Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
– “No sirve de nada”, – le decía la señora a la madre de Silvia, – “no le interesa aprender”.
– Ya casi estaba a punto de darse por vencida la profesora, cuando ocurrió lo inesperado.
Resulta que un día asistió al encuentro con Silvia, llevando a su hijo que era un poco mayor.
El corazón de Silvia latió fuerte al verlo y no supo nunca por qué, sus ojos brillaron de una
manera que solo su madre supo descifrar. Aquel día la niña prestó toda la atención que
pudo, hasta que terminó el encuentro y se dirigió al patio donde se encontraba el niño
esperando.
– “Hola Silvia”– dijo el niño, –“¿cómo te fue hoy? Sé que mi mamá ha estado enseñándote
a leer pero dice que no quieres aprender”.
Pasaron los días y los niños se hicieron buenos amigos, montaban patines en el parque y
disfrutaban de lo lindo. Llegaron las vacaciones estivales y el niño tuvo que irse a casa de
su papá, donde iba a pasar el verano. Antes de irse prometió enviarle una postal y un regalo
a Silvia.
Pasaron las semanas y Silvia cada vez se esforzaba más, para sorpresa de su madre. Un
día llegó el cartero con una caja en la que Silvia anhelaba que estuviese la postal prometida.
Sobre ella se encontraba rotulado “Para Silvia Mathew. Si puedes leer lo que dice en el
exterior de esta caja, entonces te puedes quedar con lo que contiene”. Y como Silvia pudo
leer cada palabra con total claridad y fluidez, pudo disfrutar de la postal que le enviaba su
amigo, junto a la que se encontraban unos hermosos patines.
EL RESCATE EN LA NIEVE
Érase una vez un campesino que habitaba con sus dos hijos en un lugar muy
distante, cercano al paso de una montaña. El campesino siempre había tenido mal
carácter, pero con los años este había empeorado e incluso se había vuelto cruel
con sus animales, a los que maltrataba sin razón, en especial a los perros a los
cuales golpeaba y apedreaba.
Un día de invierno, sorprendió a uno de los hijos que regresaba del pueblo, una gran
tormenta de nieve. El clima era terrible y el joven perdió el camino de regreso a su
cabaña en medio de las montañas nevadas, por lo que vagó sin rumbo hasta caer
inconsciente en la nieve.
Estaba a punto de morir congelado, cuando sintió en su rostro un aliento cálido y
húmedo que lo hizo despertar. Frente a él se encontraba un vigoroso perro de
robusta constitución, que llevaba una manta en el lomo. De inmediato el joven se
apresuró a envolverse en la manta y con un poco de esfuerzo se tumbó sobre la
espalda del animal, que con mucho trabajo logró trasladarlo el resto del camino.
La tempestad no mostraba clemencia y el campesino temía por la vida de su hijo
sin poder hacer nada más que esperar. Ya se encontraba desesperado cuando
sintió frente a la puerta lo que parecía ser un ladrido. Con sorpresa descubrió que
uno de los perros a los que tanto maltrataba le había salvado la vida a su hijo, no
sabía qué pensar.
De inmediato tomó a su hijo en brazos y lo cubrió de mantas frente al fuego. Luego
regresó por el perro, que se encontraba tendido en la entrada desfallecido sin
fuerzas y lo atendió con igual devoción. En lo adelante el campesino nunca más
dañó a un animal, de hecho creó un refugio para perros como aquel al que tanto le
debía. Le puso como nombre San Bernardo y muchas historias se han contado de
aquellos perros que asistieron y refugiaron a cientos de caminantes que transitaban
por el paso.
LAS HORMIGAS LABORIOSAS
Eran los últimos días de verano y David había sido invitado a la celebración del
cumpleaños de uno de sus primos mayores. El festejo fue enorme, había una gran
tarta, una búsqueda del tesoro y muchísimas diversiones más. Después de
corretear por toda la casa y participar en sus juegos favoritos, David y los otros niños
fueron hacia el jardín, a donde se había trasladado la fiesta.
Se quedó mirando fijamente a las hormigas durante algunos segundos, hasta que
agarró una para verla más cerca y casi de inmediato intentó aplastarla entre sus
dedos. Afortunadamente para la hormiga, la madre lo llevaba observando un buen
tiempo y en cuanto se dio cuenta de sus intenciones, lo detuvo.
David miró a su madre con cara de desconcierto, al igual que los demás niños que
habían presenciado la escena y se agrupaban alrededor. La madre con tono dulce
le dijo al niño:
– ¿Por qué las lastimas, acaso te han hecho daño? ¿No ves lo duro que están
trabajando para recolectar comida para el invierno? – La madre se volvió y dijo al
resto de los niños que la miraban con atención.
David de inmediato se sintió arrepentido por la mala acción que casi había cometido
y prometió a su mamá que nunca más intentaría dañar a un animal, por pequeño
que este fuese. Sus amigos, al igual que David, aprendieron aquel día una valiosa
lección que recordarían toda la vida.
EL BIZCOCHO DE LA ABUELA
Esther era la abuela que todo niño desearía tener. Tenía el pelo blanco recogido en un gran
moño y una cara de ángel que reflejaba su carácter bondadoso. Sus nietos pequeños
disfrutaban de cada visita que ella hacía en las fiestas navideñas, cuando la casa se llenaba
de aromas y platos deliciosos.
Y es que Esther era muy buena cocinera, ¡la mejor! Había aprendido de su abuela y no
había platillo que se le resistiera. Disfrutaba sobre todo haciendo pasteles y tortas para sus
nietecitos, que la miraban con fascinación mientras ella cocinaba y les explicaba sus
recetas.
Un año la abuela llegó emocionada pensando hacer un bizcocho de chocolate para sus
nietos, pero pronto se dio cuenta de que estos mostraban poco interés en ayudarla.
– “Abuela preferimos salir a jugar”,- dijo el nieto. “Sí, mis amigas me están
esperando para que les enseñe mi muñeca nueva”, – replicó la pequeña.
La abuela se sintió triste de que sus nietos no quisieran ayudarla, pero se propuso
hacer el mejor bizcocho que podía para sorprenderlos. Así fue como ideó una receta
especial y se puso manos a la obra. Comenzó a mezclar todos los ingredientes:
azúcar, huevos, harina, aceite, yogur, levadura, ralladura de limón, trocitos de
nueces, chocolate y el ingrediente secreto, una dosis de mucho amor.
Era un bizcocho inmenso, revestido de una capa verde de azúcar con la forma de
un árbol de navidad. Encima habían colocados todo tipo dulces que decoraban el
árbol como si fuesen adornos navideños. En el centro había un letrero de chocolate
negro que decía: – “Para mis amados nietos por Navidad”.
Un buen día, decidió divertirse de lo lindo, y bajó corriendo la colina desde donde
pastaba. “¡Auxilio! ¡Viene el lobo!” gritaba con toda la fuerza de sus pulmones una
y otra vez. Los campesinos del lugar, se armaron de maderos y cuchillos y salieron
al encuentro del muchacho para socorrerlo.
“¡Auxilio! ¡Viene el lobo!” y salieron nuevamente las personas a socorrerlo, solo que
esta vez, terminaron aún más enfadados por las risotadas burlonas del jovenzuelo.
Al día siguiente, el muchacho se dispuso a pastar sus ovejas como de costumbre,
cuando sintió un gruñido espantoso a sus espaldas. Al volverse, notó la presencia
de un temible lobo que le acechaba mostrando sus dientes.
“¡Ayuda por favor! ¡Auxilio! ¡El lobo está devorando mis ovejas!” pero las personas,
creyendo que se trataba de otra de sus bromas, hicieron caso omiso a los gritos del
joven. Y cierto es, que por más que se empeñó en pedir auxilio, los campesinos
continuaron realizando sus labores sin prestar atención.
De esa manera, el lobo se zampó, una tras otra hasta no dejar ninguna, todas las
ovejas del muchacho, a quien jamás se le ocurrió volver a bromear con los
habitantes de aquel pueblito, pues aprendió que la mentira y el engaño nunca traen
provecho alguno.
RONDAS
JUGUEMOS EN EL BOSQUE
Juguemos en el bosque,
mientras el lobo no está.
Juguemos en el bosque, mientras el lobo no está.
¿Lobo estás?
Me estoy bañando.
Los pollitos dicen, pío, pío, pío, cuando tienen hambre, cuando tienen frío. La
gallina busca el maíz y el trigo, les da la comida y les presta abrigo. Bajo sus dos
alas acurrucaditos, duermen los pollitos hasta el otro día. Cuando se despiertan
dicen, mamacita tengo mucha hambre dame lombricita.
POEMAS
AL CORRO DE LA PATATA
Al corro de la patata comeremos
ensalada como comen los señores naranjitas
y limones ¡Achupé! ¡Achupé!
¡Sentadita me quedé!
EL COCHERITO, LERÉ
El cocherito, leré me dijo anoche,
leré, que si quería, leré montar en coche,
leré. Y yo le dije,
leré con gran salero,
leré, no quiero coche,
leré que me mareo, leré.
El nombre de María que cinco
léteas tiene:
la M, la A, la R,la I,
la A. MA-RÍ-A.
EL BURRO ENFERMO
A mi burro, a mi burro
le duele la cabeza,
el médico le ha puesto una corbata negra.
DEBAJO DE UN BOTÓN
Debajo de un botón, ton, ton,
Que encontró Martín, tín, tín,
había un ratón, ton, ton
EL BARQUITO CHIQUITITO
Había una vez un barquito chiquitito, (bis)
que no sabia, que no podía,
que no podía navegar,
pasaron un, dos, tres, cuatro , cinco, seis
semanas, pasaron un, dos, tres,
cuatro, cinco, seis semanas,
y aquel barquito y aquel barquito
y aquel barquito navegó.
y si esta historia, parece corta,
volveremos, volveremos,
a empezar, había una vez un barquito chiquitito (bis) que no
sabia, que no podía, que no podio, navegar….. etc
LAS MANOS
Saco mis manitas
y las pongo a bailar,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a danzar,
as abro , las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a palmear,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.
UNO DE ENERO
Uno de Enero, dos de
Febrero, tres de Marzo,
cuatro de Abril, cinco de Mayo,
seis de Junio, siete de Julio San Fermín.
A Pamplona hemos de ir,
con una media, con una media,
a Pamplona hemos de ir con una
media y un calcetín.
Pin Pon
Pin pon es un muñeco,
muy guapo y de cartón, de cartón,
se lava la carita
con agua y con jabón, con jabón.
Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,
y aunque se da tirones
no grita y dice ¡uy!, dice ¡uy!
Pin Pon toma su sopa
y no ensucia el delantal
pues come con cuidado
como un buen colegial
Apenas las estrellas
comienzan a salir, a salir,
Pin pon se va a la cama
se acuesta y a dormir, a dormir.
Y aunque hagan mucho ruido
con el despertador
Pin Pon no hace caso
y no vuelve a despertar
Pin Pon dame la mano
con un fuerte apretón
que quiero ser tu amigo
Pin Pon, Pin Pon, Pin Pon
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
Que siga lloviendo
los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
CINCO RATONCITOS
Cinco ratoncitos de colita gris,
mueven las orejas, mueven la nariz,
abren los ojitos, comen sin cesar,
por si viene el gato, que los comerá,
comen un quesito, y a su casa van,
cerrando la puerta, a dormir se van
TODOS LOS PATITOS
Todos los patitos
se fueron a nadar
y el más pequeñito
se quiso quedar
su mamá enfadada
le quiso regañar
y el pobre patito
se puso a llorar
Los patitos en el agua
meneaban la colita
y decían uno al otro
ay! que agua tan fresquita.
LA BOBINA MARAVILLOSA
Este hilo representa la sucesión de tus días. Conforme vayan pasando, el hilo
se ira soltando. No ignoro que deseas crecer pronto... Pues bien, te concedo el
don de desenrollar el hilo a tu antojo, pero todo aquello que hayas desenrollado
no podrás ovillarlo de nuevo, pues los días pasados no vuelven.
El príncipe, para cerciorarse, tiro con ímpetu del hilo y se encontró convertido
en un apuesto príncipe. Tiro un poco mas y se vio llevando la corona de su padre.
¡Era rey! Con un nuevo tironcito, inquirió:
El rey, tras un grito de pánico, cayó muerto: había consumido la existencia sin
hacer nada de provecho.
EL MUÑECO DE NIEVE
La hija del herrero, tomando puñados de nieve con sus manitas hábiles, se
entrego a la tarea de moldearla.
Le salio un niñito precioso, redondo, con ojos de carbón y un botón rojo por
boca. La pequeña estaba entusiasmada con su obra y convirtió al muñeco en su
inseparable compañero durante los tristes días de aquel invierno. Le hablaba, le
mimaba...
Pero pronto los días empezaron a ser mas largos y los rayos de sol mas
calidos... El muñeco se fundió sin dejar mas rastro de su existencia que un
charquito con dos carbones y un botón rojo. La niña lloro con desconsuelo.
EL CEDRO VANIDOSO
Erase una vez un cedro satisfecho de su hermosura.
Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles.
Tan bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco
candelabro.
Plantado en mitad del jardín, superaba en altura a todos los demás árboles.
Tan bellamente dispuestas estaban sus ramas, que parecía un gigantesco
candelabro.
Si con lo hermoso que soy diera además fruto, se dijo, ningún árbol del mundo
podría compararse conmigo.
Y decidió observar a los otros árboles y hacer lo mismo con ellos. Por fin, en
lo alto de su erguida copa, apunto un bellísimo fruto.
Tanto y tanto creció aquel fruto, que se hizo demasiado grande. La copa del
cedro, no pudiendo sostenerlo, se fue doblando; y cuando el fruto maduro, la
copa, que era el orgullo y la gloria del árbol, empezó a tambalearse hasta que se
troncho pesadamente.
LA GATA ENCANTADA
Al día siguiente se celebraban las bodas y todos los nobles y pobres del reino
que acudieron al banquete se extasiaron ante la hermosa y dulce novia. Pero, de
pronto, vieron a la joven lanzarse sobre un ratoncillo que zigzagueaba por el salón
y zampárselo en cuanto lo hubo atrapado.
Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo, oculto se lanzo sobre el,
alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del
animal con que se había disfrazado y escapo lanzando espantosos gritos de dolor
y miedo.
RONDAS
UN ELEFANTE SE BALANCEABA
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
como veía que resistía fue a
llamar a otro elefante.
Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Tres elefantes… Cuatro elefantes…
Cinco elefantes… Seis elefantes…
Cú cú cantaba la rana
Cú cú cantaba la rana.
Cú cú debajo del agua.
Cú cú paso un caballero.
Cú cú con capa y sombrero.
Cú cú paso una senora.
Cú cú con traje de cola.
Cú cú paso un marinero.
Cú cú vendiendo romero.
Cú cú le pedí un ramito.
Cú cú no me quiso dar.
Cú cú me puse a llorar.
Aserrín aserrán
Aserrín aserrán
los maderos de San Juan
piden pan no les dan piden
huesos y les dan queso
piden vino y si les dan
se marean y se van.
Aserrín aserrán los maderos
de San Juan piden pan no les dan
piden huesos y les dan queso piden
vino y si les dan se marean y se van.
POEMAS
AMISTAD
Vuestro amigo, es la respuesta a vuestras necesidades.
Es vuestro campo, que sembrais con amor,
y cosechais con gratitud.
Y es vuestra mesa,
y el fuego de vuestro hogar.
Porque acudís a él para saciar vuestra hambre.
y lo buscais en procura de paz.
Porque en la Amistad,
todos los pensamientos,
todos los deseos,
todas las expectativas,
nacen sin palabras,
y son compartidas con callado gozo.
AMOR
Amor...
única llama que me queda de Dios
en el sendero cierto de lo incierto.
Aquí,
desesperada,
me contemplo la vida en un hueco del tiempo.
¡Amor...!
Hasta la leve ronda de tu voz perturbada,
me partió la ola blanca que quedaba en mi pecho.
AMOR ETERNO
Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.
PIECECITOS
Piececitos de niño,
azulosos de frío,
¡cómo os ven y no os cubren,
Dios mío!
¡Piececitos heridos
por los guijarros todos,
ultrajados de nieves
y lodos!
Piececitos de niño,
dos joyitas sufrientes,
¡cómo pasan sin veros
las gentes!
Piedra nativa
La luz devasta las alturas
Manadas de imperios en derrota
El ojo retrocede cercado de reflejos
PIEDRITAS EN LA VENTANA
De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas
DESESPERADA
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
ARTE POÉTICA
ENTRE sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la frente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,
ENTIERRO EN EL ESTE
YO trabajo de noche, rodeado de ciudad,
de pescadores, de alfareros, de difuntos quemados
con azafrán y frutas, envueltos en muselina escarlata:
bajo mi balcón esos muertos terribles
pasan sonando cadenas y flautas de cobre,
SIGNIFICA SOMBRAS
QUÉ esperanza considerar, qué presagio puro,
qué definitivo beso enterrar en el corazón,
someter en los orígenes del desamparo y la inteligencia,
suave y seguro sobre las aguas eternamente turbadas?
Qué vitales, rápidas alas de un nuevo ángel de sueños
instalar en mis hombros dormidos para seguridad perpetua,
de tal manera que el camino entre las estrellas de la muerte
sea un violento vuelo comenzado desde hace muchos días y meses y siglos?
Pin Pon
Pin pon es un muñeco,
muy guapo y de cartón, de cartón,
se lava la carita
con agua y con jabón, con jabón.
Se desenreda el pelo,
con peine de marfil, de marfil,
y aunque se da tirones
no grita y dice ¡uy!, dice ¡uy!
Pin Pon toma su sopa
y no ensucia el delantal
pues come con cuidado
como un buen colegial
Apenas las estrellas
comienzan a salir, a salir,
Pin pon se va a la cama
se acuesta y a dormir, a dormir.
Y aunque hagan mucho ruido
con el despertador
Pin Pon no hace caso
y no vuelve a despertar
Pin Pon dame la mano
con un fuerte apretón
que quiero ser tu amigo
Pin Pon, Pin Pon, Pin Pon
QUE LLUEVA, QUE LLUEVA
Que llueva, que llueva,
la vieja de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan,
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
Que siga lloviendo
los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
CINCO RATONCITOS
Cinco ratoncitos de colita gris,
mueven las orejas, mueven la nariz,
abren los ojitos, comen sin cesar,
por si viene el gato, que los comerá,
comen un quesito, y a su casa van,
cerrando la puerta, a dormir se van
LOS NÚMEROS
Un, dos, tres
Un, dos, tres
Son los números
son los números
si, si, si
Uno, dos, tres, cuatro
si, si, si
Son los números
son los números
si, si, si
El uno es un soldado
haciendo la instrucción.
El dos es un patito que está tomando el sol.
El tres una serpiente que baila sin parar.
El cuatro es una silla que invita a descansar.
El cinco es un conejo que salta sin parar.
El seis es una pera redonda y con rabito.
El siete un caballero con gorra y con bastón.
El ocho son las gafas que usa don Ramón.
El nueve es un hijito atado a un globito.
El cero una pelota que acaba esta canción.
La pancita
Desde que yo estaba en la
pancita de mamita
tu me veías, tu me veías.
Un cencerro le he comprado
Y a mi vaca le ha gustado
Se pasea por el prado
Mata moscas con el rabo
Tolón, tolón
Tolón, tolón
LAS MANOS
Saco mis manitas y las pongo a bailar,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a danzar,
as abro , las cierro y las vuelvo a guardar.
Saco mis manitas y las pongo a palmear,
las abro, las cierro y las vuelvo a guardar.