Вы находитесь на странице: 1из 3

SOBRE EL ORIGEN DEL NOMBRE DE JAUJA

Un viejo tema para una nueva interpretación

Autor: Carlos Hurtado Ames

Nota Introductoria

El tema del origen del nombre de Jauja ha sido tratado en algunos trabajos, aunque no
muchos, principalmente de manera ensayística. Con esto queremos decir que no hay
propiamente un estudio documentado y serio sobre el particular, aunque las
aproximaciones existentes sirven de base para elaborar una nueva interpretación del
asunto. Por ello, en el presente artículo trataremos de revisar lo que se ha escrito y
publicado sobre el particular hasta el momento, e intentaremos discutir sobre todo las
interpretaciones que se han dado.

El trabajo que ahora presentamos tiene su origen en la invitación cordial que nos hiciera la
directiva del Club Jauja, quienes con motivo de sus Bodas de Oro (1954 - 2004),
programaron una jornada cultural donde se me solicitó disertar, a nombre de la Asociación
Cultural Hatun Xauxa, sobre "El origen del nombre de Jauja y la realidad de su Escudo",
por lo que quiero expresar mi reconocimiento a dicha institución. En la entrega que
realizamos ahora, nos centraremos en lo concerniente al origen del nombre de Jauja, que
fue uno de los temas abordados en aquella jornada, y el tema relacionado a la realidad del
escudo, lo abordaremos en otra oportunidad.

El origen del nombre de Jauja

Son varias la hipótesis que existen sobre el origen el nombre de Jauja. Entre ellos el más
conocido y a la vez el más aceptado es la versión que recogió Max Espinoza Galarza en su
Topónimos Quechuas del Perú (1973), según la cual Jauja sería la confusión de Hauca,
que en quechua significa descanso, holgado, apacible.
Según Espinoza Galarza el nombre de Jauja deriva de Hauca por lo siguiente: La
pronunciación de Hauca se hace aspirando la H en quechua, de donde resultaría una J
inicial, muy suave por ser aspirada y se pronuncia Jauca, que significa lo anotado, es decir
holganza, descanso, apacible, tranquilo. Finalmente, concluye Espinoza Galarza, los
españoles lo hicieron Xauxa que, al final devino en Jauja (Espinoza Galarza, 1973: 50 y ss.)
Una versión similar a esta fue presentada con anterioridad por Clodoaldo Espinosa Bravo
(1964), pero como ha sido desarrollada por Espinoza Galarza con mayor profundidad no
nos extenderemos en ello.
Hay varias cosas a tener en cuenta sobre esta tesis. De un lado pienso que se parte del
supuesto de uno de los actuales significados de la palabra Jauja que encontramos en los
diccionarios, al menos desde el siglo XIX, y es la que precisamente la define como un lugar
apacible, o sobre todo lugar de holganza. En este caso, lo que debemos discutir es de
donde viene este significado de Jauja como un lugar de holganza. A partir de ello
discutiremos la tesis de Espinoza Galarza y presentaremos nuestra consideración sobre el
origen del nombre de Jauja.
La historia de Jauja propiamente se remonta al siglo XV, cuando los incas establecieron el
centro administrativo de Hatun Xauxa (aprox. en 1460). Si bien hay un proceso anterior y
que corresponde a la expansión imperial Wari y el periodo de los señoríos regionales, para
el tema que ahora nos ocupa basta con poner punto de partida la conquista de los Huanca
Xauxas -grupo étnico local llamado así con fines de estudio- por los Incas. Tras el
sometimiento de los Huancas, los Incas como dijimos establecieron Hatun Xauxa, que era
una de las principales ciudades incas del Tahuantinsuyo, incluso se puede afirmar que era,
después del Cuzco naturalmente, la ciudad inca más importante. Hay varias cosas que
permiten sostener este argumento, por ahora basta con decir la predilección que tuvo
Huayna Cápac por esta ciudad, lo que le hizo construir una réplica del Coricancha, que
posteriormente maravilló a los españoles.
Por esta razón es que cuando los españoles llegaron al valle, el nombre de Xauxa ya existía,
de ello hay prueba en todas las crónicas que dicen algo de la región en estos años iniciales
del virreinato, como el presunto Estete, Pedro Sancho, Pedro Pizarro. Por ejemplo este
último dirá: "Estos naturales de Xauxa son dos parcialidades, unos que llaman Xauxa, y
otros Huancas" (citado en Rivera Martínez, s/f: 39). Pero las consideraciones más
importantes vendrán de Garcilazo de la Vega quien en su Comentarios Reales dice, al
hablar sobre Jauja, " (...) Sausa, que los españoles, corrompiendo dos letras, llaman Jauja,
hermosísima provincia que tenía más de treinta mil vecinos, todos debajo de un nombre y
misma generación y apellido, que es Huanca"; Garcilazo, al establecer diferencias sobre la
indumentaria de los habitantes del valle, agrega: "Los Xauxas traen unas fajas coloradas
alrededor de las cabezas, de anchor de una mano; los Huancas las traen negras".
De acuerdo a esto, podemos sacar las siguientes conclusiones. En primer a la llegada de
los españoles había claramente grupos diferenciados, al menos los Huancas y los Xauxas,
aunque todos fueron llamados de manera genérica como Huancas. Ello se explica porque
durante el intermedio tardío, los Huancas fueron un señorío, no un reino como
ingenuamente se cree, es decir no había unidad política, pero si unidad cultural, eran
diferentes ayllus con jefes guerreros que se confederaban en tiempos de guerra, pero que
tenían fuertes disputas entre ellos mismos, principalmente por el acceso a los recurso, en
este caso tierras. Hasta durante la dominación Inca duraban estos líos, por lo que los Incas
deciden dividir el valle en tres parcialidades: Hanan Huanca, Lurin Huanca y Hatun Xauxa.
Se deduce que tanto Hanan Huanca y Lurin Huanca fueron llamados Huancas y Hatun
Xauxa como los Xauxas.

Ahora, me parece perfectamente sostenible lo dicho por Garcilazo, que los españoles
corrompieron Xauxa por Jauja, y ello lo observamos en casi todo los documentos sobre
todo administrativos, donde el primer cambio fue de Jauxa y posteriormente Jauja, es de
resaltar que ello inclusive lo vemos en documentación de los siglo XVII y XVIII.
De otro lado, el invasor español al llegar al Tahuantinsuyo, tenía en su imaginación la idea
del País de la Cucaña, un país imaginario donde los ríos eran de leche, las paredes de oro
y cosas por el estilo. En realidad esta idea era común a la época medieval y correspondería
a un estudio aparte su disquisición sobre todo al tema de las utopías en la historia. Lo que
nos interesa de ello, es que los españoles relacionaron esta idea de su imaginario con la
Hatun Xauxa de los Incas, lo cual es comprensible, sobre todo si tenemos presente que
Hatun Xauxa es la primera ciudad en Tierra Firme con las características más próximas al
Dorado, desde la llegada de Colón que veían lo españoles; además del ansia que tenían
por el oro desde que emprendieron el viaje de Cajamarca al Cusco y lo inhóspito de los
Andes, Hatun Xauxa simplemente los maravilló.
Debido a esos avatares que de los que sólo la historia sabe el secreto, y a pesar de que el
Cuzco y Pachacamac eran en cuanto a oro más ricas que Hatun Xauxa, fue ella la que paso
a la posteridad como sinónimo de riqueza ilimitada, pero ahora como Jauja. En España se
creó como sabemos la leyenda de Jauja o del País de Jauja e Isla de Jauja, un lugar donde
pagan por descansar y te castigan por trabajar, con árboles de buñuelos, paredes de
chocolate, ríos de leche, etc., sobre todo a partir de las composiciones del hombre de teatro
Lope de Rueda, cuyo estudio abarcaría más líneas de las que ahora nos permite esta
publicación.
Bien, concluyamos. Esta conceptualización de Jauja como un lugar de riqueza ilimitada, se
vinculó a otro que era una consecuencia del mismo, es decir holganza, de ahí que Jauja en
una de sus significaciones es holganza. Max Espinoza Galarza parte, entonces, de esa
definición, y a partir de ello, sustenta su análisis de Jauja como una derivación del quechua
Hauca. Como hemos visto, propiamente es una derivación de Xauxa, que por ahora no
intentaremos explicar donde los Incas lo tomaron o si existía tal nombre con anterioridad.
Con lo que hemos manifestado baste por ahora.

Вам также может понравиться