Вы находитесь на странице: 1из 40

CUENTOS

COMO SILVIA APRENDIÓ A LEER


Silvia era una niña dulce, atenta y cariñosa. Sus padres no tenían ninguna queja de ella,
excepto que era demasiado perezosa. Le gustaba perder el tiempo cazando mariposas o
simplemente haciendo nada.

Esto se convirtió en un problema cuando Silvia empezó en el colegio. No se es esforzaba


en aprender a leer, ni tan siquiera mostraba un poco de interés. Su mamá incluso contrató
a una profesora que se pasaba largas horas intentando que al menos se concentrara.

– “No sirve de nada”, – le decía la señora a la madre de Silvia, – “no le interesa aprender”.
– Ya casi estaba a punto de darse por vencida la profesora, cuando ocurrió lo inesperado.

Resulta que un día asistió al encuentro con Silvia, llevando a su hijo que era un poco mayor.
El corazón de Silvia latió fuerte al verlo y no supo nunca por qué, sus ojos brillaron de una
manera que solo su madre supo descifrar. Aquel día la niña prestó toda la atención que
pudo, hasta que terminó el encuentro y se dirigió al patio donde se encontraba el niño
esperando.

– “Hola Silvia”– dijo el niño, –“¿cómo te fue hoy? Sé que mi mamá ha estado enseñándote
a leer pero dice que no quieres aprender”.

Silvia apenada lo miró y consintió. Nunca había sentido vergüenza en su vida.

Pasaron los días y los niños se hicieron buenos amigos, montaban patines en el parque y
disfrutaban de lo lindo. Llegaron las vacaciones estivales y el niño tuvo que irse a casa de
su papá, donde iba a pasar el verano. Antes de irse prometió enviarle una postal y un regalo
a Silvia.

Pasaron las semanas y Silvia cada vez se esforzaba más, para sorpresa de su madre. Un
día llegó el cartero con una caja en la que Silvia anhelaba que estuviese la postal prometida.
Sobre ella se encontraba rotulado “Para Silvia Mathew. Si puedes leer lo que dice en el
exterior de esta caja, entonces te puedes quedar con lo que contiene”. Y como Silvia pudo
leer cada palabra con total claridad y fluidez, pudo disfrutar de la postal que le enviaba su
amigo, junto a la que se encontraban unos hermosos patines.
EL RESCATE EN LA NIEVE

Érase una vez un campesino que habitaba con sus dos hijos en un lugar muy
distante, cercano al paso de una montaña. El campesino siempre había tenido mal
carácter, pero con los años este había empeorado e incluso se había vuelto cruel
con sus animales, a los que maltrataba sin razón, en especial a los perros a los
cuales golpeaba y apedreaba.
Un día de invierno, sorprendió a uno de los hijos que regresaba del pueblo, una gran
tormenta de nieve. El clima era terrible y el joven perdió el camino de regreso a su
cabaña en medio de las montañas nevadas, por lo que vagó sin rumbo hasta caer
inconsciente en la nieve.
Estaba a punto de morir congelado, cuando sintió en su rostro un aliento cálido y
húmedo que lo hizo despertar. Frente a él se encontraba un vigoroso perro de
robusta constitución, que llevaba una manta en el lomo. De inmediato el joven se
apresuró a envolverse en la manta y con un poco de esfuerzo se tumbó sobre la
espalda del animal, que con mucho trabajo logró trasladarlo el resto del camino.
La tempestad no mostraba clemencia y el campesino temía por la vida de su hijo
sin poder hacer nada más que esperar. Ya se encontraba desesperado cuando
sintió frente a la puerta lo que parecía ser un ladrido. Con sorpresa descubrió que
uno de los perros a los que tanto maltrataba le había salvado la vida a su hijo, no
sabía qué pensar.
De inmediato tomó a su hijo en brazos y lo cubrió de mantas frente al fuego. Luego
regresó por el perro, que se encontraba tendido en la entrada desfallecido sin
fuerzas y lo atendió con igual devoción. En lo adelante el campesino nunca más
dañó a un animal, de hecho creó un refugio para perros como aquel al que tanto le
debía. Le puso como nombre San Bernardo y muchas historias se han contado de
aquellos perros que asistieron y refugiaron a cientos de caminantes que transitaban
por el paso.
LAS HORMIGAS LABORIOSAS
Eran los últimos días de verano y David había sido invitado a la celebración del
cumpleaños de uno de sus primos mayores. El festejo fue enorme, había una gran
tarta, una búsqueda del tesoro y muchísimas diversiones más. Después de
corretear por toda la casa y participar en sus juegos favoritos, David y los otros niños
fueron hacia el jardín, a donde se había trasladado la fiesta.

Mientras los adultos conversaban, los niños seguían corriendo y haciendo


travesuras. De repente llamó la atención de David una enorme fila de diminutas
hormigas, que iban muy atareadas transportando pequeñas cantidades de comida.

Se quedó mirando fijamente a las hormigas durante algunos segundos, hasta que
agarró una para verla más cerca y casi de inmediato intentó aplastarla entre sus
dedos. Afortunadamente para la hormiga, la madre lo llevaba observando un buen
tiempo y en cuanto se dio cuenta de sus intenciones, lo detuvo.

David miró a su madre con cara de desconcierto, al igual que los demás niños que
habían presenciado la escena y se agrupaban alrededor. La madre con tono dulce
le dijo al niño:

– ¿Por qué las lastimas, acaso te han hecho daño? ¿No ves lo duro que están
trabajando para recolectar comida para el invierno? – La madre se volvió y dijo al
resto de los niños que la miraban con atención.

– Nunca debemos intentar dañar a un animal solo porque podemos. En cambio


debemos cuidarlos e intentar aprender de ellos. Las hormigas por ejemplo, a pesar
de ser tan pequeñas, son de los insectos más laboriosos y fuertes que existen en la
naturaleza. ¿No ven cómo colaboran todas juntas para transportar cargas mucho
más grandes que su tamaño?

David de inmediato se sintió arrepentido por la mala acción que casi había cometido
y prometió a su mamá que nunca más intentaría dañar a un animal, por pequeño
que este fuese. Sus amigos, al igual que David, aprendieron aquel día una valiosa
lección que recordarían toda la vida.
EL BIZCOCHO DE LA ABUELA
Esther era la abuela que todo niño desearía tener. Tenía el pelo blanco recogido en un gran
moño y una cara de ángel que reflejaba su carácter bondadoso. Sus nietos pequeños
disfrutaban de cada visita que ella hacía en las fiestas navideñas, cuando la casa se llenaba
de aromas y platos deliciosos.

Y es que Esther era muy buena cocinera, ¡la mejor! Había aprendido de su abuela y no
había platillo que se le resistiera. Disfrutaba sobre todo haciendo pasteles y tortas para sus
nietecitos, que la miraban con fascinación mientras ella cocinaba y les explicaba sus
recetas.

Un año la abuela llegó emocionada pensando hacer un bizcocho de chocolate para sus
nietos, pero pronto se dio cuenta de que estos mostraban poco interés en ayudarla.

– “Abuela preferimos salir a jugar”,- dijo el nieto. “Sí, mis amigas me están
esperando para que les enseñe mi muñeca nueva”, – replicó la pequeña.

La abuela se sintió triste de que sus nietos no quisieran ayudarla, pero se propuso
hacer el mejor bizcocho que podía para sorprenderlos. Así fue como ideó una receta
especial y se puso manos a la obra. Comenzó a mezclar todos los ingredientes:
azúcar, huevos, harina, aceite, yogur, levadura, ralladura de limón, trocitos de
nueces, chocolate y el ingrediente secreto, una dosis de mucho amor.

Luego de un par de horas el bizcocho comenzó a oler y los nietos que se


encontraban en el salón, se acercaron expectantes ante aquel dulce que olía tan
bien. Estaban inquietos frente a la puerta cuando vieron salir un impresionante
bizcocho navideño.

Era un bizcocho inmenso, revestido de una capa verde de azúcar con la forma de
un árbol de navidad. Encima habían colocados todo tipo dulces que decoraban el
árbol como si fuesen adornos navideños. En el centro había un letrero de chocolate
negro que decía: – “Para mis amados nietos por Navidad”.

Los nietos se sintieron muy apenados de no haber ayudado a su abuela y corrieron


a darle un fuerte abrazo. En lo adelante cada año la ayudarían a realizar un bizcocho
como este, que fue declarado ese año como el postre de la Navidad.
PEDRO Y EL LOBO
En un pequeño pueblito de campo, había una vez un pícaro muchacho que salía
todas las mañanas a pastar sus ovejas. Mientras descansaba tumbado en la yerba,
el muchacho ocupaba su pensamiento con bromas y ocurrencias para asustar a los
nobles habitantes de aquel pueblito.

Un buen día, decidió divertirse de lo lindo, y bajó corriendo la colina desde donde
pastaba. “¡Auxilio! ¡Viene el lobo!” gritaba con toda la fuerza de sus pulmones una
y otra vez. Los campesinos del lugar, se armaron de maderos y cuchillos y salieron
al encuentro del muchacho para socorrerlo.

Sin embargo, al ver al pícaro soltando enormes carcajadas, comprendieron que se


trataba de una broma de mal gusto, por lo que regresaron a sus casas muy
enfadados. El joven había reído tanto, que quiso repetir la broma una vez más, y
esperó a que los campesinos volvieran a sus labores para comenzar a gritar.

“¡Auxilio! ¡Viene el lobo!” y salieron nuevamente las personas a socorrerlo, solo que
esta vez, terminaron aún más enfadados por las risotadas burlonas del jovenzuelo.
Al día siguiente, el muchacho se dispuso a pastar sus ovejas como de costumbre,
cuando sintió un gruñido espantoso a sus espaldas. Al volverse, notó la presencia
de un temible lobo que le acechaba mostrando sus dientes.

“¡Ayuda por favor! ¡Auxilio! ¡El lobo está devorando mis ovejas!” pero las personas,
creyendo que se trataba de otra de sus bromas, hicieron caso omiso a los gritos del
joven. Y cierto es, que por más que se empeñó en pedir auxilio, los campesinos
continuaron realizando sus labores sin prestar atención.

De esa manera, el lobo se zampó, una tras otra hasta no dejar ninguna, todas las
ovejas del muchacho, a quien jamás se le ocurrió volver a bromear con los
habitantes de aquel pueblito, pues aprendió que la mentira y el engaño nunca traen
provecho alguno.
RONDAS

BUENOS DÍAS SU SEÑORÍA

Muy buen día, su señoría.


Mantantiru-Liru-Lá!
¿Qué quería su señoría?
Mantantiru-Liru-Lá!
Yo quería una de sus hijas,
Mantantiru-Liru-Lá!
¿Cuál quería su señoría?
Mantantiru-Liru-Lá!
Yo quería la más bonita,
Mantantiru-Liru-Lá!
¿Y qué oficio le pondremos?
Mantantiru-Liru-Lá!
Le pondremos de modista,
Mantantiru-Liru-Lá!
Ese oficio no le agrada,
Mantantiru-Liru-Lá!
Le podremos de pianista,
Mantantiru-Liru-Lá!
Ese oficio no le agrada.
Mantantiru-Liru-Lá!
Le pondremos de cocinera.
Mantantiru-Liru-Lá!
Ese oficio no le agrada.
Mantantiru-Liru-Lá!
Le pondremos de princesita.
Mantantiru-Liru-Lá!
Ese oficio sí le agrada,
Mantantiru-Liru-Lá!

Celebremos todos juntos.


ARRÓZ CON LECHE

Arróz con leche, me quiero casar


con una señorita de San Nicolás.
que sepa coser, que sepa bordar,
que sepa abrir la puerta para ir a jugar.

Yo soy la viudita del barrio del rey


me quiero casar y no sé con quién,
Con ésta sí, con ésta no,
con esta señorita me caso yo.

JUGUEMOS EN EL BOSQUE

Juguemos en el bosque,
mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy bañando.

Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.


Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy poniendo los pantalones.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy poniendo un saco.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy poniendo un sombrero.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy poniendo las medias.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy poniendo los zapatos.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
¡Aquí voy para fuera a jugar con ustedes no se vayan!
LA GALLINA TURULECA

Yo conozco una vecina,


que ha comprado una gallina,
que parece una sardina enlatada.

Tiene las patas de alambre,


porque pasa mucho hambre,
y la pobre está todita desplumada.

Pone huevos en la sala,


y también en la cocina,
pero nunca los pone en el corral.

La gallina, turuleca, es un caso singular.


La gallina, turuleca, está loca de verdad.
La gallina turuleca, ha puesto un huevo,
ha puesto dos, ha puesto tres.

La gallina turuleca, ha puesto cuatro,


ha puesto cinco, ha puesto seis.
La gallina turuleca, ha puesto siete,
ha puesto ocho, ha puesto nueve.

¿Dónde está esa gallinita?


Déjala, la pobrecita,
déjala que ponga diez.

LOS POLLITOS DICEN

Los pollitos dicen, pío, pío, pío,


cuando tienen hambre,
cuando tienen frío.

La gallina busca el maíz y el trigo,


les da la comida y les presta abrigo.
Bajo sus dos alas acurrucaditos,
duermen los pollitos hasta el otro día
Cuando se despiertan dicen,
mamacita tengo mucha hambre dame lombricita.

Los pollitos dicen, pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío. La
gallina busca el maíz y el trigo, les da la comida y les presta abrigo. Bajo sus dos
alas acurrucaditos, duermen los pollitos hasta el otro día. Cuando se despiertan
dicen, mamacita tengo mucha hambre dame lombricita.
POEMAS

HIJO DE LA LUZ Y DE LA SOMBRA


“Eres la noche, esposa: la noche en el instante
mayor de su potencia lunar y femenina.
Eres la medianoche: la sombra culminante
donde culmina el sueño, donde el amor culmina.

Forjado por el día, mi corazón que quema


lleva su gran pisada de sol a donde quieres,
con un solar impulso, con una luz suprema,
cumbre de las mañanas y los atardeceres.

Daré sobre tu cuerpo cuando la noche arroje


su avaricioso anhelo de imán y poderío.
Un astral sentimiento febril me sobrecoge,
incendia mi osamenta con un escalofrío.

El aire de la noche desordena tus pechos,


y desordena y vuelca los cuerpos con su choque.
Como una tempestad de enloquecidos lechos,
eclipsa las parejas, las hace un solo bloque.

La noche se ha encendido como una sorda hoguera


de llamas minerales y oscuras embestidas.
Y alrededor la sombra late como si fuera
las almas de los pozos y el vino difundidas.”

LA CANCIÓN DEL PIRATA

“Con diez cañones por banda,


viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
Y allá a su frente Estambul:
-Navega, velero mío,
sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.”

EMBRIÁGUENSE (CHARLES BAUDELAIRE)


Hay que estar ebrio siempre.
Todo reside en eso: ésta es la única cuestión.
Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas,
y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud,
como mejor les parezca,
Pero embriáguense.

Y si a veces, sobre las gradas de un palacio,


sobre la verde hierba de una zanja,
en la soledad huraña de su cuarto,
la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al
viento,
a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a
todo lo que rueda,
a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es;
y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!

Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo,


¡embriáguense, embriáguense sin cesar!
De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.

ME ACLAMO A TI (VICENT ANDRÉS ESTELLÉS)


“Serás la levadura que sube el pan,
Serás la fe y la medalla oculta,
Serás el amor y la ferocidad,
Serás el surco y la cosecha.
Serás la llave que abra todas las puertas,
Serás la luz, la luz iluminada,
Serás confín donde la aurora empieza.
Serás trigo candeal, escalera iluminada,
Serás el pájaro y serás la bandera,
El himno fecundo del retorno de la patria.”
QUISIERA ESTAR SOLO EN EL SUR (LUÍS CERNUDA)

Quizá mis lentos ojos no verán más el sur


de ligeros paisajes dormidos en el aire,
con cuerpos a la sombra de ramas como flores
o huyendo en un galope de caballos furiosos.

El sur es un desierto que llora mientras canta,


y esa voz no se extingue como pájaro muerto;
hacia el mar encamina sus deseos amargos
abriendo un eco débil que vive lentamente.

En el sur tan distante quiero estar confundido.


La lluvia allí no es más que una rosa entreabierta,
su niebla misma ríe, risa blanca en el viento.
Su oscuridad, su luz son bellezas iguales.

LA PAZ (CÉSAR VALLEJO)


La paz, la avispa, el taco, las vertientes,
el muerto, los decílitros, el búho,
los lugares, la tiña, los sarcófagos, el vaso, las morenas,
el desconocimiento, la olla, el monaguillo,
las gotas, el olvido,
la potestad, los primos, los arcángeles, la aguja,
los párrocos, el ébano, el desaire,
la parte, el tipo, el estupor, el alma…

Dúctil, azafranado, externo, nítido,


portátil, viejo, trece, ensangrentado,
fotografiadas, listas, tumefactas,
conexas, largas, encintadas, pérfidas…
Ardiendo, comparando,
viviendo, enfureciéndose,
golpeando, analizando, oyendo, estremeciéndose,
muriendo, sosteniéndose, situándose, llorando…
Después, éstos, aquí,
después, encima,
quizá, mientras, detrás, tanto, tan nunca,
debajo, acaso, lejos,
siempre, aquello, mañana, cuánto,
¡cuánto!…
Lo horrible, lo suntuario, lo lentísimo,
lo augusto, lo infructuoso,
lo aciago, lo crispante, lo mojado, lo fatal.
lo todo, lo purísimo, lo lóbrego,
lo acerbo, lo satánico, lo táctil, lo profundo…
COSAS DEL CID (RUBÉN DARÍO)

Cuenta Barbey, en versos que valen bien su prosa,


una hazaña del Cid, fresca como una rosa,
pura como una perla. No se oyen en la hazaña
resonar en el viento las trompetas de España,
ni el azorado moro las tiendas abandona
al ver al sol el alma de acero de Tizona.

Babieca descansando del huracán guerrero,


tranquilo pace, mientras el bravo caballero
sale a gozar del aire de la estación florida.
Ríe la Primavera, y el vuelo de la vida
abre lirios y sueños en el jardín del mundo.
Rodrigo de Vivar pasa, meditabundo,
por una senda en donde, bajo el sol glorioso,
tendiéndole la mano, le detiene un leproso.

Frente a frente, el soberbio príncipe del estrago


y la victoria, joven, bello como Santiago,
y el horror animado, la viviente carroña
que infecta los suburbios de hedor y de ponzoña.

Y al Cid tiende la mano el siniestro mendigo,


y su escarcela busca y no encuentra Rodrigo.
¡Oh, Cid, una limosna! dice el pobrecito.
Hermano,
¡te ofrezco la desnuda limosna de mi mano!
dice el Cid; y, quitando su férreo guante, extiende
la diestra al miserable, que llora y que comprende.

Tal es el sucedido que el Condestable escancia


como un vino precioso en su copa de Francia.

QUIERO HACER CONTIGO TODO LO QUE LA POESÍA AÚN NO


HA ESCRITO

“Cualquiera diría al verte


que los catastrofistas fallaron:
no era el fin del mundo lo que venía,
eras tú.

Te veo venir por el pasillo


como quien camina dos centímetros por encima del aire
pensando que nadie le ve.
Entras en mi casa
-en mi vida-
con las cartas y el ombligo boca arriba,
con los brazos abiertos
como si esta noche
me ofrecieras barra libre de poesía en tu pecho,
con las manos tan llenas de tanto
que me haces sentir que es el mundo el que me toca
y no la chica más guapa del barrio.

Te sientasy lo primero que haces es avisarme:


No llevo ropa interior
pero a mi piel le viste una armadura.
Te miro
y te contesto:
Me gustan tanto los hoy
como miedo me dan los mañana.” (1-23)

DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA (JAVIER SALVAGO)


Fue en la costa -quizá el primer verano
de fiebre aventurera-.
Nos conocimos en la pista
de alguna discoteca,

y luego paseamos por la playa,


bajo la luna, muy bebidos.
Recuerdo una pareja de la Guardia
Civil que nos dio el alto y un aviso.

Aquella noche se nos fue entre besos,


confidencias, miradas y caricias.
En el fondo, seguía siendo un romántico
y amaba de cintura para arriba.

Del amor solamente había tocado,


como del mar, la superficie.
Aunque podía pasar por un experto
buceador, aún era virgen.

No olvidaré su cara de sorpresa,


sobre un fondo de sábanas,
cuando por fin, casi a la amanecida,
la última noche me llevó a la cama
EPÍSTOLA SATÍRICA Y CENSORIA CONTRA LAS COSTUMBRES
PRESENTES DE LOS CASTELLANOS
“No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?


¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,


puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice.

En otros siglos pudo ser pecado


severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.

Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda,


que es lengua la verdad de Dios severo,
y la lengua de Dios nunca fue muda.

Son la verdad y Dios, Dios verdadero,


ni eternidad divina los separa,
ni de los dos alguno fue primero.”

Rima I (Gustavo Adolfo Bécquer)


“No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira.
Podrá no haber poetas, pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso


palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance


las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,


sin que los labios rían,
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila,
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen


los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!”

LA CARRERA DE AL-HAMAR (JOSÉ DE ZORRILLA)


“Lanzóse el fiero bruto con ímpetu salvaje
ganando a saltos locos la tierra desigual,
salvando de los brezos el áspero ramaje
a riesgo de la vida de su jinete real.

Él con entrambas manos le recogió el rendaje


hasta que el rudo belfo tocó con el pretal;
más todo en vano: ciego, gimiendo de coraje,
indómito al escape tendióse el animal.

Las matas, los vallados, las peñas, los arroyos,


las zarzas y los troncos que el viento descuajó,
los calvos pedregales, los cenagosos hoyos
que el paso de las aguas del temporal formó,
sin aflojar un punto ni tropezar incierto,
cual si escapara en circo a la carrera, abierto,
cual hoja que arrebatan los vientos del desierto,
el desbocado potro veloz atravesó.

Y matas y peñas, vallados y troncos


en rápida, loca, confusa ilusión,
del viento a los silbos, ya agudos, ya roncos,
pasaban al lado del suelto bridón.

Pasaban huyendo cual vagas quimeras


que forja el delirio, febriles, ligeras,
risueñas o torvas, mohínas o fieras,
girando, bullendo, rodando en montón.”

VARIOS EFECTOS DEL AMOR (LOPE DE VEGA)


Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,


mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.

Huir el rostro al claro desengaño,


beber veneno por licor suave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,


dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor; quien lo probó, lo sabe.

MIRÉ LOS MUROS DE LA PATRIA MÍA


Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salime al campo: vi que el sol bebía


los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
AMORES DE OCASO
Amores de ocaso
Atardeceres de bello remanso
Enamoras subyugando
El alba de mi despertar
Amores de ocaso
De raro perfume deleitas y alientas
Mis días de raro final
Llenando auroras sedientas de ti
Amores de ocaso
De bello perfil con años encima y
Sabidurías mil en hilos de plata acariciando
Mi sien surcando el alma y mi diario vivir
Amores de ocaso
Anhelos callados, rara sensación
Con mariposas de color cosquilleando
Mi piel…..despertando mi olvidada pasión
Amores de ocaso
Humm… de besos deleites
Cariños sin fin de roces y
Cuerpos fundidos en si
Amores de ocaso que bello final
CANTOS INFANTILES

AL CORRO DE LA PATATA
Al corro de la patata comeremos
ensalada como comen los señores naranjitas
y limones ¡Achupé! ¡Achupé!
¡Sentadita me quedé!

EL COCHERITO, LERÉ
El cocherito, leré me dijo anoche,
leré, que si quería, leré montar en coche,
leré. Y yo le dije,
leré con gran salero,
leré, no quiero coche,
leré que me mareo, leré.
El nombre de María que cinco
léteas tiene:
la M, la A, la R,la I,
la A. MA-RÍ-A.

TENGO UNA MUÑECA VESTIDA DE AZUL

Tengo una muñeca vestida de azul,


con sus zapatitos y su canesú.

La lleve a la playa se me constipó,


la lleve a la casa la niña lloro.

Brinca la tablita yo ya la brinque


brincala de nuevo yo ya me cansé.

Dos y dos son cuatro,


cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho y ocho, dieciséis.

EL BURRO ENFERMO
A mi burro, a mi burro
le duele la cabeza,
el médico le ha puesto una corbata negra.

A mi burro, a mi burro le duele la garganta,


el médico le ha puesto una corbata blanca.
A mi burro, a mi burro le duelen las orejas,
el médico le ha puesto una gorrita negra.

A mi burro, a mi burro le duelen las pezuñas,


el médico le ha puesto emplasto de lechuga.

A mi burro, a mi burro le duele el corazón


el médico le ha dado jarabe de limón.
A mi burro, a mi burro ya no le duele nada
el médico le ha dado jarabe de manzana.

DEBAJO DE UN BOTÓN
Debajo de un botón, ton, ton,
Que encontró Martín, tín, tín,
había un ratón, ton, ton

ay que chiquitín, tin, tin,


ay que chiquitín, tin, tin,
era aquel ratón, ton, ton,

que encontró Martín, tin, tin,


debajo de un botón, ton, ton.

EL BARQUITO CHIQUITITO
Había una vez un barquito chiquitito, (bis)
que no sabia, que no podía,
que no podía navegar,
pasaron un, dos, tres, cuatro , cinco, seis
semanas, pasaron un, dos, tres,
cuatro, cinco, seis semanas,
y aquel barquito y aquel barquito
y aquel barquito navegó.
y si esta historia, parece corta,
volveremos, volveremos,
a empezar, había una vez un barquito chiquitito (bis) que no
sabia, que no podía, que no podio, navegar….. etc

LAS MANOS
Saco mis manitas
y las pongo a bailar,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a danzar,
as abro , las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a palmear,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.

PARA MIS PATITOS


Mira mis patitos,
dan un chapuzón,
de cabeza al agua, ¡qué valientes son!
Mira mis patitos en el barrizal,
mueven las patitas, manchan el portal.
Mira mis patitos, por el prado van,
buscan en la hierba, comen con afán.
Mira mis patitos, van a descansar,
en su blanda cama junto al pajar.

TENGO, TENGO, TENGO


Tengo, tengo, tengo.
Tú no tienes nada.
Tengo tres ovejas en una cabaña.
Una me da leche, otra me da lana,
y otra me mantiene toda la semana.
Caballito blanco llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo donde yo nací.

UNO DE ENERO
Uno de Enero, dos de
Febrero, tres de Marzo,
cuatro de Abril, cinco de Mayo,
seis de Junio, siete de Julio San Fermín.
A Pamplona hemos de ir,
con una media, con una media,
a Pamplona hemos de ir con una
media y un calcetín.

Estrellita dónde estás


Estrellita donde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.

Pin Pon
Pin pon es un muñeco,
muy guapo y de cartón, de cartón,
se lava la carita
con agua y con jabón, con jabón.

Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,
y aunque se da tirones
no grita y dice ¡uy!, dice ¡uy!
Pin Pon toma su sopa
y no ensucia el delantal
pues come con cuidado
como un buen colegial
Apenas las estrellas
comienzan a salir, a salir,
Pin pon se va a la cama
se acuesta y a dormir, a dormir.
Y aunque hagan mucho ruido
con el despertador
Pin Pon no hace caso
y no vuelve a despertar
Pin Pon dame la mano
con un fuerte apretón
que quiero ser tu amigo
Pin Pon, Pin Pon, Pin Pon

QUE LLUEVA, QUE LLUEVA


Que llueva, que llueva,
la vieja de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,

¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
Que siga lloviendo
los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.

CINCO RATONCITOS
Cinco ratoncitos de colita gris,
mueven las orejas, mueven la nariz,
abren los ojitos, comen sin cesar,
por si viene el gato, que los comerá,
comen un quesito, y a su casa van,
cerrando la puerta, a dormir se van
TODOS LOS PATITOS
Todos los patitos
se fueron a nadar
y el más pequeñito
se quiso quedar
su mamá enfadada
le quiso regañar
y el pobre patito
se puso a llorar
Los patitos en el agua
meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.

Los patitos en el agua


meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.
CUENTOS

LA BOBINA MARAVILLOSA

Erase un principito que no quería estudiar. Cierta noche, después de haber


recibido una buena regañina por su pereza, suspiro tristemente, diciendo:

¡Ay! ¿Cuándo seré mayor para hacer lo que me apetezca?


Y he aquí que, a la mañana siguiente, descubrió sobre su cama una bobina de
hilo de oro de la que salió una débil voz:
Trátame con cuidado, príncipe.

Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo
se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el
don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado
no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.

El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido
en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre.
¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:

Dime bobina ¿Cómo serán mi esposa y mis hijos?

En el mismo instante, una bellísima joven, y cuatro niños rubios surgieron a su


lado. Sin pararse a pensar, su curiosidad se iba apoderando de él y siguió
soltando mas hilo para saber como serian sus hijos de mayores.

De pronto se miro al espejo y vio la imagen de un anciano decrépito, de


escasos cabellos nevados. Se asusto de sí mismo y del poco hilo que quedaba
en la bobina. ¡Los instantes de su vida estaban contados! Desesperadamente,
intento enrollar el hilo en el carrete, pero sin lograrlo.

Entonces la débil vocecilla que ya conocía, hablo así:


Has desperdiciado tontamente tu existencia. Ahora ya sabes que los días
perdidos no pueden recuperarse. Has sido un perezoso al pretender pasar por la
vida sin molestarte en hacer el trabajo de todos los días. Sufre, pues tu castigo.

El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin
hacer nada de provecho.
EL MUÑECO DE NIEVE

Había dejado de nevar y los niños, ansiosos de libertad, salieron de casa y


empezaron a corretear por la blanca y mullida alfombra recién formada.

La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se
entrego a la tarea de moldearla.

Haré un muñeco como el hermanito que hubiera deseado tener se dijo.

Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por
boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le
mimaba...

Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas
calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un
charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.

Un viejecito, que buscaba en el sol tibieza para su invierno, le dijo


dulcemente: Seca tus lagrimas, bonita, por que acabas de recibir una gran
lección: ahora ya sabes que no debe ponerse el corazón en cosas perecederas.

EL CEDRO VANIDOSO
Erase una vez un cedro satisfecho de su hermosura.

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles.
Tan bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco
candelabro.

Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles.
Tan bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco
candelabro.
Si con lo hermoso que soy diera además fruto, se dijo, ningún árbol del mundo
podría compararse conmigo.

Y decidió observar a los otros árboles y hacer lo mismo con ellos. Por fin, en
lo alto de su erguida copa, apunto un bellísimo fruto.

Tendré que alimentarlo bien para que crezca mucho, se dijo.

Tanto y tanto creció aquel fruto, que se hizo demasiado grande. La copa del
cedro, no pudiendo sostenerlo, se fue doblando; y cuando el fruto maduro, la
copa, que era el orgullo y la gloria del árbol, empezó a tambalearse hasta que se
troncho pesadamente.

¡A cuantos hombres, como el cedro, su demasiada ambición les arruina!

LA GATA ENCANTADA

Erase un príncipe muy admirado en su reino. Todas las jóvenes casaderas


deseaban tenerle por esposo. Pero el no se fijaba en ninguna y pasaba su tiempo
jugando con Zapaquilda, una preciosa gatita, junto a las llamas del hogar.
Un día, dijo en voz alta:

Eres tan cariñosa y adorable que, si fueras mujer, me casaría contigo.

En el mismo instante apareció en la estancia el Hada de los Imposibles, que dijo:

Príncipe tus deseos se han cumplido

El joven, deslumbrado, descubrió junto a el a Zapaquilda, convertida en una


bellísima muchacha.

Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino
que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. Pero, de
pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón
y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado.

El príncipe empezó entonces a llamar al Hada de los Imposibles para que


convirtiera a su esposa en la gatita que había sido. Pero el Hada no acudió, y
nadie nos ha contado si tuvo que pasarse la vida contemplando como su esposa
daba cuenta de todos los ratones de palacio.
EL NUEVO AMIGO
Erase un crudo día de invierno. Caía la nieve, soplaba el viento y Belinda jugaba
con unos enanitos en el bosque. De pronto se escucho un largo aullido.
¿Que es eso? Pregunto la niña .

Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explico el enano


sabio.

Al día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda , apenada,


pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio,
de la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.

Al día siguiente ceso de nevar y se calmo el viento. Salio la muchacha a dar


un paseo y vio acercarse a un cordero blanco, precioso.

¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo?

Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo, oculto se lanzo sobre el,
alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del
animal con que se había disfrazado y escapo lanzando espantosos gritos de dolor
y miedo.

Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón


estremecido, de gozo, mas que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.

RONDAS
UN ELEFANTE SE BALANCEABA
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
como veía que resistía fue a
llamar a otro elefante.
Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Tres elefantes… Cuatro elefantes…
Cinco elefantes… Seis elefantes…

Cú cú cantaba la rana
Cú cú cantaba la rana.
Cú cú debajo del agua.
Cú cú paso un caballero.
Cú cú con capa y sombrero.
Cú cú paso una senora.
Cú cú con traje de cola.
Cú cú paso un marinero.
Cú cú vendiendo romero.
Cú cú le pedí un ramito.
Cú cú no me quiso dar.
Cú cú me puse a llorar.

Aserrín aserrán
Aserrín aserrán
los maderos de San Juan
piden pan no les dan piden
huesos y les dan queso
piden vino y si les dan
se marean y se van.
Aserrín aserrán los maderos
de San Juan piden pan no les dan
piden huesos y les dan queso piden
vino y si les dan se marean y se van.

Si te sientes hoy feliz


̮ sí. (2 aplausos.)
Si te sientes hoy feliz, aplaude a
Si te sientes hoy feliz, aplaude a̮ sí. (2 aplausos.)
Si te sientes muy feliz, tu rostro no podrá mentir.
Si te sientes hoy feliz, aplaude a ̮ sí. (2 aplausos.)

Pin pon es un muñeco


Pin pon es un muñeco,
muy guapo y de cartón,
de cartón, se lava la carita con agua y con jabón,
con jabón. Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,

y aunque se da tirones no grita y dice


¡uy!, dice ¡uy! Pin Pon toma su sopa
y no ensucia el delantal pues come
con cuidado como un buen colegial
Apenas las estrellas comienzan a salir,
a salir, Pin pon se va a la cama se acuesta
y a dormir, a dormir.

Y aunque hagan mucho ruido con el despertador


Pin Pon no hace caso y no vuelve a despertar
Pin Pon dame la mano con un fuerte apretón
que quiero ser tu amigo Pin Pon, Pin Pon, Pin Pon.

POEMAS

AMISTAD
Vuestro amigo, es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo, que sembrais con amor,
y cosechais con gratitud.
Y es vuestra mesa,
y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre.
y lo buscais en procura de paz.

Cuando vuestro amigo revela sus pensamientos,


no temeis el " no " en vuestra propia mente,
ni reteneís el " sí ".
Y cuando el guarda silencio,
vuestro corazón no cesa de escuchar a su corazón.

Porque en la Amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las expectativas,
nacen sin palabras,
y son compartidas con callado gozo.

Cuando os separais de vuestro amigo,


lo haceis sin aflixión.
Porque lo que más amais en él,
puede ser más diáfano aún en su ausencia,
como para el alpinista la montaña aparece más despejada desde la llanura.

Y dejad que en la Amistad


no exista otro propósito
que el de profundizar el espíritu.
Porque el amor que busca otra cosa,
que no sea la revelación de su propio misterio,
no es amor, sino una red tendida,
y solamente lo inútil es pecado.
AMO AMOR

Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,


late vivo en el sol y se prende al pinar.
No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:
¡le tendrás que escuchar!

Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,


ruegos tímidos, imperativos de mar.
No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:
¡lo tendrás que hospedar!

Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.


Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.
No te vale decirle que albergarlo rehúsas:
¡lo tendrás que hospedar!

Tiene argucias sutiles en la réplica fina,


argumentos de sabio, pero en voz de mujer.
Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:
¡le tendrás que creer!

Te echa venda de lino; tú la venda toleras.


Te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.
Echa a andar, tú le sigues hechizada aunque vieras
¡que eso para en morir!

AMOR
Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.

Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.

Entrecortando pasa el sendero de luz


que esperancé de sueño.

¡Oh mañanas azules que se quedaron muertas,


volando en el espacio!

¡Oh anudada caricia que amaneces dispersa,


cuando despierta el cuerpo!

¡Oh querer desterrarme de mis pasos turbados...!


¡Multiplican en ecos!

Aquí, junto al continuo gravitar de la nada,


¡cómo asaltan mi espíritu los silencios más yermos!

Mi esperanza es un viaje flotando entre sí misma...


Es una sombra vaga sin ancla y sin regreso.

Mis espigas no quieren germinar al futuro.


¡Oh el peso del ambiente!
¡Oh el peso del destierro!

¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE


Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera


Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,


Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;


Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

AMOR ETERNO
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

PERO, MI NIÑO ES TAN DÉBIL...


Le dije a la luz: no quiero
que la noche me persiga.
Y la luz me contestó:
lo imposible, no lo pidas.

Quiero que todos me vean


porque estoy desconsolada;
el amor que era mi vida,
la noche siempre lo apaga.

Ya no vendrá por la noche,


sólo brillará en el día.
Es un amor tan pequeño
que necesita alegría.

Yo puedo quererle siempre,


si hace sol o no lo hace.
Pero, es un amor tan débil
que necesita alumbrarse.

PIECECITOS
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!

¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!

El hombre ciego ignora


que por donde pasáis,
una flor de luz viva
dejáis;

que allí donde ponéis


la plantita sangrante,
el nardo nace más
fragante.
Sed, puesto que marcháis
por los caminos rectos,
heroicos como sois
perfectos.

Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!

Piedra nativa
La luz devasta las alturas
Manadas de imperios en derrota
El ojo retrocede cercado de reflejos

Países vastos como el insomnio


Pedregales de hueso

Otoño sin confines


Alza la sed sus invisibles surtidores
Un último pirú predica en el desierto

Cierra los ojos y oye cantar la luz:


El mediodía anida en tu tímpano

Cierra los ojos y ábrelos:


No hay nadie ni siquiera tú mismo
Lo que no es piedra es luz.

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCA


Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París ?y no me corro?
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso


estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.

César Vallejo ha muerto, le pegaban


todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro

también con una soga; son testigos


los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...

PIEDRITAS EN LA VENTANA
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas


ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio


no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido


que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

PLEGARIA AL NACER UNA HIJA


Señor, me has dado una hija
es la reina del rosal,
que sea mujer del bien
y sepa su labor llevar.

Que en el día de mañana


la bendigas en el altar
y le concedas la gracia
ser la reina de su hogar.

Que sea noble y generosa


hacendosa en su deber
para regar con amor
las flores de su vergel.

Que sea madre completa


para sus hijos arrullar
y le concedas la calma
en tiempos de tempestad.

Y dale fe en los quebrantos


que conlleva el ser mujer
e ilumina su sendero
con resignación y miel.

Gracias, Señor, gracias


Dios del inmenso poder.

DESESPERADA
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros


y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.


Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!

Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.


Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

ARTE POÉTICA
ENTRE sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,

tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría


un oído que nace, una angustia indirecta,
como si llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco
ronca,

como un espejo viejo, como un olor de casa sola


en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores
-posiblemente de otro modo aún menos melancólico-,
pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,

el ruido de un día que arde con sacrificio


me piden lo profético que hay en mí, con melancolía
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos
hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre confuso.

ENTIERRO EN EL ESTE
YO trabajo de noche, rodeado de ciudad,
de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados
con azafrán y frutas, envueltos en muselina escarlata:
bajo mi balcón esos muertos terribles
pasan sonando cadenas y flautas de cobre,

estridentes y finas y lúgubres silban


entre el color de las pesadas flores envenenadas
y el grito de los cenicientos danzarines
y el creciente y monótono de los tamtam
y el humo de las maderas que arden y huelen.
Porque una vez doblado el camino, junto al turbio río,

sus corazones, detenidos o iniciando un mayor movimiento


rodarán quemados, con la pierna y el pie hechos fuego,
y la trémula ceniza caerá sobre el agua,
flotará como ramo de flores calcinadas
o como extinto fuego dejado por tan poderosos viajeros
que hicieron arder algo sobre las negras aguas, y devoraron
un aliento desaparecido y un licor extremo.

SIGNIFICA SOMBRAS
QUÉ esperanza considerar, qué presagio puro,
qué definitivo beso enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente turbadas?
Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de sueños
instalar en mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo comenzado desde hace muchos días y meses y siglos?

Tal vez la debilidad natural de los seres recelosos y ansiosos


busca de súbito permanencia en el tiempo y límites en la tierra,
tal vez las fatigas y las edades acumuladas implacablemente
se extienden como la ola lunar de un océano recién creado
sobre litorales y tierras angustiosamente desiertas.

Ay, que lo que soy siga existiendo y cesando de existir,


y que mi obediencia se ordene con tales condiciones de hierro
que el temblor de las muertes y de los nacimientos no conmueva
el profundo sitio que quiero reservar para mí eternamente.

Sea, pues, lo que soy, en alguna parte y en todo tiempo,


establecido y asegurado y ardiente testigo,
cuidadosamente destruyéndose y preservándos incesantemente,
evidentemente empeñado en su deber original.
CANTOS INFANTILES

Estrellita dónde estás


Estrellita donde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.
En el cielo o en el mar
un diamante de verdad.
Estrellita dónde estás
me pregunto quién serás.

Pin Pon
Pin pon es un muñeco,
muy guapo y de cartón, de cartón,
se lava la carita
con agua y con jabón, con jabón.

Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,
y aunque se da tirones
no grita y dice ¡uy!, dice ¡uy!
Pin Pon toma su sopa
y no ensucia el delantal
pues come con cuidado
como un buen colegial
Apenas las estrellas
comienzan a salir, a salir,
Pin pon se va a la cama
se acuesta y a dormir, a dormir.
Y aunque hagan mucho ruido
con el despertador
Pin Pon no hace caso
y no vuelve a despertar
Pin Pon dame la mano
con un fuerte apretón
que quiero ser tu amigo
Pin Pon, Pin Pon, Pin Pon
QUE LLUEVA, QUE LLUEVA
Que llueva, que llueva,
la vieja de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,

¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
Que siga lloviendo
los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.

CINCO RATONCITOS
Cinco ratoncitos de colita gris,
mueven las orejas, mueven la nariz,
abren los ojitos, comen sin cesar,
por si viene el gato, que los comerá,
comen un quesito, y a su casa van,
cerrando la puerta, a dormir se van

TODOS LOS PATITOS


Todos los patitos
se fueron a nadar
y el más pequeñito
se quiso quedar
su mamá enfadada
le quiso regañar
y el pobre patito
se puso a llorar
Los patitos en el agua
meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.
Los patitos en el agua
meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.

LOS NÚMEROS
Un, dos, tres
Un, dos, tres
Son los números
son los números
si, si, si
Uno, dos, tres, cuatro
si, si, si
Son los números
son los números
si, si, si

El uno es un soldado
haciendo la instrucción.
El dos es un patito que está tomando el sol.
El tres una serpiente que baila sin parar.
El cuatro es una silla que invita a descansar.
El cinco es un conejo que salta sin parar.
El seis es una pera redonda y con rabito.
El siete un caballero con gorra y con bastón.
El ocho son las gafas que usa don Ramón.
El nueve es un hijito atado a un globito.
El cero una pelota que acaba esta canción.

La pancita
Desde que yo estaba en la
pancita de mamita
tu me veías, tu me veías.

Y cuando estoy jugando


o durmiendo en mi camita
tu me ves y nunca me dejas.

Por eso yo digo gracias Señor,


por estar conmigo
y cuidarme con amor.

Por eso yo digo gracias Señor,


por estar conmigo
y cuidarme con amor.
La vaca lechera
Tengo una vaca lechera,
no es una vaca cualquiera,
me da leche merengada,
ay! que vaca tan salada,
tolón , tolón, tolón , tolón.

Un cencerro le he comprado
Y a mi vaca le ha gustado
Se pasea por el prado
Mata moscas con el rabo
Tolón, tolón
Tolón, tolón

Qué felices viviremos


Cuando vuelvas a mi lado
Con sus quesos, con tus besos
Los tres juntos ¡qué ilusión!

LAS MANOS
Saco mis manitas y las pongo a bailar,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a danzar,
as abro , las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a palmear,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.

Вам также может понравиться