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CAPITULO 41 Drenaje subterrdneo. Empleo de geotextiles 41.1 INTRODUCCION El drenaje subterrdneo tiene por objeto evacuar lo antes posible el agua no superficial existente en la carretera y sus proximidades, particularmente en las explanaciones y en el firme, con objeto de evitar dafios de diversa indole. E\ drenaje de la infraestructura viaria es fundamental para aségurar su durabilidad. Los materiales granulares empleados en los firmes desde el principio del siglo xIx no transmiten bien a la explanada las cargas del trdfico si estan tan saturados que las pre- siones efectivas difieren mucho de las totales. Las capas tratadas con cemento 0 con ligantes asfalticos tienen un comportamiento mejor, y ello les permitié funcionar bien durante bastantes aiios aun cuando no se cuidase especialmente el drenaje de la infra- estructura; s6lo cuando aumentaron las cargas del trdfico, se empez6 a considerar que la eventual presencia del agua constitufa un problema. Por otro lado, la definicién de la capacidad estructural de la explanada sobre la que se apoya el firme se refiere a unas condiciones concretas de humedad que dependen del tipo de clima y de la distancia a un eventual nivel fredtico; una alteracién importante de esas condiciones por la presencia del agua puede reducir drdsticamente la capacidad de soporte de la expla- nada. En efecto, la saturacién de los materiales del firme 0 de la explanada, asf como la presencia del agua en el terfeno afectado por la traza de la carretera, puede dar lugar a varios efectos no deseables: * Unos problemas de inestabilidad en los taludes de las explanaciones. * Una reduccién de la capacidad de soporte de los terrenos en los que se apoyan los rellenos 0 unos asientos excesivos de aquéllos bajo el peso de éstos. + La disolucidn de algunos materiales, especialmente de las formaciones salinas. * Una disminucién considerable de la vida util del firme bajo la accién de las car- gas del tréfico, ya que pueden aparecer: * Unos cambios de volumen si en el cimiento del firme hay materiales expan- sivos. * Una reduccién de la capacidad de soporte de las capas granulares, en particu- lar del médulo de resiliencia. 165 166 INGENIERIA DE CARRETERAS * Un despegue de las capas del firme por la circulacién de agua entre ellas, la cual también puede causar un arrastre de los finos y una erosi6n interna en los materiales del firme. * Una reduccién de la cohesién. En particular, puede disminuir la adhesividad entre el drido y el ligante en los materiales bituminosos. EI drenaje subterraneo puede reducir a unos limites aceptables la incidencia de los problemas expuestos facilitando la evacuaci6n del agua libre y estableciendo unas ba- rreras a la transmisi6n del agua capilar. El drenaje subterrdneo es una parte del siste- ma que forman las explanaciones y el firme y es a veces necesario para que este siste- ma pueda prestar satisfactoriamente el servicio a la circulacién. Sin embargo, con los procedimientos de construccién y con los materiales hoy dia empleados en las carreteras, el drenaje subterréneo es més un recurso localizado para algunos casos en los que resulta imprescindible que una técnica de aplicacién indis- criminada. Asi, por ejemplo: * Al construir las explanaciones de las carreteras de nuevo trazado, sobre todo en los grandes desmontes, puede ser necesario rebajar previamente el nivel fredtico © captar los manantiales. En los firmes de las carreteras nuevas no se suele necesitar ningtn drenaje sub- terr4neo, salvo en algunas circunstancias concretas como las siguientes: Al pasar de un desmonte a un relleno. Debajo de la explanada hay un suelo susceptible a la accién del agua. El nivel fredtico se halla a poca distancia de la explanada. La rasante presenta un punto bajo en correspondencia con el cual se puede acumular el agua en el firme o bajo la explanada que incluso podria llegar a producir una carga hidrdulica en la interfaz entre las capas. * El material que constituye la explanada es arcilloso, con un indice de plasti- cidad, por ejemplo, superior a 12. * El pavimento de la calzada es de hormigén, pero el del arcén no, y entre am- bos queda una junta longitudinal no estanca. Al ensanchar o rehabilitar una carretera existente es conveniente considerar el drenaje de su firme. En el primer caso, la necesidad surge porque el ensancha- miento perturba el equilibrio hidrdulico al realizarse con unos materiales gene- ralmente menos permeables que los del firme antiguo; en el segundo, una mejo- ta de las condiciones del drenaje puede permitir que la rehabilitacién resulte de menor entidad. ‘ En definitiva, el drenaje subterrdneo no se disefia para remediar defectos de pro- yecto o de construccién y s6lo se debe disponer donde resulte imprescindible. En par- ticular, el drenaje es de una utilidad muy reducida donde se da alguna de las siguien- tes circunstancias: La precipitacién anual no rebasa los 400 mm. * Se esta sobre un relleno de una altura suficiente (mas de 1,5 m). CAPITULO 41. DRENAJE SUBTERRANEO. EMPLEO DE GEOTEXTILES 167 * Debajo de la explanada hay un suelo muy permeable y poco susceptible a la ac- cién del agua. + La permeabilidad de la explanada es superior a 3 - 10° cm/s. * La coronacién est4 formada por una estabilizacién en un espesor suficiente (mds de 20-25 cm). En cualquier caso: * El desagiie superficial (Cap. 40) debe funcionar adecuadamente a fin de asegu- rar que no existir4n puntos de acumulacién de agua. En particular, la eliminacién del agua superficial de Ja plataforma se favorece por la inclinacién de su Ifnea de méAxima pendiente, pero debe estudiarse cuidadosamente d6nde ésta resulta insu- ficiente por la conjuncién del trazado en alzado y de las variaciones del peralte. El pavimento se debe conservar con una impermeabilidad suficiente, reduciendo en todo lo posible el ntimero y la coincidencia de las juntas de construccién en las distintas capas del firme, sellando las juntas (en particular, la situada entre la calzada y el arcén) y, cuando sea necesario, sellando las grietas y renovando su- perficialmente, en su caso, el pavimento. Finalmente, conviene tener presente que los elementos de un drenaje subterréneo no s6lo sirven para extraer agua del firme o de las explanaciones. Si est4n mal disefia- dos, construidos 0 conservados, también pueden introducirla en ellos con el consi- guiente perjuicio para su funcionamiento. 41.2, PRESENCIA DEL AGUA El agua puede estar presente de cuatro maneras en un medio poroso (como un suelo 0 un material granular) o en un medio relativamente impermeable afectado por un siste- ma de juntas, grietas o diaclasas (como un macizo rocoso): Como una humedad adsorbida a las particulas. Como vapor de agua (en fase gaseosa). Como agua libre (saturando o no el material). Es la tinica que se puede evacuar por la accién de la gravedad mediante un sistema de drenaje subterr4neo. Como agua capilar. Es propia de algunos tipos de suelo en los que Jos huecos tie- nen un tamafio tan pequefio que la tensién superficial del agua puede dar lugar a fenémenos de capilaridad: el agua es atrapada en el suelo por su capacidad de succién. En relacién con ésta, se pueden hacer las siguientes consideraciones: * La succién del agua situada bajo la explanada puede ser detenida por la barrera que representa una capa 0 un manto drenantes gracias al mayor tamafio de sus huecos. + La succién del agua procedente de los arcenes, o en general de las margenes de la carretera, puede ser detenida por medio de unas zanjas drenantes y, en particular, por unos drenes de aleta (Apartado 41.7.2: Zanjas drenantes). 468 INGENIERIA DE CARRETERAS 41.3 PROCEDENCIA DEL AGUA El agua subterranea que afecta a la carretera puede provenir de: * La superficie, por la infiltracién del agua de escorrentia. * El propio terreno natural, por la presencia de capas fredticas 0 de manantiales. 41.3.1 El agua infiltrada por la plataforma 0 por sus margenes La permeabilidad de los materiales que constituyen los pavimentos convencionales de mezcla bituminosa o de hormigén es del orden de 10° cm/s. Por tanto, el agua que se infiltra por la plataforma de Ja carretera lo hace a través de las juntas que presenta el pavimento (en especial, la junta de construcci6n entre la calzada y el arcén) y de las grietas que en él se han producido. La infiltracién del agua por las juntas y por las grietas es un fenémeno complejo en el que intervienen su longitud y su anchura, la inclinacién del pavimento y la in- tensidad y duracién de la precipitacién. Se puede admitir que una junta o grieta de tipo medio es capaz de absorber un caudal del orden de 10 l/h por cada metro. La méxima infiltraci6n se alcanza con unos valores relativamente bajos de la intensidad de la Ilu- via, a partir de los cuales el caudal infiltrado no aumenta sensiblemente aunque aqué- lla sea més intensa: el exceso no es captado, sino que escurre. La duracién de la pre- cipitacién sf influye més directamente en la cantidad de agua infiltrada. En principio, se podria considerar la precipitacién maxima en un periodo de veinticuatro horas para un perfodo de retorno de dos afios con una duracién de cinco a diez minutos. Hay que tener en cuenta el ndémero de juntas longitudinales de construccién que tie- ne el firme; en estas juntas longitudinales se suele manifestar una grieta al cabo de un cierto tiempo. Asimismo, la separacién media entre las grietas transversales es del or- den de 4 m en firmes con capas inferiores tratadas con cemento y de 12 m en los fir- mes con capas inferiores bituminosas; en los pavimentos de hormigén en masa, la se- paraci6n entre las juntas transversales es del orden de los 4-5 m. En unas condiciones medias, el caudal medio infiltrado (I/h por m? de pavimento) puede llegar a ser del orden de la mitad de la intensidad horaria maxima considerada (mm/h). El caudal procedente de las infiltraciones de fuera de la plataforma (bermas, cune- tas, mediana, taludes) es mds dificilmente cuantificable de una forma generalizada. 41.3.2 El agua del terreno De una manera general, el agua libre contenida en el terreno que puede afectar a la carretera se manifiesta de dos formas: * Como unas infiltraciones poco profundas a lo largo de la traza de la carretera, que ocupan normalmente las zonas mas deprimidas del terreno. CAPITULO 41. DRENAJE SUBTERRANEO. EMPLEO DE GEOTEXTILES 169 * Como una saturacién de un medio permeable (capa freatica), que puede ser in- terceptada por las explanaciones 0 influir en el comportamiento resistente de la explanada. La capa fredtica puede ser relativamente continua y tener una extensién considera- ble (caso de los terrenos Ilanos y sometidos a inundaciones) o estar mds o menos lo- calizada (caso de los flujos paralelos a las laderas en los terrenos homogéneos 0 en el contacto entre un suelo permeable y un sustrato impermeable), manifestandose en for- ma de manantiales. Estos (y las infiltraciones localizadas) suelen ser dificiles de detectar en la fase de proyecto; en cualquier caso, es dificil estimar su caudal maximo, que puede llegar a producirse con varios dias y hasta semanas de desfase con las pre- ipitaciones que los alimentan. La presencia de una capa freatica exige una cuidadosa investigacién de sus causas y de su naturaleza. Es preciso estimar la cota maxima a la que puede llegar y los cau- dales m4ximos con los que puede alimentar al drenaje subterrdéneo durante el perfodo de vida util de la carretera. Por tanto, para decidir si se va a disponer un drenaje subterré- neo y para proyectarlo correctamente, es necesario conocer las caracterfsticas hidrogeo- I6gicas de los terrenos atravesados por la traza. Para ello hay que realizar un reconoci- miento hidrogeolégico que permita disponer de una informacién suficiente acerca de: a) Los perfiles hidrogeoldgicos del terreno: el espesor de los suelos y de los ma- teriales del recubrimiento, su litologfa y permeabilidad, el espesor y la estruc- tura de las capas fredticas, los cambios (laterales y verticales) de facies y las alternancias de los estratos permeables e impermeables. b) La permeabilidad de las diferentes formaciones: su medicién se puede efectuar tanto en laboratorio como in situ. Como parte del estudio, se deben inventariar las fuentes, los afloramientos de agua y los niveles detectados en los pozos existentes, en las calicatas y en los sondeos efec- tuados (la medida del nivel fredtico es muy barata si se ha tomado la precaucién de ins- talar en ellos unas tuberias de PVC con ranuras) y, en su caso, en los piez6metros que se instalen. También se puede recabar informacién a los organismos locales e incluso a los particulares que resulten fiables por tener explotaciones agrarias o registros pro- pios. Este inventario debe ser sistematico a lo largo de varias estaciones, y aunque el estudio se Ileve a cabo durante un hiperciclo seco, es recomendable elegir un hiperci- clo himedo si se dispone de datos para ello, pues en la vida de la infraestructura éste se dard con toda seguridad. Conviene seguir su evolucién a lo largo de un afio por lo menos y, en especial, cuando los acufferos estén ms cargados tras un perfodo prolon- gado de Iluvias, como suele ocurrir al final del invierno. Con una idea de la posicién, de la forma y de las dimensiones de la superficie de las explanaciones, de los valores de las permeabilidades del terreno y de la presencia de niveles fredticos, es posible elaborar durante e] proyecto un modelo que permita una definicidn cualitativa y cuantitativa del sistema de drenaje subterréneo que conviene construir. La cuantificacién precisa de los caudales para dimensionar los elementos de] dre- naje subterrdneo es un problema que con frecuencia resulta de dificil resolucién du- 170 INGENIERIA DE CARRETERAS rante la fase de proyecto: est4 muy condicionado por las singularidades locales, espe- cialmente en los terrenos rocosos, en los que el flujo del agua se produce basicamente a través de sus discontinuidades, dificiles de detectar y de valorar en dicha fase. Por ello, es frecuente que, al comprobar en la obra la presencia de este tipo de agua libre y su caudal, se tenga que reajustar el disefio del drenaje subterraneo. Para ello, es im- prescindible contar con unas reservas presupuestarias suficientes, por ejemplo, como unas partidas alzadas a justificar mediante unos precios que estén incluidos entre los contractuales ya desde el momento de Ia licitacién. Para una mejor estimacién del caudal aportado por una capa fredtica, es recomen- dable efectuar en la fase de proyecto, o si no al comienzo de las obras, unos ensayos de agotamiento a partir de los pozos existentes o de las calicatas 0 sondeos efectuados. También se pueden excavar unas zanjas en correspondencia con las futuras zanjas dre- nantes, con una longitud de 10 a 15 m hasta una profundidad de 50 cm por debajo de la cota a la que se desea rebajar el nivel freatico, y bombear el agua de ellas durante un perfodo suficiente para que se alcance un nuevo equilibrio, observando la evolucién del nivel freatico en unos taladros perforados en una linea perpendicular a las zanjas a unos intervalos entre 1,5 y 3 m hasta una distancia de unos 6 m. Finalmente, hay que estudiar también la influencia que tendré la traza de la carre- tera sobre las fuentes, los manantiales y los pozos préximos a ella, asi como sobre las zonas de recarga de los acufferos. 414 LA PERMEABILIDAD DE LOS MEDIOS POROSOS Se puede admitir que los procesos de drenaje por gravedad a través de un medio po- Toso, como los que corresponden a un drenaje subterrdneo, se rigen por la ley de Darcy referida a un flujo laminar (no turbulento): Vek [41.1] siendo V =La velocidad media del flujo a través de una seccién bruta del medio poroso (cm/s). k = La permeabilidad del medio poroso (cm/s). i= El gradiente de energia (normalmente pequefio) (cm/cm). Aunque en la practica muchos de los medios porosos no se hallan totalmente satu- rados de agua, las hipétesis habituales se refieren a un medio saturado, y salvo en ca- sos especiales, se puede admitir que quedan del lado de la seguridad si se aplican a uno no saturado. Donde hay dos materiales cuya permeabilidad difiere en dos 6rdenes de magnitud (esto es, un material tiene una permeabilidad mayor de cien veces la del adyacente), el material mds permeable se Ilevaré todo el flujo de agua. Por ello, conviene prestar aten- cin a las variaciones de la permeabilidad tanto dentro de un mismo horizonte geolé- gico-geotécnico (por variaciones laterales de facies o por la presencia de unos entor- CAPITULO 41. DRENAJE SUBTERRANEO. EMPLEO DE GEOTEXTILES 171 nos mds meteorizados) como entre materiales adyacentes de distintas caracteristicas granulométricas. La permeabilidad se puede estimar a partir de ensayos in situ o en laboratorio: * Los ensayos in situ se realizan en los sondeos, empleando el ensayo Lefranc si se trata de suelos y el Lugeon si se trata de rocas. Alternativamente, se pueden realizar ensayos de bombeo. * En laboratorio se pueden emplear permedmetros. En cualquier caso, la precisién en la determinacién de la permeabilidad es escasa: Ja real puede ser del orden de tres veces mayor 0 menor que la determinada. Los re- sultados dependen mucho de la estructura final de los huecos, aunque la porosidad sea la misma, y presentan una gran sensibilidad a la aiteracién en laboratorio. Ademds, el numero de ensayos es en general limitado y las condiciones del terreno cambian a lo largo de la traza. A la vista de esto, cabria rendirse ante estas dificultades y no efectuar ensayos. Sin embargo, unos valores, aun imperfectos o imprecisos, pueden centrar el problema en su verdadera magnitud. Los inconvenientes sefialados deben servir para que se elijan con atencién los emplazamientos de los ensayos y para que éstos se efecttien con cui- dado y precisién a fin de desvirtuar lo menos posible el resultado. Un complemento util de los ensayos es, para los suelos, la férmula de Hazen, que relaciona la permeabilidad k (cm/s) con el tamafio D, (mm) al que es inferior el 10 por 100 del material: k=A- (Do) [41.2] Como valor de A, puede tomarse 1 como media y puede variar entre 0,4 y 12 (Holtz y Kovacs, 1979). El resultado de esta estimacién es aceptable como valor medio para materiales con pocos finos (permeabilidades superiores a 10 cm/s). También se pue- de estimar la permeabilidad a partir de unas correlaciones con algunas propiedades del material, como la establecida por Moulton: dig , 665 k=219,2- [41.3] 260 siendo dio = El tamafio correspondiente a un cernido del 10 por 100 (mm). = La porosidad efectiva (tanto por uno). Cag = El cernido por el tamiz nimero 200 ASTM (porcentaje, en masa). En la Tabla 41.1 se dan valores aproximados de la permeabilidad de distintos ma- teriales. La permeabilidad de los materiales granulares empleados en los firmes (salvo los materiales drenantes, sin finos) es habitualmente baja, ya que cuentan con una fraccién fina importante; por ello, no estan previstos para conducir o drenar agua. Una vez com- pactados, su coeficiente de permeabilidad es inferior a 10+ cm/s.

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