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Revista Colombiana
//A crisis of education as a crisis of
Artículos teóricos
de Educación, N.º 65. goverment. On the exercise of the
Segundo semestre de 2013,
Bogotá, Colombia. human animal in neoliberal times
//Crise da educação como crise de
governo. Sobre a exercitação do animal
humano em tempos neoliberais
Recibido: 15/07/2013
Evaluado: 08/08/2013
Carlos Ernesto Noguera-Ramírez**
* Texto derivado de la investigación Noguera (2012). Fue presentado en el IV Coloquio Latinoamericano de Biopolítica
y II Coloquio Internacional de Biopolítica y Educación, realizado en Bogotá del 2 al 5 de septiembre de 2013.
** Profesor asociado Universidad Pedagógica Nacional Bogotá, Colombia. Investigador Grupo Historia de la Práctica
Pedagógica en Colombia. Doctor en Educación UFRGS-Brasil. Magíster en Historia UNC, Sede Bogotá. Correo elec-
trónico: noeraernesto@gmail.com
Resumen
El propósito de este texto es presentar un conjunto de herramientas conceptua-
les que nos permitan comprender el complejo de transformaciones que estarían
marcando la actual crisis de la educación. Parte este texto de una tesis: las prác-
ticas educativas contemporáneas pueden ser entendidas como un síntoma de
la crisis de las disciplinas (en el sentido de Foucault) y al mismo tiempo como
una respuesta a esa crisis. A su vez, tales prácticas educativas pueden ser mejor
comprendidas si las analizamos a la luz de la noción de gubernamentalidad
neoliberal. Utilizando algunos conceptos de Nietzsche, Foucault y Sloterdijk y
tomando como ejemplos dos personajes de ficción (Emilio de Rousseau y Bart
de la serie televisiva Los Simpson), el autor problematiza tanto el borramiento
del rol del adulto y de la educación como la aparición de la figura ambigua de
un aprendiz permanente propia de las nuevas prácticas de gobernamiento de
tipo neoliberal.
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nos permitan pensar el núcleo de la misma operación, independiente-
las problemáticas educativas y pe- mente de que se declare o no a ésta N.º65
dagógicas contemporáneas. En otro como un ejercicio”.
sentido, diría que, antes que utilizar Desde esa perspectiva, afirmo 45
a Foucault para pensar asuntos de que la modernidad tiene una pro-
la educación y la pedagogía, por funda marca pedagógica. No que
el contrario, este ejercicio podría haya tenido una causa educativa o
entenderse como la utilización de que la educación haya sido su cau-
elaboraciones del campo de la edu- sa: la expansión de las disciplinas
cación y la pedagogía para pensar (en el doble sentido de saber y de
y operar sobre algunos problemas poder), la explosión de los proble-
que Foucault dejó esbozados en sus mas de gobierno, la crisis de go-
últimos cursos. bierno, el bloqueo del arte de go-
Para entrar en materia, debo de- bernar durante los siglos XVI y XVII
cir que el enfoque que sustenta esta (Foucault, 2006), pero también el
exposición forma parte del traba- llamamiento intensivo a la eleva-
jo de investigación que he venido ción de la vida, el imperativo me-
desarrollando durante los últimos tanoético (conversión, transforma-
años y cuya tesis más general es la ción) dirigido a todos e impulsado
siguiente: lo que científicos sociales por el Estado moderno y la escuela
han llamado modernidad consiste, (Sloterdijk, 2012) fueron asuntos
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bierno (instrucción) de los niños, de orientación para la educación de
los artesanos, de los pobres, de los los nuevos, si, como consecuen-
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indígenas americanos. cia de ello, no sabemos cómo ni
Esa crisis que Foucault percibe hacia dónde orientar, entonces la 47
a finales de la década de 1970, esa respuesta, frecuentemente, es con-
crisis que apenas enuncia, que se- descendiente con la tendencia ge-
ñala sin muchas pistas, ese fin de la neral hacia un dejar hacer y ser, y
era de las disciplinas, coincide con esta actitud, como diría Arendt, es
diagnósticos que hiciera Arendt en- un rechazo hacia la responsabilidad
tre finales de 1950 e inicios de la frente a los nuevos. En sus palabras:
década de 1960 o con los que rea- Los niños no pueden des-
lizó Mead en 1969 en un ciclo de echar la autoridad edu-
conferencias en Nueva York o con cativa como si estuvieran
los de Hobsbawm cuando se refería en situación de opri-
a la revolución cultural del siglo XX. midos por una mayoría
Desde la filosofía, la antropología y adulta, si bien hasta este
la historia, estos autores señalaban absurdo de tratar a los
un hecho sin igual en la historia re- niños como si fueran una
ciente: la radical transformación de minoría oprimida que
las relaciones entre adultos y jóve- necesita ser liberada se
nes. Arendt (2008) señalaba que la aplicó en las modernas
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cultural. Ahora no los hay.
alguien los dirigiera— miembros
No se trata solo de que los
de su mismo grupo” (p. 326). La ju- N.º65
padres ya no son guías,
ventud pasó a ser un estrato social
sino de que no existen
independiente y autónomo y pasó 49
guías […] No hay adultos
a considerarse ya no como una fase
que sepan lo que saben
preparatoria para la vida adulta, sino
acerca del mundo en que
como la fase culminante del pleno
nacieron quienes se han
desarrollo humano (esto es particu-
criado dentro de los últi-
larmente visible en el caso de los
mos veinte años (p. 108).
deportistas de alto rendimiento).
Y recordemos que Mead estaba Esa crisis de la educación, de la
diciendo esto en 1969. El cambio autoridad, esa revolución cultural,
acelerado, la innovación perma- ese auge de la cultura juvenil, en
nente como exigencia vuelven los fin, esa crisis de gobierno que Fou-
viejos saberes, prácticas, normas, cault anunciara después de su cur-
creencias y apuestas inciertos y a so de 1978, podría ser interpretada
los adultos, inseguros. En su libro como una crisis de la disciplina, es
sobre La corrosión del carácter, decir, como un síntoma del ocaso
Sennett (2010) muestra la impoten- de los dispositivos disciplinarios y,
cia de Rico (joven profesional de la a la vez, como una respuesta a esa
nueva generación de empresarios de misma crisis. Pero, para comprender
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en que la educación es producto el cual resulta central para la edu-
de la libertad, pues el hombre no es cación. Así, antes que basarse en
un ser inerte y pasivo, sino libre y un conjunto de premios y castigos, N.º65
activo, pero la actividad del alum- debe ser preventiva, y eso solo es po-
no debe estar comprometida con su 51
sible si el profesor sigue un método
educación; por lo tanto, debe estar adecuado, una regularidad y conti-
al servicio de la acción educativa nuidad de los ejercicios escolares,
del profesor, colaborar con él para
una utilización correcta del tiempo,
llegar hasta donde se le conduce.
una clasificación de los discípulos
De ahí que:
(no solo por su edad, sino por su
La educación no aban- grado de instrucción y desarrollo in-
dona la naturaleza a sí telectual) y una vigilancia rigurosa.
misma, sino que la vigi- Pero aquí es preciso recordar que el
la, le dicta sus reglas y, fin de la disciplina es volverse inútil;
en caso de necesidad, aunque sea necesaria una sujeción,
la reprime. De un modo esta no impide la libertad: “que es
general, es obra de la au- la disciplina que nos imponemos a
toridad al igual que la li- nosotros mismos, y el fin de la edu-
bertad, pues la autoridad cación en todos los grados es hacer
adquirida por el maestro hombres libres” (p. 441). Citando a
que sabe hacerse estimar Gréard, concluye Compayré:
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de medio siglo antes sobre la educa- como domesticación, es la actividad
ción. Recordemos que, a diferencia genérica del hombre, de tal forma
de Kant, Rousseau no partía de la dis- N.º65
que la única ley que no es arbitra-
ciplina, ni pretendía enseñar nada, ria es, precisamente, la ley de obe- 53
sin embargo, su idea de educación decer a las leyes (Deleuze, 1986):
libre no significaba una renuncia a la la cultura consiste en crear hábitos
dirección, o la conducción; se trata- al humano, hacerle obedecer leyes,
ba de una nueva manera de hacerlo, en últimas, adiestrarlo. Nietzsche no
una fórmula novedosa que consistía duda de la importancia del adies-
en establecer las condiciones para tramiento ni de la ejercitación, a
una autorregulación del individuo. fin de cuentas el hombre no es más
Es a partir de la propia acción del que un animal ascético; el problema
sujeto en un medio particular que es qué tipo de ejercitante se forma,
es posible educar. Recordemos que qué tipo de asceta o de atleta o de
Emilio es sacado de la ciudad y co- acróbata se crea. Y esa es la cuestión
locado en el campo (medio natural) central de la cultura y de la educa-
para que de esa forma, y a través de ción. Nietzsche nos recuerda que la
su actividad, inicie las experiencias cultura, el cultivo, el adiestramiento
diversas, cotidianas y naturales que del hombre ha producido el bueno,
le permitirán aprender las lecciones bello y fuerte griego como el dé-
de la propia naturaleza, de las cosas bil, enfermo y malogrado cristiano.
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esta perspectiva. Igualmente suce- que se dibujaba con su pluma ima-
de con la idea de pensar al huma- ginativa y aventurera. Desde luego, y N.º65
no como un aprendiz permanente, a pesar de su paranoia, tampoco po-
como un empresario de su capital dría Rousseau haber imaginado que 55
humano cuyo éxito o fracaso solo la criatura de su fantasiosa escritura
depende de la calidad de sus elec- devendría en una figura bien distin-
ciones y de sus habilidades para de- ta, dos siglos después. Y es que Bart
jar fuera de juego a los competidores. Simpson es un hijo de Emilio: por
En ese sentido, podríamos decir más esmerados que sean los padres,
que si Emilio –como personaje de sus hijos pueden tomar caminos ini-
ficción– fue el sueño de una huma- maginables: recordemos que no se
nidad mejor, una propuesta para puede educar en estricto sentido,
la salvación de la humanidad, Bart tampoco gobernar, por fortuna.
Simpson –otro personaje de ficción– Pero retomemos el hilo de nuestra
representa hoy una forma de ser de historia. Decíamos que el nacimien-
la humanidad, pero antes que un to de Emilio fue un acontecimiento,
horizonte de salvación o mejora- pues emergió como una novedad
miento, se trata más bien de un es- en el discurso, en el pensamiento
pejo. Emilio fue un acontecimiento. de su época. Rousseau propone va-
Se trató de un nacimiento anticipa- rias ideas revolucionarias en su libro:
do a su época, un ser intempestivo, Emilio no precisa ir a la escuela para
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sulta ser un personaje infantil en la como un compañero más de juegos.
medida que depende todavía de su Esa actitud de Homero, inverosímil N.º65
madre quien, a su vez, lo considera para la generación de adultos de la
y trata aún como un infante. Lo que primera mitad del siglo XX, es efecto, 57
tenemos, entonces, son una serie en alguna medida, de las condicio-
de figuras donde los roles aparecen nes de su propia crianza. Homero
difusos. Desde luego, existen figu- fue uno de los primeros hijos de lo
ras claramente modernas, es decir, que Hobsbawm llama la revolución
definidas, como el caso de Marge, cultural del siglo XX, ese conjunto
quien representa el adulto típica- de transformaciones que afectó la
mente moderno, en su versión fe- estructura familiar y las relaciones
minizada. Igualmente está Lisa, her- entre los sexos y entre las generacio-
mana de Bart, quien nos recuerda a nes. La madre de Homero fue una
la típica niña disciplinada y formada activista hippie que luchó contra las
que se comporta racionalmente. El armas nucleares y tuvo que abando-
vecino, Ned Flanders, es otra ima- nar a su hijo y esposo para huir de
gen clara de un adulto moderno que la justicia. Por su parte, Abraham, su
educa a sus hijos según una estricta, padre, es un irlandés, veterano de
pero dulce disciplina cristiana. la Segunda Guerra Mundial que lle-
Bart, entonces, no es un típi- gó a los Estados Unidos intentando
co niño moderno, es más bien esa reconstruir su vida. Después de la
maestros: que no vale la pena ser adulto, pues llegarás a ser una
amargado y un aburrido. En fin, Bart es el individuo de la era
N.º65 del aprendizaje permanente. Muy poco le es enseñado y si se
le enseña algo, no le servirá de mucho en su mundo cambiante;
58 su educación ha sido mínima. Todo lo que es se debe a que lo
ha aprendido, pues vive en esa “sociedad del aprendizaje” que
describiera Faure en su informe a la Unesco en 1973.
Un dispositivo de aprendizaje (Masschelein y Simons, 2013)
está transformando la manera en que nos constituimos como su-
jetos, la manera en que nos conducimos y somos conducidos. Ya
no estamos en la era de la enseñanza que dibujó Comenio, no
pasamos por la educación como la soñó Rousseau y solo algunos
han podido disfrutar de lo que un joven comunicador argentino
llama la educación prohibida. Ahora estamos ante el mundo de
Bart y sus amigos, el mundo de Homero, enfrentados al sueño de
una especie de tierra del nunca jamás, una Neverland donde nadie
quisiera crecer ni ser adulto y donde solo parece contar la diver-
sión. Michael Jackson, con toda su fortuna de millones de dóla-
res, es el mártir contemporáneo que murió intentando construir su
propia Neverland. Pero la era del aprendizaje no es ese país de las
maravillas en el que se empeñó en vivir Michael Jackson y en el
que vive, como eterno infante, Bart Simpson; la era del aprendizaje
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dio igualmente desregulado. que vendrá, por eso mismo, enton-
Ni enseñanza, ni educación, en ces, educar, enseñar, formar es una N.º65
sentido estrictamente moderno. Es- manera de decir no al dispositivo de
tamos, como Bart, entrando en un aprendizaje o, si se quiere, una con- 59
nuevo tipo de sociedad donde el traconducta, por eso quizá sea el
gobierno de todos y cada uno tiene momento de tener el valor de decir,
que ver con el aprendizaje perma- con Foucault, que “no queremos ser
nente. Y, a diferencia de la enseñan- más gobernados de esa manera, con
za y de la educación, para aprender esos fines, por esos sujetos”.
no necesitamos de otro más que
como parte del medio o del ambien- Referencias
te que puede servir de acicate para bibliográficas
nuestra propia acción de ejercitan-
tes permanentes: para aprender no Arendt, H. (1996). Entre el pasado
es necesario enseñar, ni educar, se y el futuro. Barcelona: Editorial
trata de un comportamiento adap- Península.
tativo cuyas bases innatas e instin- Comenio, J. (1984). Didáctica mag-
tivas, le permiten al organismo (in- na. México: Editorial Porrúa.
dividuo) conducir su conducta de Deleuze, G. (1986). Nietzsche y la
manera eficiente en un medio deter- filosofía. Barcelona: Editorial
minado. La era del aprendizaje es el Anagrama.