Вы находитесь на странице: 1из 4

201

El cuerpo en escena.
Elsa Aisemberg (coordinadora), Beatriz Agrest de Wainer, Estela Bichi, Teodoro Devoto,
Isabel Eckell de Muscio, Nélida Gruenberg de Steren, Alicia Presas de Ginzo,
Alberto Stisman.

Buenos Aires, Lumen, 2013.

En este texto participaremos como es- de representación.


pectadores de un juego alternante de imá- Los desarrollos de “El cuerpo en esce-
genes y voces: las que delinean las siluetas na” parten básicamente de una idea que
encarnadas de sujetos que padecen tras- yo comparto, que es la de coexistencia de
tornos psicosomáticos, somatosis severas, “modos de funcionamiento psíquico”. Es
marcas en el cuerpo, las que surgen del por eso que en cada una de las historias
encuentro clínico en el que hallan palabra que se cuentan puede verse la emergencia
los ecos silenciosos del trauma, y las que de distintos mecanismos y recursos del psi-
produce un grupo que investiga y trabaja, quismo. Así por ejemplo lo muestra la his-
clínica y conceptualmente, al cuerpo en la toria de Anna, en la que se hace referencia a
escena analítica. “tres cuerpos”: el conversivo, el somático y
A partir de las ideas que los autores pro- el hipocondríaco.
ponen, y la metodología de trabajo que uti- Los trabajos individuales de los autores
lizan, empezarán a desarrollarse círculos que aparecen en la segunda parte tienen
concéntricos que convoquen al lector y lo una cualidad significativa: son textos que
inviten a participar del diálogo con el gru- parten de aquel magma gestado por el
po, y a internarse junto a él en la investiga- trabajo grupal para luego alumbrar, des-
ción bibliográfica y en la reflexión sobre la de la singularidad de cada uno, un amplio
clínica. abanico de cuestiones de interés, con sus
Se desandarán en este texto temas meta- particulares modos de pensar, de escribir,
psicológicos como el de la representación y de desarrollar ideas acerca del pasado, el
la pulsión para luego, en otra vuelta de es- presente y el futuro del psicoanálisis. Todos
piral, abordar el tema de la escisión y de la ellos constituyen aportes que enriquecerán
desmentida, los modos de funcionamiento profundamente a cualquier analista que
neurótico y no-neurótico, y la multiplici- quiera interiorizarse en los fenómenos de
dad de métodos y la pluralidad de teorías la práctica analítica actual, y que convocan
que permiten acercarse a la problemática a “ampliar nuestros criterios de analizabili-
que intentan describir y resolver. dad y desafían nuestra capacidad para fle-
A través de esta “senda múltiple” se inten- xibilizar el encuadre analítico”.
tará arribar a aquellos “huecos sin palabra” Este texto nos invita a aceptar esos desa-
donde hubo actos o, más específicamente, fíos apelando a la creatividad. En ningún
descargas en el cuerpo que mediante el tra- momento rehuye convocar a la polémica.
bajo analítico podrían encontrar algún tipo Por ejemplo, dicen los autores en el capí-
202 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXX | N° 1| 2013

tulo 7: “Dadas las características de los pa- invitación a la reflexión que se le propone,
cientes a los que nos referimos necesitamos seguramente logrará conmoverse ante la
crear las mejores condiciones para generar encarnadura de esa escena analítica que
la dependencia de transferencia”. Ofrecer la toma cuerpo en el montaje que se revela a
posibilidad de debatir cuestiones como és- través de las páginas de este libro.
tas, es una de las propuestas más generosas
de este escrito. Si el lector decide aceptar la Norberto Marucco

Psicosis y Psicoanálisis.
Roland Broca, Guy Clastres, Serge Cottet, Jean-Jacques Gorog, Françoise Gorog,
François Léguil, Michel Silvestre, Marie-Laurie Susini, Juan Víctor Torrisi, Éric Laurent.

Buenos Aires, Manantial, 1985.

Este libro contiene un total de once tex- bre lo que Roland Broca llama “erotomanía
tos. Está di­vidido en tres partes: Psicosis y de transferencia”, en una paciente que, —
Psicoanáli­sis, Las psicosis y el psicoanáli- según el autor—, presenta la particularidad
sis anglosajón y Clínica Psicoanalítica de de ser la versión femenina del Presidente
las psicosis y reúne a través de las mismas, Schreber. Por su parte, Michel Silvestre se
trabajos de un grupo de psicoanalistas de pregunta: “¿ hasta qué punto sostener el
orientación lacaniana. lugar del analista con un psicótico no im-
En la primera parte se destaca el aporte plica que el analista mismo participe del
de Jacques Alain Miller, quien comienza delirio?”, introduciendo de esta forma el
trabajando la oposición Esquizofrenia- relato del trabajo con su paciente Federico.
Paranoia en la nosografía psiquiátrica para El análisis de Marlene le permite a Colette
luego, —vía introducción del psicoanálisis Soler, reflexionar sobre el carácter de “fuera
a través de Freud y sus discípulos—, estu- del discurso” de la psicosis. El delirio como
diar la función del sujeto en las psicosis y la tentativa de cura y la evaluación de las vo-
relación entre el cuerpo esquizofrénico y el ces —de las cuales esta paciente presenta
lenguaje. Este primer apartado se completa tres modalidades— son los ejes alrededor
con otros dos trabajos, que investigan cier- de los cuales se estructura la exposición de
tas particularidades de la entrada en análi- la autora. Completan esta tercera parte dos
sis en las psicosis, con especial énfasis en la trabajos. En el primero, Marie Laure Susini
elaboración de algunas cuestiones técnicas estudia la recidiva del pasaje al acto en un
y el valor de transmisión de las presentacio- jóven psicótico, y en el segundo Juan To-
nes de enfermos. rrisi relata las vicisitudes del trabajo clínico
La tercera parte reúne interesantes mate- con su paciente Azucena, quien despliega
riales clínicos: el primer trabajo, dedicado a su psicosis teniendo como marco un com-
la erotomanía, presenta una teorización so- plejo entramado familiar.
Revista de Libros 203

En mi opinión, la segunda parte del libro de disenso— de cada uno de los autores de
merece una mención especial, entre otros orientación lacaniana a los trabajos de los
motivos, por lo que aporta al desarrollo autores anglosajones, facilita al lector una
pluralista del psicoanálisis. Cada uno de tarea en tres niveles: ubicarse en las coor-
los tres autores intervinientes (François denadas de los autores anglosajones, seguir
Leguil, Diana Rabinovich y Colette Soler) a quien escribe en las similitudes y diferen-
realiza una prolija lectura de la producción cias que plantea con ellos, y además, reali-
de sendos autores anglosajones: Melanie zar un enriquecedor ejercicio de lectura de
Klein-Hanna Segal, Wilfred Bion y Ma- la lectura.
rion Milner, respectivamente. El respetuo-
so acercamiento —que no implica la falta Rafael Groisman

La fe en el Nombre.
José Milmaniene

Buenos Aires, Biblos, 2012.

“La fe en el nombre”, el nuevo libro de viesan y lo contornean, en un entramado


José Milmaniene, se inscribe dentro de la escriturístico que se nutre del relato bíblico
tradición más radical del legado freudia- y el psicoanálisis como discursos protagó-
no: va al fundamento. Consecuente con la nicos, a la vez que tiende lazos con la filoso-
labor de nominación de los significantes fía en tanto la misma alberga una potencia-
esenciales que Freud empezó a demarcar lidad fecunda para auspiciar un interjuego
al escuchar al sujeto de la modernidad que creativo entre ambos saberes.
surge como efecto del discurso científico, “La fe en el nombre” no es un texto que
Milmaniene emprende la imprescindible podríamos situar dentro de lo que se da en
tarea de recrear las ficciones simbólicas llamar psicoanálisis en extensión. Aquí no
esenciales, causa y efecto del progreso en se trata de aplicar el psicoanálisis al discur-
la espiritualidad, en tiempos en los que la so bíblico. Tampoco, de manera inversa, de
posmodernidad cuestiona las bases éticas adaptar los axiomas analíticos a los presu-
que hicieron posible la emergencia del su- puestos religiosos. Más bien nos encontra-
jeto del deseo interpelado por la diferencia. mos con una dialéctica que pone en ten-
No se contenta con reafirmar el lugar pri- sión creativa dos órdenes discursivos, que
mordial del Padre en el abordaje del sujeto se nutren mutuamente sin que se produzca
del inconsciente, sino que entiende que es un atisbo de violencia epistemológica entre
necesario situar el soporte escriturario que ambos campos. Esta circunstancia no cons-
lo revela: el Nombre. tituye obstáculo alguno para que podamos
El autor irá recorriendo las diferentes reconocer el lugar de enunciación psicoa-
dimensiones del Nombre a través de los nalítica del autor. Asimismo, “La fe en el
distintos tópicos conceptuales que lo atra- Nombre” no constituye una elaboración
204 Revista de Psicoanálisis | Tomo LXX | N° 1| 2013

desprendida de los intereses de la clínica Si se trata de creer en el Nombre, es


ni se trata de una suerte de extravagancia porque, según nos dice el autor, del mis-
ajena a los problemas subjetivos de nues- mo modo que el fetichismo de la letra pre-
tros tiempos. serva de la consolidación y la fascinación
Podemos rastrear en el libro de Milma- objetal, la fe en el Nombre supone elevar
niene de qué modo, anudados en el Nom- a la creencia, en tanto anclaje existencial
bre, los distintos resortes conceptuales del del ser humano al orden simbólico, a la
texto bíblico actúan como un antídoto categoría más abstracta que el progreso
eficaz, para, desde la potencia que otor- en la espiritualidad supone. Concluyo con
gan las metáforas inaugurales, inducir un palabras de Zizek en “Como leer a Lacan”:
ejercicio ético de lectura que revierta en “Lo que muchos lectores de Lacan pasan
nuevas maneras de pensar la subjetividad. por alto es que la figura del sujeto supues-
Convencido de que el proceso histórico to saber es un fenómeno secundario, una
se encuentra en permanente cambio, el excepción, algo que surge contra un fon-
autor no apuesta por la nostalgia ni por do más elemental de un sujeto supuesto
la restauración, sino que se vale de los pi- creer, que es el rasgo constitutivo del or-
lares simbólicos promotores de la cultu- den simbólico”.
ra, para relanzar de manera renovada un
pensamiento acerca de la subjetividad de
nuestros días que enuncie sin concesiones
la apuesta por la ética de la diferencia. Martín Esteban Uranga

Вам также может понравиться