Вы находитесь на странице: 1из 7

1) JUZGADOS DE PAZ.

Los juzgados de paz son órganos jurisdiccionales sui géneris, de


características muy especiales, debido a que sus titulares no son jueces
profesionales, sino legos en Derecho. De allí que su forma de actuación
difiera radicalmente de aquella que distingue al resto del Poder Judicial,
integrado, como se ha dicho, por jueces profesionales, expertos en
Derecho.

Considerando que en este manual se dedica un capítulo específico a


la Justicia de Paz, mencionaremos aquí únicamente sus rasgos más
relevantes. Ante todo, debe indicarse que ha de establecerse al menos
un Juzgado de Paz en todo centro poblado que alcance el volumen
demográfico, rural y urbano que señale el Consejo Ejecutivo del Poder
Judicial, correspondiendo al Consejo Ejecutivo Distrital respectivo fijar el
número de jueces de paz de cada lugar.

Por otra parte, los jueces de paz son esencialmente jueces


conciliadores, están facultados para proponer alternativas de solución a
las partes con el fin de facilitar el avenimiento. Correlativamente, les está
prohibido imponer soluciones bajo la apariencia de acuerdos voluntarios.
No obstante, si no se logra la conciliación, los jueces de paz están
legalmente habilitados para expedir sentencias, en los procesos de su
competencia y dentro de la cuantía que establece el Consejo Ejecutivo.

De cualquier modo, existe impedimento legal expreso para que la


Justicia de Paz intervenga, bajo modalidad conciliatoria o de fallo, en
determinados asuntos, que por su importancia o complejidad exigen el
concurso de la justicia profesional. Tales asuntos son los relativos al
vínculo matrimonial, la nulidad y anulabilidad de actos jurídicos o
contratos, la declaratoria de herederos, los derechos sucesorios, los
testamentos, los derechos constitucionales y aquellos que
expresamente señala la ley (artículo 67, LOPJ).

Conforme a la LOPJ, la competencia jurisdiccional de los juzgados de


paz que los habilita para emitir sentencias en caso de fracasar la
conciliación es la siguiente:
1. Alimentos, siempre que el vínculo de entroncamiento esté
acreditado de manera indubitable
2. Desahucio y aviso de despedida.
3. Pago de dinero.
4. Interdictos de retener y de recobrar respecto de bienes muebles.
5. Intervenciones sumarias respecto de menores que han cometido
acto antisocial, y con el solo objeto de dictar órdenes provisionales
y urgentes sobre tenencia o guarda del menor en situación de
abandono o peligro moral. Concluida su intervención, el juez de paz
remite de inmediato lo actuado al juez de familia o al juez que
corresponda.
6. Los demás casos que correspondan conforme a ley (artículo 65,
LOPJ).

En la sustanciación de los procesos, los jueces de paz deben levantar


acta de la conciliación propuesta y de los acuerdos adoptados; los
concurrentes deben firmar después del juez. Además, se hallan
sometidos a las normas establecidas en el reglamento de jueces de paz.
No obstante, la sentencia la pronuncian “según su leal saber y entender”,
aunque habrá de estar debidamente motivada, no siendo obliga-torio,
empero, fundamentarla en términos jurídicos. Por el contrario, en el
desarrollo de su labor, los jueces de paz, sobre la base de los valores
que la Constitución consagra, se orientan por la cultura y las costumbres
del lugar.

Los jueces de paz tienen las mismas funciones notariales que los
jueces de paz letrados, dentro del ámbito de su competencia.

Finalmente, hay que indicar que, según la LOPJ, la Justicia de Paz


es gratuita, salvo que la diligencia o actuación se realice fuera del
despacho judicial, en cuyo caso han de percibir los derechos que fije el
respectivo Consejo Ejecutivo Distrital (artículo 70, LOPJ).
JUEZ
I. DEFINICIÓN

El juez (también normalizado el femenino jueza) es la autoridad pública que


sirve en un tribunal de justicia y que se encuentra investido de la potestad
jurisdiccional para aplicar la ley y las demás normas jurídicas.

Por juez se caracteriza a la persona que resuelve una controversia o que


decide el destino de un imputado, tomando en cuenta las evidencias o
pruebas presentadas en un juicio, administrando justicia. El juez no es
jurídicamente un ser humano, sino un órgano judicial compuesto por
personas físicas, que pueden rotar sin vulnerar esta garantía.

Habitualmente son considerados empleados o funcionarios públicos, aunque


ello dependerá del país en concreto, son remunerados por el Estado (sin
perjuicio de la figura de los jueces árbitros y los jueces de paz), e integran el
denominado Poder Judicial. En general, se caracterizan por su autonomía,
independencia e inamovilidad, sin que puedan ser destituidos de sus cargos
salvo por las causas establecidas constitucional o legalmente. Asimismo,
son responsables de sus actos ministeriales, civil y penalmente.

Si bien gozan de independencia en su actuar, sus resoluciones suelen ser


revisables por sus superiores, mediante los llamados recursos judiciales,
pudiendo ser éstas confirmadas, modificadas o revocadas.

La concepción de juez, encuentra justificación racional en el


aprovechamiento por la entidad estatal respectiva, de la experiencia,
conocimientos, destreza, capacidad, sensibilidad e identidad adquiridas en
el desempeño de la labor, así como del desarrollo de la virtud innata para
impartir justicia como producto del ejercicio de la función, de los mejores
jueces con que cuenta el Poder Judicial, con el propósito que la prestación
del servicio público de justicia a la ciudadanía, se encuentre en manos de los
más calificados y experimentados jueces de cada Estado.
II. EVOLUCIÓN HISTORICA DE LA FUNCIÓN DEL JUEZ.

Los jueces en Roma, antes del período imperial, no eran expertos en


derecho, tenían un poder muy limitado, debiendo asesorarse por medio de
jurisconsultos. Durante el período imperial su función principal era la
aplicación de la voluntad del emperador. Fue en los tiempos medievales y
prerrevolucionarios su poder estuvo menos limitado y su actuación era
similar a la de los actuales jueces ingleses.

No obstante, con las revoluciones, la construcción de los Estados, las


soberanías nacionales y la separación de poderes, se restringió
categóricamente la función judicial, los jueces ya no podrían hacer el
derecho, rechazándose la doctrina del "stare decisis". Así el juez del Derecho
continental, era una especie de empleado experto (un mero empleado
público), cuya función consistía simplemente en encontrar la disposición
legislativa correcta. Sin embargo desde la creación de los Tribunales
Constitucionales, ideados por Kelsen, la tarea interpretativa, ha llevado al
derecho de tradición constitucional a esferas realmente liberales, en las
cuales, la justicia está al alcance de todos.

Mientras en el Common Law el juez aplica el razonamiento deductivo e


inductivo para dar una resolución, sustentada en las leyes; precedentes o
derivada del derecho natural; es decir, sustentadas en verdades
autoevidentes y que no trasgredan las leyes establecidas, a menos que estas
leyes queden demostradas deductiva o inductivamente que son inválidas;
que siendo el caso, serán desechadas o modificadas. Eso sin embargo se
ve limitado, ya que el precedente judicial, se convirtió en una fuente que
limita el poder creador del juez.

Aunque hay similitudes entre ambas clases de jueces, en sus funciones


propiamente tales se logra apreciar una vasta diferencia, que por razones
históricas se ha originado. El profundo cambio que sufrió el derecho,
después de la unidad jurídica que compartía toda Europa, el Derecho
romano, se deriva a los sistemas jurídicos actuales, tan diferentes, pero a la
vez análogos entre sí; y en esta misma transformación los jueces tomaron
distintos rumbos, marcándose decisivamente los papeles interpretativos y
creativos que en estos sistemas se ejecutan.

III. DERECHOS Y DEBERES DEL JUEZ

Según la "Ley de la Carrera Judicial" los jueces tienen que observar por su
condición una serie de derechos y deberes que a continuación
enumeraremos:

1. DERECHOS:
 La independencia en el desempeño de la función jurisdiccional,
ninguna autoridad puede abocarse a causas pendientes ante ellos
o interferir en su actuación.
 La permanencia en el servicio hasta los 70 años.
 Ser trasladados a su solicitud y previa evaluación, cuando por
razones de salud o de seguridad debidamente comprobadas, no
sea posible continuar con el cargo.
 No ser trasladados sin su consentimiento, salvo en los casos
establecidos por ley.
 Integrar la carrera judicial, diferenciada del régimen general del
empleo público, conforme a la naturaleza especial de las funciones
jurisdiccionales y atribuciones consagradas en la Constitución.
 La determinación, el mantenimiento y desarrollo de la especialidad,
salvo en los casos previstos en la ley.
 Evaluación de su desempeño a fin de identificar los méritos
alcanzados, garantizar la permanencia en la carrera y obtener
promociones.
 La protección y seguridad de su integridad física y la de sus
familiares.
 Capacitación y especialización permanentes.
 Permisos y licencias conforme a ley.
 Percibir una retribución acorde a la dignidad de la función
jurisdiccional y tener un régimen de seguridad social que los proteja
durante el servicio activo y la jubilación. La retribución, derechos y
beneficios que perciben los jueces no pueden ser disminuidos ni
dejados sin efecto.
 A la libre asociación.
 Recibir de toda autoridad el trato correspondiente a su investidura,
bajo responsabilidad.
 No ser detenidos si no por orden del juez competente o en caso de
flagrante delito.
 Gozar de la cobertura de un seguro de vida cuando trabajen en
zona de emergencia y en órganos jurisdiccionales declarados de
alto riesgo por el órgano de gobierno del Poder Judicial.
 Los demás que señale la Constitución y la ley.

2. DEBERES:
 Impartir justicia con independencia, prontitud, imparcialidad,
razonabilidad y respeto al debido proceso.
 No dejar de impartir justicia por vacío o deficiencia de la ley.
 Mantener un alto nivel profesional y preocupación por su
permanente capacitación y actualización.
 Someterse a la evaluación del desempeño.
 Observar estrictamente el horario de trabajo establecido, así como
el fijado para las audiencias, informes orales y otras diligencias. El
cumplimiento injustificado constituye inconducta funcional.
 Observar los plazos legales para la expedición de resoluciones o
sentencias, así como vigilar el cumplimiento de la debida celeridad
procesal.
 Respetar estrictamente y exigir a los auxiliares el cumplimiento del
horario de trabajo para la atención del despacho, informes orales y
otras diligencias.
 Atender diligentemente el juzgado o sala a su cargo.
 Guardar la reserva debida en aquellos casos que por su naturaleza
o en virtud de leyes o reglamentos, así lo requieran.
 Denegar pedidos maliciosos.
 Sancionar a las partes cuando practiquen maniobras dilatorias.
 Denunciar los casos de ejercicio ilegal de la abogacía.
 Dedicarse exclusivamente a la función jurisdiccional. No obstante
pueden ejercer la docencia universitaria en materia jurídica hasta
por ocho horas semanales de dictado de clases y en horas distintas
de las que corresponden al despacho judicial.
 Presentar una declaración jurada de bienes y rentas al inicio del
cargo, anualmente, al dejar el cargo y cada vez que sus bienes o
rentas varíen en más de un 20%.
 Residir en el distrito judicial donde ejerce su cargo.
 Seguir los cursos de capacitación programados por la academia
de la magistratura y los cursos considerados obligatorios como
consecuencia del resultado de la evaluación parcial.
 Guardar en todo momento conducta intachable.
 Cumplir con las demás obligaciones señaladas por ley.

Según esta guía, y su observancia el Poder Judicial ha de tener


profesionales ejerciendo el derecho al servicio de la comunidad
peruana.

Вам также может понравиться