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CIENCIA Y FILOSOFÍA COMO FUENTES GENERADORAS DEL

CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

CLAUDIA LILIANA ROLDAN MEJIA

CATEDRÁTICO

CESAR AUGUSTO AGUIRRE LEÓN

ASIGNATURA

FILOSOFÍA DE LA CIENCIA

UNIVERSIDAD DE BAJA CALIFORNIA

DOCTORADO EN EDUCACIÓN

TULUA – VALLE -COLOMBIA

SEPTIEMBRE, 2018
CIENCIA Y FILOSOFÍA COMO FUENTES GENERADORAS DEL
CONOCIMIENTO CIENTÍFICO

Introducción

El hombre en su afán de dar explicación a cada cosa o hecho, interpretar y


transmitir lo que sucede en su cotidianidad, inicia el largo camino que lo conduce a las
diferentes formas de concebir su vida e ir evolucionando de acuerdo a las situaciones, de
manera que su comprensión racional del mundo puede llegar a reinventar explicaciones
que con el tiempo deberá demostrar rigurosamente para dar validez a sus apreciaciones,
situación que será inacabada como el ser humano en su continua evolución.

La búsqueda de la verdad, esa necesidad por comprender su entorno y si lo que


existe en realidad es o no, han permitido que a través de la complementariedad entre
filosofía y ciencia se genere conocimiento para dar respuesta a los cuestionamientos
hechos, esta voluntad se refleja en la indagación, el rigor, la claridad conceptual y la
contrastación de fenómenos que se explican a través de una y otra, en una relación
indiscutible para el avance de ambas.

Un camino de cuestionamientos

La filosofía surge utilizando interrogantes, esto es una serie de análisis a través de


argumentos lógicos, retóricos y dialécticos, que funcionan a partir de la capacidad de
pensar propia de cada individuo y va privilegiando el develamiento de preceptos que en
un determinado suceso pueden llegar a ser veraces, sin embargo el camino de
cuestionamiento es inicio y fin a la vez porque renace con cada filósofo. Dicho de otra
forma cada persona puede plantear respuestas diferentes que se adaptan a sus condiciones
de vida siendo válidas para ella sin que implique que las propuestas por otro no lo sean de
igual manera.

Es innegable que la filosofía al aproximarse a dar respuesta a las inquietudes del


hombre sobre su existencia, su entorno o el objeto en estudio, es fuente de conocimiento.
Convocando a personalidades de la época –filósofos - a indagar, a suponer, a argumentar,
a especular, a comprobar y generar principios que sirvieron de marco para referenciar
dichos supuestos, no en vano Azcárraga (2003) dice: De forma análoga es más que
posible que la filosofía, debido a las circunstancias en las que nació, llevara en sí misma
el germen de sus futuras limitaciones. En efecto, los sistemas filosóficos clásicos
surgieron exclusivamente –no podía ser de otro modo– de la pura reflexión e
introspección del filósofo, ambas inevitablemente motivadas y condicionadas por lo
que podría llamarse su experiencia vital, diferente para cada persona. Esto explica
la aparición de distintos sistemas filosóficos según las épocas, culturas y, por supuesto,
los propios filósofos (Azcárraga, 2003).

En consonancia con lo anterior, vale la pena que empecemos por discurrir en la


evolución de pensamiento filosófico, considerando que para los platónicos conocer es
tomar conciencia de las ideas independiente de cualquier hecho que se trate de captar,
mientras que para los aristotélicos el mayor énfasis estaba en los métodos lógicos y
prácticos como medios de atesorar conocimiento y captar los principios universales. Por
otra parte los escolásticos, quienes consideraban a Dios como inicio y fin del
conocimiento. Seguidamente el renacimiento que privilegia retomar esa forma de ver y
buscar conocimiento, sea entonces Descartes que introduce la duda metódica. A su vez
Locke sitúa su fuente en la experiencia sensible, sosteniendo que no existe una verdad
innata o accesible sólo por razonamiento del intelecto, sino que experiencia y sentidos son
fundamentales para conocer. Hay que mencionar además, a Leibniz que propone un nexo
entre la razón y la metafísica para solucionar grandes problemas. Tomemos también, el
positivismo con el desarrollo de las ciencias exactas, modelos matemáticos y la aplicación
de un único método para analizar la ciencia, sea esta empírica o social. El racionalismo
valora en extremo la razón como única facultad humana capaz de alcanzar el
conocimiento, afirmando que solo la conciencia posee contenidos e ideas para sustentarlo
en contraste con el relativismo que niega cualquier absoluto y sostiene que todo
conocimiento es relativo, entre otros (Reale, 2010).

Ahora bien, la filosofía por su forma de llegar a “la verdad” parte de interrogantes
que se comprueban una y otra vez, razonamientos subjetivos y condicionados por el
entorno que no le permiten avanzar a la par con la proliferación de saberes y
especialización del conocimiento contrastado con los avances vertiginosos de la ciencia,
acorde con Pantano (1981) La ciencia avanza más que la filosofía porque aprovecha más
inmediatamente los resultados obtenidos, sigue la serie en la línea del progreso que trata
de continuar.

Es claro entonces que la filosofía pone énfasis en el valor y las acciones


de los seres humanos, individual o colectivamente, detentando la noción de la
naturaleza humana, e iniciando un circulo virtuoso que poco le deja avanzar, tal
como lo señala Pantano (1981): en la filosofía siempre hay que volver a plantear a fondo
las cuestiones y los problemas, buscando las condiciones y los fundamentos en los que reposan
los sistemas, las distintas condiciones del mundo, de la vida, de la sociedad, del arte, de la moral
y de la propia individualidad. Y en esta vuelta continua se refleja la originalidad de plantear las
cosas viejas en nuevas formas, las cosas que ya estaban allí, pero que no había más que darles
nueva vida.

De forma análoga el progreso de la ciencia se debe en parte a que la filosofía con


sus mencionadas limitantes dejo un sendero trazado al crear proposiciones que toman
importancia, y que se relacionan con los procesos de adquisición de conocimiento, es así
como toma relevancia los cuestionamientos y las respuestas halladas. Dicho de otra manera,
la filosofía catapulta a la ciencia y de alguna manera debemos reconocer el valor de lo hecho por
toda una civilización de pensadores temerarios en la búsqueda del conocimiento.

De la incertidumbre a la certeza

La supremacía de la ciencia sobre la filosofía se debe a que ésta pretende


ante todo encontrar respuestas concretas que con certeza minimizan la
incertidumbre y para ello se basa en el método científico a partir de la
experimentación que da paso a la verificación. Por ende la ciencia hace uso de las
pruebas y las hipótesis que pueden ser estudiadas, probando sus premisas,
buscando recuperar o construir el conocimiento mediante una definición universal.
Siendo complemento el cuestionamiento dado por el método socrático que a partir
del uso de preguntas da inicio a la investigación.

De acuerdo a lo anterior se puede afirmar que la ciencia tiene una sistematicidad,


siendo su primer elemento la observación, esta permite una primera aproximación al
objeto de estudio y posibilita mayor detalle en la toma de datos lo cual lleva a la
confrontación del planteamiento inicial (supuesto). Paso seguido la ciencia se apoya en
la planeación como estrategia de funcionamiento y desarrollo para llegar a los objetivos,
por último fija un alcance de las generalidades universales que sean comprobadas y no
refutadas.

Se debe agregar que el rigor objetivo de la ciencia en el proceso de generación


deconocimiento le permite blindarse de tendencias basadas en la experiencia y ratificarse
que a partir del uso de los sentidos, siendo el medio para verificar y aseverar el
reconocimiento de una teoría. El uso de la tecnología permite que los conocimientos ya
patentados se puedan compartir y transmitir generacionalmente, creando un sistema de
conocimiento o una sociedad de conocimiento (Toffler, 1979).

Conviene subrayar la hegemonía actual de la ciencia sobre la filosofía, al


proporcionar una mayor comprensión de la existencia del hombre y su entorno
resolviendo con mayor rigor la comprensión de los fenómenos naturales.

Conclusiones

La filosofía abre la puerta al conocimiento, es principio y fin con sus


cuestionamientos motivando al ser humano en la búsqueda de respuestas y el refinamiento
de interpretaciones que le dan sentido a su existencia.

La filosofía plantea cuestiones que mediante argumentos responde, y se


complementa con la ciencia para generar certezas indiscutibles valiéndose del método
científico, pasando del mero cuestionamiento a la verificación de las hipótesis.

La ciencia ocupa un papel fundamental al dar sustento valido a las presunciones


realizadas y facilitando a los seres humanos una comprensión patentada de que sus leyes,
principios y conclusiones son verificadas bajo rigurosidad, usando un método para
corroborar hipótesis, y la certeza sobre sucesos del entorno como generalidades
indiscutibles.

El campo de la filosofía, también reconoce sus limitaciones, y allí en donde


existen diversas contradicciones sabe que es donde debe entrar el campo de la praxis
científica, sin embargo, en conocedora de que sin su existencia —la de la filosofía— las
prácticas se desvanecen y la transformación de la realidad se vuelve ilusoria (Álvarez,
1978).

Referencias Bibliográficas
Álvarez, L. (1978). Filosofía. Revista el Basilisco. Recuperado el 5 de Septiembre de
2018, en: http://www.fgbueno.es/bas/pdf/bas10309.pdf

De Azcárraga, J. (2002). Ciencia y Filosofía. Valencia: Revista Metode, 26-32.

Pantano, R. (1948). Filosofía y ciencia. Mendoza, Argentina: Actas del Primer Congreso
de Filosofía, Universidad Nacional del Cuyo. Recuperado el 176 de septiembre de 2018,
en: http://www.filosofia.org/aut/003/m49a1609.pdf

Reale, G., Antisieri, D. (2010). Historia del pensamiento científico y filosófico antigüedad.

Tofler, Alvin (1979). La tercera ola

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