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ESTADO

Bibliografía
 Saborido, Jorge, “Sociedad, Estado, Nación: una aproximación conceptual”.

Coincidencias básicas acerca de su definición


 El Estado es un conjunto de instituciones de las cuales la más importante es la que controla los medios de
violencia y de coerción.
 Estas instituciones están enmarcadas en un territorio geográficamente delimitado. El Estado mira tanto
hacia adentro, a su “sociedad nacional” y hacia afuera, a sociedades más grandes entre las que debe abrirse
paso.
 El Estado monopoliza el establecimiento de normas dentro de su territorio, circunstancia que tiende a crear
una cultura política común compartida por todos los ciudadanos.

Limitaciones: al ser simultáneamente institucional (instituciones que lo conforman) y funcional (funciones que le
competen) da por válido un vínculo que algunas veces no se le ha dado en la historia (ver caso de la Edad Media, en
donde funciones como el mantenimiento del orden, el establecimiento de reglas de la guerra y de la justicia eran
reguladas por la Iglesia y no por los Estados débiles). No todas las sociedades de la historia han estado controladas
por un Estado. Además, los Estados no siempre poseen el control completo sobre los medios de coerción
(nuevamente el caso del Medioevo).

¿Cuál es la razón por la que mandan los que mandan? ¿Qué es lo que confiere su fuerza a la ley?

Concepciones del poder


 Descendente: sostiene que el poder reside originalmente en un ser supremo, que con el predominio del
cristianismo se identificó con la misma divinidad. En el siglo V San Agustín (354-430) afirmaba que Dios daba
sus leyes a la humanidad por medio de reyes. En el siglo XIII Santo Tomás de Aquino (1224/25-1275) sostenía
que el poder descendía de Dios. Esto conformaba una visión teocrática del poder. El poder estaba fuera de la
intervención de los hombres; estos debían aceptar un conjunto de preceptos, de no cumplirlos corría peligro
su salvación.
Esto iba acompañado de una visión orgánica de la sociedad, en la que todos los elementos que la
conformaban eran parte de un todo integrado que se reproducía perpetuamente. Allí rige una “ley eterna”,
divina y revelada, y una “ley positiva”, que se hace eco de la anterior. Lo que vincula a ambas es la “ley
natural”, principio de todas las leyes contingentes: la ley divina no puede ordenar nada contrario a la
naturaleza, y la ley positiva debe referir a la ley natural.
La concepción descendente del poder, entonces, se basa en el fundamento divino del ordenamiento legal.
 Ascendente: sostiene que el poder reside originariamente en el pueblo, por lo que era éste el que elegía a un
jefe para la guerra. Al gobernante se lo consideraba representante de la comunidad, y era entonces un
responsable ante ésta. Sus poderes eran los que el pueblo le había concedido, lo que implicaba un derecho a
la resistencia si se consideraba que el gobernante había dejado de representar su voluntad. Se sentaban así
las bases para el surgimiento político laico, concebido por el poder como algo distinto de dominio espiritual,
es decir, dotado de competencias para el gobierno terrenal.

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