDICINA, ALIMENTO
no es para instruirá otros" (La doctrina cristiana
1,39,43). De todas las maneras, lo cierto es que para
Y LUZ
lograr acercarse a la perfección, el medio que tiene el
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
EN la Escritura se encuentra la medicina para toda trabajo, se llama vida eterna" (Sermón 56,10). "Nadie
enfermedad espiritual: "Toda enfermedad del alma se lamentara de no haber gustado del pan de la
tiene en la Sagrada Escritura su propia medicina" Palabra que en la mesa se ha puesto" (Tratados so-
(Comentarios a los Salmos 36,1,3). Es el Señor el que bre el Evangelio de San Juan 34,1). "También la Pala-
ha preparado la medicina en la Escritura: "Nuestro bra de Dios, que día a día se os explica y en cierto
Dios y Señor, curando y sanando cualquier clase de modo se os reparte, es pan de cada día" (Sermón
enfermedad del alma, presentó muchos medicamen- 58,5). Quien se acerca a este alimento con intenciones
tos a través de las Santas Escrituras. Al leer las torcidas, encuentra muerte en lugar de vida: "Toda
lecturas divinas, eran como sacadas del botiquín" Palabra divina es saludable para quienes la entien-
(Sermón 32,1). La razón de esto es que en la Escritura den bien, y perjudicial para los que pretenden, se-
se deja encontrar Cristo como salvador de nuestra vida. gún la perversidad de su corazón, torcerla antes
que corregir su corazón conforme a la rectitud de
Se asemeja la Escritura a una voz que está siempre
ella" (Comentarios a los Salmos 48,1,1).
sonando para que quien la escuche pueda ser instruido
y aprenda las grandes verdades de la vida; cada página La Escritura es Palabra viva que alimenta y proporciona
manifiesta la voluntad de Dios sobre nosotros: "Donde la salud del hombre interior: "El Evangelio y la Palabra
se te presenta manifiesta la voluntad de Dios, es viva de Dios, que penetra hasta el fondo de nues-
decir, donde esta clara, amala. Ámala cuando te tras almas y busca el quicio del corazón, se nos
amonesta claramente. Pero es igual cuando se te ofrece saludablemente a todos nosotros y a nadie
manifiesta claramente que cuando se presenta de pasa la mano con adulación, si el hombre no se la
forma oscura. La misma es cuando está al sol que pasa a sí mismo. Ele aquí que se nos ha propuesto
cuando está a la sombra. Has de seguirla tal cual la como un espejo en el que podemos mirarnos todos;
encuentras escrita" (Sermón 45,3). si tal vez advertimos una mancha en nuestro rostro,
lavémosla con esmero para no tener que avergon-
La Escritura es alimento capaz de quitar toda hambre y
zarnos cuando volvamos a mirarnos al espejo"
de saciar sin cansar (cf. Sermón 2,6), y es que la Escri-
(Sermón 301 A,1). Pero sólo el hombre que está vivo
tura es para Agustín como los pastos de alimentos se-
acoge la vida del Evangelio: "Sólo un alma muerta
guros para todos los hombres: "Reuníos en los mon-
puede contradecir la vida. El Evangelio es vida, y la
tes de la Sagrada Escritura. Allí se encuentran las
impiedad o infidelidad es la muerte del alma" (Ser-
delicias de vuestro corazón; nada hay venenoso,
món 65,5). Es la Palabra de Dios la que tiene el poder
nada extraño; hay pastos ubérrimos" (Sermón
para dar vida y resucitar de la muerte: "Son los muer-
46,24). Su doctrina es para todos inteligible: "Dios re-
tos que resucita la palabra de Dios para que vivan
bajó las Escrituras hasta la capacidad de los niños
en fe. La infidelidad los tenía muertos, la Palabra de
y lactantes" (Comentarios a los Salmos 8, 8).
Dios los alza del sepulcro" (Sermón 127,7).
De lo que se trata es de alimentar nuestra vida espiri-
La Palabra es también bebida refrescante en medio del
tual, y, según Agustín, la Escritura proporciona alimento
calor abrasador que se soporta en la vida: "Pero ahora,
para vivir la vida cristiana y saciar nuestra inteligencia;
para no desfallecer en el desierto, nos sostiene el
pero, a la vez, allí se dan normas para cumplir con los
rocío de la Palabra de Dios y no permite que nos
mandatos, y cuando hay algo oscuro deposita en el
sequemos por completo a fin de que no tengamos
hombre deseos de profundizar y llegar a descubrir lo
nueva aspiración de lo nuestro, sino que de tal mo-
oculto: "En toda la abundancia de las Sagradas Es-
do sintamos sed, que bebamos" (Comentarios a los
crituras se nos apacienta con las cosas claras y se
Salmos 62,3). Cada uno se sacia según su propia sed,
nos intriga con las oscuras. En un caso se nos guita
no es para todos lo mismo: "El Señor mismo difundió
el hambre y en otro el fastidio" (Sermón 71,11). Uno
por todo el mundo su Evangelio para que todos,
de los principios para aclarar la Escritura es verla a la
cada uno según su capacidad, bebiesen de él" (Tra-
luz de la misma Escritura: "En el examinar y comen-
tados sobre el Evangelio de San Juan 124,7).
tar, amadísimos hermanos, el significado de la Sa-
grada Escritura, debe guiarnos su evidentísima au- Además, la Escritura es la lámpara capaz de iluminar
toridad, de manera que, partiendo de lo que dice todos los caminos de los hombres y poner al descubier-
claramente para nutrirnos, se descubra con fideli- to la propia existencia: "Entre tanto no falte en esta
dad lo que se dijo envuelto en oscuridad para ejerci- noche la lámpara. Y esto es quizá lo que hacemos
tarnos. ¿Quién hay que se atreva a exponer los mis- ahora, pues, al exponer estas palabras de la Escri-
terios divinos de forma distinta a como pregonó y tura, presentamos la lámpara para que nos alumbre
prescribió el corazón y la boca del Apóstol?" (Ser- en esta noche; la cual debe estar siempre encendi-
món 363,1). da en vuestras moradas" (Comentarios a los Salmos
76,4). Hemos de estar agradecidos a Dios, que nos ha
Por otra parte, Agustín, sobre todo predicando a sus
dado la Biblia como una luz que ilumina: "Bendito sea
fieles, se refiere a la Escritura como pan cotidiano con
Dios, que nos dio las Escrituras Santas. No cerréis
el que se alimenta el hombre para vivir en esta vida:
los ojos al resplandor de esta luz. El resplandor se
"Existe otro pan cotidiano: el que piden los hijos.
engendra de la luz, y, con todo eso, el resplandor es
Es la Palabra de Dios que se nos ofrece día a día.
coeterno a quien lo engendra. Siempre existió la
Nuestro pan es cotidiano: con él viven las mentes,
Luz y siempre su resplandor... Os ruego paréis
no los vientres... Nuestro alimento cotidiano en esta
mientes en Aquel de quien hablamos. Oíd, reflexio-
tierra es la Palabra de Dios que se distribuye siem-
pre a las iglesias; nuestra recompensa, posterior al
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
nad, creed y comprended: hablamos del mismo arranca de cualquier página de la Escritura, sólo
Dios" (Sermón 118,2). tiene por fin la caridad... Ninguna otra cosa bus-
quéis en la Escritura; nadie os mande otra cosa. En
Las Escrituras son como lámparas que son necesarias
todo lo que en la Escritura está oculto está oculto
ahora; cuando lleguemos al reino, en presencia de
este amor, y en todo lo que en ella es patente se
Dios, ya no necesitaremos estas luces para conducir-
halla patente este amor. Si en ninguna parte apare-
nos: "En presencia de aquel día, no habrá necesidad
ciese patente no te alimentaría; si en ninguna apa-
de lámparas, ni se nos leerán los profetas, ni se
reciese oculto, no te ejercitaría" (Comentarios a los
abrirán las epístolas del Apóstol, ni iremos en bus-
Salmos 140,2).
ca del testimonio de Juan, ni necesitaremos siguie-
ra del Evangelio mismo. Desaparecerán, pues, to- En la caridad está toda la sabiduría de la Escritura, de
das las Escrituras, que, como lámparas, estaban tal manera que si posees la caridad tienes incluso aque-
encendidas en la noche de este siglo con el fin de llo que no has podido conocer de la revelación: "El
no dejarnos en tinieblas" (Tratados sobre el Evange- amor por el que amamos a Dios y al prójimo posee
lio de San Juan 35,9). confiado toda la magnitud y latitud de las palabras
divinas... Si, pues, no dispones de tiempo para es-
Como una madre con sus hijos, así se comporta la Es-
cudriñar todas las páginas santas, para guitar todos
critura con los hombres: mientras el hombre es carnal
los velos a sus palabras y penetrar en todos los
usa un lenguaje carnal, para conducirlo a un nivel más
secretos de las Escrituras, mantente en el amor, del
espiritual y poder usar otro lenguaje más apropiado:
que pende todo; así tendrás lo que allí aprendiste e
"Aunque ella es espiritual, con frecuencia, no obs-
incluso lo que aun no has aprendido. En efecto, si
tante, con los carnales camina casi carnalmente.
conoces el amor, conoces algo de lo que pende
Pero no quiere que permanezcamos carnales, como
también lo que tal vez no conoces; en lo que com-
la madre que gusta de nutrir a su pequeño, pero no
prendes de las Escrituras se descubre evidente el
desea que permanezca pequeño. Lo lleva en su
amor, en lo que no entiendes se oculta. Quien tiene
seno, lo atiende con sus manos, lo consuela con
el amor en sus costumbres, posee, pues, tanto lo
sus caricias, lo alimenta con su leche. Todo esto
que está a la vista como lo que está oculto en la
hace al pequeño, pero desea que crezca, para no
Palabra divina" (Sermón 350,2). Por lo tanto, "quien
tener que hacer siempre tales cosas" (Sermón 23,3).
tiene su corazón lleno de amor, hermanos míos,
La Escritura es la narración, por la misma boca de Dios, comprende sin error y mantiene sin esfuerzo la va-
de su propio misterio. La Palabra de Dios no es un me- riada, abundante y vastísima doctrina de las Sagra-
dio para llegar a una determinada conclusión, sino el das Escrituras" (Sermón 350,1).
pan que alimenta, regenera las fuerzas y sana las heri-
Por eso quien se acerca a la Escritura es invitado a
das producidas por un malestar o una diferencia de
llevar a la práctica lo que ha escuchado: el amor a Dios
criterios. Es necesario llegar a ser familiares de la Pala-
y a los hermanos. Esta es la ciencia que se desprende
bra de Dios, porque la ignorancia de la Escritura es la
del estudio de la Escritura: "Porque en éste se ejercita
ignorancia de Cristo. Ella nos ayuda a vivir la verdad de
todo el estudio de las divinas Escrituras, no encon-
la propia vida, en la verdad de Dios, del modo más au-
trará en ellas otra cosa más que se ha de amar a
téntico posible. La Escritura es el mundo de Dios, el
Dios por Dios y al prójimo por Dios; a Éste con todo
mundo de las realidades verdaderas, el mundo de las
el corazón, con toda el alma y con toda la mente; al
coordenadas que nos ayudan a comprender nuestra
prójimo como a nosotros mismos, es decir, que
vida.
todo amor al prójimo como a nosotros ha de referir-
se a Dios" (La doctrina cristiana 2,7,10). Entender la
Escritura, por tanto, es edificar el amor y vivir de él
(La doctrina Cristina 1,36,40). El que juzga haber en-
tendido las divinas Escrituras o alguna parte de ellas y
V. A MODO DE CONCLUSIÓN: LA no edifica este doble amor de Dios y del prójimo, aún no
BIBLIA Y EL AMOR las entendió.
La Palabra de Dios no basta con escucharla, es nece-
sario que se cumpla, que nos mueva a vivir cada día de
FUNDAMENTALMENTE, lo que se recomienda en la
una manera nueva, distinta. Agustín insiste para que no
Escritura son los dos preceptos del amor: "Me extraña
nos conformemos con oír: "Come bien y digiere
que no sepas que ignoro muchas cosas, no sólo en
mal quien oye la Palabra de Dios y no la pone
otras disciplinas, sino en las mismas santas Escri-
en práctica. No hace llegar a su cuerpo el jugo
turas; en ellas es mucho mas lo que ignoro que lo
conveniente, sino que por la indigestión eructa
que sé. Pero creo que no es estéril la esperanza que
una cruda molestia" (Sermón 28,2). La ciencia está
pongo en el nombre de Cristo, porque no sólo he
en ser cumplidores, para ser auténticos receptores de la
creído a mi Dios, que me enseña que en los dos
Palabra, de lo contrario nos privamos de sus mejores
preceptos se encierran la Ley y los Profetas, sino
frutos, es más, edificamos nuestra propia ruina: "To-
que lo he experimentado y lo experimento cada día"
dos somos oyentes en el interior y todos de-
(Carta 55,21,38). Para Agustín todo lo que piensa de
bemos ser cumplidores de la Palabra externa e
bien el hombre o descubre en cualquier página de la
internamente en la presencia de Dios... Herma-
Biblia no tiene otro fin que la caridad: "Todo lo que de
nos míos, que vinisteis con entusiasmo a es-
saludable concibe la mente, o profiere la boca, o se
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Biblia: el Manjar de Dios
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Búsqueda de Dios-Verdad
LA BÚSQUEDA DE DIOS-VERDAD
Mario Mendoza Ríos, OSA
la respuesta a esta simple pregunta: Desde un punto de vista de la fe, la conciencia, no sólo
¿Cuánto tiempo duran los buenos es el medio para alcanzar la Verdad, también es el
propósitos de fin de año o las promesas lugar de encuentro entre Dios y el interior del hombre.
pronunciadas después de una En la conciencia se toman las decisiones más
transgresión al pedir disculpas a una importantes de la vida y se toma postura ante las
persona amada? grandes decisiones que exigen responsabilidad.
Todo esto viene a indicarnos que una visión sintética
de reciente concepción, respecto a la búsqueda de la
II.- EL NUEVO DEBATE: ¿RAZÓN O PSIQUE? verdad, no parte sólo de una concepción rígida del ser
o de la verdad, sino de una visión interdisciplinar de la
El hombre, con las características apenas descritas,
realidad. De hecho, todo reduccionismo sobre la
ha recibido la connotación de postmoderno. Pero un verdad pierde su objetividad. Lo mismo cabe decir
ser así considerado, sorprendentemente se revela tan para el discurso sobre Dios. Una conciencia crítica,
complejo que deberíamos extender nuestro estudio moderna o post-moderna, no puede separar del
desde otros puntos de vista, y no sólo el espiritual.
concepto de Dios, el ser trascendente absoluto y
En la antigüedad, la filosofía era la ciencia que hacía absolutamente otro distinto al hombre, las categorías
un minucioso análisis del comportamiento del hombre de la Verdad, la Bondad, la Unidad y la Belleza, pues
y trataba de dar una explicación de su son éstos los referentes de la existencia del hombre,
comportamiento. Los eruditos concretaron más el tipo de cualquier hombre y de todo hombre de recta
de ciencia y la denominaron psicología o antropología conciencia.
filosófica. El filósofo -cuya etimología es "amante de la Cualquier traición a estos referentes causa un
verdad o sabiduría"- trató de dar una explicación malestar existencial y psicológico, en este hombre
basada en la superioridad del hombre sobre los demás frágil y vulnerable, pero confiado en un orden
animales, resaltando la razón o la inteligencia como el equilibrado de las instituciones y la sociedad. Incluso
medio por el cual el hombre podía poseer la verdad, es cualquier trasgresión a este orden ontológico se
decir, el criterio por el cual el hombre conoce su ser y percibe, consciente o inconscientemente, como una
su entorno, dentro de su mente o razón. La verdad era
complicidad estructural en el subconsciente colectivo,
indiscutiblemente objeto de la filosofía.
pues "los que miserablemente caen en el mal -dice san
Sin embargo, las diversas maneras de concebir la Agustín- son los mismos que ponen su esperanza en
razón a través de la historia, también han provocado este mundo. Desaparece lo que exteriormente brillaba,
que el hombre reconsidere el objeto mismo de su y dentro no queda más que el humo de la mala
comprensión. La misma verdad ha sufrido en la conciencia. En ninguna parte encuentran consuelo, no
filosofía de nuestros contemporáneos un tienen adonde salir, no tienen adonde entrar;
desplazamiento particular, hasta el punto de abandonados de la pompa secular, vacíos de la gracia
establecer lo relativo, como criterio absoluto. Debido a espiritual, son verdaderamente humillados"
este proceso de transformación, también la filosofía ha (Comentarios a los Salmos 30, 2 s.3, 12).
sufrido un desplazamiento por parte de la economía o Por su parte, los especialistas explican que el orden es
de la política, por ejemplo, y por ello ha dejado de ser un término universal que significa la disposición
la ciencia exclusiva del comportamiento del hombre, adecuada de las unidades que constituyen un todo.
aunque sería mejor decir que la "ciencia de la Consecuentemente, lo recto supone una dirección y
sabiduría" hoy se complementa con nuevos enfoques. una meta; un sentido y unos puntos de referencia.
En efecto, los nuevos acercamientos sobre el hombre, Pero el orden puede aparecer de distintas maneras: el
provenientes de la Psicología, la Pedagogía, la orden serial, que se refiere al espacio, al tiempo, al
Política, la Sociología, etc., han puesto en evidencia movimiento, a la disposición, y a la relación del pasado
que la búsqueda de la verdad es un tema que no se con el futuro, del antes con el después; el orden total,
puede reducir sólo a un mero análisis ontológico o que nos permite distinguir y estructurar las partes con
metafísico de la realidad, cuyos parámetros son el todo, jerarquizar y establecer una relación
relativos, según la razón. Por esto, la búsqueda de la sistemática entre los diversos elementos de un
verdad parece ser que tiene mejor comprensión y conjunto; el orden de los distintos niveles que existen
mayor acogida en lo profundo de este hombre en nuestra conducta y que, en el marco moral, se
postmoderno, en el objeto de las aspiraciones de llaman virtudes (humanas, cardinales y teologales). En
realización profundas del mismo hombre, es decir, la este último, en el orden de los distintos niveles, se
conciencia, realidad psíquica, cuya tarea más encuentra la trasgresión y el pecado de nuestro
importante no consiste sólo en aplicar a lo concreto los tiempo, pues, posiblemente, la voluntad no se
principios generales, sino en darle un sentido y corresponde con la conciencia, donde se encuentra la
orientación a toda la existencia. En definitiva, es ahí Verdad y lo Trascendente, por el contrario, se da una
donde se encuentran las respuestas a los conducta permisiva, lo que significa que el hombre no
interrogantes de la vida y también la trascendencia del tiene prohibiciones, ni territorios vedados, ni
hombre mismo, el otro semejante a él, pero también el impedimentos ni límites que frenen la realización
totalmente otro, es decir, Dios, que es la Suma Verdad. personal, ya que todo depende del criterio subjetivo de
cada uno, dando a todo validez y licitud. De hecho, a
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Búsqueda de Dios-Verdad
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Búsqueda de Dios-Verdad
exclusiva de Jesucristo, de ser el único mediador: normas, elementos que conforman la llamada cultura
"mediador por ser hombre, y por eso también camino. de muerte.
Hay un solo camino que excluye todo error: que sea
uno mismo Dios y hombre: a donde se camina, Dios, y
por donde se camina, el hombre" (La ciudad de Dios V.- RESPUESTA AGUSTINIANA AL HOMBRE
11, 2). En realidad, la verdad interior evolucionó en POST-MODERNO
Agustín en clave cristológica. Así lo podemos apreciar
Para el hombre postmoderno el tema de la búsqueda
en los Tratados sobre el Evangelio de San Juan:
de Dios-Verdad es un argumento que se centra no
"Vuelve al corazón; mira allí qué es lo que tal vez
tanto en la razón cuanto en la conciencia, ya que su
sientes de Dios: allí está la imagen de Dios. En el
tarea más importante no consiste en aplicar a lo
hombre interior habita Cristo, y en el hombre interior
concreto los principios generales, sino en darle un
serás renovado según la imagen de Dios..." (18, 10).
Invitando a Licencio a seguir a Jesús, afirma: "No dice sentido y orientación a toda la existencia. Esta
sensibilidad actual nos permite ir en búsqueda de un
lo verdadero, sino la verdad: Cristo es la verdad y
Dios personal y trascendente, que con su Verdad
vamos a él para no ser fatigados" (Carta 26, 6).
inmutable nos satisfaga en todas nuestras
Cristo-Verdad y la Cultura. aspiraciones. "El amor no se puede dividir. Elige qué
vas a amar, porque una vez que lo eliges, lo demás
Decía Ortega y Gasset en El espectador que "la cultura
viene por sí mismo" (Tratados sobre la primera Carta
es un movimiento natatorio, un bracear del hombre en
de San Juan 10, 3), dice san Agustín.
el mar de su existencia" que busca su perfección y
purificación, pues la cultura es para el hombre como el Un concepto racional de la verdad corre el riesgo de
asidero adonde ir una y otra vez a refugiarse, a buscar confundirse con lo relativo y pasajero. Por ello, el
alimento para su conducta, para saber a qué atenerse. hombre se encuentra en constante búsqueda de
Su fin consiste en ayudarle para que su vida sea más referentes sustanciales y de criterios que le den
humana, tenga más relieve y le revele sus verdaderas felicidad. Constatamos que hoy es difícil hablar de una
posibilidades. realidad absoluta, debido a los diversos puntos de
vista de la realidad: natural, lógico, metafísico, moral,
En este sentido, la búsqueda de Dios- Cristo-Verdad
virtual... La excesiva superficialidad de las propuestas
nos lleva a un tema de mucha actualidad desde su
que propone la sociedad no termina de convencer las
proyección social, ya que tal concepción toca el
exigencias de la vida interior, pues como trata de
problema de lo cultural y de las costumbres, pues "el
explicar Agustín, "la verdadera y divina filosofía nos
fin de nuestra intencionalidad es Cristo, ya que aunque
invita a frenar y moderar el amor sumamente dañino y
personalmente nos esforcemos, en Él nos
lleno de fatigas, para que el alma, aun mientras
perfeccionamos, y por Él somos perfeccionados; y
gobierna este cuerpo sea atraída y anhele hacia las
toda nuestra perfección es ésta: llegara Él. Él nos
realidades que permanecen siempre del mismo modo
propuso en esta vida un modelo del vivir y nos dará en
y no agradan por una belleza pasajera. Siendo esto así
la vida futura un premio del vivir" (Comentarios a los
y aunque mi mente dentro de sí te vea verdadero y
Salmos 56, 2). En otras palabras de Agustín, "no
simple, de modo que puedas ser amado sin
podríamos purificarnos para acomodarnos a las cosas
preocupación alguna" (Carta 2).
eternas" como la Verdad, "sino mediante las
temporales a las que estábamos ya acomodados" (La Agustín ofrece un método particular que podríamos
Trinidad 4,18,24). explotar más, ya que progresivamente nos introduce
en las esferas más altas de lo auténticamente válido y
Desde este punto de vista, los hombres de todas las
perdurable. En efecto, su método de la interioridad
épocas, como los filósofos griegos o los académicos
tiene como resultado un hombre inquieto que se
necios, situados en esferas inferiores, "hicieron ídolos
encuentra en búsqueda de los valores superiores y
a los que adoraron. Luego nuestra ciencia es Cristo y
trascendentes a través del conocimiento de la Verdad,
nuestra sabiduría es también Cristo. Él nos imprime la
de Dios y de Cristo: "vigorizado con él, cuando
fe, valiéndose de las cosas temporales, El nos
después de pedir auxilio de Dios, comienzo a elevarme
manifiesta la verdad, valiéndose de las eternas. Por Él,
hacia £1 y hacia las realidades que verdaderamente
vamos a Él; por la ciencia tendemos a la sabiduría;
son verdaderas, me siento invadido a veces de tal
pero sin separarnos de un mismo Cristo en quien están
evidencia de esas realidades permanentes, que a
todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia
veces me sorprende que tenga que recurrir a ese
escondidas (Col 2, 3)" (La Trinidad 13, 19,24).
raciocinio para creer que tales realidades son: pues
Precisamente porque en la verdad del Verbo aparecen con tan viva presencia como aquella por la
encarnado se encuentra la realidad de lo que seremos, que cada uno es presente a sí mismo" (Carta 4, 2).
"por eso, dice Agustín, incita el Señora los creyentes a
Pero en este difícil trabajo de buscar la Verdad
que permanezcan en la palabra de la fe y a que se
(Dios-Cristo), no basta encontrar, ya que el hombre se
dejen conducir por ella a la Verdad y por ésta a la
encuentra insatisfecho, sobre todo en nuestra época y
eternidad, y de este modo se libre de la muerte" (La
en nuestra sociedad, cansadas de tantas palabras
Trinidad 4, 18, 24), la cual muerte, en nuestras
aparentemente verdaderas. A la Verdad (Dios-Cristo)
sociedades, se expresa a través de los pensamientos,
se llega para gozar y compartir con la vida a través del
actos, costumbres, tradiciones, políticas, proyectos o
amor, porque como bien ha afirmado Agustín en la
Carta 147: "me parece que en esta investigación vale
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana La Búsqueda de Dios-Verdad
Para orar con san Agustín Dios, que nos desnudas de lo que no es y vistes de lo
que es.
PLEGARIA DE UN HOMBRE EN BÚSQUEDA DE
DIOS Dios, que nos haces dignos de ser oídos.
Te invoco, oh Dios Verdad, en quien, de quien y por Dios, que nos guías a toda verdad.
quien son verdaderas todas las cosas verdaderas.
Dios, que nos muestras todo bien, dándonos la
Dios Sabiduría, en ti y por ti saben todos lo que saben. cordura y librándonos de la estulticia ajena.
Dios, verdadera y suma vida, en quien y por quien Dios, que nos vuelves al camino.
viven las cosas que suma y verdaderamente viven.
Dios, que nos traes a la puerta.
Dios bienaventuranza, en quien y por quien son
Dios, que haces que sea abierta a los que llaman...
bienaventurados cuantos hay bienaventurados.
Ahora te amo a ti solo, a ti solo sigo y busco, a ti solo
Dios, Bondad y Hermosura, principio, causa y fuente
estoy dispuesto a servir...
de todo lo bueno y hermoso.
Basta ya de ser juguete de las apariencias falaces...
Dios, luz espiritual, en ti, de ti y por ti se hacen
comprensibles las cosas que echan rayos de claridad. Enséñame el camino para llegar hasta ti.
Dios, cuyo reino es todo el mundo, que no alcanzan los Sólo tengo voluntad; sé que lo caduco y transitorio
sentidos. debe despreciarse para ir en pos de lo seguro y eterno.
Dios, que gobiernas los imperios con leyes que se Esto hago, Padre, porque esto sólo sé y todavía no
derivan a los reinos de la tierra. conozco el camino que lleva hasta ti.
Dios, separarse de ti es caer; volverse a ti, levantarse; Enséñamelo Tú, dame Tú la fuerza para el viaje.
permanecer en ti es hallarse firme. Dios, darte a ti la
espalda es morir, convertirse a ti es revivir, morar en ti Si con la fe llegan a ti los que te buscan, no me niegues
es vivir. la fe; si con la virtud, dame la virtud; si con la ciencia,
dame la ciencia.
Dios, a quien nadie pierde si no engañado, a quien
nadie busca sino avisado, a quien nadie halla sino Aumenta en mí la fe, aumenta la esperanza, aumenta
purificado. la caridad.
Dios, dejarte a ti es ir a la muerte; seguirte a ti es amar; ¡Oh cuán admirable y singular es tu bondad! A ti vuelvo
y torno a pedirte los medios para llegar hasta ti.
verte es poseerte.
Si Tú abandonas, luego la muerte se cierne sobre mí;
Dios, quien nos despierta la fe, levanta la esperanza,
une la caridad. pero Tú no abandonas, porque eres el sumo Bien, y
nadie te buscó debidamente sin hallarte.
Te invoco a ti, Dios, por quien vencemos al enemigo.
Y debidamente te buscó el que recibió de ti el don de
Dios, por cuyo favor nos hemos parecido nosotros buscarte como se debe.
totalmente.
Que te busque, Padre mío, sin caer en ningún error;
Dios que nos exhortas a la vigilancia. Dios, por quien que al buscarte a ti, nadie me salga al encuentro en
discernimos los bienes de los males. vez de ti, y si ves en mí algún apetito superfluo,
límpiame para que pueda verte.
Dios, con tu gracia evitamos el mal y hacemos el bien.
Amén, amén.
Dios, por quien no sucumbimos a las adversidades.
(cf. Soliloquios 1, 3-6)
Dios, a quien se debe nuestra buena obediencia y
buen gobierno.
Dios, por quien aprendemos que es ajeno lo que
alguna vez creímos nuestro y que es nuestro lo que
alguna vez creímos ajeno.
Dios, gracias a ti superamos los estímulos y halagos
de los malos.
Dios, por quien las cosas pequeñas no nos
empequeñecen.
Dios, por quien nuestra porción superior no está sujeta
a la inferior.
Dios, por quien la muerte será absorbida con la
victoria.
Dios, que nos conviertes.
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
LO más grande que se ha dicho sobre la caridad es lo Por la lectura de las exposiciones, se puede concluir
que nos dejó escrito el apóstol san Juan: "Dios es que no se trata de elegir entre "caridad" y "amor", sino
caridad". Es la afirmación fuente en la que se inspiran más bien de conservar y de integrar los dos términos,
todas las demás: la caridad es el motivo de la sobre todo su contenido. Ésta parece ser la tendencia
Encarnación, la esencia del Reino de actual más sobresaliente. Un proceso, sin duda alguna,
largo y difícil.
Dios, la vida del hombre nuevo, el distintivo de los
cristianos, el comienzo de la vida eterna, el tesoro más En el esfuerzo por conseguirlo, san Agustín podría
valioso, etc. servir de gran ayuda, porque como "Doctor de la
Caridad" y "Doctor del Amor", escribió muchas cosas y
Pero todo eso se dice también del amor. ¿Serán
muy valiosas utilizando los dos conceptos. Incluso
entonces los dos, la caridad y el amor, una misma
podría servir de guía en la ampliación del vocabulario.
cosa?
En el mundo actual se observa un redescubrimiento de
la riqueza de la fe cristiana; en consecuencia, han ido
aumentando también las perspectivas y el vocabulario.
I. CARIDAD Y AMOR: VOCABULARIO Fue lo que san Agustín experimentó en su búsqueda:
como los hallazgos eran tan abundantes, había que
1. CARIDAD Y AMOR multiplicar también los términos. Y eso fue lo que hizo,
según veremos más adelante. Por todo ello, bien se
En la actualidad, los términos "caridad" y "amor" se podía decir que si san Agustín no es actual en este
suelen incluir en una sola exposición. La preferencia de tema, no lo es en ningún otro, porque la caridad y el
uno u otro, en el título más que en el contenido, amor son el fundamento y la vida de todo su
depende de cada autor. Así, por citar algunos ejemplos, pensamiento.
el Nuevo Diccionario de Teología, dirigido por G.
Barbaglio y S. Dianich (Ediciones Cristiandad, Madrid 2. VOCABULARIO
1982), se decide por la "Caridad". También el Nuevo
Diccionario de Espiritualidad, dirigido por Stefano de Desde hace unas décadas es fácil constatar que la lista
Fiores-Tullo Goffi (Ediciones Paulinas, Madrid 1983). de vocablos o términos de nuestro lenguaje ha
Sin embargo, el Diccionario de conceptos teológicos de aumentado considerablemente. Los diccionarios
Peter Eicher (Ed. Herder, Barcelona 1989), prefiere el modernos van siendo más voluminosos. Sin embargo,
término "amor". Y también el Diccionario de San en la gente, especialmente los jóvenes, se nota una
Agustín, dirigido por Allan D. Fitzgerald (Editorial Monte corriente a la inversa: la pobreza de vocabulario, y
Carmelo, Burgos 2001). sobre todo el desconocimiento de términos que hasta
hace poco tiempo eran "clásicos". También abundan los
Otros autores se manifiestan más abiertamente a favor
casos en que los que hablan usan las mismas palabras,
del amor, como Julián Marías, que escribe: "La palabra
pero con distintos significados. Cuando estaba
clave del cristianismo es amor... El amor es la condición
redactando esta página, pude leer en una entrevista
que caracteriza al cristiano, lo que lo identifica y
hecha al filósofo Gustavo Bueno: "El primer anarquista
distingue... De las tres palabras griegas que designan el
fue san Agustín" (El Mundo, "La Crónica de León", 4-4-
amor, 'eros, philía y ágape', el Nuevo Testamento usa
2003). Abrí el Diccionario de términos filosóficos para
principalmente la última. La Vulgata la traduce por
ver si la palabra "anarquista" tenía otros significados
'caritas', y no habría que objetar, si no fuera porque la
que yo ignorase, y no. En él se lee lo siguiente: "El
palabra 'caridad', en todas las lenguas, ha
anarquismo es la doctrina política que condena la
experimentado cambios semánticos y se ha ido
autoridad del Estado y propicia el valor del individuo. Su
separando de su sentido originario de amor, aunque lo
lema es: Ni Dios, ni amo". Según esta explicación,
conserve como un fondo o fundamento. Es menester,
¿cómo se puede decir de san Agustín tal barbaridad?
pues, volver a la voz amor para traducir 'agape'" (La
Por eso, en muchas ocasiones, hoy día, es necesario
perspectiva cristiana,
comenzar por esclarecer los términos.
Alianza Editorial, Madrid 1999, pp. 95-96). Y unos siglos
antes, san Francisco de Sales había escrito en el 2.1. En el Nuevo Testamento
capítulo 14 de su precioso libro Tratado del amor de En la lengua griega, la del Nuevo Testamento que es la
Dios, que "a la caridad debe llamarse amor". fuente principal de la doctrina agustiniana, existen tres
A estos testimonios habría que añadir las traducciones sustantivos con sus correspondientes verbos:
modernas de la Biblia; en la mayor parte de ellas se lee • "Eros" (verbo "éran"): se refiere al amor deseo;
"amor". Un ejemplo: el Nuevo Testamento Trilingüe pero no sólo en sentido sexual, sino de todo
(BAC, n. 400), el texto más típico, "Dios es amor", (1 aquello que es digno de ser poseído. De ahí
Juan 4, 8; 4, 16); en griego se lee "agape", en latín viene el adjetivo "erótico".
"caritas" y en español "amor". • "Philía" (verbo "philein"): se refiere al amor de
amistad. Aparece con frecuencia en el Nuevo
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
Testamento, sobre todo en san Juan. Por mismo o parecido significado: corazón, afecto, deseo,
ejemplo, en el episodio de la resurrección de suspiro, anhelo, búsqueda, entrega, cercanía,
Lázaro: presencia, misterio, etc. Y verbos como suspirar,
"Señor; aquel a quien amas está enfermo" buscar, desear, atraer, tender, ansiar, mirar, saetear,
(Juan 11, 3); "a vosotros os llamo amigos" hervir, etc. Adonde Agustín pretende llegar, al servirse
(Juan 15, 15). De este término viene filantropía, de tantos términos, ejemplos y comparaciones, es a
filántropo, etc. conocer mejor la relación de intimidad entre Dios y el
• "Agape" (verbo "agapán"): expresa un amor de hombre, y entre el mismo Agustín y las demás
benevolencia; amor gratuito que no espera personas.
nada a cambio. Jesús lo usa mucho. Por
ejemplo: "No hay amor ('agapen') más grande 2.3. En la actualidad
que dar la vida por los amigos ('philous') (Juan En la lengua castellana existen también tres sustantivos
15, 13). Lo ideal sería que cada término pudiera ("amor", "dilección" y "caridad"), pero sólo un verbo, que
ser traducido literalmente. Pero, sobre todo, hay es "amar". Esto quiere decir que cuando en nuestra
dos textos que es necesario tenerlos en cuenta. conversación o escritura usamos sustantivos, adjetivos
Uno es "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más o adverbios, se puede percibir la diferencia. No así
que éstos?" (Juan 21, 15-17); un texto que le cuando utilizamos el verbo, que es el mismo para los
gustaba mucho repetir al obispo de Hipona. En tres. Esta condición ha influido sin duda alguna en la
la primera y segunda pregunta Jesús usa el devaluación de la "caridad" y en la preferencia del
verbo "agapán", respondiendo Pedro con el "amor". Y también en la utilización de otros términos,
verbo "philein". Pero en la tercera, Jesús usa muy repetidos hoy día: acogida, inserción, compartir,
"philein"; por eso Pedro, sintiéndose un poco solidaridad, fraternidad, hospitalidad, etc. Por eso, quizá
confundido, responde: "Señor, tú lo sabes todo, fuese más acertado hablar de recuperar el amor con el
tú sabes que te amo" ("philo"). sentido de caridad.
El otro es el mandamiento de amar a los enemigos y
que también san Agustín repite mucho. Jesús usa el
verbo "agapán": "Amad a vuestros enemigos" (Mateo 5, II. DEVALUACIÓN
44). Si hubiera usado el verbo "philein", hubiera sido un
verdadero problema, porque en esta clase de amor DE la caridad y del amor se han dicho y escrito muchas
estaría incluido el sentimiento, el afecto. En muchos cosas. Por ejemplo, de la caridad algunos autores han
casos sería imposible cumplirlo. El mismo Jesús lo da a afirmado que "se ha perdido". Sin llegar a tal extremo,
entender cuando añade: "rogad por los que os casi todos los escritores reconocen que no sólo la
persiguen". En otras palabras, que este amor caridad, sino también el amor han experimentado una
comprende: el perdón, la ayuda (cf. Romanos 12, 20- considerable devaluación. Valga la cita de algunos:
21), la oración, etc. San Agustín lo supo interpretar bien "El tratado de la caridad siempre ha sido el más pobre
cuando insiste en que al enemigo hay que amarle para en la teología" [Joseph Comblin, "La misión del Espíritu
que sea hermano: "En el enemigo no amas lo que es, Santo", Selecciones de Teología, 62 (1977), p. 125].
sino lo que quieres que sea" (Tratado sobre la Primera Efectivamente, los tratados antiguos sobre la caridad (y
Carta de San Juan 8, 10). Nada hay más admirable la gracia) se quedaban generalmente en temas
pero tampoco más difícil que el mandamiento de amar a especulativos. Apenas descendían a la vida. Fue, sin
los enemigos (Comentarios a los Salmos 118, 9, 3) duda, un desvío del pensamiento agustiniano; en él la
caridad y la gracia caminan juntas. "Dame un corazón
2.2. En San Agustín
que ame y sentirá lo que digo" (Tratado sobre la
En la lengua latina, la que hablaba y en la que escribía Primera Carta de San Juan 26, 4). Preséntame uno que
san Agustín, existen también tres sustantivos, pero sólo en todo se deje guiar por la gracia, y entenderá lo que
el verbo correspondiente a dos de ellos: "caritas" (no digo (Comentarios a los Salmos 144, 10).
tiene verbo), "dilectio" (verbo "diligere") y "amor" (verbo
Pierre Gaune habla de una "espantosa degradación de
"amare"). El significado de cada uno es muy variado.
la noción de caridad" en el último siglo (La creación:
Como regla general se puede seguir la que señala el
una dependencia para la libertad, Col. Alcance, 11, Ed.
Diccionario de san Agustín, citado anteriormente. En la
Sal Terrae, Santander 1980, p. 121).
palabra "amor", comienza con esta afirmación: "Agustín
no establece una diferencia esencial entre las tres La devaluación ha sido tan notoria que hasta algunos
palabras latinas 'amor', 'caritas' y 'dilectio'. Las tres periodistas han dado la voz de alarma. Por ejemplo,
pueden expresar algo bueno o algo malo, según el Francisco Nieva en una magnífica publicación, con el
objeto que se ame". título "Caridad" en la tercera de ABC (23 de agosto de
1998). Y casi un mes después (ABC, 19 de
Llama la atención las muchas veces que aparecen en
septiembre), Leopoldo Azancot ponía el dedo en la
sus escritos. Según el Augustinus-Lexicon, el sustantivo
llaga, señalando el "nihilismo vergonzante que en la
"caridad" aparece 4.689 veces; "dilección", 1.559, y
actualidad todo lo invade, y que tiene su manifestación
"amor" 1.308; el verbo "diligere", 4.833 veces, y
más engañosa en ese relativismo moral que se
"amare", 3.783.
presenta como una forma laica de la caridad cristiana".
Pero como el tema es tan rico en sus escritos, abundan
Y no sólo la caridad. También el "amor" ha sido
también otros términos que, generalmente, tienen el
devaluado; y desde hace más tiempo:
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
En el año 1926, Ortega y Gasset comenzaba una de devaluados es la "celebración" litúrgica. Es por su unión
sus reflexiones con esta breve y tajante afirmación: "El con el amor. Dios -dice Agustín- no acepta las ofrendas
amor está en baja" (Estudios sobre el amor, Alianza hechas sin amor (Tratado sobre la Primera Carta de
Ed., 9.a ed., Madrid 1998, p. 164). Y en otro ensayo del San Juan 5, 8). Escribe Juan Antonio Gracia: "Muchos
mismo año, escribía: "Desde hace dos siglos se habla cristianos no oran, otros muy poco... Oran poco como
mucho de amores y poco del amor" (íd., p. 14). pueblo, y por eso su vida cristiana es débil. Una
gran muchedumbre asiste todavía a las
"Amor es en todas las lenguas la palabra que ha sido
celebraciones litúrgicas, pero sin participar". Y
deformada y profanada más veces, la que ha servido
refiriéndose a los sacerdotes, añade: "La mentalidad
más veces de tapadera para los asuntos más
'validista' de muchos sacerdotes y fieles ha
sospechosos. Se ha devaluado la palabra más bella y
producido un mal incalculable al progreso de la
más noble. Se ha convertido en la máscara de todo y
pastoral litúrgica. Éste es un defecto de una
de cualquier cosa" (Phil Bosmans, Las 7 columnas del
formación moralizante que se queda en la
alma, Ediciones 29, Barcelona 1998, p. 81).
periferia del misterio... El 'validismo' desprecia el
Y la cadena no termina ahí. La caridad y el amor han valor de los signos y roza los límites de la
arrastrado a otros términos, muy unidos todos ellos en magia..." (Comentario a la constitución sobre la
la práctica de la fe. Por ejemplo, el de "gracia": Sagrada Liturgia, BAC, n. 2.38). Y más recientemente
escribe Julián Marías: "Es increíble el grado en que
En un amplio estudio titulado Desarrollo histórico de la se ha perdido el sentido de la palabra 'adoración',
doctrina de la gracia, escribe Piet Fransen: "La
en que no se tiene en cuenta la posible deificación
eliminación de la 'experiencia de la gracia' es, a nuestro
del hombre... (o. c., p. 112).
juicio, la razón más profunda de la decadencia teológica
en la que hemos caído en Occidente" (Mysterium Como consecuencia de esta devaluación de valores tan
Salutis, IV, 2, p. 704). Y a continuación especifica las fundamentales, ha nacido la tendencia a rebajar las
áreas en que las consecuencias han sido más notables: exigencias de la vida cristiana y la gravedad del
una apologética racional, una espiritualidad pecado, y hasta negar su existencia. En la sociedad
individualista, un modelo piramidal de Iglesia, una actual se está consolidando cada día más una cultura
teología abstracta, una pastoral sacramentalista, dominada por el relativismo moral, el consumismo, el
juridismo, etc. placer, etc.
Y Peter Eicher, autor del conocido Diccionario de Entre las muchas causas de esta devaluación se
conceptos teológicos, escribe: "En la Iglesia apenas se podrían señalar dos:
habla públicamente sobre la gracia" (o. c., I, p. 460).
La primera sería el olvido de la fuente, que es Dios-
Otro concepto unido a los anteriores y devaluado Amor, Dios- Trinidad. Los cristianos olvidamos que en
también en la actualidad es el de "misericordia". Lo ha lo más profundo de nuestro ser y de nuestro obrar está
hecho notar Juan Pablo II en una de sus primeras Dios: "Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón
encíclicas. Escribe el Papa: "La mentalidad está inquieto hasta que descanse en ti" (Confesiones
contemporánea, quizás en mayor medida que la del 1,1,1); está "la sublime belleza de Dios Padre, Hijo
hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la y Espíritu Santo" (La vida consagrada 16).
misericordia y tiende además a orillar de la vida y Particularmente, los religiosos olvidamos que la vida
arrancar del corazón humano la idea misma de la consagrada es "una de las huellas concretas que la
misericordia. La palabra y el concepto de Trinidad deja en la historia, para que los hombres
'misericordia' parecen producir una cierta desazón puedan descubrir el atractivo y la nostalgia de la
en el hombre, quien, gracias a los adelantos tan belleza divina" (íd. 20); y que tenemos que reflejar el
enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca "esplendor del amor" (id. 24).
fueron conocidos antes en la historia, se ha hecho
Olvidamos la raíz, que es Cristo. "Mi origen es Cristo,
dueño y ha dominado la tierra mucho más que en
mi raíz es Cristo, mi cabeza es Cristo" (Réplica a las
el pasado. Tal dominio sobre la tierra, entendido
cartas de Petiliano 1, 7, 8), que es el "amor visible". Y
tal vez unilateral y superficialmente, parece no
también la Iglesia que Él estableció como "comunidad
dejar espacio a la misericordia" (Dios rico en
de fe, de esperanza y de caridad" (Constitución
misericordia 2). En el número siguiente habla de la
dogmática sobre la Iglesia 8). Es decir, que si
relación del concepto "misericordia" con el de "amor".
flaqueamos en la caridad, lo haremos también en la
Y la cadena no termina aquí. También han corrido la gracia, la fe, la esperanza, la Iglesia, Cristo, Dios. En
misma suerte otros conceptos. Por ejemplo, el de otras palabras, que en el fondo está un concepto
"alegría". Los cristianos de hoy no sobresalimos mucho devaluado de Dios. Tendríamos que comenzar
en alegría. ¡Nada de extrañar!, ya que, alegría, gracia y preguntándonos quién es y cómo es el Dios en quien
caridad (charitas) tienen la misma raíz. Esto quiere creemos.
decir que se encuentran siempre juntas. "La caridad no
La segunda causa es más "preocupante", por las
existe sin la alegría" (Comentarios a los Salmos 76, 6).
consecuencias notoriamente visibles. En nuestro
En el prefacio de Pascua, el celebrante proclama que
mundo lo que impera es la técnica, lo inmediato, lo
"el mundo entero se desborda de alegría". ¡Ojalá fuera
práctico, la efectividad, lo visible, etc. Son muchos los
realidad más que ideal!
que hoy día ensalzan tanto al hombre, que parecen no
ya que hemos entrado en el campo de la Liturgia, necesitar nada de nadie. Como escribe Joseph
estaría bien recordar que otro de los conceptos Comblin, refiriéndose a la gracia: "les parece un
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
concepto en contraposición con la dignidad humana". "La ley fundamental de la perfección humana, y por
Así ocurre también con la misericordia y la oración. Lo tanto, de la transformación del mundo, es el
cual quiere decir que si tenemos un concepto de mandamiento nuevo del amor" (íd. 38). Y en el
hombre (antropología) en el sentido de autosuficiencia, "Mensaje de los Padres del Concilio": "Por la caridad el
alguien que puede solucionarlo todo por sí mismo, los reino de Dios brilla ya como prenda del reino eterno".
conceptos de gracia, caridad, misericordia, oración,
Estas ideas se encuentran en los escritos de Pablo VI.
etc., tenderán a perder valor e incluso a desaparecer.
De entre sus muchos discursos habría que destacar el
En contraposición, comenzarán a sobresalir los de
que pronunció en la apertura de la cuarta sesión del
libertad, individualismo, placer, mínimo esfuerzo, etc.
Vaticano II, el 10 de septiembre de 1965. La idea
Por eso, "como cristianos, no podemos contribuir a la
principal es la caridad y el amor. Como si el Papa
devaluación de esta palabra (caridad), porque está en
hubiera querido aplicar a los documentos del Concilio la
juego la autenticidad de nuestra fe" (Mons. Joseph
"letanía" de san Pablo sobre el amor ("caridad"): "Ya
Duval, Arzobispo de Rouen).
podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los
PARA EL DIÁLOGO ángeles, si no tengo amor..." (1 Corintios 13, 1 s.). José
María Cabodevilla, recientemente fallecido, anotaba en
Una de las cosas que san Agustín repite en el
su Diario: "Gran sermón el de hoy. Quien no supiera ni
Tratado sobre la primera Carta de san Juan es que
pizca de latín, se dio cuenta al menos de la casi
el apóstol encarece la caridad. ¿Por qué nosotros la
fatigosa monotonía, de la repetición incesante de dos
hemos devaluado hasta convertirla en limosna?
palabras: 'caridad', 'amor'. Nunca el Papa Montini, tan
¿El déficit de amor de nuestro mundo está en cuidadoso de su oratoria, tan matizado y pulcro, estuvo
relación con el número de problemas? más elocuente que hoy, cuando insistía una y otra vez
sobre el tema de la caridad. ¿Habría leído
De los obstáculos que encuentra la caridad, ¿cuáles recientemente las pláticas de san Agustín sobre la
son los más difíciles de superar? primera epístola de san Juan? Hubo un gran silencio a
¿La renovación litúrgica que se ha hecho nos ayuda lo largo de los veintidós minutos que duró el discurso.
a amar más a Dios y al prójimo? ¿La gente participa Roger Schutz, prior de Taizé, ha puesto un telegrama al
más en las celebraciones o sigue, por rutina, con Santo Padre con este texto: 'Es el discurso más
las prácticas devocionales? profundo y más fuerte que jamás se haya oído bajo las
bóvedas de San Pedro'.
También en los escritos y discursos de Juan Pablo II la
III RECUPERAR LA CARIDAD caridad es uno de los temas clave. En la carta
apostólica Ante el tercer milenio proponía como tema
PAUL Ricoeur describe la sociedad moderna como una de reflexión para el año 1999 Dios Padre. Y entre los
sociedad de producción y consumo; una sociedad en la subtemas, la caridad: "Será oportuno, especialmente en
que, mientras por una parte crece el dominio del este año, resaltar la virtud teologal de la caridad,
hombre sobre los medios, por otra se van oscureciendo recordando la sintética y plena afirmación de la primera
cada vez más los fines. Una famosa escritora afirmaba carta de Juan: 'Dios es amor' (4,8.16). La caridad, en su
en una entrevista: "El consumo es la única religión de doble faceta de amor a Dios y a los hermanos, es la
Estados Unidos" (El País, 20-04-2003). Es, sin lugar a síntesis de la vida moral del creyente. Ella tiene en Dios
dudas, una consecuencia de la devaluación y del olvido su fuente y su meta" (n. 50). Y en la primera carta de
de la caridad en su sentido original. La caridad nos este siglo, escribe: "Muchas cosas serán necesarias
invita a mirar al fundamento, al origen, porque viene de para el camino histórico de la Iglesia en este nuevo
Dios; y también al futuro, al fin, porque nos conduce a siglo; pero si faltara la caridad ('agape'), todo sería
Dios. Sin ella, nos perderíamos en las cosas. inútil" (El nuevo milenio 42).
Por eso son también muchas las voces que hoy día Si san Agustín viviera hoy, de seguro que le sobrarían
claman por la recuperación de la caridad. En este razones para aconsejar la recuperación de la caridad,
sentido, el Concilio Vaticano II, sin ir más lejos, dio un incluyendo el término, a juzgar por la frecuencia con
respaldo claro y sin rodeos a esta corriente. Afirma, que lo usaba. Pero, sobre todo, el contenido, ya que en
entre otras cosas: "Dios habla a los hombres como sus escritos se encuentran suficientes apartados para
amigo, movido por su gran amor ('caridad') y mora con escribir un tratado completo sobre la caridad. Por
ellos para invitarlos a la comunicación consigo y ejemplo, la caridad en la Trinidad, Cristo Maestro de la
recibirlos en su compañía" (Constitución sobre la divina caridad, caridad camino, caridad don, caridad unidad,
revelación 2). En el número anterior recuerda, con valor de la caridad, caridad alimento, las dos alas de la
palabras de san Agustín, el propósito de exponer la caridad: amor a Dios y amor al prójimo, caridad vestido
doctrina sobre la divina revelación y sobre su nupcial, caridad maestra de la humildad, hacerse
transmisión: "para que todo el mundo, oyendo, crea el "siervos de la caridad", caridad anticipo del cielo, clases
anuncio de la salvación; creyendo, espere, y de caridad, etc.
esperando, ame" El objetivo último: el amor. Y en otro
documento se lee: "El amor ('dilectio') de Dios y del Pero, sobre todo, justificaría la recuperación con su
prójimo es el primero y mayor mandamiento. La experiencia. Cuando llegaron a sus oídos las
Sagrada Escritura nos enseña que el amor ('amorem') afirmaciones de Pelagio sobre la gracia, se dio cuenta
de Dios no puede separarse del amor del prójimo" que no se trataba de simples cuestiones académicas o
(Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual 24). de modas pasajeras. Pelagio sustituía los cimientos de
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
la fe cristiana: ponía la autosuficiencia en lugar de la El Papa hace muchas afirmaciones sobre la "caridad
donación; en consecuencia, cambiaba el estilo de vida. pastoral", iluminándolas, puesto que se encuentra al
El que proponía no estaba en armonía con el que Jesús principio como fundamento, con la doctrina agustiniana
había enseñado a sus discípulos. Por el contrario, el del "amoris officium": "Sea oficio del amor apacentar la
que proponía Agustín no separaba la caridad de la grey del Señor" (Tratados sobre el Evangelio de San
gracia, es decir, de la gratuidad. Por eso, cuando aquí Juan 123, 5) (íd. 23, 24 y 40). Por ejemplo:
hablamos de recuperar la caridad, nos referimos no
Jesucristo es el modelo. Su vida es "una realización
sólo al término ni a la virtud teologal, sino a la caridad
diaria de su 'caridad pastoral'. Él siente compasión de
tal como la entendía san Agustín, es decir, un modo de
las gentes, porque están cansadas... Él busca a las
vivir la vida. Comentando el texto de san Pablo (1
dispersas... Hace fiesta al encontrarlas..." (íd. 22 y 72).
Corintios 9, 24), dice el Obispo de Hipona: en la carrera
Los presbíteros están "llamados a imitar y revivir" la
de la vida no se da eso de que uno sólo recibe el
misma caridad pastoral de Jesús (id. 22, 26 y 40). Ésta
premio. "Todos los que corren, corran con
es definida como la "prolongación de la misma caridad
perseverancia, y todos recibirán el premio... En este
pastoral de Jesucristo". Y añade que es "el principio
certamen no toma parte la codicia, sino la caridad.
interior, la virtud que anima y guía la vida espiritual del
Todos los que corren se aman, y este amor es la
presbítero" (id. 23). Es "el principio interior", es decir,
carrera" (Comentarios a los Salmos 39, 11). Es
que se trata del amor "primario" y "principal", que
necesario, pues, recuperar la caridad, porque sin ella no
además "anima" y "guía" su vida.
hay carrera.
"El contenido esencial de la caridad pastoral es la
PARA EL DIÁLOGO
donación de sí, la total donación de sí a la Iglesia" (íd.
¿Crees que recuperar la caridad es posible, 23 y 49). "La caridad pastoral... encuentra su expresión
fácil, beneficioso, necesario? plena y su alimento supremo en la eucaristía" (íd. 23).
¿Hay algunos signos de que la estamos "La relación entre la vida espiritual y el ejercicio del
recuperando? ministerio sacerdotal puede encontrar su explicación
¿Crees que los cristianos hemos llegado a también a partir de la caridad pastoral... En su realidad
descubrir el valor de la caridad? objetiva el ministerio sacerdotal es 'amoris officium'
¿El desánimo actual es consecuencia de la según la ya citada expresión de san Agustín" (íd. 24).
falta de caridad o amor?
En consecuencia, la caridad pastoral exige a los
sacerdotes, también a los diáconos y catequistas, "el
conocimiento amoroso y la familiaridad orante con la
IV. ASPECTOS A RESALTAR palabra de Dios". Estos requisitos son "una condición
imprescindible" en el contexto de la "nueva
DE los muchos aspectos de la caridad, podríamos
evangelización", a la que hoy la Iglesia está llamada.
resaltar cuatro muy importantes en el mundo actual. El
Han de leer y estudiar asiduamente la Escritura para no
primero es el amor de Dios al hombre. El segundo, el
volverse, como dice san Agustín, "predicadores vacíos
amor del hombre a Dios y al prójimo. El tercero se
de la palabra, que no la escuchan por dentro" (Sermón
refiere a la "caridad pastoral". Y el cuarto, a la práctica
179, 1) (íd. 47).
de la caridad.
En el apartado de la formación espiritual, que "comporta
Nos proponemos exponer aquí los dos últimos con
también buscar a Cristo en los hombres", se lee: "Por
algunas de sus ramificaciones.
tanto, el sacerdote es el hombre de la caridad, y está
llamado a educar a los demás en la imitación de Cristo
1. "CARIDAD PASTORAL" y en el mandamiento nuevo del amor fraterno (cf. Juan
Es necesario destacar este aspecto porque lo hace 15, 12). Pero esto exige que él mismo se deje educar
Juan Pablo II en la exhortación apostólica La formación continuamente por el Espíritu en la caridad del Señor.
de los sacerdotes (PDV = Pastores Dabo Vobis). La En este sentido, la preparación del sacerdote tiene que
"caridad pastoral" es uno de los ejes de este incluir una seria formación de la caridad, en particular
documento, y siendo los sacerdotes los principales del amor preferencial por los "pobres", en los cuales,
responsables directos de la formación religiosa de los mediante la fe, descubre la presencia de Jesús (cf.
fieles, se deduce que su importancia es grande. Mateo 25, 40) y el amor misericordioso por los
pecadores" (íd. 49).
Según indica el título, se refiere a los sacerdotes; pero
muchas de las afirmaciones son aplicables también a Por último, con relación a la formación permanente,
los fieles, ya que, por el bautismo, todos estamos dice lo siguiente: "Alma y forma de la formación
llamados a la santidad. Los sacerdotes lo están, permanente del sacerdote es la caridad pastoral: el
además, por el sacramento del orden. Para confirmar Espíritu Santo, que infunde la caridad pastoral, inicia y
estas afirmaciones, el documento cita la célebre frase acompaña al sacerdote a conocer cada vez más
de san Agustín: "Para vosotros soy obispo, con profundamente el misterio de Cristo... La misma caridad
vosotros soy cristiano. Aquél es un nombre de oficio pastoral empuja al sacerdote a conocer cada vez más
recibido, éste es un nombre de gracia; aquél es un las esperanzas, necesidades, problemas..." (íd. 70).
nombre de peligro, éste de salvación" (Sermón 340, 1)
(íd. 20).
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
23). La Iglesia, dice, nos acoge siempre con entrañas En este apartado, el Catecismo no cita a san Agustín;
de caridad (Comentario literal al Génesis 12, 28, 56) pero todos los estudiosos saben que tiene afirmaciones
parecidas. Una muy importante sobre el ideal: "No
2.3. Opción preferencial por los pobres debemos desear que existan los necesitados para
Unido a la caridad, el Papa, en su carta apostólica Ante poder practicar con ellos las obras de misericordia"
el tercer milenio, hace mención de este tema. Escribe lo (Tratado sobre la primera Carta de san
siguiente: "En este sentido, recordando que Jesús vino Juan 8, 5). Pero los necesitados existen y tenemos
a "evangelizar a los pobres" (Mateo 11, 5; Lucas 7, 22), obligación de ayudarlos. De ahí las afirmaciones que no
¿cómo no subrayar más decididamente la opción admiten excusas: "Si tienes el corazón lleno de caridad,
preferencial por los pobres y marginados?" (n. 51). siempre tienes algo para dar" (Comentarios a los
Efectivamente, hoy es un tema que hay que subrayar, Salmos 36, 2, 13). "Las cosas superfluas de los ricos
porque la gente es más sensible a las "intolerables son las necesarias de los pobres. Cuando se posee
desigualdades sociales y económicas" que existen, al algo superfluo, se posee algo ajeno" (id. 147, 12).
deseo de justicia y de paz "en un mundo como el "¿Hay algo más perverso que querer enriquecerse a
nuestro, marcado por tantos conflictos" y por la lectura costa de la pobreza ajena? Y, sin embargo, es algo
más frecuente del Evangelio. Hoy no es posible leer el frecuente" (Sermón 359, 2). En este tema la práctica
Evangelio con humildad y quedarse impasibles ante la cuenta más que las palabras (Tratado sobre la Primera
realidad. Carta de San Juan 10, 7). Escribe su primer biógrafo
La Iglesia, desde su origen, se ha preocupado siempre que Agustín llegó a fundir los vasos sagrados para
por los pobres, como se puede constatar en los Hechos socorrer a los pobres (Vida de san Agustín escrita por
de los apóstoles: "La opción por los pobres es inherente san Posidio 24).
a la dinámica misma del amor vivido según Cristo. A En los primeros siglos, los cristianos tenían muy en
ella están, pues obligados todos los discípulos de cuenta este apartado del evangelio. En la Didascalia o
Cristo" (La vida consagrada 82). Y en un contexto "Doctrina de los Apóstoles" (una constitución
agustiniano, continúa el Papa: "El Evangelio se hace eclesiástica compuesta en la primera mitad del siglo III)
operante mediante la caridad, que es la gloria de la se lee que cuando la comunidad está en la celebración
Iglesia y signo de su fidelidad al Señor". Lo que quizá litúrgica, si entra algún pobre y no quedan asientos
en las últimas décadas llame más la atención sea el libres, que el obispo le ceda el suyo. Es una afirmación
modo de formular esa preocupación. Al principio, la que concuerda con lo del apóstol Santiago: "No juntéis
expresión "opción preferencial por los pobres" no la fe en Nuestro Señor Jesucristo glorioso con la
estuvo exenta de problemas. acepción de personas. Por ejemplo: llegan dos hombres
El primero que comenzó a hablar de "Iglesia de los a la reunión litúrgica. Uno va bien vestido y le decís: Por
pobres" fue propiamente Juan XXIII. Según algunos favor; siéntate aquí, en el puesto reservado. Al otro, en
testimonios, esta forma de hablar no gustó a algunos de cambio: Estáte ahí de pie o siéntate en el suelo. Si
la Iglesia, concretamente profesores de Eclesiología (cf. hacéis eso, ¿no sois inconsecuentes y juzgáis con
José M. Castillo, Cuadernos, ed. Cristianisme i Justicia, criterios malos? Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso
n. 88, p. 11). Todavía la enciclopedia 'Sacramentum no ha elegido Dios a los pobres del mundo para
Mundi', una obra tan valiosa, habla de los "peligros" que hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que
encierra la expresión "Iglesia de los pobres" (vol. V, p. prometió a los que aman? Vosotros, en cambio, habéis
483). afrentado al pobre. Y sin embargo, ¿no son los ricos los
que os tratan con despotismo y los que os arrastran a
En la actualidad las aguas se han serenado, porque los tribunales? ¿No son ellos los que denigran ese
Juan Pablo II ha hecho suya dicha expresión. Son nombre tan hermoso que lleváis como apellido?"
muchas las veces que la ha usado, lo que ha (Santiago 2, 1-7).
contribuido a encauzar la corriente y a profundizar en el
tema. Es más, la doctrina básica sobre este tema se En la actualidad, el problema no es de doctrina, sino de
encuentra recogida en el Catecismo de la Iglesia incoherencia. Hay muchos cristianos que viven la
Católica (nn. 2443-2449). Dice, por ejemplo: "El amor caridad a estilo de Jesús. Pero la mayoría, en el mejor
de la Iglesia por los pobres... pertenece a su constante de los casos, se contenta con "dar limosna". Y esto, a
tradición. Está inspirado en el Evangelio de las veces, constituye otro problema, porque la limosna
bienaventuranzas... El amor a los pobres es también alivia las necesidades, pero alarga las situaciones. Sólo
uno de los motivos del deber de trabajar, con el fin de el amor, al estilo de Jesús, es capaz de acabar con toda
"hacer partícipe al que se halla en necesidad" (Efesios clase de pobrezas, porque sólo el amor tiene la fuerza
4, 28). No abarca sólo la pobreza material, sino también necesaria para erradicar las causas que las producen:
las numerosas formas de pobreza cultural y religiosa" egoísmo, codicia, afán de poder, etc. En este caso
(n. 2444). "Los oprimidos por la miseria son objeto de habría que distinguir entre "compartir" y "dar limosna",
un amor de preferencia por parte de la Iglesia..." (n. tratar al pobre como "sujeto" y no como "objeto". El
2448). Y cita algunos testimonios de los Santos Padres: Evangelio nos pide que hagamos lo primero. Y la Iglesia
"Cuando damos a los pobres las cosas indispensables también: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las
no les hacemos liberalidades personales, sino que les angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo
devolvemos lo que es suyo" (san Gregorio Magno). "No de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y
hacer participar a los pobres de los propios bienes es esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de
robarles y quitarles la vida" (san Juan Crisóstomo). Cristo" (Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual
1).
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Caridad, La Perla Preciosa
El título de este cuaderno hace alusión a las parábolas Que crezca nuestro conocimiento de la Palabra de
del "tesoro escondido" y de la "perla preciosa" (Mateo Dios; y que crezcan también las buenas obras.
13, 44-46). En la interpretación, los estudiosos resaltan,
Que no sólo alabemos la semilla, sino que mostremos
entre otras cosas: el valor del Reino, de la gracia y de
también la cosecha
Cristo; el hecho de que vale la pena cualquier esfuerzo
e incluso hasta vender todo lo que uno posee para (Sermón 25,8)
adquirirlo; que este cambio o nueva posesión es fuente
de alegría; en otras palabras, que Cristo es lo más
valioso en la vida y pide a sus seguidores que lo hagan
todo por él, con él y en él.
Pero estas parábolas se pueden entender también
como profecía. En ellas no se dice lo que los nuevos
dueños hicieron con el tesoro y la perla. San Agustín
afirma que la "perla preciosa" es la caridad (Sermón
212, 1) y llama "avaro" al comprador del tesoro (Sermón
50, 9). Éste es dueño de un tesoro, pero en realidad es
más pobre que antes, porque ha vendido todo lo que
poseía. Tiene un tesoro, pero escondido. Ni siquiera
puede regocijarse contemplándolo. No lo ha puesto a
producir, no lo comparte. Por eso, la segunda situación
de este hombre es peor que la primera. ¿No nos estará
sucediendo algo parecido con la caridad, porque no la
estamos valorando, ni haciendo producir, ni
compartiendo? Somos "ricos". Pero ¿de qué nos sirve
la riqueza si no disfrutamos de ella?
PARA EL DIÁLOGO
Según algunos autores, una de las
cuestiones más urgentes que tiene la Iglesia
hoy día es la de los pobres. ¿Estás de
acuerdo? ¿Por qué?
Entendiendo la "opción preferencial por los
pobres" dentro de la caridad o amor, ¿qué
más nos exigiría?
El evangelio de san Lucas es llamado
"Evangelio de la misericordia", "Evangelio
de los pobres" ¿Lo has leído fijándote en
esta faceta?
AGUSTÍN
ORACIÓN POR LOS POBRES
¡Oh Dios misericordioso!
Que nos acordemos de los pobres, de vestir a Cristo
desnudo.
Mientras se leía el Evangelio hemos considerado
dichoso a Zaqueo, porque Cristo le miró y se hospedó
en su casa.
Nosotros, reviviendo la escena, nos hemos sentido
Zaqueo y hemos recibido también a Cristo. ¡Oh Cristo,
que estás en el cielo!, léenos en voz alta el Testamento
Nuevo y haznos dichosos con tu mandamiento para que
podamos gozar de tu presencia.
Que escuchemos tu voz ahora, antes de ser juzgados:
"Cuando lo hicisteis a uno de mis pequeños, a mí me
lo hicisteis."
Cada uno de nosotros espera recibir a Cristo sentado
en el cielo.
Prestémosle atención aquí, que yace en la calle, tiene
hambre y pasa frío, es pobre y peregrino.
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
En 1995 había 2.400 millones de personas en las El argumento, de sensibilidad moderna, se encuadra
ciudades; en el 2025 serán más de 5.000 millones. En dentro del marco del respeto al orden social y al bien
este sentido, la población urbana mundial aumenta dos común de todos los miembros de la ciudad, conceptos
veces y medio más rápidamente que la población rural. que podríamos identificar con el término de "ciudad
Pero más de 500 millones de personas urbanas terrena", según el análisis agustiniano de su entorno
carecen de hogar, y de los que tienen techo, 600 (Forment, Eudaldo, "El legado agustiniano y la
millones viven en hogares que son una amenaza para modernidad", en Revista Agustiniana, 38 (1997), pp.
la vida y la salud en Asia, África y América Latina. El 219-267, 239), como veremos más adelante. En esta
llamado proceso de urbanización es imparable y ciudad terrena la voluntad de dominio y el afán de
desemboca en la gran ciudad, donde las excesivas ganancia generan y dinamizan sus relaciones y definen
dimensiones garantizan la pluralidad de servicios pero, su propia identidad e historia.
al mismo tiempo, inciden negativamente sobre los En efecto, hoy más que nunca, se hace apremiante la
ciudadanos, muy especialmente los más necesidad de descentralizar el poder del Estado y el
desfavorecidos. poder del Mercado, ya que "los ciudadanos son los
Asimismo, se estima que para el año 2015 nueve de las únicos legitimadores de dicho poder -el establecido y el
diez ciudades más grandes del mundo estarán en por establecer- cuando el dominante no expresa o
países del Tercer mundo: India, Nigeria, dos en China, representa o satisface las demandas concretas de la
Indonesia, San Pablo, Paquistán, México y Bangladesh. ciudadanía" (García, C., Los derechos humanos, p. 34).
El panorama no es tan optimista, ya que las malas Así, hay que reconocer que el sistema imperante actual
condiciones de vivienda en ciudades de alta densidad en casi todos los países occidentales se encuentra en
son causa de 10 millones de muertes al año, y las una descomposición política, social y económica, con
enfermedades propagadas por el agua en el Tercer una característica común: la violación de los derechos
Mundo causan 4 millones de muertes de niños al año. fundamentales de los ciudadanos, con la subsiguiente
La gran ciudad tecnificada y masificada puede desigualdad de posibilidades de realización personal.
convertirse -si no lo está haciendo ya- en un monstruo En efecto, las instituciones de poder han perdido
capaz de esclavizar al hombre. credibilidad y, en consecuencia, su dignidad.
Por otra parte, la media de ingresos per cápita de los Difícilmente pueden promover que la igualdad esté en
habitantes urbanos del Tercer Mundo es de 200 "igualdad" de condiciones para ser reconocida como "el
dólares, en comparación con los más de 27.000 en gran valor imprescindible en el 'orden' que han
Estados Unidos. Es decir, ciento treinta y cinco veces establecido las fuerzas grandes que han ordenado y
mayor. No obstante, el documento concluye que: "A mantienen el mundo" (García, C., Los derechos
pesar de todo, los pobres de las zonas urbanas están humanos, p. 133).
de tres a diez veces mejor que los pobres rurales." humano, al que Dios, en su eterno consejo, decidió
Ante estos datos escandalosos, el ciudadano debe acoger en su seno como un ser distinto de Él; en la
estar protegido en sus derechos políticos frente al naturaleza humana plasmó su imagen, y, por gracia, lo
Estado. Hoy podemos constatar que la ciudadanía se convirtió en su hijo; lo hizo capaz de Dios y aspirante al
reivindica no sólo como espacio social, o como ejercicio infinito.
de unos derechos reconocidos en una ciudad, sino
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
¿Cuáles son los problemas que surgen del desesperación y la esperanza antigua. Por eso fue una
fenómeno de la urbanización en nuestra resurrección en que el mundo antiguo pudo al fin vivir;
sociedad? en alguno de sus aspectos, mejor de lo que soñara"
¿Qué aspectos positivos se pueden tomar (Zambrano, M., La agonía, pp. 66-67).
de una cultura política en relación con la
Tiene razón el agustinólogo Robert Dodaro cuando
vida cotidiana en la ciudad?
afirma al considerar el valor que tiene Agustín, aun
¿Qué elementos humanizadores debería
siendo intolerante: "Podemos lamentar que en los días
ofrecer un proyecto de "nueva ciudad"?
de Agustín, la intolerancia ante las diferencias religiosas
significase que los grupos religiosos, en general,
buscasen dominar y monopolizar los territorios en los
SAN AGUSTÍN, ENTRE LA que vivían. Podemos lamentar, si queremos, que
ANTIGÜEDAD CLÁSICA Y LA Agustín sucumbiese a esta norma histórica y cultural, y
que diese la bienvenida y justificase la intervención de
NOVEDAD CRISTIANA las autoridades imperiales contra otros movimientos
DESDE un enfoque filosófico, María Zambrano, al hacer religiosos. Pero con lo que debemos quedarnos de esta
su agudo análisis de la historia de la cultura occidental actitud nueva, intolerante y polémica que él adoptó al
a la luz de las Confesiones, afirma: inicio del quinto siglo, es una conciencia más aguda de
lo que puede estar en juego en el diálogo con religiones
"La Historia misma se confiesa en él. Pues lo que antiguas y nuevas y con los movimientos filosóficos de
cambia no es tanto el alma de san Agustín, sino el alma nuestro propio tiempo" (Dodaro, R., "El valor de ser
del mundo antiguo que se convierte en el nuevo. Es una intolerante", en La Familia Agustiniana ante el tercer
conversión histórica o, si se prefiere, la salida de una milenio, Roma 1999, pp. 73-88, 85).
crisis, de la crisis en que el mundo antiguo -filosofía
griega y poder romano- muere para pervivir, es cierto, En efecto, se trata de la "humanización excesiva tal vez,
pero en otra forma" (Zambrano, María, La agonía de que lleva consigo paralelamente la apertura del alma"
Europa, Madrid 2000, p. 65). (Zambrano, M., La agonía, p. 93), ya que "San Agustín,
-escribe Zambrano-, no revela el corazón para hacer de
Para nuestra sensibilidad hispana, el enfoque filosófico él exactamente un espejo, sino algo más activo. Es el
de Zambrano puede ayudarnos a la comprensión de un amor lo que le va a conferir la unidad, el tener la verdad
diálogo intercultural de corte agustiniano, pues para enamorándose de ella. Y por esta transparencia del
ella, al centrar san Agustín a Dios en sus Confesiones, corazón que es su revelación, san Agustín va a resultar
lo presenta "en el medio fascinante de la antigüedad - mucho más herético con respecto a la cultura antigua
más fascinante porque no está viva ni muerta, sino en que por ninguna otra cosa. Es lo nuevo y hasta lo
la agonía-, elige y elimina, clarifica y absorbe. Sus 'bárbaro'. ¿De dónde le viene a san Agustín hablar así
Confesiones -dice- son el itinerario que hace un hijo de del corazón y proclamar su participación en cosa tan
la antigua cultura hacia la nueva, al encuentro del alta como la verdad? Que la verdad penetre en la
nuevo Dios y del nuevo hombre". (Zambrano, M., La cavidad tan oscura como el corazón humano era algo
agonía, 50). anticlásico" (Zambrano, M., La agonía, p. 78).
Y en esto consiste, precisamente, su paternidad: "San Se ha dicho que san Agustín "tiene de común con el
Agustín ha atraído siempre tan fuertemente porque es hombre de todos los tiempos la necesidad de hacerse
el primer 'Padre' en una era de 'padres' en que se supo, su casa, de crearse su propio medio... Pero de su
más que nunca, que el hombre necesita ser interioridad inagotable, de su esperanza de resurrección
reengendrado; en que la voracidad del instinto carnal aquí en la tierra, ha brotado la exigencia revolucionaria
fue reprimido en la castidad, para dar paso a la de un mundo, de ciudad ideal siempre allá en el
fecundidad solitaria del espíritu, que tenía que dar a luz horizonte. Es su ansia histórica. El querer substantivar
al nuevo hombre" (Zambrano, M., La agonía, p.66). sus sueños, el creer en ellos de alguna manera (...)
En esta interpretación de Zambrano, la cultura clásica, Afán de salir de sí más fuerte cuanto más clara
donde Agustín estaba inmerso, "de pronto, en lo más conciencia se tiene de la interioridad. El hombre interior
escondido, encuentra una nueva inspiración, encuentra que no camina hacia la santidad camina hacia la
que su esperanza y su desesperación andaban historia, quiere salir de sí para realizarse acá en la
enredadas o eran demasiado fáciles, y descubre otras tierra, pero al mismo tiempo sabe, ha sabido hasta hace
nuevas. Esta transmutación de esperanzas y poco, que tal cosa no sería realizable" (Zambrano, M.,
desesperaciones es la que nos muestra las La agonía, pp. 80-81).
Confesiones de san Agustín. Y con ello vemos bien Por eso, Agustín afirma en La ciudad de Dios:
claramente, con sencilla evidencia, que una cultura
humana no es sino un sistema de esperanzas y "Siendo el bien supremo de la ciudad de Dios la paz
desesperaciones. Por eso, cuando se tiene el acierto de eterna y perfecta... ¿quién se atreverá a negar que una
fundar una, las esperanzas dispersas se unen y tal vida es perfectamente bienaventurada, y que la otra
recogen en un sistema. La vida humana es sistemática, que transcurre en esta tierra, por muy colmada que esté
mas no de razones y sinrazones, sino de esperanzas y de todos los bienes espirituales, corporales y
desesperanzas... En san Agustín el hombre nuevo ha materiales, es totalmente desgraciada? Con todo, si
nacido ya; ya sabe lo que tiene que esperar. Esperanza uno vive esta vida ordenándola a aquella otra que ama
que prendió en san Agustín, absorbiendo la ardientemente y espera con plena fidelidad, no sin
razón se le pueda llamar ahora ya feliz, más bien por la
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
esperanza de aquélla que por la realidad se soporta Agustín se propone defender, por una parte, la verdad
ésta. De hecho, esta realidad sin aquella esperanza es católica contra aquellas acusaciones (cf. Las
una engañosa felicidad y una gran desventura: no Revisiones 2, 43, 1; La ciudad de Dios 1, prólogo) y, a
ofrece al alma los verdaderos bienes, puesto que ella su vez, exponer cuál es el pensamiento de los
no es la sabiduría auténtica, que sabe elegir con cristianos sobre este tema (Las Revisiones 2, 43, 2).
prudencia, realizar con fortaleza, regular con templanza
Así, no tardó en responder a las inquietudes de algunos
y distribuir con justicia. Le falta estar ordenada hacia
cristianos que le interrogaban sobre las relaciones del
aquel fin donde Dios lo será todo para todos en una
cristiano con el Estado, o cómo podría subsistir un
eternidad segura y en una paz perfecta" (La ciudad de
Estado compuesto de cristianos, ya que la práctica de
Dios 19, 20).
las virtudes cristianas llevaría consigo la ruina estatal,
según la concepción generalizada de los paganos,
puesto que el Estado estaba sostenido por la
"LA CIUDAD DE DIOS" COMO intervención de los dioses, protectores del orden y
TEOLOGÍA URBANA garantes de la armonía y de la paz universal.
EN la analogía de la historia, estos tiempos de Agustín reflexionó primeramente en sus cartas 137 y
desencantos políticos, sobre todo en el ámbito 138, afirmando que los paganos han predicado ya estas
internacional, pueden ser confrontados con los tiempos mismas virtudes, como la lealtad, la fidelidad, etc.
de Virtudes que, de hecho, estaban presentes en la vida
de los cristianos, pero que eran reprochadas por el
Agustín, cuando en el año 410 se derrumbaba la vulgo cuando los cristianos las practicaban. Así, a
estabilidad política del Imperio Romano, y, con ella, se juzgar por la historia de Roma, la observancia de estos
rompía la unidad cultural y política de Occidente, dando preceptos no le fue mal. Por lo demás, no se impedía al
paso a los reinos bárbaros del Norte de Europa y, soldado cristiano dejar las armas por defensa de su
algunos siglos después, también a los árabes. patria, ni mucho menos negarse a servir al Imperio:
Tiempos difíciles que arrastraban con la cultura pagana, "¡Que se nos presenten maridos y mujeres -dice
entendida ésta como la tragedia clásica, dejando el Agustín-, padres e hijos, señores y esclavos, jefes y
éxtasis teológico de los cristianos, quienes, a fin de jueces, recaudadores del fisco comparables a los
cuentas, salvaron la unidad cultural en nombre de la cristianos, y entonces se verá bien si esta doctrina es
Cristiandad. No obstante, en el tiempo de Agustín, los nociva o favorable al Imperio!" (Carta 138, II, 15).
cristianos fueron acusados de provocar el desastre que Por otra parte, Agustín afirma que no es el cristianismo
sufrió la ciudad de Roma, y con ella toto orbe terrarum, de los emperadores lo que ha provocado la caída del
es decir, la gran ciudad era considerada como el centro Imperio, han sido sus propios vicios cuyo desorden no
civilizado que ostentaba el poder de mando y de control viene resaltado por los acusadores. El cristianismo,
sobre el mundo de la antigüedad clásica. Los cristianos, además, se ha propuesto dos objetivos distintos: salvar
por su parte, con los criterios tomados del Evangelio, la sociedad humana y, después, construir otra que
despreciaban este símbolo político, de manera que, el fuese divina. Así, salvar la sociedad política y humana
prejuicio "apátrida" del tiempo de las persecuciones - de la corrupción a la que se conducía, por no poner en
cuando los cristianos despreciaban el poder terreno, práctica el amor natural por el
injusto e intolerante, por la divinización del emperador
con el culto y el ofrecimiento del incienso al César-, Imperio romano, lo que podría llevarlo a su prosperidad
aparecía de nuevo, acusándolos ahora por la y felicidad. En cambio, el Dios de los cristianos les pide
inestabilidad del Imperio. hacer por amor hacia Él, lo que no pueden hacer con la
fuerza por amor a su patria.
El saqueo de Roma, el 24 de agosto del 410 por parte
de los bárbaros, produjo una profunda conmoción en Es en este ámbito del derrumbamiento moral donde
todo el Imperio. Los argumentos que sostenían los Agustín coloca las relaciones del cristianismo y de la
paganos se reducen a dos y contienen en sus "civitas" de cualquier tiempo o lugar: "al mostrar, -dice el
postulados una fuerte carga teológica: obispo de Hipona-, por medio de la opulencia y la gloria
del Imperio romano, todo lo que pueden producir las
- La doctrina cristiana enseña a renunciar al mundo; por virtudes cívicas, incluso sin la verdadera religión, Dios
tanto, aparta a los ciudadanos del servicio del Estado, daba a entender que esta Religión hacía a los hombres
condenándolo a la ruina. ciudadanos de otra ciudad donde la Verdad es la reina;
- Desde que la religión cristiana había empezado a la Caridad, la ley; la duración, la Eternidad" (Carta 138,
extenderse, los paganos habían anunciado castigos por 2, 17).
parte de los dioses paganos, los mismos que se
realizaban en la medida que el Imperio se había hecho
cristiano, juntamente con su emperador. LA TEOLOGÍA DE LA CIUDAD
Ambos argumentos resaltan que "la predicación de la TERRENA
doctrina de Cristo es nociva para las costumbres de la
ES muy conocida la frase de Agustín respecto al origen
vida nacional" (Carta 136): Marcelino a Agustín.
opuesto de las dos ciudades: "Dos amores han dado
Obviamente, nos encontramos con argumentos origen a dos ciudades: el amor de sí hasta el desprecio
teológicos que reclamaban una respuesta teológica. de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la como voluntad de dominación": (Schmidt, S., La
segunda se gloría en el Señor... La primera está autonomía relativa del Estado, México 1988, p. 64).
dominada por la ambición de dominio en sus príncipes
Desde este punto de vista, Agustín difiere del concepto
o en las naciones que somete; en la segunda se sirven
clásico de "ciudad". Para el paganismo clásico, la
mutuamente en la caridad los superiores mandando y
ciudad es el cuerpo político y social a la vez, donde la
los súbditos obedeciendo...". (La ciudad de Dios 14,
noción de justicia es la primera condición requerida
28).
para la existencia de la ciudad, como había sostenido
Desde este postulado aparece claro que en el origen de Cicerón en su diálogo Sobre la república: "un pueblo es
la ciudad se encuentra la naturaleza social del hombre, una multitud reunida por el reconocimiento del derecho
o, mejor dicho, la solidaridad corporativa de la y de la comunidad de intereses" (La ciudad de Dios 19,
humanidad. De hecho, en el pensamiento agustiniano, 24).
el amor social es quien construye la ciudad de Dios,
De ahí, que someterse al derecho es someterse a la
como podemos ver en su comentario al Génesis: "son
justicia. Ésta, a su vez, establece un vínculo por el cual
dos amores, uno santo, otro impuro, uno social, otro
está unido el pueblo y así se constituye la "cosa
privado, uno que mira a la utilidad común por el reino
pública" o mejor dicho, la "república". En otras palabras,
superior, otro que se aprovecha del bien común, para
no puede haber pueblo o república donde no hay
su propia ventaja y arrogante dominación" (Comentario
justicia.
literal al Génesis 11, 15, 20).
Agustín, sin embargo, propone que un pueblo es un
Parece claro que el fundamento de la vida política del
grupo de seres unidos entre sí, porque aman las
ser humano es su propia naturaleza social. Y ya que el
mismas cosas: pueblo "es el conjunto multitudinario de
amor mismo es social, como exigencia natural del
seres racionales asociados en virtud de una
mismo amor, se une la preocupación por el bien común.
participación concorde en unos intereses comunes" (La
En efecto, san Agustín asiente que la vida del ciudad de Dios 19, 24).
ciudadano honesto y recto, es decir, el hombre sabio,
Es decir, el vínculo de unidad está en el amor (con-
es una vida política y sociable: "¿Cómo esta Ciudad de
cordia) de un mismo bien, que es común. De hecho,
Dios -se pregunta-, habría empezado o cómo caminaría
aplica esta definición a todos los pueblos, pues como él
en sus progresos, o llegaría a sus debidos fines si no
mismo afirma, "ame lo que ame, si se trata de un
fuese social la vida de los santos?" (La ciudad de Dios
conjunto de seres racionales y no de bestias, y está
19, 5). Pero si bien es cierto que se resalta la
asociado en virtud de la participación armoniosa de los
sociabilidad del hombre, esta categoría viene
bienes que ama, se puede llamar pueblo con todo
proyectada en sentido pleno y auténtico hacia la ciudad
derecho. Y se tratara de un pueblo mejor, cuanto su
de Dios, pues en la ciudad terrena, la misma
concordia sea sobre intereses más nobles, y tanto peor,
sociabilidad del amor en términos privativos y
cuánto más bajos sean éstos" (La ciudad de Dios 19,
exclusivos, como forma de egoísmo e individualismo, es
24).
su causa. Por eso Agustín afirma que "en las miserias
de esta vida mortal, ¿cuantos y cuan grandes males Cabe resaltar que, "en esta nueva concepción de la
encierra en sí la sociedad y política humana?" (La política se encuentra necesariamente un lugar también
ciudad de Dios 19, 5). para la teoría de los valores (axiología) de las varias
formas de gobierno y del orden político en varios
Para Agustín, el individualismo causa necesariamente
estados asociados entre sí (donde es más fácil actuar el
la división y el partidismo, ya que en la base se
ejercicio de la justiciar (Ciolini, G., Civitas, 80).
encuentra el interés propio y no el común. Esto
responde a una concepción antropológica netamente Por esta razón, Agustín se centra en dos ciudades: la
agustiniana. El hombre acompaña el amor con la ciudad terrena y la ciudad de Dios (De hecho, ambas
humildad. Y ya que la humildad engendrada por el buen ciudades subsisten juntas: cf. La ciudad de Dios 14, 13;
amor ayuda a construir la Ciudad de Dios, la soberbia, 17, 20; 19, 17; 21,1, etc.), aunque ambas son
en cambio, es el principio de la mala voluntad que da sociedades humanas, (cf. La ciudad de Dios 15, 18-20)
paso al capricho del individuo, luego a la búsqueda del ya que todos los hombres son ciudadanos de ellas:
interés propio, a costa de lo que sea o de quien sea, "hemos dividido al género humano en dos clases: los
originando la mala administración, el totalitarismo o el que viven según el hombre y los que viven según Dios.
absolutismo, como se prefiera. Así, la voluntad de Y lo hemos designado figuradamente con el nombre de
dominio o libido dominandi, según el análisis las dos ciudades, esto es, dos sociedades humanas"
agustiniano, se encontraría como base motora de la (La ciudad de Dios 15, 1). Este dato particular es
historia y de la vida misma de la ciudad terrena. importante, ya que nos aclara que cualquiera que sea el
nombre que lleven, toda ciudad se reduce a aquella
La visión agustiniana se torna iluminadora, sobre todo
cuyo rey es Dios o cuyo rey es el hombre (Los textos
cuando hablamos de reformas políticas del Estado:
agustinianos son abundantes: cf. La ciudad de Dios 10,
"otro de los factores que considero importantes es el
4; 15, 7; 18, 2. 18; 19, 28 y 20, 29).
relacionado a los factores psicológicos que se derivan
del ejercicio del poder y que, generalmente, solamente Con frecuencia se afirma, gratuitamente, que el
se mencionan como la búsqueda del prestigio, sin dualismo maniqueo está presente en esta división de la
embargo, existe un sentimiento alrededor del ejercicio ciudad y que la ciudad terrena es una ciudad dominada
del poder que se podría denominar tentativamente por Satanás, identificando la ciudad terrena con la
sociedad política como tal, o bien se identifica a ésta
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
con el Estado sin más. Pero la verdadera definición de en uno de los pasajes más hermosos de La Ciudad de
la ciudad terrestre es muy diferente, ya que señala los Dios: "la paz de todas las cosas consiste en la
fines de la sociedad misma que llega a excluir los tranquilidad del orden, y el orden no es otra cosa que
valores trascendentes y trascendentales, en oposición una disposición de cosas iguales y desiguales, que da a
al deleite de Dios o de la vida eterna, debido a la cada una su propio lugar" (La ciudad de Dios 19, 13).
soberbia del hombre que se absolutiza o diviniza.
A partir de esto, es natural que la sociedad sea
En efecto, el sentido preciso de civitas terrena es el de pluralista y viva en la paz, pues "todo el uso de las
la ciudad de los hijos de la "tierra", el de la sociedad cosas temporales en la ciudad terrena se refiere y
cuyos miembros, ligados como están por el amor endereza al fruto de la paz terrena" (La ciudad de Dios
exclusivo o preponderante de las cosas de esta tierra, 19, 14). Pero la paz no es el único fin de la ciudad
se organizan únicamente con miras a la felicidad de terrena, ya que se debe tender a la paz verdadera y
este mundo y la consideran como su única y verdadera eterna de la ciudad celeste. Así lo vemos en esta
ciudad (cf. Navarro Girón, M. A., "La Ciudad de Dios" de afirmación: "¡Infeliz el pueblo que se ha vuelto extraño a
San Agustín. Materiales para el estudio (V), en Revista Dios! Todavía aún él ama una cierta paz, que le es
Agustiniana 41(2000), 689-748, pp. 711-729). propia y que no es condenable, pero que no gozará ya
al fin, porque no se sirve bien antes del fin. A nosotros
En este sentido, tal vez estamos ante lo que se
sin embargo interesa que pueda gozarla
entiende actualmente por la "divinización" del Estado
provisoriamente en esta vida" (La ciudad de Dios 19,
moderno occidental, en cuya base se encuentra una
26).
concepción teocrática, aunque materialista y a veces
atea, de la política misma (cf. Paz, Octavio, Tiempo Claro está que, para san Agustín, todo el ser humano
nublado, México 1991, pp. 16-17; 73; 187). está encuadrado en un ordo amoris, inclusive sus
estructuras políticas y sociales. A su vez, el amor es el
De hecho, con la concepción de la divinización del
vínculo posible para unir las voluntades de los hombres,
poder y de la urbe o civitas, los paganos se convierten
y, al mismo tiempo, sólo el amor establece la tensión
en propagadores de una teología política en la que los
propia de la ciudad terrena, es decir, la tensión
dioses existen en función del Estado y el Estado en
existente entre la paz terrena por realizar, a la que
función de las divinidades. Precisamente en esta
tiende y anhela, y la paz de Dios, meta y fin de todo lo
situación de profunda crisis espiritual, san Agustín
terreno (cf. Cilleruelo, Lope, Teología Espiritual. I. Ordo
comprende y ve que la identificación es una
Amoris, Valladolid 1976, p. 22. Para una interpretación
característica de la religión pagana, en la que las
moderna del "ordo amoris" agustiniano puede verse la
divinidades son autóctonas, son las divinidades
obra de Scheller, Max, Ordo amoris, tr. Española de
parciales de esta realidad. Mientras que una fe que cree
Xavier Zubiri, Caparros Editores, Madrid 1996).
en el único Dios, en el Dios de todos los pueblos y
todas las culturas, no puede conocer esta identificación. PARA EL DIALOGO
Por otra parte, insiste en que la Iglesia y el Estado no
¿Por qué la ciudad es el centro de atención
pueden confundirse. Por tanto, el Estado sigue siendo
no sólo de los políticos, sino también de los
Estado del presente, y su función es distinta de la de la
teólogos?
Iglesia (Ratzinger, Joseph, Popolo e casa di Dio in sant'
¿Cuáles podrían ser los elementos comunes
Agostino, Milano 1978, pp. 313-314).
de la historia de nuestras ciudades con los
De acuerdo con los postulados agustinianos, la ciudad de la ciudad según san Agustín?
terrena es un concepto dialéctico, una realidad en ¿Cómo pueden conciliarse las dos
constante tensión. Sin embargo, sea cual fuere el nivel mentalidades contrapuestas de la ciudad
del grupo humano, en toda sociedad debe haber un fin terrena y la ciudad de Dios?
al cual tienda, y ese fin es precisamente la paz. De
hecho, toda entidad humana ha surgido de la
naturaleza social del hombre y tiene fines y bienes ACTUALIDAD DEL PENSAMIENTO
propios, que son sostenidos y fundamentados en la
paz, estableciéndose, consecuentemente, un triple AGUSTINIANO: CONCLUSIONES
oficio: mandar, proveer y aconsejar: "la ordenada ACTUALMENTE, constatamos el fracaso de la política
concordia entre sí de los habitantes en el mandar y ante los fundamentalismos étnicos o religiosos, debido
obedecer se debe referir a la ordenada concordia entre a la constante tensión internacional en la que nos
sí de los ciudadanos en el mandar y en el obedecer" encontramos; tiempos, también, de una competitividad
(La ciudad de Dios 19, 16). De esta manera se comercial y de mercado y de una reestructuración de
establece una regla para gobernar que consiste en este mundo globalizado. En este contexto, el
procurar la paz, la tranquilidad y el orden en la casa, en pensamiento de Agustín emerge con actualidad ya que
la ciudad y en el Estado: "también la ciudad terrena que hoy, más que nunca, se debe reflexionar serena y
no vive de la fe desea la paz terrena, y la concordia en objetivamente sobre las bases de la política misma y la
el mandar y en el obedecer entre los ciudadanos la calidad de las relaciones de quienes habitamos la
encamina a que se observe cierta unión y conformidad ciudad. Los ciudadanos debemos estructurar y construir
de voluntades en las cosas que conciernen a la vida un orden nuevo de solidaridad y ayuda mutua.
mortal" (La ciudad de Dios 19, 17).
Al mismo tiempo, los Estados se descubren desnudos e
Por su parte, la paz es producto mismo de la impotentes ante los problemas que nos atañen a todos.
constitución de la ciudad terrena, según afirma Agustín
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana San Agustín y la Ciudad Terrena
Problemas serios con respuestas demagógicas y ciudadanos, para encarnar un nuevo orden global del
ofensivas para el común del pueblo. La inseguridad, la amor practicado en la ciudad.
corrupción, la injusticia social, la realidad de la
El hombre contemporáneo sufre el malestar de la
inmigración-emigración, el desempleo, etc., son
ciudad. Los urbanistas se preguntan si su obra no se
problemas comunes a todas las ciudades y reclaman
les estará escapando de las manos como si adquiriese
una revisión ética que no se encuentra en el imperativo
una extraña autonomía. La mole urbana -se oye- es
de quien manda, sino en las aspiraciones de una ciudad
impersonal, destroza los nervios, abruma y enloquece.
que se proyecta fuera de sí, en la ciudad de la justicia y
Aunque la civilización nunca tuvo la capacidad
de la paz, como afirma san Agustín: "En la casa del
tecnológica actual, ya se han producido situaciones
justo, que vive con fe y anda todavía peregrino y
análogas a la que vivimos. "San Agustín, por ejemplo,
ausente de aquella ciudad celestial, hasta los que
murió un 28 de agosto del año 430, cuando los
mandan sirven a aquellos a quienes les parece que
vándalos habían puesto sitio a la ciudad de Hipona.
manda; puesto que no mandan por codicia o deseo de
Antes, en el año 410, había visto ya caer Roma en
gobernar a otros, sino por propio ministerio de cuidar y
manos de Alarico, rey de los godos, y había
mirar por el bien de los otros, ni por ambición de reinar,
contemplado el desolador espectáculo de los jóvenes
sino por un servicio lleno de bondad" (La ciudad de
'eversores', que desmoralizados dilapidaban y destruían
Dios 19, 14).
desde dentro los bienes de su propia civilización. Desde
Para el pensamiento agustiniano, la esencia del Hipona, describiría San Agustín la historia de la
Derecho consistiría en la versión normativa de ese humanidad como una lucha entre dos reinos, el de la
modo de ordenación de la ciudad terrena, mediante el ciudad terrena y el de la ciudad de Dios, la 'civitas
cual se transforma la conducta social en comunidad coelestis' alumbrada por el espíritu de Cristo, contra la
política y el hombre en ciudadano (Campo del Pozo, que no prevalecerían las fuerzas del caos" (Pinillos, J.
Fernando, Filosofía del derecho según San Agustín, L., Psicopatologia de la vida urbana, Ed. Espasa-Calpe,
Valladolid 1966, p. 187), y donde todas las facciones, Madrid 1977, p. 281).
minoritarias o no, coexisten y conforman la república,
El modelo de ciudad diseñado en La ciudad de Dios dio
aunque, por ser todavía peregrina, la ciudad terrena hoy
paso, sobre todo en el Renacimiento, a nuevas utopías.
tiene que sufrir la diversidad y tolerar aún a quien
San Agustín subraya la correspondencia entre la
legítimamente ha perdido sus derechos, debido a la
estructura político-social de una época y el valor de la
división pertinaz, al rechazo objetivo del bien social o a
revelación cristiana. El ser humano es imagen de Dios
la refutación violenta de la verdad declarada como tal.
en la apertura a la comunicación del amor, en el ser con
No obstante, debe mostrar benevolencia o amor para
los otros para edificar con ellos el futuro y construir en
con todos, estableciendo justos parámetros de diálogo y
el tiempo relaciones que sean reflejo de la historia del
confrontación, aunque no a todos se deba aprobar
amor eterno. Desde este ángulo de visión, ser
según la objetividad de las leyes imperantes (Cf.
ciudadano equivale a insertarse en una historia de amor
Confesiones 3, 8, 13-15).
que se expresa en la opción por la justicia y la paz. En
Sin temor a estar equivocados, el método de Agustín es palabras de Bruno Forte, "el mundo salido de los
válido para nuestras ciudades necesitadas de diálogo naufragios de los totalitarismos ideológicos tiene
verdadero, fructífero y eficaz, puesto que constatamos necesidad, como nunca, de esta solidaridad
que el diálogo se torna cada día más en monólogo discreta, que sabe acompañarse de la vida y sabe
autoritario y arbitrario, ya que las minorías no son construir el camino en unión con los demás, por
escuchadas en sus gritos de justicia; los parlamentos encima de todo egoísmo de individuos y de
cierran sus oídos a la oposición; el diálogo de paz es grupos" (Forte, B., La esencia del cristianismo, Ed.
ambiguo ante la violencia institucionalizada; la mentira Sígueme, Salamanca 2002, p. 128).
se vuelve demagogia en nuestros gobernantes y líderes
PARA EL DIÁLOGO
populares; los medios desvirtúan la verdad y la noticia;
los hombres de fe manipulan sus dogmas debido a su ¿Cuál es la sensibilidad urbana respecto al
conducta; las sectas y movimientos religiosos enajenan orden social y político (civismo) de la
al creyente con la venta de sus postulados y hasta el ciudadanía?
diálogo interconfesional se hace tedioso e intransigente. Comentar la afirmación: "ser ciudadano
equivale a insertarse en una historia de
Desde esta perspectiva, el pensamiento agustiniano es
amor que se expresa en la opción por la
más que actual, ya que en la ciudad terrena "se impone
justicia y la paz".
el respeto de todas las culturas particulares que sean
'tolerantes' con los demás, dentro de una ética global
basada en los derechos humanos. En la misma medida
en que cada cultura vaya viviendo y estableciendo su
visión concreta y aplicada de todos los derechos
humanos, en esa medida surgirá la nueva cultura de la
libertad sin exclusiones ni discriminaciones" (García, C.,
Los derechos humanos, p. 37).
En definitiva, Agustín reclama a la sociedad actual la
conversión no sólo de los Estados o gobiernos, sino de
la política misma y, dentro de ella, la conversión de los
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
COMUNIDAD Y FRATERNIDAD
Carlos Morán Fernández, OSA
"No hay amistad verdadera, sino entre aquellos a quienes Tú, Señor, unes entre sí por medio de la caridad,
derramada en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado"
(Confesiones 4, 4, 7).
1
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
como la suele llamar él, entonces se da cuenta de que en el que se puede experimentar la presencia mística
aquel ideal fracasado que nos narra en las del Señor resucitado (cf. Marcos 18, 20) (42).
Confesiones, motivado sin duda por la lectura del
Esto nos demuestra que la comunidad cristiana, y por
Hortensio de Cicerón y la praxis de las escuelas
tanto la comunidad religiosa, primero es comunidad; es
filosóficas, era posible realizarlo tras su conversión a
decir, "espacio humano". Realización, por tanto, de la
una forma de vida de dedicación total a la causa de
dimensión social de la persona, el ser-con-los-otros.
Dios y del Evangelio:
Hasta aquí podemos entender que se identifica con
"Por otra parte, un grupo numeroso de amigos cualquier tipo de comunidad. Está sujeta a las mismas
teníamos pensado, después de comentar las azarosas leyes sociológicas, con su código de relaciones
contrariedades de la vida humana, vivir en un ocio humanas comunes, dando cabida a una experiencia de
tranquilo, apartados de la masa. Ya casi lo teníamos amistad intensa y compartida, y madurando en su
decidido. Este ocio lo habíamos programado de la realización de una forma progresiva, según leyes
manera siguiente: todos nuestros bienes los psicosociológicas concretas.
pondríamos en común, formando un patrimonio único,
Pero hay que insistir en lo que identifica este tipo de
de modo que, en virtud de la sinceridad que supone la
sociedad religiosa cristiana frente a cualquier otra
amistad leal, no hubiera cosas de éste ni cosas de
sociedad o comunidad, o fraternidad, al concretar que
aquél, sino que todo fuera de todos y de cada uno..."
es "espacio humano habitado por la Trinidad".
(Confesiones 6, 14, 24)
El Vaticano II indica que la vida religiosa pertenece a la
El contacto frecuente con el obispo de Milán le ha ido
Iglesia, decididamente a su vida y a su santidad, y que
abriendo su interior a una mejor comprensión de lo que
debe colocarse en el centro de la misma vida eclesial
significa el misterio cristiano de salvación y el alcance
(cf. Lumen Gentium 44d). Por tanto, participa del
de la vivencia del mismo en la vida de cada día.
misterio mismo de la Iglesia en la definición que de ella
Especialmente le ha introducido en la dinámica de la
ofrece la Lumen Gentium.
significación del sentido de la creación de Dios como
primer momento y don del creador a su criatura, y del Nos encontramos con la mejor definición de la
sentido de la realidad divina que, saliendo de su comunión eclesial como signo distintivo de la Iglesia.
anonimato, llega al mundo y al hombre, dejando Esa capacidad de relación del ser humano como
impresa su imagen en aquel que puede llegar a imagen de Dios siente su plenificación al ser invitado a
relacionarse con Él y con los otros humanos. Y se llega entrar en la vida trinitaria, que, básicamente, es
a dar cuenta de que es posible realizar proyectos de comunión también. El documento La Vida Fraterna en
vida en común basados en la fraternidad universal, en comunidad, siguiendo la Constitución Gaudium et
esa gran casa de los hijos de Dios que es la Iglesia, Spes, indica: "El Dios Creador, revelado como Amor,
como continuadora de la obra de Cristo y de la acción como Trinidad y comunión, ha llamado al hombre a
de su Espíritu. entrar en íntima relación con Él y a la comunión
Todo esto nos lleva a comprender mejor cómo un interpersonal, o sea, a la fraternidad universal" (n. 9).
análisis del sentido de la comunidad-fraternidad Hallamos aquí la explicación más nítida del misterio de
cristiana tiene que pasar por entender esta realidad la fraternidad cristiana y de la expresión concreta en la
insertada en el misterio de comunión que es la Iglesia. comunidad eclesial y religiosa.
En realidad, la Iglesia es esencialmente misterio de Esta comunión originaria se fue deteriorando en el
comunión, "un pueblo reunido en virtud de la unidad del exordio de la humanidad, y el Padre, en su designio de
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo" (San Cipriano, salvación, envía al Hijo para transformar de nuevo, a
Sobre la oración del Señor, 23)" (cf. Lumen Gentium 4). través de su misterio pascual, esas relaciones
"La vida fraterna quiere reflejar la hondura y la riqueza deterioradas en relaciones de nuevo fraternales bajo la
de este misterio" (Vida Consagrada 41) fuerza del Espíritu, que es Espíritu de comunión del
Los últimos documentos del Magisterio, cuando se Padre y del Hijo (Efesios 2, 14,16), e iniciando
detienen a describir lo que son las comunidades experiencias concretas de comunión en la vida
cristianas, y por extensión las comunidades religiosas, comunitaria de las comunidades iniciales cristianas (cf.
insisten en algunos puntos que conviene detenerse en Hechos 4, 32- 35).
su análisis, para llegar a una mejor comprensión de lo La misma presencia del Espíritu construye esa
que significa la fraternidad cristiana y la comunidad unidad orgánica, dentro de la comunión eclesial,
religiosa. en el mismo Cuerpo de Cristo: "Él unifica la Iglesia
Basándose en la Constitución Lumen Gentium, la en comunión y en el ministerio, la coordina y la dirige
Exhortación Apostólica Vida Consagrada define la con diversos dones jerárquicos y carismáticos que se
comunidad religiosa como "espacio humano habitado complementan entre sí y la hermosea con sus frutos"
por la Trinidad" y esta realidad se concreta en (Vida fraterna en comunidad 9).
modalidades distintas de vida en común en la
comunión eclesial (41). Sigue indicando el documento,
"la participación en la comunión trinitaria puede
transformar las relaciones humanas, creando un nuevo
tipo de solidaridad" (41). Y la comunidad religiosa, más
que medio para la misión, es en sí "espacio teologal"
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
sino por el Espíritu que se nos ha donado" (Carta 82, oiga tus voces" (Soliloquios 1, 1, 5). Y Nebridio, su
2, 20). De ahí surge la unanimidad y la íntimo amigo, se propone como testigo de esta realidad
concordia en la comunidad, y llevará a que viene indicando: "Yo clamaré, yo daré testimonio
honrarse y respetarse mutuamente (cf. Regla a de que tú amas a Dios, de que deseas servirle y unirte
los siervos de Dios 2) a Él" (Carta 5).
La caridad se desarrolla en la vida ordinaria a través Dios se convertirá en el patrimonio común de todos
del llevar mutuamente las cargas los unos de los otros aquellos que quieran venir a convivir con él y no deben
(cf. Gálatas 6, 2). El llevar las cargas los unos de los aspirar a otra herencia, sino Dios mismo (cf. Sermón
otros significa el ayudarse a superar las imperfecciones 355, 2, 3, 6). Esta misma dedicación la exige para los
personales mutuamente, con el fin de llegar a un cierto consagrados de forma definitiva; por ejemplo, las
progreso en las relaciones humanas (cf. Comentarios a vírgenes, dedicadas a Dios en piadosa continencia (cf.
los Salmos 99, 9), y en la práctica del apoyo en el La virginidad 11,11). Y así se convierten en servidores
trabajo y en las dificultades, teniendo como ejemplo el de Dios (cf. Confesiones 9, 4, 7) y servidores de la
seguimiento de Cristo (cf. Ochenta y tres cuestiones Iglesia (cf. El trabajo de los monjes 29, 37).
diversas 71, 1-7) y, a su vez, también en la capacidad
del perdón mutuo (Regla 10). Pero Agustín sabe que este proyecto de vivir la
comunión está enraizado en el Dios que, básicamente,
En torno a este centro del amor manifestado a través es relación, es comunión trinitaria. De aquí el alcance
de la amistad, transformada por la acción del Espíritu, de sus afirmaciones que llevan el sello de la multitud y
concentrará Agustín toda su construcción monástica, de la unidad, ya que la Trinidad básicamente es esto.
insistiendo en la identidad cristiana como elemento El deseo de Jesús, que todos lleguen a ser uno con el
clave del ideario comunitario agustiniano. Padre y el Espíritu (cf. Juan 17, 21), lo va a ir
PARA EL DIÁLOGO desarrollando, consciente de que la motivación última
del vivir en comunión surge, precisamente, de esta
¿Qué valores humanos crees que deben estar realidad relacional trinitaria: "Ciertamente que nuestro
presentes en la vivencia de la comunidad- Dios es Trinidad. El Padre no es el Hijo, el Hijo no es
fraternidad presentada por San Agustín? el Padre, el Espíritu Santo no es ni el Padre ni el Elijo,
sino el Espíritu de ambos. Y, sin embargo, no son tres
¿Se podría concebir una fraternidad
dioses, ni tres omnipotentes, sino un solo Dios
agustiniana insistiendo sólo en la amistad?
omnipotente, la misma Trinidad, un solo Dios. Porque
¿Cómo describir el ideal de la vivencia de la el uno es necesario. A este uno no nos conduce si
comunidad-fraternidad agustiniana? muchos no tenemos un solo corazón" (Sermón
103,4).
El camino para poder conseguir esa unidad, ideal de
LA IDENTIDAD CRISTIANA DE LA todo creyente cristiano y de cualquier tipo de
FRATERNIDAD-COMUNIDAD comunidad cristiana, viene mediatizado por la
incorporación a la vida misma de Dios Trinidad, en que
San Agustín, en sus diversos escritos al pueblo y en ya había insistido anteriormente (cf. Carta 238, 2, 3). A
sus homilías, insistía con mucha frecuencia en el su vez, también la vivencia de la paz es la
sentido de fraternidad que lleva a vivir en la comunidad consecuencia lógica que surge del mismo misterio
religiosa como forma concreta de existencia cristiana. Trinitario y hace partícipes de ella a todos los que se
Y se da cuenta de la identidad propia de estas colocan bajo su influjo.
fraternidades cristianas, diferentes de cualquier otra
asociación, al añadir en el texto de Hechos 4, 32, la Conviene detenerse en la secuencia del pensamiento
motivación del "tener un alma sola y un solo corazón de Agustín, dado que siempre insiste en sus
en Dios". Es sintomática la importancia que da reflexiones cuando habla de la unidad en la comunidad
continuamente a esta motivación en la vivencia en trinitaria, en que esa misma unidad es la que debe
comunidad. Su preocupación central se concretará en, estar presente en la comunidad humana y cristiana.
una vez abandonada toda esperanza terrena, "... Parte siempre de la diversidad de personas en la
dedicarnos totalmente a la búsqueda de Dios y la vida Trinidad, para pasar a la constatación de la unidad que
feliz" (Confesiones 6, 11, 19). No en vano el proceso conforman todas ellas. Su explicación de Hechos 4,
de su conversión desembocará en esa entrega total a 32-35, se centra, básicamente, en esta constatación. Si
Dios (cf. Confesiones 8, 12, 30). en tantos cristianos pudo el Espíritu y su caridad
realizar la unidad, hasta llegar a tener un alma sola y
En una de sus obras primerizas de Casiciaco, los un solo corazón, ¿qué no hará la excelsa caridad que
Soliloquios, indica que sólo le preocupan en ese reina entre las tres divinas Personas? Expresa este
momento de su existencia dos cosas: Dios y el hombre pensamiento de la siguiente manera: "Y vino sobre
(cf. Soliloquios 1, 2, 7). Lo expresa en una bella ellos el Espíritu Santo por el que se derrama en los
oración, propia de quien ha llegado al puerto tras una corazones la caridad. Y ¿qué se dijo de tantas almas?
escabrosa travesía: "Yo te amo a Ti sólo, a Ti sólo Tenían un alma sola y un solo corazón. Tantas almas,
busco, a Ti sólo sigo, a Ti sólo estoy dispuesto a una sola alma; no por naturaleza, sino por gracia. Si
servir, porque sólo Tú dominas con justicia; Tuyo tantas almas por la gracia que desciende de arriba
deseo justamente ser. Manda te ruego, e impera fueron hechas una sola alma, ¿te maravillas de que el
cuanto quieras, más sana y abre mis ojos con los que Padre y el Elijo y el Espíritu Santo sean un solo Dios?
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
Así pues, hermanos míos, mantened la fe fortísima, consciente, como la dimensión social de comunión,
integérrima y católica" (Sermón Guelf. 11, 5) constitutiva de las mejores aspiraciones personales y
expresión de la comunión del amor, transformado por
Precisamente también en la explicación de la vida de
la fuerza del Espíritu y afianzando la unidad. De esta
las comunidades narrada en los Hechos insiste en la forma, la vivencia de la fraternidad cristiana adquiere
explicación de cómo en virtud de la gracia que ha sido caracteres que rayan en el ideal de la comunión
derramada en los creyentes, llegaron a vivir esa trascendente, que se concretiza en la vida de la
comunión en la comunidad desde la unanimidad y la comunidad eclesial como expresión de la comunión
concordia (cf. Carta 211, 2). cristiana fraterna. Habrá que extraer las consecuencias
Es de notar que en los comentarios que realiza a estos en la praxis cristiana y, como contrapartida, en la vida
textos de Hechos, basándose en la fundamentación de la comunidad religiosa.
teológica, lo aplica, la mayor parte de las veces, a
todos los cristianos, no explícita ni exclusivamente a
los religiosos. También es verdad que al explicar el VIVIR LA IGLESIA EN LA
ideal de los consagrados recurre a la fuerza de la
gracia en la opción que han podido dar para compartir FRATERNIDAD Y EN LA
la vida en la comunidad: "Ésos son los hijos de la COMUNIDAD AGUSTINIANA
promesa, los elegidos que por elección de la gracia
serán salvos... De éstos hace el Espíritu Santo un La fraternidad y la comunidad, teniendo como principio
alma sola y un solo corazón" (Carta 186, 7). de cohesión dinámica la acción del Espíritu de
Pentecostés, son sin duda un don para la Iglesia y la
Y aprovecha el santo para invitar a sus compañeros a humanidad. En repetidas ocasiones el mismo Agustín
preocuparse de la formación bíblica y teológica, para insiste en que la caridad es difundida por el Espíritu
una más consciente práctica ascética del ideal Santo en el cristiano, comentando a Pablo en
comunitario y para poder comunicar a los demás la Romanos 5, 5 (Exposición sobre la carta a los
enseñanza de Cristo y los suyos, incitándoles a luchar Romanos 26) y a través de su influjo se llega al
y trabajar en la vivencia de la comunidad eclesial por cumplimiento de la ley, según Romanos 13, 10
alcanzar todos ese ideal del que Lucas ha hecho (Exposición sobre la Carta a los Romanos 75). Hay
partícipes a todos los cristianos (cf. Carta 21, 3-4; Vida múltiples preceptos y todos ellos quedan reducidos a la
de San Agustín escrita por San Posidio 3). caridad, ya que ella es el cumplimiento de la ley
Esta misma dedicación a Dios la pide Agustín (Comentarios a los Salmos 98,3).
para todo bautizado: "...el bautismo en Cristo Es precisamente la acción del Espíritu quien dinamiza
significa únicamente la semejanza en la muerte de la vivencia de la fraternidad en los grupos cristianos, ya
Cristo" (Manual de fe, esperanza y caridad 52, 14). que él lleva a plenitud la ley (El espíritu y la letra 4, 6).
"Se muere para el mundo, para vivir en Dios" (La Y en otro momento explicitará este pensamiento
ciudad de Dios 10, 6). "...aquellos que son bautizados indicando: "La plenitud de la ley no es sino la caridad
en su muerte, mueren al pecado para vivir para Dios" y la caridad se derrama en nuestros corazones, no por
(Debate con Maximino, obispo arriano 1, 2). nosotros mismos, ni por las energías de la propia
La unidad que pide Jesús para todos los cristianos no voluntad, sino por el Espíritu Santo que se nos ha
es una unidad cualquiera, sino la unidad radicada en el donado" (Carta 82, 2, 20). Esto le lleva a la exposición
mismo misterio de Dios, que es Trinidad. Y esa unidad que realiza en torno a la dignidad de la persona
es significativa, sorprendente, como los signos humana ya desde su origen, pero especialmente a
liberadores de Dios y de Cristo. Cuando los que veían partir de la presencia del Espíritu que transforma al
a los primeros cristianos comentaban "habéis visto creyente y lo hace templo del Espíritu (cf. Regla a los
cómo se ama esta gente", se estaba haciendo siervos de Dios, 2).
realidad la plegaria de Jesús al Padre "para que el Comentando el salmo 132, se pregunta Agustín si se
mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17, 21). refiere ese "qué bueno y feliz es vivir los hermanos
Por esto puede concluir el documento Vida en unidad" a todos los cristianos, o solamente a
Consagrada: "La participación en la comunión algunos (cf. Comentarios a los Salmos 132,1).
trinitaria puede transformar las velaciones humanas, Contesta que se refiere a todos los cristianos. Lo han
creando un nuevo tipo de solidaridad" (41). Estas oído muchos y a la voz de ese salmo también
afirmaciones las podemos extender a todas las surgieron los monasterios (Id. 132, 2). Esta unidad
comunidades cristianas, ya que se sienten movidas por figuraba la unidad de la Iglesia (Id. 132, 6). En última
el idéntico principio trinitario. De hecho, el misterio instancia es la unidad en Cristo, el Cristo total, la
trinitario consiste en que tres personas (diferentes, cabeza y los miembros, como indicará posteriormente
distintas y libres) son un sólo Dios. El misterio de la (íd. 132, 7).
comunidad cristiana y religiosa consiste en que varias Cristo, cabeza, envía el Espíritu y aquellos a quienes
personas (diferentes, distintas y libres) viven en una llega, les hace vivir en unidad. Por tanto la unidad se
comunión tan íntima, que forman un solo corazón y una realiza plenamente en Cristo y bajo la acción de
sola alma en Dios. Dios ahí está creando fraternidad. Pentecostés sigue esa unidad realizándose en la
En la línea agustiniana quedan siempre a salvo tanto la Iglesia, ya que de Cristo desciende el Espíritu y se
dimensión personal, la persona como sujeto libre y configura la Iglesia y en ella los monasterios (n. 9). De
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
esta forma la vida monástica se convierte ante el que no se posee la caridad. Así puede suceder
mundo en signo de la unidad de la Iglesia y de todos también en la vida religiosa, que se viva en la
en Cristo. comunidad sólo con el cuerpo, no con el
corazón, si allí no se da la caridad (Comentarios a
Cristo envía el Espíritu en primer lugar a los apóstoles, los Salmos 132, 12).
infundiéndoles la fuerza y haciéndoles fuertes para la
misión y el testimonio de la fe (n. 9). Y ese don del Es consciente de que la hipocresía se puede dar
Espíritu llega también a los posteriores, es decir a los también dentro de la Iglesia en todas las formas de
mártires, a los que padecieron persecución y también a vivencia cristiana: laicos, ministros y religiosos: "Si no
los monjes. De esta forma, aquellos que se reúnen a queréis engañaros y queréis amar a los hermanos,
vivir en comunidad tienen la única alma, que es la de sabed que toda profesión en la Iglesia tiene sus
Cristo. Dirá expresamente Agustín: "De esta manera tu fingidos. No he dicho que todo hombre es fingido,
alma no es propia tuya, sino de todos los hermanos; sino que toda profesión tiene personas fingidas: hay
cuyas almas también son tuyas; o mejor sus almas cristianos malos, pero los hay también buenos"
con la tuya no son varias almas, sino una única alma, (Sermón 99, 13). "Hay monjes falsos, pero no perece
la única alma de Cristo..." (Carta 243, 4). la fraternidad piadosa por esos que profesan lo que
no son" (Comentarios a los Salmos 132, 4). Justifica,
Este pensamiento agustiniano sobre el significado de la en parte, la presencia de los malos dentro de la Iglesia,
unidad en la fraternidad cristiana y en la comunidad recurriendo a que no iba a ser mejor su comunidad que
religiosa, se ha llegado a explicitar de una forma la de tantos grupos del Antiguo y del Nuevo
inequívoca en sentido eclesiológico, como comunión Testamento, incluso el grupo de Jesús, donde entre
compartida. De aquí que entre en una dinámica de doce apóstoles, también hubo un traidor e incluso en el
comprensión de Iglesia, donde el modo de vida de los cielo, donde cayeron los ángeles (Carta 78, 8). Y el
cristianos puede realizarse en múltiples formas. Partirá mismo Jesús quiso tener uno a quien soportar
de la unidad en el Cristo total, donde el Espíritu juega (Sermón 54, 9).
el papel de animar la comunión de corazones y se
expresa en la fraternidad de todos los cristianos, También la Iglesia está formada por
estructurando la comunidad eclesial y extendiéndolo a pecadores. Y anota Agustín que no podía ser
otros carismas diferentes, que se hacen presentes en menos en la vida religiosa, ya que forma parte
la vida de la Iglesia, bien sea en el ministerio de la misma. Aboga al realismo crudo en esta
sacerdotal o también en la fraternidad en la vida consideración del efecto de la falta del don de
consagrada. la gracia y la caridad en algunas personas en
la comunión y fraternidad eclesial y también
Llegado a este momento nos podemos preguntar: en la vida religiosa: "Os confieso sinceramente
¿Qué significa en la visión agustiniana el habitar en la delante de Dios, que es testigo de mi sinceridad, desde
Iglesia y el ser Iglesia? Habla Agustín de que algunos que empecé a servir a Dios; que difícilmente he
están en la Iglesia sólo en cuanto al cuerpo, no en encontrado personas mejores, que las que adelantan
cuanto al alma (Comentarios a los salmos 132, 12). en el monasterio; pero no las he encontrado peores,
Sólo saben habitar en unidad, aquellos en quienes se que las que en él cayeron, hasta tal punto que pienso
halla la gracia de Cristo y eso se manifiesta en la praxis que a esto se refiere So que está escrito en el
de la fraternidad y de la comunidad. En quienes no Apocalipsis: "El justo justifíquese más y el corrompido
habita la caridad, aparece la murmuración, el odio, la corrómpase más"" (Sermón 78, 9).
turbulencia, la discordia y la división (Comentarios a
los Salmos 132,12). Pero para poder llegar a esa
unidad concorde se necesita "hacer un solo hombre, o
sea muchos cuerpos, pero no muchas almas; muchos LA ORACIÓN Y LA EUCARISTÍA,
cuerpos, pero no muchos corazones. Así se dirá con SIGNOS DE IDENTIDAD CRISTIANA
justeza monos, es decir uno solo" (Id. 132,6). Es
cierto que a esa unidad perfecta sólo llegará al final de
EN LA COMUNIDAD
la historia, cuando ya todo aparecerá claro y habrá Sabemos cómo Agustín inicia su trayectoria de vida
concordancia entre intención y actuación, quedando cristiana, insistiendo en la expresión de la misma a
anulada la hipocresía y la falsedad. través de la oración, tanto personal, como comunitaria
y litúrgica a través de la recitación de los salmos en
Y presenta también su visión futura de esta
Milán (Confesiones 9, 6, 14). Esto lo extiende,
realidad que se anticipa aquí en la tierra:
"¿Cómo me dirás, habito en el cielo yo, hombre posteriormente, a sus monasterios (Sobre el trabajo
revestido de carne y dado a ella? Precede con el de los monjes 17, 20) y deja constancia de ello en la
corazón, a donde has de seguir con el cuerpo. No misma Regla para los siervos de Dios (cf. 10, 13).
oigas, sordo, arriba el corazón. Ten el corazón en alto Hay que hacer resaltar que para Agustín la oración es
y nadie te estrechará en el cielo" (Comentarios a los una forma de ayudar a la vivencia de la fraternidad y,
Salmos 132, 13). Se necesita vivir "con el corazón" por supuesto, de la comunidad religiosa, dado que ahí
y "con el cuerpo" en la unidad. El medio para se actualiza constantemente la vivencia y relación con
conseguir esa unidad incluso externa en la el misterio de la unidad en la Trinidad, siendo el
Iglesia, se centra especialmente en los Espíritu quien inspira todos estos sentimientos y quien
sacramentos. No obstante se puede estar actúa en la misma plegaria.
visiblemente dentro, sin estar con el corazón, ya
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
Escribiendo a los monjes de Cartago les ¿Cómo entender el diálogo comunitario desde
pregunta sobre qué es lo que hacen los la identidad cristiana en la comunidad-
espirituales para poner la excusa de que no fraternidad según Agustín?
pueden trabajar: "Dicen ellos que se ocupan en
¿Qué significa decir que la comunidad-
oraciones, salmodias, lecturas y predicación de la
fraternidad es comunión eclesial?
palabra de Dios. Santas son esas ocupaciones y
laudables en la suavidad de Cristo" (El trabajo de los ¿Se puede conciliar la vivencia de la
monjes 17, 20). Pero acto seguido les indica comunidad con el respeto al desarrollo
que no está reñida la oración con el trabajo personal en la comunidad agustiniana?
manual también: "¿Qué le impide al siervo de Dios
durante su trabajo manual el meditar en la ley del
Señor y salmodiar en el nombre de Dios Altísimo, con
tal que le quede tiempo para aprender de memoria lo
COMPARTIR LA COMUNIDAD Y LA
que después ha de cantar?" (Íd.). FRATERNIDAD
Resalta el significado del sacramento de la Eucaristía Esta vivencia de la fraternidad y de la comunidad en el
como símbolo de unidad y vínculo de caridad ideario agustiniano tiene como cometido normal el
(Tratados sobre el Evangelio de San Juan 26, 13). poderla compartir con toda la comunidad humana,
Citando a Romanos 12, 3-6, recuerda el significado del dado que el mensaje del Evangelio que intenta
sacrificio eucarístico como signo del sacrificio de Cristo interpretar es un mensaje universal. Ya desde el
y como sacrificio universal de la Iglesia: "Este es el principio de su planteamiento de vida en común tenía
sacrificio de los cristianos: muchos un solo cuerpo en claro Agustín que aquello que los cristianos
Cristo. Este misterio la Iglesia también lo celebra experimentan en la vida personal en el encuentro con
asiduamente en el sacramento del altar, Dios y con las otras personas, deben ponerlo a
conocido de los fieles, donde se le muestra disposición de la comunidad humana, e invitar a
que en la oblación que hace, se ofrece a sí compartir con ellos todo lo nuevo que va surgiendo
misma" (La ciudad de Dios 10, 6). y se va viviendo: "Yo amo la sabiduría por sí
misma y las demás cosas, o deseo poseerlas o
Ve la relación que se da entre la eucaristía y la temo el que me falten sólo por ella: la vida, el
expresión de la unidad y la fraternidad en la misma. sosiego, los amigos. ¿Y qué puede haber en el
Estas reflexiones las hace san Agustín dirigiéndose a amor de aquella hermosura, por la cual, no sólo
todos los cristianos y haciendo alusión continua al texto envidio a los demás, sino que deseo multiplicar a
de Hechos 4, 32-35. De muchos granos se amasa el sus amadores, para que conmigo la busquen,
pan, que es el cuerpo de Cristo (Sermón 227) y de conmigo la gocen, siendo para mí tanto más
muchos racimos se consigue el único vino, que es la amigos, cuanto sea más amada por todos la
sangre de Cristo (Sermón 227 y 229). Y sigue misma sabiduría" (Soliloquios 1,13, 22).
diciendo: "Así también nos simbolizó a nosotros
Cristo el Señor; guiso que nosotros perteneciéramos En otro momento de su itinerario ha dicho que aquellos
a Él y consagró en su mesa el misterio de nuestra paz que vienen a compartir con él en la comunidad-
y unidad" (Sermón 272). fraternidad, participan de un patrimonio común, y ese
es Dios como la mesa común (Sermón 355, 2, 3, 6).
"Lo que se ve tiene forma corporal; lo que se entiende Aquellos que lleguen antes a un cierto conocimiento de
posee fruto espiritual. Por tanto, si quieres entender el la Verdad y al conocimiento personal, lo pondrán todo
cuerpo de Cristo, escucha al Apóstol, que dice a los
fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus en común (Soliloquios 1, 12,20).
miembros. En consecuencia, si vosotros sois el cuerpo Quiere indicar con esto Agustín que, básicamente, el
de Cristo y los miembros de Cristo, sobre la mesa del anuncio del mensaje exige de sus comunicadores
Señor esta el misterio que sois vosotros mismos y pasar antes por un proceso de ser evangelizados,
recibís el misterio que sois vosotros. A lo que así experimentando la experiencia de la unión y de la
respondéis con el Amén y con vuestra respuesta So comunión en la fraternidad cristiana para poderla
rubricáis" (Sermón 272 A). Y concluye Agustín: comunicar a los demás. La unión con Cristo, animada
"Sé miembro del cuerpo de Cristo, para que sea por una vida contemplativa, fruto del proceso de
auténtico el amén. ¿Por qué precisamente en el pan? interioridad en el que insiste continuamente en su
No aportemos nada personal al respecto y ideario espiritual, le lleva a la vivencia de la comunidad
escuchemos otra vez al Apóstol, quien, hablando del y su proyección en la comunidad humana.
mismo sacramento, dice: Siendo muchos, somos un
solo pan, un único cuerpo. Comedio y llenaos de gozo: Por otra parte, es cierto que el ideal agustiniano de
unidad, verdad, piedad, caridad" (Sermón 272). contemplación poco a poco va a ir equilibrándose,
especialmente cuando es invitado a participar del
El afianzamiento en la celebración de la Eucaristía con ministerio apostólico y siente la necesidad imperiosa
estos pensamientos sobre la unidad y la paz refuerza del darse a los demás, sobre todo en su ministerio
el sentido de la fraternidad en la comunión eclesial, y episcopal. Él llegará a decir en algún momento: "No
es, sin duda, el remedio y el antídoto para poder antepongáis vuestro ocio a las necesidades de la
permanecer en ella y extenderla por todo el mundo. Iglesia, pues si no hubiese buenos ministros que se
PARA EL DIÁLOGO determinasen a asistir cuando ella da a luz, no
7
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Comunidad y fraternidad
hubiésemos encontrado medio de nacer" (Carta 85, • CENCINI, A., Vida en Comunidad: reto y
2). maravilla. La vida fraterna y la nueva
evangelización. Sociedad de Educación
Es consciente de que la comunidad y las fraternidades
Atenas, Madrid 1998.
que él va estructurando en sus monasterios tienen
como finalidad, también, el irradiar aquello que han • Id. La vida fraterna. Comunión de santos y
experimentado en la vida concreta. Esa unidad y pecadores, Sígueme, Salamanca 1998.
concordia en los grupos que pedía Jesús era para que
el "mundo crea que tú me has enviado" (Juan 17,
21). Ese deseo de Jesús es también lo que quiere
Agustín que signifiquen los grupos a los que va dando
su orientación propia. Ser grupos testimoniales,
especialmente en medio de una Iglesia dividida por
corrientes cristianas; por ejemplo, el donatismo, y en
una sociedad abierta a múltiples posibilidades de tipo
social, cultural, político, etc.
Por esto creo nada mejor que dejar abierto nuestro
análisis con interrogantes, que pueden ser respondidos
desde una valoración realista del proyecto de
comunidad y fraternidad ofrecido por Agustín con una
fundamentación humano- cristiana, y los desafíos y
retos que nos ofrecen la sociedad en la que estas
fraternidades deben ser testimoniales:
El estilo de fraternidad y comunidad proyectado por
Agustín, ¿podría presentarse como alternativa en una
sociedad liberal y competitiva en la que prevalece el
acaparar todo tipo de bienes?
La entrega a lo común y el servicio a los demás, ¿será
un desafío que las fraternidades agustinianas podrán
ofrecer a una sociedad básicamente egoísta y elitista?
¿Es posible conjugar la búsqueda de la unidad, fruto
de la amistad, con el respeto a la diversidad, en la
realización de una sociedad plural y a veces
exclusivista?
El ideal de la fraternidad y comunidad implica el
esfuerzo por vivir y crear una cultura de la paz: ¿qué
mensaje podríamos comunicar como agustinos en una
sociedad amenazada constantemente por la guerra y el
terrorismo?
BIBLIOGRAFÍA
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VIDA CONSAGRADA, R OMA 1996.
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Consagrada. LA VIDA FRATERNA EN COMUNIDAD,
R OMA , 1994.
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LOS FIELES LAICOS, R OMA , 1988.
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hoy. Doc. Capítulo General Intermedio,
Pubblicazioni Agostiniane. Roma, 1998.
• En camino con San Agustín. Fraternidades
Agustinianas Seculares, Pubblicazioni
Agostiniane, Roma, 2001.
• VV.AA., La Espiritualidad Agustiniana y el
Carisma de los Agustinos. Pubblicazioni
Agostiniane, Roma 1995.
8
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
porque creyó que la secta representaba el auténtico un monólogo, en el fondo es un diálogo singular entre
cristianismo. Es asimismo cierto que más tarde tam- Agustín y Dios. En ese diálogo el hablar de Dios es
bién abandonó esta religión; pero, igualmente, que silencioso, aunque no por eso menos perceptible: el de
siguió vinculado a la persona de Cristo, vinculación que sus hechos creadores y salvíficos; sólo el de Agustín
le apartó de entregar su alma a la medicina de los filó- es convencional, hecho de palabras. Pocas personas
sofos (cf. Confesiones 5,14,25). Para concluir, es cierto han sentido como él la insuficiencia o inadecuación del
que en este último período tenía una idea equivocada lenguaje humano para hablar de Dios o con Dios; por
de Cristo, pero no por ello dejó de ser un referente para eso, de forma incesante, recurre al lenguaje de la Es-
él. Su conversión, pues, no consistió en una simple critura, particularmente al de los salmos, para expresar
adhesión a Cristo, sino en la adhesión a Él en la Iglesia sus sentimientos o juicios. Las Confesiones son la
católica y, por tanto, según la fe de la misma Iglesia. puesta en práctica del bello principio formulado por el
santo en un sermón:
La conversión fue el punto de llegada a ese Cristo ca-
tólico, tras un recorrido zigzagueante, y representó un "Para que el hombre pudiera alabarle dignamente.
punto de inflexión en su vida. El momento fue tan deci- Dios antes se alabó a sí mismo, y como Dios se
sivo para él que, además de orientar su futuro, le llevó dignó alabarse a sí mismo, encontró el hombre el
a examinar todo su pasado. Una vez asentado en la fe modo de alabarle" (Comentarios a los Salmos
católica, debían asediarle sin parar preguntas como 144,1).
estas: ¿por qué tan tarde?; ¿qué le había impedido
Agustín ha hecho de su historia una confesión. Cual-
llegar antes? Y, yendo todavía más lejos, ¿qué le había
quier hecho, aunque parezca anodino, le lleva a ella,
impulsado a caminar hacia la fe católica y a qué se
envuelta en todo tipo de reflexiones. En efecto, la ri-
debía que encontrase la dicha en ella? De ahí la nece-
queza de las Confesiones no está tanto en los datos
sidad de repensar su vida, cuyo resultado son las Con-
que narra como en la diversidad de consideraciones
fesiones.
que esos datos le sugieren. Reflexiones variadas,
Hallar respuesta a esas preguntas suponía descifrar el pues, según las circunstancias, el santo se descubre
enigma religioso de su existencia y situarse ante Dios. como psicólogo, filósofo, moralista, teólogo o místico.
Publicarlas equivalía a situarse también ante los hom- Cometerá, por tanto, un error quien se acerque a la
bres y, a la vez, a iluminar el camino de sus lectores. obra con el objetivo de conocer la vida de su autor
De hecho, al escribir sus Confesiones, Agustín se ofre- entendida como simple crónica de hechos. Éstos, ob-
ce como guía a quienes estén deseosos o dispuestos a viamente, no faltan, pero no siempre tienen sentido por
emprender la marcha hacia la meta que él había alcan- sí mismos; muy a menudo están al servicio de la refle-
zado, a la espera de otra definitiva. Pero se equivoca- xión que provocan y, en última instancia, de la confe-
ría quien pensase que la oferta nace de un espíritu sión.
presuntuoso, ávido de dar lecciones a los demás; al
contrario, es sincera y humilde confesión hecha a Dios,
de un cristiano que, tras experimentar su gracia, sabe IV. AGUSTÍN, UNO ENTRE TANTOS OTROS
que está a disposición de quien acepte darle acogida.
Por ello, la confesión ante Dios acaba en proclama e ES frecuente entender las Confesiones como autobio-
invitación a los hombres. grafía de su autor, concepción que podría mantenerse
siempre que se piense en una autobiografía espiritual.
Esto explica algunas peculiaridades del relato de la
vida de Agustín. En el pasado se levantaron serias
III. RELATO COMO «CONFESIÓN»
dudas respecto a su fiabilidad histórica, hoy ya global-
CONFESIÓN es, pues, una palabra clave. Aparece en mente resueltas, aunque algunos estudiosos sigan
el título de la obra como acertada síntesis de su conte- manteniéndolas respecto al relato de su conversión
nido e incluye, además, la propuesta de Agustín a sus bajo una higuera en el huerto de Milán, salvando el
hermanos los hombres. En su pluma, el concepto de hecho. El lector ha de partir de que los datos ofrecidos
confesión, antes que revelación de la propia miseria y las reflexiones que les acompañan fueron seleccio-
moral, es reconocimiento agradecido a Dios por el nados y dispuestos con vistas al proyecto del autor,
acervo de bienes con que le privilegió: físicos, intelec- que no siempre coincide con lo que hoy nos gustaría
tuales, morales, religiosos. Sólo en un segundo mo- encontrar en la obra.
mento se manifiesta también como declaración del
No obstante, reducir la obra a los límites de una auto-
propio pecado, declaración cuyo objetivo es menos la
biografía espiritual de su autor es infravalorarla. Su
humillación personal que la exaltación de Dios. En
alcance es, sin duda, mucho mayor. Agustín aparece
efecto, tras haber experimentado su perdón, el pecado
siempre en pantalla, pero en realidad se presenta co-
mismo da pie al santo para una nueva y no menos
mo arquetipo humano; se puede decir que, en la obra,
fundada confesión de alabanza, sabedor de que no es
él encarna al hombre. En sus páginas no expone sólo
menor don de Dios la nueva creación que tiene lugar
el propio itinerario espiritual, sino también los caminos,
por los sacramentos de la Iglesia que la creación origi-
rectos unas veces, torcidos otras, que en general sigue
nal. Ambas son obra de la gracia divina.
el hombre en su búsqueda de Dios. Reducidas a sus
Esta "confesión" hace original la obra en cuanto consti- trazos esenciales, las etapas son siempre las mismas
tuye toda ella una oración, quizá la más larga jamás en unos hombres u otros.
publicada. Por ser alabanza de principio a fin, de prin-
PARA EL DIÁLOGO
cipio a fin es igualmente oración. Aunque aparenta ser
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
Es decir, haber seguido el camino de la exterioridad en Agustín es exacto al del libro tercero, sólo que ahora
detrimento del de la interioridad. en sentido inverso: de la exterioridad pasa a la interio-
ridad y concluye en la adecuada lectura de la Escritura.
La búsqueda equivocada de la grandeza acaba en
La exterioridad se manifiesta en las ideas que entonces
humillación: este pensamiento guía las tres partes del
tenía sobre Dios, procedentes del materialismo estoico
libro cuarto. Tras un prólogo, Agustín refiere: Primero,
(Confesiones 7,1,1-7,8,12); la interioridad fue logro
cómo, queriendo dominar a un amigo, éste manifestó
debido a la lectura de ciertos libros de filósofos neopla-
una independencia que le incomodó (Confesiones
tónicos, que le abrieron a la espiritualidad de Dios y del
4,4,8). Segundo, cómo, apeteciendo para su libro Lo
alma (Confesiones 7,9,13-7,17,23). Por último, la lectu-
bello y lo adecuado un elogio del célebre orador Hierio,
ra de la Escritura, en particular de san Pablo, tuvo valor
tuvo que contentarse con admirarlo a solas, sin que
de corrección y de complemento a la lectura de esos
nadie lo alabase (Confesiones 4,14,23). Tercero, cómo,
filósofos (Confesiones 7,18,24-7,21,27). El resultado
orgulloso de su gran capacidad intelectual, no fue ca-
fue el redescubrimiento del Cristo católico, Dios y hom-
paz de usar bien de ella (Confesiones 4,16,30). Su
bre verdadero, Camino que conduce a la Patria que los
equivocación estuvo en desconocer la libertad que
filósofos le habían mostrado. Pero aún le faltaba la
otorga la gracia, en buscar la alabanza humana y no la
disponibilidad para caminar por él.
de Dios, en no advertir la esclavitud moral en que vivía
cuando triunfaba en el conocimiento de las artes libera- PERSPECTIVA CRISTOLÓGICA. Cristo no es ajeno al
les. hombre. Qué significó para él lo expone Agustín en el
capítulo inicial del libro noveno, comprensible sólo a la
En los tres libros aludidos, el santo muestra cómo se
luz de los libros anteriores y, de modo particular, del
hace realidad el principio que formula en el cuarto: el
octavo. En este libro acababa de mostrar cómo Dios le
hombre hace bien en buscar lo que busca, pero lo bus-
había introducido en el camino que es Cristo, tras ha-
ca mal (Confesiones 4,12,18). El mismo principio sub-
berle apartado de los seguidos hasta entonces, el de la
yace en la segunda terna de libros, pero hay que cons-
gloria mundana, el de la verdad adulterada y el del
tatar una notable diferencia: si en la primera Agustín
placer carnal.
refiere haber vivido en tinieblas oscuras, en esta mani-
fiesta haber percibido alguna luz en el horizonte. Cristo representa para Agustín la alternativa a los vie-
jos caminos. Lo expresa así:
Otro tipo de grandeza. En el libro quinto, Agustín narra
su desplazamiento de Cartago a Roma, una vez que se "Qué dulce me resultó carecer de la dulzura de las
sintió decepcionado del maniqueísmo. En Roma bus- frivolidades. La satisfacción de dejarlas era supe-
caba, entre otras cosas, gloria y riquezas (Confesiones rior al antiguo temor de perderlas. Eras tú quien las
5,8,14), pero se encontró con el mortificante ultraje de iba alejando de mí Tú, suavidad verdadera y su-
que los alumnos no le pagaban sus clases (Confesio- prema, las desterrabas lejos de mí y entrabas en
nes 5,12,22). Luego, tras lograr por oposición pública el lugar de ellas" (Confesiones 9,1,1).
cargo oficial de profesor de retórica, se trasladó a Mi-
Cristo, pues, desplaza y ocupa el lugar de lo que había
lán, residencia imperial entonces. Pero ese éxito hu-
buscado antes con tanto afán y que ya consideraba
mano pierde brillo a sus ojos al encontrarse con san
como una mezcla de frivolidades. Pero la suplencia no
Ambrosio. Lo describe como "famoso entre los mejores
se da en el nivel de antes. Al designar a Cristo como
de la tierra" (Confesiones 5,13,23), pero añade que su
suavidad "verdadera" y "suprema", da a entender
grandeza se sostenía en ser siervo de Dios. La refle-
que las "antiguas frivolidades" ofrecían una suavidad
xión: hay otro tipo de grandeza.
falsa o, en el mejor de los casos, fragmentaria o míni-
Otro tipo de placer. Su descubrimiento es logro referido ma.
en el libro sexto. En su segunda parte, Agustín confie-
Sigamos leyendo:
sa la dependencia que sufría entonces del trato carnal
con la mujer. Cuando se vio empujado a abandonar a "Tú, más suave que todo placer, aunque no para la
la compañera de tantos años, se buscó otra, pero su carne y la sangre; Tú, más luminoso que toda luz,
herida comenzaba a gangrenarse y, "a medida que aunque más profundo que todos los secretos; Tú,
iba enfriándose, iban haciéndose más desespera- más encumbrado que todo honor, aunque no para
dos los dolores" (Confesiones 6,15,25). los que se encumbran a sí mismos" (Ibídem.).
Al mismo tiempo, tomaba nota de la templanza de su El retorno al Cristo de la fe católica significó para Agus-
madre (Confesiones 6,2,2), de la sobriedad de san tín encontrar el placer que siempre había buscado,
Ambrosio (Confesiones 6,3,3), del gozo no auténtico pero más "suave", es decir, más gratificante que todos
del borracho encontrado en las calles de Milán (Confe- los disfrutados hasta entonces, aunque, eso sí, no se
siones 6,6,9). Tampoco le pasó desapercibido que san trataba de un placer físico. Significó para él dar con la
Ambrosio, ese hombre "feliz según el mundo" vivía el Luz, es decir, con la Verdad, desde siempre buscada,
celibato que a él le parecía difícil de llevar (Confesio- pero más luminosa que la poseída hasta entonces,
nes 6,3,3), ni que la compañera a la que había aban- aunque, eso sí, era una Verdad íntima, esto es, no
donado, de vuelta al África, había hecho voto "de no perceptible con los ojos del cuerpo, sino merced a la
conocer otro varón" (Confesiones 6,15,25). La refle- luz interior. Por último, significó para él descubrir el
xión: hay más placeres que los de la carne. honor tan apetecido y buscado, aunque un honor cuyo
fundamento es Dios y no la opinión humana. Cristo
Otra verdad, la auténtica. Es la conquista descrita en el
representó, pues, la satisfacción en plenitud, aunque
libro séptimo. El recorrido personal que aquí refiere
5
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
en un nivel superior, de los deseos que habían movido minar su presente desde el criterio de los tres deseos -
su existencia hasta entonces. Al volver a Cristo, había tal es el significado de concupiscencia-, pone ante
vuelto a la fuente de la que manaba aquello de que nuestros ojos de nuevo la perspectiva psicológica. La
aparecía sediento. Cristo encarnó, de hecho, para nueva historia es diferente de la considerada en pági-
Agustín la continuidad en la discontinuidad. Continui- nas anteriores. La diferencia fundamental es que la
dad porque le ofreció lo mismo que él había buscado; narrada en los libros del dos al siete fluía desconectada
discontinuidad porque se la ofreció en su misma per- de la eficacia salvadora de Cristo y de su Iglesia, mien-
sona y, a la vez, en mayor grado y a un nivel diferente. tras la referida en el libro décimo se alimenta ya de su
gracia, aunque todavía no plenamente. Agustín conoce
La misma idea la expresa a continuación con estas
el bien y quiere realizarlo, pero no siempre lo consigue,
otras palabras:
o carece de la certeza de si lo ha conseguido. Día a día
"Mi espíritu estaba libre ya de las angustias inquie- experimenta cómo, no obstante estar ya bautizado,
tantes que entraña la ambición, la avaricia y el re- perdura en su vida la fuerza del mal que tira de él hacia
volcarse y rascarse la sarna de las pasiones. Y me abajo, impidiéndole la deseada y gratificante unión con
desahogaba hablando contigo. Señor Dios mío, mi Dios. A consecuencia del pecado, la historia humana -
honor, mi riqueza, mi bienestar" (Ibídem.). puede ser la conclusión- nunca está redimida del todo
y, por ello, necesita una redención continua. De aquí la
La dimensión cristológica es inseparable de la eclesio- siguiente perspectiva.
lógica, vinculada al bautismo. La primera parte del libro
noveno relata los pasos dados por Agustín encamina- Perspectiva cristológica: Corresponde a la tercera parte
dos a la recepción de dicho sacramento y su efectiva del libro (Confesiones 10,42,67-43,70). Cristo aparece
recepción (Confesiones 9,2,2- 9.7.16) Tras el bautismo, en ella como el único que es capaz de elevarle efecti-
él y su grupo de amigos y familiares buscaban un lugar vamente hasta Dios. Otros métodos ideados por los
donde su condición de siervos de Dios fuera más útil a filósofos se han mostrado ineficaces. Su ser Dios y
la Iglesia (Confesiones 9.8.17) A continuación, el santo hombre al mismo tiempo constituye a Cristo en el me-
narra la vida y muerte de su madre, que concluye con diador idóneo. En él halla el pastor Agustín la solución
estas bellas palabras: a los problemas de su inteligencia y de su voluntad, a
su ignorancia y a su debilidad moral.
"Acuérdense con sentimientos de piedad de quie-
nes fueron mis padres en esta luz pasajera, y her- Perspectiva eclesiológica: También aquí sigue a la
manos míos que te tienen como Padre dentro del cristológica. Agobiado por sus dificultades intelectuales
seno de la madre Católica, conciudadanos míos en y morales, Agustín había pensado abandonar el minis-
la Jerusalén eterna" (Confesiones 9,13,37). terio sacerdotal. Pero la contemplación de la persona
de Cristo le devolvió la disponibilidad para el servicio a
El texto muestra cómo una relación particular, la pa- la Iglesia:
terno-filial, convive con otra de más amplios horizontes,
la relación de fraternidad. Los lazos de la carne, sin "No me calumnien los soberbios, pues pienso en
desaparecer, ceden ante los más universales del espí- mi rescate (el cuerpo y sangre de Cristo), lo como,
ritu. La dimensión eclesiológica es la de la fraternidad lo bebo y lo distribuyo. Y pobre como soy, deseo
universal o, si se quiere, la de la celeste conciudadanía saciarme de él en compañía de aquellos que lo
común. comen y se sacian" (Confesiones 10,43,70).
NUEVOS ASPECTOS DE LAS MISMAS PERSPEC- Esta dimensión eclesiológica inspira también la parte
TIVAS. El libro décimo representa como un nuevo co- introductoria del libro:
mienzo. Agustín no habla ya de su pasado, sino de su
"Haré estas confesiones no sólo delante de ti...,
presente. No sólo ha vuelto ya a la patria católica, sino
sino también ante los oídos de los hombres creyen-
que es uno de los guías de la ciudadanía, es un pastor.
tes, partícipes de mi alegría, consortes de mi mor-
Inmerso en la acción pastoral, lejos de abandonar la
talidad, conciudadanos míos y compañeros de pe-
reflexión sobre el hombre, la continúa a niveles de ma-
regrinación y de vida, unos antes y otros después.
yor profundidad desde otras experiencias. Las dimen-
Estos son tus siervos, mis hermanos, que tú qui-
siones ya contempladas vuelven a aparecer, de forma
siste fueran hijos tuyos. Estos son mis amos. Tú
explícita o implícita.
me mandaste que esté a su servicio si quiero vivir
Perspectiva teológica: La primera parte del libro es, contigo de Ti" (Confesiones 10,4,6).
recordamos, una incomparable investigación sobre la
PERSPECTIVA BÍBLICA. Buena parte de los lectores
presencia de Dios en el espíritu humano, descubierto
de las Confesiones, una vez concluido el libro décimo,
como Verdad y Belleza. El dato da razón de por qué el
dan carpetazo a la lectura de la obra. Unos, porque
hombre siempre tendrá que contar con Dios si quiere
sólo les interesan los datos directamente relacionados
alcanzar la felicidad.
con su autor; otros, porque encuentran difíciles de en-
Perspectiva histórica: La segunda parte del libro, diji- tender, cuando no totalmente inaccesibles, los tres
mos, contiene un profundo examen de conciencia que últimos libros. El hecho explica que, en no pocas edi-
toma como pauta las tres concupiscencias menciona- ciones antiguas, la obra apareciese sin ellos. Pero su
das por san Juan (1 Carta de san Juan 2,16). Habla- importancia es tal que nadie puede presumir de cono-
mos de dimensión histórica porque, efectivamente, nos cer la obra si no los ha leído.
pone ante los ojos ese tramo de la historia de Agustín
(Confesiones 10,28,39-41,66). Pero el hecho de exa-
6
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
También a los estudiosos generan dificultad estos li- Él quien otorga a cada criatura el "peso" que la lleva al
bros. Integrar su contenido en el conjunto de la obra lugar que le es propio. El santo no olvida señalar cuál
constituye para ellos un verdadero rompecabezas. es el peso del hombre: "En ese Don tuyo descansa-
Basta constatar que los datos y reflexiones de natura- mos, en él te gozamos. Nuestro descanso es nues-
leza autobiográfica son sustituidos por vigorosos co- tro lugar. El amor nos encarama hacia allá... Todo
mentarios de los primeros versículos de la Escritura. El cuerpo, por su propio peso, tiende al lugar que le
autor pasa de la historia personal a la exégesis con es propio... Mi amor es mi peso, él me lleva a donde
añadidos de filosofía; del presente y pasado inmediato soy llevado. Es tu Don el que nos enciende y nos
da el salto al más remoto de los pasados, al inicio del lleva hacia lo alto... Con tu fuego bueno, nos enar-
tiempo, al momento de la creación. ¿Qué explicación decemos y avanzamos, porque avanzamos hacia
cabe dar? La que ofrecemos -personal-, nos parece arriba, a la paz de Jerusalén" (Confesiones 13,9,10).
que se ajusta tanto al resto de la obra como al conteni- El "lugar" del hombre está junto a Dios; escalafón privi-
do del comentario exegético del santo. legiado en el "orden" de las criaturas. Por eso, anhela
la excelsitud y rechaza todo envilecimiento. Sólo el
Dando alcance general a lo que Agustín afirma de sí
amor, don del Espíritu, le situará y mantendrá en ese
mismo, la vida de las personas se resuelve en el es-
su propio lugar.
fuerzo por dar satisfacción a determinados deseos; no
a cualesquiera deseos, sino a tres que son básicos, La continuación del libro (Confesiones 13,10,11 ss), un
constitutivos, de su ser, expresión en el ámbito psico- comentario alegórico a los seis días de la creación,
lógico de su estructura metafísica. Ésta consta de un presenta el proceso de la nueva creación con un punto
particular nivel o medida de ser, de una forma específi- de partida y otro de llegada. El primero es el estado de
ca, y de un lugar propio en el escalafón de los seres. con-formación a este mundo y el sometimiento a sus
Ahora bien, ¿la afirmación de este triple elemento se deseos; el de llegada es la re-forma mediante la reno-
sustenta sobre base sólida? ¿Cuenta con el apoyo de vación de la mente, que consiste en con-formarse a la
la Escritura o es sólo fruto de la imaginación filosófica? imagen de Dios, según la cual fue creado el hombre, y
Quien conozca el proceder habitual de Agustín sabe ya hallar el descanso junto a ÉL
la respuesta, pues él difícilmente se hubiera servido de
A punto de concluir con este apartado, añadamos to-
esa terna de elementos si no hubiera encontrado base
davía lo siguiente: detrás de la medida, está el Padre,
para ello en la Escritura. Esa base la encontró preci-
fuente de todo ser; detrás de la forma está el Hijo, for-
samente en los primeros versículos del Génesis, que
ma de todas las formas; detrás del orden está el Espíri-
expone en los tres últimos libros.
tu Santo, fuente de la caridad que eleva al hombre a su
El libro undécimo comenta Génesis 1,1a: "En el princi- lugar. En pocas palabras, la dimensión trinitaria viene a
pio creó Dios...". Es la afirmación del hecho de la crea- complementar la teológica. Aunque no esté explícita-
ción. Sólo Dios existe por sí mismo; las demás criatu- mente afirmada, está, al menos, sugerida en la última
ras han recibido de Dios el ser. Por otra parte, el ser perspectiva examinada.
recibido es un ser limitado; por ello, está sujeto a la
temporalidad; de ahí el largo análisis del tiempo que
ocupa buena parte del libro. El hombre ansia la pleni- VIII DISTINTAS LECTURAS, SEGÚN IN-
tud divina, pero ese anhelo choca con su propia condi-
TERESES
ción, agravada por el pecado, de ser limitado y tempo-
ral, sometido, por tanto, a la caída y al dolor. Con todo, SON diversas las motivaciones que pueden impulsar a
sigue deseando esa vida plena, sana, placentera, que una persona a leer esta obra maestra agustiniana:
no considera un sueño irreal, pues sabe que, uniéndo- literarias, culturales, históricas, filológicas, psicológicas,
se a Dios, puede participar, por nuevo don suyo, de su psicoanalíticas, filosóficas, teológicas, espirituales, etc.
plenitud. Según cuál sea el centro de su interés, a él deberá
ajustar su método de lectura. Es obvio que no pode-
El libro duodécimo comenta Génesis 1,1b-2a: "... el
mos detenernos a considerar cada caso; por ello, nos
cielo y la tierra; la tierra era invisible y desorganizada".
limitamos a contemplar tres motivaciones que pueden
El santo ve en el "cielo" el mundo angélico, que ya
encontrarse en los lectores casuales de estas páginas.
tiene su "forma" propia y en la "tierra" el resto de los
seres aún sin "forma", por lo que puede hablar de ella Un lector puede acercarse a las Confesiones con el
como "invisible y desorganizada". Ese "cielo", llamado único interés de conocer a san Agustín. Sin duda, la
también "cielo del cielo", de naturaleza racional, que obra satisfará abundantemente sus deseos. Pero he-
conoce y contempla la Verdad divina, manifiesta la mos de añadir que el santo rechaza de forma explícita
forma racional recibida por el hombre. La diferencia un tipo de lectura: la que nace de la simple curiosidad.
está en que el pecado hizo al hombre deforme, incapa- Aunque sus palabras sobre este punto se refieren, de
citado para la contemplación directa de Dios. El anhelo hecho, sólo al libro décimo, es posible extenderlas a la
de verdad que anida en su interior expresa su deseo totalidad de la obra. Son estas:
de reforma. Reforma que se hará completa en la Ver-
"¿Qué tengo que ver yo con los hombres para que
dad de Dios.
escuchen mis confesiones, como si ellos fueran a
El libro decimotercero comenta, primero, Génesis 1,2c: curar mis enfermedades? Son curiosos en averi-
"y el Espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas" y, lue- guar vidas ajenas y desidiosos en corregir la pro-
go, el resto del relato de la creación. La mención del pia. ¿Por qué quieren oír de mí quién soy yo esos
Espíritu lleva a Agustín a hablar del orden, porque es
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Confesiones de San Agustín
mismos que no quieren oír de Ti quiénes son Valora la comprensión del hombre que en
ellos?" (Confesiones 10,3,3). ella presenta Agustín.
Agustín no ofrecía sus confesiones a gente curiosa; en Intenta hacer la transposición de la expe-
sus lectores quería encontrar más bien "socios", es riencia de Agustín al hombre de hoy.
decir, personas que hiciesen coro con él en la expre-
sión de sus sentimientos frente a Dios; personas que le
felicitasen después de haber oído el relato de sus
avances hacia Él, gracias a sus dones, y que orasen
por él al escuchar cuánto se demoraba en el camino
por el lastre de su pecado. Sólo a estas personas
deseaba manifestarse porque juzgaba no pequeño
fruto el que fuesen muchos los que con él diesen gra-
cias a Dios por sus bienes y rogasen por él a causa de
sus males.
"Sí, voy a mostrarme a ellos. Que cobren aliento,
que respiren en mis bienes y que suspiren en mis
males. Lo bueno que hay en mí es obra y don tuyo;
mis males son culpas mías y castigos tuyos. Que
respiren en los primeros y suspiren en los segun-
dos. Que de los corazones de estos hermanos, que
son incensarios tuyos, suban a tu presencia los
himnos y las lagrimas" (Confesiones 10,4,5).
Otro lector puede acercarse a la obra pensando menos
en la vida del santo que en la suya propia. A él la obra
le ofrece un modo humano de situarse ante la propia
existencia. Modo humano porque no se limita a consta-
tar hechos, sino que, de forma habitual, se pregunta el
porqué de cuanto le acontece, su significado y valor.
Nada, en efecto, es tan conforme a la naturaleza racio-
nal del hombre como el investigar la fuente, de cual-
quier orden, de donde mana cuanto experimenta; des-
cubrir tras el simple hecho físico su causa inmediata o
última, humana o trascendente, psicológica o metafísi-
ca; juzgar, desde distintas perspectivas, sobre el senti-
do y valor de los acontecimientos, objetos o acciones
de su vida en orden a los objetivos prefijados, de nuevo
inmediatos o últimos, humanos o trascendentes. Lec-
ción práctica, no teórica y, por eso, tanto más importan-
te desde el punto de vista didáctico. Pero el lector ha
de saber que esta lectura requiere un alto nivel de au-
toanálisis y de sinceridad consigo mismo.
Una tercera posibilidad es que el lector tenga intereses
más generales. Por ejemplo, adentrarse en la condi-
ción humana tal como la concibe san Agustín. A este
lector las Confesiones le proporcionan como un gran
retablo centrado en el tema del hombre. En sus diver-
sos cuadros podrá contemplar esa condición humana
desde las distintas perspectivas que hemos considera-
do. Le presentan al hombre en su origen, en su devenir
y en su destino; en su grandeza y en su miseria, en su
pecado y en su redención. Esta lectura no es menos
exigente que la anterior, pero tiene la ventaja de am-
pliar al máximo los horizontes.
Ninguno de estos tres posibles lectores ha de olvidar
que la reflexión de Agustín es una reflexión orante.
Seguir sus pasos exige entrar en el mismo espíritu de
oración.
PARA EL DIÁLOGO
¿Crees que estas páginas te ayudarán a en-
tender mejor la obra?
8
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Conversiones de San Agustín
se convirtió? Analizando detenidamente los datos que comprensión de la verdad última y definitiva de la reali-
él mismo nos da, tenemos que concluir que en el con- dad. Por eso, siendo, como era, gracias a su madre y
texto social en que se movía la juventud de Cartago, desde su infancia, una persona profundamente religio-
donde "a mi alrededor chirriaba por doquier aquella sa, identificó la sabiduría con Dios. Sólo así puede
sartén de amores depravados' (Confesiones 3,1,1), explicarse que un libro pagano y nada religioso le ayu-
Agustín era, social y moralmente, mejor que la mayoría dara a iniciar el retorno hacia el Dios en el que nunca
de los jóvenes de su edad. Realmente, un mal chico no había dejado de creer y en el que tenía su morada la
lo fue nunca. Sólo durante el año que pasó en su pue- sabiduría.
blo natal, Tagaste, cuando volvió de Madaura y tuvo
Pero la sabiduría a la que exhortaba Cicerón no podía
que interrumpir sus estudios por falta de dinero, sí
identificarse con el Dios encarnado en Cristo, que era
podemos decir que fue un hombre desorientado y a la
realmente el que su madre le había predicado desde
deriva. Tenía dieciséis años y, libre de ocupaciones
niño. Por eso, al no encontrar en el libro de Cicerón el
como estaba, se portó como lo hacían la mayor parte
nombre de Cristo, la hoguera que se había encendido
de los jóvenes de su edad. Todo con el consentimiento
en su corazón con la lectura del Hortensio comenzó a
y hasta la complacencia de su padre. Pero desde que
enfriarse. (Confesiones 3, 4, 4). Evidentemente, la
comenzó sus estudios en Cartago y, sobre todo des-
sabiduría que le proponía el Hortensio no era el Dios
pués de aquel enlace secreto (Confesiones 3,1,1) que
en el que él creía y al que, al mismo tiempo, buscaba.
tuvo con la que sería la madre de su hijo y su compa-
Con una desilusión progresiva se dio cuenta de que
ñera fiel durante catorce años, el comportamiento de
tenía que seguir buscando. Y, queriendo volver a sus
Agustín fue socialmente casi ejemplar. En los estudios
orígenes, se dedicó al estudio de las Sagradas Escritu-
era brillante y fue siempre de los primeros, si no el
ras tratando de encontrar en ellas la sabiduría que tan
primero, de su promoción. En sus costumbres era sen-
ardientemente deseaba. El joven y brillante estudiante
sato y abiertamente contrario a las gamberradas que
de Retórica seguía entusiasmado con la belleza litera-
hacían los perturbadores del orden, y en lo religioso,
ria de la obra de Cicerón y la estimación "que me me-
aunque ya había perdido la fe infantil e ingenua que
recieron era la de que no tenían categoría suficiente
había mamado en los pechos de su madre, seguía
para sufrir un careo con la majestad tuliana" (Confe-
asistiendo a los oficios litúrgicos (Confesiones 3, 3, 5 y
siones 3, 5, 9).
6). ¿De qué tuvo que convertirse, entonces, el joven
Agustín?
La vida externa de Agustín, después de esta que noso- II. LA CONVERSIÓN AL MANI-
tros llamamos primera conversión, siguió siendo prácti-
camente la misma. Siguió viviendo con la mujer y con QUEÍSMO
el hijo y siguió teniendo los mismos amigos que tenía AGUSTÍN seguía ansiando la inmortalidad de la sabi-
antes. Lo que realmente cambió en su vida, en aquel duría, pero se encontraba bastante desanimado y per-
momento, fue su mundo afectivo. Se trató, realmente, plejo al comprobar que no podía estar con los filósofos
de una verdadera conversión interior, abandonando de los que le hablaba el Hortensio, que ni siquiera cita-
muchos de sus amores, deseos y proyectos anteriores ban el nombre de Cristo, ni tampoco la había encon-
y entregándose apasionadamente a un único proyecto: trado en las Sagradas Escrituras que había leído.
la adquisición de la sabiduría. Como sabemos, él ¿Qué hacer?
siempre había sido amante de la cultura, pero no había
intuido, ni deseado, la verdadera sabiduría. Todo ocu- Algunos amigos le hablaron de las doctrinas de un tal
rrió con la lectura casual de un libro de Cicerón, hoy Manes, un predicador, filósofo y profeta persa del siglo
perdido. Así nos lo cuenta: "siguiendo el programa tercero, que predicó sus revelaciones hasta que murió
usual de mis estudios, me di de manos a boca con un martirizado por orden del rey, en el año 277. Manes sí
libro de un tal Cicerón, cuyo lenguaje todos admiran, había hablado, con respeto y admiración, de Cristo, y,
pero no así su talante. Este libro contiene una exhorta- además, se había atrevido a proclamarse como el San-
ción a la sabiduría y lleva por título Hortensio. Su lectu- to Paráclito que había enviado el Padre, después de la
ra realizó un cambio en mi mundo afectivo. También muerte de Cristo, para enseñar a los hombres toda la
encamino mis oraciones hacia ti, Señor, e hizo que mis verdad. Estos nombres no se apeaban de sus labios
proyectos y deseos fueran otros. De golpe todas mis (Confesiones 3, 6, 10) y estos nombres sí coincidían
expectativas de frivolidad perdieron crédito y con in- con los que Agustín había mamado en los pechos de
creíble ardor de mi corazón ansiaba la inmortalidad de su madre y en los que él siempre había creído que
la sabiduría. Y comencé a levantarme para iniciar el estaba la verdad. Manes predicó una religión que pre-
retorno a ti... ¡Qué ardor sentía, Dios mío, qué ganas tendía ser universal, superior a la de Cristo, Zoroastro
tenía de retomar el vuelo hacia ti desde las realidades y Buda, de los que, sin embargo, se consideraba her-
terrenas, sin darme realmente cuenta de lo que esta- mano. "Así que vine a caer en manos de unos hom-
bas haciendo conmigo! Porque, de hecho, en ti tiene bres de orgullo delirante" (Confesiones 3, 6, 10) y "los
su morada la sabiduría" (Confesiones 3, 4, 7 y 8). busqué con curiosidad, los escuché con atención, creí
en sus palabras con temeridad, con insistencia per-
Cambió su amor a la cultura, al saber, y a los éxitos suadí de su doctrina a cuantos pude, con pertinacia y
sociales, por un auténtico amor a la sabiduría. ¿Qué animosidad los defendí". (Réplica a la carta de Manes,
quería y qué buscaba Agustín cuando ansiaba la in- llamada "del Fundamento" 3, 3). Estos discípulos de
mortalidad de la sabiduría? Tratando de decirlo en muy Manes repetían machaconamente: verdad, verdad
pocas palabras, Agustín entendía por sabiduría la (Confesiones 3, 6, 10) y afirmaban que la verdad se
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Conversiones de San Agustín
podía descubrir con las solas fuerzas de la razón, sin III. LA CONVERSIÓN AL NEOPLA-
necesidad de revelación alguna. Esto último fue lo que
más entusiasmó a Agustín, que, desde la lectura del TONISMO
Hortensio, suspiraba por la Verdad, sin poder encon- Es posible que la palabra conversión, entendida en su
trarla. "¡Ay Verdad, Verdad! ¡Cuán íntimamente suspi- sentido estricto, no pueda ser aplicada al momento en
raban por ti en aquel entonces las fibras más íntimas que Agustín leyó los libros platónicos. Quizá sea más
de mi corazón, cuando aquellos hombres repetían a claro decir que Agustín, desde el momento mismo en
mis oídos frecuentemente y de mil maneras los ecos el que decidió dejar la secta maniquea, se puso en
de tu nombre, primero sólo de palabra y luego en gi- camino de conversión hacia el catolicismo. En cual-
gantescos libros!" (Confesiones 3, 6, 10). quier caso, el Agustín convertido siempre creyó que la
Los maniqueos ofrecían una explicación aparentemen- lectura de estos libros había sido puesta por Dios pro-
te lógica a la existencia del mal en el hombre y en el videncialmente en su camino. "Lo primero que hiciste,
mundo, problema que traía de cabeza y bastante an- sirviéndote de un individuo hinchado de descomunal
gustiado al joven Agustín. El dualismo metafísico que soberbia fue proporcionarme algunos libros de los pla-
defendía Manes, afirmando la existencia de dos princi- tónicos, traducidos del griego al latín". (Confesiones
pios eternos, el Mal y el Bien, de los que procedían 7,9,13). Y es que la lectura de estos libros de los neo-
todos los males y bienes que hay en la tierra, le pare- platónicos fue para él algo sorprendente e iluminador y
ció a Agustín bastante razonable. Además, al encon- le ayudó a solucionar teóricamente aquellos dos pro-
trarse fuera de él la verdadera causa y fuente del mal, blemas a los que hasta entonces no había encontrado
quedaba libre de la responsabilidad de sus malos de- solución: El problema del mal y el de las sustancias
seos y apetitos carnales que tanto le dominaban y a los incorpóreas. Sobre todo, el problema del mal seguía
que, de ninguna manera, se sentía capaz de vencer. angustiándole interiormente: "Sequía investigando el
problema del mal, pero sin llegar a resultado alguno...
Permaneció afiliado a la secta maniquea, en calidad de ¡Por qué dolores de parto pasó mi corazón!" (Confe-
oyente, durante nueve años, desde e) decimonoveno siones 7,7,11). Igualmente le resultaba imposible en-
hasta el vigésimo octavo año de su edad (Confesiones tender que existiera alguna sustancia totalmente incor-
4, 1,1). Durante estos nueve años no mantuvo siempre pórea y espiritual: "Me resultaba totalmente imposible
la misma fe en la doctrina maniquea, ni el mismo fervor pensar en sustancias distintas de aquellas que suelen
en la predicación de la misma, sino que sufrió frecuen- contemplar estos ojos carnales."
tes dudas y decepciones. A pesar de todo, según él
mismo recuerda, fue un fiel y cumplidor practicante de (Confesiones 7,1,1). No es que estos dos problemas le
las costumbres y preceptos religiosos que los Electos impidieran seguir creyendo en el mismo Dios en el que
imponían a los oyentes de la secta. (Confesiones 1,1) y siempre había creído, sino que su inteligencia y, sobre
se convirtió muy pronto en activo apóstol y predicador todo, su imaginación se negaban a comprenderlo: "Me
de la doctrina de Manes. El ejemplo más claro de esto veía constreñido, si no a imaginar que tenía forma de
es que convirtió al maniqueísmo a sus amigos más cuerpo humano... sí a imaginarle como algo corpóreo,
íntimos y hasta se atrevió a predicar la doctrina mani- ora esparcido por el cosmos, ora difundido por los infi-
quea en su propia casa paterna, cuando estaba de nitos espacios extracósmicos". (Confesiones 7,1,1).
profesor en Tagaste, razón esta por la que su católica Fue la lectura de estos libros la que le enseñó a buscar
madre -Mónica- se vio obligada a expulsarle de su a Dios en el interior de sí mismo, trascendiendo la ima-
casa, teniendo que trasladarse el joven Agustín, con su gen corporal de las criaturas. "Ante la sugerencia de
mujer y su hijo, a vivir en casa de su mecenas Roma- aquellos escritos que me intimaban el retorno a mí
niano. Probablemente la razón por la que no aspiró mismo, penetré en mi intimidad, siendo tú mi guía. Fui
nunca a ingresar en el grupo de los Elegidos no fue por capaz de hacerlo porque tú me prestaste asistencia".
falta de convicción, sino, principalmente, porque éstos (Confesiones 7,10,16). La verdad es que Agustín, mo-
exigían vivir en total continencia y Agustín no se sentía vido por su corazón, que estaba ansioso de llegar al
capaz de prescindir de la mujer. Dios cristiano, fue capaz de descubrir en estos libros
La desilusión maniquea comenzó a crecer en Agustín, mucho más de lo que realmente estos libros decían.
primero por razones científicas y después por motivos Leyó estos libros en clave cristiana y, dicho en frase
morales, metafísicos y escriturísticos. Fueron precisa- muchas veces repetida, inició un proceso histórico de
mente sus amplios conocimientos sobre astrología los cristianización de Platón y, particularmente, del neopla-
que primero le abrieron los ojos sobre muchas de las tónico africano Plotino. Escribe el mismo Agustín: "Leí
falsedades y fábulas maniqueas. Cuando trató de ex- en ellos -no literalmente, pero sí en esencia- apoyado
poner sus dudas a los maestros de la secta, éstos o no con muchos y variados argumentos, que en el principio
supieron responderle, o le confesaron abiertamente su existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la
ignorancia. Palabra era Dios... Todas las cosas fueron hechas por
ella, y sin ella no se hizo nada..." (Confesiones 7,9,13)
Agustín terminó por abandonar el maniqueísmo y cayó "También leí en estos libros que la Palabra de Dios no
entonces en una profunda crisis intelectual, pensando nació de carne ni de sangre, ni de la voluntad del va-
que el conocimiento de la verdad era algo inaccesible rón, ni de la voluntad carnal, sino de Dios... Asimismo
al hombre. Pasó por un corto período de escepticismo, averigüé en aquellos escritos, en medio de expresio-
identificándose, en gran parte, con la filosofía de los nes variadas y múltiples, que el Hijo tiene la forma del
Académicos. Padre y que no consideró usurpación igualarse a Dios,
por tener la misma naturaleza que él..." (Confesiones
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Conversiones de San Agustín
7, 9, 14). Evidentemente, ni Platón, ni Plotino pensaron de la mente del joven catedrático de retórica aquellos
nunca en el Dios cristiano encarnado en Cristo cuando temores y tinieblas que le habían impedido hasta en-
hablaron de Logos, Verbo o Palabra. Pero Agustín tonces acercarse a la Iglesia católica. Era cuestión de
creyó ver, entusiasmado, coincidencias claras entre las dar definitivamente el primer paso. Y Agustín lo dio:
palabras de estos filósofos y el principio del evangelio "Así que, dudando de todo al estilo de los académicos,
de san Juan. según el concepto en que comúnmente se les tiene, y
dando bandazos entre todo tipo de opiniones, tomé la
resolución de abandonara los maniqueos... En conse-
LA CONVERSIÓN AL CATOLICISMO cuencia, a la espera de que surgiese algo seguro
adonde encaminar mis pasos, tomé la resolución de
COMO podemos entrever, y como ya hemos indicado, ser catecúmeno en la Iglesia católica, que me había
la conversión de Agustín al catolicismo no fue algo sido recomendada por mis padres" (Confesiones
súbito e inesperado. Ya hemos dicho que en cuanto 5,14,25). Por cierto que, haciendo una breve digresión,
abandonó la secta maniquea pasó por un corto período podemos ver aquí un precedente interesante de la
de escepticismo. Con la lectura de los libros neoplató- actitud de Descartes, después de haber adoptado la
nicos se puso, consciente y deliberadamente, en ca- duda metódica. Pero no es este nuestro tema.
mino hacia el catolicismo. Probablemente quien más le
Ya hemos dicho que Agustín buscaba no sólo a Dios,
ayudó a recorrer este camino fue, sin duda, el enton-
en el que nunca había dejado de creer, sino al Dios
ces obispo de Milán, Ambrosio. No voy a hablar de la
encarnado en Cristo, tal como se lo había enseñado
evidente y decisiva influencia de Mónica, su madre,
siempre su madre. Los libros neoplatónicos, sin em-
que ya estaba en Milán con su hijo, después de haber-
bargo, al igual que el Hortensio de Cicerón, tampoco
le seguido por tierra y por mar, "con su piedad llena de
hablaban de Cristo. Por otra parte, perdida la fe en la
bríos, segura de ti en todos los peligros" (Confesiones
palabra y la doctrina de Manes, pronto se dio cuenta
6,1,1). Mónica, como no podía ser menos, acudía con
de que tampoco el Cristo del que hablaba el profeta
mayor entusiasmo a la iglesia y quedó, desde el primer
persa llenaba las ansias de su corazón. Y una vez más
momento, extasiada ante los labios de Ambrosio como
volvió a buscar la solución de sus problemas en las
ante un surtidor de agua viva que brota hasta la vida
Sagradas Escrituras. Fue la lectura del apóstol Pablo la
eterna (Confesiones 6,1,1). La insistencia con la que la
que le sirvió de definitiva ayuda para acercarse al ver-
madre hablaba al hijo sobre las excelencias del obispo
dadero Dios cristiano al que él buscaba. "Así, pues,
no nos lo cuenta Agustín, pero lo podemos sospechar.
con toda avidez, cogí las escrituras venerables de tu
Lo cierto es que Agustín tuvo desde el primer momento
Espíritu, con preferencia el apóstol Pablo y fueron des-
una buena opinión sobre el obispo Ambrosio, y es de
vaneciéndose todos aquellos problemas en que a ve-
suponer que la influencia de su madre le ayudara pro-
ces me parecía descubrir contradicciones e incoheren-
gresivamente a aumentar esta estima. "Y llegué a Mi-
cias entre sus palabras y el testimonio de la Ley y los
lán y allí me encontré con Ambrosio, su obispo, célebre
profetas. Y apareció ante mis ojos la verdadera y única
y popular en todas partes entre los mejores, siervo tuyo
identidad de tus palabras castas y aprendí a alegrarme
piadoso... Inconscientemente me veía encarrilado a él
con temblor. (Confesiones 7,21,27). Y en su Contra los
por tu mano, para que, siendo yo consciente, él me
Académicos nos dirá: "Dirigí los ojos a aquella religión
encarrilara hacia ti" (Confesiones 5, 13, 23). El obispo
que me fue inculcada desde mi juventud y de la que
Ambrosio acogió al joven profesor de la cátedra impe-
estaba totalmente compenetrado. Ella me atraía sin
rial de retórica paternalmente y con afabilidad propia
que me diese cuenta. Así... me adherí al apóstol Pa-
de un obispo. Agustín puso todo su interés en escu-
blo... y lo leí con la máxima atención y circunspección.
charle cuando hablaba al pueblo (Confesiones 5, 13,
Entonces... se me reveló el rostro de la filosofía con
23), pero no lo hacía para aprender una doctrina católi-
plena evidencia" (2, 2). En esta "filosofía" del apóstol
ca que, en un primer momento, no le interesaba lo más
Pablo encontró verdaderamente Agustín mucho más
mínimo, sino para hacer un análisis minucioso y deta-
de lo que había creído encontrar en los libros neopla-
llado de su elocuencia, por ver si estaba a la altura de
tónicos. Encontró no sólo la Sabiduría, sino el camino
su fama o por debajo de lo que de él se rumoreaba. Y
para llegar a ella. En la lectura de los libros neoplatóni-
ocurrió que, "cuando abría mi corazón para dar acogi-
cos la sola razón le había hecho vislumbrar la belleza
da a las expresiones retóricas, de paso se colaba den-
de la Sabiduría y se había encendido en él el deseo de
tro de él la verdad de los contenidos. Pero esta opera-
alcanzarla. Pero cuando quiso llegar hasta ella, para
ción era paulatina y escalonada" (Confesiones 5, 14,
abrazarla y poseerla, con las fuerzas de la sola razón,
24). Ambrosio ayudó a Agustín a interpretar espiritual-
éstas le habían fallado. San Pablo le revelaba ahora el
mente algunos pasajes del Antiguo Testamento que,
verdadero rostro de la Sabiduría, encarnada en Cristo,
"interpretados literalmente por mí, me estaban causan-
y, lo que para Agustín fue más sorprendente, le descu-
do la muerte" (Confesiones 5, 14, 24). De esta manera
brió, al mismo tiempo, el camino para llegar a ella: el
se convenció definitivamente de la falsedad de muchas
camino de la humildad. Fue un descubrimiento verda-
de las interpretaciones que los maniqueos hacían de
deramente enriquecedor para Agustín. "No siendo
esos pasajes que tanto le habían hecho sufrir a Agus-
humilde -dirá- no comprendía la humildad de mi Dios,
tín y que le impedían abrirse claramente a la interpre-
Jesucristo, ni entendía qué podía enseñarnos su en-
tación católica.
fermedad... ¿Cuál es el motivo, dice, dirigiéndose a los
Total que, junto a la lectura de los libros neoplatónicos, neoplatónicos, por el que no queréis ser cristianos si
la enseñanza del obispo Ambrosio terminó de despejar
4
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Conversiones de San Agustín
no es que Cristo ha venido con humildad y vosotros de fama y honores, pero siempre, y sobre todas las
sois soberbios?" (La ciudad de Dios 10, 29). demás cosas, la mujer.
De todo lo anterior podemos deducir que, después de Cuando Agustín se convirtió al catolicismo vivía ya sin
la lectura del apóstol Pablo, unos cuantos meses antes la madre de su hijo, a la espera de poder casarse con
de la famosa y conocida escena del huerto, Agustín una niña "a la que ya había pedido la mano y a la que
era ya totalmente católico, en su mente y en sus afec- faltaban dos años para alcanzar la edad núbil" (Confe-
tos. "Ya se habían evaporado todas mis dudas... Lo siones 6, 13, 23) y habiéndose buscado, entretanto,
que ahora andaba buscando no era una mayor certeza otra mujer (Confesiones 6,15,25). No creía tener el
de ti, sino una mayor estabilidad en ti" (Confesiones temple de su amigo Alipio y no se sentía capaz de vivir
8,1,1). Incluso su comportamiento externo era el de un sin mujer: "Pensaba que iba a ser muy desgraciado
católico normal y cumplidor, que reza y va a la iglesia privándome de las caricias de una mujer... me veía
con asiduidad. "Yo actuaba como de ordinario, pero agarrotado por los achaques de la carne, arrastraba
con una angustia progresiva. Diariamente dirigía mis mis cadenas y temía verme librado de ellas... Lo que a
suspiros hacia ti y frecuentaba tu iglesia en la medida mí me atormentaba y esclavizaba principalmente y con
en que me lo permitían las ocupaciones bajo cuyo dureza era la costumbre de saciar mi pasión insacia-
peso me lamentaba" (Confesiones 8,6,13). ¿Qué le blemente" (Confesiones 6,11, 20; 12, 21 y 22) Se sen-
quedaba entonces a Agustín para poder vivir sin esa tía ya con fuerzas para renunciar a su anterior deseo
angustia progresiva de la que nos habla y para poder de honores y dinero, "pero se veía aún fuertemente
sentirse a sí mismo un auténtico convertido? Convertir- encadenado a la mujer" (Confesiones 8, 1, 2). Esta
se al monacato. irrompible atadura a la mujer hacía sufrir a Agustín y
convivía en él con un deseo ardiente de romper los
lazos carnales para volar, libre y sin lastre, hacia Dios.
Situación interior, angustiosa y, a veces, desesperada,
que le producía una agotadora languidez. "Había en-
PARA EL DIÁLOGO EN GRUPO contrado ya la perla preciosa, tenía que comprarla,
− San Agustín se convirtió a la sabiduría después de aunque tuviera que vender todos mis bienes. Pero
leer un libro de Cicerón. ¿Crees que el hombre dudaba" (Confesiones 8,1,2).
contemporáneo experimenta hambre de sabiduría Con el ánimo humilde y conturbado se dirigió Agustín
y de verdad? ¿Por qué? al anciano y sabio sacerdote Simpliciano, padre espiri-
− La conversión a la práctica de la religión católica tual del obispo Ambrosio. Cuando Agustín habló al
tropieza, a veces, con el tópico de que Iglesia es anciano sacerdote de la revolución interior que había
sinónimo de prohibición, moral rígida... ¿Cómo sufrido con la lectura de algunas obras de los platóni-
presentar hoy el carácter liberador del mensaje de cos, en su versión latina de Victorino, Simpliciano, con
Jesucristo? astucia santa, le contó, con todo lujo de detalles, la
valiente y pública conversión al catolicismo del famoso
− Hay muchas personas que se dicen católicas por el profesor, escritor y traductor, al que Agustín tanto ad-
hecho de haber sido bautizadas y asistir los do- miraba. El corazón de Agustín se inflamó en deseos de
mingos a la Iglesia. ¿Qué tipo de comportamiento imitarle: "A partir del momento en que tu siervo Simpli-
práctico debe ser hoy el que distinga a un verdade- ciano concluyó su relato sobre Victorino, ardí en de-
ro católico? seos de imitarle. Tal era el objetivo que se había pro-
puesto Simpliciano al contarme el caso de este hom-
bre" (Confesiones 8, 5, 10). Pero esta su nueva volun-
tad, espiritual, no era aún capaz de sobreponerse a la
voluntad antigua, la carnal: "En cuanto a mi voluntad
V. LA CONVERSIÓN AL MONACATO nueva... aun no se sentía capaz de vencer a la prime-
ra, que se había ido reforzando con los años. De este
EN el libro octavo de las Confesiones lo que Agustín modo, mis dos voluntades, una vieja y otra nueva, una
nos cuenta, preferentemente, no es su conversión al carnal y otra espiritual, peleaban entre sí. Este antago-
catolicismo, sino su conversión al monacato. Agustín nismo destrozaba mi alma" (Confesiones 8, 5, 10). No
fue un hombre radicalmente apasionado en sus deseos tenía duda ninguna sobre la verdad católica, pero no
y decisiones. Cuando tomaba una decisión, la tomaba se sentía todavía con fuerzas para entregarse del todo
con todas sus consecuencias. Por eso, cuando leyó el a Dios: "no me valía ya aquella excusa con que solía
Hortensio quiso dedicar toda su vida a la búsqueda de persuadirme a mí mismo, alegando que si aun no me
la sabiduría; cuando se convirtió al maniqueísmo quiso había puesto a tu servicio despreciando el mundo era
alcanzar al Dios-Sabiduría, revelado por Manes, con la porque no tenía aún un conocimiento claro de la ver-
sola luz de su razón; cuando leyó los libros neoplatóni- dad. Ya lo tenía, y bien claro" (Confesiones 8,5,11).
cos quiso dedicar todo su tiempo, viviendo en comuni-
dad con sus amigos, a la contemplación y disfrute del Lo que, finalmente, desencadenó la tormenta interior
Dios- Unidad-Belleza, vislumbrado por Plotino; y cuan- que llevó a Agustín a romper, para siempre, las atadu-
do leyó a san Pablo prometió ardiente y angustiosa- ras de la carne y a convertirse al monacato, fueron los
mente dedicar toda su vida al Dios revelado en Cristo. relatos que les contó Ponticiano a él y a su fiel amigo
¿Qué fue lo que le impidió, una y otra vez, realizar sus Alipio: "Voy a contar también el procedimiento que
sinceros y fervientes deseos? En un principio, el deseo empleaste para liberarme de las ataduras del deseo de
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Las Conversiones de San Agustín
unión carnal que me tenía cogido y de la esclavitud de buscar esposa ni me retenía esperanza alguna de este
las ocupaciones mundanas" (Confesiones 8, 6, 13). mundo" (Confesiones 8, 12, 29 y 30).
Ponticiano, africano y compatriota de Agustín, desem-
peñaba un alto cargo en la corte de Milán. Cuando
llegó a casa de Agustín, en visita rutinaria de amistad, A LOS TREINTA Y TRES AÑOS, DE-
estaba también allí, en aquel momento, Alipio. Ponti- JANDO TODO, HACE PROPÓSITO
ciano se sorprendió al ver que sobre la mesa del des-
pacho estaba el libro de las cartas del apóstol Pablo. DE SERVIR A DIOS
Él, que era un ferviente cristiano, se alegró al compro- "Al punto, con todas las veras del corazón, dejo toda
bar el interés de Agustín por los escritos paulinos y, esperanza secular, sin buscar mujer, ni hijos, ni rique-
hablando y hablando, les contó la vida de "Antonio, zas, ni honores mundanos, sino sólo servir a Dios con
monje de Egipto, cuyo nombre gozaba de meritoria los suyos, anhelante por vivir en aquella y de aquella
fama entre tus siervos, pero que nosotros descono- grey, a la que dice el Señor: "No temas, rebañito mío,
cíamos hasta ese preciso momento... Quedamos bo- porque vuestro Padre se ha complacido en daros el
quiabiertos oyendo tus portentos... Iodos quedamos reino... “Y lo que repite el Señor y deseaba cumplir el
maravillados: nosotros, por tratarse de hechos tan santo varón: "Si quieres ser perfecto, ve, vende todo
notables, él, de nuestra ignorancia sobre el particular cuanto tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en
(Confesiones 8, 6, 14). También les contó que incluso los cielos, y ven y sígueme".
extramuros de Milán había un monasterio poblado de
buenos hermanos bajo la dirección de Ambrosio, y Después de recibir el bautismo juntamente con otros
nosotros no lo sabíamos (cf. Confesiones 8,6,15). Les compañeros y amigos, que también servían al Señor,
habló, además, de dos funcionarios de la corte que, le apeteció volverse a África, a su propia casa y here-
habiendo encontrado en una cabaña la Vida de Anto- dad; y una vez establecido allí, casi por espacio de tres
nio y después de leerla ávidamente, decidieron que- años, renunciando a sus bienes, en compañía de los
darse en la cabaña haciendo vida de monjes. que se le habían unido, vivía para Dios, con ayunos,
oración y buenas obras, meditando día y noche en la
La tormenta que se desencadenó en el corazón de divina ley. Comunicaba a los demás lo que recibía del
Agustín, después de oír los relatos de Ponticiano, y cielo con su estudio y oración, enseñando a presentes
una vez que éste se había marchado, fue descomunal. y ausentes con su palabra y escritos" (Vida de San
"¡Qué cosas me dije! ¡Con qué pensamientos restallan- Agustín escrita por San Posidio, capítulos 2 y 3).
tes como azotes flagelé mi alma para ver si me seguía
en mi intento de ir en pos de ti! Pero ella se resistía... HASTA aquí el testimonio vivo y directo de san Posi-
Ya estaban agotados y rebatidos todos los argumen- dio. Queda atrás un camino largo y azaroso de descu-
tos. Solo quedaba un temblor mudo. Mi alma sentía brimientos y rectificaciones. Toda esta aventura inquie-
verdadero pánico de verse apartada de la costumbre ta queda sintetizada en lo que he llamado las conver-
que la consumía hasta matarla" (Confesiones 8, 7, 18). siones de san Agustín. En este proceso de liberación
interior y de acercamiento a la Verdad, intervienen la
Lo que siguió a esta gigantesca tormenta en el interior inteligencia y el corazón. Es el Agustín intelectual, ami-
del corazón de Agustín es de sobra conocido por todos go del pensamiento, y el Agustín vitalista, amigo de
los que han leído el libro de las Confesiones: Agustín experiencias.
se dirige a Alipio con frases entrecortadas y sollozan-
tes, salen los dos al huerto de la casa, Agustín "hace La conversión no debe interpretarse como llegada a la
un montón de gestos corporales... se tira de los pelos, estación término sino, más bien, como el hallazgo de
se golpea la frente, se aprieta las rodillas engarfiando tierra firme que permite hacer pie para continuar el
los dedos de las manos..." (Confesiones 8, 8, 20), se viaje. El sentido dinámico de toda conversión exige una
aleja de su amigo Alipio y "cae derrumbado a los pies cierta provisionalidad porque, de lo contrario, se blo-
de una higuera... “En esta situación es cuando oye quea la apertura al cambio y se detiene uno en el ca-
"una voz procedente de la casa vecina, una voz no sé mino por sentirse como quien ya ha llegado. La vida "o
si de niño o niña, que decía cantando y repitiendo a es apasionamiento, búsqueda y, por consiguiente,
modo de estribillo: ¡Toma y lee! ¡Toma y lee!" (Confe- inquietud, o es un dejarse morir cada día un poco,
siones 8, 12, 28 y 29). Se incorpora y corre a abrir el huyendo en dirección de todas las evasiones posibles
códice de las epístolas de san Pablo, con la intención que caracterizan a nuestra sociedad y que sólo sirven
de leer lo primero con que se topase. Allí leyó: Nada de para aturdirse o evitar el planteamiento de las verdade-
comilonas ni borracheras; nada de lujurias ni desenfre- ras preguntas" (Bruno Forte, La esencia del cristianis-
nos; nada de rivalidades y envidias. Revestíos, más mo, Ed. Sígueme, Salamanca 2002, pp. 29-30).
bien, del Señor Jesucristo y no os preocupéis de la Las conversiones de san Agustín son hoy testimonio
carne para satisfacer sus concupiscencias (Romanos ejemplar de la lucha por creer y el diálogo permanente
13, 13 y ss.). con una Verdad que no se deja domesticar por nues-
Agustín estaba convertido al monacato: "nada más tras pretensiones. La fe, escribe Bruno Forte, "es lucha
acabar la lectura de este pasaje, sentí como si una luz y agonía, no el reposo de una certeza poseída. Quien
de seguridad se hubiera derramado en mi corazón, piensa tener fe sin luchar, se arriesga a no creer en
ahuyentando todas las tinieblas de mi duda... He con- nada", (o. c., p. 112).
vertí a ti de tal modo que ya no me preocupaba de
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
Dios, es necesario conocer al hombre" (Discurso del Madaura o Cartago, y él se encargará luego de intro-
7.12.1965). La resonancia de la plegaria agustiniana: ducir en Milán, Roma, Hipona, o donde sea, el opor-
"¡Oh Dios, siempre el mismo!, conózcame a mí, tuno destilador cristiano. Criticó la cultura clásica
conózcate a ti" (Soliloquios 2,1,1) es nítida lo mismo siempre que lo juzgó necesario, pero sin jamás probar
en este análisis de Pablo VI que en tantos de Juan hacia ella repugnancia o desdén. Por los caminos de
Pablo II, cuya inquietud cultural cristalizó en la crea- la retórica, de la poesía, de la filosofía y de las cien-
ción, el 25 de marzo de 1993, del Consejo Pontificio cias llegó a descubrir en dicha cultura la más ambicio-
de la Cultura y, posteriormente, al publicar su encíclica sa meta a la que un hombre puede llegar en la esfera
Fides et Ratio. de su experiencia intelectual. Y la suya no fue peque-
ña, ciertamente.
PARA EL DIÁLOGO
Dentro del espacioso campo de maniobra que él con-
¿Qué factores debieran concurrir en la
cede a la cultura clásica, podemos distinguir la prope-
cultura para poder hablar de ella con propiedad,
déutica, o introductoria, de la educativa, o perfectiva.
sin forzar el discurso ni descomponer la figura?
La primera equivaldría a la actividad de quien procura
¿Qué culturas debieran ser desposeídas de conseguir los mejores frutos del humano saber; o sea,
tal nombre y por qué motivos? Puestos en cultura, educación, instrucción, formación, esfuerzo del espíri-
¿cabría decir que todo es cultura? ¿También su tu tendente a una fecunda vida intelectual. La segun-
indefinición? da, en cambio, sería la actividad de una serie de co-
nocimientos depositados en el fondo del espíritu, des-
¿Qué aspecto agustiniano puede contar
de cuyo punto de vista cabría distinguir entre cultura
más en la cultura, la persona o sus escritos? ¿Po- teológica, filosófica, musical, deportiva y por ahí se-
drían deslindarse uno y otro en san Agustín? guido. Se ha producido un cambio de sentido admi-
II. EN LA CULTURA CLÁSICA tiendo esta denominación, es cierto, porque la cultura
no significa ya sólo esfuerzo, métodos, diversos gra-
LA importancia de la formación humanística que Agus- dos educativos, sino, ante todo, la que podríamos
tín recibe de niño estriba en que, dentro de sus estre- denominar vida del espíritu o aspecto intelectual de la
chos límites didácticos, alguna vez y en algunos pun- civilización.
tos éste no pasará de autodidacta, le exige absoluto
rigor en el aprendizaje, fidelidad incondicional en la Ciertamente, la cultura es uno de los elementos inte-
dedicación y esmerado cultivo en el ejercicio de las grales e integradores de la civilización, aunque ni una
dotes pedagógicas. Ella le enseña a discurrir con se- ni otra sean la misma cosa, porque mientras la civili-
guridad, a pensar con exigencia, a repentizar con ra- zación comprende el progreso material y moral, la
pidez, a expresarse con elegancia y a escribir con cultura, por el contrario, dice referencia sólo al segun-
precisión. Aquellos estudios de Gramática y de Retóri- do, y abarca la instrucción, o sea, el desarrollo y culti-
ca van despertando su agudo temperamento, su des- vo de la inteligencia y la educación, esto es, lo refe-
pejada inteligencia y su portentosa memoria, hasta rente a la voluntad. Así se comprende que se den
hacer de todo ello un armonioso conjunto u orquesta- individuos muy cultos y a la vez en extremo pobres, y
ción de recursos estilísticos y doctrinales propios de que puedan existir también hombres con un coeficien-
un genio singular como el suyo. te intelectual muy desarrollado en pueblos cuyo índice
de cultura es muy bajo. Desde el vértice de lo social y
Componen su bagaje cultural un montón de doctrinas colectivo, sin embargo, el mayor grado cultural de un
helénicas y latinas que, al paso de los años, servirán pueblo coincide con el de su civilización, por ser la
de trampolín hacia metas intelectuales más ambicio- cultura, no se olvide, su primer elemento configurador.
sas. Su gran mérito consiste en haber hecho desem-
bocar tan importantísimo caudal, oportunamente La cultura, en definitiva, es cuestión de humanismo.
adaptado por él, claro es, a las necesidades doctrina- En realidad, cuando Cicerón quiso trasladar el griego
les de la dogmática cristiana, en los profundos y espa- paideia al sonoro latín no encontró la palabra adecua-
ciosos mares del cristianismo medieval. Frente a da y hubo de recurrir al neologismo humanitas, pero el
quienes han querido ver en el de Tagaste al brillantí- término tampoco hizo fortuna en los ambientes latinos
simo literato de la decadencia, o al intuitivo iniciador y acabó por significar más tarde, de modo exclusivo,
del Medio Evo, emerge la tesis hoy común que prefie- la correspondiente filantropía del griego. Perdió el latín
re al hombre excepcional de la Antigüedad tardía. Su así humanitas como sinónimo de cultura, cierto, pero,
futura cultura cristiana es ya, en realidad, medieval por en contrapartida, conservó hasta el momento numero-
inspiración, carácter religioso y firme deseo de que las sas derivaciones suyas, verbigracia, humanidades,
manifestaciones todas de la inteligencia dependan humanismo, humanidades clásicas, que nos recuer-
siempre de la fe, aunque, a la vez, siga siendo esen- dan el primitivo contenido cultural de la humanitas
cialmente antigua en contenidos y métodos. Hay en ciceroniana (cf. Langa, P., San Agustín y la cultura,
ella, es cierto, algo que termina y algo que empieza, el Madrid 1998, p. 38). La gran aportación patrística, san
final de una época irremediablemente vieja y el princi- Agustín de modo particular, va a consistir justamente
pio de otra irresistiblemente nueva: culturas decadente en acertar a convertir el sabor clásico de la cultura en
e incipiente perpetuándose hasta hoy en vistosas flo- sabor evangélico.
raciones de saber y en sonoros acordes de actuar. Aquella cultura reinó hasta que la barbarie de los si-
El humanismo de la cultura clásica se le allega mente glos oscuros acabó con su paganismo. Ocurre, sin
arriba y corazón adentro desde la escuela de Tagaste, embargo, que Agustín de Hipona había dispensado a
2
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
buen número de sus autores especial afecto y no era der en pacífica convivencia. Que san Agustín se
cuestión de abandonarlos de pronto. Nunca lo hará, muestra partidario de semejante osmosis culturae, lo
bien es cierto. De ahí que a menudo se intuyan pre- prueban significativas obras suyas como La ciudad de
sentes en su prosa mediante la expresión ciceroniana Dios, La catequesis a los principiantes, La doctrina
o el lirismo virgiliano. Que por algo suele verse en el cristiana, las mismas Confesiones o La Trinidad, dicho
hijo de Mónica al más genuino representante de la sea sin ánimo de agotar repertorio ni preterir listados.
cultura literaria de Roma en los siglos IV y V. Al fervor
El Vaticano II no invita a católicos, o cristianos en ge-
por la verdad entendido como verdadero culto al Dios
neral, a crear una cultura propia y específica del cato-
verdadero, que el Hortensio despierta en su juventud,
sabrá él unir, sin demora, la religión y la filosofía. No licismo / cristianismo. Se contenta, más bien, con
renuncia, pues, a la cultura clásica, no. Al contrario, reconocer los valores, también las crisis, antino-
diríase que está bien convencido de la inviabilidad de mias y tensiones que puedan existir o sobrevenirle a
un cristianismo iletrado. Pretende por eso, más bien, y la cultura de nuestro tiempo. Exhorta, en cambio, y
lo consigue, integrarla en los nuevos esquemas cris- anima, eso sí, a obrar dentro del ambiente ideológico,
tianos. Cultura pagana, por tanto, sí, pero al servicio probando a infundir el suplemento de alma que el
de la cristiana. mundo necesita y a desarrollar la cultura humana, "de
tal manera que cultive equilibradamente a la persona
En este programa que exigía total subordinación, nun- humana íntegra y ayude a ¡os hombres en las tareas a
ca eliminación ni ofensa, de la cultura clásica a la vida cuyo cumplimiento todos, y de modo principal los cris-
cristiana, obras como La doctrina cristiana evidencian tianos, están llamados, unidos fraternalmente en una
que la cultura y literatura del antiguo clasicismo fueron sola familia humana" (Constitución sobre la Iglesia en
oportunamente adaptadas a la cristiandad de los si- el mundo actual 56). Se puede decir que san Agustín
glos IV y V en una sabia lectura de eso que hoy en- en este sentido fue pragmático de puro intuitivo. Trató
tendemos como signos de los tiempos, y señala, en de vivir lo aprendido al calor de la fe nutrida y robuste-
las ciencias o artes liberales, un medio para admirar cida mediante el diario contacto con las Escrituras
las bellezas del camino y un vehículo para llegar hasta Sagradas, "encanto lleno de pureza" (Confesiones
Dios. La sabiduría sobrenatural, pues, en modo al- 11, 2, 3).
guno la ciencia humana, muestra al hombre la verdad,
a la vez que le proporciona los medios de conseguirla. Basó la verdadera filosofía en comprender la divina
La filosofía entendida por él como "amor a la sabidu- Palabra, aunque sin limitarse a masticarla como pan
ría" (amor sapientiae) (Confesiones 3, 4, 8) se identifi- multiplicado y tierno de cultura y de fe. Comprendía
ca con la verdadera religión en esa inteligencia de lo que es preciso, además, saber comunicar la sabiduría
que va a llamarse, andando el tiempo, teología. "Ni espiritual (intelligentia spiritualis) a los otros. De ahí su
persigue otro fin la verdadera y auténtica filosofía afán evangelizador e inculturizador con el menestero-
sino enseñar el principio sin principio de todas las so mundo de los demás. Retórico cabal, hizo ver que
cosas" (El orden 2, 5, 16), escribe genial. la cultura, antes que almacenarla en trojes de interio-
ridad inhibida y desenfadada, hay que probar a vivirla
Suele afirmarse, con razón, que formó un cristianismo de modo que se transmita, comunique, propague a
filosófico, o mejor aún, una filosofía al servicio del tiempo y a destiempo. "El doctor y expositor de las
cristianismo sin pérdida de quilates, es decir, salvando Escrituras divinas — afirma-, como defensor que
cuanto de más valioso presenta aquel saber con sabor es de la fe y debelador del error, debe enseñar lo
profano que, de otro modo, sería rechazable sin con- bueno y desechar lo malo, y asimismo mediante el
templaciones por pernicioso e inútil. Un paso de esta discurso apaciguar a los contrarios, alentar a los
envergadura supone en quien lo da, como es el caso tibios y enunciar a los ignorantes de qué se trata,
nuestro, rendido amor a la verdad que está delante, y qué deben esperar" (La doctrina cristiana 4, 4, 6).
reconocida gratitud al saber que va quedando detrás,
fina intuición para apreciar el saber por el saber que Aplicada la levadura del Evangelio a la masa de la
tiene entre manos, aunque sea en el paganismo, ge- antigua cultura clásica, consiguió el fermento de esa
neroso afán de, según la media de lo posible, comuni- plausible síntesis fe-cultura de la que Juan Pablo II ha
carlo y compartirlo, y envidiable instinto teológico, en escrito diciendo que "no es sólo exigencia de ¡a cultu-
fin, para saber aprovechar lo aparentemente sin valor, ra, sino también de la fe". Porque "una fe que no se
pero en realidad, objetivamente valioso. La actualidad hace cultura es una fe que no ha sido ni plenamente
de un método así es clarísima. acogida, ni totalmente pensada, ni plenamente vivida"
["Epistula Fin dall'inizio" AAS, 74 (1982), 683-688].
III CON LA CULTURA CRISTIANA Aquella cultura, siendo así, oscurecida de paganismo
en unos aspectos, a la vez que iluminada de cristia-
LA conversión viene a persuadirle de la insuficiencia
nismo en otros, a base de entenderla siempre desde
de la cultura pagana por muy clásica que ella sea.
Dios, o si se quiere desde el consabido contraste de
Comprende entonces que, lejos de acabar con sus
una y otra, es, justo, lo que convierte al obispo de
posibilidades, es preciso enriquecerla, potenciarla y
Hipona en maestro incomparable de la conciencia de
perfeccionarla. Culmen y alambique de todo ello va a
Occidente.
ser el Evangelio. Lección a impartir y aprender, en
docentes y discentes, para nuestros tiempos postmo- Su tesis es clarísima: "en cualquier parte donde se
dernos y de alborada milenaria. Helenismo y cristia- hallare la verdad, pertenece al Señor" (La doctrina
nismo -era su punto de vista- no tienen por qué vivir cristiana 2, 18, 28). De ahí su aspiración a depurar tal
enfrentados, al contrario, deben completarse y proce- cultura y comunicarle nuevos valores éticos; su empe-
3
Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
ño por unir estrechamente, a beneficio de la verdad y EL conflicto que libran hoy las duras exigencias de la
del arte, solidez de pensamiento y elegancia de forma. nueva evangelización y los seductores cantos de sire-
Se comprende que en sostenido y sabroso diálogo na del movimiento secularista conlleva, entre otras, la
con Dios desde el que consigo mantiene, se lo re- grave consecuencia ya de negar las culturas popula-
cuerda Casiciaco -"el mismo Agustín con Agustín" res, o sea, la desculturización pura y dura, ya de per-
(Carta 3,1)-, vuelto a los recuerdos de infancia, der su memoria histórica, es decir, la desmemorializa-
exclame: "Señor, tú eres mi rey, eres mi Dios, sea ción monda y lironda. Y ello bien a través de ideolo-
consagrado a tu servicio cuanto desde niño he apren- gías «totalitarias» o, si se prefiere, del monopolio ideo-
dido de útil, que yo hable, lea, escriba, cuente para lógico y del consumismo a que incitan algunos siste-
servirte" (Confesiones 1,15, 24). Aspira con ahínco mas económicos desde sus plataformas de propagan-
a la "contemplación de la verdad, que pacifica todo el da, bien con la negra y censurable manipulación de
hombre y le imprime una viva semejanza con Dios" (El los mismos medios públicos desdichadamente pues-
Sermón de la Montaña 1, 3, 10). He ahí el atajo de tos a menudo más al servicio del poder que de la ver-
la cultura cristiana: porque cuanto de útil ofrece la dad. Una cultura que pretendiese arramblar con lo que
cultura en la Biblia está, que sabiduría y ciencia se encuentra para imponer sus dictámenes ya se com-
unen a la postre en Cristo, Verbo de Dios y Verbo prende que no merecería llamarse cultura, sino cual-
encarnado, pues "nuestra ciencia es Cristo, y nuestra quier otra cosa, que va desde el colonialismo del espí-
sabiduría es también Cristo [...] Por Él caminamos ritu a la dictadura religiosa.
hacia Él y por la ciencia nos dirigimos a la sabiduría"
¡Gran problema cultural el de nuestro tiempo! Ofrece,
(La Trinidad 13, 19, 24).
por así decir, dos caras: una, la que planta el drama
Merece la pena, siendo así, que, secundado el conse- que hoy provocan no tanto el rechazo cuanto el olvido
jo de este paladín de cultura que fue el Doctor de la de Dios: que no se sabe qué pueda ser peor, si el
Gracia, apostemos por el hombre vertical, ése que ateísmo, con la negativa carga conceptual de esta
persigue las cosas nobles y rehúye los rastreros y hora de albores seculares, o la indiferencia, es decir,
empobrecedores dictámenes de la horizontalidad. El el pasar uno de Dios. Todo lo cual supone, derivando
sabio ejemplo agustiniano canta solo de puro claro: ni a la praxis de la rúa cotidiana, bascular entre la reli-
autoridad política ni poder religioso bastan para ase- gión manipulada o la secularización lampante y devas-
gurar el triunfo de la verdad. Se requiere la gracia de tadora en la cultura posmoderna. La otra cara estaría
Dios, y que los hombres de talento pongan su ciencia constituida por los signos de esperanza y puntos de
al servicio de la fe. Los mismos creyentes en Cristo partida para el nuevo anuncio evangélico, manifesta-
corren a veces el riesgo de olvidar que el cristianismo dos sin previa ni suficiente nitidez para echarse al
es, a la postre, más una religión del espíritu que del camino, puesto que el retorno de formas de lo sagrado
corazón, y de ahí que sea preciso formar no sólo san- en una sociedad que parecía casi del todo seculariza-
tos, sino también sabios. Y como la ciencia se halla da sobreviene traído ahora por un extraordinario flore-
sobre todo en los hombres de cultura, a ellos habrá cimiento de sectas, movimientos religiosos y grupos
que acudir y a ellos escuchar. Predicando de los após- sincretistas, muchos de los cuales "coartan la libertad
toles dirá que en ellos "la primera cosa útil era la de sus miembros, hasta el punto de hacer peligrar su
ciencia, saber de qué estaban escasos; la gran salud mental" [Poupard, P., "La misión de los centros
felicidad, saber a quién lo pedían. Señor, dicen, culturales católicos en la Europa contemporánea",
auméntanos la fe (Lc 17, 5)" (Sermón 80, 1). Pero Culturas y Fe, IV/3 (1996), pp. 161-172, 164].
tampoco le duelen prendas en dejar bien sentado que
Jamás como ahora se había obstinado el hombre en
"es preferible la ignorancia del creyente a la ciencia
considerar a Dios enemigo de su autonomía y libertad,
temeraria" (Sermón 27, 4; cf. 117, 5; 133, 6; 277,9;
lo que vale tanto como decir de su cultura. Y nunca
199, 2). Más aún: "Si alguien dice saber So que
como en este prólogo de milenio el hombre pareció
desconoce, es un temerario; quien niega saber lo
encontrarse vagando perdido, presa de una alienación
que realmente sabe, es un ingrato" (Sermón 265, 9).
cultural, incapaz de apagar la sed de Absoluto. A falta
PARA EL DIÁLOGO de ese Dios íntimo de la interioridad agustiniana, el
hombre, cada vez más oprimido y vacío, recurre a los
¿Sirvió la cultura clásica en san Agustín de
ídolos de sus manos, a esa, diríase, cultura de la
puente, de instrumento, o más bien aportó doctri-
desmemoria o sin cultura, que en modo alguno, claro
na sólida para la configuración de la cristiana?
es, le salvan de sus caídas ni de sus yerros. A tanto
¿Podría darse una cultura digna de tal llega ya la aberración que no faltan quienes pretenden
nombre sin el plus añadido del Evangelio? ¿Hasta hacer pasar como cultura nada menos que el mare
qué punto es posible hablar de simbiosis entre mágnum de confusas y extrañas ideas, el heteróclito y
ambas? variopinto mundo de culturas que por doquier pululan
ahora sin canon ni regla ni franquicia ni sistema. Cual-
¿Qué notas del agustinismo son dignas de quiera que esté avezado en las cuestiones del saber
señalamiento en la cultura cristiana? ¿De qué mo- comprende que, para un autor cuyo repertorio literario
do podríamos lograr que la fe se haga cultura en
cuenta con una obrita titulada El orden, como es el
sentido agustiniano?
caso de san Agustín, no parece que semejante dislate
IV. HACIA LA CULTURA MODERNA lleve camino de buen puerto. Precisamente en ese
mismo escrito nos deja esta sublime idea, programa
toda ella de terapia en el asunto a que aludo: "La
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
causa principal de este error es que el hombre se espaldas al mensaje cultural, se autodestruirían. San
desconoce a sí mismo. Para conocerse necesita es- Agustín sigue impartiéndonos un alto ejemplo a recor-
tar muy avezado a separarse de la vida de los senti- dar y celebrar, dada su condición de clásico. Por clá-
dos y replegarse en sí y vivir en contacto consigo sico, en efecto, y por Doctor y Padre de la Iglesia, nos
mismo. Y esto lo consiguen solamente los que o sale al camino pertrechado de finísimas ideas, con
cauterizan con la soledad las llagas de las opiniones espíritu de discernimiento, para señalar que una cosa
que el curso de la vida ordinaria imprime en ellos, o es la Cultura con mayúscula, ésa que pretende un
las curan con la medicina de las artes liberales" (El valor objetivo de veracidad (amicus Plato, sed magis
orden 1,1,3). También hoy, como cuando san amica ventas, aspiración y consigna de las Revisio-
Agustín, vivimos tiempos de decadencias imperia- nes), y otra, en cambio, la menor, las, diríase, folclóri-
les y desencantos políticos, de mucho ruido y po- cas culturas advenientes o emergentes. Es de igual
co silencio, de muchas prisas y poco fondo inte- modo clásico y Doctor y Padre de la Iglesia, a cuyo
rior. La dispersión conduce a la zafiedad; el capri- entender "ningún hombre puede decir la verdad si
cho, al desorden; el descontrol, al pillaje ideológi- no es iluminado por quien no puede mentir" (Tra-
co. tados sobre el Evangelio de San Juan 14, 9).
El primer requisito, pues, de la cultura para encontrar Sigue recordándonos a los hombres del nuevo mile-
a Dios es convencerse de su falta/ausencia. Y cuando nio, cómo no, la importancia que para cada uno tiene
Dios le viene a faltar, el hombre vaga perdido en dra- la huella de Dios, ese vestigio divino a veces no de-
mática soledad, más dura cuanto más distante, y más masiado perceptible, pero que confiere finalidad, mi-
vacía cuanto más conturbadora. Para todo esto sirve sión y sentido al quehacer de cada día. La esencial
de magnífico ejemplo el agustiniano "Toma y lee" (To- distinción entre los humanos consiste, a la postre, en
lle, lege): que la conversión de san Agustín enseña, las actitudes que enfrentan al paganismo y al cristia-
como primera lección, a mantener alta la guardia, a nismo, en los criterios a la hora de ajustarse a los
prevalemos de ese austero y ascético y místico ejerci- dictámenes de la trascendencia, según sea en el cris-
cio de continua catarsis con el que tanta relación tianismo o en las otras religiones. Es posible que este
guarda la cultura. Ella será capaz de hacerle a uno dictamen suyo se nos antoje demasiado exigente. En
entrar dentro de sí, donde más que el yo va a encon- el fondo, sin embargo, es de principio a fin objetivo:
trarse con la mirada misericordiosa, íntima, esclarece- "Aquéllos (dice de los paganos) ven con los ojos de
dora de Dios, fuente de toda religión y de toda cultura la carne la vanidad; nosotros, en cambio, vemos
que merezca letras mayúsculas. con los ojos del corazón la verdad" (Tratados sobre
el Evangelio de San Juan 7, 6).
Extraña lejanía en la interpretación agustiniana ésta
de la oculta presencia divina o presencia escondida de Todo aquello que impida caminar por la estrecha sen-
Dios. Las frases del Hiponense resultan consignas da de los principios éticos y, en vez de llevar a Dios,
para esta sociedad de nuestro tiempo, menesterosa de Él retraiga/distraiga, entiende san Agustín que de-
ella de saber en clave de búsqueda: "Tú estabas be ser relegado, si es que no combatido. Aunque así
dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y se llame, nunca será cultura, sencillamente. Y es que
deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas "quien reprueba toda filosofía condena el mismo amor
hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, a la sabiduría" (El orden 1,11, 33). Reprobar toda cul-
mas yo no lo estaba contigo" (Confesiones 10, 27, tura, pues, conlleva condenar el mismo amor a la cul-
38). El diálogo fe-cultura, de tanta actualidad, pasa tura. Si la cultura, puestas así las cosas, pretende ser
necesariamente, para san Agustín, por el diálogo cul- elevación de espíritu, habrá de partir de la antropolo-
tura-Evangelio, como acicate a la perenne fecundidad gía, proseguir por la teología y resolverse en mística,
de la verdad inculturada. todo lo cual compone, en el hombre, un proceso de
religación a Dios.
V ANTE LA ENCRUCIJADA DE
CULTURAS Lo primero que la cultura, en cuanto cuestión antropo-
lógica, evidencia es el problema de la relación hom-
LA confusión al respecto es grande y parece tener bre- Dios, argumento principal del agustinianismo
hondas y muy caprichosas raíces. En efecto, la fre- perenne. El hombre imagen divina (Génesis 1, 26), a
cuente manipulación del lenguaje, las servidumbres al quien Dios encomienda señorear sobre el cosmos,
poder en los medios de comunicación, el torcido de- tiene ante sí el reto de renovar y mejorarse cada día,
seo de atenerse a la mentira en vez de a la verdad, el es decir, de ser agricultura de sí mismo, transforman-
fácil acceso a los medios de transporte y los frecuen- do y renovando y mejorando el entorno. Esto, salta
tes viajes turísticos y de negocio a cualquier rincón del bien a la vista, quiere decir sencillamente que lo mejor
planeta, la era de la informática y de la comunicación del hombre está en la cultura y lo mejor de la cultura,
virtual, la piratería informativa y el control de masas a su vez, estriba en el hombre. Que el hombre termina
ejercido con mando a distancia por oligarcas y dirigen- siendo Evangelio, es verdad, pero empieza por ser
tes sin escrúpulos y, en fin, las mafias organizadas en primero cultura. Su destino entonces no es otro que
la propaganda y cien subsiguientes etcétera que pu- Dios, a quien se llega por la fe, auxiliada de la cultura.
dieran aquí añadirse, han contribuido y sigue contribu-
yendo a una verdadera encrucijada cultural. La verdad sobre el hombre, compuesta de fe y razón,
es, por otra parte, el criterio para moverse en lo inter-
Vivida en la fe, la verdad es fuente de nueva cultura. cultural. Entre fideísmo y racionalismo, esos dos terri-
Una Iglesia, o la misma sociedad, sin cultura, o de bles azotes del momento cultural imperante, tercia la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín
equilibrada y sabia norma agustiniana del "cree para rios, el de Dios. Es preciso, por todo ello, respetar la
que entiendas" (crede ut intelligas) y del "entiende cultura en sus diversas manifestaciones, esto es, la
para que creas" (intellige ut credas) (Sermón 43, 9). diferencia de culturas, y en modo alguno impedir el
Precisamente, entre los derechos de las naciones hay derecho fundamental a distinguirse, sobremanera en
que ver la cultura con que un pueblo expresa y pro- la religión y en la conciencia, pilares culturales sobre
mueve lo que se podría denominar soberanía espiri- los que se asienta eso que ahora polariza el discurso
tual, ya que el mencionado binomio se desfleca con del Papa, de no pocos líderes religiosos y hasta de los
frecuencia en acequias de fe y razón, de hecho reli- hombres políticos de bien, a saber: el derecho a la
gioso y cultura, de vida y creencia de la Humanidad. libertad religiosa. Nuestro autor tiene páginas memo-
rables en la Ciudad de Dios sobre la pluralidad de
No hemos de olvidar en este mismo orden de cosas
pueblos y el progreso de las naciones a través del
que "la cultura implica una totalidad de expresiones de
hombre, la concordia y la paz, en cuanto fuentes de
lo humano en usos, costumbres, tradiciones y valores
bienestar y caldo de cultivo para el crecimiento cultu-
que acompañan a la lengua, pero no se identifican con
ral. Sus palabras resuenan todavía en los foros más
ella. Este derecho a la propia cultura implica poder
autorizados con la nitidez y timbre de su primera elo-
comportarse conforme a sus tradiciones. Y por lo
cución en los tiempos imperiales: "Dos amores die-
mismo, el derecho de poder educar y formar las nue-
ron origen a dos ciudades; el amor de sí mismo
vas generaciones conforme a ese modelo cultural. Sin
hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de
la cultura no es posible la nación, ni el hombre" [Juan
Dios hasta el desprecio de sí, la celestial" (La ciu-
Pablo II, Discurso a la Unesco (5-10- 1995), n. 8]. Hoy
dad de Dios 14, 28). Es evidente que ambas ciudades
priva la expresión humanidad nueva, hombres nuevos,
reclaman, cada una por su parte, cultura propia. Ahora
sociedad nueva. Lo cierto, sin embargo, es que no hay
bien, qué pueda entenderse por cultura en la ciudad
humanidad nueva que valga si primero no existen
de Dios y qué por lo mismo en la ciudad terrena, he
hombres nuevos; ni hombres nuevos sin la previa
ahí la perenne lección de san Agustín, cuya timbrada
novedad pascual que proviene del bautismo y de un
voz sigue despertando conciencias, interpelando vo-
Evangelio inculturado y vivido a tope, con la exigencia
luntades, aleccionando a generaciones.
de las personas adultas.
Es preciso inyectar buena cultura, la gran Cultura a
Hoy, de igual modo, se repite hasta la saciedad que
nuestra sociedad postmoderna, tan zarandeada y
suele hacerse más caso a los profetas que a los
zurrada, y, maltratada por los mercaderes de pala-
maestros, y que éstos serán más de creer y de seguir
bras, que los hay en abundancia. San Agustín tuvo
cuanto mejor ajusten su vida a su discurso. En reali-
que hacerlo más de una vez y más de dos en sus
dad es una idea luminosa que Pablo VI avanzó en la
frecuentes disputas, y de ahí que hoy nos quede la
Evangelii nuntiandi, pero que ya en su día había dado
resonancia de su voz y el consuelo de su ejemplo.
genialmente al códice san Agustín. El de Hipona, en
"Contender en palabras -dice- es no procurar que
efecto, escribe: "Para que al orador se le oiga obe-
la verdad venza al error, sino que tu lenguaje se
dientemente, más peso tiene su vida que toda
prefiera al del otro. Ahora bien, el que no contien-
cuanta grandilocuencia de estilo posea. Porque el
de por palabras, ya hable con estilo sencillo, mo-
que habla con sabiduría y con elocuencia, pero
derado o sublime, lo que intenta es que la verdad
lleva vida perversa, enseña sin duda a muchos
se patentice, que la verdad deleite, que la verdad
que tienen empeño en saber, aunque para su alma,
conmueva; porque ni aun la misma caridad que es
es inútil (Eclesiástico 37, 19), según está escrito
el fin del precepto y la plenitud de la ley, puede ser
[...] Cristo es la verdad y, sin embargo, puede ser
en modo alguno recta" (La doctrina cristiana 4, 28,
anunciada la verdad con lo que no sea verdad, es
61).
decir, pueden predicarse las cosas rectas y verda-
deras con un corazón depravado y falaz. De este En la interesante correspondencia con el gran san
modo es Jesucristo anunciado por aquellos que Jerónimo, san Agustín desliza cosas admirables de la
buscan su propio interés y no el de Jesucristo. cultura. Por ejemplo, entre otros, este pensamiento
Mas como los verdaderos fieles no oyen con su- acerca de la importancia del estudio, del aprendizaje y
misión a cualquiera clase de hombres, sino al de la conveniente información: "Aunque por años
mismo Señor que dice: haced lo que dicen, mas eres más anciano que yo -le dice san Agustín a san
no hagáis lo que hacen, pues dicen y no hacen Jerónimo-, también yo, que te consulto, soy ya vie-
(Mateo 23, 3), por eso oyen útilmente a los que no jo. Mas para aprender lo que conviene ninguna
obran con utilidad. Procuran buscar sus intereses, edad me parece tardía. Es más propio de los an-
pero no se atreven a enseñar sus procederes, a lo cianos el enseñar que el aprender, pero más que
menos desde el alto puesto de su cátedra ecle- ignorar les conviene aprender lo que han de ense-
siástica, que ha fundado la sana doctrina [...] ñar" (Carta 116, 1, 1). Y en esa otra carta, indicativa
Aquella cátedra que era de Moisés, mas no de del pensamiento filosófico de quien escribe - es la 118
ellos, les obligaba a pronunciar cosas buenas aun a Dióscoro -, ofrece una buena explicación de lo ape-
a los que no las hacían. Ejecutaban en su vida nas dicho: "De por sí, el conocimiento de la verdad
obras suyas, pero la cátedra ajena no les permitía es idóneo para juzgar cualesquiera falsedades que
enseñarlas" (La doctrina cristiana 4, 27, 59). se aduzcan, aun aquellas que nunca se han oído"
(Carta 118, 2,12). Estudiar, conocer, indagar, progre-
El corazón de cualquier cultura que se precie de tal,
sar en el conocimiento, fomentar la cultura, he ahí el
palpita en la aproximación al más grande de los miste-
reto de esta hora incierta. Pero hacerlo siempre con la
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Cuadernos de Espiritualidad Agustiniana Cultura y culturas en San Agustín