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dindmico, en el que factores subjetive
y dbjetives. forman una indivisible unidacl y no dejan de mo
dicarse mutuamente, mientras que la so.ucién no es lograda,
ni el deseo satisfecho? Es de esta aptitue més o menos exten
siva para descubrir el procedimiento eficaz, que abre el camro
perceptivo y el de Ja acoién a conjuntos variables de ciroun
tanoias y de medios, a menudo sin relacién actual con el objeto
perseguido, pero que los movimientas del animal pueden
tegrar en la persecuciin misma? ¢Es de esta inteligencia esen
ciilmente asimiladora que puede resulta esta otra forma ce
inceligencia, que, en la accién, se expresa por consignas; en .a
parcepcién por enumeraciones, observacioies, asociaciones, que
tiene la palabra por referencia constante; Je la cual el lenguale
expresado o intimo, es el substrato indispensable; que distingve
entre los términos; donde cada nocién correspondiente os e*
tabilizadas donde Ja diversidad de los efectos se ssocin a In
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i
diversidad de las combinaciones entre elementos, que deben
permanecer constantes; donde cada especie de relaciones tiende
yhucia una férmula explicita? Esta es una inteligencia que opera
scbre representaciones 0 por medio de representaciones, que
identifica el acto con sus componentes y los efectos con .as
cualidades distintivas de objetos determinados,
‘Varios autores parecen suponer una continuidad indiscernible
entro estos dos procesos, de orientacién :an contraria. Las cos
feteligencias se prolengarfan una en otra, como consecuencia
de un simple progreso de sus operaciones. En verdad, esta es
‘una imagen demasiado simplista de sus relaciones; solamente
sera posible demostrer si tienen algo de comin, profundizando
fen cada una, Pero se distinguen aun por otro cardcter. Sean
cuales fueran Jas interferencias de su actividad, se oponen y
ino dejarin de oponerse, pues los sistemas que unen Ta intell-
gencia practica con las situaciones actuales, n0 tienen otro ob-
Jato que ellos mismos, son agotados por sus propios efectos y.
‘por grande que sea el circulo de las circunstancias que ellos
Erganizan, no por ef permanecen menos cerrados y aislados
en si mismos. La otra inteligencia, por el contrario, se funda
Sobre términos que antes de exptesar representaciones neta~
mente delimitadas, Lan sido instrumentes de comunicacién in~
terindividual, Supone un material que nc le cozresponde a ceda
‘uno inventar para uso propio, a medida que sus progresos éa-
telectuales lo permitiesen 0 exigiesen. El lenguaje enuncisdo
interior que se identifica con el pensamiento disoursivo, ast
como las relaciones y las representaciones de que es soporte,
fienea @ le sociedad por matriz indispensable. Sin duda, no
se trata sino de que el individuo sea apto para asimflar su
‘so, Pero precisamerte, o esta aptitud no seré més que el sello
del lenguaje que el medio ha modelado en el nifio 0, como lo
demuestran tan diversas observaciones, pertenece al desarrollo
expeeifico del hombre, a su naturaleza, y puede excepcional-
mente faltar o anularse en ciertos individluos. Tiene, pues, sus
condiciones propias y no puede ser consecuencia de la inteli-
gencia prictiea, aunque esté fecundada por cualesquiera de las
experiencias que estin 2 su aleance.
'E} acceso del nifio a la inteligencia discursiva, al pensamfento
eolectivo, por medic del Ienguaje y las nociones comunes que
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han perdido a merudo su s
miento; no tienen inés ni autonomfa m: utilidad; sus coordina~
ciones elementales disooiado en circuitos donde han en-
trado con otras actividades. Pero contiriian manifestindose, en
el desarrollo del individuo, con la misma precocidad que en la
serie de las especies, mientras que lo: sistemas ulteriore: de
coordinacién aleanzan también su range, mucho més tarde. Asi
Jos fragmentos de la funcién surgen «ntes de la funcién Su
maduracién es posterior a sus efectos més elementales. Por otra
parte, cuanto més 2ompleja es, le es inenos posible funcimar
Sin aprendizaje, pues las situaciones que permite afrontar al
sujeto aumentan tembién en diversided y terminan por 20n-
s sistemas de condiciones técnicas o socales
frente a las cuales cada civilizacién co oca al individuo. Expe-
riencia y aptitud se implican cada vez inés estrechamente. ero
habiendo rechazad> el papel de Ia maduracién funcioml y
no queriendo tener en cuenta més que las primeras reaccianes
aparentes, de las cuales hace los elementos constitutivos dv las
operaciones ulteriores, Piaget se obliga no sélo a indicar le ex-
periencia como factor ‘inico, sino a no ver en ella nada més
‘que una coleccién de conyunturas favorables.
‘Cuando nos muestra que, en las prmeras semanas, la oria-
tura no trata de chupar mientras sus labios no estén en contacto
con el pecho o el biberdn, que entre la segunda y Ja octava
semana se pone a buscar el pecho desde que so halla ex las
osieiones que preceden inmetiatamen‘e a Is comida (hig enc,
zambio de ropas, alargamiento horizortal, ete.), que entre
tres y cuatro meses intervienen sefialss visuales, Ia vista
biberén o de objetos que le recuerdan su comida determi
dole a abrir la boca y a Horar, nos hace por cierto asi
coordinaciones prozresivas. Pero no cebemos explicarlas mas
‘ave por asociaciones comparables con los reflejos condiciona-
dos 0 por lo que Fiaget llama “asimilecién especitica”, Y ade-
mis no todas las condiciones de los reflejos condicionados stn
en las cfrcunstancias exteriores. Exigen una diseriminaciéa de
Jos excitarites condicionales, que tien muchos grados y que
esté igada, segiin Pavlov, al poder analizador de Ie corieza.
Si el poder asimiledor de Piaget es cxpaz de hacer atravesar
ion, Los reflejos pri
como hechos de’comperta-
28
coment
é
diferencias de dominios sensorio-motrices, significa también que
@lesté dotado de una estructura, cuyos niveles condicionan la
experiencia por Io menos en tanto que derivan de ella.
Sin duda, habria all una acciéa en retorno del conjunto so-
tre las partes. Piaget acaba por atribuir a un sistema coordia-
dor total el poder que tiene el sujeto de interesarse por le
dwversidad de lo rea, y, por consiguierte, de diferenciar los
esquemas entre si. Siendo iguales coordinactén y diferencia-
‘Giga, se debe a su progreso la objetivided creciente de Ja asi-
mnilacién, La estructura que el sujeto sake dar al universo esté
su actividad personal entre
‘ha vuelto reguladora es @ posteriori, consecutiva a los
son individuales. Piaget rechaza 2x-
a. Cada
Si y para si todo el universo,
van de otras esquemas. Esta gene
yor las resistencias del me
estin asociadas a las condiciones de act
"A falta de coordinacién inmediata, Piaget admite sin em
‘pargo un poder dinamégeno difuso. Ocarritia asi que Ja oxci-
tacién debida a cuadsos visuales espectalmente interesantes gana
jos eixeuitos de la succién. Es igualmente natural que en el
curso de sus primerat adaptaciones auditivas, Ia criatura trate de
snitar al mismo tiempo que escuchar. La exoitacién despierta
todas las necesidades a Ja vez. El nifio busca integrar la reali-
dad nueva en todos Jos esquemas de enue smyioqe vt wD
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“vftsea wun ue OLaIGNDsap XO[OD [9 Woo vapor of en o[ BAIMp_gin Guillaume y Meyerson, antloga a la que exige el jueg> de
illar. Sin embarge, la diferencia enti los dos es grande En
Ja del animal, Ia intaicién del cuerpo propio en movimiento est
‘esencialmente presente en toda le duracién de la. accién. En el
choque calculado que obliga 2 la bola a librar repercusiones
previstes, el esquema dindmico que motiva el gesto se ha iden-
{ificado, por transferencia, con el cammyo del billar. Ast
‘cuando el animal debe hacer contoméar los obstii
objeto, el gesto nc deja de modelarse sobre el r
considerable el inturvalo entre el actc de flanquear el limite
visible que se opcne provisoriamente a la aproximacién del
objeto y el de imaginar, como espectedor eventual, una suce-
ssi6n de trayectos en un'campo de choques y de movimi
‘zasmitidos. El cambio de nivel o de
mucho més radical todavia cuando la
‘en el espacio no queda ya suspendid.
desprende de él para convertirse en conocimiento geométr.co 0
‘mecinico, es decir, en un sistema de relaciones y de movimien-
205, a los cuales permanece extraiio quimn los imagina y est dia.
Lo que ha querido subrayar particu.armente Koehler, e los
éxitos del animal que captura su presa, es que éstos no resnltan
de enmiendas sucesivas o de detalles ‘que se suman, segin lo
‘haxfa creer el métado de los ensayos y los errores, sino que
ssurgen cada uno como une constelacién indivisible, de la cual
ningéin elemento tiene sentido ni existencia sino en relccién
con el conjunto. Le solucién se produce repentina y comrleta-
mente en su estructura original, com> no lo anunciaban las
de
tentativas anteriores, Entre el sujeto y el objeto, el des
apropiacién hace sargir un campo de “uerzas, cuyas conf
ciones posibles dezenden a la vez de los accidentes propios
del campo exterior y de los circuitos que son susceptibles de
abrirse en el de Jes conexiones nervicsas. De este tltime de-
penden las diferencias de nivel intelectual entre las espzcies
animales y entre Ics individuos de la anisma especie. Estrecha-
mente complement dos campos no dan lugar « ser
distinguidos sino por el andlisis de sus condiciones respeciivas.
‘Los efectos que de ellos surgen d su fusién intima, Mas
‘estrecha es ella, per otra parte, mas doterminadas, més es ec!
ot
ficas serdn las estructusas que pueden destacarse en ella, No tle
fren nada que ver con los tanteos que Jlevaron al resultado por
Intermedio de correcciones mingsculas y continuas,
El gran mérito de esta concepcién es romper con la partioién
provi de To zeal en thiminos 0 entidades, que con demasiada
Becueneia son considerados més reales que la experiencia mis-
mma y cuyas recombinaeiones son un problema que ha sustituido
Td Verdaderos proolemas, Pero esta voncepeién misma se
fa trasformado en un sistema rigido qua mutila lo real. Ha-
biendo partido de experiencias ingentosas sobre le pereepcién
visual, que mostraban cémo wun dibujo bruscamente puede car-
iar de'significacin « consecuencia de fofimos cambios en el
etalle de los rasgos, 0, por el contraric, conservar la misma
SignificaciOn a pesar de importantes recomposiciones, esta con-
Cepcién ha sido extendida a la interpretaciOn del mundo fisieo,
Ger una parte, y, por ota, a la de los comportamientos en el
Prundo vivo. Ha introducido allf Ia nociin de conjuntos 0 es-
Guoturas, que nada deberfan sino a s{ mismas, unas distintas
Te Suuas, y que han jodido ser comparadas con las ideas pla-
{éaleas. {En todo caso el intervalo entre Tos conjuntos seria neu-
tuo y sin realidad.
“puesta a Ta psicologia de los ensayor y los exrores, es una
psleblogia en la que sélo cuentan los éxtos, y en la que é5-08
pepastan a sf mismes. Los ensayos que preceden no tendrian
Sada que ver con ellos; los ensayos que 20 se realizaron serfan
Zomo inexistentes. La simple observactén muestra, por el con-
frario, que se tresfornan y Iuege, que contibuyen cada uno &
jnodificar el comportamiento del sujeto y a Ievarlo hasta of
instante de Ja solu duda, puede ro haber ninguna seme-
funza aparente ni extre ellos ni con el éxito final. Rero on el
iMyndo fisico también se producen cambios repentinos de ecui-
jibeio y en el mundo biolbgico mutaciones que, sin parecérsees,
jo suceden sin causalidad con los estadas anteriores y que los
Nemplazan cuando tna ecumulacién suficiente de cireunstan-
eemporna inevitable la metamorfosis. Ss la cantidad que se
Gekronma en oualided, Aqui los ensayos, atin infructuosos, 20
tenon mas que un valor negativo. Por ello se procura la fase
guia del acto, aqudlla en que Ja falta de éxito agrava el con
Sisto entre la necesidad, el deseo, Ja nevesidad afectiva o vital
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°B opunur yep f oveamy opunur yop seidoxd semyon:
‘sepueday & sefBopaue ap ospaua rod perouysns
‘wun uqeiedo 9s fop so] anug “sopeBustion on £ or
san [epoos odiono yep oquauiaqo wpwo e opuedngine ‘ooIsgg 2xpoutmedias no son las tinicas que pueden modelar el eparato verbal
¥ logico, sin el cual la exzeriencia no podzia inscribirse en los
euadres del pensamiento,
zasado, el tipo de conocim ento varia mucho
davia, hasta tal punto que nos sei
considerer que no se trata mis de con
tos, sino de ilusiones, prejuicios y, finalmente, mitos. Es
ue Usel|eit99 sepeprvax gnb ‘eze[dsap as soroadsa gnb ua jos
B 22 onb of ‘sofo sns uaa onb oy © oquayy ‘oprequasesdar op
HEH ‘olf op wisana osrep vred “wsuq Ip ured oparqoouoouy
Su oyonut eset < oqueptioxdios wey osoffawieut opm ue op
wouasord wo otiod cy ‘avows wo a359 onb sopwyjnser soy U2 “ayLae
duendehechicero que se pasea lejos del durmiente al cual
fest unido en existencia, es como la emanaciéa de sus eficien-
Gias y de sus potencialidades perversas. Sin duda hay todavia
algo carnal, pues en estos vestigios, recientes, de la “mentali-
dad prmitiva’, lo visible y lo invisible, el efe:to y la eficacia,
Ja naturaleza naturada y la natureleza naturinte, no pueden
ser atin imaginadas sino bejo las mismas especies. Lo invisible
esta siempre en las franjas de lo visible. Deja de ser invisible
en ciert2s casos, 0 para cier-os privilegiados, o en los suefios. Es,
pues, una sublimacién todavia muy conereta ile las realidades
que suiren en él sus transiormaciones. Pero ya es ol lugar de
sus carbios que esté més alld de sus apariencizs actuales.
En cianto al nifio, no sabe todavia més que yuxtaponer entre
si los objetos de su experiencia directa, Explica el movimiento
del maz por los pefiascos o los del Sena por los escalones que
descienden hasta él. Del mismo modo atribuy2 a los barcos la
corrente que azrastra al ro 0 Ins ols que agitin al mar, Tiene
In experiencia de los impulsos que se produzen de objeto a
objeto, pero es tan incapaz de superar su aszecto puzamente
sensible, que no sabe reconocer en qué sentido >peran. Frecuen-
temente hasta invierte altemativamente los payeles activo y pa-
sivo de un término a otro. Es incapaz todavia de proyectar s0-
bre un sampo de fuerzas y de efectos virtuales la representacion
sistemitica de los cuerpos ¥ los movimientos.
La éiferencia intelectual entre la edad del totem y la de
Ja ciencia es menos de nivel que de material y técnica ideolé-
gicos. Las potencias invisibles del primitivo evidentemente no
guardan semejanza con las fuerzas que mide el fisico, pero a su
modo desempefian el mismo papel. Son distintas de lo real,
pero se mezclan, lo comp-imen, lo invaden, forman parte de,
|. Son el doble del individuo o de su clan y se proyectan en
jguma parte, en el pasado como ascendientes, em ciertos lugares
reales 0 m{ticos como supervivencia de los maertos, pero per
manecen ligadas al presents como espejo o mé: bien como prin-
cipio de Io que ahora vive. Es una existencia oculta de donde
procede la existencia visible, es el apoyo permanente de lo
que esté sometido a los cambios y accidentes de la vida. Es
el mundo intangible de las sausas.
92,
Sin duda estén alli los seres que parecen haber ocupado un
puesto en la cronologfa, pero que al mismo tiempo sobreviven
Pomona fuonte permanente de acciones y do zesultados. Los
tiempos muy lejancs en que existian som presentados con fre-
suencia como anteriores al tiempo, es decir, como lo intem-
poral o lo etemo. Y parece que esta existencia eterna fuera
tina concepoién que ha precedido a la necesidad de asignar al
mundo mitico un lugar en la sucesién de los Hempos. Esta
necesidad se ha impuesto cuando el tempo se ha convertido
fen un orden de sucesién sistematico. Prinsitivamente se con
fund{a con el sentimiento de la existencia subjetiva y con el
relorno de algunas solemnidades tradicionales, que eran pre
cisamente una evocacion de los seres m{ticos de los cuales de-
‘pendia el clan, una invocacién a aquellos que eran su sustancie,
fu raz6n, su eficiencia con forma de imagen.
‘Al principio fuera del tiempo, el té:em termind por ocupar
su lugar en él con los ascendientes, cuando las generaciones su-
‘cesivas, ya susceptbles de contarse, han debido concebirse
‘como la posteridad de seres distintos, a quienes se referia, en
Jn duracion ya distrbuida de edades, la primera de estas eda-
des, De su iamanencia inicial el doble ha emigrado luego hacia
tna existencia mejor individualizada, que ha sido necesario
hacer retroceder hesta Ia época de los'origenes, imaginade ésta
como distinta. El momento en que fue necesario imaginar una
fliact6n hist6vica introducia ya una fisura en el mito. Era por
To menos el vehiculo del ser, cuyo fundamento debia buscarse
siempre fuera de lo que es simplemente probado o tretado,
segiin la ooasién o las necesidades,
Pas ceremonias Je los primitives tienden a resucitar la pre-
fencia, a provocar ia asistencia de estas potencias tutelares. Son
feonioas Htusles niuy rigurosamente determinadas y que dan
por su sistematizasion una especie do coherencia Tégica a le
Pategoria de lo oculto. Por obrar sobre lo real, permanecian
orientadas hacia lo social mas que hacia Jo fisico; pero servian
de azo primario entre las dos. Su propésito esencial era ins-
tituir relaciones extre los hombres, asentarlos sobre el_ soporte
resistente de los clanes y tribus, poniendo asi e los individuos
yt las eolectividades en condiciones de coordinar sus, activi:
Gades, Pero al mismo tiempo Jas insczibfan en los cundros del
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