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Blasfemias a la

Racionalidad
“Mi carácter, algunas veces

era violento y mis pasiones, vehementes”.

MARY SHELLEY

Frankenstein o el moderno Prometeo


Índice

Parte I: La Crítica de la Razón Diabólica

El mundo………………………………………………………. ……….…..7

El espacio ilógico…………………………………………………………………....8
Objetos cero-dimensionales………………………………………………………..9
La primera idea en la historia de la naturaleza……………………………….10
Todos los hombres son mortales………………………………………………...12

Nacimiento y Desarrollo……………………………..………….…….…13

El ostracismo del útero…………………………………………………………….14


Bestia de la luz……………………………………………………………………..15
Delirios de infancia……………………………………………………………….16
El orgasmo………………………………………………………………………....17
El poeta maldito…………………………………………………………………...18
El asesino posmoderno…………………………………………………………...20
Reptil……………………………………………………………………….............22
El exterminio………………………………………………………….……………23

Psicopatología de la Conciencia………………………….... …………24

Craneotomía del dualismo……………………………………………………….25


Lobotomía………………………………………………………………………….26
Muerte neuronal masiva………………………………………………………....27
Megacognición………………………………………………………………...….29
Epilepsia……………………………………………………………………….…..30

La muerte…………………………………………………….. …………..32

El desaparecido………………………………………………………….....33
Jardines minimalistas…………………………………………………………….34
La muerte del ego…………………………………………………………………35
Marcha Fúnebre……………………………………………………………..……36
Parte II: Estéticas de la Crueldad

Prolegómeno a una teratología naturalista.…..……….……………39

La recapitulación de las sombras………………………………………………40


Las lágrimas del dragón…………………………………………………………41
Parásito y Pelícanos…………………………………………………………......42
El cementerio de los enanos…………………………………………………….44
Su...realismo…………………….………………………………………………...46

Los diarios de Hades……..…………………………….…………….....47

Infvierno……………….………………………………………………………......48
Dios ha muerto……………………………………………………………….......49
Brujería……………………………………………………………………………51
Después del Aquelarre……………………………………………………….....52
La danza de la muerte………………………………………………………......53
Y el terror nocturno G#m op.19, se hizo carne………………………..….…54
Mariposa Nocturna………………………………………………………….....56
Los azules escalofríos…………………………………………………………..57
El fantasma en la retina………………………………………………………..58
Delirium tremens………………………………………………………………..60
El tratado de la sonrisa………………………………………………………...62
Psicoanálisis del Cuervo……………………………………………………….63
El comerciante de cuchillos……………………………………………………64
Taxidermia……………………………………………………………………….65
Los espacios de la devastación…………………………………………….....66
Catatonía…………………………………………………………………………68
Los ángeles fracturados…………………………………………………….....69
El teatro de los sueños…………………………………………………………70
Teorías del tiranicidio………………………………………………………....72
El recinto luciferino…………………………………………………………….73
Suici, Dios………………………………………………………………………..75

A priori’s contingentes por necesidad sintética.……….................77

La intimidad ……………………………………………………..……………..78
Asientos libres…………………………………………………………………..79
Sobredosis………………………………………………………………………..81
Vomitando el arcoíris…………………………………………………………..82
Meta-phýsis……………………………………………………………………...83
Reductio ad absurdum………………………………………………………….84
Versiones de la verdad…………………………………………………………85
Negligencias………………………………………………………………….....86
Este no es un poema……………………………………………………………87
Resumen de todos los olvidos…………………………………………………88

Las excepciones…………..………..……………………….…...89

Introducción a la lexicografía fantástica…………………………………...90


La construcción de la indiferencia y los amantes de plástico……….…..91
La nostalgia de las violetas…………………………………………………..93
La última luz al final del invierno……............…………………………….94
Análisis de la extrinsicalidad………………………………………………...95
Ética sin principios…………………………………………………………....97
Nefasto Silencio……………………………………………………………..…98
I

La Crítica de la Razón
Diabólica

6
El mundo

7
El espacio ilógico

De esa absoluta obsesión por la simetría.


De esa búsqueda imposible que destruye la mente,
aunque la mente no exista,
surge el delirio.

Erotomanía encerrada,
en las transformaciones sobre el cuerpo,
y no dejas de evocar,
la comunicación autística,
deambulando sosegadamente,
por los jardines de la luna…
…entre teorías infladas de silencios y sombras

8
Objetos cero-dimensionales

Son nombres que regresan,


denominaciones que alguna vez tuvieron importancia.
Es la pluralidad del vacío.
Śūnyatā

Es ausencia y son ausencias,


llanto de piedra y lágrimas metafísicas.
Naderías.

Caes constantemente en los verbos transitivos


o en el peligro de la sustantivación
Vacuidad, y sigo siendo invisible.
Naderías.

Es la ontología negativa.
La semántica delgada y sin sentido.
Es autoreferencia rosada y contradicción alegre.

Nadie nada sobre el mar, sino sobre el mundo.

9
La primera idea en la historia de la naturaleza

Primera Persona:
Soy una cosa.
Una cosa consciente.
Materia viva natural y compleja.
Materia organizada aleatoria y cuidadosamente.

Deseo…si, deseo…
Destruir el mundo y ser pura consciencia.
Me abruma el espacio de misterioso destino.
La oscuridad de la historia y la fatalidad de lo imaginable.

Segunda Persona:
Eres un objeto.
Un objeto que se mueve.
Un objeto que piensa.
Materia desconfigurada y horrible.

Deseas… sí, deseas…


Construir el cielo y ser pura consciencia.
Te preocupa la oscuridad del planeta y tu voluntad difamada.
La muerte del ángel y el suicidio del diablo.

10
Tercera Persona:
Es un sujeto.
Un sujeto con miedos.
Tragado por las sombras.
De extrañas costumbres.
Una compleja red de deseos, de tendencias perversas.

¡Aniquilará a la primera persona!


Ocultará su mismidad en la depravación
¡Bestia volitiva que se alimenta del espíritu!
¡Muere para siempre!
“Muero enseguida….”

11
Todos los hombres son mortales

¿Quién está exento de cometer un homicidio?


¡Solo un muerto!

Son esos momentos rabiosos de color orquídea los que destapan tus pulsiones primigenias.
Piensas que de entre los motivos, todo será justificado.
¡Qué sean felices para siempre!
Aquellos que quieren destruirlo todo y que fueron digeridos por sus emociones.

Su semblante se volvió pesado por la maldad que traía en la espalda,


la psicopatía personal y el maquiavelismo colectivo.

El sueño de la razón produce las más eróticas visiones y sensuales aforismos.


El sueño de la razón produce deseos manchados de violencia.
El sueño de la razón no produce monstruos, los monstruos ya estaban despiertos.
El sueño de la razón es la razón perfecta para seguir soñando.

¡Preparas obsesivamente la alfombra para su caída!


¡Criatura fantástica e incomprendida!
¿Qué? ¿No pudiste contra tu moral de vampiro?
Retorcida imaginación la tuya ¡Y qué bien aprovechaste el silencio!
Mientras escoges tus cuchillos goteantes de óxido podrido.
Miras tu disonante apariencia reflejarse en la sangre…
¡Y con qué facilidad la gente pide perdón ante la sonrisa de la muerte!
Tus víctimas han caído miles de veces entres tus pensamientos.
Tus víctimas han muerto de mil maneras distintas entre tus deseos.
Tus víctimas son aquellos que se entrometieron entre tus finales de hielo.
¡Tus víctimas son solo insignificantes manifestaciones de humanidad perdida!

12
Nacimiento y Desarrollo

13
El ostracismo del útero

Ya no sé si estoy loco.
Si me han hecho creer que soy insano.
Si es otra muestra del poder psiquiátrico.
Solo sé que existo de manera tormentosa.

Ya no sé si estoy enfermo.
Si me han hecho creer que soy insano.
Qué anormalidad tan resistente a la locura
¡Y qué complicada es esta vida extrauterina!

¡Qué tiempos dorados!


Flotando eternamente calmado entre mares de líquido amniótico,
rindiendo culto inconsciente a las curvas.
Esferas oscuras que hoy me sufren.
Que me transforman en ansiedad patológica.
En soledad nocturna y dolor neuropático

14
Bestia de la luz

¡Bestia de la luz!
Que de entre la disonancia has emergido y has devorado las entrañas de tu madre.
Que te mueves rápidamente y de la furia ha surgido tu consciencia.
Que tu movimiento es violencia y que de la luz dibujas tus cicatrices con salvajismo.
Que simplemente ya no sé qué y que la razones son solo explosiones de sonido.

¡Bestia de la luz!
Que has regurgitado mi nombre.
Que solo duermes entre éxtasis orgásmicos
Aléjate de mí.

15
Delirios de infancia

He gritado contra el estatismo de sueños imposibles,


de realidades verdes.
Contra esa dulce y tierna psicosis hebefrénica
que me hace desear la utopía.

He descansado en la depresión infantil,


bajo esas paredes gigantes que me decían…calma.
Por abrazarte un segundo más tarde,
en esos jardines donde mis delirios cobraban conciencia,
me he quedado dormido.
No llores más por favor, aún no hemos crecido tanto.

16
El orgasmo

La experiencia donde el mundo colapsa,


el tiempo se pudre
y donde se toleran todas las morales.

Anunciada profecía del cuerpo.


Victoria del órgano.
Gloria final del cerebro.

La brevedad transfinita.
La bipolaridad suprema.
La esquizofrenia sublime.

17
El poeta maldito

La temperatura desciende súbitamente


y el sol prefiere mantenerse oculto.
La atmósfera se viste de eclipse,
y la luz opta por el anonimato.

Los demonios siempre cantan ante su momento de inspiración satánica

Como poseído por toda la maldad terrestre, arranca una hoja.


Piensa silencioso.
Odia en voz alta.
Desgarra las paredes con sus nudillos de acero
Y se desagarra también las muñecas con sus colmillos llenos de ira.

¡Duerme unas horas por piedad!


¡Descansa entre las sombras y cierra esos ojos por piedad!

Furioso se levanta maldiciendo su almohada.


Mente siniestra que gobiernas las regiones tenébricas de la lírica.

¡Domina tiránicamente tu mundo!

¡Cuánta potencia tiene la palabra!


¡Maestro del infierno lingüístico!
¡Manifiéstate como el señor de la obscuridad!
¡Y embriaga a los mortales con tus letras teñidas de sangre!

18
Sentado frente al vacío.
respira profundo
y, más calmado, comienza a escribir:

“La temperatura desciende súbitamente,


y el sol prefiere mantenerse oculto.
La atmósfera se viste de eclipse,
y la luz opta por el anonimato…”

19
El asesino posmoderno

Emergió un buen día de sólidos estados celestes.


Liróforo nocturno y de mirada enrarecida.
El ánfora funesta del diabólico perfume
y nefasta su sonrisa que oculta el deseo de la bohemia demoníaca

Enemigo silencioso exiliado entre los cuadernos de menta.


Disfruta viendo como sufren quienes no lo amaron.
Maldice sus construcciones repletas de poliandria
Que desde su llegada, la sangre tiene sabores distintos por las noches.

¿Por qué camina con tanta prisa hacia esas interminables calles sin salida?
¿Por qué busca las salidas redondas del laberinto sagrado?
¿Por qué cubre sus fatales heridas con oscuros grilletes?
“Todos buscamos la contradicción en la experiencia estética” repite constantemente para
justificar su vacío.

Oligopolio de pasiones prohibidas al que se ha sometido.


Su corazón de mercurio lo volvió invulnerable al veneno.
Acabaría con la vida de ella así como ella acabó con su vida
Criptógama perpetua la proyecta en sus fantasías teñidas de paranoia.

Llevando su mirada siniestra y disfrazado de alegría.


Destruye la realidad con sus palabras de hierro.
Pasillos exanthropos buscando a su siguiente sacrificio
Se mueve con dulzura entre los esclavos de clepsidra.

20
¿Cómo se ha ido destruyendo progresivamente la moral del homicida?
¿Cómo puede soltar esa risa sardónica cuando hay derramamientos de sangre?
¿Cómo ha perdido el sentido de piedad por quiénes han implorado por su vida?
“Todos hemos nacido condenados a muerte” piensa frecuentemente para justificar sus
crímenes.

Él la abrazaba con la vehemencia que abrasa el fuego.


Exterminando a los insectos en sus paisajes de dendritas.
Acababa con el mundo cada vez que cerraba los ojos, sus ojos.
Se deleita al ver las vísceras expuestas durante la agonía.
Y la depravación ha terminado por obliterar la inocencia de su rostro.
Sicalíptico, porque la ha convertido a ella en la episemasia del deseo.

Maestro de las abominaciones que consumirán la tierra.


Consagrado se ha sumergido entre sus lágrimas de azufre.
Ha descansado la infinidad de sus odios en el día
y despertó una noche cuando se había evaporado por completo su amor por la muerte.

21
Reptil

¡Despiadada criatura!
Que ríes en sus sangres
¡Qué envidiable alexitimia!
Lengua sin temperatura.

¡Sueñas con el miedo!


¡Duermes con el miedo!
¡Aniquilemos al maldito!

Recostado en la penumbra
lacerando manifestaciones de la vida
saboreando los pantanos al psicópata que mueves
entre calaveras de neblina.

Reptiles de hierro en las veredas de la noche.


Reptiles de la noche en las estatuas del infierno.
Reptiles del infierno en los pasajes del demonio.
Reptiles del demonio entre los senderos de la muerte.
Reptiles de la muerte en los arbustos congelados.
Reptiles congelados en los tormentos del invierno.
Reptiles del invierno en los desechos del verano.
Reptiles del verano en los principios inconscientes.
Reptiles inconscientes en las piscinas de lo abstracto.
Y reptiles de lo abstracto en cada volición de mi cerebro.

22
El exterminio

Padecerán quienes no correspondan bajo la aprobación de su fiera mirada.


Aquellos que no encajen en los criterios de esa trastornada subjetividad celeste.
Los muchos que sean vistos como basura por la mente más enferma de toda la pluralidad
imaginaria.

Tiene el plan perfecto,


la predeterminación minuciosa.
Aniquilará a cada uno,
juramento de venganza por fechas lejanas.

Monstruos marginales de extrañas costumbres.


Bazofia infecciosa de asquerosos atuendos.
Parásitos mugrientos de nauseabundos destinos.

El objetivo es definitivo,
la desaparición de aquellas repugnantes criaturas.
La muerte de los insectos.
La extinción de una especie.

23
Psicopatología de la Conciencia

24
Craneotomía del dualismo

¿Quién se esconde bajo esta bóveda centrípeta de huesos?


¿Quién es el monstruo subjetivo que encarnará mis voliciones?
Solo quiero escapar por completo de lo terrible de la experiencia psicológica.

Angustiosa presencia la del destruido.


Neurasténicas las miradas de tu arcángel soberano, de tu conciencia.
Paradójicas visiones materiales… desde la mismidad.
Metonimias que desagarran el lenguaje, letra por letra.

No se sabe claramente dónde termino yo y dónde comienza el otro.


Si mi consciencia cerebralizada se refutará en la voluntad de lo perverso,
si mis anhelos de supremacía excomulgarán al universo,
o si eres la craneotomía de una mente alienada.

Cosas que se pierden en el hábito de ser uno mismo.


En el maldito círculo vicioso de perderse tristemente en el nirvana…

25
Lobotomía

El que no ha perdido la letra


hasta en las sombras se embriaga.
Desatada la enfermedad en su cabeza
¡Cómo me gusta el sonido del caos!
De ese armagedón silencioso,
del demonio dormido en el género inefable

Qué rugen sus ojos,


de lágrimas tímidas,
en cuerpos sin sexo,
sin identidad conocida,
con el encéfalo roto.

La velocidad de la noche en la mente obsesiva, es dramática.


Qué pena siento cuando leo estas líneas
Imagina el color negro en toda la hoja.
El sueño te adormece,
calma tras la calma
Cuando me recuesto en un soliloquio salvaje
tras el delicado fluido del rayo.

26
Muerte neuronal masiva

-Comenzará por sonar-

Tengo una moneda de veinte centavos tan grande que parece una moneda de un sol
y tengo deseos de acabar con mi vida.
Como la obscuridad que traspasa el vidrio
y los sueños que me agreden burlándose del mundo.

Tengo una moneda de veinte centavos tan grande que parece una moneda de un sol
y he visto en mis sueños el salto de un ángel;
siempre bioluminicente, siempre plateado.

Tengo una moneda de treinta centavos que no existe


y el último recuerdo que resuena en mi conciencia
¿Cómo deconstruir mi trémolo metafísico?
Mi vacío endémico.

Quiero ser música…o ritmo al menos.


Quiero destruir los mejores versos en el poema menos indicado.
Quise romper estos mecanismos de control del cuerpo
y el resto que se lo devoren las hormigas.

Fueron episodios extraños,


como domingos eternos
y esa sensación gris que recuerdas con asco,
¡Náusea es la palabra que busco!

27
….

Como se guardan las fotos en esas cámaras donde me ocultas tu rostro


y donde tu individualidad ha reclamado su nombre.

…..

Yo veía cómo caían esas bolas de fuego en el cielo.


¿O eran pedazos del firmamento?
Todos sabemos que ladran los perros
y todos sabemos que soy la contradicción confundida.

….

Quiero malograr las mejores ideas y escribirlas de la peor manera,


soñar con precipicios naturales,
monedas que no existen
y gritar ‘satanás’ por las calles.

Gobierna imágenes de muerte.


Donde solo quedan mis huesos que gritan desesperadamente agonías.
De realidad endemoniada
donde nos veremos una y otra vez
entre habitaciones con olor a sexo,
¡ahí!, en el reino de las cucarachas.

-Fue el viento-

28
Megacognición

Masiva modularidad de pensamientos ocultados.


No existe la introspección,
solo metarepresentaciones de lo vivido.

Esa biografía.
Esa historia.
Esos momentos que descansan en tus engramas.
Ese pasado reprimido a niveles moleculares.

Fenómenos holísticos que dominan tu cabeza como el espíritu cartesiano.


Noúmenos internos que derriban el cielo de tus percepciones.
¿Es el mundo una construcción cognitiva?
¿Es el sueño un despertar de los mundos?

29
Epilepsia

Estoy ciego,
no veo nada.
Solo puedo escuchar el mundo
y sentir su olor a podrido.
Conceptualizar el vacío.
y celebrar el fracaso del lenguaje.

Muero a diario, como la poesía transgresora.


Como la salvaje descarga cognitiva
que pasa por mi cabeza
en esta caja de calcio.
De huesos,
de nervios.
de electricidad,
en la que estoy encerrado
y en la que mueren todos los dualismos.

Puedo ser como una diéresis


sin importancia.
O como una bestia multicéfala
que devora paráclitos divinos.
Llorar en mi gramática indescifrable
que nunca podrás vivir.
¡Y menos mal que nunca podrás vivirla!

30
Perdóname, que yo me odie más de lo que jamás me podrá odiar nadie.
Que sea tu configuración teratológica y molesta.
Que con cada segundo me vuelva ansiedad y melancolía,
que sea la rabia de tus noches y la nostalgia de tus días.

Te dejo con el mundo


y mis juguetes.
Te dejo libre de tormentos
y mis lamentaciones aburridas.
Como nominalismos para el tiempo,
el ayer,
el absurdo
y el espacio transfinito.

Quiero morirme a veces


y escapar de la hegemonía de la conciencia.
Decirles adiós a todos los personajes que he leído,
que me lloran,
que les lloro,
que les he llorado algún día.
Por ahora te confieso que…
solo en el café puedo saborear mi neurosis.

31
La muerte

32
La desaparición

Tragedias rodearon su pérdida,


el ambioma se volvió aún más eclipse
y solo fueron los insectos quiénes celebraron su muerte.

Ha disminuido la presión.
Ves que se ha deprimido el termómetro
Y desde hoy se nombraron como noches a los días.

Todo ha desaparecido.
Sus vestiduras,
su cadáver,
su mirada de sabiduría
su sonrisa de demonio apasionado.

Su presencia solo vive en los recuerdos de la humanidad.


Memorias que habitan en la historia del pueblo olvidado,
de una selecta sociedad cerrada.

Entidad incomprendida,
poeta maldito.
Reforma de la vida.
Filósofo enamorado de la luna.

33
Jardines minimalistas

Abrígame, alumbrado nocturno;


abrígame, que no quiero estar solo.

Abrázame, poste de luz


y no me sueltes que hoy no tengo a nadie.

Acompáñame, vereda plateada;


acompáñame, que la perdí para siempre.

Desolados pasajes azules, grises, negros, colores terribles


como esos días que trapeabas el piso con mi esperanza.
Los recuerdos que debí pensarlos como sueños
¿Dónde están mis sueños?
Cuando caminas en las calles de noche
Soy aquella sombra pegada en la pared
que sin muchos detalles,
que preferiría estar muerta.

34
La muerte del ego

Yo existo como a veces.


Como el silencio entre lo segundos,
como la luz entre las sombras,
como la sonrisa en la tragedia.
Existo como el pesimismo en el discurso pesimista.

Yo existía como a veces.


Como la ceguera del soñador,
como la esperanza del desahuciado,
como el grito del mutista.
Existo como las cicatrices del obsesivo-compulsivo.

Yo existo como a veces.


Como las heridas abiertas del leproso,
como el agua putrefacta del pantano,
como la miseria política del mundo.
Existo como lágrima de arsénico en el llanto de la viuda.

Yo existía como a veces,


pero como a veces he muerto en el pasado.
Yo existía reencarnado,
pero he sido condenado en el olvido.
Yo existía y era yo supremacía.
Entre los fantasmas del recuerdo y los poemas racionales.
Yo existía y ya no hay un yo que me respalde.
En las blasfemias que desgarraban al sujeto cognitivo.
Yo existía por encima del mundo y el universo prisionero.
Pero todo yo había sido siempre en el idealismo subjetivo.

35
Marcha fúnebre

Todo se ha vuelto oscuro nuevamente.


Escuché las voces del llanto en armonía,
Ya no sé si era de noche ni de día
donde las habitaciones cobraban vida y me hablaban desde los murales.

Hormigas desde el suelo fracturado controlando el tiempo.


Pensamiento expandido y de elástico diamante.
Ese metrónomo de plástico en el tímpano
Invencible sensación de obnubilación fenoménica.

Esta maldita manía de suicidarme sin morirme,


de morir sin estar vivo,
de vivir entre los muertos,
de reencarnar en un conejo de peluche o en la inercia de una planta.

Silencio, duermo en el silencio, en el silencio oscuro he descansado mi voluntad negativa.


Silencio, duermo en el silencio, en el silencio oscuro ha muerto mi conciencia.
Silencio…duermo en el silencio, duermo en el silencio y muero en el silencio.

Las sábanas de hierro con la sangre de Pegaso.


Almohadas de vidrio entreveradas con la cera.
Sueños de vainilla con azufre en el espacio.
Sueñas con el diablo y el laberinto de madera.

Todo se ha vuelto oscuro nuevamente.


La noche se ha opacado,
la esperanza está de viaje,
El afecto nuevamente ha proclamado su gobierno.

36
Quiero descansar para siempre.
Quiero vomitar la tristeza.
Quedarme dormido ahogado entre mis lágrimas

¡Ya no quiero escuchar más sobre tu mundo!


¡Quiero regresar a mi planeta!
¡Salir del cautiverio!
Morder el pasto de mis paisajes mentales
Flotar entre mis hiperpensamientos.

Silencio, duermo en el silencio…y todo se ha vuelto oscuro nuevamente.

Comentario final de un anónimo:

Noctámbulo palíndromo que muere desolado.


Durmiendo en el nefasto invierno transfinito.
Aniquilado yace descansando entre las sombras.

37
II

Estéticas de la Crueldad

38
Prolegómeno a una teratología
naturalista

39
La recapitulación de las sombras

Pensamientos oscuros mucho más livianos que el aire.


Pensamientos que flotan entre la racionalidad y el deseo.
Contenidos proposicionales ahogados en el tenebrismo cognitivo.
Pensamientos e ideas que vuelan por los cielos como si quisieran escapar del mundo,
como si quieran huir de la ontología.
Pensamientos al fin y al cabo.

Poco importa ya lo que digan aquellos que se volvieron extraños.


Desaparecemos entre nuestras galaxias neurales, gritando 'piedad' a lo estocástico.
Poco importa ya el discurso postmetafísico que nos gobierna.
Encubiertos en el clásico devenir
¡Embarrados de anacronismos!
Poco importan estas palabras,
porque las palabras no hacen más que redondear las sombras.

Recuerdo aquel reloj lleno de vida en medio de su inercia.


Recuerdo que solía pensar que su simple movimiento construía mi destino.
Las memorias constituyen los pétalos más sublimes de aquellas rosas teñidas de nostalgia.
Y los acromatismos quedan esperando su llegada cuando se acerca el final del día.

40
Las lágrimas del dragón

Llorábamos mercurio
bajo esos horizontes de cielo incendiado,
de fuego color ladrillo,
de cenizas inmortales.

Perdida la razón en el bosque.


Desbordante la oscuridad forestal entre las tinieblas de un piano.

Sueños al tempo de un adagio dormido,


regurgitando el salvaje dolor de la bestia.
Por la luz de un pentagrama infinito,
de sonatas microtonales.

Era como la fantasía cromática de invierno.


Luna maldita que arrasaba el mar de la evolución poética,
alumbraba el espacio de púrpura y rojo naranja.

El sutil aroma erótico de la oralidad obsesiva, corrupta, persecutoria, demente, paranoica,


torturadora, demoniaca, sucia, hipócrita, tiránica y todo lo restante.

41
Parásito y Pelícanos

Hay quiénes me observan con una sensación extraña y me preguntan:


¿Cómo es que pudiste escribir tanto?
Es decir ¿tanto de lo mismo?

Yo respondo:
Toda esa autoagresión debió ser sublimada, ¿no es así?
Me sorprendo muchas veces de lo lejos que puede extenderse mi imaginación delusional
Pasando por la verdad, el delirio, la irracionalidad y la exageración.
Es inútil esconderse.
Que se pudran todos en mi celotipia infinita…

En el océano, donde mi conciencia se ha perdido entres los maretazos,


donde mi pensamiento navegaba y se ahogaba oscuramente hasta lo profundo,
donde mi poesía ha sido libre y me perderé yo entre las aguas.
Nunca más me verás sino en el reino de Neptuno.

¡Con qué violencia sonarías si fueras piano!


Me imagino la tecla oscura haciendo el amor con el sonido,
las vibraciones, los arpegios y un acorde capaz de destruir el universo.
¡Cómo llora la música!
Y cómo ríen los demonios.

Que la sociedad no se entere que hemos sistematizado hasta el proceso de sentir y hacer
sentir.

42
Mis venas se abren como las flores que aperturan la primavera.
Mi imaginación vuela como el ave de ala rota.
Mi comida sigue fría
y no quiero verte corrupta de falsa inocencia humana mía.

Detrás del baúl de recuerdos, donde me entregabas tu cuerpo.


Baúl de recuerdos donde…solo queda un aroma a cadáver

Solo quiero que me despiertes y me digas que todo fue un mal sueño, por favor.

43
El cementerio de los enanos

¡Se llevaron a sí mismos por debajo de la tierra!


Consumieron en la noche hasta el último cadáver.
Enanos pervertidos de maléfica mirada.
¡Duendes malditos que habitan en la oscuridad del bosque originario!

Espesa la hierba que oculta tu morada.


Árboles de escenas dolorosas y sádicas posturas.
Árboles despiadadamente retorcidos por el tiempo
y lacónico gobierno el sanguinario de tus sepulturas.

¡Qué abominables tus deseos!


¡Qué enfermizas intenciones!
El escepticismo que te consagra a la leyenda,
el mito que ha digerido tu existencia.
Floresta que esconde tus diabólicos rituales
y el demonio que por las noches bendice tu presencia.

Lo saben las piedras.


Lo sabe el musgo.
Lo supo el viento.
Lo supo el invierno pasado.
Lo saben las criaturas que ahí habitan.
Lo sabe el infierno dorado.
Lo sabe la sombra.
Lo sabe el búho.
Lo sabe la lechuza.

44
Lo supo el lobo y su jauría.
Lo sabe la penumbra que ama tu depravación.
Lo saben los hechiceros y la demonología.
Lo saben los vivientes de miserable existencia.
Lo sabe el silencio.
Todos los saben…

45
Su…realismo

A veces he estado levitando en la tristeza.


A veces anduve lastimado, vagando entre los parques.
A veces… no, porque fueron muchas veces.
Silencio soporífero y lo real desintegrándose.

Débil es la luz en las tinieblas cuando la realidad se vuelve una espesa masa vacía,
una sustancia maleable,
un líquido onírico que se tiñe de azul oscuro bajo la luna femenina.

¡Sangre de otros tiempos!


Dolor arrinconado.
¡Es la desidia la que nos ha desfigurado!
Cruentas pinturas de acrílico aceitoso que reviven mis mutilaciones blancas.

Siento cómo todo me enferma,


veo cómo me enfermas.
Siento cómo me hiere,
veo cómo me hieres.
Dulce náusea de color plomo oscuro y el cielo que se cae a pedazos sobre mi sombrero.

46
Los diarios de Hades

47
El infvierno

La temperatura ha disminuido y la oscuridad gobierna.


La calma empieza a desvanecerse frente a tus ojos.
Hace frío.
No hay fuego a la vista.
No hay azufre ni llantos.
No hay rastro de Dante ni mucho menos de Satanás.
No hay luna.
¡Qué escalofriante la atmósfera de este mundo!
Nada.
Lóbrega presencia la tuya.
No hay algo parecido que hayas visto o de lo que hayas leído.
Ni Oblivion ni Hades.
Escuchas esos suaves sonidos que te atormentaban en vida.
Puedes regresar, pero no estás seguro.
No hay nadie.
Solo triángulos, no ves círculos.
El miedo ha sellado las salidas.
Estuviste antes por un corto período de tiempo.
Temes volver a entrar y no poder salir.

Sientes cómo todo nuevamente se derriba.


Maldito sea el fuego que te consumió en el verano.
Malditas las flamas que se murieron al final invierno.
Maldito el averno al cual fuiste enviado aquel día.
Y maldito sea el día en el que se fracturaron los ángeles de hielo.

48
Dios ha muerto

Ahorcado, no se sabe bien.


La racionalidad lo ha aniquilado.
Señor de las tinieblas
Controlando las voces en la celebración del espacio.
En su epitafio oscuro, frente a la sepultura.
El diablo canta suavemente:
¡Dios ha muerto!

Envenenado, no se sabe bien.


La lógica acabó con él.
Señor invisible
Los fieles desean profanar tu tumba,
comer tu cadáver.
Comulgar por última vez y celebrar el vampírico sacramento.
El diablo canta suavemente:
¡Dios ha muerto!

Deshidratado, no se sabe bien.


Lo ha exterminado la ciencia
No bebía nunca.
La sed lo ha consumido
La sangre humana no es el agua derramada en los diluvios
La sangre humana no lo hidrata
El diablo canta suavemente:
¡Dios ha muerto!

49
Suicidio, hermosa teoría.
La humanidad ha volteado la mirada
Lo han aniquilado,
lo han exterminado
¡Se burlaron de él!
¿Quiénes?
La literatura,
la filosofía,
la ciencia,
el arte,
la iglesia,
el estado,
yo.

Han proclamado el triunfo de un universo panteísta


Y el diablo grita brutalmente:
¡Dios ha muerto!

50
Brujería

¡Ángel del exterminio!


Que reclamas tu brebaje.
Ha transformado su prédica en música y su llanto en el canto invencible.

Desde las pútridas fuentes dónde bebieron los perros,


desde las aguas podridas en que calmaban su sed los insectos de necromancia.
Es ahí donde prepara su caldera, burbujeante de eros.
El pozo maldito donde vertió las sustancias oscuras y los sueños envilecidos.

El último ingrediente…
La destrucción de la virginal y blanca paloma,
su derramamiento de sangre es necesidad final para la vida nueva.
La vieja ha pactado su catedral en la oscuridad de las cuevas
¡Porque la brujería última es la resurrección del dragón milenario!

51
Después del Aquelarre

Después de la orgía,
del brutal sacramento,
derramada la sangre entre el viento,
volvemos como niños endemoniados a nuestras posiciones fetales.
A refugiarnos en los rincones del diablo.

Cabellos largos y mugrientas pieles blancas comidas a besos,


besadas a mordidas,
devoradas por la violencia erótica de la moralidad religiosa.

Fétido y hermoso el aroma de los placeres prohibidos.


Nauseabundos colectivos de hedonismo viviente.
Llantos alegres de fluidos sexuales.
Mefíticos los idiomas del cuerpo,
¡Que rinden tributo a la pestilencia!

52
La danza de la muerte

Hoy día las nubes lloraron una especie de lluvia ácida,


las calles solo derramaban neblina
y no había mirada que no ocultase conspiración alguna.

Hoy día las nubes gritaron maldiciones al viento,


las veredas temblaban misericordia.
y no había ojo donde la sospecha hubiese encontrado refugio.

Los recuerdos atropellados por la violencia del tiempo.


Las incontables invitaciones que le das al pasado.
Mi diabólico poder agotado.
¡Y la maldita necesidad aplastarte bajo el más crudo autoritarismo!
La gran conjuración ¡será abominable!

Volvemos a nuestros episodios oscuros.


Momentos demoniacos donde los recuerdos se han apoderado del mundo,
Donde solo una temporada en el infierno devorando las flores del mal,
no ha sido suficiente.

Tu lengua viperina que ha llenado las lagunas de venenos.


Mientras la más absoluta demencia le gritaba sin piedad a la aurora plateada:

¡La luna ha caído entre las tinieblas y la noche se ha escondido bajo el mar!
¡El momento se ha perdido en el más plural infinito!
La ansiosa serenidad se ha ocultado en el bosque originario
y yo sigo enterrado en este carnaval de sombras.
Abramos espacios, porque todos estamos invitados a la danza de la muerte…

53
Y el terror nocturno G#m op.19, se hizo carne…

En una tarde como la de hoy, ha fallecido la muerte.


Un día como el de ayer, en el que ha muerto el amor.
En las noches infinitas que con esperanza te consagraba a la luna,
he logrado descifrar la gramática de tu mirada, atrapado por tus sueños hidratados de deseo
y observando cómo se te acercan los gusanos cual manzana podrida.

La pregunta se formula por sí misma: ¿Cuántas veces morimos en la vida?

En una tarde como la de hoy, observé a las veredas inundadas de mí.


Un día como el de ayer, en el que los edificios fueron engullidos por las sombras.
En las noches infinitas que con lucidez te apuñalaba entre palabras,
he conseguido comprender la semántica de tus labios, envueltos por esos sueños líquidos y
mirando cómo puedes propalar toda tu toxicidad hacia los insectos.

La pregunta se construye con autonomía: ¿Cuántas veces vivimos en la muerte?

Cuando te digo que no es por nada, es porque sí es por algo.


Y si te digo que no es por algo, es porque es por todo al mismo tiempo.
Eres como una sociología sin sociedad, como una psicología sin sujeto.
Eres la anatomía de la destructividad humana sin automatismos.

¿Por qué te aferras tanto al destino? ¿Por qué nos entregas a la voluntad del determinismo?
¡El futuro no es más que un conjunto imaginario de estados posibles!
¡Es un producto de nuestras acciones pasadas y presentes!
Es el resultado de la aleatoriedad de las circunstancias a la espera de su materialización.

La pregunta la pronunció el viento: ¿Cuántas veces la vida y la muerte hacen el amor


frente a nuestros ojos y se ríen de nuestros patéticos mundos?

54
La muerte solo ha venido a coronar la absurdidad de la vida.
La vida solo es la consagración de tu ausencia.
El suicidio, el acto filosófico por excelencia.
Y la negación del sí mismo como la máxima expresión de rebeldía frente a la fatalidad del
destino.

55
Mariposa Nocturna

La he visto en mis sueños bailando alrededor de estos parapoemas metanaturales.


Posesa por el movimiento olvidado,
seducida por rituales oscuros,
entregada a la singularidad nomológica y dominada por un antiguo demonio.
¡No te pierdas en estos laberintos cognitivos!
Mariposa morena, sublime y hermosa.

Quiero ser como tu sombra silente, como tu reflejo prohibido.


Estar en tu mente y vagar entre tus contenidos proposicionales.
¡Saber lo que piensas!
Casi tanto como la rosa oscura que se marchitó en el corazón del remanso.
Como la tímida esperanza que fue aniquilada a la luz de la luna.

(Nihil Morari)

Para cuando hayas vuelto, solo encontrarás versos


Para cuando regreses, solo seré palabras.
¿Qué pretendes que haga entonces?
Si nadie se aburre de besar a la noche…

56
Los azules escalofríos

Hay imágenes tan devastadoras,


imágenes que despiertan súbitamente memorias que se pensaron como olvidos.

Hay recuerdos sumamente frágiles,


recuerdos como el ala de una mariposa,
como la voz del viento frío sobre los cristales de agua hirviendo.

Hay sonidos y hay imágenes salvajes,


experiencias que te cubren de ansiedades y melancolías de otros tiempos,
experiencias que se transforman en una regresión magnífica,
volver a los pálidos escenarios de una niñez extraña,
reencarnar una experiencia rota.

Como duele la diferencia, es la verdad


Como puede aplastarnos, lástima pasada.
Como duele la indiferencia, es la verdad,
y es que ya no quiero decir nada.
Pero duele más, saber que sufres un final inexorable
Duele más, saber que luchas por un destino anunciado
Por una esperanza que no existe,
por un sentimiento ya visto.
Porque el verdugo es uno mismo
Y tú has sido tú, ese es (fue y será) el problema.

57
El fantasma en la retina

Hoy acabo mi poesía frente al espejo.


Hoy termino con toda esta porquería de frases inútiles
Hasta agotar las palabras de mi idioma,
del lenguaje,
de mi mundo destrozado.

Me observo frente al espejo y me pregunto.


¿Quién es este viejo infeliz? Que no es viejo, claro.
Imagen de vidrio,
infinidad de defectos,
con una lástima que solo conoce aquel que contempla la basura.
Qué falta nos hacen los ojos…

Juicios salomónicos
Elogio de la humillación privada
Juro cada noche de orgías
Culto a la alienación.

¿Quién es este viejo infeliz? No lo reconozco.


¿Quién es este niño repleto de traumas? No lo reconozco.
¿Quién es este?
Miserable humano, que es lo mismo que miserable.

Sombra del ojo


Párpados oscuros
Agnosia invisible que eres reflejo del miedo
Me veo…cuidadosamente desfigurado.

58
¿Quién eres?
Soledad retiniana
Psicosis narrativa
¿Quién eres?

59
Delirium Tremens

En tardes como esta, el miedo nos abraza con fuerza.


La finitud del amor se hace insoportable.
La noche que avanza sobre la noche
Yo solo puedo esperar la llegada de mi diabólica luna llena.

Recuerdo aquel frío en sus labios rosas.


Recuerdo aquel silencio sepulcral en su dulce mirada.
Las memorias podrían aplastar al mundo con la misma fuerza que las emociones colorean
la experiencia humana
y solo aquellos gritos que aún resuenan como desgarradores arpegios han podido igualar la
moralidad de su rostro.

Una hermosa sonrisa en la obscuridad me había seducido desde lo absoluto,


una luna llena entre las carcajadas de las estrellas,
unos grandes ojos observándome desde la nada,
una noche lacónica, adormecido entre sus brazos.
¡Aquella que brillaba en las horas azules de las tardes!

Me resulta imposible aún aceptar como la divinidad puede caer en dimensiones humanas.
Me resulta aún más imposible entender como me he obsesionado por la asimetría y por la
pasión eclipsada.
Me resulta casi demoniaco saber que he sacrificado a la racionalidad en el altar del deseo.

Cuando el fatalismo es absoluto, cuando todo ya está escrito, solo disfrutemos de esas
tardes infinitas…

60
Una hermosa sonrisa cubierta de anatemas, me había encantado desde que la vi,
una luna llena entre nuestras miradas pérfidas,
unos enormes ojos como las ruinas circulares,
una noche silente como una sonata.
¡Aquella que brillaba en las horas azules de las tardes!

Una endemoniada risa se derrama entre sus fauces.


Una tenue luz roja se asoma entre las tinieblas.
¡Te maldigo infinitamente, y que sea bienvenida la dimensión naranja!
Y lo mismo vale mutatis mutandis para mí.

¿Cómo pretendes que interrumpa mi metamorfosis? hasta ahora soy solo palabras…
Cuando el fatalismo es absoluto, cuando todo ya está escrito, solo disfrutemos de esas
tardes infinitas.

61
El tratado de la sonrisa

Mueca de luna nueva visible.


Diabólica parábola dibujada en la cara.
Gesto sádico de hiena que padece la hambruna.
¡Maldita curvatura harmónica repleta de dientes!

Expresión insana que encierras la paranoia.


Movimiento hipócritamente humano.
Autodelación del engaño nervioso que ha evidenciado tu ausencia.

Desviación psicopática que se derrama en tu cara


Respuesta espasmódica ante la tragedia y lo absurdo…

Ahora sonríe alegría y sé feliz.

62
Psicoanálisis del Cuervo

No quiero creer que todo fue un sueño.


Me encuentro nauseabundo volando por el mundo
Me refugio erotizado en el imago de los otros.

Lo simbólico:

Vestido como un caballero de negra armadura,


llora su infancia en las noches de penumbra.
Noches incestuosas de memorias inconscientes.
Energía orgónica desde su maléfico plumaje

Lo real:

Habita aún el fantasma entre la cuna


Hirviendo disociado de la rabia por las sombras
Mírate al espejo satisfecho y sicalíptico
O miras en tu rostro el reflejo de la luna

Lo imaginario:

Reprime sensualmente esa ira matricida


Libidinosa conciencia y verdugo superego
Ríe en el silencio sublimando tus pulsiones
Y sácale los ojos a quién puedas mientras sueña.

63
El comerciante de cuchillos

Érase un anciano antiguo,


atropellado por el tiempo.
De paso sosegado, arrastrando con esfuerzo sus memorias.

Tocaba las puertas con calma.


Tocaba las puertas ofreciendo cuchillos y mostrando el filo de la hoja sonriente.

¡Viejo decrépito!
¡Viejo maldito!
¡Cómo puedes venderle al mundo esa plateada parábola que delinea la muerte!

Los cuchillos son después de todo, el último beso del metal.


Los cuchillos son finalmente, las parafilias de venus.

Nacht der langen Messe

64
Taxidermia

Despiertas un día en una fruta misteriosa.


Ahorcado en las tinieblas, sediento de frío.
Te has sumergido hondo en las cavernas de hielo, en las profundidades de una psicosis
maniacodepresiva.
Puedes volar como una quimera de fuego por los paisajes de Armenia.

Insomnio de día en las ventanas del ciego.


Ciego por el sol lleno de mentiras.
“No, esto no va nada bien” piensas después de un rato.
Contemplas su silueta desnuda derramada en la cama, muriendo dulcemente como una rosa
dorada en el desierto.
Saboreas su carne y desde ahora solo deseas disecar su cuerpo.

¿Dónde acontecen las desgracias más salvajes del mundo?


¿Dónde nos reuniremos después del holocausto?
¿Dónde se esconden tus mentiras y tus verdaderas intenciones?
¡Maldita seas! ¡Cómo has podido arrancarme la piel de una sola mordida!

Rincón resignado al refugio.


Duermes con esa sensación extraña, buscando los modos del diablo.

Mermelada hipovolémica.
Descanso del lepidóptero.
Ninfa anoréxica que se desnuda bajo el cielo podrido.

Una vez más invocaste sus secretos en ese estado de hiperalgesia, perdiendo la consciencia
por la falta de aire.
Mueres antes que de llegue la mañana, pero no sin haber destruido la noche...

65
Los espacios de la devastación

Esta es la destrucción masiva.

Este es el sonido de la violencia.

Este es el momento en el cual te abraza la demencia.

Estos son los besos apasionados de la ira.

Este es el estado de la furia.

Este es el purgatorio con el fuego.

Estas son las garras y la uñas.

Estos son los llantos y la ausencia de alegría.

Esta es la obscenidad entre los rumores.

Esta es su mirada de perfidia.

Estas son sus malditas intenciones.

Este es el crápula anatema.

Este es el rencor almacenado.

Estos son los eventos del pasado.

66
Esta es la rabia nauseabunda.

Este es mi miedo consagrado.

Este es el dominio del cretino.

Esta es la devastación que se desnuda.

Esta es la quimera en su intestino.

Estas son mis voces guturales.

Estas son tus actuaciones abusivas.

Esta es la iglesia profanada.

Estos son los recuerdos disociados.

Estas son las memorias reprimidas.

Estos son tus deseos malformados.

Estas son las blasfemias a la racionalidad.

Esa eres tú
y este soy yo.

67
Catatonía

Hoy nuevamente he encontrado motivos.


Hoy en esta noche de sonatas y reflexiones,
el cuerpo y el movimiento ya no importan.
Ni para Parménides,
ni para Zenón,
ni para Heráclito,
ni para mí.

Tu belleza es a la vez maldad.


Es a la vez todo lo que no encontraba por la violencia del tiempo.
Mutación diacrónica.
Por todo lo que me negaba a concebir en mi campo fenoménico.

Ayer existió al menos una noche de sonatas y reflexiones.


Ayer existió al menos un momento en el que los motivos no eran sino una falsa conciencia.

Suelos oscuros,
luces eclipsadas y tenues ventanas que dan al pasado,
juguetes extraños y náuseas bajo esos silenciosos gritos de infanticidio .

Hoy nuevamente en esta noche sonatas y maldiciones


he sobrevivido a la misantropía de los números reales,
a la transmutación de Narciso,
a la excomunión satánica,
al infierno mismo.

68
Los ángeles fracturados

Volaron de noche desgarrando los cielos,


cantando blasfemias y llorando demonios.
Volaron de día en los cielos del mundo,
danzando en la sangre y proclamando la muerte.

Cubrieron de frío los mares azules,


cantando anatemas y llorando nocturnos.
Cubrieron en flamas océanos celestes,
bailando el invierno y besando el otoño.

Murieron dormidos sangrando en la noche,


cantando poemas y llorando carbono.
Desaparecieron de su universo posible.
Se evaporaron de las ideas.
Los ángeles no existen...
murieron.
Sin hacer ruidos,
sin llantos,
abrazando el silencio.

69
El teatro de los sueños

Sientes cómo las teclas del piano aplastan tus momentos más queridos, nota por nota.
Vida paralela e intermitente que experimentan los que cierran los ojos y se atreven a morir
bajo sus párpados…

Claroscuro paisaje simbólico en la gramática del onirismo.


Sustancia teñida de eclipse y monocroma en la confusión de su sintaxis.
Historia de las pesadillas compendiadas en el museo de lo horrísono.
Exhibidos los monstruos más siniestros de toda la fenomenología.

Lacrimosa su presencia entre su atmósfera difusa.


Los crueles arquetipos bajo la mirada de la melancolía.
Su existencia era aplacada por el deseo de la musa.
El espíritu de un período confundido que abrazaba el paraíso.

El eco disonante resonando en la laguna posmoderna.


Los pétalos azules de las letargias infinitas.
Obnubilado en su descanso que la noche no despierta.
Entre llantos ha dormido como un niño silencioso.

Se levantan ex nihilo de las imaginaciones.


Del ensueño en que surgieron desolados los durmientes.
Vibrarán de pánico entre las absurdas decepciones.
Primavera oscura de los estados colinérgicos.

Desconfigurada la intricada arquitectura de la mente


Se desvanecen los laberintos reales de aguas frescas
Ontología evaporada en el tenebrismo y las estrellas
Cuando seamos reunidos finalmente en las asambleas de Júpiter

70
Sigue soñando eternamente,
Que la razón no descansa,
Que la realidad no duerme…

71
Teorías del tiranicidio

¡Que caiga el monstruo!


¡Que se derrame sobre el papel!
¡Que pierda la vida despacio!
¡Que sus movimientos se hagan más lentos que un sueño profundo!

Asesinar el ego,
destruir el estado,
dormir bajo el cielo autocrático,
beber el agua sucia del río.

Recostarse en el poder,
dominar el mundo,
enamorarse de la ideología,
dibujar los límites de la acción con el miedo.

¡Que caiga el monstruo!


En sus visiones llenas de violencia.
en sus dominios sin libertades.
Que muera el maldito que trajo ese reino de oscuridad a mi vida
Disfrazando deseos con democracia deliberativa

En el núcleo político de la individualidad.


Alabamos la invención del sujeto.
La conspiración absoluta que invade la real monarquía.
Las instituciones corruptas de razón instrumental.
Y el tirano de esa conciencia histórica indestructible.

¡Córtenle la cabeza!

72
El recinto luciferino

Hemos llegado nuevamente al final del averno.


Al abismo más profundo.
Ahí, donde no hay salvación,
donde no hay rescate posible,
donde se resquebraja el cronotopo.

Un evento extraño gobierna los infiernos


Y es que no hay nadie, no está el Rey,
Solo tú,
o sea yo,
aislado.
Cual eremita,
cual soberano autista del fuego.

Antropología de dolor colectivo


Frío de maniquíes vivientes
Anonimidad dantesca
y humanización del primate.

Aunque tu llanto ya no me pertenezca,


y tu sangre haya caído en la sombra.
Desde las tinieblas puedo escuchar tu nombre,
resonando en las hojas,
teñidas de fuego oscuro.

73
Piedad vagabunda e iconografía malvada.
El azufre que se derramaba en tus ojos,
Gusano violento que horada el mundo
(silencio)
Se evapora una lágrima.

Lastimar una rosa


La única que respira y pide llorando
¡Misercordia!
Psiquiatrización de la vida cotidiana.
Versiones sádicas de la ternura.
La luz no entra, la luz no sale.

Recojo los restos de mi madre,


de mi padre ha desaparecido todo,
de todos los que en vida me desconocieron.
….
Encuentro mi cadáver.

74
Suici, Dios

De pequeño me daba miedo la muerte,


me daba miedo la oscuridad,
me daba miedo el mundo.
El miedo era yo y yo era con el miedo, una misma cosa.

El tiempo pasa, pero no como un fluido físico.


El tiempo modifica acciones y estados.
Ahora no le tengo miedo a la muerte, ni a la oscuridad, ni al mundo
Pero el miedo y yo seguimos siendo, una misma cosa.

Siempre hay una salida,


una vez superadas barreras doxásticas.
Esos temores antiguos,
esa huida brillante que es puerta bendita
La última autodestrucción posible.

Toda existencia tiene lugar a rendirse,


cuando su teleología ha fracasado.
Cuando sientes que todo es inútil
No se llama cobardía, se llama agotamiento.

Morir con autonomía o sin ella,


Pero que sea una decisión libre
Ahí está la gloria.

75
El dolor cognitivo,
la experiencia lesiva,
la fenomenología del la muerte
y la inmortalidad que no existe.

No tengo miedo.
No hay nada después de la mente.
El suicidio es solo, detener todo.
Es una pausa infinita
Triunfo de la anomia
La eternidad de la nada.

76
A priori’s contingentes por
necesidad sintética

77
La intimidad

Es la longitud del espacio introspectivo de mi conciencia.


Es el perímetro de mi fenomenología.
Es lo que disfruto en mis pesadillas.
Es cómo me río por dentro de ellos cuando los miro con seriedad al mismo tiempo.

Espacio metafísico mediado por corriente eléctrica.


Escondite de la libertad.
Lugar de la identidad yoica.
Sustancia del ser persona.
Semántica de las autoreferencias.
Es mi inconsciente haciéndose el idiota.
La insignificancia del mundo.
Es lo que ni yo sé.

La intimidad no es mi buzón de correos.


No son mis bolsillos.
No es lo que la gente cree que hay en mis ojos.
No es lo que está escrito en estas líneas,
ni mis apuntes en ese cuaderno viejo dónde dibujo y escribo tonterías.

La intimidad es la colección de mis perversiones más retorcidas.


Son los morfemas del erotismo
Son esas ideas sueltas que de vez en cuando gritan en mi cabeza.
Son esas pequeñas locuras que destruirían mi imagen pública.
Receta para el monstruo.
Sintaxis del sexo.
La intimidad es lo único que guardo cuando me quedo desnudo.

78
Asientos libres

A veces quisiera sentirme libre,


libre de atribuirle consciencia a lo inanimado,
libre de entristecerme por abusar de estas metonimias.
Decir que poseo libre albedrío por sentir compasión de una criatura de felpa.

Todo asiento sin usuario es una tragedia universal.


Observo las bancas solitarias en los parques y no he podido dejar de meditar por analogía
sobre lo dramático que es estar ausente de esa persona que da funcionalidad a nuestro
sentido.
La teleología de una banca sin usuario es tan paradójica y tan fútil como la antitética
naturaleza humana.

A veces quisiera sentirme libre,


pero ser libre no significa poder hacer lo se quiere, sino poder querer lo que se quiere.
No significa poder querer lo que se quiere, sino querer lo que no se quiso.
Ya no es tampoco poder querer lo que no se quiso, sino desear lo inconceptuable.

Todo asiento sin usuario es una tragedia personal.


Observo las bancas solitarias a la espera de alguna abstracción vagabunda.
¡No podrían imaginarse toda esa patética absurdez! De la cual somos víctimas.
Tanto el usuario como el asiento, envueltos en un miasma soporífero.

A veces quisiera dejar de ser una propiedad emergente.


A veces quisiere dejar de supervenir a este conjunto finito de cadenas neurales.
¿Y quién puede ser libre si está encadenado?
“Yo” como respuesta, es otra tautología.

Todo asiento libre, es una catástrofe ecuménica.

79
¡Es una contradicción estética!
Miro las bancas aisladas de sujetos, y no se me ha permitido dejar de pensar por analogía,
en la absurdidad del vivir.
Lo único más trágico que un asiento solitario
es un columpio en estado de delirio cinemático pero ausente de algún niño.

A veces quisiera ser libre y despertar en otoño.


A veces me siento como un bohemio de tradición logicista.
Como un borracho buscando hospedaje en la vereda.
Bazofia lírica relacionada como mi ontología circunstancial.
Y decir otra vez que poseo libre albedrío por sentir compasión de una criatura de felpa,
otra vez comunico que la teleología humana no es la sustancia, sino el accidente.
No soy el sujeto, sino el predicado.
La naturaleza humana, es un asiento vacío.

80
Sobredosis

Detrás de una luna amarilla


entre sentidos comunes y bosquejos de naturaleza humana.
Veo verde, veo verde
y vuelo como un simio dipsómano

Voy por el mundo plateado


aplastando colonias de insectos,
bichos pseudomonogámicos.
Devorando carne pútrida y vomitando fantasmas

Condenados a la resignación azul,


tratando inútilmente de escapar de la hegemonía del monstruo.
Epilepsia voluntaria.
Huellas satánicas cubiertas de hierba
y sueños más reales que el miedo.

81
Vomitando el arcoíris

Ingerir una semilla y vomitar el arcoíris.


Volar sobre cielos púrpuras y consagrar la psicodelia.
Ves cómo la tierra respira y cómo la luz se hace pesada.
Deglutir ese infierno cualitativo y saborear el cromatismo.
Ilusiones y delirios de sinestesia…

Ingerir una semilla y media y vomitar el arcoíris.


Soñar que estás dormido y dormir que estás despierto
Meliflua narcolepsia.
Realidad amplificada,
Sentidos graciosos.
Experiencia disonante y ácido psicopatológico.

Los colores resuenan muy agudos


y los sonidos te acarician la cordura.
Colores que estallan en el dodecafonismo
Sonidos que se derraman en púrpura.

Ingerir una semilla y media, un poco más…y vomitar el arcoíris.

82
Meta-Phýsis

Escribía desde el infierno.


Ahora, desde un purgatorio presente que se torna infinito,
de inefable llanto plateado como mi sangre oscura,
con nueva música y silencioso sentido

La destrucción masiva,
caída una explosión psicológica,
del cielo a la tierra y de la tierra a la imaginación.
Pesadillas eróticas y furiosas mordidas.

Saberes monádicos,
conocimiento inútil,
pensamiento vacío y desilusión eterna.

83
Reductio ad absurdum

¿Dónde está la poesía?


En cualquier parte, menos en la poesía.

En la música.
En la novela.
En la calle.
En el orgasmo.
En la crítica.
En el cielo.
En la rabia.
En el burdel.
En las drogas.
En la muerte.
En la cama.
En la ciencia.
En la crueldad.
En mi infancia.
En la basura.
En mi vejez prematura.
En mis visiones cinematográficas.

En todas partes, menos en los poemas.

84
Versiones de la verdad

Elogio del mito.


Antiguo Prometeo.
Me vuelvo un ciego contrapunto lógico y aritmética rota

Acerca de la verdad se han dicho las mentiras más grandes.


Silenciosas nuestras teorías tarskianas
Mis locuras metodológicas
Orgía epistémica y triste encuentro de hipócritas

Axiomas blancos en tu mesa nocturna


Bicondicionales que sangran,
Que cuentan mis historias clínicas,
Hermeneutica emancipadora y proposiciones oscuras

Morir.
Agonizar equivocado,
delirando títulos de libros
y pensar en el último instante:
La nieve es negra.

85
Negligencias

Alguna mirada neutral ante la tragedia ajena me pertenece,


alguna compasión,
algún aplauso ante la pobreza.
Venganza mediocre y sutil holocausto

Discúlpame, la longitud poética.


Vergüenza rosada y humildad canina.
Fantasía de febrero.
Gargantas que se desagarran desde la tráquea hasta las tripas

Ideas mías,
que se escuchan más fuertes que el mundo.
Tributo sádico a la cabeza hervida.
Espectador de la muerte, de la alegría vegana.

Encuentro el consuelo psiquiátrico en la ficción.


Y me observo, como un viejo melancólico.
Arrepentido… arrepentido de la vida.

86
Este no es un poema

Poesía…que has esperado tanto.


Que he postergado la letra,
que me aparté por las noches del verso.
Perdóname que haya vuelto, como el hijo pródigo,
o como el hijo nada más.
En tus líneas yo soy la honestidad simbólica
y el silencio profundo.

Te veo y pienso: “me das asco”.


Has muerto en la imagen presente y en el pasado de cristal transparente.
No trates de descifrarme esta única vez,
porque solo soy un abecedario confuso
lleno de episodios distintos.

87
Resumen de todos los olvidos

Amnesia profunda,
sobre la coma y el punto.
Eventos que se destruyen
Sonrisa anterógrada

Recuerda que alguna vez pude decir algo


Algo como esto.
Y pude pero ya no puedo…

Y si te miro, déjame aniquilarte de forma paralingüística


Volver a nacer el verbo
Ser la experiencia que busca el perdurantismo.
Finalmente…

Pude extraer mi nombre de uno de tus poemas,


evitando mi inminente extinción cognitiva.
Quise escapar de esa melancolía azul,
que embarraba el mediodía de sombras
y la noche de luces sangrientas.

88
Las excepciones

89
Introducción a la lexicografía fantástica

Soy el Hacedor.
El creador de las torturas psicológicas más cuestionables.
Responsable de las confusiones humanas.
Verdadero inventor de la letra maldita.

Dueño de nada.
Reposo de fantasías esdrújulas.
Vocabulario nológico y querolíes azules.

Hedras de todas las sangres en el cielo, pospórtalo de todas las sangre…


Un buen día podría, axolotado, condenarlos a todos a vagar por la luz repnotara.
Ceguera dixáfila que abandona el mitahedro de piedra.

Hace siglos habitaba los sueños sélficos.


Paraíso de estados neurodivergentes.
¡Gradífolo monstruoso que reinabas a oscuras!

Ahora nos observamos, námebres…


Ciudad erdebolástica que rinde culto al vampiro.
Prenitruvio morábido.
Continuidad psicológica que abandonas lurgias de carne
De pieles podridas.

90
La construcción de la indiferencia y los amantes de plástico

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo y el fondo sigue intacto.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto y la luna
inmutable.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto, la luna
inmutable y los recuerdos agonizando.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto, la luna
inmutable, los recuerdos agonizando y el cielo cariacontecido.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto, la luna
inmutable, los recuerdos agonizando, el cielo cariacontecido y la música silente.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto, la luna
inmutable, los recuerdos agonizando, el cielo cariacontecido, la música silente y las
flores…todas ya marchitas.

Hemos perdido nuestros rostros congelados en el tiempo, el fondo sigue intacto, la luna
inmutable, los recuerdos agonizando, el cielo cariacontecido, la música silente, las flores
marchitas y yo te he abandonado entre las ficciones infinitas de mi mente.

Hemos perdido nuestros tiempos congelados en el fondo, el rostro sigue intacto, los
recuerdos inmutables, la luna agonizante, la música marchita, el cielo silencioso y las flores
cariacontecidas.

91
Hemos perdido nuestro tiempo congelados en los rostros, en una prosopagnosia
voluntaria...lo hemos perdido absolutamente todo.

92
Las nostalgias de las violetas

Nos hemos evaporado en los recuerdos, como bostezos infinitos fabricados de litio.
Nos hicimos invisibles para el mundo, pero vimos en el mundo lo invisible.
Finalmente, rompimos nuestras ataduras cuando el sol se rendía ante el cielo anaranjado.

Siento aún el aroma del vino y la madera.


Tus palabras reales resonando el infinito.
Te he visto crecer ante mis ojos y maldecir la primavera.
Jugar alegremente y caminar sobre grises eventos.

Nos refugiábamos en ese parque imaginario y soñábamos despiertos.


Veíamos las hojas secas escaparse de los árboles desnudos, abandonarse al viento y
suicidarse en el otoño.
Por último, nos ocultábamos detrás de aquellos muebles para amarnos y besarnos para
siempre.

¿Te acuerdas cómo era el mundo sin el tiempo?

Escucho en el silencio aún tus cantos élficos,


descansando en las tardes dulces de melancolía.
Compartirlas con la musa del invierno.
Aunque al verte vuelen muertas las luciérnagas de día.

Nos hemos rendido ante la noche, contemplando el vacío más oscuro.


Perdimos nuestra consonancia por acción de la monotonía
y nos abrazamos bajo la lluvia mirándonos con ojos de luna llena.

Nos dimos por vencidos y convivimos hasta hoy con el adiós.

93
La última luz al final del invierno

Este día de matices mostazas,


de clima claroscuro,
de tenue luz solar sobre las palmeras.
De nieve imaginaria y melancolía.

Extrañando tu rostro de inocencia,


tus miradas de niña bajo mis miradas de niño,
tu pureza entre las palabras y tu templanza de fuego.
Difícil de olvidar aquellos cielos anaranjados.

Cae la nieve imaginaria sobre el suelo imaginario.


Caen nuestros pensamientos como algodones en el aire.
Cubrimos el viejo asiento vacío del parque enfermizo
y desde tu lado veo nuevamente…
la última luz al final del invierno.

94
Análisis de la extrinsicalidad

Te dejo,
como el abandono de una madre siniestra.
Te dejo como las lágrimas al ojo
o como el ojo a la ceguera.

Te dejo,
como la despedida del viajero arrepentido.
Te dejo como al pueblo natal.
o como el forastero enamorado del exilio.

Te dejo,
como a mis primeras creencias metafísicas.
Te dejo como a los refranes mutilados
o como a mis miedos infantiles.

Te dejo,
como las memorias del migrante.
Te dejo como la voluntad del retorno,
como la puerta abierta para siempre.

Te dejo,
Te dejo como mis versos a la rima.
Te dejo entre llantos
y entre promesas inconclusas.
Te dejo como a la posibilidad de la justicia.
Como la intrinsicalidad del mundo destrozado.
Te dejo como al esencialismo de mis propiedades psicológicas.

95
Quiero que seamos infinitos, hasta lo insoportable.
Huyo de la inmanencia,
en los atardeceres.
Extrañando tu sombra, llorando tu reflejo.
Me quedo solo, viudo miserable.
Solo en la vejez decadente.

96
Ética sin principios

Hemos agotado todos los inicios de la prosa desnuda.


Máscara del verso.
Crimen narrativo.
Metaética de las crueldades.

¿Cómo funciona el lenguaje moral?


Pronombre indirecto.
Naturalismo fuerte.
Violencia semántica y destrucción de la rima.

No sirven los mandamientos cuando existen las excepciones.


Tortura psiquiátrica.
Intuición insalvable
Llanto del pez.
Psicopatía evolucionaria e inútil la convicción religiosa.

Somos tumoraciones valorativas en la conciencia culpable.


Emoción desconocida y realismo vehemente.

97
Nefasto Silencio

Ha pasado el camión de la basura,


en la calle del frente,
recogiendo mis pedazos.

Hoy
ya nadie me reconoce en el lenguaje,
ni entre sueños hipnagógicos
que me mantienen agonizando sin vida.

A menudo pienso:
¡Que te vaya bien en este mundo!
en el que no me encuentro
ni como demiurgo,
ni como idea.
Aislado, como una porquería que camina…

Déjame hundirme más en mis rabietas.


Déjame descansar en mis heridas solitarias,
en mi llanto infantil,
en mis cicatrices de arena.

Vuélvete felicidad sin mí,


mientras yo me vuelvo
una ilógica metáfora,
que llora,
que llora sin consuelo…

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