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EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE

PRIMERA: COLONIZACIÓN, DOMINACIÓN Y ACULTURACIÓN -de "El


frigianismo en la Cultura Ibérica", capítulo 14º (Parte LXXXIII de: "Los bueyes
de Gerión en el tesoro de El Carambolo")-.
Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé
en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (8/VII/2013)
ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se
contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido.
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, anverso de una moneda de plata que pudiera
parecernos helenística, pese a que se trata de un Shekel cartaginés, acuñado en Sicilia (entre los
años 300 al 280 a.C.). La figura en efigie es un Herakles casi idéntico al que portan los dracmas
griegos -y sus divisores- en época de Alejandro Magno, pese a lo que la numismática distigue que en
verdad se trata de un Melkarte púnico idealizado como Hércules. De lo que si algún investigador
asevera que la moneda en imagen es helena, los historiadores opinarían que catalogarla de ese
modo es de un grave error; puesto que aunque contenga enormes influencias de Grecia, los objetos
pertenecen a la cultura que los fabrica o que los construye -no a las civilizaciones que les prestan
sus influjos-.

Comenzamos el artículo de hoy mostrando dos fotografías de numismática púnica, con las que poder
analizar un hecho paralelo que de continuo se produce en el estudio de los objetos
tartessios. Enseres que se confunden con importanciones debido a que los hallazgos del Sur
peninsular se parecen enormemente a los diseños orientales. Algo que lleva a algunos especialistas
a considerarlos ajenos a las culturas autóctonas . Pese a lo que las piezas turdetanas pertencen en
su gran mayoría la civilización de la tierra donde se descubrieron (como sucede en la gran mayoría de
cuanto la arqueología encuentra). Una cultura tartessia perfectamente distinguible de aquellas otras
llegadas desde el Levante Mediterráneo, pese a que fueran estas más antiguas y orientales las que desde
comienzos del I milenio a.C. aculturasen nuestras tierras, llegando a crear los rasgos propios del iberismo
(del pre-iberismo o del proto-iberismo).

BAJO ESTAS LÍNEAS: Casos semejantes al que hemos visto en el Shekel siciliano anterior, podemos
observarlos en casi toda la numismática púnica. Como ejemplo de ello traemos una imagen de esta
otra moneda en plata acuñada en Cartago y con la efigie de una Tanit o bien una Kore en su anverso.
Diosa que unos opinan se trata de una Ceres-Tanit cartahginesa, auque se clasifica como una efigie de la
diosa griega Kore o Kora (la bella joven que da el nombre a Ceres y al cereal). De igual época al Shekel
anterior (hacia el 300 a.C.), en ella se representa una diva ctónica plenamente helena y sin apenas
relación conocida con la mitología fenicia, por influencia de la numismática griega. Una hija de
Deméter, que simbolizaba la semilla y su germinación; cuya religión a mi juicio es de origen anatólico y
egipciante -tal como hemos estudiado en otras entradas- (1) . La joven bella raptada por Hades y cuyo
nombre de Kore (koure) evoca a la doncella del Egeo como símbolo de la beldad -una diva de algún modo
equiparada a la Britomartis de Creta y en parte a la posterior Artemisa (cuyo origen sin duda pudo ser la
Ashtarót hitita y la Astarté fenicia)-.

Sea como fuere, es perfectamente plausible considerar que la moneda de Cartago en imagen (bajo
estas lineas) es de gran influjo helenístico. Pese a lo que la Historia la reconoce tan solo como
púnica. Algo muy similar a lo que sucede con los objetos de Tartessos, que se denominan
orientalizantes al ser turdetanos, con claros rasgos del Levante mediterráneo. Pero de los que no
podemos afirmar sean fenicios ni griegos; por el simple hecho que se parezcan a aquellos, sin ser
siquiera exactamente iguales a los de Fenicia ni a los de Grecia (teniendo rasgos propios y una calidad
muy distinta a cuantos se hacían en el otro lado del Mediterráneo).

.
a) ACERCA DE LAS ARTES COLONIALES Y SOBRE LA DOMINACIÓN DE LA PENÍNSULA POR LOS
PRIMEROS "ACULTURADORES":
Plantearemos hoy uno de los temas sobre El Carambolo que más polémica están generando en
nuestros días, siendo aquel el de las "revisiones" acerca de la atribución del ajuar al mundo
tartessio (o más bien sería decir "al fenicio"). Unas correcciones y nuevas conclusiones que dieron
comienzo aproximadamente ocho años atrás; cuando varios arqueólogos "retomaron" y pusieron en
duda los estudios que la gran mayoría de los investigadores habían realizado acerca de El
Carambolo. Llevándose a cabo unas nuevas prospecciones sobre el terreno del mismo cerro, lo que
permitió reestudiarlo y comparar las primeras conclusiones; muchas de ellas procedentes de quienes
"descubrieron" el tesoro (o los que primero lo analizan, hace ya más de cincuenta años). De tal manera
y trás las últimas y recientes "nuevas catas", algunos expertos han querido ver en el santuario de El
Carambolo un simple templo de fundación fenicia, dedicado a la adoración de Astarté.
Catalogándolo como púnico y sin relación alguna con las culturas autóctonas, ni con el "mundo
tartessio" -un Tartessos que por lo general ponen incluso en duda que existiera, aquellos que así opinan
sobre el tesoro y acerca de las piezas propiamente turdetanas; a las que suelen describir como fenicias o
griegas-.

Consecuentemente y como explicamos, la conclusión final de muchos de los nuevos investigadores es


afirmar que el ajuar -y el resto de los enseres allí hallados-, son de origen y manufacturación
fenicias. Llegando a aseverar que las joyas son de fabricación ajena a la Península y sin relación
alguna con el mundo ibero. Pensando muchos de los nuevos estudiosos, que se trataría de un conjunto
importado desde Tiro o Sidón, para ser lucido por bueyes (enjaezando sus frentes). La base para
realizar tales afirmaciones -tal como veremos en la segunda parte de este artículo- se halla
principalmente en la aparición de una diosa Ishtar en el interior del santuario de El Carambolo, tanto
como en la evidencia de que ese recinto fue reutilizado por los cartagineses y usado por los fenicios
(llevando a cabo allí sus ritos).

Todo cuanto hemos expuesto en el párrafo anterior, inicialmente pudiera parecernos un motivo más
que suficiente para poder concluir que El Carambolo fue desde sus primeros tiempos un simple
santuario púnico, ajeno al mundo indígena. Pese a lo que chocaríamos con un hecho histórico y real,
como el de que en todo el arte colonial, es muy difícil poder distinguir la barrera de lo autóctono
junto a lo importando. De tal manera, partiendo de que Fenicia mantuvo durante siglos colonias en las
inmediaciones de El Carambolo, surge el problema de los influjos importados desde Oriente, frente a
la civilización indígena que los admitió. Todolo que puede hacernos imposible llegar a saber si un
arte es o no realmente obra del "nuevo culturizador" o bien del "aculturado". Algo que es tanto como
decir que sería imposible llegar a precisar si aquel santuario fue originariamente creado por los
colonizadores, o bien sobre un templo y ritos indígenas, "rebautizados" o reorientados a las
costumbres de quienes vinieron a asentarse junto a las tierras de Tartessos.

Cuanto explicamos no lo escribimos por defender la existencia de una cultura autóctona del Bajo
Guadalquivir, sino porque es un problema de tan difícil solución como el pretender descubrir de dónde
proceden las creencias y las formas. Ya que si -por ejemplo- intentamos analizar los orígenes del
ritualismo más antiguo en nuestro Continente (estudiando qué hay bajo las iglesias principales de Europa -o
en el subsuelo de las Catedrales-); veremos que los templos y cultos importantes, comunmente esconden
otros romanos o prerromanos (incluso hasta de la Edad del Bronce). De tal modo, el asunto así planteado
se agrava más cuando tratemos de analizar el mismo tema desde el prisma del arte y los influjos
coloniales. Dado que si aseverásemos que pertenece a "la polis" todo estilo importado a un lugar por
la civilización dominante (o que la integra en su órbita); aquellos que son conquistados, absorbidos o
invadidos por otros, dejarían de tener inmediatamente una cultura propia.

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, arte de Biblos perteneciente al siglo XVIII a.C.;
pectoral del rey Abi Chemu (propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen). En oro puro y de unos veinte centímetros de longitud, este collar es un claro ejemplo de una
copia de los "aegys" del Nilo, pese a lo que se considera joyería de Biblos. Una catalogación que se
debe no solo a haber sido hallado en esta ciudad satétite de los faraones (sita en Oriente Medio), sino
porque su calidad y estilo es un poco diferente e inferior a la común de los pectorales de
Egipto (fabricados en época coetánea y para darles un uso idéntico al que imitaron los bibliotas). Por
cuanto decimos, los objetos que se descubren en yacimientos de ciudades que como Biblos estaban
plenamente influidas y dominadas por los faraones; no son catalogados de arte egipcio, sino como
pertenecientes a la cultura que los creó. De cuanto hemos de plantearnos por qué "ese empeño de
muchos" por clasificar todo hallazgo tartessio como púnico... .

ABAJO: La famosa esfinge en marfil (de Nimrud), perteneciente al siglo VII a.C. y propiedad del British
Museum -al que agradecemos nos permita divulgar su imagen-. En ella observamos un objeto claramente
egipciante, pese a que nadie duda de que se trata de una obra fenicia. De un modo igual, aquellos
enseres que se descubren en Tiro o de Sidón -por muy egipciantes que nos parezcan-, tan solo se
pueden considerar egipcios aunque sean fidedignamente iguales a los del Nilo y no existan
paralelos entre algunos hallados en Oriente Medio. Consecuentemente y ante cualquier descubrimiento
en esas tierras, por muy idéntico que sea en su tipología al faraónico; de haber otros objetos
semejantes encontrados en los puertos de Fenicia, atomáticamente este pasa a considerarse arte
púnico (egipciante). A continuación exponemos los motivos que llevan a esa catalogación, debido a que si
clasificamos "como importada" toda pieza que en estilo se parece a otra anterior perteneciente a la
civilización que influye o invade un área. Esas zonas absorbidas o adheridas en un momento de la
Historia (por Sociedades más fuertes), nunca tendrían una cultura ni entidad propia.
Los hechos antes referidos suceden de un modo tan real que con ello nos explicamos por qué las
Sociedades han avanzado o se han modificado; lo que comunmente se debe a la expansión ejercida
sobre otras, o al influjo recibido desde extraños que en un momento les dominan (por alianzas de
adhesión, o bien por efecto de la sumisión a grupos muy diferentes y ajenos). De tal manera, las
civilizaciones cuando colonizan o se unen a otras, pueden influir de forma radical sobre aquellas
más débiles, tanto como recibir corrientes culturales procedentes del lugar que logran
dominar. Debido a lo que "los absorbidos" por una Sociedad más fuerte, pese a cambiar en gran parte
su cultura y sus hábitos; a su vez envían influencias a sus dominadores -tanto como suelen terminar
creando unos nuevos tipos, con rasgos y formas propias-. Dando todo ello como resultado a unas
artes autóctonas y bien distintas a las de la "polis" que les ha integrado en su órbita. Artes y
fórmulas que se denominan "coloniales" y que se expandieron por todos los imperios, en unos
estilos que en su gran mayoría se diferencian perfectamente de aquellos otros que son tenidos como
los originarios y originales de "la polis" (importados desde el lugar que conquista).

De cuanto decimos, en mi opinión es un error clasificar el Periodo Orientalizante de Tartessos como


arte fenicio (o heleno) del mismo modo que sería una equivocación considerar las piezas fenicias
como "arte egipcio". Algo que comprenderemos fácilmente con un ejemplo de tipo colonial más reciente;
puesto que no podemos clasificar como "español" (o portugués) a toda manifestación creada en
Iberoamérica durante los siglos XVI, XVII y XVIII. Basándonos en el hecho irrefutable de que durante esta
época, gran parte de Suramérica estuvo dominada por los españoles -o bien por los portugueses-. Tanto
que perdieron prácticamente sus lenguas y culturas autóctonas, pasando a tomar las costumbres y a hablar
como en Europa, olvidando casi plenamente a las civilizaciones precolombinas.

Pese a ello, si alguien afirmase que cuanto se hizo durante el periodo colonial mexicano, es arte
español; se vería inmerso en un grave problema de clasificación. No solo porque resultaría un
desagravio hacia la Historia de aquel pais centroamericano, sinó porque además existe una serie de
rasgos y peculiaridades que muestran muchas diferencias entre el los objetos realizados en España
y los que se hicieron durante esas épocas, en los distintos dominios de ultramar. Unos rasgos que
realmente en muchos casos alejan sobremanera del modelo incial a las artes
hispanoamericanas. Tanto, que sería absurdo confundir un cuadro de escuela cuzqueña con aquellos
sevillanos en los que se inspiraron los pintores de Perú; al igual que resultaría absurdo considerar la
imaginería (la pintura o la orfebrería) iberoamericanas, arte plenamente español y portugués.
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas lineas, cuadro realizado por mí para "Textos
ibéricos", donde se recogen los signos alfabéticos más arcaicos del griego, tanto como algunos de
los más primitivos caracteres fenicios. Sabemos que fueron las gentes de Fenicia quienes "inventan"
el alfabeto desde formas protosináicas, que a su vez descendían de signos en su gran mayoría
procedentes de ideogramas egipcios (cuyo significado fue ya el de "letras", no jeroglíficos que
simbolizaban palabras). En el gráfico y a nuestra izquierda están los alfabetos de Ahiram y Mesa,
antecesores directos de los muy posteriores signarios griegos. En el centro, sus correspondencias
y paralelos en los albasilábicos ibéricos, tanto como en el grecoibérico. Como sabemos, este último
fue el único alfabético que se usó en la Península para recoger idioma ibero, habiendo sido utilizado
principalmente en Contestania (actual Valencia); descendiendo de los signos jónicos más arcaicos -puesto
que en el resto de la Península durante la etapa prerromana redactaban en caracteres silábicos, alternados
con algunas "letras" (tal como vemos en el gráfico de comparación de signos, en imagen)-. Todo cuanto
expresamos deja evidente que la colonización no llega ni siquiera a aportar las lenguas orientales a
nuestra Península, sino que simplemente adoptan unas formas alfabéticas importandas, con las que
escriben los iberos su idioma propio.

BAJO ESTAS LINEAS: Alfasilábico tartessio (o del Sudoeste). Como podemos observar, tan solo tiene
unos pequeños rasgos coincidentes con formas de escritura fenicias o helenas. Unicamente las
letras "A" (alfa), la "E" (épsilon), la "M" (mi), o la "R" (ro) se parecen a las púnicas o a las griegas,
siendo el resto de caracteres cercanos y más semejantes a los alfasilabarios cretochipriotas -e
incluso a los neohititas-. Este rasgo de escritura frigia en los alfasilábicos iberos es un dato más
para evidenciar las influencias anatólicas en nuestras tierras y para poder afirmar que la
colonización fenicia no dominó a los iberos,simplemente comerció e influyó en algunas de sus zonas.
Además de lo ya expuesto, existen otros hechos históricos que nos impediría con mayores razones y
más importantes motivos, clasificar como simplemente "fenicios" -o griegos- los enseres
orientalizantes hallados en territorio de Tartessos (Turdetania). Puesto que como vemos, la
colonización procedente de Fenicia no fue propiamente dominadora, sinó muy semejante a la
griega. Es decir, basada en unos puertos o fundaciones mercantiles -ciertamente tempranas-, situados
fundamentalmente con fines comerciales en las costas peninsulares. Enclaves que dejaron aquella
aculturación púnica importada a través del intercambio, y no tanto como fruto de un poder ejercido
sobre los indígenas. Algo que evidencia la Historia, puesto que hasta el dominio de Cartago en
nuestras tierras, la influencia púnica no puede ser concebida como una colonización en la
Península -propiamente dicha- . Sino ha de entenderse como una nueva civilización que llega a
establecerse por medio de pactos con las gentes autóctonas, y a través de mercaderes quienes se
preocupan de que otros no alcancen ni intervengan en sus rutas comerciales. Marinos fenicios que abren
emporios en nuestras costas al menos desde el siglo VIII a.C.; quienes se supone procedían de las
cercanías de Tiro y Sidón (aunque a mi juicio hubieron de venir también desde las ciudades fenicio-
chipriotas, todo lo que explicaría el mundo cretochipriota existente entre los iberos).

De tal manera, la Historia hace evidente que aquellos primeros colonizadores púnicos no dominaron
las tierras del interior peninsular y ni siquiera pudieron controlar el litoral más al Norte de lo que fue
la Turdetania. Algo que se demuestra por la existencia coetanea de varias colonias griegas situadas
en las antiguas playas de Contestania (la actual costa de Alicante), e incluso de una base griega más al
Sur y muy cercana Malaka (la ciudad-portuaria griega llamada Mainake). Por lo demás, se supone que el
primer puerto heleno de la Península fue fundado por Rodhios hacia el siglo IX a.C., junto a la antigua
Rodhetom (el cabo de Rosas). Como enclave antecesor de la ciudad de Ampurias, que fue el "emporio"
griego que daba salida hacia Oriente a las mercancías peninsulares. Todo cuanto hace evidente que los
fenicios hubieron de compartir con muchos otros el dominio de las costas y de las tierras ibéricas -
no solo con los habitantes indígenas peninsulares, sino también con comerciantes como los griegos-.

Consecuentemente y hasta las campañas de los Bárquidas (a fines del siglo III a.C.) en la Península
Ibérica no puede hablarse de la presencia de colonizadores y tan solo podemos mencionar con
anterioridad a "colonos" griegos y fenicios. Ya que es patente la falta de control sobre las gentes de
Iberia por parte de aquellos que se establecieron antes de los cartagineses en esas ciudades
portuarias. Hechos que vemos en historias como la convivencia de Ampurias junto Indiketes; dos ciudades
"fronterizas" (una ibera y otra griega), separadas y unidas por una muralla. Más aún se hace evidente que
por parte de los griegos, ni de los fenicios, hubo un gobierno -o dominio- sobre los indígenas
peninsulares; debido a que no pudieron llegar a influir politicamente sobre las culturas autóctonas. Todo lo
que se demuestra por ejemplo en la manera en que los iberos conservaron su lengua (o idiomas),
desarrollando hasta su alfasilabario propio. Pues a excepción de algunos casos en Levante (donde crean un
alfabeto grecoibérico), los habitantes de nuestras tierras recogieron su habla ibérica valiéndose de
caracteres muy singulares (con rasgos diferentes a los de Fenicia y Grecia). Todo lo que pudimos
probar al analizar cuando estudié lo signos alfasilábicos ibéricos, que en gran parte son de origen
cretochipriota y por otra linea, egeos -tal como mostré en algunos estudios acerca de esta lengua, como
por ejemplo los publicados recientemente en SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS) (2) .

Así pues, si los fenicios ni siquiera llegaron a imponer su lengua ni su escritura entre los habitantes
de la Península, y los griegos apenas lograron entre los vecinos de sus puertos, que redactaran en alfabeto
heleno arcaico el idioma ibero. La conclusión es fácil de obtener, debiendo afirmarse que no hubo una
dominación de colonizadores en nuestras tierras hasta la llegada de los cartagineses, o más bien
hasta la conquista de Roma. Siendo muy importante contemplar las dificultades que los romanos
tuvieron para doblegar a los iberos y más aún para imponerles su cultura; una labor en la que tardan
casi dos siglos. Todo cuanto puede hacernos comprender que existía una civilización peninsular autóctona
muy arraigada, mucho más dura y difícil de colonizar de lo que podamos pensar, puesto que frente a los
doscientos años de luchas ibero romanas, la Galia fue conquistada por Julio César en apenas un decenio.

Pese a no poderse admitir que los fenicios hubieran dominado a los turdetanos, sí hemos de
considerar que aquellas colonizaciones más tempranas realizadas por tirios y sidonios, debieron
importar gran parte de las influencias orientales. Unas "modas" llegadas desde Oriente Medio y del
Egeo que generaron la etapa denominada "orientalizante", nacida gracias a esos mercaderes y a los
influjos anatólicos y helenos. Todo cuanto sabemos se produce desde el momento de la llegada de
púnicos, junto a la aparición de a gentes pioneras procedentes desde el mar Jónico o del Egeo. Lo que se
debió posiblemente al crecimiento de Fenicia tras la caida de Micenas y el refugio que los antiguos
micenios buscarían en Canaan y en otras tierras colindantes a ellos. Todo lo que culminaría (como
hemos dicho) poco después del siglo IX a.C.; tayendo a nuestras costas los aires del oriente
mediterráneo. Por cuanto en mi opinión, las piezas de esta época halladas en Tartessos no pueden
clasificarse como bronces o joyas fenicias, sino como orientalizantes -tal como se hizo hasta hace
bien poco- (máxime cuando carecen de paralelos iguales en Tiro o en Sidón).

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un zarcillo con la cruz egipcia de Isis; procedente de
Cartago y fechado en los siglos VII- VI a.C. (propiedad del Museo del Louvre, al que agradecemos nos
permita divulgar la imagen). Como podemos observar, este pendiente contiene claramente la forma del
ANK (o Akj, cruz ansada), símbolo de la vida y de la diosa Isis en Egipto desde las épocas más remotas.
Pese a que la pieza está hecha de un modo igual o muy semejante a las joyas del Nilo, y aunque el Ank
es uno de los más claros emblemas del reino faraónico (donde se usó al menos dos mil años antes a que
fuera creado este zarcillo). Nadie niega que el pendiente que vemos sea un objeto fenicio, pues los
símbolos, modas y modelos se heredan de unas culturas a otras.

Siendo así, hemos de reflexionar sobre el modo de catalogar los hallazgos ibéricos, centrándonos
más en el lugar en que fueron encontrados que en el estilo o similitudes que guardan. Dado
que cuando un objeto se parece a otro anterior, no significa necesariamente que ambos pertenecen
a una misma civilización, sino simplemente que una cultura sigue a otra, estéticamente hablando -
para comprenderlo bastará con pensar que el arte románico y el renacentista son imitaciones del
romano, del cual se separan decenas de siglos y muy distintas situaciones históricas- . De cuanto expongo,
ante los hallazgos en la Península de enseres similares a los de Oriente Medio, no debemos
clasificarlos como "importados"; a menos que pueda comprobarse un paralelismo exacto con otros
del lugar al que se pretende su procedencia. Pero sobre todo habrá de demostrarse una incapacidad
para haber creado o fabricado en nuestras tierras esas piezas semejantes a las orientales.

De tal modo y en el caso que nos concierne -que es el de El Carambolo-, al no haber precedentes de
joyas iguales orientales y al estar probado que desde el siglo XII a.C. en la Península se dió una
orfebrería de altísima calidad (nos referimos a los torques, brazaletes y anillos del área atlántica).
Podemos concluir que no es admisible pensar que esos ajuares tartéssicos fueran importados hasta
el Bajo Guadalquivir, ya que pudieron fundirlas orfebres peninsulares. Además, de haber sido traidas
desde el otro lado del Mediterráneo, se habrían hallado piezas iguales en el lugar de procedencia -o al
menos muy semejantes-. Aunque muy por el contrario, el conjunto áureo de El Carambolo, carece de
parangón en fenicia, aunque tiene enormes parecidos con el resto de la orfebrería peninsular
coetánea y posterior -principalmente con las joyas que lucen las esculturas de damas- . Incluso contiene
lazos de unión con trabajs en oro peninsulares mucho más antiguos; como es el caso de los torques y
brazaletes del área atlántica (tal como hemos estudiado en la entarda anterior).

ABAJO: Otro ejemplo de arte fenicio es este brazalete con escarabeo alado y lotos, procedente de
Tharros y fechado entre los siglos VII al VI a.C. (en propiedad del Museo Nacional de Cagliari, al que
agradecemos nos permita divulgar las imágenes). Como podemos ver, se trata de una representación
plenamente egipciante y de una joya que bien pudiera haberse hecho en el Nilo. Pese a lo que por su
calidad, su filigrana en granulado y su lugar de procedencia; no deja lugar a dudas de que se trata
de orfebrería púnica. Ello precisamente porque es una mezcla de estilos y formas, donde el dibujo egipcio
del escarabeo se representa de un modo simplificado. Todo lo que en esa técnica tan orientalizante del
granulado, delataría que es una obra de orfebre fenicio. Aunque mejor sería decir que es un objeto
seguramente fabricado en el propio Tharros, habida cuenta que en Italia y en esos años, el trabajo
del oro etrusco era prácticamente igual al que vemos en imagen (por influencia fenicia sin lugar a
dudas). Siendo así, este sería un caso de joyería púnica, fabricada en tierras en las que también se crean
objetos por orfebres griegos arcaicos, e incluso por los etruscos. Todo lo que añadimos para aseverar
que definir el tesoro de El Carambolo como un ajuar fenicio, a mi juicio sería semejante a clasificar
este brazalete como una pieza egipciante, de Magna Grecia o bien etrusca.
b) SOBRE LA COLONIZACIÓN FENICIA:
Para resumir -de algún modo- la expansión de los fenicios por el Mediterráneo, tanto como la llegada de los
púnicos a las costas ibéricas, vamos a fundamentarnos en un artículo liberado en la red. Trabajo
escrito por Sonia Barja, quien en unas breves lineas ha podido recoger los textos históricos que
hablan de aquellas singladuras y primeras colonias orientales (3) . Pese a ello, antes de entrar en el tema,
expondremos algunos conceptos que personalmente creo fundamentales, para comprender el
establecimiento de los fenicios en nuestro litoral Sur. Diciendo primeramente que entorno a al la fecha de
aparición de aquellos pioneros -venidos de Tiro o Sidón-, hay más leyenda que realidad. Puesto que
pese a afirmarse que Cádiz fue fundada por ellos sobre el 1100 a.C., en verdad no hay vestigios
arqueológicos que documenten asentamientos peninsulares de aquellos, anteriores al final del siglo
IX y comienzos del VIII a.C.. Pese a todo y como veremos, los expertos en el tema consideran que
existió una pre-colonización consistente en "visitas continuadas" por parte de púnicos que
finalmente asentaron sus puertos en Iberia.

De lo antes dicho, ha de deducirse que durante las últimas centurias del II milenio a.C. (entorno al 1000
a.C.),llegarían barcos de Fenicia con el fin tan solo de comerciar en nuestras costas. Logrando dos o
tres siglos después, que les permitieran fundar enclaves, gracias a la confianza obtenida a través del
mercadeo con los indígenas. Iniciando su andadura en puertos que no solo fueron puntos de trueque
y de comercio, sino que además se convierten en verdaderas fábricas. Unas industrias como las de
sal, de salazón pescado y de preparados de otros alimentos -entre los que se encontraba el aceite de
oliva, cuyas primeras almazaras instalaron aquellos pioneros llegados de Oriente Medio-. Por cuanto
decimos, es menester pensar que las gentes autóctonas les permiten establecerse en sus costas,
principalmente con el fin de poder cambiar el oro, la plata y el cobre de Iberia, por
alimentos (salazones de pescado, salsas como el garum, aceites de oliva y etc). Algo que en muy poco
tiempo iniciaría un comercio que también importaría productos de Oriente Medio; habida cuenta que los
barcos cargados con metales peninsulares (que partían desde las colonias de nuestro litoral), regresarían
desde Fenicia con tejidos, objetos y todo tipo de enseres.

De cómo se inició esa colonización y la expansión de los púnicos por el Mediterráneo, da buena
cuenta Sonia Barja en el referido artículo; donde en primer lugar podemos explicarnos por qué la
diferenciación entre el Mundo Heleno y el fenicio es algo que dificilmente distinguible hasta bien
entrado el siglo VII a.C.. Ello, porque previamente a este tiempo, ni los griegos tenían ese concepto de
unión y de civilización homogénea (distinta a la púnica); ni los fenicios eran tan diferentes a aquellos
pueblos prehelenos. Gentes que no parece les recibieran mal en sus costas del Egeo y del Már Jónico,
sobre todo cuando les defendían de invasiones de nuevos pueblos venidos de Anatolia. Por todo cuanto
unas culturas y otras se mezclaron entre los siglos XI al VIII a.C.; desde la caida de Micenas, hasta el
nacimiento del mundo griego (tanto que Oriente Medio fue el principal refugio de los micénios, entre los
que se hallaban los filisteos y otros huidos desde Creta). Dándose tal "mezcolanza" entre púnicos,
canaaneos y prehelenos, que el alfabeto griego es una simple imitación de los alefatos "inventados"
y usados en Fenicia desde el siglo XIV a.C.. Todo cuanto hace entender por qué Diodoro explica como
una de las rutas fenicias más importantes llevaba hacia Tasos y pasaba por Rodas; donde -según este
autor (V, 58, 2)-, también existieron establecimientos púnicos, cuya fundación él atribuye a Cadmo (4) .

Por su parte, en el sur del Egeo estos venidos de Tiro y Sidón, fundaron en Melos una ciudad
homónima y también se instalaron en Tera (según Esteban de Bizancio, Her. IV, 147). Siendo Heródoto
(I, 105) quien atribuye a los fenicios la fundación del santuario de Citera en aquella ciudad junto a Creta; un
templo que según Pausanias (III, 23, 1) era el santuario es el más antiguo de Afrodita en Grecia (donde la
diosa se presenta armada). Una diva que muy poco concuerda con la posterior diosa griega del amor, pero
que armada (a modo de Minerva), sí nos parece una Astarté como divinidad del sexo, con quien
habitualmente se identifica a Afrodita en las monedas de la Sexi fenicia en Hispania (5) . Acerca de estas
bases en el mundo heleno de aquellos tirios y sidonios, Heródoto (II, 44; VI,47) y Pausanias (II, 25,
12) informan que los fenicios crearon el templo de Heracles en Tasos, tanto como hablan de su
explotación de los yacimientos auríferos, situados entre Ainyra y Kinyra. Siendo así, podremos
comprender por qué se hace muy dificil distinguir ambas culturas o civilizaciones en tiempos
remotos; tanto que los dioses griegos en parte parecen de influencia púnica, a la vez que los fenicios
debieron de haber sido ampliamente "abducidos" por las costumbres de aquellos que tanto visitaban (6) .

En referencia a ello y como demostración de estos intercambios entre púnicos y helenos durante los
tiempos más antiguos, Heródoto establece que la llegada de los fenicios a Tera se hizo ocho
generaciones antes que la de los lacios (IV) (147). De lo que siguiendo a este autor, habrían venido a la
isla unos doscientos cincuenta o trescientos años antes que los laconios y por lo tanto habría que
fecharla en la primera mitad del siglo XI a.C. -o a finales del siglo XII- (7) . Dichas coincidencias en las
rutas comerciales de los puertos griegos y púnicos, se vuelven a dar en las colonias occidentales, tal como
informan las fuentes clásicas. Una convivencia que pone de manifiesto por ejemplo Tucídides (VI, 2, 6)
quien describe como antes de la llegada de los griegos a Sicilia, en los cabos y en los islotes
cercanos habitaban ya fenicios. Consecuentemente a ello, algunos lingüistas identifican como de origen
semita topónimos tales como Tapso, Pajino, Tamaricio, Makara, Mazares etc . Todos ellos sitos en las costas
meridionales y orientales de Sicilia, pudiendo haber sido visitados en época mucho más temprana por
los fenicios que por helenos (tras observar el hallazgo de una estatuilla fenicia de los siglos XIV-XIII
a. C. en el mar, cerca del litoral meridional de Sicilia) (8) .
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, unos colgantes con la figura de los dioses del Nilo: Sekmat,
Amon-Ra y Horus (tomada desde una foto de J.A. García de Castro, al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen). Viendo estas joyas con la efigie de los dioses faraónicos, bien pudiéramos
clasificarlas como egipcias, aunque ello sería un grave error puesto que es orfebrería fenicia
aparecida en la Península Ibérica. Sobre ello nos dirá Josep Padró en LOS AEGYTPTIACA
PRERROMANOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA : "Estos objetos egiptizantes, muchas veces de
manufactura peninsular, tienen la virtud de documentarnos el profundo impacto causado por el influjo
egipcio entre las poblaciones autóctonas y coloniales del Mediterráneo occidental en tiempos prerromanos.
Este influjo, visible como mínimo en el terreno religioso en lo que a Isis-Hathor y a Bes se refiere, debe
poderse poner en relación con el auge de que gozaron las divinidades egipcias en la Hispania
romana". Fórmulas y formas religiosas claramente importadas por los fenicios hasta nuestras tierras.

ABAJO: Un colgante de oro, fechado en el siglo VI a.C, hallado en Cartago (perteneciente al Museo de
Cartago, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En este podremos obervar igualmente los
símbolos de Isis o de Hathor (el círculo lunar entre dos astas o el cuarto); pese a lo que nadie puede
poner en duda que se trata de una joya fenicia. De ello se desprende que un préstamo cultural e incluso
una colonización, nunca puede suponer la eliminación de la civilización que la recibe. Por lo que si
catalogamos como objetos fenicios a cuantas piezas se han encontrado en nuestra Península, parecidas a
las púnicas. Pudiéramos estar realizando algo parecido a clasificar de egipcios, a las piezas de Oriente
Medio contienen influiencia de modas o religiones del Nilo. Algo que obligaría a negar su verdadera cultura
y civilización al noventa por ciento de los objetos púnicos... .

Siguiendo con la expansión de tirios y sidonios; parece ser que pocos años después de establecerse
en Sicilia, se abrieron a la "conquista" de tierras hispanas y de África. Ello se cita en Estrabón (III, 2,
14; I, 2, 3), en Diodoro (V, 20; 35) y en Veleyo Patérculo (I, 2, 3-4), quienes ligan las fundaciones
sicilianas a las de las costas ibéricas y las occidentales de África; afirmando que eran las tierras más al
oeste de las colonizadas por Fenicios. "Unas colonias occidentales, cuyo centro más importante fue Gades,
ciudad que según Estrabón (111, 5, 5) fue fundada después de dos tentativas desgraciadas, explicables
posiblemente por la hostilidad de los aborígenes" (9) . Como dijimos, acerca de la fecha inicial de Gades
hay varias leyendas, entre la que destaca la que da Pomponio Mela quien pretende que existía el
templo gaditano desde los tiempos de la guerra de Troya. Datación muy lejana y antigua que también
confirman Patérculo y Plinio el Viejo (10) . Por su parte, en el relato de Estrabón (III, 5, 5) sobre la fundación
de Gades conforme a la orden de un oráculo de Melqart; vemos que aquellos templos antiguos poseían
vastos conocimientos sobre el origen y la historia de sus santuarios (11) .
Pese a lo afirmado por las fuentes clásicas, tal y como ya hemos dicho, la arqueología no ha encontrado
restos fenicios anteriores a fines del siglo IX a.C. en las poblaciones del sur peninsular (aseverando
los expertos que aquellos asentamientos no pueden en verdad remontarse más allá del 800 a.C.). En todo
ello existe la teoría de que posiblemente el santuario de Melkarte en Gades fuera fundado antes que
la ciudad; una hipótesis basada que la tradición que atribuye la creación de este templo de Cádiz a
épocas de la guerra de Troya -es decir, entre el 1212 y el 1184 a. C-. Mientras que el comienzo de la
ciudad se refiere iniciada en el año octogésimo después de la caída de Troya. De ese modo, Sonia
Barja se pregunta: ¿Significa esto que el templo ha surgido realmente algunas décadas antes que la
ciudad?. En principio es posible. Los templos pudieron ser bases de apoyo y puntos de referencia en el
comercio marítimo, ellos daban una garantía de la protección divina, y, por tanto, una seguridad, aunque
fuera ilusoria, a los mercaderes que llegaban". A cuanto añade la autora escribiendo que: "Es posible que
en Tasos no hubiera núcleo urbano propiamente dicho, y que el propio templo explotara las minas de oro de
la isla; pese a que Estrabón, (III, 5, 5) simultanea la fundación de la ciudad y del templo" (12) .

Pasa finalmente el artículo que comentamos a unir la colonización fenicia con otras de la Península,
como la focense llegada desde Massilia, base griega cuya fundación parece haberse realizado poco
después del siglo VIII a.C. (13) . Colonos helenos que identificamos todos con el Heracles que vino
hasta nuestras tierras para robar el ganado de Geriones (14) ; para hurtar las Manzanas de Oro de las
Hespérides, tanto como para llegarse hasta el Hades y capturar al Cancerbero. Algo que -como venimos
explicando-, da lugar a nuestra teoría por la que aquellos "bueyes de Gerión" que se lleva Herakles de
Tartessos, en verdad serían el símbolo de los metales y las riquezas que los helenos lograron
"hurtar" o distraer a los fenicios. Adquiriendo oro, plata y cobre procedente del Bajo Guadalquivir, a un
precio que debió ser muy bajo por aquel entonces (de ello la idealización mítica en un robo de ganado).
Todo lo que pudieron lograr los helenos durante la época de decadencia púnica, tras los asedios de
Tiro y Sidón (que como repetidamente hemos explicado son coetáneos a la etapa de Kolaios -o de los
Arganthonios-, desde el 670 al 531 a.C.). Por cuanto considero que aquellos Bueyes de Gerión eran
los "ases", "pesos", lingotes o "talentos", que se grababan con la efigie y la forma del toro (o de su
piel, como sucede en el Keftiu). Un símbolo que identificaría a los reyezuelos -o a los sumos
sacerdotes- de Tartessos; quienes lo lucirían en el pecho, en la forma de un "ephod" con el diseño
del lingote piel de buey (los pectorales del tesoro de El Carambolo).

Acerca de las riquezas que los fenicios importaban desde aquellas tierras occidentales (de
Tartessos); Diodoro (V, 35, 4) escribe los pingües beneficios que obtenían de estas navegaciones para
adquirir la plata, que vendían después en Grecia, Asia y otros países. En relación con ello nos relata
este autor que los fenicios quitaron las anclas de sus barcos y las sustituyeron por otras de plata. La
misma anécdota se repite en el Pseudo-Aristóteles (de mir. ausc. 135) quien habla de un mismo hecho
entre las potadas de los barcos que llegaban desde Occidente. Al igual que Diodoro (V, 35, 5) narra como
después de estas navegaciones con las que tanto se enriquecieron, emprendieron los fenicios la
construcción de diversas colonias. Todo cuanto a juicio de Sonia Barja: "aboga en favor de una fase
de precolonización" (..) en esta etapa Tiro habría jugado un papel importante, mientras que Biblos debió
ser el eslabón principal de las relaciones entre Fenicia y Egipto, durante los días en los que Tiro (junto a
Ugarit) tomaba parte activa en el establecimiento de los contactos occidentales (15) .

Finaliza Sonia Barja su estudio con la descripción de aquellos artículos que principalmente
vendieron los fenicios, hablando de los conocidos amuletos, dijes utilitarios y cosas por el
estilo . Ese es el típico comercio colonial, que establecerían los cartagineses muchos siglos después en las
costas africanas (Her. IV,196). Refieriéndose en ello a lo que los griegos denominaban "quincallería"
-ATHURMATA- con bastante desprecio y que consistía fundamentalmente en colgantes y adornos.
Abalorios hechos en pasta vítrea, hueso, metal y hasta oro; la mayoría de ellos con diseño de tipo
egipciante y a los que daban poderes mágicos. Destacando sobre todo su capacidad para combatir
el aojo (mal fario); entre cuyos dijes más apotropáicos se hallaba el famoso "ojo azul". Un amuleto
consistente en un iris azulado sobre fondo blanco, procedente del dios "Bes" egipcio-fenicio. Una deidad
cuya fealdad y pupila de color marino protegía de la mala mirada. Abalorio que dió origen al actual
apotropaico con igual diseño, usado en todo el mundo de influencia fenicia para evitar el mal de ojo.

Tras cuanto hemos recogido, y sin negar que seguramente hubo una precolonización fenicia, muy
anterior a la fundación de las ciudades púnicas en nuestras costas. Parece inevitable pensar que
también hubo una precolonización egea, micénica (y hasta minóica...). Ello porque en los yacimientos
del Bajo Guadalquivir han aparecido repetidamente restos de aquellas civilizaciones del Egeo o de
Oriente Medio durante el Bronce. Enseres como por ejemplo fragmentos cerámicos del siglo XIII a.C.
de tipo micénico, lo que hace patente las relaciones entre ambos puntos. No solo ello, sino que en mi
opinión la aparición en nuestras tierras de culturas como la de Micenas -u otras colonizaciones
venidas del Oriente Mediterráneo en el Bajo Bronce-, explicarían la fabulosa orfebrería del litoral
atlántico, desarrollada entre los siglos XII al VIII a.C.. Unas labores magníficas en metales preciosos
y cuyo área de expansión fundamentalmente cubre desde el Guadalquivir hasta Galicia.
Extendiéndose por el Atlántico hacia la ruta del ámbar y llegando a las Islas Británicas; que es uno de
los puntos más importantes de esta civilización de orfebres de la Edad del Bronce.

Por todo cuanto decimos, creemos que además de la fenicia, también hubo una precolonización más
antigua y llegada desde fines del II milenio a.C., procedente del Egeo, de Anatolia o de Creta y
Chipre. Aculturación que fue dejando diferentes muestras de su grandeza en nuestras tierras, como
por ejemplo el portentoso tesoro de Villena (Alicante). Un ajuar fechado entre los siglos XII al VIII
a.C. (más concretamente hacia el 1000-900 a.C.), ocultado a mi juicio, en una ruta o camino que ya unía
las fuentes del Guadalquivir con los puertos del Mediterráneo -la posterior Oretania (Jaén) con
Contestania (Valencia)-. Consecuentemente, las joyas peninsulares de siglos posteriores -como las de
El Carambolo-, creemos que en parte proceden de estas otras realizadas en el Bronce por esos
primeros precolonizadores. Una orfebrería que se dió principalmente en el área atlántica entre los
siglos XII al VIII a.C., y que posteriormente mezclada con la de Fenicia y la de Grecia (a su vez unida a
la "halstáttica", recien llegada por entonces-); daría lugar a las joyas orientalizantes y a ajuares como el
de El Carambolo. Un tesoro que evidentemente es de tipo fenicio; pero sobre todo es orfebrería
peninsular, de influencias helenas y neohititas, con rasgos celtas.
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Un Utjad (o Utchat) "ojo de Horus" procedente de Cartago y
fechado en el siglo V a.C. (propiedad del Museo de Cartago, al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen). Como podemos ver, esta pieza es idéntica a otras fabricadas en Egipto y tan solo se cataloga
como fenicia por haber sido hallada en Cartago, ya que de haberse encontrado en el Nilo se
consideraría egipcia. Ello nos debe hacer pensar en el significado de las culturas, que aunque
hereden las formas y los símbolos, no por ello puede decirse que no existen o sean la misma que le
ha "prestado" aquellos. Puesto que de clasificarse así los objetos, debería catalogarse como "arte
romano" al Románico y al Renacimiento... .

ABAJO: Otro Utchad (ojo de Horus) procedente de Tharros, fechado en el siglo VI a.C y propiedad del
Museo Nazionale de Sanna -al que agradecemos nos permita divulgar las imágenes-. Como podemos ver,
es exactamente igual a los amuletos del mismo tipo egipcios, y se trata de lo que los griegos
denominaban "quincallería" (Athurmata). Abalorios con los que los fenicios inundaban el mercado,
tanto que para los helenos se trataba de un medio de timar a las gentes, puesto que en ocasiones
les vieron cambiar pepitas de oro y plata por estos dijes en pasta vítrea. Ello porque los púnicos
concedían dones sobrenaturales a esos abalorios y colgantes; una costumbre que se mantuvo hasta
no hace tanto en todo el mundo árabe -y en parte de la cuenca mediterránea-. Siendo
principalmente España una de las zonas donde las mujeres y hombres concedían un valor muy
especial a los amuletos y dijes, tanto que no podían salir a la calle sin ellos (sintiéndose
desprotegidos). Entre estos abalorios aún usados en nuestras tierras, muchos contienen iguales
formas a los de Fenicia y fueron conservados con idéntico sentido por las gentes cercanas en La
Ruta de la Plata. Quienes los portaban en todas las ocasiones como apotropáicos; llegando las
mujeres a no atreverse a salir de sus casas sin lucir sus pendientes o sus collares, para resguardarse
fundamentalmente del mal de ojo.
-----------------------------------------
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CITAS:
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(1) Para todos los interesados en el significado de Kore y de Britomartis, tanto como en los orígenes de sus religiones
mistéricas, recomendamos consultar los sigueinets artículos nuestros pulsando sobre la linea azul:-88ª BRITOMARTIS DE
CRETA Y LOS GENIOS INICIÁTICOS DEL METAL: DÁCTILOS O DIKTEOS; CORIBANTES, CABIROS Y CURETAS. (De "Lo invisible
en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LVIII). TRATA SOBRE LOS DIVOS TELÚRICOS Y SU
RELACIÓN CON LAS CULTURAS METALURGIAS, EN ESPECIAL CON LA CRETOCHIPRIOTA Y SU INFLUJO SOBRE LA DE
TARTESSOS (analiza el mito de Gárgoris y Habis) http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/07/1-0-8-0-8-0-9-9-0-9.html
.
89ª LAS CAVERNAS DE CRETA, SUS SACERDOTISAS Y EL NACIMIENTO DE CULTOS A LA NATURALEZA DEL METAL (De "Lo
invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LIX). CONTINÚA SOBRE LOS CULTOS
TELÚRICOS HABIDOS EN LAS CAVERNAS MINÓICAS Y EXPONE LA IDEA DE QUE HAY UNA GRUTA SAGRADA AÚN POR
DESCUBRIR, CERCA DE CHANIA. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/07/blog-post.html
.
90ª SOBRE RITOS Y CULTOS ANCESTRALES CELEBRADOS EN LAS SAGRADAS GRUTAS DEL EGEO (De "Lo invisible en la
mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LX). EXPONE UNA PLENA LA SIMILITUD DE RITUALES
ENTRE LOS GRIEGOS TELÚRICO Y LOS DE CRETA, FRIGIA Y EGIPTO; CIVILIZACIONES DE LAS QUE LA HÉLADE HEREDA SU
SENTIDO RELIGIOSO. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/08/sobre-ritos-y-cultos-ancestrales.html
-
91ª "LOS MISTERIOS", ORÍGENES Y SIGNIFICADOS (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El
Carambolo. Parte LXI).NARRA EL POSIBLE ORIGEN DE LOS MISTERIOS GRIEGOS DESDE EGIPTO, TRATANDO DE LOS DE ISIS
Y DE FIGURAS RELACIONADAS POSIBLEMENTE CON ELLOS, COMO MOISÉS Y EL SACRIFICIO DE
INOCENTES. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/08/blog-post.html
-
92ª LOS MISTERIOS DE ELEUSIS: SU RITUAL (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo.
Parte LXII). HABLA DE LOS RITOS QUE SE SEGUÍAN EN ORÁCULOS Y CELEBRACIONES MISTÉRICAS
GRIEGAS. http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/09/blog-post.html
.
(2): SOBRE LOS TEXTOS IBÉRICOS DE MARIO GÓMEZ-MORÁN, por Angel Gómez-Morán. Ver entre otras entradas:
.20ª- Capítulo Anexo: ORÍGENES DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO (alfabetos y letras en
alfasilábicos).http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-9.html
.
21ª- Capítulo Anexo -continuación-: SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO (Análisis de los caracteres: "Letras"
alfabéticas).http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/blog-post.html
.
22ª- Capítulo Anexo (continuación I). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis de los caracteres
silábicoshttp://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-5.html
.
23ª- Capítulo Anexo (continuación II). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis de los caracteres
silábicos.http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-8-9-9.html
.
24ª- Capítulo Anexo (continuación III). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Análisis comparativo de las vocales y
consonantes -por silabarios y por alfabetos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/04/1-9-0-9-9-8-9-9-0-8.html
.
25ª- Capítulo Anexo (continuación IV). SIGNOS QUE ESCRIBIERON IDIOMA IBÉRICO: Resumen de las entradas anteriores y
primeras conclusiones.http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/capitulo-anexo-continuacion-iv-signos.html
.
26ª- Capítulo Anexo (continuación V). CONCLUSIONES Y DISERTACIÓN SOBRE EL ORIGEN DE LOS SIGNOS QUE ESCRIBIERON
IDIOMA IBERO -alfabéticos y alfasilábicos-. http://sobrelostextosibericosdemario.blogspot.com.es/2012/05/1-9-9-8-9-0.html
.
(3): SONIA BARJA YÁÑEZ: LA PRIMERA ETAPA DE LA COLONIZACIÓN FENICIA - ver en : ARQUEOLOGOS.mht / Red española
de Historia y Arqueología. FUENTE DEL TEXTO RSUMIDO :Espacio. Tiempo y Forma. Serie II. H.ªAntigua, t. 8. 1995. págs. 61-83;
basado en la obra "Primera etapa de la colonización fenicia" Yu B. TsiRKiM(Centro de estudios históricos de Leningrado)
http://www.historiayarqueologia.com/profiles/blogs/la-primera-etapa-de-la-colonizaci-n-fenicia
.
(4): Citas tomadas op. (3): Los historiadores rodios hablan del jefe de los fenicios de esta isla llamado Falas (Ath. VIII, 360 e)
.
(5): Ver (3). F.G. Movers señalaba aún que Rodas, Tera, Melos y Citera están situadas en la ruta hacia el Oeste de los fenicios y eran
parada de aquellos. Hay quienes opinan que convivieron con los karios e incluso que fueron quienes les echan de las costas de
anatolia. Se puede estimar diferentemente esta noticia y tratar de establecer su base histórica (si existe); pero está claro que la noticia
sobre la expulsión de los carios no se puede atribuir a los fenicios; es imposible también afirmar la simultaneidad de la estancia de
unos y otros en las islas.
.
(6): Van Berchem supuso que los fenicios habían llegado a Tasos a través de Cos, Eritras y Lemnos. Esta hipótesis se confirma por el
carácter y dirección de las relaciones comerciales del Tasos prehelénico, particularmente con Lemnos, lugar de mercado fenicio según
Homero (IL. XXIII, 745). -ver cita (3)-
.
(7): Heródoto, que en este caso se apoya en la tradición del país establece la llegada de los fenicios a Tera ocho generaciones antes
que la de los lacios (IV) (147). La duración de una generación en Heródoto bascula entre treinta y cuarenta años, pero, en general, tres
generaciones comprenden cerca de cien años. Así pues, los fenicios, según este autor, han llegado entre doscientos cuarenta y
trescientos veinte años antes que los laconios. Los laconios emigraron a Tera, según parece, a comienzos del siglo VIII a. C. ; por eso
la llegada de los fenicios hay que atribuirla a la primera mitad del siglo XI o a finales del siglo XII a. C.Marinatos atribuye la conquista
laconia de Tera a un tiempo no anterior al 700 a. C, pero también fecha la llegada de los fenicios a finales de la época micénica o en los
inicios de la protogeométrica .Tucídides (VI, 112) pone en boca de los mellos la afirmación que su comunidad existía desde hacia
setecientos años. -ver cita (3)-
.
(8): Idem cita (3).
.(9): Tal vez entre las dos tentativas fallidas de instalarse en Hispania se establecieron los tirios en Lixus, en la costa africana y en todo
caso, Plinio (XIX, 53) dice que el santuario lixita de Hércules, el Melqart fenicio era mas antiguo que el gaditano. -vide cita (3)- .
.
(10): Conforme dice Patérculo, Gades había sido fundado por la flota tiria, que entonces era la más poderosa en el mundo, ochenta
años después de la caída de Troya, es decir en el 1105 a. C. Estas fechas se confirman por fuentes Independientes. Patérculo
menciona que Utica fue fundada un poco más tarde que Gades (I, 2, 4), y Plinio (XVI, 216) señala que el templo uticense fundado a la
vez que la ciudad tenía mil ciento setenta y ocho años de existencia. -ver cita (3)- . Tomado literalmente desde cita (3): "Naturalis
Historia fue terminada en el 77 d. C. ; se ignora cuando fue escrito este fragmento, pero, en cualquier caso, esta noticia data la
fundación de la ciudad y del templo a finales del siglo XII a. C. Citando unas «Historias fenicias» el Pseudo-Aristóteles (de mirab. ausc.
134) dice que Utica fue construida doscientos ochenta y siete años antes que Cartago. Aceptando las fechas diferentes de la fundación
de Cartago, resulta para Utica el 1112, el 1110 o el 1104 a. C, lo que se corresponde con las fechas de Plinio y Veleyo Patérculo. De
esta manera, todos los indicios cronológicos, independientes unos de otros, que se cruzan y que no están ligados a la mitología, nos
dan unas fechas próximas, que entran en el último cuarto del siglo XII, o tal vez, en el primer cuarto del siglo XI a. C; configurando un
cuadro no contradictorio de la colonización fenicia temprana". Al final del mismo artículo, habla de los mismos hechos y
circunstancias en estos términos:Refiriéndose a la fundación de Utica, Justino (XVIII, 4, 2) señala dos causas: el exceso de
habitantes en Tiro y la necesidad de enviar a la juventud a una colonia. Un envío de los elementos excedentes e inquietos sería inútil,
si se tratase de factoría provisional, cuyos habitantes debieran volver. Las tentativas repetidas de fundar Gades (Estrabón III, 5, 5)
deben de testimoniar las relaciones complicadas con los indígenas . De suerte que la ciudad sólo pudo existir como punto estable. De
esto da testimonio también su nombre Gadir («fortificación», «lugar cerrado»).
-
(11): Igualmente desde (3): Heródoto (11, 44) transmite la noticia de los sacerdotes tirios de Heracles-Melqart, de que su templo había
sido erigido dos mil trescientos años antes de la fundación de Tiro, es decir en el siglo XXVIII a. C.Heródoto afirma que los templos del
Heracles tirio y tasio los ha visitado él mismo, de modo que su transmisión de la tradición del templo es inmediata. Tal vez se puede
decir también algo similar sobre Mela, que había nacido en Tingentera, cerca de Gades. En ese tiempo el templo gaditano era muy
conocido y visitado por muchos romanos, de modo que los relatos ligados a él podrían haber sido oídos por el futuro geógrafo en su
infancia, aunque no queda excluido, claro está, que unas primeras impresiones hispanas pudiesen haber sido completadas por
informaciones de otras fuentes, entre ellas el cartaginés Hannon (...) Es necesario observar que los templos de Melqart no fueron los
únicos que fundaron los fenicios en las tierras de ultramar. En Citera fue el templo de Astarté, y según Plinio (XVI, 216),
simultáneamente con Utica fue fundado
el templo de Apolo. Los investigadores identifican generalmente a Apolo con Reshef . La promoción de Reshef en vez de Melqart
parece explicarse por las condiciones particulares de la fundación de Utica, donde conforme a la sentencia de los tirios, fue enviada la
juventud (Ins. XVIII, 4, 2). Reshef, el dios guerrero concuerda enteramente con el papel de protector divino de un sector inquieto y
dinámico de la población como lo es la juventud.
.
(12): Idem, (3), donde sigue diciendo sobre la fecha de fundación de Gades: "La misma impresión causan las palabras de Diodoro
(V, 20, 1). Se puede replicar que los fenicios vinieron muchas veces a Hispania, pero Estrabón reúne todo en tres viajes. No obstante,
despierta dudas la fecha de Mela. Ante todo, esta fecha se opone a las restantes fechas tratadas antes. En lo que respecta a la
metrópolis, estaba la tradición que atribuía la fundación de Tiro a los sidonios, quienes habrían escapado después de la destrucción de
los ascalonitas, un año antes de la guerra de Troya (Just. XVIII, 3, 5) es decir en el 1195 a. C. Flavio Josefo {Ant. lud. VIII, 3, I) confirma
esta tradición: Tiro fue fundada doscientos cuarenta años antes de la construcción del templo en Jerusalén por Salomón. Puesto que el
templo fue construido en el año undécimo del reinado de Salomón (I Reg. VI, 1), si fechamos ese reinado en el 965 al 928 a. C., la
fecha de la fundación de Tiro es el 1194 a. C. y si se aceptan otras fechas de los inicios del reinado de Salomón , tendremos, en
cualquier caso el periodo comprendido entre el 1200 y e l 1114 a. C".
.
(13): Idem (3) sobre la fundación de Massilia: Tenemos dos fechas de la fundación de Massalia por los foceos. Una la atribuye al
tránsito entre de los siglos VIl y VI a. C, o los inicios del siglo VI a. C. (Arist. apud Harpocr., FHG II, fr. 238; Just. XLIII, 3. 4 4, 12; Liv. V,
34, 78; Ps. Scymn. 211-214; Euseb. Chron. 92-93 Schoene); otras a mediados o inicios de la segunda mitad del siglo VI a. C,
entendiendo que los foceos escapaban del rey persa (Isócr. Archid 84; Paus. X, 8, 6; Sen. ad Helv. Vil, 8; Gel. X, 16, 4; Am. Marc. XV,
9, 7). Esta última tradición parece más difundida en la Grecia Balcánica. Con todo, ahora está probado que la variante de Aristóteles,
Trogo y Timeo es la única correcta.
-(14): Idem (3) dice: Según Diodoro (IV, 17-18), al realizar su décima hazaña Heracles estaba al frente no sólo de un gran ejército sino
también de la marina. La leyenda paralela, que se remonta al menos a Estesícoro y expone la versión antiquísima y precisamente
griega de esta marcha, presenta a Heracles como héroe «de tierra»: no en vano para pasar a Eritia, Heracles amenazándolo con su
arco, quitó a Helio la copa de oro.
-
(15): Sigue diciendo -ver (3)-: "No sin razón en la tradición griega se atribuye insistentemente al tirio Cadmo la fundación de Tebas.
Curcio Rufo (IV, 4, 20) llama incluso a Tebas colonia tiria, a la par de Gades y Cartago".
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EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO,
PARTE SEGUNDA: SUS DESCUBRIDORES Y LAS ÚLTIMAS
PROSPECCIONES -de "El frigianismo en la Cultura Ibérica",
capítulo 15º (Parte LXXXIV: "Los bueyes de Gerión en el tesoro de
El Carambolo")-.

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé


en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (17/VII/2013)

ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se
contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido.
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
.
ESTE ARTÍCULO TIENE UNO QUE LE PRECEDE Y QUE SE ENCUENTRA ARRIBA EN DOCUMENTO
PDF. PARA CONSULTARLO EN INTERNET (para aumentar sus imágenes o aplicar traducciones),VER:
http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/07/el-problema-fenicio-en-las-joyas-de-el.html

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, estatua de Astarté de unos 16,5 centímetros, en
bronce y que se considera hallada en el Cerro del Carambolo (propiedad del Museo Arqueológico de
Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la fotografía). Según narra el profesor Juan de Mata
Carriazo -en las pocas ocasiones en que se refiere a ella-, le fué entregada días después de comenzar
las excavaciones por "alguien" que afirmaba haberla encontrado en las inmediaciones, donde
apareció el ajuar áureo. Ello sucede durante septiembre de 1958, semanas en las que toda la prensa
se hizo eco de las joyas encontradas en el cerro cercano a Sevilla y en unos días en los que también
aparece casualmente otro tesoro. Esta vez a unos cien kilómetros, en el llamado Cortijo de
Ébora (próximo a Sanlúcar de Barrameda); joyas que gracias a la familia de la condesa de Lebrija se
hacen llegar al prof. J. de M. Carriazo, quien sorprendido ante tantas "apariciones" a un mismo
tiempo, desconfió logicamente de la coteidaneidad de aquellos hallazgos. Deduciendo muchos que
quizás el "tesoro de Ébora", habría sido guardado en alguna colección -catalogadas como piezas del siglo
XVIII o bien hispanoárabes- por quien finalmente decide entergarlo al Museo (al comprender su importancia,
pudiendo tratarse de orfebrería tartessia, tras leer las noticias sobre El Carambolo).

De igual manera, en los estudios del descubridor de El Carambolo apenas se habla de la escultura en
imagen -superior-, observándose siempre unas grandes dudas acerca de la procedencia de esta
Ishtar o Astarté. Estatuilla que también le fue entregada a Carriazo por "alguien" que aseveraba
haberla hallado en el cerro, antes que las joyas, y sin dar más explicaciones, ni especificaciones. Lo
que levantó unas muy razonables "sospechas", puesto que ningún dato parece que se añadió a aquella
"entrega". Muy por el contrario, sobre la aparición del tesoro le fueron indicando todos los
pormenores: Lugar del encuentro, día y forma en que aparecen las piezas, cuales vieron primero y hasta
cómo estaba enterrado el ajuar. Frente a tanta información recibida del enterramiento del oro y aunque
incluso le reconocen que se lo habían "repartido" antes de llegar al acuerdo de avisar al Museo. Acerca de
esta escultura fenicia de Astarté nada le dijeron, ni nada más se sabe; tan solo que la recibió el
profesor Juan de Mata Carriazo, de una persona que asevera había aparecido varios dias antes que
las joyas y por la misma zona. Todo lo que la encubre de un misterio y hasta de unas sospechas más que
fundadas; pensando muchos que esta pieza pudo ser encontrada en otro terreno, y que se hizo llegar por
este medio al Museo de Sevilla -tras leer el hallazgo de las joyas en los periódicos y observar el valor de la
cultura tartessia; o para evitar que se interviniera y excavara en el solar del cual realmente procedía-.

ABAJO: Una de las vitrinas del Museo de Sevilla que presenta cerámicas orientalizantes cercanas al
siglo VII a.C. (agradecemos a esta institución nos permita divulgar las imágenes). Según el descubridor
de El Carambolo (Juan de Mata Carriazo) la más importante aportación que aquel cerro dió, fue la
cerámica de tipo orientalizante, hallada junto a las joyas. Unos fragmentos de barro, que aún siendo
muy inferiores en su tasación "económica" al tesoro, los arqueólogos consideraron de un valor
cultural incluso superior al ajuar de orfebre. Ello porque se trata de piezas de barro bruñidas, no
existentes en otras zonas del Mediterráneo y muy semejantes a las de Chipre -coétaneas-. Un tipo de
cerámica propia de la cultura del Bajo Guadalquivir, todo lo que confirmaría la adscripción al mundo
tartessio del tesoro de El Carambolo.
De nuevo atendemos hoy a la polémica -recientemente suscitada-, por la que algunos expertos afirman
desde hace algunos años, que el tesoro de El Carambolo ha de considerarse fenicio (no
tartessio). Algo que últimamente se argumenta fundamentándose en el parecido de sus formas con las
orientales; pero sobre todo por la Astarté hallada supuestamente en aquel cerrito. Juzgando el influjo
venido del Levante mediterráneo, como ajeno al mundo indígena; por lo que hay quienes aseveran que El
Carambolo (tanto como la mayor parte de la joyería del Periodo Orientalizante), ha de "recatalogarse" como
púnica y no como ibérica.

Este que decimos, es un hecho que no podemos admitir, no solo porque aquella orfebrería tartéssia
carece de paralelos en Fenicia; sino porque de tenerlos, los parecidos con las formas de Oriente
Medio, tampoco significarían la desaparición de lo propiamente indígena (en el mundo
turdetano).Pues tal como habíamos visto en nuestra anterior entrada, las similitudes de diseño y
formas en el arte, no suponen que una obra -u objeto- perteneciera a una misma civilización. Ello
porque el universo de los símbolos y de la estética, pasa de unas culturas a otras y aquellas que los
reciben, normalmente no quedan anuladas por las que se los "prestan". Aún cuando las modas o maneras
de crear, fueran impuestas por una sociedad que las domina; ya que mientras haya una civilización
distinta que lo recibe, esas otras que heredan siempre le darán unos rasgos diferentes. Todo lo que
permite distinguir claramente unas culturas de otras, aunque hayan sido colonizadas plenamente, o pese a
que tengan unos modelos idénticos (como pasa con la estatuaria helena y la romana que aún siendo
idénticas han de diferenciarse) .

Además de lo anteriormente expuesto, existe una forma indiscultible de separar unas civilizaciones de
otras; lo que de común se observa en virtud del tiempo y del lugar en que co-existen. Siendo así, ello
explica por qué el arte que imitó al romano entre los siglos XI al XIV, se denominaba románico y no de
Roma; al igual que aquel que copia los modelos latinos desde el XV al XVI, se llamó renacentista. Una
mutación de lo imperial, que nuevamente se produce poco después, "plagiándose" las formas
grecorromanas de nuevo durante los siglos XVIII y XIX (con en llamado estilo clásico y el neoclásico). Pese
a ello y aunque nos empeñemos en expresar que todos los periodos antes referidos (románico,
renacentista, clásico y neoclásico) imitaron a la escultura y la arquitectura helena o latina; el carácter
que tuvieron esas artes de periodos tan distintos, los hace absolutamente diferentes -tanto como las
civilizaciones a las que pertenecieron-.

Así pues, por encontrarnos un mismo modelo, de una igual estética y hasta con un idéntico diseño -
en uno u otro lugar-, no podremos dejar de clasificar aquel objeto y forma, como autóctonas (del sitio
en el que se crean y del tiempo en que se hicieron). Porque de lo contrario, no existiría ni el románico,
ni el renacentista, ni menos el clásico o el neoclasicismo; ya que todo ello entraría bajo la
catalogación de "grecorromano" -incluso el arte de Roma habría de considerarse como una forma de lo
heleno...-. No digamos ya lo que sucedería con el estilo hispano-romano o bien con el visigótico, que tan
solo podrían encasillarse como unas burdas labores de copia coloniales, hechas por los iberos o por los
godos centroeuropeos (imitando fórmulas imperiales y sin poder definir su carácter como distinto al romano).
De tal manera y siguiendo este criterio que se aplica al Carambolo, por el cual un estilo o símbolos
significa necesariamente que el objeto pertenece al lugar en que primero se crearon aquellas
formas. Todo el arte colonial desaparecería, tanto que habríamos de clasificar como obras españolas
o portuguesas, las realizadas en Iberoamérica desde los siglos XVI al XIX (etapa durante la que este
Continente fue gobernado por hispanos o lusos). Finalmente juzgando con ese mismo rasero, por el que
cuando un artista copia a otro, pertenece a la cultura y la civilización que ha imitado; la mayor parte de lo
fenicio sería egipcio, tanto que el mundo púnico casi podría desaparecer -puesto que casi la
totalidad de la orfebrería, la estilística, el diseño y la simbología de Fenicia, procedían del Nilo-.

Siendo así, no nos puede caber la menor duda de que las joyas del Periodo Orientalizante peninsular
tienen muchos más paralelismos con algunas de las faraónicas, que parecidos con las púnicas. Algo
que es evidente puesto que no hay una orfebrería similar a la de El Carambolo -o la de Lebrija-, entre
las de Fenicia y sus colonias; mientras que en el Nilo podremos encontrarnos con adornos y enseres muy
semejantes a estos de Tartessos o de la Iberia antigua (aunque ello se deba al influjo e importanciones de
los fenicios...). Este que documentamos, es un hecho que ya había observado Juan de Mata Carriazo
-hace más de cuarenta años-; sabio maestro que consideraba aquellos "aires" procedentes de Egipto o
de Oriente Medio, llegados al Bajo Guadalquivir a través de marineros egeos, jonios y de las costas
de Asia Menor. Gentes venidas hasta nuestro litoral desde el siglo X a.C., como comerciantes -o
huyendo de las convulsiones que sufre Oriente tras la aparición del Hierro-. Unos primeros colonos de
nuestras tierras que Carriazo ya entedía en gran parte procedentes del mundo creto-chipriota
durante la etapa inicial. Aunque desde los siglos VIII al VI a.C., otros más organizados lograron
fundar bases, llegando desde Fenicia y poco después de las costas de la Hélade anatólica (del Egeo).

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: En el artículo de hoy vamos a tratar en profundidad sobre la


clasificación de fenicias, que muchos proponen a las joyas de El Carambolo. Una influencia púnica
que aparece en todo lo tartessio, como es normal en una tierra visitada y aculturada en gran parte por
aquellos mercaderes de Tiro y Sidón. Pese a lo que para catalogar de "importado" el ajuar de El
Carambolo, habría que demostar que existen multitud de piezas iguales en Fenicia y en Oriente
Medio (tanto como la incapacidad de crear una orfebrería semejante en nuestras tierras por aquel
tiempo). Como ninguno de los dos casos se dan y el tesoro apareció junto a Sevilla, consideramos
que la clasificación de tartéssico es la correcta. No porque lo digamos nosotros, sinó por los hechos
antes referidos y porque así lo consideraban personalidades tales como: Juan de Mata Carriazo,
Maluquer de Motes, Gómez-Moreno, Almagro Basch, Blanco Freijeiro (y largo etcétera de los
mejores expertos en Mundo Antiguo que conoció el siglo XX). Por lo demás, existe en nuestros días un
intento de infravalorar el Mundo Tartéssico, obligando a creer que tan solo es una leyenda y dudando hasta
de su existencia. Ello obliga a muchos a considerar que el Periodo Orientalizante es plenamente fenicio y
ajeno a toda creación indígena; un error que a nuestro juicio pudiera ser como clasificar de "español" todo
cuanto se crea y realiza en la América "postcolombina" (una catalogación que llevaría a no considerar la
existencia de un periodo colonial, con su arte y su cultura propias -bien diferenciadas de las españolas-).
EN LA IMAGEN SUPERIOR: Parte de un collar o diadema del Imperio Nuevo, fechado entre los años
1370 y 1300 a.C. (propiedad del Museo Nacional de El Cairo, al que agredecemos nos permita divulgar la
fotografía). En esta podremos ver como la orfebrería egipcia es muy semejante a la que luego hacen en
la Península; concretamente con las diademas ibéricas seis siglos después. Ello porque las formas y
técnicas de trabajo se heredan o pasan de unas culturas a otras; un legado en el que tan solo
podremos observar el camino que el universo de los símbolos y de la estética ha seguido a lo largo
de la Historia. Sin deber clasificar de egipcias las diademas del Periodo Orientalizante peninsular, ni menos
confundir nuestra orfebrería con la faraónica. De un igual modo, las piezas de esa época peninsular y
datadas entre los siglos VIII al VI a.C.. no pueden considerarse fenicias ni helenas (propiamente);
sinó "feniciantes" o "helenizantes" . Siendo muy curioso que mientras el término helenizante o
helenizado es muy común; apenas he leido ni conozco la voz "feniciante" o "feniciado". Quizás al quererse
rechazar que la existencia de piezas con un influjo púnico y con aportaciones autóctonas, como obras muy
distintas a las orientales (todo lo que se da en aquellos lugares donde los marineros de Fenicia arribaron
para fundar sus colonias).

BAJO ESTAS LINEAS: Detalle de una parte del cenotafio de Sennefer, gobernador de Tebas en
tiempos de Amenofis II (Tumba N.96; Abd el-Kurna -agradecemos a la entidad conservadora de estos
sepulcros, nos permita divulgar la imagen-). Observemos en los murales de las paredes, la moda que luce
el gobernador y su mujer (o concubinas); donde les veremos con unos brazaletes muy semejantes a
los de El Carambolo, tanto como unos colgantes o pectorales cuyo significado debió ser muy
cercano al del ajuar tartésico. Estas joyas egipcias las imitaban casi iguales los fenicios,
aunque aquellos las creaban reduciendo enormemente su cantidad de oro y su tamaño (quizás para
vederlas con más facilidad por todo el Mediterráneo, habida cuenta que muy difícil sería encontrar un
comprador de una pieza de un kilo de metal precioso, mientras sería fácil distribuir cien objetos a escala
reducida y con diez gramos de oro en cada). Por todo ello afirmamos siempre que debido a su peso y
tamaño; los ajuares tartessios tales como el de El Carambolo (de unos tres kilos áureos puros) o el de
Lebrija (con seis candeleros de unos siete kilos de oro); tan solo son comparables a las joyas de Egipto.
Incluso, la orfebrería del Nilo igualmente se relaciona con la del Bajo Guadalquivir en sus formas, en
sus usos y diseños (tal como ya expuso Juan de Mata Carriazo hace más de cuarenta años) (1) .
A) ALGUNOS ASPECTOS DEL HALLAZGO EN EL CARAMBOLO; SEGÚN JUAN DE MATA CARRIAZO:

Comenzaremos este epígrafe, resumiendo los discursos y estudios sobre El Carambolo, escritos por
quien fue su descubridor: El profesor Juan de Mata Carriazo. Maestro que -junto con Maluquer de
Motes- tuvo el honor y la perseverancia de legarnos una gran labor de búsqueda y entrega; y cuyos
trabajos nos hicieron reconocer y conocer lo que este yacimiento sito junto a Sevilla, significaba
verdaderamente para la Historia. Trás una breve síntesis de algunos textos del profesor
Carriazo (donde narra los pormenores de su descubrimiento); analizaremos lo que consideran las
nuevas prospecciones. Tanto como algunas teorías muy recientes, aparecidas unos años
atrás. Ideas novedosas y excavaciones de no hace mucho, que nos manifiestan como este cerro de El
Carambolo fue un templo y una fundación plenamente fenicias (ajena al mundo indígena o tartessio).
Todo lo que -como veremos- contiene amplias lagunas e imposibilidades de admisión (al menos para
mí). No porque lo digamos nosotros, sinó porque ya así lo habían expresado expertos como el referido
Profesor Carriazo o su compañero Maluquer (junto al genial Manuel Gómez-Moreno). Al igual que más
modernamente esun hecho admitido y que lo ratifican expertos tales como Alicia Perea, Jiménez
Ávila, Sebastián Celestino Pérez, o Mariano Torres Ortiz (entre otros ilustres arqueólogos de nuestros
días) (2) -Pero no nos entretendremos más en disertaciones y pasaremos a un breve resumen de lo que
nos relataba el sabio Carriazo, hace ya más de cuarenta años, acereca de este cerrito sito a unos tres
kilómetros del centro de Sevilla (junto a las carreteras de Badajoz a Huelva)-:

Mencionando primeramente su descubridor, que el verdadero valor arqueológico de aquel yacimiento


residía en sus piezas de barro. Unos enseres donde se mostraba lo propiamente autóctono y
turdetano en un mundo muy distinto al de las cerámicas halladas en otras culturas del
Mediterráneo. Conclusión del indigenismo en El Carambolo que no se obtiene tanto con el análisis de
las piezas de oro, sino sobre todo estudiando las cerámicas allí encontradas (aparecidas junto al
ajuar) (3) . Manifestando Carriazo literamente que ", acaso, las que más nos ayudan a discernir los
caracteres de lo tartésico (...) Es, sobre todo la cerámica (...) enlazan con las eneolíticas y argáricas (...)
mediante sus coincidencias con el mundo oriental, sobre todo chipriota, documentan el papel exacto de las
colonizaciones". Por todo cuanto vemos, la opinión del sabio descubridor afirmando la influencia
cretochipriota en el Bajo Guadalquivir; procede y es similar a la de su maestro (y amigo) Manuel
Gómez-Moreno. Quien fuera el primero en darse cuenta hacia 1925 de las concidencias existentes
entre el alfasilabario ibero y los caracteres de los sistemas de escritura de Chipre y de Creta. Unas
similitudes de rasgos entre los silábicos creto-chiopriotas y los alfasilabarios iberos (resueltos por Gómez-
Moreno); que desenmarañó el enigma de su lectura gracias a intuir que varios valores y signos eran
iguales en los cretochipiotas y en la Península. Idea que obliga a pensar en una colonización llegada de
Chipre y de Creta, que de seguro servirá a Carriazo para comprender el origen e influencias del cerro
de El Carambolo (procedentes de las culturas del Levante y de la Anatolia micénica).

Siguiendo con los trabajos del profesor Carriazo acerca de este yacimiento, detalla en varias de sus
obras -de manera pormenorizada- el día, lugar, fechas y hasta la hora del hallazgo del tesoro (por unos
albañiles que realizaban obras en el Tiro Pichón de Sevilla). Contando igualmente como dos días después
de encontrar las joyas y una vez comprobado que eran piezas de oro, pusieron a disposición del Museo y
de los arqueólogos el ajuar y el terreno del "Pichón", para ser excavado. Observando los profesores en
el lugar, un terraplén bastante destruido por las obras del edificio contiguo, en el cual pudieron hacer varias
catas. Prospección con la que se encuentran cuatro niveles, hasta llegar a la altura del ocultamiento
del tesoro. Exactamente en donde se hallaron las piezas de oro y que fue excavado durante largo
tiempo; denominando "fondo de cabaña" al sitio en el cual estaban escondidas esas joyas. Habida
cuenta que se trataba de un pequeño recinto que fue de adobe y que se destruye o arde, tras enterrárse allí
el ajuar (4) .

Considerando Carriazo que esta sala ("fondo de cabaña") medía unos 4,5 metros por 6 de largo;
aunque el recinto completo al que pertenecía, parece que fue un lugar sagrado con unos 25 de
longitud por 10 de ancho (al comienzo de sus días). Perímetro del templo y sus alrededores, que se iría
ampliando con el paso del tiempo, hasta llegar a la época anterior a su destrucción, alcanzando
entonces a unos 400 metros cuadrados (5) . Por su parte y en otra zona del cerro de El
Carambolo (abajo y a unos ciento cincuenta metros de distancia del lugar en que fue hallado el
ajuar), encontraron un yacimiento diferente que corresponde a un barrio de época coetánea a las
joyas y al que llamaron "Poblado Bajo". Pequeño sitio habitado y con casas (quizás al servicio del recinto
sagrado) que logró sobrevivir hasta etapa romana; yacimiento en el que hallaron algunas cerámicas de
igual fecha y calidad a las encontradas el los terrenos altos -que rodeaban el tesoro- (6) .
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, un detalle del Cinturón de la
Aliseda (Cáceres) fechado hacia el siglo VI a.C. y en propiedad del Museo Arqueológico Nacional -al que
agradecemos nos permita divulgar la foto-. En ella hemos destacado tres tipos de figuras, como son el
Herakles-Gilgamesh, luchando contra el león (en rojo); a su lado el árbol de la vida y la roseta
encapsulada (en azul) y finalmente -en color verde- unas formas tipicamente chipriotas, etruscas y
tartessias (semejantes a una lira o góndola y que aparecen en multitud de pasarriendas y objetos de estas
culturas marineras). Más abajo, podemos observar una cenefa con lineas totalmente egipciantes, que
contiene la flor del loto y las patas de escarabeo entrelazadas. Todos los diseños descritos, al igual
que su técnica de granulado, son comunes a la joyería fenicia. Pero también son los normales de la
orfebrería egea y sobre todo en la rodhia de los siglos VIII a VI a.C. (no olvidemos que los primeros
colonizadores peninsulares proceden de Rodas). Incluso esta pieza que vemos, pudiera ser catalogada
perfectamente como etrusca; ya que su modo de trabajar el oro e incluso su temática y diseños son
casi idénticos a los que hacían en el centro de Italia desde el 700 al 400 a.C. (aproximadamente).

Evidentemente y con los datos antes expuestos, es perfectamente admisible afirmar que se trata de una
pieza fenicia y no tartessia; pero para ello habría que demostrar que La Aliseda (sita junto a Valencia
de Alcántara en Cáceres) era por entonces un asentamiento púnico o muy frecuentado por aquellos
marineros. Pues de no haber grandes hallazgos fenicios en el lugar, el argumento se desvanece. Además,
y de un mismo modo, se puede afirmar que es orfebrería greco-ibérica. Con iguales razones a las
anteriores -que la catalogaban de púnica- pero con mayores motivos; pues este cinturón se halló junto
a una diadema, muy semejante en su diseño a las usadas por la moda helena y egea coétaneas. Por
lo demás y partiendo de que fuera una pieza importada hasta el lugar donde fue encontrada (ajena a
su cultura), también es factible considerarla etrusca; con unos argumentos casi tan fundamentados como
los que clasifican de fenicio al tesoro de La Aliseda.

Por cuanto hemos expuesto estamos obligados a pensar que no puede afirmarse que sea una joya
grecoibérica, ni fenicia (ni menos etrusca); pese a parecerse a todas aquellas. Ya que como la
orfebrería de los siglos VIII al V a.C. (de Oriente Medio, del Egeo y de Italia), es prácticamente igual a
esta que vemos;su mejor clasificación es la de Orientalizante o tartéssica. Puesto que procede de un
lugar que sin duda ha de clasificarse como muy próximo a Tartessos (al estar tierra adentro y en el
camino de los metales). En un emplazamiento muy alejado de los puertos púnicos y cercano al Alentejo,
tanto como a puntos turdetanos tales como el posterior Metilium (Medellín) o el yacimiento de Cancho
Roano (Zalamea).

ABAJO: El modelo del hombre (o el centauro-esfinge) que lucha contra el animal feroz es tipicamente
mesopotámico y anatolio. Tanto es así que el diseño del Cinturón de la Aliseda (arriba en imagen) se
considera de origen anatólico, representando a Gilgamesh peleando contra el león. Evidentemete,
pudiéramos creer que se trata de un Herakles contra el felino de Nemea, o bien del un Melkarte-Hércules;
pese ello, el dibujo y disposición del héroe enfrentándose al totem del mal -tal como lo vemos en la
Aliseda- es puramente hitita, neohitita o bien mesopotámico. De lo que se considera este cinturón con
un Gilgamesh protector, puesto que la disposición de las figuras e incluso los adornos que la rodean,
recuerdan principalmente a los sellos asirios o persas (de los milenios II y I a.C.).

Además, aquel dios asiriocaldeo o hitita, tiene como atributo principal el cinto o la faja. Un adorno
que luce entre los hititas o en Mesopotamia el divo que cuida a las reses y que llevan siempre los
seres custodios que luchaban contra las fieras. Por cuanto la imagen de la Aliseda sin duda es la de
Gilgamesh o bien Enkumi (el protector del ganado, luego llamado Lamashu) que combate por su mano al
felino, salvando con su lucha y guarda a las reses. Bajo estas lineas y pintado por mí, recojo una
impronta de sello mesopotámico; fechado en la primera mitad del I milenio, donde vemos al divo que
cuida el ganado (Gilgamesh como Enkumi, Tammud, o Lamasu) convertido en esfinge-centauro y matando
a un león. Como se podrá apreciar, el diseño de este sello asirio donde Gilgamesh combate al felino, es
coincidente con el del cacereño Cinturón de la Aliseda.

Siguiendo con El Carambolo; sobre el valor y la singularidad de las cerámicas que rodeaban las joyas,
Carriazo a los pocos meses de su hallazgo ya daba buena cuenta de todo ello. Tanto que en un amplio
artículo publicado en ABC de Sevilla -ese mismo año de 1958-, expresaba la importancia y peculiaridad de
aquellos objetos de barro con las siguientes palabras: "ninguna es posterior a la Primera Edad del Hierro
(..) Hay una cerámica de aspecto semejante a la pulimentada de la Edad del Bronce, otra parecida a
la más antigua cerámica celta y algún asa de aire púnico (...) "han salido en el yacimiento de El
Carambolo fragmentos de otras especies hasta ahora desconocidas, cuyo estudio nos apasiona en
estos momentos tanto o más que el mismo tesoro" (7) . Finalmente y acerca de la clasificación de aquel
ajuar, el sabio profesor y también en el año que lo encontró, ya nos dice que: "Por encima de las
afinidades hallstátticas y orientales, demasiado evidentes (...) se hace imposible no relacionar el
yacimiento de El Carambolo con el rico emporio de Tartesos, localizado en el Valle inferior del
Guadalquivir y cuyo contenido arqueológico permanece aún desconocido" . Para terminar expresando
que: "El nuevo tesoro ha sido ya calificado con las atribuciones más diversas: Asirio, egipcio,
púnico, celta, incásico y visigodo" (8) . Todo lo que parece dejar bien claro que la catalogación del
yacimiento como fenicio no es una idea reciente, sinó más bien pertenece a la fase en la que todavía no se
habían estudiado bien ni las joyas, ni sus cerámicas; ni menos, la cultura a la que pertenecían (9) .

Por lo demás, en otros escritos suyos detalla con menudencia los pormenores del hallazgo,
destacando de común el hecho de que apenas aparecieran otros objetos en el entorno de las joyas,
más que aquellas cerámicas (junto a algunos molinos de mano, trozos de metal, dos puntas de flechas,
huesos diversos de animales y cascaras de huevos de avestruz) (10) . Cuanto a mi juicio -tal como dice el
profesor Carriazo-,testificaría y manifestaría que el ajuar fue ocultado con deseos de salvarlo, y en un
lugar quizás poco importante ya por aquel entonces. Seguramente para que no fuera encontrado por otros y
quizás para que no cayera en manos de quienes -hemos de suponer- estaban invadiendo o destruían la
cultura a la que pertenecían las joyas. Sobre los enseres y forma en que se hallaron los diferentes
niveles de excavación, podemos resumir que en el cuarto estrato (el último y donde se encontraba el
ocultamiento), tan solo había cáscaras de huevos de avestruz y las referidas cerámicas
orientalizantes -junto a huesos de animales-. Siendo ese cuarto, el nivel más antiguo y que se
correspondía a unos setenta centímetros de cenizas, donde ocultaron el ajuar. Tras ello, aparece un
tercer "piso", de distinta época y en el que ya hay (además de los fragmentos de barro) algún molino de
piedra y los restos de la cabaña destruida. Sobre este tercero, otros dos niveles más hallaron y que
contienen iguales características y objetos semejantes a los que encontraron en el anterior (11) .

Por lo demás, en su colosal obra TARTESSOS Y EL CARAMBOLO (12) Juan de Mata Carriazo
expone de nuevo ampliamente unos mismos hechos, teorizando que el ajuar fue ocultado seguramente
en un lugar que previamente había sido quemado y destruido. Escribiendo: "Parece evidente que el
tesoro no formaba parte original del yacimiento que luego excavamos, pues a la altura del nivel de
su hallazgo apareció alterada la estratigrafía, como a su hora explicaremos". Tras ello describe que pese
a no corresponder el lugar de enterramiento con un emplazamiento unido propiamente al tesoro, no
es menos cierto que entre ambos hay un nexo de coetaneidad y por pertenecer a una misma
cultura. Lo que se explica por el igual diseño entre las cerámicas del terreno y las lineas de la
orfebrería; tanto como por su contigüidad y parecido entre aquellos objetos de oro y los hallados de
barro. Diciendo Carriazo asimismo que: "La forma de ocultación del tesoro, puesto en aquella vasija
como en un estuche y enterrado fuera de un nivel arqueológico normal, nos priva de cualquier
indicación sobre su destino y modo de lucir tales joyas".

Lo antes expuesto parece dejar bien claro que relacionar el terreno en el que fue encontrado el
tesoro, con el uso o el significado de este ajuar, es más que "poco indicado". Ya que su descubridor
consideró con gran criterio, que aquel escondite fue un lugar elegido precisamente para ocultar unas
valiosísimas joyas. Abandonándolas así en un emplazamiento tan retirado como alejado de lugares
importantes (quizás en lo que ya era un templo semiderruído e insignificante, por entonces). Todo lo que se
comprende como un escondite, que de común se busca para evitar las sospechas de los invasores, o de
quienes pretenden apoderarse de tan valiosas piezas. Pese a ello, habría que añadir que el hecho de
enterrarlas en el monte El Carambolo -dada la visiblidad de aquel-, tiene el sentido añadido de que no
se perdieran, al poder localizarse facilmente en caso de que los dueños volvieran al lugar. Ya que es
uno de los más destacados cerros sevillanos, donde ocultando el tesoro se buscó un emplazamiento tan
seguro como localizable; tanto que hasta hace poco no se halló de nuevo. Aunque allí también quedaba el
oro a salvo de las inundaciones del Guadalquivir y de las torrenciales lluvias andaluzas (que provocan
fuertes riadas). De cuanto ha de entenderse -al menos yo así lo deduzco-, que este Cerro de El
Carambolo fue el elegido para ocultar unas joyas, entre las cenizas de un antiguo templo y en un
momento que podemos considerar de guerra, invasión o huida de las gentes que gobernaron durante
una época el Bajo Guadalquivir. Personas, sacerdotes o familias a las que pertenecía el ajuar y que lo
pusieron de ese modo a salvo, antes de que cayera en manos de sus enemigos.

Por su parte, las fechas de ocultación y las del yacimiento (estratos III y IV) sin duda encajarían con
momentos de convulsiones en el Bajo Guadalquivir. Ya que se data durante la época en que los
cartagineses y "neofenicios" pudieron volver a Tartessos, para reconquistarlo y subyugarlo. Nos
referimos al tiempo sucedidotras un periodo llamado de Argantonio. Momento en que estos turdetanos
habrían abierto comercio directo con los griegos, todo lo que se sabe pudieron hacer libremente entre el
672 y el 531 a.C.. Ciento cuarenta años en que las capitales de Fenicia (Tiro y Sidón) fueron asediadas
y hasta destruidas por Asiria. Aprovechando de seguro aquella crisis púnica los helenos, para acercarse
hasta las fuentes del Guadalquivir y comerciar libremente con sus metales (evitando así el control de
quienes se sumían en el caos y la guerra, en sus ciudades principales de Fenicia).

Tras la irremediable rendición y caida de Tiro y Sidón, Cartago toma la cabeza y el relevo del mundo
púnico. Siguiendo a ello, los días de reconstrucción del mundo fenicio; momento en el que observando
aquellos como los helenos habían aprovechando su situación de crisis para comerciar libremente
por el Mediterráneo, ese "oportunismo" levantaría sus iras. Por lo que se comprende que en estos
años los cartagineses comenzaran a atacar las bases griegas occidentales, tanto que en el 531 a.C.
habían destruido la flota focense en Córcega y Cerdeña (Alalia). Viniendo los de Cartago
seguramente más tarde hasta Tartessos para hacer algo similar. Una venganza llevada a cabo por
haberse aliado los tartessios con los griegos, o simplemente para subyugar al Bajo Guadalquivir a su
único mercado. Por cuanto lo más posible es que hicieran en las ciudades importantes de Turdetania
-que habían comerciado con los griegos-, algo similar a lo realizado con helenos en sus bases (a
quienes literalmente despedazaron). Todo con el fin de que Cartago dominara y monopolizara de nuevo
el mercado del metal atlántico; hechos que debieron suceder entre el 530 y el 470 a.C. (momento en
el que se puede fechar la ocultación del tesoro en El Carambolo).
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, portada del libro de Juan de Mata Carriazo, EL
CARAMBOLO; editado por la Universidad de Sevilla en 1978 y donde se recogen varios de los
artículos y trabajos que realizó durante los primeros años, el descubridor del fabuloso tesoro -pocos
años después de las excavaciones en el cerro-.

ABAJO: Página 48 del libro antes citado (en portada) donde se encuentra la fotografía de la llamada
Astarté del Cerro del Carambolo -agradeciendo a la Editorial y herederos, nos permitan divulgarla-.
Esta esculturita el Profesor Carriazo no la considera propiamente perteneciente al resto de la
excavación y ni la contempla del todo, como verdaderamente hallada junto al tesoro. Sinó que sobre
ella escribe exactamente: "ESTATUITA DE BRONCE, DE UNOS 165 MILÍMETROS, QUE SE DICE
ENCONTRADA EN EL MISMO CERRO, POCO ANTES DEL TESORO, HOY EN EN MUSEO
ARQUEOLÓGICO DE SEVILLA. ES UNA REPRESENTACIÓN DE ASTARTÉ, SEGÚN LA INSCRIPCIÓN
EN EL FRENTE DEL ESCABEL, ARTE SIRIO-FENICIO DEL SIGLO VII A.C., ACASO PROCEDENTE DE
MENFIS".

No queremos quitar una coma ni un punto a lo que redactó Juan de Mata Carriazo, quien claramente
expresa de aquella escultura que "se dice encontrada". Frase con la que describe de un modo muy
claro su incredulidad o sospechas sobre la procedencia; tanto que incluso añade finalmente el
comentario "acaso procedente de Menfis". Quizás intentando expresar su extrañeza sobre la referida
aparición de la Astarté, llegada a sus manos por "alguien" que muchos días después de comenzar
los trabajos de campo en el cerro, afirmó que la había encontrado en terrenos cercanos al
tesoro. Levantando ello tantas sospechas al Profesor Carriazo que expresa que quizás la pieza hubiera
sido traida desde Egipto -no se sabe en qué momento: Moderno, antiguo o coetáneo al tesoro...-. Por lo
demás, nada añade sobre la estatua en sus estudios; ni en los diferentes artículos de su libro "El
Carambolo" y ni siquiera en su gran obra "Tartessos y El Carambolo" (editada ya en 1973).

Tampoco la incluye entre los hallazgos, las referencias de cerro, ni menos entre los ajuares allí
excavados(ni en el Poblado Bajo, ni en las obras del Tiro Pichón). Suponiendo todo ello, que para
Carriazo posiblemente se tratase de un objeto que alguien extrañamente le hace llegar en este
momento, trás conocerse la noticia y varios días después de haberse hecho famosa la existencia de las
joyas. Algo similar a lo que sucede con el Tesoro de Ébora, y quizás aprovechando las
circunstancias, haciendo ver que había sido también descubierta allí mismo la escultura (posiblemente
para no dar a conocer el verdadero lugar de procedencia, evitando así que otras tierras fueran excavadas).
La fama y repercusión que El Carambolo tuvo en toda la prensa mundial del momento, explica por qué en
unas mismas fechas también fue entregado al Museo de Sevilla, el Tesoro del Cortijo de Ébora. Que se
salva y ponen en manos de Juan de Mata Carriazo, tan solo dos semanas después de conocerse lo
sucedido en Sevilla (por mediación de los hijos de la condesa de Lebrija).

Para terminar, diremos que tal como recoge Mariano Torres Ortiz -en su magnifico libro Tartessos (pags.
215 y ss, Madid 2002 R.A.H.)- esta Astarté fue dada a conocer por Fernández Chicarro en
1964, pensándose por entonces que se trataba de una Isis de época Saita. Pese a ello, en 1966 el
profesor Ferrón pudo leer la inscripción de su pedestal como fenicia y que reza: "Este (ex-voto lo ha)
hecho Baal-ytn, hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil para la Astarté de
la colina; que ha escuchado la voz de sus plegarias". Palabras que quizás constituyen uno de los
primeros testimonios escritos en nuestra Península; refiriéndose probablemente al Cerro sagrado,
todo lo que daría como cierta la procedencia desde El Carambolo. Finalmente los estudios sobre la
pieza fueron completados por F.Jiménez Ávila en su impresionante estudio sobre Toreútica (R.A.H.; Madrid
2000, pag.448 y ss.); quien la fecha definitivamente entre los siglos VIII al VII a.C., todo lo que cuadra
con la datación del yacimiento (estratos III y IV, donde se halló el tesoro) y quizás ratifica finalmente
que en verdad hubiera sido allí encontrada -tal como un operario indicó a Juan de Mata Carriazo-.
B) NUEVOS RESULTADOS EN LAS PROSPECCIONES MÁS RECIENTES DE EL CARAMBOLO:
Como decimos, hacia el 2006 comenzaron de nuevo las excavaciones en el Cerro sagrado, con el fin
de ampliar los estudios (o para conocer mejor lo encontrado por sus descubridores cinco decenios antes).
Ello quizás porque la Astarté de El Carambolo se tuvo desde 1998 como un eje o pilar fundamental,
sobre el que se podrían reorientar todas las teorías sobre aquel yacimiento. Tanto que se reconsideró
desde 1997 -por las recientes teorías debidas a Belén y Escacena (entre otros)-, que si en aquel lugar
había aparecido una figura de la diosa Ishtar-Astarté, el emplazamiento hubo de ser un santuario
fenicio y dedicado a aquella divinidad. Todo lo cual es plenamente lógico si en verdad allí se halló la
famosa esculturita de la que hablamos. Pero no tanto si ello corresponde a una ocultación de un
tesoro y de una estatua, poniendo a salvo estos objetos valiosos. Ye que entonces el emplazamiento
no estarían tan ligados ni a este ajuar y ni a esa diosa. Una idea que ya expone Carriazo y que todos
comprendemos; pues si queremos enterrar un objeto para que no sea descubierto por un tercero, el peor
lugar para hacerlo es e un templo o palacio de importancia y menos el principal, dedicado a aquellas
divinidades.

Por todo ello, el hallazgo en las circunstancias que se produce, plantea un gran problema, como lo es
que el tesoro y la estatua estén descontextualizadas. Algo que se muestra porque en todo el
yacimiento (incluyendo el del Poblado Bajo) tan solo aparecen estos dos objetos como enseres
importantes; pues el resto de lo encontrado son piezas rotas y de poquísimo valor por entonces. Lo
que nos hace intuir que estas "dos reliquias" hubieran sido allí llevadas para salvarlas; dado que las
joyas y la escultura de Astarté debieron ser en aquel tiempo enseres de una enorme importancia (tanto
como hoy lo son). Una teoría que se obtiene como conclusión al observar que -como decimos-, todo lo
demás aparecido en El Carambolo apenas son fragmentos de cerámica, pedazos de utensilios
metálicos, trozos de molinitos, huesos de animales y cáscaras de huevos de avestruz. Debido a lo
que nuestras dudas acerca de la contextualización de el tesoro y de la Astarté dentro del recinto, plantea
muchos problemas (máxime cuando las ocultaciones de joyas siempre se realizan el emplazamientos sin
importancia, para evitar levantar sospechas). Pese a ello, cuanto exponemos lo razonaremos después
de conocer las últimas teorías acerca de El Carambolo, ya antes referidas. Estudios que vamos a
resumir desde los principales trabajos que recogen aquella nueva afiliación y que cataloga como
púnico al templo que hubo en el cerro, tanto como a sus joyas. Dando como definitivo de que el único
mundo que allí existió fue el fenicio y afirmando que nada tartessio puede ser relacionado con el cerro (13) .

Esta Astarté de la que hablamos es uno de los primeros argumentos esgrimidos actualmente para
considerarun "error de clasificación" la catalogación del cerro como tartéssico. Consideración
realizada hace más de cincuenta años por investigadores como Juan de Mata Carriazo, Maluquer o
Blanco Freijeiro. Opinándose hoy, que aquellos antiguos maestros, en sus estudios olvidaron -o no
vieron como suficientemente relevante-, el hallazgo de la estatua fenicia de El Carambolo. Un "olvido o
irrelevancia" por parte de los investigadores de hace medio siglo, que como hemos podido leer no es tal;
sinó que se trata de una simple incredulidad acerca de la procedencia de esta pieza, que
extrañamente días después de comenzar las excavaciones les fue entregada por "alguien". Una persona
que afirmaba haberla sacado de las inmediaciones -o junto al lugar- donde se encontó el ajuar, pero
sin aportar más datos acerca de aquella.

Todo lo que como narramos, hizo que dejaran los arqueólogos de hace cinco decenios a esta Astarté en un
segundo lugar; algo que con curiosidad leemos viendo las sospechas que la estatuilla levantaba a Carriazo
(incluso a Maluquer) -pues nunca se marcó el lugar preciso en el que la famosa figurita había aparecido-. De
lo que se entiende por qué el descubridor de El Carambolo (y otros que le seguían) no incluyeran
entre las piezas de este cerro a la mencionada pieza de bronce -olvidándola...-. Este hecho, es visto
actualmente como un error inicial, del cual derivaría un "mal estudio" y catalogación de aquel
yacimiento; tanto como la del tesoro hallado en las proximidades de la estatua. Tanto que se dice
textualmente en los más modernos trabajos sobre El Carambolo que ni Carriazo ni Blanco Freijeiro
tuvieron en cuenta esta escultura y pese a que el segundo fue "quien imaginó un santuario tartésico
ubicado en un asentamiento también tartésico" (...) "no repararon en que el exvoto de Astarté del Museo
Arqueológico Hispalense, cuya procedencia es del Carambolo" (14) .

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, portada del mes de Septiembre de 1958 en que
se recogen a toda página las joyas de El Carambolo, en el diario THE ILLUSTRATED del periódico
LONDON NEWS (tal como la expone el Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita
divulgar la foto). Como podemos ver, la repercusión mundial del hallazgo fue inigualable, hecho este
que consideraba Juan de Mata Carriazo como un factor decisivo para la "aparción" de otros
tesoros -como el de Ébora, encontrado a unos cien kilómetros de distancia y tan solo dos semanas
después-. Muy probablemente creyeron que unas circunstancias semejantes fueron el motivo para la
entrega de la famosa estatua Astarté; que fué puesta en las manos de Carriazo transcurridos unos días
desde el comienzo de los trabajos de campo en el Cerro y diciéndo que había sido hallada allí (antes que el
tesoro). Ello, y el hecho extraño de que nadie le explicara las circunstancias y pormenores de esta
aparición, creemos que hizo pensar a los arqueólogos de la época que aquella figura no pertenecía al
yacimiento.

Sea como fuere, en mi opinión personal (siguiendo a Carriazo y a Maluquer), todo lo que concierne a
El Carambolo parecen ocultaciones sobre un cerrito con un templo "ajeno" a estos valiosos
objetos, que serían llevados hasta allí para evitar su expolio -seguramente en un momento de invasiones o
guerras-. Pues cuanto se ha hallado en las diversas catas del montículo es muy diferente en su
calidad -no en su época- al tesoro y la de la estatuilla de Astarté. Por lo que posiblemente identificar
plenamente el yacimiento de El Carambolo con los dos objetos de gran valor en su cumbre
encontrados, puede ser un error de concepto (tal como expresaba su descubridor). Ya que las
ocultaciones se realizan en lugares que nada -o muy poco- tienen que ver con los enseres que allí se
depositan y para evitar que otros los destruyan. Algo que puede comprobarse en cuantos tesoros aparecen
así enterrados, cuyos motivos de inhumación son muy diferentes a los que se dejan en cistas (o en recintos
funerarios). Por lo que aquellos ajuares escondidos se suelen depositar en templos en desuso, o en recintos
sagrados sin importancia (pero bien marcados geograficamente). Lo que sucedió por ejemplo con la ermita
de Guarrazar (de Guadamur); población situada en una montaña y a pocos kilómetros de la capital del reino
visigodo (Toledo). Cementerio e iglesia sin importancia y donde los monarcas godos -o bien los que
cuidaban del tesoro real- deciden ocultar las joyas principales, mientras se supone que huían de la invasión
árabe.

ABAJO: Tesoro del Cortijo de Ébora del periodo orientalizante, tal como se expone actualmente en
Museo de Sevilla (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Esta diadema -junto con algunas
piezas más de oro- le fueron entregadas a Juan de Mata Carriazo, tan solo dos semanas después de
hallazgo de El Carambolo. Afirmando sus descubridores, que las joyas habían sido halladas en aquellos
días; todo lo que se logró recuperar (al parecer) gracias a la intervencion de la familia de los condes
de Lebrija. Las sospechas de que el ajuar estuviera en poder de un coleccionista que las considerase del
siglo XVII al XIX (o bien árabes) son más que fundadas. Habida cuenta que los modelos de orfebrería
española apenas variaron desde estos de dosmil seiscientos años de antigüedad, hasta los que se hacían y
lucían apenas hace una centuria. Pese a ello, se trata claramente de un trabajo tartessio "feniciante",
datado hacia el siglo Vl a.C.; un periodo de influencia oriental, en el cual ya dijimos que la orfebrería
se trabajaba de un modo semejante en gran parte del Mediterráneo. Por lo que esta diadema es muy
similar a las joyas coetáneas de Etruria, del Egeo y -obviamente- de Fenicia.

Tal es la importancia que se da actualmente a este exvoto fenicio de la diosa Astarté, que en base a ella
se ha analizado de nuevo el yacimiento de El Carambolo - trabajos que como dijimos, se realizaron
menos de un decenio atrás-. Obteniendo sus principales artífices unas nuevas conclusiones, entre las
que son de destacar las expuestas por Fernández Flórez, Escacena y Rodriguez Azogue (junto a otros).
Escribiendo estos últimos como: "Cuarenta años después de aquella primera intervención arqueológica, la
información lograda entonces ha sido estudiada bajo un enfoque teórico y metodológico distinto, y
especialmente con hipótesis muy diferentes. Así, en el supuesto ´fondo de cabaña` se ha visto una fosa
ritual a la que se arrojaría el ajuar litúrgico ya inútil usado en los ritos de un santuario consagrado a
Astarté" (15) . Evidentemente, no queremos entender en esta frase que el tesoro (tanto como la
escultura) pudieran tenerse como "material litúrgico" amortizado que se arroja a un basurero ritual;
pues es una hipótesis que no puede ser tenida como cierta (aunque se exponga como un hecho, por
algunos de los nuevos investigadores de El Carambolo). Ello tan solo por pensar en su valor por entonces,
ya que con 2,3 gramos de oro vivía una familia romana en época imperial durante tres meses. Siendo
mucho más rica la economía de Roma a la que existía en el siglo VII a.C. en nuestra Península (en la cita
15-b, podremos ver la tasación actual del sueldo romano de unos treinta denarios de plata, que
correspondían a un aureus; habida cuenta que un legionario ganaba diez denarios al mes, que equivalía a
unos 0,75 gramos oro) (15 b) .

Pero continuando con los estudios recientes del cerro (de Escacena, Belén, Amores, Rodríguez Azogue,
Fernández Flores y etc); los resultados primeros acerca del llamado "Fondo de Cabaña" son muy
semejantes a los de Carriazo, viéndose en aquel como una pequeña sala (en la que se halló el ajuar). Pero
a diferencia de este, consideraron Rodríguez Azogue y Fernández Flores trás como sus "últimos
trabajos de campo realizados entre 2002 y 2005 han demostrado que el hipotético ´fondo de cabaña` no
constituyó en su día más que una fosa irregular a la que fueron a parar los más lujosos elementos
amortizados en el uso de un enorme edificio" (16) . Todo cuanto cambiaría el planteamiento y considera
aquella habitación donde Carriazo pensaba se había enterrado el tesoro, un simple almacén de
objetos litúrgicos usados o un lugar para arrojar los enseres sagrados utilizados y ya en desuso.
Algo que haría suponer que un tesoro de estas características pudiera haber sido tirado a un "basurero
litúrgico". Un hecho que llegaríamos a pensar de objetos sin apenas valor, pero que nos resulta imposible
admitir tratándose de una de las joyas más importantes de su época. Ajuar sin parangón con otros
de Fenicia, de Etruria y de Grecia; tan solo comparable con los conjuntos de orfebrería egipcia (por
su peso y trabajo). Tesoro de El Carambolo del que nos es impensable hubiera sido arrojado a una fosa,
solo por quedar en desuso -máxime viendo su estado y la manera en que apareció (encerrado en un
estuche cerámico, tal como describen sus descubridores)-.

En todo ello, además el posible origen del templo de El Carambolo como fenicio plantea una amplia
duda, pues su fundación se realiza en el siglo IX a.C.; es decir casi cien años antes de que haya
testimonio alguno de asentamientos púnicos en la zona del Bajo Guadalquivir (17) . Pese a lo que tal
como podremos ver en la cita anterior (17) los nuevos estudios han podido reflejar fielmente como se
construyó el recinto sagrado (atendiendo a criterios de orientación y arquitectura muy particulares).
Asimismo los recientes investigadores han considerado que el Poblado Bajo, es el que abastecía y en
el que vivían los que trabajaban en el templo alto del cerro. De lo que aquel "Poblado" sería un
simple "barrio" del lugar sagrado que se situaba en la cumbre del montículo (donde fue hallado el
tesoro). Siendo así, las dataciones del templo sito arriba -lugar de la aparición de las joyas-, deben
marcarse por las de su Poblado Bajo; y como aquel "Barrio" bajo El Carambolo es claramente
púnico -no olvidemos que pervive hasta la conquista de Roma-, es evidente que el cerro y su recinto
sagrado ha de tenerse como una fundación y un lugares fenicios.

Evidentemente no vamos a refutar las teorías anteriores, pero se nos hace imposible pensar que un
tesoro ocultado en un templo derruido ya en el siglo VI a.C., pudo no ser rescatado jamás por
quienes trabajaban en aquel recinto sagrado varios siglos después. Para ello, tan solo seríamos
capaces de entenderlo bajo la hipótesis del objeto litúrgico amortizado. Es decir, concluir que el ajuar
fue arrojado a un basurero ritual; y a la vez que no se le concediera importancia alguna al oro ( siquiera
durante siglos, trás a haberlo depositado allí como un "detritus religioso"...). Pues de lo contario, lo
lógico sería haberlo recuperado y fundido (tal como se ha hecho siempre con los metales). Tanto es así,
que en otros estudios recientes sobre el cerro se dice que el alto de El Carambolo en épocas del nivel
I y II, se convirtió en forja o fundición; donde se observa que antiguos objetos -seguramente
litúrgicos- fueron allí mismo "reciclados". Todo lo que explicaría la idea contraria; es decir, que en el
santuario del montículo fueron encontrados en cierta época varios enseres (ocultos) y los recuperan. Por lo
demás y en lo que se refiere a las dataciones, fechar el alto de El Carambolo en función de su
poblado Bajo, creemos que es algo similar a marcar los periodos de un castillo sito en la cima de un
monte, conforme a las fechas del pueblo, a las faldas de aquel (pues los poblados sobreviven incluso
centenares de años a los templos y a los recintos fortificados sobre ellos).

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, de nuevo una vitrina con fragmentos cerámicos de Periodo
Orientalizante, expuestos en el Museo Arqueológico de Sevilla (al que agradecemos nos permita
divulgar nuestra fotografía). Los motivos geométricos de las piezas que vemos al fondo, pertenecen al
tipo que Juan de Mata Carriazo consideraba como "más importantes que el tesoro", desde el punto
arqueológico. No por su valor estético, ni por su espectacularidad; sino por su tipología propiamente
indígena. Al tratarse de unos fragmentos de barro cuyos diseños responden a motivos
evolucionados desde la tradición turdetana más antigua, teniendo paralelismos con otras cerámicas
descendientes de las argáricas y de las halladas en los yacimientos del pleno Bronce, en la Baja
Andalucía. De ello y del parecido de sus geometrías con parte de los diseños en la orfebrería de El
Carambolo, deduce el profesor Crariazo que el tesoro es una obra puramente autóctona -aun
contemplando grandes influencias orientales (conclusiones a las que este ilustre arqueólogo, llega en
tan solo unos meses, tras el descubrimiento)-.

ABAJO: Un pendiente aúreo, de grandes dimensiones, encontrado en la llamada tumba Regolini-


Galassi del yacimiento estrusco de Caere Museo (propiedad del Museo Gregoriano del Vaticano, al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). La pieza de orfebre está fechada en el siglo VII a. y aún
siendo típicamente estrusca, podemos observar los paralelismos existentes con la joyería
tartessia. Tanto en su labor e incluso en su diseño, por lo que es casi igual a algunas de las obras en
oro turdetanas coetáneas. Como por ejemplo, a la diadema del tesoro de Ébora, que dos imágenes
más arriba tenemos en fotografiada y que podremos comparar con esta de la Italia
prerromana. Llegándose pronto a la conclusión de que mucha unión debió de haber entre la cultura
etrusca y la tartessia. Quizás al haber sido ambas civilizaciones -tan distantes pero tan conexas-,
"fundadas" (o inicadas) por pueblos que huyen hacia Occidente, desde Oriente Medio y tras la llegada
del Hierro o de la invasión doria.

Gentes que al caer Micenas -entre los siglos XII al X a.C.-, en parte hubieron de refugiarse por tierras
de Canaan y de Fenicia; quienes en su mayoría fueron absorbidos por tribus judías y por los pueblos
canaaneos. Aunque muchos de aquellos que escapaban de las convulsiones e invasiones que la
expansión de los Pueblos del Hierro provocaban en todo el litoral y archipiélagos de Asia Menor; se verían
abocados a huir hasta lugares más lejanos (como la Italia occidental o la lejana Iberia -por entonces sin
apenas colonizadores-). Así se iniciaría la etapa "pre-tartessia" y "pre-etrusca", en un periodo
comprendido entre los siglos XI al IX a.C, en el que diversas gentes marineras se irían acercando
hasta nuestras costas (y a las de Italia). Unas veces en busca de refugio y las más al encuentro de
metales preciosos, del ámbar o de materias primas inexistentes en otras zonas del Mediterráneo.

Siguiendo con las nuevas prospecciones en El Carambolo, es de enorme importancia una revelación que
ofrecen sus más recientes investigadores. Dato que aportan -entre otros- Amores y Escacena,
explicando en sus trabajos cómo tras el siglo VIII a.C. en el cerro se desmonta la sencilla
construcción, para reconvertirla en un gran templo. Siendo entonces cuando allí se crea un enorme
altar con forma de piel de toro y con el diseño idéntico a los pectorales (parecido a otros de la Iberia
Sur prerromana, aunque mucho mayor en sus dimensiones). Pectorales del tesoro que para ellos autores
serían dos frontiles o enjaezamientos de bueyes, algo que -como repetidamente hemos expuesto- nos
resulta muy difícil de admitir, debido al valor y al trabajo de estas joyas (19) . Escacena y
Amores, también manifiestan que las joyas habrían sido ocultadas -o enterradas- en un basurero
litúrgico del templo (donde depositaban los restos de ofrendas). Una idea que para nada debe variar las
hipótesis de Juan de Mata Carriazo, sinó tan solo ampliaría el uso y la disposición de aquel lugar
sagrado en que se halló el ajuar. Un recinto con altares piel de toro, que como sabemos -y recientemente
se ha podido testificar- perteneció a varias etapas. Entre las cuales se distingue una más antigua, en la
que todavia no podemos testificar el culto a esta figura del Keftiu (el pellejo de buey) y en cuyo suelo
aprovecharon para ocultar las joyas, haciéndolo bajo las cenizas de el famoso vertedero sagrado.
Pese a ello -en mi opinión- nunca hemos de considerar como hipótesis cierta, que el ajuar fuera allí
arrojado en calidad de un objeto de liturgia amortizado. Es decir, que el tesoro fuera "basura
sagrada", depositada de manera ritual en el cenicero del templo, cuando ya dejan de usarlo en las
celebraciones. Sino que -muy por el contrario- aquellas joyas serían ocultadas en este lugar para
evitar que fueran descubiertas; aprovechando para ello que ese "fondo de cabaña" tuvo como
función desde las etapas más antiguas, ser el "vertedero del templo". Evitándose así que quienes
llegaran hasta allí, rebuscaran en un sitio con esa utilidad y entre aquellas cenizas; que por ser de las
ofrendas, se considerarían de muy poca importancia. Ello confirmaría que cuanto se arrojaba a este
basurero serían los detritus sobrantes de las celebraciones. Unos restos que consistirían
fundamentalmente en trozos de animales sacrificados, piezas quemadas en los pebeteros; e incluso,
algunos fragmentos cerámicos (de vasos y exvotos rotos -o perdidos- durante las inmolaciones).

Todo cuanto en el párrafo anterior exponemos, explicaría la función y significado de lo descubierto por
las excavaciones hechas recientemente en el alto Carambolo. Donde ya desde las primeras
prospecciones fueron encontrados diversos enseres que rodeaban al tesoro, de muy poca importancia
y en un lecho de cenizas. Un contexto del tesoro y la Astarté que se compone de: Huesos de
fauna (doméstica), huevos de avestruz, algunos fragmentos de barro y molinillos de mano. Molinos
que en mi opinión tendrían un uso igualmente ritual; ya que seguramente sirvieron para triturar los
huesos o restos orgánicos, sobrantes de las ceremonias, antes de arrojarlos al vertedero (con el fin
de que no se pudrieran, o que no se vieran grandes trozos óseos en un suelo sagrado). Una hipótesis bajo
la que comprendemos perfectamente los objetos hallados en el entorno del tesoro. Joyas que a mi juicio
nunca podemos considerar como piezas de liturgia amortizadas y tiradas allí. Ya que antes de ello
habrían arrojado al lugar miles de enseres cerámicos (que hubieron de utilizar en el templo), tanto
como decenas de objetos de metal -lámparas, quemaperfumes y etc- que evidentemente también se
usaron en el recinto sagrado.

Por lo demás y acerca de las hipótesis que afirman como un hecho evidente, que quienes habitaron el
Poblado Bajo, eran los trabajadores (e incluso los sacerdotes) que atendían al templo del Alto
Carambolo (donde se encontró el tesoro). Habríamos de pensar que si estos que vivían en la zona del
barrio inferior -bajo el recinto sagrado- eran sus trabajadores, dedicados a un culto y cultura
continuadas; es imposible entender por qué nunca recogieron ni recuperaron el tesoro (aunque solo
fuera para darle otro uso litúrgico). Todo lo que obliga a concluir que quienes entierran el ajuar no son
los mismos -o poco tienen que ver- con quienes habitaron más tarde el Poblado Bajo. Ya que la
hipótesis más lógica es concluir que aquellos que depositan allí las joyas, "desaparecen de la
escena histórica" y no sobreviven o nunca más regresan a ese lugar (tal como muestra su hallazgo en
nuestros días).

Pese a ello, el Poblado Bajo siguió habitado tras la ocultación -hasta la llegada de Roma-; tanto como
el templo estuvo en uso. Aunque aquellos que allí vivieron y siguieron oficiando tiempo después,
hubieron de ser gentes totalmente ajenas (lo que se deduce al ser desconocedoras del tesoro
oculto). Cuanto decimos se demuestra porque quienes vivían en la zona baja, aunque trabajasen en el
templo de El Carambolo, nunca conocieron la existencia de las joyas en "cenicero sagrado". Un hecho
que explica por qué jamás las desentierran, ni le dieron uso a tan valioso ajuar (ya que siquiera lo
extraen para reciclar su enorme valor en oro). De tal manera, podemos concluir que los continuadores
en aquel emplazamiento -del templo y del poblado- eran gentes de algún modo totalmente ajenas al
tesoro y muy diferentes a quienes allí lo depositaron -en su categoría social, o bien en su cultura y
religión-. Todo lo que explica por qué quienes siguen en aquel recinto sagrado oficiando y en su
pueblecito de abajo viviendo, ignoraban la existencia del ajuar (quizás enterrado allí por monarcas -o
sacerdotes supremos- de un reino -o de un culto-, que desaparece trás la obligada ocultación).

Por cuanto decimos, la teoría reciente que nos ha demostrado que aquel otro yacimiento -llamado
Poblado Bajo-, fue un barrio donde habitaban los sacerdotes y el servicio del recinto
sagrado (alto). De nuevo advierte de una ruptura social o histórica en el momento en que se
esconden las joyas. Ya que en aquel instante, quienes entierran el tesoro y los que por entonces
habitaban en el templo y en las faldas del cerro, habrían desaparecido. Quizás perseguidos o
destruidos por quienes los atacan, acabando con aquellos y desapareciendo gran parte de su
poblado, (agredido o incendiado) por los que les obligan a huir y a enterrar las joyas. Lo que sucede en un
momento en el que todos advierten existe una destrucción del recinto sagrado, motivo por el cual
Carriazo -y otros-, deducen que una élite (en su marcha) decidió ocultar allí el ajuar. Aunque, de haber
sido unos mismos sacerdotes y personas, los que continuaron viviendo siglos después en el
Poblado Bajo -unos seguidores de un igual culto y religión-; es evidente que estos habrían recuperado el
tesoro. Pues sus oficiantes del templo -o bien los moradores del "pueblo bajo"- conocerían la existencia de
esos casi tres kilos de oro, entre los escombros, en la parte vieja del templo en el alto de El Carambolo.

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, Antas de Heredade da Candeeira (que contiene el
llamado"buraco del alma", realizado por eremitas de Sierra de Ossa, quienes fundaron los conventos
jerónimos cercanos). Como decimos en diversas ocasiones, la continuidad en las civilizaciones y su
expansión es muy dificil de determinar y delimitar. Tanto más lo es, en sus lugares sagrados y de
culto; emplazamientos que se heredan de unas épocas a otras y desde unas religiones a las siguientes.
Un ejemplo de ello son los dólmenes que en su mayoría pertenecen a los milenios IV y III a.C. (como el
que vemos en imagen), aunque han sido reutilizados en numerosas ocasiones. "Antas" como este, sito
junto a Redondo (Portugal), donde podemos ver una "ventana" abierta en uno de sus laterales; orificio
denominado "buraco del alma" que durante tiempo los estudiosos consideraban era megalítico, para
ser usado como mira -u observatorio- en el estudio de las horas y estaciones. Pese a ello, investigadores
posteriores demostraron que aquel agujero fue abierto por eremitas del culto jerónimo que
habitaron en el interior del dolmen (durante los siglos XIV y XV). Ascetas que más tarde fundan el
convento de San Pablo, situado a pocos kilometros de este megalito y quienes al parecer, realizaron "la
ventana" con un uso "doméstico"; para poder vivir en el interior de la habitación pétrea. Por cuanto
exponemos, el estudio de los templos y emplazamientos sagrados heredados, es de una gran
complejidad. Máxime cuando se trata de montículos y observatorios que -como El Carambolo-
dominan y vigían el valle Bajo del Guadalquivir, donde se situó una de las principales ciuades de la
Turdetania -como la Spal fenicia (Sevilla)-.

ABAJO: De nuevo queremos recoger un ejemplo de joyería fenicia que es exactamente igual a la
egipcia (pieza fechada en el siglo VI a.C. propiedad del Museo du Bardo, al que agradecemos nos permita
divulgar la imagen). Se trata en este caso de un Utchat (ojo de Horus) en un anillo montado giratorio de
oro, del que nadie pueda afirmar que hubiera sido fabricado en Fenicia, en Cartago o en El Nilo. Pese
a ello, y como fue hallado en las ruinas cartaginesas junto a Túnez, su catalogación lógica es la de
fenicia; puesto que aunque hubiera sido hecha en Egipto y comprada o exportada por comerciantes
púnicos, ello solo no le convertiría en un objeto faraónico, sino también en fenicio. Habida cuenta
que la esencia del mundo púnico era la del mercado y el trasvase entre las tierras del faraón, las
mesopotámicas y las del Norte o del Occidente Mediterráneo.

Por ello, un objeto creado en Egipto para ser vendido por los fenicios, pertenece también a la cultura que lo
comercia. De un mismo modo que cuanto se fabricó en España durante el periodo colonial, para exportarse
a Sudamérica, no es totalmente español, sino más bien "hispano" -o hispanoamericano-. Lo que sucede
porque el colonialismo rara vez consigue aniquilar y erradicar totalmente las culturas y
civilizaciones que conquista; sino que simplemente las transforma. Más aún en lo que se refiere a la
colonización fenicia peninsular, que no debió tener gran fortaleza en la Iberia antigua (al menos hasta
la llegada de Cartago). Puesto que no logra ni imponer siquiera su lengua y ha de compartir puertos y
comercio, con los griegos y otras gentes asentadas en el litoral mediterraneo.
C) ALGUNAS CONCLUSIONES Y PREGUNTAS FINALES:

Para terminar este artículo añadiremos o resumimos unos puntos de importancia y que quedarían sin
aclarar en las nuevas teorías e hipótesis acerca de El Carambolo:

1º- ¿Donde se halló la Astarté exactamente?. ¿En qué lugar y momento encontraron esa escultura?. Una
estatuilla sobre cuya procedencia del yacimiento de El Carambolo dudaron tanto los primeros
investigadores. De un modo, que ni siquiera la incluyen entre los ajuares del cerro en los primeros análisis.
Volviendo a revisar la investigación y a considerarla ya como una pieza a tener en cuanta entre los trabajos
de campo de El Carambolo, hacia 1964 (seis años despúes de su aparición en escena), tras leerse su basa
en 1966.

2º- Si tal como se explica ya desde los primeros estudios de Juan de Mata Carriazo, el tesoro fue
ocultado en aquel lugar. La unión o identificación del ajuar a aquel al templo, queda bajo múltiples
dudas. Ya que normalmente tan solo se contempla un nexo de contigüidad histórica (al ser coetáneas las
joyas y el recinto sagrado, pero no más) y no de sedimentación. Es decir, que se duda mucho que las joyas
pertenecieran al emplazamiento donde se hallaron.

3º- ¿Si el tesoro fue allí enterrado para esconderlo, por qué no puede pensarse lo mismo de la
figurita de Astarté?. Ello, porque esta escultura y aquel ajuar de oro, son en realidad los únicos objetos de
valor encontrados en El Carambolo (donde el resto de enseres aparecidos son cáscaras de huevos de
avestruz, huesos de animales, algunos objetos de metal sin importancia y molinitos de mano).

4º- ¿Si el tesoro de El Carambolo es fenicio, por qué no hay paralelos de este -iguales o semejantes-
en Fenicia ni en Cartago?.

5º- ¿Por qué no se ha evaluado en los recientes estudios, la cerámica orientalizante aparecida en las
inmediaciones del tesoro; como muestra de la cultura a la que pertenece el ajuar?. Habida cuenta,
que tal como decía el profesor Juan de Mata Carriazo, los objetos de mayor valor cultural encontrados en El
Carambolo, son estos fragmentos cerámicos pertenecientes a la cultura del Bronce Bajo de Andalucía, muy
semejantes a los de Chipre (que practicamente no se dan en otras zonas del Mediterráneo). Una cerámica
heredera de El Argar y de la que se hace en el Sur de la Península desde el siglo X a.C., que corrobora
-según Carriazo- la catalogación como tartéssico del tesoro (coetáneo a aquellas piezas de barro bruñidas y
de estilo semejante al cretochipriota).

6º- ¿El tesoro de El Carambolo es fenicio por haberse encontrado la Astarté en sus inmediaciones o
por paralelos con joyería púnica?. Creemos que tan solo el hallazgo de la famosa estatuilla, es del que
deriva la nueva investigación hacia las conclusiones últimas; estudios que lo unen tanto al mundo fenicio,
como para juzgar que en el santuario y en el ajuar de oro del cerro no hay nada de autóctono (o de
tartessio).

7º- Si aplicamos esta forma de juzgar los emplazamientos, en los que un culto o una religión implican la
pertenencia obligada de aquel lugar a una misma civilización. ¿El Vaticano no sería un templo judio? Ya
que hebrea es en origen y culto la religión cristiana. ¿La catedral de Guadalupe en México ha de
considerarse totalmente española, sin tener nada que ver con la cultura hispano-americana? Puesto
que allí se rinde devoción a una forma de aquella virgen extremeña. Incluso: ¿Las banderas de los paises
nórdicos europeos indican claramente que eran tierras del Imperio Romano? Al aparecer en ellas la cruz
como insignia o emblema principal (lo que realmente sucede por haberse unido muy tardíamente al
cristianismo, sin haber sido romanizadas). Como explicamos, si consideramos que la aparición de un culto
ajeno, indica la desaparición de una civilización mixta, tan solo habrá dos o tres propiamente dichas: La
egipcia, la mesopotámica y la helena (pues el resto de culturas mediterráneas -o de Asia Menor- nacen por
influencia de aquellas).

8º- Finalmente: ¿Por qué no existe la voz "feniciante" o "feniciado", mientras sí se dice romanizado,
romanizante, helenizado o helenizante?. Quizás porque se quiere ver como fenicio todo cuanto se hizo en
el lugar visitado por aquellos; sin observar que cuando colonizaron hubieron de "feniciar", tanto como los
griegos "helenizaban".

Tras estas ocho preguntas, seguiremos con el estudio de las últimas investigaciones en El Carambolo,
durante nuestros siguientes artículos.

BAJO ESTAS LINEAS: Fotografía del Profesor Juan de Mata Carriazo, en los años en que descubría y
excavó El Carambolo. Apasionado estudioso y amante de la civilización tartessia (que él escribía con una
sola "s"),aportó un gran avance en sus investigaciones. Actualmente se pretenden desmentir o
desmitificar en parte estas teorías, apuntando a que realmente El Carambolo pertenece al mundo
fenicio. Algo que quizás nace desde áreas que no aman suficientemente a Tartessos... . Y es que para
estudiar una cultura hay que quererla y admirarla, pues de lo contrario nada de lo suyo nos resultará
verdaderamente valioso o interesante, ni menos original, relevante y auténtico.

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CITAS:
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(1): TARTESSOS Y EL CARAMBOLO Juan de Mata Carriazo; Madrid 1973 (Patronato Nacional de Museos). Pag. 170 y ss.
.
(2): ALICIA PEREA, "Orfebrería Prerromana" (Madrid 1991), Capítulos referentes al oro durante el Periodo Orientalizante. MARIANO
TORRES ORTIZ, "Tartessos", Real Academia de la Historia, Madrid 2002, Capítulo ORFEBRERIA, IX (pags 229 y ss).
.
(3): Excavaciones en el Carambolo, cap II, 1963 de "TARTESSOS Y EL CARAMBOLO", J. de M. Carriazo // Universidad de Sevilla,
1978 // Dice textualmente en su página 29 : "Pero no son las joyas, acaso, las que más nos ayudan a discernir los caracteres de lo
tartésico (...) Es, sobre todo la cerámica (...) tartesias y turdetanas (...) mientras por un lado enlazan con las eneolíticas y argáricas (...)
mediante sus coincidencias con el mundo oriental, sobre todo chipriota, documentan el papel exacto de las colonizaciones" y el
"Panorama arqueológico de la Baja Andalucía" .
.(4): Excavaciones en el Carambolo, cap II, 1963 . El hallazgo lo relata como enterrado en la cumbre del cerro, el interior del llamado
Fondo de Cabaña, dentro de un gran plato hondo, del que se recuperan fragmentos. "Como la corona de la colina había sido
terraplaneada para las primeras instalaciones del Tiro Pichón, no podemos saber a qué profundidad de la superficie se hizo la
ocultación (...) Luego se ocultó después de arruinadas las construcciones antiguas y probabalemente poco después."-pags. 42 y 43 op
cit (3)-
.
Describiendo: Un gran fondo de cabaña, oblongo de unos 6 metros de largo por 4,5 de ancho. Todo ello rodeado de restos del edifico
quemado y pilares o muros de adobe, casi perdidos pero reconocibles por su color rojo. Aparecieron junto a las joyas, fragmentos
cerámicos múltiples, dos puntas de flecha, varios elementos como fíbulas y clavos, tres molinos de mano, cáscaras de huevos de
avestruz y cáscaras de moluscos, un punzón de hueso, una pieza ovalada, una especie de cuchara, y finalmente gran cantidad de
huesos de animales (268 de oveja, 193 de bueyes, 82 de cerdos, 18 de ciervos, 15 de liebres, 11 de aves, 2 de equino y 2 de rata, 1 de
perro y 1 de gallina). "Pero el botín más importante de la excavación del fondo de cabaña sobre el que se depositó el tesoro (...) fue la
cerámica obtenida en una cantidad y en una variedad casi increibles" (cree que es más importante este hallazgo incluso que el del
tesoro) (pags. 43 y 44) la clasifica como "gris ampuritana", de retícula bruñida y la que denomina él como "cerámica pintada tartesia o
bien estilo El Carambolo" ; fechando la cerámica entre los siglos VIII al VI a.C. (pag. 45) -op cit (3)-
.
(5): Habla de cuatro niveles del terreno en los que los muros se superponen. Inicialmente parece que el lugar tuvo 25 x 10 metros y
luego llega a los 400 metros cuadrados. "Los cuatro niveles suman un potencia que varía ente los dos y tres metros" (pags 46 y 47)-op
cit (3)-.
.
(6): - Las cerámicas aparecidas en el Poblado Bajo, nada desmerecen comparadas con las que rodeaban el ajuar. Entre los huesos
hallados en este poblado tartessio, se ha identificado uno de un nonato humano -pag. 48; op cit (3)-. (sobre el dato anterior, añadiños
que era costumbre tipicamente etrusca la de enterrar infantes bajo las casas, principalemente si eran niños de muy corta edad, o no
nacidos).
(7): "Lo más importante es la cerámica, ninguna posterior a la Primera Edad del Hierro, juzgando a primera vista. Hay una cerámica de
aspecto semejante a la pulimentada de la Edad del Bronce, otra parecida a la más antigua cerámica celta y algún asa de aire púnico;
entre otros muchos fragmentos atípicos y tosquísimos. Ni un solo fragmento romano ni del conocido tipo ibérico de Andalucía" (pag
61) Un tesoro digno de Argantonio; ABC DE SEVILLA 1958 -idem op cit (3)-;
.
.
(8). En el estudio antes citado, Carriazo continua escribiendo:"han salido en el yacimiento de El Carambolo fragmentos de otras
especies hasta ahora desconocidas, cuyo estudio nos apasiona en estos momentos tanto o más que el mismo tesoro" (...) La más
importante que describe ampliamente "Ni nosotros ni los arqueólogos que la han visto hasta ahora -algunos especialistas muy
reputados- le encontramos parecido con ninguna otra cerámica conocida. Es un mundo nuevo que se nos desvela y que armoniza muy
bien con el geometrismo de sus joyas" (pags 61 y 62, op cita 3).
.
(9): "Por encima de las afinidades hallstátticas y orientales, demasiado evidentes (...) se hace imposible no relacionar el yacimiento de
El Carambolo con el rico emporio de Tartesos, localizado en el Valle inferior del Guadalquivir y cuyo contenido arqueológico permanece
aún desconocido" (...) "El nuevo tesoro ha sido ya calificado con las atribuciones más diversas: Asirio, egipcio, púnico, celta, incásico y
visigodo" (pag 62, op cit 3)
(10): Un Tesoro digno de Arganthonio (de ABC Sevilla 1958). Expresa:"lo primero que se encontró, casi a ras de suelo fue uno de
los brazaletes y luego, a poca distancia, en un recipiente de barro más enterrado, el resto de joyas. Tuvimos conocimiento oficial del
hallazgo dos días después e inmediatamente emprendimos la excavación" (...) "lo hemos realizado con el mayor empeño, durante
veinte días, hasta dejar plenamente explorado el recinto disponible" (...) "El tesoro estaba encima de un fondo de cabaña, con un lecho
inferior de hasta 70 centímetros de cenizas y luego adobes calcinados" (...) "Ha salido una cantidad fabulosa de cerámica, toda rota de
antiguo y casi nada más. Apenas dos puntas de flecha pedunculadas de cobre o bronce, del tipo de un lote de 30 que aparecieron
hace mucho en un túmulo llamado Cueva de la Pastora (cosa de tres kilómetros en linea recta desde el lugar del tesoro); otros
pequeños fragmentos del mismo metal muy oxidado, y una pequeña masa amorfa de hierro, al parecer. Y luego, una paleta de barro
cocido de tipo eneolítico y algunos fragmentos de huevo de avestruz." (pags 60 y 61)
.
(11) El cerro de El Carambolo (1969) -Op cit. (3): Narra como hay dos zonas de excavaciones, una en el entorno del tesoro, en cuya
parte baja aparece el llamado Fondo de Cabaña; y otra en la ladera norte del cerro y bajo el tiro pichón, en el llamado Poblado Bajo
"que desaparece antes de la conquista romana. Su excavación está apenas iniciada, mientras que el fondo de cabaña de la cumbre
del cerri esta agotado." (pagas 106 y 107). Por su parte, desde la pag 113 narra EXCAVACIÓN DEL FONDO DE CABAÑA: Explica lo
que encontraron junto a Maluquer en los estratos I y II que son: Materiales cerámicos, molinos de mano y huesos (cerámica estilo
Carambolo e incluso otra de tipo eneolítico) (pag 116). Añadiendo: "El nivel III en cambio fue resolutivo. Estaba formado, al parecer,
por los materiales resultantes de la destrucción por fuego de las paredes de la cabaña. Lo integraban pellas, trozos de cerámica,
paredes y techos; numeroso huesos de animales (algunos quemados), molinos de mano y sobre todo cerámica abundante". (117) (...)
"El nivel IV o inferior, es un estrato de cenizas que alcanza hasta 70 ctms. de potencia en el extremo oriental y 30 en el occidental,
debajo de donde apareció el tesoro." Allí es donde se halla en gran abundancia la cerámica estilo El Carambolo, la mayor parte de
retícula bruñida, menos fragmentadas que en los niveles superiores (pags 117 y 118)
.
- AJUARES DEL FONDO DE CABAÑA (descrito en las páginas 118 y ss): a) En metal, dos puntas de flecha, seis u ocho barras de
cobre, un aro y varios clavos de cobre, Una masa amorfa que parece hierro. // b) En piedra: Molinos de mano, Una placa de arquero,
varios elementos de sierra u hoz y algunas lascas de silex // c) Huesos de animales // d) Conchas de moluscos // e) Huevos de
avestruz // f y g) Barro en objetos toscos y Cerámicas del tipo descrito (pags 118 a 120)
.
(12): TARTESSOS Y EL CARAMBOLO Juan de Mata Carriazo; MAdrid 1973 (Patronato Nacional de Museos). Nos dice: "Parece
evidente que el tesoro no formaba parte original del yacimiento que luego excavamos, pues a la altura del nivel de su hallazgo apareció
alterada la estratigrafía, como a su hora explicaremosL; pero no es menos evidente el conjunto de afinidades que ellazan el yacimiento
con el tesoro, mucho más que por la inmediata contigïuidad" (pag 126)(... ) "La forma de ocultación del tesoro, puesto en aquella vasija
como en un estuche y enterrado fuera de un nivel arqueológico normal, nos priva de cualquier indicación sobre su destino y modo de
lucir tales joyas". (pag 126)
.
- CAPÍTULO II: EL FONDO DE CABAÑA DE EL CARAMBOLO pag188 y ss.
.
(13) Nos basaremos en los trabajos de JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO;
.
FERNANDO AMORES CARREDANO; ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES y ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE.
..(14): Según Carriazo, "la idea de que allí existió un templo fue adelantada en realidad de forma explícita por A. Blanco Freijeiro
(1979: 95-96), quien imaginó un santuario tartésico ubicado en un asentamiento también tartésico. Pese a reconocer las fuertes
influencias orientales, especialmente en el tesoro que dio fama al yacimiento, no reparó en que el exvoto de Astarté del Museo
Arqueológico Hispalense, cuya procedencia del Carambolo él mismo aclaró (Blanco 1968: nota 5), sugería vínculos fenicios. Contaba
con tanta fuerza el axioma "fenicios en la costa/tartesios en el interior" Pag. 1 (5) SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO
DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO // Archivo Español de Arqueología 2007, vol. 80, págs. 5-28 ISSN: 0066
6742 // JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO Universidad de Sevilla // ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES y ARACELI RODRÍGUEZ
AZOGUE
.
(15): Idem (14) pag 2 citando a : Belén y Escacena 1997; pag 114.
.
(15 b): Acerca de esta tasación del Tesoro de El Carambolo ajustada a época romana y en la que fue hecho (hacia el siglo VII
a.C.) ya hemos hablado en varias entradas. Pudiendo entenderse facilmente su valor si partimos de la base de que un legionario
imperial cobraba diez denarios al mes, lo que se correspondería con unos mil euros de hoy. Por todo cuanto se puede deducir que si
en tiempos de Roma -cuando las gentes eran mucho más ricas que en el de Tartessos-, un kilo de oro equivalía a cuatrocientos meses
de salario (36 años de trabajo; todo lo que una persona ganaba en su vida). Se deduce que los tres kilos que pesa el ajuar de El
Carambolo pudieron ser en época imperial, lo que a día de hoy son al menos 1.200.000 euros. Ello si tasamos el tesoro en valor de
Roma, una época en la que el oro bajó mucho y las gentes fueron muy ricas; porque si ponemos su valor en relación al precio de la
vida del siglo VII a.C., habría que apreciarlo al menos en el doble. A ello habría que sumarse el trabajo de orfebrería y esmaltes, todo lo
que supone entre dos y tres millones de euros (mínimo) su valor en la época. Objetos que sí es normal ocultar en caso de asedio o de
guerras, pero nunca puede considerarse que fueran tirardos a un basurero litúrgico, al quedar en desuso.
.
(16): Ver cita (15 b) en la que comorenderemos que es imposible pensar que objetos como el tesoro fuera arrojado a un
basurero en calidad de enser litúrgico amortizado. Es más, su estado era perfecto al ser hallado y tan solo fue roto en algunas
piezas, cuando los albañiles que lo encontraron quisieron comprobar que era de oro (doblándolo). Por lo demás y tal como
dice Carriazo, estaba depositado un eun vaso cerñamico que a modo de estuche lo conservó y cuidó para que llegara intacto
hasta nosotros. Pese a ello parece que a idea de Fernández Flores y RodrígezAzogue es otra, expresando que: "No obstante,
estos últimos trabajos de campo realizados entre 2002 y 2005 han demostrado que el hipotético "fondo de cabaña" no constituyó en su
día más que una fosa irregular a la que fueron a parar los más lujosos elementos amortizados en el uso de un enorme edificio –en su
máximo desarrollo contó con casi 4.500 m - cuya función fue evidentemente la de santuario"(Rodríguez Azogue y Fernández Flores
2005). Idem (14) pag 3
."Las excavaciones recientes en la parte superior del cabezo, en las que entraremos de forma más pormenorizada, han afianzado la
interpretación del Carambolo como recinto de culto (Fernández Flores y Rodríguez Azogue 2005). Según estas intervenciones, el
edificio comenzó como una humilde estructura rectangular con eje longitudinal este-oeste subdividida en tres espacios: un patio y dos
estancias cubiertas al fondo de éste. Luego, esta primera construcción conoció varias remodelaciones que agrandaron el conjunto y lo
dotaron de más lujo, hasta el punto de constituir hoy el mayor recinto religioso conocido del Hierro Antiguo hispano. El exvoto de
Astarté procedente del Carambolo..." IDEM (14) pag 1.
.
Algo muy simlar expresan Escacena y Amores en: REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO
AJUAR DE CONSAGRACIÓNJOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // SPAL 20 (2011): 107-14
.
(pag 1) donde escriben:"Tenido de siempre por asentamiento tartésico (Carriazo 1970; 1973), a finales de los noventa del pasado siglo
nuevos planteamientos teóricos y metodológicos vieron ya en él, por el contrario, un santuario fenicio fundado a la vez que la propia
Sevilla (Belén y Escacena 1997: 109-114). Con las excavaciones recientes, realizadas entre 2002 y 2005, se ha podido verificar esta
segunda hipótesis (Fernández Flores y Rodríguez Azogue 2005a, 2005b, 2007; Rodríguez Azogue y Fernández Flores 2005)".
.
(17): "La construcción conocida ahora en el Carambolo Alto comenzó con un recinto mucho más pequeño, que, con sólo tres
estancias, presentaba en conjunto una estructura rectangular orientada según el eje marcado por el orto solsticial de verano y el ocaso
solsticial de invierno, con entrada por el este. Antes, el terreno fue velado y posiblemente purificado mediante la quema ritual de
la superficie que iba a ocupar el recinto sagrado. Tal preámbulo ocasionó unos filamentos de carboncillos que han
suministrado una fecha radiocarbónica calibrada del siglo IX a.C, casi cien años anterior a la que se tenía tradicionalmente
como comienzo de la colonización fenicia en el Guadalquivir inferior". Idem (14) pag 3.
. "La primera ampliación de esta estructura más antigua corresponde al Santuario IV. La modificación consistió en levantar un
edificio simétrico que tenía como centro y fondo el templo prístino, convertido ahora en patio. Así, surgieron al sur y al norte
respectivamente de este nuevo patio dos habitaciones alargadas que contaron en su día con hogares y otras
estructuras relacionadas con el funcionamiento cotidiano de un santuario: un horno, vasijas entibadas, hogares, molinos, etc. (...)
Repintado y agrandado poco a poco, este mismo altar pervivió en la fase siguiente (Santuario III), en la que se añadió al complejo un
gran espacio abierto de entrada pavimentado con guijarros de cuarcita"; Idem (14) pag 11.
.
Por su parte, Escacena y Amores (18), pag 6; dicen al respecto que: "El edificio se inició como una sencilla estructura rectangular
con eje mayor este-oeste y dotada de tres espacios internos: un patio y dos estancias cubiertas al fondo de éste. Se accedía al recinto
por la fachada oriental, que disponía de una pequeña puerta con una suave rampa para subir hasta el umbral desde el exterior y con
dos escalones para bajar al interior. Tanto el umbral como los dos peldaños internos se pavimentaron con conchas marinas del género
GLYCYMERIS. Cada habitación del fondo del edificio disponía de un acceso independiente desde el patio. Aunque estas dos capillas
aparecieron destruidas parcialmente por obras modernas (...) Los análisis radiocarbónicos sitúan este templo más arcaico, levantado
sobre un cabezo entonces deshabitado, en la segunda mitad del siglo IX a.C., y desmontan por tanto la línea historiográfica que
sostenía la existencia en aquel emplazamiento de un poblado indígena a la llegada de los primeros influjos fenicios"
.
(18): "quienes intuyeron que todo el Carambolo pudo ser un santuario oriental, y nunca un asentamiento perteneciente a la comunidad
autóctona, acumularon pruebas a favor de la nueva interpretación del yacimiento (Belén y Escacena 1997: 109-114; Izquierdo y
Escacena 1998). En este contexto, la zona denominada "Carambolo Bajo" habría sido en su día, en realidad, básicamente un barrio de
servicios originado al calor del templo. Por tanto, no estaríamos tanto en un poblado con su templo como en un templo con su poblado"
...REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS
ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // SPAL 20 (2011): 107-14 (pag 3)
.
(19) Por lo demás, se añade por Escacena y Amores el dato importante de los altares en forma de piel de buey, con las
palabras: "En momentos posteriores, ya del siglo VIII a.C., se desmonta esta sencilla construcción (...), (se hace un gran templo con el
altar de fortma piel de buey) (...) Parecido al de Caura y a otros muchos altares protohistóricos hispanos que siguen este modelo de
piel de toro extendida, este altar del Carambolo es, en cambio, de silueta más esquemática, y sobre todo de mayor tamaño que todos
los hallados hasta la fecha en el área tartésica; además, en casi todas sus características similar al diseño de las dos piezas,
conocidas comúnmente con el nombre de `pectorales´" Idem (18) pags 6, 7 y 8.

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LA FUNDACIÓN DE SEVILLA Y EL ORIGEN DE EL
CARAMBOLO (Parte tercera de: "El problema fenicio en las joyas
de El Carambolo")

Publicado por Angel Gómez-Morán Santafé


en TARTESSOS Y LO INVISIBLE EN EL ARTE (11/VIII/2013)

-Capítulo 16º de "El frigianismo en la Cultura Ibérica" (Titulo LXXXV: "Los bueyes de Gerión en el
tesoro de El Carambolo")-.
. ÍNDICE GENERAL: Pulsando la siguiente linea azul se llega a un índice general del blog. En el que se
contiene las más de cien entradas que hasta ahora hemos subido.
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/03/indice-de-entradas-con-algunas.html
,
ESTE ARTÍCULO VIENE PRECEDIDO DE OTROS DOS, QUE SE ENCUENTRAN ARRIBA EN
DOCUMENTO PDF. PARA QUIENES DESEEN CONSULTARLOS EN INTERNET (con el fin de aumentar
imágenes o aplicar lectores y traducción) LES RECOMENDAMOS VER CORRELATIVAMENTE:
EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE PRIMERA: COLONIZACIÓN,
DOMINACIÓN Y ACULTURACIÓN http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/07/el-problema-fenicio-en-
las-joyas-de-el.html

EL "PROBLEMA FENICIO" EN LAS JOYAS DE EL CARAMBOLO, PARTE SEGUNDA: SUS


DESCUBRIDORES Y LAS ÚLTIMAS
PROSPECCIONES http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2013/07/el-problema-fenicio-en-las-joyas-de-
el_17.html
.
SOBRE ESTAS LINEAS: De nuevo una imagen de la Astarté de El Carambolo (tal y como la expone el
Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgarla). Como venimos
estudiando, las nuevas prospecciones en el terreno del cerro y los más recientes estudios sobre esta
estatua, han generado durante los útimos años muy diferentes teorías acerca del origen, uso y
significado del tesoro -tanto como templo sito en su cima (o del poblado bajo aquella)-. Unos últimos
hallazgos en el montículo sevillano, que han llevado a concluir a algunos investigadores, que se
trataba de un santuario y de yacimientos fenicios, dadicados a la adoración de Astarté (tesis
recientemente seguida -entre otros- por los profesores: Belén, Escacena, Fernández Flores y Rodríguez
Azogue).

Pese a ello, en nuestra entrada anterior ya planteábamos los pros y los contras de estas teorías,
tanto como la posibilidad de que la estatuilla en imagen estuviera hallada fuera de
contexto. Primeramente porque hubiera sido ocultada hace unos dosmilquinientos años, con la intención
de "salvarla" -con un motivo semejante al que hizo se esconder allí el tesoro-. Lo que obligaría a pensar que
no fue el fruto de la sedimentación del yacimiento en aquel templo abandonado de El Carambolo; sinó el de
un enterramiento realizado en el cerro, para esconder las piezas en este marcado emplazamiento. Pese a
ello, y en un segundo término hay incluso quienes dudan de que fuera encontrada junto a las joyas y
siquiera en el mismo monte, habida cuenta el caso extraño que envolvió la aparición de esta
figurita. Escultura que fué entregada al profesor Carriazo por quien afirmaba -días antes del hallazgo
del ajuar-, que la había encontrado en las inmediaciones donde luego desenterraron el tesoro. En el
presente artículo avanzaremos sobre estos y otros aspectos; exponiendo una teoría acerca de este
cerro cercano a Sevilla, como lugar y templo de religiones canaaneas (no tanto fenicias), originado
desde la llegada de colonos de Anatolia y de Oriente Medio al Bajo Guadalquivir.

Continuamos hoy estudiando El Carambolo después de las últimas pospecciones llevadas a cabo
apenas un lustro y medio atrás. Recientes excavaciones trás las que -como hemos dicho en el pie de la
imagen anterior- varios investigadores llegaron a concluir que aquel montículo tan próximo a la
capital de Andalucía, fue un santuario fenicio con culto a Astarté (en cuyas faldas se extendía un
pequeño poblado -igualmente púnico- y que atendía al templo sito en su cumbre). Afirmando en base al
carácter del templo y al de la escultura allí hallada, que El Carambolo y su tesoro son puramente
fenicios, sin ascendencia ni procedencia tartésica. Ello fundamentado principalmente en las formas y
usos del templo, tanto como en la famosa estatuilla de una Ishtar púnica que consideran la "diva del
cerro". Figurita fechada hacia en los siglos VIII-VII a.C. -que vimos en imagen superior- y que guarda una
inscripción votiva dedicada a esta diosa de la fertilidad canaanea. Leyenda trazada a cincel en la base
y en idioma fenicio, que en 1966 el profesor Ferrón tradujo como: "Este (ex-voto lo ha) hecho Baal-ytn,
hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil para la Astarté de la colina; que ha
escuchado la voz de sus plegarias".

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, estela procedente de Deir el Medina; una losa cimbrada de
Ramosis, fechada en el Siglo XII a. C. y donde vemos a la diosa Qadesh, sobre león -entre Min y
Reshep- (del Museo de El Cairo, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). La diva
representada, como deidad de la fertilidad y de la guerra tiene grandes paralelismos con la Astarté
fenicia. En la imagen, aparece portando lotos junto a un pene erecto del dios Min (a nuestra
izquierda) mientras en su otra mano sujeta una culebra, junto a una lanza y espada símbolos de
Reshep (a la derecha). Se muestra subida en un león, como una "potnia theron" (dominadora de los
animales) y a su vez su iconografía tiene gran cercanía a las Isis y las diosas "Hathóridas", patronas
de la maternidad y la fertilidad. Tratándose de un tipo de "Venus guerrera y madre" que en alguna forma
se acerca a la Pallas Atenea, pero también próxima a la Artemisa dominadora de las bestias. Su
totem era en Egipto el león, pero con toda seguridad esta misma diosa y su equivalente en Canaan y
Fenicia llamada Astarté o Ishtar (la estrella -matutina, vespertina...-), tuvo como animal de referencia el
toro. Un dios llamado en Oriente Medio durante los milenios II y I a.C. "Il" o "El", representado por el
becerro sagrado; bóvido que entregaba al hombre su carne y que era venerado por su fiereza (todo lo que
le identificaba con la figura del guerrero, que atacaba y protegía, entregando su fuerza y su vida para
defender y beneficiar a la comunidad).

ABAJO: Imagen de la Asertu anatólica; una diosa venerada por los fenicios como Astarté, cuyos
atributos y nombre sin duda procedían de la diva hitita antecesora (unido a las egipcias Isis, Hathor y
Quadesh). Deidad que fue llamada entre los canaaneos Astaroth y también denominada en la Anatolia
neohitita, Astarté. Su culto proviene de la Ishtar semítica, como estrella de la mañana o resplandeciente
luz (de Venus) que guiaba en el desierto y que al igual que la belleza femenina, nos obligaba a admirarla y
seguirla. Pese a ello, en Anatolia y en Oriente Medio esta deidad se confunde con las divas de la
guerra, unidas a maternidades; todo lo que daría origen a las Artemisas y Ateneas griegas,
descendientes de la Kubaba o Cybeles frigio hititas. Siendo muy difícil determinar el carácter y cultos de
cada diosa, en cada lugar; dado que una misma veneración y figura puede tener muy distintos ritos y
celebraciones, conforme el emplazamiento donde se adoren. Algo que incluso podemos ver en nuestros
días y hasta en el cristianismo, donde en fechas y ante santos o cultos iguales, se conservan muy diferentes
ceremonias. Como por ejemplo aquellas tan marcadas de las Navidades, en las que el 6 de Enero contiene
significados muy distintos. Tanto que unos celebran la Epifanía (haciéndose regalos), otros la circuncisión
de Cristo y los ortodoxos la Natividad (fecha comunmente establecida en el 24 de diciembre para el resto de
cristianos que también se regalan en nombre de San Nicolás en la noche del 4 al 25 -Además, San Nicolás
tiene su verdadera onomástica el 6 de Diciembre-).

En la idea expresada anteriormente podremos entender la complejidad de los cultos y ritos desde
los tiempos más antiguos; veneraciones y formas de adorar a una mismas deidades que cambian
radicalmente de unos a otros lugares y de unas épocas a otras (tanto como pudiera variar el acento, o
los idiomas, conforme nos traslademos). Ello obliga a tener mucha cautela en la arqueología, pues
aunque veamos estatuas de unos mismos dioses o de unas "casi iguales" religiones, el culto y su forma de
rendir pleitesía -o de celebrar aquellas divinidades-, puede ser muy distinto (algo para lo que basta ver el
cristianismo del Norte de Europa y el del Mediterráneo). Cuanto decimos, lo expresamos con el fin de
manifestar que una misma escultura en un lugar y otro, pueden contener muy distintos
significados. De tal manera, si encontramos una Isis en Canaan, esta ya debe ser tenida por una Astarté (o
Ishtar), tanto como la misma estatua en Occidente pudo tener un significado muy distinto. Acerca de todo
ello y sobre la aparición de la Astarté de El Carambolo, tratamos en el presente artículo.

En nuestro anterior entrada nos hacíamos varias preguntas sobre la Astarté de El Carambolo, de
cuyo hallazgo no hay más referencia que el hecho repetidamente mencionado por el pofesor
Carriazo. Quien escribe que "alguien" se la entrega, afirmándole que la escultura había aparecido en los
terrenos cercanos al tesoro y unos días antes -todo lo que sucede tras comenzar las excavaciones en el
cerro, en septiembre de 1958-. Pese a ello existen algunas referencias diferentes acerca de la
aparición de la Astarté de El Carambolo (al menos en los medios de comunicación). Pues hay quienes
afirman que el "descubridor" -o persona a la que le hacen llegar tal estatuilla- no fue Juan de Mata
Carriazo, sino el antiguo conservador del Alcázar: Joaquín Romero Murube. Conocido director de los
Reales Alcázares que recibió la figurita de bronce "de manos del padre de un zagal que la encontró en
un paraje del Carambolo Bajo" . Una historia y unos hechos que recogen algunos escritos del "cincuenta
aniversario del tesoro" ( pormenores acerca de la aparición de la Astarté que podemos leer -entre otros- en
un artículo de ABC Sevilla, de Septiembre de 2008) (1) .

Consecuentemente, esta figurilla entregada a Romero Murube por un muchacho que la encontró en
de la zona baja del cerro, procedería del poblado sito en las faldas del monte (y no del alto, donde
estaba el tesoro y el templo). Extrañándonos sumamente que la referida aparición de la Astarté pudiera
ser tal como este caso nos narra, puesto que las excavaciones del Poblado Bajo se comienzan
mucho más tarde -incluso se llevan a cabo en años posteriores a las conocidas de la cumbre (junto al "Tiro
Pichón"), donde con las obras de ampliación del club encontraron las joyas-. Por todo cuanto -en mi
opinión- esta historia que describe como "el padre de un zagal entregó" al director del Alcázar la
pieza desenterrada en el Bajo Carambolo, considero que en verdad la confunde con otra,
refiriéndose posiblemente a la Diana de Itálica. Escultura romana que sí se sabe entregaron dos
obreros a Joaquín Romero Murube en 1940 (durante una noche de lluvia y tras haberla sacado de una
zanja abierta en Santiponce).

Sea como fuere, ya dijimos que el hallazgo y la procedencia de esta figurita de Astarté maravillosa está
envuelta en dudas y misterios, tanto que el propio Juan de Mata Carriazo también pensó que habría sido
ocultada en el Cerro, junto al ajuar de orfebrería. Siendo así se podría entender lo extraño de su
inscripción que hace afirmar a cuantos la han estudiado, que no se trata de un objeto de culto, sino
de una estatua votiva. Es decir que es un ex-voto entregado por "Baal-ytn, hijo de D'M(e)lk(ar) y Abda-
baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil" ; quien habría depositado la figura inscrita en un santuario "para
la Astarté de la colina" , por haber esta diosa "escuchado la voz de sus plegarias". Cuanto decimos no
es una hipótesis, sinó una evidencia que deja clara su inscripción, en la que vemos como aquella no
pudo ser un único objeto existente en un templo -para ser adorado como figura central-. Es decir, que su
calidad de exvoto ofrecido por"Baal-ytn", hace suponer que fue entregada como un artículo más de
veneración, a un templo de Astarté. Aunque dada la antigüedad de la pieza (que data al menos del siglo
VII a.C.) y por su carácter, también podremos hipotetizar que se tratase de una figura reutilizada. Es
decir, de un objeto traido muy posteriormente hasta el Bajo Guadalquivir y procedente de algún
santuario de Siria, o de Fenicia (donde a juicio de todos los expertos parece haber sido fundida y
grabada).

Evidentemente la idea de que esta Astarté viajó en algún momento desde Oriente Medio hasta
Andalucía se hace una evidencia irrefutable -habida cuenta su tipología y hasta el idioma claramente
fenicio en el que se redacta el texto inscrito en su basa- (2) . Un viaje que según el profesor Carriazo
comenzó en Memfis (ya que este la creyó egipcia); pero que a juicio de los posteriores estudiosos se
inició en las proximidades de las costas de Siria y hacia e siglo VIII a.C - pues finalmente la catalogaron
como una Ishtar púnica de aquella fecha-. Todo lo cual nos hace replanternos otra posibilidad más;
pudiendo tratarse de un exvoto "reutilizado" en El Carambolo como figura de culto (para ser allí
venerada). Siendo lógica la hipótesis de que aquel que la importó desde Fenicia, lo hiciera para situarla
en el alto del Cerro de El Carambolo; levantando allí un templete de su culto, con el fin de que los
habitantes de ese lugar y época, conocieran y adorasen los dioses de su tierra. Una idea esta última que
parte del un planteamiento por el cual habríamos de considerar que aquella escultura fue importada por
alguien que ya la encarga en Oriente Medio, con el fin de llevarla hasta la Baja Andalucía para fundar junto
al Guadalquivir un lugar de culto (en su propio nombre y en el de sus antepasados -"Baal-ytn, hijo de
D'M(e)lk(ar) y Abda-baal, hijo de D'M(e)lk(ar), hijo de Yahil"- ).

Para conocer las nuevas hipótesis que consideran un templo fenicio (y un tesoro púnico) al de El
Carambolo vamos a continuar estudiando los últimos trabajos publicados a raiz de las recientes
prospecciones en el cerro. Obras protagonizadas fundamentalmente por Escacena, Belén, Fernández
Flores, Rodríguez Azogue, Amores y Carredano. A las que se unen otras aportaciones interesantísmas
de investigadores como La Bandera, Martín Ceballos, Torres Ortiz, Jiménez Ávila, Sebastían Celestino
Pérez. Estos últimos con muy distintos y más amplios criterios, observando la existencia de una cultura
propia en el Bajo Guadalquivir; aquella que comunmente denominamos Tartessos y que sería la
descendiente del Mundo del Bronce en el Sur Peninsular ibérico. Pese a ello, muchos tan solo ven restos
fenicios en la gran mayoría de los yacimientos y hallazgos tartéssicos -o de la Primera Edad del Hierro
meridional de nuestras tierras-, y cuyas hipótesis vamos a analizar a continuación.

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, exvotos en piedra caliza procedentes de Baena (santuario de
Torreparedones) fechados entre los siglos III y II a.C. (tal como los expone el Museo arqueológico de
Córdoba, al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). En estas tres esculturas tan
diferentes, podremos observar algunos rasgos y ejemplos de lo que era la estatuaria votiva ibérica
hacia el siglo III a.C. (muy posteriores a la época tartessia). Las estatuas de la foto superior contienen
algunos paralelismos con las famosas terracotas de las Islas Baleares de época fenicia. Tanto que
podríamos decir de la figurita central que presenta tallado el sexo y los pechos que pudiera tratarse
de una "Astarté" o dama púnica.

BAJO ESTAS LÍNEAS: Abajo podremos observar otro tipo de figuras votivas; unos exvotos en
bronce que ya se dan durante la existencia de Tartessos, aunque proliferaron preferentemente en los siglos
que precedieron a su caida (entre el VI y el III a.C.). En la Turdetania han sido hallados miles de "estos
ejemplares" en bronce pertenecientes a esa época. Figuritas votivas pequeñas que muy poco o nada
se parecen a la Astarté de El Carambolo; que son esculturitas de apenas unos centímetros, de las
que han aparecido cientos en lugares de paso y comercio del Sur peninsular, o en santuarios de
montaña (como el de Collado de los Jardines en Despeñaperros). Estos exvotos ibéricos son muy
cercanos y ciertamente parecidos a los "muñecos votivos" de la Grecia arcaica y de Etruria; sin
apenas relación con la escultura del mismo fin de Oriente Medio (ni con las de Fenicia o Cartago). Bajo
estas lineas, una fila de esas estuatuillas iberas exvotas, fechadas entre los siglos III al II a.C. (tal como las
muestra el Museo Arqueológico de Córdoba; al que agradecemos nos permita divulgar la imagen).

B) LA FUNDACIÓN DE SEVILLA Y EL CERRO EL CARAMBOLO


Las últimas teorías presentadas y las "más novedosas" investigaciones sobre El Cerro, unen de
algún modo la fundación de Sevilla a la del templo y al poblado bajo de El Carambolo. Considerando
esos yacimientos, junto al comienzo de la ciudad -hoy capital de Andalucía-, coetáneos y debidos
enteramente a la colonización fenicia. En esa línea se expresan los estudios de: Escacena,
Belén, Fernández Flores, Rodríguez Azogue o Amores y Carredano (entre otros); quienes manifiestan el
origen púnico del Bajo Guadalquivir. Pese a lo que también destacan que el establecimiento de los
fenicios en la antigua Andalucía es muy posterior a las primeras fechas de El Carambolo.

De tal manera -en la opinión de estos expertos- la aparición "de los fenicios en la zona de Sevilla puede
situarse ya en los mismos momentos que en Huelva y que en las más viejas colonias de la costa
andaluza mediterránea". Por lo que "aunque la fosa ritual del Carambolo que se interpretó como
fondo de cabaña no corresponde a la época del templo inicial" ... "(de la primera mitad del siglo VIII
a.C.), en ella se ha hallado un fragmento de cerámica sarda" (3) . Trozo de una pieza de barro de
Cerdeña que consideran es muestra clara del establecimiento de gentes fenicias en El Carambolo, al
saberse que los púnicos -desde el menos el siglo IX a.C.- frecuentaban esta isla, donde al parecer
habían fundado la famosa población de Nora.

El importante descubrimiento de un fragmento cerámico sardo en el cerro de Sevilla, concuerda no


solo con la datación de las colonias púnicas en las costas de Cerdeña, sinó también con la mitología
tartessía. Ya que no hemos de olvidar los pasajes griegos -citados en otras entradas nuestras-, donde
vemos como cuando Heracles vence y mata al rey de Tartessos, su descendencia escapaba hacia
Cerdeña. Siendo un hecho destacado y curioso que el nieto de Geriones (huido hasta aquella isla, tras
la victoria de Herakles), sea llamado por la fábula griega Norax. Narrando concretamente el mito,
que tras la muerte del monarca de Tartessos, su hija Eriteya tuvo con Hermes descendencia. Naciendo
de ambos el referido Norax, quien tras el desastre y la derrota de su abuelo, condujo a su pueblo hasta la
isla sarda, donde fundó una ciudad homónima (4) .
En referencia a esta leyenda, en otras ocasiones hemos publicado la estela llamada de Nora, hallada en
aquella urbe homónima de Norax y que data del siglo IX a.C.. Una losa en cuya inscripción en lengua
fenicia -y según su traducción más convencional- se leería que algunos púnicos hubieron de llegar
hasta esta población, huyendo de una batalla perdida en las costas de Iberia. Otros traductores
directamente ven en aquella piedra el nombre de "Tarshish" inscrito; aunque la comprobación de lo
esta dice, se hace algo difícil al carecer de separación entre palabras. Sea como fuere, todo constituye
coincidencias históricas y míticas de una enorme relevancia y que no pueden tratarse como meras
casualidades. Unos hechos de gran importancia acerca de los que ya han escrito una gran cantidad de
autores y expertos (5) . Investigadores para quienes la aparición de esa estela que relata como unos
fenicios se refugiaron en Nora, junto a la mención de los mitos que recogen como el nieto de Geriones huyó
desde Tartessos hasta Cerdeña (fudando allí la urbe de igual nombre -que se tiene por una de las más
antiguas de la isla-). Constituiría unos hechos históricos recogidos por la mitología y demostrados por
la referida losa.

Siendo así, lo más probable es que Cerdeña fuera por entonces un cruce de caminos para los
buscadores de metal y los marineros que se dedicaban a su comercio. Concretamente del bronce, ya
que las estribaciones montañosas sardas (S´Ilixi) eran desde muy antiguo conocidas por sus riqueza en
yacimientos cúpricos. Un cobre del que repetidísimas veces hemos mencionado se fundía en lingotes
del tipo cretochipriota (Ox-Hide) (6), con la forma del pellejo de buey; para ser así exportado y
comercializado fundamentalmente en el Egeo (al menos entre los siglos XIV al XI a.C.. Algo que
desaparece tras la caida de Micenas y a la llegada de los dorios armados con hierro, cuando estas
culturas del cobre fueron aniquiladas. Unas civilizaciones basadas en el comercio cúprico, cuyo
centro -o puente- marítimo debió estar en el enclave sardo; desde donde exportarían aquellos
lingotes piel de buey, que a la llegada del hierro desaparecieron progresivamente. En una decadencia
-con toda seguridad- paralela a la destrucción de Micenas, invadida por hordas armadas con el nuevo
metal y al mando de los llamados indoeuropeos. Unos dorios que posteriormente se proclamaron
griegos, e incluso continuadores de los aqueos -a los que destruyen-; y que no solo terminaron con Micenas
sino también con las culturas anexas (como la creto-chipriota). Gentes de Creta y Chipre que unidas a
Micenas, habían comerciado con el metal de Cerdeña hasta el siglo X a.C., fundiendo en esa forma
del pellejo el cobre en rama como "talentos" que comunmente llamaron "keftiu" ( al ser tan comunes
en la isla minóicadenominada Kaftor por los canaaneos).

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Sobre estas líneas, detalle de una vitrina del Museo Arqueológico
de Sevilla, donde expone fragmentos hallados en el Carambolo Alto (zona denominada de culto y en la
que se encontró el tesoro). A la izquierda tenemos un pequeño fragmento de un vaso cerámico ático
geométrico, fechable hacia el siglo VIII a.C.. A su lado, otro trozo de un vaso de barro -en este caso
de Cerdeña- y datado entre los siglos IX al VIII a.C.. Finalmente y a nuestra derecha, se halla una
pequeña fusayola o colgante (pesa) que pertenece también al siglo VII ó VI a.C..

Podemos concluir al observar las dos piezas primeras, un contacto entre la Grecia Arcaica (Ática
Micénica), Cerdeña y El Carambolo desde los comienzos del templo. Nexo que parece manifiesto,
por cuanto entre los pocos restos cerámicos que se han hallado en el cerro, dos de ellos son del
tipo ático y sardo (datados antes del siglo VIII a.C.). Algo que hace evidente el establecimiento o
conexión de gentes venidas desde Cerdeña y desde la Grecia Continental ya antes de esta época;
previamente a los primeros asentamientos fenicios en la zona. Puesto que al no existir restos de
cerámica púnica en el cerro anteriores a estas fechas, ha de concluirse que en estos primeros años
de El Carambolo, parece que aún los fenicios no habían tomado contacto con la zona y sí lo hicieron
los Sardos y los Micenios. Siendo el resto de los fragmentos en barro allí encontrados (además de los
antes referidos), algunas piezas de cerámica "tipo indígena" o tartessio -denominada Carambolo,
bruñida, con decoración lineal, y muy semejantes a la creto-chipriota-.

Cuanto hemos expuesto arriba, nunca significaría negar que los púnicos hubieran llegado y
comerciado con la Península ibérica antes del siglo VIII a.C. (fecha esta en la que se tiene una "fe
arqueológica" del establecimiento de fenicios en puertos como los de Cádiz o Huelva). Aunque lo
que parece más cierto, es que el comienzo del Templo del Carambolo fue muy anterior al tiempo en
que aquellos colonizadores de Tiro y Sidón aparecen por la actual Sevilla -incluso mucho más antiguo
a los días en que estos fundaron en nuestras costas sus principales enclaves (como Gadir o Malaka)-. Todo
lo que hace sospechar que al menos el "primer" santuario, hubo de ser propiamente indígena o
tartessio. Un templo que como se sabe fue ampliándose y cuyos cultos bien pudieron ser
importados desde Cerdeña o desde Chipre y de la Hélade Arcaica; dado que hay restos cerámicos de
estas civilizaciones en la zona más antigua del referido yacimiento.

ABAJO: Un lingote del tipo Keftiu procedente de Serra Ilixi, propiedad del Museo de
Cagliari (Cerdeña; al que agradecemos nos permita divulgar su imágen). En este modelo de "talentos
cúpreos" comercializaban el metal los cretenses y los chipriotas (junto a otros micenios) entre los
siglos XIV y el XI a.C.. Proliferaron en Cerdeña y se distribuyeron por el Egeo en grandes
proporciones, tanto que es común encontrarlos en la mayoría de los pecios hundidos en las costas griegas
y el Mar Jonio. Asimismo se han hallado en territorio sardo; en el interior de minas de cobre y en
yacimientos fechados con anterioridad al siglo X a.C.. Una época en la que parece se hace evidente
que los fenicios no habían llegado hasta la isla; cuando comerciaban y distribuían el metal de
Cerdeña gentes micénicas (pincipalmente venidas en barco desde Creta o Chipre). Curiosamente, los
altares del templo de El Carambolo, tienen la forma de estos lingotes keftius, al igual que los
pectorales de su tesoro; todo lo que nos hace creer que se trataría de un culto y un modelo llegado a
tierras del Bajo Guadalquivir desde El Egeo, por mar, y en épocas cercanas a la caida de
Micenas. Quizás importado desde Chipre, de Creta o desde las costas de Oriente Medio (en incluso de
Cerdeña); por quienes huían de las invasiones del Hierro, en esos tiempos de grandes convulsiones en el
Levante mediterráneo.
Sobre el pomontorio hoy llamado El Carambolo, escriben los profresores Ma. Belén, Escacena,
Fernández Flores, Rodríguez Azoge y Amores; que se trataría probablemente del mismo lugar
descrito como el "monte sagrado" o "cabo del templo" en el periplo massiliota de Avieno -obra de
descripción geográfica de los litorales peninsulares y que se sabe originalmente coetánea a la existencia de
Tartessos-. Por lo que en palabras textuales de algunos de los citados autores: "Si es éste el paisaje
descrito por la Ora Maritima en las bocas del gran río de Tartessos, y si es correcta la identificación de
Caura con el Mons Cassius (Belén 1993: 49), este sitio puede corresponder al que Avieno (259-
261) llama Fani Prominens. Por lo común, tal topónimo se ha traducido como `cabo sagrado´ o `cabo del
templo´." (7).

Evidentemente es más que sugerente la identificación de El Carambolo con un emplazamiento


sagrado famoso desde la más remota antigüedad, sito junto al Mons Cassius -monte que estos
investigadores consideran es Coria del Rio- (8). Pese a lo que ello deja la amplias dudas, no solo acerca
de la concordancia del Cassius con aquel lugar llamado por los romanos Caura; debido a que otros
investigadores lo sitúan en Grazalema, Huelva o en la desembocadura del Guadalquivir. Sino también
quedaría preguntarse por qué no hubo un mayor asentamiento en El Carambolo. Puesto que muy
extraño resulta si aquel promontorio era uno de los más sagrados en el Bajo Guadalquivir -ya desde
el siglo V a.C.- y conocido en época romana, que no hubiera en él un templo de mayor relevancia (que
perviviera al menos hasta épocas prerromanas). Consecuentemente, si este cerro era tan destacado
como para citarlo Avieno llamándolo Fani Prominens (el Cerro Sagrado), muy raro resulta que apenas
se conociera posteriormente; tanto como que en El Carambolo no hubiera más que un templete y un
poblado de pequeñas dimensiones y de poca importancia.

Asimismo y considerando que este fuese realmente el Fani Prominens junto al "Monte de la
Casiterita" (Mons Cassius), nos podemos preguntar por qué escondieron allí en un sitio -tan
conocido y marcado- un ajuar de oro con el fin de ocultarlo en lugar donde nadie sospechase sobre la
existencia del tesoro... . Verdad es que los antes referidos investigadores (Ma. Belén, Escacena,
Fernández Flores, Rodríguez Azoge y Amores) consideran que las joyas no fueron enterradas para
ocultarlas; creyendo que se trata de objetos de uso del santuario, depositados en el basurero
sagrado tras haber sido amortizados (es decir: Que fueron arrojados al cenicero del templo, después de
dejarse de utilizar en los ritos o en las celebraciones) (9). Pese a lo que en nuestra opinión -tanto como en
la de sus descubridores y en el criterio más común de los arqueólogos-, las joyas de El Carambolo
fueron escondidas; dentro de un "estuche cerámico" y en una fosa. Enterramiento que se produciría
seguramente en un momento de crisis, en una ceremonia ritual de cierre (durante una huida del lugar
sagrado); o bien para evitar que cayeran en manos de ajenos o enemigos del templo. Por cuanto resulta
extraño elegir un monte muy conocido, sagrado y bien marcado entre los geógrafos, para realizar tal
ocultación; puesto que aquel hecho podría ser intuido por muchos y seguramente hubiera sido descubierto.
Siendo así y considerando como muy famoso el Fani Prominens (citado ya por Avieno) nos podemos
preguntar por qué durante la Antigüedad jamás encontraron el tesoro allí ocultado, dado que el
promontorio y su santuario debía ser uno de los más destacados de Tartessos. Pues de tenerse por
un lugar sacro y conocido desde tiempos inmemoriales, lo hubieran "excavado" los buscadores de
restos en la Antigüedad. Una profesión muy común antaño y que servía para reciclar y recuperar
cuantos materiales se hallaban enterrados en las ciudades y en las construcciones destruidas -por
las guerras o por los cataclismos-. Por todo cuanto parece más lógico pensar que El Carambolo fue
simplemente un cerrillo de adoración tartessia, sin apenas gran importancia y con un templete no muy a
la vista de extranjeros (ni menos conocido por ajenos al Bajo Guadalquivir) de lo que sirvió como perfecto
escondite para el ajuar. Mientras el Mons Cassius quizás se hallaba en Grazalema, en la
desembocadura del Guadalquivir o en las Minas de rio Tinto; lugar donde lo sitúan R. Adradós,
Schulten o Bosch Gimpera -respectivamente-; afirmando estos autores que el Fani Prominens fue alguno
de los famosos santuarios allí emplazados (sitos junto a estos puntos onubenses o gaditanos).

Pasando a otros temas muy interesantes que plantean las nuevas investigaciones sobre la fundación de
Sevilla, los estudios más recientes han cambiado en mucho sus hipótesis acerca del origen de aquella
población. Y pese a haberse "atrasado" la llegada de los fenicios a nuestras tierras hasta el siglo VIII
a.C. -al menos-; muchos de los más actualizados estudios sobre este tema mantienen que el origen
de la capital andaluza es genuinamente púnico. Afirmando a su vez que fue la aculturación
procedente las zonas siriopalestinas la que dió lugar a las civilizaciones del Sur peninsular durante el
Primer Hierro. Concluyendo que -de algún modo- realmente puede afirmarse que los fenicios fueron
los creadores de "esa cultura" llamada por los griegos Tartessos. Civilización tartéssica que para
algunos no sería más que la prolongación de Tiro y Sidón en el área meridional ibérica; siendo esa
aculturación oriental la única explicación para la existencia de esta "nueva" forma de vida que emerge desde
el siglo VIII a.C. en el Bajo Guadalquivir (10) . Consecuentemente, para muchos de estos nuevos
teóricos de la arqueología, la fundación de Sevilla tanto como El Carambolo y sus joyas, serían
plenamente fenicias. Una urbe y un santuario, que estuvieron íntimamente unidos desde sus más
remotos comienzos; llegando incluso a "nacer juntos" -tal como Pellicer manifiestó hace casi veinte
años (11) - . Considerando así los estudiosos que identifican el mundo siriopalestino con El Carambolo, que
aquella ciudad llamada por los cartagineses "Spal" (y por los romanos "Híspalis"), fue una población creada
hacia el siglo VIII a.C. por estos colonizadores llegados desde las costas de Oriente Medio.

Para terminar el presente epígrafe acerca de la fundación de Sevilla, añadiremos que en un artículo que
ya publiqué en 1982 reivindiqué que el origen del nombre de esta ciudad (SPAL o HISPALIS) no solo
era el mismo que el de HISPANIA -como es sabido-; sinó que a su vez tenía un casi idéntico
significado al topónimo IBERIA. Ello porque -a mi entender- todas las voces anteriores (SPAL;
HISPALIS; HISPANIA; IBERIA) procederían de unos mismos radicales proto-indoeuropeos. Vocablos
que se introducían en los idiomas usados en Oriente Medio, en Canaan, en Anatolia y entre los
Cretochipriotas (cuyas lenguas no eran tan lejanas, hace unos tresmil quinientos años). Siendo la raiz de
aquellos sonidos que conformarán más tarde las voces SPAL, HISPALIS, HISPANIA o IBERIA; las
palabras antiquísimas SVAR (Sol) y VARI (agua). Términos que aún conserva el sánscrito, y que
generarían otros nacidos de su crasis (o de su unión), al ser transformadas en el II milenio a.C. como:
"SVARI", "SPARI", "SEVARI" etc.. Palabras cuyo significado es común en los idiomas que nos hemos
referido y durante aquella época (en la Anatolia y Oriente Medio del II milenio a.C.). Tradudiéndose estos
términos procedentes de la aglutinación de los radicales SVAR-VARI, como: "Sol en el Agua"; es
decir, "atardecer", "ocaso", "occidente". De tal manera, de las referidas voces SVARI, SEVARI, SPARI,
ya generarían en el siguiente milenio (el primero a.C.) otros términos; como por ejemplo el de
"Hesperia", que en griego es "atardecer", "ocaso". Antiquísimos radicales que en distintas zonas del
Mediterráneo o Anatolia darían lugar a vocablos como "SEFAR" o "SEFARAD" -palabra que en lenguas
semíticas contiene un mismo significado que Hespéride (el ocaso, occidente)-.

De tal manera, desde aquellas raices lingüisticas -tanto como de las voces antes referidas-
porcederían a mi juicio los topónimos: "IBERIA" (como deformación del vocablo proto-heleno
"hesperia"); o "SPAL", "HÍSPALIS" e "HISPANIA", como transformación de "SEFAR" o "SHEPHAR"
(Sefarad). Por cuanto considerar que los nombres "Spal" e "Híspalis" (o Hispania) son de origen
semita (fenicio o cartaginés) tiene una absoluta lógica. Creyendo personalmente que significaba
"OCCIDENTE" en estas lenguas de Asia Menor (12) . Siendo así, se interpretaría "IBERIA" por un
mismo concepto que Hispania, habíendo tenido como ciudad homónima (o principal) la "Spal" o
"Hispalis". Una urbe que era nombrada con la denominación de toda la tierra y lugar donde se hallaba,
quizás como una forma de "capitalidad" (tal como Atenas daba nombre al Ática); lo que posiblemente se
repitiera más recientemente en el caso de la Évora portuguesa, o en el mismo Ebro -que desde la
Antigüedad era el río más destacado de la Penísula, nombrado por los griegos de manera igual que el resto
de España-.

COMENTARIO A LA IMÁGENES: Arriba la península según el Periplo de Rufo Festo Avieno (Ora
Marítima). Mapa conforme interpretación de Bosch Gimpera en su obra "Etnología de la Península
Ibérica" (agradecemos a sus herederos y editora, nos permitan divulgar el detalle de este dibujo que
recogemos). En el epígrafe anterior tratábamos acerca de la fundación de Sevilla y los orígenes de El
Carambolo, que algunos creen era el Fani Prominens junto al Mons Cassius. Observemos que el profesor
Bosch Gimpera sitúa el Mons Cassius en las proximidades de Huelva, junto a las minas de Rio Tinto.
Lugar conocido por su riqueza en minerales preciosos y que lógicamente pudo ser tenido por un
yacimiento de estaño (cassiteros). Aunque otros autores creen que el nombre de aquella montaña no se
debería a la casiterita, sino a un monte homónimo oriental, que las fuentes antiguas citan junto al Nilo. De
esta opinión es Francisco R. Adradós, quien además sitúa el Mons Cassius de Avieno, en la Sierra de
Grazalema (Cádiz) -ver cita (8) - .

ABAJO: Exterior del precioso edificio que alberga el Museo Arqueológico de Sevilla, en el Parque de
Maria Luisa. Muy próximo al Guadalquivir (el antiguo rio Tartessos), desde este museo casi se divisa el
Cerro de El Carambolo, que distará unos tres kilómetros en linea recta, al otro lado del cauce -trás
cruzar Triana, junto a la carretera de Huelva a Badajoz-. Hace más de treinta años, cuando apenas era yo
un chico de veinte y en ese tiempo en el que aún estábamos obligados todos los jóvenes a ir al ejército; la
vida quiso que en el sorteo militar me "tocase" cumplir mi "servicio con la patria", a muy poca distancia de
este museo. Así fui destinado al Cuartel General, sito en la cabecera de este parque de Ma. Luisa y en la
Plaza de España. Allí pasé casi quince meses de mi vida y desde las ventanas de mi cuartel veía a diario el
cerro de El Carambolo; tanto como en cuanto podía, me escapaba a pasear por el arqueológico. Todos los
días hablaba con mis superiores sobre el Mundo Antiguo y a aquellos militares les divertía escuchar un
"ballet" a guitarra que en esos días yo había compuesto. (que se llama Tartessos y cuyo argumento trata
acerca de la civilización perdida). Gracias a mi cariño a Tartessos y a interpretar aquel "poema a guitarra"
en el cuartel, me gané la simpatía de mi comadante (Esquivias) y hasta la de mi General (Saavedra). A
quienes les enseñaba que el sueño de Tartessos era un motivo suficiente como para hacer agradable la
vida a cualquiera (aunque fuera en plena "guardia").

Durante estos meses de servicio militar me preocupé en investigar acerca de la etimología de las
palabras SPAL e HÍSPALIS, sobre lo que escribí un artículo, que publicó el diario "Informaciones" en
su "tercera página". El ensayo acerca del origen de aquellos vocablos se llamaba "Qué significa España"
y en él llegué a la conclusión de que Hispalis e Iberia, procedían de iguales radicales proto-
indoeuropeos cuya traducción o interpretación era "Occidente". Unas voces nacidas desde los
términos SVAR-VARI que en idiomas proto-iranios se traduce por "SOL en el AGUA", es decir:
"Atardecer" u "Occidente". Radicales de los que procedería la palabra griega "Hesperia" ("tarde", "puesta
de Sol"), que en mi opinión dió lugar a Iberia; tanto como SEFARAD, que desde una voz semejante
canaanea originaría Hispania o Hispalis. Siendo esta última una versión quizás fenicia de la misma palabra,
procediendo de la voz "SEFAR" (SEPHAR), cuyo sentido en lenguas semitas todos sabemos es "Occidente"
(Sefarad).

.
C) DE LAS PALABRAS SEMITAS "HISPANIA", "HISPALIS" Y "SPAL" A LA HIPÓTESIS DE LA
FUNDACIÓN FENICIA DE EL CARAMBOLO Y DE SEVILLA:

Por cuanto expresamos, la voz SPAL (de donde vienen HISPALIS e HISPANIA) claramente debió ser
fenicia o cartaginesa. Y como decimos, su traducción hubo ser igual a la de su término
correspondiente en idioma hebreo -que se pronuncia aún en nuestros días "SEFAR"-. Un topónimo que
marca precisamente nuestras tierras, denominadas como las Occidentales entre los israelitas (las
"sephardís", vocablo tan parecido a "Spalis"). Pese a ello, la consideración de que la ciudad de SPAL
fuera una fundación puramente púnica se enfrenta a una hipótesis, como es la del anacronismo. Ello
porque existen asentamientos previos al siglo VIII a.C. en el emplazamiento de la actual Sevilla. Por
cuanto, sabiendo que los fenicios no se establecen en nuestras costas antes de esta fecha; la
primera "Híspalis" hubo de ser indígena (o al menos creada por efecto de una aculturación nacida desde
el mundo interno y peninsular). Es decir, que aunque los colonizadores de Tiro, Sidón (o los de
Cartago) pusieran el nombre a la ciudad, no pudieron ser aquellos mismos sus primeros fundadores;
habida cuenta que esta "población" ya existía antes de su venida. De lo que habríamos de considerar
Spal como una "refundación"; es decir, que muy probablemente en un momento histórico los púnicos
la destruirían o la tomarían; para crear en su lugar una urbe suya (hecho este muy normal en todas las
colonizaciones antiguas).

Para hallar qué gentes -o qué colonizaciones-, comenzaron a hacer un lugar habitado a esta ciudad del
Bajo Guadalquivir (hoy capital de Andalucía); hemos de considerar primeramente que las urbes
situadas en emplazamientos tan importantes como el sevillano, no nacen por "generación
espontánea" -a menos que lo hagan debido una fundación extranjera-. Origen fundacional que (como
hemos dicho) en el caso de Sevilla no parece justo considerar, habida cuenta que se sitúa en un punto y
confluencia de tal singularidad, que desde los tiempos más remotos hubo de estar habitada. Ello
porque allí mismo era dónde antaño desembocaba el Guadalquivir; dado que -como todos
sabemos- las Marismas fueron un gran lago cuyas aguas llegaban incluso hasta la Híspalis romana. Pese
a todo, aquella ciudad llamada en mi opinión "la occidental" entre fenicios y cartagineses, debió
tener un carácter muy semita o autóctono. Algo que se "percibe" en el curioso hecho de que los
latinos fundaran en sus inmediaciones otra muy distinta, para ir allí a vivir los romanos, en un lugar
ajeno al hispalense. Todo lo que explica e implica quizás que la población de aquella urbe del Betis pudo
tener un gran arraigo indígena, posiblemente muy ligada al mundo cartaginés (quienes probablemente le
dieron el nombre de SPAL). Todo lo que quizás obligó a los romanos a crear otra capital muy próxima
y en las cercanías de la actual Santiponce (a orillas de El Carambolo); una Itálica, que tristemente fue
construida sobre arcillas expansivas, lo que la convirtió en una abandonada ruina a los pocos años de
erigirse y cuya población regresó a la antigua urbe.

Por lo demás y acerca de los orígenes de la ciudad del Guadalquivir, en las inmediaciones de Sevilla
han aparecido repetidamente restos de cerámicas micénicas y grecoarcaícas (anteriores al siglo IX
a.C.) tanto como fragmentos de objetos sardos y del Levante mediterráneo (igualmente de comienzos
del primer milenio a.C.). A los datos anteriores hemos de añadir los hallazgos llevados a cabo en el
centro urbano y en emplazamientos cercanos a Sevilla; donde se también se repite el encuentro de
tipos cerámicos bruñidos -relacionados con los de Chipre y Micénas-. Un estilo que el prof. Carriazo
consideraba propiamente tartessio -o pretartessio-, datados a fines de la Edad del Bronce y en las
primeras etapas del Hierro meridional. Cuyos paralelos más próximos han sido desentarrados
en zonas cercanas al Guadalquivir, preferentemente en los restos de dólmenes reutilizados, o en tumbas de
corredor y en cistas de fines del II milenio a.C.. Piezas de barro con una tipología que Juan de Mata
Carriazo definió como "de El Carambolo", con un modelo particular y autóctono (aunque -como
hemos dicho- con sus antenecedentes más cercanos en las creto-chipriotas). Cerámica cuyos diseños y
dibujos recuerdan a los vasos, ídolillos en pizarra y fragmentos del Sur Peninsular, pertenecientes al
final de la Edad del Bronce. Pero que a su vez -vistos con detenimiento- se asemejan a las decoraciones
que contienen las joyas y enseres de orfebrería de aquella época, que comprende desde los siglos
XII al VIII a.C.. Torques, pulseras y collares cuyos motivos en ocasiones son exactos a los que
vemos en los fragmentos de barro de El Carambolo y guardando unos mismos dibujos esquemáticos
-con cuadrados alternados con lineas rectas y con triángulos intercalados; todos repetidamente figurados-.

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: SOBRE estas líneas, un Pithoi orientalizante procedente del
Santuario de Carmona y fechado hacia siglo VII a.C. (propiedad del Museo de Carmona, al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). Este vaso cerámico es puramente tartessio y su diseño
contiene figuras plenamente autóctonas (tanto que modelos similares, apenas se dan en otros lugares
del Mediterráneo). En él podemos ver la flor del loto, tan típica de la iconografía egipcia, pintada en los
colores y de igual manera que se realizaba en el Nilo -unos seis o siete siglos antes-. Su diseño
también nos recuerda enormemente a las cerámicas de Chipre arcaicas, fechadas unos cientos de
años antes (entre el siglo IX y el VIII a.C.); tanto como a algunos modelos canaaneos, y en especial a
las piezas de barro micénicas aparecidas en zonas del "Creciente Fértil" (trás huida hasta Canaan de
los micenios cuando escapan de la invasión doria).

Acerca del tema antes expuesto y que explicaría las similitides entre el mundo micénico y el de Oriente
Medio -en los siglos XI al IX a.C.-, hemos tratado en nuestra entrada "LOS HEREDEROS DE
MICENAS" (VER http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_19.html ). Un artículo que
recomendamos leer a los interesados en comprender cómo el área de Canaán fue refugio de cuantos se
ven obligados a "escapar de la llegada del Hierro". Ya que desde el siglo XIII al X a.C. , la expansión de
"los pueblos férreos", hizo que Oriente Medio y Anatolia sufrieran tremendas convulsiones.
Viéndose obligados sus antiguos moradores a huir hacia tierras lejanas, tras la aparición de
continuas oleadas de invasores y de ejércitos armados con el nuevo metal; lo que promoverá incluso la
caída de imperios como el Hitita. De tal modo, las gentes de Anatolia, de Asia Menor, de Grecia (y de sus
islas), tras huir de las hordas armadas con Hierro, se convertirán en pueblos errantes (como fueron un
ejemplo, Los del Mar).

Algunas de estas migraciones en diáspora se asientan en zonas como Canaan y Chipre, llegando a
ocupar hasta tierras en Egipto (logrando allí refugio). El resto errará por el Mediterráneo, llegando hasta
Italia los que se dice se denominaron "Turta" (o Theresh) y que darían en parte origen a los etruscos. Otra
tribu de Los Pueblos del Mar fueron los "Sardana", que vagaba a comienzos del Hierro en busca de
tierra, ejerciendo el pirateo por el Mediterráneo; creyendo los historiadores que se establecen
preferentemente en la isla a la que dieron nombre (Cerdeña). Los Mashawa igualmente según el
criterio de los expertos se cree que pudieron ser quienes originan a los Mastienos en Iberia, al
asentarse en nuestras costas de la actual Murcia-Granada (con posterior capital en Mastia: Cartagena). En
lo antes relatado vemos que el descubrimiento del acero generará la huida de gentes de Anatolia y de
sus islas, tanto como las de Micenas y de Creta, quienes se ven obligados a errar buscando nueva
patria, de los que algunos consiguieron refugio en Canaan, Chipre y Egipto (una protección que
hallaron principalmente entre los fenicios y los israelitas, quienes llegan a admitir a una parte entre sus doce
tribus -aunque a los que no se adaptan a las costumbres judías, los apartaron, denominándolos filisteos-).

Por su parte, los que vencen en la avanzada armados con el nuevo metal, traen consigo la aparición
de las civilizaciones del Hierro (como la griega o las indoeuropeas). Todo lo que se produce en un
periodo del que podemos decir tuvo su punto culminante en la Guerra de Troya (a fines del siglo XIII
a.C.); contienda que en mi opinión está "marcada" claramente por la aparición del acero en la zona. Por
cuanto, una vez leida esta breve explicación de lo acontecido en el Levante Meditarráneo durante los
siglos XIII a. X a.C., nos será fácil comprender por qué los modelos cerámicos de Canaan, de Egipto
o de Chipre, tienen tantos parecidos y similitudes con los del Occidente más remoto (de áreas como
Tartessos o Etruria).

ABAJO: Cerámica "Tell-el-Amarna" con su carácterístico azul sobre zonas bruñidas (perteneciente al
Museo Egipcio de Berlín, al que agradecemos nos permita divulgar la imágen). Hemos girado la foto hasta
ponerla en sentido inverso para observar claramente que el vaso de Amarna (ciudad de Akhenatón) tiene
un dibujo casi igual al que copia unos siete siglos después el Pithoi de Carmona. Decorándose con
hojas de loto, y figurado allí la flor abierta o cerrada. Dicho loto (azul preferentemente) era el símbolo de
la fertilidad y del amor en el reino faraónico, dado que representaba el nacimiento sobre las aguas. A
su vez, su flor abierta o cerrada, significaba la salida del Sol entre las montañas, tanto como la
circuncisión del "pene sagrado" (recordemos que en Egipto los reyes y sacerdotes tenían obligación de
circuncidarse por motivos de higiene y religiosos). De tal modo el loto, por su carácter sagrado se
representaba los capiteles de templo (principalmente en aquellos dedicados a las deidades femeninas),
coronando comúnmente las pilastras y columnas -de donde procede probablemente el estilo corintio y el
jónico, con modelos similares-. Evidentemente, el paso del diseño que vemos en fotografía, desde el
Egipto del siglo XIV a.C. y hasta la Carmona tartessia (del VII a.C.), se debió hacer por gentes de
Canaan o bien de Chipre; quienes a través de los cretomicénicos conservarían este tipo de cerámicas y
más tarde importarían sus dibujos y decoraciones hasta nuestro territorio.

D) EL CARAMBOLO, SUS CINCO ETAPAS Y EL ORIGEN FRIGIO DE SUS JOYAS:


Volviendo a lo que las nuevas investigaciones nos dicen acerca de El Carambolo y su fundación,
hemos de decir que los recientes estudios igualmente reconocen que el comienzo del santuario es
anterior a la aparición de los asentamientos fenicios en nuestra Península. De lo que debemos
afirmar, no puede tratarse de un templo creado por colonizadores púnicos, algo que se deduce porque
siquiera es pensable que El Carambolo fuera el primer baluarte de aquellos. Un hecho obvio al
situarse este cerro en tierras de interior y a más de cien kilómetros del mar. Y pese a que muchos
crean que Sevilla era por entonces puerto marítimo, ello no era así. Pues aunque el Lago Ligur fuera
navegable hasta aquel punto, hay que pensar que su profundidad máxima sería muy poca; obligando
cambiar de embarcaciones en la costa exterior, para "remontar" el actual Guadalquivir (hasta llegar donde
hoy está Sevilla). De tal manera considerar que en ese lugar "desembocaba" el rio antaño llamado
Tartessos, es un error, porque aquel no vertía sus aguas al mar en Sevilla, sinó en un lago formado por
un enorme delta. Por lo que no es imaginable que hasta allí pudieran adentrarse los marineros en las
mismas embarcaciones con las que atravesaban el Estrecho -o que navegaban el Atlántico-. Dado que
estos barcos para mar batida precisan de un enorme calado y de una quilla profunda. Siendo así, se
hace evidente que en las proximidades de la actual Sanlúcar -en la verdadera costa-, tendrían que
fondear, cambiar allí la mercancía, o tomar otro tipo de nave (de río, poco profunda y más ligera) para
remontar el Tartessos y así llegar hasta la antiquísima Spal .

Todo ello significa que nunca puede considerarse que Sevilla fuera un verdadero puerto de mar,
donde los fenicios pudieran llegar y establecerse en sus primeros tiempos durante el siglo VIII a.C..
Habiendo elevando y construido sus baluartes o ciudades más antiguas en puntos costeros donde
los "rudos" indígenas ibéricos les permitieron situarse (para abrir colonias comerciales). Unos puertos
y enclaves extranjeros, en los que sabemos la convivencia era difícil y hasta peligrosa junto a los
iberos -tal como narran los textos griegos-. Ya que de común podían ser asaltados por los vecinos
indígenas; tal como sucedía en Ampurias, separada de la ibérica urbe de Indiketes por una muralla (donde
los helenos debían acechar de continuo, vigilando y muy espectantes). Siendo así y resultando que el
santuario de El Carambolo tiene sus orígenes al menos en el siglo IX a.C., parece imposible pensar
que sea una fundación fenicia. Aunque algunos estudiosos de esta civilización desean exponer que
aquellos colonizadores de Tiro y Sidón -en sus incursiones "culturizadoras"- creaban primero templos,
para más tarde asentarse en ciudades. Un modo por el cual justifican estos "incondicionales de Fenicia"
el origen púnico de Cádiz y la llegada de aquellos hacia el 1100 a.C.. Considerando que primero crearon
allí un templo de Melkarte y trescientos años más tarde, fundarían en el mismo lugar la ciudad de
Gadir (todo lo que resulta una hipótesis poco plausible, habida cuenta que los restos feniciós en la zona no
hablan de un establecimiento anterior al siglo VIII a.C.).

Sobre el origen y fechas de El Carambolo, Escacena (junto a Rodríguez Azogue y Fernández Flores)
nos dicen textualmente: "En la primera mitad del siglo VI a.C., cuando la demanda de la plata tartésica
desde Oriente queda cortada por la conquista babilónica de las metrópolis fenicias de la costa
libanesa, acaba el santuario del Carambolo. Entre el siglo IX a.C. y esta fecha final, el edificio conoció
cinco construcciones superpuestas" (13) . La frase anterior marca claramente las épocas en las que el
santuario del cerro sevillano, nace y deja de existir. Aunque en mi opinión -muy personal- en la última
fecha que nos dan, debemos diferenciar lo que hubo ser el comienzo del declive y la época de su
desaparición total. Creyendo que pudo haberse iniciado la "crisis final" de El Carambolo en el momento
que apuntan los autores antes citados; tras los asedios y conquista de Tiro y Sidón por los asirios.
Aunque hemos de observar que en verdadtales problemas graves de Fenicia, comenzaron en el año
672, para no finalizar hasta el 572 a.C. (año en que fue conquistada por Nabucodonosor). Es decir, que
tras el primer tercio del siglo VIII a.C. ya Esarhaddón la asedia, al igual que más tarde hace
Assurbanipal -quien la ataca repetidamente y al menos por cinco años más-. Despúes de aquello, las
capitales púnicas fueron víctima de repetidos intentos de toma y asaltos, participando en esas incursiones
incluso sus "socios faraónicos". Siendo finalmente Nabucodonosor II quien la sitia hacia el 572 a.C.,
obligando así a los fenicios a claudicar bajo el yugo de Babilonia y a pagar tributo.

Por cuanto vemos, las crisis de los dos principales puertos de Oriente Medio se origina en el 672 y
dan fin en el 572 a.C.. Cien años de repetidas incursiones y una última fecha trás la que Fenicia -
propiamente dicha- desaparece, tomando su relevo poco después, Cartago. Una sucesión que para
nada parece haber sido pacífica, ya que muy por el contrario se cree que la Gadir fenicia fue
destruida por los nuevos "dueños de la zona": Los cartagineses. Quienes tras hacerse con estos
enclaves fenicios (a través de pactos o de la guerra), reedifican unas nuevas urbes bajo su mando y
tutela directa. Algo que se sabe al excavar los numerosos yacimientos de la zona; emplazamientos
que hasta mediados del siglo VI a.C. fueron enclaves de tirios y sidonios; y que tras la caida de
aquellas ciudades bajo el yugo babilónico, también quedan arrasadas por la llegada de los
cartagineses. Siendo pués lo más lógico pensar, que este es el final en El Carambolo; santuario que
pudo ser destruido hacia el 531 a.C., cuando tras la batalla de Alalia, Cartago sucede a Fenicia y se
dispone a tomar todos sus antiguos puertos y sus zonas de primacía (entre ellas Spal).
COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un vaso chipriota del periodo arcaico, perteneciente al
museo Nikosia (al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Como podemos ver el diseño de
esta copa tiene relación con otras halladas en Carmona. Las fechas para la cerámica tartéssica de
Carmona son muy posteriores a las de Chipre, pese a que su estilo guarda una amplia relación (tal
como podemos ver en la siguiente foto).

ABAJO: El famosísimo vaso de los Grifos de Carmona (propiedad del Museo de esta población al que
agradecemos nos permita divulgar la imagen). Se observa en este ánfora unos rasgos orientalizantes
con gran semejanza de nuevo con las cerámicas de Chipre y del Egeo (e incluso con algunas de
Canaán). De nuevo vemos el adorno con flores de loto y los animales dibujados con unas líneas y
tipos muy estilizados e imaginativos, algo que se conservará en toda la cerámica ibérica
posterior (en especial entre los vasos contestanos, de los que aparecen numerosísimos ejemplares en las
zonas de Valencia y Alicante).
Por cuanto hemos recogido y debido a las fechas de los acontecimientos históricos referidos; ha de
concluirse que desde que los asirios comienzan a arrasar Oriente Medio y Anatolia -en el 750 a.C.
aproximadamente-, enormes grupos de gentes huirían de esta zona buscando refugio en las
colonias y puertos del Occidente más remotos. Comenzando este periodo de convulsiones, durante
los años en que los frigios se vieron obligados a escapar de su reino, tras quedar sometidos primero
por los mesopotamios y más tarde al ser invadidos los griegos (desde el 740 al 696 a,C.). Por su parte, los
fenicios y cretochipriotas debieron guarecerse pocas décadas después en sus barcos y en sus
ciudades más lejanas (al ser continuadamente atacados por los asirios). Siendo así, dos muy
marcadas, las etapas de crisis de Asia Menor que obligarían a emigrar hasta las tierras occidentales a
una gran parte de su población. Épocas de convulsiones que comenzarían en Anatolia y con el
reinado de Midas (740 al 696 a.C. aprox.). Un monarca de Frigia con enorme fama de rico, que se
ve sitiado primero por Asiria, luego los cimmerios, cayendo su reino finalmente en manos de los
griegos -quienes lo arrasan, esclavizando a cuantos no consiguen escapar de allí-. Por su parte, y muy
poco después de los acontecimientos antes descritos, se produce una segunda oleada de guerras en la
zona, que comienza cuando los asirios atacan Fenicia continuadamente -desde el 672 a.C.- y por un
siglo, sitiando las capitales Tiro y Sidón (hasta subyugarlas).

Conforme a lo que antes hemos resumido y tomando como referencia los estratos del cerro
sevillano, me atrevería a redactar un ciclo de etapas en las que se correspondieran los diferentes
niveles de El Carambolo en relación con los hechos que hemos descrito en Oriente Medio (con el fin
de crear una cronología):

1º.- Carambolo V y IV -quinto y cuarto estrato que se corresponden con el más antiguo y el que le
sigue- (entre el 850 y el 750 a.C.). "Periodo del santuario indígena de influjo oriental" : Parecería justo
pensar que el templo de El Carambolo se hubiera iniciado por gentes autóctonas, bajo el influjo de
los primeros visitantes (colonizadores, que procederían de muy diferentes puntos del Levante
mediterráneo). Un comienzo que sabemos sucede en el siglo IX a.C.; aunque tras ello, hay otras
"ampliaciones" o modificaciones del santuario, que van sucediéndose entorno a este y que
seguramente son debidas a las mismas gentes locales, bajo la aculturación de colonos orientales.
Acerca de ello nos dicen los autores anteriomente citados que: "La primera construcción protohistórica
sobre el Carambolo corresponde al Santuario V" (14) . Fechádose este más antiguo templo hacia el 850
a.C., tras lo que podemos pensar que a través del contacto con comerciantes de metales llegados
desde Oriente Medio, y habida cuenta la importancia que toma la zona con la aparición de los
fenicos en el Atlántico; aumentaría de nuevo el recinto sagrado de El Carambolo. Todo cuanto también
explican los investigadores antes citados en palabras textuales del siguiente modo: "La primera
ampliación de esta estructura más antigua corresponde al Santuario IV. La modificación consistió en
levantar un edificiosimétrico que tenía como centro y fondo el templo prístino, convertido ahora
en patio. Así, surgieron al sur y al norte respectivamente de este nuevo patio dos habitaciones
alargadas que contaron en su día con hogares y otras estructuras relacionadas con el funcionamiento
cotidiano de un santuario: un horno, vasijas entibadas, hogares, molinos, etc." (15) .

2º.- Carambolo III y II; el tercero de influencia frigia (entre el 740 y el 672 a.C.) y el segundo de influjo
fenicio (entre el 672 y el 550 a.C.): Tras las fases anteriores (autóctonas, en mi opinión) llegaríamos ya a
las épocas de convulsiones de Asia Menor (que obligan al éxodo a gran parte de su población)
y que como sabemos se producen en dos momentos: La crisis de Anatolia (frigia), del 740 al 696 a.C.
y la de Fenicia, del 672 al 572 a.C.. Siendo esos periodos los que en mi opinión los profesores Escacena
y Amores describen del siguiente modo: "En esta etapa, la fosa-basurero donde se enterraron las
joyas estaba prácticamente saturada de residuos, porque se había excavado y usado como
vertedero sagrado en momentos anteriores del santuario (Carambolo III). En esta etapa del
Carambolo II existían aún diversas capillas en el recinto" (16) .Considerando personalmente que estas
dos épocas del santuario que he marcado como la 2º, corresponderían precisamente a la aparición de
gentes llegadas de Anatolia o de Fenicia. Es decir, que el Carambolo III podemos fijarlo
aproximadamente entre el 740 al 672 a.C., y se relacionaría con los venidos de Frigia huyendo del
desastre de su tierra. Tanto como el Carambolo II se fecharía tras el 672 y hasta al menos el 550 a.C.
con los venidos de Tiro y Sidón, que introducirían nuevos cultos y modificarían el templo. Ello
explicaría las dos marcadas partes del santuario, las reformas y hasta la aparición de nuevos
ritos. Pudiendo deducirse que la Astarté hallada en el cerro viniera desde la zona Sirio Palestina en
estas fechas del Carambolo II (hacia el 650 a.C. momento en que precisamente se data la esculturita).

3º.- Carambolo I, destrucción por los cartagineses: Tras la llegada de los frigios a nuestras tierras
(Carambolo III) y las reformas del templo Carambolo II -que considero obra de los fenicios, refugiados a el
litoral sevillano-. Se produciría el momento de la desaparición del recinto sagrado; que personalmente
dataríamos entorno al 531 a.C. (tras la batalla de Alalia y el auge de Cartago). Por lo demás la
destrucción del santuario creemos fue realizada por la mano de los nuevos dueños del área del Bajo
Guadalquivir, quienes arrasarían los antiguos dominios tartessios, incluso los de sus "antecesores
fenicios", tanto como sus templos. Un momento en el que parece lógico que los sacerdotes (o los
reyezuelos) de El Carambolo enterrasen en el templo el tesoro; antes huir o de que les dieran muerte
los cartagineses. Ello explica por qué se introdujo el ajuar en uno de los lugares más profundos y en
un basurero de cenizas (junto a la estatuilla); allí donde de seguro se pensó que los nuevos dueños
de la zona no buscarían mucho. Unos cartagineses de los que sabemos que como señores de la ruta
del estaño y de los metales del Atlántico, no consentían que ningún otro poder se les
interpusiera (tanto que no dejaban cruzar el Estrecho a nave alguna ajena a las suyas). Menos aún
debieron desear que los antiguos comerciantes fenicios y frigios, asentados en la Península - mezclados
con las gentes autóctonas (tartessios o turdetanos)- intervinieran en sus "negocios y en los ricos caminos
del metal".

Esta última etapa a la que se denomina Carambolo I, es descrita por los investigadores Escacena y
Amores del siguiente modo: "Carambolo I (se refiere al último) corresponde en realidad a un momento
en que el templo ha sido asaltado y sus ajuares de bronce están siendo fundidos en hornos para su
reutilización como simple materia prima. Prueba de ello son los "goterones" metálicos de este
episodio, bien identificados con los análisis oportunos (Hunt y otros 2010: 287)" (...) "Esos residuos
denotan una metalurgia de reciclaje, no una industria primaria. Por eso podemos vincular el último
uso ritual del lote de joyas a la fase Carambolo II con bastante seguridad" (17) . Como podemos leer en
las anteriores frases, para los autores referidos el ajuar de oro se fecharía en la etapa anterior (II), que
hemos fijado entre el 672 y el 572 a.C.; todo lo cual puede ser muy cierto, aunque en ello no encajarían
las inscripciones frigias que contiene el tesoro. Puesto que como hemos visto, el collar tiene a mi
juicio claramente símbolos luwios o neohititas (la escritura del idioma frigio). Por ello y tal como hemos
expresado en varias entradas, personalmente considero que las piezas de orfebrería pertenecerían a
la etapa anterior, Carambolo III -que hemos fechado entre el 740 y el 672 a.C.-. Siendo orfebrería con un
gran carácter y diseño neohitita y en cuyo collar incluso se encuentran inscritas las palabras "dios"
"rey" y "diosa Kubaba" -la Cibeles frigia- (recomendamos cosultar mis artículos de la cita (18) a quienes
no conozcan nuestra hipótesis neohitita del tesoro).

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, un soporte de cerámica hallado en el Alto Carambolo (zona
de culto), propiedad del Museo Arqueológico de Sevilla, al que agradecemos nos permita divulgar la
imagen. Observemos en detalle esta pieza, estilizada y cuyo uso pudo ser para elevar un gran vaso o
pebetero; con un diseño que mucho nos recuerda a los modelos micenios o de a los de
Chipre (varios siglos anteriores).

ABAJO: Pieza de barro micénica, del periodo Heládico III (copa perteneciente al Museo Metropolitan de
N.Y. al que agradecemos nos permita divulgar la imagen). Observemos el diseño y dibujo al que tanto se
parece a muchas de las formas de la cerámica tipo "Carambolo" (muy posterior, pero seguramente
llegada a nuestras tierras a través de los "herederos de Micenas").
E) LA ASTARTÉ FENICIA Y LAS JOYAS CON INSCRIPCICIONES FRIGIAS:

Al margen de las fechas y estilos antes mencionados, en mi opinión debiera considerarse que la Astarté
podría pertenecer claramente al Carambolo II (que sitúo personalmente entre el 672 y el 550 a.C), al
ser este el momento en que muchos de los púnicos debieron huir de sus tierras para ir buscando
refugio en Occidente. La gran mayoría quizás iría hacia Cartago, otros a Chipre; aunque también hay
que considerar que una parte decidirían establecerse en nuevas colonias y fundaciones fenicias al
Oeste (que ellos crean o en las ya existentes). Ello explica la llegada de púnicos a nuestras tierras
especialmente desde el siglo VIII a.C., cuando se produce la aparición de los asirios en Oriente
Medio -más aún desde los asedios constantes del 672 , al 572 a.C.-. Siendo este el motivo del por qué
hemos catalogado como "la etapa fenicia" (propiamente dicha) del templo, al Carambolo II; que
suponemos se vería visitadísimo por cuantos hubieron de huir de Tiro y Sidón tras aquellos días.
Pudiendo pensarse que en esas décadas del 672 al 572, fue cuando traen hasta El Carambolo la
Astarté fenicia y la elevan allí en culto. Una veneración, como exvoto o como figura adorada, ya que
quizás fue importada por quien huyendo de Fenicia (plena de ataques) llegó hasta el Bajo
Guadalquivir; donde no solo salvó la vida, sino también su forma de vivir (a través del comercio de los
metales).

Siendo así es mi teoría que el recinto sagrado tendría una primera época que nacería hacia el 850
a.C.; etapa "semiautóctona" y debida a la fundación del centro de culto por gentes indígenas, bajo la
influencia de visitantes orientales (Carambolo V). Tras ello, ha de suponerse que el lugar gozaría de
mayor "predicamento" y aumentarían los límites del templete hacia un recinto mayor, una circunstacia
que podemos suponer acontecida entre el 850 y el 750 a.C. (Carambolo IV). Más tarde y cuando los
frigios se ven obligados a escapar de su tierra (entre el 740 y el 696 a.C.) , pudo producirse la
siguiente ampliación del santuario, en lo que se denomina Carambolo III y que yo cconsidero de
época e influencia neohitita. Siendo este el momento en el que pienso se hizo el tesoro -con gran
influjo cretochipriota y frigio en sus diseños y símbolos-. Más tarde se produciría el Carambolo II, trás el
éxodo de los fenicios y que sería un tiempo en el que pudo venerarse a la Astarté (del 672 al 572
a.C.). El final del recinto sagrado, junto a su expolio, se llevaría a cabo hacia el 531 a.C. por los
cartagineses (Carambolo V); enterrándo allí las joyas y la Astarté los sacerdotes o los reyezuelos de la
zona, antes de escapar o de que les mataran.

En cuanto al collar escriben Escacena y Amores -siguiendo a De La Bandera (profesora cuyos


estudios son de una importancia clave para comprender El Carambolo): "Que dispusiera de ocho
colgantes es un supuesto que, mantenido hasta hoy al menos como posibilidad (...), permitía
argumentar que las dos cadenillas sueltas que salen de la pieza bitroncocónica de la que penden los sellos
corresponderían a la sujeción de la cápsula extraviada" (19) . Evidentemente creyendo plenamente la
teoría de la profesora De la Bandera, parece una hipótesis más que plausible y cierta no solo que
falte un sello, sinó que aquel que no está se hubiera "arrancado" para identificarse. Es decir que el
colgante que no existe en tesoro de El Carambolo hubiera sido llevado por el sacerdote o el rey que
oculta las joyas, con el fin de poder ser reconocido como tal en el lugar al cual huía. Puesto
que portando aquel sello parece más que lógico pensar que quienes le recibían como refugiado,
podrían dar fe de que se trataba del dueño del tesoro (es decir: El sumo sacerdote, el jefe supremo o el
monarca de la zona del Bajo Guadalquivir). Ya que como expresan en la misma obra Escacena y Amores
(citando a Liverani): "el sello era en Oriente la mejor garantía de preservación en múltiples facetas de la
vida económica, jurídica, administrativa y social, por lo que adquirió en el ámbito cultural, la categoría de
emblema de los misterios sagrados (20).

Para finalizar este análisis tercero sobre "el problema fenico de El Carambolo" me permitiré de
nuevo incluir las imágenes en las que analicé hace tiempo las inscripciones frigias (neohititas) de
los sellos del collar. Con la traducción en teoría propia y desde la lengua luwia de Frigia -que por entonces
se escribía en estos caracteres alfasilábicos neohititas-.

COMENTARIO A LAS IMÁGENES: Arriba, los signos del collar de El Carambolo y su interpretación
desde alfasilábico neohitita (frigio). Vemos que contiene ideogramas tan claros como los de "cielo",
"rey", "dios" y "diosa Kubaba": La diosa Cibeles frigia y se escribe con las dos medias "C" invertidas a
modo de paréntesis que es "dios" ( ) y al lado dos triángulos que se pronuncian "KU,KU" y se puede leer
igualmente "rey".

BAJO ESTAS LÍNEAS: Portada del libro "TARTESSOS" de MARIANO TORRES ORTIZ, publicado por
la Real Academia de Bellas Artes (Madrid 2002). Agradecemos al autor y editorial nos permitan
disponer de la imagen en la que se aprecian los sellos del collar, pudiéndose ver sus símbolos -que
en nuestra teoría propia son ideogramas de escritura frigia-.
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CITAS:
.(1): http://www.abc.es/hemeroteca/historico-30-09-2008/sevilla/Cultura/el-alcazar-astarte-y-el-carambolo_81306952906.html
.
(2): Acerca de la Astarté de El Carambolo, Mariano Torres Ortiz en su obra TARTESSOS (publicada por la Real Academia de la
Historia, Madrid 2002); en sus páginas 215 y 216, resume los siguientes datos:
.
-Fue dada a conocer por Fernández Chicarro en 1964, tras haber sido cedida al Museo de Sevilla tras el VIII Congreso de Arqueología.
.
-Pensaban que se trataba de una Isis saita, pero su inscripción descifrada por Ferrón en 1966 la pudo catalogar como una Astarté
fenicia.
.
-El lugar de procedencia "parece ser El Cerro de El Carambolo (Fernández Chicarro 1964, 104), habiéndose hallado el día anterior del
famoso tesoro (Belén 2000, 71 y 70)".

-La cronología oscila entre el siglo VIII y el VI a.C.. Su última revisión hecha por Jiménez Ávila, (2000, I, 488) la fecha en los siglos VIII
al VII a.C..
.
-Coincide esta pieza con los materiales y fechas del Bajo Carambolo (Ruiz Mata 1986, 549).
.
(3): El párrafo completo del texto citado es el siguiente: "Por tanto, el establecimiento de los fenicios en la zona de Sevilla puede
situarse ya en los mismos momentos que en Huelva y que en las más viejas colonias de la costa andaluza mediterránea; y, aunque la
fosa ritual del Carambolo que se interpretó como fondo de cabaña no corresponde a la época del templo inicial (V), sino a una fase
algo más tardía (Santuario III, de la primera mitad del siglo VIII a.C.), en ella se ha hallado un fragmento de cerámica sarda de la
misma clase, aunque con distinta decoración, que el recientemente valorado por M. Torres (2004)". Archivo Español de Arqueología
2007, vol. 80, pág 3. SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO
ARQUEOLÓGICO // JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO // ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES y ARACELI RODRÍGUEZ
AZOGUE //Arqueología y Gestión S.L.L.
-
(4): Sobre Norax y Geriones: Servio, Sobre la Eneida de V. VII, 662 /// Apolodoro II, 5 10 // Pausanias X, 17, 4 // Higinio, Fábula 30 //
Píndaro ragmento 169 // Eurípides, HERACLES; 423 . Del modo antes descrito, lo refiere también Robert Graves en LOS MITOS
GRIEGOS, 132, d y 5.
.
(5): Sobre la traducción ya estela de Nora recomendamos el siguiente estudio liberado en la red. "Tarsis en la Estela de Nora:
¿un toponimo de Occidente?" // por Arcádio del Castilo // En: Sefarad 63 (2003) págs. 3-32 // revista del CSIC // ISSN 037-0894
.
(6): En el libro PROTOHISTORIA De Francisco García Alonso y Gloria Munilla -Univ. de Barcelona 2004- (pags 74 a 76) se
describen mencionan magníficamente estos yacimientos de cobre; entre los que destacan los de Cerdeña (Serra Ilixi, Sa
Mandara, Albuciu y Arzachena). Asimismo, en la página 76 podemos ver los lingotes piel de buey (que llama Ox-hide) de
Micenas, Creta (Aiya Triada), Enkomi (en Chipre) y Cerdeña. Todos con un idéntico diseño a los pectorales del tesoro de El
Carambolo.
.
(7): "El Carambolo, situado al oeste de Spal (Sevilla) en uno de los cerros más altos de la cornisa oriental del Aljarafe, ocupaba una
elevación singular de la orilla derecha del paleoestuario del Guadalquivir, muy cerca –apenas 10 Km de su antigua desembocadura
en Caura ig. 1). Si es éste el paisaje descrito por la Ora Maritima en las bocas del gran río de Tartessos, y si es correcta la
identificación de Caura con el Mons Cassius (Belén 1993: 49), este sitio puede corresponder al que Avieno (259-261) llama Fani
Prominens. Por lo común, tal topónimo se ha traducido como "cabo sagrado" o "cabo del templo" (cf. Schulten 1955: 159)" de : Archivo
Español de Arqueología 2007, vol. 80, págs. 5-28 ISSN: 0066 6742 SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOSSAGRADO DEL
SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO (Universidad de Sevilla) ÁLVARO
FERNÁNDEZ FLORES, ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE Arqueología y Gestión S.L.L. // PAG. 2
.
- ALGO MUY SEMEJANTE DICEN ESCACENA Y AMORES QUIENES ESCRIBEN: "Si estuviéramos ante el paisaje descrito por
Avienoen Or. Mar. 259-261, y si es acertada la verosímil hipótesis de M. Belén (1993: 49) sobre la ubicación del Mons Cassius en el
Cerro de San Juan de Coria del Río, el Carambolo podría corresponder al sitio que el poeta latino llamó en los mismos versos de su
poema Fani Prominens. Tradicionalmente, este topónimo se ha traducido como "cabo sagrado" o "cabo del templo" (Schulten 1955:
159), en la idea de que el vocablo prominens indicaría un avance horizontal de la costa. Sin embargo, es posible también asignarle la
acepciónvertical de su significado, acorde con lo que fue el Carambolo en su entorno inmediato entre la segunda mitad del siglo IX y el
primer cuarto del VI a.C.: el "promontorio del santuario".REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO
AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // Pag. 8 // SPAL 20
(2011): 107-14

.
(8): Defienden esta teoría de que Coria del Rio es el Mons Cassius en "Altares para Baal" Escacena Carrasco y Rocío Izquierdo de
Montes (UNIVERSIDAD DE HUELVA; 2000). Para Schulten este Mons Cassius sería el Cerro del Asperillo una duna de Huelva, junto a
la desembocadura del Guadalquivir. Otros creen que estaría en Grazalema como escrinbe Francisco R. Adrados en TOPÓNIMOS
GRIEGOS EN IBERIA Y TARTESSO -EMERITA. Revista de Lingüística y Filología Clásica (EM ) LXVIII 1, 2000 ( pag 8)-. Mientras
Avieno pensaba que su nombre procedía de Kasíterus o del estaño, por lo que Bosch Gimpera lo coloca en la zona de las minas de
Rio Tinto .
.
(9) "Cuarenta años después de aquella primera intervención arqueológica, la información lograda entonces ha sido estudiada bajo un
enfoque teórico y metodológico distinto, y especialmente con hipótesis muy diferentes. Así, en el supuesto "fondo de cabaña" se ha
visto una fosa ritual a la que se arrojaría el ajuar litúrgico ya inútil usado en los ritos de un santuario consagrado a Astarté (Belén y
Escacena 1997: 114)". Op, cit. (10) pag 2. .
.
(10): Así lo explican por ejemplo en: REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE
CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO /// SPAL 20 (2011): 107-142 .
PÁGINAS 2 y 3: "durante la segunda mitad del siglo XX ganaba adeptos a pasos agigantados el acuerdo académico de que las
poblaciones siropalestinas que arribaron a Occidente se habrían limitado en elmediodía ibérico a poblar algunos puntos de la costa
mediterránea y atlántica, y que sus fundaciones coloniales perseguían sólo servir de plataformas comerciales,destacable
(Álvarez Martí-Aguilar y Ferrer 2009: 167). En el olvido de la tesis de Bonsor, que había dado un papel preponderante a la comunidad
fenicia en la fundación de muchos enclaves del Hierro Antiguo bajoandaluces" (...) "Añadido a esto, la expansión asiria sobre las
ciudades-estado de la costa libanesa pudo haber generado migraciones hasta el poniente extremo del Mediterráneo; en cuyo caso
podría contarse con un sector demográfico importante desplazado cuya economía estaría basada más en el sector rural que en el
comercio (González Wagner y Alvar 1989; González Wagner 1993; 2005)".
.
(11): Un hecho que citan Escacena y Amores en REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO
AJUAR DE CONSAGRACIÓNJOSÉ LUIS ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO /// SPAL 20 (2011): 107-
142 . PÁGINA 3: "Por lo demás, la relación entre el Carambolo y el nacimiento de Sevilla ha sido una constante historiográfica en la
literatura especializada (Pellicer 1996: 92; 1997: 248)"
.
(12) Acerca de la etimología de España y de Sevilla (HISPALIS) ver nuestros artículos: 2ª- LO INVISIBLE EN LA PALABRA:
HISPANIA.- INICIAMOS UNA SERIE EN LA QUE EXPONDREMOS NUESTRA TEORÍA SOBRE LA PALABRA ESPAÑA E IBERIA,
LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE SON SINÓNIMOS- VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/blog-post.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Segunda parte) VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-
palabra-segunda.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: HISPANIA (Tercera parte) VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/c.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (continuación) -más sobre nuestra etimología de España e Iberia-. -SIGUE SOBRE
ETIMOLOGÍAS DE ESPAÑA E IBERIA- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Hispania - Iberia (en los autores clásicos). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-
invisible-en-la-palbra-hispania.html
- LO INVISIBLE EN LA PALABRA: Iberia - Hispania (los otros iberos). -TERMINAMOS AQUÍ CON EL SIGNIFICADO DE IBERO Y
ESPAÑOL; LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE ES SINÓNIMO ALGO QUE SE DEMUESTRA EN VARIOS IDIOMAS TANTO
COMO EN OTROS PUNTOS DEL MEDITERRANEO O ANATOLIA DE IGUAL NOMBRE.-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/04/lo-invisible-en-la-palabra-iberia_30.html
.
(13): SOBRE EL CARAMBOLO: UN HÍPPOS SAGRADO DEL SANTUARIO IV Y SU CONTEXTO ARQUEOLÓGICO JOSÉ LUIS
ESCACENA CARRASCO(Universidad de Sevilla) ÁLVARO FERNÁNDEZ FLORES, ARACELI RODRÍGUEZ AZOGUE // PAG. 3 //
Archivo Español de Arqueología 2007, vol. 80, págs. 5-28 .
-
(14): Idem cita (13), pag 11.
(15): Idem cita (14).
.(16): REVESTIDOS COMO DIOS MANDA. EL TESORO DEL CARAMBOLO COMO AJUAR DE CONSAGRACIÓN JOSÉ LUIS
ESCACENA CARRASCO y FERNANDO AMORES CARREDANO // Pag. 10 // SPAL 20 (2011): 107-14
.
(17): Idem cita (16).
.
(18): Acerca del carácter neohitita del tesoro y de los símbolos de su collar donde se inscribe en luwio el nombre de la diosa
Kubaba, ver:.97ª LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE PRIMERA:
Posibles cultos a Cibeles en Tartessos. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte
LXVIII). ANÁLISIS DE LOS SELLOS DEL COLLAR DE EL CARAMBOLO, LLEGANDO A LA CONCLUSIÓN DE QUE EN ESTE SE
HALLA ESCRITA LAS PALABRAS NEOHITITAS DIOSA KU(baba) -Cibeles-http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-
post_26.html
- LA INSCRIPCIÓN DE LA DIOSA FRIGIA KU-BABA, EN EL COLLAR DE EL CARAMBOLO; PARTE SEGUNDA: Cultos y ritos
heredados desde Frigia. (De "Lo invisible en la mitología": Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo. Parte LXIX). LOS
MISTERIOS DE ATTIS Y CIBELES Y SU RELACIÓN CON RELIGIONES EXPORTADAS AL OCCIDENTE, EL COLLAR DE EL
CARAMBOLO Y SUS SELLOS http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2012/10/blog-post_28.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte V: Análisis de las formas y del trabajo en
la orfebrería -comienzo en la interpretación de sus símbolos ornamentales-). VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-
y-y-1.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VI: Análisis de los símbolos.
Conclusiones: ¿Relación entre El Carambolo y el rey Midas?) .-COMENZAMOS A ESTUDIAR LA POSIBILIDAD DE QUE EL ORIGEN
DEL DISEÑO EN EL TESORO DE EL CARAMBOLO SEA ANATOLIO- VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-2.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los Bueyes de Gerión en el Tesoro del Carambolo (Parte VII: Algunas ideas y conclusiones ya
apuntadas; orientaciones sobre el carácter ibérico y la herencía del Bajo Bronce; en las joyas de El Carambolo ).
VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_19.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGIA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte VIII: Simbología neohitita en las joyas;
un tesoro de rasgos frigios que bien pudo ser hecho, o regalado a Arganthonio, por el rey Midas).-DESDE ESTA ENTRADA
EXPONEMOS QUE EL DISEÑO DE EL TESORO DE EL CARAMBOLO PUEDE SER FRIGIO O NEOHITITA-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-9-8.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÏA: Los bueyes del rey Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte IX: Interpretación y traducción de
los símbolos en las joyas). -DESCUBRIMOS QUE LOS SÍMBOLOS QUE CONTIENE EL COLLAR DE EL CARAMBOLO, SON
LETRAS DEL SILABARIO NEOHITITA (LUWIO), PUDIENDO TRADUCIRSE COMO "dios y rey"-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-7-9.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X: Los descendientes del rey Midas y
su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón -el monumento neohitita de Pozo Moro-). -RELACIONES ENTRE EL MUNDO
NEOHITITA (FRIGIO) Y TARTESSOS- VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-9-y.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte X : Los descendientes del rey Midas y
su posible tumba en Chinchilla del Monte Aragón. El monumento neohitita de Pozo Moro -Continuación-).
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1-8-8.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de EL Carambolo (Parte XI: Arganthonios y Midas. ¿Era de
origen escita el monarca del oro?.). -DE NUEVO, LA RELACIÓN ENTRE EL MUNDO ANATOLIO DEL SIGLO VIII AL VI A.C. Y EL
SUDOESTE PENINSULAR- VER:http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/06/1_28.html

- LO INVISIBLE EN LA MITOLOGÍA: Los bueyes de Gerión en el tesoro de El Carambolo (Parte XII: Midas. El rey de origen escita y los
adoradores del oro que comerciaron con Tartessos.). - DESCUBRIMOS CITAS HISTÓRICAS QUE MENCIONAN EL COMERCIO
ENTRE MIDAS (REY DEL ORO NEOHITITA QUE GOBERNABA GORDION) Y TARTESSOS-
VER: http://loinvisibleenelarte.blogspot.com.es/2011/07/1.html
.
(19) : La frase entera de Escacena y Amores en Op. Cit. (10) pag. 10 es: "Que dispusiera de ocho colgantes es un supuesto que,
mantenido hasta hoy al menos como posibilidad (De la Bandera y otros 2010: 298), permitía argumentar que las dos cadenillas sueltas
que salen de la pieza bitroncocónica de la que penden los sellos corresponderían a la sujeción de la cápsula extraviada" (Carriazo
1973: 154).
(20): Op. Cit. (10), pag 11. Cita de Liverani: (Liverani 1995: 113).

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